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La-era-del-capital-improductivo-2021

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La era del capital
improductivo
LA CITTÀ DEL SOLE
Ladislau Dowbor
Estas conexiones entre finanzas, desigualdad y pobreza, en ningún 
lugar son tan evidentes como en el caso de la oferta de servicios 
bancarios para los pobres y las familias con dificultades financieras.
Roosevelt Institute, Epstein y Montecino, 2016
Brasil ha tenido durante mucho tiempo algunos de los tipos de interés 
más altos del mundo. Hay un vasto cuerpo de literatura que intenta 
entender las razones de unos tipos de interés tan elevados.
World Bank, 2016, p. 67
Esta publicación es producto de los esfuerzos del Grupo Internacional, 
Interinstitucional e Interdisciplinario de Estudios e Investigación en Derecho, 
Economía y Finanzas Públicas (GIDEF UFMG/RICDP), fruto de las 
acciones de Cooperación Académica Internacional iniciadas con el 
Convenio Marco entre la UFMG y la RICDP.
Universidade Federal de Minas Gerais 
Faculdade de Direito da UFMG
Programa de Pós-Graduação em Direito
Programa Universitário de Apoio às Relações de Trabalho e à 
Administração da Justiça (PRUNART-UFMG)
Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades 
sobre el Estudio de la Deuda Pública
PRUNART
Série Administração da Justiça
Volume XVII
La era del capital 
improductivo
LA CITTÀ DEL SOLE
Red Internacional de Cátedras,
Instituciones y Personalidades
sobre el estudio de la Deuda Pública
Ladislau Dowbor
Edizioni
LA CITTÀ DEL SOLE
di Giordano Manes
redazione@lacittadelsole.net – www.lacittadelsole.net
Napoli/Potenza – Italia
2021
La Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el Estu-
dio de la Deuda Pública (RICDP - www.ricdp.org), en su quinto aniversario 
(2015-2020), agradece y rinde un homenaje al Prof. Ladislau Dowbor, publicando 
La era del capital improductivo. Una obra de imprescindible lectura, en tiempos de 
la barbarie perpetua del capitalismo financiero especulativo, rentístico y ficticio. 
De igual manera que el virus, compone el riesgo biológico, el capitalismo financie-
ro compone un sistema de producción de muertes. Desde esta perspectiva apelamos 
a la educación, la conciencia de los pueblos, el compromiso y la solidaridad en la 
construcción de nuevos sistemas y otras relaciones comunitarias.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Dowbor, Ladislau 
 D744e La era del capital improductivo / Ladislau Dowbor; [Revisão: 
 Nathália Lipovetsky]. –Napoli; Potenza – Italia: La Cittá del Sole, 2021. 
 (Série Administração da Justiça; 16). 
 
 269 p.: il. – Inclui bibliografia. 
 
 Obra elaborada por meio das ações de cooperação acadêmica 
 internacional entre o PRUNART e a RICDP. 
 
 ISBN 978-88-8292-529-1 
 
 1. Economia 2. Ciência política 3. Exclusão social 4. Capital 
 (Economia) 5.Bancos 6. Governança corporativa 7. Renda – 
 Distribuição I. Título 
 
 CDU 339.2 
 
 Ficha catalográfica elaborada pela bibliotecária Meire Luciane Lorena Queiroz CRB 6/2233. 
http://www.ricdp.org
6
Sumário
Nota para la edición en español 8
Introducción 11
1. La dimensión de los desafíos 17
2. La red mundial de control corporativo 36
3. Gobernanza Corporativa 49
4. El proceso de decisión y la disolución de la 
responsabilidad 60
5. Oligopolio sistémico financiero 67
6. Los paraísos fiscales 72
7. El control financiero de las commodities 81
8. La captura del poder político 101
9. Thomas Piketty: producción y apropiación 122
10. El capital financiero se apropia del excedente social 134
11. Buscando rumbos: caminos y descaminos 147
12. La dimensión brasileña: los cuatro motores 
de la economía 162
7
13. La cronología del desastre 190
14. Visión general: recuperar la productividad del sistema 213
Conclusión 233
Anexo – Esbozo de una agenda 241
Glosario 256
Bibliografía 262
8
Nota para la edición en español
El mundo enfrenta, en este año de 2020, desafíos críticos, más 
allá del COVID-19. En términos resumidos, estamos destruyendo 
el planeta por mal manejo, y generando una desigualdad explosiva 
que ultrapasa los límites de la sostenibilidad. Es lo que se ha caracte-
rizado como catástrofe en cámara lenta. Pero el sistema financiero 
se adelanta de forma expansiva e irresponsable, de crisis en crisis, 
siempre rescatado con recursos públicos, y generando el endeuda-
miento generalizado de las familias, de las empresas y de los gobier-
nos, trabando los procesos productivos. Los recursos financieros 
son necesarios para invertir en el cambio de la matriz energética 
y de transportes, en formas sostenibles de producción agrícola y 
otras medidas ampliamente conocidas. Y son necesarios para or-
ganizar la inclusión productiva de miles de millones de personas. 
En que pesen las declaraciones formales de las grandes corpora-
ciones, que se preocupan con el impacto ambiental y social de 
sus actividades, la verdad es que los dramas se profundizan. En 
las últimas décadas, mientras el producto mundial crece en tor-
no al 2,5%, los papeles financieros pagan entre 7% y 9%, y los 
capitales se dirigen hacia lo que más rinde. Es una deformación 
sistémica, que saca recursos de las actividades productivas hacia 
la especulación generalizada. Nuestro problema planetario no es 
económico: lo que se produce de bienes y servicios en el mundo, 
el PIB mundial, 85 trillones de dólares, representa 3700 dólares 
por mes por familia de cuatro personas, lo suficiente para que 
todos vivan de forma digna y confortable, con lo poco que se 
reduzca la desigualdad. Nuestro problema es de organización 
política y social. Hoy buscamos un nuevo pacto, algún tipo de 
Global Green New Deal, o en todo caso de nuevas reglas del jue-
9
go. La crisis de la pandemia apenas volvió el desafío más evidente. 
Presentamos aquí  las recientes transformaciones económicas, 
políticas y sociales en Brasil, pero partiendo de la dinámica más 
amplia de cambios en la esfera mundial. El capitalismo financie-
rizado juega un papel central. Eso nos afecta a todos. Tuvimos, en 
América Latina, unos pocos años de democracia transformadora, en 
el sentido de permitir una reducción significativa del drama de la 
desigualdad. Fueron años en que además de democracia formal en 
el plan político, hubo también avances en términos de democracia 
económica. Al que todo indica, nuestras oligarquías no lo sopor-
taron. Solo tenemos derecho a la democracia, si no la utilizamos. 
En octubre del 2018, Brasil eligió un ex-capitán fascista para la 
presidencia. Al que parece, para liquidar la democracia, ya ni 
siquiera son necesarios generales. Tendremos claramente años 
difíciles por delante, que por la dimensión de Brasil en nuestra 
región tendrán impacto para toda la América Latina. El proceso 
de ruptura de la democracia brasileña en la realidad empezó en 
2013, cuando Dilma intentó bajar las tasas de intereses usurarias y 
reducir el sistema de explotación por el endeudamiento. Se reeligió 
en 2014, pero no la dejaron gobernar. Sacaron Dilma sin crimen, 
aprisionaron Lula sin culpa. Un circo jurídicoimpresionante per-
mitió en 2016 dar al golpe apariencias de legalidad. Las elecciones 
del 2018, con Lula en la cárcel y un ataque de fake-news en escala 
industrial, tienen la legitimidad de un golpe dentro del golpe. 
Llevaron el país a una recesión profunda sin horizonte de sali-
da. Los que es cada vez más evidente, es que no se puede en el 
largo plazo asegurar equilibrios económicos y sociales mientras 
no se garantice  la inclusión de la población. Eso lo tenemos 
en común en toda América Latina y en gran parte del mun-
do. El texto que sigue no es para economistas, es para la gen-
te que quiere comprender  la dimensión económica de lo que 
pasa. Por desgracia, nos es muy complicado. Buena lectura. 
Este libro se presenta aquí en Creative Commons, que permite 
uso, reproducción y divulgación sin fines comerciales. Para los 
que quieran consultar el original en portugués, está disponible 
en http://dowbor.org. En la edición original brasileña está di-
sponible un video de 10 minutos para cada uno de los capítulos, 
son 15 videos en portugués que ayudan en la comprensión y 
son utilizados, junto con el Instituto Paulo Freire, para organi-
10
zar cursos sobre cómo funcionan nuestras economías. La serie 
completa del proyecto Pedagogía da Economia, está disponible en 
http://dowbor.org/2018/08/curso-pedagogia-da-economia-com-la-
dislau-dowbor-instituto-paulo-freire-2018-15-aulas.html/ 
São Paulo, 8 de junio de 2020
Ladislau Dowbor
11
Introducción
Todos tenemos nuestras crisis predilectas. Son las crisis de 
los valores, de las pandemias, de la demografía, de la economía, 
de la energía, de la especulación financiera, de la educación, de la 
pasteurización cultural, de identidades, de la banalización de la vida, 
de la miseria que explota en el mundo, de la falta de agua que afecta 
a más de mil millones de personas. Pero la cuestión ya no es escoger 
la crisis que nos parezca más amenazadora. Porque la verdadera 
amenaza proviene de la convergencia impresionante de tendencias 
críticas, de la sinergia de un conjunto de comportamientos, incluso 
comprensibles, pero profundamente irresponsables y muy a 
menudo criminales que asolan nuestra pequeña espacionave.
El objetivo general, aquí, no es hacer un muro de las 
lamentaciones o un elenco de nuestras desgracias. El ser humano 
de hoy no es significativamente mejor o peor que el de otras 
generaciones que nos precedieron. Lo central es que las instituciones 
que nos rigen, las reglas del juego de la sociedad pueden llevarnos 
tanto a dinámicas extremadamente positivas – por ejemplo a la fase 
de la socialdemocracia entre 1945 y 1975 en los países llamados 
desarrollados – como puede empujarnos a conflictos absurdos 
y destructivos, por más tecnología, conocimiento y riqueza que 
tengamos.
