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Bioética - Resúmenes de textos - Semanas 1 a 11

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BIOÉTICA – SEGUNDO CUATRIMESTRE – 2.019 
 
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SEMANA 1: INTRODUCCIÓN A LA BIOETICA 
BIBLIOGRAFIA OBLIGATORIA 
Cortina, Adela (1999) – El mundo de los valores: Ética mínima y educación. 
CAPITULO I – SEGUNDA PARTE: “¿QUÉ SON LOS VALORES?” 
LA CAPACIDAD DE ESTIMAR 
Cuando nos enfrentamos a las cosas no las comprendemos, comparamos entre sí o las clasificamos, 
sino también las estimamos o desestimamos, las preferimos o no. En definitiva, las valoramos. Esta 
valoración puede ser positiva (las amamos, nos atraen) o negativa (las odiamos, nos repugnan). 
Importante: “ser” y “valer” no se identifican; hay cosas que son y las valoramos negativamente, 
cosas que no son y las valoramos positivamente. 
LOS VALORES VALEN REALMENTE 
Conclusión en dos pasos: 
1) Los valores valen realmente, por eso nos atraen y nos complacen, no son una pura creación 
subjetiva. Consideramos buenas aquellas cosas que son portadoras de algún tipo de valor, lo 
descubrimos, no lo fijamos arbitrariamente como podríamos hacerlo con un precio. Los valores 
entonces son cualidades reales de las personas, las cosas, las instituciones y los sistemas. 
2) La creatividad humana forma parte del dinamismo de la realidad, que contiene un potencial 
de valores latentes que solo esta creatividad puede ir descubriendo. 
SON CUALIDADES QUE NOS PERMITEN ACONDICIONAR EL MUNDO, HACERLO HABITABLE 
Los valores valen realmente porque, aunque en otro contexto, nos permiten acondicionar el mundo 
para que podamos vivir en el plenamente como personas. 
La realidad es una base a partir de la cual las personas creativas diseñan una increíble cantidad de 
posibilidades y de mundos nuevos; una cosa es la creación – fruto de la libertad – y otra la 
aberración – producto de mentes calenturientas. 
SON CUALIDAES REALES, A LAS QUE DAMOS CUERPO CREATIVAMENTE 
Los valores son cualidades reales que no nos inventamos por las buenas, y lo son de las cosas, 
pero también de las acciones, sociedades y personas. Un valor está en la cosa – hermoso paisaje 
– en la persona – persona solidaria – en una sociedad – sociedad respetuosa – en un sistema 
– sistema económico justo – en las acciones – acción buena. 
Tenemos tendencia a sustantivar los valores, y los designamos como tales: la libertad, la igualdad, 
la solidaridad, la disposición al dialogo. En ocasiones les damos forma corpórea, encarnándolos en 
símbolos, aunque sabemos que no existen en esa forma porque los valores son cualidades que 
cualifican a determinadas personas, acciones, situaciones, sistemas, sociedades y cosas (expresión 
por adjetivos calificativos). 
Los valores son un componente tan ineludible de la realidad tal como las personas la vivimos, que 
resulta totalmente inimaginable un mundo sin valores. 
LOS VALORES SON SIEMPRE POSITIVOS O NEGATIVOS 
Cuando percibimos un valor, captamos al mismo tiempo si es positivo – si nos atrae – o negativo 
– si nos repele – lo que se interpreta como la doble cara del mundo del valor. 
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 Valores positivos: la justicia e igualdad, la utilidad y belleza, la agilidad y salud. 
 Valores negativos: la injusticia y desigualdad, la inutilidad y fealdad, la torpeza y enfermedad. 
Cuando se produce una situación de desigualdad tenemos cuidado en distinguir entre aquellas 
desigualdades que son indignas (desigualdades en oportunidades para las personas son fuente de 
empobrecimiento humano) y las que representan una fuente de riqueza (diferencias 
enriquecedoras por presencia de pluralismo). 
LOS VALORES POSEEN DINAMISMO 
Dinamismo: hay realidades que siempre nos atraen o nos repelen, nos invitan a actuar en un 
sentido o en otro, pero nunca nos deja indiferentes. 
Los valores dinamizan nuestra acción en el doble sentido, ya que los positivos nos incitan a tratar 
de alcanzarlos mientras que los negativos nos mueven a erradicarlos; esto hace que el mundo de 
los valores sea lo opuesto a la neutralidad, pero que a su vez presenta una lógica del valor. 
 
LA MATERIA DEL VALOR 
Los valores tienen una materia, es decir, tienen algo que nos permite distinguirlos sin necesidad 
siquiera de que nos lo expliquen. De esta forma, no les podemos adjudicar tranquilamente 
cualquier definición. 
CAPITULO II – PRIMERA PARTE: “¿QUÉ HACE MORAL UN VALOR?” 
MORAL Y ÉTICA 
Moral: tipo de saber, encaminado a forjar un buen carácter, que ha formado y forma parte de la 
vida cotidiana de las personas y de los pueblos. No ha sido inventada por los filósofos. 
Ética: es la filosofía moral, una reflexión sobre la moral cotidiana hecha por filósofos que utilizan 
para ello la jerga propia de la filosofía. Le importa averiguar en qué consiste la moral y para ello 
debe investigar que rasgos deben reunir los valores, las normas o los principios para que los 
llamemos “morales”. 
EL MUNDO DE LOS VALORES: UN MUNDO EXTRAORDINARIAMENTE VARIADO 
La “Ética de los valores” fue creada por Max Scheler, 
quien introdujo ya una clasificación de valores. 
Cabe destacar que Scheler entiende que los valores 
morales no constituyen una clase peculiar de valores, 
sino que la conducta moralmente adecuada consiste en 
tratar de realizar en el mundo los demás valores de una 
manera correcta. 
Es Ortega quien introduce este nuevo tipo de valor a la 
clasificación de Scheler, haciendo referencia a la bondad, 
la justicia o lealtad. 
 
“quien sepa mostrar de algo que es un valor positivo no necesite después intentar 
argumentar acerca de por qué hay que realizarlo: los valores llevan ya una fuerza 
dinamizadora, en virtud de la cual nos incitan a realizarlos, si son positivos, a 
evitarlos si son negativos”. 
 
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Referencia de Cortina: 
1) Existen distintos tipos de valores: 
 
