Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Esta es una vista previa del archivo. Inicie sesión para ver el archivo original
Alberto Sánchez Sixto | 2018 DIRECTOR: Pablo Floría Martín TE SI S D OC TO RA L LA RELEVANCIA DE LA PROFUNDIDAD DEL CONTRAMOVIMIENTO EN EL RENDIMIENTO DEL SALTO VERTICAL Alberto Sánchez Sixto | 2018 DIRECTOR: Pablo Floría Martín TE SI S D OC TO RA L LA RELEVANCIA DE LA PROFUNDIDAD DEL CONTRAMOVIMIENTO EN EL RENDIMIENTO DEL SALTO VERTICAL 0 0.1 0.2 0.3 0.4 200 400 600600600 800 1000 1200 0 0.1 0.2 0.3 0.4 200 400 600 800 1000 1200 400 200 EL DOCTOR PABLO FLORÍA MARTÍN PROFESOR DEL DEPARTAMENTO DE DEPORTE E INFORMÁTICA Y PROFESOR DEL PROGRAMA DE DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA DEL DEPORTE DE LA UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE CERTIFICA QUE: La Tesis Doctoral titulada: “La relevancia de la profundidad del contramovimiento en el rendimiento del salto vertical” realizada por D. ALBERTO SÁNCHEZ SIXTO, ha sido realizada bajo mi dirección, cumpliendo con los requisitos de calidad, originalidad y rigor científico necesarios a mi juicio. De este modo autorizo su depósito, defensa y presentación ante el Tribunal designado por la Universidad Pablo de Olavide. Y para que así conste, expido y firmo este informe en Sevilla, a 7 de mayo de 2018. Dr. Pablo Floría Martín “En cuestiones de ciencia, la autoridad de mil no vale lo que el humilde razonamiento de un solo individuo” Galileo Galilei (1564-1642) AGRADECIMIENTOS En primer lugar, quisiera agradecer a mi director de tesis, Pablo Floría Martín, todo el apoyo y ayuda que me ha ofrecido para llevar a cabo este trabajo. Él es el principal responsable de que hoy esté escribiendo estás palabras. Aunque realmente y siendo honesto, sería muy injusto agradecerle solamente la implicación que ha tenido en la tesis, ya que desde cuarto de carrera y de forma absolutamente desinteresada, se prestó a ayudarme en todas las inquietudes que me iban surgiendo, muchas de ellas generadas por el mismo. Sin todas las oportunidades ofrecidas, posiblemente hoy estaría desempeñando una labor bien distinta, pero gracias a su apoyo y dedicación, hoy puedo decir lo contrario. Ha sido un ejemplo a seguir a nivel personal y profesional desde el inicio. Tengo que agradecer también a mi familia (mi madre María del Carmen, mi padre José Alberto, mi hermano Pablo y mi abuela Inés) con los que he tenido la suerte de convivir toda la vida. Ellos son los responsables de mi formación, de muchos de los valores en los que creo y, en cierta forma, de ser como soy a día de hoy. He tenido la suerte de gozar de todas las oportunidades que cualquiera podría desear y siempre he notado la confianza de ellos en lo que hacía. Hoy soy el producto que vosotros creasteis y que habéis ido modelando con el paso de estos 29 años. Agradezco también a mi pareja Cristina, que es a la que le toca soportar el tiempo y esfuerzo que supone esta tesis, junto con el resto de actividades que llevo simultáneamente. Es la persona responsable de mi estabilidad emocional, la cual me permite sacar la mejor de mí, día tras día. Es esa persona capaz de comprender la importancia que tiene para mí lo que hago y servirme siempre de apoyo. Gracias por dar sentido a mi vida, por el cariño diario y por conseguir que cada día pase volando desde que estoy a tu lado. Es de recibo agradecer a todos los que han participado de manera absolutamente voluntaria en los distintos estudios de esta tesis, que han invertido parte de su tiempo en algo que ni les iba ni les venía, haciéndolo con ánimo y entusiasmo. Especial mención al equipo Senior Femenino del Náutico, por la implicación y las buenas temporadas de las que disfrutamos. Sin la participación de todos vosotros, esta tesis nunca se hubiera podido realizar, sois aquello que nadie ve, pero que de no existir, no habría más que nada. Gracias a todos mis compañeros de la Fundación CEU San Pablo Andalucía, porque aunque de lunes a viernes vayamos a trabajar, hay personas que en sus vacaciones se divierten menos que nosotros cada día en el trabajo. Sois muchos los que habéis estado encima mía para que terminara con ella, y por fin, ahora ya de verdad puedo decir: “Ya he terminado la tesis”. Quiero hacer una mención especial a nuestro compañero Guillermo Domenech, responsable de la portada de esta tesis, por ofrecerte a invertir parte de tu tiempo en ello. Por último, agradecer a todas las personas que de manera directa o indirecta, han generado un impacto en mi vida, ya que la suma de todo ello, es el resultado de lo que soy hoy y la base de lo que seré mañana. RESUMEN En la presente tesis doctoral se plantearon tres objetivos principales. Todos ellos giran en torno a la influencia de la profundidad del contramovimiento sobre el rendimiento del salto vertical. Para dar respuesta a todos los objetivos propuestos se realizaron tres estudios. El primer estudio tuvo como objetivo determinar la influencia de las variables relacionadas con la aplicación de fuerza y la profundidad del centro de masas en las diferencias en la altura saltada entre el salto sin contramovimiento (SJ) y el salto con contramovimiento (CMJ). Participaron veintiséis hombres, realizando tres SJ y tres CMJ con 90° de flexión de rodilla. El desplazamiento del centro de masas y la fuerza media durante la fase de propulsión fueron significativamente superiores en el CMJ en comparación con el SJ, explicando el 75% de la diferencia entre los dos saltos y teniendo un 30% más de influencia el desplazamiento del centro de masas. No hubo diferencias en la fuerza máxima. Los resultados sugieren la necesidad de examinar diferencia entre el SJ y el CMJ cuando el criterio establecido es 90° de flexión de rodilla. El segundo estudio tuvo como objetivo determinar cómo modificaciones en la profundidad del contramovimiento del salto vertical podrían dar lugar, tanto a cambios en el rendimiento del salto vertical, como a cambios en parámetros relacionados con la fuerza aplicada y velocidad generada. Veintinueve hombres activos participaron en esta investigación, realizando nueve saltos con contramovimiento variando su profundidad: tres con una profundidad libremente seleccionada, tres con una profundidad mayor que la autoseleccionada y tres con una profundidad menor que la autoseleccionada. La altura de salto y el impulso neto relativo fueron mayores cuando el salto fue ejecutado con mayor profundidad que cuando fue libremente seleccionado. Las variables de aplicación de fuerza no mostraron diferencias entre el salto con mayor profundidad y el libremente seleccionado, aunque el salto con menor profundidad de contramovimiento mostró valores superiores en los parámetros de aplicación de fuerza. El salto con mayor profundidad mostró mayores velocidades del centro de masas que los saltos autoseleccionados, mientras que el salto con menor profundidad dio lugar a menores velocidades que el autoseleccionado. Los resultados de esta investigación fueron consistentes con estudios de simulación, mostrando que una mayor profundidad del contramovimiento daba lugar a incrementos en el impulso neto relativo, permitiendo una mayor altura de salto. Además, la velocidad máxima durante el contramovimiento fue superior cuando este era más profundo. Por último, no se necesitó de valores superiores en las variables de aplicación de fuerza para obtener incrementos en la altura saltada, cuando el desplazamiento del centro de masas era mayor. El tercer estudio tuvo como objetivo evaluar el efecto del entrenamiento pliométrico y el entrenamiento combinado de pesas y pliometría en las variables de fuerza, potencia, velocidad, tiempo y desplazamiento que determinan el rendimiento en el salto vertical. Treinta y seis jugadoras de baloncesto participaron en este estudio y se dividieron en 3 grupos: entrenamiento pliométrico, n = 11; entrenamiento combinado de pesas y pliometría, n = 13; y control, n = 12. El entrenamiento combinado consistió en ejercicios de sentadilla profunda con cargas ligeras (50-65% 1RM) y pocas repeticiones (3-6 repeticiones/serie) combinado con saltos repetidos. El entrenamiento pliométrico incluyó saltos con caída (drop jump) y saltos repetidos. Los dos métodos de entrenamiento mostraron un incremento en el rendimiento del salto, en los que el tamaño del efecto fue substancial y moderado, aunque el entrenamiento combinado de pesas y pliometría obtuvo valores superiores al entrenamiento pliométrico. Los dos métodos de entrenamiento incrementaron la velocidad vertical y el desplazamiento del centro de masas. En cuanto a la fuerza aplicada, tras el entrenamiento pliométrico, se vieron disminuidas las variables de aplicación de fuerza del salto vertical, mientras que tras el entrenamiento combinado de fuerza y pliometría se obtuvieron valores similares. La potencia generada durante el salto vertical se incrementó con el entrenamiento combinado y se mantuvo estable con el entrenamiento pliométrico. Los resultados indican que el entrenamiento combinado de pesas y pliometría podría ser un método más completo a la hora de mejorar el rendimiento del salto vertical. Las principales conclusiones de la presente tesis doctoral se asocian a cada uno de los objetivos marcados. En este sentido podemos dividirlos en tres grandes conclusiones. En primer lugar, el criterio de 90° de flexión de rodilla parece ser insuficiente para asegurar que el desplazamiento del centro de masas sea el mismo entre el SJ y el CMJ. Además, esta diferencia en el desplazamiento de masas es la principal responsable de las diferencias en la altura saltada entre ambos saltos. En segundo lugar, una orden simple que incremente la profundidad del