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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Seminario de Integración y Aplicación Licenciatura en Economía 2do Cuatrimestre 2021 Datos del alumno Número de Registro: 890.852 Apellido y Nombre: Grimolizzi, Lucas Damián Mail: lucasgrimolizzi@gmail.com Datos del Tutor Apellido y Nombre: Alperovich, Joaquín Título del trabajo: Ingreso Básico Universal: Costos e implicancias fiscales de su implementación en Argentina 7 de Diciembre de 2021 mailto:lucasgrimolizzi@gmail.com Índice: Introducción 3 Capítulo 1: Ingreso Básico Universal (IBU) 5 1.1 Distintas definiciones y características 5 1.2 Experiencias y estudios internacionales 8 Capítulo 2: Instrumentos de la seguridad social argentina 13 2.1 Breve repaso histórico y actualidad 13 2.2 Costo fiscal de las políticas sociales 18 Capítulo 3: Análisis comparativo de las políticas sociales 21 3.1 Asignación Universal por Hijo (AUH) 21 3.2 Asignaciones familiares y programas sociales 24 Capítulo 4: Costo fiscal del IBU en Argentina 28 4.1 Metodología de estimación 28 4.2 Obtención de datos 29 4.3 El esfuerzo fiscal de tener un Ingreso Básico Universal 30 Capítulo 5: El IBU como política de seguridad social 34 5.1 Evaluación del costo fiscal, intensidad y amplitud de la cobertura 34 Conclusiones 38 Bibliografía 40 Introducción En la presente tesis se buscará responder si el Ingreso Básico Universal puede ser implementado en Argentina como política de largo plazo, para mejorar la protección social de la población. Por otra parte, se analizará si una porción del costo fiscal que conlleva su aplicación puede ser compensada con la absorción y reemplazo de algunos de los actuales instrumentos en materia de política social. La motivación inicial de este trabajo surge a partir de la observación de los niveles relativamente altos de indicadores socioeconómicos de Argentina como la pobreza, indigencia o desocupación. Si bien con la recuperación económica de la crisis del 2001 han disminuido notablemente durante la primera década del siglo XXI, ya en la segunda se verifica un estancamiento en la reducción de los mismos y un posterior incremento en los últimos años. Con la aparición de la pandemia por el COVID-19, todos estos indicadores han empeorado como lo demuestran los datos del INDEC1. En este contexto, a los ya existentes trabajos sobre el IBU, se han sumado muchos estudios que enfatizan la necesidad de tener un modelo de protección social que sea universal e incondicional. Como se mencionó en un principio, se verificará la posibilidad de reemplazar algunos programas sociales actuales con la implementación superadora de un IBU. Para ello, se realizarán diversos análisis no solo de los costos fiscales de cada uno de ellos, sino que se procurará contar con una comparación cualitativa que demuestre los beneficios y perjuicios de la sustitución. En este sentido se hará énfasis en cuestiones como la amplitud e intensidad de cobertura y la condicionalidad. Para lograr este objetivo, la tesis se dividirá en cinco capítulos que se expondrán de la siguiente forma: En el primer capítulo se definirá el concepto del Ingreso Básico Universal (IBU) y se hará una descripción de las características del mismo. Para ello, serán utilizados diversos trabajos existentes con distintos puntos de vista, algunos a favor y otros más cautelosos, que serán útiles para tener una definición más amplia del IBU. También serán enunciadas algunas pruebas piloto que se han llevado a cabo alrededor del mundo y, como complemento, algunos estudios empíricos de implementación a nivel internacional. El segundo capítulo contendrá un repaso histórico del sistema de seguridad y asistencia social argentino, con sus definiciones, características y modificaciones a lo largo del tiempo. Luego se hará un análisis general de los costos fiscales de los mismos, 1 Información obtenida del INDEC, de sus cuadros estadísticos respecto a Pobreza e Indigencia: https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-46-152 https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-46-152 para luego focalizar en aquellos instrumentos que serán captados como posibles políticas a ser absorbidas por el IBU. Siguiendo la misma temática, el capítulo tres profundizará el análisis de las políticas seleccionadas anteriormente. Ya no solamente en cuestiones fiscales o monetarias, sino que se buscará identificar beneficios y contras de cada una de ellas en características como la amplitud e intensidad de cobertura, entre otros. Para este propósito, primero se evaluará la Asignación Universal por Hijo de manera individual por las estrechas semejanzas que se observan con el IBU. Luego se analizarán los demás instrumentos elegidos, como las asignaciones familiares, programas alimentarios o becas. Retomando el análisis del IBU en el cuarto capítulo, en primer lugar se explicará la metodología utilizada para realizar las estimaciones fiscales en base a trabajos anteriores. Luego se procederá a realizar los cálculos necesarios para obtener una dimensión clara del costo fiscal que requiere un IBU para la población activa respecto a cuatro niveles de ingreso. En el último capítulo, luego de haber analizado todos y cada uno de los programas y políticas ya mencionados, se hará una comparación exhaustiva para verificar las posibilidades, ganancias y falencias que puede tener la implementación del IBU. Finalmente, se comentarán las debidas conclusiones a partir de toda la información expuesta durante la tesis acerca de la factibilidad del IBU en Argentina como política de largo plazo y las implicancias que esto puede requerir. Capítulo 1: Ingreso Básico Universal (IBU) En esta primera sección, se buscará explicar el concepto del IBU y sus características principales. También se expondrán argumentos a favor de la implementación del ingreso universal y ciertas razones expresadas por autores y organismos internacionales que están en contra del mismo o proponen tener cautela a la hora de analizarlo. Por otra parte, se hará una descripción de algunas pruebas piloto y estudios realizados a nivel global de dicha renta básica universal, ya sea para países de la OECD, como también por algunos autores de organismos como la CEPAL para América Latina. Estos experimentos reparan tanto en el análisis conceptual y distributivo del IBU, como en el impacto fiscal que puede llegar a tener en cada una de las sociedades mencionadas. 1.1 Distintas definiciones y características El Ingreso Básico Universal (IBU) es definido por Klüver, C. (2012) como una renta que se garantiza incondicionalmente a cada persona de manera individual sin tener ningún tipo de contraprestación o la necesidad de presentar algún comprobante de recursos de respaldo. A partir de la definición anterior, se puede identificar claramente cada una de las características que representa el IBU en el siguiente cuadro, tomando la información del reciente trabajo de Gaitán, F. et al.(2020): Característica Explicación Transferencia Monetaria Pago que no se hace mediante un servicio o bien en especie Periódica y durante toda la vida No se realiza apenas por única vez Individual Se paga al individuo y no a las familias, permitiendo que se acumulen beneficios en las diferentes unidades familiares Universal Transferencia sin exclusiones, más allá del referido estatus de ciudadanía o residencia legal No condicionada No amerita comprobación de medios o carencias materiales como las tradicionales transferencias condicionadas implementadas desde los '80 De esa manera, tanto Klüver, C. (2012) como Gaitán, F. et al. (2020) más recientemente, marcan los límites y diferencias de lo que implicael IBU, que en parte nos van a mostrar el camino para luego hacer una comparación con los instrumentos vigentes de seguridad y asistencia social en Argentina. Por un lado, no es un subsidio como los que tiene nuestro país actualmente. Tampoco es necesario presentar algún VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado tipo de condicionalidad para ser receptor del ingreso o ser parte de una población focalizada. Pero la idea de tener un ingreso básico no es nueva, sino que ha sido planteada por diversos autores desde varios puntos de vista y ha tomado mayor relevancia e interés luego de las consecuencias generadas por la crisis financiera de 20082. Algunos de ellos argumentan a favor de tener un IBU y otros lo ponen en duda. Como menciona Kay, J (2017) en su trabajo “The basics of basic income”, hay tres líneas de argumentación que defienden al ingreso básico: La primera razón se basa en reconocer dicho ingreso como un derecho moral. Entre quienes comparten esta afirmación están Thomas Paine, Bertrand Russell y más cercano en el tiempo Philippe Van Parijs. Otra razón surge de la preocupación que trae el creciente avance tecnológico que genera la eliminación de los empleos de poca calificación, lo cual lleva a que una parte de la población no pueda acceder a este trabajo. Asociado a esto, desde el debate suizo se expone que este progreso técnico es útil para eliminar trabajos no calificados que ofrecen poco en remuneración y satisfacción laboral. En especial, en las economías modernas. Por último, el tercer argumento se basa en la creciente complejidad del sistema del Estado de Bienestar. En este sentido, la aplicación de un esquema de renta básica universal puede lograr que se obtengan los objetivos de bienestar y al mismo tiempo reducir los altos costos administrativos. En su trabajo, Lo Vuolo, R. (2020) explica que la idea principal del Ingreso Ciudadano (IC) es que se reconozca como un derecho humano incondicional por la mera existencia, del mismo modo que otros derechos como educación o salud. Además, el IC brinda mayores beneficios a las personas pobres y vulnerables porque se podría sumar a otro ingreso sin perder este último. Por otro lado, es importante la aclaración que hace acerca del IC como un programa social no comparable con los existentes, sino que busca modificarlo: - “busca reformular las bases de negociación del conflicto entre capital y trabajo que hoy se gestionan en cada unidad económica, favoreciendo a los grupos más subordinados de la fuerza laboral y revirtiendo las probadas tendencias actuales a la concentración de ingresos y riquezas en una minoría privilegiada” (Lo Vuolo, R. 2020, p.2) En el mismo trabajo, el autor introduce la idea del IC como crédito fiscal respecto al impuesto a ingresos personales, en el caso argentino el impuesto a las ganancias. 