2) Conducta adecuada con respecto a los valores: 
- Respetarlos allá donde estén ya incorporados. 
- Defenderlos en aquellas situaciones en que se ven en dificultades. 
- Tratar de encarnarlos en aquellos lugares en que no se encuentran incardinados o donde 
dominen los valores negativos. 
3) Valores específicamente morales: la libertad, la justicia, la solidaridad, la honestidad, la 
tolerancia activa, la disponibilidad al dialogo, el respeto a la humanidad en las demás personas 
y en la propia. 
Se especifican por tres factores: dependen de la libertad humana, los adjetivos calificativos no 
pueden atribuirse ni a los animales ni a las plantas, ni a los objetos inanimados y por su 
universalidad (estamos dispuestos a defender que cualquier persona debería intentar 
realizarlos). 
4) Los valores especificaciones morales y la disponibilidad de la persona para realizar distintos 
valores – sean morales o no, pero siendo capaz de integrarlos de una forma plenamente 
humana – son propios de la vida moral. 
Casado, M; López Baroni, M (2018) – Manual de bioética laica (I). 
CAPITULO I: “EL OBJETO DE LA BIOÉTICA” 
INTRODUCCIÓN 
La bioética presenta inconvenientes por los problemas que engloban, ya que son más de naturaleza 
político-jurídica que ética. La cuestión clave se centra en si hay que regular o no las posibilidades 
que nos brindan las tecnologías “bio” y, de hacerlo, en qué sentido. Estos problemas no tienen una 
respuesta social univoca, desembocan en demanda de legislación que deviene en una cuestión de 
axiología jurídica: ¿Cuáles son los valores que debemos proteger y como debe hacerse? 
Las normas jurídicas poseen una evidente relación con las morales; (planteamiento de los autores 
basado en) el pluralismo moral de la sociedad es un valor constitucionalmente protegido. 
Los planteamientos, individuales y sociales, pueden partir de la confianza y la fe en el “progreso 
bienhecho” o de la desconfianza radical ante la “ciencia deshumanizada”; los conflictos en los 
cuales se pueden observar estos planteamientos pueden verse fácilmente en temas como 
eutanasia, aborto o consideración de los límites de la
ciencia. “La tolerancia como táctica no es lo 
mismo que la tolerancia como actitud”. 
El problema del acuerdo moral, del consenso en ética y su valor estriba en que la ética y el discurso 
moral/ laico no tienen aún construidas respuestas a los problemas de la bioética; mientras tanto, 
la teología si tiene respuestas dogmáticas que cuentan con el aval de siglos de utilización sin 
fisuras. A partir de esto, surge la conveniencia de acudir a las pautas que proporcionan los DDHH. 
Una de las principales características de estas dos últimas décadas es la proliferación de comités 
de bioética y entidades análogas en universidades, centros de investigaciones, países y organismos 
internacionales, en respuesta al imparable avance de la biomedicina y la biotecnología. 
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Lucien Seve – destacado miembro del Comité Nacional de Ética francés – propone como objeto de 
la bioética el contrario kantiano “critica de la razón impura”, continuamente transformándose en 
experiencia. Es decir, el objeto de la bioética es asegurar el respeto, a través de las innovaciones 
tecnológicas, del ser humano. 
ESPECIFICIDAD DISCIPLINAR DE LA BIOETICA 
Características específicas que podemos atribuir a la bioética: 
 Interdisciplinariedad: la mayoría de los problemas trascienden los campos del conocimiento 
tradicionales e intersecan diferentes disciplinas; resulta necesaria la imbricación entre las 
humanidades y las ciencias. En bioética resulta imposible argumentar con un cierto rigor sobre 
un problema sin tener en cuenta conocimientos que exceden a los que se adquirieron en su 
día en cualquier especialidad, obliga a mantener un diálogo respetuoso entre especialistas de 
diferentes campos del conocimiento. 
 Carácter global: se observa la necesidad de establecer reglas que trascendieran el marco 
hospitalario, con el objetivo último de lograr un mínimo común denominador para colectivos 
cada vez más amplios (Ej.: de ciudadanos de un Estado a aspirar a igualar a la humanidad en 
sus derechos y deberes frente a biomedicina y biotecnología); dichas pretensiones 
universalistas se han retroalimentado con los interrogantes por los avances de la tecnología, 
obligándonos a tomar conciencia de que los retos del presente afectaran a las próximas 
generaciones y al resto de los seres vivos cohabitantes. El mayor reto de la bioética 
contemporánea quizá sea hallar la forma de consensuar reglas, protocolos y mínimos 
universales y comunes para todos los seres humanos. 
 Laicidad: los autores aspiran a conferir a la bioética un enfoque laicista, respetuoso y crítico 
con las religiones, alejado de enfoques dogmáticos basados en la fe como única fuente de 
legitimación de los valores. Se reclama un espacio propio para quienes pretenden enfrentarse 
a los numerosos interrogantes que plantea la bioética desde la perspectiva del ateísmo y el 
materialismo, con sus limitaciones. 
 Pluralismo: el laicismo impone un mínimo imperativo común para todos como lo son los 
derechos humanos, pero también asegura un espacio plural, permitiendo enfrentarse a las 
cuestiones que aborda la bioética desde diferentes puntos de vista. El respeto al pluralismo 
conlleva fomentar la capacidad para dotar de rigor y autonomía a los discursos bioéticos. 
 Posibilismo: posibilitar el avance tecno científico sin renunciar por ello a la reflexión acerca de 
las consecuencias, implicaciones y efectos de largo alcance de este progreso. En los últimos 
tiempos se han promovido líneas argumentativas tecnófobas, que anatematizan la tecnología, 
ciencia y el razonamiento mismo (esoterismo como límite inferior de la bioética); por otra 
parte, se sitúan las tecnoutopías, narrativas que difunden la idea de que la tecnología resolverá 
las desigualdades, injusticias, etc. (ingenuidad como límite superior de la bioética). Se aspira 
a situar al campo de la bioética entre ambos, donde su reflexión debe acompañar el progreso 
científico pero al mismo tiempo debemos ser capaces de prevenir o anticipar los escenarios 
que puedan suponer nuevas formas de control, poder, dominio o injusticia. 
 Carácter social: uno de los objetivos de la bioética debe ser que los avances en la biomedicina 
y biotecnología repercutan en la sociedad en su conjunto, evitando situaciones monopolio o 
creación de nuevos poderes facticos que acentúen las desigualdades sociales. 
PRINCIPALES AREAS TEMATICAS DE LA BIOETICA 
1) La ética clínica: propia del personal sanitario; incluye trasplantes, esterilización, 
discapacidades, toxicomanías, sexualidad, estigmatización social inherente a enfermedades, 
autonomía del paciente, especificidad de legislación sanitaria, etc. 
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2) Reflexiones (literarias, científicas y opinión pública) sobre los problemas del inicio y final de la 
vida: interrupción del embarazo, eutanasia, reproducción asistida, investigación con células 
madres, maternidad subrogada. 
3) Las nuevas tecnologías genéticas: edición genómica, secuenciación del genoma humano, usos 
de la información genética, creación de transgénicos y organismos modificados 
genéticamente. 
4) Las ciencias cognitivas: psiquiatría, psicología, filosofía de la mente, neuroética como 
incorporación a la bioética. Técnicas invasivas o no de estudio del cerebro, causas de 
comportamiento humano, maleabilidad del cerebro, enfermedades o demencias. 
5) La nanotecnología, la biología sintética y la inteligencia artificial: son disciplinas límite, ya que 
su objeto de estudio difumina las fronteras entre materia viva y la inerte. 
6) Los Big Data: el enorme volumen de información que procesan los ordenadores plantea 
numerosas cuestiones referidas al nivel de privacidad, confidencialidad de os datos, el uso 
espurio de estos, etc. 
7) Ecologismo: nuestra relación con el resto de los seres vivos y medioambiente ha variado desde 
que podemos modificar la dotación genética de los seres vivos; organismos modificados 
genéticamente, transgénicos, soberanía alimentaria, impacto de nanotecnología en 
medioambiente y salud, etc., son temáticas donde se entremezclan parámetros políticos con 
salud, medioambiente o necesidad de concretar estatus moral de seres vivos no humanos 
8) Cuestión alimentaria: la alimentación se relaciona con el enorme desafío que supone 
compatibilizar unos recursos planetarios limitados y la necesidad de cubrir las necesidades 
nutritivas de una población creciente. Ética clínica y nuevas tecnologías infieren enormemente 
en ella. 
9) Ciencia y sociedad: participación ciudadana, educación científica de la sociedad, fraude 
científico, problemas de autoría, cultivo de valores como honestidad, independencia e 
imparcialidad en la comunidad científica, impacto social de investigaciones, rendición de 
cuentas, adquisición de competencias, análisis de presiones económicas, igualdad de género, 
acceso abierto, etc. 
DEFINICIONES DE BIOETICA 
 Reich, W: es el estudio sistemático de las dimensiones morales – incluyendo la visión moral, 
las decisiones, las conductas y las políticas – de las ciencias de la vida y del cuidado de la 
salud, usan una variedad de metodologías éticas en un contexto interdisciplinario. 
 Casado, M: análisis de los aspectos éticos, jurídicos, sociales y políticos del impacto de la 
biomedicina y la biotecnología, desde el marco del respeto y la promoción de los derechos 
humanos reconocidos. 
 López Baroni, M: el ágora en el que se comunican los especialistas de diferentes campos del 
conocimiento. Sus materias están acotadas en un extremo por la filosofía política y en el otro 
por la ciencia ficción. Su objeto es el estudio de como interacciona el hecho cultural humano, 
esto es, su naturaleza simbólica, con las leyes de la naturaliza. Aspira a crear reglas 
axiológicas universales antes de que sea demasiado tarde. 
PARADIGMAS EN BIOETICA 
El componente implícitamente
ideológico de la bioética conlleva que pueda ser examinada desde 
múltiples perspectivas, de las cuales pueden destacarse tres pares de paradigmas: 
1. Principialismo versus ética de las virtudes: principialismo refiere a los principios éticos de 
autonomía, justicia, beneficencia y no maleficencia propuestos por Beauchamp y Childress en 
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1979; su relevancia parte de un factor histórico (3/4 principios ya estaban en Informe Belmont 
– experimentación en población afroamericana con sífilis) y un factor religioso (bioética como 
ramal de teología católica). Frente a este, se erigió la ética de las virtudes, basada en la 
distinción entre virtudes éticas (habito: fortaleza, templanza y justicia), e intelectuales (arte, 
saber e inteligencia). 
2. Comercialización del cuerpo humano: modelo anglosajón y modelo continental: el modelo 
continental (europeo) está centrado en prohibir y/o restringir la comercialización del cuerpo 
humano, en contraposición con el paradigma anglosajón. En el 2.000, Hottois reivindicaba la 
prioridad del primero, considerando al cuerpo humano fuera del comercio, apoyado en la 
noción de dignidad humana y denunciando al mismo tiempo a la deriva mercantilista de la 
Unión Europea; por su parte, el segundo paradigma se apoya en cierta interpretación del 
pensamiento de Locke, desarrollado por libertaristas, que parten de la idea de que los 
individuos tienen derechos inalienables y que la propiedad privada es el más importante de 
ellos – axioma aplicable en el propio cuerpo, bien que puede ser objeto de libre intercambio. 
En síntesis, la regulación de los intercambios del cuerpo humano depende de la forma en la 
que se perciba el propio cuerpo, como objeto o como sujeto, y posee diferente cariz según el 
concepto que cada sociedad tiene de la libertad y la autonomía de la voluntad, así como de la 
responsabilidad. 
3. Bioética religiosa versus bioética laicista: el intento por parte de la Iglesia católica de 
monopolizar la verdad en cuestiones como el origen y el fin de la vida provocó como efecto 
de reacción el surgimiento de análisis más pluralistas desde atalayas laicistas, feministas y 
multiculturales; adicionalmente, la irrupción del judaísmo y el islam en estos debates no han 
hecho sin ahondar en esta fractura. 
Hottois, Gilbert (2007) – Bioética. 
CAPÍTULO I: “LOS NUMEROSOS ASPECTOS DE UN CONCEPTO CONTEMPORÁNEO” 
Durante los primeros decenios de la segunda mitad del siglo XX, los filósofos han sido interpelados 
principalmente por la cuestión de lenguaje y por la política en términos heredados; no se dieron 
cuenta de la importancia creciente de la Investigación y del Desarrollo (I&D) tecnocientíficos para 
la individuo, sociedad y cultura. Describían a la ciencia como un asunto de discursos y de teoría, 
tardaron mucho en reconocer que se había convertido menos en representación que en 
intervención, manipulación, producción y creación. 
El término “bioética” fue acuñado por el oncólogo norteamericano Van Rensselear Potter, en 1970, 
en su artículo “Bioética, la ciencia de la supervivencia”; esto remite a una visión positiva del 
progreso científico y técnico, subrayando con coherencia la necesidad de acompañarlo con una 
reflexión crítica que tenga en cuenta los valores y la totalidad. Potter considera la bioética como 
interdisciplinaria e ilustra la macrobioética, cercana a filosofía social y política y a la ecoética. 
La bioética se desarrolló en los Estados Unidos, en proximidad con la ética médica, centrada en el 
individuo. Un eje principal: Código de Núremberg (1946-47) que defiende las condiciones de la 
experimentación humana, en el mismo espíritu que la DUDH (1948) al exigir: 
1) Consentimiento informado y voluntario del sujeto. 
2) Respeto de la metodología científica más avanzada. 
3) Una finalidad benéfica (terapéutica) y una evaluación de los riesgos asumidos con respecto a 
beneficios esperados. 
4) Reversibilidad de daños eventuales. 
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La Asociación Medica Mundial integra estos principios en su Declaración de Helsinki (1964), y 
resalta la importancia de la evaluación científica y ética colectiva de los proyectos de investigación 
(1975) y la protección de las personas vulnerables (2000). 
La evaluación pluridisciplinaria colectiva de la investigación biomédica constituye una evolución 
muy importante en la representación y el funcionamiento de la I&D. Se completa con el 
reconocimiento de los derechos del paciente con énfasis en su autonomía y el cuestionamiento de 
la autocracia paternalista tradicional del médico como único juez del bien de su paciente; esta 
evolución se explica por el hecho de que la medicina se practica ahora en sociedades heterogéneas, 
individualistas y multiculturales, en las cuales no predomina un único concepto de los valores y de 
las normas casi universalmente compartido. La bioética expresa una evolución según la cual, cada 
vez más actores e interesados no médicos tienen algo para decir sobre el “tema medico”; por ello 
entra en conflicto con una concepción tradicional que reservaba a los médicos el poder de decisión 
y el monopolio del discurso moral sobre las practicas medias – inspirado en una filosofía naturalista 
y paternalista. 
En los años 70 se crearon en EEUU los primeros centros de bioética, como así también se 
establecieron las primeras comisiones de ética a nivel nacional; estas actividades desembocaron 
en la primera enciclopedia de Bioética y en el Informe Belmont, que formula las bases del 
principialismo. El mismo constituye el enfoque inicial de resolución de los problemas bioéticos 
gracias a la aplicación de principios, cuya formulación clásica comprende: 
1) Principio de autonomía. 
2) Principio de beneficencia. 
3) Principio de no maleficencia. 
4) Principio de justicia. 
La década de los 80 marca los inicios de la internacionalización de la bioética, donde Francia es el 
primer país en crear un Comité nacional permanente, el CCNE, en 1983. Busca reflejar el pluralismo 
de la sociedad democrática, incluyendo institucionalmente a las universidades, hospitales, cátedras, 
maestrías, doctorados, profesiones nuevas, regiones, Estados y organizaciones supranacionales. 
Los años 90 corresponden a la mundialización de la bioética y al encuentro de la misma con todos 
los problemas asociados con la globalización. 
CAPÍTULO II: “ENSAYO DE DELIMITACIÓN TEMÁTICA Y DE DEFINICIÓN” 
La extensión de la bioética es inmensa, pero es posible analizarla en un panorama articulado en 
tres grandes conjuntos: 
1) Del lado de la naturaleza: especies y ecosistemas destruidos, amenazados, perturbados; 
biodiversidad; experimentación con animales; derechos de los animales; contaminaciones; 
desarrollo sostenible; principio de precaución. 
2) En el plano de las personas: medicina de conveniencia; procreación asistida por médico, 
experimentación humana, eutanasia, cuidados paliativos, definición del inicio y final de la vida 
humana. 
3) En el plano social (político, jurídico y económico): política de la salud y asignación de recursos 
limitados, informatización y bases de datos personas, regulación estricta por parte del Estado 
o iniciativa privada para el ofrecimiento y la explotación de las técnicas biomédicas. 
La extensión y la diversidad del campo temático de la bioética no es solo un problema de 
multiplicidad de objetos, sino también de ángulos de enfoque y de disciplinas; la bioética es 
constitutivamente multi e interdisciplinaria. 
La complejidad de la bioética le imprime tendencias al fraccionamiento. La deontología y la ética 
médica centradas en las relaciones entre médico y paciente siempre mantuvieron gran 
independencia y se resistieron a su integración en el seno bioético. 
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Elementos que permiten definir a la bioética en su complejidad:
 Toma en consideración los problemas con dimensión ética suscitados por la I&D biomédicos: 
“dimensión ética” significa que estos problemas suscitan preguntas y discusiones 
relacionadas con los valores y/o normas. 
 Es menos una disciplina que una práctica multi e interdisciplinaria, llamada para aclarar 
problemas en forma multilateral 
 Los problemas bioéticos se plantean en sociedades complejas: individualistas, pluralistas, 
multiculturales, compuestas por grupos con diversos intereses. Permite hablar de cuestiones 
prohibidas para la expresión política, al presentarlas bajo el ángulo del interrogante ético. 
 Se esfuerza en perfeccionar reglas, principios, procedimientos e instituciones que ayuden a 
la explicación y resolución de los problemas que formula. 
Definición corta: la bioética cubre un conjunto de investigaciones, de discursos y de 
prácticas, generalmente pluridisciplinarias y pluralistas, que tienen como objeto 
aclarar y, si es posible, resolver preguntas de tipo ético suscitadas por la I&D 
biomédicos y biotecnológicos en el seno de sociedades caracterizadas, en diversos 
grados, por ser individualistas, multiculturales y evolutivas. 
Macías, A (2015) – Revista Patagónica de Bioética. 
ARTÍCULO: “LA ESPECIFICIDAD DE LA BIOÉTICA EN AMÉRICA LATINA: DERECHOS 
HUMANOS, DETERMINANTES SOCIALES DE LA SALUD Y BIOÉTICA EN LA PRÁCTICA 
SANITARIA” 
INTRODUCCIÓN 
En Latinoamérica, la bioética se ha afianzado luego de más de 30 años de desarrollo; sin embargo, 
no se han generado los cambios esperados en sus prácticas en relación al respeto de los derechos 
de las personas atendidas en salud. 
Durante el s. XXI, la enseñanza de la bioética en LA ha virado desde la perspectiva principista 
norteamericana hacia un discurso centrado en los DDHH y contextualizado en situaciones de 
desigualdad, exclusión social y de profundas asimetrías de poder que caracterizan la región, 
fortalecido por la Declaración de Bioética y DDHH de la UNESCO (DBYDDHH). Sin embargo, la 
atención de la salud continúa teñida por la permanencia de prácticas paternalistas – evidencia de 
alto grado de desconocimiento por derechos de paciente, desde trato respetuoso sin 
descalificaciones y estigmatizaciones hasta aceptación o rechazo de determinadas opciones 
diagnóstico- terapéuticas reconocidas en la normativa vigente. 
DESARROLLO DE LA BIOETICA EN LATINOAMÉRICA 
El ingreso de bioética en LA se produjo en la década del 70 por medio de José Alberto Mainetti 
quien, a fines de los 80, fundó la Escuela Latinoamericana de Bioética (ELABE) en La Plata; allí se 
desarrollaron diversos programas con el objetivo de formar profesionales que asumieran el 
liderazgo de la disciplina en otros países. 
En los 90, se creó el Programa Regional de Bioética para Latinoamérica y el Caribe, entre la OPS, 
el gobierno y la Universidad de Chile; el propósito era colaborar con instituciones públicas y 
privadas en el desarrollo y aplicación del nuevo discurso bioético. 
En 1993, comenzó el Programa de Bioética de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales 
(FLACSO), dirigido por la Dra. Florencia Luna y formador de varias camadas de bioeticistas. En 
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1994, con la realización del Segundo Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Bioética 
(IAB) en Buenos Aires, se desarrollaron raíces definitivas en la región. 
Inicialmente, el desarrollo siguió los cuatro principios clásicos de la bioética norteamericana y 
rápidamente fue adquiriendo una dinámica más acorde con los procesos históricos y sociales 
propios (marco de los DDHH relevante) para dar cuenta de los problemas de la región. 
Según Figueiredo (2011), aparecieron a fines de los 90 dos propuestas teóricas, enfoques 
complementarios y necesarios para un análisis profundo y crítico de los problemas: 
1) Bioética de la intervención: repensar la bioética desde los problemas persistentes en los que 
predomina el contexto de exclusión y desigualdad sociales. 
2) Bioética de la protección: focaliza el análisis desde los problemas emergentes, a partir del 
acelerado desarrollo científico y tecnológico. 
A su vez, grupos religiosos utilizaron el discurso bioético como disfraz del dogma con el fin de 
imponer creencias e intereses para mantener y reforzar su poder y hegemonía; este avance y 
manipulación de la bioética continua desplegándose en la actualidad, debilitando, empobreciendo 
y confundiendo la reflexión racional, interdisciplinaria, plural y laica característica de la bioética. 
Sobre esta base debería priorizar el análisis crítico de las inequidades como eje que atraviese toda 
problemática de los valores éticos en relación al desarrollo y aplicación social de los beneficios de 
las ciencias, si se pretende contribuir a superar las brechas entre la declamación y ejercicio efectivo 
de los DDHH en la región (situación crítica en derechos sexuales y reproductivos de las mujeres). 
En 2006 surge el Programa de Educación Permanente en Bioética, cuyos contenidos pretenden 
reflejar, a través del análisis crítico, los problemas éticos prevalentes en la región. 
A pesar de este desarrollo, todavía no se percibe que tenga como consecuencia un mayor respeto 
y promoción de los derechos que le asisten a las personas que buscan atención en instituciones 
sanitarias; la bioética sigue restringida a círculos de entendidos, con poco impacto en la 
problemática de la salud y vida de nuestros pueblos. 
El abordaje desde una bioética de la intervención y la protección, centrada en la vigilancia y 
aplicación de los DDHH desde la especificidad latinoamericana en relación al tema de la desigualdad 
y el poder, pone de evidencia cuestiones y dilemas éticos que deben interpelarnos a todos. 
Destaca también la relevancia del trabajo difundido a través del informe final de la Comisión sobre 
Determinantes Sociales de la Salud (CDSS) de la OMS, el cual afirma que el tema de la equidad en 
salud pasa por la redistribución del poder, los recursos y jerarquías de una sociedad (determinantes 
estructurales que incluyen posición social, genero, etnia y nivel educativo), como también que el 
sistema de salud incide en aproximadamente un 30% en la disminución de las inequidades. 
Trabajar en LA una bioética de la intervención y protección, racional, interdisciplinaria, plural y 
laica, entrada con el enfoque de los DSS, sería un instrumento teórico de gran utilidad a la hora 
de fundamentar y delinear acciones en salud que contribuyan a transformar el escenario social 
latinoamericano hacia uno de mayor equidad. 
CONSIDERACIONES FINALES 
Es una exigencia de la bioética LA centrarse en los DDHH y enfatizar el análisis crítico de la 
perspectiva de la equidad y el enfoque de los DSS para las situaciones de la practica sanitaria 
generadas, reproducidas y profundizadas por el modo de distribución del poder y los recursos, 
incluyendo la mirada de género, etnia y clase social. Se necesitan además políticas concretas para 
lograr que el discurso bioético se exprese en los modos de atender la salud de la población. 
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SEMANA 2: BASES FILOSÓFICAS PARA LA BIOETICA I 
BIBLIOGRAFIA OBLIGATORIA 
Luna, F., Salles A. (2000) – Decisiones de vida y muerte. 
CAPITULO I: “ÉTICA TEÓRICA Y BIOÉTICA” 
En las últimas décadas se ha impuesto un interés creciente por los complejos problemas éticos que 
se plantean en la práctica de la medicina; la dimensión moral y humana de la práctica médica ha 
sido reconocida desde el siglo V a.C, cuando un grupo formuló y adoptó el Juramento Hipocrático. 
Tanto el corpus hipocrático como los distintos códigos de conducta de médicxs y enfermerxs 
desarrollados posteriormente tienen como objetivo guiarlxs en la toma de decisiones y señalar sus 
obligaciones morales con respecto a sus pacientes; sin embargo, estos a veces son inadecuados 
para resolver las situaciones que surgen
en medicina y, de ahí, la importancia de la bioética – 
definida como la reflexión filosófica sobre los problemas éticos que se plantean en el contexto de 
la medicina y las ciencias biológicas. 
La bioética comenzó a desarrollarse en la década del 60 en EEUU, por teólogos y médicos, sumando 
luego a filósofos y abogados; actualmente, la discusión y resolución de muchos de los temas 
polémicos de los que se ocupa la bioética – ligados a nuevas tecnologías – involucran también a 
pacientes y sus familias (abarca más que las éticas articuladas por códigos profesionales). 
El auge de la bioética corresponde a dos factores importantes: 
a) Impacto de los avances tecnológicos y científicos de las últimas décadas: en la actualidad, lxs 
médicxs y científicxs pueden intervenir en los procesos fundamentales de la vida y muerte. 
Este dominio sobre la naturaleza y el desarrollo de técnicas que lo acrecientan plantean serios 
problemas éticos de difícil resolución (desarrollo de máquinas para prolongar la vida humana 
inclusive en una persona moribunda, técnicas reproductivas ligadas a congelamiento de 
embriones, técnicas anticonceptivas y abortivas, manipulación genética). 
b) Nuevas actitudes sociales y culturales: en primer lugar, la revolución social de los 60 en EEUU 
fue una actitud de reivindicación de derechos de las personas e introdujo la noción de los 
derechos del paciente en la ética médica. 
En segundo lugar, la desconfianza generalizada en las autoridades influenció la actitud del 
paciente con respecto al médicx, llevándolo a cuestionar la creencia de “es el medico el que 
sabe”. 
En tercer lugar, la complejidad del sistema de salud hace que tanto pacientes como familias 
se sientan a menudo distanciados del médicx y de las decisiones que toma y las miran con 
escepticismo. 
El avance continuo de la ciencia y la tecnología médica ha dado al médicx la posibilidad de lograr 
muchos de los objetivos de la medicina, pero la nueva actitud de los pacientes (afirmación de 
autonomía y ejercicio de derecho a decidir) frecuentemente pone freno a la capacidad del mismo 
a lograr dicho objetivo. 
ÉTICA: CONCEPTOS BÁSICOS 
Moralidad: conjunto de normas y creencias (reales o ideales) sobre la conducta individual o social 
y sobre los rasgos de carácter que hacen que uno evalué de manera positiva o negativa a otros. 
Dilema ético (o moral): situación en la cual dos valores morales entran en conflicto de manera tal 
que cada uno de ellos puede ser protegido solo a expensas del otro. 
BIOÉTICA – SEGUNDO CUATRIMESTRE – 2.019 
 
