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TESIS DOCTORAL 
2019 
 
 
 
 
DOLOR CRÓNICO Y PROPIOCEPCIÓN 
 
 
 
 
 
 
 
José Antonio Mingorance Rubiño 
 
 
1 
 
 
TESI DOCTORAL 
2019 
 
Programa de Doctorado de Neurociencias 
 
 
DOLOR CRÓNICO Y PROPIOCEPCIÓN 
 
José Antonio Mingorance Rubiño 
 
 
 
Directora: Dra. Inmaculada Riquelme Agulló 
Director: Dr. Pedro José Montoya Jiménez 
 
 
Doctor por la Universitat de les Illes Balears 
2 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A todas las personas sufrientes. 
 
 
 
3 
 
RESUMEN ................................................................................................................................... 4 
INTRODUCCIÓN..................................................................................................................... 10 
Dolor crónico. ........................................................................................................................ 10 
Definición y tipos. ............................................................................................................... 10 
Neurofisiología del dolor. ................................................................................................... 12 
Propiocepción. ....................................................................................................................... 14 
Medición de la propiocepción. ............................................................................................ 18 
Entrenamiento de la propiocepción. ................................................................................... 26 
Relación entre el dolor crónico y la propiocepción. ........................................................... 31 
Fibromialgia y propiocepción. ............................................................................................ 34 
Dolor lumbar crónico y propiocepción. .............................................................................. 34 
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN: OBJETIVOS E HIPÓTESIS .................................. 37 
Objetivos ................................................................................................................................ 38 
Hipótesis de trabajo .............................................................................................................. 38 
METODOLOGÍA ..................................................................................................................... 40 
Participantes. ......................................................................................................................... 44 
Variables. ............................................................................................................................... 47 
Procedimientos. ..................................................................................................................... 51 
Estudio 1. ............................................................................................................................. 51 
Estudio 2. ............................................................................................................................. 53 
Estudio 3. ............................................................................................................................. 54 
RESULTADOS .......................................................................................................................... 55 
Artículo 1................................................................................................................................ 56 
Artículo 2................................................................................................................................ 72 
Artículo 3.............................................................................................................................. 103 
Síntesis de resultados. ......................................................................................................... 130 
DISCUSIÓN ............................................................................................................................ 131 
CONCLUSIONES ................................................................................................................... 137 
ANEXOS. ................................................................................................................................. 168 
Autorización Comité de Investigación y Ética de Gambia. ............................................. 168 
Autorización Comité de Ética de la Investigación de las Illes Balears. .......................... 169 
 
 
4 
 
RESUMEN 
El dolor es el síntoma más frecuente en la especie humana, considerado una de las 
experiencias más incapacitantes y la principal causa de sufrimiento. El dolor crónico tiene 
una duración superior a tres meses, persistiendo más allá del tiempo de curación de una 
lesión y puede no tener una causa clara. Dos de los grandes procesos de dolor crónico que 
más afectan a la población son la fibromialgia y el dolor lumbar crónico. La fibromialgia 
es un síndrome crónico caracterizado por una sensibilidad generalizada al dolor, fatiga y 
síntomas cognitivos y afectivos, afectando principalmente a las mujeres. El dolor lumbar 
crónico puede definirse como un proceso doloroso ubicado entre el último arco costal y 
el pliegue glúteo, cuyos síntomas duran más de tres meses. La propiocepción se considera 
uno de los componentes más importantes del sistema somatosensorial y es la encargada 
de informar al cerebro de los posicionamientos del cuerpo tanto a nivel estático como 
dinámico. El objetivo general de esta tesis es analizar la relación entre dolor crónico y 
propiocepción. Como objetivos específicos, se pretende conocer las diferencias a nivel 
propioceptivo entre dolor agudo y crónico, mejorando la comprensión de la transición de 
dolor agudo a dolor crónico y conocer las diferencias entre dolor lumbar crónico y 
fibromialgia en cuanto a medidas sensitivas, función motora y estado propioceptivo. En 
último lugar, analizar la efectividad de la terapia de vibración corporal sobre la 
sintomatología de pacientes con fibromialgia y conocer si los efectos son o no perdurables 
en el tiempo tras la finalización de la terapia. En cuanto a resultados, los pacientes con 
dolor lumbar crónico presentaron mayor deterioro propioceptivo y mayor nivel de 
depresión que las personas con dolor lumbar agudo y las personas sin dolor, mostrando 
que la propiocepción está influenciada por el nivel de dolor y por el estado anímico. 
Asimismo, los pacientes con fibromialgia tuvieron mayor deterioro sensitivo, 
propioceptivo y motor que las personas con dolor lumbar crónico y las personas sin dolor. 
5 
 
Los resultados de la terapia de vibración corporal en pacientes con fibromialgia mostraron 
una mejoría del grupo experimental con respecto al grupo control en cuanto a umbrales 
sensitivos, función motora y propiocepción. Sin embargo, esta mejoría no se mantuvo tras 
un periodo de seguimiento, volviendo a equiparase al grupo control. Como conclusiones, 
existe una propiocepción más deficiente en pacientes con dolor crónico, mientras que la 
propiocepción en pacientes con dolor agudo es similar a la de individuos sanos. La 
propiocepción también puede estar mediada adicionalmente por el nivel de depresión, por 
lo que la evaluación propioceptiva y del nivel de depresión debe ser utilizada como 
herramienta de diagnóstico, dada la importancia de estos factores en la transición de dolor 
agudo a crónico. Los pacientes con fibromialgia muestran un mayor deterioro que los 
pacientes con dolor lumbar crónico en cuanto a medidas sensitivas, función motora y 
estado propioceptivo. La terapia de vibración corporal aplicada a pacientes con 
fibromialgia produce mejorías en cuanto a medidas sensitivas, función motora y estado 
propioceptivo, aunque estas mejorasno permanecen tras un periodo de seguimiento de 3 
meses. 
 
