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XI Congreso Argentino de Antropología Social, Rosario, 2014. Críticas y tensiones en Antropología Aplicada. Reflexiones metodológicas sobre campos emergentes. Perez, Virginia Silvana y Lamarque, Muriel. Cita: Perez, Virginia Silvana y Lamarque, Muriel (2014). Críticas y tensiones en Antropología Aplicada. Reflexiones metodológicas sobre campos emergentes. XI Congreso Argentino de Antropología Social, Rosario. Dirección estable: https://www.aacademica.org/000-081/1428 Acta Académica es un proyecto académico sin fines de lucro enmarcado en la iniciativa de acceso abierto. Acta Académica fue creado para facilitar a investigadores de todo el mundo el compartir su producción académica. Para crear un perfil gratuitamente o acceder a otros trabajos visite: https://www.aacademica.org. – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 1 XI Congreso Argentino de Antropología Social Rosario, 23 al 26 de Julio de 2014 GRUPO DE TRABAJO: GT67-TRABAJO DE CAMPO ANTROPOLÓGICO: DESNATURALIZACIÓN DE SUPUESTOS, PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO Y MODOS COLECTIVOS DE TRABAJO. TÍTULO DE TRABAJO: CRÍTICAS Y TENSIONES EN ANTROPOLOGÍA APLICADA. REFLEXIONES METODOLÓGICAS SOBRE CAMPOS EMERGENTES. Nombre y apellido. Institución de pertenencia. Perez, Virginia Facultad de Ciencias Naturales y Museo. UNLP Lamarque, Muriel Facultad de Ciencias Naturales y Museo. UNLP IDIP (Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas) – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 2 Críticas y tensiones en Antropología Aplicada. Reflexiones metodológicas sobre campos emergentes. Perez, Virginia1 Lamarque, Muriel2 RESUMEN Este trabajo se propone indagar acerca del rol antropológico en instancias de investigación aplicada; particularmente en aquellos campos emergentes que condicionan su participación a períodos de tiempo acotados. Para ello nos hemos basado en las propias experiencias y materiales recolectados entre los años 2009 y 2013, como parte de trabajos de campo realizados en distintas organizaciones e instituciones. Estos han tenido como común denominador un lapso breve de duración y, en algunos casos, la existencia de un contrato. Es como parte de tales contextos de trabajo, que nos detendremos en el análisis de cómo se realiza la producción de conocimiento antropológica. Las condiciones mencionadas implican la adecuación de la metodología etnográfica a los lineamientos trazados por los entes previamente mencionados. Es nuestro objetivo revisar el modo en que se realiza dicha adecuación, de forma tal que no resulte de su aplicación acrítica o simplificada. Proponemos reflexionar sobre las tensiones que atraviesan este campo para la labor antropológica. Principalmente tendremos en cuenta los factores relacionales, tanto con los sujetos de estudio como con las instituciones 1 Facultad de Ciencias Naturales y Museo. UNLP 2 Facultad de Ciencias Naturales y Museo. UNLP IDIP (Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas) – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 3 mediadoras; así como la circulación de los datos producidos y el lugar que ocupa la ética en estas relaciones resultantes. Es nuestra intención poner de manifiesto la importancia de discutir tales problemáticas y realidades, ya instaladas en el quehacer disciplinar. Su negación implicaría restringir la pertinencia y participación antropológica en estas investigaciones. PALABRAS CLAVE: Antropología aplicada, Metodología, trabajo de campo breve. 1. Introducción La antropología aplicada, como puntualiza Bartoli (2002), ha sido cuestionada durante la historia de la disciplina, desde la perspectiva clásica, fundamentalmente por su corta permanencia en el campo, además de cuestionamientos sobre los intereses que mueven a la investigación misma y las bases teóricas. En este trabajo nos ocuparemos del primero de estos cuestionamientos, es decir al aspecto metodológico, sin embargo nos referiremos brevemente a sus inicios. Los antecedentes de la Antropología Social Aplicada pueden ubicarse históricamente en los primeros contactos interétnicos en el contexto de la expansión y colonización europea (Bastide, 2001). Los campos de aplicación han ido variando desde los estudios de aculturación, a la luz de las distintas corrientes como el evolucionismo, particularismo