 
11 
Ética o filosofía moral: reflexión ética sobre la moralidad, los problemas morales y sus modos de 
resolución. 
La ética se concentra en el fenómeno de la moralidad desde una de estas perspectivas: 
a) Meta- ética: analiza términos y métodos de razonamiento, examina significado y sentido de 
expresiones morales; posibilidad de justificación de juicios de valor. 
b) Ética normativa: 
I. General: desarrolla un conjunto de juicios o pautas que indican que actos son correctos, 
incorrectos, obligatorios o prohibidos y provee razones para aceptar las mismas. 
II. Aplicada: aplicación concreta del razonamiento ético a áreas específicas (acá se 
encuentra la bioética). 
TEORIAS Y ENFOQUES ÉTICOS 
Las teorías éticas brindan una explicación de la moralidad y una justificación de las consideraciones 
básicas en las cuales uno, en última instancia, se debe apoyar para tomar decisiones o evaluar el 
status moral de las acciones (propias y de otros) y el carácter de las personas. 
TEORIAS DEONTOLÓGICAS 
KANT 
Según Immanuel Kant, los seres humanos tienen el deber absoluto de no mentir – verdad 
categorizada como una obligación perfecta, que nunca puede ser infringida – no importa cuales 
sean las consecuencias de ser veraces; ser moral consiste en hacer lo que se debe precisamente 
porque este es nuestro deber, ya que la moralidad está basada en el intelecto y solo porque somos 
racionales podemos descubrir las leyes morales que rigen nuestro comportamiento. 
Lo que determina si un acto es correcto no son sus consecuencias, sino ciertas características del 
acto mismo o de la regla que el acto representa; un acto, entonces, es correcto si satisface lo que 
Kant denomina “imperativo categórico”, el cual presenta varias formulaciones. Una de las ideas 
centrales es que una máxima es moral si puede ser generalizada de manera tal que se pueda 
aplicar a todos los casos del mismo tipo (uno debe querer que la regla que uno adopta para actuar 
sea adoptada por todos aquellos que estén en una posición similar a la de uno, sin que se 
autoanule). 
Otra formulación de la idea central enfatiza en la necesidad de tratar a todos los seres humanos 
como fines y no como instrumentos, destacando nuestra obligación de respetar a las personas, 
entendiéndose en función de la noción kantiana del valor y dignidad que posee toda criatura 
racional y, fundamentalmente, implica el reconocimiento de autonomía del individuo. Una persona 
es autónoma cuando su comportamiento es producto de sus decisiones conscientes y dichas 
decisiones son a su vez producto de una evaluación cuidadosa de diferentes alternativas y razones; 
el acto de mentir a otro ser humano expresa una falta de respeto por su racionalidad (autonomía 
posibilita moralidad). 
ROSS 
David Ross comparte la idea kantiana de que una acción es correcta cuando está motivada por el 
deber y que tenemos obligaciones que debemos respetar, pero trata de resolver el problema del 
conflicto de obligaciones. Para ello, se basa en la distinción entre obligaciones prima facie – aquellas 
que tenemos en principio, pero que según circunstancias pueden pasar a segundo plano, como 
fidelidad, reparación, beneficencia y gratitud– y obligaciones reales – son las que debemos seguir 
BIOÉTICA – SEGUNDO CUATRIMESTRE – 2.019 
 
