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PANORAMA DE LA GEOGRAFÍA LINGÜÍSTICA DEL ESPAÑOL
EN AMÉRICA
FLORENTINO PAREDES GARCÍA
Universidad de Alcalá
A Manuel Alvar,
que abrió tantos caminos de la lengua.
Y que sigue abriéndolos.
RESUMEN
La geografía lingüística, que lleva casi un siglo presente en la América de habla
española, ha puesto en marcha numerosos proyectos en el continente y ha cosechado
importantes frutos. El objetivo de este trabajo es presentar un panorama completo
de los resultados de la disciplina en relación con los atlas lingüísticos del español
americano. El trabajo presenta para cada país los proyectos y logros en cuanto a atlas
nacionales y regionales así como los resultados de otras investigaciones que se sir-
ven de técnicas geolingüísticas.
PALABRAS CLAVE : Español de América, atlas lingüístico, dialectología
PANORAMA OF THE LINGUISTIC GEOGRAPHY OF THE SPANISH
IN AMERICA
ABSTRACT
Linguistic geography, which has been present for almost a century in Spanish
speaking America, has developed numerous projects in the continent and has
harvested important results. The aim of this article is to provide a comprehensive
panorama of the results of this discipline in relation with the linguistic atlases
of American Spanish. This work presents the projects and achievements for every
country regarding national and regional atlases, as well as other contributions that
use geolinguistic techniques.
KEY WORDS : American Spanish, Linguistic atlas, Dialectology.
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX.
INTRODUCCIÓN
En un trabajo publicado en 2005, aunque redactado en 2002, Moreno Fer-
nández1 consideraba los diez años finales del siglo XX la “década prodigiosa”
del español de América por la abundante publicación de atlas lingüísticos en
el continente. A esa década le ha seguido otra acaso tanto o más productiva
para la geografía lingüística hispanoamericana. Y parece que la disciplina si-
gue gozando de una excelente salud en América.
Cuando está a punto de cumplirse un siglo desde que se iniciase en Amé-
rica la recolección de datos lingüísticos sobre el español mediante técnicas
de la geografía lingüística, la labor no ha dejado de crecer. Gracias a ello
podemos contar hoy con un poblado catálogo de proyectos que han fruc-
tificado de manera dispar. Y así, aunque algunas propuestas no traspasaron
siquiera el estadio larvario y otras parecen definitivamente arrumbadas, hay
proyectos antiguos en vigor que más o menos lentamente, más o menos con-
tinuadamente, siguen sacando a la luz los frutos de la simiente antigua, varios
proyectos fructificaron en una generosísima cosecha y algunos proyectos nue-
vos permiten augurar futuras recolecciones.
El objetivo del presente artículo es ofrecer un panorama actualizado de la
situación de la geografía lingüística en América en lo que se refiere a la len-
gua española2, para lo cual trazaré un recorrido de norte a sur del continen-
te que permita ver la situación en la que se encuentra cada país al respecto.
Comenzaré presentando para cada territorio en primer lugar los trabajos de
ámbito nacional, tanto los proyectos publicados como los que están en mar-
cha, para dar paso después a las propuestas de carácter regional o local y otras
investigaciones que recurren a técnicas geolingüísticas.
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1 FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ, “Geografía lingüística de Hispanoamérica”, en JOSÉ M.ª
ENGUITA (ed.), Jornadas Internacionales en memoria de Manuel Alvar, Institución Fernando el Cató-
lico, Zaragoza, 2005, pág. 92.
2 A explicar algunos proyectos de geografía lingüística en el continente americano está
dedicado el volumen XIII/2, de la revista Lingüística Española Actual (1991), así como el mono-
gráfico número 2 de la revista Géolinguistique, titulado La geolinguistique en Amerique Latine, Uni-
versité Sthendhal-Grenoble 3, Centre de Dialectologie, 2001-2002. Para una revisión histórica de
la geografía lingüística en América pueden consultarse, además del trabajo de Moreno Fernán-
dez citado en la nota anterior, los de PILAR GARCÍAMOUTON, “Sobre Geografía Lingüística del es-
pañol de América”, Revista de Filología Española, LXXII/3-4 (Madrid, 1992), págs. 699-713 y “Los
atlas lingüísticos y las variedades del español de América”, Boletín Hispánico Helvético, 8, (2006),
págs. 111-122; JOSÉ G. MORENO DE ALBA, Introducción al español americano, Arco/Libros, Madrid,
2007; JOSÉ MARÍA ENGUITA y MILAGROS ALEZA (coords.), La lengua española en América: normas y
usos actuales, (con la colaboración de Marta Albelda Marco, Antonio Briz Gómez, Miguel Cal-
derón Campos, Eduardo España Palop, Alejandro Fajardo Aguirre, Félix Fernández De Castro,
David Giménez Folqués, Rosario Navarro Gala y Antonio Torres Torres), Universitat de València,
Valencia, 2010.
1. AMÉRICA DEL NORTE
1.1. ESTADOS UNIDOS. Los estados meridionales de Estados Unidos en los
que el español tiene un asentamiento histórico han sido objeto de dos traba-
jos, uno ya concluido y otro en fase de elaboración.
Entre los proyectos terminados, El español en el Sur de los Estados Unidos 3
constituye la primera entrega de la serie El español en América, un conjunto
de trabajos de Manuel Alvar que conforman su contribución al proyecto del
atlas de gran dominio sobre Hispanoamérica4. En el volumen publicado se
estudia la situación del español en los estados de Arizona, Colorado, Nuevo
México, Tejas y Luisiana, territorios en los que el español está asentado histó-
ricamente. El cuestionario se aplicó en veinticinco localidades en las que por
lo general fueron entrevistados varios informantes por punto, hasta conse-
guir un total de cincuenta y tres sujetos. El volumen contiene siete estudios
sobre el español en esos territorios y la transcripción fonética y ortográfica
de tres textos orales, además de otros apartados que facilitan la consulta y que
permiten distintos tipos de búsquedas. A diferencia de los atlas lingüísticos tra-
dicionales, los resultados de las encuestas no se cartografían, sino que apare-
cen en forma de listados correspondientes a cada pregunta del cuestionario;
no obstante, la información sobre la distribución espacial de las respuestas que-
da perfectamente salvaguardada mediante la inserción en cada página del
mapa del territorio con los puntos de encuesta. Este tipo de presentación se
emplea también en otras dos entregas de la serie, la de Paraguay y la de la
República Dominicana.
Por otra parte, los profesores de la Universidad de Nuevo México Neddy
A. Vigil y Garland D. Bills5 llevan a cabo desde 1991 trabajos para la elabora-
ción de un Atlas Lingüístico de Nuevo México, un proyecto que pretende abar-
car no solo el estado que figura en el título, sino que se extiende también por
el sur de Colorado. El atlas estudia 63 localidades, cincuenta y dos en Nuevo
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3 MANUEL ALVAR, El español en el Sur de los Estados Unidos. Estudios, encuestas, textos, Servicio de
Publicaciones de la Universidad de Alcalá / La Goleta, Madrid, 2000.
4 El proyecto de cabo un atlas sobre el territorio hispanoamericano, que se remonta a 1974,
fue presentado por Manuel Alvar en 1979 (MANUEL ALVAR, “Hacia una nueva Geografía lingüís-
tica de América”, en JUAN M. LOPE BLANCH (ed.), Perspectivas de la investigación lingüística en His-
panoamérica. Memoria, UNAM, México, 1980, págs. 79-92; véase también MANUEL ALVAR, “Proyec-
to de un atlas lingüístico de Hispanoamérica”, Cuadernos Hispanoamericanos, 409 (1980), págs.
53-68; recogido también en Estudios de geografía lingüística, Paraninfo, Madrid, 1990, págs. 439-456).
