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VOL 17 NÚM 8 SEPTIEMBRE 2003 FARMACIA PROFESIONAL 59 FORMACIÓN CONTINUADA En este artículo se efectúa una breve revisión de la clínica del acné y de su tratamiento, tanto farmacológico como dermocosmético. La aportación del farmacéutico en este terreno, en forma de consejo profesional y seguimiento farmacoterapéutico, es de gran valor para el paciente. El acné es una afección de la pielhumana que se produce comoconsecuencia del bloqueo de launidad pilosebácea. Se caracte- riza por la formación de comedones, pápulas, pústulas, quistes y a veces nódulos o cicatrices; afecta sobre todo la cara y la parte superior del tronco. El acné se considera una enferme- dad leve que no deja secuelas, aunque la posibilidad de que se desarrollen lesiones crónicas puede llevar a la apa- rición de trastornos psicológicos, de relación y de autoestima. BASES FISIOLÓGICAS El sebo es indispensable porque prote- ge la piel e impide que se reseque. Los folículos pilosebáceos se mantienen inactivos durante la infancia y empie- zan a ser estimulados desde el comien- zo de la pubertad por las hormonas que se producen durante este período (los andrógenos se producen en los ovarios, testículos y glándulas suprarrenales). La testosterona circula libre y al llegar al órgano diana, que es el folículo pilo- sebáceo, necesita transformarse en la molécula activa que es la dihidrotestos- terona, que favorece la secreción sebá- cea. En esta transformación interviene una enzima que es la 5-alfa-reductasa. Se ha observado que los pacientes con acné no presentan una mayor secreción de testosterona, por ello se cree que el mecanismo radica en el aumento de la sensibilidad de los receptores periféricos a la acción de las hormonas. El tratamiento del acné es uno de los campos en los que la dermatología ha hecho mayores avances en los últimos años. Actualmente se asocian las espe- cialidades farmacéuticas y los productos cosméticos específicos, a fin de dismi- nuir los efectos secundarios inducidos por los tratamientos medicamentosos. Normalmente el sebo se evacua por los poros de la piel sin producir pro- blemas, pero a veces se produce un taponamiento del orificio de algunos poros y el sebo ya no puede ser elimi- nado. Cuando esto ocurre aparece la lesión básica que es el comedón o punto negro de consistencia córnea. En este caso, al ejercer una ligera pre- sión se elimina con facilidad la grasa que está en el interior. El color negro no se debe a la suciedad, como se cree, sino al acúmulo de melanina. Cuando el comedón está cerrado, apa- rece una pequeña pápula, la masa reteni- da en el interior produce presión rom- piendo la pared, y el contenido alcanza la dermis. Así comienza el proceso inflamatorio con el consiguiente desa- rrollo de pápulas, pústulas y nódulos. Por un exceso de hidratación en la piel se puede hacer más estrecho el orificio folicular y producirse un empeoramiento del acné. Así, por ejemplo, durante el ciclo menstrual en el que se produce retención hídrica, aumenta el agua en los corneocitos y esto contribuye a la obstrucción del conducto sebáceo. EPIDEMIOLOGÍA El acné aparece con mayor incidencia a la edad de 14-15 años en mujeres y a los 16-19 años en varones. Afecta a entre el 30 y el 66% de los adolescen- tes y se ha observado que cada vez con más frecuencia a mujeres en edad adulta. Afecta a hombres y mujeres por igual, pero está demostrado que son las mujeres las que más se preocu- pan por su estética. Con frecuencia está relacionado con trastornos internos del organismo. Se Acné Soluciones ■ CRISTINA TIEMBLO • Farmacéutica comunitaria. debe investigar la causa que lo origina para así poner remedio cuanto antes: – Cuando hay problemas de digestión de alimentos, se produce, entre otros muchos procesos, una mala absorción de las vitaminas B2y B6, que son las encargadas de controlar la secreción del sebo. En este caso el acné suele apare- cer en pómulos y barbilla. – El dióxido de carbono que se gene- ra durante los procesos de estreñimien- to provoca gran cantidad de toxinas que no se eliminan y tienen como conse- cuencia la aparición de impurezas en la piel, sobre todo en los pómulos. – En los días previos a la menstrua- ción se produce un aumento de la secreción de progesterona, que tiene como consecuencia una mayor secre- ción sebácea y un engrosamiento de la piel, fundamentalmente en pómulos, frente, barbilla y cuello. – También el estilo de vida está implicado en la aparición del acné. Durante situaciones de estrés la deses- tabilización del sistema nervioso autó- nomo provoca una desorganización hormonal y, como consecuencia, una alteración en la secreción del sebo. El acné, en general, mejora en vera- no por los efectos beneficiosos de los rayos ultravioleta, a pesar de que con el calor aumenta la producción de sebo en las glándulas sebáceas. Se puede decir que el 85% de la población desarrolla acné en algún momento de su vida. Hay