contramovimiento, puede dar lugar a incrementos en el rendimiento del salto vertical. Además, las variables de aplicación de fuerza se ven modificadas con la profundidad del contramovimiento y valores superiores no necesariamente generan incrementos en la altura saltada. En tercer lugar, el entrenamiento combinado de pesas y pliometría parece ser un método más completo que el entrenamiento pliométrico para la mejora del rendimiento del salto vertical. El entrenamiento combinado fue capaz de incrementar las variables de potencia, velocidad y desplazamiento del centro de masas manteniendo las variables de fuerza, mientras que el entrenamiento pliométrico trajo como consecuencia incrementos en la velocidad y desplazamiento del centro de masas pero disminuciones variables de aplicación de fuerza, como la fuerza máxima, durante el salto vertical. ÍNDICE 1. ESTADO DE LA CUESTIÓN _____________________ 25 1.1 El salto vertical en la actualidad ____________________ 25 1.2 Metodologías de medición del salto vertical __________ 27 1.2.1 La medición del salto a través de la distancia entre dos puntos ________________________________________ 27 1.2.2 La medición del salto a través de tiempo de vuelo _ 29 1.2.3 La medición del salto a través de la aceleración ___ 31 1.2.4 La medición del salto a través de la velocidad ____ 34 1.2.5 La medición del salto a través de la fuerza aplicada _____________________________________ 36 1.3 Tipos de salto ___________________________________ 39 1.4 SJ versus CMJ ___________________________________ 43 1.5 Rendimiento y profundidad del contramovimiento _____ 50 1.6 Entrenamiento y salto vertical ______________________ 56 1.6.1 Entrenamiento pliométrico y salto vertical _______ 57 1.6.2 Entrenamiento con pesas y salto vertical ________ 59 1.6.3 Entrenamiento combinado de pesas y pliometría __ 63 1.6.4 Entrenamiento vibratorio ____________________ 65 1.6.5 Entrenamiento con electroestimulación _________ 67 1.6.6 Entrenamiento con sobrecarga excéntrica _______ 69 2. OBJETIVOS E HIPÓTESIS DE LA TESIS DOCTORAL ___ 75 3. ESTUDIO 1: SJ VS CMJ ________________________ 81 3.1 Método ________________________________________ 81 3.1.1 Participantes ______________________________ 81 3.1.2 Procedimiento _____________________________ 81 3.1.3 Análisis de los datos _________________________ 85 3.1.4 Análisis estadístico __________________________ 92 3.2 Resultados ______________________________________ 94 3.3 Discusión _______________________________________ 98 3.4 Conclusión _____________________________________ 102 4. ESTUDIO 2: PROFUNDIDAD DEL SALTO, RENDIMIENTO Y BIOMECÁNICA ______________________________ 107 4.1 Método _______________________________________ 107 4.1.1 Participantes _____________________________ 107 4.1.2 Procedimiento ____________________________ 107 4.1.3 Análisis __________________________________ 110 4.1.4 Análisis estadístico _________________________ 112 4.2 Resultados _____________________________________ 113 4.3 Discusión ______________________________________ 118 4.4 Conclusión _____________________________________ 123 2 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 5. ESTUDIO 3: ENTRENAMIENTO, SALTO VERTICAL Y BIOMECÁNICA _______________________________ 127 5.1 Método _______________________________________ 127 5.1.1 Diseño __________________________________ 127 5.1.2 Participantes _____________________________ 128 5.1.3 Procedimiento ____________________________ 129 5.1.4 Análisis de datos __________________________ 134 5.1.5 Análisis estadístico _________________________ 135 5.2 Resultados _____________________________________ 136 5.2.1 Resultados intra-grupo tras el entrenamiento ___ 136 5.2.2 Resultados inter-grupo tras el entrenamiento ___ 143 5.3 Discusión ______________________________________ 146 5.3.1 El efecto del entrenamiento combinado sobre el salto vertical ______________________________________ 147 5.3.2 El efecto del entrenamiento pliométrico sobre el salto vertical ______________________________________ 149 5.3.3 Entrenamiento combinado vs entrenamiento pliométrico para el salto vertical __________________ 151 5.4 Conclusión _____________________________________ 152 6. CONCLUSIONES DE LA TESIS DOCTORAL ________ 157 7. REFERENCIAS ______________________________ 163 8. ANEXOS 195 ÍNDICE DE FIGURAS Figuras Título Página Figura 1 “Vertec” 28 Figura 2 Salto sin contramovimiento 40 Figura 3 Salto con contramovimiento 40 Figura 4 Salto Abalakov 41 Figura 5 Drop Jump 41 Figura 6 Estiramiento de glúteos y cuádriceps 83 Figura 7 Estiramiento de gastrocnemios 83 Figura 8 Estiramiento de cuádriceps 84 Figura 9 Estiramiento de glúteos 84 Figura 10 Fases del movimiento en el SJ 89 Figura 11 Fases del movimiento en el CMJ 89 Figura 12 Variables de desplazamiento del centro de masas 91 Figura 13 Variables de fuerza durante el SJ 92 Figura 14 Variables de fuerza durante el CMJ 92 Figura 15 Diagrama de dispersión de la relación entre la diferencia real y la esperada entre el SJ y el CMJ en la altura de vuelo (Hvuelo) 97 Figura 16 Profundidad del contramovimiento 108 Figura 17 Variables de fuerza durante los CMJ 111 Figura 18 Variables de velocidad durante los CMJ 112 4 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical Figura 19 Plano frontal del CMJ 130 Figura 20 Plano lateral del CMJ 130 Figura 21 Sentadilla profunda 131 Figura 22 Comparación entre grupos PW-P (PW: Grupo de entrenamiento combinado, P: Grupo de entrenamiento pliométrico) para las variables biomecánicas analizadas 144 Figura 23 Comparación entre grupos PW-Control (PW: Grupo de entrenamiento combinado) para las variables biomecánicas analizadas 145 Figura 24 Comparación entre grupos P-Control (P: Grupo de entrenamiento plimétrico) para las variables biomecánicas analizadas 146 ÍNDICE DE TABLAS Figuras Título Página Tabla 1 Resultados (media ± SD) de las variables de desplazamiento. 94 Tabla 2 Resultados (media ± SD) de las variables de fuerza. 95 Tabla 3 Regresión múltiple para predecir la influencia de las variables de desplazamiento y aplicación de fuerza sobre los cambios en la altura de vuelo entre el SJ y el CMJ. 96 Tabla 4 Resultados (media ± SD) de la altura y de las variables de desplazamiento del centro de masas. 115 Tabla 5 Resultados (media ± SD) de las variables de fuerza. 116 Tabla 6 Resultados (media ± SD) de las variables de velocidad del centro de masas. 117 Tabla 7 Características iniciales de los grupos (Media ± SD). 129 Tabla 8 Programa de entrenamiento. 133 Tabla 9 Resultados del entrenamiento combinado sobre la altura saltada y potencia durante el CMJ (Media ± SD). 137 Tabla 10 Resultados del entrenamiento combinado sobre las variables de fuerza aplicada durante el CMJ (Media ± SD). 137 Tabla 11 Resultados del entrenamiento combinado sobre la velocidad, desplazamiento y el tiempo durante el CMJ (Media ± SD). 138 Tabla 12 Resultados del entrenamiento pliométrico sobre la altura saltada y potencia durante el CMJ (Media ± SD). 139 Tabla 13 Resultados del entrenamiento pliométrico sobre las variables de fuerza aplicada durante el CMJ. 140 Tabla 14 Resultados del entrenamiento pliométrico sobre la velocidad, desplazamiento y el tiempo durante el CMJ (Media ± SD). 140 Tabla 15 Resultados del grupo control en la altura saltada y potencia durante el CMJ (Media ± SD). 141 Tabla 16 Resultados del grupo control en las variables de fuerza aplicada durante el CMJ (Media ± SD). 142 Tabla 17 Resultados del grupo control en la velocidad, desplazamiento y el tiempo durante el CMJ (Media ± SD). 142 ESTADO DE LA CUESTIÓN 25 ESTADO DE LA CUESTIÓN ESTADO DE LA CUESTIÓN 1.1 EL SALTO VERTICAL EN LA ACTUALIDAD El salto vertical ha sido y continúa siendo, objeto de interés general tanto en la práctica como en la investigación en las ciencias del deporte. Es medido y analizado con distintos fines y en diferentes tipos de población. Se ha utilizado para determinar el riesgo de lesión en distintos cuerpos profesionales (policías, militares…) (Moreno-Pérez et al., 2017; Orr, Pope, Peterson, Hinton, & Stierli, 2016; Owens et al., 2013), para caracterizar el rendimiento en perfiles profesionales (Allison et al., 2015; Laffaye, Wagner, & Tombleson, 2014), para valorar la funcionalidad en poblaciones clínicas (Riddiford-Harland, Steele, & Baur, 2006; South et al., 2016), así como para discernir entre poblaciones de distintas edades o diferente nivel de habilidad motriz (Argaud, de Fontenay, Blache, & Monteil, 2016; Floria, Gómez-Landero, & Harrison, 2014; Floría & Harrison, 2014; Palmer, Followay, & Thompson, 2017). No obstante, a pesar de su utilización en ámbitos no relacionados específicamente con el rendimiento deportivo, es en éste donde cuenta con un mayor interés por parte de los investigadores, entrenadores y practicantes. El salto vertical es una de las habilidades que se utilizan a la hora de valorar las diferencias entre jugadores de élite y de niveles inferiores (Moss, McWhannell, Michalsik, & Twist, 2015; Torres-Unda et al., 2013). También es utilizado para evaluar el efecto de diferentes 1. 