El cuestionario, publicado en 1984 (MANUEL ALVAR y ANTONIO QUILIS, Atlas lingüístico de Hispano-
américa. Cuestionario, Instituto de Cooperación Iberoamericana, Madrid, 1984), consta de 1416
preguntas, 756 de Léxico, 344 de Fonética, 50 de Sintaxis y 263 de Morfología.
5 NEDDY VIGIL y GARLAND D. BILLS, “El atlas lingüístico de Nuevo México”, Círculo de lingüís-
tica aplicada a la comunicación, 10 (2002) <http://www.ucm.es/info/circulo/no10/vigilbills.htm>[10/10/2011]. En este trabajo se presenta la metodología y algunos mapas.
México y once en Colorado, tomando seis informantes de cada punto6, hom-
bres y mujeres de tres generaciones (18-39, 40-60 y más de 60). Para el regis-
tro grabado de los datos recurren a dos técnicas: una entrevista, mediante la
que tratan de conseguir lo que ellos denominan “formas lingüísticas específi-
cas”, –es decir, un cuestionario–, y grabaciones de conversación libre sobre
las experiencias vitales del entrevistado. Los autores se sirven de un cuestio-
nario compuesto de “más de 800 formas”, que va acompañado de fotografías
u objetos reales, y para la obtención de respuestas se usan técnicas como la
pregunta indirecta, la pregunta directa de alternativa (“¿Dice usted el mar o
la mar?”) y otras, incluso se utiliza a veces la traducción del inglés. En este sen-
tido, los autores se muestran interesados por la situación de contacto entre
el español y el inglés, por lo que piden a los sujetos al finalizar de la entrevis-
ta que lean un fragmento en español y que cambien al inglés durante unos
minutos. Respecto a la presentación de resultados, la pretensión de los inves-
tigadores es conseguir el cartografiado electrónico a partir de las bases de
datos informatizados.
1.2. MÉXICO. Dos han sido los atlas de dominio nacional que ya han sali-
do a la luz: a la publicación en 1992 de los seis volúmenes del monumental
Atlas Lingüístico de México (ALM) 7 hay que sumar ahora los tres tomos del re-
cién aparecido El español en México8. Se trata de dos obras vinculadas desde
su origen y cuyos resultados pueden servir de complemento mutuo de ma-
nera perfecta.
El ALM, concebido inicialmente por su director como un instrumento
que permitiese primero delimitar las principales áreas dialectales del país
y que posteriormente sirviera para elaborar atlas regionales9, ha superado
ampliamente ese objetivo inicial y se ha convertido en “uno de los mayores
acopios de materiales lingüísticos de la lengua española”10. El cuestionario
empleado en el ALM es breve en comparación con otros atlas, pues consta
solo de mil preguntas –407 de fonética, 243 gramaticales y 350 lexicológicas–,
pero esa parquedad no ha sido obstáculo para que en todos los demás aspec-
tos presente cifras que asombran: el número de informantes se eleva a nada
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6 Aunque no en todas las localidades debieron de conseguir ese número de informantes,
pues en las conclusiones del trabajo citado en la nota anterior hablan de que fueron “unos [sic]
350 personas” las entrevistadas.
7 JUAN LOPE BLANCH (dir.), Atlas Lingüístico de Méjico, 6 vols., Colegio de México/Fondo de
Cultura Económica, México, 1990-2001.
8 MANUEL ALVAR, El español en México. Estudios, mapas, textos, (edición al cuidado de Floren-
tino Paredes y Antonio Alvar), 3 vols., Fundación Comillas/Servicio de Publicaciones de la Uni-
versidad de Alcalá /La Goleta /AECI, Madrid, 2010.
9 JUAN LOPE BLANCH, Estudios de Lingüística Hispanoamericana, UNAM, México, 1989, pág. 173.
10 FRANCISCOMORENO FERNÁNDEZ, art. cit., pág. 94.
menos que 1300, la mayoría de ellos hombres de entre 18 y 35 años analfa-
betos o semianalfabetos; en los 970 mapas, de considerables dimensiones
(1m × 0,80m), se sintetiza la compleja información procedente de los infor-
mantes múltiples por punto; entre los materiales obtenidos constan más de
800 horas de grabación de conversaciones libres, etcétera.
Moreno de Alba señala que, a diferencia de los atlas europeos, el ALM no
tenía como objetivo inicial rescatar dialectos en vías de extinción, sino “el
conocimiento del español mexicano de ese momento”11. A partir de este plan-
teamiento, el atlas incorporó algunas innovaciones metodológicas12. Los in-
vestigadores del proyecto se plantean como meta definir la norma local de
los puntos estudiados, que no puede definirse a partir de las respuestas de un
solo informante, sino que ha de ser resultado de la suma de diversos idiolec-
tos. Por ello, en cada punto estaba previsto contar con un mínimo de siete in-
formantes, elegidos de diferente nivel sociocultural, edad y sexo con objeto
de que permitieran obtener información sociolingüística. Para el estableci-
miento de la red de puntos se dio más importancia a los grandes asentamien-
tos urbanos que a las pequeñas aldeas y se atendió más a criterios de densidad
de población que de equidistancia. En cada uno de los 193 puntos que con-
formaron finalmente la red se aplicó el cuestionario a cuatro informantes y se
grabaron al menos cuatro conversaciones de media hora de duración. El ALM
se aparta también de las corrientes europeas coetáneas al plantearse desde una
perspectiva exclusivamente lingüística, dejando a un lado los aspectos etno-
gráficos, y se alinea con la primera etapa de la geografía lingüística europea
al no ordenar el cuestionario por campos semánticos. En cuanto al conteni-
do del atlas, un conjunto de mapas del tomo primero se dedica a cartografiar
exclusivamente los resultados de las grabaciones, los vols. II y III cartogra-
fían los resultados fonéticos, el vol. IV se dedica a la gramática y los vols. VI
y VII contienen las respuestas léxicas. Es precisamente en el cartografiado
donde está probablemente la innovación más significativa del trabajo, y a la
vez la que más críticas ha suscitado. El empleo de varios informantes por pun-
tos y la intención de presentar los datos de las conversaciones ha obligado a
abandonar el cartografiado de las respuestas directas para elaborar mapas sin-
téticos cargados de información sobre los usos lingüísticos. En cada mapa se
ofrece información estadística acerca de si la forma analizada es de uso gene-
ral, frecuente, medio, poco usual o esporádico para cada punto. Este comple-
jo sistema, que obliga a presentar sistemáticamente mapas sintéticos, ha sido
precisamente uno de los mayores problemas del atlas, porque la enorme can-
tidad de información complica la interpretación de los mapas al dificultar la
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11 JOSÉ G. MORENO DE ALBA, Introducción al español americano, Arco/Libros, Madrid, 2007,
pág. 126.
12 JOSÉ G. MORENO DE ALBA, op. cit., págs. 121-126.
“visión espacial simultánea y coherente”13 que caracteriza la geografía lingüís-
tica. No obstante, es innegable la importancia de la cantidad de materiales
reunidos, cuya consulta será muy útil si se logran encontrar vías que faciliten
el acceso a la información a través de procedimientos informáticos.
El segundo atlas de ámbito nacional sobre el territorio mexicano es la
quinta entrega de la serie de Alvar antes mencionada, El español en México,
publicado en tres volúmenes. Los materiales lingüísticos han sido obteni-
dos en noventa y cuatro puntos de encuesta, repartidos por todos los estados
mexicanos, y de los 143 informantes a los que un equipo de siete investiga-
dores aplicó el cuestionario de 1416 preguntas. El primero de los tomos de
El español en México, de contenido heterogéneo, está formado por siete estu-
dios sobre el español mexicano, cinco textos en transcripción fonética y ma-
pas léxicos, además del índice general de la obra, un capítulo sobre aspectos
metodológicos y de contenido (informantes, encuestas, correspondencias con
otros atlas, etc.) y otro que recoge todas las voces y formas contenidas en el
conjunto de la obra. El cartografiado alcanza los 992 mapas: las preguntas
léxicas están recogidas entre el primero y el segundo volúmenes, mientras que
el tercero está formado por más de cuatrocientos mapas de fonética (204),
sintaxis (45) y morfología (195).
