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SOBRE GEOMETRÍA Y FÍSICA Domingo Chinea (Universidad de La Laguna) La geometŕıa como una disciplina organizada fue fundada alrededor de los años 600 a. C., en la Grecia Clásica. En general, los griegos orientaron las matemáticas para deducir cuestiones y problemas sobre la naturaleza, y por ello se fundamentaron en la propia naturaleza. Durante el periodo comprendido entre los años 600 y 300 a. C., los filósofos griegos dieron a las matemáticas en general el rango de ciencia, construyeron la estructura de la geometŕıa eucĺıdea, basada en la abstracción y la demostración deductiva, y la aplicaron a la comprensión y entendimiento de nuestro universo. La evolución de la geometŕıa a través de los tiempos ha sido lenta, quizás debido a que la geometŕıa de Euclides fue obtenida a partir de unos postulados que a priori eran ciertos sin discusión alguna y que reflejaban la propia geometŕıa de nuestro espacio, y por ello durante muchos siglos esta geometŕıa ha dominado los estudios matemáticos. Suele decirse que la F́ısica utiliza a las matemáticas en general como lenguaje, aunque en realidad existe una más profunda relación entre ambas ciencias. La F́ısica tiene por objeto el conocimiento y comprensión de las leyes que rigen la naturaleza y sus fenómenos. La geometŕıa y la f́ısica crecieron observando la naturaleza, la primera prestando más atención a la ”forma” de los objetos que nos rodean y la segunda a su ”movimiento”. Ahora, como todo movimiento supone una trayectoria (una curva en lenguaje geométrico), ambas han seguido vidas paralelas, y los grandes cambios en la historia de la geometŕıa y de la f́ısica casi siempre aparecen conectados, con grandes influencias rećıprocas. En lo que sigue, trataremos de describir, a grandes rasgos, tres de las etapas que más han influido en el desarrollo armónico de la geometŕıa y la f́ısica. La primera se refiere a sus oŕıgenes, que pod́ıamos fijar en la grecia antigua, con la geometŕıa de Euclides y la f́ısica de Pitágoras, Aristóteles y Arqúımedes. La segunda, la gran revolución a partir del renacimiento con la f́ısica de Galileo y la mecánica de Newton desde el punto de vista f́ısico y la geometŕıa de Descarte y Fermat. Finalmente la tercera etapa, en la cual profundizaremos un poco más, se refiere a la que surge tras la aparición de dos trabajos cruciales en geometŕıa, el primero de K. F. Gauss (1777-1855) titulado ”Disquisiciones generales circa superficies curvas” (en 1827), considerado como la obra maestra de la geometŕıa diferencial clásica de superficies, y el segundo la memoria que G. B. Riemann (1826-1866) presentó en 1854 para obtener el t́ıtulo de ”Privatdozent”, la cual tituló ”Sobre las hipótesis que sirven de fundamentos a la geometŕıa”. Con esta nueva visión de la geometŕıa se posibilito que a principios del siglo XX se iniciara una de las revoluciones más espectacular que ha tenido la f́ısica a través de su historia. Por supuesto nos referimos la aparición de la f́ısica relativista, promovida por el que es considerado como el mayor genio del siglo XX: Albert Einstein (1879-1955). 1 1 Un poco de historia 1.1 Origen de la Geometŕıa y la F́ısica Puede decirse que la matemática, como disciplina organizada, comenzó a existir en la Grecia Clásica, más o menos en la época entre los años 600 al 300 a. C.. No obstante, en las civilizaciones babilónica y egipcia, a partir del año 3.000 a.C., empieza a aparecer algunos rudimentos primarios de la matemática. La principal fuente de información sobre la matemática babilónica la constituyen los textos grabados en tablillas de arcillas. Algunas datan del año 2.000 a.C., aunque la mayoŕıa corresponden al peŕıodo del 600 a.C. al 300 d.C.. Estas tablillas nos suministran información sobre el sistema numérico, las operaciones aritméticas, y ciertos problemas algebraicos y geométricos. Aunque el papel de la geometŕıa babilónica fue insignificante, surgieron problemas sobre divisiones de campos o sobre tamaños de ladrillos necesarios para la construcción. De hecho, la geometŕıa babilónica se redućıa a una colección de reglas para el cálculo de áreas de figuras planas sencillas, y de los volúmenes de cuerpos sólidos sencillos, generalmente ligados a problemas prácticos, como la construcción de canales, presas y otros proyectos de riegos, aśı como para la construcción de graneros, edificios, y cálculos de áreas de terrenos. Aunque, la mayoŕıa de las veces los problemas eran marcadamente aritméticos o algebraicos. Los egipcios no establećıan separación entre aritmética y geometŕıa, y al igual que los babilonios, consideraban la geometŕıa como una herramienta práctica. Los documentos matemáticos aparecen en forma de papiros, los más antiguos datan del año 1700 a.C., aunque las matemáticas que aqúı aparecen posiblemente la conoćıan los egipcios desde el año 3.500 a.C. Según Herodoto, historiador griego, siglo V a. C., la geometŕıa tuvo su origen debido a las crecidas anuales del Nilo, que obligaba a trazar constantemente las lindes de los terrenos cultivados por los agricultores. Aunque, sin esa misma necesidad, la geometŕıa de los babilonios era parecida. Los templos y las pirámides fueron otra aplicación de la geometŕıa egipcia. De hecho, según Aristóteles, 384-322 a.C., la geometŕıa se originó por la existencia de una clase sacerdotal ociosa. A los geómetras en esta época se les denominaban ”agrimensores” o ”tensadores de cuerda”, y se dedicaban tanto a realizar los planos de los templos para el culto religioso como para reconstruir las lindes de los terrenos. Como señalamos, fueron los filósofos griegos clásicos quienes, durante el periodo com- prendido entre los años 600 y 300 a.C., dieron a las matemáticas en general el rango de ciencia, construyendo la estructura de la geometŕıa eucĺıdea. Las contribuciones más importante de este periodo clásico son los Elementos de Eu- clides (325-265 a. C.) y las Secciones Cónicas de Apolonio de Perga (262-190 a.C.). Los Elementos de Euclides constituyeron la base de todos los estudios matemáticos durante siglos, y el tratado sobre las Cónicas de Apolonio contiene resultados no superados hasta el siglo XVII. Los griegos orientaron las matemáticas para deducir verdades sobre la naturaleza, y por ello se fundamentaban sobre verdades. Aśı, exist́ıan algunas verdades aparentemente evidentes, entre ellas: dos puntos determinan una recta, una recta se extiende indefinida- 2 mente, todos los ángulos rectos son iguales, cosas iguales añadidas a cosas iguales producen cosas iguales, figuras que pueden hacerse coincidir son congruentes, el todo es mayor que la parte... Estas ”verdades” o axiomas las recoge Euclides como postulados y nociones comunes, y son la base para demostrar los demás enunciados matemáticos con la ayuda de la lógica y del razonamiento. Los postulados son propios del campo cient́ıfico considerado, y los axiomas son comunes para todas las ciencias. Los Elementos se componen de trece libros con un total de 132 definiciones, 5 postu- lados, 5 nociones comunes y 465 proposiciones. Recordamos a continuación los Postulados y las Nociones Comunes: POSTULADOS: 1.- Postúlese el trazar un ĺınea recta desde un punto cualquiera hasta un punto cualquiera. 2.- Y el prolongar continuamente una recta finita en ĺınea recta. 3.- Y el describir un ćırculo con cualquier centro y distancia. 4.- Y el ser todos los ángulos rectos iguales entre śı. 5.- Y que si una recta al incidir sobre dos rectas hace que los ángulos internos del mismo lado sean menores que dos rectos, las dos rectas prolongadas indefinidamente se encontrarán en el lado en que están los ángulos menores que dos rectos. NOCIONES COMUNES: 1.- Las cosas iguales a una misma cosa son también iguales entre śı. 2.- Y si se añaden cosas iguales a cosas iguales, los totales son también iguales. 3.- Y si de cosas iguales se quitan cosas iguales, los restosson iguales. 4.- Y las cosas que pueden superponerse entre śı son iguales entre śı. 5.- Y el todo es mayor que la parte. Partiendo de estos axiomas, Euclides dedujo en sus Elementos las 465 proposiciones, sobre temas relativos a geometŕıa plana, teoŕıa generalizada de la proporción, teoŕıa ar- itmética, geometŕıa del espacio, y la inconmensurabilidad y los segmentos irracionales. En otras obras de él y en las de sus sucesores (Arqúımedes, Apolonio,...) se dedujeron muchos más resultados. El segundo trabajo cumbre en la geometŕıa clásica es el de Apolonio sobre las secciones cónicas. Este tratado está formado por 8 libros y 487 proposiciones. Apolonio observó que los tres tipos de cónicas (elipse, parábola e hipérbola) pod́ıan obtenerse como secciones de un mismo cono recto sin más que cambiar la posición del plano que nos da la sección. Desde un interés puramente geométrico, las secciones cónicas han evolucionado a lo largo de la historia hasta su utilidad en diferentes contextos. Su importancia se consagra a partir del siglo XVII, con la demostración de Galileo de que la trayectoria de un proyectil es una parábola y con la descripción del movimiento planetario de Kepler y Newton, en donde se conclúıa que las órbitas de los planetas eran eĺıpticas. Es de observar que los geómetras griegos clasificaban las curvas en tres categoŕıas: - Lugares planos: Las ĺıneas rectas y las circunferencias. - Lugares sólidos: Las secciones cónicas. - Lugares lineales: Las restantes curvas. 