El caos que progresivamente se instala en el mundo está 
directamente vinculado al agotamiento de un conjunto de 
instituciones que ya no responden a nuestras necesidades de 
convivencia productiva y civilizada. Se ha creado una fractura 
profunda entre nuestros avances tecnológicos, que han sido y siguen 
siendo espectaculares, y nuestra capacidad de convivencia civilizada, 
que se estanca o hasta retrocede. Se trata de una ruptura sistémica, 
12
un desajuste en los tiempos. Este desafío ha sido correctamente 
conceptualizado como crisis civilizatoria.
Forma parte también de esta crisis civilizatoria el desajuste 
en los espacios. La economía se globalizó, con corporaciones 
transnacionales y gigantes financieros que operan a escala mundial, 
mientras que los gobiernos continúan, en gran parte, siendo 
nacionales e impotentes frente a los flujos económicos dominantes. 
Los instrumentos políticos de regulación siguen fragmentados 
en los casi 200 países que constituyen nuestro planeta político 
realmente existente. Con la desorganización resultante de eso, 
poblaciones inseguras buscan soluciones migrando o apoyando a 
movimientos reaccionarios que ya creíamos superados.
El mundo está claramente maduro para una gobernanza 
planetaria, para que se produzca de nuevo un mínimo de coherencia 
entre los espacios de la economía y los espacios de la política. 
Los fragmentos de gobernanza global que surgieron, como la 
Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial, 
el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización 
Mundial del Comercio (OCM) y otros parecidos, como también 
las reuniones ad hoc de un G8, el G20 o los BRICS, claramente 
apuntan hacia la necesidad de repensar la articulación de los 
espacios y la creación de un sistema diferente de gobernanza.
Pero la política sigue siendo lo que es: la tendencia más general 
es buscar culpables, ya sean de derecha o de izquierda. Los medios 
de comunicación de masas, que hoy penetran en casi todos los 
domicilios del planeta, sabrán navegar entre los odios que se 
generan. Confirmar prejuicios proporciona más beneficios en 
puntos de audiencia que explicitar los problemas. Esto nos lleva a 
personalizar los problemas en lugar de comprender las dinámicas. 
Un poco de sentido común anima a la búsqueda de una mejor 
comprensión de lo que está equivocado y de reglas de juego que nos 
permitan hacer que el planeta funcione.
En primer lugar, necesitamos, con sentido común, restablecer 
la atención en relación con el sentido equivocado en la política. En 
general, la política tiene más que ver con emociones, esperanzas y 
temores que con racionalidad. ¿Hitler era un psicópata? Es mucho 
más importante entender cómo los grandes grupos económicos lo 
apoyaron, cómo más de la mitad de los médicos alemanes se sumó 
al partido nazi y cómo la población votó y, finalmente, lo eligió. 
13
La elección de un Donald Trump me preocupa como preocupa 
a los demócratas del todo el planeta. Más preocupante que el 
personaje, sin embargo, es el hecho de que una nación rica, con 
tantas universidades y cultura pujante como los Estados Unidos 
lo elija. Y que las personas hayan sido sensibles a los argumentos, 
que finalmente no eran argumentos, sino expresiones emocionales, 
inseguridad y odios con los que éstas se pudieron identificar.
Una gobernanza que funcione no se construye con odios. Exige 
una visión racional de lo que puede funcionar, incluso teniendo 
en cuenta las irracionalidades. ¿Vamos a resolver el drama de la 
desigualdad y de las migraciones construyendo un muro? ¿Un 
condominio cerrado llamado USA? La realidad es que el sistema 
heredado, el llamado neoliberalismo, ya no cabe en el mundo 
contemporáneo. El mundo necesita reinventar sus caminos.
Este libro articula diversas investigaciones que realicé en los 
últimos años, ampliadas ahora y reunidas con una visión sistémica. 
Tienen como denominador común o eje orientador la búsqueda de 
la gobernanza, de un proceso de decisión que funcione. Los datos 
de los estudios anteriores han sido actualizados. Se han incorporado 
investigaciones, estudios y debates actuales. Caracterizaremos poco 
a poco los desafíos sistémicos, delinearemos la nueva arquitectura 
del poder en la fase del capitalismo global, analizaremos los impactos 
creadores de la financiarización, y finalmente presentaremos la 
forma en que este proceso se materializó en la crisis brasileña más 
reciente.
Una advertencia sobre la confiabilidad de nuestro análisis. 
El área económica está hoy tan vinculada a la política – a su 
vez profundamente enraizada en nuestra emociones -, que la 
información científica se rechaza en bloque, frecuentemente, por 
la simple convicción de que se trata de información enemiga. 
Este trato tribal del análisis permite que en los Estados Unidos, 
por ejemplo, los demócratas consideren el problema climático 
como algo real mientras que los republicanos lo consideran como 
una invención sin fundamento. ¿Los republicanos son menos 
científicos? ¿Cómo puede la ciencia ser filtrada de esta manera 
por las emociones políticas y por las identificaciones de clanes? 
La realidad es que es muy fácil considerar racional y científico 
aquello queconfirma nuestros prejuicios. No somos naturalmente 
objetivos. Y eso me preocupa.
14
Dos precauciones: primero, tuve muy en cuenta señalar, lo más 
rigurosamente posible, las fuentes primeras de las informaciones en 
este libro. O sea, no trabajo con comentarios de un periódico que 
favorezca a mi opinión, sino con la fuente primera de la institución 
que elaboró las estadísticas y que, por tanto, tiende a responder 
ante otras instituciones de investigación. Además, cada información 
la presento junto con el link que permite al lector verificar en la 
fuente la exactitud o no de los datos mencionados. Hace tiempo 
organicé en la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC/
SP) un curso sobre “Fuentes Primeras de Información Económica”, 
intentando reforzar la capacidad de los futuros economistas para 
trabajar con datos más que con opiniones. Pensar, como es sabido, 
es trabajoso. Muchos prefieren tener opinión.
Segundo, en la medida de lo posible busco la objetividad. 
Éste es un terreno resbaladizo: como todo el mundo, tiendo a 
considerar más objetivo lo que me convence o refuerza mi visión. 
Con los años aprendí la importancia de prestar atención a los datos 
que no concuerdan con mi visión: claramente se trata de algo que 
tiene que ser confirmado. Tal vez, la lectura más genial en esta 
área sea el pequeño libro de Gunnar Myrdal, A Objetividade na 
Pesquisa Social (La Objetividad en la Investigación Social). Antiguo 
pero excelente. Básicamente, muestra que mejor que pretender 
presentar “solamente hechos” es declarar desde el principio nuestras 
convicciones y valores, porque eso ayuda mucho al lector a situarse. 
Libro antiguo y muy disponible en nuestra biblioteca de emergencia 
que es el Estante Virtual (https://www.estantevirtual.com.br/).
¿Qué son mis convicciones? El motor que me mueve es una 
profunda indignación. Hoy, 800 millones de personas pasan 
hambre, no por culpa de ellas sino por culpa de un sistema de 
asignación de recursos sobre el que ellas no tienen ninguna 
influencia. La impotencia de no poder proveer el alimento al hijo 
es un sentimiento terrible. Millones de criaturas mueren cada año. 
Al día, cerca de cinco veces más que todas las víctimas de las Torres 
Gemelas de Nueva York. La injusticia tan presente y la arrogancia de 
los ricos que ostentan su éxito sin ver las desgracias que reproducen, 
francamente, me provocan una profunda indignación. Por eso, mi 
motivación más poderosa es entender el “por qué”, los mecanismos, 
las alternativas. Incluso porque indignarme solamente no resolverá 
mucha cosa.
https://www.estantevirtual.com.br/
15
Es relativamente fácil señalar a los culpables y esperar que 
desaparezcan. Pero no van a desaparecer, porque el problema no es 
solamente de personas, sino del sistema, de la forma de organización 
social, del proceso de decisión que impera en una sociedad, la 
llamada gobernanza. Estoy convencido de que las soluciones 
transitan por la vía de la construcción de una sociedad con más 
información, con gobiernos y empresas legalmente obligados a 
funcionar de forma más transparente, con sistemas de gestión más 
descentralizados y comunidades más participativas. En definitiva, 
sociedades más democráticas. A quien ya haya leído otros libros 
que escribí, como A Reprodução Social, Democracia Econômica, O 
Mosaico Partido u O Pão Nosso de Cada Dia, le quedará muy clara 
mi propuesta. No sirve de nada gritar y odiar. Necesitamos pensar 
de manera organizada cómo se toman las decisiones en el sistema 
actual y cuáles son las alternativas que se plantean en esta era de 
tanta tecnología y tanta riqueza mal aprovechadas.
El último punto de esta introducción es mi trayectoria. 
Trabajando, con mis veinte y pocos años de edad, en el Jornal do 
Commercio de Recife, en los años 1960, me sorprendí del nivel de 
riqueza y opulencia, por un lado, y de miseria y crueldad, por otro. 
No hay ciencia ni religión, no hay ética que justifique eso. Decidí 
estudiar economía para intentar entender cómo podía mantenerse 
tanta barbarie y primitivismo y cómo, al mismo tiempo, esa situación 
podía presentarse como si fuese natural. A partir de ese punto 
empezaron mis problemas. Luché contra la dictadura porque creía 
– y creo – que luchar contra una dictadura no solamente es legítimo 
sino que es un deber. Exiliado, hice la maestría y el doctorado en 
la Polonia socialista, tierra de mis padres. Allí me di cuenta de las 
tonterías que se escribían sobre el socialismo. En cierta forma, dejé de 
creer en los “ismos” de todo género y empecé a buscar lo que funciona.
