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3 MOISÉS

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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO Moisés 1 
 
ANTIGUO TESTAMENTO II: MOISÉS 
 
EL ÉXODO: MOISÉS Y LAS TABLAS DE LA LEY 
1 – LA INFANCIA DE MOISÉS 
En el Éxodo (salida) se narran los orígenes de Israel como 
comunidad nacional. 
Con el tiempo los descendientes de Jacob se convirtieron 
en un pueblo muy numeroso en Egipto y esta situación 
causó preocupación. 
Se impuso a los hebreos los trabajos más duros y un 
faraón, precursor de Herodes, ordenó que todos sus hijos 
varones recién nacidos fueran arrojados al Nilo. 
Moisés salvado de las aguas es una clara prefiguración de 
Jesús, salvado de la Matanza de los Inocentes con la 
Huída a Egipto. 
A los 3 meses de nacer Moisés, su madre le colocó en un 
canastillo que había hecho con juncos y lo dejó en la orilla 
del Nilo, quedando su hermana cerca para ver que sucedía. 
Cuando la hija del faraón fue a bañarse al río encontró el 
canastillo. En ese momento se acercó la hermana de 
Moisés y dijo que conocía a una nodriza hebrea que podía 
amamantar al niño. De este modo le crió su propia madre. 
La princesa le adoptó, le puso de nombre Moisés (salvado 
de las aguas) y creció en la corte con lujo y suntuosidad. 
Nicolás Poussin en “Moisés arrojado a las aguas” plasma 
el momento en el que la madre deposita el canastillo con el 
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niño en el río, cerca de su hija, mientras que su padre y su 
hermano mayor, Aarón, se marchan afligidos. 
En el Renacimiento, Veronés plasma a un Moisés salvado 
de las aguas (Museo del Prado), como una escena 
cortesana, vistiendo a la princesa egipcia y a su séquito 
según la moda de la época. 
VERONÉS, PAOLO (Verona, 1528 - Venecia, 1588) 
Paolo Caliari o Cagliari, también conocido como Paolo 
Veronese, recibió la primera formación en su ciudad natal, 
Verona, junto al pintor local Antonio Badile (1518-60), y 
posteriormente con Giovanni Caroto (1488-1563/66). 
La influencia de ambos maestros queda patente en sus 
obras iniciales como pintor independiente, realizadas hacia 
1546, para comitentes e instituciones locales. 
Sus primeros encargos fuera de Verona le llegaron a 
principios de la década de 1550, de parte de varias familias 
importantes venecianas. 
Posteriormente, Veronés se instaló permanentemente en 
Venecia, tomando parte en la decoración del techo de 
varias salas del Palazzo Ducale (1553-4). 
Su última obra en el techo de la biblioteca Marciana le valió 
la concesión de la cadena de oro de caballero en 1557. 
A Veronés se le conoce, sobre todo, por sus escenas de 
banquetes de gran formato, como "Las bodas de Caná" 
(1562-63) para el refectorio de S. Giorgio Maggiore (París, 
Louvre). 
Sin embargo, la "Última Cena" para SS. Giovanni e Paolo 
le acarreó la acusación de irreverencia y su comparecencia 
en 1573 ante la Inquisición; como consecuencia, el nombre 
 MARÍA TERESA GARCÍA PARDO Moisés 3 
 
del cuadro fue cambiado a "Fiesta en casa de Leví" 
(Venecia, Accademia). 
(Turner, N.: Dibujos italianos del siglo XVI, Museo Nacional 
del Prado, 2004, p. 112). 
VERONÉS. MOISÉS SALVADO DE LAS AGUAS 
Hacia 1580. Óleo sobre lienzo, 57 x 43 cm 
Al finalizar la década de 1570 y en los primeros años de la 
siguiente, Veronés realizó una serie de pinturas donde el 
paisaje adquirió un protagonismo inexistente en su 
producción anterior. 
El hallazgo de Moisés (Éxodo 2; 5-10) le permitió plasmar 
su gusto por una puesta en escena fastuosa sin transgredir 
los límites impuestos por la reforma de Trento. 
El tema de Moisés y la hija del Faraón tuvo popularidad a 
mediados del siglo XVI. Moisés salvado de las aguas ha 
querido identificarse con uno de los tres lienzos de este 
tema que vio Ridolfi, concretamente con el que poseían los 
marqueses della Torre en Venecia. 
Lo sea o no, lo cierto es que Veronés abordó varias veces 
este pasaje, cuyo punto de partida debió ser una perdida 
composición, conocida por un grabado de J. B. Jackson, de 
la que derivaron dos tipologías: una vertical de pequeño 
formato (Prado y National Gallery de Washington), y otra 
apaisada de mayores dimensiones (Dresde, 
Gemäldegalerie; Lyon, Museo de Bellas Artes; Turín, 
Galería Sabauda). Se conservan dibujos preparatorios en 
la Morgan Library de Nueva York y el Fitzwilliam Museum 
de Cambridge. 
 MARÍA TERESA GARCÍA PARDO Moisés 4 
 
