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147 Rev Chil Nutr 2023; 50(2): 147-158. Artículo Original / Original Article http://dx.doi.org/10.4067/S0717-75182023000200147 Este trabajo fue recibido el 20 de febrero de 2022. Aceptado con modificaciones: 22 de agosto de 2022. Aceptado para ser publicado: 20 de octubre de 2022. Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios Level of nutrition knowledge and its association with eating practices and obesity among university students Yader Alberto Aviles-Peralta1*. https://orcid.org/0000-0003-0695-6743 Lesbia Lucía Hernández Somarriba2. https://orcid.org/0000-0001-9117-007X Carlos Rojas-Roque3. https://orcid.org/0000-0002-1474-1550 Elizabeth Rodríguez4. https://orcid.org/0000-0001-9749-3750 Israel Ríos-Castillo5. https://orcid.org/0000-0001-9443-3189 1. Centro de Investigación en Economía y Desarrollo CIED, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León, Nicaragua. 2. Departamento de Ingeniería de los Alimentos, Facultad de Ciencias Químicas, Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León, Nicaragua. 3. Universidad de Buenos Aires, Departamento de Salud Pública. Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Buenos Aires, Argentina. 4. Representación de la FAO en Nicaragua, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Managua, Nicaragua. 5. Oficina Subregional de la FAO en Mesoamérica, Ciudad de Panamá, Panamá. *Dirigir correspondencia: Yader Alberto Aviles Peralta Centro de Investigación en Economía y Desarrollo CIED, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León, Nicaragua Email: yader.peralta@ce.unanleon.edu.ni RESUMEN Introducción: La literatura sobre el impacto de la educación alimentaria y nutricional de estudiantes universitarios en las prácticas alimentarias es heterogénea. Estudios han informado de que la educación alimentaria y nutricional puede cambiar los hábitos alimentarios y las elecciones alimentarias mientras que otros no encontraron asociación. Objetivo: Determinar la relación entre el conocimiento nutricional, las prácticas alimentarias y la obesidad en estudiantes universitarios nicaragüenses. Métodos: Estudio de corte transversal analítico que utilizó una muestra de 914 estudiantes universitarios de la ciudad de León en Nicaragua. Se midió el índice de masa corporal a través del peso y la estatura y el nivel de conocimiento nutricional. Las prácticas alimentarias fueron medidas con cuestionarios validados con moderadas modificaciones en base al contexto del país. Los datos fueron analizados mediante ANOVA de una vía, chi-cuadrado, prueba t de Student y regresión lineal. Resultados: Se encontró un bajo nivel de conocimiento nutricional y alta prevalencia de exceso de peso. El conocimiento nutricional de los estudiantes universitarios está asociado positivamente con las prácticas alimentarias. Sin embargo, aunque se tenga un máximo de conocimiento no significa un puntaje máximo de diversidad alimentaria. Asimismo, se reportó que las mujeres tienen una diversidad alimentaria ligeramente mayor a los hombres, pero mayor es la diversidad en el grupo que realizan actividad física y aquellos que tienen bajo peso. Por su parte, el conocimiento nutricional está asociado negativamente con el sobrepeso y la obesidad. Conclusión: se comprueba la hipótesis del impacto positivo del conocimiento nutricional en las prácticas alimentarias y la obesidad. Palabras clave: Conocimiento nutricional; Estudiantes universitarios; Índice de masa corporal; Obesidad; Prácticas alimentarias. 148 Aviles Y, et al. Rev Chil Nutr 2023; 50(2): 147-158. INTRODUCCIÓN La obesidad es un problema de salud pública mundial1. En 2017 esta patología causó 4,7 millones de muertes y sumó una pérdida de 177.7 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAC)2. Esto puede suponer una pesada carga para la asistencia sanitaria y provocar graves consecuencias sociales y económicas. Un índice de masa corporal (IMC) alto, indicativo de sobrepeso u obesidad, se asocia con una exacerbación del deterioro físico y cognitivo relacionado con la edad y con una mayor prevalencia o riesgo de muchas enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) comunes en los adultos tales como la diabetes, hipertensión y enfermedad cardiovascular3. Por tanto, la pérdida de peso, así como la prevención y control de la obesidad, son acciones clave en las estrategias de salud pública dirigidas a cumplir la meta cuatro del tercer Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)4. Los patrones de ingesta dietética que presentan una alta ingesta de alimentos ricos en nutrientes como cereales de granos enteros, frutas, verduras, pescado, carnes y productos lácteos bajos en grasa se han asociado con una serie de resultados de salud favorables en adultos, incluida una menor prevalencia de obesidad5; menor tasa de aumento de peso a lo largo del tiempo6; y, mejor calidad de vida y mayor supervivencia7. Se cree que el conocimiento sobre la alimentación y nutrición es uno de los factores clave para una dieta saludable8. De acuerdo con el modelo de conocimiento, actitud y práctica (CAP), el conocimiento nutricional puede conducir a cambios de actitud sobre la dieta, influir en la elección