3 De hecho en grecia clásica ya se conoćıan algunas curvas, como la cuadratriz de Hipias (siglo V a.C.) y Dinostrato (siglo IV a.C.), la concoide de Nicomedes (entre el siglo II y I a.C.), la cisoide de Diocles (siglo II a.C.), la espiral de Arqúımedes (siglo III a.C.), destinadas a resolver problemas, y en particular los tres clásico de la antigüedad: la cuadratura del ćırculo, la trisección del ángulo y la duplicación del cubo. Las culturas babilónica y egipcia contribuyeron en gran medida al desarrollo de la matemática y la astronomı́a. Sin embargo, fueron completamente estériles respecto al desarrollo de la f́ısica. De hecho, fue en la grecia clásica donde se origina los primeros estudios en f́ısica. La explicación posible de esta deficiencia de Babilonia y Egipto en comparación con Grecia, se atribúıa a que los dioses antiguos de Babilonia y Egipto viv́ıan arriba, entre las estrellas, mientras que los dioses de lo griegos viv́ıan en la cima del monte Olimpo, y por tanto estaban más cerca de los problemas de la vida cotidiana. Según la leyenda, el término magnetismo proviene de un pastor griego Mαγνησ que quedó sorprendido al observar que el regatón de hierro de su bastón era atráıdo por una piedra (mineral de hierro magnético) que hab́ıa en el borde del camino. Análogamente el término electricidad proviene de la palabra griega ηλ²κτρoν (ámbar), a causa de que otro pastor helénico, al tratar de pulir un trozo de ámbar frotándolo sobre la lana de una de sus ovejas, observó que poséıa la misteriosa propiedad de atraer pequeños trozos de madera. Aunque dif́ıcilmente podamos documentar estos legendarios descubrimientos, si pode- mos afirmar que la primera formulación matemática de una ley f́ısica se debe a Pitágoras (569-475 a.C.), filósofo griego que vivió a mediados del siglo VI a.C. Pitágoras investigó la relación entre las longitudes de las cuerdas en los instrumentos musicales que producen combinaciones armónicas de sonidos. Para ello, empleó el denominado ”monocordio” un instrumento en forma de caja con una única cuerda. En la terminoloǵıa actual, Pitágoras probó que la frecuencia, es decir el número de vibraciones por segundo de una cuerda sujeta a una tensión dada, es inversamente pro- porcional a su longitud. Pitágoras intentó dar un paso más al sugerir que el movimiento de los planetas debe ”ser armonioso”, sus distancias de la tierra deben de estar en las misma relaciones de la longitud de las cuerdas (bajo la misma tensión) que producen las siete notas fundamentales de la lira, el instrumento musical nacional de los griegos. Aristóteles (384-322 a.C.) fue uno de los gigantes de la grecia clásica. Es considerado, junto a Platón y Sócrates, como uno de los pensadores más destacados de la antigua filosof́ıa griega. Su filosof́ıa sobre la naturaleza y los fenómenos f́ısicos teńıa la deficiencia de que su gran inteligencia no estaba bien orientada matemáticamente, al igual que muchos otros antiguos filósofos griegos. De hecho sus ideas respecto al movimiento de los objetos terrestres y los cuerpos celestes, quizás hicieron más daño que beneficio al progreso de la ciencia. Su filosof́ıa se basaba en la idea de que hab́ıa dos clases de movimientos: rectiĺıneos, cuyo modelo es el peso que cae o el fuego que asciende, y circulares, como el movimiento de los astros. Para Aristóteles el movimiento circular era el único que era ”simple y completo”, y lo consideraba también perfecto y eterno. Para él los astros segúıan trayectorias circulares, pues no hab́ıa ninguna razón para que el espacio no fuera 4 homogéneo y por tanto que las trayectorias cambiaran de forma con el tiempo. Aristóteles créıa que la tierra era estacionaria y que el sol la luna, los planetas y las estrellas se mov́ıan en órbitas circulares alrededor de ella. Otro gran griego de la antigüedad, que vivió un siglo después de la época de Aristóteles fue Arqúımedes (287-212 a.C.). Este pronto se interesó por las matemáticas, en las que adquirió una gran destreza. De hecho tuvo grandes contribuciones en geometŕıa. Es considerado, por muchos, el mayor matemático y f́ısico de la antigüedad. Las aportaciones más importantes de Arqúımedes a la F́ısica se centran en la mecánica de sólidos, principalmente en Estática, y en la Hidrostática. En su obra ”Sobre el equilibrio de las superficies” desarrolló las leyes de la palanca y discutió el problema de encontrar el centro de gravedad de cualquier cuerpo dado. El estilo de Arqúımedes es muy semejante al de Euclides. Durante su época, las matemática griega estaba casi limitada a la geometŕıa. Como en los ”Elementos” de Euclides, Arqúımedes formuló sus leyes sobre el equi- librio comenzando primero enunciando unos postulados y derivando a continuación las proposiciones. El primer volumen de su obra comienza con siete postulados, los cuales reproducimos: 1.- Pesos iguales a igual distancia están en equilibrio y pesos iguales a distancia de- siguales no están en equilibrio sino que se inclinan hacia el peso que está a mayor distan- cia. 2.- Si estando los pesos a cierta distancia y en equilibrio, se añade algo a uno de ellos, no hay equilibrio, sino que se inclinan hacia aquel al cual se ha añadido algo. 3.- Análogamente, si se quita algo a uno de los pesos, no están en equilibrio, sino que se inclinan hacia el peso del que no se ha quitado nada. 4.- Si figuras planas iguales y similares coinciden cuando se superponen una a otra, sus centros de gravedad también coinciden. 5.- Si las figuras son desiguales pero similares, sus centros de gravedad estarán situ- ados similarmente. Entiendo por puntos situados similarmente en relación con figuras similares, puntos tales que si se trazan ĺıneas a su través a los ángulos iguales, resultan ángulos iguales con los correspondientes. 6.- Si dos pesos a cierta distancia están en equilibrio, otros dos pesos iguales a ellos estarán también en equilibrio a las mismas distancias. 7.- En una figura cuyo peŕımetro es cóncavo en la misma dirección, el centro de gravedad debe estar dentro de la figura. A estos postulados siguen 15 proposiciones derivadas. Entre ellas se deduce el Principio de la Palanca. Probablemente el descubrimiento más conocido de Arqúımedes es su ley sobre la pérdida que sufren los cuerpos sumergidos en un ĺıquido. Con la decadencia griega, el centro cultura se traslada a Alejandŕıa,fundada en el año 332 a.C.. Quizás las mayores aportaciones a la f́ısica de la cultura alejandrina se centran en la astronomı́a, siendo su mejor exponente C. Ptolomeo , que vivió y trabajó durante la primera mitad del siglo II de nuestra era (85-165 d.C.). Ptolomeo profundizó en las ideas de Aristóteles sobre el Universo, y construyó un modelo cosmológico completo. 5 En este modelo, la tierra era el centro del universo, y estaba rodeada por ocho esferas que transportaban a la luna, el Sol, las estrellas y los cinco planetas conocidos en aquel tiempo: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Los planetas se mov́ıan en ćırculos más pequeños engarzados en sus respectivas esferas para que aśı se pudieran explicar sus relativamente complicadas trayectorias celestes. La esfera más exterior era la que transportaba a las llamadas estrella fijas. Lo que hab́ıa detrás de la última esfera nunca fue descrito con claridad. Sus estudios astronómicos se recogen en su ”Almagesto”. Este modelo de Ptolomeo fue ampliamente adoptado, incluso por la Iglesia cristiana, pues además presentaba la gran ventaja de que fuera de la esfera de las estrellas fijas quedaba un gran espacio para el cielo y el infierno. Como en el caso de las matemáticas, y de la ciencia en general, al extinguirse la cultura griega quedó detenida el desarrollo de la de la geometŕıa y de la f́ısica. Los romanos, aunque estimulaban el saber, se interesaron primordiamente por las aplicaciones prácticas y durante su imperio se descuidó mucho el pensamiento abstracto y filosófico, pilares de la ciencia de aquella época. Incluso después de la cáıda del imperio romano la situación empeoró, ya que los estados feudales que se formaron en sus ruinas no representaba el marco adecuado para ningún género de desarrollo cient́ıfico. Afortunadamente la ciencia griega encontró refugio en la cultura árabe, floreciente a partir del siglo VII, época de su extensión por el sur del mediterráneo y España. Los árabes tradujeron los manuscritos griegos, y realizaron progresos en matemáticas, aunque no parece que realizaran mucho en el campo de la f́ısica. Uno de los factores determinante en la difusión del conocimiento fue la invención de la imprenta, a mediados del siglo XV. 1.2 EL Renacimiento, Geometŕıa Anaĺıtica y la F́ısica de Galileo y Newton Como indicamos, la evolución de la geometŕıa a través de los tiempos ha sido lenta, debido quizás a que la geometŕıa de Euclides fue obtenida a partir de unos postulados que a priori parećıan ciertos sin discusión alguna y reflejaban la propia geometŕıa de nuestro espacio, y por ello esta geometŕıa continuó durante muchos siglos dominando los estudios matemáticos. No obstante, a lo largo de la historia aparecieron otras geometŕıas, que nacieron de la necesidad de solucionar nuevos problemas de la vida cotidiana, o de la propia evolución de las matemáticas que invitaron a aprovechar las técnicas, los avances y desarrollos de sus diferentes ramas. Como ejemplos, tenemos la geometŕıa proyectiva, que surgió motivada por los pintores del renacimiento al tratar de resolver el problema de plasmar en un lienzo las escenas reales, y la geometŕıa anaĺıtica que incorporó un tratamiento algebraico a la geometŕıa, necesario para aplicarla a los nuevos retos cient́ıficos, los descubrimientos, y sucesos acae- cidos durante los siglos XVI y XVII (la creación de la teoŕıa heliocéntrica, la exploración geográfica que implicaba el uso de mapas, la utilización de la pólvora que dio lugar al estudio de las trayectorias de los proyectiles, el telescopio y el microscopio que motivó el estudio de las lentes, las técnicas de las guerras,...). 