 
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en situaciones específicas, cuando se toman en consideración las circunstancias y los principios 
envueltos en cada caso (obligaciones que pesan más que otras). 
El juicio sobre que obligación es más importante depende, en última instancia, de la percepción de 
la persona. 
UTILITARISMO 
Las teorías éticas teleológicas postulan que el objetivo o propósito de cada acción es lo que 
determina si dicha acción es correcta o incorrecta. La teoría teleológica más importante es el 
utilitarismo, que sostiene que la moralidad de las acciones debe ser juzgada por las consecuencias, 
las cuales se evalúan en función de la felicidad que causan a todas las personas afectadas. Así, las 
acciones correctas son aquellas que producen más felicidad que infelicidad. 
Las teorías utilitaristas se desarrollaron a partir de la obra de Jeremy Bentham – mantiene que el 
principio de utilidad (mayor felicidad para el mayor número) debe guiar las acciones de los seres 
humanos e identifica el placer con felicidad y el dolor con infelicidad – y John Stuart Mill – también 
identifica felicidad con placer, pero sostiene que un placer intelectual es superior a uno meramente 
sensual y argumenta que los seres humanos obtienen verdadera felicidad cuando logran placeres 
superiores. 
UTILITARISMO DE ACTO Y DE REGLA 
El utilitarista de acto afirma que el principio de utilidad debe aplicarse a actos particulares en 
circunstancias particulares; cada vez que actuamos debemos preguntarnos cuales de las opciones 
que tenemos producirá mayor felicidad o proporcionara un resultado más positivo y debemos 
actuar de acuerdo a esa estimación. No hay acción que sea absolutamente inmoral o absolutamente 
moral: todo depende de la utilidad de dicha acción. 
El utilitarista de regla mantiene que el principio de utilidad debe aplicarse a reglas que se deben 
luego usar para decidir el status moral de actos particulares. La moralidad de nuestras acciones 
depende de la medida en que reflejan la obediencia a reglas cuya práctica ha causado buenas 
consecuencias a lo
largo de los años. 
TEORIA DE LA LEY NATURAL 
La idea básica de esta teoría es que lo que uno debe hacer está determinado por lo que es natural, 
y no por la sociedad en que uno vive o las preferencias personales. Las leyes naturales determinan 
como debemos actuar y esas leyes son objetivas y pueden ser descubiertas por la razón. 
Santo Tomás de Aquino reformuló esta teoría, originada en la filosofía clásica griega y romana, y 
la adaptó al catolicismo. Una noción antigua que rescató es que el universo está organizado de 
manera tal que cada cosa tiene su propio propósito (“Dios” como creador del universo por un plan 
racional y de los seres humanos racionales a su imagen). 
ÉTICA DE LA VIRTUD 
Muchos filósofos defienden un enfoque alternativo al mencionado en las otras teóricas éticas, con 
raíces en la filosofía moral de Aristóteles, que ve la moralidad como más propiamente vinculada 
con el carácter y la educación moral de la persona que con acciones guiadas por principios: el logro 
de la virtud es central en la moralidad. 
La mayor preocupación para la teoría de la virtud es como vivir para lograr un carácter virtuoso; 
actuar correctamente es importante pero secundario desde el punto de vista moral. 
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La virtud, entonces, es un rasgo de carácter valioso porque contribuye al bien de la persona y de 
los demás; se manifiesta en las acciones, emociones, deseos, actitudes y modos de razonamiento 
de una persona y en gran medida está definida por las prácticas de las que surgen. 
Los eticistas de la virtud subrayan que, dado que en la mayoría de los casos es el medico el que 
interpreta principios morales, los ordena de acuerdo a su importancia y los aplica: su carácter moral 
no puede ser ignorado. Así, tratan de compatibilizar los diferentes enfoque éticos señalando que 
son las virtudes las que llevan a una persona a seleccionar ciertos principios de acción moral en 
vez de otros; el medico virtuoso tiene la capacidad intelectual para discernir qué es lo correcto en 
circunstancias particulares y exhibe compasión por el paciente que sufre, honestidad intelectual, 
justicia, integridad profesional y coraje. 
UNA ALTERNATIVA FEMINISTA A LOS ENFOQUES ÉTICOS TRADICIONALES 
Los filósofos feministas destacan que su objetivo es repensar la ética para corregir los prejuicios 
que la caracterizan y ofrecer una concepción de la moralidad que no deje de lado la contribución 
femenina. La orientación feminista se caracteriza por la diversidad de perspectivas que ponen 
énfasis a diferentes factores; existe también un interés feminista en la ética del cuidado, que afirma 
que la moralidad debe basarse no en reglas, obligaciones o el interés personal sino en compasión, 
cooperación y atención al contexto. Destaca la existencia de un razonamiento moral típicamente 
femenino, la necesidad de analizar la experiencia moral de las mujeres y los problemas con que se 
encuentran, y la importancia en la vida moral de las relaciones personales y de los sentimientos de 
cariño y compasión. 
Carol Gilligan presenta la hipótesis de que existe un enfoque moral que parece característicamente 
femenino; sostiene que las mujeres y niñas analizan los problemas morales de manera 
personalizada y poniendo mucha atención en detalles contextuales. Distingue un enfoque de la 
justica – enfatiza en principios abstractos y reglas universales – y el del cuidado – se concentra en 
sentimientos y relaciones personales; señala que la filosofía moral tradicional no representa de 
manera adecuada la “voz” de las mujeres. 
La mujer tradicionalmente ha estado inmersa en relaciones familiares y no ha tenido la posibilidad 
de ejercer posiciones de poder. Sin embargo, la orientación feminista parte de la idea de que tanto 
los hombres como las mujeres tienen la capacidad de ser morales y si cada sexo experimenta 
diferentes situaciones y las enfrenta de manera diferente, entonces se deben examinar 
cuidadosamente ambas experiencias. 
Los pensadores feministas sostienen que el análisis de la filosofía moral tradicional muestra que 
esta ha dejado de lado y muchas veces negado el valor de sentimientos tales como compasión, 
cariño e interés por el otro; mientras que la filosofía moral feminista intenta validad el papel de las 
emociones en la vida moral argumentando que tienen la importante misión de ayudarnos no solo 
a responder de manera apropiada a los demás, sino también a percibir la dimensión moral de las 
situaciones con las que nos enfrentamos. 
LOS PRINCIPIOS ÉTICOS EN LA BIOÉTICA 
La bioética se ha basado en principios y reglas morales para la resolución de casos; estos pueden 
ser derivados de teorías éticas importantes o de intuiciones generalmente aceptadas. 
En 1979, Beauchamp y Childress desarrollaron lo que se conoce como el enfoque de los cuatros 
principios, actualmente clásico en bioética; hacen una distinción, basada en nivel de especificación 
y justificación, entre principios (nivel de justificación más general, fundamentan las reglas) y reglas 
(guían y justifican acciones en casos particulares). 
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14 
Los principios que proponen estos autores para su uso en el ámbito de la medicina son: respeto 
por la autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia; cada uno de ellos provee pautas para 
actuar y señala las obligaciones (valor prima facie) que todo ser humano tiene con respecto a 
otros. 
PRINCIPIO DE RESPETO POR LA AUTONOMIA 
Según este principio, siempre debemos respetar a las personas; está íntimamente ligado al 
reconocimiento de la autonomía del individuo (dueño de sus propias acciones y decisiones). 
La importancia que se le da en la moralidad al respeto por las personas parte de la convicción de 
todo individuo que satisface ciertas características debe ser tratado como un agente autónomo y 
respetado de manera acorde, y que aquellos cuya autonomía se ve reducida (niños, personas 
disminuidas) deben ser protegidos. Cuando uno toma en cuenta las opiniones y decisiones de 
personas autónomas, respeta el valor de la racionalidad. 
Se considera que hay tres requisitos que deben ser satisfechos para hablar de autonomía: una 
acción autónoma no debe ser forzada, la noción de autonomía implica la posesión de opciones 
reales y, por último, la persona debe poseer toda la información relevante para poder decidir con 
autonomía. 
En bioética, este principio se manifiesta desde el consentimiento y el rechazo informado, las reglas 
de confidencialidad y veracidad. 
RESTRICCION DE LA LIBERTAD DE LAS PERSONAS: PATERNALISMO 
Razones especiales hacen que, a veces, la libertad individual se restrinja; un principio importante 
que se puede usar para justificar esta restricción es el de paternalismo. 
Se pueden distinguir dos versiones de este principio: la más débil y fácil de justificar afirma que la 
restricción de la libertad de una persona es justificable cuando la conducta de la misma no es 
verdaderamente deliberada (carencia cognitiva y emocional necesaria). La otra versión, más 
controvertida, afirma que la restricción de la libertad de una persona competente es justificable si 
la beneficia. 
Los argumentos antipaternalistas generalmente defienden la importancia de la autonomía de la 
persona y la de respetar las decisiones de cada persona sobre lo que es beneficiosos para la misma. 
PRINCIPIOS DE NO MALEFICENCIA Y DE BENEFICENCIA 
Originados en el periodo hipocrático, son complementarios entre sí. El principio de no maleficencia 
hace referencia a que el médico no debe hacer daño al paciente – ya sea intencionalmente o por 
exposición a riesgos innecesarios – mientras que el de beneficencia refiere a que el médico debe 
beneficiar al paciente – actuar beneficiando a otros, favoreciendo sus intereses – restaurando su 
salud, por ejemplo. 
El objetivo genuino de la medicina solo es adecuadamente representado
por el principio de 
beneficencia; la noción de la beneficencia abarca: lo medicamente beneficioso, lo que el paciente 
considera beneficioso, lo que es beneficioso para los seres humanos como tales y como seres 
espirituales. 
PRINCIPIO DE DOBLE EFECTO 
Esta doctrina es importante en la teología católica romana y se aplica variadamente en temas de 
bioética; se utiliza para justificar acciones que, se anticipa, tendrán buenos y malos efectos. Afirma 
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que dichas acciones pueden ser ejecutadas solo si se intenta lograr el buen efecto y el mal efecto 
es simplemente una consecuencia indirecta de la acción. 
Condiciones que deben ser satisfechas para que el acto sea justificado: 
1) El acto mismo debe ser moralmente bueno o indiferente. 
2) El agente no puede tener la intención de que se produzca el efecto negativo y si pudiera 
obtener el efecto positivo sin el negativo, debería hacerlo. 
3) El efecto positivo debe ser producido por la acción y no por el efecto negativo. 
4) El efecto positivo debe ser lo suficientemente bueno como para compensar el negativo. 
PRINCIPIO DE JUSTICIA DISTRIBUTIVA 
La expresión “justicia distributiva” en contexto medico alude a la distribución de beneficios tales 
como el acceso a la atención médica. Este principio requiere que todo individuo tenga las mismas 
oportunidades de obtener la atención médica que necesite, aunque en la actualidad se realizan 
distinciones que a veces se utilizan para justificar diferencias en el trato. 
RELATIVISMO Y OBJETIVISMO ÉTICO 
Los debates éticos sobre el aborto, la eutanasia y otros temas ponen de manifiesto la falta de 
acuerdo existente en estas áreas. A partir de esto, se plantean dos interrogantes: 
1- Cuando juzgamos moralmente ¿describimos hechos objetivos de la misma manera que el 
científico lo hace con respecto al mundo físico o simplemente expresamos nuestros 
sentimientos o los de la sociedad en que vivimos con respecto a ciertas conductas?: la 
posición objetivista sostiene que los juicios morales pueden ser objetivamente justificados y 
busca fundamentarlos en hechos morales o la naturaleza de las cosas. 
2- ¿son los juicios éticos universalmente aplicables o relativos a diferentes sociedades y 
épocas?: el objetivismo universalista o absolutista afirma que todo problema moral tiene una 
respuesta correcta, universalmente valida (no pueden haber dos verdades). 
Por su parte, el relativismo argumenta que no hay una manera objetiva de justificar juicios morales 
y que dos juicios opuestos pueden ser igualmente válidos; según esta postura, los principios 
morales son relativos a cada persona – las preferencias personales son las que determinan que es 
lo correcto (subjetivismo) – o cada cultura – no hay juicios morales universales, lo que es correcto 
o incorrecto depende de quien lo hace, donde y si la sociedad lo aprueba (relativismo cultural). 
CONCLUSIÓN 
Razonar moralmente sobre temas tan actuales es complejo: no hay fórmulas precisas para resolver 
problemas morales. 
Al concentrarse en la moralidad, la ética teórica intenta clarificar temas, ubicarlos en contexto 
apropiado, analizarlos críticamente y proveer una guía de comportamiento, sin pretender que esta 
sea suficiente para resolver todos los problemas médicos. 
Dussel, E. (2001) – La Ética, Congreso del Educador Social. 
EXPOSICIÓN: “ÉTICA LATINOAMERICANA” 
Exposición dividida en tres partes: el círculo intersubjetivo de la subjetividad, ética para una 
pedagogía de la acción social y las exigencias sociopedagógicas. De estas tres, la segunda es la 
más relevante. 
 