Enseñé economía del desarrollo y finanzas públicas en la 
Universidad de Coimbra, después trabajé siete años en diversos 
países de África, en el marco de las Naciones Unidas, vínculo 
profesional que me permitió evaluar situaciones económicas y 
sociales también en Asia y en diversos países de América Latina. 
Empecé a creer menos todavía en los “ismos” y a buscar, cada vez más, 
lo que efectivamente funciona: un tipo de pragmatismo civilizado 
por la convicción de que no basta que el sistema funcione solamente 
para las élites. Determinadas cosas no pueden faltarle a nadie.
16
El bloqueo ideológico, a falta de poder refutar argumentos, 
tiende a refutar a las personas. Es más fácil. Francamente, podría 
decir que no es mi problema. Pero como sé que no se pueden 
encontrar soluciones si no se amplía mucho el número de personas 
que entiendan lo que está sucediendo, me mantengo en mi posición 
y sigo organizando y difundiendo información, de la forma más 
clara posible. Y de la forma más honesta que consigo.
Ya en los años 1990, en Brasil, cuando la entonces primera 
dama y antropóloga, Ruth Cardoso, me convidó a ayudar a 
su Comunidad Solidaria, ayudé durante cuatro años de forma 
voluntaria. Desde la izquierda me criticaron, decían que yo 
estaba “durmiendo con el enemigo”. Hoy es para mi evidente 
que la política redistributiva y de inclusión de los gobiernos Lula, 
que apoyé decididamente, constituye un camino importante, 
aunque con limitaciones estructurales que presento en este texto. 
Desde la derecha me criticaron, decían que soy “petista”, lo que 
aparentemente es más fácil que enfrentarse a los argumentos y 
razonar sobre nuestros desafíos reales.
Yo, apenas pido que me disculpen. Solamente soy corintiano 
[animador del Corinthians, popular equipo de fútbol de Sao Paulo, 
ndt.], que no siempre es fácil. Tengo ya tres cuartos de siglo, he 
dirigido ministerios económicos en diversos países, fui consultor 
del Secretario General de la ONU, he escrito más de cuarenta 
libros. Mi problema no es ondear una bandera ideológica o golpear 
cazuelas que solamente repitan desinformación. Yo solamente hago 
las tareas de casa: leo, estudio, enseño y escribo. Que aproveche.
17
1.
La dimensión de los desafíos
En este primer punto queremos delinear como se articulan tres 
dinámicas que desequilibran de manera estructural el desarrollo 
y la calidad de vida en el mundo. En términos sencillos, estamos 
destruyendo el planeta en provecho de una minoría, mientras que 
los recursos necesarios para el desarrollo sostenible y equilibrado 
son esterilizados por el sistema financiero mundial.
1. La dinámica ambiental
Nuestro pequeño planeta, claramente, está sufriendo un ataque 
viral llamado homo sapiens. A veces, desde la ventana del avión, 
viendo desde lo alto las manchas urbanas que se multiplican en la 
superficie de la tierra, ceniza encima del verde, me da la impresión 
de que una enfermedad se extiende, como manchas que pueden 
aparecer en nuestra piel. La inmensidad de las áreas deforestadas, 
las numerosas columnas de humo que se levantan a los lejos, fruto 
de las quemadas, solamente refuerzan esta impresión. Realmente, 
lo mínimo que se puede decir es que no estamos cuidando bien 
nuestra casa.
El gráfico que presentamos abajo constituye un resumen de 
macrotendencias durante el período histórico que va del 1750 
hasta la actualidad. Las escalan fueron compatibilizadasy algunas 
de las líneas representan procesos para los cuales tenemos cifras 
más recientes solamente. Pero en conjunto, el gráfico junta áreas 
tradicionalmente estudiadas de forma separada, como demografía, 
clima, producción de coches, consumo de papel, contaminación 
de agua, exterminio de vida en los mares y otras. La sinergia del 
18
proceso se ve claramente, de la misma manera que se hace obvia la 
dimensión de los desafíos ambientales. 
Fuente: Macrotendencias 1750-2000 - New Scientist, 18 de octubre del 2008, p.40
Poco importa aquí que el gráfico sea del 2008, ya que se trata 
de macrotendencias (megatrends) que cubren el período de 1750 
hasta la actualidad, dos siglos y medio, en la visión amplia del 
Antropoceno1. Lo esencial es la curva drásticamente ascendente 
a partir del 1850, que se agrava en el período más reciente. La 
curva de población (2) en el gráfico es suficientemente explícita 
visualmente. Yo lo veo claro acordándome de mi padre. Cuando él 
nació, en el 1900, éramos 1.500 millones de personas en el planeta. 
Hoy, en el 2017, somos 7.200 millones. Se trata de mi padre, no de 
la prehistoria. La población crece a una tasa inferior, pero sobre una 
base mucho mayor: somos cerca de 80 millones más cada año. Y 
todos queriendo consumir más, cada corporación queriendo extraer 
y vender más, y con tecnologías cada vez más potentes que permiten 
ampliar el proceso. Con una perspectiva sistémica y de largo plazo, 
evidentemente, esto no tiene sentido.
1 Se designa como antropoceno la fase reciente en que el ser humano genera impactos 
transformadores en el planeta, en varias esferas como el clima, la biodiversidad e 
incluso los cambios geológicos.
19
El comentario del New Scientist sobre estas macrotendencias 
apunta directamente a nuestro propio concepto de crecimiento 
económico. Es hasta irónico que el gráfico se presentase 
en plena crisis financiera del 2008: “La ciencia nos dice 
que si queremos ser serios cuando nos planteamos salvar 
la tierra necesitamos darle otra forma a nuestra economía. 
Eso, naturalmente, constituye una herejía económica. El 
crecimiento, para la mayoría de los economistas, es tan esencial 
como el aire que respiramos. Sería, dicen, la única fuerza capaz 
de sacar a los pobres de la pobreza, de alimentar a la creciente 
población mundial, de enfrentarse a los costos crecientes de 
los gastos públicos y de estimular el desarrollo tecnológico – 
eso sin mencionar la financiación de estilos de vida cada vez 
más caros. Ellos no ven los límites del crecimiento nunca. 
Recientemente, se puso de manifiesto lo aterrorizados que 
están los gobiernos en relación con todo lo que amenace 
al crecimiento, mientras que derrochan miles de millones 
de dinero público en un sistema financiero fracasado. En 
medio de la confusión, cualquier duda sobre el dogma del 
crecimiento tiene que analizarse de forma muy cuidadosa. El 
cuestionamiento se apoya en una pregunta duradera: ¿cómo 
conciliamos los recursos finitos de la tierra con el hecho de 
que a medida que la economía crece el volumen de recursos 
necesarios para sustentar la actividad también tiene que crecer? 
Llevamos toda la historia humana para que la economía llegase 
a su dimensión actual. Con el ritmo actual, conseguiremos 
multiplicarla por dos en tan sólo dos décadas”.2
La convergencia de las tensiones generadas para el planeta se 
ha hecho evidente. Ya no podemos felicitarnos más del aumento 
de la pesca cuando estamos liquidando la vida en nuestros 
mares, ni del aumento de la producción agrícola cuando estamos 
liquidando los acuíferos y contaminando las reservas planetarias 
de agua dulce. Y esto sin entrar en el tema del aumento de 
producción de automóviles y de la expansión de otras cadenas 
productivas generadoras de calentamiento climático. Es muy 
impresionante constatar, según datos de la Red WWF del 2016, 
2 New Scientist, 18 de octubre, 2008, p. 40
20
que entre el 1970 y el 2010, en sólo cuarenta años, se eliminó un 
52% de la fauna del planeta.
Impresiona más todavía que el efecto climático de los gases 
invernadero no es novedad, ya se había demostrado en el 1859, 
mientras que la primera discusión amplia sobre esta amenaza 
solamente tuvo lugar, en Estocolmo, en el 1972. Hicieron falta 
todavía 20 años más para realizar una primera convención sobre el 
clima, en 1992, en Río de Janeiro. Finalmente, la Conferencia de 
París, en el 2015, decidió que ahora sí vamos, realmente, a tomar 
medidas. Claro que falta ahora, solamente, convencer al nuevo 
presidente de los EUA. Curiosamente, investigaciones recientes 
muestran que la convicción de los estadounidenses sobre el 
cambio climático no depende de su nivel de conocimiento 
científico, sino del partido al que pertenecen. Aparentemente, 
es más importante el sentimiento de pertenencia a “nuestro 
club” o a “nuestra tribu” que las investigaciones y evidencias 
científicas. La verdad es que las amenazas sistémicas y de largo 
plazo, aunque están científicamente comprobadas, ocupan poco 
espacio en nuestra conciencia y en las preocupaciones cotidianas. 
A pesar de ser amenazas claramente críticas.
Hoy tenemos estadísticas que impresionan por su precisión, 
incluyendo la sobrepesca oceánica, la destrucción de las selvas, 
la contaminación y sobre-explotación de los recursos hídricos y 
otras semejantes en los más diversos sectores de la actividad. Las 
soluciones tienen que ser sistémicas. Una mayor concienciación 
puede – y solamente puede – hacer posibles cambios más 
profundos si generaliza el nivel de comprensión de los desafíos. 
En el nivel de conciencia actual y ante la perplejidad que generan 
las irracionalidades que se acumulan, surge con fuerza la pregunta 
evidente: ¿Qué desarrollo queremos? Y para este desarrollo, ¿qué 
Estado y mecanismos de regulación son necesarios? No se puede 
minimizar la dimensión de los desafíos.
Nuestro planeta muestra toda su fragilidad. Y nosotros, nuestra 
responsabilidad o impotencia. Estamos todos buscando las bases 
políticas que permitan dar apoyo a otra gobernanza en el planeta, 
en las naciones e inclusive en las ciudades donde hoy vive la mayoría 
de la población mundial. El proceso de decisión tiene que cambiar, 
la gobernanza necesita ser mucho más competente.
21
2. La desigualdad creciente
La violencia contra el planeta no se limita al plano ambiental. 