La versión del Prado, la de mayor calidad de las existentes, 
presenta una composición bellísima. Un espléndido paisaje 
con una ciudad al fondo y dos árboles que se recortan 
sinuosos en el cielo enmarcan a los personajes, 
distribuidos en un semicírculo que se inicia en la criada 
negra vestida de amarillo y rojo que porta la cesta, y 
concluye en un bufón que delata la elevada condición 
social de sus acompañantes. 
En medio aparecen distintas criadas y en el centro, la hija 
del faraón con un suntuoso vestido de brocado color perla. 
Denominamos brocado de seda a una tela de seda gruesa, 
que presenta dibujos de distinto color que el del fondo. 
Esta pintura de temática religiosa tuvo un tratamiento 
refinado, exquisito y profano, tan característico de Veronés. 
El hallazgo de Moisés, visualizado como una escena 
campestre ambientada en una villa italiana contemporánea. 
Museo Nacional del Prado, Pintura italiana del 
Renacimiento: guía, Madrid, Museo del Prado, 1999, p.220 
Gentileschi, Orazio Lomi (Pisa, 1563 - Londres, 1639) 
Más conocido por su apellido materno, Gentileschi, había 
nacido en Pisa y era hijo de un orfebre florentino. 
Hacia 1576 o 1578 se trasladó a Roma y allí encontró 
trabajo en los grandes talleres que ejecutaban ciclos 
decorativos en el Vaticano y las basílicas. 
Sus obras de la década de 1590 son frescos en su mayoría 
y se encuadran en el tardomanierismo, pero su estilo dio un 
giro radical a partir de 1600 gracias al conocimiento de 
Caravaggio, con quien parece haber tenido amistad. 
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El caravaggismo de Gentileschi es muy refinado, como se 
aprecia en su "San Francisco sostenido por un ángel" 
(Museo del Prado), pintado en los primeros años del nuevo 
siglo. 
La década de 1600 fue un periodo brillante de su carrera, 
en el que diseñó mosaicos para la bóveda de San Pedro y 
pintó varios cuadros de altar, entre ellos el "Bautismo de 
Cristo" para la iglesia romana de Santa María de la Paz 
(1607). 
En 1611-1612 decoró al fresco el Casino de los Museos 
para el cardenal Scipione Borghese, sobrino del papa 
Pablo V, con figuras dispuestas a lo largo de un balcón 
dentro de una compleja arquitectura fingida del florentino 
Agostino Tassi. 
Hizo también exquisitas pinturas de gabinete sobre 
alabastro y cobre. En la primavera de 1611 su hija 
Artemisa, también gran pintora, fue violada por Tassi, quien 
fue juzgado y encarcelado por poco tiempo. El papel de 
acusador de Orazio y la intervención de amigos poderosos 
de Tassi dañaron gravemente sus perspectivas de trabajo 
en Roma, y en la década de 1610 aceptó encargos de las 
opulentas iglesias y monasterios de Las Marcas. 
En 1621 Gentileschi fue a Génova llamado por el 
aristócrata Giovanni Antonio Sauli e inició allí una etapa de 
gran creatividad. En Génova su estilo adquirió un carácter 
más solemne y teatral ("Lot y sus hijas", h. 1622, J. Paul 
Getty Museum, Los Ángeles). 
Desde allí envió obras al duque Carlos Manuel I de Saboya 
en Turín, y en 1624 entró al servicio de la reina María de 
Médicis en París. En la capital de Francia pintó una figura 
 MARÍA TERESA GARCÍA PARDOMoisés 6 
 
