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Alberto Sánchez Sixto | 2018
DIRECTOR: Pablo Floría Martín
TE
SI
S D
OC
TO
RA
L LA RELEVANCIA DE LA PROFUNDIDAD DEL
CONTRAMOVIMIENTO
EN EL RENDIMIENTO DEL
SALTO VERTICAL
 
Alberto Sánchez Sixto | 2018
DIRECTOR: Pablo Floría Martín
TE
SI
S D
OC
TO
RA
L LA RELEVANCIA DE LA PROFUNDIDAD DEL
CONTRAMOVIMIENTO
EN EL RENDIMIENTO DEL
SALTO VERTICAL
0 0.1 0.2 0.3 0.4
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200
 
 
EL DOCTOR PABLO FLORÍA MARTÍN PROFESOR DEL 
DEPARTAMENTO DE DEPORTE E INFORMÁTICA Y PROFESOR DEL 
PROGRAMA DE DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA 
DEL DEPORTE DE LA UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 
CERTIFICA QUE: 
La Tesis Doctoral titulada: “La relevancia de la profundidad del 
contramovimiento en el rendimiento del salto vertical” realizada 
por D. ALBERTO SÁNCHEZ SIXTO, ha sido realizada bajo mi 
dirección, cumpliendo con los requisitos de calidad, originalidad y 
rigor científico necesarios a mi juicio. De este modo autorizo su 
depósito, defensa y presentación ante el Tribunal designado por la 
Universidad Pablo de Olavide. 
Y para que así conste, expido y firmo este informe en Sevilla, a 7 de 
mayo de 2018. 
 
 
Dr. Pablo Floría Martín 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“En cuestiones de ciencia, la autoridad de mil no vale lo que el 
humilde razonamiento de un solo individuo” 
 
Galileo Galilei (1564-1642) 
 
AGRADECIMIENTOS 
En primer lugar, quisiera agradecer a mi director de tesis, 
Pablo Floría Martín, todo el apoyo y ayuda que me ha ofrecido 
para llevar a cabo este trabajo. Él es el principal responsable de 
que hoy esté escribiendo estás palabras. Aunque realmente y 
siendo honesto, sería muy injusto agradecerle solamente la 
implicación que ha tenido en la tesis, ya que desde cuarto de 
carrera y de forma absolutamente desinteresada, se prestó a 
ayudarme en todas las inquietudes que me iban surgiendo, muchas 
de ellas generadas por el mismo. Sin todas las oportunidades 
ofrecidas, posiblemente hoy estaría desempeñando una labor bien 
distinta, pero gracias a su apoyo y dedicación, hoy puedo decir lo 
contrario. Ha sido un ejemplo a seguir a nivel personal y 
profesional desde el inicio. 
Tengo que agradecer también a mi familia (mi madre María 
del Carmen, mi padre José Alberto, mi hermano Pablo y mi abuela 
Inés) con los que he tenido la suerte de convivir toda la vida. Ellos 
son los responsables de mi formación, de muchos de los valores en 
los que creo y, en cierta forma, de ser como soy a día de hoy. He 
tenido la suerte de gozar de todas las oportunidades que 
cualquiera podría desear y siempre he notado la confianza de ellos 
en lo que hacía. Hoy soy el producto que vosotros creasteis y que 
habéis ido modelando con el paso de estos 29 años. 
Agradezco también a mi pareja Cristina, que es a la que le 
toca soportar el tiempo y esfuerzo que supone esta tesis, junto con 
el resto de actividades que llevo simultáneamente. Es la persona 
responsable de mi estabilidad emocional, la cual me permite sacar 
la mejor de mí, día tras día. Es esa persona capaz de comprender la 
importancia que tiene para mí lo que hago y servirme siempre de 
apoyo. Gracias por dar sentido a mi vida, por el cariño diario y por 
conseguir que cada día pase volando desde que estoy a tu lado. 
Es de recibo agradecer a todos los que han participado de 
manera absolutamente voluntaria en los distintos estudios de esta 
tesis, que han invertido parte de su tiempo en algo que ni les iba ni 
les venía, haciéndolo con ánimo y entusiasmo. Especial mención al 
equipo Senior Femenino del Náutico, por la implicación y las 
buenas temporadas de las que disfrutamos. Sin la participación de 
todos vosotros, esta tesis nunca se hubiera podido realizar, sois 
aquello que nadie ve, pero que de no existir, no habría más que 
nada. 
Gracias a todos mis compañeros de la Fundación CEU San 
Pablo Andalucía, porque aunque de lunes a viernes vayamos a 
trabajar, hay personas que en sus vacaciones se divierten menos 
que nosotros cada día en el trabajo. Sois muchos los que habéis 
estado encima mía para que terminara con ella, y por fin, ahora ya 
de verdad puedo decir: “Ya he terminado la tesis”. Quiero hacer 
una mención especial a nuestro compañero Guillermo Domenech, 
responsable de la portada de esta tesis, por ofrecerte a invertir 
parte de tu tiempo en ello. 
Por último, agradecer a todas las personas que de manera 
directa o indirecta, han generado un impacto en mi vida, ya que la 
suma de todo ello, es el resultado de lo que soy hoy y la base de lo 
que seré mañana. 
 
 
RESUMEN 
En la presente tesis doctoral se plantearon tres objetivos 
principales. Todos ellos giran en torno a la influencia de la 
profundidad del contramovimiento sobre el rendimiento del salto 
vertical. Para dar respuesta a todos los objetivos propuestos se 
realizaron tres estudios. 
El primer estudio tuvo como objetivo determinar la 
influencia de las variables relacionadas con la aplicación de fuerza y 
la profundidad del centro de masas en las diferencias en la altura 
saltada entre el salto sin contramovimiento (SJ) y el salto con 
contramovimiento (CMJ). Participaron veintiséis hombres, 
realizando tres SJ y tres CMJ con 90° de flexión de rodilla. El 
desplazamiento del centro de masas y la fuerza media durante la 
fase de propulsión fueron significativamente superiores en el CMJ 
en comparación con el SJ, explicando el 75% de la diferencia entre 
los dos saltos y teniendo un 30% más de influencia el 
desplazamiento del centro de masas. No hubo diferencias en la 
fuerza máxima. Los resultados sugieren la necesidad de examinar 
diferencia entre el SJ y el CMJ cuando el criterio establecido es 90° 
de flexión de rodilla. 
El segundo estudio tuvo como objetivo determinar cómo 
modificaciones en la profundidad del contramovimiento del salto 
vertical podrían dar lugar, tanto a cambios en el rendimiento del 
salto vertical, como a cambios en parámetros relacionados con la 
fuerza aplicada y velocidad generada. Veintinueve hombres activos 
participaron en esta investigación, realizando nueve saltos con 
contramovimiento variando su profundidad: tres con una 
profundidad libremente seleccionada, tres con una profundidad 
mayor que la autoseleccionada y tres con una profundidad menor 
que la autoseleccionada. La altura de salto y el impulso neto 
relativo fueron mayores cuando el salto fue ejecutado con mayor 
profundidad que cuando fue libremente seleccionado. Las 
variables de aplicación de fuerza no mostraron diferencias entre el 
salto con mayor profundidad y el libremente seleccionado, aunque 
el salto con menor profundidad de contramovimiento mostró 
valores superiores en los parámetros de aplicación de fuerza. El 
salto con mayor profundidad mostró mayores velocidades del 
centro de masas que los saltos autoseleccionados, mientras que el 
salto con menor profundidad dio lugar a menores velocidades que 
el autoseleccionado. Los resultados de esta investigación fueron 
consistentes con estudios de simulación, mostrando que una 
mayor profundidad del contramovimiento daba lugar a 
incrementos en el impulso neto relativo, permitiendo una mayor 
altura de salto. Además, la velocidad máxima durante el 
contramovimiento fue superior cuando este era más profundo. Por 
último, no se necesitó de valores superiores en las variables de 
aplicación de fuerza para obtener incrementos en la altura saltada, 
cuando el desplazamiento del centro de masas era mayor. 
El tercer estudio tuvo como objetivo evaluar el efecto del 
entrenamiento pliométrico y el entrenamiento combinado de 
pesas y pliometría en las variables de fuerza, potencia, velocidad, 
tiempo y desplazamiento que determinan el rendimiento en el 
salto vertical. Treinta y seis jugadoras de baloncesto participaron 
en este estudio y se dividieron en 3 grupos:
entrenamiento 
pliométrico, n = 11; entrenamiento combinado de pesas y 
pliometría, n = 13; y control, n = 12. El entrenamiento combinado 
consistió en ejercicios de sentadilla profunda con cargas ligeras 
(50-65% 1RM) y pocas repeticiones (3-6 repeticiones/serie) 
combinado con saltos repetidos. El entrenamiento pliométrico 
incluyó saltos con caída (drop jump) y saltos repetidos. Los dos 
métodos de entrenamiento mostraron un incremento en el 
rendimiento del salto, en los que el tamaño del efecto fue 
substancial y moderado, aunque el entrenamiento combinado de 
pesas y pliometría obtuvo valores superiores al entrenamiento 
pliométrico. Los dos métodos de entrenamiento incrementaron la 
velocidad vertical y el desplazamiento del centro de masas. En 
cuanto a la fuerza aplicada, tras el entrenamiento pliométrico, se 
vieron disminuidas las variables de aplicación de fuerza del salto 
vertical, mientras que tras el entrenamiento combinado de fuerza 
y pliometría se obtuvieron valores similares. La potencia generada 
durante el salto vertical se incrementó con el entrenamiento 
combinado y se mantuvo estable con el entrenamiento 
pliométrico. Los resultados indican que el entrenamiento 
combinado de pesas y pliometría podría ser un método más 
completo a la hora de mejorar el rendimiento del salto vertical. 
 Las principales conclusiones de la presente tesis doctoral se 
asocian a cada uno de los objetivos marcados. En este sentido 
podemos dividirlos en tres grandes conclusiones. En primer lugar, 
el criterio de 90° de flexión de rodilla parece ser insuficiente para 
asegurar que el desplazamiento del centro de masas sea el mismo 
entre el SJ y el CMJ. Además, esta diferencia en el desplazamiento 
de masas es la principal responsable de las diferencias en la altura 
saltada entre ambos saltos. En segundo lugar, una orden simple 
que incremente la profundidad del contramovimiento, puede dar 
lugar a incrementos en el rendimiento del salto vertical. Además, 
las variables de aplicación de fuerza se ven modificadas con la 
profundidad del contramovimiento y valores superiores no 
necesariamente generan incrementos en la altura saltada. En 
tercer lugar, el entrenamiento combinado de pesas y pliometría 
parece ser un método más completo que el entrenamiento 
pliométrico para la mejora del rendimiento del salto vertical. El 
entrenamiento combinado fue capaz de incrementar las variables 
de potencia, velocidad y desplazamiento del centro de masas 
manteniendo las variables de fuerza, mientras que el 
entrenamiento pliométrico trajo como consecuencia incrementos 
en la velocidad y desplazamiento del centro de masas pero 
disminuciones variables de aplicación de fuerza, como la fuerza 
máxima, durante el salto vertical. 
ÍNDICE 
1. ESTADO DE LA CUESTIÓN _____________________ 25 
1.1 El salto vertical en la actualidad ____________________ 25 
1.2 Metodologías de medición del salto vertical __________ 27 
1.2.1 La medición del salto a través de la distancia entre dos 
puntos ________________________________________ 27 
1.2.2 La medición del salto a través de tiempo de vuelo _ 29 
1.2.3 La medición del salto a través de la aceleración ___ 31 
1.2.4 La medición del salto a través de la velocidad ____ 34 
1.2.5 La medición del salto a través de la fuerza 
aplicada _____________________________________ 36 
1.3 Tipos de salto ___________________________________ 39 
1.4 SJ versus CMJ ___________________________________ 43 
1.5 Rendimiento y profundidad del contramovimiento _____ 50 
1.6 Entrenamiento y salto vertical ______________________ 56 
1.6.1 Entrenamiento pliométrico y salto vertical _______ 57 
1.6.2 Entrenamiento con pesas y salto vertical ________ 59 
1.6.3 Entrenamiento combinado de pesas y pliometría __ 63 
1.6.4 Entrenamiento vibratorio ____________________ 65 
1.6.5 Entrenamiento con electroestimulación _________ 67 
1.6.6 Entrenamiento con sobrecarga excéntrica _______ 69 
 
