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Primera Guerra Mundial

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Primera guerra mundial 
La Primera Guerra Mundial, también llamada la Gran Guerra, fue un conflicto militar de carácter mundial, aunque centrado en Europa, que empezó el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918, cuando Alemania aceptó las condiciones del armisticio.
Recibió el calificativo de «mundial» porque se vieron involucradas todas las grandes potencias industriales y militares de la época, divididas en dos alianzas.20Por un lado, la Triple Alianza formada por las Potencias Centrales: el Imperio alemán y Austria-Hungría. Italia, que había sido miembro de la Triple Alianza junto a Alemania y Austria-Hungría, no se unió a las Potencias Centrales, pues Austria, en contra de los términos pactados, fue la nación agresora que desencadenó el conflicto.21​ Por otro lado se encontraba la Triple Entente, formada por el Reino Unido, Francia y el Imperio ruso. Ambas alianzas sufrieron cambios y fueron varias las naciones que acabarían ingresando en las filas de uno u otro bando según avanzaba la guerra: Italia, el Imperio del Japón y Estados Unidos se unieron a la Triple Entente, mientras el Imperio otomano y el Reino de Bulgaria se unieron a las Potencias Centrales. Más de 70 millones de militares, de los cuales 60 millones eran europeos, se movilizaron y combatieron en la entonces guerra más grande de la historia.22​23​
Hasta antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, esta guerra era llamada «Gran Guerra» o «Guerra Mundial»,24​25​26​ expresión esta última que en Alemania comenzó a utilizarse desde su comienzo (Weltkrieg), aunque solo se generalizó en Francia (Guerre Mondiale) y en el Reino Unido (World War) en la década de 1930, mientras que en Estados Unidos la denominación se impuso a partir de su intervención en 1917,27​ ya que allí se la conocía como «Guerra Europea».28​
Aunque el imperialismo que venían desarrollando desde hacía décadas las potencias involucradas fue la principal causa subyacente, el detonante del conflicto se produjo el 28 de junio de 1914 en Sarajevo (Bosnia) con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria,29​30​ a manos de Gavrilo Princip, un joven nacionalista serbio.31​32​ Este suceso desató una crisis diplomática cuando Austria-Hungría dio un ultimátum al Reino de Serbia y se invocaron las distintas alianzas internacionales forjadas a lo largo de las décadas anteriores. En pocas semanas, todas las grandes potencias europeas estaban en guerra y el conflicto se extendió a muchas otras áreas geográficas.
El 28 de julio, los austrohúngaros iniciaron las hostilidades con el intento de invasión de Serbia.33​34​ Mientras Rusia se movilizaba, Alemania invadió Bélgica (que se había declarado neutral) y Luxemburgo en su camino a Francia. La violación de la soberanía belga llevó al Reino Unido a declarar la guerra a Alemania. Los alemanes fueron detenidos por los franceses a pocos kilómetros de París, y se inició una guerra de desgaste donde las líneas de trincheras apenas sufrirían variación alguna hasta 1917. Este frente es conocido como frente occidental.
En el frente oriental, el ejército ruso logró algunas victorias frente a los austrohúngaros, pero fueron detenidos por los alemanes en su intento de invadir Prusia Oriental. En noviembre de 1914, el Imperio otomano entró en la guerra, lo que significó la apertura de distintos frentes en el Cáucaso, Mesopotamia y en la península del Sinaí. Italia y Bulgaria se unieron a la guerra en 1915, Rumanía en 1916 y los Estados Unidos en 1917.
Tras años de relativo estancamiento, la guerra empezó su desenlace en marzo de 1917 con la caída del gobierno ruso tras la Revolución de Febrero y la firma de un acuerdo de paz entre la Rusia revolucionaria y las Potencias Centrales después de la Revolución de Octubre, en marzo de 1918. El 3 de noviembre de 1918, el Imperio austrohúngaro firmó un armisticio. Tras una gran ofensiva alemana a principios de 1918 a lo largo de todo el frente occidental, los Aliados hicieron retroceder a los alemanes en una serie de exitosas ofensivas. Alemania, en plena revolución, solicitó un armisticio el 11 de noviembre de 1918, poniendo fin a la guerra con la victoria aliada.
Tras el fin de la guerra, cuatro grandes imperios dejaron de existir: el alemán, el ruso, el austrohúngaro y el otomano. Los Estados sucesores de los dos primeros perdieron una parte importante de sus antiguos territorios, mientras que los dos últimos se desmantelaron. El mapa de Europa y sus fronteras cambiaron por completo y varias naciones se independizaron o se crearon. Al calor de la Primera Guerra Mundial se fraguó la revolución rusa, que concluyó con la creación del primer Estado en la historia autodenominado socialista: la Unión Soviética.
Tras seis meses de negociaciones en la Conferencia de Paz de París, el 28 de junio de 1919 los países aliados firmaron el Tratado de Versalles con Alemania, y otros a lo largo del siguiente año con cada una de las potencias derrotadas. Más de nueve millones de combatientes y siete millones de civiles perdieron la vida (el 1 % de la población mundial),35​36​ una cifra extraordinaria, dada la sofisticación tecnológica e industrial de los beligerantes.