 
 
6 
 
RESUM. 
El dolor és el símptoma més freqüent en l'ésser humà, considerat una de les experiències 
més incapacitants i la principal causa de sofriment. El dolor crònic té una durada superior 
a tres mesos, persistint més enllà del temps de curació d'una lesió i pot no tenir una causa 
clara. Dos dels grans processos de dolor crònic que més afecten a la població són la 
fibromiàlgia i el dolor lumbar crònic. La fibromiàlgia és una síndrome crònica 
caracteritzada per una sensibilitat generalitzada al dolor, fatiga i símptomes cognitius i 
afectius, afectant principalment les dones. El dolor lumbar crònic pot definir-se com un 
procés dolorós situat entre l'últim arc costal i el plec gluti, els símptomes del qual duren 
més de tres mesos. La propiocepció es considera un dels components més importants del 
sistema somatosensorial i és l'encarregada d'informar al cervell dels posicionaments del 
cos. L'objectiu general d'aquesta tesi és analitzar la relació entre dolor crònic 
i propiocepción. Així mateix es pretén conèixer les diferències en l'estat propioceptiu 
entre dolor agut i crònic millorant la comprensió de la transició de dolor agut a crònic, 
conèixer les diferències entre dolor lumbar crònic i fibromiàlgia quant a mesures 
sensitives, funció motora i estat propioceptiu. En últim lloc, analitzar l'efectivitat de la 
teràpia de vibració corporal sobre la simptomatologia de pacients amb fibromiàlgia i 
conèixer si els efectes són o no perdurables en el temps després de la finalització de la 
teràpia. Quant a resultats, els pacients amb dolor lumbar crònic van presentar major 
deterioració propioceptiva i major nivell de depressió que les persones amb dolor lumbar 
agut i les persones sense dolor, mostrant que la propiocepció està influenciada pel nivell 
de dolor i per l'estat anímic. Així mateix, els pacients amb fibromiàlgia van tenir major 
deterioració sensitiva, propioceptiu i motor que les persones amb dolor lumbar crònic i 
les persones sense dolor. Els resultats de la teràpia de vibració corporal en pacients amb 
fibromiàlgia van mostrar una millora del grup experimental respecte al grup control quant 
7 
 
a llindars sensitius, funció motora i propiocepción. No obstant això, aquesta millora no 
es va mantenir després d'un període de seguiment, tornant a equiparés al grup control. 
Com a conclusions, existeix una propiocepció més deficient en pacients amb dolor crònic, 
mentre que la propiocepció en pacients amb dolor agut és similar a la d'individus sans. 
La propiocepció també pot estar mediada addicionalment pel nivell de depressió, per la 
qual cosa l'avaluació propioceptiva i del nivell de depressió ha de ser utilitzada com a 
eina de diagnòstic, donada la importància d'aquests factors en la transició de dolor agut a 
crònic. Els pacients amb fibromiàlgia mostren una major deterioració que els pacients 
amb dolor lumbar crònic quant a mesures sensitives, funció motora i estat propioceptiu. 
La teràpia de vibració corporal aplicada a pacients amb fibromiàlgia produeix millores 
quant a mesures sensitives, funció motora i estat propioceptiu, encara que aquestes 
millores no romanen després d'un període de seguiment de 3 mesos. 
 
 
8 
 
ABSTRACT. 
Pain is the most frequent symptom in humans, considered one of the most disabling 
experiences and the main cause of suffering. Chronic pain lasts more than three months, 
persisting beyond the healing time of an injury and may not have a clear cause. Two of 
the major chronic pain processes that most affect the population are fibromyalgia and 
chronic low back pain. Fibromyalgia is a chronic syndrome characterized by a generalized 
sensitivity to pain, fatigue and cognitive and affective symptoms, mainly affecting 
women. Chronic low back pain can be defined as a painful process located between the 
last costal arch and the gluteal fold, whose symptoms last more than three months. 
Proprioception is considered one of the most important components of the somatosensory 
system and is responsible for informing the brain of the body's positioning. The general 
objective of this thesis is to analyze the relationship between chronic pain and 
proprioception. It also aims to know the differences in the proprioceptive state between 
acute and chronic pain by improving the understanding of the transition from acute to 
chronic pain, to know the differences between chronic low back pain and fibromyalgia in 
terms of sensory measurements, motor function and proprioceptive state. Finally, to 
analyze the effectiveness of body vibration therapy on the symptomatology of patients 
with fibromyalgia and to know wether the effects are lasting or not over time after the 
end of the therapy. In terms of results, patients with chronic low back pain presented 
greater proprioceptive deterioration and higher levels of depression than people with 
acute low back pain and people without pain, showing that proprioception is influenced 
by the level of pain and by the state of mind. Likewise, patients with fibromyalgia had 
greater sensory, proprioceptive and motor impairment than people with chronic low back 
pain and people without pain. The results of the body vibration therapy in patients with 
fibromyalgia showed an improvement of the experimental group with respect to the 
9 
 
control group regarding sensory thresholds, motor function and proprioception. However, 
this improvement was not maintained after a follow-up period, once again being 
compared to the control group. As conclusions, there is poorer proprioception in patients 
with chronic pain, whereas proprioception in patients with acute pain is similar to that of 
healthy individuals. Proprioception can also be mediated additionally by the level of 
depression, so proprioceptive evaluation and the level of depression should be used as a 
diagnostic tool, given the importance of these factors in the transition from acute to 
chronic pain. Patients with fibromyalgia show greater deterioration than patients with 
chronic low back pain in terms of sensory measurements, motor function and 
proprioceptive status. Body vibration therapy applied to patients with fibromyalgia 
produces improvements in terms of sensory measurements, motor function and 
proprioceptive status, although these improvements do not remain after a 3-month follow-
up period. 
 
 
 
 
 
10 
 
INTRODUCCIÓN. 
Dolor crónico. 
Definición y tipos. 
El dolor es el síntoma más frecuente en la especie humana, considerado una de las 
experiencias más incapacitantes y la principal causa de sufrimiento. Clásicamente, el 
dolor ha sido clasificado como agudo o crónico dependiendo de su duración: mientras el 
primero remite al tratar la causa, el segundo en cambio dura al menos entre tres y seis 
meses, persistiendo más allá del tiempo de curación de una lesión y, a menudo, puede no 
tener una causa clara (Denk et al., 2014). El dolor agudo se define como dolor de reciente 
aparición y duración limitada (Macintyre et al., 2015) asociado con espasmos en la 
musculatura esquelética y activación del sistema nervioso simpático (Radnovich et al., 
2014) que puede deberse a una cirugía, una lesión o un evento fisiopatológico, como una 
isquemia o un embolismo. El dolor crónico se define como un dolor persistente que puede 
ser continuo o recurrente y de la duración e intensidad suficientes para afectar 
negativamente al bienestar, el nivel de funcionalidad y la calidad de vida del paciente 
(Wisconsin Medical Society Task Force on Pain Management, 2004), pudiéndose 
considerar en la actualidad como una epidemia en nuestra sociedad que llega a afectar al 
17% de la población española (Torralba et al., 2014). 
Según el mecanismo neurofisiológico, existen dos tipos de dolor: el nociceptivo y 
el neuropático. El dolor nociceptivo nace de la amenaza o dañoreal al tejido no neural y 
se desencadena por la activación de nociceptores. Este término se utiliza para describir el 
dolor que se produce con un funcionamiento normal del sistema nervioso 
somatosensorial, en contraste con la función alterada que se observa en el dolor 
neuropático. El dolor neuropático se origina por una actividad neuronal anormal por 
lesión del sistema nervioso central o periférico (Baron et al., 2000). Es prolongado, 
11 
 