 
2. OBJETIVOS E HIPÓTESIS DE LA TESIS DOCTORAL ___ 75 
3. ESTUDIO 1: SJ VS CMJ ________________________ 81 
3.1 Método ________________________________________ 81 
3.1.1 Participantes ______________________________ 81 
3.1.2 Procedimiento _____________________________ 81 
3.1.3 Análisis de los datos _________________________ 85 
3.1.4 Análisis estadístico __________________________ 92 
3.2 Resultados ______________________________________ 94 
3.3 Discusión _______________________________________ 98 
3.4 Conclusión _____________________________________ 102 
4. ESTUDIO 2: PROFUNDIDAD DEL SALTO, RENDIMIENTO 
Y BIOMECÁNICA ______________________________ 107 
4.1 Método _______________________________________ 107 
4.1.1 Participantes _____________________________ 107 
4.1.2 Procedimiento ____________________________ 107 
4.1.3 Análisis __________________________________ 110 
4.1.4 Análisis estadístico _________________________ 112 
4.2 Resultados _____________________________________ 113 
4.3 Discusión ______________________________________ 118 
4.4 Conclusión _____________________________________ 123 
 
2 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
5. ESTUDIO 3: ENTRENAMIENTO, SALTO VERTICAL Y 
BIOMECÁNICA _______________________________ 127 
5.1 Método _______________________________________ 127 
5.1.1 Diseño __________________________________ 127 
5.1.2 Participantes _____________________________ 128 
5.1.3 Procedimiento ____________________________ 129 
5.1.4 Análisis de datos __________________________ 134 
5.1.5 Análisis estadístico _________________________ 135 
5.2 Resultados _____________________________________ 136 
5.2.1 Resultados intra-grupo tras el entrenamiento ___ 136 
5.2.2 Resultados inter-grupo tras el entrenamiento ___ 143 
5.3 Discusión ______________________________________ 146 
5.3.1 El efecto del entrenamiento combinado sobre el salto 
vertical ______________________________________ 147 
5.3.2 El efecto del entrenamiento pliométrico sobre el salto 
vertical ______________________________________ 149 
5.3.3 Entrenamiento combinado vs entrenamiento 
pliométrico para el salto vertical __________________ 151 
5.4 Conclusión _____________________________________ 152 
6. CONCLUSIONES DE LA TESIS DOCTORAL ________ 157 
7. REFERENCIAS ______________________________ 163 
8. ANEXOS 195 
 
 
 
 ÍNDICE DE FIGURAS 
 
Figuras Título Página 
Figura 1 “Vertec” 28 
Figura 2 Salto sin contramovimiento 40 
Figura 3 Salto con contramovimiento 40 
Figura 4 Salto Abalakov 41 
Figura 5 Drop Jump 41 
Figura 6 Estiramiento de glúteos y cuádriceps 83 
Figura 7 Estiramiento de gastrocnemios 83 
Figura 8 Estiramiento de cuádriceps 84 
Figura 9 Estiramiento de glúteos 84 
Figura 10 Fases del movimiento en el SJ 89 
Figura 11 Fases del movimiento en el CMJ 89 
Figura 12 Variables de desplazamiento del centro de masas 91 
Figura 13 Variables de fuerza durante el SJ 92 
Figura 14 Variables de fuerza durante el CMJ 92 
Figura 15 
Diagrama de dispersión de la relación entre la 
diferencia real y la esperada entre el SJ y el CMJ en la 
altura de vuelo (Hvuelo) 
97 
Figura 16 Profundidad del contramovimiento 108 
Figura 17 Variables de fuerza durante los CMJ 111 
Figura 18 Variables de velocidad durante los CMJ 112 
 
4 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
Figura 19 Plano frontal del CMJ 130 
Figura 20 Plano lateral del CMJ 130 
Figura 21 Sentadilla profunda 131 
Figura 22 
Comparación entre grupos PW-P (PW: Grupo de 
entrenamiento combinado, P: Grupo de 
entrenamiento pliométrico) para las variables 
biomecánicas analizadas 
144 
Figura 23 
Comparación entre grupos PW-Control (PW: Grupo de 
entrenamiento combinado) para las variables 
biomecánicas analizadas 
145 
Figura 24 
Comparación entre grupos P-Control (P: Grupo de 
entrenamiento plimétrico) para las variables 
biomecánicas analizadas 
146 
 
 
ÍNDICE DE TABLAS 
 
Figuras
Título Página 
Tabla 1 
Resultados (media ± SD) de las variables de 
desplazamiento. 
94 
Tabla 2 Resultados (media ± SD) de las variables de fuerza. 95 
Tabla 3 
Regresión múltiple para predecir la influencia de 
las variables de desplazamiento y aplicación de 
fuerza sobre los cambios en la altura de vuelo entre 
el SJ y el CMJ. 
96 
Tabla 4 
Resultados (media ± SD) de la altura y de las variables 
de desplazamiento del centro de masas. 
115 
Tabla 5 Resultados (media ± SD) de las variables de fuerza. 116 
Tabla 6 
Resultados (media ± SD) de las variables de velocidad 
del centro de masas. 
117 
Tabla 7 Características iniciales de los grupos (Media ± SD). 129 
Tabla 8 Programa de entrenamiento. 133 
Tabla 9 
Resultados del entrenamiento combinado sobre la 
altura saltada y potencia durante el CMJ (Media ± SD). 
137 
Tabla 10 
Resultados del entrenamiento combinado sobre las 
variables de fuerza aplicada durante el CMJ (Media ± 
SD). 
137 
Tabla 11 
Resultados del entrenamiento combinado sobre la 
velocidad, desplazamiento y el tiempo durante el CMJ 
(Media ± SD). 
138 
Tabla 12 
Resultados del entrenamiento pliométrico sobre la 
altura saltada y potencia durante el CMJ (Media ± SD). 
139 
 
 
Tabla 13 
Resultados del entrenamiento pliométrico sobre las 
variables de fuerza aplicada durante el CMJ. 
140 
Tabla 14 
Resultados del entrenamiento pliométrico sobre la 
velocidad, desplazamiento y el tiempo durante el CMJ 
(Media ± SD). 
140 
Tabla 15 
Resultados del grupo control en la altura saltada y 
potencia durante el CMJ (Media ± SD). 
141 
Tabla 16 
Resultados del grupo control en las variables de fuerza 
aplicada durante el CMJ (Media ± SD). 
142 
Tabla 17 
Resultados del grupo control en la velocidad, 
desplazamiento y el tiempo durante el CMJ (Media ± 
SD). 
142 
 
 
 
 
 
ESTADO DE LA 
CUESTIÓN 
 
 
 
25 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
1.1 EL SALTO VERTICAL EN LA ACTUALIDAD 
El salto vertical ha sido y continúa siendo, objeto de interés 
general tanto en la práctica como en la investigación en las ciencias 
del deporte. Es medido y analizado con distintos fines y en 
diferentes tipos de población. Se ha utilizado para determinar el 
riesgo de lesión en distintos cuerpos profesionales (policías, 
militares…) (Moreno-Pérez et al., 2017; Orr, Pope, Peterson, 
Hinton, & Stierli, 2016; Owens et al., 2013), para caracterizar el 
rendimiento en perfiles profesionales (Allison et al., 2015; Laffaye, 
Wagner, & Tombleson, 2014), para valorar la funcionalidad en 
poblaciones clínicas (Riddiford-Harland, Steele, & Baur, 2006; 
South et al., 2016), así como para discernir entre poblaciones de 
distintas edades o diferente nivel de habilidad motriz (Argaud, de 
Fontenay, Blache, & Monteil, 2016; Floria, Gómez-Landero, & 
Harrison, 2014; Floría & Harrison, 2014; Palmer, Followay, & 
Thompson, 2017). No obstante, a pesar de su utilización en 
ámbitos no relacionados específicamente con el rendimiento 
deportivo, es en éste donde cuenta con un mayor interés por parte 
de los investigadores, entrenadores y practicantes. El salto vertical 
es una de las habilidades que se utilizan a la hora de valorar las 
diferencias entre jugadores de élite y de niveles inferiores (Moss, 
McWhannell, Michalsik, & Twist, 2015; Torres-Unda et al., 2013). 
También es utilizado para evaluar el efecto de diferentes 
1. 
 