de alimentos, la calidad de la dieta y, en consecuencia, conducir a un menor riesgo de obesidad9. No obstante, la forma en que el conocimiento nutricional se transforma en comportamiento dietético y la ingesta de nutrientes puede variar entre las poblaciones. Se han reportado asociaciones específicas de género entre la educación y los ingresos en relación con la obesidad10. Los ingresos pueden estar significativamente asociados con un IMC más alto en los hombres, mientras que la educación puede tener una asociación significativa con un IMC más bajo en las mujeres11. Estos resultados sugieren que pueden existir efectos de subgrupos en la relación del conocimiento nutricional, el nivel socioeconómico, los factores demográficos y el IMC. La literatura sobre el impacto de la educación alimentaria y nutricional (EAN) en las prácticas alimentarias ha sido heterogénea. Algunos estudios han informado de que la EAN puede cambiar los hábitos y las elecciones alimentarias de los estudiantes12,13. Mientras que otros estudios no reportan correlación significativa entre el conocimiento nutricional y las elecciones alimentarias14,15. Estos resultados sugieren que el conocimiento sobre alimentación y nutrición por sí solo puede no tener necesariamente una influencia significativa en el riesgo de obesidad16. En este sentido, la población universitaria es un grupo de estudio clave porque durante la universidad se consolidan algunos hábitos de estilo de vida que pueden persistir hasta la edad adulta, lo que pudiera afectar la salud17. Varios investigadores han informado sobre prácticas dietéticas poco saludables entre los estudiantes universitarios, como el aumento del consumo de comida rápida y alimentos ricos en grasas17,18,19. En el contexto de Nicaragua, varias investigaciones han reportado exceso de peso en estudiantes universitarios, con rangos que superan el 60%20,21. En Nicaragua, una investigación reciente reportó que entre los estudiantes universitarios existe un conocimiento limitado sobre nutrición; se resalta también que los estudiantes presentan un patrón de consumo alimentario poco variado e insano sumado a una inadecuada actividad física, lo que repercute en el estado de salud y nutrición22. Por lo que, el presente estudio tiene como objetivo determinar la relación entre el conocimiento en alimentación y nutrición, las prácticas alimentarias y la obesidad en estudiantes universitarios de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Nacional Autónoma ABSTRACT Background:The literature on the impact of food and nutrition education of university students on eating practices is he- terogeneous. Studies have revealed that food and nutrition education can change eating habits and choices while others found no association. Objective: Determine the relationship between nutrition knowledge, eating practices, and obesity in Nicaraguan university students. Methods: Analytical cross-sectional study using a sample of 914 university students from the city of León in Nicaragua. The Body Mass Index (BMI) was calculated considering both values of weight and height, and the level of nutrition knowledge and eating practices were measured with validated questionnaires with moderate mo- difications based on the country context. The data were analyzed using one-way ANOVA, Chi-Square, Student’s T-test, and linear regression. Results: A low level of nutrition knowledge and a high prevalence of overweight were found. The nutrition knowledge of university students is positively associated with eating practices. However, even if there is a high degree of nutrition knowledge, it does not mean there is a high dietary diversity score (DDS). Similarly, it was revealed that women have slightly greater dietary diversity scores than men, but greater dietary diversity scores in the group that performs physical activity and those who are underweight. On the other hand, nutrition knowledge is negatively associated with overweight and obesity. Conclusion: the hypothesis of the positive impact of nutrition knowledge on eating practices and obesity is tested. Keywords: Body mass index (BMI); Eating practices; Nutrition knowledge; Obesity; University students. 149 Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios de Nicaragua, UNAN-León. Los resultados del estudio permitirán informar el diseño de una estrategia educativa integral a nivel de la UNAN-León denominada Campaña de Alimentación Saludable. La campaña es parte de una iniciativa del Consejo Interuniversitario en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (CIUSSAN) de Nicaragua, apoyada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). MATERIALES Y MÉTODOS Se realizó un estudio analítico de corte transversal en una muestra de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales UNAN-León, de la ciudad de León, en Nicaragua, de mayo a octubre del 2021. El estudio estuvo a cargo de un equipo multidisciplinario de la UNAN-León, el CIUSSAN y la FAO. Población y muestra La población de estudio correspondió a los estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UNAN-León. La Facultad cuenta con cinco carreras profesionales (Administración de Empresas, Contaduría Pública y Finanzas, Economía, Mercadotecnia