severo, quemante, constante, con paroxismos. Existen tres subgrupos de dolor 
neuropático: 1) el generado periféricamente, como las radiculopatías cervical o lumbar, 
las lesiones de los nervios espinales y las plexopatías braquial o lumbosacra, 2) el 
generado centralmente, que implica una lesión del sistema nervioso central a nivel de la 
médula espinal o a un nivel superior, y 3) el síndrome doloroso regional complejo, 
denominado previamente distrofia simpática refleja, caracterizado por alteración 
autonómica localizada junto con alteraciones vasomotoras, aumento de sudoración, 
edema y atrofia (Baron et al., 2000). 
El dolor es una experiencia multidimensional que abarca elementos sensoriales y 
emocionales y que puede tener un fuerte impacto negativo en los estados emocionales de 
los pacientes, así como reducir la calidad de vida (Shuchang et al., 2011; Tan et al., 2008). 
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés) 
define el dolor como una desagradable experiencia sensorial y emocional asociada a daño 
tisular real o potencial, o descrito en términos de dicho daño. Esta descripción incorpora 
una dimensión emocional y cognitiva de la experiencia del dolor, considerando los 
aspectos psicológicos involucrados en el dolor crónico. Así, se reconoce que en la 
modulación del dolor intervienen procesos de aprendizaje neurobiológicos, psicológicos 
y cambios sociales que adquieren mayor importancia a medida que el dolor se cronifica 
(González, 2014). 
Estudios recientes han aumentado la comprensión de los mecanismos que pueden 
causar la transición de dolor agudo a crónico (Radnovich et al., 2014; Denk et al., 2014). 
Algunas características del dolor, como por ejemplo una alta intensidad dolorosa inicial 
o quemazón, junto con ciertas características del paciente, como ser mujer o menor edad, 
aumentan el riesgo de transición del dolor agudo a crónico, así como estados psicológicos 
como ansiedad, depresión, catastrofismo o agresividad (Wang et al., 2009; Carr et al., 
12 
 
2005). Todos estos factores psicopatológicos se consideran factores importantes 
involucrados en la etiopatogenia y el mantenimiento del dolor crónico (Linton et al., 2000; 
Pincus et al., 2002; Nickel et al., 2011; Keogh et al., 2010). Asimismo, otras condiciones 
como el trastorno por estrés postraumático son a menudo comórbidas con el desarrollo de 
dolor crónico (Bosco et al., 2013; López-Arteaga et al., 2017). A medida que el dolor 
persiste, los pacientes están expuestos cada vez más a la acción de factores sociales tales 
como los conflictos familiares o el riesgo laboral, que influirán negativamente en la 
posterior evolución (González, 2014). 
Neurofisiología del dolor. 
La transmisión del dolor es el resultado de complejos procesos periféricos y centrales, los 
cuales pueden modularlo a diferentes niveles, por lo que la percepción del dolor es el 
resultado del equilibrio entre las interacciones facilitadoras e inhibitorias. Así, tanto el 
sistema nervioso central como el periférico están involucrados en la percepción del dolor 
(Figura 1). 
 
Figura 1. Representación esquemática que muestra las vías de dolor (recuperado de 
https://brainchemist.wordpress.com/2010/11/28/pain-sites-of-origin-pathways-and-neurotransmitters). 
 
13 
 
Durante la experiencia de dolor agudo se produce una activación de una gran red 
cerebral, como lo demuestran técnicas de neuroimagen como la resonancia magnética 
funcional. Las áreas más comunes activadas incluyen la corteza insular, las cortezas 
somatosensoriales primarias y secundarias (SI y SII), la corteza cingulada anterior, la 
corteza prefrontal y el tálamo, demostrando el importante papel de estas áreas en los 
aspectos sensorio-discriminativos, cognitivos y afectivos del procesamiento del dolor 
(Villemure et al., 2002; Treede et al., 1999). También las imágenes de resonancia 
magnética estructural han permitido medir cambios en el volumen del tejido cerebral en 
pacientes con dolor crónico (Ashburner et al., 2000; Chung et al., 2003), observándose 
aumentos y disminuciones regionales en el grosor cortical y en la densidad de la materia 
gris en varios tipos de dolor crónico, incluyendo fibromialgia (Robinson et al., 2011; 
Kuchinad et al., 2007) y dolor lumbar crónico (Ung et al., 2012; Apkarian et al., 2004; 
Schmidt-Wilcke et al., 2006; Ivo et al., 2013). Estos estudios indican que las áreas clave 
del cambio observado de la materia gris incluyen regiones dentro de las cortezas insular 
y somatosensorial, en estructuras subcorticales como el tálamo y los ganglios basales, en 
las cortezas parietales, en regiones de la corteza prefrontal y en estructuras implicadas en 
la regulación de la memoria y las emociones, como el hipocampo y la amígdala. Sin 
embargo, ninguna región del cerebro, tronco cerebral o médula espinal es particularmente 
responsable del dolor crónico. En todos los estudios de neuroimagen de dolor crónico, el 
consenso general es que los cambios neurológicos en varias regiones del cerebro están 
implicados en la presencia de dolor crónico y sus síntomas comórbidos (Martucci et al., 
2014). 
 
14 
 
Propiocepción. 
El término propiocepción se compone del latín proprius (propio) y de percepción, 
designándose literalmente así a la propia percepción. Es el sentido de la posición y la 
postura, el movimiento y la velocidad del cuerpo y sus partes. Esto implica la ubicación 
de nuestro cuerpo o partes del cuerpo en el espacio, su relación entre sí, así como la 
extensión y el ritmo con los que las partes del cuerpo cambian su posición (Sherrington, 
1906). 
El neurofisiólogo inglés Sir Charles Sherrington consideró la propiocepción como 
una herramienta necesaria para la regulación de la postura total (equilibrio postural) y la 
postura segmentaria (estabilidad de la articulación), así como para iniciar varias 
sensaciones conscientes periféricas (sensaciones musculares): postura, movimiento 
pasivo, movimiento activo y resistencia al movimiento. Estas sub-modalidades de 
sensaciones corresponden a los términos contemporáneos de “sensación de la posición 
articular” (postura segmentaria), “kinestesia” (sensación del movimiento activo y pasivo) 
y la sensación de la resistencia a un peso o fuerza (Figura 2) (Newcomer et al., 2000). 
 