6 René Descartes(1596-1650) y P.Fermat (1601-1665) fueron los primeros en darse cuenta de esta necesidad de utilizar métodos cuantitativo en el estudio de la geometŕıa. Ellos eran consciente de la potencia del álgebra y por ello empezaron a utilizarla para sus estudios geométricos, en particular para asociar ecuaciones algebraicas a las curvas y a las superficies. Con ellos puede decirse que se iniciaba una nueva rama: la mencionada geometŕıa anaĺıtica. Descartes, no era realmente un matemático, puede considerarse como el primer gran filósofo moderno y su geometŕıa fue sólo una mı́nima parte de toda una obra que básicamente estaba dedicada a la filosof́ıa y a la ciencia en general. Para Descartes la geometŕıa eucĺıdea (de los clásicos) era abstracta en exceso y muy ligadas a las figuras, con lo que cada de- mostración, en la mayoŕıa de las veces, exiǵıa nuevos e ingeniosos argumentos. Tampoco el álgebra se escapaba de sus cŕıticas. Para él, el álgebra estaba completamente lleno de reglas y fórmulas que en ocasiones resultaba un ”arte confuso y oscuro que turbaba la mente”. Por ello lo que propone Descarte es de una parte, tomar lo mejor del álgebra y aplicarlo a la geometŕıa, y de otra traducir las operaciones algebraicas al lenguaje de la geometŕıa, para corregir los defectos de ambas. Se dio cuenta de la gran potencia del álgebra y su superioridad sobre los métodos de los griegos para la formalización, de- scripción y desarrollo del pensamiento geométrico. Fruto de esta fusión, surge su ”La Gémetrie”, único libro de matemática que escribió (de hecho ”La Géometrie” es uno de los tres apéndices que aparece en su ”Discurso del método” un clásico de la literatura y filosof́ıa publicado en 1637). Antes de dedicarse al estudio de lugares geométricos, P. Fermat hab́ıa realizado con- tribuciones al algebra. Esto permitió que en su obra ”Ad locos planos et solidos isagoge” se aplicara el álgebra al estudio de las curvas. Esta obra no fue publicada en vida del au- tor, y por ello favoreció la impresión de que la geometŕıa anaĺıtica hab́ıa sido introducida por R. Descartes. Sin embargo es muy posible que que Fermat descubriese su geometŕıa anaĺıtica hacia 1629. La idea principal de la geometŕıa anaĺıtica, la utilización de las técnicas del álgebra y del empleo de ecuaciones para estudiar los problemas geométricos en principio no despertó gran entusiasmo y hubo de pasar cerca de cien años para su consagración. Durante el siglo XVII surgieron obras en donde se comentaban los nuevos métodos, pero es durante el siglo XVIII cuando se profundizó en el estudio en el plano y también en el espacio de la geometŕıa desde el punto de vista anaĺıtico, quizás motivado por la exploración de problemas f́ısicos, que llevaron a la búsqueda de un mejor conocimiento de las curvas y superficies. En este desarrollo participaron muchos matemáticos de la época, entre otros: I. Newton (1642-1727), J. Bernoulli (1667-1748), L. Euler (1707-1783), Clairaut (1713-1765), G. Monge (1746-1818). Estos matemáticos han jugado también un papel fundamental en lo que se denomina geometŕıa diferencial. Aunque las cónicas y algunas otras curvas planas eran conocidas desde la grecia an- tigua, hasta el renacimiento solo la recta y la circunferencia jugaban un papel privilegiado en la naturaleza y por tanto también en la f́ısica. La f́ısica quedó aferrada a la recta y a la circunferencia durante muchos siglos. Hasta el siglo XVI, se pensaba que la trayectoria de proyectiles eran rectas que luego se volv́ıan bruscamente curva, y que los planetas describ́ıan órbitas circulares. 7 Durante el siglo XVII, con la revolución cient́ıfica , comienza a fraguarse los cimientos de la f́ısica moderna no relativista. Dos genios universales son claves en este desarrollo: Galileo Galilei (1564-1642) e Isaac Newton (1643-1727). Uno de los hechos más importante que propicio tal revolución fue la teoŕıa heliocéntrica. Nicolás Copérnico (1473-1543) en su obra ”De Revolutionibus Orbitum Coelestium”, aparecida en el mismo año de su muerte, estableció un nuevo sistema del mundo con el Sol en su centro, pero todav́ıa con la creencia de que los planetas describ́ıan órbitas circulares. Es de observar quepara evitar su prohibición por la Iglesia, se añadió a este libro un prefacio que declaraba que todas las ideas expresadas en él eran de carácter puramente hipotético y representaban más bien un ejercicio matemático que una descripción de las cosa reales. Pasó casi un siglo para que las ideas de Copérnico sobre el Universo fueran tomadas en serio. El primer astrónomo que demostró la teoŕıa heliocéntrica fue Tycho Brahe (1546-1601), quién realizó mediciones de la posición de los planetas con una precisión de un minuto de arco. J. Kepler (1571-1630) en su ”Astronomı́a nova, en 1609, expuso su famosas tres leyes sobre la trayectoria de los planetas. Como es conocido, en la primera de ellas formula que los planetas describen elipses, con el sol en uno de sus focos. Para Galileo, las matemáticas constitúıan la base del conocimiento profundo de las leyes de la Naturaleza. Su f́ısica estaba basada en la experimentación y en su formalización matemática. En 1609, con un telescopio que acababa de inventar, observando Jupiter encontró que éste estaba acompañado por varios pequeños satélites o lunas que giraban a su alrededor. Aśı, no todo giraba directamente alrededor de la tierra. Galileo en su ”Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo, ptolemaico y coper- nicano” 1632, apoyó la teoŕıa copérnica sobre el movimiento de los planetas. En realidad, Él y J. Kepler fueron los primeros en apoyar públicamente esta teoŕıa. Aunque, Kepler modificó la teoŕıa sugiriendo que los planetas no se mov́ıan en ćırculos sino en elipses. El apoyo a la teoŕıa copérnica enfrentó a Galileo con la Iglesia y le costó su famoso Proceso. Galileo fue también el primero que estableció, en sus ”Discursos y demostraciones matemáticas acerca de dos Nuevas Ciencias” (1638), que la trayectoria de los proyectiles de las piezas de artilleŕıa eran parábolas. Otro importante resultado que introdujo Galileo fue el principio de inercia (La primera ley de Newton). La explicación más coherente sobre la trayectoria de los planetas fue proporcionada por I. Newton (1643-1727), en su obra ”Philosophiae Naturalis Principia Mathematica” (1687), probablemente la obra más importante publicada en las ciencias f́ısicas de todos lo tiempos. En ella, Newton no solo presentó una teoŕıa de como se mueven los cuerpos en el espacio y en el tiempo, sino que también desarrolló las complicadas matemáticas necesarias para analizar esos movimientos. Para realizar su obra, Newton se apoyó en los trabajos de Copérnico, Descartes, Kepler, Galileo,... Su ”Principia Mathematica” está constituida por tres libros que contienen los fun- 8 damentos de la f́ısica y la astronomı́a escritos en el lenguaje de la geometŕıa pura. Se le suele comparar a Los elementos de Euclides. De hecho se nota el influjo de la ge- ometŕıa eucĺıdea, con predominio de la forma sintética, aunque también aparecen algunos razonamientos anaĺıticos. En ella se enuncian las tres leyes del movimiento, la ley de gravitación, y aplicaciones al sistema solar. También ,en su ”Principia Mathematica” aparece indirectamente su cálculo diferencial e integral, desarrollado en su obra Analysis per aequiationes numero terminorum infinitas. Evidentemente en todos estos desarrollos se necesitaba de la geometŕıa de coordenadas, es decir la geometŕıa anaĺıtica, que unida con procesos de paso al limite, permitió que Newton y G. W. Leibnitz (1646-1716) crearan el cálculo diferencial, con el que se formuló la famosa ley de gravitación universal que explicaba, con un solo enunciado, las tres leyes de Kepler y otros muchos fenómenos de la mecánica celeste. 1.3 Los Inicios de la Geometŕıa Diferencial de Superficies. Puede decirse que la geometŕıa diferencial nace, mediante un proceso natural, sobre los cimientos de la geometŕıa anaĺıtica y del cálculo infinitesimal de I. Newton y G.W. Leib- nitz. En realidad, desde la época de estos dos matemáticos se hab́ıa aplicado el cálculo al estudio de curvas planas. Aunque, el primero en realizar un exhaustivo estudio so- bre geometŕıa diferencial en el espacio eucĺıdeo fue Karl Friedrich Gauss, iniciando aśı esta nueva rama de la geometŕıa, que actualmente se le denomina Geometŕıa Diferencial Clásica. Antes de Gauss, algunos matemáticos hab́ıan elaborado estudios sobre geometŕıa difer- encial de superficies. Recordemos los mas notables. Uno de los pioneros en la teoŕıa de superficies fue Leonhard Euler (1707-1783). Dotado de una gran inteligencia y una magnifica memoria tuvo grandes aportaciones en casi toda las ramas de las matemáticas puras y aplicadas. Son clásicos sus trabajos sobre mecánica, álgebra, análisis matemático, teoŕıa de los logaritmos de los números negativos e imaginarios, geometŕıa anaĺıtica y diferencial, calculo de variaciones,....En 1748 Euler publica la más célebre de sus obras matemáticas: su Introductio in analysis infinitorum. Entre una gran variedad de temas tratados en esta obra se encuentra el estudio de curvas y superficies, las cuales son investigadas con la ayuda de sus ecuaciones, es decir desde el punto de vista anaĺıtico. Aunque su contribución más importante al campo de la geometŕıa diferencial se encuentra en su obra Investigaciones sobre la curvatura de superficies. En esta obra, para estudiar el comportamiento de una superficie M en las proximidades de un punto P de M, Euler ”corta” la superficie M por planos normales que pasan por P y estudia la curvatura de las curvas planas resultantes (secciones normales). Euler obtiene que de todas las secciones normales a M que pasan por P existe una que tiene mayor curvatura y otra que tiene la menor, y estas dos secciones se cortan en P bajo un ángulo recto. Estas curvas reciben el nombre de curvas principales, y a sus curvaturas se les denominan curvaturas principales. La curvatura de la superficie M en P es el producto de las dos curvaturas principales. En su trabajo Sobre sólidos cuyas