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Reflexión sobre las Dinámicas de Divido o me la quedo y la del círculo con la soga Durante la sesión de hoy, exploramos a fondo las dinámicas de negociación y persuasión a través de las actividades "Divido o me la quedo" y "El círculo con la soga". Estas experiencias no solo fueron desafiantes, sino también reveladoras en términos de las habilidades necesarias para llegar a acuerdos y persuadir a otros. En "Divido o me la quedo", la necesidad de negociar se hizo evidente. La tarea de distribuir recursos limitados entre los participantes destacó la importancia de la comunicación efectiva y la capacidad para llegar a compromisos equitativos. Aprendimos que la persuasión no solo radica en la fuerza de nuestros argumentos, sino también en nuestra habilidad para entender las necesidades y perspectivas de los demás. Además, reconocimos la importancia de la flexibilidad y la disposición para adaptarnos durante el proceso de negociación. En la dinámica del "Círculo con la soga", la coordinación y la persuasión se volvieron esenciales. La tarea de formar un círculo utilizando una soga sin soltar las manos de los compañeros resaltó la importancia de trabajar juntos para lograr un objetivo común. Aprendimos que la persuasión, en este contexto, no se limita a argumentos verbales, sino que se extiende a la colaboración física y la empatía para entender las necesidades y limitaciones de los demás. En resumen, estas dinámicas nos enseñaron que la negociación y la persuasión son habilidades interconectadas que van más allá de la simple comunicación verbal. La empatía, la flexibilidad y la capacidad para trabajar en equipo son fundamentales para alcanzar acuerdos efectivos. Estas lecciones no solo son aplicables en entornos de negocios, sino que también tienen relevancia en la vida cotidiana, donde la capacidad para persuadir y negociar puede influir significativamente en el éxito de nuestras interacciones y relaciones.
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