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EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL Propuestas para sentirnos y pensarnos… Marianela Arrobas Lucía Dal Din Melina de Matthaeis Gabriela Purita Daniela Quevedo Sofía Roca Ignacio Testasecca EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL. PROPUESTAS PARA SENTIRNOS Y PENSARNOS… Marianela Arrobas, Lucía Dal Din, Melina de Matthaeis, Gabriela Purita, Daniela Quevedo, Sofía Roca, Ignacio Testasecca ISBN: 978-987-8321-37-0 Arte de tapa: Mariana Gabor Diagramación: Mariana Cravenna Corrección: Vanesa García Educación Sexual Integral : propuestas para sentirnos y pensarnos? / Marianela Arrobas ... [et al.]. - 1a ed . - Ituzaingó : Maipue, 2020. Libro digital, EPUB - (Niñez y adolescencia) Archivo Digital: descarga ISBN 978-987-8321-37-0 1. Educación Sexual Integral. I. Arrobas, Marianela. CDD 649.65 © Editorial Maipue, 2020 Tel/Fax: 54 (011) 4624-9370 / 4458-0259 / 4623-6226 Zufriategui 1153 (1714) – Ituzaingó Contacto: promocion@maipue.com.ar / ventas@maipue.com.ar www.maipue.com.ar Facebook: Editorial Maipue Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723. Libro de edición argentina. No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier forma o por otro cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el consentimiento previo y escrito del editor. Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446. Índice Aclaración acerca del uso del lenguaje Introducción Rizoma temático I Soy con los otros Propuesta de actividades 1.1 Actividad. Presentación 1 1.2 Actividad. Presentación 2 1.3 Actividad. Abrazo caracol 1.4 Actividad. Encuentro 1.5 Actividad. Pegados 1.6 Actividad. Círculos concéntricos 1.7 Actividad. Conociéndome-conociéndonos 1.8 Actividad. La vergüenza 1.9 Actividad. El gráfico de mi vida 1.10 Actividad. Breve descripción de mi persona 1.11 Actividad. Conocimiento personal 1.12 Actividad. Siluetas 1.13 Actividad. El cuerpo y la mirada 1.14 Actividad. Nos dibujamos 1.15 Actividad. El presentador del museo 1.16 Actividad. Somos sostén Para seguir profundizando Material audiovisual Material de lectura Rizoma temático II Informativo-formativo, somos en un entramado. Tomar buenas decisiones ¿Qué entendemos actualmente por sexualidad? Propuesta de actividades 2.1 Actividad. La educación sexual a lo largo del tiempo 2.2 Actividad. Lo que sé, lo que tengo dudas, lo que quiero saber Pensar acerca de la sexualidad Respuestas 2.3 Actividad. Nos expresamos a través del cuerpo 2.4 Actividad. Nos reconocemos sensiblemente 2.5 Actividad. Persona y personalidad 2.6 Actividad. Personalidad y redes sociales 2.7 Actividad. Las ventajas de ser invisible 2.8 Actividad. “Arcángel”, Black Mirror 2.9 Actividad. El orden de las cosas 2.10 Actividad. Investigación en grupos: métodos anticonceptivos 2.11 Actividad. Investigación en grupos: ITS 2.11 Actividad. Investigación en grupos: VIH Para seguir profundizando Marco normativo que fundamenta y amplía lo expuesto en el presente rizoma Leyes que regulan los derechos de las personas en relación al VIH: Rizoma temático III La sexualidad en clave cultural ¿Qué entendemos por el término “naturaleza”? Propuesta de actividades 3.1 Actividad. La sexualidad como construcción social 3.2 Actividad. Natural y cultural La condición corporal El cuerpo, soporte de valores Las apariencias El control político de la corporeidad 3.3 Actividad. Temas para pensar 3.4 Actividad. La educación sexual a través del tiempo 3.5 Actividad. La mirada 3.6 Actividad. Socialmente natural Para seguir profundizando Material audiovisual Material de lectura Rizoma temático IV Género, identidades y roles sociales 4.1 Actividad. Estereotipos de género en la escuela 4.2 Actividad. ¿Qué es ser una chica? ¿Qué es ser un chico? 4.3 Actividad. La pareja ideal 4.4 Actividad. Lo femenino - lo masculino (lo binario) 4.5 Actividad. Los estereotipos de género 4.6 Actividad. Un chico normal 4.7 Actividad. Sentirse bicho raro 4.8 Actividad. El poder de las publicidades 4.9 Actividad. Cartel contra publicitario 4.10 Actividad. Estereotipos 4.11 Actividad. Etiquetándonos 4.12 Actividad. Regulación de conflictos 4.13 Actividad. Comunicándonos a través del celular 4.14 Actividad. Visionados 4.15 Actividad. Masculinidades en jaque Para seguir profundizando Material audiovisual Material de lectura Rizoma temático V Cuerpo, sexualidad y poder El cuerpo y las prohibiciones Transformaciones actuales, el cuerpo y la estimulación Narciso ataca a Eros Poder farmacopornográfico Propuesta de actividades 5.1 Actividad. Foucault, cuerpo, sexualidad y poder 5.2 Actividad. Parejas desparejas (actividad de dramatización) 5.3 Actividad. Amor romántico 5.4 Actividad. Sexismo, violencia y poder 5.5 Actividad. Me posiciono 5.6 Actividad. Lo público y lo privado 5.7 Actividad. Agradar o desagradar según el contexto 5.8 Actividad. Formas de agradar típicas y no tan típicas… 5.9 Actividad. La posesión 5.10 Actividad. Los celos 5.11 Actividad. Visionado de “Doble Check” 5.12 Actividad. “La historia completa de ti”, Black Mirror 5.13 Actividad. Reflexionamos con videos musicales y canciones Comportamientos sexuales y consumo Vinculaciones Modelos de feminidad y masculinidad 5.14 Actividad. El escrache 5.15 Actividad. Línea de partida y llegada 5.16 Actividad. Consumos personales 5.17 Actividad. Consumos problemáticos Para seguir profundizando Material audiovisual Material de lectura Rizoma temático VI El sentido, el proyecto de vida, el proyecto existencial como construcción de un horizonte de sentido Propuesta de actividades 6.1 Actividad. Pensando sobre el sentido mi existencia 6.2 Actividad. Conversando con otros sobre el sentido de la vida, de otras vidas… de mi vida 6.3 Actividad. Poniendo el cuerpo y las emociones en torno al sentido de mi vida 6.4 Actividad. Compartiendo una mirada cinematográfica acerca del sentido 6.5 Actividad. Puestas en escena acerca del sentido 6.6 Actividad. Indagando en torno a los proyectos, los sentidos 6.7 Actividad. Pensando y sintiendo junto a otros sobre la vida y la existencia 6.8 Actividad. Listas y más listas… 6.9 Actividad. Festejos, celebraciones, simulaciones de alegría 6.10 Actividad. Si el sentido de mi vida fuera… Para seguir profundizando Páginas web Largometrajes De camino, a modo de reflexión Glosario Bibliografía Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos constituye un delito contra la propiedad intelectual. Aclaración acerca del uso del lenguaje Como equipo de trabajo e investigación en lo concerniente a la Educación Sexual Integral (ESI), estamos comprometidos con la lucha por la igualdad de derechos, de reconocimiento y valoración de la diversidad en todos sus aspectos. Consideramos central y fundamental que el uso del lenguaje pueda dar cuenta de ello, ya que este no meramente nombra, sino que forma, y –como herramienta política– también transforma. En consecuencia, adherimos al uso del lenguaje inclusivo, donde no se encuentra la universalidad signada por lo masculino y donde todas las identidades tienen un lugar. Pese a nuestro posicionamiento ético-político, por una decisión editorial,1 nos vimos limitados a regirnos por el universal masculino, sin hacer referencia específica, en cada caso, a los distintos géneros. Consideramos y entendemos al lenguaje tal y como lo hiciera Ludwig Wittgenstein: “En un sentido muy real los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Los autores 1 N. del E. En este libro, se utiliza el género masculino como genérico para evitar una sobrecarga gráfica al escribir el femenino y el masculino en cada ocasión. Estadecisión responde únicamente a una simplificación en la lectura, dado que desde nuestra editorial promovemos la igualdad de género en todos los ámbitos. Introducción A partir de la sanción de la Ley Nacional N° 26.150 de Educación Sexual Integral (2006), se estableció como propósito primordial la responsabilidad del Estado de hacer válido el derecho de los niños y jóvenes de recibir Educación Sexual Integral (ESI) en todos los establecimientos educativos públicos de gestión estatal y privada. Esta ley no constituye un hecho aislado, sino que se enmarca en compromisos nacionales e internacionales, en el marco de la promoción de los derechos humanos (Declaración Universal de Derechos Humanos, Convención sobre los Derechos del Niño, Convención Americana sobre Derechos Humanos). En este marco, surgen los lineamientos curriculares de ESI, enunciando propósitos formativos y contenidos básicos para todos los niveles y modalidades del sistema educativo de nuestro país. Estos lineamientos corresponden al primer nivel de desarrollo curricular, a partir de ellos las autoridades educativas jurisdiccionales tienen atribuciones para realizar las adecuaciones necesarias que atiendan a las diversas realidades y necesidades de sus estudiantes y de la comunidad educativa en general. En su artículo 5, la ley aclara: “Cada comunidad educativa debe incluir en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de estos lineamientos a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros”. En este sentido, es imprescindible en cada contexto buscar consensos y fortalecer el diálogo, sin desconocer las tensiones que la complejidad de la temática conlleva, así también como la necesidad de pensar estas problemáticas con los integrantes de la comunidad educativa en procesos formativos y de reflexión conjunta. El abordaje que proponemos en este libro, en consonancia con el Diseño Curricular, ha sido pensado como un escenario de