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0717-7518-rchnut-50-02-0147

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Rev Chil Nutr 2023; 50(2): 147-158.
Artículo Original / Original Article
http://dx.doi.org/10.4067/S0717-75182023000200147
Este trabajo fue recibido el 20 de febrero de 2022.
Aceptado con modificaciones: 22 de agosto de 2022.
Aceptado para ser publicado: 20 de octubre de 2022.
Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas 
alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios
Level of nutrition knowledge and its association with eating practices and 
obesity among university students
Yader Alberto Aviles-Peralta1*. https://orcid.org/0000-0003-0695-6743
Lesbia Lucía Hernández Somarriba2. https://orcid.org/0000-0001-9117-007X
Carlos Rojas-Roque3. https://orcid.org/0000-0002-1474-1550
Elizabeth Rodríguez4. https://orcid.org/0000-0001-9749-3750
Israel Ríos-Castillo5. https://orcid.org/0000-0001-9443-3189
1. Centro de Investigación en Economía y Desarrollo CIED, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales,
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León, Nicaragua.
2. Departamento de Ingeniería de los Alimentos, Facultad de Ciencias Químicas,
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León, Nicaragua.
3. Universidad de Buenos Aires, Departamento de Salud Pública. Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). 
Buenos Aires, Argentina.
4. Representación de la FAO en Nicaragua, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 
Managua, Nicaragua.
5. Oficina Subregional de la FAO en Mesoamérica, Ciudad de Panamá, Panamá.
*Dirigir correspondencia: Yader Alberto Aviles Peralta
Centro de Investigación en Economía y Desarrollo CIED, Facultad de Ciencias Económicas y
Empresariales, Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León, Nicaragua
Email: yader.peralta@ce.unanleon.edu.ni
RESUMEN
Introducción: La literatura sobre el impacto de la educación alimentaria y nutricional de estudiantes universitarios en las 
prácticas alimentarias es heterogénea. Estudios han informado de que la educación alimentaria y nutricional puede cambiar 
los hábitos alimentarios y las elecciones alimentarias mientras que otros no encontraron asociación. Objetivo: Determinar la 
relación entre el conocimiento nutricional, las prácticas alimentarias y la obesidad en estudiantes universitarios nicaragüenses. 
Métodos: Estudio de corte transversal analítico que utilizó una muestra de 914 estudiantes universitarios de la ciudad de León 
en Nicaragua. Se midió el índice de masa corporal a través del peso y la estatura y el nivel de conocimiento nutricional. Las 
prácticas alimentarias fueron medidas con cuestionarios validados con moderadas modificaciones en base al contexto del país. 
Los datos fueron analizados mediante ANOVA de una vía, chi-cuadrado, prueba t de Student y regresión lineal. Resultados: 
Se encontró un bajo nivel de conocimiento nutricional y alta prevalencia de exceso de peso. El conocimiento nutricional de 
los estudiantes universitarios está asociado positivamente con las prácticas alimentarias. Sin embargo, aunque se tenga un 
máximo de conocimiento no significa un puntaje máximo de diversidad alimentaria. Asimismo, se reportó que las mujeres 
tienen una diversidad alimentaria ligeramente mayor a los hombres, pero mayor es la diversidad en el grupo que realizan 
actividad física y aquellos que tienen bajo peso. Por su parte, el conocimiento nutricional está asociado negativamente con 
el sobrepeso y la obesidad. Conclusión: se comprueba la hipótesis del impacto positivo del conocimiento nutricional en las 
prácticas alimentarias y la obesidad.
Palabras clave: Conocimiento nutricional; Estudiantes universitarios; Índice de masa corporal; Obesidad; Prácticas alimentarias. 
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Aviles Y, et al. Rev Chil Nutr 2023; 50(2): 147-158.
INTRODUCCIÓN
La obesidad es un problema de salud pública mundial1. 
En 2017 esta patología causó 4,7 millones de muertes 
y sumó una pérdida de 177.7 millones de años de vida 
ajustados por discapacidad (AVAC)2. Esto puede suponer 
una pesada carga para la asistencia sanitaria y provocar 
graves consecuencias sociales y económicas. Un índice 
de masa corporal (IMC) alto, indicativo de sobrepeso u 
obesidad, se asocia con una exacerbación del deterioro 
físico y cognitivo relacionado con la edad y con una mayor 
prevalencia o riesgo de muchas enfermedades crónicas no 
transmisibles (ENT) comunes en los adultos tales como la 
diabetes, hipertensión y enfermedad cardiovascular3. Por 
tanto, la pérdida de peso, así como la prevención y control 
de la obesidad, son acciones clave en las estrategias de 
salud pública dirigidas a cumplir la meta cuatro del tercer 
Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización 
de las Naciones Unidas (ONU)4.
Los patrones de ingesta dietética que presentan una alta 
ingesta de alimentos ricos en nutrientes como cereales de 
granos enteros, frutas, verduras, pescado, carnes y productos 
lácteos bajos en grasa se han asociado con una serie de 
resultados de salud favorables en adultos, incluida una 
menor prevalencia de obesidad5; menor tasa de aumento 
de peso a lo largo del tiempo6; y, mejor calidad de vida y 
mayor supervivencia7. Se cree que el conocimiento sobre 
la alimentación y nutrición es uno de los factores clave 
para una dieta saludable8. De acuerdo con el modelo de 
conocimiento, actitud y práctica (CAP), el conocimiento 
nutricional puede conducir a cambios de actitud sobre la 
dieta, influir en la elección de alimentos, la calidad de la 
dieta y, en consecuencia, conducir a un menor riesgo de 
obesidad9.
No obstante, la forma en que el conocimiento nutricional 
se transforma en comportamiento dietético y la ingesta 
de nutrientes puede variar entre las poblaciones. Se han 
reportado asociaciones específicas de género entre la 
educación y los ingresos en relación con la obesidad10. 