más casos en la raza blanca que en la raza negra y en los orientales, posiblemente debido a un componente genético. CLASIFICACIÓN Puede hacerse una primera clasifica- ción del acné en función de la existen- cia o no de inflamación: – Acné no inflamatorio: sólo apare- cen comedones. – Acné inflamatorio: con presencia de pápulas, pústulas y nódulos. Otra clasificación atiende al grado de profundidad en la epidermis que alcanza la lesión: – Grado 1: con comedones abiertos y cerrados y algunas pápulas aisladas. – Grado 2: existen pápulas y pústu- las, aunque también pueden existir comedones. – Grado 3: existen nódulos, quistes, abscesos y cicatrices, aunque también puede haber comedones y lesiones inflamatorias más leves. Como dato curioso cabe hacer refe- rencia a la posibilidad de realizar un diagnóstico visual del acné, según el color que se observe: – Acné blanco: es la etapa inicial. La suciedad y el sebo están obstruyen- do los poros, pero todavía no hay una oxidación intensa de los ácidos grasos que contiene el sebo. – Acné negro: el sebo que está en los poros se ha oxidado y se ven pun- tos negros. – Acné rojo: se empieza a inflamar y se produce eritema en la zona circun- dante. Este tipo ya no se puede tratar con cosméticos; es necesario recurrir a un tratamiento prescrito por un derma- tólogo. – Acné amarillo: se trata de un acné inflamado con aparición de pus y como en el caso anterior debe interve- nir un dermatólogo. MANIFESTACIONES CLÍNICAS Las formas clínicas más típicas del acné son: – Acné neonatal: aparece en los pri- meros meses de vida, se observa pre- sencia de comedones cerrados en la zona de las mejillas y se debe a que durante la gestación hay paso de andrógenos a través de la placenta. – Acné polimorfo juvenil o acné vul- gar: es la forma común del acné. Apa- rece en la cara, el pecho y la espalda en la pubertad. En este tipo pueden aparecer todas las manifestaciones anteriormente citadas, desde el come- dón hasta las cicatrices e incluso los quistes. Los pacientes suelen manipu- lar las lesiones, lo que puede agravar la evolución normal del acné. – Acné inducido por medicamentos o cosméticos: la administración de ciertos medicamentos por vía tópica o sistémica puede inducir la aparición de acné. La aplicación de algunos excipientes grasos en la formulación de los produc- tos cosméticos tiene como consecuen- cia la aparición de comedones cerrados con poca actividad inflamatoria. – Acné conglobata: aparecen come- dones, nódulos y quistes con exuda- ción, que pueden dejar cicatrices que- loides. Es más frecuente en hombres y de carácter recidivante, pudiendo afec- tar a otras partes del cuerpo como la espalda y los hombros. – Acné queloidiana: aparece en la nuca en los varones y cursa con cica- trices queloideas. – Acné fulminante: poco frecuente. Es una forma grave que afecta más a los hombres y cursa con malestar general, fiebre, artralgias, leucocitosis y aumento de la velocidad de sedimen- tación sanguínea. – Acné ocupacional: aparece por la acción de productos industriales, por estímulos mecánicos,por roce o presión. En cualquier caso, la obstrucción del conducto pilosebáceo por la acumula- ción de sebo y corneocitos es un gran caldo de cultivo para hongos y bacte- rias que se encuentran de forma habi- tual en la piel, como son el Propioni- bacterium acnes, Sthaphyllococcus epidermis, Pytirosporum ovale, etc. Existen manifestaciones que por su forma pueden recordar al acné, pero que no tienen el mismo origen. Se denominan reacciones acneiformes. Aparecen, por ejemplo, tras la utiliza- ción de algunos fármacos tanto por vía tópica como sistémica. El acné también puede aparecer como una manifestación cutánea de enfermedades sistémicas. EVOLUCIÓN El acné vulgar se resuelve normalmente pasada la pubertad, pero a veces persiste después de los 25 años. Hay algunos factores fisiológicos que empeoran el acné, como son el estrés y algunos ali- mentos, aunque no hay datos suficientes para poder establecer normas de ali- mentación o prohibiciones severas. TRATAMIENTO El tratamiento ideal consistiría en eli- minar las causas que producen el acné, pero se puede mejorar la apariencia del paciente utilizando los productos cosméticos que existen en la farmacia en combinación con los tratamientos determinados por el dermatólogo en los casos en los que sean necesarios. Tratamientos farmacológicos La farmacoterapia más común consiste en: – Fármacos queratolíticos. Su función es eliminar los comedones que se produ- cen por la obstrucción del conducto pilo- sebáceo. Se utilizan el ácido salicílico y el azufre para los casos más leves. El peróxido de benzoilo es algo más poten- te y además tiene acción antiséptica, que previene el desarrollo bacteriano. Se suele asociar a eritromicina para así aumentar el efecto antibacteriano. El ácido azelaico es un ácido dicar- boxílico producido por el Pityrospo- rum ovale. Actúa tambén como anti- bacteriano e inhibe la 5 