Es el quinto conflicto más mortífero de la historia de la Humanidad.c​ La convulsión que provocó la guerra allanó el camino a grandes cambios políticos, sociales y económicos, con revoluciones de un carácter nunca visto en varias de las naciones involucradas.37​ Se fundó la Sociedad de Naciones, con el objetivo de evitar que un conflicto de tal magnitud se repitiese; sin embargo, dos décadas después estalló la Segunda Guerra Mundial. Entre sus razones se pueden señalar: el alza de los nacionalismos, una cierta debilidad de los Estados democráticos, la humillación sentida por Alemania tras su derrota, las grandes crisis económicas y, sobre todo, el auge del fascismo.
En 1914, Europa estaba en el cenit de su dominio mundial. Tras la Revolución Industrial y la explosión demográfica, Europa había logrado establecer una dominación política, económica y militar a nivel mundial, basada en una abrumadora superioridad técnica e intelectual. Reunía a una cuarta parte de la población mundial y cada año cientos de miles de europeos emigraban a países de Ultramar, una emigración que no hacía sino cimentar el dominio europeo sobre el resto del mundo.38​
A principios del siglo xx, el mundo estaba configurado para beneficio de Europa y la explotación económica de los territorios fuera del continente se guiaba sobre la máxima: «dirigida por Europa y para Europa».38​ Sin embargo, en su interior aún existían muchas diferencias: Francia y Reino Unido poseían el 70 % de la mano de obra cualificada y capacidad industrial de todo el continente, por lo que la dominación de Europa era más bien la de Europa occidental; un selecto grupo de países: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia, eran responsables de más del 60 % de las exportaciones mundiales y detentaban en la práctica el monopolio en la fabricación de productos manufacturados.38​
El nivel de analfabetismo era dispar entre las potencias industriales europeas; de cada mil soldados enviados a la guerra por cada potencia, 330 italianos, 220 austrohúngaros, 68 franceses y 1 alemán eran analfabetos.39​
En vísperas de la Primera Guerra Mundial, Londres ejercía de «centro de la economía mundial»40​ y Europa, la «fábrica del mundo», poseía el dominio absoluto del comercio internacional y los mercados financieros.40​ Sin embargo, antes de 1914 esta hegemonía ya amenazaba con resquebrajarse, producto de las tensiones imperialistas entre las grandes potencias, el ascenso de Japón en Asia y los Estados Unidos en América y en su interior la creciente influencia del marxismo y la agitación en aumento de la clase obrera europea, que amenazaban con subvertir el capitalismo liberal y el orden social existente.41​
El colonialismo europeo afectó a gran parte del mundo, con la excepción de China y otras naciones orientales que mantuvieron su independencia, también hubo casos de descolonización exitososen algunos dominios británicos habitados por colonos o descendientes de colonos blancos, y en las antiguas y diversas colonias españolas en América que alcanzaron su independencia en el siglo xix.
El establecimiento del protectorado francés sobre Túnez de 1881, la ocupación británica de Egipto de 1882 o el reparto más o menos pactado de África tras la Conferencia de Berlín, animó a las potencias europeas a la dominación de vastos territorios. Sin embargo, las crecientes tensiones en la carrera por la conquista de nuevos territorios fuera de Europa intensificaron las rivalidades y crearon alianzas entre las naciones del continente, en especial desde la década de 1890, dado que la división del mundo estaba completa y a ella había llegado tarde el Reino de Italia y el Imperio alemán, por lo que su parte era menor en relación con las demás naciones europeas.42​
Sistema de alianzas
Triple Entente, Triple Alianza (1882) y Relaciones internacionales de las Grandes Potencias (1814-1919).
     Triple Entente
     Triple Alianza
     Países neutrales
Durante todo el siglo xix, las principales potencias europeas hicieron un gran esfuerzo por mantener el equilibrio de poder en toda Europa, dando como resultado una compleja red de alianzas políticas y militares en todo el continente para comienzos del siglo xx.43​
Aunque sus orígenes pueden remontarse a 1815, con la formación de la Santa Alianza entre Prusia, Austria y Rusia, fue en octubre de 1873, con la negociación de la Liga de los Tres Emperadores, cuando se empezó a fraguar el sistema de alianzas puesto en marcha durante la Gran Guerra. Ideado por el canciller alemán, Otto von Bismarck, la Liga de los Tres Emperadores prometía ser una alianza entre las monarquías de Austria-Hungría, Rusia y Alemania, aunque finalmente fracasó por la falta de acuerdo entre Austria-Hungría y Rusia sobre la política a seguir en los Balcanes. Esto condujo a la formación de la Doble Alianza entre Austria-Hungría y Alemania en 1879, vista como una forma de contener la influencia rusa en los Balcanes, donde el Imperio otomano continuaba debilitándose.44​ En 1882, Italia se unió a la alianza, por lo que se convirtió en la Triple Alianza.45​
A lo largo de su gobierno, Bismarck había trabajado por mantener a Rusia del lado alemán, en un esfuerzo por evitar una guerra en dos frentes contra Francia y Rusia. A pesar de ello, cuando Guillermo II llegó al trono y se convirtió en káiser, sus diferencias con Bismarck obligaron a este último a retirarse y su sistema de alianzas fue progresivamente desmantelado, incluido el Tratado de reaseguro con Rusia, que el emperador se negó a renovar en 1890.