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16 
CÍRCULO INTERSUBJETIVO DE LA SUBJETIVIDAD 
Se trata de una subjetividad que llega hasta el horizonte de mi piel, porque cuando algo me golpea 
en la rodilla, lo que siento por dentro lo he generado yo mismo. Este yo se enfrenta a la objetividad, 
que está representada por las instituciones. Las instituciones que llamamos objetivas pueden ser, 
por ejemplo, instituciones del derecho; instituciones económicas, como por ejemplo, las estructuras 
del capitalismo; estructuras políticas, la del Estado; o estructuras educativas, que pueden ser la 
escuela, o la televisión, o Internet, la sociedad de redes que ha descrito Castells. 
Lo que pasa es que las instituciones, a pesar de su objetividad, son intersubjetivas. Esto significa 
que, en realidad, yo estoy constituido ya por esas instituciones desde detrás de mí mismo, desde 
mi espalda. Esto se explica porque yo mismo soy a priori mi interioridad subjetiva, mi 
infraconsciente, mi subconsciente. 
ETICA PARA UNA PEDAGOGIA DE LA ACCION SOCIAL 
La ética que propone el autor no es ninguna de las que presentan los distintos autores en el texto 
de Luna y Salles, sino que refiere a una ética con exigencias universales, válidas para cualquier 
población sin importar su localización o condición socio- económica, una ética que va contra 
algunos postmodernos. Menciona que es necesaria una ética más fundamental para poder 
realmente cuenta del trabajo social con grupos. 
Dentro de esta ética, menciona seis momentos o aspectos: 
1. Momento material de la ética: este primer principio se da cuando un acto requiere pretensión 
de bondad (no es lo mismo que bien, la ética no trata del bien), entendiendo a esta como la 
honesta intención de cometer un acto bueno; el acto puede tener pretensión de bondad si 
tiene un contenido adecuado, siendo el contenido ultimo e inmediato de todo acto humano 
la vida humana por sí misma. 
La vida humana significa poder producir, reproducir y desarrollarla, en comunidad y siempre 
en alguna cultura (es cultural, pero no solo cultura); su plenitud también es espiritual. Es por 
ello que el contenido material de la ética es la vida humana, o lo que es lo mismo, ningún 
acto puede pretender ser bueno si no produce, reproduce o desarrolla. 
2. Momento formal de la ética: el segundo principio se basa en quien decide como reproducimos 
la vida; un acto puede tener pretensión de bondad solo y únicamente si el afectado por 
aquello que se decide es un participante simétrico. Guarda relación con el consenso, cada 
individuo libre y autónomo puede decidir en comunidad aquello que racionalmente acuerda 
el acuerdo. 
3. Momento de factibilidad de la ética: el tercer principio es que un acto no puede tener 
pretensión de bondad si solo reproduce la vida con la participación simétrica de los afectados. 
Es el denominado principio de factibilidad, lo que yo me propongo tiene que ser posible; las 
sociedades desarrolladas lo creen posible, mientras que las subdesarrolladas se les presenta 
el tema de la factibilidad, un orden ético. 
Un orden ético siempre e inevitablemente está fundamentado en estos tres principios o 
aspectos, nunca puede ser perfecto y alguien va a sufrir la imperfección (aspectos negativos) 
de ese orden, incluso en el mejor de los casos posibles; ese alguien es denominado víctima. 
La víctima no cumple el primer principio porque en algún nivel de la materialidad de su 
corporalidad viviente, no puede vivir (ni reproducirse, ni desarrollarse); esto es llamado 
“negatividad material”. También son víctimas de la “negatividad formal” porque han sido 
excluidos del discurso (los más afectados son los más excluidos), de modo que no hay 
consenso, porque el consenso es hegemónico. Esta hegemonía, cuando las victimas 
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17 
empiezan a manifestarse por su exclusión, se transforma en dominación y comienza la 
represión de las víctimas. 
Entonces, la pretensión de bondad no es suficiente, la cuestión es observar a las víctimas de 
mis actos con pretensión de bondad; eso es una ética crítica. Las víctimas son empíricamente 
las que manifiestan lo perverso de mi intención de bondad. Entonces, no se trata de una 
ética de intención, es una ética de responsabilidad. 
4.
Momento de la necesidad de vivir: este cuarto principio afirma que es necesario vivir, pero 
no podemos vivir. La conciencia crítica es la toma de conciencia de que no podemos vivir; la 
razón no es otra que el orden ético vigente, en su injusticia, nos ha hecho víctima. La toma 
de conciencia significa volverse sobre el sistema y encontrar su causa. 
5. Momento del consenso crítico: ocurre cuando la comunidad de los excluidos se reúne y forma 
una comunidad consensual; esta cuenta con un consenso critico contra el consenso anterior, 
que ahora queda como dominador (educación formal- dominante). Así nacen los nuevos 
movimientos sociales. 
6. Momento de la praxis liberadora: en este aspecto se encuentra la educación social, creando 
conciencia crítica de una comunidad dialogal que toma conciencia de ser víctima de un 
sistema vigente. La víctima se libera de su situación de esclavitud. 
Todo esto supone la transformación del sistema, desde las victimas como objeto a las 
víctimas como sujeto, que estas sean conscientes de cuál es el sistema que los ha excluido 
y negado. 
Aoki, M. (2018) – Ficha de Cátedra de Bioética, FACIMED UNCo. 
FICHA: “TEORIAS ÉTICAS PARA LA BIOÉTICA” 
La ética está orientada a dotar al hombre de unas pautas concretas de comportamiento, mientras 
que la moral es más práctica (detalla normas que se encuentran fundamentadas en la reflexión 
ética). 
Conceptos según Savater: 
 Moral: es el conjunto de comportamientos y de normas que tú, yo y algunos de quienes nos 
rodean solemos aceptar como válidos. 
 Ética: es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación con otras 
morales diferentes. 
Una teoría ética es una teoría filosófica que intenta fundamentar la moral, justificar su validez y 
legitimidad. Consiste en una serie de preceptos o normas y una serie de valores; la teoría deberá 
justificar precisamente estas normas y valores. 
Según el tipo de fundamento que proporcione, hablaremos de un tipo de teoría ética o de otro. 
Así, serán teorías distintas las que conciben y defienden la moral como una búsqueda de la vida 
buena o como el cumplimiento del deber, por ejemplo. 
TEORÍAS ÉTICAS 
1- Éticas teleológicas (consecuencialistas): apuntan a privilegiar los buenos resultados de la 
acción mediada en términos de eficacia y eficiencia. 
a. Ética Aristotélica o de la virtud  acento en las cualidades del agente 
b. Utilitarismo 
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18 
2- Éticas deontológicas (normativas): afirman que ciertas características intrínsecas o cualidades 
inherentes a los actos mismos, constituyen su corrección o incorrección, independientemente 
de los fines y consecuencias. 
a. La ética kantiana 
b. La ética del discurso 
Cuando se investigan los fundamentos de la moralidad en la acción humana se habla de virtud o 
vicio en cuanto al agente del acto, correcto o incorrecto en cuanto al acto mismo y, bueno o malo 
referido al efecto de la acción. 
 