26 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
metodologías y cargas de entrenamiento sobre la capacidad de 
aplicar fuerza a través de las extremidades inferiores (Barjaste & 
Mirzaei, 2017; Kobal, Loturco, et al., 2017). Debido a su 
popularidad, existen multitud de investigaciones que tienen como 
objeto de estudio el salto vertical, situándolo como una de las 
habilidades fundamentales a evaluar en el rendimiento deportivo, 
desde las pruebas atléticas, en las que el éxito de la competición es 
determinado por la propia altura del salto, hasta los deportes 
colectivos, donde se ha observado que existe un elevado número 
de acciones que implican salto (Drinkwater, Pyne, & McKenna, 
2008; Krüger, Pilat, Ückert, Frech, & Mooren, 2014; Sheppard et 
al., 2008; Stølen, Chamari, Castagna, & Wisløff, 2005; Ziv & Lidor, 
2009). 
A pesar de los importantes avances conseguidos en los 
últimos años, en cuanto al conocimiento de la biomecánica 
subyacente al salto vertical, hay aspectos que a día de hoy, siguen 
generando controversia entre los estudios publicados. Conocer los 
factores que determinan las diferencias existentes entre algunos 
de los tipos de salto más utilizados, así como, conocer si es posible 
aumentar su rendimiento modificando su ejecución, o saber el 
efecto que tienen algunos de los entrenamientos más utilizados 
sobre las variables biomecánicas del salto, son algunos de los 
aspectos en los que aún se necesita continuar ampliando el 
conocimiento (Sperlich, Behringer, & Mester, 2016; Stojanović, 
 
 
 
27 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
Ristić, McMaster, & Milanović, 2017; Van Hooren & Zolotarjova, 
2017). 
1.2 METODOLOGÍAS DE MEDICIÓN DEL SALTO VERTICAL 
Existen diferentes metodologías a la hora de medir el salto 
vertical. En función de la medición realizada, es posible calcular la 
altura del salto y sus variables biomecánicas. Existen diferentes 
metodologías las cuales puede ser agrupadas en (García-López, 
Peleteiro, Rodriguez-Marroyo, Morante, & Villa, 2003): 
 Aquellas que miden la distancia existente entre dos 
puntos. 
 Aquellas que miden el tiempo de vuelo. 
 Aquellas que miden la aceleración. 
 Aquellas que miden la velocidad. 
 Aquellas que miden la fuerza aplicada a lo largo del 
gesto. 
1.2.1 LA MEDICIÓN DEL SALTO A TRAVÉS DE LA DISTANCIA 
ENTRE DOS PUNTOS 
La medición del salto a través de la distancia existente entre 
dos puntos, consiste en marcar la altura de un punto anatómico 
del cuerpo en la posición inicial, para posteriormente, marcar la 
altura de ese mismo punto anatómico cuando el participante se 
encuentra en el punto más alto del salto. Es frecuente la utilización 
de los dedos de la mano, marcando la posición inicial con su 
 
28 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
hombro completamente flexionado y ambos pies en el suelo, para 
posteriormente marcar con los mismos dedos de la mano el punto 
más elevado durante el salto. Para llevar a cabo esta metodología, 
habitualmente se utiliza el sistema “Vertec” (Burkett, Phillips, & 
Ziuraitis, 2005; Channell & Barfield, 2008; Vint & Hinrichs, 1996). 
Este aparato consiste en un poste vertical que en su parte superior 
tiene acopladas una serie de varillas horizontales que se mueven al 
ser golpeadas, de tal forma que se puede conocer la altura saltada 
(Figura 1). Algunos estudios han tratado de valorar la fiabilidad de 
la “Vertec” para determinar la altura saltada y no ha mostrado ser 
un método muy fiable (Leard et al., 2007; Nuzzo, Anning, & 
Scharfenberg, 2011). Esta metodología, tiene la problemática de 
que el participante puede variar la 
posición del punto anatómico 
seleccionado al inicio del 
movimiento mediante la 
elevación o depresión de las 
escápulas aumentando así la 
distancia entre el punto inicial y 
final. Además, en el caso de 
utilizar los dedos de la mano para 
determinar el punto final, exige 
que el participante sea capaz de 
marcar en el dispositivo el punto 
más alto del salto. 
Figura 1. “Vertec” Imagen extraída de: 
https://accesshealth.com.au/vertec-jump-test el 10/12/2017 
 
https://accesshealth.com.au/vertec-jump-test
 
 
 
29 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
1.2.2 LA MEDICIÓN DEL SALTO A TRAVÉS DE TIEMPO DE VUELO 
Los métodos relacionados con la medición del tiempo de 
vuelo, utilizan dispositivos que son capaces de detectar cuándo los 
pies están en contacto con el suelo o la superficie del propio 
dispositivo y cuándo
están en el aire (plataformas de contacto, 
sensores de infrarrojos, vídeo,…) (Battaglia, Paoli, Bellafiore, 
Bianco, & Palma, 2014; Khlifa et al., 2010; Leard et al., 2007). De 
esta forma, se puede conocer el tiempo que el participante está en 
el aire. A través de este tiempo, es posible conocer la velocidad de 
despegue a través de las ecuaciones de cinemática de la caída libre 
(Linthorne, 2001): 
𝑉𝑒𝑙𝑜𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑒𝑔𝑢𝑒 = 
𝑔𝑟𝑎𝑣𝑒𝑑𝑎𝑑 · 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑑𝑒 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑜
2
 
Una vez conocida la velocidad de despegue, es posible 
calcular la altura de vuelo que ha sido alcanzada con la siguiente 
ecuación: 
𝐴𝑙𝑡𝑢𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑜 = 
𝑣𝑒𝑙𝑜𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑒𝑔𝑢𝑒2
2 · 𝑔𝑟𝑎𝑣𝑒𝑑𝑎𝑑
 
Este tipo de metodología ha sido utilizada, con distintos 
dispositivos, en un gran número de investigaciones (Battaglia et al., 
2014; Khlifa et al., 2010; Leard et al., 2007). Su fiabilidad y validez 
ha sido comprobada en múltiples ocasiones por lo que se 
considera un método fiable y válido para conocer la altura de vuelo 
 
30 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
(Leard et al., 2007; Nuzzo et al., 2011). Aun así, un aspecto 
determinante a la hora de realizar mediciones con este tipo de 
dispositivos, es la ejecución del participante. Para que la 
estimación de la altura del salto sea correcta, la posición corporal 
en el despegue ha de ser la misma que en la caída, ya que de lo 
contrario, esta modificación alteraría el tiempo de vuelo. Esta 
limitación ha sido presentada en investigaciones previas, que 
pusieron de manifiesto, que los ángulos articulares de las 
extremidades inferiores, son distintos en el despegue en 
comparación con el aterrizaje (García-López et al., 2003; Kibele, 
1998). En la actualidad, se están utilizado Smartphones para medir 
la altura de vuelo durante un salto vertical, realizándose 
validaciones al respecto con algunos dispositivos comerciales 
(Balsalobre-Fernández, Glaister, & Lockey, 2015; Gallardo-Fuentes 
et al., 2016). El procedimiento es similar, debido a que el cálculo de 
la altura de vuelo es llevado a cabo a través del tiempo que el 
participante está en vuelo. En este caso, el tiempo es determinado 
contando los fotogramas capturados por la cámara de vídeo 
integrada en el Smartphone. Conociendo la frecuencia de 
filmación, es decir, el tiempo que transcurre entre cada fotograma, 
y el número de fotogramas en los que el participante está en el 
aire, se calcula el tiempo de vuelo del salto. No obstante, este tipo 
de dispositivos tienen la misma limitación que las plataformas de 
contacto o sensores con infrarrojos en cuanto a la posición inicial y 
final del salto. Otra de las limitaciones de estos dispositivos se 
encuentra a la hora de calcular otras variables diferentes al tiempo 
 
 
 
31 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
y altura de vuelo. Variables determinantes para el rendimiento del 
salto vertical como pueden ser la fuerza aplicada o la distancia 
sobre la que ésta se aplica, no pueden ser medidas. Aunque 
recientemente se ha propuesto una metodología que permite 
estimar los valores de fuerza media, la velocidad media y la 
potencia media obtenidos durante el salto vertical a partir del 
tiempo de vuelo (Jiménez-Reyes et al., 2017; Samozino, Morin, 
Hintzy, & Belli, 2008). No obstante, otras variables de fuerza, así 
como variables de velocidad durante la fase de contramovimiento, 
no han sido calculadas con esta metodología. Sin embargo, las 
variables del contramovimiento han mostrado ser determinantes a 
la hora de analizar el salto vertical (Meylan, Nosaka, Green, & 
Cronin, 2010). 
1.2.3 LA MEDICIÓN DEL SALTO A TRAVÉS DE LA ACELERACIÓN 
La aceleración, es otro de los métodos que se ha utilizado 
para evaluar el salto vertical. Los acelerómetros son capaces de 
registrar la aceleración en los tres ejes del espacio de forma 
simultánea. A partir de la aceleración se calculan variables de 
fuerza, velocidad o desplazamiento. Multitud de estudios han 
evaluado la fiabilidad y validez de distintos acelerómetros 
comerciales a la hora de conocer la altura saltada y algunas de las 
variables que determinan el salto vertical (McMaster, Gill, Cronin, 
& McGuigan, 2014). Uno de los aspectos críticos en el uso es el 
lugar donde se coloca el dispositivo. Los investigadores han situado 
 
32 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
los acelerómetros principalmente en dos posiciones: a la altura de 
quinta vértebra lumbar (L5) (Bampouras, Relph, Orme, & Esformes, 
2013; Choukou, Laffaye, & Taiar, 2014; McMaster et al., 2014) o en 
una barra situada a la altura de la séptima vértebra cervical a la 
hora de realizar el salto (Bampouras, Relph, Orme, & Esformes, 
2010; Bampouras et al., 2013; McMaster et al., 2014; McMaster, 
Gill, Cronin, & McGuigan, 2013). Los resultados obtenidos en 
cuanto a la fiabilidad de los acelerómetros cuando eran situados en 
L5, como cuando eran colocados en la barra, mostraron una 
fiabilidad elevada para variables como altura del salto, fuerza 
máxima, potencia máxima y velocidad máxima (Bampouras et al., 
2010; Bampouras et al., 2013; Choukou et al., 2014; McMaster et 
al., 2013) Sin embargo, los valores que se obtenían en esas 
variables eran distintos en función de la localización del dispositivo 
(Bampouras et al., 2010; Bampouras et al., 2013; Choukou et al., 
2014; McMaster et al., 2014; McMaster et al., 2013). Cuando el 
acelerómetro se situaba en la barra, los valores de fuerza máxima 
eran superiores a los obtenidos cuando el aparato era situado en 
L5 (McMaster et al., 2013). Lo contrario ocurría con la potencia 
máxima y la velocidad máxima, ya que los valores calculados a 
través del acelerómetro situado en la barra, eran superiores a los 
del aparato colocado en L5 (McMaster et al., 2013). Para conocer 
la validez de los acelerómetros se ha utilizado, como “gold 
standard”, la plataforma de fuerza en varias investigaciones 
(Bampouras et al., 2010; Bampouras et al., 2013; Choukou et al., 
2014; McMaster et al., 2013). Los resultados mostraron diferencias 
 