Los ingresos pueden estar significativamente asociados 
con un IMC más alto en los hombres, mientras que la 
educación puede tener una asociación significativa con un 
IMC más bajo en las mujeres11. Estos resultados sugieren 
que pueden existir efectos de subgrupos en la relación del 
conocimiento nutricional, el nivel socioeconómico, los 
factores demográficos y el IMC.
La literatura sobre el impacto de la educación alimentaria 
y nutricional (EAN) en las prácticas alimentarias ha sido 
heterogénea. Algunos estudios han informado de que la EAN 
puede cambiar los hábitos y las elecciones alimentarias de 
los estudiantes12,13. Mientras que otros estudios no reportan 
correlación significativa entre el conocimiento nutricional y 
las elecciones alimentarias14,15. Estos resultados sugieren que 
el conocimiento sobre alimentación y nutrición por sí solo 
puede no tener necesariamente una influencia significativa 
en el riesgo de obesidad16.
En este sentido, la población universitaria es un grupo 
de estudio clave porque durante la universidad se consolidan 
algunos hábitos de estilo de vida que pueden persistir hasta 
la edad adulta, lo que pudiera afectar la salud17. Varios 
investigadores han informado sobre prácticas dietéticas 
poco saludables entre los estudiantes universitarios, como 
el aumento del consumo de comida rápida y alimentos 
ricos en grasas17,18,19. En el contexto de Nicaragua, varias 
investigaciones han reportado exceso de peso en estudiantes 
universitarios, con rangos que superan el 60%20,21.
En Nicaragua, una investigación reciente reportó que 
entre los estudiantes universitarios existe un conocimiento 
limitado sobre nutrición; se resalta también que los estudiantes 
presentan un patrón de consumo alimentario poco variado 
e insano sumado a una inadecuada actividad física, lo que 
repercute en el estado de salud y nutrición22. Por lo que, 
el presente estudio tiene como objetivo determinar la 
relación entre el conocimiento en alimentación y nutrición, 
las prácticas alimentarias y la obesidad en estudiantes 
universitarios de la Facultad de Ciencias Económicas 
y Empresariales de la Universidad Nacional Autónoma 
ABSTRACT
Background:The literature on the impact of food and nutrition education of university students on eating practices is he-
terogeneous. Studies have revealed that food and nutrition education can change eating habits and choices while others 
found no association. Objective: Determine the relationship between nutrition knowledge, eating practices, and obesity in 
Nicaraguan university students. Methods: Analytical cross-sectional study using a sample of 914 university students from 
the city of León in Nicaragua. The Body Mass Index (BMI) was calculated considering both values of weight and height, 
and the level of nutrition knowledge and eating practices were measured with validated questionnaires with moderate mo-
difications based on the country context. The data were analyzed using one-way ANOVA, Chi-Square, Student’s T-test, and 
linear regression. Results: A low level of nutrition knowledge and a high prevalence of overweight were found. The nutrition 
knowledge of university students is positively associated with eating practices. However, even if there is a high degree of 
nutrition knowledge, it does not mean there is a high dietary diversity score (DDS). Similarly, it was revealed that women 
have slightly greater dietary diversity scores than men, but greater dietary diversity scores in the group that performs physical 
activity and those who are underweight. On the other hand, nutrition knowledge is negatively associated with overweight and 
obesity. Conclusion: the hypothesis of the positive impact of nutrition knowledge on eating practices and obesity is tested.
Keywords: Body mass index (BMI); Eating practices; Nutrition knowledge; Obesity; University students.
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Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios
de Nicaragua, UNAN-León. Los resultados del estudio 
permitirán informar el diseño de una estrategia educativa 
integral a nivel de la UNAN-León denominada Campaña 
de Alimentación Saludable. La campaña es parte de una 
iniciativa del Consejo Interuniversitario en Soberanía y 
Seguridad Alimentaria y Nutricional (CIUSSAN) de Nicaragua, 
apoyada por la Organización de las Naciones Unidas para 
la Alimentación y la Agricultura (FAO).
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio analítico de corte transversal 
en una muestra de la Facultad de Ciencias Económicas 
y Empresariales UNAN-León, de la ciudad de León, en 
Nicaragua, de mayo a octubre del 2021. El estudio estuvo 
a cargo de un equipo multidisciplinario de la UNAN-León, 
el CIUSSAN y la FAO.
Población y muestra
La población de estudio correspondió a los estudiantes 
de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales 
de la UNAN-León. La Facultad cuenta con cinco carreras 
profesionales (Administración de Empresas, Contaduría 
Pública y Finanzas, Economía, Mercadotecnia y Gestión 
de Empresas Turísticas).
Muestra
El cálculo del tamaño muestral se realizó con base 
a 1962 estudiantes matriculados en modalidad regular 
durante el segundo semestre del 2020 en la Facultad de 
Ciencias Económicas de la UNAN-León. Se consideró 
la prevalencia de obesidad y sobrepeso en estudiantes 
universitarios reportada en un estudio realizado en 22 
países que correspondió a 24.7% en hombres y 19.3% en 
mujeres22. Se tomó en cuenta diferencias biológicas según 
sexo23, un error alfa de 5%, un poder estadístico de 80 y un 
factor incremental por tasa de rechazo del estudio de 5%. 
El tamaño muestral fue de 1.139 estudiantes, 600 mujeres y 
539 hombres. El método de muestreo fue no probabilístico 
por conveniencia, incluyendo aquellos participantes que 
accedieron a ser incluidos en el estudio durante los periodos 
de evaluación.