ÉTICAS TELEOLÓGICAS 
La ética normativa en sus inicios fue teleológica. Dentro de las éticas teleológicas que proponen 
como meta el bienestar o felicidad, se distinguen las eudemonistas (toman en consideración los 
placeres más o menos intelectuales o espirituales) y las hedonistas (sostienen que lo bueno en sí 
es el placer). 
ETICA ARISTOTELICA 
Aristóteles afirma que la meta última buscada por todos los seres humanos es la felicidad, que sólo 
puede encontrarse en la virtud. La virtud del hombre consiste en la perfección en el uso de su 
función propia, la razón; reconoce también que el hombre no es sólo racional ya que una parte 
responde a los apetitos y la facultad de desear, según lo cual hay dos tipos de virtudes: 
1- Virtudes éticas o morales o virtudes del carácter 
2- Virtudes dianoéticas o intelectuales. 
Para que haya valor moral en una persona, sus actos tienen que ser producto de su voluntad, 
libres, resultado de una elección. Además debe tener como característica de tratarse de un hábito, 
es una cuestión práctica, una forma de obrar que se ha hecho costumbre. Agrega que esa elección 
está en un punto intermedio, en elegir el justo término medio – que depende de las circunstancias, 
persona y extremos – reside la virtud. 
Entonces, el hombre bueno es el hombre prudente, es el que busca el término medio entre los 
extremos. 
UTILITARISMO 
Se trata de la versión más importante de las teorías teleológicas o consecuencialistas. Jeremy 
Bentham le dio nombre y John Stuart Mill la desarrolló. 
Bentham preconizaba que “todo acto humano, norma o institución, deben ser juzgados según la 
utilidad que tienen, esto es, según el placer o el sufrimiento que producen en las personas”. El 
objetivo último es “la mayor felicidad para el mayor número” (o al menos el menor perjuicio 
posible). Lo bueno es lo útil, lo que aumenta el placer y disminuye el dolor. El utilitarismo plantea 
que el fin de la moral es de alcanzar el mayor placer para el mayor número de seres vivos. 
J. Bentham formuló, como primera ley de la ética, el principio de interés según el cual el hombre 
se rige siempre por sus propios intereses, los cuales se manifiestan en la búsqueda del placer y la 
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evitación del dolor. Como la búsqueda del placer individual puede entrar en conflicto con la misma 
actitud por parte de otros individuos, es necesario que el aumento de placer y la evitación del dolor 
rijan en toda la sociedad; este autor sostiene que, tanto las acciones de las personas como las de 
los Estados, deben guiarse por el principio de utilidad. 
“Por Principio de Utilidad se entiende aquel principio que aprueba o desaprueba algo en cualquier 
acción, según la tendencia que ésta muestre tener a aumentar o disminuir la felicidad, o lo que es 
lo mismo con otras palabras, a promover o impedir esa felicidad. Por utilidad se entiende aquella 
propiedad de un objeto por la que tiende a producir beneficio, ventaja, placer, bien o felicidad, o 
a impedir que sobrevenga daño, dolor, mal o infelicidad a la parte cuyo interés se considera: si esa 
parte es la comunidad en general, entonces la felicidad de la comunidad; si es un individuo 
particular, la felicidad del individuo”. 
Bentham identifica como sinónimos al placer, el bien y la felicidad, en contraposición al dolor, el 
mal y la desdicha, e indica la promoción de los primeros. Sin embargo, se debe establecer un 
cálculo que los relacione, denominado cálculo utilitarista, que consiste en medir el monto total de 
placer mediante un conjunto de factores: 
1. Por la intensidad del placer (en iguales circunstancias, elegir el placer más intenso) 
2. Por la duración del placer 
3. Por la probabilidad de que el placer ocurra como consecuencia de nuestra acción 
4. Por la cercanía o lejanía del placer en el tiempo 
5. Por la fecundidad de los placeres 
6. Por la pureza del placer 
7. Por su extensión (número de personas que son afectadas por él). 
John Stuart Mill, por su parte, hizo algunas correcciones; en principio, las acciones son correctas 
en la medida en que promuevan la felicidad general (Principio de la mayor felicidad), buscar el 
hedonismo universal es lo mejor que puede hacer un ser dotado de racionalidad, sociabilidad y 
capacidad de desear si quiere procurarse la felicidad profunda y duradera, más allá de la mera 
satisfacción momentánea de deseos particulares y superficiales, pues la felicidad sólo será duradera 
en un mundo donde sea mayoritaria. 
Mill distinguió su concepto de utilidad basándose en la calidad del sentimiento de satisfacción 
reconociendo como superiores los intelectuales y morales sobre los meramente físicos. Uno de los 
argumentos que mantenía Mill es el Principio del perjuicio “que cada individuo tiene el derecho de 
actuar de acuerdo a su propia voluntad, en tanto tales acciones no perjudiquen o dañen a otros” 
Mill también es uno de los referentes de la Historia
del feminismo; señalaba que “La involucración 
de los hombres en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres es hasta cierto punto 
importante, sobre todo por el trabajo interior que todo hombre tiene pendiente dentro de sí 
mismo”. Fue también ferviente abolicionista posicionándose en contra de la esclavitud. 
Los utilitaristas contemporáneos responden a las críticas antiutilitaristas modificando la teoría 
clásica sin abandonar su idea central, que las consecuencias son lo único a tener en cuenta 
moralmente. La nueva formulación es el llamado utilitarismo de regla, por contraste con la versión 
original, ahora bautizada utilitarismo del acto. El punto crítico de este último es la evaluación de 
cada una de las acciones individuales con referencia a sus propias consecuencias particulares; por 
eso deben establecerse reglas conforme a ese principio, para maximizar las buenas consecuencias, 
y las acciones individuales deben entonces juzgarse correctas o incorrectas por referencias a reglas. 
Así, una acción puede ser incorrecta, aun cuando produce más beneficio que daño, si viola una 
regla que en general y a la larga asegura los mejores resultados. 
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Algunas críticas que recibe el utilitarismo: 
 Este enfoque sacrifica el interés de las minorías por el bien de la mayoría. 
 No podemos predecir o estimar todas las consecuencias posibles o incluso probables de una 
acción particular o política. 
 El principio de utilidad es maximizador por lo que en algunas situaciones resulta difícil 
establecer la diferencia entre actos obligatorios y actos supererogatorios. 
Puntos fuertes: 
 Acepta la importancia del principio de utilidad en la formación de la normativa pública. Evalúa 
objetivamente los intereses de todas las partes y de realizar una elección imparcial para 
maximizar los buenos resultados de la misma. 
 Busca la utilidad con un enfoque social, basado en la libertad. 
ETICAS DEONTOLOGICAS 
ETICA DEL DISCURSO - HABERMAS 
La ética kantiana trabaja sobre la conciencia individual. Su punto de partida es la conciencia del 
deber. En esta teoría se supone una inversión del imperativo categórico de Kant que asume el 
cometido de un principio de justificación que distingue como válidas las normas universalizables: 
aquello que esté justificado en sentido moral tienen que poder quererlo todos los seres racionales. 
Con la ética del discurso se pretende crear una comunidad ideal de comunicación (en la 
argumentación cada uno se vale por sí mismo, pero siempre inserto en un contexto universal). 
Para que esto ocurra se debe respetar cierta forma de llevar el discurso adelante. Deberemos 
presuponer: 
a) Que todos los que pueden comunicarse son interlocutores válidos (personas) y que, cuando 
se dialoga sobre normas que pueden afectar sus intereses, ellos deben participar, o por lo 
menos, ser tenidos en cuenta sus intereses; 
b) Que existen reglas del discurso que deben ser respetadas: 
 Cualquier sujeto capaz de lenguaje y acción puede participar en el discurso 
 Cualquiera puede discutir cualquier afirmación 
 Cualquiera puede introducir en el discurso cualquier afirmación 
 Cualquiera puede expresar sus posiciones, deseos y necesidades 
 No se le puede impedir a ningún hablante hacer valer los anteriores mediante coacción 
interna o externa. 
Para comprobar si tras el discurso (diálogo) la norma es correcta habrá que respetar dos principios: 
PRINCIPIO DE UNIVERSALIZACIÓN: una norma será válida cuando todos los afectados por ella 
puedan aceptar libremente las consecuencias y efectos secundarios que produciría previsiblemente 
su cumplimiento general para la satisfacción de los intereses de cada uno. 
PRINCIPIO DE LA ÉTICA DEL DISCURSO: sólo pueden pretender validez las normas que encuentran 
aceptación por parte de todos los afectados, como participantes de un discurso práctico. 
La norma se declarará correcta cuando todos los afectados por ella estén de acuerdo en su 
consentimiento porque satisface intereses que se puedan universalizar. Éste último punto es el que 
diferencia los consensos dialógicos (satisfacción de metas universalizables) de los pactos 
estratégicos (se acuerda sobre metas adecuadas para los participantes directos). 
Los principales filósofos que desarrollaron ésta teoría son Karl Otto Apel y Jürgen Habermas y, en 
nuestro país, Osvaldo Guariglia. 
BIOÉTICA – SEGUNDO CUATRIMESTRE – 2.019 
 