histórico, funcionalismo, para luego ir ensanchando su horizonte. En este sentido se pueden mencionar numerosas – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 4 instituciones gubernamentales y no gubernamentales que son espacios de trabajo para el investigador (Guerrero 1997; Bartoli, 2002; Perez, 2007). Como señala Bartoli (2002) fue Malinowski en el año 1929, en el marco de la antropología británica, quien acuñó el término de “antropología práctica”. Ya en 1971, Roger Bastide, en su obra fundamental Antropología Aplicada, sienta las bases y, sostiene que la misma es una subdisciplina dentro de la Antropología general (Pereira, 2007). Autores como Cadenas Ramos (2005) señalarán posteriormente la pluralidad de voces que se oponen a la perspectiva de Bastide. Es importante destacar la discusión propuesta por el autor, entre la antropología que él denomina “pura” y la antropología aplicada, así como la polémica “Ciencias Naturales versus Ciencias Sociales” en relación a la práctica, aunque no forma parte de nuestros objetivos, ahondar en la misma. Como nos recuerda Pereira (2007). “…Para Bastide la antropología aplicada no es la ciencia orientada hacia la solución de problemas prácticos, sino la ciencia de los problemas prácticos: Los estudia y persigue su solución”. Queda así superada la división entre teoría y práctica; a nuestro entender el desarrollo de la antropología aplicada se nutre de ambas. Con respecto a su objeto de estudio, coincidimos en que la antropológica aplicada parte de conocimientos aportados por la antropología, en su sentido más tradicional, para resolver problemas prácticos (Nolasco, 1970 en Pereira, 2007). Aunque en un contexto más cercano, a partir de su interés principal, podemos definirla en palabras de Guerrero (1997) como enfocada “sobre los procesos de cambio social y cultural, en especial en cuanto a las mejoras planificadas en diversos campos: agricultura, servicios médicos y de salud, sistemas educativos, programas de asistencia social, planificación urbana, desarrollo comunitario y otros; por ello se ha considerado que la antropología aplicada posibilita una mejor interacción organizada entre antropólogos profesionales y entre organismos públicos y privados que planifican políticas, aunque en realidad la aplicación de la – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 5 Antropología va más allá de la participación, la planificación y la administración de políticas al servicio instrumental del Estado.” 2. Características metodológicas de la Antropología Aplicada en tiempos breves. Dentro de los múltiples campos de trabajo de la Antropología aplicada, nos centramos particularmente en los ámbitos de trabajo bajo contrato, ámbitos que existen, como hemos presentado, desde los orígenes de la disciplina y que debido a su naturaleza conflictiva han sido obviados en la discusión moderna. La existencia de antropólogos trabajando en estos sectores, mayoritariamente privados, responde a múltiples factores, tanto económicos como disciplinarios. Por una parte, como señalan Erikson y Ghasarian (2008) la situación profesionalprecaria en el campo de la investigación social lleva a la elección temporal de este tipo de trabajos. Así, las empresas suelen incluir en sus contrataciones a estudiantes o profesionales recién diplomados que, a falta de una inserción laboral sólida, se presentan ante estas oportunidades dentro del “circuito de la investigación”. Por otro lado, resultan de interés para los entes financiadores/empleadores los ejes metodológicos propios de la disciplina. El conocimiento teórico-práctico de las técnicas cualitativas de trabajo y la rápida adaptación de éstas que pueden hacer los investigadores poco experimentados, ofrecen al empleador la base sobre la que depositar sus lineamientos precisos. El desarrollo de la pesquisa en estos espacios se caracteriza, generalmente, por una serie de elementos concretos, condicionados y direccionados por entes de financiación/contratadores. Como característica distintiva, remarcamos la ejecución del trabajo de campo en tiempos acotados, previamente delimitados – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 6 según cronogramas específicos y estrictos. La entrada y salida al campo están mediadas por la institución que contrata al antropólogo, y la instancia de apertura concedida por los informantes