2 El OIT informa que solo en América Latina, en 2009 se generaron 4 millones más de desempleados: https://www.ilo.org/americas/sala-de-prensa/WCMS_LIM_2367_SP/lang--es/index.htm VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado Luego, se establece un nivel de indiferencia y se realiza una escala de tasas progresivas donde a partir de dicho nivel se le hace la devolución a los ciudadanos de mayores ingresos por vía tributaria. Pero como se ha mencionado anteriormente, también se pueden encontrar argumentos que ponen en duda la aplicación del IBU. Uno de los autores que hace un análisis y tiene ciertos reparos respecto a la renta básica es Fitzroy, F.(2018). Indica que el hecho de reemplazar todos los programas de bienestar por un IBU podría ser muy perjudicial para los más pobres. Por otra parte, también aclara que por sí solo no es efectivo para solucionar los problemas de empleo. Por lo tanto, propone que el ingreso básico debe ser combinado con políticas de oferta y garantía laboral. El FMI (2017) es uno de los organismos que ha comenzado a mencionar el IBU e incluso ha mostrado cierto apoyo en su Monitor Oficial de 2017, haciendo hincapié en la problemática de la desigualdad, el crecimiento y la redistribución fiscal. Por eso, aborda el IBU como una posible solución a los problemas mencionados argumentando que si la renta básica fuese de 25% del ingreso per cápita mediano, el costo fiscal rondaría 6-7% del PIB en las economías avanzadas y 3-4% en las economías de mercados emergentes y en desarrollo. De esta forma, tanto la desigualdad — el coeficiente de Gini disminuiría en promedio cinco puntos — como la pobreza se verían reducidas sustancialmente, sobre todo en las economías emergentes y en desarrollo. Es necesario aclarar que en su historia este organismo ha realizado diversos planes de estabilización, en especial para países en desarrollo. Las recetas creadas por el FMI tuvieron siempre como vector principal el ajuste fiscal. En este caso, afirma que la implementación de un IBU puede generar apoyo público para encarar determinadas reformas estructurales resistidas por la población. Por eso, hay varios autores que intuyen que la implementación del IBU es un avance hacia la desmantelación del Estado de Bienestar. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) también se ha pronunciado con un argumento muy relevante en relación con el impacto del ingreso básico universal en la actividad laboral y en la posibilidad de que el IBU sea un posible destructor del Estado de Bienestar: - “...los oponentes consideran que una RBU, al proporcionar un flujo constante de ingresos, es menos eficiente en términos de estabilización macroeconómica que el seguro de desempleo (Vandenbroucke, 2017). Además, temen que pueda desincentivar el trabajo al desvincular los ingresos de la participación en el mercado laboral (Bergmann, 2004). Los sindicatos también han expresado su preocupación de que la RBU pueda usarse para desmantelar los derechos acumulados de los trabajadores en los sistemas de seguridad social, reducir la necesidad de que los empleadores proporcionen salarios que satisfagan las necesidades de los trabajadores y sus familias, y desviar la atención de VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado cuestiones más amplias sobre los derechos de los trabajadores. y la regulación del ámbito productivo” (Ortiz et al. 2018, p. 2) Además, en el trabajo enumera algunas críticas respecto a la viabilidad económica, política y social de un IBU y cuestiona si tiene capacidad para reducir la pobreza y la desigualdad. Estos críticos enfatizan el costo que conlleva proporcionarle el ingreso básico a todos, incluida la población de ingresos altos. Como se ha enunciado en esta sección, hay una gran cantidad de autores que han reparado en el estudio del IBU. A pesar de haber bastante consenso en las virtudes que tiene el IBU, es importante tener en cuenta las precauciones y críticas al respecto para poder hacer una investigación más amplia. Por eso, en el próximo segmento se mostrarán experimentos que se llevaron a cabo en la implementación de un IBU y los resultados obtenidos. También se realizará una exposición de algunos estudios empíricos realizados a nivel internacional. 1.2 Experiencias y estudios internacionales Hay muchos países que han fijado su atención en la implementación de un ingreso universal. Varios de ellos han comenzado con prototipos temporales y otros los siguen aplicando. Mientras tanto, varios autores de organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han realizado estudios de los costos fiscales y la factibilidad de su aplicación como veremos a continuación. En el trabajo de Tena Camporesi, A., “La Renta Básica Universal basada en la evidencia” (2018), se exponen casos de pruebas pilotoy otros experimentos de largo plazo. Aquí vamos a tomar algunos de los más resonantes, como los casos de India, Alaska e Irán. India llevó a cabo un experimento entre 2011 y 2012 con fondos del UNICEF, quien además ayudó en su supervisión. El experimento se acotó al estado de Madhya Pradesh y se entregó 200 rupias a cada adulto residente3. También se utilizaron grupos de control. Gracias a la minimización de errores de muestreo, se pudieron verificar resultados positivos del IBU en disminución de la pobreza, mejora de la actividad económica, salud pública, desnutrición infantil y escolarización. En especial, en lo relacionado con el mercado de trabajo ya que generó más empleo y provocó el traslado de mano de obra asalariada ocasional hacia la actividad agrícola y por cuenta propia. Respecto a este indicador, se observó que los miembros que recibieron el ingreso, 3 Aproximadamente 4% de la renta per cápita de India. Datos provenientes de la página oficial del Banco Mundial. https://data.worldbank.org/indicator/NY.GDP.PCAP.PP.CD?locations=IN VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado intensificaron su búsqueda laboral. Además tuvo una mejora en perspectiva de género con el aumento de los ingresos relativos de las mujeres y disminuyó el ‘bonded labour’, es decir el trabajo de servidumbre para pagar deudas. La experiencia de Alaska con el ‘Permanent Fund Dividend’ es la única que puede tomarse como una verdadera implementación de IBU, ya que es comprendido como un derecho subjetivo ciudadano y de forma continuada en el tiempo. Las condiciones para obtener la renta son la ciudadanía, la residencia y completar un formulario. En la actualidad, es el único caso de ingreso individual universal e incondicional como política estatal4. El sostén de esta política son las ganancias de la extracción de petróleo, por lo tanto está sujeto a la variación de su precio. Aquí yace el principal problema, por su variabilidad dadas las fluctuaciones del precio del petróleo y su viabilidad a largo plazo por el uso del mismo. Sin embargo, podemos evaluar los resultados obtenidos en el Estado de Alaska. A diferencia de India, no se ven efectos significativos en el empleo a nivel macro en comparación con Estados aledaños similares, solo en el aumento del trabajo a tiempo parcial. En cambio, se observan efectos positivos en materia educativa, con mayor asistencia, menos abandono y mejores resultados en la población más joven y con menos ingresos. Es importante resaltar que en materia de desigualdad, Alaska presenta un coeficiente de Gini del 0.408, logrando ser el Estado más igualitario del país. El otro caso, con características similares a Alaska, es la experiencia de Irán entre 2010 y 2016. La principal similitud se basa en que la renta a distribuir proviene de la extracción de petróleo. Además, los dos son modelos universales ya que en Irán todos los ciudadanos tienen derecho a acceder al IBU. Las propiedades más relevantes que los diferencian son la mayor escala y amplitud de la renta iraní respecto a Alaska y una deficiencia en su implementación ya que los pagos se hacían al jefe o cabeza de familia, perdiendo el sentido de individualidad aunque el cálculo para su distribución haya sido individualmente. Aquí yace como problema evidente la perspectiva de género ya que los jefes de hogar por lo general eran hombres. En cuanto a sus resultados, nuevamente no se evidencian efectos negativos en la oferta de trabajo ni en la participación en el mercado laboral, incluso en sectores de bajos ingresos. Donde sí se encuentran efectos adversos es en las horas trabajadas en personas entre 20 y 29 años pero que pueden ser comprendidas como formación de capital humano. Por último, contamos con el experimento de un ingreso universal e incondicional realizado por el Instituto de Seguro Social Kela en Finlandia desde finales de 2016 hasta 2018. Se seleccionaron 2000 personas de entre 25 y 58 años de todo el país que