En cuanto a los atlas regionales, no han sido nada fructíferos los propó-
sitos iniciales que motivaron el ALM, y la escasez de proyectos ha abocado
en una parca cosecha de resultados, de alcance también limitado. Dentro de
los presupuestos metodológicos del ALM, Mendoza14 presenta un conjunto
de mapas del estado de Sinaloa, fruto de su trabajo de campo en el que se
vale del apartado léxico Cuestionariopara la delimitación de las zonas dialectales
de México, elaborado por Lope Blanch15. El estudio se aplica en diez locali-
dades sinaloenses, en cada una de las cuales el autor selecciona seis informan-
tes, de ambos sexos, de tres generaciones y de tres niveles socioculturales. A
partir de las 350 preguntas de que consta el cuestionario, el autor cartografía
en cincuenta y cinco mapas lo que constituye, a su juicio, el léxico diferen-
ciador de Sinaloa.
2. AMÉRICA CENTRAL Y EL CARIBE
2.1. Los trabajos geolectales en marcha sobre el territorio caribeño y las
Antillas están vinculados con el ALHA. Las últimas noticias sobre el Atlas lin-
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX.148
13 PILAR GARCÍAMOUTON, “Sobre Geografía…”, art. cit., pág. 706.
14 EVERARDOMENDOZA, El léxico de Sinaloa, Siglo XXI/El Colegio de Sinaloa, 2002.
15 JUAN LOPE BLANCH, Cuestionario para la delimitación de las zonas dialectales de México, El Cole-
gio de México, México, 1970.
güístico de las Antillas han sido las que proporcionó su malograda directora,
María Vaquero16 que se ocupó directamente de las encuestas en Puerto Rico y
en las cuatro islas no hispánicas del Caribe, Curaçao, St. Thomas, St. Croix
y Trinidad.
Contamos también con trabajos parciales sobre la zona antillana que ofre-
cen representaciones cartográficas. Sobre el léxico de Cuba, la República Do-
minicana y Puerto Rico versa la tesis doctoral inédita de Claire M. Ziaman-
danis17, realizada a partir de las encuestas del ALHA. La obra incluye, junto al
estudio del vocabulario de las tres islas, cien mapas con la distribución geo-
gráfica de las variantes léxicas.
Por otra parte, para la región del istmo centroamericano Miguel Ángel
Quesada ha proyectado un Atlas Lingüístico de América Central (ALAC)18. Los
trabajos vinculados con este proyecto llevan el calificativo de pluridimen-
sional, ya que atienden a las dimensiones diatópica, diageneracional (dos
generaciones) y diasexual, con objeto de ofrecer “una visión vertical, socio-
lingüística o pragmática además de la tradicional, horizontal”19. El cuestiona-
rio consta de 1836 preguntas (57 de fonética, 102 de morfosintaxis y 1677
de léxico), que se aplicarán en una red de puntos seleccionados según un
criterio de equidistancia. La propuesta prevé estudiar doce localidades de
Belice, trece de Guatemala, veinte de El Salvador, diecisiete de Nicaragua,
veintiséis de Costa Rica y catorce de Panamá (de Honduras no se dan datos
porque “se incorporó muy recientemente al proyecto”20). De cada locali-
dad se seleccionará a cuatro informantes, dos hombres y dos mujeres, dos de
ellos de la generación comprendida entre 30 y 45 años y los otros dos mayo-
res de 6021.
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16 MARÍA VAQUERO, “Geolingüística y dialectología en las Antillas”, en JOSÉ M.ª ENGUITA, TO-
MÁS BUESA y M.ª ANTONIAMARTÍN ZORRAQUINO (eds.), Jornadas Internacionales en memoria de Manuel
Alvar, Institución Fernando el Católico/Gobierno de Aragón, Zaragoza, 2005, págs. 137-158.
17 CLAIRE M. ZIAMANDANIS, Descripción del estado léxico en el español de Cuba, República Dominica-
na y Puerto Rico, basada en los datos del Atlas Lingüístico de Hispanoamérica, University at Albany,
Department of Hispanic Studies, 1995. Tesis inédita.
18 MIGUEL ÁNGEL QUESADA PACHECO, “El Atlas lingüístico de América Central (ALAC): Proyec-
to de investigación”, en LIDIA ALFANO (ed.), Actas del XIV Congreso Internacional de la ALFAL,
Monterrey, 2005 <http://www.mundoalfal.org/cdcongreso/cd/dialectologia_sociolinguistica/
quesada.swf>. Puede verse también información sobre el proyecto en la dirección electrónica
<http://atlaslinguistico.blogspot.com/>.
19 MIGUEL ÁNGEL QUESADA PACHECO, “El Atlas…”, art. cit., págs. 4-5.
20 MIGUEL ÁNGEL QUESADA PACHECO, “El Atlas…”, art. cit., pág. 7.
21 El autor ofrece la lista de colaboradores, estudiantes de maestría y doctorado de la Uni-
versidad de Bergen y de la de Costa Rica, y el nivel lingüístico del que se ocupan: Mauricio Car-
dona (Belice y Panamá, fonética), Katrine Utgård (Guatemala, fonética), Raúl Azcúnaga (El
Salvador, fonética y morfosintaxis), Ramón Hernández (Honduras, fonética), María Auxiliado-
ra Rosales (Nicaragua, fonética), y para Costa Rica, Luis Vargas (fonética), María Castillo (mor-
fosintaxis) y el propio Quesada (fonética y léxico). Algunos trabajos de investigación vinculados
2.2. CUBA. En 1991 Raquel García Riverón daba cuenta del inicio de los
trabajos para elaborar el Atlas Lingüístico de Cuba (ALCu)22, que se planeaba
con un objetivo claramente orientado hacia la utilidad en la enseñanza de
la lengua española y tenía como peculiaridad un interés específico por los as-
pectos entonativos del español de la isla. El proyecto preveía encuestar cuatro
informantes por punto, dos hombres y dos mujeres, y según informaciones de
Montero Bernal, el equipo de geolingüística, compuesto por Lourdes Mon-
tero (nivel fónico), América Méndez y Lidia Santana (nivel léxico) y Marcia
Morón (nivel morfológico), aplicó el Cuestionario del Atlas Lingüístico de Cuba
entre 1989 y 1995 en catorce de las quince provincias cubanas, es decir, en
todas menos en La Habana, que por sus especiales características necesitaba
un acercamiento específico23. De las dificultades que ha atravesado el proyec-
to da cuenta Choy López, quien en 1999 llega a afirmar que “los constantes
cambios de dirección en los últimos años y dificultades de toda índole, pare-
cen haber impedido la conclusión del proyecto más ambicioso y costoso en
la historia de la lingüística cubana”24. Algo más esperanzadoras son, sin em-
bargo, las últimas noticias que se tienen del proyecto, según las cuales25 están
ya concluidos dos volúmenes léxicos, el primero relativo a “Animales silves-
tres, domésticos y de corral” y el segundo a “El hombre y su ambiente social
(primera parte)” además de haberse comenzado a procesar los datos fonéti-
cos y morfológicos26.
2.3. REPÚBLICA DOMINICANA. Tan solo contamos con el volumen que den-
tro de la serie El español en América dedica Alvar al país dominicano, titulado
El español en la República Dominicana27. Los puntos de encuesta para este pe-
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX.150
con este proyecto se ofrecen en el volumen colectivo MIGUEL ÁNGEL QUESADA PACHECO (ed.),
El español hablado en América Central. Nivel fonético, Iberoamericana/Vervuert, Madrid/Frankfurt
am Main, 2010.