queda relegada a un segundo plano o resulta inexistente. La condición máxima de brevedad de los tiempos resulta incompatible con el trabajo metodológico concebido en términos clásicos, por lo que resulta necesario realizar una reformulación de los mismos. A respecto de esto, coincidimos con lo señalado por Erikson y Ghasarian (2008) en su publicación. Es en base a esta reformulación que se discute la seriedad o veracidad de la investigación en estos términos. Tal juicio, sólo responde a la extendida defensa de la perspectiva clásica con que cuenta nuestra disciplina. Como parte de esta estricta planificación, aparecen pedidos de técnicas específicas y en una cantidad prefijada (horas de filmación, planos preponderantes, qué y cuántas fotografías tomar, duración de las entrevistas, cantidad y tipo de entrevistados). Pueden incluirse también encuestas y entrevistas estructuradas que ya se le entregan prediseñadas al investigador. En este contexto de exhaustiva programación propuesta por los entes empleadores, se impone la necesidad del criterio del antropólogo para conseguir los datos y la información requerida, y así asegurar el éxito de la investigación. Existen otros elementos que atañen a este tipo de trabajos y al accionar del investigador. En los estudios bajo contrato de sectores privados, es común que existan directrices específicas respecto de la privacidad. El manejo que el investigador puede hacer de la información y la explicitación en profundidad de los objetivos del estudio resguarda al grupo estudiado pero sobre todo a sus empleadores, lo que pone en juego tensiones en las que debe dirimir el antropólogo. Muchas veces es indicado de no detallar sus objetivos y esto representa un dilema ético recurrente. A su vez el destino de la producción – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 7 antropológica, y todos los informes y textos resultantes, quedan en manos del ente empleador bajo cláusulas de propiedad. Esto significa otro conflicto con el modo de trabajo acostumbrado por la disciplina, donde el antropólogo suele hacer una devolución a los informantes, quienes muchas veces reclaman ver “el trabajo terminado” y saber que se escribe de ellos o qué se hace con la información proporcionada. El tratamiento ético, no siempre contemplado en profundidad por las instituciones, queda librado pura y exclusivamente al criterio del antropólogo. Todos estos condicionantes hacen que no se pueda hacer un continuum de los modos de aplicación de la etnografía clásica, ya que incluso antes de ir al campo, el investigador se encuentra con todas estas variables impuestas y que no es libre de modificar, por lo menos sin un consenso previo. En resumen las tensiones que atraviesan el trabajo de campo bajo estas condiciones se focalizan en las instancias de elección, entrada, permanencia y duración en el campo, así como también el manejo de la información bajo contrato, la ética relacionada con los informantes y el destino de la producción antropológica. 3. Nuestra experiencia Las prácticas a las que haremos referencia se desarrollaron entre los años 2009 a 2013, variando el grado de participación, las tareas realizadas y la formalidad de la contratación. Entre ellas podemos nombrar trabajos de consultoría para marcas y empresas ya sea de productos alimenticios, indumentaria, o cadenas de comercio. – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 8 Se realizaron en el marco de los mismos, principalmente entrevistas filmadas a consumidores y filmaciones contextuales. En ningún caso el trabajo de campo duró más de una semana y el material a recabar estaba estrictamente cuantificado. La primera experiencia a la que haremos referencia se realizó en marzo del año 2011 y consistió en realizar filmaciones de campo en hipermercados de Capital Federal, Gran Buenos Aires y La Plata. Las mismas consistían en registrar secuencias específicas de consumidores en góndolas de productos indicados por el estudio. Los días de entrada, permanencia, horas de filmación, y permisos eran totalmente estrictos y no se los podía modificar. En caso de que las secuencias filmadas resultaran incompletas en alguno de sus detalles, como el primer plano del producto, llegada y retirada del cliente, momento de la elección, etc. debía ser descartado. La cantidad mínima de horas a filmar por día eran de 4 hs, valor