estaban 4 El valor del Permanent Fund Dividend de 2021 es U$S1,114. Información obtenida de la página oficial del gobierno de Alaska: https://pfd.alaska.gov/ VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado recibiendo beneficios por desempleo. El pago garantizado fue de 560 € al mes que se seguiría pagando incluso luego de conseguir empleo. Este caso también contó con un grupo de control que siguió cobrando los beneficios condicionados por desempleo. Los resultados muestran que no hubo ningún efecto significativo sobre la situación laboral. La obtención de ganancias del mercado laboral abierto fue más alta entre receptores del ingreso universal pero los ingresos laborales por cuenta propia fueron mínimamente inferiores. Quienes recibieron el ingreso básico disminuyeron sus problemas de salud y estrés respecto al grupo de control y mejoraron su perspectiva de empleo a futuro.5 Luego de estudiar los anteriores experimentos de IBU, se evaluarán algunas investigaciones realizadas por la OECD, la OIT y la CEPAL respecto a los costos fiscales referidos a un ingreso básico y algunas posibles formas de financiamiento de las mismas. El trabajo de la OECD (2017a) se hace en base al reemplazo de la mayoría de los beneficios existentes y asignaciones libres de impuestos por un ingreso básico al nivel del Ingreso Mínimo Garantizado (IMG) para personas en edad activa de trabajar en los países Francia, Finlandia, Italia y Gran Bretaña. Sin embargo, las prestaciones sociales para jubilados no se verían afectadas al igual que los servicios públicos como salud, educación, etc. Respecto a los costos fiscales que representaría la imposición del IBU con las condiciones descritas recientemente, en Finlandia e Italia el ingreso costaría menos que el gasto combinado en los beneficios actuales y las asignaciones gratuitas que serían reemplazadas. El caso de Finlandia puede explicarse por la alta carga impositiva, incluso podrían incrementar el IBU un 8,5% por encima del IMG o bajar el impuesto a la renta un 4,5%. En cambio, en Italia resalta el bajo nivel de IMG ya que sería posible aumentarlo un 97% o bajar el impuesto un 31%. En Francia, la reducción de los beneficios junto con el incremento de recaudación impositiva llegó a estar cerca de compensar el gasto que implicaría el IBU. El Reino Unido es el único caso en donde el costo adicional de la aplicación del ingreso sería mucho más costoso que el gasto actual de beneficios prestacionales e impositivos. Ortiz, I et al. (2018), en su trabajo de la OIT, se ocupó de investigar el costo fiscal que implica una renta básica universal en 130 países. La estimación la hizo tomando en cuenta dos niveles para el IBU, primero una transferencia del 100% del umbral de pobreza nacional para todos los adultos y niños. Por otro lado, al 100% de la línea de incidencia nacional para adultos y al 50% para niños de hasta 15 años. 5 Información obtenida de la página https://ingresociudadano.com.ar/archivos/552, con fuente: The Basic Income Experiment 2017–2018 in Finland. (http://julkaisut.valtioneuvosto.fi/handle/10024/161361) https://ingresociudadano.com.ar/archivos/552 VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado Para la mayoría de las regiones del mundo, los costos promedio de ambos escenarios oscilan entre 20 a 30 por ciento del PIB. Se evidencia que el costo estimado tiende a ser más alto en países de altos ingresos, debido a que las líneas de pobreza se definen como una proporción de la medianade ingresos. En cambio, las líneas de pobreza absoluta generalmente se enfocan en necesidades básicas limitadas. Debido a los altos costos, mucha de la literatura que hemos visto y que también analiza el trabajo de la OIT, recomiendan niveles de IBU por debajo de la línea de la pobreza. Pero como la búsqueda de la renta universal es corregir la desigualdad, la idea es que sea redistributiva, por lo que “no debe financiarse mediante métodos regresivos, como gravar a los hogares o privarlos de otras actividades sociales o beneficios” (Ortiz, I et al. 2018, p.18). Por este motivo, es necesario que los Estados busquen expandir la cobertura y los beneficios de la protección social. Para este propósito, deben explorar diversas opciones para generar nuevos recursos para la seguridad social, incluso en los países más pobres. Aquí se enumeran solo algunas de las posibles opciones.6 Algunas de ellas son, por ejemplo, la reasignación del gasto público (esta es la opción más ortodoxa), el aumento de los ingresos fiscales, conseguir menores tasas para financiamiento de ayudas y transferencias (en especial países de bajos ingresos), eliminar flujos financieros ilícitos, usar las divisas de las reservas fiscales y del banco central, reestructuración de la deuda existente. Para realizarlo, el Estado debe analizar adecuadamente los riesgos y beneficios de cada caso, con los potenciales ganadores y perdedores. En la misma búsqueda de dar cuenta de los costos fiscales que representa un Ingreso Ciudadano Universal, el autor Gutiérrez Lara de la Sede Subregional de la CEPAL en México expone diversos niveles de potenciales ingresos y el peso que generaría a las arcas fiscales en términos de PIB en su trabajo ‘Escenarios y cálculo de costos de implementación de un ingreso ciudadano universal (ICU) en México’ (2018). Para la elección de los valores del potencial ICU se utilizan medidas de bienestar, las cuales representan los umbrales de pobreza, y salario mínimo. Además, primero realiza el cálculo para la totalidad de la población mexicana y luego hace una reducción, diferenciando por rango etario basado en el INEGI7. Una de las acotaciones que realiza el autor y resulta de interés para este trabajo es entre 15 y 64 años, ya que toma la población joven y adulta que es más proclive a integrar la población económicamente activa. 6 Se describen en su totalidad en el trabajo conjunto de OIT, UNICEF y ONU Mujeres (Ortiz et al., 2018) 7 Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) de México VALEN Resaltado En cuanto a las medidas de bienestar, primero utiliza la Línea de bienestar mínimo urbana (LBMU) -equivalente a la canasta alimentaria- que tiene un peso de 10,1% del PIB en el caso de la población total y se reduce al 6,3% del PIB cuando se acota la muestra. Luego se evalúa la Línea de bienestar urbana (LBU) -equivalente a la canasta alimentaria más no alimentaria- la cual alcanza el 19,9% del PIB y un 12,5% para la población reducida. Respecto al costo evaluado en términos de salario mínimo, en primer lugar utiliza el Salario mínimo general (SMG) que equivale al 17% del PIB para toda la población y 10,6% para personas de entre 15 y 59 años. Por último, tenemos la mitad del salario mínimo general que representa un 8,5% y un 5,3% del PIB respectivamente. Dinerstein, N. (2020) realiza un ensayo pormenorizado donde analiza la implementación del IBU en Argentina bajo la idea descrita por Lo Vuolo, R. (2020) respecto a pensar al ingreso básico universal como el único crédito fiscal en relación a los impuestos a la renta personal. Además, utiliza una metodología similar a la explicada por Gutierrez Lara para el caso mexicano. La diferencia es que para el caso argentino, el rango etario es entre 15 y 64 años, excluyendo a la población jubilada y haciendo foco en la PEA. Para los cálculos utiliza los datos del Salario mínimo promedio, medio salario mínimo promedio, Canasta Básica Total promedio y Canasta Básica Alimentaria promedio, todos relativos al año 2017. El primer nivel representa el 27,2% del PIB, el segundo un 13,6%, el tercero el 15,5% y el último 6,3%. Según sus conclusiones: “las estimaciones marcan que sería factible otorgar un IBU a la población de entre 15 y 64 años del nivel de la Canasta Básica Alimentaria si se lleva la recaudación del impuesto a las ganancias de las personas físicas a niveles similares a los de los países desarrollados”8 (Dinerstein 2020, p.14). Si bien la cantidad de experimentos llevados a cabo todavía no son significativos, aquí se expusieron varios estudios muy relevantes que indican la importancia creciente que está adquiriendo el tema en el ámbito académico y que requiere cada vez mayor foco para su futura implementación práctica. 8 Según datos de la OECD para el año 2017 observado en el trabajo, el impuesto a ingresos y ganancias en Argentina representa el 5,3% del PIB, mientras que en países como Finlandia es de 15,2%. El porcentaje promedio para los países de la OECD es 16,1%. Fuente: https://www.oecd.org/tax/tax- policy/base-de-datos-global-de-estadisticas-tributarias.htm VALEN Resaltado VALEN Resaltado Capítulo 2: Instrumentos de la seguridad social argentina Luego de haber explicado el IBU, se realizará una definición conceptual y una caracterización del sistema de seguridad social. A partir del mismo, se analizará el aspecto histórico de las políticas de seguridad y asistencia social implementadas en Argentina. Enumerando los instrumentos vigentes en nuestro país, se hará un análisis de los mismos teniendo en cuenta su peso en las cuentas fiscales. Este estudio permitirá, en los próximos capítulos, realizar la comparación necesaria a los fines de este trabajo, es decir, en términos del Ingreso Básico Universal. 