encuentros: entre jóvenes y adultos, entre disciplinas y saberes, entre responsables de políticas públicas, entre familia y escuela, entre cosmovisiones, creencias religiosas y tradiciones culturales y en el marco de respeto por el derecho a la información de nuestra infancia y adolescencia. La Ley Nacional N° 26.150 recoge los principios constitucionales de igualdad y no discriminación, y en su espíritu, propone una cultura democrática que promueve la participación, el acceso a procesos de información, comunicación y educación con alcance universal. Esta ley lleva ya más de una década desde su sanción, sin embargo, su implementación sigue siendo un desafío permanente en torno a las posibilidades institucionales, la formación de los y las docentes, la diversidad de formas de implementación que se sugieren. Ahora bien, si entendemos a la ESI como un espacio sistemático de enseñanza aprendizaje, que promueve saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes y críticas en relación con el cuidado del propio cuerpo, las relaciones interpersonales, el ejercicio de la sexualidad y los derechos, debemos asumir esta tarea como docentes que se comprometan con la formación permanente y la reflexión sobre las realidades que nos atraviesan en un mundo que se transforma permanentemente y que nos propone ampliar la mirada desde un abordaje interdisciplinario, tan necesario para la complejidad que conlleva. Desde 2007, en adelante, el Estado se ha comprometido con procesos de sensibilización y ha conformado espacios de concertación para definir contenidos básicos. En 2010, se distribuyeron por las escuelas documentos con propuestas de trabajo para las familias y las instituciones educativas en los diferentes niveles del sistema educativo. Es uno de los propósitos de este libro seguir multiplicando herramientas de trabajo que han surgido a través de la propia experiencia como equipo en el trabajo institucional, dichas propuestas están enmarcadas desde un abordaje teórico que no se agota en dicho libro, sino que se ofrece como punto de partida para la reflexión y el trabajo conjunto de los integrantes de cada comunidad educativa. Una de las dificultades para la concreción real en las aulas es que el diseño curricular presenta una doble posibilidad de implementación, como espacio transversal o espacio específico. La transversalidad y la existencia de un espacio institucional específico no constituyen alternativas excluyentes, ambas pueden coexistir en las instituciones educativas primarias y secundarias. Que haya un espacio específico tampoco implica abandonar la preocupación por el abordaje interdisciplinario. Tampoco debe sesgar el enfoque integral que entiende a la sexualidad como parte de la condición humana. Esto significa entender el concepto de sexualidad, en consonancia con la Ley de Educación Sexual Integral, como aquello que excede ampliamente las nociones de “genitalidad” y de “relación sexual”, como una de las dimensiones constitutivas de la persona, relevantes para su despliegue y bienestar durante toda su vida, que abarca aspectos tanto biológicos como psicológicos, simbólicos, sociales, afectivos y éticos. Esta es la definición sostenida por la Organización Mundial de la Salud (OMS): El término ‘sexualidad’ se refiere a una dimensión fundamental del hecho de ser humano. […] Se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales. […] En resumen, la sexualidad se practica y se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos.2 Analizar esta definición implica echar luz sobre el entramado que constituye el fenómeno de la sexualidad, la necesidad de abordarlo desde las diferentes disciplinas, la conciencia de que nos constituye como sujetos en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos. Por esta razón, este libro se titula Educación Sexual Integral. Propuestas para sentirnos y pensarnos, ya que pretende ser un punto de partida para la problematización de los contenidos que se proponen, desde un enfoque no solo intelectual y cognitivo sino socioafectivo, y al mismo tiempo, que su abordaje no sea lineal, ni compartimentado, ni jerarquizado. Desde ahí, se explica que optemos, aplicando a Deleuze, el concepto de rizoma en lugar de capítulo o parte. El rizoma, así como el mapa, se caracteriza por lo múltiple, por lo difícil de encuadrar. Y la decisión de hacerlo de este modo es en virtud de poder pensar un texto integrado que no responda a una lógica de partes separadas o jerarquizadas. El pensamiento rizomático presentado por Deleuze (1980) es en sí heterogéneo, cualquier punto del rizoma, del libro en este caso, puede vincularse con otro, de modo que se dificulte encontrar orígenes y finales evidentes. La multiplicidad se consigue, en contraposición al método binario, sustrayendo lo Uno, eliminándolo y, de este modo, reconociéndole a este su carácter histórico, de figura dominante en una disputa de poder definida histórica y socialmente, no como una entidad o esencia dada. Y, como un mapa, el rizoma está siempre presto a modificarse, al no ser una estructura fija, depende y se constituye desde lo relacional. Por esto mismo, consideramos los “capítulos” de este libro como rizomas, no podemos entenderlos como contenidos estáticos, sino más bien como aspectos de la sexualidad humana que se vinculan y relacionan continuamente de maneras difícilmente delimitables. Quienes lean el libro verán que no existe un orden específico a seguir y quetodos los ejes se vinculan unos con otros, enriqueciendo y potenciando la reflexión y posibilitando cuestionar lo estipulado, visibilizando las redes de poder que condicionan nuestra existencia y habilitándonos a la pregunta. Por esta misma razón, cada una de las propuestas puede ser realizada en más de una ocasión, se pueden retomar y repetir, ya que, en sus múltiples posibilidades, su tratamiento y la apropiación de los mismos, varía en cada uno de esos abordajes. De esta manera, cada rizoma es abordable en su conexión con el resto y en el orden que su lector o lectora considere posible. Los rizomas abordarán las problemáticas, reflexiones y abordajes sobre la identidad humana; la información científicamente validada; la sexualidad abordada en clave cultural, los géneros como construcciones históricas; la sexualidad y el sexo en su relación con el poder y el proyecto de vida como construcción de un horizonte de sentido. En cada uno de estos rizomas, se presentará una reflexión teórica que aborda y desarrolla las temáticas presentadas. A la vez, cada rizoma está acompañado por propuestas de actividades. Se sugiere que dichas actividades sean previamente realizadas por él o la docente que las lleve adelante y si es posible que sean sometidas a un trabajo de problematización en colaboración con otros colegas, para que la puesta en práctica no sea un acto mecánico similar a una implementación de manual o receta. En este sentido, creemos en la necesidad de un trabajo personal de reflexión sobre la propia sexualidad, indagando acerca de los propios supuestos, el bagaje socio cultural que traemos, las creencias, los atravesamientos de poder que se han inscripto en nuestros cuerpos, las historias familiares que nos constituyeron y todas aquellas cuestiones que conforman a la persona que somos. También para acompañar la preparación de los encuentros, así como encontrar canales de autoformación se proponen lecturas, películas, series como posibilidad “Para seguir profundizando”. Creemos que, en estos tiempos, donde muchas veces nos sentimos extranjeros entre las distintas generaciones, se hace necesario adentrarnos en las lecturas, en los análisis diversos que realizan filósofos, antropólogos, sociólogos, psicólogos, profesionales de la salud, y todos aquellos que echen luz en el análisis de la realidad de este fenómeno que es la sexualidad. Nos interesa además incluir lecturas y perspectivas desde diferentes corrientes epistemológicas y antropológicas, que vienen nutriendo el abordaje sobre la sexualidad. De esta forma, hemos incorporado materiales y análisis desde los aportes que realizan pensadores de nuestro continente, vinculados con las teorías de la colonialidad, el feminismo negro y las teorías de la interseccionalidad. En todos estos aportes, es central poder dar cuenta de un pensamiento situado que no responde a un borramiento del lugar de quien enuncia bajo supuestas aspiraciones de universalidad sino por el contrario, se sitúa para poder cuestionar las lógicas imperantes del saber totalizante/universal eurocéntrico. Nuestra mirada se ha nutrido del trabajo con nuestros estudiantes en diferentes instituciones educativas del conurbano bonaerense y se ha formado a partir de la reflexión con los autores que buscan pensar a partir de coordenadas específicas de tiempo y espacio. Por esa razón, la mayoría de ellos son latinoamericanos que nos invitan a desarticular los resabios coloniales y esencializantes que se estructuran en torno a la sexualidad. A la vez la mayoría de los autores que incorporamos para reflexionar sobre el género, realizan un abordaje que no lo piensa a este escindido de otras dimensiones sociales como la clase, la sexualidad y los procesos de racialización. Todos los conceptos aquí pensados buscan articularse entre sí para no quedar meramente como ideas abstractas, sino que, por el contrario, son nociones que deben ser abordadas desde sus múltiples intersecciones. Nuestro marco de trabajo en las instituciones educativas es el proyecto de filosofía para y con niños, niñas y adolescentes que venimos