Criterios de inclusión y exclusión
Fueron incluidos en el estudio aquellos estudiantes que 
estuvieran matriculados en el ciclo regular en cualquiera 
de las carreras profesionales que oferta la Facultad de 
Ciencias Económicas de la UNAN-León, y que firmaran por 
escrito el consentimiento informado de participación en el 
estudio. Fueron excluidos del estudio aquellos individuos 
que presenten enfermedades causantes de obesidad o 
retención de agua, individuos con enfermedad hepática o 
con nefropatía por lgA y embarazadas.
 Consideraciones éticas
Se consideró los principios de la declaración de Helsinki 
aplicables a investigaciones en temas de salud. El estudio 
fue aprobado por el Comité de ética de la Facultad de 
Ciencias Económicas y Empresariales de la UNAN-León.
Variables y mediciones
La variable principal para la medición del estado 
nutricional toma como referencia el cálculo del índice de 
masa corporal (IMC) utilizado frecuentemente para clasificar 
el sobrepeso y la obesidad en adultos24. Para calcular el 
IMC se utilizó el peso en kg dividido por la talla en metros 
al cuadrado (kg/m2). Se consideró bajo peso cuando el IMC 
fue inferior a 18,5 kg/m2; peso normal cuando el IMC se 
ubicó entre 18,5 y 24,9 kg/m2; sobrepeso cuando el IMC 
estuvo entre 25 y 29,9 kg/m2; y, obesidad cuando el IMC fue 
≥30 kg/m2. La talla se midió en dos tallímetros, uno marca 
KERN & SOHN (MSF 200, Alemania) con una precisión 
de 0,1 cm y otro con una balanza con tallímetro integrado 
marca DETECTO (Detecto 339, USA) con una precisión de 
0,1 kg y 0,1 cm; y el peso se midió en 2 balanzas marca 
OMRON (Modelo 226, OMRON Healthcare, USA) con 
una precisión de 0,1 kg, todas ellas calibradas en base a 
los estándares científicos.
El conocimiento nutricional fue medido mediante un 
cuestionario de conocimiento de nutrición previamente 
desarrollado por Sánchez Socarrás y colaboradores25. Once 
de 27 ítems fueron adaptados por un equipo de expertos en 
nutrición y alimentos, en este sentido, se sustituyó el nombre 
de alimentos por otros que tuvieran la misma condición 
nutricional y que fueran parte de alimentos que se consumen 
en Nicaragua, procurando no variar el objetivo evaluativo 
de cada ítem. El cuestionario fue aplicado a nivel individual 
para cada estudiante y contiene cuatro bloques temáticos: 
i) conocimientos en hábitos nutricionales; ii) conocimientos 
relacionados con el estado nutricional; iii) conocimientos 
sobre alimentos y nutrientes; y, iv) alteraciones y procesos 
relacionados con la alimentación y nutrición. Las preguntas 
estaban en formato de opción múltiple, y cada pregunta 
tenía una ponderación específica por respuesta correcta. Las 
puntuaciones fueron sumadas para obtener la puntuación 
de conocimientos sobre nutrición en una escala de cero 
a cien puntos25.
Las prácticas alimentarias fueron medidas mediante 
el cuestionario índice de diversidad alimentaria a nivel 
individual desarrollado por el Proyecto de asistencia técnica 
sobre alimentos y nutrición (FANTA, por su acrónimo en 
inglés) titulado puntaje de diversidad dietética en el hogar 
(HDDS, por su acrónimo en inglés) para la medición del 
acceso a los alimentos en el hogar: guía de indicadores26. 
El cuestionario fue adaptado al contexto local en base a 13 
grupos de alimentos que contienen carbohidratos, proteínas 
y grasas y sigue las recomendaciones de validación de la 
guía técnica y está diseñado para calcular los puntajes de 
diversidad alimentaria, a nivel del hogar o a nivel individual, 
durante las últimas 24 horas. Los puntajes de diversidad 
alimentaria se han validado para distintos grupos de edad 
y sexo como medidas indirectas de la adecuación de 
macronutrientes y/o micronutrientes de la dieta26.
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Aviles Y, et al. Rev Chil Nutr 2023; 50(2): 147-158.
Proceso de recolección de información
El proceso de recolección de datos consistió en el trabajo 
de campo el cual tuvo una metodología mixta, la que incluyó 
encuestas en físico y encuestas en línea utilizando, para este 
último caso, un cuestionario previamente validado en Google 
Form. Se adecuaron dos espacios para el levantamiento de 
información para grupos de 25 estudiantes con todas las 
normas éticas correspondientes y previendo que la diferencia 
entre el método derecolección no tuviera incidencia en los 
resultados. El peso y la talla fueron medidos por el equipo 
investigador para ambos grupos.
Plan de análisis
Los resultados de los puntajes obtenidos en el 
conocimiento nutricional y las prácticas alimentarias fueron 
expresados según la mediana y el rango de cuartiles Q1 y Q3; 
o la media y su desviación estándar. Los datos categóricos 
son presentados como frecuencia y porcentaje (%). Se 
utilizaron pruebas t y pruebas ANOVA de una vía para 
evaluar las diferencias sobre el conocimiento nutricional y la 
diversidad alimentaria para múltiples variables demográficas. 
Para evaluar la asociación entre el conocimiento nutricional 
y las prácticas alimentarias, se utilizó una regresión lineal 
para las puntuaciones del conocimiento nutricional sobre 
las prácticas nutricionales (controlando por sexo, altura, 
peso y edad). También se calcularon los coeficientes de 
correlación parcial (controlando por sexo, altura, peso 
y edad) entre el conocimiento nutricional y las prácticas 
alimentarias. Para evaluar la asociación entre las prácticas 
alimentarias y el IMC, se utilizó una regresión multivariable 
(controlando por sexo, edad, zona de procedencia, año 
que cursa y carrera que cursa). Asimismo, se calcularon 
los coeficientes de correlación parcial entre la puntuación 
de nutrición y el IMC, en sus valores absolutos. Todos los 
análisis estadísticos se realizaron mediante el software 
estadístico StataSTATA 12 (College Station, TX: StataCorp LP, 
TC, USA). Todos los valores de p informados se basaron en 
pruebas de dos caras con un nivel de significancia del 5%.