22 RAQUEL GARCÍA RIVERÓN, “El Atlas Lingüístico de Cuba”, Lingüística Española Actual, XIII
(Madrid, 1991), págs. 1999-221. Véase también LUIS ROBERTO CHOY LÓPEZ, “Atlas lingüístico
de Cuba (ALCu). Pasado, presente y futuro”, Anuario de Lingüística Hispánica, X (1994), págs.
437-442.
23 LOURDES E. MONTERO BERNAL, “El español rural de Cuba y su variedad regional”, en MAR-
LEN A. DOMÍNGUEZ HERNÁNDEZ (ed.), La lengua en Cuba. Estudios, Universidad de Santiago de
Compostela, Santiago de Compostela, 2007, págs. 147-178.
24 LUIS ROBERTO CHOY LÓPEZ, Periodización y orígenes en la historia del español de Cuba, Universi-
tat de València/Tirant Lo Blanch Libros, Valencia, 1999, pág. 35.
25 Comunicación personal de Lourdes Montero.
26 Algunos trabajos vinculados con este atlas han aparecido en la obra colectiva de SERGIO
VALDÉS BERNAL, LOURDES MONTERO BERNAL, MARCIA MORÓN GARCÍA, LIDIA SANTANA GONZÁLEZ y
AMÉRICAMENÉNDEZ PRYCE, Visión geolectal de Cuba, Peter Lang, Frankfurt, 2007.
27 MANUEL ALVAR, El español en la República Dominicana. Estudios, encuestas, textos, (edición al
cuidado de Antonio Alvar), Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá/La Goleta, Ma-
drid, 2000.
queño territorio de menos de 50 000 km2 fueron once, repartidos por todo
el país, y el cuestionario se completó con diecinueve informantes. A semejan-
za de las otras entregas, también en esta se incluyen tres estudios lingüísticos,
análisis espectrográficos y textos en transcripción fonética y las respuestas no
se cartografían, sino que se presentan en listas.
2.4. PUERTO RICO. El único trabajo completo degeografía lingüística so-
bre el país es el antiguo trabajo de Navarro Tomás, pionero por lo demás
en la aplicación de la metodología geolingüística en el continente. En 1948
Navarro Tomás publicó El español en Puerto Rico28 con el ánimo de realizar un
atlas lingüístico de mínimo dominio, si bien “mejor que un atlas lingüístico
propiamente dicho, el libro viene a ser un completo estudio sobre el español
de esa isla”, a juicio de Moreno de Alba29. Los capítulos del libro se dedican
al análisis fonético del país, a las observaciones gramaticales, a los materiales
lexicográficos y al establecimiento de zonas dialectales, e incluye también
textos en transcripción fonética. El hecho de considerarlo el primer atlas
lingüístico del continente es porque contiene setenta y cinco mapas, veinti-
cuatro dedicados a fonética, cinco a temas gramaticales, cuarenta y nueve
al léxico y cinco más a establecer las zonas dialectales de la isla30. Aunque la
labor geolingüística desarrollada por Navarro Tomás fue continuada hasta
1974 por Rubén del Rosario y sus colaboradores, la mayor parte de esos
trabajos han quedado inéditos o solo han aparecido en forma de resumen31.
Los últimos trabajos sobre la isla de los que se tiene noticia son las encues-
tas realizadas por María Vaquero para el Atlas de las Antillas, que se llevaron
a cabo entre 1985 y 1986 y que se han concretado en la obtención de 15 000
unidades léxicas y 118 horas de grabación32. Las localidades encuestadas
fueron Arecibo, Aguadilla, San Juan de Puerto Rico, Culebra, Utuado,
Mayagüez, Humacao, Cavey, Vieques, Río Grande, Ponce y Mainabo. Habrá
que esperar a ver cuál es el futuro de este proyecto tras la desaparición de su
directora.
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28 TOMÁS NAVARRO TOMÁS, El español en Puerto Rico. Contribución a la geografía lingüística hispa-
noamericana, Ed. Universitaria, Río Piedras, 1948. El atlas ha vuelto a ser editado en 1999 por Ma-
ría Vaquero en edición facsímil.
29 JOSÉ G. MORENO DE ALBA, op. cit., pág. 118.
30 Cinco años atrás había publicado el Cuestionario Lingüístico Hispanoamericano, del que se
anunciaron dos tomos pero solo apareció uno (I. Fonética, Morfología y Sintaxis, Buenos Aires,
Instituto de Filología de Buenos Aires, 1945). Se presenta como un cuestionario divulgativo, que
cualquier hablante culto pudiera realizar y se concibe como un trabajo previo al de un atlas lin-
güístico de Hispanoamérica. Navarro Tomás ofrece su cuestionario como un instrumento que
permitiese trabajar de forma coordinada en el estudio de América y propone diferenciar entre
edades y sexos y entre hablantes sin instrucción, con instrucción media y cultos.
31 MARÍA VAQUERO, “Geolingüística…”, art. cit., pág. 145.
32 MARÍA VAQUERO, “Geolingüística…”, art. cit., pág. 150.
2.5. GUATEMALA. Inscrito en el proyecto del ALAC, Katrine Utgård33 estu-
dia la fonética guatemalteca a partir de la aplicación del cuestionario de cin-
cuenta y siete preguntas en trece localidades y a cuatro sujetos por localidad
–cinco en Cobán y en Quetzaltenango. La mayor parte de las entrevistas fue-
ron realizadas por la propia autora, aunque para algunas encuestas contó con
la ayuda de Ana Acevedo-Halvick e Igor Katzalkorta34. La obra se presenta en
dos tomos, el primero dedicado al estudio de la fonética y el segundo confor-
ma un verdadero atlas con cuarenta y nueve mapas fonéticos más ocho mapas
“pluridimensionales”, a los que acompaña el cuestionario y la hoja de codifi-
cación utilizados por la autora.
2.6. EL SALVADOR. Aparte de las informaciones de Quilis sobre las en-
cuestas llevadas a cabo en el país35, no consta otro dato sobre el territorio que
la propuesta de Azcúnaga36, vinculada al ALAC, donde da cuenta de la aplica-
ción de pruebas piloto y las consecuentes modificaciones en el apartado de
fonética del cuestionario.
2.7. NICARAGUA. En 2008 se publicó el atlas de Rosales Solís, dedicado al
nivel fonético37. Es un trabajo que se atiene rigurosamente a los presupues-
tos metodológicos del ALAC: diecisiete localidades que se reparten por todo
el país y sesenta y ocho sujetos entrevistados, cuatro por punto. El cuestiona-
rio aplicado consta de las consabidas cincuenta y siete preguntas fonéticas,
que le permiten a la autora elaborar cincuenta y cuatro mapas. En el trabajo, la
autora comenta los mapas presentados y añade un capítulo en el que carto-
grafía en once mapas las isoglosas de los fenómenos estudiados para estable-
cer zonas dialectales nicaragüenses.
2.8. COSTA RICA. El trabajo de 1992 de Quesada Pacheco es el pionero
en este país38 y, a la vez, el que establecerá las bases metodológicas del citado
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX.152
33 KATRINE UTGÅRD, Fonética del español de Guatemala: Análisis geolingüístico pluridimensional,
Universidad de Bergen, Bergen, 2006. Tesis de maestría <https://bora.uib.no/bitstream/1956/
2641/1/Masterthesis_Utgaard.pdf> [03/10/2011]
34 En una ocasión informa de que a una de las mujeres entrevistadas “la hija le leyó la en-
cuesta” (op. cit., pág. 30).
35 ANTONIOQUILIS, “Situación actual del Atlas Lingüístico de Hispanoamérica”, Lingüística Espa-
ñola Actual, XIII/2 (Madrid, 1991), págs. 269-271.
36 RAÚL ERNESTO AZCÚNAGA, Atlas lingüístico pluridimensional de El Salvador (ALPES), Universi-
dadNacional, Costa Rica, inédito <http://atlaslinguistico.blogspot.com/2004/06/atlas-linguistico-
pluridmensional-de.html>
37 M.ª AUXILIADORA ROSALES SOLÍS, Atlas lingüístico de Nicaragua: nivel fonético. (Análisis geolingüísti-
co pluridimensional), Universidad de Bergen/Academia Nicaragüense de la Lengua, Nicaragua, 2008.