Así pues, solo dos años más tarde se creaba la Alianza franco-rusa para contrarrestar a la Triple Alianza. Francia deseaba la revancha tras la derrota sufrida frente a Prusia en la guerra franco-prusiana de 1870-1871. Mientras París estaba asediada, los príncipes alemanes habían proclamado el Imperio (el llamado Segundo Reich) en el palacio de Versalles, lo que significó una ofensa para los franceses.
La III República perdió Alsacia y Lorena, que pasaron a ser parte del nuevo Reich germano. Su recuperación era ansiada por el presidente francés, Raymond Poincaré, lorenés.46​ En general, las generaciones francesas de finales del siglo xix y, sobre todo, los estamentos militares, crecieron con la idea nacionalista de vengar la afrenta recuperando esos territorios.
Como ejemplo de los aires que se respiraban en Francia en 1914, solo un 1,5 % de los reclutas del Ejército francés se resistieron a la movilización,47​ en comparación con el 30 % de 1870. Aunque reacio a establecer alianzas con sus potenciales aliados —rasgo habitual de la política exterior del Imperio británico, que él mismo denominaba como «espléndido aislamiento», Reino Unido temía cada vez más la expansión militar y naval alemana, por lo que en 1904 firmó una serie de acuerdos con Francia, conocidos como la Entente Cordiale y tres años después firmó la Entente anglo-rusa (1907).
Si bien estos acuerdos no representaban una alianza formal entre el Imperio británico, Francia y Rusia, y en la práctica eran sobre todo un arreglo respecto a cuestiones coloniales, dieron pie a la posibilidad de que Gran Bretaña pudiera entrar de parte de Francia o Rusia en futuros conflictos, por lo que este sistema de acuerdos bilaterales pasó a conocerse como la Triple Entente.44
​La Paz armada
 acorazado británico HMS Dreadnought en 1906 reavivó la carrera armamentista entre las potencias
Tras la unificación alemana y la fundación del Imperio alemán en 1871, después de la victoria teutona en la guerra franco-prusiana, el poder industrial y económico alemán creció enormemente y con él la carrera de armamentos se puso en marcha. Desde mediados de la década de 1890, el gobierno del emperador Guillermo II empezó a dedicar cuantiosos recursos económicos para la construcción de la Marina Imperial alemana. Bajo el mando del almirante Alfred von Tirpitz, la marina alemana pretendía rivalizar con la Royal Navy británica por la supremacía naval en el mundo.48​ Como resultado, las dos naciones empezaron a competir y a dedicar esfuerzos cada vez mayores en la construcción de buques capitales.
La construcción en 1906 del HMS Dreadnought, un acorazado revolucionario para la época que volvió obsoletos todos los diseños anteriores a él, amplió la ventaja del Imperio británico sobre su rival alemán.48​ La carrera armamentista entre Reino Unido y Alemania, aunque los germanos consideraban a Francia su principal rival dentro de las fronteras europeas, acabó extendiéndose al resto de Europa, y todas las grandes potencias dedicaron su industria a la producción de equipos y armas necesarias para un futuro conflicto paneuropeo.49​
Así pues, desde mediados de la década de 1870 y hasta 1913 los gastos militares de Alemania y Reino Unido se triplican, se doblan los franceses y suponen una gran carga en los presupuestos gubernamentales de Rusia e Italia;50​ entre 1908 y 1913 la carrera armamentística llegó a su apogeo y se estima que los gastos militares aumentaron en ese lustro en un 50 %.51​ Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el gasto estatal era escaso en comparación con el crecimiento experimentado en las décadas posteriores; por ejemplo, en plena carrera de armamentos con Alemania, el gasto total del Estado británico apenas suponía un 8 % de la renta nacional y en otros países industriales ajenos a este rearme era mucho menor, como en el caso de Estados Unidos, cuyos gastos del gobierno federal apenas supusieron el 2,5 % de la renta nacional entre 1900 y 1916.52​
Conflictos y equilibrio de poderes
 primera guerra balcánica, en 1912.
Austria-Hungría precipitó la «crisis bosnia» con la anexión oficial de la provincia de Bosnia y Herzegovina, un antiguo territorio otomano ocupado desde 1878 por Austria. Esto enfureció al Reino de Serbia y a su protector, el Imperio ruso, que seguía una política basada en el paneslavismo y compartía la religión ortodoxa con sus aliados eslavos. Las maniobras de la diplomacia rusa en los acuerdos de paz provocaron que la región se desestabilizara, lo que sumado a la fractura que ya existía en los Balcanes, hizo que la región fuese conocida como el «polvorín de Europa».53​ Entre 1912 y 1913, la Liga de los Balcanes y el Imperio otomano libraron la primera guerra de los Balcanes, cuyo resultado, plasmado en el Tratado de Londres de 1913, redujo aún más las fronteras del Imperio otomano, y aumentó las ganancias territoriales de Bulgaria, Serbia, Montenegro y Grecia, al tiempo que se creaba un nuevo Estado albanés independiente. La segunda guerra de los Balcanes, producto del ataque búlgaro a Serbia y Grecia del 16 de junio de 1913, desestabilizó aún más la región54​ y la contienda acabó con un reparto territorial principalmente favorable a los vencedores: Serbia obtuvo el grueso de la Macedonia septentrional, Grecia de la meridional (incluyendo Salónica), Rumanía la Dobruja meridional55​ y el Imperio otomano Tracia oriental con Adrianópolis.55​Bulgaria, a pesar de considerar la guerra como una catástrofe, obtuvo una pequeña parte de Macedonia, la Tracia occidental y territorios al sur de los montes Ródope.56​ Mientras, las grandes potencias europeas soslayaron la situación y fueron capaces de contener los conflictos balcánicos.