2.1 Breve repaso histórico y actualidad Para comenzar con el análisis de las políticas en materia de seguridad social es pertinente enunciar el concepto más básico acerca de qué significa la seguridad social. Para ello, podemos tomar la definición elemental realizada por la Organización Internacional del Trabajo: - “La seguridad social es la protección que una sociedad proporciona a los individuos y los hogares para asegurar el acceso a la asistencia médica y garantizar la seguridad del ingreso, en particular en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes del trabajo, maternidad o pérdida del sostén de familia” (OIT 2003, p.1) Fue William Beveridge quien acuñó en 1942 el concepto moderno de seguridad social, integrando en un solo sistema a los seguros sociales, la asistencia social y los seguros voluntarios. Esto lo hizo mencionando que la redistribución de la renta nacional se puede realizar a través de dos caminos que comparten un objetivo común. El de los seguros sociales los cuales aseguran una renta de sustitución cada vez que el ingreso normal se suspende y el de las asignaciones familiares, que procura una renta complementaria, cuando el ingreso normal resulta prácticamente insuficiente. (Beveridge, W. 1942) En este sentido, Martínez, C. (2012) realiza una descripción de algunas de las características que atañen al sistema de seguridad social partiendo de la definición de Beveridge. Aquí nombraremos algunas de las mismas. En primer lugar menciona la universalidad de la cobertura, lo cual indica que la protección debe comprender a la totalidad de los trabajadores asalariados, independientes y a las personas a su cargo. Este concepto es lo que se define como amplitud en el trabajo. Luego sigue con el principio de igualdad, equidad o uniformidad en el trato, indicando la no discriminación por etnia, género, idioma, religión, nacionalidad, situación VALEN Resaltado VALEN Resaltado económica, condición social, etc. Este concepto sirve para caracterizar a la población excluida de los beneficiosde la seguridad social. Por otra parte, se encuentra la solidaridad y redistribución del ingreso que comprende la transferencia de rentas en términos intra e intergeneracionales. En lo que respecta a la intensidad de la cobertura, se enuncia el principio de compresibilidad y suficiencia de las prestaciones. En este caso, se refiere a la comprensión de todo el universo de las contingencias para evitar que los trabajadores y las personas a cargo caigan en situación de pobreza. Por último, enuncia la unidad, responsabilidad del Estado, eficiencia y participación en la gestión. Con esta característica, identifica al Estado como responsable del sistema de seguridad social y la importancia de la participación de los asegurados en la administración del mismo. A partir del concepto y características enunciadas respecto al sistema de seguridad social, se puede hacer un análisis histórico del mismo. Nuevamente nos vamos a basar en el trabajo de Martinez, C. (2012) el cual realiza un desarrollo detallado de la historia previsional de Argentina y en un trabajo de CIFRA (2012) que brinda un resumen del devenir histórico de las asignaciones familiares. Comenzando por lo que llama la prehistoria del sistema previsional argentino, las instituciones existentes se abocaron a emular a los Montepíos y Cofradías, es decir a cubrir a huérfanos y viudas de los llamados “sostén del hogar” en caso de muerte. A su vez, se sumaban las pensiones hacia determinados funcionarios, civiles, religiosos o militares de la Corona. En este caso, entendemos dichas pensiones como las hoy conocidas como graciables. Esta estructura se extiende hasta 1904, cuando se modifica el sistema semi- graciable por un régimen orgánico que limitaba su alcance a trabajadores de una determinada rama laboral. Se especifica como principal característica el principio de afectación de los fondos. Este modelo se prolonga hasta el año 1940, sumando paulatinamente diversos rubros pero siempre manteniendo la falta de coordinación entre los distintos regímenes. Dicha descoordinación se refleja en la heterogeneidad de los parámetros de cada una de ellos, como las condiciones de acceso o la determinación de los beneficios. A partir de la década de los ‘40, se observa un incremento sustancial en la participación de los trabajadores en el sistema previsional convirtiéndose en un 35% del total. El incremento es mayormente gracias a la incorporación de obreros industriales, empleados de comercio y autónomos. Ya en este momento, empieza a evidenciarse el problema de la heterogeneidad del sistema y se comienzan a impulsar normas para su homogeneización. A mediados de los ‘50, se terminan de abandonar los sistemas de capitalización colectiva, para pasar al sistema de reparto utilizado actualmente. También es en esta época, más precisamente en 1958, que se comienza a fijar como límite máximo la tasa de sustitución al 82% móvil. Hasta este momento, las asignaciones familiares solo representan un elemento más de la negociación salarial diferenciada y heterogénea del movimiento obrero, pero con poco peso. Los primeros antecedentes se remontan a 1930 con la implementación de un subsidio a la maternidad. Hacia 1940, los empleadores de los sectores bancario, ferroviario y estatal comenzaron a pagar el beneficio por hijo. Para evitar que se incremente el gasto, se comienzan a crear distintas cajas compensatorias. A partir de 1957 se estableció un sistema integral de asignaciones y subsidios familiares para los trabajadores de los sectores de comercio e industria. En este contexto, se creó la Caja de Subsidios Familiares para Empleados de Comercio y la Caja de Subsidios Familiares para el Personal de la Industria.(CIFRA 2012) Las cajas tenían como finalidad ser un fondo compensador para el pago de asignaciones familiares, los empleadores otorgaban un incremento en el salario de los trabajadores vinculado a la estructura familiar, el cual era pagado solidariamente por el conjunto de los empleadores del sector. De esta forma, se impone la doctrina de que las AAFF constituyen una ayuda social entre las que brinda la seguridad social orientada a las necesidades del grupo familiar. En 1964, se establece el primer antecedente de moratoria en el sistema previsional argentino, materializado en el Decreto N° 1474/64. Esta práctica se seguirá utilizando durante toda la historia, agrandando la base de beneficiarios previsionales. Con los ya mencionados problemas normativos de las cajas jubilatorias empiezan a reducirse los beneficios al 70%. Con el incremento del gasto previsional, se comienza a divisar el problema fiscal que este conlleva y que encuentra en la década de los ´80 otra gran afectación por la eliminación de las contribuciones patronales. En lo que concierne a las asignaciones, en los ‘60 se fijan como porcentaje del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM). Luego hasta mediados de los ’70 se amplían las prestaciones y aumentan sus montos y se conforma la homogeneidad entre las Cajas Compensadoras de AAFF en el marco de las reformas de la Seguridad Social, extendiéndose a todos los sectores. El régimen funcionó sin cambios significativos hasta noviembre de 1991, cuando se creó el Sistema Único de Seguridad Social (SUSS), haciéndose cargo de las funciones que hasta entonces tenían las distintas Cajas de Subsidios Familiares, las cuales fueron disueltas al estatizarse. El Estado tomó el control de todo el sistema de asignaciones familiares, centralizando el conjunto de los aportes de la seguridad social y el nuevo organismo (ANSES) que absorbe el régimen de AAFF junto con el sistema previsional público nacional y el reciente creado Fondo Nacional de Empleo por la parte de las prestaciones de desempleo. Estos últimos cambios se realizaron en el marco de la profunda reforma del sistema previsional argentino iniciada en 1993 mediante la creación del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones. La reforma implicó luego la instauración de un sistema mixto en 1994, combinando el régimen público de “reparto” con el régimen de capitalización individual a cargo de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJPs). Otro cambio importante se dió en el año 1996 respecto al sistema de asignaciones familiares, incorporando una limitación de acceso al beneficio para quienes percibían un salario superior a un monto determinado y estableciendo un sistema con tres escalas salariales, según el cual el monto de la asignación a percibir pasa a depender de la remuneración. Al mismo tiempo, se estableció un número más reducido de asignaciones, que son las actualmente vigentes: - Asignaciones de pago único: matrimonio, nacimiento y adopción. - Asignaciones de corta duración: maternidad y prenatal. - Asignaciones periódicas mensuales: hijos menores de 18 años a cargo, hijos con discapacidad sin límite de edad y cónyuge. - Asignaciones periódicas anuales: ayuda escolar. Luego del paso del Aporte Medio Previsional Obligatorio (AMPO), el cual produjo un ‘descreme’ en el sistema, al Módulo Previsional (MOPRE) con el Decreto N° 883/97 en 1997, se produjo la gran crisis del 2001. Como hecho significativo del momento, se puede mencionar que dado el grave déficit fiscal del momento se realizó un 13% de ajuste nominal sobre salarios del sector público y beneficiarios superiores a $500 a partir de julio de 2001. Previamente ya se había producido un incremento en la edad mínima jubilatoria para mujeres. A partir de 2003 se incrementaron las pensiones no contributivas por vejez, a la vez que se comienzan a aumentar los beneficios tanto de haberes mínimos como medios, en acompañamiento con el crecimiento económico post crisis. En el año 2008, se realizó el hecho más significativo de los últimos años en materia previsional, la eliminación del sistema de capitalización y posteriorpaso al sistema de reparto en su totalidad. En noviembre de 2009 se creó la Asignación Universal por Hijo (AUH) con el Decreto N°1602/09, originando otro gran hito en materia de