38 MIGUEL ÁNGEL QUESADA PACHECO, “Pequeño atlas lingüístico de Costa Rica”, Revista de Filo-
logía y Lingüística de la Universidad de Costa Rica, XIX/2 (1992), págs. 85-189.
proyecto ALAC, dirigido por él mismo. El cuestionario consta de cien pregun-
tas de léxico, fonética y morfosintaxis, que se aplican a setenta informantes
de treinta y ocho localidades. En el trabajo se ofrecen noventa y un mapas;
como consecuencia de la multiplicidad de respuestas por punto, fue nece-
sario duplicar el cartografiado de algunos mapas léxicos.
Por otra parte, en 2000 se han presentado trabajos parciales de colabo-
radores de Quesada. María Castillo dedicó su tesis de licenciatura a la
morfología costarricense39 y Luis A. Vargas ha hecho lo propio con el nivel
fonético40.
La propuesta más reciente fue presentada en 2009 de nuevo por Quesa-
da Pacheco, quien ha anunciado un Atlas Lingüístico-Etnográfico de Costa Rica41
que se aplicará en las mismas localidades que el “Pequeño atlas” para dar
continuidad a aquel trabajo.
2.9. PANAMÁ Y HONDURAS. No hay más datos de estos dos países que la
enumeración de localidades ya encuestadas por Quilis para el ALHA42, siete en
Panamá (Jaqué, Colón, Panamá, Las Tablas, Santiago de Veraguas, David y
Changuinola) y ocho en Honduras (Danlí, La Masica, Ocotepeque, Lepaera,
Tegucigalpa, Catacamas, San Pedro Sula, Choluteca).
3. AMÉRICA DEL SUR
3.1. VENEZUELA. Aunque Navarro Correa en 1974 ya planteó la necesidad
de un altas lingüístico de Venezuela e incluso llegó a presentar 192 mapas
léxicos que cartografían los datos de treinta y dos localidades43, el único tra-
bajo completo sobre este país es el que Alvar le dedica dentro de la serie del
ALHA, El español en Venezuela44, publicado en tres tomos. Los puntos encues-
tados han sido cincuenta y uno, entre los que se incluyen las dos principales
ciudades del país, y el número de informantes es de sesenta y seis, pues en
varios puntos se utilizó más de un informante. El primer volumen contiene
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX. GEOGRAFÍA LINGÜÍSTICA DEL ESPAÑOL 153
39 MARÍA CASTILLO, Morfología del español de Costa Rica. Análisis geolingüístico pluridimensional,
Universidad de Bergen, Bergen, 2000. Tesis de licenciatura.
40 LUIS ALBERTO VARGAS VARGAS, Fonética del español de Costa Rica: Análisis geolingüístico pluridi-
mensional, Universidad de Bergen, Bergen, 2000. Tesisde maestría.
41 Véase <http://inil.ucr.ac.cr/proyecto.php?idProyecto=3>.
42 ANTONIO QUILIS, “Situación actual…”, art. cit., pág. 270.
43 MANUEL NAVARRO CORREA, En torno a un atlas lingüístico venezolano, Universidad de Cara-
bobo, Valencia (Venezuela), 1974.
44 MANUEL ALVAR, El español en Venezuela. Estudios, mapas, textos, (edición al cuidado de Anto-
nio Alvar y Florentino Paredes), 3 vols., Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá/La
Goleta/AECI, Madrid, 2001.
estudios del autor sobre el habla venezolana junto a otros trabajos que faci-
litan diversas entradas de consulta del atlas. El tomo II contiene 454 mapas
léxicos y el tomo III está dedicado a la fonética (197 mapas), la sintaxis (50)
y la morfología (230).
Ninguno de los proyectos de atlas regionales venezolanos ha superado la
fase embrionaria: ni el Atlas lingüístico del Bajo Llano, ni el Atlas Lingüístico del
Alto y del Bajo Apure, ambos proyectados por Edgar Colmenares del Valle, ni
tampoco el Atlas Lingüístico y Etnográfico de la Región Central de Venezuela, de
Zaida Pérez González45.
3.2. COLOMBIA. Se completó hace años el monumental Atlas lingüístico-
etnográfico de Colombia46, primer atlas lingüístico nacional publicado en Hispa-
noamérica. Además de los seis volúmenes, la obra consta de un Manual y
un Glosario léxico y va acompañada de un disco con cantos populares, juegos
y tratamientos. Fue dirigido por Luis Flórez, antiguo alumno de Navarro To-
más, y realizado con la colaboración de dialectólogos de América, como J. J.
Montes Giraldo y L. F. Suárez, y de España, como Tomás Buesa, Germán de
Granda y Manuel Alvar. Fue un atlas muy costoso: la primera noticia es de
1947 y se publicó en 1981, y el equipo de colaboradores fue cambiando47.
En 1971 se incorporaron seis investigadores, lo que permitió que las visitas
se organizaran con tres dialectólogos, que se dividían el trabajo de aplicar el
cuestionario. El cuestionario tuvo, al menos, tres redacciones: la primera ver-
sión, de 8065 preguntas, posteriormente se redujo a 2000 y, en un segundo
reajuste a 1400, que fue el cuestionario que se aplicó a partir de 1961. Las
entrevistas se aplicaron también a varias mujeres, los materiales fueron gra-
bados y se tomaron varios miles de fotografías. El atlas se compone de 1500
mapas, en los que se recurre al empleo de símbolos para poder cartografiar
la multiplicidad de respuestas, renunciando a la representación fonética. Este
aspecto ha sido una de las críticas que ha recibido el atlas48, a las que se aña-
den otras de carácter metodológico, como la pluralidad de encuestadores o
la fragmentación del cuestionario entre varios informantes.
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX.154
45 Tomo los datos de FRANCISCO JAVIER PÉREZ HERNÁNDEZ, Diccionarios, discursos etnográficos,
universos léxicos: propuestas teóricas para la comprensión cultural de los diccionarios, Fundación Centro
de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos/Universidad Católica Andrés Bello, Caracas,
2000, págs. 77-79.
46 LUIS FLÓREZ (dir.), Atlas Lingüístico-Etnográfico de Colombia, 6 vols., Instituto Caro y Cuervo,
Bogotá, 1981-1983.
47 PILAR GARCÍAMOUTON, “Sobre Geografía…”, art. cit., pág. 704.
48 MANUEL ALVAR, “Comentarios metodológicos al Atlas Lingüístico-Etnográfico de Colombia”, en
CARMEN DÍAZ ALAYÓN (coord.), Homenaje a José Pérez Vidal, Universidad de La Laguna, La Laguna,
1993, págs. 111-127 (recogido en MANUEL ALVAR, América. La lengua, Universidad de Valladolid,
Valladolid, 2000, págs. 281-294).
Respecto a los atlas regionales colombianos, en 2002 la Universidad de
Antioquia publicó una Muestra antológica del Atlas Lingüístico de Antioquia 49,
un atlas coordinado con el ALEC realizado por Amanda Betancourt, Ángela
Osorio, Carlos García y Francisco Zuloaga. Los autores se sirvieron del cues-
tionario del ALEC con algunas modificaciones y lo aplicaron en cuarenta y
cinco municipios. En la recogida de datos participaron investigadores y estu-
diantes, que además del cuestionario grabaron treinta minutos de conversa-
ción. La muestra publicada se compone básicamente de materiales léxicos,
aunque también incluye información fonética y gramatical.
Respecto a otros trabajos, en 1973 Luis Flórez publicó un trabajo sobre el
léxico de la Sabana de Bogotá, que contiene 93 mapas de ocho localidades de
la región50. Y aparte de la publicación del cuestionario en 1978, carecemos
de otras noticias sobre un Atlas lingüístico del Huila, iniciado por la Univer-
sidad Surcolombiana.