 
 
33 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
significativas en función del lugar donde era colocado el dispositivo 
(McMaster et al., 2014). Cuando el dispositivo era colocado en la 
barra, los valores de fuerza máxima, en comparación con la 
plataforma, eran sobreestimados (Bampouras et al., 2010; 
Bampouras et al., 2013; McMaster et al., 2013). Sin embargo, 
cuando los acelerómetros eran fijados a L5, la fuerza máxima 
durante la fase de propulsión del salto, mostraba valores similares 
a los de la plataforma de fuerza (Choukou et al., 2014; McMaster 
et al., 2013). En cuanto a los valores máximos de velocidad y 
potencia, cuando los acelerómetros eran situados en la barra, 
estos valores resultaron ser válidos en comparación con los 
obtenidos por la plataforma de fuerza (Bampouras et al., 2013; 
McMaster et al., 2013). Contrariamente, al situar el dispositivo en 
L5, los valores máximos de potencia y de velocidad eran 
significativamente inferiores en comparación con los calculados a 
través de la plataforma de fuerza (Choukou et al., 2014; McMaster 
et al., 2013). Una posible explicación, para las diferencias 
encontradas en las variables en función de la localización del 
dispositivo, es que el acelerómetro mide los cambios relativos en 
cuanto a su propia aceleración, mientras que la plataforma de 
fuerza lo hace respecto al centro de masas del participante 
(McMaster et al., 2013). Esta disparidad en las variables que son 
determinantes para el salto vertical, provoca que tengamos que 
diferenciar los resultados cuando son medidos con acelerómetros, 
en función de la posición en la que son situados (McMaster et al., 
 
34 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
2014). La acción del tronco podría ser la causante de estas 
diferencias, siendo el control de
su rotación, a través de un 
giróscopo, una alternativa para corregir esta problemática 
(Picerno, Camomilla, & Capranica, 2011). Otro limitante de los 
acelerómetros, lo encontramos a la hora de medir variables del 
contramovimiento del salto. Esto es debido a que los valores 
calculados de velocidad o potencia, durante la fase de 
contramovimiento, fueron significativamente distintos a los 
alcanzados por la plataforma de fuerza (McMaster et al., 2014). 
Consecuentemente, la necesidad de colocar el acelerómetro sobre 
el participante (cuando es colocado en L5), puede ralentizar la 
toma de datos de muchos participantes en una misma sesión, así 
como la baja validez en la medición de variables que describen la 
fase de contramovimiento, provocan que los acelerómetros no 
sean utilizados a menudo por entrenadores e investigadores. Así, 
es necesario buscar medios que nos permitan medir de forma 
válida un gran número de deportistas. Por último, a la hora de fijar 
el acelerómetro a L5, podríamos cometer pequeños errores en 
cuando a su localización, dando lugar a errores en la medida que 
obtendríamos, lo que podría ser fuente de pequeñas diferencias. 
1.2.4 LA MEDICIÓN DEL SALTO A TRAVÉS DE LA VELOCIDAD 
El salto, también se ha evaluado a través de transductores 
lineales en varias investigaciones (Crewther et al., 2011; Giroux, 
Rabita, Chollet, & Guilhem, 2015; Hansen, Cronin, & Newton, 2011; 
Hori et al., 2007; Marques, Gil, Ramos, Costa, & Marinho, 2011; 
 
 
 
35 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
Marques & Izquierdo, 2014; Marques et al., 2015; Tran et al., 
2011). Estos transductores han mostrado ser fiables para medir la 
altura del salto sin contramovimiento (SJ) (Crewther et al., 2011; 
Giroux et al., 2015; Hansen et al., 2011; McMaster et al., 2014) y la 
altura en el salto con contramovimiento (CMJ) (Marques et al., 
2011; Marques & Izquierdo, 2014; Tran et al., 2011). Además, 
variables como la fuerza máxima, la potencia máxima y la 
producción de fuerza en la unidad de tiempo, durante el CMJ, han 
mostrado un alto grado de fiabilidad (Marques et al., 2011; 
Marques & Izquierdo, 2014; Tran et al., 2011). A pesar de que el 
dispositivo es fiable, Hori et al. (2007), observaron que los valores 
de correlación intra-clase y del coeficiente de variación, fueron 
inferiores y superiores respectivamente, cuando se compararon 
con los de una plataforma de fuerza. Por otro lado, se debe tener 
en cuenta, que la mayoría de los estudios que han utilizado 
transductores lineales, han evaluado variables de la fase propulsiva 
del movimiento, por lo que variables determinantes del 
contramovimiento del salto, no han sido evaluadas a través de 
estos dispositivos (Marques et al., 2011; Marques & Izquierdo, 
2014; Marques et al., 2015; Tran et al., 2011). Nuevas 
investigaciones podrían evaluar la fiabilidad y validez de los 
transductores lineales para la medición del salto vertical con 
contramovimiento y de las variables que lo determinan. Además, 
en la mayoría de las investigaciones, el transductor lineal es fijado 
a una barra que suele estar en un pórtico (Marques et al., 2011; 
 
36 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
Marques & Izquierdo, 2014; Marques et al., 2015; Tran et al., 
2011). El hecho de que esta barra vaya guiada por un carril, podría 
limitar las posibilidades de movimiento del ejecutante en el plano 
transversal y sagital, no permitiendo una ejecución libre del salto. 
Por último, realizar este tipo de mediciones en el interior de un 
pórtico, hace que sea una metodología más compleja que otros 
dispositivos portátiles para llevarlo al campo. 
1.2.5 LA MEDICIÓN DEL SALTO A TRAVÉS DE LA FUERZA 
APLICADA 
Una metodología utilizada con mucha frecuencia cuando se 
pretende analizar un salto consiste en medir valores de fuerza 
durante la ejecución del gesto. Estos valores pueden ser obtenidos 
a través de plataformas de fuerza, capaces de registrar las fuerzas 
de reacción del suelo en cada instante de tiempo. Este tipo de 
dispositivos salvan algunas de las limitaciones expuestas 
anteriormente. En comparación con las metodologías que miden la 
distancia recorrida entre dos puntos anatómicos y aquellas que 
miden el tiempo de vuelo, con las plataformas de fuerza es posible 
conocer variables relacionadas con la aplicación de fuerza, 
velocidad y desplazamiento del centro de masas de los deportistas 
(Cormie, McGuigan, & Newton, 2010c; Crewther et al., 2011; 
Hansen et al., 2011; Hori et al., 2007; McMaster et al., 2013). 
Debido a la posibilidad de conocer la velocidad del participante, 
podemos saber la que tendrá en el instante de despegue (Street, 
McMillan, Board, Rasmussen, & Heneghan, 2001). La posibilidad de 
 
 
 
37 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
calcular la velocidad con la que se despega, evita los errores 
asociados a las diferencias en la posición corporal durante el 
despegue y la caída. En comparación con los acelerómetros, con 
los que se pueden conocer variables de fuerza, velocidad y 
desplazamiento, los registros de la fase de contramovimiento del 
salto vertical, no han sido ampliamente estudiados y sus valores 
distan de los obtenidos por las plataformas de fuerza, ampliamente 
aceptados por los investigadores (Cormie, McGuigan, & Newton, 
2010b; González-Badillo & Marques, 2010; Hori et al., 2007). Por 
último, en la misma línea, los transductores lineales han mostrado 
mayores variaciones que las plataformas de fuerza a la hora de 
calcular las variables de la fase de propulsión del salto (Crewther et 
al., 2011; Hansen et al., 2011) y, tan solo Tran et al. (2011) 
midieron variables de la fase de contramovimiento del salto. La 
metodología basada en los registro de fuerza por unidad de 
tiempo, es utilizada como “gold estandar” en multitud de estudios 
(Crewther et al., 2011; Hansen et al., 2011; Hori et al., 2007; 
McMaster et al., 2014; McMaster et al., 2013). Como hemos visto 
anteriormente, nuevos dispositivos de medida y metodologías que 
tratan de medir el salto vertical u otras variables extraídas del 
mismo, utilizan plataformas de fuerza como dispositivo para 
comparar los resultados obtenidos (Balsalobre-Fernández et al., 
2015; Crewther et al., 2011; Choukou et al., 2014; Hansen et al., 
2011; McMaster et al., 2013). Por todo ello, parece ser el método 
más aceptado y utilizado a la hora de evaluar el salto vertical. No 
 
38 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
obstante, como cualquier método, también tiene sus limitaciones. 
La plataforma de fuerza solo mide el valor de fuerza que se aplica 
contra su superficie en cada instante de tiempo, por lo que el 
resto de variables (velocidad, desplazamiento, potencia) son 
calculadas. Pequeños errores en la medición de alguna de las 
variables, como la masa, podrían provocar grandes modificaciones 
en la altura saltada y en las variables calculadas a través de los 
valores de fuerza y tiempo (Street et al., 2001). Otra limitación 
encontrada al utilizar plataformas de fuerza es el instante en el que 
se establece el despegue del participante. Pequeñas 
modificaciones en la selección del instante de despegue, pueden 
provocar que los resultados de la altura del salto sean inferiores o 
superiores a lo que realmente han sido (Kibele, 1998; Street et al., 
2001). 
En resumen, las metodologías analizadas, podrían ser 
válidas para evaluar el salto vertical. No obstante, se debe tener en 
cuenta, que los resultados para alguna de las variables del salto, 
son distintas en función de la metodología y el dispositivo que se 
utilice. Por tanto, hay que tener cautela a la hora de comparar 
resultados de estudios que utilizan diferentes metodologías de 
medición (McMaster et al., 2014). Entre las analizadas, parece que 
la más aceptada y estudiada por los investigadores, es la 
adquisición de valores de fuerza en la unidad de tiempo, a través 
de
plataformas de fuerza. De este modo, y dado que la utilización 
de más dispositivos de medida, traería como consecuencia 
 