alegórica de "La Felicidad pública" (1625, Musée du 
Louvre, París), y también un "Descanso en la Huida a 
Egipto" y una "Magdalena penitente" (1625-1626, 
Kunsthistorisches Museum, Viena), que fueron adquiridas 
para la colección del I duque de Buckingham, favorito y 
ministro principal de Carlos I de Inglaterra. 
A instancias de Buckingham se trasladó a Londres a finales 
de septiembre de 1626. Carlos I le asignó una pensión de 
cien libras, pero Gentileschi murió en 1628. 
Al periodo londinense pertenecen "Lot y sus hijas" (1628, 
Museo de Bellas Artes de Bilbao), "Moisés salvado de las 
aguas" (comienzos de la década de 1630, colección 
particular, Inglaterra) y "José y la mujer de Putifar" 
(comienzos de la década de 1630, Royal Collection, 
Hampton Court, Herefordshire). 
Lo más importante de su producción inglesa fueron las 
telas que pintó para el techo del gran salón de la Queen's 
House con una "Alegoría de la Paz y las Artes" (1635-
1638), que se conservan mutiladas en la Marlborough 
House de Londres. 
En la corte de los Estuardo, Gentileschi se vio eclipsado 
por Rubens, que estuvo en Londres en 1629-1630, y 
después por Van Dyck, que llegó en 1632. 
Una carta de 1633 revela su deseo de regresar a la 
Toscana. Pintó una segunda versión del Moisés y se la 
envió al rey Felipe IV de España (1632-1633, Prado) con la 
esperanza de granjearse su apoyo para una repatriación 
honrosa. Pero, finalmente, permaneció en Londres, donde 
murió el 7 de febrero de 1639 (Finaldi, G. en E.M.N.P., 
Madrid, 2006, tomo IV, pp. 1149-1150). 
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Gentileschi. Moisés salvado de las aguas 
1633. Óleo sobre lienzo, 242 x 281 cm 
Pintado en Londres cuando el artista tenía cerca de setenta 
años, Moisés salvado de las aguas constituye, sin duda, la 
cima de la última etapa de Orazio Gentileschi. 
Es una obra de un refinamiento exquisito, concebida para 
agradar al más entendido y exigente de los comitentes, el 
rey Felipe IV de España. El artista se la envió como 
obsequio en el verano de 1633, y su hijo Francesco se la 
entregó personalmente en Madrid. 
El embajador inglés Arthur Hopton comunicó en octubre de 
aquel año que al monarca le había gustado y que había 
dado la orden de que se colgara en el Salón Nuevo del 
Alcázar de Madrid, donde estaban expuestas algunas de 
las mejores pinturas de la colección real. 
Gentileschi había tratado la escena como un homenaje 
moderno a las escenas festivas de Veronés, maestro muy 
admirado tanto por Felipe IV como por el rey al que Orazio 
servía, Carlos I de Inglaterra. 
En relación con el tema representado, el recién nacido 
hebreo Moisés fue echado al Nilo en un canasto de juncos 
(Éxodo 2: 1-10) para evitar que los egipcios le dieran 
muerte. La hija del faraón ve el canasto al ir a bañarse al 
río con sus doncellas, y éstas le llevan al niño; apiadada, 
decide protegerlo. 
La joven arrodillada en el lado izquierdo de la pintura es 
Miriam, hermana de Moisés, que ha visto cómo el niño es 
salvado de las aguas y se ha acercado a la princesa para 
ofrecerle los servicios de su madre como nodriza. 
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La princesa, sin saberlo, se vuelve hacia la madre de 
Moisés y le encomienda el cuidado del niño. 
Con la excepción de Moisés, todas las figuras son 
femeninas y todas visten pesados ropajes de seda, satén y 
algodón siguiendo la moda del siglo XVII. 
El traje de la princesa es amarillo dorado y lleva ribetes 
bordados con perlas y piedras preciosas. Su cabeza se 
adorna con una tiara a juego, pintada con extraordinaria 
delicadeza. 
Gentileschi siempre se había recreado en el tratamiento de 
los paños y en los brillos de las sedas y las telas. Su afición 
se acrecentó aún más en la corte londinense del rey 
Estuardo, dada a la ostentación y el lujo. 
La escena se enmarca en un paisaje de muy influido por 
Tiziano, con la claridad anaranjada del amanecer en el 
horizonte y el Nilo apenas visible a lo lejos. 
La obra del Prado es la segunda pintura que hizo 
Gentileschi con este tema. La primera versión, del mismo 
tamaño (colección particular, Gran Bretaña), había sido 
pintada muy poco antes para la reina Enriqueta de 
Inglaterra, y estaba colgada en su villa palladiana a orillas 
del Támesis en Greenwich, la Queens`s House. 
Gentileschi moderó las desnudeces de la primera 
composición al repetirla para el rey de España, y compactó 
el grupo de figuras utilizando una escala algo menor y 