y Gestión de Empresas Turísticas). Muestra El cálculo del tamaño muestral se realizó con base a 1962 estudiantes matriculados en modalidad regular durante el segundo semestre del 2020 en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNAN-León. Se consideró la prevalencia de obesidad y sobrepeso en estudiantes universitarios reportada en un estudio realizado en 22 países que correspondió a 24.7% en hombres y 19.3% en mujeres22. Se tomó en cuenta diferencias biológicas según sexo23, un error alfa de 5%, un poder estadístico de 80 y un factor incremental por tasa de rechazo del estudio de 5%. El tamaño muestral fue de 1.139 estudiantes, 600 mujeres y 539 hombres. El método de muestreo fue no probabilístico por conveniencia, incluyendo aquellos participantes que accedieron a ser incluidos en el estudio durante los periodos de evaluación. Criterios de inclusión y exclusión Fueron incluidos en el estudio aquellos estudiantes que estuvieran matriculados en el ciclo regular en cualquiera de las carreras profesionales que oferta la Facultad de Ciencias Económicas de la UNAN-León, y que firmaran por escrito el consentimiento informado de participación en el estudio. Fueron excluidos del estudio aquellos individuos que presenten enfermedades causantes de obesidad o retención de agua, individuos con enfermedad hepática o con nefropatía por lgA y embarazadas. Consideraciones éticas Se consideró los principios de la declaración de Helsinki aplicables a investigaciones en temas de salud. El estudio fue aprobado por el Comité de ética de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UNAN-León. Variables y mediciones La variable principal para la medición del estado nutricional toma como referencia el cálculo del índice de masa corporal (IMC) utilizado frecuentemente para clasificar el sobrepeso y la obesidad en adultos24. Para calcular el IMC se utilizó el peso en kg dividido por la talla en metros al cuadrado (kg/m2). Se consideró bajo peso cuando el IMC fue inferior a 18,5 kg/m2; peso normal cuando el IMC se ubicó entre 18,5 y 24,9 kg/m2; sobrepeso cuando el IMC estuvo entre 25 y 29,9 kg/m2; y, obesidad cuando el IMC fue ≥30 kg/m2. La talla se midió en dos tallímetros, uno marca KERN & SOHN (MSF 200, Alemania) con una precisión de 0,1 cm y otro con una balanza con tallímetro integrado marca DETECTO (Detecto 339, USA) con una precisión de 0,1 kg y 0,1 cm; y el peso se midió en 2 balanzas marca OMRON (Modelo 226, OMRON Healthcare, USA) con una precisión de 0,1 kg, todas ellas calibradas en base a los estándares científicos. El conocimiento nutricional fue medido mediante un cuestionario de conocimiento de nutrición previamente desarrollado por Sánchez Socarrás y colaboradores25. Once de 27 ítems fueron adaptados por un equipo de expertos en nutrición y alimentos, en este sentido, se sustituyó el nombre de alimentos por otros que tuvieran la misma condición nutricional y que fueran parte de alimentos que se consumen en Nicaragua, procurando no variar el objetivo evaluativo de cada ítem. El cuestionario fue aplicado a nivel individual para cada estudiante y contiene cuatro bloques temáticos: i) conocimientos en hábitos nutricionales; ii) conocimientos relacionados con el estado nutricional; iii) conocimientos sobre alimentos y nutrientes; y, iv) alteraciones y procesos relacionados con la alimentación y nutrición. Las preguntas estaban en formato de opción múltiple, y cada pregunta tenía una ponderación específica por respuesta correcta. Las puntuaciones fueron sumadas para obtener la puntuación de conocimientos sobre nutrición en una escala de cero a cien puntos25. Las prácticas alimentarias fueron medidas mediante el cuestionario índice de diversidad alimentaria a nivel individual desarrollado por el Proyecto de asistencia técnica sobre alimentos y nutrición (FANTA, por su acrónimo en inglés) titulado puntaje de diversidad dietética en el hogar (HDDS, por su acrónimo en inglés) para la medición del acceso a los alimentos en el hogar: guía de indicadores26. El cuestionario fue adaptado al contexto local en base a 13 grupos de alimentos que contienen carbohidratos, proteínas y grasas y sigue las recomendaciones de validación de la guía técnica y está diseñado para calcular los puntajes de diversidad alimentaria, a nivel del hogar o a nivel individual, durante las últimas 24 horas. Los puntajes de diversidad alimentaria se han validado para distintos grupos de edad y sexo como medidas indirectas de la adecuación de macronutrientes y/o micronutrientes de la dieta26. 