26 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical metodologías y cargas de entrenamiento sobre la capacidad de aplicar fuerza a través de las extremidades inferiores (Barjaste & Mirzaei, 2017; Kobal, Loturco, et al., 2017). Debido a su popularidad, existen multitud de investigaciones que tienen como objeto de estudio el salto vertical, situándolo como una de las habilidades fundamentales a evaluar en el rendimiento deportivo, desde las pruebas atléticas, en las que el éxito de la competición es determinado por la propia altura del salto, hasta los deportes colectivos, donde se ha observado que existe un elevado número de acciones que implican salto (Drinkwater, Pyne, & McKenna, 2008; Krüger, Pilat, Ückert, Frech, & Mooren, 2014; Sheppard et al., 2008; Stølen, Chamari, Castagna, & Wisløff, 2005; Ziv & Lidor, 2009). A pesar de los importantes avances conseguidos en los últimos años, en cuanto al conocimiento de la biomecánica subyacente al salto vertical, hay aspectos que a día de hoy, siguen generando controversia entre los estudios publicados. Conocer los factores que determinan las diferencias existentes entre algunos de los tipos de salto más utilizados, así como, conocer si es posible aumentar su rendimiento modificando su ejecución, o saber el efecto que tienen algunos de los entrenamientos más utilizados sobre las variables biomecánicas del salto, son algunos de los aspectos en los que aún se necesita continuar ampliando el conocimiento (Sperlich, Behringer, & Mester, 2016; Stojanović, 27 ESTADO DE LA CUESTIÓN Ristić, McMaster, & Milanović, 2017; Van Hooren & Zolotarjova, 2017). 1.2 METODOLOGÍAS DE MEDICIÓN DEL SALTO VERTICAL Existen diferentes metodologías a la hora de medir el salto vertical. En función de la medición realizada, es posible calcular la altura del salto y sus variables biomecánicas. Existen diferentes metodologías las cuales puede ser agrupadas en (García-López, Peleteiro, Rodriguez-Marroyo, Morante, & Villa, 2003): Aquellas que miden la distancia existente entre dos puntos. Aquellas que miden el tiempo de vuelo. Aquellas que miden la aceleración. Aquellas que miden la velocidad. Aquellas que miden la fuerza aplicada a lo largo del gesto. 1.2.1 LA MEDICIÓN DEL SALTO A TRAVÉS DE LA DISTANCIA ENTRE DOS PUNTOS La medición del salto a través de la distancia existente entre dos puntos, consiste en marcar la altura de un punto anatómico del cuerpo en la posición inicial, para posteriormente, marcar la altura de ese mismo punto anatómico cuando el participante se encuentra en el punto más alto del salto. Es frecuente la utilización de los dedos de la mano, marcando la posición inicial con su 28 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical hombro completamente flexionado y ambos pies en el suelo, para posteriormente marcar con los mismos dedos de la mano el punto más elevado durante el salto. Para llevar a cabo esta metodología, habitualmente se utiliza el sistema “Vertec” (Burkett, Phillips, & Ziuraitis, 2005; Channell & Barfield, 2008; Vint & Hinrichs, 1996). Este aparato consiste en un poste vertical que en su parte superior tiene acopladas una serie de varillas horizontales que se mueven al ser golpeadas, de tal forma que se puede conocer la altura saltada (Figura 1). Algunos estudios han tratado de valorar la fiabilidad de la “Vertec” para determinar la altura saltada y no ha mostrado ser un método muy fiable (Leard et al., 2007; Nuzzo, Anning, & Scharfenberg, 2011). Esta metodología, tiene la problemática de que el participante puede variar la posición del punto anatómico seleccionado al inicio del movimiento mediante la elevación o depresión de las escápulas aumentando así la distancia entre el punto inicial y final. Además, en el caso de utilizar los dedos de la mano para determinar el punto final, exige que el participante sea capaz de marcar en el dispositivo el punto más alto del salto. Figura 1. “Vertec” Imagen extraída de: https://accesshealth.com.au/vertec-jump-test el 10/12/2017 https://accesshealth.com.au/vertec-jump-test 29 ESTADO DE LA CUESTIÓN 1.2.2 LA MEDICIÓN DEL SALTO A TRAVÉS DE TIEMPO DE VUELO Los métodos relacionados con la medición del tiempo de vuelo, utilizan dispositivos que son capaces de detectar cuándo los pies están en contacto con el suelo o la superficie del propio dispositivo y cuándo están en el aire (plataformas de contacto, sensores de infrarrojos, vídeo,…) (Battaglia, Paoli, Bellafiore, Bianco, & Palma, 2014; Khlifa et al., 2010; Leard et al., 2007). De esta forma, se puede conocer el tiempo que el participante está en el aire. A través de este tiempo, es posible conocer la velocidad de despegue a través de las ecuaciones de cinemática de la caída libre (Linthorne, 2001): 𝑉𝑒𝑙𝑜𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑒𝑔𝑢𝑒 = 𝑔𝑟𝑎𝑣𝑒𝑑𝑎𝑑 · 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑑𝑒 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑜 2 Una vez conocida la velocidad de despegue, es posible calcular la altura de vuelo que ha sido alcanzada con la siguiente ecuación: 𝐴𝑙𝑡𝑢𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑜 = 𝑣𝑒𝑙𝑜𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑒𝑔𝑢𝑒2 2 · 𝑔𝑟𝑎𝑣𝑒𝑑𝑎𝑑 Este tipo de metodología ha sido utilizada, con distintos dispositivos, en un gran número de investigaciones (Battaglia et al., 2014; Khlifa et al., 2010; Leard et al., 2007). Su fiabilidad y validez ha sido comprobada en múltiples ocasiones por lo que se considera un método fiable y válido para conocer la altura de vuelo 30 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical (Leard et al., 2007; Nuzzo et al., 2011). Aun así, un aspecto determinante a la hora de realizar mediciones con este tipo de dispositivos, es la ejecución del participante. Para que la estimación de la altura del salto sea correcta, la posición corporal en el despegue ha de ser la misma que en la caída, ya que de lo contrario, esta modificación alteraría el tiempo de vuelo. Esta limitación ha sido presentada en investigaciones previas, que pusieron de manifiesto, que los ángulos articulares de las extremidades inferiores, son distintos en el despegue en comparación con el aterrizaje (García-López et al., 2003; Kibele, 1998). En la actualidad, se están utilizado Smartphones para medir la altura de vuelo durante un salto vertical, realizándose validaciones al respecto con algunos dispositivos comerciales (Balsalobre-Fernández, Glaister, & Lockey, 2015; Gallardo-Fuentes et al., 2016). El procedimiento es similar, debido a que el cálculo de la altura de vuelo es llevado a cabo a través del tiempo que el participante está en vuelo. En este caso, el tiempo es determinado contando los fotogramas capturados por la cámara de vídeo integrada en el Smartphone. Conociendo la frecuencia de filmación, es decir, el tiempo que transcurre entre cada fotograma, y el número de fotogramas en los que el participante está en el aire, se calcula el tiempo de vuelo del salto. No obstante, este tipo de dispositivos tienen la misma limitación que las plataformas de contacto o sensores con infrarrojos en cuanto a la posición inicial y final del salto. Otra de las limitaciones de estos dispositivos se encuentra a la hora de calcular otras variables diferentes al tiempo 31 ESTADO DE LA CUESTIÓN y altura de vuelo. Variables determinantes para el rendimiento del salto vertical como pueden ser la fuerza aplicada o la distancia sobre la que ésta se aplica, no pueden ser medidas. Aunque recientemente se ha propuesto una metodología que permite estimar los valores de fuerza media, la velocidad media y la potencia media obtenidos durante el salto vertical a partir del tiempo de vuelo (Jiménez-Reyes et al., 2017; Samozino, Morin, Hintzy, & Belli, 2008). No obstante, otras variables de fuerza, así como variables de velocidad durante la fase de contramovimiento, no han sido calculadas con esta metodología. Sin embargo, las variables del contramovimiento han mostrado ser determinantes a la hora de analizar el salto vertical (Meylan, Nosaka, Green, & Cronin, 2010). 1.2.3 LA MEDICIÓN DEL SALTO A TRAVÉS DE LA ACELERACIÓN La aceleración, es otro de los métodos que se ha utilizado para evaluar el salto vertical. Los acelerómetros son capaces de registrar la aceleración en los tres ejes del espacio de forma simultánea. A partir de la aceleración se calculan variables de fuerza, velocidad o desplazamiento. Multitud de estudios han evaluado la fiabilidad y validez de distintos acelerómetros comerciales a la hora de conocer la altura saltada y algunas de las variables que determinan el salto vertical (McMaster, Gill, Cronin, & McGuigan, 2014). Uno de los aspectos críticos en el uso es el lugar donde se coloca el dispositivo. Los investigadores han situado 32 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical los acelerómetros principalmente en dos posiciones: a la altura de quinta vértebra lumbar (L5) (Bampouras, Relph, Orme, & Esformes, 2013; Choukou, Laffaye, & Taiar, 2014; McMaster et al., 2014) o en una barra situada a la altura de la séptima vértebra cervical a la hora de realizar el salto (Bampouras, Relph, Orme, & Esformes, 2010; Bampouras et al., 2013; McMaster et al., 2014; McMaster, Gill, Cronin, & McGuigan, 2013). Los resultados obtenidos en cuanto a la fiabilidad de los acelerómetros cuando eran situados en L5, como cuando eran colocados en la barra, mostraron una fiabilidad elevada para variables como altura del salto, fuerza máxima, potencia máxima y velocidad máxima (Bampouras et al., 2010; Bampouras et al., 2013; Choukou et al., 2014; McMaster et al., 2013) Sin embargo, los valores que se obtenían en esas variables eran distintos en función de la localización del dispositivo (Bampouras et al., 2010; Bampouras et al., 2013; Choukou et al., 2014; McMaster et al., 2014; McMaster et al., 2013). Cuando el acelerómetro se situaba en la barra, los valores de fuerza máxima eran superiores a los obtenidos cuando el aparato era situado en L5 (McMaster et al., 2013). Lo contrario ocurría con la potencia máxima y la velocidad máxima, ya que los valores calculados a través del acelerómetro situado en la barra, eran superiores a los del aparato colocado en L5 (McMaster et al., 2013). Para conocer la validez de los acelerómetros se ha utilizado, como “gold standard”, la plataforma de fuerza en varias investigaciones (Bampouras et al., 