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La abuelaMicaela Cuento nº10 Dirección de Educación Inicial Dirección General de Educación Básica Regular MINISTERIO DE EDUCACIÓN Ministro de Educación José Antonio Chang Escobedo MINISTERIO DE EDUCACIÓN REPÚ BLICA DEL PERÚ Vice Ministro de Gestión Pedagógica Idel Vexler Talledo Vice Ministro de Gestión Institucional Víctor Raúl Díaz Chávez Secretario General Asabedo Fernández Carretero Directora General de Educación Básica Regular Miriam Janette Ponce Vértiz Directora de Educación Inicial Emma Rosa Aguirre Fortunic Coordinadora del Área de Recursos y Materiales Educativos Patricia Elena González Simón Recopilación y/o adaptación de los cuentos Cucha del Águila Hidalgo Traducción Rodrigo Montoya Ilustración, diseño y diagramación Natalí Sejuro Aliaga Corrección de estilo Sonia Planas Ravenna Título: La abuela Micaela Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú BNP: 2009-12887 Impreso en: World Color Perú S.A. Primera Edición Tiraje: 15 102 Ejemplares MED: Dirección: Calle Del Comercio s/n - San Borja Teléfono: 6155800 Web: www.minedu.gob.pe La abuela de Justina se llama Micaela. Abuela Micaela tiene los cabellos plateados como rayos de Luna, la piel color de la tierra de los campos desnudos, los ojos que brillan como luceros. Abuela Micaela tiene un rostro hermoso con muchas arrugas que parecen caminos. Ella hila con pushka y con rueca, y teje en telar de cintura. Ella canta y cuenta lindas historias, de animales, de cerros y lagunas encantadas. Pero abuela Micaela ya está muy viejita, ya está muy cansada. Un día de nubes grises, de lluvia fuerte, un día de mucho frío abuela Micaela cierra los ojos para siempre, se muere. La abuela ya no canta más. La abuela ya no teje más. La abuela ya no cuenta más historias bonitas. Justina una piedra pesada en su corazón siente. Es una pena muy grande la que tiene. Justina triste y llorando se queda. Los días pasan, el tiempo pasa, el mes de noviembre se acerca. Un día su madre le dice que habrá una gran fiesta. La abuela Micaela vendrá desde lejos a cenar con ellos. Justina se alegra, ayuda a su madre a preparar unos panes muy lindos con formas de niños. Son tanta wawas. Cuando están listos prepara las mesas con flores, con frutos, mazamorra de maíz blanco, chicha de jora, una sopa de trigo (patachi), mondongo y elige para la abuela las tanta wawas más lindas. Antes de que llegue la noche lleva algunos panecitos a sus padrinos y a los vecinos, a cambio recibe regalos y caramelos. Antes de que llegue la noche juega con sus amiguitos, con los animalitos y los pastorcitos de harina. Justina ha prometido que se quedará despierta para recibir a la abuela. Quiere hablar con ella. Cuando ella venga le preguntará si es bonito el lugar dónde vive ahora. Le contará de su ovejita blanquita, que está crecidita y es muy traviesa. Le hablará de su muñeca de trenzas, pollera y ojotas. Justina espera sentadita que llegue la noche y también su abuela. Espera y espera, Justina se cansa y se duerme. En la boca de Justina fresquitos están cantos y cuentos, en su cabeza y en su corazón hermosos recuerdos que lleva con ella. Justina sabe ahora que la abuela Micaela la visitó anoche mientras ella dormía. Cuando amanece Justina despierta, la mesa está vacía pero no ha visto a la abuela. El Sol ha salido, se oyen arpas, violines, pinkillos. Todos se preparan a visitar a sus difuntos con ofrendas, con tanta wawas. Todos van al cementerio bailando y cantando. Justina va con ellos con el corazón ligero. Ella ahora sabe que este día no se llora la muerte, se celebra la vida.
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