150 Aviles Y, et al. Rev Chil Nutr 2023; 50(2): 147-158. Proceso de recolección de información El proceso de recolección de datos consistió en el trabajo de campo el cual tuvo una metodología mixta, la que incluyó encuestas en físico y encuestas en línea utilizando, para este último caso, un cuestionario previamente validado en Google Form. Se adecuaron dos espacios para el levantamiento de información para grupos de 25 estudiantes con todas las normas éticas correspondientes y previendo que la diferencia entre el método derecolección no tuviera incidencia en los resultados. El peso y la talla fueron medidos por el equipo investigador para ambos grupos. Plan de análisis Los resultados de los puntajes obtenidos en el conocimiento nutricional y las prácticas alimentarias fueron expresados según la mediana y el rango de cuartiles Q1 y Q3; o la media y su desviación estándar. Los datos categóricos son presentados como frecuencia y porcentaje (%). Se utilizaron pruebas t y pruebas ANOVA de una vía para evaluar las diferencias sobre el conocimiento nutricional y la diversidad alimentaria para múltiples variables demográficas. Para evaluar la asociación entre el conocimiento nutricional y las prácticas alimentarias, se utilizó una regresión lineal para las puntuaciones del conocimiento nutricional sobre las prácticas nutricionales (controlando por sexo, altura, peso y edad). También se calcularon los coeficientes de correlación parcial (controlando por sexo, altura, peso y edad) entre el conocimiento nutricional y las prácticas alimentarias. Para evaluar la asociación entre las prácticas alimentarias y el IMC, se utilizó una regresión multivariable (controlando por sexo, edad, zona de procedencia, año que cursa y carrera que cursa). Asimismo, se calcularon los coeficientes de correlación parcial entre la puntuación de nutrición y el IMC, en sus valores absolutos. Todos los análisis estadísticos se realizaron mediante el software estadístico StataSTATA 12 (College Station, TX: StataCorp LP, TC, USA). Todos los valores de p informados se basaron en pruebas de dos caras con un nivel de significancia del 5%. RESULTADOS De los 1.139 estudiantes incluidos en la muestra inicial, se obtuvieron 914 registros de las cuales 273 se realizaron en la modalidad en línea y 641 en físico; 63 estudiantes rechazaron participar parcial o totalmente en la encuesta, lo que corresponde al 5,5%. Las características sociodemográficas de los estudiantes incluidos en el estudio se describen en la tabla 1. La mayoría de los estudiantes es del sexo femenino (59%), con edad promedio de 20 años. Prevalece la residencia urbana (79%) y la religión católica (55%). Administración de Empresas (25%) y Contaduría Pública y Finanzas (24%) son las carreras con mayor participación en el estudio. La mayor parte de los estudiantes reportó no consumir cigarrillos (80%), mientras que la mitad de ellos reportó consumir alcohol (50%) y cerca de dos tercios de los estudiantes reportó realizar actividad física (65%). En la tabla 1 se puede observar que poco más de la mitad de los estudiantes es normopeso (58%) y un 34% tiene exceso de peso, distribuido con el 22,4% en sobrepeso y 11,6% en obesidad. Particularmente, los estudiantes que presentaron mayor prevalencia de exceso de peso correspondieron a los que tienen más de 20 años (39%) respecto a los menores a esa edad (27.6%), los que viven fuera de una residencia universitaria (36.3%) en comparación a los que viven en alguna residencia universitaria (22.9%), los que consumen alcohol (36%) respecto a los que no lo hacen (31.9%) y los que no realizan actividad física (36%) respecto a los que sí la realizan (32.9%). Estas diferencias fueron estadísticamente significativas (p<0.001). Conocimiento nutricional y prácticas alimentarias de los estudiantes El 88,4% de los estudiantes reportó conocimiento nutricional bajo. En la tabla 2 se presenta que la mediana del puntaje obtenido por el cuestionario de conocimientos generales en nutrición y alimentación es de 36 (Q1-Q3: 29-44). Las mujeres (p<0.001), los estudiantes de 20 años o más (p= 0.005), los estudiantes de residencia urbana (p<0.001), los estudiantes que residen fuera de la residencia universitaria (p<0.001), los estudiantes de años superiores (p= 0.008) y quienes no reportaron consumir cigarrillos obtuvieron puntajes superiores sobre el nivel de conocimiento general sobre nutrición y alimentación. La tabla 3 reporta la diversidad alimentaria de los estudiantes. De los 13 grupos de alimentos, la mediana de consumo por parte de los estudiantes es de 8 (Q1-Q3: 7-9). Los estudiantes de la zona urbana tienen en promedio una diversidad alimentaria mayor en comparación a los estudiantes de la zona rural (p= 0,004). Asimismo, los estudiantes que viven dentro de una residencia universitaria tienen mayor diversidad alimentaria que los que viven fuera de una residencia universitaria (p= 0,014). Estudiantes de III y V año reportaron una diversidad alimentaria inferior a estudiantes de otros años (p= 0,040). Consumo de alimentos Los grupos de alimentos consumidos durante las últimas 24 horas, según sexo, se describe en la tabla 4. En el grupo de carbohidratos se encontró que cerca de la totalidad de los estudiantes consumió cereales durante las últimas 24 horas (98%) y el consumo de frutas (p= 0,028) y azúcares (p= 0,001) fue mayor en mujeres en comparación a los hombres. En el macronutriente de proteínas, el grupo de alimento menos consumido fueron los pescados y mariscos (5,8%), mientras que el consumo de huevos (p= 0,005) y legumbres y semillas (p= 0,002) fue superior en hombres en comparación a las mujeres. En el macronutriente de grasas, aceites y grasas (p= 0,024) fue mayor el consumo en hombres y en el caos de otros productos alimenticios de comida rápida no se encontró diferencias significativas por sexo (p= 0,05). 