seguridad social. La misma implicó la ampliación de uno de los beneficios del régimen contributivo de asignaciones familiares a una mayor cantidad de población, sólo vigente hasta entonces para los trabajadores empleados en relación de dependencia. En síntesis, por medio de esta herramienta se extendió la asignación a menores de 18 años o discapacitados con padres o tutores desocupados, sean trabajadores informales, autónomos o servicio doméstico que tengan un salario menor al SMVM. Como último precedente del sistema de seguridad social se puede mencionar la modificación realizada a fines de 20179, la cual modifica la fórmula que se utiliza para aumentar las jubilaciones y otros parámetros en el sistema previsional, además de cambios en la Asignación Universal por Hijo (AUH) y las pensiones. A fines de 202010, con reglamentación en 2021, se dejó sin efecto dicha fórmula con la modificación aprobada en el Congreso Nacional, la cual toma en cuenta la recaudación del ANSES y la variación salarial en partes iguales. Por otra parte, serán analizados los programas de asistencia alimentaria a partir del trabajo de Salvia et al. (2020) para la International Food Policy Research Institute. La separación es realizada debido a que desde 1983 estos instrumentos pertenecen al ámbito del Sector Salud (actual Ministerio de Salud). Luego se incorporaron a la órbita de Acción Social a principios de los ‘90, posteriormente convertido en Ministerio de Desarrollo Social. La mayor parte de las políticas alimentarias han quedado bajo el control de este último. En el contexto de crisis del 2001/02 se crea el Programa Nacional de Seguridad Alimentaria (PNSA), concretado con la Ley Nacional 25.724 en 2003 con el Decreto 1018/03 y la Resolución 2040/03, la cual le otorga atribuciones de instrumentación al Ministerio. El PNSA amplía magnitudes y alcances con la creación del Plan Nacional "Argentina contra el Hambre" a partir de la Resolución 8/20 y la declaración de emergencia alimentaria. En el marco de esta iniciativa, se implementa la ‘Tarjeta Alimentar’, que permite a los beneficiarios la compra exclusivamente de alimentos11. Finalmente, en el año 2014 fue creada la beca ‘Progresar’ durante el gobierno de Cristina Kirchner mediante el Decreto 84/201412. El mismo es un programa integral de Becas Educativas que brinda un incentivo económico a los alumnos en todos los niveles de formación durante su trayectoria académica. El objetivo es mejorar el ingreso, la permanencia y el egreso de los estudiantes. A partir de 2018, se ampliaron las becas para estudiantes universitarios, terciarios, de formación profesional y para alumnos que busquen culminar el primario y el secundario.13 9 Ley 27.426: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/176774/20171228 10 Decreto 104/2021: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/240806/20210213 11 Información obtenida en la Defensoría del Pueblo. Fuente: https://defensoria.org.ar/noticias/informacion-sobre-la-tarjeta-alimentar/ 12 Fuente: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/101157/20140127 13 Fuente: https://www.argentina.gob.ar/educacion/becasprogresar/institucional La historia en materia de seguridad y asistencia social en Argentina es extensa y con varias modificaciones. Es interesante resaltar el peso y la tendencia creciente de los programas y las prestaciones focalizadas a los sectores económicamente dependientes, ya sea a jóvenes o adultos mayores en especial. En relación a esto último, resulta evidente la carencia y necesidad de protección a la población activa. 2.2 Costo fiscal de las políticas sociales En este segmento, se va a mostrar el costo fiscal de las políticas sociales en general y luego se hará una diferenciación entre el sistema previsional y las demás asignaciones y programas. Esta distinción apunta al foco del trabajo, es decir tomar asignaciones existentes que puedan ser absorbidas por el IBU. Para evaluar los costos del actual sistema de seguridad social será utilizado el año 2019 como referencia. La elección no es azarosa, sino que corresponde al año previo a la pandemia, lo cual permite obtener porcentajes e información sin distorsiones y más significativa a los fines comparativos del trabajo. En primer lugar, se muestra el gasto público social de la nación en millones de pesos. Claramente puede observarse la tendencia creciente durante todo el período, con un incremento marcado a partir del último año. Por otro lado, es evidente el gran peso que representa el sistema previsional dentro del gasto social. Gráfico 2.2.1: Gasto en políticas sociales en millones de pesos en precios corrientes (2014-2019) Fuente: Elaboración propia con datos de ANSES y el Ministerio de Economía. VALEN Resaltado Para una evaluación más clara del peso que tienen los programas sociales en el gasto fiscal argentino, el siguiente cuadro ilustra cada instrumento en términos del PIB para el mismo período. Retomando la idea del cuadro anterior, se puede ver que si bien el gasto aumentó durante todo el período en términos absolutos, su representación en el producto ha disminuído a partir del 2017. De esta forma, podemos inferir que en términos relativos el gasto en políticas sociales se ha reducido de manera marcada, en especial en materia previsional que se retrotrae a niveles de 2015/2016. Gráfico 2.2.2: Gasto en asistencia social e ingresos tributarios del ANSES en porcentaje del PIB en precios corrientes (2014-2019) Fuente: Elaboración propia con datos de ANSES, INDEC y el Ministerio de Economía. A partir del último gráfico, se puede observar que los ingresos tributarios que percibe el ANSES son escasos para afrontar las erogaciones de las prestaciones. A pesar de que los programas alimentarios no se encuentran en la órbita del organismo de seguridad social, la conclusión es la misma. Resulta muy bajo el porcentaje de ingresos por esta vía respecto a los gastos que debe hacer. Excluyendo los costos que implica el sistema previsional, se puede observar de manera más clara el peso de los distintos instrumentos de la seguridad social en las cuentas del ANSES. Gráfico 2.2.3: Proporción de las AAFF y otros en el gasto total del ANSES en precios corrientes (2014-2019) Fuente: Elaboración propia con datos de ANSES e INDEC. En la actualidad, se puede verificar que la AUH es la herramienta de seguridad social con mayor peso dentro del gasto total representando un 6,76% para el último año analizado (excluyendo el sistema previsional). Esta tendencia es estable en todo el período utilizado si se tiene en cuenta que dentro de las AAFF se encuentran incluidas varias políticas e instrumentos como asignaciones contributivas, no contributivas, asignaciones familiares para organismos públicos, etc. Siguiendo la misma tendencia, obviamente que la AUH tiene mayor importancia en términos del PBI que las demás prestaciones como se observa en el 'Gráfico 2.2.2’. Respecto a la información específica de los programas y planes que serán analizados como posibles candidatos a ser absorbidos por el IBU, los datos expuestos demuestran que en conjunto, las políticas de asistencia social representan 1,33% del PBI para el 2019.14 Las prestaciones seleccionadas son la AUH, las AAFF, las becas Progresar y los programas de asistencia alimentaria. En el próximo capítulo se explicará el motivo por el cual este trabajo se centra en estos instrumentos. En definitiva, el análisis fiscal demuestra que una significativa porción del gasto se destina a las políticas sociales, pero es notoria la focalización de los programas seleccionados. Como ya fue expuesto, esta vez en términosmonetarios, la protección social a la población activa es insuficiente. A modo de ejemplo, el presupuesto destinado al Seguro de Desempleo se encuentra en el rubro ‘Otras Transferencias’ que engloba diversas erogaciones y como se puede ver en los gráficos, en conjunto tienen menor peso en el PBI que la AUH. 14 Fuentes: del ANSES fue utilizado el Esquema Ahorro Inversión Financiamiento (2014 - 2020) para obtener los gastos de Seguridad Social (AUH, AAFF y Progresar); del INDEC la Series trimestrales de oferta y demanda globales para obtener los valores del PBI; y del Ministerio de economía el presupuesto ejecutado en políticas de asistencia alimentaria. VALEN Resaltado Capítulo 3: Análisis comparativo de las políticas sociales En esta sección se hará una comparación de las políticas de la seguridad y asistencia social argentina mencionadas en la sección anterior y el Ingreso Básico Universal. La comparación estará basada en analizar las características de cada uno de ellos, como por ejemplo la cobertura o la universalidad. En primer lugar, se evaluará la Asignación Universal por Hijo colocándola como foco de análisis debido a que, como será explicado, en la actualidad es el instrumento de seguridad social que más se asemeja al IBU en materia de cobertura y universalidad en Argentina. Luego, se estudiarán las restantes asignaciones familiares, por ejemplo la Asignación universal por Embarazo (AUE), el Programa Progresar y la asistencia alimentaria para verificar si podrían ser absorbidos por el IBU. 3.1 Asignación Universal por Hijo (AUH) Como fue descrito en la revisión histórica realizada anteriormente, la Asignación Universal por Hijo para Protección Social fue implementada en Argentina a partir del 2009 mediante el Decreto N°1602/09 y se incorporó como un Subsistema no Contributivo al Régimen de Asignaciones Familiares. Este subsistema no contributivo fue “destinado a trabajadores informales, desocupados, trabajadoras del servicio doméstico y monotributistas sociales” (Pautassi et al. 2013, p.16) La AUH se trata de una prestación mensual por hijo/a y la población objetivo es cada hijo menor de 18 años con límite hasta 5 niños. Se puede solicitar desde el momento del nacimiento y la cobra uno de los padres, priorizando a la madre. Los requisitos ya mencionados exigen que sean hijos de personas desocupadas, trabajadores no registrados (sin aportes), trabajadores del servicio doméstico, monotributistas sociales y personas inscriptas en algunos programas sociales nacionales. Pero también exige ciertas contraprestaciones como la obligatoriedad de asistencia escolar de niños y adolescentes de 5 a 18 años, control de salud y vacunación.15 A partir de las características mencionadas, Lo Vuolo, R. (2012) dice que la AUH se trata de un híbrido entre las Transferencias Monetarias Condicionadas (TMC) y las Asignaciones Familiares No Condicionadas (AFNC). Esta mixtura sucede en primer lugar porque la norma que regula el beneficio se incluye en la ley de Asignaciones Familiares para trabajadores asalariados formales y su valor se encuentra atado a los valores vigentes para el programa de AAFF de dichos asalariados formales. Sin embargo, los beneficiarios acceden por su condición laboral y porque perciben una renta menor al 15 Planes, programas sociales y prestaciones de la seguridad social. Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (Abril 2019) VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado SMVM y no se tiene en cuenta el ingreso familiar total. Además, el programa se encuentra financiado por recursos de la seguridad social. Por último, existe un mecanismo por el cual se retiene parte del beneficio a la espera de la certificación de ciertas condicionalidades. (De Sena et al. 2018) Dadas las condicionalidades expuestas, se evidencia una de las diferencias entre la AUH y el IBU, en el caso de este último no se requiere ningún tipo de requisito más que la condición de ser ciudadano. Como indica Lo Vuolo, R. (2020), el IBU no requiere demostrar que se está en situación de desocupación o informalidad (como la asignación universal por hijo). Sin embargo, Malec et al. (2019) comenta que desde lo normativo y bajo el enfoque de derechos, puede identificarse como una política que persigue la igualdad ya que amplía un programa al que ya accedían los trabajadores formales, agregando a desocupados, trabajadores informales o que no alcanzan al SMVM. También menciona la característica de no discriminación ya que la población objetivo tiene un mínimo umbral de ingresos bastante elevado. Por otro lado, destaca la búsqueda de mejorar la inclusión y que sea permanente, por lo que solo se dejará de ser necesaria en caso de que se extinga la desigualdad que la origina, es decir la desocupación y la informalidad laboral de madres y padres. Tomando la idea de IBU como crédito fiscal, se puede vislumbrar la similitud en la búsqueda de igualdad y redistribución de ingresos. En materia de cobertura, el 32,3% de los niños y adolescentes de hasta 17 años se encuentran cubiertos por la AUH. En términos absolutos son 4.231.199 niños, niñas y adolescentes.16 Por otra parte, un trabajo reciente del ANSES, resalta la focalización de esta asignación cuando enuncia que “(...) se puede observar que más del 60% de los y las beneficiarios/as de la AUH se concentra en los dos primeros deciles de ingreso (37,2% y 26,0% respectivamente)” (ANSES 2020, p.6). Esta información es confirmada por la última ENGHO realizada por el INDEC en 2017-2018, ya que muestra que el quintil más pobre recibe un 31,5% de sus ingresos no laborales por parte de la AUH y AUE, mientras que el quintil más rico sólo percibe el 0,1% por este medio17. 16 Reporte de Monitoreo. Asignación Universal por Hijo y Embarazo para la Protección Social. Cuarto Trimestre 2019. SIEMPRO 17 Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2017-2018. Informe de ingresos. Junio de 2020 Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado Gráfico 3.1.1: Ingresos no laborales por fuente e ingreso no laboral medio mensual, según quintiles de IPCF. Localidades de 2.000 y más habitantes. Años 2017-2018 Fuente: INDEC, Informe de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2017-2018 18 Para evaluar la intensidad de cobertura de la AUH, se puede hacer una comparación de su valor en proporción del SMVM, de la Canasta Básica Total (CBT) y de la Canasta Básica Alimentaria (CBA). Este ejercicio será de gran utilidad para realizar el análisis cualitativo final respecto al IBU. El valor promedio de la AUH en el año 2019 fue $2.67619, mientras que los costos de la CBA y CBT fueron $4.166,85 y $10.401,31 respectivamente20. Finalmente, el nivel promedio de SMVM fue de $14.781,25 durante el mismo año21. En base a los datos expresados, se puede indicar que la proporción de la AUH representa el 64,2% de la CBA y un 25,7% de la CBT. Por último, apenas alcanza un 18,1% del SMVM. En conclusión, se puede confirmar que a pesar de las similitudes expuestas, la AUH dispone de ciertas condicionalidades que distorsionan la idea de un ingreso básico y universal, relacionado con su focalización. Incluso impone requerimientos de escolaridad y sanidad, no solo para el acceso sino para cobrar el monto completo de la asignación. Sin embargo, a pesar de ser una asignación enfocada a los sectores 18 Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2017-2018. Informe de ingresos. Junio de 2020 Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) 19 Estadísticas de la Seguridad Social. I Trimestre 2021. ANSES. 20 Datos oficiales de las Series Históricas de CanastaBásica del INDEC. Fuente: https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-43-149 21 Información obtenida de las estadísticas de Ingresos, salarios y distribución presentes en la página oficial del Ministerio de Trabajo. Fuente: https://www.trabajo.gob.ar/estadisticas/Bel/ingresos.asp https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-43-149 VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado vulnerables y con mayor incidencia en el género femenino, no ha sido suficiente para sacar a dichos hogares de la pobreza. Por lo tanto, demuestra la necesidad de encontrar una prestación superadora. 3.2 Asignaciones familiares y programas sociales Asignaciones Familiares Continuando con la descripción de las políticas sociales que actualmente se encuentran activas en Argentina, en esta sección serán enunciadas las restantes asignaciones familiares. Por un lado, se encuentran las AAFF contributivas y por el otro las no contributivas. Dentro de estas últimas se destacan las llamadas Asignaciones Universales para la Protección Social, donde además de la AUH, engloba también a la Asignación Universal por Embarazo (AUE) y la Asignación Universal por Hijo con Discapacidad (AUHD). Como su nombre lo explica, la AUE solo corresponde a la etapa prenatal mientras que la AUHD, a diferencia de la AUH, no tiene límite de etario. Para ambas asignaciones se puede observar que la cantidad de beneficiarios se ha incrementado a lo largo del tiempo, aumentando la amplitud de su cobertura. Siguiendo con el período histórico utilizado en los capítulos anteriores, la AUE incrementó sus beneficiarios en un 71,76%, mientras que la AUHD lo ha hecho en un 19,37%.22 Si analizamos la intensidad de dichas asignaciones, en principio se informan los montos unitarios de cada uno para el año 2019. En el caso de la AUE su valor promedio fue $2.676 mientras que la AUHD fue de $8.718. Como se hizo con la AUH, evaluaremos ambas AAFF en relación al SMVM, la CBA y CBT. La AUE, al ser del mismo valor que la AUH, representa las mismas proporciones, 64,2% de la CBA, un 25,7% de la CBT y un 18,1% del SMVM. Resulta notoria la diferencia entre ambos valores a favor de la AUHD, en primer lugar sobrepasando la CBA por encima del doble. Igualmente, no alcanza el valor de la CBT ni el SMVM, ya que representa un 83,82% y 58,98% respectivamente. Este último punto demuestra la dispersión entre los niveles. También podemos evaluar las asignaciones familiares de beneficiarios activos, pasivos y del Sector Público Nacional de la misma manera que las asignaciones universales. Si bien dentro de ellos se agregan diversas asignaciones como la asignación por nacimiento, la asignación por maternidad o la ayuda escolar anual, siendo este último de los más populares, todas ellas representan pagos únicos. Por lo tanto, sea por 22 Estadísticas de la Seguridad Social. I Trimestre 2021. ANSES VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado cantidad de beneficiarios, periodicidad o montos, nuevamente nos enfocaremos en las asignaciones por hijo, por hijo discapacitado y prenatal. La focalización vuelve a presentarse como patrón vector, esta vez no exclusivamente a sectores más rezagados ya que los beneficiarios de estas asignaciones se encuentran en relación de dependencia. Pero sí continúan las condicionalidades etarias, laborales o de salud. La asignación por hijo engloba a 3.689.667 beneficiarios, los cuales han incrementado un 18,29% desde 2014 hasta 2019. Por otro lado, los beneficiarios por hijo discapacitado en 2019 contienen 122.254 personas incrementándose 47,89% desde 2014. Por último, la asignación prenatal posee tan solo 41.037 beneficiarios, los cuales han caído en 15,61% desde 2014.23 Todas las asignaciones mencionadas en el último párrafo tienen un monto por debajo de las asignaciones universales, por lo tanto es claro que la intensidad de cobertura es menor24. En conclusión, se puede resaltar que todas las asignaciones, sean ‘universales’ o no, son programas destinados a poblaciones focalizadas. En particular, la mayoría