proporciones menos alargadas. 
También idealizó el paisaje y acentuó el lujo y las calidades 
de los ropajes y las joyas. Estaba ya muy lejos del pintor 
caravaggesco que fue en los primeros años del siglo XVII, y 
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la segunda versión del Moisés es el ejemplo del 
refinamiento cortesano que caracterizaba a su estilo tardío. 
Museo Nacional del Prado, 100 obras maestras: del Museo 
del Prado, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2008, p.106 
2 – HUIDA DE MOISÉS A MADIÁN 
Un día Moisés observó que un egipcio maltrataba a un 
hebreo y para defenderle mató al agresor, por este motivo 
tuvo que marcharse de la Corte y retirarse al desierto de 
Madián. 
Junto a un pozo se encontró con 7 muchachas, hijas de 
Jetró, sacerdote de Madián, que abrevaban los rebaños de 
su padre, pero unos pastores no se lo permitían. 
Moisés las defendió y dio de beber a las ovejas. Jetró le 
recibió en su casa, se casó con su hija Séfora, con quien 
tuvo dos hijos, y durante 40 años cuidó de los rebaños. 
En 1481 el Papa Sixto IV eligió como programa 
iconográfico, para decorar la zona inferior de la Capilla 
Sixtina, el ciclo de Moisés como prefiguración de Cristo. 
Entre 1481-82 Botticelli pinto al fresco en la Sixtina “Las 
pruebas de Moisés”. Esta pintura hay que analizarla de 
derecha a izquierda. Narra los acontecimientos entre la 
defensa del hebreo y la entrega de las Tablas de la Ley, 
época poco tratada en el arte. 
Moisés, ataviado con túnica amarilla y manto verde, se 
sitúa en la parte inferior derecha y mata al agresor egipcio, 
huye al desierto de Madián, se enfrenta a los pastores, 
abreva los rebaños de las hijas de Jetró y es agasajado. 
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En la parte superior izquierda, Moisés se descalza por 
mandato de Dios para entrar en tierra sagrada y escucha la 
misión que le encomienda Yahvé. 
3 – LA ZARZA ARDIENTE (MISIÓN: LIBERAR A ISRAEL) 
Un día, cuando Moisés estaba apacentando los rebaños se 
le apareció el Señor en una zarza que ardía sin 
consumirse. 
Le pidió que se descalzara porque estaba pisando tierra 
sagrada y le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y 
de Jacob. He oído las tribulaciones de mi pueblo y he 
bajado para librarle de las manos de los egipcios y hacerle 
pasar a una tierra fértil y espaciosa”. 
Yahvé hizo que Moisés fuera ante el Faraón, para que 
sacara a los hijos de Israel de Egipto y les condujera a las 
tierras de Canaán, la Tierra Prometida, de donde procedían 
(actual Estado de Israel). 
Le dio el poder de hacer milagros con la vara que llevaba 
en la mano e hizo que le acompañara su hermano Aarón. 
El episodio de la zarza que arde sin consumirse, mediante 
el cual Yahvé revela a Moisés la misión de regresar a 
Egipto y liberar a su pueblo, fue muy representado en el 
arte y supone el inicio de la vida pública de Moisés. 
Los artistas medievales respetaron el relato bíblico en el 
que Yahvé se manifiesta mediante la voz, por lo que se 
suele representar la mano de Dios saliendo de la zarza, ya 
que una pintura no tiene sonido. 
4 – LAS 10 PLAGAS DE EGIPTO.Moisés y Aarón se presentaron ante el Faraón y le pidieron 
que permitiese abandonar Egipto al pueblo de Israel, pero 
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éste no aceptó, por lo que Yahvé le castigó enviando a los 
egipcios diez plagas: 
1. Las aguas se convirtieron en sangre. 
2. Las ranas invadieron el país. 
3. Egipto fue invadido por los mosquitos. 
4. El país fue invadido por unas moscas muy dañinas. 
5. La peste asoló Egipto. 
6. Las úlceras cubrieron a los hombres y los animales. 
7. El granizo terminó con las cosechas. 
8. Una nube de langostas arrasó el país. 
9. La niebla oscureció Egipto durante 3 días. 
10. En la misma noche murieron los hijos primogénitos 
de los egipcios. 
Cuando Moisés y su hermano mayor Aarón piden al Faraón 
que libere a los israelitas, Aarón arroja su vara o cayado 
ante él y se convierte en serpiente. Este milagro ha sido 
muy representado en el arte. 
Doré 
Paul Gustave Doré (Estrasburgo, 6 de enero de 1832-
París, 23 de enero de 1883) fue un artista alsaciano 
francés, pintor, escultor e ilustrador, considerado en su país 
el último de los grandes ilustradores. 
Entre sus trabajos más notables pueden citarse las 
ilustraciones para El ingenioso hidalgo don Quijote de la 
Mancha, la Biblia (1865) y La Divina Comedia. 
 