2010; Bampouras et al., 2013; Choukou et al., 2014; McMaster et al., 2013). Los resultados mostraron diferencias 33 ESTADO DE LA CUESTIÓN significativas en función del lugar donde era colocado el dispositivo (McMaster et al., 2014). Cuando el dispositivo era colocado en la barra, los valores de fuerza máxima, en comparación con la plataforma, eran sobreestimados (Bampouras et al., 2010; Bampouras et al., 2013; McMaster et al., 2013). Sin embargo, cuando los acelerómetros eran fijados a L5, la fuerza máxima durante la fase de propulsión del salto, mostraba valores similares a los de la plataforma de fuerza (Choukou et al., 2014; McMaster et al., 2013). En cuanto a los valores máximos de velocidad y potencia, cuando los acelerómetros eran situados en la barra, estos valores resultaron ser válidos en comparación con los obtenidos por la plataforma de fuerza (Bampouras et al., 2013; McMaster et al., 2013). Contrariamente, al situar el dispositivo en L5, los valores máximos de potencia y de velocidad eran significativamente inferiores en comparación con los calculados a través de la plataforma de fuerza (Choukou et al., 2014; McMaster et al., 2013). Una posible explicación, para las diferencias encontradas en las variables en función de la localización del dispositivo, es que el acelerómetro mide los cambios relativos en cuanto a su propia aceleración, mientras que la plataforma de fuerza lo hace respecto al centro de masas del participante (McMaster et al., 2013). Esta disparidad en las variables que son determinantes para el salto vertical, provoca que tengamos que diferenciar los resultados cuando son medidos con acelerómetros, en función de la posición en la que son situados (McMaster et al., 34 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 2014). La acción del tronco podría ser la causante de estas diferencias, siendo el control de su rotación, a través de un giróscopo, una alternativa para corregir esta problemática (Picerno, Camomilla, & Capranica, 2011). Otro limitante de los acelerómetros, lo encontramos a la hora de medir variables del contramovimiento del salto. Esto es debido a que los valores calculados de velocidad o potencia, durante la fase de contramovimiento, fueron significativamente distintos a los alcanzados por la plataforma de fuerza (McMaster et al., 2014). Consecuentemente, la necesidad de colocar el acelerómetro sobre el participante (cuando es colocado en L5), puede ralentizar la toma de datos de muchos participantes en una misma sesión, así como la baja validez en la medición de variables que describen la fase de contramovimiento, provocan que los acelerómetros no sean utilizados a menudo por entrenadores e investigadores. Así, es necesario buscar medios que nos permitan medir de forma válida un gran número de deportistas. Por último, a la hora de fijar el acelerómetro a L5, podríamos cometer pequeños errores en cuando a su localización, dando lugar a errores en la medida que obtendríamos, lo que podría ser fuente de pequeñas diferencias. 1.2.4 LA MEDICIÓN DEL SALTO A TRAVÉS DE LA VELOCIDAD El salto, también se ha evaluado a través de transductores lineales en varias investigaciones (Crewther et al., 2011; Giroux, Rabita, Chollet, & Guilhem, 2015; Hansen, Cronin, & Newton, 2011; Hori et al., 2007; Marques, Gil, Ramos, Costa, & Marinho, 2011; 35 ESTADO DE LA CUESTIÓN Marques & Izquierdo, 2014; Marques et al., 2015; Tran et al., 2011). Estos transductores han mostrado ser fiables para medir la altura del salto sin contramovimiento (SJ) (Crewther et al., 2011; Giroux et al., 2015; Hansen et al., 2011; McMaster et al., 2014) y la altura en el salto con contramovimiento (CMJ) (Marques et al., 2011; Marques & Izquierdo, 2014; Tran et al., 2011). Además, variables como la fuerza máxima, la potencia máxima y la producción de fuerza en la unidad de tiempo, durante el CMJ, han mostrado un alto grado de fiabilidad (Marques et al., 2011; Marques & Izquierdo, 2014; Tran et al., 2011). A pesar de que el dispositivo es fiable, Hori et al. (2007), observaron que los valores de correlación intra-clase y del coeficiente de variación, fueron inferiores y superiores respectivamente, cuando se compararon con los de una plataforma de fuerza. Por otro lado, se debe tener en cuenta, que la mayoría de los estudios que han utilizado transductores lineales, han evaluado variables de la fase propulsiva del movimiento, por lo que variables determinantes del contramovimiento del salto, no han sido evaluadas a través de estos dispositivos (Marques et al., 2011; Marques & Izquierdo, 2014; Marques et al., 2015; Tran et al., 2011). Nuevas investigaciones podrían evaluar la fiabilidad y validez de los transductores lineales para la medición del salto vertical con contramovimiento y de las variables que lo determinan. Además, en la mayoría de las investigaciones, el transductor lineal es fijado a una barra que suele estar en un pórtico (Marques et al., 2011; 36 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical Marques & Izquierdo, 2014; Marques et al., 2015; Tran et al., 2011). El hecho de que esta barra vaya guiada por un carril, podría limitar las posibilidades de movimiento del ejecutante en el plano transversal y sagital, no permitiendo una ejecución libre del salto. Por último, realizar este tipo de mediciones en el interior de un pórtico, hace que sea una metodología más compleja que otros dispositivos portátiles para llevarlo al campo. 1.2.5 LA MEDICIÓN DEL SALTO A TRAVÉS DE LA FUERZA APLICADA Una metodología utilizada con mucha frecuencia cuando se pretende analizar un salto consiste en medir valores de fuerza durante la ejecución del gesto. Estos valores pueden ser obtenidos a través de plataformas de fuerza, capaces de registrar las fuerzas de reacción del suelo en cada instante de tiempo. Este tipo de dispositivos salvan algunas de las limitaciones expuestas anteriormente. En comparación con las metodologías que miden la distancia recorrida entre dos puntos anatómicos y aquellas que miden el tiempo de vuelo, con las plataformas de fuerza es posible conocer variables relacionadas con la aplicación de fuerza, velocidad y desplazamiento del centro de masas de los deportistas (Cormie, McGuigan, & Newton, 2010c; Crewther et al., 2011; Hansen et al., 2011; Hori et al., 2007; McMaster et al., 2013). Debido a la posibilidad de conocer la velocidad del participante, podemos saber la que tendrá en el instante de despegue (Street, McMillan, Board, Rasmussen, & Heneghan, 2001). La posibilidad de 37 ESTADO DE LA CUESTIÓN calcular la velocidad con la que se despega, evita los errores asociados a las diferencias en la posición corporal durante el despegue y la caída. En comparación con los acelerómetros, con los que se pueden conocer variables de fuerza, velocidad y desplazamiento, los registros de la fase de contramovimiento del salto vertical, no han sido ampliamente estudiados y sus valores distan de los obtenidos por las plataformas de fuerza, ampliamente aceptados por los investigadores (Cormie, McGuigan, & Newton, 2010b; González-Badillo & Marques, 2010; Hori et al., 2007). Por último, en la misma línea, los transductores lineales han mostrado mayores variaciones que las plataformas de fuerza a la hora de calcular las variables de la fase de propulsión del salto (Crewther et al., 2011; Hansen et al., 2011) y, tan solo Tran et al. (2011) midieron variables de la fase de contramovimiento del salto. La metodología basada en los registro de fuerza por unidad de tiempo, es utilizada como “gold estandar” en multitud de estudios (Crewther et al., 2011; Hansen et al., 2011; Hori et al., 2007; McMaster et al., 2014; McMaster et al., 2013). Como hemos visto anteriormente, nuevos dispositivos de medida y metodologías que tratan de medir el salto vertical u otras variables extraídas del mismo, utilizan plataformas de fuerza como dispositivo para comparar los resultados obtenidos (Balsalobre-Fernández et al., 2015; Crewther et al., 2011; Choukou et al., 2014; Hansen et al., 2011; McMaster et al., 2013). Por todo ello, parece ser el método más aceptado y utilizado a la hora de evaluar el salto vertical. No 38 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical obstante, como cualquier método, también tiene sus limitaciones. La plataforma de fuerza solo mide el valor de fuerza que se aplica contra su superficie en cada instante de tiempo, por lo que el resto de variables (velocidad, desplazamiento, potencia) son calculadas. Pequeños errores en la medición de alguna de las variables, como la masa, podrían provocar grandes modificaciones en la altura saltada y en las variables calculadas a través de los valores de fuerza y tiempo (Street et al., 2001). Otra limitación encontrada al utilizar plataformas de fuerza es el instante en el que se establece el despegue del participante. Pequeñas modificaciones en la selección del instante de despegue, pueden provocar que los resultados de la altura del salto sean inferiores o superiores a lo que realmente han sido (Kibele, 1998; Street et al., 2001). En resumen, las metodologías analizadas, podrían ser válidas para evaluar el salto vertical. No obstante, se debe tener en cuenta, que los resultados para alguna de las variables del salto, son distintas en función de la metodología y el dispositivo que se utilice. Por tanto, hay que tener cautela a la hora de comparar resultados de estudios que utilizan diferentes metodologías de medición (McMaster et al., 2014). Entre las analizadas, parece que la más aceptada y estudiada por los investigadores, es la adquisición de valores de fuerza en la unidad de tiempo, a través de plataformas de fuerza. De este modo, y dado que la utilización de más dispositivos de medida, traería como consecuencia 39 ESTADO DE LA CUESTIÓN distintos valores de una misma variable para un mismo salto, podríamos considerar la utilización de la plataforma de fuerza como un dispositivo suficientemente capacitado para evaluar la habilidad del salto vertical, tanto para conocer su altura, como las variables determinantes del mismo en su fase de contramovimiento y propulsión. 