RESULTADOS
De los 1.139 estudiantes incluidos en la muestra inicial, 
se obtuvieron 914 registros de las cuales 273 se realizaron 
en la modalidad en línea y 641 en físico; 63 estudiantes 
rechazaron participar parcial o totalmente en la encuesta, 
lo que corresponde al 5,5%. 
Las características sociodemográficas de los estudiantes 
incluidos en el estudio se describen en la tabla 1. La mayoría 
de los estudiantes es del sexo femenino (59%), con edad 
promedio de 20 años. Prevalece la residencia urbana (79%) 
y la religión católica (55%). Administración de Empresas 
(25%) y Contaduría Pública y Finanzas (24%) son las carreras 
con mayor participación en el estudio. La mayor parte 
de los estudiantes reportó no consumir cigarrillos (80%), 
mientras que la mitad de ellos reportó consumir alcohol 
(50%) y cerca de dos tercios de los estudiantes reportó 
realizar actividad física (65%).
En la tabla 1 se puede observar que poco más de 
la mitad de los estudiantes es normopeso (58%) y un 
34% tiene exceso de peso, distribuido con el 22,4% en 
sobrepeso y 11,6% en obesidad. Particularmente, los 
estudiantes que presentaron mayor prevalencia de exceso 
de peso correspondieron a los que tienen más de 20 años 
(39%) respecto a los menores a esa edad (27.6%), los 
que viven fuera de una residencia universitaria (36.3%) 
en comparación a los que viven en alguna residencia 
universitaria (22.9%), los que consumen alcohol (36%) 
respecto a los que no lo hacen (31.9%) y los que no 
realizan actividad física (36%) respecto a los que sí la 
realizan (32.9%). Estas diferencias fueron estadísticamente 
significativas (p<0.001).
Conocimiento nutricional y prácticas
alimentarias de los estudiantes
El 88,4% de los estudiantes reportó conocimiento 
nutricional bajo. En la tabla 2 se presenta que la mediana 
del puntaje obtenido por el cuestionario de conocimientos 
generales en nutrición y alimentación es de 36 (Q1-Q3: 
29-44). Las mujeres (p<0.001), los estudiantes de 20 
años o más (p= 0.005), los estudiantes de residencia 
urbana (p<0.001), los estudiantes que residen fuera de la 
residencia universitaria (p<0.001), los estudiantes de años 
superiores (p= 0.008) y quienes no reportaron consumir 
cigarrillos obtuvieron puntajes superiores sobre el nivel 
de conocimiento general sobre nutrición y alimentación.
La tabla 3 reporta la diversidad alimentaria de los 
estudiantes. De los 13 grupos de alimentos, la mediana 
de consumo por parte de los estudiantes es de 8 (Q1-Q3: 
7-9). Los estudiantes de la zona urbana tienen en promedio 
una diversidad alimentaria mayor en comparación a los 
estudiantes de la zona rural (p= 0,004). Asimismo, los 
estudiantes que viven dentro de una residencia universitaria 
tienen mayor diversidad alimentaria que los que viven fuera 
de una residencia universitaria (p= 0,014). Estudiantes de 
III y V año reportaron una diversidad alimentaria inferior 
a estudiantes de otros años (p= 0,040).
Consumo de alimentos
Los grupos de alimentos consumidos durante las 
últimas 24 horas, según sexo, se describe en la tabla 4. 
En el grupo de carbohidratos se encontró que cerca de 
la totalidad de los estudiantes consumió cereales durante 
las últimas 24 horas (98%) y el consumo de frutas (p= 
0,028) y azúcares (p= 0,001) fue mayor en mujeres en 
comparación a los hombres. En el macronutriente de 
proteínas, el grupo de alimento menos consumido fueron 
los pescados y mariscos (5,8%), mientras que el consumo 
de huevos (p= 0,005) y legumbres y semillas (p= 0,002) 
fue superior en hombres en comparación a las mujeres. 
En el macronutriente de grasas, aceites y grasas (p= 
0,024) fue mayor el consumo en hombres y en el caos 
de otros productos alimenticios de comida rápida no se 
encontró diferencias significativas por sexo (p= 0,05).
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Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios
Tabla 1. Índice de masa corporal de los estudiantes, según características sociodemográficas.