 MARÍA TERESA GARCÍA PARDO Moisés 12 
 
A los 15 años consiguió un contrato con Charles Philipo 
para que le publicara una litografía por semana. Luego se 
le encargaron trabajos sobre Honoré de Balzac y Dante 
Alighieri, haciendo que, aún muy joven, cobrase más que 
su contemporáneo Honoré Daumier. 
En 1853 ilumina algunas obras de Lord Byron, que le abren 
las puertas para ilustrar a otros escritores de habla inglesa, 
entre ellas El cuervo de Edgar Allan Poe. 
En 1862 viajó por España con el barón Davillier. Fruto de 
ese dilatado viaje, al año siguiente se publicaría una serie 
de crónicas sobre Valencia, Galicia, Andalucía, con 
estancias específicas de Granada, Madrid, y otras capitales 
españolas. La obra se incluyó en la colección Le Tour du 
Monde. 
En esa misma década de 1860, Doré ilustró una edición 
francesa de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, 
de Miguel de Cervantes, partiendo de su experiencia vital 
en la geografía española. 
Una nueva versión de la Biblia, ilustrada en 1865, le sirvió 
de tarjeta de presentación para hacer una gran exposición 
de sus obras en Londres, de la que saldría la Doré Gallery 
en New Bond Street. 
Doré firmó un contrato de cinco años con la editorial Grant 
& Co. Eso implicaba que tenía que pasar al menos tres 
meses al año en Londres. Cobró la suma de 10 000 libras 
esterlinas (160 000 dólares) por año. 
El libro London: A Pilgrimage, con 180 grabados, fue 
publicado en 1872. Aunque fue un éxito comercial, a buena 
parte de los críticos no les gustó la publicación, 
escandalizados por el hecho de que Doré mostrara en su 
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obra la pobreza existente en Londres. Sin embargo, los 
editores ingleses le hicieron más encargos: El paraíso 
perdido de John Milton y The Divine Comedy (la versión 
inglesa de La Divina Comedia) de Dante Alighieri. 
Falleció en 1883 y fue sepultado en la capital francesa. 
Por las características de su obra se ha considerado a Doré 
un visionario recreador del periodo medieval. En sus 
grabados sobre madera, muestra una Edad Media poblada 
de sombríos bosques y de ruinas. 
Son visiones de un tardorromanticismo en el terreno de la 
ilustración, pero más acusado en Doré que en otros 
dibujantes por su visión de una Naturaleza provista de 
vastos espacios. 
5 – LA PASCUA (CORDERO ASADO Y PAN ÁCIMO). 
Dijo Yahvé a Moisés que reuniera a los hebreos y tomaran 
un cordero de un año, sin mancha, y reunidos por familias 
lo inmolaran al atardecer. 
Deberían marcar las puertas de sus casas con esa sangre 
y se comerían la carne del cordero asado con lechugas 
silvestres y pan ácimo, elaborado sin levadura. 
Durante la comida estarían de pie, llevarían puesto el 
cinturón, ir calzados y con el báculo en la mano, porque 
debían estar preparados para la marcha, ya que esa misma 
noche Yahvé enviaría un ángel para matar a los 
primogénitos de los egipcios, pero en sus casa pasaría de 
largo porque las puertas estarían manchadas con la sangre 
del cordero. 
Ese día sería para ellos memorable y lo celebrarían 
solemnemente generación tras generación. 
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Este fue el origen de la Pascua judía o Pesaj. 
El episodio de la cena de la Pascua judía presenta a los 
personajes de pie, portando el bastón en la mano, reunidos 
en torno a la mesa con el cordero, tal y como aparece en la 
pintura flamenca de Dieric Bouts, en 1465, en la catedral de 
Lovaina. 
El tema es una clara prefiguración de la Última Cena. 
Por otro lado, el sacrificio del cordero pascual se identificó 
desde el arte Paleocristiano con la muerte de Cristo en la 
cruz. 
6 - EL PASO DEL MAR ROJO 
El Faraón, asustado por la matanza de los primogénitos 
egipcios, permitió la salida de los israelitas de Egipto. Pero 
más tarde envió un ejército que les alcanzó en el Mar Rojo. 
Moisés extendió su brazo hacia el mar, el viento dividió las 
aguas y permitió el paso de los hebreos, pero el ejército 
egipcio quedo sepultado bajo las aguas. 
El episodio es interpretado como el poder salvador del 
Bautismo. 
7 – EL MANÁ Y EL AGUA. (MISERICORDIA) 
El pueblo de Israel anduvo errante por el desierto durante 
40 años, antes de establecerse en la Tierra Prometida. 
Al faltarles los víveres, Dios les envió el maná, un alimento 
blanco con un sabor parecido a la torta de harina de trigo 
amasada con miel. El maná simboliza la Eucaristía, al igual 
que los alimentos ofrecidos por Melquisedec a Abraham. 
 MARÍA TERESA GARCÍA PARDO Moisés 15 
 