En el plano social, según el Banco Mundial, la pobreza disminuyó 
en cerca de mil millones de personas durante las últimas décadas, 
lo que representa un gran avance, a pesar de que el criterio de 1,90 
dólares por día sea absurdamente bajo. De estos mil millones, 
700 millones son chinos3. Es un progreso, sin duda. En su 
conjunto, sin embargo, la realidad es que no estamos enfrentando 
el desafío del desarrollo equilibrado e inclusivo. Y mucho menos 
la desigualdad. El propio Foro Económico Mundial resaltó, en 
el 2017, que “durante los últimos años emergió un consenso 
mundial sobre la necesidad de realizar un abordaje socialmente 
más inclusivo al tratar la generación de crecimiento económico. 
Sin embargo, el crecimiento inclusivo y el desarrollo continúan 
siendo tan sólo una esperanza. No se ha planteado ningún cuadro 
de referencia (framework) para guiar las políticas y la práctica.” 
(WEF, 2017, p.v). Aquí, más allá de la constatación obvia de 
que vivimos un crecimiento que reproduce la exclusión, tenemos 
también la constatación más grave de la ausencia de un sistema de 
gobernanza adecuado.
No hay ninguna razón objetiva que justifique los dramas 
sociales que vive el mundo. Si redondeáramos el volumen del PIB 
mundial en 80 billones de dólares, llegamos a un producto per 
capita medio de 11.000 dólares. Esto representa 3.600 dólares por 
mes y familia de cuatro personas, cerca de 11.000 reales por mes. 
Es ésta también la situación en Brasil, que está exactamente en la 
media mundial en términos de renta. No hay razón objetiva para 
la gigantesca miseria en que viven miles de millones de personas, 
ano ser, justamente, por el hecho de que “no ha aparecido ningún 
cuadro de referencia para guiar las políticas y las prácticas”: el 
sistema está desgobernado, o mejor, mal gobernado y no hay 
perspectivas en el horizonte.
3 “For four decades, China, while increasingly integrating its economy with the 
global economy, grew at double-digit rates and lifted more than 700 million people 
out of poverty. This successful track record of economic growth is well known.” – 
The World Bank, World Development Report 2017, p. 2 e 3
22
Realmente, la desigualdad alcanza niveles obscenos. Cuando 
ocho individuos son dueños de más riqueza que la mitad de la 
población mundial, mientras que 800 millones de personas pasan 
hambre, francamente, pensar que el sistema está funcionando es 
prueba de una ceguera mental avanzada. ¿Esas ochos familias dueñas 
de fortunas produjeron todo eso? ¿O sencillamente montaron un 
sistema de apropiación de riqueza por medio de ‘papeles’? ¿Cómo 
es eso posible? Son dueños de papeles financieros que rinden 
beneficios.
La neblina que esconde los mecanismos más recientes de 
agravamiento de la desigualdad se ha venido disipando en las 
últimas décadas. A partir de los años 1980 el capitalismo entró en 
una fase de dominación por parte de los intermediarios financieros 
sobre los procesos productivos -ahora es el rabo el que mueve al 
perro (the tail wags the dog), de acuerdo con la expresión usada 
por los estadounidenses – y así se profundiza la desigualdad. Pero 
solamente a partir de la crisis del 2008, con el impacto del pánico, 
se fueron realizando investigaciones sobre los nuevos mecanismos 
de ganancia especulativa y de creación de desigualdad.
Un amplio estudio del Banco Mundial, Voices of the Poor, 
ayudó bastante a demostrar que básicamente quien nace pobre se 
mantiene pobre y que quien se enriquece es porque ya nació bien. 
Es la llamada trampa de la pobreza, a poverty trap, también llamada 
pobreza estructural: la pobreza realmente existente sencillamente 
bloquea las oportunidades para liberarse de la misma. ¿Cómo 
estudia una criatura en una casa sin electricidad? ¿Cómo se guardan 
las medicinas o los alimentos? Con Amartya Sen, llegamos a 
entender la pobreza como la falta de libertad para escoger la vida 
que se quiere llevar, como la privación de opciones. El excelente La 
Hora de la Igualdad de la CEPAL mostró que América Latina y el 
Caribe alcanzaron un grado de desigualdad que exige que nuestras 
estrategias de desarrollo se centren en esta cuestión. Mencionamos 
tan solo algunas investigaciones básicas.
El retroceso en los Estados Unidos es particularmente 
preocupante y explica, sin dudas, transformaciones políticas 
recientes. Un texto corto y de excepcional cualidad ofrece datos 
chocantes: “Nuestros datos muestran que la mitad de la franja 
inferior de distribución de renta en los Estados Unidos fue 
completamente excluida del crecimiento económico desde los años 
23
1970. De 1980 a 2014 la renta media nacional por adulto creció 
un 61% en los Estados Unidos. Sin embargo, la renta media, antes 
de tributar, del 50% con menor renta individual (individual income 
earners) se estancó en cerca de 16.000 dólares por adulto, ajustados 
a la inflación. En contraste, la renta se disparó (skyrocketed) en la 
cima de la distribución de renta, subiendo un 121% para el 10% 
de esa población, un 205% para el 1% en la cima, y todavía un 
636% para el 0,001% de esa cima”. Particularmente importante, 
la investigación muestra que el aumento de la riqueza en la cima 
se debe esencialmente a los réditos de inversiones financieras, 
especulativas, capital improductivo. Las implicaciones políticas no 
se les escapan a los autores: “Una economía que deja de asegurar 
crecimiento para la mitad de su población en el período de una 
generación entera producirá necesariamente descontento con el 
status quo y un rechazo de las políticas del establishment.”4 
Fuente: Thomas Piketty, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman, Distributional National5 
4 Thomas Piketty, Emmanuel Saez and Gabriel Zucman – Economic Growth in 
the United States: a Tale of Two Countries - 6 de diciembre de 2016- Washington 
Center for Economic Growth (p.3) 
5 Link original: http://equitablegrowth.org/research-analysis/economic-growth-in-
24
La concentración de renta es absolutamente escandalosa y 
nos obliga a enfrentar tanto el problema ético de la injusticia y 
de los dramas de miles de millones de personas, como también el 
problema económico, porque excluimos a personas que podrían 
estar viviendo mejor, contribuyendo de formas más amplia con 
su capacidad productiva y con su demanda, dinamizando la 
economía. No habrá tranquilidad en el planeta mientras que la 
economía se organice en función de ⅓ de la población mundial. 
¿Hasta cuándo culparemos a los propios pobres de su pobreza, de la 
pretendida falta de esfuerzo o iniciativa, sugiriendo indirectamente 
que la riqueza de los ricos resulta de su dedicación y méritos? La 
desigualdad es fruto de un sistema institucional cuya dinámica 
estructural tiene que ser revertida. Los ricos, por su parte, tienen 
una impresionante propensión a creer que son ricos por sus propias 
cualidades excepcionales. No faltan discursos económicos para loar 
esa sabiduría.
Hoy, hay estudios que permiten entender la desigualdad de 
manera mucho más sistémica. Sobre la desigualdad de renta – el 
dinero que entra en nuestro bolsillo para el gasto privado – tenemos 
todas las informaciones necesarias. Sabemos, incluso, que Brasil 
se sitúa entre los diez países más desiguales del planeta. Pero las 
familias también dependen del patrimonio acumulado, como la 
casa y equipamientos domésticos, que se califican como riqueza 
o patrimonio. Igualmente importante es el salario indirecto, 
constituido por el acceso a políticas públicas como salud, educación, 
seguridad, además de las infraestructuras, como calles asfaltadas o 
iluminación pública: un canadiense puede tener un salario menor 
que un estadounidense, pero tiene acceso universal gratuito a bienes 
y servicios públicos que compensan sobradamente la diferencia. 
Finalmente, las familias dependen del acceso a los bienes comunes, 
como playas abiertas, aire limpio, ríos no contaminados y otros. El 
acceso equilibrado a los diversos factores de bienestar es esencial 
para generar una gobernanza que tenga sentido y que asegure una 
vida digna6. 
the-united-states-a-tale-of-two-countries/ 
6 Un ejemplo claro es el caso del acceso vital a la energía eléctrica. La Agencia 
Internacional de Energía informa que en 2016 1.200 millones de personas no 
25
La desigualdad en términos de riqueza o patrimonio ha sido 
ampliamente divulgada, en particular después de la crisis del 2008. 
Se trata del patrimonio doméstico líquido (net household wealth), 
que presenta una desigualdad radicalmente mayor que el acceso a 
la renta. La lógica es simple: quien recibe un salario medio o bajo 
paga comida y transporte, quien tiene una renta alta compra casas 
para alquilar, acciones y otras inversiones financieras que rinden 
beneficios. Esto lleva a un proceso de acumulación de fortuna, todavía 
mayor cuando pasa de padres para hijos, creando castas de ricos. Un 
ejemplo sencillo ayuda a entender el proceso de enriquecimiento 
acumulativo: un multimillonario que invierte mil millones de 
dólares a un tipo módico del 5% al año está aumentando su riqueza 
en 137.000 dólares por día. No se gasta en consumo esta cantidad 
de rédito. Reinvertidos, los 137.000 crearán una fortuna todavía 
mayor. Es un flujo permanente de derechos sobre la producción 
de los otros, recibido sin sacarse las manos de los bolsillos7. 