151 Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios Tabla 1. Índice de masa corporal de los estudiantes, según características sociodemográficas. Índice de Masa Corporal Características Bajo peso Normopeso Sobrepeso Obeso n (%) n (%) n (%) n (%) n (%) valor pa Población total 914 (100) 72 (7.9) 531 (58.1) 205 (22.4) 106 (11.6) --- Sexo Hombre 375 (41,0) 26 (6.9) 221 (58.9) 80 (21.3) 48 (12.8) 0,587 Mujer 539 (59,0) 46 (8.5) 310 (57.5) 125 (23.2) 58 (10.8) Edad, en años Promedio (DE) 20 (2,2) Menor a 20 años 408 (44,6) 39 (9.6) 256 (62.8) 81 (19.8) 32 (7.8) 0,001 20 años o más 506 (55,4) 33 (6.5) 275 (54.4) 124 (24.5) 74 (14.6) Área de residencia Urbana 718 (78,6) 60 (8.4) 409 (57.0) 164 (22.8) 85 (11.8) 0,545 Rural 196 (21,4) 12 (6.1) 122 (62.2) 41 (20.9) 21 (10.7) Religión Ninguna 130 (14,2) 11 (8.5) 72 (55.4) 31 (23.8) 16 (12.3) 0,435 Católica 511 (55,9) 45 (8.8) 300 (58.7) 103 (20.2) 63 (12.3) Evangélico 173 (18,9) 12 (6.9) 102 (59.0) 40 (23.1) 19 (11.0) Otra 100 (10,9) 4 (4.0) 57 (57.0) 31 (31.0) 8 (8.0) Lugar de residencia Dentro de una residencia 157 (17,2) 13 (8.3) 108 (68.8) 24 (15.3) 12 (7.6) 0,014 universitaria Fuera de una residencia 757 (82,8) 59 (7.8) 423 (55.9) 181 (23.9) 94 (12.4) universitaria Año académico cursando I año 239 (26,2) 21 (8.8) 151 (63.2) 45 (18.8) 22 (9.2) 0,080 II año 168 (18,4) 15 (9.0) 102 (60.7) 38 (22.6) 13 (7.7) III año 183 (20,0) 18 (9.8) 99 (54.1) 41 (22.4) 25 (13.7) IV año 139 (15,2) 10 (7.2) 84 (60.4) 28 (20.1) 17 (12.2) V año 185 (20,2) 8 (4.3) 95 (51.4) 53 (28.6) 29 (15.7) Carrera profesional cursando Administración de empresas 228 (24,9) 19 (8.3) 123 (54.0) 50 (21.9) 36 (15.8) 0,332 Contaduría pública y finanzas 222 (24,3) 23 (10.4) 127 (57.2) 48 (21.6) 24 (10.8) Economía 159 (17,4) 8 (5.0) 92 (57.9) 44 (27.7) 15 (9.4) Gestión de empresas turísticas 147 (16,1) 9 (6.1) 95 (64.6) 30 (20.4) 13 (8.8) Mercadotecnia 158 (17,3) 13 (8.2) 94 (59.5) 33 (20.9) 18 (11.4) Consumo de cigarrillos No 729 (79,8) 62 (8.5) 423 (58.0) 167 (22.9) 77 (10.6) 0,139 Sí 185 (20,2) 10 (5.4) 108 (58.4) 38 (20.5) 29 (15.7) Consumo de alcohol No 454 (49,7) 44 (9.7) 265 (58.4) 106 (23.3) 39 (8.6) 0,011 Sí 460 (50,3) 28 (6.1) 266 (57.8) 99 (21.5) 67 (14.6) Realización de actividad física No 319 (34,9) 44 (13.8) 160 (50.2) 69 (21.6) 46 (14.4) <0.001 Sí 595 (65,1) 28 (4.7) 371 (62.3) 136 (22.9) 60 (10.1) a Prueba de hipótesis calculada con test de chi-cuadrado de Pearson. 152 Aviles Y, et al. Rev Chil Nutr 2023; 50(2):147-158. Tabla 2. Puntaje global sobre el nivel de conocimiento general sobre nutrición en la población de estudio. Características Puntaje Puntaje Q1 Q3 Desvío valor pa mediano medio estándar Población total 36 36,5 29 44 10,84 --- Sexo Hombre 34 34,8 26 43 11,05 <0.001 Mujer 38 37,7 30 45 10,53 Edad, en años Menor a 20 años 35,5 35,4 28 42 10,53 0,005 20 años o más 37 37,5 30 45 11,01 Área de residencia Urbana 37 37,5 30 45 10,95 <0.001 Rural 33 33,1 26 39,5 9,69 Religión Ninguna 36,5 37,9 31 44 10,93 0,46 Católica 36 36,7 29 44 10,96 Evangélico 34 34,7 27 42 10,84 Otra 36 36,7 30,5 44,5 9,83 Lugar de residencia Dentro de una residencia universitaria 32 37,3 25 39 10,23 <0.001 Fuera de una residencia universitaria 37 32,7 30 45 10,80 Año académico cursando I año 34 34,0 27 41 10,65 0,008 II año 36 36,2 28,5 43 10,52 III año 37 37,3 29 45 11,14 IV año 39 39,2 31 47 10,94 V año 38 37,3 30 45 10,39 Carrera profesional cursando Administración de empresas 36 37,0 29 45 10,15 0,268 Contaduría pública y finanzas 36 36,1 28 43 10,90 Economía 34 35,5 28 43 11,29 Gestión de empresas turísticas 37 37,2 29 45 10,62 Mercadotecnia 37 36,8 30 43 11,48 Consumo de cigarrillos No 36 36,9 29 44 10,77 0,021 Sí 34 34,9 27 43 10,98 Consumo de alcohol No 36 36,8 30 43 10,40 0,5073 Sí 36 36,2 28 44 11,26 Realización de actividad física No 36 36,6 29 44 11,26 0,7253 Sí 36 36,4 29 43 10,03 Índice de masa corporal Bajo peso 37,5 37,9 31 45 10,76 0,453 Normopeso 36 36,7 29 44 11,09 Sobrepeso 35 36,2 30 43 9,82 Obeso 35 35,6 26 45 11,50 a Prueba de hipótesis de medianas obtenidas mediante el test de U de Mann-Whitney. 153 Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios Tabla 3. Puntaje total sobre la diversidad alimentaria en la población de estudio. Características Puntaje Puntaje Q1 Q3 Desviación valor pa mediano medio estándar Población total 8 7,7 7 9 1,96 Sexo Hombre 8 7,6 6 9 2,09 0,280 Mujer 8 7,8 7 9 1,87 Edad, en años Menor a 20 años 8 7,7 7 9 2,06 0,851 20 años o más 8 7,8 6 9 1,89 Área de residencia Urbana 8 7,8 7 9 1,96 0,004 Rural 7 7,4 6 9 1,96 Religión Ninguna 8 7,5 6 9 1,99 0,523 Católica 8 7,8 7 9 1,99 Evangélico 8 7,7 7 9 1,90 Otra 8 7,7 6 9 1,91 Lugar de residencia Dentro de una residencia universitaria 8 7,8 7 9 1,92 0,014 Fuera de una residencia universitaria 8 7,3 6 9 2,14 Año académico cursando I año 8 7,7 6 9 2,11 0,040 II año 8 7,7 6,5 9 1,91 III año 7 7,4 6 9 2,01 IV año 8 7,8 7 9 1,94 V año 7 8,0 8 9 1,75 Carrera profesional cursando Administración de empresas 8 7,8 6 9 1,02 0,165 Contaduría pública y finanzas 8 7,9 7 9 1,94 Economía 8 7,9 7 9 2,03 Gestión de empresas turísticas 8 7,6 6 9 1,82 Mercadotecnia 7 7,4 6 9 1,96 Consumo de cigarrillos No 8 7,7 7 9 1,93 0,547 Sí 8 7,6 7 9 2,08 Consumo de alcohol No 8 7,8 7 9 1,96 0,597 Sí 8 7,7 6 9 1,97 Realización de actividad física No 8 7,8 7 9 1,99 0,185 Sí 8 7,6 6 9 1,92 Índice de masa corporal Bajo peso 8 7,2 7 9 1,71 0,119 Normopeso 8 7,6 6 9 2,00 Sobrepeso 8 7,8 7 9 1,96 Obeso 8 7,9 7 9 1,88 a Prueba de hipótesis de medianas obtenidas mediante el test de U de Mann-Whitney. 