Cada mañana caía del cielo hasta que llegaron a la Tierra 
Prometida. Este tema fue pintado por Tintoretto en la 
Scuola de San Rocco en Venecia. 
Para obtener agua Dios le dijo a Moisés que con la vara 
tocase en la peña y de ella brotaría agua para beber. 
En la Edad Media se asimiló el agua al bautismo y la roca 
al costado de Cristo en la cruz, siendo un tema muy 
popular en las catacumbas. 
Los milagros de Moisés dan de comer y beber a su pueblo 
y están relacionados con las obras de Misericordia. 
8 - LAS TABLAS DE LA LEY 
El Monte Sinaí se cubrió de truenos y relámpagos y de 
sonido de trompetas. Dios descendió sobre el Sinaí en 
medio del fuego e hizo que Moisés subiera a la cumbre. Se 
oyó la voz de Dios que dio a su pueblo los Diez 
Mandamientos. 
Dios le entregó a Moisés el Decálogo escrito en dos tablas 
de piedra (Las Tablas de la Ley). 
Los 10 mandamientos de la Ley de Dios: 
 El primero, amarás a Dios sobre todas las cosas. 
 El segundo, no tomarás el nombre de Dios en vano. 
 El tercero, santificarás las fiestas. 
 El cuarto, honrarás a tu padre y a tu madre. 
 El quinto, no matarás. 
 El sexto, no cometerás actos impuros. 
 El séptimo, no hurtarás. 
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 El octavo, no dirás falso testimonio ni mentirás. 
 El noveno, no consentirás pensamientos ni deseos 
impuros. 
 El décimo, no codiciarás los bienes ajenos. 
Estos diez mandamientos se resumen en dos: 
Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti 
mismo. 
Este es el episodio más destacado de la vida de Moisés. La 
iconografía suele representar la Mano de Dios 
entregándole las Tablas. 
Moisés permaneciódurante 40 días en el monte y cuando 
bajó encontró a su pueblo adorando un becerro de oro, 
llevado por la indignación rompió las Tablas. 
Las danzas y la adoración del becerro se identifican con el 
demonio. 
Cuando Dios perdonó a los israelitas, Moisés volvió a subir 
al Sinaí donde permaneció otros 40 días. 
Allí recibió otras tablas iguales a las anteriores, su cara 
resplandecía y de su frente salían rayos luminosos. 
Moisés construyó el Arca de la Alianza, un arca de 
madera, cubierta de oro por dentro y por fuera, en la que se 
guardaron las Tablas de la Ley, que sirviese como objeto 
de culto a su pueblo. 
SAN PEDRO IN VINCOLI: MOISÉS 
Basílica Eudoxiana o Basílica de San Pietro in Vincoli (San 
Pedro Encadenado) fue construida a mediados del siglo V 
 MARÍA TERESA GARCÍA PARDO Moisés 17 
 
para guardar las cadenas con las que San Pedro fue 
encarcelado en Jerusalén. 
Según cuenta la leyenda, la emperatriz Eudoxia (esposa 
del emperador Valentiniano III) ofreció las cadenas como 
regalo al papa León I el Magno. Cuando él las comparó con 
las cadenas del primer encarcelamiento de san Pedro en la 
cárcel Mamertina en Roma, las dos cadenas se unieron 
milagrosamente. Bajo el Altar Mayor se encuentra el 
relicario en el que se guardan las cadenas de San Pedro. 
La iglesia experimentó varias restauraciones, la última en 
1875. La nave central cuenta con un techo del siglo XVIII, 
con frescos de Giovanni Battista Parodi en el centro, 
mostrando el Milagro de las cadenas (1706). 
El Moisés de Miguel Ángel, finalizado en 1515, y concebido 
como parte del monumento funerario del papa Julio II, se 
convirtió en el núcleo central de la tumba del papa en San 
Pietro, la iglesia de su familia. 
Obras de arte que se pueden encontrar en la iglesia: 
• Moisés, Raquel y Lía de Miguel Ángel. 
• Santa Agustina y Santa Margarita de Guercino. 
• Monumento del cardenal Girolamo Agucchi diseñado 
por Domenichino (también autor del fresco de 1604 
Liberación de San Pedro), situado en la sacristía. 
La cruz de la capilla inferior está al revés. Dado que Pedro 
se hizo crucificar boca abajo por no considerarse digno del 
mismo trato que tuvo su maestro. 
 