 
 
39 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
distintos valores de una misma variable para un mismo salto, 
podríamos considerar la utilización de la plataforma de fuerza 
como un dispositivo suficientemente capacitado para evaluar la 
habilidad del salto vertical, tanto para conocer su altura, como las 
variables determinantes del mismo en su fase de 
contramovimiento y propulsión. 
1.3 TIPOS DE SALTO 
La monitorización y evaluación del rendimiento deportivo 
es un componente esencial para el entrenamiento (González-
Badillo, Marques, & Sánchez-Medina, 2011; Sanchez-Medina & 
González-Badillo, 2011). El salto vertical es una de las habilidades 
que se miden con mayor frecuencia, aunque son varios los tipos de 
salto que se utilizan. Entre los saltos más utilizados en las 
investigaciones se encuentran el SJ, el CMJ, el CMJ con brazos 
(Abalakov) y el drop jump (DJ). Estos saltos son ejecutados de 
forma monopodal o bipodal, siendo más frecuente el segundo tipo 
de ejecución (Ireton, Till, Weaving, & Jones, 2017; Perez-Gomez & 
Calbet, 2013; Thomas, Comfort, Dos Santos, & Jones, 2017). 
Aunque todos los saltos buscan alcanzar la máxima altura, existen 
diferencias en su ejecución. El SJ consiste en la realización de un 
salto con las manos en las caderas y con brazos en jarra, en el que 
los participantes cuando finalizan la fase de contramovimiento se 
mantienen estáticos con objeto de eliminar los efectos del ciclo 
 
40 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
estiramiento-acortamiento; posteriormente, empujan el suelo para 
alcanzar la mayor altura posible (Figura 2). 
 
Figura 2. Salto sin contramovimiento. 
En el CMJ los participantes mantienen la misma posición de 
brazos pero realizan una fase de contramovimiento previa, seguida 
inmediatamente de una propulsión tratando de saltar lo más alto 
posible (Figura 3). 
 
Figura 3. Salto con contramovimiento. 
 
 
 
41 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
El Abalakov, mantiene la misma estructura que el CMJ pero 
valiéndose de la acción de los brazos para aumentar el impulso 
(Figura 4). 
 
Figura 4. Salto Abalakov. 
Por último el DJ, consiste en dejarse caer desde una altura, 
para posteriormente saltar tratando de alcanzar la máxima altura 
posible (Figura 5). También puede ser realizado con manos libres. 
 
Figura 5. Drop Jump. 
 
42 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
La utilización de estos saltos en la práctica y la investigación 
es frecuente y se han utilizado para evaluar el rendimiento de los 
atletas en multitud de deportes (Drinkwater et al., 2008; Krüger et 
al., 2014; Sheppard et al., 2008; Stølen et al., 2005; Ziv & Lidor, 
2009). Sin embargo, algunos estudios han puesto en duda si estos 
tipos de saltos son representativos de lo que realmente ocurre en 
competición en deportes colectivos, como el fútbol o el baloncesto 
(Currell & Jeukendrup, 2008; Requena et al., 2014). No obstante, 
una investigación reciente, valoró las diferencias entre algunos 
saltos considerados específicos y los tradicionales, concluyendo 
que los tipos de saltos más fiables para estimar la fuerza explosiva, 
en deportistas de diferentes edades, eran el CMJ y el Abalakov 
(Rodríguez-Rosell, Mora-Custodio, Franco-Márquez, Yáñez-García, 
& González-Badillo, 2017). Se requieren más investigaciones en 
cuanto a la necesidad de utilizar test específicos de cada deporte, 
ya que la información que aportan, en comparación con la que 
arrojan los test tradicionales, no necesariamente tendría que ser 
significativamente distinta (Rodríguez-Rosell et al., 2017). Por otro 
lado, en una investigación se observó que cuando se pretende 
valorar la capacidad de aplicar fuerza a través del miembro 
inferior, el SJ y el CMJ son los que muestran una mayor fiabilidad 
(Markovic, Dizdar, Jukic, & Cardinale, 2004). En este sentido, el SJ y 
el CMJ son los dos saltos que más se han analizado, por lo que su 
rendimiento y ejecución han sido ampliamente tratados (Perez-
Gomez & Calbet, 2013). A pesar de esto, el conocimiento sobre 
cómo la ejecución del salto influye en su rendimiento sigue siendo 
 
 
 
43 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
de gran relevancia en la actualidad (Van Hooren & Zolotarjova, 
2017). 
1.4 SJ VERSUS CMJ 
El SJ y el CMJ son dos saltos verticales que permiten extraer 
información relevante para el deportista. Mientras el SJ aporta 
información referente a la capacidad de desarrollar fuerza durante 
una acción concéntrica, el CMJ aporta información en acciones que 
implican un ciclo estiramiento-acortamiento (McBride, Kirby, 
Haines, & Skinner, 2010; McGuigan et al., 2006). Generalmente, 
cuando se realiza un CMJ se consigue alcanzar una mayor altura 
que cuando se realiza un SJ (Bobbert, Gerritsen, Litjens, & Van 
Soest, 1996; Mackala, Stodólka, Siemienski, & Coh, 2013; Markovic 
et al., 2004). Se ha descrito que cuando la diferencia en la altura 
saltada entre estos dos saltos es mayor, se realiza una mejor 
utilización del ciclo estiramiento-acortamiento (McGuigan et al., 
2006; Walshe, Wilson, & Murphy, 1996). Sin embargo, en 
ocasiones no se especifican los mecanismos responsables de las 
diferencias en la altura saltada entre el SJ y el CMJ. Conociendo los 
motivos por los que se produce esta diferencia, podríamos definir 
las causas que lo explican (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). 
Una mayor fuerza residual es una de las explicaciones dadas 
para justificar la diferencia en la altura alcanzada entre el SJ y el 
CMJ. La fuerza residual es el incremento de la fuerza que se 
produce tras un estiramiento previo de una fibra muscular, en 
 
44 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
comparación con la fuerza que produciría esa misma fibra, sin que 
hubiese existido una elongación previa (Bobbert et al., 1996; Van 
Hooren & Zolotarjova, 2017). Varias investigaciones han 
evidenciado el incremento de la fuerza en fibras musculares 
aisladas tras su elongación (Cavagna & Citterio, 1974; Cavagna, 
Citterio, & Jacini, 1975; Rassier, Herzog, Wakeling, & Syme, 2003). 
Sin embargo, algunas investigaciones han cuestionado que los 
fascículos musculares se elonguen durante el contramovimiento 
del CMJ, y que se acortarían o mantendrían su longitud (Kopper, 
Csende, Sáfár, Hortobágyi, & Tihanyi, 2013; Kopper, Csende, 
Trzaskoma, & Tihanyi, 2014; Kurokawa, Fukunaga, Nagano, & 
Fukashiro, 2003). El incremento de la fuerza residual también está 
supeditado al tiempo que transcurre, desde que los elementos 
contráctiles son elongados, hasta que se inicia el acortamiento de 
los mismos (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). El tiempo de retardo 
existente en el CMJ se ha situado en 200 ms, siendo excesivamente 
largo para que pudiera explicar la diferencia entre el SJ y el CMJ 
(Bobbert et al., 1996). Por último, en un estudio en el que se 
generó un modelo matemático para explicar las diferencias entre 
el SJ y el CMJ, existían diferencias entre ambos saltos, sin la 
inclusión de la fuerza residual (Bobbert & Casius, 2005). Por todos 
estos motivos, parece que la fuerza residual no sería la principal 
responsable de las diferencias encontradas en la altura entre estos 
dos tipos de salto. 
 
 
 
45 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
El reflejo de estiramiento es otro mecanismo que se ha 
descrito como posible responsable de las diferencias entre el SJ y el 
CMJ (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). El reflejo se activaría 
cuando las fibras del huso muscular son elongadas o debido a las 
vibraciones del músculo durante la fase de contramovimiento, 
provocando un incremento en el reclutamiento de unidades 
motoras (Day, Bent, Birznieks, Macefield, & Cresswell, 2017; Van 
Hooren & Zolotarjova, 2017). Para comprobar si el reflejo 
aumentaba la activación muscular,
estudios previos analizaron las 
diferencias en la actividad electromiográfica entre el CMJ y el SJ 
(Bobbert et al., 1996; Gollhofer, Strojnik, Rapp, & Schweizer, 1992; 
Kubo et al., 2007). A pesar de que un estudio encontró una 
actividad electromiográfica superior en los flexores plantares 
durante el CMJ (Kubo et al., 2007), otros no encontraron 
diferencias entre los dos saltos (Bobbert et al., 1996; Gollhofer et 
al., 1992). Esto podría ser debido a que en cualquier tipo de salto el 
reclutamiento de unidades motoras es máximo durante la 
propulsión (Kubo et al., 2007; McBride, McCaulley, & Cormie, 
2008). Estos resultados fueron apoyados por un estudio en el que 
no se encontró diferencia en la altura del CMJ con respecto al SJ, 
con la inclusión del reflejo de estiramiento (Bobbert & Casius, 
2005). Toda esta información, parece indicar que la relevancia del 
reflejo de estiramiento, a la hora de explicar las diferencias entre el 
SJ y el CMJ, es mínima o nula. 
 