En vísperas de la deflagración que daría comienzo a la guerra, las Potencias Centrales tenían una producción industrial y un gasto militar significativamente inferior al de la Entente. En 1914, las Potencias Centrales, incluyendo a Turquía, tenían una población de 138 millones de personas, de las que unos 33 millones de hombres podían ser reclutados para el combate; por su parte, la Entente y sus colonias agrupaban a 708 millones de habitantes y unos 179 millones de hombres válidos para la guerra. El gasto militar total de la Entente en 1913 era aproximadamente el doble que el de las Potencias Centrales, aunque Alemania tenía un arsenal de artillería mucho más moderno que el de todos sus adversarios, lo que le daría una ventaja significativa en la futura e inesperada guerra de trincheras.57​ El armamento ligero de la infantería era de una calidad similar en todos los países y tan solo los británicos poseían rifles superiores a la media. En el mar, la Entente, gracias al Imperio británico, era muy superior a sus oponentes y un bloqueo naval sobre Alemania era más que posible. Sin embargo, el aislamiento de Rusia respecto a sus mayores aliados y las ventajas de las Potencias Centrales por su situación geográfica redujeron la superioridad de la Entente.58​
Preludio
Asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo[editar]
Artículo principal: Asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria
 Gavrilo Princip tras el magnicidio, cuya veracidad, sin embargo, está discutida por algunos estudiosos.59​60​
El 28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando de Austria visitó Sarajevo, la capital de Bosnia. Allí, un grupo de seis militantes (Cvjetko Popović, Muhamed Mehmedbašić, Nedeljko Čabrinović, Trifko Grabež, Vaso Čubrilović y Gavrilo Princip) de la organización revolucionaria Joven Bosnia, grupo juvenil de la organización secreta Mano Negra, se habían reunido en la calle donde estaba previsto que pasara la caravana del archiduque con la intención de asesinarlo. Cuando la comitiva pasó por la calle, Čabrinović lanzó una granada al coche de Francisco Fernando, pero falló. Algunos viandantes resultaron heridos en las inmediaciones por la explosión, pero el convoy de Fernando continuó su marcha y los demás asesinos no actuaron cuando el coche pasó por delante de ellos. Una hora más tarde, cuando Francisco Fernando regresaba del ayuntamiento de Sarajevo en dirección a un hospital para visitar a los heridos por el atentado, la caravana se equivocó y giró hacia una calle donde, casualmente, se encontraba Gavrilo Princip. Al paso del coche del archiduque, Princip sacó su pistola, una FN Modelo 1910, y disparó a Fernando y a su esposa Sofía; Princip intentó suicidarse, pero la turba que había presenciado el magnicidio se lo impidió y fue posteriormente detenido.61​
Al contrario de lo que cabría esperar en vista de los acontecimientos posteriores, la reacción de la población en Austria fue débil, casi indiferente. El historiador Zbyněk Zeman escribiría más tarde:
El evento no provocó ninguna impresión en absoluto. El domingo y lunes (días 28 y 29 de junio) las multitudes en Viena escucharon música y bebieron vino, como si nada hubiera sucedido.62​
Las autoridades austro-húngaras animaron una serie de disturbios antiserbios en Sarajevo, en los que croatas y bosnios asesinaron a dos personas de origen serbio y dañaron numerosos edificios de propiedad serbia.63​64​ Se organizaron acciones violentas contra serbios fuera de Sarajevo y en la ciudad se produjeron más de un centenar de detenciones de sospechosos de haber participado o ayudado en el asesinato del archiduque; los ataques se extendieron a otras grandes ciudades del Imperio austrohúngaro en las actuales Bosnia, Croacia y Eslovenia. Las autoridades encarcelaron o extraditaron en toda Bosnia a unos 5500 prominentes serbios, de los cuales entre 700 y 2200 murieron en prisión. Más de 460 serbios fueron condenados a muerte y una milicia especial de mayoría bosnia conocida como Schutzkorps comenzó a perseguir a los serbios de forma sistemática.65​66​67​68​
Crisis de julio
El asesinato condujo a un mes de maniobras diplomáticas entre las principales potencias europeas: Austria-Hungría, Alemania, Rusia, Francia y Reino Unido, conocidas como crisis de julio. Creyendo (correctamente) que funcionarios del gobierno de Serbia estaban involucrados en el complot para asesinar al archiduque y con la intención de terminar definitivamente con la intromisión de Serbia en Bosnia,69​ Austria-Hungría entregó a Serbia un ultimátum el 23 de julio donde hacía diez demandas imposibles de aceptar (de forma intencionada), para justificar una guerra contra Serbia.70​
Al día siguiente, después de celebrarse un consejo de ministros en Rusia presidido por el mismo zar, Rusia ordenó la movilización general de sus tropas en los distritos y flotas del mar Báltico, el mar Negro, Odesa, Kiev, Kazán y Moscú. También se pidió a otras regiones acelerar los preparativos para una inminente movilización general. El día 25, Serbia decretó la movilización general y esa misma noche declaró que aceptaba todos los términos del ultimátum, excepto el artículo sexto, que exigía el envío de una delegación austriaca a Serbia para participar en la investigación del asesinato. Al día siguiente, Austria rompió sus relaciones diplomáticas con Serbia y un día después ordenó la movilización parcial; el día 28, Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia.71​