superficies pueden ser desarrolladas sobre un plano (1772), Euler introduce el concepto de superficie desarrollable, es decir, superficies que 9 pueden ser aplicadas o extendidas sobre un plano, y prueba que una tal superficie es o un cilindro, un cono o un superficie formada por las tangentes a una curva (es de observar que estas superficies tienen curvatura nula). En este trabajo Euler introduce, por primera vez, las coordenadas de los puntos de una superficie en función de dos parámetros. Euler también tiene estudios sobre geodésicas. En el plano eucĺıdeo, las rectas, además de ser las curvas más simples, juegan un papel fundamental y son la base para todo tipo de construcciones geométricas. En una superficie arbitraria este papel privilegiado es desarrollado por las ĺıneas geodésicas. El problema de encontrar la geodésicas de una superficie ya hab́ıa sido planteado por Johann Bernoulli en 1697 y al parecer encontró la ecuación general de las geodésicas, aunque su resultado fue publicado en 1742. Antes de esto, en 1732, Euler también publicó la ecuación diferencial en su trabajo ”Sobre la curva más corta que une dos puntos arbitrarios de una superficie arbitraria”. El estudio de las geodésicas fue abordado por Euler en diferentes trabajos. Aśı, en el volumen II de su ”Mechanics, (1736), Euler probó que un masa puntual forzada a estar sobre una superficie si no está sujeta a ningún otro tipo de fuerzas debe moverse a lo largo de una geodésica. También probó que en una curva geodésica la normal a ella coincide con la normal a la superficie. Otros matemáticos de la época de Euler también realizaron contribuciones a la ge- ometŕıa diferencial. Entre ellos destaca A. Clairaut (1713-1765), quién a los dieciséis años publica el trabajo ”Investigaciones sobre las curvas con doble curvatura”, una memoria sobre aspectos anaĺıticos de las superficies y curvas espaciales. En otros trabajos trató las geodésicas sobre superficies de revolución.Otra figura también importante en la historia de la geometŕıa diferencial fue Gaspar Monge (1746-1818). Su introducción en el estudio de la geometŕıa diferencial fue moti- vado por problemas prácticos, concretamente por el estudio de problemas de fortificación. Monge comienza sus investigaciones de geometŕıa diferencial con un estudio en teoŕıa de curvas en el espacio titulado ”Memoria sobre las evolutas, los radios de curvatura y los diferentes géneros de inflexión de las curvas de doble curvatura”, (1785). Monge de- sempeño un papel fundamental en la creación de las Escuelas Normal y Politécnica de Francia, siendo en esta última su profesor más activo. En esta Escuela Politecnica, Monge impartió un curso sobre aplicaciones del análisis a la geometŕıa, que esencialmente era un curso de introducción a la geometŕıa diferencial. Como en esa época no se dispońıa de ningún texto, Monge escribe un libro titulado ”Hojas de análisis aplicado a la geometŕıa” (1795), el cual es considerado como el primer texto sobre geometŕıa diferencial. El men- cionado curso era muy dif́ıcil para los alumnos de entonces, sobre todo en lo referente al estudio diferencial de las curvas y superficies. En 1802, Monge junto con un colaborador suyo, J. P. Hachette, elaboran un estudio más general al anterior en la memoria ”Apli- cación del álgebra a la geometŕıa”, a fin de responder a las exigencias de los programas de la Escuela Politécnica. Puede decirse que en estas dos obras se encuentra la mayor parte de la geometŕıa anaĺıtica del espacio y de la geometŕıa diferencial clásica que suelen incluirse en los actuales textos elementales de estas materias. No sólo Monge es importante por su contribución a las matemáticas sino por la escuela que creó. Aśı, el impulso dado por Monge en la geometŕıa del espacio fue acelerado por sus disćıpulos. A estos se les debe la difusión de la geometŕıa a través de textos elementales, muchos de los cuales alcanzaron gran éxito, publicándose en numerosas ediciones. Aśı, 10 entre los años 1798 y 1802 aparecieron cuatro libros sobre geometŕıa anaĺıtica elemental debidos a S.F. Lacroix (1765-1843), J.B. Biot (1774-1862), L. Puissant (1769-1843) y F.L. Lefrancais (1769-1843), todas ellas influenciadas por las lecciones impartidas en la Escuela Politécnica. Otro de sus disćıpulos, Charles Dupin (1784-1873), también contribuyó al desarrollo de la geometŕıa diferencial básicamente en sus obras ”Desarrollos de geometŕıa pura” y ”Aplicaciones de geometŕıa y mecánica” publicadas en 1813 y 1822, respectivamente Los impulsos definitivos para el desarrollo y consagración de la geometŕıa diferencial fueron dados por dos grandes genios: Karl Friedrich Gauss y Georg Bernhard Riemann. 2 La Geometŕıa Diferencial de Gauss 2.1 Contribución de Gauss al estudio de las Superficies Karl Friedrich Gauss (1777-1855), es considerado como uno de los genios universales que más ha aportado al desarrollo de las matemáticas. Realizó trabajos de investigación en diferentes ramas de las matemáticas (teoŕıa de números, álgebra, análisis matemático, geometŕıa, probabilidad y estad́ıstica, teoŕıa de errores,...) y en otros campos cient́ıficos (astronomı́a, f́ısica teórica, mecánica, electromagnetismo, acústica, óptica,...). Su incli- nación hacia la geometŕıa, y en particular hacia la teoŕıa de superficie, estuvo quizás motivada por sus trabajos de geodesia y cartograf́ıa, y por su participación en la triangu- lación de Hannover durante los años comprendidos entre 1818 y 1832 fueron dominados por el vasto proyecto de realizar planos y mapas (trabajos topográficos) en el Reino de Hannover. Gauss fue quién dirigió la puesta inicial de esta aventura. Durante esta época hab́ıa gran interés por los estudios geodésicos, aśı como un deseo teórico por determinar, mediante mediciones y triangulaciones, la verdadera forma de la tierra. Esta cuestión hab́ıa sido ya abordada en el siglo XVIII cuando se hab́ıa llegado a la aceptación univer- sal de la teoŕıa de Gravitación de Newton. La cartograf́ıa era un importante tema práctico que se veńıa estudiando desde siglos. Por ello, la aplicación entre superficies que conservasen ciertas propiedades métricas (lon- gitud, ángulos, áreas,...) era un problema básico y fundamental para la reproducción de partes de la superficie de la tierra en cartas geográficas planas. Sabemos que es imposible aplicar parte de una superficie de la tierra sobre el plano conservando la longitud (lo cual es una consecuencia directa del famoso Teorema Egregium de Gauss). Si queremos obtener cartas geográficas para la navegación, para la determinación de las rutas de los barcos, un concepto tan fundamental, o más, que la distancia es la dirección. Por ello, las aplicaciones que conservan los ángulos (aplicaciones conformes, que incluyen a las isometŕıas, que son las aplicaciones que conservan las longitudes) parecen idóneas para la reproducción de mapas. Además, Las regiones conformemente relacionadas son similares, si consideramos regiones suficientemente pequeñas. Casos especiales de aplicaciones con- forme de la superficie terrestre sobre el plano son la proyección estereográfica, conocida por los griegos y la proyección de Mercator (1512-1594), la cual todav́ıa es usada en la cartograf́ıa actual. 11 En 1822, Gauss obtiene un procedimiento para determinar, sobre superficies anaĺıticas, todas las aplicaciones (locamente) conformes, en su memoria ”Solución general al prob- lema de aplicar regiones de forma que cualquier porción pequeña y su imagen sean simi- lares”, y por lo que recibió un premio de la Real Sociedad de Ciencias de Copenhague. Al parecer, durante la elaboración de este trabajo, Gauss teńıa ya en proyecto la realización de una teoŕıa general de superficies, pues en la portada de la memoria Gauss escribió que esta obra era el punto de partida para obtener cosas más interesantes. El 8 de octubre de 1827 Gauss presentó su teoŕıa general de superficies en la memoria titulada ”Disquisitiones generales circa superficies curvas”, la cual es considerada como la obra maestra de la geometŕıa diferencial clásica de superficies, y la obra de referencia de los posteriores desarrollos de la geometŕıa diferencial de variedades. 2.2 La obra Disquisitiones Generales Circa Superficies Curvas La obra está dividida en veintinueve secciones. En las tres primeras secciones, Gauss introduce los convenios de notación y algunos resultados (esencialmente conocidos) sobre trigonometŕıa esférica, y define punto regular o singular de una superficie imponiéndole la condición de existencia o no del plano tangente a la superficie en ese punto, respecti- vamente. En la secciones cuatro y cinco aborda el problema de la orientación de una superficie. Aśı, para orientar el plano tangente en un punto de la superficie, Gauss considera la dirección normal a la superficie en ese punto. Comenta la posibilidad de elegir dos posibles vectores unitarios y normales en cada punto regular de una superficie, que representan la misma dirección normal y reflexiona sobre cuál de estos dos vectores debe de elegir. Gauss expone tres métodos generales para definir una superficie. El primero por medio de una ecuación en impĺıcita en las coordenadas x,y,z, es decir una ecuación de la forma F (x, y, z) = 0. El segundo método es expresando las coordenadas x,y,z de un punto cualquiera de la superficie en función de dos variables. Finalmente en el tercer método, una de las coordenadas, por ejemplo z, se expresa en función de las otras dos. Además, obtiene las expresiones del vector unitario normal para los distintos métodos. En la sección seis Gauss, inspirado por sus trabajos sobre astronomı́a y geodesia, introduce tres conceptos que serán fundamentales a lo largo de su obra: a) La aplicación esférica normal. b) La curvatura total (ó curvatura integral) de una parte acotada de unasuperficie (un ”trozo