 
 MARÍA TERESA GARCÍA PARDO Moisés 18 
 
Prisioneros: San Pedro y San Pablo 
La Cárcel Mamertina se hallaba en la ladera noreste del 
monte Capitolino, frente a los foros de Nerva, Vespasiano y 
Augusto. Los presos eran encerrados en la Cárcel 
Mamertina para que aguardaran a su ejecución o 
simplemente dejarlos morir de hambre. 
Los enemigos vencidos de Roma eran encarcelados en 
esta terrible prisión. Entre los famosos personajes 
históricos que pasaron sus últimos días aquí podemos citar 
a Vercingétorix, líder de los galos, y supuestamente 
también San Pedro y San Pablo. 
Entre los años 600 y 500 a. C., la Mamertina fue construida 
como cisterna para un manantial que había en el suelo. 
Convertida en prisión se crearon dos celdas, una justo 
encima de la otra. Al fondo hay un altar con los bustos de 
San Pedro y San Pablo. 
Esta basílica es mundialmente conocida por la 
impresionante estatua de Moisés realizada por Miguel 
Ángel en mármol blanco de Carrara para el mausoleo de 
Julio II. 
Este monumento funerario se diseñó con 40 esculturas y se 
pensaba ubicar en la basílica de San Pedro, pero no se 
llegó a concluir. 
EL MOISÉS (1513-1516) 
El Moisés es una escultura sedente de mármol, de 2,5 
metros de altura, y si se levantase superaría los 3 metros. 
Se realizó entre 1513 y 1516 y encarna a la perfección al 
líder fuerte y seguro que guió al pueblo hebreo desde su 
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cautiverio en Egipto hasta conducirle a la Tierra Prometida 
(Palestina). 
El tema bíblico recoge un pasaje del Antiguo Testamento, 
en el que el profeta Moisés regresa de su estancia de 40 
días en el Monte Sinaí, portando las Tablas de la Ley (los 
Diez Mandamientos). Al volver contempla horrorizado como 
los israelitas han abandonado el culto a Yahvé y están 
adorando a un becerro de oro. 
Miguel Ángel capta el instante en el que Moisés, con un 
ligero contraposto, vuelve la cabeza y se dispone a 
levantarse lleno de ira por la infidelidad de su pueblo. 
Esta “terribilitá” que le embarga se manifiesta en su rostro 
frunciendo el ceño y aportando una intensidad en su 
mirada que a nadie deja indiferente. Sigmund Freud se 
imaginaba al profeta, enojado por las falta de fe de los 
israelitas, conteniendo el impulso de ponerse de pie y 
arrojar al suelo las Tablas de los Diez Mandamientos. 
La figura está llena de vida y movimiento. Se circunscribe 
en un rectángulo imaginario sugerido por la base cuadrada, 
aunque el codo y la rodilla izquierdos se escapan de esa 
frontera invisible. Incluso el pie izquierdo, echado hacia 
atrás, resbala por la base de la escultura. 
El Moisés irradia vitalidad e intensidad espiritual. Miguel 
Ángel supo evocar como nadie el aspecto sobrecogedor de 
este gran profeta, que había contemplado a Dios. 
La camisa sin mangas permite revelar la musculosa 
constitución del personaje. En cambio sobre la rodilla cae 
una voluminosa tela que nos permite hacer un estudio de 
los pliegues y los paños, dejando a la vista las polainas y 
las sandalias. 
 MARÍA TERESA GARCÍA PARDO Moisés 20 
 
La profusa barba en cascada es retirada por unos 
larguísimos dedos de la mano derecha. 
La estatua se representa con cuernos en la cabeza. Se 
cree que esta característica procede de un error en la 
traducción por parte de San Jerónimo del capítulo 
del Éxodo. La Vulgata es una traducción de la Biblia al 
latín, realizada a finales del siglo IV por S. Jerónimo. 
En este texto, Moisés se caracteriza por tener un rostro del 
que emanaban rayos de luz, lo que San Jerónimo en 
la Vulgata tradujo por su rostro era cornudo. 
El error en la traducción era posible debido a que la palabra 
“karan” en hebreo puede significar “rayo” o “cuerno”. 
Cuando Miguel Ángel esculpió el Moisés el error de 
traducción había sido advertido, y los artistas de la época 
había sustituido los cuernos por dos rayos de luz que 
emanaban de Moisés al bajar del Sinaí. No obstante Miguel 
Ángel prefirió mantener la iconografía anterior. 
A ambos lados de Moisés están Raquel y Lía, símbolos de 
la vida activa y la vida contemplativa respectivamente, 
también diseñadas por Miguel Ángel, que representan a las 
dos esposas de Jacob. 
Miguel Ángel concibió el Moisés como parte integrante de 
un grupo de cuatro profetas sentados, cuya función era 
adornar las esquinas del segundo piso del gran complejo 
funerario de Julio II. 
Teniendo en cuenta esta posición elevada, esculpió a 
Moisés un torso alargado, cuya desproporcionada longitud 
sólo se percibe desde los lados, aunque esta distorsión 
anatómica queda disimulada por los fuertes brazos y la 
profusa barba. 
 MARÍA TERESA GARCÍA PARDO Moisés 21 
 