46 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
La capacidad de almacenar y utilizar la energía elástica es 
otra de las explicaciones que se han dado para determinar las 
diferencias encontradas entre el SJ y el CMJ. La energía se 
almacenaría en los elementos elásticos de la musculatura durante 
la fase de contramovimiento para, posteriormente, generar una 
mayor cantidad de fuerza durante la fase de propulsión, 
provocando el incremento en la altura saltada durante el CMJ 
(Ettema, Huijing, & De Haan, 1992; Komi & Bosco, 1978). Sin 
embargo, una gran cantidad de la energía almacenada, se disiparía 
en calor (Anderson & Pandy, 1993; Bobbert et al., 1996; Kopper et 
al., 2013). Además, el SJ también podría utilizar parte de la energía 
elástica que no se disipase en calor, durante los primeros instantes 
de su ejecución (Finni, Ikegaw, Lepola, & Komi, 2001; Roberts & 
Konow, 2013). Por otro lado, al incluir la energía elástica en un 
modelo matemático para comparar su efecto entre el SJ y el CMJ, 
no se incrementaba el trabajo realizado durante el segundo 
(Bobbert et al., 1996). Todos estos argumentos sugieren que el 
efecto de la energía elástica a la hora de incrementar el 
rendimiento del salto sería pequeño (Van Hooren & Zolotarjova, 
2017). 
A la hora de valorar el rendimiento del SJ y el CMJ, la 
acumulación de estimulación, entendida como el estado activo, es 
otro mecanismo analizado para tratar de explicar las diferencias 
entre estos dos tipos de salto. Se entiende por estado activo, al 
número de sitios activos libres, existentes en los filamentos de 
 
 
 
47 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
actina, para la formación de puentes cruzados a través de las 
cabezas de miosina (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). Se ha 
sugerido, que cuando se realiza el contramovimiento, se genera un 
estado activo superior, al que se produce cuando éste no es 
realizado. Este incremento en el estado activo, podría ser el 
responsable de parte de las diferencias encontradas entre los dos 
saltos (Bobbert & Casius, 2005; Bobbert et al., 1996; Van Hooren & 
Zolotarjova, 2017). En el CMJ se podrían generar puentes cruzados 
durante la fase de contramovimiento, mientras en el SJ esto no 
sería posible (Bobbert & Casius, 2005). El hecho de que exista un 
estado activo superior, podría explicar los valores superiores de 
fuerza alcanzados durante el inicio de la fase de propulsión del 
movimiento del CMJ, en comparación con el SJ (Bobbert et al., 
1996). Otro factor que podría estar relacionado con el estado 
activo y los valores elevados de fuerza al inicio de la propulsión 
sería el tiempo de retardo. Se entiende por tiempo de retardo, al 
tiempo que tarda en transmitirse a las inserciones óseas, la tensión 
muscular generada por los elementos contráctiles de la 
musculatura (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). El tiempo es 
dependiente de la velocidad a la que la fuerza se transmite por los 
tendones (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). Cuanto más rígido sea 
el tendón y mayor sea el estiramiento que se le genere, mayor será 
la velocidad a la que se transmita la fuerza (Kubo, Kanehisa, 
Kawakami, & Fukunaga, 2000; Kubo, Kawakami, & Fukunaga, 
1999). Al realizar un SJ, cuando la posición es mantenida antes del 
 
48 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
inicio de la fase de propulsión, la fuerza de reacción del suelo que 
se registra es la correspondiente al propio peso corporal. Durante 
el CMJ, la fuerza que se consigue en el inicio de la fase de 
propulsión es superior, debido a que se necesita una fuerza extra 
para frenar la velocidad negativa generada durante la fase de 
contramovimiento. Un valor de fuerza superior, provocaría que la 
distensión del tendón fuera mayor, dando lugar a una reducción 
del tiempo a la hora de transmitir la fuerza al hueso (Avis, 
Toussaint, Huijing, & Van Ingen Schenau, 1986; Earp, Newton, 
Cormie, & Blazevich, 2016; Kopper et al., 2013). En definitiva, la 
diferencia entre la altura saltada entre el SJ y el CMJ, podría ser 
parcialmente explicada por el tiempo de retardo y el estado activo 
al inicio de la fase propulsiva (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). 
Otra explicación que se ha aportado para explicar la 
diferencia en la altura alcanzada entre el SJ y el CMJ, es que el 
primero es un salto poco frecuente y los atletas podrían no 
coordinar adecuadamente ese movimiento. Sin embargo, cuando 
se analizó la coordinación de ambos saltos en atletas entrenados, 
no se encontraron diferencias entre los dos tipos de salto (Bobbert 
et al., 1996). 
Por último, la profundidad de los dos saltos ha sido otro 
aspectos evaluado, al observarse una tendencia a que la 
profundidad del contramovimiento fuese inferior en el SJ en 
comparación con el CMJ (Bobbert, Casius, Sijpkens, & Jaspers, 
2008; Bobbert et al., 1996; Hasson, Dugan, Doyle, Humphries, & 
 
 
 
49 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
Newton, 2004; Mitchell, Argus, Taylor, Sheppard, & Chapman, 
2017; Moran & Wallace, 2007). Este hecho, les otorgaría una 
ventaja biomecánica al disponer de mayor distancia para poder 
propulsarse. Para evitar esta ventaja es aceptado entre 
entrenadores y científicos que ambos saltos deben iniciar la fase de 
propulsión con una flexión de rodilla de 90° (Hébert-Losier, Jensen, 
& Holmberg, 2014; Lloyd, Oliver, Hughes, & Williams, 2011; 
Marques & González-Badillo, 2011; McLellan, Lovell, & Gass, 2011). 
A pesar de ello, el ángulo de flexión de rodilla, no es el único 
responsable del desplazamiento del centro de masas, ya que el 
tronco también afecta a dicho desplazamiento (Kopper, Ureczky, & 
Tihanyi, 2012). En este sentido, el criterio de 90° de flexión de 
rodilla, podría ser insuficiente para garantizar un mismo recorrido 
del centro de masas durante la fase de propulsión. A pesar de ello, 
algunas investigaciones mostraron, que aun modificando la 
profundidad del centro de masas en el SJ, la altura conseguida por 
CMJ era superior (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). Quizás por ese 
motivo, la mayoría de las investigaciones previas se han centrado 
en variables relacionadas con la aplicación de fuerza para explicar 
el rendimiento del salto vertical más que en variables relacionadas 
con el rango de movimiento (Cormie, McBride, & McCaulley, 2009; 
Feltner, Bishop, & Perez, 2004; González-Badillo & Marques, 2010; 
Kirby, McBride, Haines, & Dayne, 2011; Nuzzo et al., 2011). 
Algunas investigaciones han mostrado que el pico de fuerza 
alcanzado durante el salto vertical tiene influencia en la altura de 
 
50 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
salto conseguida (Cormie et al., 2009; González-Badillo & Marques, 
2010). Del mismo modo, una mayor fuerza media es desarrollada 
cuando la altura del salto es mayor (Feltner et al., 2004). La fuerza 
en el instante en que comienza la fase propulsiva del movimiento 
también ha sido evaluada, mostrando una relación positiva
con la 
altura del salto vertical (Bobbert & Casius, 2005; Bobbert et al., 
1996; Van Hooren & Zolotarjova, 2017). En otras investigaciones, el 
desplazamiento del centro de masas mostró tener un papel 
relevante a la hora de evaluar el rendimiento del salto vertical 
(Kirby et al., 2011; McBride et al., 2010; Salles, Baltzopoulos, & 
Rittweger, 2011). Por lo tanto, es asumido que las diferencias en la 
altura saltada entre el SJ y el CMJ pueden estar influenciadas tanto 
por variables relacionadas con la aplicación de fuerza como por 
variables relacionadas con el rango de movimiento, a pesar del 
criterio de los 90º de flexión de rodilla. No obstante, se desconoce 
en qué medida cada una de esas variables explica la diferencia de 
altura entre ambos tipos de saltos. Nuevos estudios son necesarios 
para conocer si el criterio de 90° es suficiente para que el centro de 
masas no se vea alterado entre el SJ y el CMJ y, en el caso de que 
se viera alterado el rango de movimiento, cuáles serían las 
consecuencias de este hecho. 
1.5 RENDIMIENTO Y PROFUNDIDAD DEL CONTRAMOVIMIENTO 
El rendimiento del salto vertical es evaluado a través de la 
altura máxima alcanzada durante el vuelo. A la hora de 
comprender los motivos por los que se consigue una mayor altura, 
 
 
 
51 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
varias investigaciones han tratado de determinar cuáles son los 
parámetros biomecánicos que explican la diferencia de 
rendimiento (Barker, Harry, & Mercer, 2017; González-Badillo & 
Marques, 2010). El impulso neto vertical relativo ha mostrado una 
relación prácticamente perfecta con la altura alcanzada en el salto 
vertical (Kirby et al., 2011). El impulso es la integral entre la fuerza 
vertical y el tiempo durante en el que aplica dicha fuerza (McBride 
et al., 2010). De esta definición se deriva que los deportistas para 
poder incrementar el impulso neto relativo tienen tres 
posibilidades: incrementar la fuerza que se aplica contra el suelo, 
incrementar el tiempo durante el cual se está aplicando fuerza o 
incrementar ambas. 
En la práctica, incrementar el tiempo carecería de sentido, 
ya que realizar la fase de propulsión a una velocidad 
voluntariamente baja, traería como consecuencia una velocidad de 
despegue inferior y, por consiguiente, una altura de salto menor 
(Salles et al., 2011). Cuando un deportista pretende desplazar una 
carga o desplazar su cuerpo a la máxima velocidad posible, trata de 
aplicar la mayor cantidad de fuerza en la unidad de tiempo 
(Maffiuletti et al., 2016). Por ello, la única forma lógica de 
incrementar el tiempo para aplicar fuerza, sería ampliar el rango de 
movimiento sobre el cual se aplica fuerza. Para ello, en el salto 
vertical, un aumento de la profundidad del contramovimiento, 
aumentaría el recorrido del centro de masas durante la posterior 
fase de propulsión. Varias investigaciones han evaluado el efecto 
 
52 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
que tiene modificar la profundidad del contramovimiento en la 
altura alcanzada en el salto vertical (Bobbert et al., 2008; Domire & 
Challis, 2007; Gheller et al., 2015; Jidovtseff, Quievre, Nigel, & 
Cronin, 2014; Kirby et al., 2011; Mandic, Jakovljevic, & Jaric, 2015; 
Mandic, Knezevic, Mirkov, & Jaric, 2016; McBride et al., 2010; 
Salles et al., 2011). En todas las investigaciones revisadas, en las 
que la profundidad del contramovimiento era inferior a la 
seleccionada de forma libre por los participantes, el rendimiento 
del salto se veía disminuido (Gheller et al., 2015; Jidovtseff et al., 
2014; Kirby et al., 2011; McBride et al., 2010; Salles et al., 2011). 
Por otro lado, se encuentran discrepancias cuando el 
contramovimiento era superior al seleccionado por los deportistas 
(Bobbert et al., 2008; Domire & Challis, 2007; Gheller et al., 2015; 
Jidovtseff et al., 2014; Kirby et al., 2011; McBride et al., 2010; Salles 
et al., 2011). Estudios de simulación, en los que se generaban 
modelos matemáticos que reproducían saltos con diferentes 
profundidades, mostraron que el rendimiento se veía 
incrementado cuando el recorrido del centro de masas era mayor 
durante la fase de propulsión (Bobbert et al., 2008; Domire & 
Challis, 2007). En los estudios experimentales, cuando se 
incrementaba la profundidad del contramovimiento, no se 
encontraban diferencias significativas en comparación con los 
saltos en los que la profundidad era seleccionada libremente por el 
participante (Gheller et al., 2015; Jidovtseff et al., 2014; Kirby et al., 
2011; Louder, Bressel, & Bressel, 2015; Mandic et al., 2015; 
McBride et al., 2010; Salles et al., 2011). Es necesario entender con 
 