desarrollando como equipo de trabajo desde 1996, desempeñándonos tanto en escuelas de gestión pública como privada. Desde este enfoque, nos parecen nodulares algunas ideas y propuestas que pueden ser una orientación posible al momento de trabajar este libro con los estudiantes. Las actividades y ejercicios propuestos están pensados para ser abordados desde un trabajo en relación, es decir, desde una perspectiva donde el pensar siempre es una praxis comunitaria, en tanto incorporamos las voces de los otros, pero a la vez apostamos por un trabajo en conjunto y no en soledad con los estudiantes, por lo que, la incertidumbre que puede acontecer con el arribo a determinadas nociones o con la reflexión crítica frente a algunos conceptos, los miembros se encuentran contenidos por comunidad de indagadores. Es la propia comunidad la que acompaña el proceso de reflexión. En este sentido, la comunidad opera en un marco de conformación de una totalidad entre los estudiantes y nosotros como docentes-guías, coordinadores, que nos encontramos en un contexto de disposición a la experiencia compartida de pensar, esta es la piedra angular que permite construir sentido entre todos y cada uno de los integrantes de esta comunidad de reflexión. Y esto es así ya que el sentido no es algo dado, en una indagación filosófica comunitaria, el sentido se construye con otros. Esta construcción implica tender redes, relaciones, se establece la relación con la totalidad, este diálogo filosófico, que promueve una actitud crítica un pensamiento propio, se internalizará en los estudiantes permitiendo que las relaciones que puedan ir estableciendo en el pensamiento conjunto, pueda darse entre los conocimientos que ellos ya poseen. Finalmente, resulta importante precisar que cuando hablamos de pensamiento y reflexión nos ubicamos en las interrelaciones de tres formas de considerarlo. Desde nuestra perspectiva, el pensar debe responder, para ser íntegro a tres dimensiones: la crítica, la creativa y la cuidante. El pensamiento crítico es un estilo de pensamiento inquisitivo y deliberativo; problematiza, distingue, examina y evalúa valores, criterios y razones. Produce juicios, se corrige a sí mismo, es sensible al contexto holístico y pluralista. Por otra parte, el pensamiento creativo es innovador y mayéutico, produce juicios, es gobernado y regido por el contexto. Es pluralista, hace hincapié en la variedad y la diferencia. Por último, el pensamiento cuidante pone en juego valores, es valorativo, apreciativo, activo, normativo, cuida del contexto: preserva, restaura, protege, celebra, respeta, admira, promueve, cultiva. Es empático, puede disponerse a pensar desde la perspectiva del otro. En este sentido, los temas que se proponen en cada uno de los rizomas, en consonancia con el Diseño Curricular no son temas que puedan ser transmitidos de un modo informativo, en una relación lineal y vertical de docente-estudiante o especialista-científico y un auditorio. Los temas deben ser pensados, reflexionados, discutidos, problematizados, deben ser atravesados por la singularidad de cada estudiante. De ahí que sea necesario volver sobre los mismos temas, no en un acto repetitivo al estilo conductista, sino con la conciencia de que no es una transmisión mecánica en la que con solo enseñarlo es un tema ya aprehendido. Si así fuese, a modo de ejemplo con el solo conocimiento de los métodos anticonceptivos, el embarazo no deseado de niñas y adolescentes no sería una realidadque las cifras evidencian. Lo que proponemos es desde un trabajo sostenido, continuo, dando los tiempos necesarios para que puedan repensarlos, para que tengan la confianza de hablar, preguntar las dudas, y así se pueda ir en camino hacia una educación sexual integral dentro de nuestras escuelas. 2 Ministerio de Educación (2010) “Cuadernos ESI Educación Sexual Integral para la Educación Secundaria. Contenidos y propuestas para el aula”, extraído de la reunión de consulta sobre salud sexual, convocada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en colaboración con la Asociación Mundial para la Salud Sexual, 19-22 de mayo de 2000 en Antigua Guatemala, Guatemala. Rizoma temático I Soy con los otros En este rizoma, se abordarán cuestiones vinculadas a la identidad, comprendiéndola como un proceso que se va constituyendo en relación con uno mismo, en relación con los otros, con los contextos, entendiendo por estos la historia, la cultura, la tradición, los acervos culturales, entre otros. Pensar la identidad es requisito para comprender las identidades en su diversidad y pluralidad. Esto resulta significativo para la conformación de la sexualidad. ¿Quién soy? ¿Quiénes somos? ¿Qué hace que yo sea yo y no otro? ¿Podemos definirnos como únicos? ¿Hubiese sido así sin la presencia de cada uno de los que estuvieron a mi lado? ¿Podemos construir una identidad sin la presencia del otro? ¿Es la identidad algo fijo? ¿Es posible pensar la identidad como algo estático que me define específica y unívocamente como persona? ¿Podemos pensarnos como seres en permanente construcción? ¿Somos o estamos siendo? La identidad es un concepto muy complejo desde lo filosófico. Si pensamos en su etimología, esta palabra proviene del latín identitas y este concepto, de idem, lo mismo. Por un lado, hace referencia a las características que nos hacen percibir que una persona es única, es decir, diferente a las demás. Por el otro, a aquellos atributos que una persona comparte con otras, definiéndola entonces como parte de un conjunto, como lo mismo (sin diferencias). Un atributo importante para empezar a definir la identidad es el nombre, que también procede del latín nomen, y se refiere a la palabra con la cual nos identificamos. Asimismo, el apellido con el cual llamamos a los miembros de una familia. En muchos casos, los apellidos provienen de una profesión (carpintero, herrero), de un lugar (Cuesta, Montes, Puentes), una indicación como “hijo de” (González, hijo de Gonzalo). En este sentido, la identidad se constituye como característica que connota a la persona, así como el vínculo que nos une a alguien o a algún lugar. Somos en relación con otros y en relación al contexto que nos atraviesa. Nos constituimos en relación. De igual forma, llevamos apodos, seudónimos, alias, que nos definen. Muchas veces hacen referencia a una característica corporal que conlleva una carga valorativa conforme a prejuicios y estereotipos. Cabe reflexionar acerca de quién o quiénes nos ponen estos apodos, bajo qué circunstancias y con qué intenciones; así también si los elegimos o no y si nos sentimos a gusto o no con ellos. Entonces, la identidad no nos define como individuos, únicos, sino que señala características que compartimos con los otros. Igualmente, podemos pensar que reconocerse con nuestros aspectos identitarios requiere de un camino de autoconocimiento, de reflexión. Volver sobre uno mismo, hacer un camino de búsqueda interior sobre la propia historia, sobre los sellos o huellas que nos han marcado, o nos han constituido como seres. ¿Quién soy? Hurgar en la historia familiar, en las distinciones étnicas, culturales e, incluso, en la propia historia personal, que siempre se encuentra atravesada por redes de experiencias. El precepto socrático “conócete a ti mismo” hace referencia al tema que nos convoca, la identidad, el autoconocimiento. En Hermeneútica del sujeto (1982) de Foucault, en una investigación acerca de la relación entre sujeto y verdad, reconoce que este precepto socrático, en la Antigüedad, se encontraba siempre acompañado de otro precepto “preocúpate por ti mismo”. El primero, el más conocido en torno a la figura de Sócrates, se encontraba subordinado al segundo. Este último implicaba una mirada, una actitud, una disposición y una actividad. Conocerse a uno mismo entonces, implicaba también, y fundamentalmente, la puesta en práctica de toda una serie de actividades y de acciones sobre uno mismo. No se trataba de un conocimiento pura y exclusivamente racional al que se accedía solo por medio del pensamiento. Esta tarea de conocerse a uno mismo incluía un trabajo situado en la experiencia. Así es que podemos decir que esta labor prestaba atención a diversos aspectos de la subjetividad: la relación con el propio cuerpo, la espiritualidad, la relación con otras personas, la vida en comunidad. Resulta llamativo este olvido del “preocúpate por ti mismo”, de la inquietud de sí, tan importante a la hora de significar el autoconocimiento. ¿Por qué nos llega solo el “conócete a ti mismo” relacionado con la figura de Sócrates? Foucault reconoce que una de las razones principales por las que fue pasado por alto aquel precepto es lo que él llama “el momento cartesiano”. Momento que recalifica el “conócete a ti mismo” y descalifica la inquietud de sí. Descartes situó en el origen, en el punto de partida de todo conocimiento, la evidencia, lo dado, es decir, aquello de lo que no se puede dudar. En sus Meditaciones metafísicas (1641), establece como primera evidencia, en la búsqueda de toda verdad, la existencia propia del sujeto. El conocimiento de uno mismo, la autoconciencia del pensar, se establece como forma de acceso fundamental a la verdad. Este olvido, esta descalificación de uno de los preceptos en contraposición con la exaltación del otro, tiene implicancias sumamente significativas en el pensamiento filosófico y la construcción de las subjetividades. Durante la Antigüedad, el autoconocimiento implicaba una preocupación, una necesidad de trabajo sobre uno