 
21 
SEMANA 3: BASES FILOSÓFICAS PARA LA BIOÉTICA II 
BIBLIOGRAFIA OBLIGATORIA 
López de la Vieja de la Torre, María Teresa (2000) – Ética de la diferencia. 
ARTICULO: “ÉTICA DEL CUIDADO” 
La diferencia entre mujeres y hombres no está limitada por lo biológico; se trata más bien de 
género e influye en la distribución de los bienes y oportunidades. Esta diferencia ha dado origen a 
un sistema de roles y a un sólido sistema de dominio. 
La crítica feminista denuncia precisamente la falacia consistente en tomar como punto de partida 
hechos biológicos para introducir prejuicios raciales, de clase, especie o género. 
La Ética de la diferencia o del “cuidado” ha puesto en tela de juicio tanto los resultados de la 
Psicología del desarrollo moral como los principios de la Filosofía moral moderna y universalista. 
EL “CUIDADO” 
El “dilema de Heinz” – el esposo de una mujer enferma, después de haber intentado por medios 
legales conseguir la droga para salvarla, se desespera y considera entrar por la fuerza en la tienda 
del farmacéutico – sirve de test para conocer el nivel de desarrollo en que se encuentran los 
agentes morales; suscita el mismo de respuesta en casi todas las culturas, con un patrón de 
secuencia universal en evolución de la conciencia: etapas preconvencional, convencional, 
postconvencional, madurez moral del agente. 
L. Kohlberg respaldaba la versión formalista y universalista de la moralidad, una Ética de la justicia. 
La filosofía moral contemporánea ha visto en el trabajo de Kohlberg la prueba indirecta de que el 
punto de vista moral no depende del contexto, de la tradición ni de cualquier forma de vida 
particular: es el punto de vista de la autonomía y de la justicia. 
OTRO PUNTO DE VISTA 
C. Gilligan cuestiono el método empleado por la Psicología del desarrollo moral y los supuestos que 
conducen hasta una Ética de la justicia: las mujeres no son deficientes en su desarrollo, sino que 
responden a otra manera de ver y expresar la moralidad, una moralidad definida en términos de 
responsabilidad. Gilligan propone entonces una interpretación distinta de las respuestas a dilemas 
prácticos, desde la responsabilidad y no desde la justicia (surge la Ética del Cuidado). 
“Cuidado” implica responsabilidad, valorar las relaciones personales, atender a las necesidades de 
otros, etc. Este nuevo principio deriva de un tipo de trabajo no remunerado (caring) que realizan 
habitualmente las mujeres en beneficio de otras personas. El paso de los años ha demostrado que 
el “cuidado” no tiene por qué significar autosacrificio – permitiendo a la autora distinguir entre una 
“Ética feminista” de autonomía y una “Ética femenina” de sacrificio – ni tendría que crear dos 
esferas separadas en el mundo de relaciones en el que se desenvuelven las mujeres. 
La Ética del cuidado tiene que ver con situaciones reales, tan reales como las necesidades ajenas, 
el deseo de evitar el daño, la circunstancia de ser responsable de otro, tener que proteger, atender 
a alguien. La moralidad como compromiso deriva precisamente de la certeza de que el bienestar 
e, incluso la supervivencia, requieren algo más que autonomía, primacía del individuo, 
reconocimiento de derechos, justicia. 
La Ética del cuidado plantea, por tanto, cuestiones teóricas y prácticas que restan sentido y 
legitimidad a los estereotipos sobre las mujeres; el “cuidado” refleja perfectamente al enfoque 
BIOÉTICA – SEGUNDO CUATRIMESTRE – 2.019
22 
general de la Teoría feminista como teoría crítica, hace dudar de la jerarquía entre los principios y 
los agentes, removiendo la imagen de agente moral como agente con autonomía y sin vínculos. 
LA DIFERENCIA 
La Ética de la diferencia argumenta a favor de las prácticas de cuidado. Tal vez no sean valores 
diferentes, sino el complemento necesario de los valores liberales, pues el cuidado se refiere a 
aspectos insuficientemente recogidos en el principio de justicia, pero son centrales para el buen 
funcionamiento de la esfera pública. V. Held sugiere un tipo de balance entre modelos opuestos y 
entre los dilemas reales y principios; en su opinión la maternidad, una relación primaria, debería 
servir de paradigma para definir las relaciones sociales en su conjunto. 
La diferencia pretende neutralizar una imagen devaluada de los agentes, reclama el reconocimiento 
para las identidades heterogéneas, definiendo de otra manera la esfera pública. Las políticas 
ligadas a la diferencia llevan a valorar más el contexto, aceptando la relevancia de algunas 
características no compartidas por otros agentes o grupos. La principal dificultad estriba en que el 
Feminismo parece beneficiarse, en principio, de las políticas de la diferencia pero no siembre es 
así. 
PRINCIPIOS COMPLEMENTARIOS 
La “otra voz” ha conseguido llamar la atención sobre las practicas deficientes o injustas, el lado 
menos presentable y más opaco de las sociedades no tradicionales y liberales. La calidad de vida 
dependerá, entre otros factores, de una distribución más equitativa de las oportunidades y de las 
tareas, incluyendo el “cuidado” de las necesidades. 
Concluyendo, las críticas al modelo liberal tendrían que ser compatibles con las ventajas que aporta 
el modelo liberal, el principio del “cuidado” tendría que ser compatible con el principio de justicia. 
ONU, Asamblea General (1948) – Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH). 
ARTICULO 25: “DERECHO A LA SALUD Y AL BIENESTAR” 
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la 
salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los 
servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, 
enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de perdida de sus medios de subsistencia por 
circunstancias independientes de su voluntad. 
La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, 
nacidos de matrimonios o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social. 
UNESCO (2005) – Declaración universal sobre Bioética y Derechos Humanos (DUBYDDHH). 
PRINCIPIOS: ARTICULOS 3 A 17 
ARTÍCULO 3 – DIGNIDAD HUMANA Y DERECHOS HUMANOS 
Respeto pleno de la dignidad humana, derechos humanos y libertades fundamentales. Tienen 
prioridad los intereses y el bienestar de la persona. 
ARTÍCULO 4 – BENEFICIOS Y EFECTOS NOCIVOS 
Se deberían potencial al máximo los beneficios directos e indirectos para los pacientes en cuando 
a prácticas medias y tecnologías conexas y reducir al máximo los posibles efectos nocivos. 
 
