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Volumen 38, Suplemento 3, octubre-diciembre 2015 S417 www.medigraphic.org.mx Principios de neuroanatomía Dr. José Figueroa-Gutiérrez C Vol. 38. Supl. 3 Octubre-Diciembre 2015 pp S417-S418 Todos los días en la radio, en los periódicos, en la televisión, en el cine, en el Internet, en los artículos científicos y en los congresos, aparece información acerca del cerebro o del sis- tema nervioso y de sus posibles aplicaciones, como el poder manejar un automóvil. Utilizando la actividad eléctrica del cerebro, los pacientes parapléjicos que utilizan exoesqueletos a través de las órdenes cerebrales pueden mover las piernas. El proyecto del «conectoma humano» busca entre otras cosas: colocar marcapasos cerebrales para el manejo de la depresión y determinar posibles tratamientos para la enfermedad del Alzheimer. Sin embargo, seguimos siendo Homo Sapiens, aunque con un estilo de vida diferente, vivimos en grandes urbes, padece- mos enfermedades como la obesidad, el estrés, la diabetes y la demencia digital por el uso excesivo de medios electrónicos. En el estudio de la neuroanatomía, es de todos conocido las enormes aportaciones de Leonardo da Vinci, Vesalio, Klinger y Gunther Von Hagens. El conocimiento y control de nuestro cerebro, y el recono- cimiento de la conciencia es el bien más preciado de Homo Sapiens, y para que esto sea posible, cuenta con una estruc- tura llamada lóbulo frontal, el cual tiene básicamente tres funciones: 1. Darnos cuenta del aquí y el ahora, 2. controlar al sistema límbico y al sistema de recompensa y 3. planear la toma de decisiones junto con el hipocampo, actualmente denominado GpS cerebral. El sistema nervioso es uno solo y trabaja de forma integral, y para su explicación didáctica, al sistema nervioso central lo podemos estudiar al compararlo con un edificio de 37 pisos, en donde los primeros 31 pisos corresponden a los segmentos medulares: 8 cervical, 12 torácicos, 5 lumbares, 5 sacros y 1 coccígeo. La médula espinal es el área del denominado «office boy» de nuestro edificio imaginario, al que se le indica algo y lo realiza al pie de la letra, igual que la actividad refleja de la médula espinal: se aplica un estímulo y se obtiene una respuesta como los reflejos rotuliano, extensor, de la marcha, y esfinterianos, entre otros. Los pisos 32, 33, 34 correspon- den respectivamente a la médula oblongada, al puente y al mesencéfalo y todos juntos conforman el tallo cerebral. El control cardiovascular, respiratorio, el tusígeno, el estornu- do, la deglución y el vómito, que se integran en la médula oblongada. Los reflejos cocleares y vestibulares, salivales en el puente y los reflejos oculares, posturales y de movimiento, así como el sistema reticular activador ascendente (SARA) o del despertamiento en el mesencéfalo. El piso 35 corresponde al cerebelo, que se encarga de la sinergia, que es el encargado del control del tono y de la coor- dinación muscular. El piso 36 corresponde al sistema límbico que junto con el sistema de recompensa –integrado por el área tegmental ventral, el núcleo accumbens y la corteza orbito- frontal– controlan la conducta instintiva y las emociones. En nuestro edificio imaginario en este lugar trabajarían los ejecu- tivos jóvenes, impulsivos y sin experiencia. Y finalmente en el piso 37, el penthouse de nuestro edificio, se encuentra la oficina del jefe, es decir la corteza cerebral, que es una estructura de consistencia gelatinosa y plegada, pues al extenderla tendría un área de 2,200 centímetros cuadrados que ocupan la bóveda craneal. La corteza cerebral se divide en seis lóbulos: frontal, parietal temporal, occipital, de la ínsula y el límbico. Anatomofuncionalmente, el cerebro se divide en tres ter- cios: el tercio posterior se encarga de la visión; el tercio medio se encarga de la sensibilidad y del movimiento así como del lenguaje; y el tercio anterior o frontal controla la creatividad, la