mismo. Pues, subyace en aquella concepción la idea de que el sujeto, tal como es, no es capaz de acceder a la verdad. Esta no se encontraba dada al sujeto sin la necesidad de una transformación. Este llegaba a ella no sin un arduo trabajo que implicaba ciertas acciones convertidas en hábitos, ciertas prácticas, cierta mirada transformadora. La verdad a la que se accedía transfiguraba al sujeto, lo iluminaba, lo salvaba integralmente. A partir de la modernidad, cambia la concepción de verdad y con ella también la de sujeto. Desde entonces, solo respetando ciertas reglas de método de investigación (condiciones que no conciernen al sujeto en su ser, sino más bien a sus capacidades gnoseológicas) podemos encontrarnos con evidencias que implican conocimiento. Esta verdad a la que accede el sujeto cartesiano no requiere transformación, es la verdad de la ciencia, la evidencia. Así es que el sujeto, tal como es, es capaz de acceder a la verdad… pero a una verdad que no lo salva. ¿En qué medida estamos condicionados por esta noción moderna de verdad y subjetividad? ¿Cómo se ha abordado históricamente la sexualidad humana? ¿Qué implicancias éticas tiene esta concepción moderna de sujeto y verdad? ¿Qué noción de identidad se desprende de ella? ¿En qué lugar ubica al otro, al diferente? ¿Cómo logra esta concepción atravesarnos e instalarse en nuestra identidad? ¿De qué manera podemos recuperar las intenciones de aquellos preceptos de la Antigüedad y repensarnos como personas en transformación y búsqueda permanente? A través de diferentesdispositivos que apuntan a la instrucción del cuerpo separado de la mente, mecanicista, militarista, enciclopédica, memorística e intelectual que deja fuera aspectos emocionales y espirituales, se ha instalado todo un aparato de verdades que operan configurando subjetividades, condicionando identidades, imposibilitando transformaciones y resistiendo diversidades. La educación sexual no queda afuera de esta lógica. Históricamente, ha sido comprendida desde sus aspectos biológicos, homologando sexualidad y genitalidad, escindiéndola de la sensibilidad y las emociones. Lo erótico, emparentado con el eros, dios del amor, contempla no solo la dimensión física de lo sexual sino la dimensión del deseo, de lo psicológico y lo social. Según la OMS, la sexualidad es el conjunto de las condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológicas que caracterizan a cada sexo. La ley de Educación Sexual Integral (ESI) aborda la sexualidad humana de manera integral, teniendo en cuenta los aspectos biológicos, psicológicos, sociales, políticos y culturales. En este sentido, la sexualidad no se agota en las relaciones sexuales, en la genitalidad y la prevención de enfermedades, no se agota en información. Tiene en cuenta a la persona como un sujeto en permanente transformación. Así es que invita a tener en cuenta temas tales como los roles de género, los estereotipos de belleza, la violencia de género, los prejuicios, la diversidad de género, las infancias libres, el poder y sus dispositivos, los consumos problemáticos y los proyectos de vida, entre otros. No podemos pensar nuestra identidad y subjetividad sin tener en cuenta la sexualidad. Así es que resulta imprescindible ampliar nuestra mirada sobre ella, abordarla en todas sus dimensiones y complejidad, para entonces poder pensarnos, comprender y comprendernos con otros, como parte de un entramado que nos constituye a todos. Somos seres en el mundo. Situados en un contexto vamos siendo, en relación con otros y con los objetos. Norbert Bilbeny, filósofo español, ha pensado cómo la revolución tecnológica produjo una revolución en la ética. Con la presencia de la tecnología, los seres humanos sufrimos una transformación en los sentidos. Hasta la Edad Moderna, los sentidos que resultaban imprescindibles para nuestra supervivencia eran el oído, el olfato, el gusto y el tacto, los cuales devinieron esenciales en el vínculo con los otros y con la tierra. Hoy la humanidad padece de una hipoestesia o baja capacidad sensorial. A partir del vínculo con la tecnología, asistimos a un adormecimiento de los dos sentidos más sociales: la vista y el tacto. La tecnología ha prolongado el alcance de uno y otro: el cliquear, el telescopio, el microscopio, la tomografía o la robótica, respectivamente. Sin embargo, ni la mirada ni la palpación se han refinado como capacidades sensoriales, el problema es el contrario, se han anestesiado. Estas mutaciones en los sentidos pueden visualizarse en el seno del hogar, en las relaciones de familia y de pareja. Hay serias dificultades de comunicación genuina, de capacidades de encuentro, de empatizar con otro ser. Ejemplo de esto es la compañía física convocada alrededor de una mesa con el televisor de protagonista o en su defecto los celulares captando toda la atención de los presentes. También, esto puede verse en la mutación del entretenimiento en los niños y las niñas, sustituyendo juegos de relación y los propios juguetes por juegos en solitario, de escasa manipulación y limitados en la diversidad material, como las múltiples pantallas con la que los chicos y chicas se recrean. En este sentido, la falta de contacto en el seno del hogar, la ausencia de contacto abierto y continuado entre padres e hijos, a pesar de las posibilidades físicas de tenerlo, puede traer aparejado que algunos jóvenes tengan dificultad para distinguir las formas del contacto cariñoso de las del contacto sexual. Esta podría ser una grave consecuencia en los vínculos afectivos y eróticos. En resumen, la cultura digital ha hecho que cada vez nos “toquemos menos” o que estemos próximos (inmersos en una sociedad metropolitana y más reducida), pero que nos toquemos sin sentirnos. La actividad dactilar ha reducido las ocasiones de maniobrar con recién nacidos, de acariciar animales, de manipular madera, de ensuciarnos con la tierra, de jugar con objetos físicos (yoyó, piedras, barro). El apretujarse en una discoteca o en un recital de rock, ha hecho que se banalice el valor sensorial del contacto. Otro ejemplo podría ser la sustitución de la palpación del paciente por el doctor, por los diagnósticos mediados por tecnologías y teclados de pantallas. Con respecto a la mirada, ocurre lo mismo. En este caso, podemos pensar en la mutación de la vista frente al televisor y la computadora interactiva, la familiarización con las imágenes de violencia, sexo, porno y muerte. El “ver sin estar” acaba siendo un “ver sin sentir”, lo que plantea un cambio en nuestro modo de percibir y valorar el horror y el sufrimiento.3 En cuanto a los cambios de la sensibilidad introducidos por la computadora, conviene recalcar que la llamada “interacción” con otros usuarios no solo se da en un espacio discontinuo o no compartido, sino en un tiempo que es a veces asincrónico, a diferencia de la conversación cara a cara, en la que se comparten las coordenadas de tiempo y espacio. Aun cuando las interacciones simultáneas de contacto virtual se dan a través de la interfaz más sutil entre el usuario y la pantalla, estas no pueden suplir la interacción más real entre dos participantes presenciales. Este encuentro implica un salto cualitativo, la telepresencia es presencia mediatizada y a distancia, muchas veces simulada. En el ciberespacio, el otro no está “ahí” ni está “aquí”. El “ser” y la “acción” ya no disponen de la modalidad de lo presencial. En este sentido, proponemos trabajar de manera integral con el cuerpo, los sentidos y la reflexión. Poner el cuerpo para pensar y pensar para poner el cuerpo. Para y por ello, creemos necesaria la construcción de un espacio de seguridad, donde podamos expresar nuestras ideas y sentir la comodidad, la confianza y el soporte de una comunidad. En un espacio donde se abordan las problemáticas de la educación sexual integral, se hace imprescindible educar contemplando una dimensión ética, que enseñe a poner el ego en perspectiva, para trabajar la empatía. La palabra empatía, proviene del griego pathos que, si bien tiene varias acepciones, puede relacionarse con la idea de pasión, lo que se siente o experimenta, como estados del alma: tristeza, pasión, padecimiento. Pensemos en los conceptos de simpatía, antipatía, compasión, apatía. Creemos esencial, incluir el trabajo con las sensaciones, las emociones y los sentimientos que se ponen en juego al trabajar con nuestra sexualidad ya que consideramos que pensar conlleva emociones y al mismo tiempo, que las emociones pueden y deben ser pensadas. Nuestra identidad se constituye en ese complejo conglomerado de dimensiones. En ese entramado, somos y vamos siendo. 3 Acerca de estas cuestiones, Susang Sontag, escritora estadounidense, reflexiona en su obra Ante el dolor de los demás (2003) sobre el papel de la fotografía en los medios de comunicación y sus implicancias éticas y políticas. Propuesta de actividades 1.1 Actividad. Presentación 1 Armamos parejas entre los integrantes del grupo. Cada persona debe responderle a su compañero cuatro preguntas (p. ej., qué les gusta hacer fuera del colegio, cuál es su comida favorita, qué música escucha, cuál es su mayor sueño, etc.). La pareja compañera debeasegurarse de aprender sus respuestas. Luego, armamos una ronda y cada una tiene que presentar a su compañero, diciendo aquella información que había obtenido de sus preguntas. Se sugiere que también participen las personas que coordinan. 