3.3. ECUADOR. El Atlas Lingüístico del Ecuador fue anunciado en 199251, y
contaba con el apoyo inicial de la Casa de Montalvo y la Academia Ecuatoria-
na de la Lengua y posteriormente el de la Universidad Pontificia Católica del
Ecuador. El trabajo fue iniciado por Antonio Quilis y Celia Casado, quienes
contaron con la colaboración de un equipo de investigadores ecuatorianos
formado por Ana Estrella y Gerardo López bajo la coordinación de Yolanda
Montalvo. En 1994 se publicó el cuestionario52, de 3071 preguntas, basado
en los del ALHA y el ALEC. La red de puntos quedó finalmente conformada
por cien localidades de las cuatro regiones y veintidós provincias ecuatoria-
nas, mientras que el número de informantes asciende a 230: ocho en Quito y
Guayaquil, cuatro en ciudades de más de 50 000 habitantes y dos en los demás
puntos, combinando sexo y nivel de instrucción cuando sea posible. Según
las últimas noticias, los trabajos siguen en marcha, y en 2008 se habían com-
pletados dos tercios de las encuestas proyectadas53.
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX. GEOGRAFÍA LINGÜÍSTICA DEL ESPAÑOL 155
49 AMANDA BETANCOURT, ÁNGELA OSORIO, CARLOS GARCÍA y FRANCISCO ZULOAGA, Muestra anto-
lógica del Atlas Lingüístico de Antioquia, Universidad de Antioquia, Medellín, 2002. Para la historia
del proyecto, pueden verse los trabajos de AMANDA BETANCOURT “Atlas lingüístico de Antio-
quia”, Lingüística y Literatura, 17 (1990), págs. 178-184 y “Atlas lingüístico de Antioquia”, en
JOSÉ ANTONIO SAMPER PADILLA y MAGNOLIA TROYA DÉNIZ, Actas del XI Congreso Internacional de la
ALFAL, t. II, Universidad de Las Palmas/Librería Nogal, Las Palmas de Gran Canaria, 1996, págs.
867-876.
50 LUIS FLÓREZ, Pequeño atlas léxico de la sabana de Bogotá, Bogotá, 1973.
51 ANTONIO QUILIS y CELIA CASADO-FRESNILLO, “El Atlas Lingüístico del Ecuador”, Lingüísti-
ca, 4 (1992), págs. 361-370.
52 ANTONIO QUILIS y CELIA CASADO-FRESNILLO, Cuestionario del Atlas Lingüístico del Ecuador, Casa
de Montalvo, Ambato, 1994.
53 Puede verse más información en el blog de ANA ESTRELLA <http://atlasecuador.blog
spot.com> [18/09/2011].
En cuanto a los trabajos regionales, hay que citar el Atlas lingüístico y etno-
gráfico de Tungurangua (ALET), que contiene 293 mapas sintéticos corres-
pondientes a cuarenta y cuatro localidades, pero que juzga “de poco interés”
César Hernández, de quien tomo la referencia54.
3.4. PERÚ. Descartado el Proyecto del Atlas lingüístico y etnográfico del Perú55,
que Luis Hernán presentó en 1974, solo tengo noticias de los trabajos vincu-
lados con el ALHA que Rocío Caravedo está llevando a cabo para el Perú des-
de 199256 usando el mismo cuestionario que el del atlas hispanoamericano.
En un trabajo de 2001-0257, Caravedo señalaba que ya había sido encuestada
gran parte de los cincuenta puntos de la red, en los cuales fueron entrevis-
tados dos informantes representativos de los dos polos de la jerarquía social.
Además, se ha recogido una conversación informal entre el encuestador y el
informante en cada punto.
3.5. BOLIVIA. No me constan más datos sobre el país que los de las tareas
del ALHA llevadas a cabo por Quilis58, quien realizó encuestas en La Paz,
Cochabamba, Sucre, Potosí, Santa Cruz de la Sierra, San Ignacio de Velasco,
San José de Chiquitos, San Matías, Puerto Suárez y Trinidad.
3.6. PARAGUAY. Disponemos del volumen que Alvar le dedicó al país den-
tro de la serie de publicaciones del ALHA, El español en Paraguay59. En él se
estudian dieciocho puntos de encuesta y el cuestionario se aplica aveinti-
siete informantes, entre los cuales hay doce mujeres. El volumen consta de
dos estudios sobre el español en Paraguay y la influencia del guaraní, el aná-
lisis de los espectrogramas y las listas de palabras, además de los consabidos
índices y referencias.
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX.156
54 CÉSAR HERNÁNDEZ, “Estado actual y cuestiones pendientes en los estudios del español
de América”, 2002 <http://www.uned.es/sel/pdf/II%20Congreso/Hernandez%20Alonso%20
2002.pdf> [10/09/2011].
55 LUIS HERNÁN RAMÍREZ, Proyecto del Atlas lingüístico y etnográfico del Perú, INIDE, Lima, 1974.
56 ROCÍO CARAVEDO, “El Atlas lingüístico hispanoamericano en el Perú: observaciones prelimi-
nares”, Lingüística Española Actual, XIV/2 (1992), págs. 287-299. No debe confundir el título del
trabajo de CHIRINOS RIVERA, El Atlas lingüístico del Perú, (Ministerio de Educación del Perú/Centro
Bartolomé de las Casas, Cuzco/Lima, 2001), dedicado a cartografiar la distribución de las len-
guas habladas en el país.
57 ROCÍO CARAVEDO, “L’espace dans une perspective socio-géographique. L’espagnol du
Pérou”, La géolinguistique en Amérique latine, hors série nº 2 de Géolinguistique (2001-2002), págs.
143-168.
58 ANTONIO QUILIS, “Situación actual…”, art. cit., pág. 270.
59 MANUEL ALVAR, El español en Paraguay. Estudios, encuestas, textos, (edición al cuidado de
Antonio Alvar, Jairo García y José Ramón Franco), Servicio de Publicaciones de la Universidad
de Alcalá/La Goleta/AECI, Madrid, 2001.
Sobrepasa el área paraguaya para extenderse por el noreste Argentina y
la zona meridional de Brasil el Atlas Lingüístico Guaraní-Románico (ALGR),
dirigido por Wolf Dietrich, Almidio Alquino y Harald Thun60, que consti-
tuye el primer atlas lingüístico sobre una lengua amerindia. Comparte la base
teórica y el método con el Atlas Lingüístico Diatópico y Diastrático del Uruguay
(ADDU), es decir, se plantea desde una perspectiva pluridimensional y junto
a la información diatópica busca información diastrática (clase, instrucción
escolar, generación y sexo) y diafásica (estilos de habla) e incluye el conoci-
miento que tienen los hablantes del guaraní, el español y el portugués. Los
principios de la cartografía también mimetizan los del ADDU y la estructura
del cuestionario corresponde también a la del atlas uruguayo, aunque aquel
es mucho más corto y no supera las cuatrocientas preguntas principales. Las
encuestas se iniciaron en 1992 sobre una red de algo más de cien puntos. En
una fase posterior, al proyecto primigenio se le ha sumado un atlas sociolin-
güístico, cuyos materiales también se han incorporado al ALGR.
3.7. URUGUAY. El proyecto del citado Atlas Diatópico y Diastrático del Uru-
guay (ADDU) se presentó en 198961, aunque su primer y único volumen pu-
blicado hasta ahora no vio la luz hasta el 200062. Como se desprende de su
título, el atlas se plantea desde una perspectiva alejada de los criterios tradi-
cionales europeos, que persigue aunar la visión diatópica con la diastrática.