 Índice de Masa Corporal
Características Bajo peso Normopeso Sobrepeso Obeso
 n (%) n (%) n (%) n (%) n (%) valor pa
Población total 914 (100) 72 (7.9) 531 (58.1) 205 (22.4) 106 (11.6) ---
Sexo
 Hombre 375 (41,0) 26 (6.9) 221 (58.9) 80 (21.3) 48 (12.8) 0,587
 Mujer 539 (59,0) 46 (8.5) 310 (57.5) 125 (23.2) 58 (10.8)
Edad, en años
 Promedio (DE) 20 (2,2)
 Menor a 20 años 408 (44,6) 39 (9.6) 256 (62.8) 81 (19.8) 32 (7.8) 0,001
 20 años o más 506 (55,4) 33 (6.5) 275 (54.4) 124 (24.5) 74 (14.6)
Área de residencia
 Urbana 718 (78,6) 60 (8.4) 409 (57.0) 164 (22.8) 85 (11.8) 0,545
 Rural 196 (21,4) 12 (6.1) 122 (62.2) 41 (20.9) 21 (10.7)
Religión 
 Ninguna 130 (14,2) 11 (8.5) 72 (55.4) 31 (23.8) 16 (12.3) 0,435
 Católica 511 (55,9) 45 (8.8) 300 (58.7) 103 (20.2) 63 (12.3)
 Evangélico 173 (18,9) 12 (6.9) 102 (59.0) 40 (23.1) 19 (11.0)
 Otra 100 (10,9) 4 (4.0) 57 (57.0) 31 (31.0) 8 (8.0)
Lugar de residencia
Dentro de una residencia 157 (17,2) 13 (8.3) 108 (68.8) 24 (15.3) 12 (7.6) 0,014
universitaria 
Fuera de una residencia 757 (82,8) 59 (7.8) 423 (55.9) 181 (23.9) 94 (12.4)
universitaria
Año académico cursando
 I año 239 (26,2) 21 (8.8) 151 (63.2) 45 (18.8) 22 (9.2) 0,080
 II año 168 (18,4) 15 (9.0) 102 (60.7) 38 (22.6) 13 (7.7)
 III año 183 (20,0) 18 (9.8) 99 (54.1) 41 (22.4) 25 (13.7)
 IV año 139 (15,2) 10 (7.2) 84 (60.4) 28 (20.1) 17 (12.2)
 V año 185 (20,2) 8 (4.3) 95 (51.4) 53 (28.6) 29 (15.7)
Carrera profesional cursando
 Administración de empresas 228 (24,9) 19 (8.3) 123 (54.0) 50 (21.9) 36 (15.8) 0,332
 Contaduría pública y finanzas 222 (24,3) 23 (10.4) 127 (57.2) 48 (21.6) 24 (10.8)
 Economía 159 (17,4) 8 (5.0) 92 (57.9) 44 (27.7) 15 (9.4)
 Gestión de empresas turísticas 147 (16,1) 9 (6.1) 95 (64.6) 30 (20.4) 13 (8.8)
 Mercadotecnia 158 (17,3) 13 (8.2) 94 (59.5) 33 (20.9) 18 (11.4)
Consumo de cigarrillos
 No 729 (79,8) 62 (8.5) 423 (58.0) 167 (22.9) 77 (10.6) 0,139
 Sí 185 (20,2) 10 (5.4) 108 (58.4) 38 (20.5) 29 (15.7)
Consumo de alcohol
 No 454 (49,7) 44 (9.7) 265 (58.4) 106 (23.3) 39 (8.6) 0,011
 Sí 460 (50,3) 28 (6.1) 266 (57.8) 99 (21.5) 67 (14.6)
Realización de actividad física 
 No 319 (34,9) 44 (13.8) 160 (50.2) 69 (21.6) 46 (14.4) <0.001
 Sí 595 (65,1) 28 (4.7) 371 (62.3) 136 (22.9) 60 (10.1)
a Prueba de hipótesis calculada con test de chi-cuadrado de Pearson.
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Aviles Y, et al. Rev Chil Nutr 2023; 50(2):147-158.
Tabla 2. Puntaje global sobre el nivel de conocimiento general sobre nutrición en la población de estudio.
Características Puntaje Puntaje Q1 Q3 Desvío valor pa
 mediano medio estándar
Población total 36 36,5 29 44 10,84 ---
Sexo
 Hombre 34 34,8 26 43 11,05 <0.001
 Mujer 38 37,7 30 45 10,53
Edad, en años
 Menor a 20 años 35,5 35,4 28 42 10,53 0,005
 20 años o más 37 37,5 30 45 11,01
Área de residencia 
 Urbana 37 37,5 30 45 10,95 <0.001
 Rural 33 33,1 26 39,5 9,69
Religión
 Ninguna 36,5 37,9 31 44 10,93 0,46
 Católica 36 36,7 29 44 10,96
 Evangélico 34 34,7 27 42 10,84
 Otra 36 36,7 30,5 44,5 9,83
Lugar de residencia
Dentro de una residencia
universitaria 32 37,3 25 39 10,23 <0.001
Fuera de una residencia
universitaria 37 32,7 30 45 10,80
Año académico cursando
 I año 34 34,0 27 41 10,65 0,008
 II año 36 36,2 28,5 43 10,52
 III año 37 37,3 29 45 11,14
 IV año 39 39,2 31 47 10,94
 V año 38 37,3 30 45 10,39
Carrera profesional cursando
 Administración de empresas 36 37,0 29 45 10,15 0,268
 Contaduría pública y finanzas 36 36,1 28 43 10,90
 Economía 34 35,5 28 43 11,29
 Gestión de empresas turísticas 37 37,2 29 45 10,62
 Mercadotecnia 37 36,8 30 43 11,48
Consumo de cigarrillos
 No 36 36,9 29 44 10,77 0,021
 Sí 34 34,9 27 43 10,98
Consumo de alcohol
 No 36 36,8 30 43 10,40 0,5073
 Sí 36 36,2 28 44 11,26
Realización de actividad física
 No 36 36,6 29 44 11,26 0,7253
 Sí 36 36,4 29 43 10,03
Índice de masa corporal
 Bajo peso 37,5 37,9 31 45 10,76 0,453
 Normopeso 36 36,7 29 44 11,09
 Sobrepeso 35 36,2 30 43 9,82
Obeso 35 35,6 26 45 11,50
a Prueba de hipótesis de medianas obtenidas mediante el test de U de Mann-Whitney.
153
Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios
Tabla 3. Puntaje total sobre la diversidad alimentaria en la población de estudio.