Lo que se ha medido, tradicionalmente, es la desigualdad de 
renta, por medio del coeficiente de Gini. Cuanto más elevado, 
mayor la desigualdad. Para hacerse una idea de la dimensión, el 
coeficiente de desigualdad de renta está en la franja del 0,25 en 
Suecia, 0,45 en los Estados Unidos, 0,50 en Brasil y cerca del 0,60 
enÁfrica del Sur, hasta hace todavía poco sometida al régimen del 
apartheid. Pero la desigualdad de riqueza es incomparablemente 
mayor, llegando al nivel escandaloso del 0,80, una desigualdad 
espantosa. Los datos que siguen forman parte de la investigación del 
grupo financiero suizo Crédit Suisse, institución nada sospechosa de 
antipatía hacia los ricos.
tenían acceso a la electricidad, mientras que 2.700 millones cocinaban todavía 
con biomasa, y “la exposición continua al ambiente domiciliar con humo produce 
3,500 millones de muertes prematuras por año”. World Energy Report 2016 – 
IEA 2016 (Summary), p.2 http://www.iea.org/publications/freepublications/
publication/ WorldEnergyOutlook2016ExecutiveSummaryEnglish.pdf 
7 La falta de correspondencia entre el esfuerzo productivo y la remuneración está 
en el centro de la preocupación del Informe sobre Desarrollo Humano 2015 de la 
ONU, que constata que “sin políticas adecuadas, la desigualdad de oportunidades 
y de recompensas en el mundo del trabajo puede generar divisiones, perpetuando 
las desigualdades en la sociedad.” La expresión “puede generar divisiones” forma 
parte de la manera moderada en que la ONU presenta los problemas críticos.
http://www.iea.org/publications/freepublications/publication/
http://www.iea.org/publications/freepublications/publication/
26
Fuente: La Pirámide de la Riqueza Global – James Davies, Rodrigo Lluberas e Anthony 
Shorrocks, Crédit Suisse Global Wealth Databook 2016. Disponible en: https://goo.gl/
NBgokb8 8 
La lectura de la pirámide es simple. En la cima, los adultos que 
tienen más de un millón de dólares son 33 millones de personas, el 
equivalente al 0,7% del total de los adultos en el planeta. Sumando 
la riqueza de que disponen, son 116,6 billones de dólares, lo que 
representa el 45,6% de los 256 billones de la riqueza considerada. 
Es importante recordar que las grandes fortunas de esta parte alta de 
la pirámide no son exactamente de productores, sino de gente que 
maneja papeles financieros, flujos de información o intermediación 
de commodities. La cima de la pirámide es especialmente interesante, 
compuesta por los llamados ultraricos (ultra high net worth 
individuals). Si ampliamos el 0,7% de los más ricos hasta el 1%, 
constatamos que este 1% tiene más riqueza que el 99% restante del 
planeta. Hay que dejar constancia de que una parte importante de 
8 Link original: https://www.credit-suisse.com/us/en/about-us/research/research-
institute/news-and-videos/articles/news-and-expertise/2016/11/en/the-global-
wealth-report-2016.html 
https://goo.gl/NBgokb8
https://goo.gl/NBgokb8
https://www.credit-suisse.com/us/en/about-us/research/research-institute/news-and-videos/articles/news-and-expertise/2016/11/en/the-global-wealth-report-2016.html
https://www.credit-suisse.com/us/en/about-us/research/research-institute/news-and-videos/articles/news-and-expertise/2016/11/en/the-global-wealth-report-2016.html
https://www.credit-suisse.com/us/en/about-us/research/research-institute/news-and-videos/articles/news-and-expertise/2016/11/en/the-global-wealth-report-2016.html
27
las grandes fortunas no aparecen porque están en paraísos fiscales, 
como destaca James Henry, del Tax Jutice Network9. 
Oxfam resume la situación heredada y en fase de agravamiento: 
“Aunque los líderes mundiales se han comprometido a alcanzar el 
objetivo global de reducir la desigualdad, el foso entre los ricos y 
la otra parte de la humanidad aumentó. Esa situación no se puede 
mantener. Como afirmó el presidente Obama, en su discurso de 
despedida en la Asamblea General de la ONU, en septiembre del 
2016: “un mundo en el cual el 1% de la humanidad controla una 
riqueza equivalente a la de los demás 99% nunca será estable”. Sin 
embargo, la crisis de la desigualdad global sigue inalterable:
• Desde el 2015, el 1% más rico tenía más riqueza que el resto 
del planeta.
• Actualmente, ocho individuos tienen la misma riqueza que la 
mitad más pobre del mundo.
• A lo largo de los próximos 20 años, 500 personas dejarán más 
de 2,1 billones de dólares a sus herederos – una suma mayor que el 
PIB de la India, que tiene 1.200 millones de habitantes.
• La renta del 10% má pobre aumentó cerca de 65 dólares 
entre 1988 y 2011, mientras que la del 1% más rico aumentó cerca 
de 11.800 dólares, o sea, 182 veces más. (Oxfam, 2016, p.2).
La concentración de renta y de riqueza en el planeta alcanzó 
niveles absolutamente obscenos10. La financiarización de los 
9 Crédit Suisse Global Wealth Report – 2016 - https://www.credit-suisse.com/us/en/about-
us/research/research-institutenews-and-videos/articles/news-and-expertise/2016/11/en/
the-global-wealth-report-2016.html; Con diferente metodología, el WIDER (World 
Institute for Development Economics Research) de la Universidad de las Naciones Unidas 
ya venía estudiando la concentración de riqueza y concluyó que “en el mundo, se estima 
que el 2% de los más ricos son dueños de más de la mitad de la riqueza global total, y 
que esta élite reside casi exclusivamente en América del Norte, Europa Occidental y países 
ricos del Pacífico Asiático”. James B. Davies, Personal Wealth from a Global Perspective, 
2008 - https://www.wider.unu.edu/publication/personal-wealth-global-perspective 
10 Hay mucha literatura que ya venía alertando sobre el asunto. Un excelente análisis 
del agravamiento de estos números se puede encontrar en el informe Report on the 
World Social Situation 2005:The Inequality Predicament, United Nations, New 
York 2005. El documento del Banco Mundial, The Next 4 Billion, que estima 
que son 4.000 millones las personas que quedan “fuera de los beneficios de la 
globalización”, es igualmente interesante – IFC. The Next 4 Billion, Washington, 
https://www.wider.unu.edu/publication/personal-wealth-global-perspective
28
procesos económicos hace décadas que se alimenta de la apropiación 
de los beneficios de productividad, esencialmente posibilitados por 
la revolución tecnológica, de forma radicalmente desequilibrada. El 
mecanismo es descrito de forma particularmente competente por 
Gar Alperovitz y Lew Daly, en el pequeño libro Apropiação Indébita: 
Como os Ricos Estão Tomando a Nossa Herança Comum. Los autores 
recuerdan que si no fuese por las tecnologías desarrolladas durante y 
después de la II Guerra Mundial, como el computador, el transistor 
y otras innovaciones, Bill Gates todavía estaría jugando con tubos 
catódicos en su garaje. Los avances tecnológicos son planetarios y 
de la sociedad en general, pero la apropiación es concentrada. Los 
autores desarrollan el concepto de “renta no merecida”11. 
Esta concentración no se debe tan solo a la especulación 
financiera, pero su contribución es dominante. Además de eso, 
es absurdo desviar el capital de las prioridades planetarias obvias. 
Intentando entender las dimensiones de la crisis del 2008, el 
semanario inglés The Economist publica una cifra impresionante 
sobre el excedente social, esencialmente creado por los avances 
tecnológicos en el área productiva, pero apropiado por el sector 
calificado como “industria de servicios financieros”. “La industria 
de servicios financieros está condenada a sufrir una contracción 
terrible. En América, su participación en los beneficios corporativos 
totales subió de un 10% en los inicios de los años 1980 al 40% en 
el momento más alto en el 2007”12. 
Se genera una separación entre los que crean innovaciones 
tecnológicas y producen bienes y servicios socialmente útiles – los 
2007. Estamos hablando de dos tercios de la población mundial. Desde el inicio 
de la crisis financiera en el 2008, los números van agravándose, alcanzando ahora 
con fuerza a los proprios países llamados desarrollados, y en particular a los Estados 
Unidos, creando un clima amplio de frustración.
11 Gar Alperovitz e Lew Daly, Apropriação indébita: como os ricos estão tomando
a nossa herança comum – Ed. Senac, São Paulo 2010. Vea reseña em http://
dowbor.org/2010/11/apropriacao-indebita-como-os-ricos-estao-tomando-a--nossa-heranca-comum.html/ 
12 En el original: “The financial-services industry is condemned to suffer a horrible 
contraction. In America the industry’s share of total corporate profits climbed from 
10% in the early 1980s to 40% at its peak in 2007” The Economist, A Special 
Report on the Future of Finance, 24 de janeiro, 2009, p. 20
http://dowbor.org/2010/11/apropriacao-indebita-como-os-ricos-estao-tomando-a--nossa-heranca-comum.html/
http://dowbor.org/2010/11/apropriacao-indebita-como-os-ricos-estao-tomando-a--nossa-heranca-comum.html/
http://dowbor.org/2010/11/apropriacao-indebita-como-os-ricos-estao-tomando-a--nossa-heranca-comum.html/
29
ingenieros del proceso, digamos- y el sistema de intermediarios 
financieros que se apropian del excedente y deforman la orientación 
del conjunto. Los ingenieros del proceso crean importantes avances 
tecnológicos, pero su utilización y comercialización pertenecen a 
los departamentos de finanzas, de marketing y de asuntos jurídicos 
que dominan en las empresas, y por encima de ellos los accionistas 
y los grupos financieros que los controlan. Es un sistema que creó 
un profundo desnivel entre quien contribuye productivamente para 
la sociedad y quien es remunerado.
Cuando juntamos los dos gráficos – el del New Scientist 
sobre las megatrends históricas en el área ambiental y el de la 
pirámide del informe de Oxfam- llegamos a una conclusión 
bastante obvia: estamos destruyendo el planeta solamente para el 
beneficio de, cuando mucho, un ⅓ de la población mundial, y muy 
particularmente para el beneficio del 1%. Éstos son los datos básicos 
que orientan nuestras acciones futuras: hay que invertir la marcha 
hacia la destrucción del planeta e invertir el proceso acumulativo de 
creación de desigualdad. En esta perspectiva, tenemos, justamente, 
que reorientar la distribución de los recursos financieros.