1.3 TIPOS DE SALTO La monitorización y evaluación del rendimiento deportivo es un componente esencial para el entrenamiento (González- Badillo, Marques, & Sánchez-Medina, 2011; Sanchez-Medina & González-Badillo, 2011). El salto vertical es una de las habilidades que se miden con mayor frecuencia, aunque son varios los tipos de salto que se utilizan. Entre los saltos más utilizados en las investigaciones se encuentran el SJ, el CMJ, el CMJ con brazos (Abalakov) y el drop jump (DJ). Estos saltos son ejecutados de forma monopodal o bipodal, siendo más frecuente el segundo tipo de ejecución (Ireton, Till, Weaving, & Jones, 2017; Perez-Gomez & Calbet, 2013; Thomas, Comfort, Dos Santos, & Jones, 2017). Aunque todos los saltos buscan alcanzar la máxima altura, existen diferencias en su ejecución. El SJ consiste en la realización de un salto con las manos en las caderas y con brazos en jarra, en el que los participantes cuando finalizan la fase de contramovimiento se mantienen estáticos con objeto de eliminar los efectos del ciclo 40 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical estiramiento-acortamiento; posteriormente, empujan el suelo para alcanzar la mayor altura posible (Figura 2). Figura 2. Salto sin contramovimiento. En el CMJ los participantes mantienen la misma posición de brazos pero realizan una fase de contramovimiento previa, seguida inmediatamente de una propulsión tratando de saltar lo más alto posible (Figura 3). Figura 3. Salto con contramovimiento. 41 ESTADO DE LA CUESTIÓN El Abalakov, mantiene la misma estructura que el CMJ pero valiéndose de la acción de los brazos para aumentar el impulso (Figura 4). Figura 4. Salto Abalakov. Por último el DJ, consiste en dejarse caer desde una altura, para posteriormente saltar tratando de alcanzar la máxima altura posible (Figura 5). También puede ser realizado con manos libres. Figura 5. Drop Jump. 42 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical La utilización de estos saltos en la práctica y la investigación es frecuente y se han utilizado para evaluar el rendimiento de los atletas en multitud de deportes (Drinkwater et al., 2008; Krüger et al., 2014; Sheppard et al., 2008; Stølen et al., 2005; Ziv & Lidor, 2009). Sin embargo, algunos estudios han puesto en duda si estos tipos de saltos son representativos de lo que realmente ocurre en competición en deportes colectivos, como el fútbol o el baloncesto (Currell & Jeukendrup, 2008; Requena et al., 2014). No obstante, una investigación reciente, valoró las diferencias entre algunos saltos considerados específicos y los tradicionales, concluyendo que los tipos de saltos más fiables para estimar la fuerza explosiva, en deportistas de diferentes edades, eran el CMJ y el Abalakov (Rodríguez-Rosell, Mora-Custodio, Franco-Márquez, Yáñez-García, & González-Badillo, 2017). Se requieren más investigaciones en cuanto a la necesidad de utilizar test específicos de cada deporte, ya que la información que aportan, en comparación con la que arrojan los test tradicionales, no necesariamente tendría que ser significativamente distinta (Rodríguez-Rosell et al., 2017). Por otro lado, en una investigación se observó que cuando se pretende valorar la capacidad de aplicar fuerza a través del miembro inferior, el SJ y el CMJ son los que muestran una mayor fiabilidad (Markovic, Dizdar, Jukic, & Cardinale, 2004). En este sentido, el SJ y el CMJ son los dos saltos que más se han analizado, por lo que su rendimiento y ejecución han sido ampliamente tratados (Perez- Gomez & Calbet, 2013). A pesar de esto, el conocimiento sobre cómo la ejecución del salto influye en su rendimiento sigue siendo 43 ESTADO DE LA CUESTIÓN de gran relevancia en la actualidad (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). 1.4 SJ VERSUS CMJ El SJ y el CMJ son dos saltos verticales que permiten extraer información relevante para el deportista. Mientras el SJ aporta información referente a la capacidad de desarrollar fuerza durante una acción concéntrica, el CMJ aporta información en acciones que implican un ciclo estiramiento-acortamiento (McBride, Kirby, Haines, & Skinner, 2010; McGuigan et al., 2006). Generalmente, cuando se realiza un CMJ se consigue alcanzar una mayor altura que cuando se realiza un SJ (Bobbert, Gerritsen, Litjens, & Van Soest, 1996; Mackala, Stodólka, Siemienski, & Coh, 2013; Markovic et al., 2004). Se ha descrito que cuando la diferencia en la altura saltada entre estos dos saltos es mayor, se realiza una mejor utilización del ciclo estiramiento-acortamiento (McGuigan et al., 2006; Walshe, Wilson, & Murphy, 1996). Sin embargo, en ocasiones no se especifican los mecanismos responsables de las diferencias en la altura saltada entre el SJ y el CMJ. Conociendo los motivos por los que se produce esta diferencia, podríamos definir las causas que lo explican (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). Una mayor fuerza residual es una de las explicaciones dadas para justificar la diferencia en la altura alcanzada entre el SJ y el CMJ. La fuerza residual es el incremento de la fuerza que se produce tras un estiramiento previo de una fibra muscular, en 44 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical comparación con la fuerza que produciría esa misma fibra, sin que hubiese existido una elongación previa (Bobbert et al., 1996; Van Hooren & Zolotarjova, 2017). Varias investigaciones han evidenciado el incremento de la fuerza en fibras musculares aisladas tras su elongación (Cavagna & Citterio, 1974; Cavagna, Citterio, & Jacini, 1975; Rassier, Herzog, Wakeling, & Syme, 2003). Sin embargo, algunas investigaciones han cuestionado que los fascículos musculares se elonguen durante el contramovimiento del CMJ, y que se acortarían o mantendrían su longitud (Kopper, Csende, Sáfár, Hortobágyi, & Tihanyi, 2013; Kopper, Csende, Trzaskoma, & Tihanyi, 2014; Kurokawa, Fukunaga, Nagano, & Fukashiro, 2003). El incremento de la fuerza residual también está supeditado al tiempo que transcurre, desde que los elementos contráctiles son elongados, hasta que se inicia el acortamiento de los mismos (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). El tiempo de retardo existente en el CMJ se ha situado en 200 ms, siendo excesivamente largo para que pudiera explicar la diferencia entre el SJ y el CMJ (Bobbert et al., 1996). Por último, en un estudio en el que se generó un modelo matemático para explicar las diferencias entre el SJ y el CMJ, existían diferencias entre ambos saltos, sin la inclusión de la fuerza residual (Bobbert & Casius, 2005). Por todos estos motivos, parece que la fuerza residual no sería la principal responsable de las diferencias encontradas en la altura entre estos dos tipos de salto. 45 ESTADO DE LA CUESTIÓN El reflejo de estiramiento es otro mecanismo que se ha descrito como posible responsable de las diferencias entre el SJ y el CMJ (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). El reflejo se activaría cuando las fibras del huso muscular son elongadas o debido a las vibraciones del músculo durante la fase de contramovimiento, provocando un incremento en el reclutamiento de unidades motoras (Day, Bent, Birznieks, Macefield, & Cresswell, 2017; Van Hooren & Zolotarjova, 2017). Para comprobar si el reflejo aumentaba la activación muscular, estudios previos analizaron las diferencias en la actividad electromiográfica entre el CMJ y el SJ (Bobbert et al., 1996; Gollhofer, Strojnik, Rapp, & Schweizer, 1992; Kubo et al., 2007). A pesar de que un estudio encontró una actividad electromiográfica superior en los flexores plantares durante el CMJ (Kubo et al., 2007), otros no encontraron diferencias entre los dos saltos (Bobbert et al., 1996; Gollhofer et al., 1992). Esto podría ser debido a que en cualquier tipo de salto el reclutamiento de unidades motoras es máximo durante la propulsión (Kubo et al., 2007; McBride, McCaulley, & Cormie, 2008). Estos resultados fueron apoyados por un estudio en el que no se encontró diferencia en la altura del CMJ con respecto al SJ, con la inclusión del reflejo de estiramiento (Bobbert & Casius, 2005). Toda esta información, parece indicar que la relevancia del reflejo de estiramiento, a la hora de explicar las diferencias entre el SJ y el CMJ, es mínima o nula. 46 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical La capacidad de almacenar y utilizar la energía elástica es otra de las explicaciones que se han dado para determinar las diferencias encontradas entre el SJ y el CMJ. La energía se almacenaría en los elementos elásticos de la musculatura durante la fase de contramovimiento para, posteriormente, generar una mayor cantidad de fuerza durante la fase de propulsión, provocando el incremento en la altura saltada durante el CMJ (Ettema, Huijing, & De Haan, 1992; Komi & Bosco, 1978). Sin embargo, una gran cantidad de la energía almacenada, se disiparía en calor (Anderson & Pandy, 1993; Bobbert et al., 1996; Kopper et al., 2013). Además, el SJ también podría utilizar parte de la energía elástica que no se disipase en calor, durante los primeros instantes de su ejecución (Finni, Ikegaw, Lepola, & Komi, 2001; Roberts & Konow, 2013). Por otro lado, al incluir la energía elástica en un modelo matemático para comparar su efecto entre el SJ y el CMJ, no se incrementaba el trabajo realizado