El 29 de julio, Rusia salió en ayuda de su protegido serbio y declaró, de forma unilateral y fuera de los procedimientos previstos en los acuerdos militares franco-rusos, la movilización parcial contra el Imperio austrohúngaro.72​ El canciller de Alemania, Theobald von Bethmann-Hollweg, decidió retrasar su respuesta hasta el día 31, pero no daría tiempo a meditarla, pues el día 30 Rusia ordenó una movilización general contra Alemania, y en respuesta, esta se declaró en «estado de peligro de guerra». El káiser Guillermo II de Alemania, pidió a su primo, el zar Nicolás II de Rusia, que detuviera la movilización general de su país, a lo que este se negó y a lo que Alemania respondió con un ultimátum donde exigía la desmovilización rusa y el compromiso de no apoyar a Serbia. Otro fue enviado a Francia, donde se pedía que no apoyase a Rusia si esta salía en defensa de Serbia. El 1 de agosto, tras la respuesta negativa de Rusia, Alemania se movilizó y declaró la guerra a Rusia, y por su parte Austría-Hungría ordenaría la movilización general el 4 de agosto.
El gobierno alemán debía decidir qué plan de despliegue militar ponía en práctica mientras trataba de mantener a Francia neutral. Alemania planeaba poner en marcha una versión modificada del Plan Schlieffen, el Aufmarsch II West, que al contrario que el original (que contemplaba desplegar el 80 % del ejército en el frente occidental) desplegaría un 60 % de las tropas en el oeste y el 40 % restante en el frente oriental, ya que era lo máximo que el sistema ferroviario prusiano podía soportar. Los franceses no respondieron, pero su decisión de retirar a sus soldados a diez kilómetros de sus fronteras para evitar incidentes confundió a los alemanes. Sin embargo, los franceses decretaron la movilización de sus reservistas, a lo que Alemania respondió movilizando a los suyos y poniendo en marcha su plan. Alemania invadió Luxemburgo el 2 de agosto y el día 3 declaró la guerra a Francia.73​ El 4 de agosto, ante la negativa de Bélgica de permitir el paso de las tropas alemanas en su camino a Francia, Alemania también declaró la guerra a Bélgica,74​75​76​ lo que provocó que Reino Unido declarase (el mismo día 4 a las 19:00 UTC) la guerra a Alemania, tras el ultimátum británico para mantener la neutralidad deBélgica.77​La guerra1914
 vagón de mercancías. Las inscripciones en el vagón («de viaje a París») dejan claro las expectativas de los beligerantes de una rápida victoria Berlín recién movilizados, 1914.
Los países beligerantes creyeron que se trataría de una guerra corta, y ambos bandos esperaban conseguir una victoria fácil y demoledora. La monarquía austrohúngara, con la pretensión de «engullir a Serbia» tras el asesinato del archiduque, hablaba de la guerra como de una «misión histórica».78​ El romanticismo de tintes nacionalistas con que se trató el inicio del conflicto se había dejado intuir en algunas afirmaciones previas a la guerra: el general alemán Helmuth von Moltke escribió que «la guerra es uno de los medios de que se vale Dios para el progreso» y otro general alemán, von Bernhardi, habló de la guerra como si de una «necesidad biológica» se tratara.79​ Así pues, cuando estalló el conflicto las ansias belicistas de los gobernantes y el entusiasmo popular parecían de tal magnitud, que la unidad de cada nación contra sus enemigos no se puso en duda y atrás quedaron los miedos de la clase dirigente sobre posibles tentativas revolucionarias.80​ La situación antes de la apertura del frente de combate se podía resumir en que «los franceses pensaban llegar a Berlín y los alemanes a París casi en los mismos trenes en que se había efectuado la movilización».79​
La estrategia de las Potencias Centrales adoleció en sus primeros momentos de una grave falta de coordinación. Alemania había «prometido apoyar» la invasión austrohúngara de Serbia, pero ni los propios aliados se ponían de acuerdo en qué significaba exactamente esa declaración. Los planes previamente aprobados para esta situación habían sido reemplazados a principios de 1914 y nunca se habían realizado ejercicios ni simulaciones. Mientras los austrohúngaros creían que Alemania cubriría su flanco norte con Rusia, los alemanes asumían que Austria concentraría el grueso de sus tropas en el frente ruso mientras Alemania combatía contra Francia. Esta confusión inicial provocó que Austria-Hungría dividiese finalmente sus fuerzas entre los frentes ruso y serbio.81​ Si bien los principales esfuerzos de los beligerantes se concentraron en los frentes occidental y oriental, la guerra se libró con mayor o menor intensidad en distintas partes del globo. Se combatió en los Balcanes, en los Dardanelos, en Oriente Medio, en el Cáucaso, en los Alpes italianos, en África, en Extremo Oriente, en el Pacífico y en el Atlántico.