BIOÉTICA – SEGUNDO CUATRIMESTRE – 2.019 
 
 
23 
ARTÍCULO 5 – AUTONOMIA Y RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL 
Respetar la autonomía de la persona se entiende como la facultad de adoptar decisiones, 
asumiendo la responsabilidad de las mismas. Para las personas que carecen de la capacidad de 
ejercer su autonomía, se habrán de tomar medidas especiales para proteger sus derechos e 
intereses. 
ARTÍCULO 6 – CONSENTIMIENTO 
Toda intervención médica preventiva, diagnóstica y terapéutica solo habrá de llevarse a cabo previo 
consentimiento libre e informado, basado en la información adecuada. 
La investigación científica solo de debería llevar a cabo previo consentimiento libre, expreso e 
informado de la persona interesada; la misma podrá revocar su consentimiento en todo momento 
y por cualquier motivo. 
El acuerdo colectivo de una comunidad o el consentimiento de un dirigente comunitario u otra 
autoridad no deberían sustituir en caso alguno el consentimiento informado de una persona. 
ARTICULO 7 – PERSONAS CARENTES DE LA CAPACIDAD DE DAR SU CONSENTIMIENTO 
Se les debe conceder una protección especial a estas personas: 
a) La autorización para proceder a investigaciones y prácticas médicas debería obtenerse 
conforme a los intereses de la persona interesada y de conformidad con la legislación nacional. 
b) Se deberían llevar a cabo únicamente actividades de investigación que redunden directamente 
en provecho de la salud de la persona interesada. 
ARTÍCULO 8 – RESPETO DE LA VULNERABILIDAD HUMANA Y LA INTEGRIDAD PERSONAL 
Los individuos y grupos especialmente vulnerables deberían ser protegidos y se debería respetar 
la integridad personal de dichos individuos. 
ARTÍCULO 9 – PRIVACIDAD Y CONFIDENCIALIDAD 
La información obtenida no debería utilizarse o revelarse para fines distintos de los que 
determinaron su acopio o para los que se obtuvo el consentimiento. 
ARTICULO 10 – IGUALDAD, JUSTICIA Y EQUIDAD 
Respeto de la igualdad fundamental de todos los seres humanos en dignidad y derechos, para que 
sean tratados con justicia y equidad. 
ARTÍCULO 11 – NO DISCRIMINACIÓN Y NO ESTIGMATIZACIÓN 
Ningún individuo o grupo debería ser sometido por ningún motivo a discriminación o 
estigmatización alguna. 
ARTICULO 12 – RESPETO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL Y DEL PLURALISMO 
Las consideraciones de diversidad cultural y pluralismo no habrán de invocarse para atentar contra 
la dignidad humana, los derechos humanos y las libertades fundamentales, ni tampoco para limitar 
su alcance. 
ARTÍCULO 13 – SOLIDARIDAD Y COOPERACIÓN 
Fomento de solidaridad entre seres humanos y la cooperación internacional a este efecto. 
ARTICULO 14 – RESPONSABILIDAD SOCIAL Y SALUD 
Promoción de la salud y desarrollo social para los pueblos como cometido esencial de los gobiernos. 
BIOÉTICA – SEGUNDO CUATRIMESTRE – 2.019 
 
 
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Los progresos de la ciencia y la tecnología deberían fomentar: acceso a una atención medica de 
calidad y a los medicamentos esenciales, acceso a una alimentación y agua adecuadas, mejora de 
condiciones de vida y medio ambiente, supresión de marginación y exclusión y reducción de 
pobreza y analfabetismo. 
ARTÍCULO 15 – APROVECHAMIENTO COMPARTIDO DE LOS BENEFICIOS 
Los beneficios resultantes de toda investigación científica y sus aplicaciones deberían compartirse 
con la sociedad en su conjunto y en el seno de la comunidad internacional: asistencia especial y 
duradera a grupos participantes, acceso a atención medica de calidad, suministro de nuevas 
modalidad do productos de diagnóstico y terapia, apoyo a servicios de salud, acceso a 
conocimientos científicos y tecnológicos. 
ARTÍCULO 16 – PROTECCION DE LAS GENERACIONES FUTURAS 
Se deberían tener en cuenta las repercusiones de las ciencias de la vida en las generaciones futuras. 
ARTICULO 17 – PROTECCION DEL MEDIO AMBIENTE, LA BIOSFERA Y LA BIODIVERSIDAD 
Se habrán de tener debidamente en cuenta la interconexión entre los seres humanos y las demás 
formas de vida. 
Macías, A. (2018) – Ficha de Cátedra, Catedra de Bioética. 
FICHA: “MODELOS DE ANALISIS DE CASOS EN BIOÉTICA” 
 
Las dos variantes a desarrollar son a modo de guía didáctica para iniciarse en el abordaje, análisis 
y propuesta de acción de los problemas éticos que surgen en la atención de la salud, y deberían 
tomarse como tales. De ningún modo son los únicos a utilizar ni los más acabados. Así, es válido 
cualquier análisis que aborde los problemas en su complejidad, con riqueza de recursos 
teórico/conceptuales y con líneas de acción planteadas en forma clara y sólidamente 
argumentadas. 
MODELO PRINCIPALISTA DE BEAUCHAMP Y CHILDRESS PARA EL ANÁLISIS DE CASOS (B Y CH, 
1999). 
Esquema para su aplicación: 
 
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Si bien de gran

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