Miguel Ángel pensaba que el Moisés era su creación más 
realista. La leyenda cuenta que el artista golpeó la rodilla 
derecha de la estatua y le dijo: “¿por qué no hablas?”, 
sintiendo que el mármol tenía vida propia. En la rodilla se 
puede encontrar la marca que hizo Miguel Ángel al golpear 
la escultura. 
Algunos historiadores han querido ver en el Moisés un 
retrato idealizado del propio Miguel Ángel o del Papa 
Julio II, temible guerrero y líder espiritual, al igual que el 
profeta bíblico. 
Cuenta Vasari que los judíos de Roma acudían cada 
Sabbat a ver el Moisés como bandadas de estorninos. Hoy 
en día los amantes del arte seguimos acudiendo a San 
Pietroin Vincoli y también nos sobrecogernos ante el gran 
profeta del Antiguo Testamento. 
El monumento del Moisés se encuentra sumido en la 
penumbra hasta que alguno de los visitantes decide hacer 
una donación que sirve para iluminarlo, una práctica muy 
extendida en la mayoría de las iglesias de Roma. 
El trabajo de Miguel Ángel inspiró otra estatua de Moisés 
en la Fontana dell’Acqua Felice, pero ésta de mucha menor 
calidad. 
9 – MARCHA HACIA LA TIERRA PROMETIDA 
Un año estuvieron los hebreos al pie del Sinaí, después 
reanudaron la marcha hacia la Tierra Prometida. 
Cuando llegaron al límite de la tierra, Moisés envió 12 
hombres, uno de cada tribu, entre los que se encontraba 
Josué y Caleb para explorar el territorio. 
 MARÍA TERESA GARCÍA PARDO Moisés 22 
 
Al cabo de 40 días regresaron portando granadas, higos y 
un gran racimo de uvas, que portaban entre dos hombres, 
pero anunciaron que esas ciudades estaban fortificadas y 
tenían hombres valerosos. 
Ante tales noticias los hebreos se asustaron y Dios se 
enojó de nuevo. Jehová les dijo que de todos los que 
salieron de Egipto con más de 20 años ninguno entraría en 
la Tierra Prometida, excepto Josué y Caleb. 
El tema de las uvas de Canaán, entendido como símbolo 
eucarístico, portadas por Josué y Caleb se representa poco 
en el arte. 
10 – LA SERPIENTE DE BRONCE 
En otra ocasión que los hebreos se volvieron nuevamente 
contra Dios y Moisés, Yahvé les castigó enviando unas 
serpientes venenosas que mordieron y mataron a muchos. 
Arrepentidos pidieron a Moisés que intercediera entre ellos 
y Dios. El Señor le dijo que hiciera una serpiente de bronce 
y la colocase sobre un asta y los que la mirasen sanarían. 
Fue interpretada como una contraposición a la serpiente 
del pecado original y como una prefiguración de Cristo 
sanador en la cruz. 
El tema de la serpiente de bronce se representó en la 
Scuola de San Rocco en Venecia y Miguel Ángel le trató en 
el techo de la Capilla Sixtina. 
11 – LA PROFECÍA DE BALAAM 
Después de conquistar la ribera del Jordán, los hebreos 
acamparon frente a Jericó. Balac, su rey, se asustó ante la 
llegada de un pueblo tan numeroso e hizo que el célebre 
adivino Balaam les maldijera. 
 MARÍA TERESA GARCÍA PARDO Moisés 23 
 
Balaam se puso en camino montado en su burra, pero un 
ángel con la espada desenvainada le impedía el paso y la 
burra le dijo a Balaam “Qué te he hecho para que por tres 
veces me hayas fustigado”. 
Entonces Balaam pudo ver al ángel y regresó. Cuando 
estaba con el rey bendijo desde lo alto del monte a los 
hebreos y habló del futuro que esperaba a aquel pueblo. 
Se suele representar al adivino con su burra. 
12 – MUERTE DE MOISÉS 
Moisés hizo jurar a los israelitas que fueran fieles a Yahvé y 
bendijo a las 12 tribus. Después puso sus manos sobre 
Josué para que todos le obedecieran, tal y como le había 
dicho Dios que hiciese. Luego subió al Monte Nebo 
(Jordania) y Yahvé le mostró Canaán. Le dijo que mirase la 
Tierra Prometida a Abraham y a Jacob, pero que no 
entraría en ella. Y Moisés murió. 
La iconografía suele situar a Moisés en la cima del monte 
Nebo, solo o con el arcángel San Miguel, contemplando a 
lo lejos la Tierra Prometida. 
Moisés es un profeta libertador que anuncia la venida del 
Salvador. El origen iconográfico de los cuernos se explica 
por una mala traducción de la Vulgata, confundiendo San 
Jerónimo el término radiante con cuernos. En la Edad 
Media el atributo de los cuernos se hizo muy popular. 
Cuando Miguel Ángel esculpió su Moisés, el atributo había 
caído en desuso. 
A partir del Renacimiento se le representa como un anciano 
de larga y poblada barba, en ocasiones bífida, de cuya 
frente parten dos rayos luminosos, sosteniendo las Tablas 
de la Ley.

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