1.2 Actividad. Presentación 2 Entre todas las personas del grupo, armamos un círculo (también nos incluimos los docentes) y pedimos que se preste mucha atención a lo que va a pasar. Quien coordina toma la punta de un ovillo de hilo y se presenta de acuerdo a criterios previamente acordados (pueden ser los de la actividad anterior). Una vez presentada, arroja el ovillo hacia otra persona en cualquier parte de la ronda sin soltar su pedacito de hilo. La persona seleccionada debe sujetar fuertemente el extremo de hilo que le toca, presentarse de la misma manera y luego arrojarlo a otra persona, y así sucesivamente hasta que se forme una suerte de telaraña. Una vez presentadas todas las personas del grupo, procedemos a desarmar la telaraña en sentido contrario, presentando al compañero que habló antes que uno, hasta que volvamos al inicio. 1.3 Actividad. Abrazo caracol Armamos una ronda y luego, nos tomamos todos de las manos. Una de las personas se suelta y comienza a enroscarse como un caracol en dirección a la mano que aún mantiene sujeta, de modo que todas las demás se van sumando a ese abrazo. Una vez logrado el caracol, nos tomamos un minuto para apoyarnos sobre el hombro del compañero más cercano y luego, procedemos a desenroscarnos. 1.4 Actividad. Encuentro Dividimos al grupo en dos y ubicamos a cada mitad en ambos extremos del salón. Cuando quien coordine lo indique, una persona de cada grupo debe comenzar a desplazarse hacia la otra punta, de modo tal que se crucen en el medio, sin perder nunca el contacto visual. Cuando se cruzan, deberán hacer lo que se sientan impelidas a hacer. Cada encuentro puede prolongarse lo que resulte necesario, hasta que pasen todas las personas del grupo. Al finalizar, pueden ponerse en común la experiencia vivida, tanto de los participantes como de los observadores. 1.5 Actividad. Pegados Les pedimos a los estudiantes que se organicen en parejas. Luego, ponemos música. Cuando la música pare y, de acuerdo a la consigna que la persona que coordina elija, las parejas deberán seguir desplazándose por el espacio unidas por: • La espalda • La cabeza • El hombro derecho/izquierdo • La muñeca izquierda/derecha • La mejilla izquierda/derecha • La mano izquierda/derecha • El pie izquierdo/derecho La música suena nuevamente. Cuando vuelva a parar la música, deberán cambiar de parejas y seguir desplazándose de acuerdo a la nueva consigna. Nota: las siguientes actividades están orientadas al respeto por el parecer de la persona compañera, la ampliación de las voces a la hora de la indagación, la reflexión, la confianza, el encuentro con la sensibilidad corporal de sí mismo y del otro, etcétera. 1.6 Actividad. Círculos concéntricos Con el objetivo de visibilizar una dinámica de grupo que favorece la participación de unos pocos por sobre la mayoría, se les pide a los estudiantes que se ubiquen en el espacio de manera que formen un círculo pequeño dentro de un círculo más grande. Los estudiantes del círculo más grande iniciarán un debate sobre algún tema (puede proponerlo la persona que coordina, si lo cree oportuno), mientras que los del círculo interno tomarán nota de sus reacciones: quiénes toman las palabras, quienes desean participar y no lo logran o no se les da el lugar, quiénes hablan por encima de otros, quiénes se mantienen sin intensiones de participar, etc. Luego, se comparten las impresiones y se invierten los roles, quienes eran parte del círculo interno componen ahora el círculo externo y viceversa. Preguntas orientadoras a la hora de analizar los resultados de la observación: a. ¿Por qué creemos que sucede esto? ¿Siempre se da de la misma manera? ¿De qué depende? b. ¿Cómo nos solemos sentir en estas situaciones? c. ¿Qué actitudes harían más fácil la participación de todas las personas? 1.7 Actividad. Conociéndome-conociéndonos En una bolsa, colocamos las frases inconclusas que detallamos a continuación y en el orden de la ronda cada integrante va sacando un cartelito y completando con su experiencia personal la frase: • Me siento nerviosa/o cuando… • En la escuela, siento vergüenza cuando… • En la calle, me siento incómoda/o cuando… • Me siento cómoda/o con mi cuerpo cuando… • Fantaseo con… • Me sorprendo con… • Odio que… • Me encanta… • En mi tiempo libre, hago… • Me reprimo cuando… • Cuando conozco a alguien, lo primero que veo es… • Cuando conozco a alguien, lo primero que siento/pienso es… • Me da placer… • Me da miedo… • Me gustaría que/ Quisiera… • A veces pienso que… • Me da mucha risa/ Me río cuando… • Me da mucha tristeza/ Me pongo triste cuando… • Me da vergüenza… Se puede agregar cualquier frase que se les vaya ocurriendo. Es probable que muchos miedos, vergüenzas, deseos, etc., se repitan. Lo cual da puntapié a trabajar sobre qué genera esas emociones, por qué será que se repiten así, cómo podemos canalizarlas (¿lo ignoro?, ¿lo enfrento?, ¿lo comparto?, etc.). 1.8 Actividad. La vergüenza Cada persona dibuja individualmente cómo representarían a la vergüenza y, a continuación, escriben: si fuese un color qué color sería, si fuese un sabor qué sabor sería, si fuese un sonido qué sonido sería, si fuese una palabra qué palabra sería. El propósito es similar al de la actividad anterior. Asimismo, busca fomentar la imaginación de las personas presentes. 1.9 Actividad. El gráfico de mi vida Cada persona del grupo dibuja en una hoja una línea que, mediante ángulos, curvas y distintas variaciones, deba representar su recorrido por la vida (puede ser en general o de un período específico). Las variaciones pueden representar momentos claves, sentimientos, vivencias familiares o individuales, etc. Luego, cada una expone el porqué de su gráfico y, finalmente, se comparte de manera grupal qué se sintió al participar del ejercicio. 1.10 Actividad. Breve descripción de mi persona Se puede iniciar el ejercicio escuchando la canción “Breve descripción de mi persona” de El Cuarteto de Nos. Luego, se les pide a las personas integrantes del grupo que describan con diez palabras quiénes son. Se ponen en común las experiencias y se reflexiona en torno a si esas palabras alcanzan realmente para decir quién soy. ¿Cuántas palabras necesitaríamos? 1.11 Actividad. Conocimiento personal Ubicamos en una mesa servilletas u hojas de diferentes colores. Les pedimos a los estudiantes que se acerquen a la mesa y seleccionen el color que más identifiquen con sus emociones actuales. Luego, se juntan en grupos de acuerdo a los colores seleccionados y comentan entre ellos los motivos por los que eligieron esos colores. Luego, en una puesta en común, cada uno representa con su servilleta o papel la forma que tienen esos sentimientos (no hace falta que sea muy definida, alcanza con que se modifique su forma inicial). Después, puede procederse de la misma manera que en el primer momento, juntándose por grupos de acuerdo a lo que hicieron con sus servilletas, o directamente ponerlo en común entre todos. 1.12 Actividad. Siluetas En un primer momento, divididos en pequeños grupos, les solicitamos a los jóvenes que, en un afiche, dibujen la silueta de un cuerpo. La actividad consiste en reconocer y marcar las partes del cuerpo en las que al ser tocados por otras personas se sienten cómodos y/o incómodos. Tener en cuenta y aclarar según sea la persona: un familiar, personas amigas, novia/o, personal médico, la policía, algún desconocido, persona en situación de calle. Luego, se realiza una puesta en común e intentar exponer argumentos y criterios que utilizaron parala demarcación de la silueta. 1.13 Actividad. El cuerpo y la mirada Consignas para trabajar con el cuerpo (en un espacio libre): a. Cierren los ojos. Concéntrense en sí mismos, separen los pies, pongan los brazos al costado del cuerpo y aflojen los hombros. b. Caminen. c. Coloquen los pies en paralelo, algo abiertos en una posición cómoda. d. Hagan fuerza con el pie derecho, como queriendo empujar el piso. Mantengan esa presión y de golpe aflojen. Luego, repítanlo con el otro pie. e. Balanceen el cuerpo hacia delante y hacia atrás. Traten de hacer consciente el punto del equilibro. Queden en puntas de pie intentando no perder el equilibrio. f. Hagan un repaso consciente por cada parte del cuerpo y sientan cada una de ellas. g. Caminen y enfréntense a un compañero. h. Traten de encontrar la mirada. (Preparen la cabeza como para mirarse). i. Sosténganse la mirada. j. Presten atención a reconocer quién mira y quién es mirado. k. Si reconocen esa diferencia, traten de invertir esos roles. El que mira puede pasar a ser mirado y viceversa. Una vez concluida la actividad reflexionen: • ¿Qué nos pasó? • ¿Qué emociones registraron durante el ejercicio? • ¿Qué pensamientos tuvieron durante el ejercicio? • ¿Hubo roles asignados en el momento de mirarse? ¿Pudieron invertirlos? ¿Por qué creen que sucedió lo que sucedió? Nota: algunas reflexiones que pueden surgir sobre sus sentimientos y emociones podrían ser las siguientes: • Es incómodo sostener la mirada. • Es incómodo ser mirado. • Mirar siendo mirados.• Buscaron reconocer a la persona. • Es diferente si era alguien no amigo que amigo. • Para algunos resulta más fácil; para otros, más difícil. • Me da risa (reflejo). • No encontraron diferencias con el género sino con el hecho de ser o no conocidos. • Me sentí chiquita/o caminando. • Tengo miedo a acercarme. • Con los ojos vendados, me sentía observada/o. • Me di cuenta que miro o soy mirada/o: cuando tengo... Se les puede proponer como actividad para seguir profundizando en torno a la mirada, que atiendan durante una semana a: qué hacemos con la mirada y qué hacen los otros con la mirada en los diferentes contextos (calle, casa, reunión con amigos, boliche, club, escuela, etc.). Pídanles que realicen un registro por escrito de estas experiencias. 