La verdad es que no hemos medido la calidad de la asignación 
de los recursos. Nuestra principal medida de progreso, el PIB, no 
mide ni el desastre ambiental ni el drama social. No contabiliza lo 
que se produce, ni a quien va destinado el producto, ni la reducción 
del capital natural del planeta, además de contabilizar como positiva 
la contaminación que exige grandes programas de recuperación. En 
realidad, el PIB muestra solamente la media nacional de intensidad 
de uso de la máquina productiva13. 
Un sistema en el que el eje de motivación se limita al beneficio, 
sin precisar si tiene impactos ambientales y sociales, se ve preso de 
su propia lógica. Empuja a ganarlo todo con la extracción máxima 
13 Ver en particular el informe de Amartya Sen, Joseph Stiglitz y Jean Paul Fitoussi, 
Report by the Commission on the Measurement of Economic Performance and 
Social Progress, disponible en www.stiglitz-sen-fitoussi.fr – El desastre ambiental 
de la British Petroleum en el Golfo de México elevó el PIB de los EUA por el 
volumen de actividades exigidas para limpiar el litoral y descontaminar una gran 
región. El PIB mide la intensidad de uso de recursos, no la utilidad de lo que se 
hace. Ver mi nota técnica sobre esta contabilidad deformada en http://dowbor.
org/2009/04/o-debate-sobre-o-pib-estamos-fazendo-a-conta-errada-abr-2.html/ 
http://www.stiglitz-sen-fitoussi.fr
http://dowbor.org/2009/04/o-debate-sobre-o-pib-estamos-fazendo-a-conta-errada-abr-2.html/
http://dowbor.org/2009/04/o-debate-sobre-o-pib-estamos-fazendo-a-conta-errada-abr-2.html/
30
de recursos naturales y la externalización de costes, y a no ganar 
nada con la producción de bienes y servicios para quienes tienen 
poca capacidad adquisitiva. La motivación del lucro a corto plazo 
actúa tanto contra la sostenibilidad como contra el desarrollo 
inclusivo. La deformación es sistémica. Es el propio concepto de 
gobernanza corporativa el que tiene que repensarse. Las reglas del 
juego tienen que cambiar. No se aguanta ya más la creencia en que 
si cada uno busca sus propias ventajas individuales el resultado será 
el mejor posible. No podemos esquivar la necesidad de rescatar la 
gobernanza del sistema. Y el lapso de tiempo con el que contamos 
para hacerlo es cada vez más corto.
3. La esterilización de los recursos financieros
El punto fundamental es que no se trata de que la falta de 
recursos financieros sea la que crea las dificultades actuales, sino 
que es por la apropiación de éstos por parte de las corporaciones 
financieras, que los usan para especular en lugar de invertir. El 
sistema financiero se dedica a usar y drenar el sistema productivo 
en lugar de dinamizarlo.
La crisis del 2008 fue un choque planetario. En 2017 todavía 
cargamos con sus impactos, puesto que lo esencial de las dinámicas 
que la crearon continúa presentes. Sin duda, podría haber sido 
una gran oportunidad para volver a regular el sistema financiero y 
devolver a los recursos financieros su utilidad económica. El marco 
regulador general que estructuró las finanzas desde la Crisis del 1929 
(Ley Glass-Steagall) se diluyó a partir de Reagan y Thatcher en los 
años 1980, y la ‘pala de cal’ fue la liquidación del mismo por Clinton 
en 1999. Los intentos de volver a organizar un sistema regulador 
a partir del 2008, por medio de la Ley Dodd-Frank, simplemente 
no funcionaron y lo poco que se consiguió quedó sin contenido. 
La principal fuerza económica del llamado mercado anda suelta.
La crisis se enfrentó reduciendo las inmensas brechas por las 
que se perdían los recursos, pero transfiriendo sumas gigantescas de 
recursos públicos para compensar esas pérdidas. Esta apropiación 
de recursos públicos por parte de los grupos financieros recibió 
el simpático nombre de quantitative easing, el easing en inglés 
hace referencia al caso de quien se desabrocha el cinturón con 
31
satisfacción después de una gran comida. Por tanto, se puede volver 
a especular, the happy days are back (los días felices han vuelto), 
como se bautizó la nueva fase en Wall Street y centros semejantes.
Así, los problemas continúan presentes, el gigantesco molusco 
asentado en el fraude y la apropiación indebida de recursos sigue 
descontrolado, con la desventaja ahora de haber crecido hasta el 
punto de dictar él mismo las reglas de control. Con la elección 
de Donald Trump en los Estados Unidos, estamos viendo como 
se deshace la poca regulación que el gobierno Obama intentó 
implantar. En compensación, la comunidad académica, los centros 
de investigación y hasta algunos gobiernos decidieron que ya era 
hora de informarse un poco sobre el funcionamiento del sistema 
financiero realmente existente.
Hemos visto antes el dato del Crédit Suisse según el cual el 1% 
más rico del planeta posee más recursos que los 99% restantes. Son 
fortunas tan grandes que no se pueden transformar en demanda, 
por más consumo de lujo que se haga. Por tanto, se reinvierten en 
otros productos financieros. Y la realidad fundamental es que la 
inversión financiera da más beneficios que la inversión productiva. 
El PIB mundial crece a un ritmo situando entre el 1% y el 2,5% 
según los años. Las inversiones financieras producen beneficios por 
encima del 5%, y con frecuencia mucho más. Se creó, por tanto, una 
dinámica de transformación del capital productivo en patrimonio 
financiero: la economía real absorbida por la financiarización 
planetaria.
Entraremos más adelante en el detalle de esta transformación, 
esencial para entender el marasmo económico y político planetario 
y también la crisis en Brasil. De momento, nos interesa constatar 
que los recursos existen, pero su productividad se ve esterilizada por 
un sistema generalizado de especulación que drena las capacidades 
de inversión en la economía real. Igualmente importante es destacar 
que los propios recursos públicos, o sea nuestros impuestos, 
también alimentan hoy a esta máquina.
La magnitud de los datos es impresionante. Para comparar, 
recordemos que el inmenso esfuerzo global contra el cambio 
climático, diseñado en el acuerdo de París en el 2015, estableció 
el ambicioso objetivode conseguir 100.000 millones de dólares 
anuales para financiar las iniciativas del mundo en desarrollo 
que puedan mitigar los impactos. Esta suma de recursos parece 
32
importante. Sin embargo, las investigaciones de Tax Justice 
Network y otros grupos, a partir de la crisis del 2008, muestran que 
solamente en recursos no declarados y guardados en paraísos fiscales 
– por tanto recursos que además de no ser invertidos ni siquiera 
pagan los impuestos obligados- tenemos entre 21 y 32 billones de 
dólares. The Economist redondea la cifra en 20 billones, aunque estas 
cifras pueden variar un poco. El hecho es que lo que corre por el 
mundo especulativo paralegal de los paraísos fiscales representa 200 
veces más que el ambicioso objetivo de la cumbre mundial de París. 
Y si comparamos la reserva de recursos en paraísos fiscales con el 
PIB mundial, cifrado en unos 80 billones de dólares, no se puede 
dejar de ver el desajuste entre los medios y los fines.
Los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), diseñados 
y aprobados en Nueva York en el 2015, representan sin duda un 
gran avance. Tenemos hoy, con los 17 objetivos y las 169 metas un 
marco para guiar nuestros pasos hasta el 2030. Pero los objetivos 
16 y 17, que tratan sobre los medios para alcanzar un mínimo de 
sostenibilidad, representan apenas sueños, o wishful thinking, que 
en inglés caracteriza tan bien el deseo sin dientes.
Menos conocido que los ODS es el plan de acción titulado 
Agenda de Acción de Adís Abeba 2015, que legalmente forma 
parte integral del acuerdo ODS, pero que se dedicó específicamente 
a las formas de financiar el desarrollo sostenible. Con la debida 
prudencia en las expresiones, la conferencia constató que “los fallos 
en la regulación e incentivos desajustados continúan poniendo en 
riesgo la estabilidad financiera, incluso con riesgo de extensión 
de los efectos de las crisis financieras a los países en desarrollo, lo 
que sugiere la necesidad de avanzar con más reformas del sistema 
financiero y monetario internacional”14. Traduciendo, el caos 
financiero internacional no permite que los recursos se dirijan a 
donde son necesarios (desajustados, misaligned en el original inglés) 
y las soluciones exigen reformas del sistema financiero y monetario. 
En este plano no estamos avanzando, estamos retrocediendo.
14 En el original: “Regulatory gaps and misaligned incentives continue to pose risks to 
financial stability, including risks of spillover effects of financial crises to developing 
countries, which suggests a need to pursue further reforms of the international 
financial and monetary system.” (105) https://sustainabledevelopment.un.org/
frameworks/addisababaactionagenda 
https://sustainabledevelopment.un.org/frameworks/addisababaactionagenda
https://sustainabledevelopment.un.org/frameworks/addisababaactionagenda
33
En su informe sobre la situación económica mundial 
y perspectivas para el 2017, la ONU constata que “el capital 
internacional sigue siendo volátil, y se estima que los flujos líquidos 
para países en desarrollo seguirán siendo negativos por lo menos 
durante el 2017, lo que resalta los desafíos de la financiación del 
desarrollo sostenible a largo plazo.” (p.viii) Los “flujos líquidos 
negativos” significa que los pobres están financiando a los ricos, o 
sea, el sistema financiero drena. Si somos víctimas de un asalto y nos 
roban la cartera, en general, eso también significa un flujo líquido 
negativo. El lenguaje de la ONU es insuperable15. 
Es más importante todavía el hecho de que se trata de un 
sistema que ni siquiera invierte de manera productiva los recursos 
drenados: “La inversión productiva retrocedió en los últimos 
años, con una gran parte de deuda acumulada canalizada hacia 
el sector financiero y activos inmobiliarios, aumentando el riesgo 
de burbujas de activos, en lugar de estimular la productividad en 
general”. (p.33) Es el mismo análisis en el caso de la deuda de las 
corporaciones, “que no ha sido utilizada para financiar actividades 
productivas, sino canalizada esencialmente para algunos pocos 
sectores que, en el mejor de los casos, tienen un impacto ambiguo 
sobre la productividad a largo plazo y la inversión constructiva”.