Características Puntaje Puntaje Q1 Q3 Desviación valor pa
 mediano medio estándar
Población total 8 7,7 7 9 1,96
Sexo
 Hombre 8 7,6 6 9 2,09 0,280
 Mujer 8 7,8 7 9 1,87
Edad, en años
 Menor a 20 años 8 7,7 7 9 2,06 0,851
 20 años o más 8 7,8 6 9 1,89
Área de residencia
 Urbana 8 7,8 7 9 1,96 0,004
 Rural 7 7,4 6 9 1,96
Religión
 Ninguna 8 7,5 6 9 1,99 0,523
 Católica 8 7,8 7 9 1,99
 Evangélico 8 7,7 7 9 1,90
 Otra 8 7,7 6 9 1,91
Lugar de residencia 
 Dentro de una residencia universitaria 8 7,8 7 9 1,92 0,014
 Fuera de una residencia universitaria 8 7,3 6 9 2,14
Año académico cursando
 I año 8 7,7 6 9 2,11 0,040
 II año 8 7,7 6,5 9 1,91
 III año 7 7,4 6 9 2,01
 IV año 8 7,8 7 9 1,94
 V año 7 8,0 8 9 1,75
Carrera profesional cursando
 Administración de empresas 8 7,8 6 9 1,02 0,165
 Contaduría pública y finanzas 8 7,9 7 9 1,94
 Economía 8 7,9 7 9 2,03
 Gestión de empresas turísticas 8 7,6 6 9 1,82
 Mercadotecnia 7 7,4 6 9 1,96
Consumo de cigarrillos
 No 8 7,7 7 9 1,93 0,547
 Sí 8 7,6 7 9 2,08
Consumo de alcohol
 No 8 7,8 7 9 1,96 0,597
 Sí 8 7,7 6 9 1,97
Realización de actividad física
 No 8 7,8 7 9 1,99 0,185
 Sí 8 7,6 6 9 1,92
Índice de masa corporal
 Bajo peso 8 7,2 7 9 1,71 0,119
 Normopeso 8 7,6 6 9 2,00
 Sobrepeso 8 7,8 7 9 1,96
 Obeso 8 7,9 7 9 1,88
a Prueba de hipótesis de medianas obtenidas mediante el test de U de Mann-Whitney.
154
Aviles Y, et al. Rev Chil Nutr 2023; 50(2): 147-158.
Tabla 4. Porcentaje de consumo de grupos de alimentos en estudiantes durante las últimas 24 horas, según sexo.
Grupo de alimento Hombres Mujeres valor pa Total
 (n= 375) (n= 539) (n= 914)
Cereales 98,9% 97,6% 0,139 98,1%
Raíces y tubérculos 29,9% 31,5% 0,590 30,9%
Verduras / hortalizas 61,1% 65,3% 0,190 48,8%
Frutas 73,6% 79,8% 0,028 77,2%
Azúcares 56,0% 67,0% 0,001 62,5%
Carnes 82,1% 84,8% 0,285 83,7%
Huevos 41,9% 32,8% 0,005 36,5%
Pescado y mariscos 5,6% 5,9% 0,830 5,8%
Legumbres y semillas 84,5% 76,3% 0,002 79,7%
Lácteos 72,3% 75,5% 0,270 74,2%
Aceites y grasas 58,9% 51,4% 0,024 54,5%
Especias, condimentos y bebidas 49,6% 49,9% 0,927 49,8%
Otros productos alimenticios de comida rápida 31,7% 38,0% 0,050 35,5%
a Prueba de hipótesis calculada con test de chi-cuadrado de Pearson.
Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación 
con las prácticas alimentarias y la obesidad
entre estudiantes universitarios
La figura 1 reporta la asociación entre la diversidad 
alimentaria y el conocimiento general sobre nutrición y 
alimentación en los estudiantes, según diferentes subgrupos 
poblacionales. En general, y luego de ajustar por variable 
sociodemográficas, existe una relación directamente 
proporcional entre ambas variables. Para hombres y 
mujeres, se encontró que un puntaje de cien puntos en el 
cuestionario sobre conocimiento general de nutrición y 
alimentación se asoció con una diversidad alimentaria de 
9, con un intervalo de confianza del 95% que va de 8 a 10 
en la diversidad alimentaria. Para el resto de los subgrupos 
poblacionales, se reportaron asociaciones similares.
La figura 2 reporta la asociación entre el IMC y el 
conocimiento general sobre nutrición y alimentación en los 
estudiantes, según diferentes subgrupos poblacionales. En 
general, y luego de ajustar por variable sociodemográficas, 
existe una relación indirectamente proporcional entre 
ambas variables, es decir, a mayor conocimiento 
nutricional, menores puntajes de IMC (mayor es la 
posibilidad de los estudiantes de presentar normopeso). 
Para hombres y mujeres, se encontró que un puntaje 
de cien puntos en el cuestionario sobre conocimiento 
general de nutrición y alimentación se asoció con un 
IMC de 21-22 kg/m2 respectivamente, con un intervalo 
de confianza del 95% que va de 19 a 24 kg/m2 en el 
IMC. Para el resto de los subgrupos poblacionales, se 
reportaron asociaciones similares.
155
Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios
Figura 1: Asociación entre la diversidad alimentaria y el conocimiento general sobre nutrición en estudiantes según sexo 
(Panel A), índice de masa corporal (Panel B), lugar de residencia (Panel C) y nivel de actividad física (Panel D). *Estimaciones 
ajustadas a sexo, edad, área de procedencia, lugar de residencia, realización de actividades físicas, índice de masa corporal, 
consumo de bebidas alcohólicas y consumo de tabaco.
Figura 2: Asociación entre el índice de masa corporal y el conocimiento general sobre nutrición en estudiantes según sexo 
(Panel A), consumo de alcohol (Panel B), lugar de residencia (Panel C) y consumo de cigarrillos (Panel D). *Estimaciones 
ajustadas a sexo, edad, área de procedencia, lugar de residencia, realización de actividades físicas, diversidad alimentaria, 
consumo de bebidas alcohólicas y consumo de tabaco.
156
Aviles Y, et al. Rev Chil Nutr 2023; 50(2): 147-158.