compacto” de superficie). c) La ”medida de curvatura” K(p) en un punto p de una superficie M , la cual hoy es conocida como curvatura de Gauss K(p) de M en el punto p. En las siguientes seis secciones (de la siete a la doce) Gauss se dedica a calcular la cur- vatura de una superficie y estudiar algunas consecuencias. Primero, usando su definición de curvatura obtiene una expresión general de ella, para luego obtener su expresión cuando la superficie viene dada por cada uno de los tres métodos que Gauss describe para represen- tar una superficie. También prueba que su curvatura es el producto de las dos curvaturas principales, las cuales hab́ıan sido introducidas por Euler, y obtiene el conocido Teorema Egregium: 12 Teorema. [Teorema Egregium de Gauss] La curvatura de Gauss de una superficie es invariante respecto de aplicaciones que conserven el elemento de longitud (o primera forma fundamental), es decir, respecto de aplicaciones isométricas. Es de observar que Gauss no utilizaba el término ”isometŕıa” sino que hablaba de superficies que se pueden ”desarrollar” sobre otras superficies. De aqúı Gauss deduce que una isometŕıa entre dos superficies en R3 conserva la cur- vatura total de correspondientes ”trozos finitos” de superficies. En la sección trece Gauss interpreta una superficie, no como el borde de un sólido, sino como un cuerpo flexible pero no extensible y comenta que se pueden distinguir dos manera de hacer geometŕıa sobre una superficie. De una parte, la que se hace presuponiendo una forma definida de la superficie en el espacio y de otra la que es independiente de las distin- tas formas que una misma superficie se puede presentar en el espacio. Esta segunda forma de estudiar las superficies es lo que se denomina hoy la geometŕıa diferencial intŕınseca. Conceptos y propiedades como, la medida de curvatura (la curvatura de Gauss), la consid- eración de figuras sobre una superficie, sus ángulos, áreas, curvaturas integrales, las curvas más cortas (geodésicas) que unen puntos pertenecen a esta geometŕıa y sus propiedades sólo dependen del elemento lineal (primera forma fundamental) de la superficie. Desde este punto de vista, una superficie plana y una desarrollable (es decir una superficie cónica, ciĺındrica o tangencial) pueden considerarse iguales. Termina la sección comentando que el método genérico para definir la naturaleza de las superficies, consideradas desde el punto de vista intŕınseco, es partir de su elemento lineal ds2 = Edu2 + 2Fdudv + Gdv2. Pero antes de hacer esto, Gauss señala que primero debe de introducir los principios de la teoŕıa de las curvas más cortas sobre una superficie. Desde la sección catorce a la diecinueve Gauss se dedica al estudio de las geodésicas sobre las superficies. Este problema lo aborda utilizando el cálculo variacional. El primer resultado que demuestra Gauss es que las geodésicas son caracterizadas por la condición (extŕınseca) de que su vector aceleración es normal a la superficie (lo que ya hab́ıa obtenido Euler, y al parecer también J.Bernoulli), es decir que el vector normal principal a una geodésica es normal a la superficie. Obtiene lo que hoy d́ıa se conoce como Lema de Gauss. De hecho, primero Gauss prueba, lo siguiente: Teorema . Si sobre una superficie consideramos un número infinito de ĺıneas más cortas (geodésicas) de igual longitud con un mismo punto inicial, entonces la curva que unen sus extremos será normal (ortogonal) a cada una de las ĺıneas. Después describe un resultado más general, en la sección dieciséis, que dice que se obtiene de forma similar al anterior, y que enuncia como sigue: Dada una curva de una superficie, en todos los puntos de ella, y sobre un mismo lado de la curva trazamos segmentos de geodésicas ortogonales de iguales tamaños, la curva que unen los extremos de estos segmentos también es perpendicular a los segmentos geodésicos. Considera también el elemento lineal sobre una superficie: ds2 = Edu2 + 2Fdudv + Gdv2, para dar significado geométrico a los coeficientes E, F y G, en la sección dieciocho. Para ello, supone la superficie dada en la forma ~x(u, v) = (x(u, v), y(u, v), z(u, v)), y estudia longitudes, los ángulos y áreas de trozos de superficies delimitados por curvas paramétricas. Gauss sigue investigando las geodésicas en la sección dieciocho, dando condiciones para 13 que una curva tenga longitud mı́nima, suponiendo que la curva viene expresada por una relación entre los parámetros de la forma u = u(v). Sin embargo, Gauss no proporciona una expresión expĺıcita de la ecuación diferencial que nos da las geodésicas. Gauss sólo comenta que es una ecuación diferencial de segundo orden entre u y v. En la sección diecinueve introduce un tipo especial de coordenadas sobre la superficie: supone que las curvas u-paramétricas son geodésicas (con parámetro natural) y que las curvas v-paramétricas son ortogonales a las de parámetro u. En ese caso se deduce que E=1, F=0. Con estas coordenadas, que suelen denominarse coordenadas geodésicas, muchos de los cálculos que ya hab́ıa obtenido se simplifican. Después de unos laboriosos cálculos Gauss obtiene en la sección veinte la primera versión de lo que se conoce como Teorema de Gauss-Bonnet. En su art́ıculo lo describe como sigue: Lo que excede de π la suma de los ángulos interiores de un triángulo geodésico es igual a la curvatura total del triángulo. En las últimas nueve secciones, Gauss se dedica a la demostración de teoremas para comparar los ángulos y las áreas de triángulos geodésicos sobre una superficie con los de triángulos con las mismas longitudes en el plano eucĺıdeo, y generaliza resultados de Legendre para triángulos geodésicos esféricos a triángulos geodésicos sobre superficies arbitrarias. Hasta aqúı hemos desarrollado las principales ideas que aparecen en la memoria de Gauss. No cabe la menor duda de que el trabajo es importante por śı mismo, pero quizás más importante fue sus consecuencias posteriores. Los geómetras anteriores a Gauss con- sideraban una superficie o bien como constituida por una infinidad de curvas adosadas unas a otras, o que era el borde de algún sólido, en el espacio tridimensional. Para Gauss, para estudiar la geometŕıa de una superficie bastaba considerar sólo la superficie, para él la superficie en śı era un ente propio y el espacio ambiente no inflúıa sobre ella para nada. Si se introducen sobre la superficie coordenadas (u, v) obtenidas de una repre- sentación paramétrica ~x(u, v) = (x(u, v), y(u, v), z(u, v)) de la superficie, y si se obtienen E, F y G, entonces se deducen las propiedades de la superficie (uno puede obtener la cur- vatura, estudiar longitudes, ángulos, áreas, geodésicas,...). En resumen el elemento lineal o primera forma fundamental, ds2 = Edu2+2Fdudv+Gdv2, determina la geometŕıa de la superficie. Aśı, la superficie tiene ”su propia geometŕıa”. Se puede profundizar más, por ejemplo uno puede olvidarse del espacio ambiente e introducir otra ”primera forma fun- damental” sobre la misma superficie. Con ello lo que estamos haciendo es introduciendo otra forma de tomar medidas sobre la superficie y por ello la geometŕıa resultante sobre ella es diferente. Aśı, una misma superficie puede tener diferentes geometŕıas dependiendo de la elección de la forma de tomar medidas sobre ella. Lo mismo podŕıamos hacer en nuestro espacio tridimensional (donde la ”primera forma fundamental” que se considera es ds2 = dx2 + dy2 + dz2). La primera forma fundamental que usualmente se elige sobre una superficie procede de la elección de la medida eucĺıdea (ds2 = dx2 + dy2 + dz2) en R3. Sin embargo hoy sabemos que podemos elegir diferentes expresiones para una métrica en nuestro espacio tridimensional R3 y consecuentemente obtener geometŕıas diferentes sobre él. Estas ideas, de separación de la superficie del espacio ambiente y de la separación del espaciode las posibles construcciones geométricas en el mismo, derivadas de la elección 14 de una métrica determinada, son las base en donde se sustenta la aportación de Riemann al estudio de la geometŕıa diferencial. 3 La Geometŕıa de Riemann 3.1 Contribución de Riemann a la Geometŕıa Diferencial Bernhard Riemann (1826- 1866), otro de los grandes genios de todos los tiempos, estudió en Gottingen. Fue alumno de Gauss y Weber. Tuvo grandes aportaciones a diversas áreas de las matemáticas como teoŕıa de numeros, análisis de variable compleja y real, teoŕıa de funciones, en topoloǵıa, y en geometŕıa. También tuvo contribuciones a la f́ısica (teoŕıa del calor, la luz, teoŕıa de gases, magnetismo, dinámica de fluidos, acústica,...). En algunos de sus trabajos contribuyó al estudio de las relaciones de las matemáticas con la f́ısica, de hecho fue pionero en una nueva concepción de los fenómenos f́ısicos dentro de un marco general y unificador, es decir dedicó parte de su corta vida a la búsqueda de un teoŕıa unificada de las fuerzas fundamentales. La aportación de Riemann a la geometŕıa diferencial no fue sólo de generalizar la geometŕıa de superficies de Gauss a dimensiones superiores. Puede decirse que Riemann revolucionó la geometŕıa al considerar y profundizar en la idea de Gauss de que hab́ıa que separar el espacio de las construcciones y propiedades geométricas que pueden desarrollarse en él, las cuales se derivan de la forma en que se pueda ”medir”. Para obtener el t́ıtulo de ”Privatdozent”, Riemann teńıa que defender una memoria en un acto ante el profesorado de la Universidad de Gottingen. Gauss propuso a Riemann el tema sobre los fundamentos de la geometŕıa. La memoria que t́ıtulo ”Sobre las hipótesis que sirven de fundamentos a la Geometŕıa” fue defendida en (1854), pero publicada después de su muerte, en 1868. En su obra Riemann no realizó cálculos y apenas aparecen fórmulas, y sus ideas aunque claras y profundas no están suficientemente desarrolladas. La razón se debió a que su obra iba dirigida a una gran audiencia, el profesorado de Gottingen al completo, y por ello hizo todos los esfuerzos para que su obra fuese comprendida por todos los asistentes, incluidos los no versados en matemáticas. También hay que decir que Riemann buscaba una justificación filosófica profunda al nuevo tratamiento que le daba a la geometŕıa, y esto no depend́ıa de fórmulas sino de replanteamientos de los principios básicos que hab́ıan permanecido invariantes a lo largo de la historia, en particular desde la época de Euclides. En 1861 envió un art́ıculo (al que se le suele denominar el Pariselarbeit), sobre teoŕıa del calor, a la academia de Ciencias de Paris para competir por un premio (que no obtuvo). En este art́ıculo aparecen parte de los desarrollos anaĺıticos de su lección, y fue publicado en 1876 (después de su muerte). 