154 Aviles Y, et al. Rev Chil Nutr 2023; 50(2): 147-158. Tabla 4. Porcentaje de consumo de grupos de alimentos en estudiantes durante las últimas 24 horas, según sexo. Grupo de alimento Hombres Mujeres valor pa Total (n= 375) (n= 539) (n= 914) Cereales 98,9% 97,6% 0,139 98,1% Raíces y tubérculos 29,9% 31,5% 0,590 30,9% Verduras / hortalizas 61,1% 65,3% 0,190 48,8% Frutas 73,6% 79,8% 0,028 77,2% Azúcares 56,0% 67,0% 0,001 62,5% Carnes 82,1% 84,8% 0,285 83,7% Huevos 41,9% 32,8% 0,005 36,5% Pescado y mariscos 5,6% 5,9% 0,830 5,8% Legumbres y semillas 84,5% 76,3% 0,002 79,7% Lácteos 72,3% 75,5% 0,270 74,2% Aceites y grasas 58,9% 51,4% 0,024 54,5% Especias, condimentos y bebidas 49,6% 49,9% 0,927 49,8% Otros productos alimenticios de comida rápida 31,7% 38,0% 0,050 35,5% a Prueba de hipótesis calculada con test de chi-cuadrado de Pearson. Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios La figura 1 reporta la asociación entre la diversidad alimentaria y el conocimiento general sobre nutrición y alimentación en los estudiantes, según diferentes subgrupos poblacionales. En general, y luego de ajustar por variable sociodemográficas, existe una relación directamente proporcional entre ambas variables. Para hombres y mujeres, se encontró que un puntaje de cien puntos en el cuestionario sobre conocimiento general de nutrición y alimentación se asoció con una diversidad alimentaria de 9, con un intervalo de confianza del 95% que va de 8 a 10 en la diversidad alimentaria. Para el resto de los subgrupos poblacionales, se reportaron asociaciones similares. La figura 2 reporta la asociación entre el IMC y el conocimiento general sobre nutrición y alimentación en los estudiantes, según diferentes subgrupos poblacionales. En general, y luego de ajustar por variable sociodemográficas, existe una relación indirectamente proporcional entre ambas variables, es decir, a mayor conocimiento nutricional, menores puntajes de IMC (mayor es la posibilidad de los estudiantes de presentar normopeso). Para hombres y mujeres, se encontró que un puntaje de cien puntos en el cuestionario sobre conocimiento general de nutrición y alimentación se asoció con un IMC de 21-22 kg/m2 respectivamente, con un intervalo de confianza del 95% que va de 19 a 24 kg/m2 en el IMC. Para el resto de los subgrupos poblacionales, se reportaron asociaciones similares. 155 Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios Figura 1: Asociación entre la diversidad alimentaria y el conocimiento general sobre nutrición en estudiantes según sexo (Panel A), índice de masa corporal (Panel B), lugar de residencia (Panel C) y nivel de actividad física (Panel D). *Estimaciones ajustadas a sexo, edad, área de procedencia, lugar de residencia, realización de actividades físicas, índice de masa corporal, consumo de bebidas alcohólicas y consumo de tabaco. Figura 2: Asociación entre el índice de masa corporal y el conocimiento general sobre nutrición en estudiantes según sexo (Panel A), consumo de alcohol (Panel B), lugar de residencia (Panel C) y consumo de cigarrillos (Panel D). *Estimaciones ajustadas a sexo, edad, área de procedencia, lugar de residencia, realización de actividades físicas, diversidad alimentaria, consumo de bebidas alcohólicas y consumo de tabaco. 156 Aviles Y, et al. Rev Chil Nutr 2023; 50(2): 147-158. DISCUSIÓN Esta investigación estimó la asociación entre el conocimiento nutricional, las prácticas alimentarias y la obesidad en los estudiantes universitarios. Los resultados de este estudio apoyan la hipótesis que el conocimiento nutricional de los estudiantes universitarios está asociado positivamente con las prácticas alimentarias. La diversidad alimentaria de los estudiantes es de 7 grupos de alimentos (de un máximo posible de 13 grupos de alimentos) cuando no se tiene conocimientos generales sobre nutrición (conocimientos igual a cero en la escala de 0 a 100). El modelo predice que, cuando el estudiante tiene un conocimiento igual a 100 (máximo nivel de conocimiento), la diversidad alimentaria alcanza un puntaje de 9-10 grupos de alimentos. Es decir, luego de ajustar por factores sociodemográficos (sexo, edad, área de residencia y religión) y de comportamientos individuales (consumo de bebidas alcohólicas, consumo de tabaco y realización de actividad física), el efecto marginal del conocimiento en nutrición influye en promedio en el consumo de dos grupos de alimentos lo que equivale a dos puntos para la diversidad alimentaria. Evidentemente, otros factores como los culturales, situación económica y disponibilidadde alimentos, pueden explicar por qué no se consumen otros alimentos tales como el pescado, por ejemplo, un alimento de consumo muy poco frecuente y que ha sido reportado en otro estudio27. La literatura al respecto es ambigua. Varios autores coinciden en la relación existente entre el conocimiento sobre nutrición y las elecciones de alimentos28,29. Asimismo, se reporta que las mujeres