El proyecto está formado por un equipo europeo y otro americano: Harald
Thun dirige el equipo de Maguncia y Adolfo Elizaincín el de Montevideo. El
cuestionario consta de 1416 preguntas (626 coincidentes con las del ALHA)
y, puesto que el atlas trata de recoger el contacto entre el portugués y el es-
pañol en la frontera de Uruguay y Brasil, se usa un cuestionario específico de
veinte preguntas para la zona de habla portuguesa y la parte gramatical adap-
tada. La red de la zona de habla española comprende setenta y cinco loca-
lidades, dos de ellas en Argentina, en tanto que la de la región lusófona está
constituida por treinta y cuatro puntos, once de los cuales corresponden a
Brasil. Además de la investigación de las zonas bilingües, otras novedades del
atlas son su renuncia a lo etnográfico, en lo que más bien representa un sal-
to atrás en la geografía lingüística, y el intento de registrar la variación inter-
na y la externa. La variación interna se plantea desde una perspectiva multi-
variacional, a partir de los presupuestos teóricos de Coseriu; la externa se
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX. GEOGRAFÍA LINGÜÍSTICA DEL ESPAÑOL 157
60 HARALD THUN, “L’Atlas Lingüístico Guaraní-Románico (ALGR)” en La géolinguistique en Amé-
rique latine, hors série nº 2 de Géolinguistique (2001-2002), págs. 115-126.
61 HARALD THUN, CARLOS E. FORTE y ADOLFO ELIZAINCÍN, “El Atlas lingüístico Diatópico y Dias-
trático del Uruguay (ADDU). Presentación de un proyecto”, Ibero-Romania, 30 (1989), págs. 26-62.
62 HARALD THUN, FRED BOLLER, ERIG SONTAG y JOHANNE PEEMÖLLER, Atlas Lingüístico Diatópico y
Diastrático del Uruguay-Norte (ADDU-Norte), (con la ayuda de A. ELIZAINCÍN et al.), fasc. I, Westensee
Verlag, Kiel, 2000.
pretende determinar mediante el contraste con otras variedades del español
americano, del español de España y con otras lenguas románicas. El alcance
del estudio de la variación resulta sin embargo limitado: no diferencian entre
las hablas de los hombres y de las mujeres, solo se diferencian dos grupos
generacionales y dos clases sociales. Los criterios de selección de los infor-
mantes son muy amplios, dada la gran movilidad de la población uruguaya,
pero hasta tal punto que pueden considerarse válidos como representantes
de la localidad sujetos que llevan solo cinco años en ella63. Los autores pre-
tenden también recoger información sobre lo que los hablantes saben acerca
de otras variedades, dentro de lo que denominan la “dialectología relacio-
nal, disciplina de la lingüística del distanciamiento”. Todos los mapas que se
presentan son mapas elaborados ya que ofrecen cuatro respuestas, y se dife-
rencian entre ellos los mapas fenotípicos (término procedente de la genética
que se refiere a la “representación cartográfica del hecho de que un rasgo se
haya documentado o no”64), los monosexuales, los plurifásicos, etc. La gran
elaboración que presenta cada uno de ellos hace que la lectura e interpreta-
ción sea complicada y que, de hecho, tenga que ir acompañada de estudios
monográficos; a veces incluso los diagramas que presentan resultan más ilus-
trativos que el cartografiado.
Cubrirá también todo el territorio uruguayo el volumen de Alvar dedica-
do a Argentina y Uruguay dentro de los trabajos del ALHA, que constituirá la
séptima y última entrega de la serie El español en América.
3.8. ARGENTINA. En 1987 se presentó el proyecto de un Atlas Lingüístico An-
tropológico de la República Argentina, bajo la responsabilidad de Ofelia Kovacci65,
un atlas inscrito dentro del Plan Nacional de Alfabetización de la República
que, por tanto, no perseguía meramente un fin geolingüístico, sino ante todo
recoger e integrar las variedades regionales y lograr mejorar la enseñanza
de la lengua española en el país. El cuestionario constaba de unas 1500 pre-
guntas, que se pretendían aplicar a seis informantes por localidad, dife-
renciados por sexo y edad, en una red formada por mil localidades. Se han
señalado algunos importantes problemas metodológicos del proyecto, como
el hecho de que las encuestas las hiciese el alfabetizador, no los investiga-
dores; que se emplease como apoyo la Cartilla de Alfabetización, que era em-
pleado, a la vez, como material didáctico de informante; que se usase la téc-
nica de la encuesta colectiva para recoger los materiales grabados, con los
problemas que plantea esa técnica (superposiciones de habla, dificultad de
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX.158
63 PILAR GARCÍAMOUTON, “Sobre geografía…”, art. cit., pág. 709.
64 PILAR GARCÍAMOUTON, “Los Atlas…”, art. cit., pág. 121.
65 OFELIA KOVACCI (dir.), Documentos del PREDAL Argentina 2: Atlas Lingüístico-Antropológico de
la República Argentina, Ministerio de Educación y Justicia, Buenos Aires, 1987.
identificar al hablante, etc.). No me consta que el proyecto haya fructifica-
do o que se hayan publicado materiales.
En cuanto a los atlas regionales, hay que citar el Atlas Lingüístico de Cuyo,
dirigido por César Quiroga66, un atlas de pequeño dominio que se realiza
desdeel Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas “Manuel Alvar”
(INILFI). El territorio encuestado es el Nuevo Cuyo, que incluye la provincia
de La Rioja, además de las de San Juan, Mendoza y San Luis. El proyecto pre-
veía atender a veinte localidades por región, a las que después se añadieron
otras cuantas encuestas complementarias en las ciudades, con un cuestiona-
rio base de 479 preguntas organizado en torno a tres temas: el agua, la vid y
el carneo o matanza, más un apéndice morfosintáctico.
3.9. CHILE. Frente a la larga tradición que tienen ya los atlas regionales,
los proyectos de atlas nacional no han corrido igual suerte. No materializó
nunca ni el proyecto para un Atlas lingüístico de Chile concebido por Rodolfo
Oroz en 1940 ni el del Atlas lingüístico y etnográfico de Chile concebido por Gas-
tón Carrillo en 196867. Así pues, los dos volúmenes de Manuel Alvar que for-
man El español en Chile constituyen hoy por hoy el único trabajo que presen-
ta una visión geolectal completa del país68. En ellos se cartografían los datos
correspondientes a veintinueve localidades en las que se entrevistó a cincuen-
ta y tres informantes de diferente sexo y distinto nivel de instrucción.
Hay que mencionar también otro proyecto en marcha de alcance nacio-
nal, fruto de la constante labor del equipo de dialectólogos de la Universidad
Austral de Chile. En 1997 Claudio Wagner puso en marcha el Atlas Lingüísti-
co y Etnográfico de Chile (ALECh) por regiones69, que propone dividir el territo-
rio chileno en cuatro atlas regionales, ALECh Norte, ALECh Centro, ALECh Sur
y ALECh Sur-austral. Se elaboró un cuestionario “común”, formado por 804
preguntas relativas al léxico, la fonética, la morfología y la sintaxis, más tres
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX. GEOGRAFÍA LINGÜÍSTICA DEL ESPAÑOL 159
66 CÉSARQUIROGA SALCEDO, Atlas Lingüístico de Cuyo, Universidad de San Juan, San Juan 1999.
Más información en CÉSARQUIROGA SALCEDO, “El proyecto Atlas Lingüístico de Cuyo– Argentina”, en
JOSÉ ANTONIO SAMPER PADILLA y MAGNOLIA TROYA DÉNIZ (coords.), Actas del XI Congreso Internacio-
nal de la Asociación de Lingüística y Filología de la América Latina. Las Palmas de Gran Canaria, del
22 al 27 de julio de 1996, Tomo II, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria/Librería Nogal,
Las Palmas de Gran Canaria, 1999, págs. 1245-1254, y, más recientemente, en GLADYS ABALLAY
MEGLIOLI, El español peninsular y americano de la región andina en los atlas lingüísticos, Universidad
de San Juan, San Juan, 2005, págs. 101-102.