durante el segundo (Bobbert et al., 1996). Todos estos argumentos sugieren que el efecto de la energía elástica a la hora de incrementar el rendimiento del salto sería pequeño (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). A la hora de valorar el rendimiento del SJ y el CMJ, la acumulación de estimulación, entendida como el estado activo, es otro mecanismo analizado para tratar de explicar las diferencias entre estos dos tipos de salto. Se entiende por estado activo, al número de sitios activos libres, existentes en los filamentos de 47 ESTADO DE LA CUESTIÓN actina, para la formación de puentes cruzados a través de las cabezas de miosina (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). Se ha sugerido, que cuando se realiza el contramovimiento, se genera un estado activo superior, al que se produce cuando éste no es realizado. Este incremento en el estado activo, podría ser el responsable de parte de las diferencias encontradas entre los dos saltos (Bobbert & Casius, 2005; Bobbert et al., 1996; Van Hooren & Zolotarjova, 2017). En el CMJ se podrían generar puentes cruzados durante la fase de contramovimiento, mientras en el SJ esto no sería posible (Bobbert & Casius, 2005). El hecho de que exista un estado activo superior, podría explicar los valores superiores de fuerza alcanzados durante el inicio de la fase de propulsión del movimiento del CMJ, en comparación con el SJ (Bobbert et al., 1996). Otro factor que podría estar relacionado con el estado activo y los valores elevados de fuerza al inicio de la propulsión sería el tiempo de retardo. Se entiende por tiempo de retardo, al tiempo que tarda en transmitirse a las inserciones óseas, la tensión muscular generada por los elementos contráctiles de la musculatura (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). El tiempo es dependiente de la velocidad a la que la fuerza se transmite por los tendones (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). Cuanto más rígido sea el tendón y mayor sea el estiramiento que se le genere, mayor será la velocidad a la que se transmita la fuerza (Kubo, Kanehisa, Kawakami, & Fukunaga, 2000; Kubo, Kawakami, & Fukunaga, 1999). Al realizar un SJ, cuando la posición es mantenida antes del 48 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical inicio de la fase de propulsión, la fuerza de reacción del suelo que se registra es la correspondiente al propio peso corporal. Durante el CMJ, la fuerza que se consigue en el inicio de la fase de propulsión es superior, debido a que se necesita una fuerza extra para frenar la velocidad negativa generada durante la fase de contramovimiento. Un valor de fuerza superior, provocaría que la distensión del tendón fuera mayor, dando lugar a una reducción del tiempo a la hora de transmitir la fuerza al hueso (Avis, Toussaint, Huijing, & Van Ingen Schenau, 1986; Earp, Newton, Cormie, & Blazevich, 2016; Kopper et al., 2013). En definitiva, la diferencia entre la altura saltada entre el SJ y el CMJ, podría ser parcialmente explicada por el tiempo de retardo y el estado activo al inicio de la fase propulsiva (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). Otra explicación que se ha aportado para explicar la diferencia en la altura alcanzada entre el SJ y el CMJ, es que el primero es un salto poco frecuente y los atletas podrían no coordinar adecuadamente ese movimiento. Sin embargo, cuando se analizó la coordinación de ambos saltos en atletas entrenados, no se encontraron diferencias entre los dos tipos de salto (Bobbert et al., 1996). Por último, la profundidad de los dos saltos ha sido otro aspectos evaluado, al observarse una tendencia a que la profundidad del contramovimiento fuese inferior en el SJ en comparación con el CMJ (Bobbert, Casius, Sijpkens, & Jaspers, 2008; Bobbert et al., 1996; Hasson, Dugan, Doyle, Humphries, & 49 ESTADO DE LA CUESTIÓN Newton, 2004; Mitchell, Argus, Taylor, Sheppard, & Chapman, 2017; Moran & Wallace, 2007). Este hecho, les otorgaría una ventaja biomecánica al disponer de mayor distancia para poder propulsarse. Para evitar esta ventaja es aceptado entre entrenadores y científicos que ambos saltos deben iniciar la fase de propulsión con una flexión de rodilla de 90° (Hébert-Losier, Jensen, & Holmberg, 2014; Lloyd, Oliver, Hughes, & Williams, 2011; Marques & González-Badillo, 2011; McLellan, Lovell, & Gass, 2011). A pesar de ello, el ángulo de flexión de rodilla, no es el único responsable del desplazamiento del centro de masas, ya que el tronco también afecta a dicho desplazamiento (Kopper, Ureczky, & Tihanyi, 2012). En este sentido, el criterio de 90° de flexión de rodilla, podría ser insuficiente para garantizar un mismo recorrido del centro de masas durante la fase de propulsión. A pesar de ello, algunas investigaciones mostraron, que aun modificando la profundidad del centro de masas en el SJ, la altura conseguida por CMJ era superior (Van Hooren & Zolotarjova, 2017). Quizás por ese motivo, la mayoría de las investigaciones previas se han centrado en variables relacionadas con la aplicación de fuerza para explicar el rendimiento del salto vertical más que en variables relacionadas con el rango de movimiento (Cormie, McBride, & McCaulley, 2009; Feltner, Bishop, & Perez, 2004; González-Badillo & Marques, 2010; Kirby, McBride, Haines, & Dayne, 2011; Nuzzo et al., 2011). Algunas investigaciones han mostrado que el pico de fuerza alcanzado durante el salto vertical tiene influencia en la altura de 50 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical salto conseguida (Cormie et al., 2009; González-Badillo & Marques, 2010). Del mismo modo, una mayor fuerza media es desarrollada cuando la altura del salto es mayor (Feltner et al., 2004). La fuerza en el instante en que comienza la fase propulsiva del movimiento también ha sido evaluada, mostrando una relación positiva con la altura del salto vertical (Bobbert & Casius, 2005; Bobbert et al., 1996; Van Hooren & Zolotarjova, 2017). En otras investigaciones, el desplazamiento del centro de masas mostró tener un papel relevante a la hora de evaluar el rendimiento del salto vertical (Kirby et al., 2011; McBride et al., 2010; Salles, Baltzopoulos, & Rittweger, 2011). Por lo tanto, es asumido que las diferencias en la altura saltada entre el SJ y el CMJ pueden estar influenciadas tanto por variables relacionadas con la aplicación de fuerza como por variables relacionadas con el rango de movimiento, a pesar del criterio de los 90º de flexión de rodilla. No obstante, se desconoce en qué medida cada una de esas variables explica la diferencia de altura entre ambos tipos de saltos. Nuevos estudios son necesarios para conocer si el criterio de 90° es suficiente para que el centro de masas no se vea alterado entre el SJ y el CMJ y, en el caso de que se viera alterado el rango de movimiento, cuáles serían las consecuencias de este hecho. 1.5 RENDIMIENTO Y PROFUNDIDAD DEL CONTRAMOVIMIENTO El rendimiento del salto vertical es evaluado a través de la altura máxima alcanzada durante el vuelo. A la hora de comprender los motivos por los que se consigue una mayor altura, 51 ESTADO DE LA CUESTIÓN varias investigaciones han tratado de determinar cuáles son los parámetros biomecánicos que explican la diferencia de rendimiento (Barker, Harry, & Mercer, 2017; González-Badillo & Marques, 2010). El impulso neto vertical relativo ha mostrado una relación prácticamente perfecta con la altura alcanzada en el salto vertical (Kirby et al., 2011). El impulso es la integral entre la fuerza vertical y el tiempo durante en el que aplica dicha fuerza (McBride et al., 2010). De esta definición se deriva que los deportistas para poder incrementar el impulso neto relativo tienen tres posibilidades: incrementar la fuerza que se aplica contra el suelo, incrementar el tiempo durante el cual se está aplicando fuerza o incrementar ambas. En la práctica, incrementar el tiempo carecería de sentido, ya que realizar la fase de propulsión a una velocidad voluntariamente baja, traería como consecuencia una velocidad de despegue inferior y, por consiguiente, una altura de salto menor (Salles et al., 2011). Cuando un deportista pretende desplazar una carga o desplazar su cuerpo a la máxima velocidad posible, trata de aplicar la mayor cantidad de fuerza en la unidad de tiempo (Maffiuletti et al., 2016). Por ello, la única forma lógica de incrementar el tiempo para aplicar fuerza, sería ampliar el rango de movimiento sobre el cual se aplica fuerza. Para ello, en el salto vertical, un aumento de la profundidad del contramovimiento, aumentaría el recorrido del centro de masas durante la posterior fase de propulsión. Varias investigaciones han evaluado el efecto 52 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical que tiene modificar la profundidad del contramovimiento en la altura alcanzada en el salto vertical (Bobbert et al., 2008; Domire & Challis, 2007; Gheller et al., 2015; Jidovtseff, Quievre, Nigel, & Cronin, 2014; Kirby et al., 2011; Mandic, Jakovljevic, & Jaric, 2015; Mandic, Knezevic, Mirkov, & Jaric, 2016; McBride et al., 2010; Salles et al., 2011). En todas las investigaciones revisadas, en las que la profundidad del contramovimiento era inferior a la seleccionada de forma libre por los participantes, el rendimiento del salto se veía disminuido (Gheller et al., 2015; Jidovtseff et al., 2014; Kirby et al., 2011; McBride et al., 2010; Salles et al., 2011). Por otro lado, se encuentran discrepancias cuando el contramovimiento era superior al seleccionado por los deportistas (Bobbert et al., 2008; Domire & Challis, 2007; Gheller et al., 2015; Jidovtseff et al., 2014; Kirby et al., 2011; McBride et al., 2010; Salles et al., 2011). Estudios