1.14 Actividad. Nos dibujamos En una hoja en blanco, les solicitamos a todos los integrantes del grupo que se dibujen a sí mismos. Les pedimos que, en ese dibujo, haya algo que consideren que los caracteriza especialmente. La idea es que cualquiera que vea ese dibujo pueda reconocerlos. También, les pedimos que escriban tres características de su personalidad que consideren adquiridas de otras personas cercanas, y tres características de su personalidad que no las reconozcan en otras personas cercanas sino solo en sí mismas. 1.15 Actividad. El presentador del museo Dividimos a todo el grupo en parejas. Entonces, una de las personas de la pareja será el presentador del museo y la otra la estatua. Cada presentador tendrá que inventar una historia para su estatua y contarla al resto de los presentes. Luego de un momento de distensión y caminata por el espacio, se invierten los roles. Ahora el presentador tendrá que inventar otra historia para su estatua, pero que tenga puntos de conexión con la historia que había contado el presentador anterior. 1.16 Actividad. Somos sostén Le asignamos un número a cada persona del grupo. Les pedimos que cada una recuerde el número que le tocó y solicitamos que caminen todas a la vez utilizando todo el espacio. Entonces, advertimos que anunciaremos en voz alta un número y esa persona tendrá que dejarse caer confiando en que todo el grupo acudirá a su sostén. El resto de las personas tendrán que asistir lo más rápido posible a sostener al número anunciado. Repetimos varias veces el ejercicio. Luego, reflexionamos sobre las experiencias vividas. Para seguir profundizando Material audiovisual Bergman, I. (director). (1966) Persona. DTAC. “Disconnect to connect” [corto cinematográfico]. Disponible: <shorturl.at/dikz3>. Gondry, M. (director). (2004) Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. Reitman, J. (director). (2014) Hombres, mujeres y niños. Sztajnszrajber, D. (director). “La identidad”. Canal Encuentro. Weir, P. (director). (1998) The Truman Show. Material de lectura Goffman, E. (1998) La identidad deteriorada, Buenos Aires: Amorrortu. Illouz, E. (2007) Intimidades congeladas: las emociones en el capitalismo, Madrid: Katz Editores. Oyěwùmí, O. (2017) “La invención de las mujeres. Una perspectiva africana sobre los discursos occidentales del género. Bogotá: en la frontera”, en LiminaR, junio de 2018, vol. 16, N° 1, pp. 203- 206. Disponible: <shorturl.at/gqOP5>. Sibilia, P. (2008) La intimidad como espectáculo, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Sztajnszrajber, D. (2015) “Filosofía de la experiencia posidentitaria”, en AL. Quevedo (comp.), La cultura argentina hoy, Buenos Aires: Siglo XXI Editores. Rizoma temático II Informativo-formativo, somos en un entramado. Tomar buenas decisiones En este rizoma, abordaremos cuestiones que tienen como eje fundamental trabajar sobre la dimensión de la información. Resulta necesario, en primera instancia, preguntarnos qué entendemos por información, qué información es la que buscamos transmitir, bajo qué criterios se realiza dicha selección y sobre qué aspectos de la información es fundamental tener una mirada atenta. A la hora de abordar estos temas, debe tenerse en claro que informar no es simplemente transmitir datos de manera “objetiva” sino que es necesaria una revisión sobre los propios preconceptos, así como también la información disponible hasta el momento. Toda información es validada en contextos socioculturales específicos y todo preconcepto se construye a través de redes de experiencias de los sujetos (instituciones, vivencias, modos de socialización, etc.), que siempre deben ser problematizadas, de lo contrario, se corre el riesgo de naturalizarlas. Durante muchos años, hablar de sexualidad implicaba abordar la temática desde sus aspectos biológicos y médicos. Rodolfo Ramos, docente misionero de larga trayectoria en el campo de la educación sexual, recuerda en una entrevista realizada por Elsa Meinardi que durante los años 60/70, la materia que encaraba los contenidos referentes a la sexualidad se denominaba “Higiene y Medicina Social”. Asimismo, cuando se impartía algún curso vinculado a la sexualidad infantil, se exigía a los docentes estar científicamente informados al respecto y tener clara la propia orientación sexual. La experiencia contada por Ramos es representativa del modo en el que se enfocaba la sexualidad en el ámbito educativo y del temor que circulaba a la hora de encarar estos contenidos. Paralelamente, en la misma década, la sociedad asistía a una revolución en el terreno de la sexualidad. La aparición de la pastilla anticonceptiva en los años 60, como método novedoso de control sobre la procreación, representó un avance en cuanto a la autonomía femenina en los roles reproductivos. La liberación sexual que caracterizó a los 70 fue protagonizada en gran parte por los movimientos feministas y el colectivo LGTB, trastocando momentáneamente el tablero de la sexualidad y las relaciones interpersonales. Sin embargo, la historia de la sexualidad está signada por avances y retrocesos. Los 80 se convertirían en punto de inflexión a partir de la aparición del sida y la subsiguiente reafirmación de discursos patologizantes, epidemiológicos y demonizantes de la sexualidad. Una vez comprobado que el alcance de la enfermedad se extendía tanto a parejas heterosexuales como homosexuales, la noción de sexualidad se instaló como“factor de riesgo” (Berreda, 1997) y se convirtió toda ella en campo de control e intervención del Modelo Médico Hegemónico, el cual “(…) cumplió y cumple funciones curativo/preventivas, pero también funciones de control, de normatización y de legitimación, que en determinadas coyunturas históricas pueden tener más relevancia que las funciones reconocidas como ‘estrictamente médicas’” (Menéndez, 1985: 22). La sexualidad aparece, entonces, rodeada de un aura de peligro. Hay que “saber muy bien” de lo que se va a hablar y tener “muy en claro” qué cosas responden a una sexualidad sana y cuáles a una sexualidad enferma. Afortunadamente, los criterios en torno a la salud de la sexualidad van variando. De modo que lo que durante mucho tiempo se consideró una desviación/patología, como la homosexualidad o la transexualidad (“incongruencia de género”), hoy la OMS no las contempla como tales. La homosexualidad ya había sido eliminada como enfermedad mental en los 90 y, más recientemente, se ha decidido contemplar la transexualidad como una disfunción física, no psicológica, remarcando la no correspondencia que mantiene el cuerpo de la persona con la identidad autopercibida. Entonces, es válido preguntarnos cuando vayamos a hablar de sexualidad qué entendemos por sexualidad los propios educadores. ¿Qué supuestos manejamos?, ¿qué tipo de educación sexual recibimos a lo largo de nuestra trayectoria educativa?, ¿qué sentido queremos darle a la temática a la hora de trabajarla con nuestros estudiantes?, ¿qué temores tenemos?, ¿qué inseguridades?, ¿cuáles son nuestras certezas al respecto? En principio, es importante remarcar que, si bien cada docente maneja de manera más o menos experta algunos núcleos temáticos, todos ellos son posibles de abordar por cualquier docente a la hora de problematizarlos. Seguramente, el docente de Biología maneje con mayor facilidad los temas vinculados a cuestiones fisiológicas y/o anatómicas, o las infecciones de transmisión sexual. Eso no excluye que otros docentes puedan trabajar las mismas temáticas desde otros enfoques. Por el contrario, evidencia la necesidad de la interdisciplinaridad en pos de un abordaje integral de la sexualidad. Tengamos en cuenta que lo importante no es únicamente facilitarles información a los estudiantes, sino la manera en la que esa información es presentada y problematizada. La sociedad y la currícula escolar están lejos de ser dos elementos aislados. Como se puede deducir de lo expuesto anteriormente, los movimientos sociales, los organismos internacionales y las voluntades políticas, influyen directamente en los contenidos de la currícula educativa. La escuela, históricamente, ha cumplido con su deber de “formar” sujetos sociales acordes a esas influencias/exigencias. El sistema educativo como productor de subjetividades “normales”, conformes a los parámetros hegemónicos acerca de lo que debe ser un niño y lo que debe ser un joven, es un tema que se ha abordado en numerosas ocasiones (Dussel, 2001; Bourdieu, 1996; Chaves, 2010; entre otros). Sin embargo, esto no quiere decir que dichas identidades hegemónicas no convivan en constante conflicto y tensión con otras identidades, generalmente marginalizadas. Justamente, es la existencia inevitable de estas otras identidades las que ponen en evidencia los sentidos hegemónicos que se les dan a ciertas prácticas, costumbres, maneras de ser y hacer, etcétera. Es en este sentido que decimos que la escuela y el aula sostienen modos de subjetivación genéricos e intragenéricos atravesados por relaciones de poder que operan de forma dinámica. A la vez planteamos, en sintonía con Hernández y Reybet (2006), que el aula no solo vehiculiza las representaciones sociales dominantes sobre lo masculino y lo femenino, sino que también permite la emergencia de contradiscursos que expresan conflictos, contradicciones o reinterpretaciones de la tendencia dominante. Bajo estos conceptos, proponemos pensar la currícula como un terreno en el cual se