15 3.2 Sobre las Hipótesis que Sirven de Fundamentos a la Ge- ometŕıa. Riemann introduce su obra con una reflexión, de tipo filosófico, sobre como se hab́ıa en- focado la geometŕıa (hasta su época). Aśı comenta que desde siempre, en los estudios en Geometŕıa se presupońıa como dado tanto el concepto de espacio, como los primeros con- ceptos básicos para las construcciones en dicho espacio. Para él, sólo se daban definiciones nominales, mientras que las verdaderas determinaciones aparećıan en forma de axiomas y con ello quedaba a oscuras la relación entre esas presuposiciones, no se comprend́ıa si su relación era necesaria, ni en qué medida lo era, y si a priori era posible. Aśı, por ejemplo, en la Geometŕıa Eucĺıdea, se considera nuestro espacio, y de las experiencias emṕıricas se deducen una serie de reglas o verdades, a priori ciertos sin discusión, que se recogen en un sistema de axiomas y postulados, y a partir de ellos se estudian las propiedades y construcciones a realizar en el espacio. Aśı, desde este punto de vista el espacio es un todo. La filosof́ıa de las geometŕıas no eucĺıdeas era similar, en este caso uno de los axiomas (concretamente el 5 axioma o postulado de las paralelas) es sustituido por otro diferente, el cual no se deduce ahora de las experiencias emṕıricas. Para clarificar esta situación, Riemann en su art́ıculo presenta un plan de trabajo que pretende realizar en tres pasos, primero introducir el concepto general de magnitud, en un segundo paso trata de buscar los hechos más simples a partir de los cuales puedan determinarse diferentes relaciones métricas en dicho concepto, y un tercer paso tratará de aplicar estos hechos al espacio. Aśı su obra la tiene dividida en tres secciones, cada una de ella con diferentes apartados. El contenido de cada sección se puede resumir como sigue. I. Concepto de magnitud de n dimensiones En este primer paso, Riemann introduce el objeto en donde se va a realizar la ge- ometŕıa. Aśı, lo primero que hay que definir es espacio. No solo lo define en dimensión tres sino en general de dimensión n. Tras profundas deliberaciones, Riemann introduce el concepto de magnitud n-dimensional, que comprende como caso particular las magni- tudes espaciales, y también señala que podemos describir los elementos (puntos) de una magnitud n-dimensional a través de la utilización de n coordenadas (x1, ...xn). Es decir, introduce el ente (u objeto), y la manera de enumerar sus elementos. En este objeto es en donde se va ha desarrollar la geometŕıa, pero el objeto no influirá en las cuestiones y propiedades geométricas que tenga, sino que estas dependerán de la forma de como tomemos la medida, siguiente concepto que se introduce en el segundo paso. II. Relaciones métricas de las que es susceptible una variedad de n dimen- siones, en la hipótesis de que las ĺıneas poseen una longitud independiente de su posición, y por tanto cada ĺınea es medible por cualquier otra. Una vez fijado el concepto de magnitud n-dimensional el siguiente paso es introducir el objeto que permite establecer las relaciones métricas. Para ello, Riemann introduce una expresión matemática para poder calcular las longitudes de las ĺıneas, la cual es una generalización de la expresión en el caso eucĺıdeo. Es una expresión diferencial de segundo grado. También introduce una ”medida de curvatura”, que generaliza la curvatura de Gauss para superficie en dimensión 2. Para ello, considera, a partir de un punto, las geodésicas a la variedad que son tangentes a una sección plana de la variedad. El conjunto 16 de estas geodésicas generan una subvariedad bidimensional (una superficie) de la variedad n-dimensional, que pasa por el punto de partida. Entonces Riemann calcula la medida de curvatura (en el sentido de Gauss) de estas superficies, obteniéndose un número infinito de curvaturas en la variedad, pero de nn−1 2 de estas medidas de curvatura se deduce el resto. Para una variedad que es una superficie, la curvatura de Riemann es exactamente la curvatura de Gauss. Esta curvatura es una propiedad de la métrica impuesta sobre la magnitud n-dimensional. Antes de realizar las aplicaciones al estudio del espacio, también Riemann hace unas consideraciones sobre las variedades planas (n-dimensionales) y las que tienen medida de curvatura constante. Estas últimas se pueden caracterizar geométricamente por el hecho de que las figuras geométricas, o formas espaciales finitas, se puede mover libremente por la variedad, sin sufrir deformaciones De hecho encuentra una expresión sencilla del elemento de ĺınea en una variedad n-dimensional de medida de curvatura constante, respecto de un sistema de coordenadas adecuado. III. Aplicación al espacio. La última parte de la lección de Riemann la dedica a las aplicaciones de sus considera- ciones previas para determinar las relaciones métricas de nuestro espacio f́ısico. Riemann supone que las ĺıneas son independientes de la posición y que el elemento de ĺınea es representado por una expresión diferencialde segundo grado, es decir que se supone el espacio al menos localmente eucĺıdeo. Una primera pregunta que se plantea es saber si el espacio f́ısico es eucĺıdeo o no. Como bien dice Riemann, una forma de comprobarlo es ver que la suma de los ángulos de un triángulo es igual en todas parte a dos rectos. Ahora, para ver la naturaleza del espacio f́ısico Riemann hace consideraciones geomé- tricas a gran escala (escala astronómica) y luego a escala infinitesimal (escala atómica). Respecto a las consideraciones hacia lo sumamente grande, la independencia de los cuerpos respecto de la posición, su libre movilidad es una hipótesis que si se presupone se deduce que nuestro espacio es de medida de curvatura constante. Las consideraciones emṕırica acerca de la métrica se basan en el empleo de cuerpos sólidos y rayos de luz, conceptos que pierden su validez en lo infinitamente pequeño. Riemann en su obra señala que las relaciones métrica en lo infinitamente pequeño podŕıa no ser conforme a los pre- supuestos de la geometŕıa y su fundamento debeŕıa de buscarse fuera, en las fuerzas de enlace que actúen sobre espacio (supuesto como siempre el espacio continuo, no discreto), cuestión que nos llevaŕıa al dominio de la f́ısica. Como se puede apreciar, Riemann teńıa en mente los problemas de la unificación, pensamientos que conducen a la teoŕıa de la relatividad y posteriores desarrollos de la misma. 4 Los sucesores de Riemann. El Análisis Tensorial. La obra de Riemann tiene un profundo contenido filosófico de como se debeŕıa de enfocar la geometŕıa. Después de su disertación empezó a trabajar en sus ideas y obtuvo algunas más aporta- ciones sobre la métrica, la curvatura, los espacios de curvatura constante,... Los primeros desarrollos posteriores fueron debidos, entre otros, a E. Beltrami (1835- 1900), E.B. Christoffell (1829-1900) y R. Lipschitz (1832-1903). 17 Una rama importante que se utilizará en relatividad es el cálculo tensorial. Los oŕıgenes del cálculo tensorial puede situarse en el contexto de la geometŕıa de Riemann, cuando se inició el estudio de los invariantes diferenciales asociados primero a coordenadas cartesianas rectangulares en el espacio eucĺıdeo, para posteriormente pasar a estudiarse respecto de coordenadas sobre una superficies y sobre espacios n-dimensionales con una métrica de Riemann. El gran impulso en el desarrollo del cálculo tensorial fue dado por G. Ricci-Curbastro (1853-1925). Ricci trató de interpretar y desarrollar las propiedades geométricas aśı como las expresiones de las leyes f́ısicas en forma de invariantes bajo cambios de sistemas de coordenadas. En 1892 publicó una primera exposición de su método aplicándolo a algunos problemas de geometŕıa diferencial y de f́ısica, y posteriormente en 1901, en colaboración con su disćıpulo T. Levi-Civita (1873-1941), publicó un art́ıculo más general, ”Métodos de cálculo diferencial absoluto”. Esta obra es un de las más importante e influyente en la historia de la geometŕıa diferencial y la f́ısica matemática. El tema de trabajo se conoce hoy por ”análisis tensorial”, término que fue dado por Einstein en 1916. De hecho, la obra anterior fue el documento básico que utilizó Einstein para aprender el análisis tensorial, que posteriormente usaŕıa en su teoŕıa general de la relatividad. 