Figura 2. Sensaciones derivadas de fuentes somatosensoriales (recuperado de Riemann BL, Lephart SM. The sensorimotor system, 
part I: the physiologic basis of functional joint stability. J Athl Train. 2002; 37(1):71-9). 
15 
 
La palabra propiocepción puede ser el término peor utilizado dentro del sistema 
sensoriomotor. Se ha usado incorrectamente como sinónimo e intercambiable con la 
kinestesia, somatosensación o equilibrio (Reeves et al., 2007). No obstante, los 
especialistas de campos como la neurología, la neurofisiología, la neuropsicología, el 
deporte, la medicina del deporte y la cirugía ortopédica tienen diferentes interpretaciones 
de estos términos. En la actualidad, las diferentes conceptualizaciones de propiocepción 
por parte de los investigadores han llevado a diferentes definiciones (Swanik et al., 2004). 
Algunos investigadores definen la propiocepción como el sentido de la posición articular 
solamente, y la kinestesia como la conciencia del movimiento articular (Swanik et al., 
2004; Swanik et al. 2002). Sin embargo, otros autores consideran que la kinestesia es una 
de las submodalidades de la propiocepción,y que la propiocepción alberga tanto al 
sentido de posición global como a la sensación del movimiento articular (kinestesia) 
(Duzgun et al., 2011; Maier et al., 2012). 
La propiocepción ha de ser considerada como la información aferente que surge 
de las áreas periféricas internas del cuerpo y que contribuye al control postural, a la 
estabilidad articular y a varias sensaciones conscientes. Así, forma parte del sentido 
somático de mecanoreceptividad, que abarca dos aspectos del sentido de posición 
(estático y dinámico) y permite al cuerpo mantener la estabilidad y la orientación durante 
cargas estáticas y dinámicas. En este sentido, la propiocepción es imprescindible dentro 
del control de la postura y del equilibrio, ya que proporciona información sobre la 
posición de las distintas articulaciones entre sí y el grado de tensión de la musculatura 
que las mantiene (Newcomer et al., 2000). En contraste con la propiocepción, el término 
somatosensorial (o somatosensación) es más global y abarca toda la información 
mecanoreceptiva, termoreceptiva y dolor que surge desde la periferia, conduciendo a las 
16 
 
sensaciones de dolor, temperatura, táctil (tacto, presión, vibración, cosquilleo, etc.) 
(Guyton et al., 2016; Riemann et al., 2002). 
En la presente tesis, la propiocepción es considerada como uno de los 
componentes más importantes del sistema somatosensorial y es la encargada de informar 
al cerebro de los posicionamientos del cuerpo tanto a nivel estático como dinámico 
(equilibrio estático y dinámico) (Brech et al., 2012; Kim et al., 2014; Jin et al., 2011), 
aportando la sensación de posición y movimiento de las propias extremidades y el cuerpo 
sin usar la visión (Reeves et al., 2007). 
El equilibrio, como una función esencial en la vida cotidiana y en las actividades 
de la vida diaria, se puede definir como una aferencia del sistema nervioso central a partir 
de señales propioceptivas, vestibulares y visuales, pudiéndose dividir en estático y 
dinámico. El equilibrio estático controla la amplitud oscilatoria del cuerpo, y el equilibrio 
dinámico utiliza la interocepción y exterocepción del cuerpo para mantener la estabilidad 
corporal en actividades como caminar, empujar o tirar (Lacour et al., 2008; Wang et al., 
2016). La efectividad del control del equilibrio humano depende de la disponibilidad, 
confiabilidad y procesamiento central de las aferencias visuales, vestibulares y 
propioceptivas (Lackner et al., 2005). 
El control postural es un proceso complejo formado por la integración de 
numerosos procesos sensoriomotores, y mantiene la estabilización y orientación del 
cuerpo en posición erguida: la parte aferente implica el procesamiento central de la 
información sensorial periférica de las vías vestibular, visual y propioceptiva, mientras 
que la parte eferente implica el reclutamiento preciso de poblaciones específicas y 
variables de unidades motoras. En ausencia de visión, existe un predominio del uso de 
información propioceptiva en el control postural, por lo que es la información 
propioceptiva y no la vestibular, la que más ayuda a la estabilización corporal en ausencia 
17 
 
de visión (Vaugoyeau et al., 2006). El sentido propioceptivo es de importancia primordial 
durante el control postural, ya que una posición vertical óptima requiere un buen control 
propioceptivo en tobillos, rodillas, caderas y columna vertebral (Allum et al., 1998). 
La propiocepción involucra varios receptores sensoriales, entre los que se 
incluyen el tacto cutáneo y los receptores de presión, los mecanorreceptores articulares 
(corpúsculos de Paccini y de Ruffini), los husos musculares (detectan cambios en la 
angulación articular) y los órganos tendinosos de Golgi (Hwang et al., 2014; Lions et al., 
2014). Así, como una de las modalidades sensoriales, las señales propioceptivas se 
obtienen a partir de mecanorreceptores incrustados en ligamentos, articulaciones 
facetarias, discos intervertebrales y músculos, por lo que cualquier déficit en la 
propiocepción afectará a la calidad del movimiento (Cholewicki et al., 2005; Felson et 
al., 2009). 
Aunque existen cuatro tipos de receptores dispersos a lo largo de los tejidos 
ligamentosos y capsulares, los receptores de Ruffini son los más frecuentes, 
comportándose como receptores tanto estáticos como dinámicos en función de sus 
características de bajo umbral y adaptación lenta. En contraste, las características de 
adaptación rápida de los corpúsculos de Paccini de bajo umbral hacen que se clasifiquen 
exclusivamente como receptores dinámicos (Hogervorst et al., 1998). También están 
presentes en estos tejidos los órganos tendinosos de Golgi y terminaciones nerviosas 
libres, que proporcionan al sistema nervioso central información sobre la tensión 
muscular. Asimismo, los husos musculares son los responsables de transmitir 
información sobre la longitud del músculo y sus cambios. 
La integración aferente sensorial recibida de todas estas partes del cuerpo 
comienza a nivel de la médula espinal, mediante mecanismos de suma, activación y 
modulación que se producen como resultado de varias combinaciones de sinapsis 
18 
 
excitadoras e inhibitorias con las neuronas aferentes. Regiones supraespinales del sistema 
nervioso central (SNC) como el tronco encefálico y la corteza modulan la información 
sensorial aferente (Riemann et al., 2002). Anatómicamente, el sistema somatosensorial 
se divide en dos partes: la circunvolución postcentral (o corteza parietal anterior) que 
consta de las áreas de Broadmann 3, 1 y 2 (ubicación de la corteza somatosensorial 
primaria) y el opérculo parietal (ubicación de la corteza somatosensorial secundaria) 
(Keysers et al., 2010). Ambas cortezas procesan el tacto y la propiocepción (Wolff et al., 
2013). 
El SNC codifica globalmente la información propioceptiva a través de un conjunto 
de receptores neuronales. La mayoría de la información propioceptiva viaja a niveles más 
altos del SNC a través del tracto espinocerebeloso, ubicado en la región posterior de la 
médula espinal, transmitiendo las señales a la corteza somatosensorial (Guyton et al., 
2006). La mayoría de las sensaciones que viajan en este tracto son el tacto, la presión y 
la vibración, aunque también se ha atribuido a este tracto la apreciación consciente de la 
posición. En contraste con la apreciación sensorial consciente asociada a los tractos 
laterales dorsales, se cree que los tractos espinocerebelosos son responsables de la 
"propriocepción no consciente" (posición de extremidades, ángulos de las articulaciones 
y tensión muscular) (Travell et al., 2002). 
Medición de la propiocepción. 
Para la medición de la propiocepción, se han descrito tres enfoques o métodos 
fundamentales: método de límites, método de ajuste y método de estímulos constantes 
(Adams et al., 2012). 
En el método ascendente de límites, el experimentador comienza el estímulo a un 
nivel tan bajo que no puede ser detectado por el participante. El nivel de estímulo se 
incrementa gradualmente hasta que el participante informa que puede percibirlo. En el 
19 
 