dirimen sentidos sociales y construcciones culturales, no verdades absolutas acerca de lo legítimo, lo deseable o lo justo, sino narrativas pedagógicas construidas históricamente. Sin embargo, la escuela no enseña únicamente desde la currícula visible. Existe, asimismo, otra currícula denominada “invisible” u oculta, concepto que el campo disciplinar de los estudios en educación se ha encargado de instalar en los debates sobre el tema. Lo que se dice, así como lo que no se dice, se constituye como la base del proceso de aprendizaje de los estudiantes. En ese sentido, la escuela, y también la familia, enseñan tanto cuándo deciden hablar sobre un tema de determinada manera como cuándo lo omiten. En este segundo caso, estaría operando una suerte de “enseñanza por omisión”. La escuela y la familia se han disputado históricamente la “distribución de saberes” que consideran que corresponden a una u otra institución (Cerletti, Santillán: 2011; Faur, 2005). La familia se ha situado muchas veces, desde el discurso de los docentes, como aquella que debía acompañar la escolaridad de los niños y las niñas facilitando el aprendizaje o directamente sosteniéndolo. También, se le ha adjudicado a la familia la enseñanza de ciertos saberes que la escuela considera, de manera explícita o implícita, que “no le corresponden”. En esta segunda dimensión, se ubicarían los saberes referidos a la sexualidad. En relación a los contextos desiguales que rodean y hacen a la educación argentina, Cerletti y Santillán (2016) sostienen que “la experiencia de permanecer en muchas de las escuelas de nuestra región nos pone –aún hoy en día– frente a prácticas y actividades que, al menos desde el sentido común generalizado, son de ‘incumbencia doméstica’ y no se espera que ocurran dentro de esta tradicional institución”. Ellas centran su estudio en los sectores empobrecidos de la sociedad que no alcanzan a cubrir aquellas condiciones básicas que se hacen necesarias para que los niños y las niñas puedan acceder a una educación apropiada en términos de contenido. Esto deriva en que sobre la institución educativa recaiga la obligación de proveer a los estudiantes aquello que estos no pueden conseguir en el ámbito familiar, lo que genera, en los docentes, la sensación de “no enseñar, sino asistir”. Creemos que este análisis también puede aplicarse en lo referente a la enseñanza de la sexualidad, de la cual el ámbito escolar reniega y deriva responsabilidad a las familias. Cuando los contenidos se corresponden con lo biológico-anatómico, los saberes parecen moverse dentro de cierto margen de “comodidad” y legitimidad en el cual coinciden la familia y la escuela. Las controversias comienzan a aparecer cuando dichos contenidos incorporan variables éticas, sociales y psicológicas. El campo de la sexualidad, entonces, se conforma como arena de luchas por el sentido. Así, distintos discursos entran en conflicto, cuando no en abierta contradicción, posicionándose algunos como legítimos y, siendo otros silenciados. ¿Qué entendemos actualmente por sexualidad? En el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, se considera a la sexualidad de la siguiente manera: En este sentido, se retoma la concepción sostenida por la Organización Mundial de la Salud: El término 20 Ley N° 26.150. 8 ‘sexualidad’ se refiere a una dimensión fundamental del hecho de ser humano. (…) Se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción defactores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales. (…) En resumen, la sexualidad se practica y se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos.4 Como se ve en el párrafo anterior, en la actualidad, la sexualidad excede la mera concepción biológica que puede ser tratada como una unidad más de un libro de ciencias naturales. De hecho, las mismas concepciones acerca del desarrollo conceptual de los genitales debe ser repensado a la luz de la perspectiva de género, dado que, si se considera una determinada genitalidad como propiamente femenina o masculina, se estaría excluyendo la posibilidad de que alguien pudiera poseerla autopercibiéndose con un género distinto al dispuesto en dicha definición. Repensar la currícula, el discurso y los conceptos a la luz de la perspectiva de género y la inclusión de la diversidad, es repensarnos en primera instancia a uno mismo, a nuestras propias estructuras y preconceptos. El rol de docentes, de trabajadores de centros de salud, centros comunitarios y de toda persona con labor directa con jóvenes debe ser repensado desde los presupuestos que se asumen al estar frente a un joven. Si en diálogo directo con una joven, por ejemplo, habla de su pareja y el docente, trabajador o especialista en salud, avanzada la conversación pregunta, si hace mucho que sale con el novio o cómo se cuidan con el novio, ya la conversación estará empañada por el propio presupuesto que posee el adulto, dado que, si dicha joven tiene novia, y no novio, le será necesario explicitarlo y corregirlo para continuar con la conversación, o bien responderá simplemente para concluir el diálogo. Es importante comprender que el lenguaje da cuenta de los prejuicios y presupuestos que posee quien dirige la conversación y que obturan o impiden un acercamiento y comodidad del joven. No presuponer la orientación sexual de la persona que tenemos en frente es tan importante como no asumir el género bajo el cual dicha persona se autopercibe. Dividir en grupos a todos los estudiantes para realizar una actividad o juego bajo el criterio de varones y mujeres resulta un lugar que excluye y deja por fuera a quienes no se perciban bajo ninguna de las dos formas. Por ejemplo, si se consideran bajo el género neutro o no se perciben bajo el género originalmente asignado, deben optar por dar cuenta de dicha situación posicionándose en el grupo al que pertenecen, o resignar su lugar, al tomar el opuesto al que consideran propio. Es fundamental tener estas consideraciones en cuenta a la hora de entablar un diálogo, tanto grupal como personal, sin importar el tema a tratar. Quien no se siente considerado o incorporado al discurso docente poco podrá sentir ese espacio como una posibilidad de apertura para consultar dudas, para hablar de lo que le sucede o siente. Para reflexionar acerca de las clasificaciones y categorías bajo las cuales nos rotulamos y dividimos, podemos referirnos al cuento de Borges El idioma analítico de John Wilkins donde muestra y problematiza la artificialidad y arbitrariedad de las formas de clasificación. La tarea de deconstruir dicha mirada sobre los seres humanos será, desnaturalizando la propia y generando consciencia de las formas en las que enunciamos o nos dirigimos a un grupo y dejamos de lado los presupuestos. Por este motivo, el trabajo acerca de los prejuicios y estereotipos que se sostienen y fomentan a nivel sociocultural debe enfocarse desde una mirada crítica tanto para el docente como para el grupo total con el que se esté trabajando en orden de no reproducirlos. (Tanto los prejuicios como los estereotipos serán trabajados y desarrollados en los Rizomas temáticos III y IV). El esfuerzo por visibilizar la potencia que tienen los estereotipos sociales en nuestra mirada, brinda la posibilidad de comprender que hasta la percepción acerca de nuestro propio cuerpo está atravesada por las consignas sociales de “belleza” y “normalidad”. El camino para la valoración, aceptación y disfrute acerca de quién es uno, en todo lo que esto implica, es a través de plantearnos: ¿qué vemos cuando nos vemos? Si se puede analizar desde publicidades, modelos y actrices en las series y películas o cantantes del momento, cuál es el rol social y las determinaciones que cumplen dichos cuerpos para ser considerados bajo la nómina hegemónica de “bellos”, se podrá comprender la ficción que esto representa y las exigencias que se construye en torno de lo que deberíamos ser. De la misma forma, es importante trabajar respecto del impacto que tienen las redes sociales en nuestras vidas. El modo en el que se conforma una “identidad” virtual de uno mismo, y de los otros que creemos conocer a través de dichos medios. En este tiempo en el que la imagen trata de ser el eje central de la atención y foco del interés para entablar una comunicación, es nuestra tarea la de problematizar lo que estas formas de presentación y vínculo implican: los alcances, límites y riesgos. Las redes sociales son espacios que se encuentran muchas veces por fuera de la mirada y acompañamiento directo de los adultos. Los adolescentes se encuentran expuestos muchas veces a riesgos de diversa índole. Por un lado, puede ser utilizado como modo de hostigamiento y burla, sea por parte de sus compañeros, como por personas que no necesariamente conozca, pero que pueden hacer daño con los comentarios que realicen. Por otra parte, el peligro puede provenir del contacto con personas que crean perfiles falsos e intentan conseguir información, fotos o contacto con los jóvenes. Es por todo esto que resulta fundamental brindarles herramientas para el apropiado uso de las redes sociales, con atención a los peligros a los que pueden estar expuestos, la importancia de preservar la información personal y el contenido y forma de las imágenes y videos que se comparten. Las formas de violencia y maltrato que se gestan en las redes sociales deben ser tratadas muy seriamente por los adultos responsables, en la familia y la escuela, ya que inciden de forma directa en el mundo de los jóvenes, en la valoración acerca de sí mismos y sus