DISCUSIÓN
Esta investigación estimó la asociación entre el 
conocimiento nutricional, las prácticas alimentarias y la 
obesidad en los estudiantes universitarios. Los resultados 
de este estudio apoyan la hipótesis que el conocimiento 
nutricional de los estudiantes universitarios está asociado 
positivamente con las prácticas alimentarias. La diversidad 
alimentaria de los estudiantes es de 7 grupos de alimentos (de 
un máximo posible de 13 grupos de alimentos) cuando no se 
tiene conocimientos generales sobre nutrición (conocimientos 
igual a cero en la escala de 0 a 100). El modelo predice que, 
cuando el estudiante tiene un conocimiento igual a 100 
(máximo nivel de conocimiento), la diversidad alimentaria 
alcanza un puntaje de 9-10 grupos de alimentos. Es decir, 
luego de ajustar por factores sociodemográficos (sexo, 
edad, área de residencia y religión) y de comportamientos 
individuales (consumo de bebidas alcohólicas, consumo de 
tabaco y realización de actividad física), el efecto marginal 
del conocimiento en nutrición influye en promedio en el 
consumo de dos grupos de alimentos lo que equivale a 
dos puntos para la diversidad alimentaria. Evidentemente, 
otros factores como los culturales, situación económica y 
disponibilidadde alimentos, pueden explicar por qué no 
se consumen otros alimentos tales como el pescado, por 
ejemplo, un alimento de consumo muy poco frecuente y 
que ha sido reportado en otro estudio27.
La literatura al respecto es ambigua. Varios autores 
coinciden en la relación existente entre el conocimiento 
sobre nutrición y las elecciones de alimentos28,29. Asimismo, 
se reporta que las mujeres tienen una diversidad alimentaria 
ligeramente mayor a los hombres, pero mayor es la diversidad 
en el grupo que realizan actividad física y aquellos que tienen 
bajo peso. En relación con esto, una investigación concluyó 
que las mujeres tienen mayor conocimiento nutricional en 
relación con los hombres pero que eso no significó mayores 
puntuaciones en las prácticas alimentarias30. Contrariamente, 
se han encontrado correlación positiva y significativa entre 
el conocimiento nutricional con la actitud nutricional y entre 
la actitud nutricional con hábitos alimentarios, aunque no 
existía relación significativa por sexo para esta asociación31.
Se encontró que, en iguales niveles de conocimiento 
nutricional, los hombres presentan menores valores de 
IMC respecto a las mujeres. Asimismo, esta condición 
se presenta en los estudiantes que no consumen alcohol 
respecto a los que sí consumen; entre los que no fuman 
respecto a los que sí lo hacen; y los que viven dentro de una 
residencia universitaria. La relación entre el conocimiento 
sobre nutrición y el consumo de alcohol y tabaquismo es 
de interés para el desarrollo de programas de prevención 
entre la población universitaria, por lo que serán necesarias 
nuevas propuestas de investigación para evaluar estos temas. 
El conocimiento nutricional encontrado en esta 
investigación es bajo, destacándose mayormente en los 
hábitos alimentarios. Los resultados son similares a los 
presentados en diferentes universidades de Nicaragua, 
los que revelaron que el 81% de los estudiantes tenían 
deficiencia de conocimiento22. A nivel internacional, 
estos hallazgos coinciden con una investigación aplicada 
a estudiantes de la carrera de contabilidad en Perú32. 
Se recomienda desarrollar proyectos educativos sobre 
educación en seguridad alimentaria y nutricional a este 
grupo de estudiantes. No obstante, hay que tener cuidado 
en el hecho que tener mayores conocimientos nutricionales 
no se traducen directamente en conductas alimentarias 
saludables14,15. Pero, sí puede jugar un papel positivo y 
fundamental en la adopción de hábitos alimentarios y de 
estilos de vida más sanos16.
Respecto a variables sociodemográficas, las mujeres 
tienden a tener mayor conocimiento nutricional que los 
hombres lo que coincide con bibliografía consultada33. De 
igual manera, estudiantes con mayor edad, que pertenezcan 
al área urbana, que vivan fuera de una residencia universitaria 
y no consumen cigarrillo, presentaron conocimiento 
nutricional significativamente mayor.
En lo que se refiere a la diversidad alimentaria, los valores 
medianos corresponden a 8 puntos en una escala de 13 
puntos. Se observa que, entre los estudiantes del área urbana 
y entre los que habiten dentro de una residencia universitaria 
tienden a tener diversidad alimentaria significativamente 
mayor. Por lo que es necesario continuar analizando la 
relación entre los hábitos alimentarios y la vida universitaria, 
idealmente, a través de un sistema de vigilancia alimentario 
y nutricional que sea institucionalizado para alcanzar la 
meta de universidades saludables en el país. 
Este estudio reporta una alta prevalencia de exceso 
de peso por IMC. El dato es relevante dado que el exceso 
de peso está relacionado con patologías de riesgo de la 
salud en la edad adulta, sobre todo el desarrollo de ENT3. 
Esta condición es similar a la prevalencia de sobrepeso 
encontradas en estudios en universidades públicas de 
Nicaragua 20,21,22 y mayor a las expuestas en un estudio que 
tomó diferentes países de muestra34.
Con relación al consumo de alimentos, predomina el 
consumo de alimentos ubicados en los grupos de cereales, 
legumbres y semillas, verduras y hortalizas, carnes y frutas, 
lo que coincide con estudios realizados en universidades 
públicas del país22. Las mujeres tienden a consumir 
significativamente más frutas y azúcar. Los hombres por su 
parte consumen significativamente más huevos, legumbres 
y semillas y aceites y grasas en relación con las mujeres. 
Se destaca un bajo consumo de pescados y mariscos con 
el 5,8% en las últimas 24 horas previas a las entrevistas. 