método descendente de límites, el procedimiento se invierte. Este método describe la 
determinación del umbral para la percepción del movimiento cuando el nivel de estímulo 
(ángulo de la articulación) se altera (aumenta y disminuye) lentamente. Tanto el método 
de aumento como el de disminución se usan alternativamente y los umbrales se 
promedian. El umbral para la detección de movimiento pasivo de la técnica de 
propiocepción es una forma del método de límites, donde los participantes deben detectar 
el movimiento de la articulación a diferentes velocidades (Röijezon et al., 2015; 
Weerakkody et al., 2008). 
Se ha evidenciado que las personas con dolor crónico tienen menor agudeza para 
detectar cambios posicionales durante la prueba del umbral de percepción del movimiento 
pasivo (Andrusaitiset al., 2011; Lee et al., 2010). 
 
Figura 3: Test de detección del umbral de percepción del movimiento pasivo (recuperado de Yasuda K, Sato Y, Iimura N, Iwata H. 
Allocation of attentional resources toward a secondary cognitive task leads to compromised ankle proprioceptive performance in 
healthy young adults. Rehabil Res Pract. 2014; 2014:170304). 
 
20 
 
La prueba de reposicionamiento articular mide cómo de bien o de qué manera 
puede un participante replicar una posición objetiva de una articulación, la cual se 
representa a través de feedback visual, orientación manual o feedback verbal. Estas 
posiciones objetivas pueden variar desde posturas neutras hasta flexión, extensión, 
desviación lateral y/o rotación. Después de la presentación de la posición objetiva, el 
participante se mueve fuera de la posición y se le pide que la replique activamente 
(reposicionamiento activo) o que indique cuánto se han movido pasivamente hacia la 
posición (reposicionamiento pasivo). Para la medición se utilizan diversos dispositivos, 
incluidos sensores electrónicos, electrogoniómetros, dispositivos de movimiento lumbar 
personalizados y cintas métricas (Silfies et al., 2007; Yilmaz et al., 2010; Henry et al., 
2006). 
El método de ajuste, también conocido como el método del error promedio, se 
basa en un procedimiento psicofísico clásico en el que se le pide al observador que 
controle y altere el nivel de un estímulo de prueba hasta que sea el mismo que el nivel de 
un estímulo de referencia (Goble et al., 2010). Este método utiliza el test de sentido de 
posición articular, definido clínicamente como la habilidad del sujeto para reconocer una 
posición articular y más tarde reproducirla de forma activa o pasiva. 
 
Figura 4: Test de sentido de posición articular (recuperado de Larsen R, Lund H, Christensen R, Røgind H, Danneskiold-Samsøe B, 
Bliddal H. Effect of static stretching of quadriceps and hamstring muscles on knee joint position sense. Br J Sports Med. 2005; 
39(1):43-6). 
21 
 
La figura 4 ilustra un ejemplo de medición del sentido de la posición de la 
articulación en posición prona y en posición sedente. Se le pide al sujeto que flexione 
activamente o extienda la rodilla hasta que se logre la posición de destino, la mantiene 5 
segundos y después vuelve a la posición de reposo. Posteriormente se le pide al sujeto 
que coloque voluntariamente la pierna homolateral o contralateral en la misma posición 
y notifique cuando crea que se ha colocado en el mismo ángulo que anteriormente. Es un 
método simple para medir la precisión de la replicación de la posición y se puede realizar 
de forma activa o pasiva en las posiciones de la cadena cinética abierta y cerrada 
(Riemann et al., 2002; Lönn et al., 2000) usando un electrogoniómetro para la medición 
del ángulo articular (De Almeida et al., 2015; Mir et al., 2014) o bien un dinamómetro 
isocinético (Torres et al., 2016). 
En el método de estímulos constantes, los niveles de intensidad del estímulo no 
se presentan en un orden secuencial, por lo que el participante no puede predecir el nivel 
del siguiente estímulo, reduciéndose así los errores de expectativa y habituación. Los 
participantes comparan dos movimientos, los cuales tienen posiciones de inicio y fin 
claramente definidas, para determinar qué estímulo es mayor (Ribeiro et al., 2011). 
Siguiendo este método, se desarrolló la evaluación activa de discriminación de la 
extensión de movimiento (AMEDA, por sus siglas en inglés) que prueba la capacidad de 
los participantes de utilizar información propioceptiva (Waddington et al., 1999). Las 
pruebas AMEDA se realizan usando movimientos activos. 
22 
 
 
Figura 5: Aparato de discriminación activa de la extensión del movimiento para probar la propiocepción en columna vertebral 
(recuperado de Han J, Waddington G, Anson J, Adams R. Level of competitive success achieved by elite athletes and multi-joint 
proprioceptive ability. J Sci Med Sport. 2013; 18 (1): 77-81). 
 
En el procedimiento AMEDA para evaluar propiocepción en columna vertebral, 
los participantes han de usar camiseta, pantalones cortos y han de estar descalzos. Se 
colocan frente a la columna AMEDA de altura ajustable con sus dedos gordos de los pies 
bien alineados. Para cada ensayo del test, los participantes realizan un movimiento activo 
de flexión de columna a un ritmo constante, comenzando desde la posición neutra de pie 
y van flexionando hacia adelante hasta que su esternón toca el botón del motor de la 
columna, el cual no pueden ver durante el movimiento. Después de regresar a la posición 
vertical al mismo ritmo, los participantes identifican la extensión de columna que han 
experimentado, de las cinco distancias posibles. 
Existen otras formas de medir la propiocepción usando la plataforma de fuerza y 
la posturografía dinámica computerizada. La plataforma de fuerza es un dispositivo que 
computa el área recorrida por el centro de presión mientras el paciente está situado sobre 
la plataforma. El centro de presión de un cuerpo corresponde al punto sobre el cual se 
debe aplicar la resultante de todas las fuerzas ejercidas por el campo de presión sobre ese 
23 
 