tienen una diversidad alimentaria ligeramente mayor a los hombres, pero mayor es la diversidad en el grupo que realizan actividad física y aquellos que tienen bajo peso. En relación con esto, una investigación concluyó que las mujeres tienen mayor conocimiento nutricional en relación con los hombres pero que eso no significó mayores puntuaciones en las prácticas alimentarias30. Contrariamente, se han encontrado correlación positiva y significativa entre el conocimiento nutricional con la actitud nutricional y entre la actitud nutricional con hábitos alimentarios, aunque no existía relación significativa por sexo para esta asociación31. Se encontró que, en iguales niveles de conocimiento nutricional, los hombres presentan menores valores de IMC respecto a las mujeres. Asimismo, esta condición se presenta en los estudiantes que no consumen alcohol respecto a los que sí consumen; entre los que no fuman respecto a los que sí lo hacen; y los que viven dentro de una residencia universitaria. La relación entre el conocimiento sobre nutrición y el consumo de alcohol y tabaquismo es de interés para el desarrollo de programas de prevención entre la población universitaria, por lo que serán necesarias nuevas propuestas de investigación para evaluar estos temas. El conocimiento nutricional encontrado en esta investigación es bajo, destacándose mayormente en los hábitos alimentarios. Los resultados son similares a los presentados en diferentes universidades de Nicaragua, los que revelaron que el 81% de los estudiantes tenían deficiencia de conocimiento22. A nivel internacional, estos hallazgos coinciden con una investigación aplicada a estudiantes de la carrera de contabilidad en Perú32. Se recomienda desarrollar proyectos educativos sobre educación en seguridad alimentaria y nutricional a este grupo de estudiantes. No obstante, hay que tener cuidado en el hecho que tener mayores conocimientos nutricionales no se traducen directamente en conductas alimentarias saludables14,15. Pero, sí puede jugar un papel positivo y fundamental en la adopción de hábitos alimentarios y de estilos de vida más sanos16. Respecto a variables sociodemográficas, las mujeres tienden a tener mayor conocimiento nutricional que los hombres lo que coincide con bibliografía consultada33. De igual manera, estudiantes con mayor edad, que pertenezcan al área urbana, que vivan fuera de una residencia universitaria y no consumen cigarrillo, presentaron conocimiento nutricional significativamente mayor. En lo que se refiere a la diversidad alimentaria, los valores medianos corresponden a 8 puntos en una escala de 13 puntos. Se observa que, entre los estudiantes del área urbana y entre los que habiten dentro de una residencia universitaria tienden a tener diversidad alimentaria significativamente mayor. Por lo que es necesario continuar analizando la relación entre los hábitos alimentarios y la vida universitaria, idealmente, a través de un sistema de vigilancia alimentario y nutricional que sea institucionalizado para alcanzar la meta de universidades saludables en el país. Este estudio reporta una alta prevalencia de exceso de peso por IMC. El dato es relevante dado que el exceso de peso está relacionado con patologías de riesgo de la salud en la edad adulta, sobre todo el desarrollo de ENT3. Esta condición es similar a la prevalencia de sobrepeso encontradas en estudios en universidades públicas de Nicaragua 20,21,22 y mayor a las expuestas en un estudio que tomó diferentes países de muestra34. Con relación al consumo de alimentos, predomina el consumo de alimentos ubicados en los grupos de cereales, legumbres y semillas, verduras y hortalizas, carnes y frutas, lo que coincide con estudios realizados en universidades públicas del país22. Las mujeres tienden a consumir significativamente más frutas y azúcar. Los hombres por su parte consumen significativamente más huevos, legumbres y semillas y aceites y grasas en relación con las mujeres. Se destaca un bajo consumo de pescados y mariscos con el 5,8% en las últimas 24 horas previas a las entrevistas. En una investigación nacional que preguntaba sobre el consumo de peces y mariscos en frecuencia al menos de tres veces por semana por parte de estudiantes universitarios ni siquiera formó parte de los grupos de alimentos de una dieta adecuada22. Un dato relevante encontrado en el presente trabajo es que un poco más de un tercio de la población de estudio consumió al menos un alimento en el grupo de otros productos alimenticios de comida rápida. Algunos estudios han informado sobre prácticas dietéticas poco 157 Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios saludables entre los estudiantes universitarios, como el aumento del consumo de comida rápida y alimentos ricos en grasas17,18,19. Por tanto, es imperativo proponer programas de salud nutricional a los universitarios con el objetivo de evitar conductas de riesgo ante consumo de alimentos no saludables, independiente de que la alimentación se realice dentro o fuera de la universidad. Con relación al estado nutricional, los resultados de este estudio apoyan la hipótesis que el conocimiento sobre alimentación y nutrición de los estudiantes universitarios está asociado negativamente