alfa-reductasa. – Tretinoína y adapaleno. La tretinoí- na se usa sola o asociada a antibióticos tópicos y al peróxido de benzoilo. Se debe prevenir a los pacientes de la expo- sición al sol. El adapaleno es muy pare- cido a la tretinoína pero menos tóxico. ACNÉ 60 FARMACIA PROFESIONAL VOL 17 NÚM 8 SEPTIEMBRE 2003 – Antibióticos tópicos. Se utilizan clin- damicina, eritromicina y tetraciclinas. – Antibióticos sistémicos. Se usan cuando aparecen pápulas, pústulas o nódulos, son eficaces y se suelen utili- zar asociados a antibióticos tópicos: minociclina, doxiciclina, etc. La eritro- micina es el antibiótico de elección cuando se necesita dar un antibiótico sistémico en el acné gestacional, ya que está clasificado en la categoría B («No se han encontrado evidencias de riesgos en seres humanos»), de la Food and Drug Administration (FDA) americana. – Tratamiento estrogénico. Se utiliza en mujeres cuando los antibióticos no son efectivos. Consigue disminuir la producción de sebo. – Isotretinoína. Tiene acción sobre todos los factores etiológicos del acné. Produce una estimulación de los linfo- citos T4 y la síntesis de inmunoglobu- linas. Está indicado en acné congloba- ta, noduloquístico y fulminante. Está clasificada en la categoría X («Con- traindicados en la gestación»), de la FDA por sus efectos teratogénicos. Asimismo, se recomienda no utilizarlo durante el período de lactancia, aun- que el riesgo específico para el lactan- te no se ha establecido. Tratamientos dermocosméticos En este grupo se enmarcan: – Seborreguladores. Regulan la secreción sebácea. Son principios acti- vos como niacinamida (derivado de la vitamina B), aceite de enebro, extracto de Sabal serrulata, vitamina A palmi- tato, elubiol, extracto de hafnia. – Queratolíticos. Eliminan las célu- las muertas e impiden que se acumule la grasa en los poros de los folículos pilosebáceos. Incluyen: peróxido de benzoilo, ácido salicílico y derivados y ácido glicólico. – Antisépticos, antibacterianos y fun- gicidas. Evitan la colonización y el desarrollo de las bacterias y los hongos que intervienen en los procesos acnei- cos. Incluyen: peróxido de benzoilo, clorhexidina, ácido undecilénico, piroc- tone olamina y cloruro de benzalconio. – Refrescantes y calmantes. Mejo- ran la sensación en la piel del pacien- te. Cabe citar el eucalipto y la menta. – Antiinflamatorios. En este grupo se incluyen: ácido glicirrético, extracto de caléndula y niacinamida o vitamina PP, de efectos comparables a los antibióticos pero sin riesgo de ocasionar resistencias. – Emolientes: suavizan la piel. Un ejemplo es la calabaza (Cucurbia pepo). CONSEJOS DEL FARMACÉUTICO El farmacéutico puede apoyar al paciente que le consulta sobre un pro- blema de acné ofreciéndole los siguientes consejos: – El principio del tratamiento debe ser una adecuada limpieza de la piel con los productos adecuados, para reti- rar el exceso de sebo. Ésta se debe rea- lizar dos veces al día secando posterior- mente la cara con una toalla suave. Para la limpieza de pieles grasas y con ten- dencia acneica pueden utilizarse pro- ductos en forma de geles limpiadores, scrubs, panes dermatológicos, jabones no alcalinos, toallitas, tiras limpiaporos y, en general, productos oil free. – Los cuidados higiénicos y cosméti- cos no pueden sustituir al tratamiento dermatológico, pero sí colaborar con él. – También se debe mantener una higie- ne completa del cabello y de las manos, ya que contribuyen a diseminar la conta- minación bacteriana, que a su vez puede incrementar las lesiones de acné. – No manipular los puntos negros ni espinillas para así evitar infecciones. – Cada paciente necesita un tipo de tratamiento individualizado y hay que valorar los posibles efectos secunda- rios de los distintos fármacos. Por otra parte no se debe olvidar que se trata de tratamientos largos, y el paciente debe estar muy concienciado. – Hay que elegir los cosméticos cui- dadosamente. La aplicación de un cos- mético inadecuado puede favorecer la aparición de comedones. – La piel acneica puede presentar sensibilidad al sol, por ello se reco- mienda la utilización de un producto con filtro solar y libre de grasa. – En los hombres el afeitado debe realizarse con mucho cuidado para no provocar heridas. – Los tratamientos dermatológicos requieren un tiempo para ser eficaces. El paciente deberá tener paciencia y disciplina para obtener un resultado satisfactorio. ■■ BIBLIOGRAFÍA GENERAL Anónimo. Acné. Farmacéuticos 2002;264: 38-41. Anónimo. Acné. Monografía. Madrid: Consejo General de COF, 2002. Clark C. Over the counter treatment of common skin complaints. The Pharma- ceutical Journal 2002;269(7213):284-6. Devant A, Miralbes R. Acné: afección de largo tratamiento. Farmacéutico 2002;291: 108-14. Fox C. Antimicrobials. Cosmetics & Toile- tries 2002;117(4):45-62. Hale EK, Keltz M. Tratamientos dermato- lógicos durante la gestación y la lactan- cia. 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