no siempre coincidente con la permanencia en el local, lo que llevaba en realidad la mayor parte del día. Todos estos requerimientos de estricta planificación eran informados cuando se ofrecía el trabajo y se dejaba en claro la importancia de cumplir con lo pautado, ya que era parte del engranaje mayor de la investigación que incluía personal para la edición del material, desarrollo de otras técnicas, análisis, presentación final a la empresa y finalmente el trabajo con los creativos y publicistas. En aquella oportunidad, la preocupación de la consultora se limitó a gestionar los permisos, y el seguro de vida del investigador. No hubo consentimientos informados ni instancias informativas respecto de cómo se iba a trabajar con las personas a filmar, por lo que quedó a cargo del investigador poner al tanto a las personas filmadas sobre los fines de la investigación e informándoles que si no querían formar parte de la misma, tenían derecho a negarse y se desechaba de inmediato el material filmado. – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 9 La segunda experiencia de naturaleza similar consistió en entrevistas filmadas y tomas de video contextual en una cadena minorista de productos de construcción. La temática de las mismas se proyectó en base a un lineamiento específico, que debía desarrollarse en pocos minutos. Los informantes eran seleccionados en los locales de la empresa, mientras realizaban sus compras. El criterio de exclusión coincidía con el permiso del cliente para ser entrevistado, y con la constatación previa de que hubiese recorrido durante un tiempo las instalaciones comerciales. Como información accesoria se incluían filmaciones de los clientes recorriendo el local. La premisa para dichos videos consistía en mostrar la forma en que las personas circulaban y contemplaban los productos. Otro de los trabajos, se desarrolló entre agosto y diciembre de 2013 como parte de un contrato encargadopor una ONG, que actualmente se dedica a la trabajar con lo que ellos mismos denominan “desequilibrios poblacionales”. Esto incluye programas para pueblos de menos de 2000 habitantes, los cuales se postulan para llevar adelante distintos proyectos, como la difusión del pueblo a través de la creación de una página web, el dictado de distintos talleres en escuelas y cursos de oficios. La financiación del mismo proviene de empresas que a través de la Ley de Responsabilidad Social, colaboran económicamente en estos proyectos como parte de estrategias que benefician su imagen. La investigación llevada a cabo incluyó la planificación, el trabajo de campo y el análisis del material. La duración específica del trabajo en campo se fijó en una semana, y el lugar indicado fue Fraga, provincia de San Luis. En esa oportunidad se realizó un mapeo de sustentabilidad, a partir de entrevistas, encuestas, filmaciones, toma de fotografías y relevamientos de informes municipales y datos históricos. Las entrevistas entregadas fueron prediseñadas por el equipo de la ONG, aunque hubo instancias de consulta con los investigadores, eran de tipo – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 10 semiestructuradas y tenía estipulada una cantidad mínima, pero con respecto a la categoría de informantes a elegir por el investigador (docente, autoridad municipal, profesionales de la salud, joven, habitante histórico, biólogo). Esta fue de las técnicas que más libertad permitía al investigador, en contraposición a los trabajos anteriores. Otra técnica requerida por dicha organización civil fue la realización de encuestas al 20% de la población previa realización de un muestro al azar, lo cual resultó inadecuado por el poco tiempo y no se logró concretar el porcentaje deseado. La encuesta estaba previamente diseñada, presentó dificultades para que las personas la comprendieran y también malestar por la intimidad de las preguntas y la extensión de la misma. En este caso, la decisión ética que primó en el campo consistió en no profundizar en temas que se percibía incomodaban al encuestado y hacer hincapié en la posibilidad de interrumpir a voluntad el cuestionario. En cuanto a las filmaciones y fotografías fueron las únicas que fueron contempladas desde la ONG con la necesidad de utilizar un consentimiento informado y la prohibición de hacer tomas de lugares públicos donde hubiera niños. Sobre todo se