Campaña serbia
Austria atacó Serbia el 28 de julio con fuego de artillería, aunque las ofensivas de importancia no comenzaron hasta el 12 de agosto. Apenas una semana después, en la batalla de Cer, los austrohúngaros sufrieron su primera derrota mientras los aliados conseguían su primera victoria de importancia en la guerra. En las dos semanas posteriores al inicio de las hostilidades, los ataques austríacos se saldaron con graves pérdidas que pronto desvanecieron las esperanzas de una victoria rápida. Esta primera campaña finalizó en diciembre de 1914 con la derrota austrohúngara y la inesperada victoria serbia tras la decisiva batalla de Kolubara, considerada «una de las mayores victorias del siglo xx».82​ Esto provocó que Austria debiese mantener un número de tropas considerable en el frente serbio en detrimento del frente ruso,83​ además de que el objetivo de invadir Serbia por Austria-Hungría, detonante de la Primera Guerra Mundial, se había saldado con un temprano y estrepitoso fracaso. Este frente dio muestras de lo que sería la guerra en su conjunto, al verse las primeras evacuaciones médicas (por parte del ejército serbio ya en el otoño de 1915) y defensas antiaéreas (desde que en la primavera de 1915 un avión austriaco fuese derribado desde tierra).84​
Ofensiva alemana sobre Bélgica y Francia
 Plan Schlieffen; y en líneas azules el Plan XVII de Francia para atacar Alemania en caso de conflicto
Con el inicio de las hostilidades, la orden de batalla alemana colocó al 80 % de su ejército en el frente occidental y el resto de fuerzas debían actuar en el este pero con carácter defensivo, ya que el plan era obtener una rápida victoria sobre Francia para después centrar los esfuerzos contra Rusia.
La ofensiva alemana en Occidente se tituló oficialmente Aufmarsch II West, pero es conocida como «Plan Schlieffen» en honor a su creador Alfred von Schlieffen, fallecido apenas un año antes de ver en marcha su plan. Schlieffen había mantenido deliberadamente debilitado el flanco alemán en Alsacia y Lorena para incitar a los franceses a atacar por allí, mientras una mayoría de tropas fueron asignadas más al norte para barrer Bélgica y avanzar rápidamente hacia París y así arrinconar a los ejércitos franceses contra la frontera suiza. El llamado «Plan XVII» francés, adoptado en 1913 para una hipotética guerra entre Francia y Alemania, preveía precisamente un ataque frontal contra Alsacia y Lorena, en la creencia de que Bélgica no sería invadida por Alemania y también en el espíritu revanchista francés de la época, que aspiraba a retomar aquellas provincias perdidas en la guerra franco prusiana de 1871, con lo que facilitó considerablemente la estrategia inicial alemana.85​ Unos años antes del conflicto, el sucesor del fallecido Schlieffen, Helmuth von Moltke, temía que las defensas alemanas no resistieran ante un potente ataque francés contra Alsacia y Lorena, por lo que en ese lapso previo al conflicto modificó ligeramente la proporción de tropas, destinando el 70 % al norte (antes 85 %) y el 30 % a la frontera francesa (antes el 15 %).86​
El 4 de agosto de 1914, el ejército alemán abrió el frente occidental invadiendo Bélgica y Luxemburgo, con un ataque a la ciudad de Lieja. El avance alemán en los primeros compases del frente occidental fue muy exitoso: a finales de agosto la Fuerza Expedicionaria Británica estaba en desbandada total; las bajas francesas en el primer mes de combates superaron las 260 000, incluidos 27 000 muertos solo el 22 de agosto en la batalla de las Fronteras.87​ La bien elaborada estrategia alemana proporcionaba instrucciones detalladas y al mismo tiempo permitía una libertad de acción considerable a los oficiales ante las eventualidades imprevistas en primera línea del frente. Esta doctrina no era nueva, había funcionado bien a los alemanes entre 1866 y 1870, pero en 1914 provocó que el general Alexander von Kluck, al desobedecer las órdenes y actuar libremente, abriese una brecha entre los ejércitos alemanes en pleno avance hacia París. Franceses y británicos explotaron esa brecha para detener el avance alemán al este de París en la primera batalla del Marne entre el 5 y el 12 de septiembre, lo que obligó a los alemanes a retroceder 50 kilómetros.88​ La primera batalla del Marne, donde parte de las tropas de reserva francesas llegaron al frente gracias a los taxis de París, significó el fracaso del plan alemán y el comienzo de la «carrera hacia el mar», una toma de posiciones entre Alsacia y la costa belga en el mar del Norte. Los alemanes, al ser la fuerza de ocupación, pudieron elegir mejores posiciones donde detener su avance: normalmente se asentaban en posiciones elevadas y las trincheras que empezaban a levantarse estaban mejor construidas que sus homólogas anglo francesas, ya que inicialmente la Entente pensó que serían temporales y un paso previo para atacar las defensas alemanas.
Con el estancamiento del frente quedó claro que las tácticas militares previas a la Primera Guerra Mundial estaban obsoletas y no habían logrado desarrollarse al mismo ritmo que los avances tecnológicos. Estos avances permitieron la creación de sistemas defensivos tan fuertes que las desactualizadas tácticas militares no pudieron hacer nada contra ellos durante la mayor parte de la guerra.