67 GASTÓN CARRILLO, “Proyecto de Atlas Lingüístico y Etnográfico de Chile (ALECh)”, Cua-
dernos de Filología, 1 (1968), págs. 77-85.
68 MANUEL ALVAR, El español en Chile. Estudios, mapas, textos, (edición al cuidado de Rocío Díaz
Moreno y Antonio Alvar), 2 vols., Fundación Comillas/Servicio de Publicaciones de la Universi-
dad de Alcalá/La Goleta, Santander, 2011.
69 CLAUDIOWAGNER, “El Atlas lingüístico y etnográfico de Chile por regiones”, Estudios Filológicos, 33
(1998), págs. 119-129.
cuestionarios “diferenciados”, uno de léxico rural (1397 preguntas), otro so-
bre léxico urbano (977) y un tercero sobre léxico marítimo (886). Cada uno
de estos cuestionarios diferenciados solo se aplica en el territorio en el que
resulta pertinente: el léxico minero en el norte y el extremo sur, el de la agri-
cultura en el centro y sur, etc. Haber podido contar con financiación de la
Comisión Nacional Científica y Tecnológica del país hizo posible que entre
1997 y 2000 se terminase el levantamiento de encuestas, en las que participa-
ron siete investigadores para una red de 216 puntos. Entre las localidades es-
tudiadas se incluyeron nueve fronterizas situados fuera del territorio chileno:
Tacna en Perú, Charaña en Bolivia, y en Argentina, Mendoza, Codihué, Bari-
loche, Trevelin, Los Antiguos, Río Gallegos y Río Grande. En otro trabajo
posterior, Wagner70 informa de que ya se han puesto en marcha las tareas
de cartografiado, que se pretende hacer tanto de manera electrónica como de
forma convencional.
Los atlas regionales cuentan con una dilatada trayectoria en el país austral.
En 1973 se publicó el primer volumen del Atlas Lingüístico-etnográfico del Sur de
Chile (ALESuCh), dirigido por Guillermo Araya y en el que colaboraron Cons-
tantino Contreras, Claudio Wagner y Mario Bernales71. Fue el primer atlas re-
gional que apareció en el subcontinente. El territorio del ALESuCh incluye las
provincias de Chiloé, Llanquihue, Osorno, Valdivia y Cautín. El cuestionario,
que había aparecido en 1968, se compone de 1669 cuestiones, 1095 de léxico,
512 de forma lingüística o gramática y 62 de toponimia. Los trabajos de re-
cogida de datos se iniciaron en 1967 y concluyeron en 1969, aunque no en to-
das las localidades se aplicó el cuestionario léxico completo. De cada punto se
seleccionaron varios individuos, todos hombres de la franja de edad compren-
dida entre los 30 y los 60 años. Tan solo ha aparecido un tomo de los cinco pre-
vistos, que se compone de 314 mapas lingüísticos y siete láminas de dibujos.
Paralelamente al ALESuCh, se planteó el ALENoCh (Atlas Lingüístico y
Etnográfico del Norte de Chile), del que tan solo se han publicado dos glosarios
léxicos: el del léxico del cobre, que presenta 51 mapas, y el del salitre72. Los
trabajos de este atlas quedaron interrumpidos en 1980 como consecuencia del
golpe militar chileno.
Del Atlas lingüístico de la provincia de Parinacota solo consta el informe que
las directoras del proyecto financiado realizaron a la conclusión del mismo,
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX.160
70 CLAUDIO WAGNER, “El Atlas lingüístico y etnográfico de Chile. Localidades y cuestionario”, Es-
tudios Filológicos, 39 (2004), págs. 83-120.
71 GUILLERMO ARAYA, (dir.), CONSTANTINO CONTRERAS, CLAUDIO WAGNER y MARIO BERNALES,
Atlas Lingüístico-etnográfico del Sur de Chile (ALESuCh), t. I, Universidad Austral de Chile, Ed. An-
drés Bello, Valdivia, 1973.
72 ÁNGEL ARAYA, Muestra cartográfica. Léxico del cobre, II región. Chile Antofagasta, Universidad
del Norte, 1985; ANTONIO C. ORIETA VÉLIZ y OSVALDO MAYA, Muestra cartográfica y glosario del
léxico del salitre. II Región – Chile, Universidad de Antofagasta, Antofagasta, 1982.
si bien algunos estudios elaborados con sus materiales fueron presentados en
el marco del X Congreso de la ALFAL. Los trabajos de campo de este atlas se
prolongaron entre 1990 y 1993, y lograron acopiar 871 mapas que permane-
cen inéditos sin embargo73.
Escasas son las noticias sobre otros proyectos en Chile. En la Región Cen-
tral, Daniel López y sus colaboradores emprendieron la tarea de elaborar un
atlas lingüístico de la zona hacia 1990. Y otro tanto se propusieron en 2001
para la región de la cordillera de Nahuelbuta, perteneciente a la VIII Región,
Constantino Contreras y Mario Bernales, antiguos miembros del equipo de
dialectología de Valdivia74.
4. CONCLUSIÓN
La geografía lingüística del español en el continente americano ha tenido
un dilatado recorrido histórico, merced a unos esfuerzos que no siempre se
han visto recompensados con el éxito. No es de extrañar, pues de todos son
conocidas las dificultades de todo tipo a que se enfrenta la ingente tarea de
elaborar un atlas lingüístico y las diversas vicisitudes que suelen jalonar los pro-
yectos. No obstante, la situación actual está muy lejos de resultar decepcionan-
te; podemos calificarla, por el contrario, de muy positiva y esperanzadora.
La labor de recogida de materiales, iniciada en la década de los 20 del si-
glo pasado, ha ido callada y pacientemente madurando hasta comenzar a dar
sus esperados frutos. Estos se iniciaron tímidamente con la publicación a me-
diados de siglo de los materiales de Puerto Rico y adquirieron su forma defi-
nitiva de atlas tradicional con el ALESuCh, primer atlas regional en América.
Pocos años después llegaría el primer atlas nacional con los cinco volúmenes
del atlas colombiano. La última década del siglo XX y los primeros años del
siglo XXI han supuesto la eclosión de numerososproyectos que venían lar-
vándose desde antiguo: junto a los incipientes frutos del atlas uruguayo, en
este periodo vieron la luz los seis volúmenes del atlas de México y los prime-
ros frutos del ALHA, El español en el Sur de los Estados Unidos, El español en Para-
guay, El español en la República Dominicana y El español en Venezuela, seis tomos
en total, los cuatro últimos aparecidos en tan solo dos años. Desde enton-
ces la producción ha seguido fluyendo de manera ininterrumpida hasta hoy,
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX. GEOGRAFÍA LINGÜÍSTICA DEL ESPAÑOL 161
73 MAGDALENA CONTARDO y VICTORIA ESPINOSA, Informe final de investigación del Proyecto
FONDECYT 90-0417 Atlas lingüístico de la provincia de Parinacota, Arica, 1995, inédito (cfr. CLAUDIO
WAGNER, “Los estudios dialectales en la Universidad Austral de Chile”, Documentos Lingüísticos
y Literarios, 28 (2005), págs. 100-103 <www.humanidades.uach.cl/documentos_linguisticos/
document.php?id=101> [14/09/2011]).
74 CLAUDIOWAGNER, “Los estudios…”, art. cit., pág. 101.
con la publicación de los trabajos sobre el istmo mesoamericano, Atlas de
Guatemala, Atlas de Costa Rica, Atlas de Nicaragua, y la continuación de la serie
del ALHA, con los cinco tomos que suman El español en México y El español
en Chile. A estas contribuciones vendrán a sumarse los trabajos que están más
adelantados, algunos de inminente aparición, y es de esperar que el avance
de otros que habían quedado rezagados y la culminación de los nuevos pro-
yectos permita en breve tiempo ir rellenando los huecos, por fortuna cada
vez más escasos, que aún quedan para completar el mosaico lingüístico del
español en América.
LEA, XXXIII/2, 2011, págs. 143-XX.162
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