(p.89) Esta evaluación del principal informe económico de la 
ONU ayuda a fundamentar el eje del presente estudio: el sistema 
financiero no solamente drena, sino que además no financia la 
producción. Lo que nos interesa dejar claro aquí es que no es la 
falta de recursos lo que asola al mundo, sino su uso descontrolado, 
o controlado solamente por quien no tiene interés alguno en que 
sean social y económicamente útiles.
Delineamos hasta aquí ese tipo de Triángulo de las 
Bermudas constituido por el drama ambiental, la tragedia social 
y el caos financiero. Nuestros dilemas no son misteriosos. Estamos 
administrando el planeta para una minoría, por medio de un 
modelo de producción y consumo que acaba con nuestros recursos 
naturales, transformando el binomio desigualdad/medio-ambiente 
en una auténtica catástrofe a cámara lenta. Mientras tanto, los 
15 UN – World Economic Situation and Prospects 2017 – New York, 2017 http://
www.un.org/en/development/desa/policy/wesp/ 
http://www.un.org/en/development/desa/policy/wesp/
http://www.un.org/en/development/desa/policy/wesp/
34
recursos necesarios para financiar las políticas de equilibrio están 
girando en la rueda de los intermediarios financieros, en las manos 
de algunas centenas de grupos que ni siquiera consiguen administrar 
con un mínimo de competencia las masas de dinero que controlan.
El desafío es reorientar los recursos para financiar las políticas 
sociales destinadas a generar una economía inclusiva y, también, 
financiar la reconversión de los procesos de producción y de 
consumo que permitan revertir la destrucción del medio ambiente. 
Claro que falta convencer, naturalmente, al 1% que controla ese 
universo financiero, ya sea directamente a través de los bancos y 
otras instituciones y, cada vez más, de forma indirecta por medio 
de la apropiación de los procesos políticos y de las legislaciones. Las 
personas no entienden lo que es un multimillonario. Realmente, 
no es una cuestión que forme parte de nuestro día a día: el lucro 
financiero es de tal volumen que solamente una pequeña parte del 
mismo se traduce en consumo, incluso de lujo. La mayor parte de 
los réditos se reinvierte y la fortuna se transforma en una bola de 
nieve, creando los super-ricos, los que literalmente no saben qué 
hacer con su dinero. Evidentemente, no faltan asesores, contadores, 
instituciones para aconsejar y ayudarles. Como, por ejemplo, el 
propio Crédit Suisse.
Un mecanismo importante es resultado de la diferencia entre 
el comportamiento económico de los ricos y de los pobres, o de los 
que a penas salen del paso. En realidad, quien gana poco compra 
ropa para los hijos, paga el alquiler, gasta una gran parte de su 
renta en comida y transporte. Quien gana poco no compra casas 
bonitas, haciendas o yates, menos todavía invierte en finanzas de 
alto rendimiento. El pobre gasta, el rico acumula. El gasto del pobre 
crea demanda y una dinámica económica más fuerte, mientras 
que la acumulación de papeles financieros solamente drena la 
demanda y la capacidad de inversión productiva. En suma: sin 
proceso redistributivo se agravan los dramas ambientales, sociales y 
económicos. No se trata solamente de justicia y de decencia moral. 
Se trata de entender bien el funcionamiento del sistema.
El desafío central es la creación de una nueva gobernanza que 
permita que los recursos de la sociedad vuelvan a ser productivos: 
que nuestros ahorros generen crédito barato para favorecer el 
consumo de las familias y la expansión de la demanda, que el 
crédito de medio y largo plazo favorezca la inversión empresarial, 
35
que los recursos destinados a deudas públicas sirvan a la inversión 
en infraestructuras y políticas sociales. Los recursos tienen que 
volver a ser productivos.
El análisisque tenemos por delante está centrado en la 
gobernanza del sistema. Cualquiera que sea el “ismo” que nos 
atraiga, un sistema que remunera a los agentes económicos de forma 
profundamente desproporcionada en relación a su contribución 
productiva es disfuncional. Recompensa a quien obstaculiza y 
perjudica a quien contribuye. El desaliento a la contribución aparece 
muy claramente. O sea, es central aquí entender cómo se toman 
las decisiones, cómo funciona la nueva arquitectura del poder.
36
2.
La red mundial de control corporativo
Durante décadas hemos seguido noticias sobre grandes 
empresas que se compraban unas a otras, formando grupos 
cada vez mayores, en principio para hacerse más competitivas 
en el ambiente cada vez más agresivo del mercado. Pero, 
naturalmente, el proceso tiene límites. En general, en las 
principales cadenas productivas, la carrera termina cuando 
quedan pocas empresas que, en vez de guerrear, descubren que 
es mejor ponerse de acuerdo y trabajar juntas para el bien de 
ellas y de sus accionistas. No necesariamente, como es obvio, 
por el bien de la sociedad.
Controlar de forma estructurada y jerárquica una cadena 
productiva genera naturalmente un gran poder económico, 
político y cultural. Económico, por el inmenso flujo de 
recursos, mayor que el PIB de muchos países. Político, por 
la apropiación de gran parte de los aparatos del Estado. Y 
cultural, porque los medios internacionales de comunicación 
de masas crean, con poderosas campañas publicitarias, una 
cultura de consumo y dinámicas de comportamiento que les 
interesan, creando buena parte de los problemas globales que 
enfrentamos.
Una característ ica básica del poder corporativo es 
cuan desconocido llega a ser. Las Naciones Unidas tenían un 
departamento, UNCTC (United Nations Center for Transnational 
Corporations), que publicaba en los años 1990 un excelente 
informe anual sobre las corporaciones transnacionales. En 1995, 
con la formación de la Organización Mundial del Comercio 
(OMC), simplemente cerraron el UNCTC y acabaron con las 
publicaciones. De esta manera, el que es probablemente el principal 
37
núcleo organizado de poder del planeta – el poder corporativo- 
dejó de ser estudiado, a no ser por investigaciones académicas y 
fragmentadas por países o sectores.
El documento más divulgado sobre las corporaciones es 
el excelente documental La Corporación (The Corporation). 
Un estudio científico de primera línea que, en dos horas y 
doce capítulos, muestra cómo funcionan, cómo se organizan 
y qué impactos generan las corporaciones. Otro documental 
excelente, Trabajo Interno (Inside Job), que obtuvo el Oscar 
del 2011, muestra cómo funciona el sector financiero del 
poder corporativo, pero centrado en la generación de la actual 
crisis financiera. Tenemos también el documental británico 
Los Cuatro Caballeros (The Four Horsemen), del 2012, sobre el 
sistema bancario, con excelentes entrevistas y análisis del poder 
financiero. Hay otras películas, como El Capital (Le Capital), 
donde la única ficción está en los personajes, porque sabemos 
que, frecuentemente, recorrer a la ficción es la única forma de 
aproximarse a la realidad.
Trabajos de este tipo nos permiten entender la lógica del 
sistema, creando la base del conocimiento disponible. Pero 
tenemos una gran necesidad de investigación sistemática y la 
publicación de datos empíricos sobre cómo las corporaciones 
funcionan, cómo se toman las decisiones, quién las toma, con qué 
legitimidad. El hecho es que ignoramos casi todo del principal 
vector de poder mundial, las corporaciones.
Es natural y saludable que tengamos todos una gran 
preocupación por lo que hace a la posibilidad de inventar 
conspiraciones diabólicas y maquinaciones malvadas. Pero, 
cuando vemos como en los principales sectores las actividades 
se concentran en la cima de la pirámide, con pocas empresas 
extremadamente poderosas, empezamos a entender que se 
trata, sin duda, de poder en el sentido amplio. Actuando en 
el espacio planetario, en ausencia de gobierno/gobernanza 
mundial, frente a la fragilidad del sistema político multilateral, 
las corporaciones manejan un gran poder sin ningún contrapeso 
significativo.
Una investigación del ETH (Instituto Federal Suizo de 
Investigación Tecnológica), del 2011, iluminó por primera vez 
el sistema global en esta escala, con datos concretos. Hay que 
38
presentarla con algún detalle. El título de la investigación es “La 
Red de Control Corporativo Global” 1 y las citas que siguen son 
todas del mismo documento.
La metodología es muy clara: seleccionaron las 43.000 
corporaciones más importantes en el banco de datos Orbis 
2007, compuesto por 30 millones de empresas, y se dedicaron 
a estudiar cómo se relacionaban éstas: el peso económico 
de cada entidad, su red de conexiones, los flujos financieros 
y en qué empresas tienen participaciones que permiten el 
control indirecto. En términos gráficos y estadísticos, el análisis 
resulta un sistema en forma de bow-tie o “corbata de pajarita”. 
Tenemos un grupo de corporaciones en el “nudo” de la corbata, 
y del otro lado ramificaciones que apuntan a las empresas con 
participaciones en el “nudo”.
La innovación es que la investigación del ETH trabajó sobre 
el conjunto de las principales corporaciones del planeta y trazó el 
mapa del control global. Este mapa incluye los escalones que a veces 
corporaciones menores ocupan en una escala de poder, al controlar 
a un pequeño grupo de empresas y otras formas de relación. Lo que 
tenemos es exactamente el título de la investigación: “La red de 
control corporativo global”.