de simulación, en los que se generaban modelos matemáticos que reproducían saltos con diferentes profundidades, mostraron que el rendimiento se veía incrementado cuando el recorrido del centro de masas era mayor durante la fase de propulsión (Bobbert et al., 2008; Domire & Challis, 2007). En los estudios experimentales, cuando se incrementaba la profundidad del contramovimiento, no se encontraban diferencias significativas en comparación con los saltos en los que la profundidad era seleccionada libremente por el participante (Gheller et al., 2015; Jidovtseff et al., 2014; Kirby et al., 2011; Louder, Bressel, & Bressel, 2015; Mandic et al., 2015; McBride et al., 2010; Salles et al., 2011). Es necesario entender con 53 ESTADO DE LA CUESTIÓN mayor profundidad esta discrepancia de resultados para comprender la relación existente entre profundidad de contramovimiento y rendimiento en el salto vertical para conocer si se trata de un parámetro sobre el cual tenga interés intervenir. Algunos de los motivos por los que podría existir dicha discrepancia son: que la muestra de los estudios que investigaron esta situación fue baja en muchos de los casos (Jidovtseff et al., 2014; Louder et al., 2015; Mandic et al., 2015), que el procedimiento que se utilizó para incrementar la profundidad del contramovimiento, pudo limitar las posibilidades de los participantes a la hora de realizar el salto (Gheller et al., 2015; Kirby et al., 2011; Salles et al., 2011). Esto pudo ser debido a que el movimiento del tronco fue restringido, teniendo que mantenerlo erguido durante la ejecución del salto (Gheller et al., 2015). Además, otros estudios indicaron a los participantes la profundidad del contramovimiento exacta que tenían que alcanzar en cada salto, lo que podría haber afectado a su ejecución (Kirby et al., 2011; Salles et al., 2011). Por estos motivos, se necesita seguir avanzando en posibles alternativas a la hora de incrementar el rendimiento del salto vertical modificando la profundidad del contramovimiento, tal y como ocurre con los estudios de simulación (Bobbert et al., 2008; Domire & Challis, 2007). Además, los cambios en la profundidad del contramovimiento afectan, no solo a la altura alcanzada en el salto vertical, sino también a las variables biomecánicas relacionadas con la aplicación de fuerza y la velocidad del centro de masas 54 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical (Kirby et al., 2011; Markovic, Mirkov, Nedeljkovic, & Jaric, 2014; Salles et al., 2011). Incrementos en las fuerzas de reacción generadas por los deportistas, incrementan el impulso neto relativo, dando lugar al consecuente aumento de la altura en el salto vertical. Varias investigaciones han tratado de evaluar la relación existente entre variables de aplicación de fuerza con la altura del salto vertical (Barker et al., 2017; González-Badillo & Marques, 2010; Salles et al., 2011). El pico de fuerza durante la fase de propulsión del salto es una de las variables más estudiadas (Barker et al., 2017; González-Badillo, Jiménez-Reyes, & Ramírez-Lechuga, 2017; González-Badillo & Marques, 2010; Jidovtseff et al., 2014; Kirby et al., 2011; Mandic et al., 2015; Salles et al., 2011), aunque los resultados encontrados son contradictorios, ya que algunas investigaciones encuentran relaciones estadísticamente significativas entre el pico de fuerza y la altura de salto (González- Badillo et al., 2017; González-Badillo & Marques, 2010) y, en otras, los resultados son contrarios (Barker et al., 2017; Jidovtseff et al., 2014; Kirby et al., 2011; Mandic et al., 2015; Salles et al., 2011). Estudios previos mostraron que el pico de fuerza disminuía cuando la profundidad del contramovimiento se veía incrementada (Jidovtseff et al., 2014; Kirby et al., 2011; Salles et al., 2011). Otras variables de aplicación de fuerza, como la fuerza media durante la fase propulsiva del salto o la fuerza en el instante de inicio de dicha fase, han sido analizadas en investigaciones que evaluaban su 55 ESTADO DE LA CUESTIÓN relación con el salto vertical (Barker et al., 2017; González-Badillo & Marques, 2010). En trabajos en los que se modificaba la profundidad del contramovimiento, estas variables no han sido suficientemente analizadas. El desarrollo en el conocimiento del efecto del desplazamiento del centro de masas sobre las variables de aplicación de fuerza, podría ayudar a una mejor compresión de aquellos mecanismos implícitos en el salto vertical. Conocer esta información podría ser de gran utilidad para preparadores físicos y entrenadores en sus intentos por incrementar la altura del salto vertical de sus deportistas. La velocidad a la que se desplaza el centro de masas podría ser otro factor relevante a la hora de explicar el rendimiento del salto vertical. En este sentido, la velocidad del centro de masas en el instante de despegue determina la altura saltada. Del mismo modo, la velocidad máxima durante la fase de propulsión es muy similar a la de despegue y tiene una relación muy elevada con esta última. Además de las variables de velocidad de la fase propulsiva, la velocidad máxima negativa durante la fase de contramovimiento ha sido analizada y se observó que estaba relacionada con la altura del salto (González-Badillo & Marques, 2010). La profundidad del contramovimiento podría afectar a la velocidad que alcanza el centro de masas de los participantes al tener un mayor recorrido para acelerarlo. Esta variable no ha sido analizada en los estudios previos en los que se ha modificado la profundidad del salto vertical (Bobbert et al., 2008; Domire & Challis, 2007; Gheller et al., 56 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical 2015; Jidovtseff et al., 2014; Kirby et al., 2011; Mandic et al., 2015; Mandic et al., 2016; McBride et al., 2010; Salles et al., 2011). Conocer si la velocidad del centro de masas es alterada a causa de una modificación en la profundidad del contramovimiento, aportaría nuevas explicaciones a la hora de comprender los cambios en el rendimiento del salto vertical. 1.6 ENTRENAMIENTO Y SALTO VERTICAL A la hora de tratar de mejorar el rendimiento del salto vertical, son varios los métodos de entrenamiento que han sido propuestos en la bibliografía: entrenamientos pliométricos (Chaabene & Negra, 2017; Kobal, Pereira, Zanetti, Ramirez- Campillo, & Loturco, 2017), entrenamientos con pesas (en la presente tesis doctoral se refiere a aquellos ejercicios tradicionales de musculación que son realizados con pesos libres y máquinas y movimiento olímpicos) (Arazi, Khanmohammadi, Asadi, & Haff, 2017; Marriner, Cronin, Macadam, & Storey, 2017; Otto III, Coburn, Brown, & Spiering, 2012), entrenamientos con plataformas vibratorias (Annino et al., 2017; Marshall & Wyon, 2012; Shin, Lee, & Song, 2015), entrenamientos con electroestimulación (Billot, Martin, Paizis, Cometti, & Babault, 2010; Filipovic et al., 2016; Martínez-López, Benito-Martínez, Hita-Contreras, Lara-Sánchez, & Martínez-Amat, 2012) y entrenamientos isoinerciales con sobrecarga excéntrica (Gonzalo-Skok et al., 2016; Maroto- Izquierdo, García-López, & De Paz Fernandez, 2016; Naczk, Naczk, Brzenczek-Owczarzak, Arlet, & Adach, 2016). Además de estos, la 57 ESTADO DE LA CUESTIÓN combinación de varios métodos de entrenamiento también ha sido evaluada en varias ocasiones, en cuanto al efecto que pueden tener en el salto vertical (Hackett, Davies, Soomro, & Halaki, 2016; Perez-Gomez & Calbet, 2013; Sperlich et al., 2016). 1.6.1 ENTRENAMIENTO PLIOMÉTRICO Y SALTO VERTICAL El entrenamiento pliométrico es uno de los métodos más utilizados cuando el objetivo es la mejora del salto vertical. Se entiende por pliometría a aquellas acciones que se caracterizan por la presencia de un ciclo estiramiento-acortamiento, durante el cual existe una fase de contramovimiento a la que le sigue, inmediatamente, una fase de propulsión (G. Markovic & Mikulic, 2010; Perez-Gomez & Calbet, 2013). Son muchos los ejercicios realizados y catalogados como pliométricos, entre los que destacan principalmente el CMJ, el DJ y los saltos repetidos (Perez-Gomez & Calbet, 2013). Existe una importante investigación detrás del efecto que generan distintos entrenamiento pliométricos sobre la capacidad de mejorar el rendimiento del salto vertical (De Villarreal, Requena, & Newton, 2010; Markovic, 2007; Stojanović et al., 2017). Las revisiones y meta-análisis realizados sobre este método de entrenamiento han mostrado que existía una mejora en la altura de salto tras el entrenamiento (De Villarreal et al., 2010; Markovic, 2007; Stojanović et al., 2017). Entre los distintos tipos de salto, se observó que los mayores incrementos en el rendimiento, se obtenían en aquellos saltos cuya ejecución era más 58 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical similar a los ejercicios de entrenamiento (De Villarreal et al., 2010; Markovic, 2007; Stojanović et al., 2017). En este sentido, en el DJ y en el CMJ, las mejoras acontecidas en la altura del salto vertical eran superiores frente al SJ (Stojanović et al., 2017). El hecho de que durante el SJ el participante se mantenga durante al menos 2 segundos estático en el punto más bajo, limitaría la acción del ciclo estiramiento acortamiento (Gerodimos et al., 2008; G. Markovic & Mikulic, 2010). Además, las mejoras eran superiores en el DJ frente al CMJ; esto sería debido a que la mayoría de ejercicios pliométricos incluyen una caída previa a la realización de un nuevo salto (Stojanović et al., 2017). Por otro lado, la mayoría de los artículos revisados se limitan a evaluar el rendimiento del salto vertical a través de la altura alcanzada (De Villarreal et al., 2010; Markovic, 2007; Stojanović et al., 2017). Sin embargo, en la búsqueda de una mejor comprensión del efecto que tiene el entrenamiento pliométrico sobre el salto vertical, se hace necesaria la evaluación del efecto que tiene dicho entrenamiento, en las variables biomecánicas que lo determinan. Dicha información podría ayudar a los entrenadores, preparadores físicos e investigadores, a la hora de proponer un tipo de entrenamiento u otro, en base al déficit que tengan durante la ejecución del salto vertical. 