En una investigación nacional que preguntaba sobre el 
consumo de peces y mariscos en frecuencia al menos de 
tres veces por semana por parte de estudiantes universitarios 
ni siquiera formó parte de los grupos de alimentos de una 
dieta adecuada22. 
Un dato relevante encontrado en el presente trabajo 
es que un poco más de un tercio de la población de 
estudio consumió al menos un alimento en el grupo de 
otros productos alimenticios de comida rápida. Algunos 
estudios han informado sobre prácticas dietéticas poco 
157
Nivel de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes universitarios
saludables entre los estudiantes universitarios, como el 
aumento del consumo de comida rápida y alimentos ricos 
en grasas17,18,19. Por tanto, es imperativo proponer programas 
de salud nutricional a los universitarios con el objetivo de 
evitar conductas de riesgo ante consumo de alimentos no 
saludables, independiente de que la alimentación se realice 
dentro o fuera de la universidad.
Con relación al estado nutricional, los resultados de 
este estudio apoyan la hipótesis que el conocimiento sobre 
alimentación y nutrición de los estudiantes universitarios 
está asociado negativamente con el sobrepeso y la obesidad, 
es decir, a mayor conocimiento en nutrición, menor será 
el IMC, (mayor posibilidad de ubicarse en el rango de un 
peso normal). Esto difiere con algunos estudios realizados en 
universidades en el que no encontraron relación estadística 
significativa entre el IMC y el conocimiento nutricional35,36 y 
otro en Kuwait en el que se evidenció que los estudiantes con 
IMC ≥ 30 obtenían una puntuación mayor en conocimiento 
nutricional respecto a los que tenían bajo peso, normal o 
sobrepeso33. No obstante, aunque no utilizaron la variable 
IMC, Yahia et al., en un estudio reciente concluyeron que 
existe correlación negativa entre el conocimiento y la 
ingesta de grasas37.
Debido a que el porcentaje de estudiantes con exceso 
de peso es elevado en universidades, algunas estrategias 
como la limitación de ofertas de productos procesados, 
ultra procesados y bebidas azucaradas no saludables en 
los bares y cafeterías universitarias o el incremento de la 
oferta de alimentos saludables podrían ser de beneficio, 
basado en experiencias previas en Colombia, Chile, 
Argentina, México38. Además, será importante establecer 
medidas regulatorias para lograr ambientes alimentarios 
que favorezcan la adopción de hábitos alimentarios y de 
estilos de vida más sanos. 
Se encontró mayor prevalencia de sobrepeso con 
diferencia estadísticamente significativa en el grupo de 
estudiantes mayores de 20 años, aquellos que consumen 
alcohol, que no realizan actividad física y que viven fuera 
de una residencia universitaria. En el caso de la edad existen 
indicios que a medida que los estudiantes cursan sus años 
universitarios, tienden a desmejorar su IMC, hecho que se 
conjuga con una investigación en mujeres universitarias 
de Colombia que reflejó que en un año aumentaron 
su exceso de peso de 19,7% y 24,8%39 y otra que los 
hábitos nutricionales empeoran a medida que avanza el 
curso académico40. Esto abre campo a la posibilidad de 
futuras investigaciones de carácter longitudinal que le den 
seguimiento a distintas variables relacionadas a la nutrición 
en estudiantes universitarios. 
Entre las limitaciones que ha tenido este trabajo se 
encuentran la falta de inclusión de variablescomo el nivel 
del ingreso como medida aproximada a la capacidad de 
adquisición de alimentos y otras variables culturales como 
la etnia, así como el costo de los alimentos. Asimismo, hay 
que decir que solo se ha estudiado a los estudiantes de 
carreras de ciencias económicas, por lo que queda el interés 
de saber cuál sería el comportamiento de las asociaciones 
estudiadas si se incluyeran otras facultades y carreras. Por 
último, debido al diseño y tipo de estudio transversal, no es 
posible establecer causalidad en las variables analizadas. 
Por lo que se recomienda seguir realizando este tipo de 
investigación enfocadas en la Seguridad Alimentaria y 
Nutricional de estudiantes universitarios, sobre todo en 
investigación en implementación, dado que los resultados 
sirven de evidencia para la toma de decisiones sobre políticas 
y estrategias en pro de mejorar los hábitos alimenticios, los 
conocimientos nutricionales y disminuir las condiciones 
de riesgo para la salud de este grupo. 
Las limitaciones deben ser analizadas a la luz de las 
fortalezas del estudio. El presente trabajo incluye una 
muestra considerable de estudiantes universitarios, lo que 
permite tener una idea del nivel de conocimiento sobre 
alimentación saludable y nutrición y su relación con el 
estado nutricional. Asimismo, si bien no es el primer trabajo 
realizado en el país, el presente estudio informa el diseño 
de una campaña de fomento a los hábitos alimentarios 
y estilos de vida saludables, representando un punto de 
partida para el seguimiento y evaluación de dicha estrategia.
CONCLUSIONES
En conclusión, el principal hallazgo de este estudio es 
que se evidenció asociación positiva entre el conocimiento 
sobre alimentación saludable y nutrición de los estudiantes 
universitarios con las prácticas alimentarias y asociación 
negativa entre el conocimiento nutricional y el sobrepeso 
y la obesidad.
Agradecimientos. Se agradece a la comisión SAN, 
cuerpo docente y estudiantes por la colaboración para 
desarrollar la investigación; y al CIUSSAN Nicaragua por 
participar del comité de trabajo durante todas las fases de 
la investigación. El presente estudio recibió financiamiento 
de la Organización de las Naciones Unidas para la 
Alimentación y la Agricultura (FAO), Representación de 
la FAO en Nicaragua a través del proyecto titulado “Nivel 
de conocimiento sobre nutrición y su asociación con las 
prácticas alimentarias y la obesidad entre estudiantes 
universitarios”.
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