conciencia, la toma de decisiones y la planeación. Para el neurocirujano del siglo, Gazi Yasargil, se puede estudiar anatómicamente al cerebro en seis capas de la parte * profesor de Anatomía. FES Iztacala. Este artículo puede ser consultado en versión completa en http://www.medigraphic.com/rma www.medigraphic.org.mx Revista Mexicana de Anestesiología Figueroa-Gutiérrez J. Principios de neuroanatomía S418 www.medigraphic.org.mx externa a la interna. Capa 0: corteza cerebral; Capa 1: fibras en «U»; Capa 2: fibras subgirales; Capa 3: fascículos de aso- ciación larga-cíngulo, fascículos fronto-parieto-occipitales superior e inferior y fascículos longitudinal superior e inferior; Capa 4: cuerpo calloso y la Capa 5: fascículos ascendentes (sensitivos) y descendentes (motores). Al realizar la disección anatómica de las estructuras del cerebro es interesante encontrar que algunas tienen una for- ma curva o de una letra c, como son la cara medial de los hemisferios cerebrales, el sistema límbico, los ventrículos cerebrales, el fórnix y el núcleo caudado. Una estructura muy relevante en el funcionamiento ce- rebral, es el sistema reticular activador ascendente (SARA) ubicado en la transición meso-diencefálica o parte alta del tallo cerebral, el cual genera las ondas cerebrales que dan, origen a la conciencia, su lesión produce estado de coma. El cerebro constituye el 2% del peso corporal de una per- sona, recibe del 15 al 20% del gasto cardíaco y es altamente dependiente de glucosa y oxígeno, por lo que sólo utilizamos el 2% de la actividad total cerebral, ya que si lo utilizáramos al 100% se generaría una hipoglicemia severa. Está consti- tuido por un 80% de agua, 15% de lípidos, no tiene espacio intersticial, tiene una barrera hematoencefálica constituida por las neuronas, la glía y los vasos sanguíneos. El cerebro tiene autorregulación vascular y endocrinológi- ca, y aunque tiene una actividad intensa produce poco calor. La revisión rápida de estos principios básicos de la neu- roanatomía puede ayudar a entender la fisiopatología del edema cerebral, a comprender la necesidad de monitorizar las variaciones de la presión intracraneal y de las ondas de Lumberg, a prever y evitar la presencia de las hernias ce- rebrales y con todo esto disminuir los riesgos ante un daño cerebral irreversible. La anatomía nos exige también analizar la evolución clínica y realizar trabajo colaborativo con otros especialistas como el neurorradiólogo y el intensivista que determinará el umbral isquémico y su correlación con la actividad eléctrica. Es importante recordar que el cerebro es un órgano muy irrigado y los vasos están distribuidos territorialmente: lesión de las arterias cerebral media, anterior y posterior, la insuficiencia vertebrobasilar y los infartos lacunares; entre otros. No quisiera pasar por alto, mencionar a la epilepsia como una patología con mayor frecuencia que imaginamos y en muchas ocasiones no diagnosticada, la anatomía nos permite registrar por medio del electroencefalograma (EEG) o bien en forma protocolaria diagnosticar y tratar quirúrgicamente la epilepsia con buenos resultados. Finalmente, hay un dilema bioético que frecuentemente se nos olvida tocar y que está presente en el campo de los especialistas en terapia intensiva, neurocirugía o en cirugía cardiovascular, me refiero a la muerte cerebral y a la donación de órganos. para esto se requiere un manejo multidisciplina- rio, una minuciosa exploración neurológica, farmacológica, Doppler transcraneal y angiografía por resonancia, lo cual asegura la factibilidad de la donación. RefeRencias 1. Moore JC. Neuroanatomía simplificada. Facultad de Medicina Univer- sidad de Dakota del Sur (EUA) Ed. en español 1987. 2. Yazargil MG. Microneurosurgery. Tomo IV A. Thieme Medical Pu- blishers Inc. New York 1996. 3. Klinger J, Ludwig E. Atlas cerebro humani. Editorial Gredos Madrid España 1956.
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