El alambre de púas fue un obstáculo de envergadura para los avances masivos de la infantería, mientras que la artillería, mucho más letal que en la década de 1870, junto con las ametralladoras, hicieron casi imposible el despliegue dela infantería en campo abierto. Los comandantes de ambos bandos no lograron desarrollar tácticas que pudiesen romper las posiciones enemigas sin que ello dejara un reguero de bajas, aunque con el tiempo la misma tecnología que parecía hacer infranqueables las defensas logró producir nuevas armas ofensivas como carros de combate o gas venenoso.
Así pues, a finales de 1914 las tropas alemanas estaban fuertemente aferradas a sus posiciones en Francia, donde controlaban la mayor parte de las minas de carbón francesas y habían infligido a sus enemigos 230 000 bajas más de las sufridas. Sin embargo, Alemania había fracasado en su objetivo de evitar una guerra indefinida y en dos frentes, lo que equivalía a una derrota estratégica;89​ el príncipe Guillermo de Prusia le comentó entonces a un periodista estadounidense: «hemos perdido la guerra, continuará por mucho tiempo, pero ya la hemos perdido».90​
Apertura del frente orienta
Artículo principal: Frente Oriental (Primera Guerra Mundial)
En 1911, la Stavka rusa acordó con los franceses atacar Alemania en una quincena tras el inicio de la movilización y realizar una invasión simultánea de la Galitzia austríaca y de Prusia Oriental. Un acuerdo falto de realismo que dejó ver sus carencias cuando el 17 de agosto de 1914, los dos ejércitos rusos que invadieron casi por sorpresa Prusia Oriental lo hicieron sin muchos de sus necesarios elementos de apoyo;91​ el 2.º Ejército ruso fue aniquilado por los alemanes en apenas unos días en la batalla de Tannenberg, pero el avance ruso obligó a los alemanes a replegar el 8.º Ejército de Francia para ser enviado a Prusia Oriental, lo que lastró el avance en el frente occidental. En el sur, los rusos lograron internarse en Galitzia, lo que obligó a los austríacos a destinar tropas adicionales, dando un respiro a los serbios en el frente balcánico. Así pues, Rusia obtuvo un resultado inicial positivo en su ataque a Austria-Hungría, pero en cambio en septiembre de 1914 tras Tannenberg y los lagos Masurianos, Hindenburg y Ludendorff ya habían expulsado a las fuerzas rusas de Prusia.
Entrada del Imperio otomano
A finales de octubre, los dos cruceros «turcos» —en realidad, el SMS Goeben y el SMS Breslau vendidos ficticiamente a los otomanos—92​nota 1​95​96​ precipitaron la entrada de guerra del imperio97​ al zarpar junto con otros buques de guerra a bombardear los puertos rusos de Odesa, Sebastopol y Novorosíisk98​ y hundir de camino varias naves rusas de pequeño tonelaje y un paquebote francés.99​93​100​101​102​ Este ataque, que no había aprobado el Gobierno y se había llevado a cabo mediante la conspiración de los asesores militares alemanes y los elementos proalemanes del CUP, desató una nueva guerra entre Rusia y el imperio.98​93​101​ La operación había sido simplemente una manera de provocar a la Entente para asegurar la entrada en guerra del imperio.103​ Una vez ocurrido, la mayoría del Gobierno decidió apoyar a los conspiradores y asumir el ataque.93​ Varios ministros y el gran visir, sin embargo, se mostraron contrarios a esta decisión, en vano.93​103​102​ El 29 de octubre, el imperio entró en guerra con la ruptura de relaciones diplomáticas con la Entente.104​100​ El 2 de noviembre, Rusia le declaró la guerra.103​nota 2​
El sultán, que no tomó parte en la decisión de declarar la guerra a los rusos,105​ tuvo que proclamar, en calidad de califa, la guerra santa a la Triple Entente.