con el sobrepeso y la obesidad, es decir, a mayor conocimiento en nutrición, menor será el IMC, (mayor posibilidad de ubicarse en el rango de un peso normal). Esto difiere con algunos estudios realizados en universidades en el que no encontraron relación estadística significativa entre el IMC y el conocimiento nutricional35,36 y otro en Kuwait en el que se evidenció que los estudiantes con IMC ≥ 30 obtenían una puntuación mayor en conocimiento nutricional respecto a los que tenían bajo peso, normal o sobrepeso33. No obstante, aunque no utilizaron la variable IMC, Yahia et al., en un estudio reciente concluyeron que existe correlación negativa entre el conocimiento y la ingesta de grasas37. Debido a que el porcentaje de estudiantes con exceso de peso es elevado en universidades, algunas estrategias como la limitación de ofertas de productos procesados, ultra procesados y bebidas azucaradas no saludables en los bares y cafeterías universitarias o el incremento de la oferta de alimentos saludables podrían ser de beneficio, basado en experiencias previas en Colombia, Chile, Argentina, México38. Además, será importante establecer medidas regulatorias para lograr ambientes alimentarios que favorezcan la adopción de hábitos alimentarios y de estilos de vida más sanos. Se encontró mayor prevalencia de sobrepeso con diferencia estadísticamente significativa en el grupo de estudiantes mayores de 20 años, aquellos que consumen alcohol, que no realizan actividad física y que viven fuera de una residencia universitaria. En el caso de la edad existen indicios que a medida que los estudiantes cursan sus años universitarios, tienden a desmejorar su IMC, hecho que se conjuga con una investigación en mujeres universitarias de Colombia que reflejó que en un año aumentaron su exceso de peso de 19,7% y 24,8%39 y otra que los hábitos nutricionales empeoran a medida que avanza el curso académico40. Esto abre campo a la posibilidad de futuras investigaciones de carácter longitudinal que le den seguimiento a distintas variables relacionadas a la nutrición en estudiantes universitarios. Entre las limitaciones que ha tenido este trabajo se encuentran la falta de inclusión de variablescomo el nivel del ingreso como medida aproximada a la capacidad de adquisición de alimentos y otras variables culturales como la etnia, así como el costo de los alimentos. Asimismo, hay que decir que solo se ha estudiado a los estudiantes de carreras de ciencias económicas, por lo que queda el interés de saber cuál sería el comportamiento de las asociaciones estudiadas si se incluyeran otras facultades y carreras. Por último, debido al diseño y tipo de estudio transversal, no es posible establecer causalidad en las variables analizadas. Por lo que se recomienda seguir realizando este tipo de investigación enfocadas en la Seguridad Alimentaria y Nutricional de estudiantes universitarios, sobre todo en investigación en implementación, dado que los resultados sirven de evidencia para la toma de decisiones sobre políticas y estrategias en pro de mejorar los hábitos alimenticios, los conocimientos nutricionales y disminuir las condiciones de riesgo para la salud de este grupo. Las limitaciones deben ser analizadas a la luz de las fortalezas del estudio. El presente trabajo incluye una muestra considerable de estudiantes universitarios, lo que permite tener una idea del nivel de conocimiento sobre alimentación saludable y nutrición y su relación con el estado nutricional. Asimismo, si bien no es el primer trabajo realizado en el país, el presente estudio informa el diseño de una campaña de fomento a los hábitos alimentarios y estilos de vida saludables, representando un punto de partida para el seguimiento y evaluación de dicha estrategia. CONCLUSIONES En conclusión, el principal hallazgo de este estudio es que se evidenció asociación positiva entre el conocimiento sobre alimentación saludable y nutrición de los estudiantes universitarios con las prácticas alimentarias y asociación negativa entre el conocimiento nutricional y el sobrepeso y la obesidad. Agradecimientos. Se agradece a la comisión SAN, cuerpo docente y estudiantes por la colaboración para desarrollar la investigación; y al CIUSSAN Nicaragua por participar del comité de trabajo durante todas las fases de la investigación. El presente estudio recibió financiamiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Representación de la FAO en Nicaragua a través del proyecto titulado “Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios”. REFERENCIAS 1. WHO. Obesity and Overweight factsheet from the WHO. Health. 2021. 2. Dai H, Alsalhe TA, Chalghaf N, Riccò M, Bragazzi NL, Wu J. The global burden of disease attributable to high body mass index in 195 countries and territories, 1990–2017: An analysis of the Global Burden of Disease Study. PLoS Medicine. 2020. 3. Houston DK, Nicklas BJ, Zizza CA. Weighty Concerns: The Growing Prevalence of Obesity among Older Adults. J Am Diet Assoc. 2009; 109: 886-895. 4. United Nations. Transforming Our World: The 2030 Agenda for Sustainable Development. A New Era in Global Health. New York; 2018. 5. Paradis AM, Godin G, Pérusse L, Vohl MC. 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