59 ESTADO DE LA CUESTIÓN 1.6.2 ENTRENAMIENTO CON PESAS Y SALTO VERTICAL El entrenamiento con pesas es un método caracterizado por la movilización de resistencias como pueden ser mancuernas, barras, placas pertenecientes a poleas y máquinas, etc. Las cargas en estos entrenamientos suelen ser expresadas en base a la máxima carga que los participantes son capaces de movilizar una vez, denominada repetición máxima (1RM). Se suele realizar una división dentro de este entrenamiento en base al tipo de carga utilizada. Cuando las intensidades se sitúan entre el 80% y el 100% de la 1RM, las cargas de entrenamiento son consideradas como altas (Perez-Gomez & Calbet, 2013). Por otro lado, cuando la intensidad se encuentra entre el 30% y el 50% de la 1RM se corresponderían con cargas bajas (Perez-Gomez & Calbet, 2013). Entendemos por tanto, que entre el 50% y el 80% de la 1RM las cargas serían consideradas como medias. El entrenamiento con pesas ha sido utilizado para mejorar el rendimiento del salto vertical, involucrando distintos ejercicios centrados en el tren inferior (Arazi et al., 2017; Marriner et al., 2017; Otto III et al., 2012). Dentro de ellos destacan, por un lado, los entrenamientos que comprenden movimientos olímpicos, como la cargada y la arrancada (Hackett et al., 2016) y, por otro lado, ejercicios tradicionales con pesas, entre los que destaca la sentadilla por ser el más utilizado (Sperlich et al., 2016). De los estudios que han evaluado el efecto de entrenamientos 60 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical tradicionales con pesas, se concluye que existe un efecto positivo para la mejora del rendimiento del salto vertical (Perez-Gomez & Calbet, 2013; Sperlich et al., 2016). Dentro de este tipo de entrenamiento, se observó, que las mayores mejoras se encontraban cuando las cargas utilizadas eran medias y bajas, siendo los participantes capaces de alcanzar velocidades elevadas durante la ejecución de los ejercicios (Perez-Gomez & Calbet, 2013). Ello podría estar justificado debido al tiempo de aplicación de fuerza que tienen los participantes durante la ejecución de un salto vertical, en el cual se hace necesario generar una importante cantidad de fuerza en el tiempo disponible que se tiene (Tillin, Pain, & Folland, 2013). Al realizarse estos movimientos a una mayor velocidad, serían más similares al salto vertical y generarían un mayor incremento en su rendimiento (Perez-Gomez & Calbet, 2013). No obstante, con cargas altas también se han observado mejoras en el rendimiento del salto vertical (Perez-Gomez & Calbet, 2013). Por otro lado, se ha comparado el efecto, sobre el salto vertical, cuando se utilizaban ejercicios tradicionales de pesas y ejercicios correspondientes a movimiento olímpicos (Arabatzi & Kellis, 2012; Channell & Barfield, 2008; Hoffman, Cooper, Wendell, & Kang, 2004). De un meta-análisis se extrae, que los entrenamiento realizados con movimientos olímpicos, conseguían un incremento del rendimiento del salto vertical, un 5,10% mayor que aquellos entrenamientos en los que se realizaban ejercicios tradicionales de fuerza (Hackett et al., 2016). 61 ESTADO DE LA CUESTIÓN El número de trabajos de investigación que han evaluado el efecto que tiene el entrenamiento con pesas es amplio y se considera que da lugar a un efecto positivo sobre el salto vertical (Hackett et al., 2016; Perez-Gomez & Calbet, 2013; Sperlich et al., 2016). Sin embargo, existen dos lagunas dentro de la gran cantidad de trabajos llevados a cabo durante estos años. Por un lado, el número de estudios realizados con mujeres se considera insuficiente para obtener conclusiones claras en los meta-análisis realizados (Sperlich et al., 2016; Stojanović et al., 2017). Por otro lado, en la gran mayoría de los estudios realizados, la valoración del incremento en el rendimiento del salto vertical ha quedado limitada a la medición de la altura saltada (Marriner et al., 2017; Perez-Gomez & Calbet, 2013; Sperlich et al., 2016). No obstante, algunos trabajos han analizado variables biomecánicas del salto vertical, desarrollando el conocimiento sobre este tipo de entrenamientos y los motivos por los cuales consigue incrementar la altura del salto vertical (Cormie, McGuigan, & Newton, 2010a; Cormie et al., 2010b, 2010c; Kijowksi et al., 2015). Dentro de las investigaciones que han evaluado el efecto del entrenamiento en las variables biomecánicas que determinan el salto vertical encontramos trabajos que han utilizado cargas bajas, y otros, que han utilizado cargas altas, en base al criterio expuesto anteriormente (Cormie et al., 2010a, 2010b, 2010c). En los estudios que se utilizaron cargas bajas, éstas fueron inferiores al 30% 1RM. Se obtuvieron incrementos en variables de la fase de 62 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical contramovimiento del salto, observando que se producía un incremento en la potencia, la velocidad y el desplazamiento del centro de masas (Cormie et al., 2010b). Por otro lado, en la fase de propulsión se observó un incremento en la potencia, la fuerza, el impulso neto y la velocidad del centro de masas (Cormie et al., 2010a, 2010b). En conclusión, que este tipo de entrenamiento puede dar lugar a una optimización del ciclo estiramiento- acortamiento, permitiendo a los participantes incrementar la cantidad de fuerza que eran capaces de aplicar en la unidad de tiempo. Ello daba lugar, a una mayor aceleración y velocidad de su centro de masas, dando como resultado el incremento en la altura del salto vertical (Cormie et al., 2010a). Por otro lado, se evaluó el efecto que tenían entrenamientos con pesas que incluían cargas altas, superiores al 75% de la 1RM sobre diferentes variables biomecánicas del salto. Dentro de los parámetros evaluados en la fase de contramovimiento, la potencia, la velocidad durante el contramovimiento y el desplazamiento del centro de masas, mostraron un incremento tras el entrenamiento (Cormie et al., 2010b). Del mismo modo, se incrementó el impulso neto, la fuerza y la velocidad del centro de masas durante la fase de propulsión del salto (Cormie et al., 2010a). En conclusión, con este tipo de cargas, las mejoras se asociaron al incremento en la capacidad contráctil de la musculatura, que daría lugar a que el peso corporal supusiera una carga relativa inferior para los deportistas (Cormie et 63 ESTADO DE LA CUESTIÓN al., 2010a, 2010b; Perez-Gomez & Calbet, 2013). Los estudios revisados que evaluaron variables biomecánicas del salto, propusieron las cargas de entrenamiento en sentadilla en base a la realización de un test de 1RM (Cormie et al., 2010a, 2010b). A pesar de que a la mitad del entrenamiento se volvió a realizar el test de 1RM para recalcularla y ajustar las cargas a los porcentajes empleados, las cargas no fueron cuantificadas de manera precisa. En este sentido, se necesitan nuevos estudios en los que las cargas estén cuantificadas de manera precisa durante cada sesión y se evalúe el efecto que tiene el entrenamiento de pesas sobre las variables biomecánicas que determinan el salto. La velocidad media propulsiva de cada repetición podría ser un método adecuado a la hora de cuantificar estas cargas de entrenamiento. (Conceição, Fernandes, Lewis, Gonzaléz-Badillo, & Jimenéz-Reyes, 2016; González-Badillo & Sánchez-Medina, 2010). 1.6.3 ENTRENAMIENTO COMBINADO DE PESAS Y PLIOMETRÍA El entrenamiento combinado de pesas y pliometría engloba la aplicación de los dos métodos expuestos anteriormente de manera conjunta. Existen dos alternativas, por un lado la inclusión dentro de una misma sesión de entrenamiento de ejercicios con pesas y pliometría y, por otro lado, la realización de sesiones de entrenamiento de pesas un día y la realización de ejercicios pliométricos en otro día distinto. La ejecución previa de un ejercicio con pesas dentro de una misma sesión, podría servir 64 La profundidad del contramovimiento y el salto vertical como potenciación para un posterior ejercicio pliométrico (Hodgson, Docherty, & Robbins, 2005), aunque no existen evidencias suficientes para considerar que una de las dos alternativas de lugar a un mejor rendimiento en la altura del salto vertical (Perez-Gomez & Calbet, 2013). La utilización del entrenamiento combinado de pesas y pliometría vendría justificado porque un salto vertical exige una necesidad importante de fuerza, que debe ser aplicada a una gran velocidad. El entrenamiento combinado de pesas y pliometría ha sido utilizado para mejorar el salto vertical obteniéndose una mejora de su rendimiento (Perez-Gomez & Calbet, 2013). La mayoría de trabajos revisados coinciden en que la combinación del entrenamiento de pesas y pliometría, generan mayores incrementos en la altura del salto, en comparación a cuando estos son aplicados de forma aislada (Perez-Gomez & Calbet, 2013). Al igual que ocurría con el entrenamiento pliométrico y el entrenamiento con pesas, la evaluación del rendimiento del salto vertical ha sido realizada principalmente a través de la altura alcanzada. Sólo en algunas investigaciones, se evaluaron variables biomecánicas del salto vertical (Arabatzi, Kellis, & De Villarreal, 2010; Kijowksi et al., 2015). En esos trabajos se utilizaron cargas altas durante el entrenamiento
Compartir