cuerpo para que el efecto de la resultante sea igual a la suma de los efectos de las presiones 
(Franc et al., 2014; Sheeran et al., 2013). La amplitud del centro de presión es la distancia 
total recorrida en las direcciones medial-lateral y anterior-posterior durante las 
evaluaciones de equilibrio, proporcionando buena información sobre el desplazamiento 
del cuerpo en estas direcciones (Swanenburg et al., 2008). En este tipo de plataforma 
también se puede medir el límite de estabilidad, que es la cantidad de excursión máxima 
que un individuo puede cubrir intencionalmente en cualquier dirección sin perder su 
equilibrio o dar un paso (Sheeran et al., 2013; Franc et al., 2014), siendo a veces 
necesarias estrategias de corrección que dependerán principalmente de una buena 
propiocepción. 
La posturografía dinámica computarizada proporciona una evaluación objetiva 
del control postural, siendo una técnica objetiva para medir estrategias posturales en 
condiciones estáticas y dinámicas, determinando el uso que hace un individuo de los 
sistemas somatosensoriales (entre ellos la propiocepción) responsables del equilibrio 
(Vanicek et al., 2013; American Academy of Neurology, 1993). 
Asimismo, existe otra manera de medición del equilibrio y los parámetros 
mecánicos del movimiento, mediante programas informáticos de análisis de 
movimiento, grabando las pruebas realizadas y analizándolas posteriormente. Estos 
programas utilizan técnicas de visión computacional, reconocimiento de patrones y flujo 
óptico para posibilitar el seguimiento de objetos, generando datos de trayectoria, 
velocidad, aceleración y movimiento angular. El equipo consta de una cámara digital y 
un software, que ha de calibrarse al comienzo de cada grabación de vídeo. La calibración 
consiste en proporcionar una medición de referencia al software, que se utilizará para 
realizar todos los cálculos. Se colocan una serie de marcadores en ciertos puntos de 
referencia óseos para facilitar el registro de diferentes parámetros de movimiento. Los 
24 
 
resultados son similares a los proporcionados por una plataforma de fuerza convencional 
(Quixadá et al., 2016; Peña et al., 2013). Esta tesis utilizó esta forma de medición de la 
propiocepción, utilizando un software de código abierto (CvMob 3.1) desarrollado para 
el análisis de vídeos de movimientos humanos (Peña et al., 2013). 
Por otra parte, se encuentran toda una serie de instrumentos diseñados 
específicamente para valorar la capacidad de equilibrio estático y dinámico. Todos 
ellos, comparten el mismo concepto, que es valorar las diferentes oscilaciones medio-
laterales y anterior-posteriores del centro de gravedad durante la ejecución de un test de 
equilibrio estáticoo dinámico (Don et al., 2017; Lima et al., 2017). Entre ellos, se 
encuentra el Posturomed (Fig. 6) (McCaskey et al., 2015), el Neurocom (Fig. 7) (Etemadi 
et al., 2016), el TecnoBody (Fig. 8) (Saragiotto et al., 2016) y el Biodex Balance system 
(Fig. 9) (Soliman et al., 2017). 
 
Figura 6: Posturomed (recuperado de McCaskey MA, Schuster-Amft C, Wirth B, de Bruin ED. Effects of postural specific 
sensorimotor training in patients with chronic low back pain: study protocol for randomised controlled trial. Trials 2015; 16(1):571). 
25 
 
 
Figura 7: Tecnobody (recuperado de http://www.medicalexpo.es/prod/woodway/product-70555-776989.html#product-item_776991). 
 
Figura 8: Neurocom (recuperado de http://www.interempresas.net/Medico-hospitalario/FeriaVirtual/Producto-Equipos-para-
rehabilitacion-fisica-y-sensorial-Neurocom-Basic-Balance-Master-100831.html). 
 
Figura 9: Biodex Balance System (recuperado de http://m.biodex.com/physical-medicine/products/balance/balance-system-sd). 
26 
 
Por último, también se pueden utilizar test funcionales para valorar el 
equilibrio, como el Timed up and go test y la Escala de Berg. El Timed up and go test 
valora el equilibrio y la movilidad más funcional. Evalúa las transferencias desde 
sedestación, marcha y cambios de dirección en un trayecto de 3 metros. Se cuantifica en 
segundos y todo tiempo superior a 14 indica déficit de equilibrio y alto riesgo de caída 
(Saragiotto et al., 2016). La Escala de Berg se utiliza para valorar tanto el equilibrio 
funcional estático como el dinámico asociado a actividades de la vida diaria. Comprende 
14 ítems que se cuantifican de 0 a 4, con una puntuación máxima de 56. Los pacientes 
con bajos resultados tienen alto riesgo de caída (Lima et al., 2017; Saragiotto et al., 2016). 
Ambos instrumentos son los más utilizados en los diferentes estudios, debido a su 
facilidad de aplicación y se han utilizado también en los estudios de esta tesis. 
Entrenamiento de la propiocepción. 
Este entrenamiento tiene como objetivo prioritario la mejora del equilibrio tanto estático 
como dinámico, así como un óptimo control postural global y segmentario (McCaskey et 
al., 2014; Morone et al., 2012; Paolucci et al., 2012). Existen una serie de programas 
supervisados de ejercicios propioceptivos que han tenido efectos beneficiosos a corto 
plazo tanto en manifestaciones de la enfermedad como en el deterioro funcional, así como 
en medidas sensitivas como el umbral de dolor (Paolucci et al., 2016; Busch et al., 2008; 
Demir-Göçmen et al., 2013). Se ha evidenciado que el entrenamiento propioceptivo 
puede llegar a mejorar el nivel de dolor, así como el equilibrio estático y dinámico, 
valorado con pruebas estandarizadas como el Timed up and go test y la Escala de Berg 
(Geneen et al., 2017; Lima et al., 2017). Así, este tipo de entrenamiento tiene un impacto 
muy favorable en la reducción del dolor (Bank et al., 2013; Norris et al., 2008; Jacobs et 
al., 2010; Sipko et al., 2012), ya que una buena integración del sistema propioceptivo en 
27 
 