vínculos. Para poder comprender la profundidad y alcance que pueden tener los comentarios y burlas realizados a través de las redes sociales, debemos incorporar y ampliar aquello que es considerado como maltrato y formas de violencia. La violencia, en el último tiempo, tuvo un papel importante en la visibilización de formas y procesos que se encontraban “normalizados” por la sociedad patriarcal y que encubrían formas de control y poder al interior de las relaciones y vínculos; en especial, los que se encontraban atravesados por la tensión jerárquica que se suponía entre los diferentes géneros. Esta cuestión será fundamentada y desarrollada en el Rizoma temático IV, pero para establecer, a nivel del contenido formativo, una estructura general de lo que implica la violencia de género, podremos establecer los diferentes tipos que se reconocen a través del marco legal. Estos son: • Violencia física • Violencia psicológica • Violencia sexual • Violencia económica y patrimonial • Violencia simbólica Más allá de la forma a través de la cual se dé el vínculo de violencia, también se clasifica y especifica dependiendo del ámbito donde se lleve a cabo. Bajo este criterio, se reconocen: • Violencia doméstica • Violencia institucional • Violencia laboral • Violencia contra la libertad reproductiva • Violencia obstétrica • Violencia mediática A partir del conocimiento de estas formas de violencia, es importante reflexionar acerca de las formas sociales que contribuyen a que se dividan y jerarquicen los géneros, y qué prácticas pueden contribuir a generar nuevas formas de vínculo desde la igualdady cooperatividad. Consideramos fundamental, por ejemplo, no realizar una división grupal al momento de conversar y exponer sobre las características y procesos físicos que se desarrollan a partir de la adolescencia, para generar un acercamiento y comprensión de la totalidad de los que somos como seres humanos y no marcar la distancia en el desconocimiento de ese “otro” distinto. A su vez, es importante repensar los adjetivos calificativos que adjudicamos a cada género o actitudes que se consideran más propias de un género que del otro. Antes de poder colaborar en deconstruir la mirada del grupo con el que nos encontremos trabajando, será la nuestra la que primero deba estar en jaque y cerciorarnos de no estar, por el contrario, reforzando los estereotipos de algún modo o forma secundaria. Para ello, consideramos que el trabajo con otros docentes enriquece la propia mirada y nos nutre con nuevos pensamientos, formas y procesos. 4 Programa Nacional de Educación Sexual Integral, Ley 26.150, Consejo Federal de Educación, 2008. Propuesta de actividades 2.1 Actividad. La educación sexual a lo largo del tiempo Parte I Realicen una entrevista a tres personas de tres generaciones diferentes. Háganles las siguientes preguntas y registren sus respuestas: a. ¿Qué saben acerca de la ESI? b. ¿Había educación sexual cuando iban a la escuela? ¿Qué veían? ¿Qué les hubiera gustado ver? c. ¿Qué piensan acerca de que hoy haya ESI en las escuelas? d. ¿Qué piensan sobre que exista una ley como la ESI? ¿Qué entienden por sexualidad? e. En el encuentro siguiente, ponemos en común las entrevistas e indagamos. Parte II Presentamos la ley de ESI y realizamos una lectura entre todos. A partir de la lectura, pensamos: ¿qué implica que haya una ley que aborde la sexualidad de las personas y sus derechos?, ¿cómo algo se convierte en ley?, ¿cómo aparecen las leyes?, ¿por qué se requiere que haya leyes de este tipo? Luego, marquen algún fragmento que les llame la atención y expliquen por qué. 2.2 Actividad. Lo que sé, lo que tengo dudas, lo que quiero saber Parte I Trabajaremos sobre el nivel de información que manejan sobre sexualidad. a. Escriban cinco afirmaciones de las cuales estén completamente seguros. b. Escriban cinco cuestiones sobre lo que quisieran saber. c. Escriban cinco cuestiones sobre las que no están seguros que sean ciertas. d. Realicen una puesta en común en pequeños grupos y, luego, en general. Parte II Entreguen a cada estudiante una planilla de contenidos generales para que la puedan resolver de forma personal, siendo las respuestas posibles: Verdadero, Falso, No lo sé. Realicen una puesta en común y tabulen las respuestas en un afiche para que cada grupo pueda observar las cuestiones que deben profundizar y rever. Esta misma planilla5 se puede repetir una vez finalizado el curso para contrastar el resultado obtenido y valorar en función de ello el espacio del taller, cuánto pudieron aprender, cuánto pudieron incorporar conceptualmente, qué respuestas variaron y por qué. Pensar acerca de la sexualidad Indiquen de forma personal si consideran que las siguientes afirmaciones son: V (Verdadero), F (Falso) o ? (No lo sé). 1. El preservativo disminuye la sensibilidad. 2. Si una persona eyacula dentro de la boca de otra, esta puede quedar embarazada. 3. Los hombres tienen más necesidad de masturbarse que las mujeres. 4. La primera menstruación se llama menarca. 5. La primera vez que hay penetración pene-vagina no hay posibilidad de quedar embarazada. 6. Una relación sexual refiere únicamente a las relaciones genitales. 7. Los hombres tienen más deseo sexual que las mujeres. 8. Solo si estoy con muchas personas puedo contraer una enfermedad sexual. 9. Si estoy con mi pareja, no puedo contraer una ITS. 10. Si tengo sexo oral/anal, no tengo posibilidad de contraer una ITS. 11. Si ya tuve una ITS no puedo contraerla de nuevo. 12. Si no hay penetración, no puedo contraer una ITS. 13. Todos los métodos anticonceptivos previenen embarazos y enfermedades. 14. El coito interrumpido (eyacular afuera de la vagina) es un método anticonceptivo más. 15. La pastilla del día después es uno de los métodos anticonceptivos de uso diario. 16. Si uso dos preservativos juntos, aseguro una mayor protección. 17. Si mi pareja me ama y confía, no tengo por qué usar preservativo. 18. Hay una edad para perder la virginidad. 19. El clítoris es un órgano eréctil que participa en la excitación de la mujer. 20. Es usual que la vagina secrete líquido cuando la persona se excita. 21. Las mujeres tienen menos deseo sexual que los varones. 22. Cuanta más experiencia sexual se tiene, más se sabe de sexo. 23. Cuando una persona dice que no, quiere decir que sí. 24. El preservativo es un método anticonceptivo que previene el contagio de ITS y el embarazo. Respuestas 1. Falso. El placer sexual no se ve disminuido por el uso del preservativo. Dependiendo del preservativo y la persona, la sensibilidad cambia; no así el placer que provoca el acto sexual. 2. Falso. Para que se produzca un embarazo el semen debe llegar al interior de la vagina. Además, se debe encontrar en período de ovulación. 3. Falso. La necesidad de masturbarse de las personas no está determinada por el género. 4. Verdadero. Se llama de esta manera a la primera menstruación. 5. Falso. Desde la primera penetración pene-vagina, hay posibilidad de quedar embarazada, si no se utiliza un método anticonceptivo de forma apropiada. 6. Falso. Se puede definir una relación sexual como el contacto físico entre personas fundamentalmente con el objeto de dar o recibir placer sexual, o con fines reproductivos. La relación sexual abarca muchas posibles actividades o formas de relación entre dos personas y no se limita solo a la penetración. Podría ser el contacto a través de abrazos, masajes, caricias o besos en el cuerpo, sexo oral o penetración. 7. Falso. La cantidad o intensidad del deseo sexual no está determinado por el género. 8. Falso. Las ITS se pueden contraer al estar con una persona solamente. 9. Falso. Ambos deben realizarse los controles para saber si no contrajeron una ITS con anterioridad y uno debe seguir cuidándose regularmente, aunque sea con su pareja. 10. Falso. Las ITS se transmiten a través del contacto genital, fluidos y de cualquiera de las formas de penetración, si no se utiliza un preservativo. 11. Falso. Las ITS se pueden contraer varias veces. Se debe tener cuidados para evitar contraerlas por más que ya se las haya tenido. 12. Falso. Las ITS se pueden contraer por el contacto de los genitales entre sí, vulva con vulva, pene con pene o pene con vulva. No se necesita haber tenido una penetración para contraer una ITS. Por eso, se debe utilizar un preservativo o campo de látex.6 13. Falso. Hay métodos anticonceptivos que no previenen las ITS como las pastillas anticonceptivas. Por eso, se debe utilizar también el preservativo que cumple ambas funciones. 14. Falso. No es un método anticonceptivo. Puede haber embarazo, ya que el líquido preseminal que libera el pene también contiene espermatozoides. 15. Falso. La pastilla del día después es un anticonceptivo de emergencia. No debe ser tomado como un método anticonceptivo diario.7 16. Falso. Si se utilizan dos preservativos juntos, aumenta la posibilidad y riesgo de que se rompan. Se debe utilizar un solo preservativo a la vez. 17. Falso. El amor y el cuidado del otro están íntimamente relacionados. Por eso, cuidarse y amarse significa utilizar un método anticonceptivo de barrera, que evite la posibilidad de contraer una ITS o de embarazo. 18. Falso. No hay una edad determinada o correcta para perder la virginidad, depende de cada persona. Lo importante es sentirse bien con la otra persona y sentirse seguro con la decisión. 19. Verdadero. El clítoris se encuentra en la parte alta de la vulva. 20. Verdadero. Frente a la excitación, la vagina se lubrica secretando
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