apunta a los sectores vulnerables y al rango etario infantil, confirmando su concentración en la población dependiente. Por otra parte, todas ellas distan mucho de la idea de incondicionalidad que tiene el IBU, ya que para acceder a sus prestaciones se deben cumplir diversos requisitos (procedencia laboral, informalidad, desocupación, ingreso percibido, etc). Todas las asignaciones también estipulan diversos requerimientos y contraprestaciones que las alejan de la idea de universalidad.25 Programa PROGRESAR El programa de becas Progresar se encuentra direccionado a jóvenes de entre 18 y 24 años inclusive. Aquellos estudiantes que se encuentren cursando estudios avanzados, se extiende hasta 30 años. Tanto los estudiantes de pueblos originarios como aquellos que tengan alguna discapacidad debidamente certificada, no tienen tope de edad. Por otra parte, los ingresos del grupo familiar de cada aspirante, sin importar cómo se encuentre conformado, no deben superar el monto que corresponde a la suma de tres SMVM. El pago de este programa es un monto anual que se divide en 10 cuotas y va variando según el grado de estudio, desde el nivel obligatorio, nivel superior, carreras 23 Estadísticas de la Seguridad Social. I Trimestre 2021. ANSES 24 Asignación por hijo promedio 2019 (tramo 1): $2.388 y Asignación por hijo discapacitado promedio 2019 (tramo 1): $7.781. Fuente: Estadísticas de la Seguridad Social. I Trimestre 2021. ANSES 25 Planes, programas sociales y prestaciones de la seguridad social. Abril 2019, CNCPS. VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado prioritarias, no prioritarias, universitarias y no universitarias. A excepción del programa Becas Formación Docente – “Compromiso Docente”, las demás no superan la CBA mensual. Incluso algunas se encuentran apenas por encima del 40% de la misma como las Becas Nivel Obligatorio + Formación Profesional26 (siendo esta última la segunda en cantidad de titulares)27. Esta política absorbió un total de 571.492 beneficiarios entre todas las becas en el último trimestre de 2019. Gráfico 3.2.1: Cantidad de titulares por tipo de beca. En miles. Cuarto trimestre 2019. Total del país Fuente: Elaboración propia con datos de SIEMPRO en base a información enviada por el Programa Nuevamente es evidente su diferencia con un ingreso básico universal, no solo en su intensidad y amplitud, sino que consiste en programas con condicionalidades y cumplimiento de objetivos. Si bien es direccionado a la población activa, los beneficiarios deben satisfacer varios requisitos, por ejemplo, geográficos en el caso de los pueblos originarios o cuestiones de salud en caso de discapacidad. No obstante, se deben alcanzar estrictos logros académicos para alcanzar la totalidad de la beca. Programa Nacional de Seguridad Alimentaria - Tarjeta Alimentar El Programa hasta el año 2019 se enfocó en cubrir los requisitos nutricionales de niños de hasta 14 años de edad, embarazadas, discapacitados y adultos desde los 70 años en condiciones socialmente desfavorables y de vulnerabilidad nutricional. Sin embargo, actualmente los grupos poblacionales prioritarios son las mujeres embarazadas, niños de hasta 5 años de edad y poblaciones con mayor vulnerabilidad 26 Planes, programas sociales y prestaciones de la seguridad social. Abril 2019, CNCPS. 27 Reporte de Monitoreo Becas Progresar. SIEMPRO VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado nutricional. La totalidad de beneficiarios entre modalidad centralizada y federal es de 1.361.197 personas. Si bien es una política que en la modalidad descentralizada, la nación comparte los costos según los convenios con las provincias,se analizará la prestación otorgada a los beneficiarios. El monto unitario de la tarjeta alimentaria hasta el 2019 fue de $195, valor que se mantuvo inalterado desde el tercer trimestre de 2016. En el mismo período, la CBA tuvo un incremento del 178,9%28. Es interesante resaltar que el nivel de tarjeta mencionada representa apenas un 4,68% de la CBA. A pesar que a los fines del trabajo será utilizado el período mencionado, es importante destacar que a partir del año 2020, el programa experimentó algunas modificaciones y la nueva ‘Tarjeta Alimentar’ incrementó la intensidad de su prestación. El nuevo monto unitario queda fijado en $4.000 para familias que tengan un solo hijo/a de hasta 6 años (o un solo hijo/a discapacitado, sin límite de edad que percibe la AUH, o embarazada que percibe la AUE) y $6.000 para familias que tengan más de un hijo/a en la franja etaria de 0 a 6 años (o más de un hijo/a discapacitado, sin límite de edad).29 Aunque la intensidad claramente es incrementada a partir de su actualización, también se reduce el rango etario para acceder al programa de asistencia. Dada la estrecha vinculación que tiene con las asignaciones universales, otra vez queda evidenciada la focalización del programa. En este caso, no solo se debe cumplir con la adhesión a las asignaciones ya mencionadas, quedando implícito el cumplimiento etario, sino que la Tarjeta Alimentar restringe el ámbito en el cual puede utilizarse la transferencia monetaria, ya que únicamente se permite la compra de alimentos y bebidas (quedando excluidas las bebidas alcohólicas). Tanto las asignaciones familiares como los programas de asistencia alimentaria y Progresar, demuestran sus limitaciones en materia de amplitud e intensidad de cobertura (con algunas excepciones). Además, cada uno de ellos impone condiciones que excluye a una gran porción de la población, en particular la económicamente activa. Esta conclusión refuerza la hipótesis del segmento anterior de indagar sobre un reemplazo que extienda la protección social. 28 Reporte de Monitoreo PNSA. SIEMPRO 29 La tarjeta alimentar a un año de su implementación. Informe Especial 2021. UCA VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado VALEN Resaltado Capítulo 4: Costo fiscal del IBU en Argentina En primer lugar, este capítulo será dedicado a exponer la metodología elegida para realizar la estimación del costo fiscal que requiere la implementación de un Ingreso Universal en Argentina. Para ello se citarán trabajos existentes que servirán de soporte para nuestro objetivo. Luego, se detallarán los datos a utilizar en la estimación mencionada y sus correspondientes fuentes. Por último, serán utilizados los datos oficiales para realizar una elaboración propia del esfuerzo que debería hacer el Estado para aplicar un IBU en base a los métodos detallados previamente. 4.1 Metodología de estimación Para realizar la estimación fiscal del IBU, este trabajo se basa en el método utilizado por Gutiérrez Lara, A. (2018) en su trabajo de la CEPAL. Dicha metodología fue adoptada posteriormente por Dinerstein, N. (2020) para el caso argentino, utilizando datos correspondientes al año 2017. Como fue expuesto en el primer capítulo, los autores realizaron su estimación fijando cuatro niveles diferentes de ingreso que puede adoptar una posible renta básica. En el caso argentino, dichos niveles se igualan al Salario Mínimo, Medio salario mínimo, la Canasta Básica Total y la Canasta Básica Alimentaria, todos ellos en promedio anual. Tanto la CBT como la CBA son comprendidas para el adulto equivalente, a pesar de que pueden variar según el género y rango etario. Esta reducción es utilizada para una simplificación de los resultados. Desde la perspectiva de este trabajo, resulta de vital importancia los valores analizados de la CBA y la CBT, ya que dichos montos exponen la Línea de Indigencia (LI) y la Línea de Pobreza (LP), respectivamente. Esto es sumamente relevante para nuestro país ya que tanto la tasa de indigencia como la de pobreza tienen un crecimiento sostenido desde el segundo semestre del año 201730, con una especie de estancamiento en el primer semestre pero en valores significativamente altos31. Aunque dichos valores hayan sufrido la influencia de la pandemia iniciada en marzo de 2020, algunos estudios hacen mención de la existencia de una pobreza crónica que azota al país, con una alarmante concentración en la niñez.32 30 Información obtenida del INDEC, de sus cuadros estadísticos respecto a Pobreza e Indigencia: https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-46-152 31 Para el primer semestre del 2021 (última información presente en INDEC), el valor de la pobreza asciende a 40,6% para personas y 31,2% respecto a hogares. En cuanto a la indigencia, para las personas es 10,7% y 8,2% para hogares. Estos datos fueron obtenidos de los cuadros estadísticos respecto a Pobreza e Indigencia del INDEC. 32 Información obtenida del estudio “El desafío de la pobreza en la Argentina” realizado por la CIPPEC. Fuente: https://www.cippec.org/publicacion/el-desafio-de-la-pobreza-en-la-argentina/ https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-46-152 https://www.cippec.org/publicacion/el-desafio-de-la-pobreza-en-la-argentina/ VALEN Resaltado VALEN Resaltado Al ser este trabajo un posible complemento en materia de estimación fiscal respecto del estudio realizado por Dinerstein, N. (2020), se opta por utilizar el mismo rango etario para que las conclusiones puedan ser relacionadas al final del debate. Además, el límite de edad fijado hasta 64 años es utilizado para hacer el cálculo con la PEA, sin tener en cuenta aquellos ciudadanos que ya son parte del sistema previsional. Es por ello que la estimación de esta tesis será realizada a modo de actualización de los resultados disponibles en el trabajo mencionado. Para ello se utilizará nuevamente el año 2019 como referencia, como fue indicado en el segundo capítulo para evaluar los costos del actual sistema de seguridad y asistencia social. Obviamente, esta metodología nos permitirá realizar una comparación cualitativa y cuantitativa de las políticas sociales. Como en el caso de las asignaciones familiares y los demás instrumentos vigentes previamente seleccionados, los datos utilizados para delimitar los posibles niveles del IBU serán tomados de las fuentes oficiales del INDEC. Por otra parte, los datos relacionados con la cantidad de población total por rango etario fueron obtenidos del sitio oficial del Banco Mundial, como será detallado en la siguiente sección. Por último, luego de mostrar las estimaciones que serán utilizadas para las comparaciones y conclusiones finales, también va a ser expuesto un cálculo de los mismos niveles de ingresos potenciales pero para la población total argentina sin ninguna condicionalidad etaria. Esto último es solamente a modo informativo para tener en cuenta el costo fiscal que conlleva la universalidad del ingreso. 