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UNIVERSIDAD MEXIQUENSE DEL BICENTENARIO Fisiopatología Lic. Enfermería La diarrea se define como la evacuación frecuente y acuosa de heces debido a un aumento del contenido líquido en el intestino grueso. La diarrea puede tener diversas causas, síntomas y complicaciones que dependen de su duración, mecanismo y origen. Según su duración, la diarrea se puede clasificar en: Diarrea aguda: es aquella que dura menos de dos semanas y suele estar causada por agentes infecciosos (virus, bacterias o parásitos) que alteran la función normal del intestino. La diarrea aguda se puede subdividir en: o Diarrea acuosa aguda: es aquella que se caracteriza por una gran pérdida de agua y electrolitos por las heces sin presencia de sangre o moco. Puede provocar deshidratación y desequilibrio electrolítico si no se reponen los líquidos perdidos. Un ejemplo de este tipo de diarrea es el cólera. o Diarrea con sangre aguda: es aquella que se acompaña de sangre fresca o digerida (melenas) en las heces debido a una lesión o inflamación de la mucosa intestinal. Puede provocar anemia y sepsis si no se trata adecuadamente. Un ejemplo de este tipo de diarrea es la disentería bacilar o amebiana. Diarrea persistente: es aquella que dura más de dos semanas y suele estar causada por trastornos funcionales o enfermedades crónicas que afectan al intestino. La diarrea persistente puede provocar malnutrición y alteraciones del sistema inmunitario si no se corrige su causa. Algunos ejemplos de este tipo de diarrea son el síndrome del intestino irritable, la enfermedad celíaca o la enfermedad inflamatoria intestinal. Según su mecanismo, la diarrea se puede clasificar en: Diarrea osmótica: es aquella que se produce por la presencia en el lumen intestinal de sustancias que no son absorbidas y que generan un efecto osmótico que arrastra agua al intestino. Este tipo de diarrea cesa con el ayuno y suele estar causada por intolerancias alimentarias (como la lactosa), laxantes osmóticos (como el sorbitol) o fármacos (como los antibióticos). Diarrea secretora: es aquella que se produce por una secreción excesiva de líquido y electrolitos por las células intestinales debido a una estimulación anormal de los canales iónicos o a una inhibición del transporte activo. Este tipo de diarrea no cesa con el ayuno y suele estar causada por toxinas bacterianas (como las del cólera), hormonas (como las producidas por algunos tumores) o fármacos (como los antiinflamatorios). Diarrea inflamatoria: es aquella que se produce por una alteración de la integridad o permeabilidad de la mucosa intestinal debido a un proceso inflamatorio o ulcerativo. Este tipo de diarrea suele acompañarse de sangre, moco o pus en las heces y suele estar causada por infecciones bacterianas invasivas (como Salmonella o Shigella), parásitos (como Entamoeba histolytica) o enfermedades autoinmunes (como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn). Diarrea por malabsorción: es aquella que se produce por una disminución de la capacidad de absorber nutrientes por el intestino debido a una alteración de las enzimas digestivas, de las vellosidades intestinales o del transporte celular. Este tipo de diarrea suele acompañarse de esteatorrea (grasa en las heces) y suele estar causada por enfermedades pancreáticas (como la insuficiencia pancreática exocrina), enfermedades celíacas (como la enfermedad celíaca o la alergia al gluten) o enfermedades intestinales (como el síndrome del intestino corto o el sobrecrecimiento bacteriano). Según su origen, la diarrea se puede clasificar en: Diarrea alimentaria: es aquella que se produce por la ingestión de alimentos contaminados con microorganismos patógenos o sus toxinas que provocan una infección o una intoxicación alimentaria. Este tipo de diarrea suele ser aguda y autolimitada y suele estar causada por virus (como el rotavirus o el norovirus), bacterias (como Escherichia coli o Staphylococcus aureus) o parásitos (como Giardia lamblia o Cryptosporidium parvum). Diarrea medicamentosa: es aquella que se produce por el consumo de fármacos que alteran la flora intestinal normal, estimulan la motilidad intestinal o irritan la mucosa intestinal. Este tipo de diarrea puede ser aguda o crónica y suele estar causada por antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos, laxantes, quimioterápicos o metformina. Diarrea funcional: es aquella que se produce por una alteración del funcionamiento normal del intestino sin una causa orgánica identificable. Este tipo de diarrea suele ser crónica y recurrente y suele estar asociada a factores psicológicos, emocionales o ambientales. Un ejemplo de este tipo de diarrea es el síndrome del intestino irritable. Diarrea orgánica: es aquella que se produce por una lesión estructural del intestino que afecta a su anatomía, histología o fisiología. Este tipo de diarrea puede ser aguda o crónica y suele estar causada por enfermedades inflamatorias (como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn), neoplásicas (como cáncer colorrectal), isquémicas (como trombosis mesentérica), endocrinas (como hipertiroidismo) o inmunológicas (como inmunodeficiencia adquirida). La clínica de la diarrea depende de su causa, mecanismo y duración. Los síntomas más frecuentes son: Aumento del número y volumen de las deposiciones con disminución de su consistencia. Urgencia defecatoria e incontinencia fecal. Dolor abdominal tipo cólico que mejora con la defecación. Distensión abdominal y flatulencia. Náuseas y vómitos. Fiebre y escalofríos. Pérdida de peso y apetito. Las complicaciones más graves son: Deshidratación e hipovolemia con hipotensión arterial, taquicardia, oliguria y shock. Alteraciones hidroelectrolíticas con hiponatremia, hipopotasemia, acidosis metabólica e hipocalcemia. Malnutrición e inmunodepresión con anemia, edema, osteoporosis e infecciones secundarias. Perforación intestinal con peritonitis y sepsis.
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