el control neuromuscular es esencial para la realización de las actividades de la vida diaria 
de una forma segura y sin dolor (Morone et al., 2012; Paolucci et al., 2012). 
El miedo al ejercicio es un factor común entre los pacientes con dolor crónico 
(Lundberg et al., 2006; Turk et al., 2004). Esta inactividad, agravada a veces por factores 
psicosociales como por ejemplo el estatus económico o el aislamiento social, puede 
empeorar aún más los déficits propioceptivos (Trost et al., 2002; Moseley et al., 2015; 
Abenhaim et al., 2000). Asimismo, se han de tener en cuenta otros factores 
sociodemográficos que pueden influyen negativamente en el desarrollo de problemas 
propioceptivos en la población con dolor crónico, como la edad, la altura, o el peso, 
variables controladas en cada uno de los tres estudios que componen la presente tesis, ya 
que la presencia de dolor únicamente no justifica este deterioro (McCaskey et al., 2015; 
Akkaya et al., 2013). 
La restitución de los patrones motores neuromusculares sanos y la mayor 
variación del aporte sensorial reducen el estrés mecánico a través de una mejor 
coordinación muscular y pueden prevenir la recurrencia del dolor crónico, mediante un 
entrenamiento de equilibrio y el estímulo repetitivo de los receptores sensoriales y la 
posterior integración de estas percepciones en la médula espinal, la protuberancia y las 
áreas corticales superiores (O'Riordan et al., 2014). Esto lleva a una mayor percepción de 
la posición y el movimiento de las articulaciones, mejorando la estabilización 
inconsciente de las articulaciones y favoreciendo así una buena propiocepción (Del Pozo 
et al., 2011). 
La realidad es que en los últimos años se ha incrementado el número de estudios 
donde interviene el entrenamiento propioceptivo para la mejora de la sintomatología de 
la población con dolor crónico (McCaskey et al., 2014; Parfrey et al., 2014; Santos et al., 
2013). Sin embargo, aún sigue sin quedar claro cuál de todos los entrenamientos es el más 
28 
 
eficaz, por lo que el efecto exacto .de estas intervenciones aún se discute 
controvertidamente (Kim et al., 2011; Brooks et al., 2012; Ribeiro et al., 2015). Así, en 
los últimos años han surgido técnicas de rehabilitación neuromuscular que abordan las 
deficiencias sensoriales mediante el aumento del desafío propioceptivo (Häfelinger et al., 
2010; Lee et al., 2014). Sin embargo, el análisis de la literatura científica demuestra que 
la intervención en dolor crónico basada exclusivamente en ejercicio propioceptivo es 
escasa y está basada mayoritariamente en ejercicios de concienciación corporal con 
superficies inestables (McCaskey et al., 2015). 
Entre estos ejercicios se encuentran todos aquellos tratamientos realizados en 
diferentes superficies que estimulan los receptores propioceptivos: 
• Superficies inestables usadas en fisioterapia como el BOSU®, el plato de 
Freeman o el balón suizo (fig. 10), que se pueden usar como superficies inestables 
para entrenamiento propioceptivo. Investigaciones recientes confirman que la 
activación muscular aumenta en estas superficies en comparación con las 
superficies firmes (Anderson et al., 2005; McCaskey et al., 2014). 
 
Figura 10: BOSU®, balón suizo y plato de Freeman (elaboración propia). 
 
 
29 
 
• Superficies perceptivas y táctiles (Paolucci et al., 2012; Paolucci et al., 2016). 
 
Figura 11: Superficie perceptiva y táctil (recuperado de Morone G, Iosa M, Paolucci T. Efficacy of perceptive rehabilitation in the 
treatment of chronic non specific low back pain through a new tool: a randomized clinical study. Clinical Rehabilitation. 2012; 26 
(4):339-50). 
 
• Plataformas controladas por ordenadores que generan oscilaciones y vibraciones 
a diferentes frecuencias y que son controladas por sistemas informáticos que, 
mediante una plataforma, van proporcionando inestabilidad en el eje anterior-
posterior y medial-lateral (Eils et al., 2001; Heitkamp et al., 2001). Estas 
plataformas buscan restablecer, mediante un entrenamiento sensoriomotor, el 
déficit propioceptivo y reducir el dolor (McCaskey et al., 2014; McCaskey et al., 
2015). Se ha evidenciado que el uso de estas plataformas en pacientes con 
fibromialgia mejora la funcionalidad y el equilibrio (Sañudo et al., 2013), así 
como los índices de estabilidad medial-lateral y anterior-posterior (Adsuar et al., 
2012). 
 
 
 
30 
 
 
Figura 12: Plataforma oscilatoria controlada por ordenador (recuperado de McCaskey MA, Schuster-Amft C, Wirth B, de Bruin ED. 
Effects of postural specific sensorimotor training in patients with chronic low back pain: study protocol for randomised controlled 
trial. Trials 2015; 16(1):571) 
 
Figura 13: Plataforma de vibración rotacional (izquierda) y vertical (derecha) (recuperado de Abercromby AF, Amonette WE, Layne 
CS, McFarlin BK, Hinman MR,Paloski WH.Vibration exposure and biodynamic responses during whole-body vibration training. 
Med Sci Sports Exerc 2007; 39:1794-800). 
 
31 
 
Además, existen otros tratamientos para mejorar la propiocepción como la 
Facilitación Neuromuscular Propioceptiva (FNP) y la Terapia Reequilibradora del 
Aparato Locomotor (TRAL). La Facilitación Neuromuscular Propioceptiva fue 
desarrollada por Kabat en la década de 1950 (Kabat, 1950) y se utiliza para aumentar el 
rango de movimiento y fuerza, ya que el dolor lleva a la inmovilización y restricción, que 
puede crear un patrón anormal de movimiento (Whiting et al., 2001). La Terapia 
Reequilibradora del Aparato Locomotor es un método de recuperación funcional 
dinámico que utiliza la estática y la cinética, así como la toma de conciencia a través del 
movimiento y del peso corporal, activando las respuestas propioceptivas de las 
extremidades inferiores (De Antolín, 1999). 
 
Relación entre el dolor crónico y la propiocepción. 
El dolor crónico se ha asociado con cambios en la estructura y función cerebral (Apkarian 
et al., 2004) y estos cambios podrían sustentar alteraciones en el procesamiento de la 
información propioceptiva. Asimismo, el daño tisular en la zona de dolor puede 
involucrar a los receptores en los músculos que proporcionan información propioceptiva, 
como los husos musculares, principales responsables de la sensación de posición y 
movimiento de las extremidades, alterando el procesamiento propioceptivo (Proske et al., 
2012). Además, el dolor crónico puede asociarse con distorsiones percibidas de la 
extremidad dolorosa, ya sea en tamaño, forma o postura (Lewis et al., 2007; Moseley et 
al., 2008), relacionándose también con poca conciencia de la ubicación de la zona 
dolorosa en el cuerpo (Lewis et al., 2010). Los trastornos en el sentido de posición de la 
extremidad, componente de la propiocepción, suelen ser frecuentes en dolor crónico, 
perpetuándose los problemas en la retroalimentación propioceptiva (McCaskey et al., 
2014). 
32 
 