4.2 Obtención de datos En esta sección se expondrán las fuentes de información utilizadas para llevar a cabo las estimaciones detalladas en el apartado anterior. Las mismas comprenden los datos necesarios a nivel poblacional, los distintos niveles de ingreso que puede tomar el IBU y el valor correspondiente al producto bruto interno a nivel nacional. Primero utilizaremos los datos disponibles en el Banco Mundial para tomar la población de Argentina entre 15 y 64 años. Según el sitio oficial33, la población en dicho rango etario es de 28.833.291 personas. Por lo tanto, nos basaremos en este valor para hacer el cálculo del gasto fiscal del IBU. La misma fuente será citada para realizar el posterior cálculo que mostrará el costo del IBU para el total de la población, es decir, 44.938.712 personas Luego, como fue mencionado, vamos a tomar los valores de laCBA y CBT promedio para el año 2019, teniendo en cuenta que ambos niveles son respecto a la 33 Datos oficiales del Banco Mundial. Fuente: https://datos.bancomundial.org/indicator/SP.POP.1564.TO?end=2019&locations=AR&start=1960 https://datos.bancomundial.org/indicator/SP.POP.1564.TO?end=2019&locations=AR&start=1960 canasta correspondiente a un adulto equivalente. Según los datos oficiales de la Canasta Básica del INDEC, el promedio anual de 2019 de la CBA es de $4.166,85 y el promedio correspondiente al mismo año para la CBT es $10.401,3134. Por otra parte, utilizamos los datos presentes en el Ministerio de Trabajo de la Nación Argentina35 para obtener los valores correspondientes al promedio anual del 2019 del Salario Mínimo y, a partir del mismo, también se calcula la mitad del salario mencionado. El promedio del SMVM es de $14.781,25 y el correspondiente a su mitad es de $7.390,63. Por último, se utiliza el valor del PIB en precios corrientes relativo al año 201936 para hacer la comparación con el costo de los niveles del IBU. Respecto a estos últimos, cada uno de los valores serán multiplicados para conocer el costo anual y de esta forma verificar el peso que representan para el PIB del mismo año. 4.3 El esfuerzo fiscal de tener un Ingreso Básico Universal Luego de haber expuesto y detallado la metodología con la cual será estimado el costo fiscal del IBU y explicada la procedencia de los datos, en el siguiente cuadro se realizará un resumen de la información obtenida y la estimación del costo fiscal del IBU en términos del PBI: Tabla 4.2.1. Estimación del costo fiscal de un Ingreso Básico Universal en la Argentina para la población de entre 15 y 64 años para el año 2019 en precios corrientes (Costo anual y PIB en millones de pesos) Valor de IBU Nivel de IBU en $ Población entre 15 y 64 años Costo anual en pesos PIB 2019 Costo en % del PIB 2019 Salario Mínimo Promedio 2019 14.781,25 28.833.291 5.114.305 21.802.256 23,46 % Medio Salario Mínimo Promedio 2019 7.390,63 28.833.291 2.557.154 21.802.256 11,73 % Canasta Básica Total Promedio 2019 10.401,31 28.833.291 3.598.848 21.802.256 16,51 % Canasta Básica Alimentaria Promedio 2019 4.166,85 28.833.291 1.441.728 21.802.256 6,61 % Fuente: elaboración propia a partir de datos del INDEC. 34 Datos oficiales de las Series Históricas de Canasta Básica del INDEC. 35Ingresos, salarios y distribución presentes en la página oficial del Ministerio de Trabajo. 36 Información obtenida de la página oficial de INDEC para los Agregados Macroeconómicos (PIB), en la series históricas del producto bruto interno. Fuente: https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-3- 9-47 Como se puede notar en el cuadro anterior, la implementación de un Ingreso Básico Universal que sea igual al Salario Mínimo implica un costo anual del 23,46% del PIB para el año analizado. Bajando el nivel del IBU a medio salario mínimo, el costo anual representa 11,73% en términos del PIB. Luego cuando observamos los niveles que tienen como referencia la CBT y CBA, es interesante resaltar que el primer resultado excede al Medio Salario Mínimo por aproximadamente 5%, mientras que el correspondiente a la CBA es el menor de todos los valores con 6,61% sobre el PIB. Realizando una breve comparación con los resultados que se obtuvieron en el trabajo de Dinerstein, N. (2020), podemos ver que tanto el Salario Mínimo como su mitad tienen un menor peso sobre el PIB de 2019. El SMVM fue de 27,2% en 2017 disminuyendo aproximadamente 4% en nuestro trabajo. Por otro lado, el medio SMVM se redujo naturalmente un 2%. En cambio, el costo fiscal en términos del producto que significa aplicar el IBU en los niveles de las CBT y CBA ha incrementado entre el año fijado en el trabajo mencionado y el actual. El costo del IBU al valor de la CBT para el año 2017 representaba un 15,5%, mientras que para el año 2019 se incrementó a 16,51%, es decir ha aumentado un punto porcentual en estos dos años. Siguiendo la misma tendencia, un IBU igual a la CBA pasó de 6,3% a 6,61%. Para los casos de las canastas básicas podemos mencionar que dicho aumento se puede explicar por la suba de precios que han sufrido producto de la inflación, siendo la CBT el valor que más se incrementó en los dos años analizados. Si bien los niveles del Salario Mínimo y medio SMVM también se han modificado de manera ascendente en valores absolutos, tanto la CBT como la CBA se han más que duplicado entre los trabajos37. Estas observaciones nos indican que si tomamos como referencia el SMVM, el salario real argentino ha caído desde el año 2017 al menos hasta el año de evaluación de este trabajo. Finalmente, como fue anunciado al principio de esta sección, se realizará una estimación adicional a título informativo con la totalidad de la población. En este caso, la población total argentina se compone por 44.938.712 personas38. Nuevamente serán utilizados los mismos valores de ingreso de la primera estimación. 37 Valores del trabajo (Dinerstein, N. 2020 p.12): SMVM = $8.460, medio SMVM = $4.230, CBT = $ 4.831,95 y CBA = $1.975,6 38 Fuente: https://datos.bancomundial.org/indicator/SP.POP.TOTL?end=2019&locations=AR&start=1960 Tabla 4.2.2: Estimación del costo fiscal de un Ingreso Básico Universal en la Argentina para la población total para el año 2019 en precios corrientes (Costo anual y PIB en millones de pesos) Valor de IBU Nivel de IBU en $ Población total Costo anual en pesos PIB 2019 Costo en % del PIB 2019 Salario Mínimo Promedio 2019 14.781,25 44.938.712 7.971.004 21.802.256 36,56 % Medio Salario Mínimo Promedio 2019 7.390,63 44.938.712 3.985.505 21.802.256 18,28 % Canasta Básica Total Promedio 2019 10.401,31 44.938.712 5.609.058 21.802.256 25,73 % Canasta Básica Alimentaria Promedio 2019 4.166,85 44.938.712 2.247.034 21.802.256 10,31 % Fuente: elaboración propia a partir de datos del INDEC Naturalmente, el costo del IBU para la totalidad de la población se ha incrementado respecto a la estimación realizada para el rango entre 15 y 64 años. El aumento se dio para todos los niveles calculados, ya sea en el costo total como en el porcentaje en términos del PIB. Como se puede apreciar, implementar un Ingreso Básico Universal del valor del Salario Mínimo costaría un 36,56% del PIB mientras que el ingreso de medio salario mínimo representaría 18,28%. Por otra parte, para los casos de las canastas básicas, la renta básica correspondiente al costo de la CBT significaría un 25,73% y para la CBA un 10,31%. Si bien este ejercicio fue realizado solo a modo informativo, es conveniente resaltar que más allá del incremento de los costos anuales, la implementación de un IBU para toda la población argentina del valor de la CBA representa un aumento menor a cuatro puntos porcentuales de lo que se estimó para la población económicamente activa. De esta manera, se podría aplicar el IBU en su concepción más elemental expresado en la primera sección de este trabajo. En dicho capítulo, se hace alusión a una de las características enunciadas por Gaitán, F. et al. (2020) respecto a la no condicionalidad, en este caso etario. A los fines operativos de este trabajo, en el próximo capítulo será utilizado el porcentaje estimado del costo del IBU del valor de la CBA para la población entre 15 y 64 años. En este caso, el ingreso básico representa el 6,61% en términos del PIB. Si bien el IBU requiere un costo fiscal importante, la elección de una renta del nivel de la CBA no solo permite cubrir los recursos alimenticios básicos, sino que representa el umbral de la indigencia. Respecto a la elección etaria, vale aclarar que la muestra seleccionada equivale al 64,16% de la población total. Además plasma la idea de direccionar y garantizar un ingreso incondicional a personas que están en edad
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