5 Algunas aplicaciones a la F́ısica 5.1 La Geometŕıa de la Relatividad de Einstein En el siglo XIX los f́ısicos pensaban que el espacio era absoluto y estaba lleno de una especie de sustancia fija e invisible que denominaban ”éter”, a través del cual se mov́ıan los cuerpos ( en particular las ondas electromagnéticas también se propagaban a través del éter). Este éter serv́ıa también como referencia inmóvil universal. Es de observar que para describir las leyes del electromagnetismo de Maxwell se haćıa necesario suponer la existencia de una referencia inmóvil. Las ecuaciones de Maxwell no eran invariantes por las transformaciones de Galileo, es decir no eran invariantes por cambios de sistemas de referencias inerciales y por lo tanto no cumpĺıan el principio de relatividad de Newton para la mecánica. Si el éter inmóvil exist́ıa, seŕıa lógico idear experimentos para poner de manifiesto cualquier movimiento respecto de él. A lo largo del siglo XIX se realizaron una serie de experimentos para intentar calcular la velocidad de la tierra respecto de este éter, pero todos fracasaron. Generalmente en estos experimentos se involucraba a la luz. En 1887, los f́ısicos A. Michelson y E. Morley intentaron detectar el viento de éter, que se supońıa que debeŕıa de general el movimiento de la tierra a través de un mar de éter inmóvil. En sus experimentos no encontraron tal viento del éter, pero de estos se dedujo que la velocidad de la luz respecto de la tierra en cualquier dirección era siempre la misma, lo que iba en contra de la ley de adición de velocidades de Newton. Aśı, no hab́ıa forma de unificar la dinámica de Newton y el electromagnetismo. Aśı las cosas, aparece el genio de A. Einstein (1879-1955). Einstein comprendió que el principio de relatividad pod́ıa hacerse compatible con las ecuaciones de Maxwell si se abandonaba el tiempo absoluto de Newton en favor de un nuevo absoluto: la velocidad de la luz, la misma en todos los sistemas inerciales. Como consecuencia las transformaciones 18 de Galileo entre las coordenadas espaciales y temporales, que relacionan los diferentes sistemas inerciales de Newton, se tendŕıan que sustituir por las denominadas transforma- ciones de Lorentz. Surge aśı la Teoŕıa de la Relatividad especial, en un art́ıculo de Einstein titulado ”Sobre la electrodinámica de cuerpos en movimiento”, en 1905. En este trabajo Einstein enuncia sus dos principios: El Principio de la relatividad: Las leyes de la f́ısica (de la mecánica, la óptica y la electrodinámica) son las mismas para todos los observadores (sistemas inerciales) que se mueven con respecto al otro con movimiento relativo rectiĺıneo uniforme. El Principio de invarianza de la velocidad de la luz: La velocidad de la luz en el vaćıo tiene el mismo valor constante en todos los sistemas inerciales. Tres años después aparece la visión geométrica de H. Minkowski (1864-1909), con su idea del espacio-tiempo. Minkowski, introduce en R4 la métrica g = dx21 + dx 2 2 + dx 2 3 − c2dt2, y modeliza la relatividad especial en este contexto. Su gran aportación consiste en que ahora un sistema inercial no es otra cosa que la elección de una base ortonormal en R4, los sucesos son puntos en R4, que son representados por coordenadas (x1, x2, x3, t) respecto de la base elegida y los problemas f́ısicos planteados en el marco de la relatividad especial son interpretados como problemas geométricos en R4 con la métrica g (a (R4, g) se le denomina espacio de Minkowski). Es de observar que si bien la teoŕıa especial unifica la dinámica de Newton y el elec- tromagnetismo de Maxwell, los problemas gravitacionales quedan fuera de ella. En 1907, Einstein redacta su famoso principio de equivalencia: Principio de equivalencia: Ningún experimento interno puede manifestar diferencia alguna entre un pequeño laboratorio acelerado en el espacio y el laboratorio equivalente situado en la tierra y por tanto sometido a la gravitación. Entre 1907 y 1911, trabaja duramente para intentar enunciar una ley de campo para la gravitación, y llega a la conclusión de que su principio de equivalencia implica que las ecuaciones de la F́ısica debeŕıan de expresarse de tal manera que todos los sistemas de coordenadas espacio-temporales estuvieran en las mismas condiciones de igualdad, lo que se denominó Principio de covarianza general. Ahora, para la aplicación de este principio, Einstein se encontró con graves problemas matemáticos y buscó la ayuda de un experto, su amigo M. Grossmann. Einstein, con sus reflexiones y la aportación de Minkoswki, llega a la necesidad de utilizarla geometŕıa de Riemann como soporte matemático de su teoŕıa. Su intuición le hizo ver que el tensor métrico del espacio-tiempo debeŕıa ser la realidad que repre- sentase la gravitación. El tensor métrico g debeŕıa comportase en cada punto como la métrica de Minkowski, que tiene signatura (3, 1). Sus componentes, gij , representaŕıan los potenciales gravitatorios, que por la simetŕıa de g se tendŕıan diez potenciales. En mecánica clásica el potencial V de un campo gravitatorio creado por un medio continuo, de densidad ρ , es obtenido a través de la ecuación de Poisson ∇V = 4πKρ. Aśı, Ein- stein se enfrentaba con la tarea de encontrar 10 ecuaciones correspondientes del campo gravitatorio g. Ellas fueron obtenidas por Einstein en su trabajo sobre relatividad general 19 de 1916, como fruto del estudio, con Grossmann desde 1912 a 1914, de la geometŕıa de Riemann y del cálculo diferencial absoluto de Ricci y Levi-Civita. Después de mucho trabajo Einstein llega a la conclusión que estas ecuaciones deb́ıan ser: Rij − 1 2 Rgij + Λgij = kTij, donde Rij son las componentes del tensor de Ricci, R la curvatura escalar, obtenidos ambos del tensor de curvatura, Tij son las componentes del tensor de impulso-enerǵıa (el cual nos da la información sobre la materia, incluida su densidad) y k y Λ son constantes. La ecuación de Poisson resulta ser una aproximación de las ecuaciones de Einstein (en otras palabras, cuando estamos ante un campo gravitatorio débil, las ecuaciones de Einstein se reducen a la de Poisson). En resumen, para Einstein en la relatividad general, en presencia de un campo gravi- tatorio, el espacio-tiempo es una variedad diferenciable de dimensión cuatro con un tensor métrico g de signatura (3, 1), que es solución de las ecuaciones de Einstein. La diferencia entre la teoŕıa general y la especial es que en la teoŕıa especial el tensor de curvatura de la variedad es nulo, mientras que en el caso general el tensor de curvatura es no nulo siempre que la materia esté presente. Esta curvatura es responsable del efecto gravitacional entre las masas. Una variedad de Lorentz es un par (M, g), donde M es una variedad diferenciable de dimensión n y g un tensor métrico de signatura (n − 1, 1) . Aśı, los espacios-tiempos de la relatividad general son variedades de Lorentz de dimensión 4. El estudio de los problemas f́ısicos que involucren campos gravitacionales se traducen en problemas geométricos sobre una variedad de Lorentz. A continuación damos un ejemplo. Para describir el campo gravitatorio creado por una estrella, en el exterior, se considera como variedad de Lorentz V × R, donde V es R3 menos una bola cerrada centrada en el origen , g la métrica de Schwarzschild dada por g = 1 (1− k/r)dr 2 + r2(dθ2 + sen2θdϕ2)− (1− k/r)dt2, donde k = cte. y depende de la estrella, y (r, θ, ϕ) coordenadas esféricas sobre V . Aśı, el movimiento de un planeta alrededor del sol describe una geodésica en la métrica anterior. También la trayectoria de un rayo de luz es una geodésica de la misma métrica. La métrica de Schwarzschild tiene una singularidad para r = k, lo cual ocurre cuando estudiamos el campo gravitatorio producido por una estrella de radio inferior que k. En realidad la singularidad es producida por una mala elección de coordenadas. Aśı, haciendo un cambio adecuado se obtiene el denominado espacio-tiempo de Kruskal, en donde la singularidad es evitada. En este espacio podemos hacer una descripción matemática de un agujero negro, que se produce en este caso en el zona entre la estrella y el espacio correspondiente a r = k, interpretado en el espacio-tiempo de Kruskal. Las variedades de Lorentz, que nacen de las ideas de Minkowski y Einstein sobre los espacios-tiempos, han sido objeto de investigaciones desde el siglo pasado, resurgiendo su interés a partir de los años 70, gracias a los avances en teoŕıa de causalidad, teoŕıa de singularidades y agujeros negros en relatividad general, y en geometŕıa de Lorentz global en general. 20 5.2 La Geometŕıa del Universo. Modelos Cosmológicos ¿Cómo es el universo?, ¿Es finito, o es infinito?, ¿Ha existido siempre, o bien existe desde un instante inicial?, ¿existirá siempre?. Estas cuestiones han sido objeto de estudio a lo largo de la historia. En primer lugar hay que notar que las especulaciones sobre la forma del Universo se encuentran ante un hecho irremediable: es imposible definir la forma de un objeto que se percibe únicamente desde su interior. Por ello, desde siempre se ha recurrido a una idealización de la forma del Universo. Los griegos fueron los primeros en dar una descripción del Universo, basado en la observación y en el carácter mitológico de los cuerpos celestes. Su ”Universo” se divid́ıa en ocho esferas, con la tierra como centro, la luna, el sol y los cinco planetas conocidos en aquella época constitúıan las esferas intermedias y las estrellas, inmóviles, la última. Para ellos el universo era infinito y llegaba hasta la esfera de las estrellas fijas (etapa aristotélica). En la época medieval (Copérnico, Galileo, Kepler, Newton, Leibnitz,...), los modelos cosmológicos se basaron en el Principio de Copérnico según el cual la tierra no ocupaba ningún lugar privilegiado en el universo y la distribución de las estrellas era ”homogénea, isotrópica y en eterno equilibrio”. Esto implicaba que el universo se pod́ıa identificar con el espacio Eucĺıdeo R3, que es un espacio tridimensional, con geometŕıa llana (eucĺıdea), de extensión infinita y homogéneo e isotrópico. Este es el modelo cosmológico que I. Newton propuso sobre 1691. El modelo cosmológico que propuso G.W. Leibnitz también supońıa al universo como un espacio Euclideo. En ambos modelos se supońıan que el tiempo y el espacio eran absolutos. Posteriormente, con la aparición de las geometŕıas no eucĺıdeas, a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, éstas también pod́ıan servir de modelo de nuestro universo, en el mismo rango que la geometŕıa eucĺıdea. Entonces, ¿Qué modelo tomar? ¿Cuáles son las herramientas, o la teoŕıa matemática que nos permiten dar solución a estas preguntas? Desde el punto de vista de la F́ısica sabemos que la dinámica de las galaxias, los cúmulos y los supercúmulos está regida por la interacción gravitatoria. Aśı, a gran escala, la estructura del Universo está regida por la gravitación. Ahora, la mejor teoŕıa del campo gravitatorio que disponemos en la actualidad sigue siendo la relatividad general, que interpreta la gravitación como una deformación, ó curvatura, del tejido geométrico del Universo, creada por la materia que en él se encuentra. Uno de los grandes atractivos de la teoŕıa de la relatividad es el de constituir el marco adecuado para proponer modelos teóricos sobre nuestro Universo. Einstein (1917) es el primero, que usando su teoŕıa, propone un espacio en cuatro dimensiones cuya geometŕıa depende de la distribución de masas que contiene. Posterior- mente se han producido avances muy importante obtenidos tanto por los estudios de inves- tigadores puramente teóricos, como por las observaciones experimentales de astrónomos y astrof́ısicos. Entre los primeros se encuentran W. de Sitter, A. Friedmann, G. Lemaitre, Robertson, Walker,... A continuación damos, a grandes rasgos, una descripción de los modelos de universo de Robertson-Walker. 