insistió en la firma del consentimiento de artesanos y productores ya que iban a ser difundidas en la página de la organización con sus productos y artesanías. De la misma manera que en la filmaciones de campo para las consultoras, las mismas tenían pedidos específicos en cuanto a tomas, duración, número de personas entrevistadas, aunque de modo mucho más laxo. Asimismo, tomamos como fuente de análisis nuestra experiencia en investigaciones externas, donde nuestra labor no era de recolección sino de estudio de información previamente obtenida por otros profesionales. El ejemplo específico consiste en un trabajo de análisis cualitativo solicitado por entidades municipales de distintas localidades de la provincia de Buenos Aires. Los datos, – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 11 fueron presentados para su manejo como resultados provisionales, mayoritariamente estadísticos. El objetivo era confeccionar un informe que cruce los mismos, y los asocie a la información contextual igualmente proporcionada. En este caso, no existían lineamientos para el trabajo en sí, sino que al tratarse de un informe contratado, el posterior manejo de los resultados entregados fue de estricta disposición de los empleadores. Otro ejemplo son los trabajos en el marco de las investigaciones para consultoras en los cuales, estando en distintas instancias, pudimos constatar las características de este tipo de pesquisas. 4. Consideraciones Finales Consideramos, a la luz del tiempo y la experiencia que fuimos adquiriendo, que las instancias transcurridas sirvieron para posicionar nuestro trabajo profesional, y las condiciones de construcción de conocimiento. Los diferentes entornos de trabajo nos permitieron adquirir adaptabilidad a las condiciones preestablecidas y sorpresivas. Muchas de las problemáticas se resolvieron en el campo, ya que la urgencia específica y la falta de experiencia las convirtieron en un desafío. Es importante la preparación para adaptar todas estas cuestiones, conocer los detalles respecto del ente contratador, revisar las propuestas metodológicas y finalidades del estudio, las encuestas o entrevistas prediseñadas, así como el tratamiento de los informantes y los consentimientos informados. A su vez, si bien el etnólogo contratado no es el iniciador de la investigacion, como bien lo señalan Erickson y Ghasarian (2008) es en cierta – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 12 manera el dueño de la situación, y siempre puede redefinir su posición para no perder el equilibrio con respecto a si mismo y a la deontología de la disciplina. Es a partir de nuestras experiencias en trabajos de campo breves, que intentamos reflexionar acerca de las herramientas y técnicas metodológicas apropiadas. Tales suponen un entrenamiento especial, ya que el investigador debe resolver imprevistos de manera más rápida que lo haría en el desarrollo de una investigación tradicional. Creemos que al tratarse de espacios de trabajo emergentes nos suponen una oportunidad para enriquecer el quehacer antropológico. La insuficiencia de debates en torno a la pertinencia de la disciplina en dichos campos, restringe su acción y sus potenciales aportes a la construcción de conocimiento. 5. Bibliografía. Bastide, R. (2001). Antropología Aplicada. Buenos Aires: Amorrortu Editores. Bartoli, L. (2002). Antropología Aplicada: Historia y perspectivas desde América Latina. Quito : Ediciones Abyala-Yala. Cadenas Ramos, H. (2005). “La Antropología aplicada en una sociedad compleja.” En: Revista Mad. N°13: 71-81. Erickson, P y Ghasarian, C. (2008). “Un campo de 35 horas… Reflexiones dialógicas sobre las interpretaciones de antropología finalizada en empresas” En: De la etnografía a la antropología reflexiva: Nuevos campos, nuevas prácticas, nuevas apuestas. Colombres, A. (Director). Buenos Aires: Ediciones del sol. – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina 13 Guerrero, P. Comp. (1997). Antropología Aplicada. Quito: Ediciones Abyala-Yala. Pereira, L. (2007). “Roger Bastide y los límites de la antropología aplicada tradicional”, En: Boletín Antropológico, vol. 25, N° 69: 29-56. Perez, M. (2007). “Las Perspectivas y Retos de la Antropología Aplicada en el Siglo XXI”, En: Revista Mad. N° 17: 1-9. Departamento de Antropología. Universidad de Chile.
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