Asia y el Pacífico
Nueva Zelanda —por entonces un dominio dentro del Imperio británico— ocupó la Samoa alemana el 30 de agosto de 1914. El 11 de septiembre, la fuerza expedicionaria naval y militar de Australia desembarcó en la isla de Neu Pommern (Nueva Bretaña), parte de la Nueva Guinea Alemana. El 28 de octubre, el crucero alemán SMS Emden hundió el crucero ruso Zhemchug en la batalla de Tsingtao; Japón se apoderó entonces de las colonias de la Micronesia alemana tras el asedio de Tsingtao, y a continuación del puerto alemán de Qingdao en la península china de Shandong. Austria se negó a retirar el crucero SMS Kaiserin Elisabeth, anclado en Tsingtao, pretexto que uso Japón para extender su declaración de guerra a Austria-Hungría; el barco fue hundido en noviembre de 1914.106​ A los pocos meses de guerra, las fuerzas de la Entente y sus aliados se habían apoderado de todos los territorios alemanes del Pacífico, y el teatro de operaciones quedó reducido a asaltos aislados a las rutas comerciales y pequeñas escaramuzas en reductos de Nueva Guinea.107​108​
Alemania intentó valerse del nacionalismo indio y el panislamismo para perjudicar a su enemigo británico, primero instigando levantamientos en la India y luego con el envío de una misiva para convencer a Afganistán de entrar en guerra junto a las Potencias Centrales. Sin embargo, a pesar de los temores británicos de una posible revuelta, el estallido de la guerra tuvo el efecto contrario: muestras de lealtad sin precedentes y buena voluntad del subcontinente a Reino Unido.109​110​ Ello se debió a que los líderes independentistas indios, incluidos los del Congreso Nacional Indio, esperaban que un gran apoyo al esfuerzo de guerra británico ayudase a la formación futura de un «autogobierno indio». El ejército del Raj era de hecho más numeroso que el ejército británico de la metrópoli al comienzo de la guerra; en total, 1,3 millones de soldados y obreros indios apoyaron directamente el esfuerzo de guerra en Europa, África y Orienta Medio, mientras que tanto las zonas bajo control directo británico como los estados nativos de la India enviaron numerosos suministros de alimentos, dinero y municiones. 140 000 hombres servirían en el frente occidental europeo, y casi 700 000 en Oriente Medio, con la pérdida de 47 746 muertos y 65 126 heridos a lo largo del conflicto.111​ El sufrimiento bélico, así como el fracaso británico para otorgar un verdadero autogobierno a la India engendraron desilusión y una abierta hostilidad que alimentó el movimiento de independencia indio.112​
África
Artículos principales: Teatro africano de la Primera Guerra Mundial, Campaña de África del Sudoeste y Campaña en África Occidental (Primera Guerra Mundial).
Algunos de los primeros enfrentamientos de toda la guerra involucraron a fuerzas coloniales británicas, francesas y alemanas en África. El 6 y el 7 de agosto de 1914, las tropas francesas y británicas invadieron el protectorado alemán de Togolandia y Kamerun. El 10 de agosto, las fuerzas alemanas de su colonia de África del Sudoeste Alemana atacaron Sudáfrica. Desde el principio de la guerra y hasta su fin, la lucha en las colonias de los países europeos fue esporádica, pero también feroz. Las colonias alemanas estaban rodeadas por las británicas, francesas y otros aliados, por lo que fueron tomadas rápidamente. Solo las fuerzas coloniales alemanes de África Oriental Alemana al mando del coronel Paul von Lettow-Vorbeck resistieron, al librar una guerra de guerrillas durante todo el conflicto gracias a la cual no se rindieron hasta dos semanas después de finalizadas las hostilidades en Europa.113​
Guerra naval
Artículos principales: Campaña de los U-Boote y Batalla de Jutlandia.
 Louis.
Desde hacía un siglo, existía consenso entre las naciones sobre que el Imperio británico poseía el control absoluto de los mares, con la más grande e influyente armada del mundo.114​ La publicación en 1890 del libro The Influence of Sea Power upon History de Alfred Thayer Mahan buscó alentar a Estados Unidos para incrementar su poderío naval, sin embargo, tuvo un inesperado impacto en Alemania, que desde finales de siglo se embarcó en una frenética carrera naval con el objetivo de equiparar su marina a la británica.115​
Al comienzo de la guerra, el Imperio alemán tenía dispersos sus buques por todo el mundo, y los utilizó para atacar barcos mercantes enemigos. La Royal Navy los persiguió de forma sistemática, aunque no pudo evitar episodios humillantes dada su incapacidad inicial de proteger las rutas comerciales, a pesar de su superioridad nominal. Por ejemplo, el crucero ligeroalemán SMS Emden, con base en Qingdao (China) logró destruir o capturar 15 mercantes, además de hundir un crucero ruso y un destructor francés. Sin embargo, la mayor parte de la Ostasiengeschwader (escuadrón de Asia oriental) alemán, formado por los cruceros blindados SMS Scharnhorst y Gneisenau y los cruceros ligeros Nürnberg y Leipzig y dos barcos de transporte, no tenían órdenes de atacar mercantes y se dirigían de vuelta a Alemania cuando se encontraron con buques de guerra británicos. Aunque la flotilla, junto al SMS Dresde, consiguió hundir dos cruceros en la batalla de Coronel, fueron prácticamente destruidos en la batalla de las Malvinas de diciembre de 1914, cuando solo el Dresde y algunos barcos auxiliares escaparon, aunque fueron destruidos o capturados en su totalidad en la batalla de Más a Tierra.116​ En el Mediterráneo, las flotas aliadas (británica, francesa e italiana) se enfrentaron a la armada austrohúngara en el Adriático, siendo el mayor enfrentamiento la batalla del canal de Otranto en 1917;117​ y a la armada otomana durante la campaña de los Dardanelos.
Poco después del estallido de la guerra, Reino Unido comenzó un bloqueo naval sobre Alemania. La estrategia se mostró efectiva con el corte de suministros vitales civiles y militares, aunque el bloqueo también fue una violación en toda regla del derecho internacional aceptado entonces y codificado en acuerdos internacionales de los dos siglos precedentes.118​ Gran Bretaña incluso intervino aguas internacionales para evitar que cualquier barco alcanzase Alemania, lo que hizo peligrar la integridad de los buques neutrales.119​ Debido a que la respuesta alemana a las tácticas británicas fue tibia, Alemania esperaba una tímida protesta británica a su «guerra submarina sin restricciones».120​

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