21 Imaginamos la materia del universo como un fluido donde cada ”part́ıcula” es una galaxia. Sobre estas part́ıculas no actúa ninguna fuerza, salvo las que ejercen las unas sobre las otras por la gravedad. Este universo seŕıa la parte espacial de nuestro espacio- tiempo. De acuerdo con la teoŕıa de la relatividad general no hay fuerzas de gravitación, sino que el movimiento de las part́ıculas es representado por geodésicas del espacio-tiempo (M, g), siendo la métrica g la responsable de lo que a nosotros nos parecen fuerzas grav- itacionales. Por supuesto, la métricag ha de ser solución de la ecuaciones de Einstein. Estas ecuaciones relaciona la geometŕıa del espacio-tiempo con la distribución de mate- ria y enerǵıa en el Universo. Para resolverla se consideran las siguientes hipótesis: Las propiedades geométricas y f́ısicas de nuestro universo son las mismas en todos los puntos en cada instante, aśı como en todas las direcciones alrededor de todo punto. Dicho de otra forma, el Universo es homogéneo e isótropo. Usando estas hipótesis uno puede encontrar resultados locales sobre como debe ser la métrica, aunque no podamos deducir en absoluto la forma que tiene la variedad (M, g) globalmente. El modelo global más sencillo de espacio-tiempo, compatible con las hipótesis de ho- mogeneidad e isotroṕıa, es de la forma M = I × S, donde I es un intervalo abierto de R (que puede ser todo R), S una variedad de Riemann dotada de una métrica g̃ de curvatura constante, y M dotada con la métrica g = −c2dt2 + f 2(t)g̃. Observar que aqúı t, el tiempo, es la coordenada de I, y S es la parte espacial del espacio-tiempo M . Los modelos de universo de esta forma se denominan modelos de Robertson-Walker. En estos modelos se supone que la materia (las diferentes galaxias) constituyen un fluido perfecto de densidad de masa-enerǵıa ρ y presión p que sólo dependen de t. La ecuación de Einstein relaciona f con ρ y p. En estos modelos existe un tiempo común t a todas las galaxias y en cada instante t = t0 de este tiempo, un espacio común a todas las galaxias, t0 × S, como en la f́ısica de Newton. Un modelo de Robertson-Walker con la función f = f(t) no constante (hipótesis que siempre se cumplirá si se admite la ley de Hubbe con la constante de Hubble H0 > 0) y con presión p idénticamente nula, se denomina modelo de Friedmann. Finalizamos recordando los modelos cosmológicos cerrados y abiertos de Friemann. En el modelo cerrado, el cosmo (la variedad espacial) consiste en la esfera tridimen- sional de radio r, donde el radio depende del tiempo, r = t(t), el cual puede ser determi- nado por las ecuaciones de Einstein. Aqúı, t es positivo, y t = 0 corresponde al instante del Big Bang. El espacio-tiempo es en este caso M = S3r × R+ y g = r2[dψ2 + sen2ψ(sen2θdϕ2 + dθ2)]− c2dt2, En el modelo abierto, se considera un cilindro P 3r = S 2 r × R+. El espacio tiempo es entonces M = P 3r × R+ y g = r2[dψ2 + senh2ψ(sen2θdϕ2 + dθ2)]− c2dt2, 22 Cualquiera de los dos modelos es válido. Sin embargo, las consecuencias posteriores son diferentes en un modelo u otro. 23 6 APÉNDICE: Algunos conceptos y resultados básicos de la Geometŕıa de Gauss y Riemann, en el lenguaje actual 6.1 El espacio Como ya escribimos, en su obra Gauss indica que existen tres métodos generales para definir una superficie: 1. Por medio de una ecuación F (x, y, z) = 0. 2. Expresando las coordenadas x,y,z de un punto de la superficie en función de dos variables: x = x(u, v), y = y(u, v), z = z(u, v). 3. Una de las coordenadas se expresa en función de las otras dos: z = f(x, y). En su trabajo no se especifica mucho sobre estas funciones, que por supuesto considera diferenciables. Actualmente, y siempre que es necesario trabajar en coordenadas ( ó localmente) las superficies se suelen expresar generalmente de la segunda de las formas. Una definición actualizada de superficie seŕıa como sigue: Definición de superficie: Un subconjunto M ⊂ R3 es una superficie si para cada p ∈ M existe un abierto U de R2, un entorno abierto V de p en M y una aplicación ~x : U → R3 diferenciable tales que ~x|U : U → V es un homeomorfismo y (d~x)q : R2 → R3 es inyectiva para todo q ∈ U . A la aplicación ~x se le denomina parametrización, o representación paramétrica de la superficie. Si (u, v) denota las coordenadas en el plano R2, entonces ~x = ~x(u, v) y a (u, v) se les denomina coordenadas paramétricas (ó locales) de la superficie M , respecto de la parametrización ~x. La idea de variedad diferenciable ya estaba en el tratado de Mecánica Anaĺıtica de Lagrange, en 1788, al considerar el espacio de configuración de un sistema dinámico, aunque su definición, necesaria para la formalización de las ideas de Riemann, aparece por primera vez de forma expĺıcita en 1913 en un trabajo de H. Weyl. La definición moderna surge en un trabajo de O. Veblen y H. Whitehead en 1932, y la definitiva, como aparece actualmente, se debe a H. Whitney en 1936. A grandes rasgos, una variedad diferenciable M , de dimensión n, es un espacio topológico (Hausdorff, segundo contable) de tal forma que en cada uno de sus puntos podemos encon- trar un entorno abierto que es homeomorfo a un abierto de Rn,y además la correspondiente transformación de coordenadas inducida por dos de estos entornos (con intersección no vaćıa) nos da un difeomorfismo entre abiertos de R. Utilizando los homeomorfismos coor- denados, uno puede introducir de forma natural la noción de curva sobre una variedad y de vector tangente. Aśı, dado un punto, localmente, en un entorno de ese punto podemos utilizar coordenadas (x1, ..., xn), y una curva se podrá expresar, en coordenadas, por una expresión de la forma α(t) = (x1(t), ..., xn(t)), y el vector tangente a la curva, en este caso, será α′(t) = (x′1(t), ..., x ′ n(t)). 24 6.2 La métrica La métrica es la que determina la geometŕıa del espacio. Si (x, y, z) son las coordenadas en R3, el elemento de longitud canónico, es dado por: ds2 = dx2 + dy2 + dz2. Este elemento viene asociado a la geometŕıa eucĺıdea, y con él podemos obtener las longitudes las curvas en R3. Aśı, es bien conocido que si tenemos una curva en R3, dada por una representación paramétrica ~α : (a, b) → R3, con ~α(t) = (x(t), y(t), z(t)) entonces, como dx = dx dt dt, dy = dy dt dt, dz = dz dt dt, se sigue que ds2 = (dx dt 2 + dy dt 2 + dz dt 2 )dt2 y aśı se obtiene la conocida fórmula que nos da la longitud de la curva: L(α) = ∫ b a ds = ∫ b a √ dx dt 2 + dy dt 2 + dz dt 2 dt Si tenemos ahora una superficie dada por = ~x(u, v) = (x(u, v), y(u, v), z(u, v)), como d~x = (dx, dy, dz) = ( ∂x ∂u du + ∂x ∂v dv, ∂y ∂u du + ∂y ∂v dv, ∂z ∂u du + ∂z ∂v dv), se sigue que ds2 = E(u, v)du2 + 2F (u, v)dudv + G(u, v)dv2 donde E = (∂x ∂u )2 + ( ∂y ∂u )2 + ( ∂z ∂u )2 = ~x1~x1 F = ∂x ∂u ∂x ∂v + ∂y ∂u ∂y ∂v + ∂z ∂u ∂z ∂v = ~x1~x2 G = (∂x ∂v )2 + (∂y ∂v )2 + (∂z ∂v )2 = ~x2~x2 Aśı obtiene Gauss la expresión del elemento de longitud de arco sobre una superficie, el cual es fundamental para estudiar las propiedades métricas. En realidad lo que se está haciendo es restringiendo a la superficie el elemento de ĺınea de R3, o dicho de otra forma tomando como medida o métrica sobre la superficie, la que induce la medida o métrica eucĺıdea de R3. En lenguaje vectorial la expresión ds2 = E(u, v)du2 + 2F (u, v)dudv + G(u, v)dv2 en realidad representa un producto escalar definido positivo sobre el plano tangente a la superficie en cada punto, que no es sino la restricción del producto escalar eucĺıdeo de R3. Al elemento de longitud se le denomina más comúnmente primera forma fundamental y suele definirse en los siguientes términos. Definición Se denomina primera forma fundamental sobre la superficie M en un punto p a la aplicación bilineal simétrica definida positiva Ip : TpM ×TpM → R dada por Ip(~u,~v) = ~u · ~v. Si aplicamos Ip los vectores básicos del plano tangente TpM obtenemos los coeficientes gij de la matriz asociada a la aplicación bilineal Ip. Observar que g11 = E, g12 = F y g22 = G. Las operaciones métricas se realizan ahora utilizando la primera forma fundamental. Aśı, uno puede obtener el módulo de un vector tangente, el ángulo entre dos vectores 25 tangentes, longitudes de curvas, áreas de regiones,..., en función de la primera forma fundamental. Por ejemplo, la longitud de una curva α(t) = ~x(u1(t), u2(t)) sobre una superficie ~x = ~x(u, v) es ahora, L(α) = ∫ b a √√√√ 2∑ i,j=1 gij dui dt duj dt dt De
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