 
 
53 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
mayor profundidad esta discrepancia de resultados para 
comprender la relación existente entre profundidad de 
contramovimiento y rendimiento en el salto vertical para conocer 
si se trata de un parámetro sobre el cual tenga interés intervenir. 
Algunos de los motivos por los que podría existir dicha discrepancia 
son: que la muestra de los estudios que investigaron esta situación 
fue baja en muchos de los casos (Jidovtseff et al., 2014; Louder et 
al., 2015; Mandic et al., 2015), que el procedimiento que se utilizó 
para incrementar la profundidad del contramovimiento, pudo 
limitar las posibilidades de los participantes a la hora de realizar el 
salto (Gheller et al., 2015; Kirby et al., 2011; Salles et al., 2011). 
Esto pudo ser debido a que el movimiento del tronco fue 
restringido, teniendo que mantenerlo erguido durante la ejecución 
del salto (Gheller et al., 2015). Además, otros estudios indicaron a 
los participantes la profundidad del contramovimiento exacta que 
tenían que alcanzar en cada salto, lo que podría haber afectado a 
su ejecución (Kirby et al., 2011; Salles et al., 2011). Por estos 
motivos, se necesita seguir avanzando en posibles alternativas a la 
hora de incrementar el rendimiento del salto vertical modificando 
la profundidad del contramovimiento, tal y como ocurre con los 
estudios de simulación (Bobbert et al., 2008; Domire & Challis, 
2007). Además, los cambios en la profundidad del 
contramovimiento afectan, no solo a la altura alcanzada en el salto 
vertical, sino también a las variables biomecánicas relacionadas 
con la aplicación de fuerza y la velocidad del centro de masas 
 
54 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
(Kirby et al., 2011; Markovic, Mirkov, Nedeljkovic, & Jaric, 2014; 
Salles et al., 2011). 
Incrementos en las fuerzas de reacción generadas por los 
deportistas, incrementan el impulso neto relativo, dando lugar al 
consecuente aumento de la altura en el salto vertical. Varias 
investigaciones han tratado de evaluar la relación existente entre 
variables de aplicación de fuerza con la altura del salto vertical 
(Barker et al., 2017; González-Badillo & Marques, 2010; Salles et 
al., 2011). El pico de fuerza durante la fase de propulsión del salto 
es una de las variables más estudiadas (Barker et al., 2017; 
González-Badillo, Jiménez-Reyes, & Ramírez-Lechuga, 2017; 
González-Badillo & Marques, 2010; Jidovtseff et al., 2014; Kirby et 
al., 2011; Mandic et al., 2015; Salles et al., 2011), aunque los 
resultados encontrados son contradictorios, ya que algunas 
investigaciones encuentran relaciones estadísticamente 
significativas entre el pico de fuerza y la altura de salto (González-
Badillo et al., 2017; González-Badillo & Marques, 2010) y, en otras, 
los resultados son contrarios (Barker et al., 2017; Jidovtseff et al., 
2014; Kirby et al., 2011; Mandic et al., 2015; Salles et al., 2011). 
Estudios previos mostraron que el pico de fuerza disminuía cuando 
la profundidad del contramovimiento se veía incrementada 
(Jidovtseff et al., 2014; Kirby et al., 2011; Salles et al., 2011). Otras 
variables de aplicación de fuerza, como la fuerza media durante la 
fase propulsiva del salto o la fuerza
en el instante de inicio de dicha 
fase, han sido analizadas en investigaciones que evaluaban su 
 
 
 
55 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
relación con el salto vertical (Barker et al., 2017; González-Badillo 
& Marques, 2010). En trabajos en los que se modificaba la 
profundidad del contramovimiento, estas variables no han sido 
suficientemente analizadas. El desarrollo en el conocimiento del 
efecto del desplazamiento del centro de masas sobre las variables 
de aplicación de fuerza, podría ayudar a una mejor compresión de 
aquellos mecanismos implícitos en el salto vertical. Conocer esta 
información podría ser de gran utilidad para preparadores físicos y 
entrenadores en sus intentos por incrementar la altura del salto 
vertical de sus deportistas. 
La velocidad a la que se desplaza el centro de masas podría 
ser otro factor relevante a la hora de explicar el rendimiento del 
salto vertical. En este sentido, la velocidad del centro de masas en 
el instante de despegue determina la altura saltada. Del mismo 
modo, la velocidad máxima durante la fase de propulsión es muy 
similar a la de despegue y tiene una relación muy elevada con esta 
última. Además de las variables de velocidad de la fase propulsiva, 
la velocidad máxima negativa durante la fase de contramovimiento 
ha sido analizada y se observó que estaba relacionada con la altura 
del salto (González-Badillo & Marques, 2010). La profundidad del 
contramovimiento podría afectar a la velocidad que alcanza el 
centro de masas de los participantes al tener un mayor recorrido 
para acelerarlo. Esta variable no ha sido analizada en los estudios 
previos en los que se ha modificado la profundidad del salto 
vertical (Bobbert et al., 2008; Domire & Challis, 2007; Gheller et al., 
 
56 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
2015; Jidovtseff et al., 2014; Kirby et al., 2011; Mandic et al., 2015; 
Mandic et al., 2016; McBride et al., 2010; Salles et al., 2011). 
Conocer si la velocidad del centro de masas es alterada a causa de 
una modificación en la profundidad del contramovimiento, 
aportaría nuevas explicaciones a la hora de comprender los 
cambios en el rendimiento del salto vertical. 
1.6 ENTRENAMIENTO Y SALTO VERTICAL 
A la hora de tratar de mejorar el rendimiento del salto 
vertical, son varios los métodos de entrenamiento que han sido 
propuestos en la bibliografía: entrenamientos pliométricos 
(Chaabene & Negra, 2017; Kobal, Pereira, Zanetti, Ramirez-
Campillo, & Loturco, 2017), entrenamientos con pesas (en la 
presente tesis doctoral se refiere a aquellos ejercicios tradicionales 
de musculación que son realizados con pesos libres y máquinas y 
movimiento olímpicos) (Arazi, Khanmohammadi, Asadi, & Haff, 
2017; Marriner, Cronin, Macadam, & Storey, 2017; Otto III, Coburn, 
Brown, & Spiering, 2012), entrenamientos con plataformas 
vibratorias (Annino et al., 2017; Marshall & Wyon, 2012; Shin, Lee, 
& Song, 2015), entrenamientos con electroestimulación (Billot, 
Martin, Paizis, Cometti, & Babault, 2010; Filipovic et al., 2016; 
Martínez-López, Benito-Martínez, Hita-Contreras, Lara-Sánchez, & 
Martínez-Amat, 2012) y entrenamientos isoinerciales con 
sobrecarga excéntrica (Gonzalo-Skok et al., 2016; Maroto-
Izquierdo, García-López, & De Paz Fernandez, 2016; Naczk, Naczk, 
Brzenczek-Owczarzak, Arlet, & Adach, 2016). Además de estos, la 
 
 
 
57 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
combinación de varios métodos de entrenamiento también ha sido 
evaluada en varias ocasiones, en cuanto al efecto que pueden 
tener en el salto vertical (Hackett, Davies, Soomro, & Halaki, 2016; 
Perez-Gomez & Calbet, 2013; Sperlich et al., 2016). 
1.6.1 ENTRENAMIENTO PLIOMÉTRICO Y SALTO VERTICAL 
 El entrenamiento pliométrico es uno de los métodos más 
utilizados cuando el objetivo es la mejora del salto vertical. Se 
entiende por pliometría a aquellas acciones que se caracterizan por 
la presencia de un ciclo estiramiento-acortamiento, durante el cual 
existe una fase de contramovimiento a la que le sigue, 
inmediatamente, una fase de propulsión (G. Markovic & Mikulic, 
2010; Perez-Gomez & Calbet, 2013). Son muchos los ejercicios 
realizados y catalogados como pliométricos, entre los que destacan 
principalmente el CMJ, el DJ y los saltos repetidos (Perez-Gomez & 
Calbet, 2013). Existe una importante investigación detrás del 
efecto que generan distintos entrenamiento pliométricos sobre la 
capacidad de mejorar el rendimiento del salto vertical (De 
Villarreal, Requena, & Newton, 2010; Markovic, 2007; Stojanović et 
al., 2017). Las revisiones y meta-análisis realizados sobre este 
método de entrenamiento han mostrado que existía una mejora 
en la altura de salto tras el entrenamiento (De Villarreal et al., 
2010; Markovic, 2007; Stojanović et al., 2017). Entre los distintos 
tipos de salto, se observó que los mayores incrementos en el 
rendimiento, se obtenían en aquellos saltos cuya ejecución era más 
 
58 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
similar a los ejercicios de entrenamiento (De Villarreal et al., 2010; 
Markovic, 2007; Stojanović et al., 2017). En este sentido, en el DJ y 
en el CMJ, las mejoras acontecidas en la altura del salto vertical 
eran superiores frente al SJ (Stojanović et al., 2017). El hecho de 
que durante el SJ el participante se mantenga durante al menos 2 
segundos estático en el punto más bajo, limitaría la acción del ciclo 
estiramiento acortamiento (Gerodimos et al., 2008; G. Markovic & 
Mikulic, 2010). Además, las mejoras eran superiores en el DJ frente 
al CMJ; esto sería debido a que la mayoría de ejercicios 
pliométricos incluyen una caída previa a la realización de un nuevo 
salto (Stojanović et al., 2017). Por otro lado, la mayoría de los 
artículos revisados se limitan a evaluar el rendimiento del salto 
vertical a través de la altura alcanzada (De Villarreal et al., 2010; 
Markovic, 2007; Stojanović et al., 2017). Sin embargo, en la 
búsqueda de una mejor comprensión del efecto que tiene el 
entrenamiento pliométrico sobre el salto vertical, se hace 
necesaria la evaluación del efecto que tiene dicho entrenamiento, 
en las variables biomecánicas que lo determinan. Dicha 
información podría ayudar a los entrenadores, preparadores físicos 
e investigadores, a la hora de proponer un tipo de entrenamiento u 
otro, en base al déficit que tengan durante la ejecución del salto 
vertical. 
 