En términos ideológicos, el estudio está por encima de 
cualquier sospecha. El ETH de Zurich forma parte de la 
flor y nata de la investigación tecnológica en el planeta, en 
general situado en el segundo lugar después del Massachusetts 
Institute of Technology (MIT) de los Estados Unidos. Sus 
investigadores han recibido 31 premios Nobel, empezando 
por Albert Einstein. El equipo que trabajó en el artículo 
lo sabe todo de mapeamiento de redes y de la arquitectura 
1 S. Vitali, J.B Glattfelder e S. Battiston – The Network of Global Corporate 
Control - Chair of Systems Design, ETH Zurich – corresponding author 
sbattiston@ethz.ch – El texto completo fue publicado primero en: arXiv 
en pre-publicación, y publicado por el PloS One el 26 de octubre de 2011. 
http://www.plosone.org/article/related/info%3Ado%2F10.1371%2Fjournal.
pone.0025995;jsessionid=31396C5427EB79733EE5C27DAFBFCD97.
ambra02 La amplia discusión internacional generada, con respuestas de los autores 
de la investigación, puede seguirse en: http://j-node.blogspot.com/2011/10/
network-of-global-corporate-control.html 
mailto:sbattiston@ethz.ch
http://www.plosone.org/article/related/info%25253Ado%25252F10.1371%25252Fjournal.pone.0025995%253Bjsessionid=31396C5427EB79733EE5C27DAFBFCD97.ambra02
http://www.plosone.org/article/related/info%25253Ado%25252F10.1371%25252Fjournal.pone.0025995%253Bjsessionid=31396C5427EB79733EE5C27DAFBFCD97.ambra02
http://www.plosone.org/article/related/info%25253Ado%25252F10.1371%25252Fjournal.pone.0025995%253Bjsessionid=31396C5427EB79733EE5C27DAFBFCD97.ambra02
http://j-node.blogspot.com/2011/10/network-of-global-corporate-control.html
http://j-node.blogspot.com/2011/10/network-of-global-corporate-control.html
39
resultante. El artículo de presentación de la investigación, con 
10 páginas, corto para un trabajo de este porte, va acompañado 
de 26 páginas de metodología, para hacer transparentes todos 
los procedimientos. En ningún momento sacan conclusiones 
políticas apresuradas: se limitan a exponer de manera muy 
sistemática el mapa de poder de las corporaciones, apuntando 
las implicaciones.
La lectura resulta, tal vez, un poco difícil para legos. De todas 
formas, la investigación permite comprender cómo se organiza el 
poder corporativo del planeta. Su resultado es claro: “La estructura 
de la red de control de las corporaciones transnacionales impactaen 
la competición del mercado mundial y en la estabilidad financiera. 
Hasta ahora, apenas se estudiaron algunas pequeñas muestras 
nacionales y no había una metodología apropiada para evaluar 
globalmente el control. Presentamos la primera investigación de la 
arquitectura de la red internacional de propiedad, junto al cálculo 
del control que posee cada actor global. Descubrimos que las 
corporaciones transnacionales forman una gigantesca estructura 
en forma de corbata de pajarita (bow-tie), y que una gran parte 
del control fluye hacia un núcleo (core) pequeño y fuertemente 
articulado de instituciones financieras. Este núcleo puede verse 
como una “superentidad” (super-entity), lo que plantea cuestiones 
importantes, tanto para los investigadores como los que diseñan 
políticas.” (p.1)
El control corporativo se define como participación de 
los actores económicos en las acciones, correspondiendo “a las 
oportunidades de ver sus intereses predominando en la estrategia 
de negocios de la empresa”. Al diseñar el conjunto de la trama de 
participaciones, se llega a la noción de control en red. Esta noción 
define el montante total del valor económico sobre el cual un agente 
tiene influencia. Veremos más adelante la pirámide de poder que 
este sistema permite.
El modelo analiza el rendimiento operativo y el valor 
económico de las corporaciones, detalla las compras mutuas 
de participación en acciones (mutual cross-shareholdings) 
identificando a las unidades más intensamente conectadas 
dentro de la red. “Este tipo de estructura, hasta hoy observado 
solamente en pequeñas muestras, tiene explicaciones tales como 
estrategias de protección contra las tomas de control (anti-
40
takeover strategies), reducción de costos de transacción, compartir 
riesgos, aumento de confianza y de grupos de interés. Cualquiera 
que sea su origen, sin embargo, debilita la competición de 
mercado… Como resultado, cerca de ¾ de la propiedad de 
las firmas en el núcleo están en las manos de firmas del propio 
núcleo. En otras palabras, se trata de un grupo fuertemente 
ligado (tightly-nit) de corporaciones que acumulativamente 
detentan la mayor parte de las participaciones de unas en las 
otras”. (p.5)
Este mapeamiento lleva, al mismo tiempo, al análisis de 
la concentración del control. A primera vista, siendo empresas 
abiertas, con acciones en el mercado, se podría imaginar un grado 
relativamente distribuido del poder de control. El estudio buscó 
“cuan concentrado es este control y quiénes son los que detienen 
mayor control en la cima”. Esto es una innovación en relación con 
los numerosos estudios anteriores, que medían la concentración de 
riqueza y de renta.
Según los autores, no hay estimativas cuantitativas anteriores 
sobre el control. El cálculo consistió en identificar cuál es la 
fracción de actores en la cima que detienen más del 80% de 
control de toda la red. Los resultados son potentes: “solamente 
737 de los principales actores (top-holders) acumulan el 80% 
del control sobre el valor de todas las empresas transnacionales 
(ETN). Esto significa que el control en red (network control) se 
distribuye de manera mucho más desigual que la riqueza. En 
particular, los actores en la cima detienen un control diez veces 
mayor del que se podría esperar basándose en su riqueza”. (p.6) 
Este último dato es de gran importancia para el propio concepto 
de arquitectura del poder.
En la imagen siguiente aparece un ejemplo de algunas 
conexiones financieras internacionales. Los círculos representan 
grupos europeos; los diamantes, norteamericanos; los otros países 
son los triángulos. El dominio de los dos primeros es evidente 
y muy ligado a la crisis financiera mundial actual. Solamente se 
muestra aquí una pequeña parte de los enlaces:
41
Conexiones Financieras Internacionales - Fuente: S. Vitali, J.B Glattfelder e S. Battiston. 
Disponible en: https://goo.gl/9oj8 2 
Combinando el poder de control de los actores situados en la 
cima (top ranked actors) con sus interconexiones, “encontramos que, 
a pesar de su pequeña dimensión, el núcleo detenta colectivamente 
una amplia fracción del control total de la red. Concretamente, 
casi unos 4/10 del control sobre el valor económico de las ETNs 
del mundo, por medio de una malla complicada de relaciones de 
propiedad, está en manos de un grupo de 147 ETNs del núcleo, 
que detienen casi pleno control sobre sí mismas. Los actores de 
la cima dentro del núcleo pueden de esta forma ser considerados 
como una “superentidad” en la red global de las corporaciones. Un 
hecho adicional relevante en este punto es que ¾ del núcleo son 
intermediarios financieros”.
Los números en sí son muy impresionantes, generaron 
impacto en el mundo científico y repercuten inevitablemente 
en el mundo político. Los datos no solamente confirman sino 
que agravan las denuncias de los movimientos de protesta que se 
2 Link original: http://j-node.blogspot.com.br/2011/10/network-of-global-corporate-
control.html 
https://goo.gl/9oj8
http://j-node.blogspot.com.br/2011/10/network-of-global-corporate-control.html
http://j-node.blogspot.com.br/2011/10/network-of-global-corporate-control.html
42
refieren al 1% que juega con los recursos de los otros 99%. El New 
Scientist (2011) reproduce el comentario de Glattfelder, uno de los 
investigadores, que resume la cuestión: “Así pues, menos del 1% de 
las empresas consigue controlar al 40% de toda la red”. La mayoría 
está compuesta por instituciones financieras como Barclays Bank, 
JP-Morgan Chase&Co, Goldman Sachs y otras semejantes3. 
Andy Haldane, director ejecutivo de estabilidad financiera en 
el Bank of England, en Londres, comenta que el estudio del ETH 
“nos dio una visión provocadora del mejor de los mundos para 
las finanzas. Un análisis como el de la ‘red que dirige el mundo’ 
es bienvenida porque representa un salto hacia adelante. Un 
ingrediente clave para el éxito en otras áreas ha sido el tener una 
lengua común y acceso compartido a los datos. En este momento, 
las finanzas no disponen de ninguno de los dos”.
Haldane también comenta la enorme escala del problema: 
“El crecimiento de ciertos mercados e instrumentos financieros ha 
superado en mucho la Ley de Moore, quien previó que el poder 
de los ordenadores se doblaría cada ocho meses. La cantidad de 
contratos financieros emitidos (outstanding financial contracts) 
alcanza ahora la cantidad de cerca de 14 veces el PIB global anual”4. 
(NS, 2012, p.9)
Algunas implicaciones son bastante evidentes. Aunque en 
la opinión de algunos analistas, citados por el New Scientist, las 
3 New Scientist (en portugués) http://www.inovacaotecnologica.com.br/noticias/
noticiaphp?artigo=rede-capitalista-domina-mundo&id=010150111022&mid=50 – 
Vea el original en inglés en: http://www.newscientist.com/article/mg21228354.500-
revealed--the-capitalist-network-that-runs-the-world 
html?DCMP=OTC-rss&nsref=online-news 
4 Andy Haldane, The Money Forecast, New Scientist, 10 December 2012; que este 
“mercado de papel” que gira en el sistema caótico y no regulado alcance este volumen 
es simplemente asustador. Sobre los mercados de derivados, véase la excelente 
presentación The Mechanics of the Derivatives Markets. Este último estudio hace 
una clara definición de la especulación financiera: “Speculators use derivatives to 
seek profits by betting on the future direction of market prices of the underlying 
asset. Hedge funds, financial institutions, commodity trading advisors, commodity 
pool operators, associate brokers, introducing brokers, floor brokers and traders are 
all considered to be speculators” – IEA – p. 9, abril 2011. El BIS de Basilea presenta 
un volumen del orden de 540 billones de dólares de derivados emitidos (situación 
en Fev.de 2017) para un PIB mundial de alrededor de 75 billones, 7,5 veces más.
http://www.newscientist.com/article/mg21228354.500-revealed--the-capitalist-network-that-runs-the-world
http://www.newscientist.com/article/mg21228354.500-revealed--the-capitalist-network-that-runs-the-world

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