 
 
 
 
59 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
1.6.2 ENTRENAMIENTO CON PESAS Y SALTO VERTICAL 
El entrenamiento con pesas es un método caracterizado 
por la movilización de resistencias como pueden ser mancuernas, 
barras, placas pertenecientes a poleas y máquinas, etc. Las cargas 
en estos entrenamientos suelen ser expresadas en base a la 
máxima carga que los participantes son capaces de movilizar una 
vez, denominada repetición máxima (1RM). Se suele realizar una 
división dentro de este entrenamiento en base al tipo de carga 
utilizada. Cuando las intensidades se sitúan entre el 80% y el 100% 
de la 1RM, las cargas de entrenamiento son consideradas como 
altas (Perez-Gomez & Calbet, 2013). Por otro lado, cuando la 
intensidad se encuentra entre el 30% y el 50% de la 1RM se 
corresponderían con cargas bajas (Perez-Gomez & Calbet, 2013). 
Entendemos por tanto, que entre el 50% y el 80% de la 1RM las 
cargas serían consideradas como medias. 
El entrenamiento con pesas ha sido utilizado para mejorar 
el rendimiento del salto vertical, involucrando distintos ejercicios 
centrados en el tren inferior (Arazi et al., 2017; Marriner et al., 
2017; Otto III et al., 2012). Dentro de ellos destacan, por un lado, 
los entrenamientos que comprenden movimientos olímpicos, 
como la cargada y la arrancada (Hackett et al., 2016) y, por otro 
lado, ejercicios tradicionales con pesas, entre los que destaca la 
sentadilla por ser el más utilizado (Sperlich et al., 2016). De los 
estudios que han evaluado el efecto
de entrenamientos 
 
60 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
tradicionales con pesas, se concluye que existe un efecto positivo 
para la mejora del rendimiento del salto vertical (Perez-Gomez & 
Calbet, 2013; Sperlich et al., 2016). Dentro de este tipo de 
entrenamiento, se observó, que las mayores mejoras se 
encontraban cuando las cargas utilizadas eran medias y bajas, 
siendo los participantes capaces de alcanzar velocidades elevadas 
durante la ejecución de los ejercicios (Perez-Gomez & Calbet, 
2013). Ello podría estar justificado debido al tiempo de aplicación 
de fuerza que tienen los participantes durante la ejecución de un 
salto vertical, en el cual se hace necesario generar una importante 
cantidad de fuerza en el tiempo disponible que se tiene (Tillin, 
Pain, & Folland, 2013). Al realizarse estos movimientos a una 
mayor velocidad, serían más similares al salto vertical y generarían 
un mayor incremento en su rendimiento (Perez-Gomez & Calbet, 
2013). No obstante, con cargas altas también se han observado 
mejoras en el rendimiento del salto vertical (Perez-Gomez & 
Calbet, 2013). Por otro lado, se ha comparado el efecto, sobre el 
salto vertical, cuando se utilizaban ejercicios tradicionales de pesas 
y ejercicios correspondientes a movimiento olímpicos (Arabatzi & 
Kellis, 2012; Channell & Barfield, 2008; Hoffman, Cooper, Wendell, 
& Kang, 2004). De un meta-análisis se extrae, que los 
entrenamiento realizados con movimientos olímpicos, conseguían 
un incremento del rendimiento del salto vertical, un 5,10% mayor 
que aquellos entrenamientos en los que se realizaban ejercicios 
tradicionales de fuerza (Hackett et al., 2016). 
 
 
 
61 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
El número de trabajos de investigación que han evaluado el 
efecto que tiene el entrenamiento con pesas es amplio y se 
considera que da lugar a un efecto positivo sobre el salto vertical 
(Hackett et al., 2016; Perez-Gomez & Calbet, 2013; Sperlich et al., 
2016). Sin embargo, existen dos lagunas dentro de la gran cantidad 
de trabajos llevados a cabo durante estos años. Por un lado, el 
número de estudios realizados con mujeres se considera 
insuficiente para obtener conclusiones claras en los meta-análisis 
realizados (Sperlich et al., 2016; Stojanović et al., 2017). Por otro 
lado, en la gran mayoría de los estudios realizados, la valoración 
del incremento en el rendimiento del salto vertical ha quedado 
limitada a la medición de la altura saltada (Marriner et al., 2017; 
Perez-Gomez & Calbet, 2013; Sperlich et al., 2016). No obstante, 
algunos trabajos han analizado variables biomecánicas del salto 
vertical, desarrollando el conocimiento sobre este tipo de 
entrenamientos y los motivos por los cuales consigue incrementar 
la altura del salto vertical (Cormie, McGuigan, & Newton, 2010a; 
Cormie et al., 2010b, 2010c; Kijowksi et al., 2015). 
Dentro de las investigaciones que han evaluado el efecto 
del entrenamiento en las variables biomecánicas que determinan 
el salto vertical encontramos trabajos que han utilizado cargas 
bajas, y otros, que han utilizado cargas altas, en base al criterio 
expuesto anteriormente (Cormie et al., 2010a, 2010b, 2010c). En 
los estudios que se utilizaron cargas bajas, éstas fueron inferiores 
al 30% 1RM. Se obtuvieron incrementos en variables de la fase de 
 
62 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
contramovimiento del salto, observando que se producía un 
incremento en la potencia, la velocidad y el desplazamiento del 
centro de masas (Cormie et al., 2010b). Por otro lado, en la fase de 
propulsión se observó un incremento en la potencia, la fuerza, el 
impulso neto y la velocidad del centro de masas (Cormie et al., 
2010a, 2010b). En conclusión, que este tipo de entrenamiento 
puede dar lugar a una optimización del ciclo estiramiento-
acortamiento, permitiendo a los participantes incrementar la 
cantidad de fuerza que eran capaces de aplicar en la unidad de 
tiempo. Ello daba lugar, a una mayor aceleración y velocidad de su 
centro de masas, dando como resultado el incremento en la altura 
del salto vertical (Cormie et al., 2010a). 
Por otro lado, se evaluó el efecto que tenían 
entrenamientos con pesas que incluían cargas altas, superiores al 
75% de la 1RM sobre diferentes variables biomecánicas del salto. 
Dentro de los parámetros evaluados en la fase de 
contramovimiento, la potencia, la velocidad durante el 
contramovimiento y el desplazamiento del centro de masas, 
mostraron un incremento tras el entrenamiento (Cormie et al., 
2010b). Del mismo modo, se incrementó el impulso neto, la fuerza 
y la velocidad del centro de masas durante la fase de propulsión 
del salto (Cormie et al., 2010a). En conclusión, con este tipo de 
cargas, las mejoras se asociaron al incremento en la capacidad 
contráctil de la musculatura, que daría lugar a que el peso corporal 
supusiera una carga relativa inferior para los deportistas (Cormie et 
 
 
 
63 ESTADO DE LA CUESTIÓN 
al., 2010a, 2010b; Perez-Gomez & Calbet, 2013). Los estudios 
revisados que evaluaron variables biomecánicas del salto, 
propusieron las cargas de entrenamiento en sentadilla en base a la 
realización de un test de 1RM (Cormie et al., 2010a, 2010b). A 
pesar de que a la mitad del entrenamiento se volvió a realizar el 
test de 1RM para recalcularla y ajustar las cargas a los porcentajes 
empleados, las cargas no fueron cuantificadas de manera precisa. 
En este sentido, se necesitan nuevos estudios en los que las cargas 
estén cuantificadas de manera precisa durante cada sesión y se 
evalúe el efecto que tiene el entrenamiento de pesas sobre las 
variables biomecánicas que determinan el salto. La velocidad 
media propulsiva de cada repetición podría ser un método 
adecuado a la hora de cuantificar estas cargas de entrenamiento. 
(Conceição, Fernandes, Lewis, Gonzaléz-Badillo, & Jimenéz-Reyes, 
2016; González-Badillo & Sánchez-Medina, 2010). 
1.6.3 ENTRENAMIENTO COMBINADO DE PESAS Y PLIOMETRÍA 
El entrenamiento combinado de pesas y pliometría engloba 
la aplicación de los dos métodos expuestos anteriormente de 
manera conjunta. Existen dos alternativas, por un lado la inclusión 
dentro de una misma sesión de entrenamiento de ejercicios con 
pesas y pliometría y, por otro lado, la realización de sesiones de 
entrenamiento de pesas un día y la realización de ejercicios 
pliométricos en otro día distinto. La ejecución previa de un 
ejercicio con pesas dentro de una misma sesión, podría servir 
 
64 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 
como potenciación para un posterior ejercicio pliométrico 
(Hodgson, Docherty, & Robbins, 2005), aunque no existen 
evidencias suficientes para considerar que una de las dos 
alternativas de lugar a un mejor rendimiento en la altura del salto 
vertical (Perez-Gomez & Calbet, 2013). 
La utilización del entrenamiento combinado de pesas y 
pliometría vendría justificado porque un salto vertical exige una 
necesidad importante de fuerza, que debe ser aplicada a una gran 
velocidad. El entrenamiento combinado de pesas y pliometría ha 
sido utilizado para mejorar el salto vertical obteniéndose una 
mejora de su rendimiento (Perez-Gomez & Calbet, 2013). La 
mayoría de trabajos revisados coinciden en que la combinación del 
entrenamiento de pesas y pliometría, generan mayores 
incrementos en la altura del salto, en comparación a cuando estos 
son aplicados de forma aislada (Perez-Gomez & Calbet, 2013). Al 
igual que ocurría con el entrenamiento pliométrico y el 
entrenamiento con pesas, la evaluación del rendimiento del salto 
vertical ha sido realizada principalmente a través de la altura 
alcanzada. Sólo en algunas investigaciones, se evaluaron variables 
biomecánicas del salto vertical (Arabatzi, Kellis, & De Villarreal, 
2010; Kijowksi et al., 2015). En esos trabajos se utilizaron cargas 
altas durante el entrenamiento

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