Una teoría comúnmente descrita sugiere que una variabilidad aferente reducida de 
los receptores propioceptivos periféricos causa deficiencias neuromusculares (Sipko et 
al., 2013). Estas deficiencias podrían conducir a una actividad muscular inapropiada, es 
decir, a una sobreutilización o a una infrautilización, lo cual contribuiría a su vez a tensar 
la musculatura, al desequilibrio muscular, a la adopción de malas posturas y al dolor 
(Claeys et al., 2011; Jacobs et al., 2010; Dai et al., 2012; Sheeran et al., 2013). Esta 
incongruencia sensoriomotora y propioceptiva puede desembocar en dolor crónico y otras 
alteraciones sensoriales (Jacobs et al., 2010; Sipko et al., 2012; Moseley et al., 2015). Si 
esta situación es mantenida a lo largo del tiempo, empeorará el dolor y se instaurará el 
proceso de sensibilización central, produciendo cambios y disfunciones motoras (Jacobs 
et al., 2010). Así, diferentes estudios realizados con población con dolor crónico muestran 
la relación entre dolor y cambios propioceptivos adaptativos (Lee et al., 2010; Rolli et al., 
2013; Langevin et al., 2007) como por ejemplo los observados en extremidades inferiores 
ante la presencia de dolor crónico (Hirata et al., 2011) objetivados mediante el deterioro 
del reposicionamiento articular y del sentido de la posición en la articulación de la rodilla 
(Felson et al., 2009). 
En esta tesis se explorará la relación entre dolor crónico y propiocepción mediante 
estudios que incluirán dos de los grandes procesos de dolor crónico que más afectan a la 
población: la fibromialgia y el dolor lumbar crónico. La fibromialgia se considera el 
síndrome prototípico del dolor crónico central. Sin embargo, el uso del término central 
no quiere decir que las aferencias nociceptivas periféricas no contribuyan al dolor del 
paciente. Al contrario, el paciente siente más dolor del que normalmente se esperaría 
según el grado de aferencia nociceptiva. A diferencia del dolor nociceptivo y neuropático, 
que se asocia con daño tisular o nervioso identificable, el dolor de la fibromialgia es 
menos claro y puede originarse por desequilibrios neuroquímicos en el sistema nervioso 
33 
 
central que conducen a un aumento de la percepción del dolor, tipificado por alodinia 
(dolor debido a un estímulo que no suele provocar dolor) e hiperalgesia (aumento de la 
sensibilidad frente a un estímulo nocivo) (Arnold et al., 2016). La fibromialgia es una 
enfermedad crónica que causa dolor, rigidez y sensibilidad en músculos, tendones y 
articulaciones. También se caracteriza por alteraciones del sueño, cansancio, fatiga, 
ansiedad, depresión y alteraciones en las funciones intestinales. Es una entidad de 
etiología idiopática-desconocida, que se estima afecta al 2-4% de la población, siendo 
más común en mujeres (prevalencia del 4,2%) que en hombres (prevalencia de 0,2%) 
(Chaves, 2013). 
El dolor lumbar crónico se puede definir como un proceso doloroso ubicado entre 
el último arco costal y el pliegue glúteo, cuyos síntomas duran más de doce semanas. 
Puede ser desencadenado por diversos factores, como distensiones, puntos gatillo 
miofasciales, cambios en las articulaciones o en los discos intervertebrales y disfunción 
de la articulación sacroilíaca. Su prevalencia estimada entre la población española es del 
7,7% (Humbría et al., 2002). 
El dolor en el síndrome de fibromialgia y el dolor lumbar crónico presentan 
características comunes. Ambas condiciones muestran hiperalgesia en comparación con 
las personas sanas, signos de sensibilización central, el aumento de la excitabilidad en el 
sistema nervioso central y la modulación anormal del dolor endógeno (Giesecke et al., 
2004). Además, ambas patologías se han asociado con deficiencias en la función motora 
y el mecanismo de control motor, ya que las interferencias nociceptivas de larga duración 
pueden causar adaptaciones neurológicas a largo plazo del comportamiento postural y 
motor (Brumagne et al., 2008; Jones et al., 2011). En este sentido, ambas patologías se 
han asociado con la excitabilidad y / o la reorganización de la corteza motora (M1) 
34 
 
(Bingel et al., 2004) y con alteraciones del equilibrio relacionadas con los cambios en la 
percepción corporal (Claeys et al., 2011; Bennett et al., 2007). 
A pesar de los avances en la comprensión de la neurofisiología y el tratamiento 
del dolor crónico, no existe una clara comprensión de las diferencias de la fibromialgia 
con otros trastornos del dolor crónico periférico, como la osteoartritis o la artritis 
reumatoide (que a menudo tiene elementos de dolor central) y otros procesos de dolor 
crónico como el dolor lumbar crónico. 
Fibromialgia y propiocepción. 
Se han objetivado alteraciones propioceptivas en fibromialgia como déficits en el 
reposicionamiento cervicocefálico (Vaillant et al., 2017). Asimismo, la fibromialgia ha 
sido relacionada con un déficit en el equilibrio (Costa et al., 2017; Ulus et al., 2013; Jones 
et al., 2009; Russek et al., 2009; Rutledge et al., 2010) relacionado no solamente con la 
presencia de dolor, sino con otros hallazgos como los déficits propioceptivos encontrados 
en músculos como el gastrocnemio, agonista del balanceo hacia delante dentro del control 
postural (Jones et al., 2011; Di Giulio et al., 2009). Así, se ha objetivado que en pacientes 
con fibromialgia este balanceo corporal suele presentar un área de oscilación anterior 
aumentada (Di Giulio et al., 2009). No obstante, se ha de tener en cuenta que la 
medicación usada por pacientes con fibromialgia, como por ejemplo los antidepresivos, 
puede influir negativamente sobre el equilibrio (Hartikainen et al., 2007). 
Dolor lumbar crónico y propiocepción. 
Existen diferencias en la propiocepción entre sujetos con lumbalgia crónica y sujetos sin 
dolor (O’Sullivan et al., 2003). Los déficits propioceptivos existen independientementede la causa de la disfunción de la espalda y pueden representar un aspecto fisiopatológico 
35 
 
importante (Luomajoki et al., 2011; Henry et al., 2006; Hobbs et al., 2010; Lee et al., 
2010). 
 Se piensa que la propiocepción tiene un papel clave en el mantenimiento de la 
movilidad y la estabilidad de la columna (Newcomer et al., 2000; Gill et al., 1998; Hobbs 
et al., 2010; Lee et al., 2010). Los pacientes con dolor lumbar crónico tienen patrones 
modificados de reclutamiento muscular (Langevin et al., 2007; Hodges et al., 2009), 
menor control postural (Claeys et al., 2011; Stergiou et al., 2011), diferencias en el control 
motor tales como latencias reflejas musculares más largas (Cholewicki et al., 2005) y 
parecen depender más de la propiocepción en segmentos corporales distales del cuerpo, 
debido a la alteración de la propiocepción proximal (estabilidad de la zona central del 
cuerpo) (Claeys et al., 2011). Dichos síntomas ocurren temprano en la historia de inicio 
del dolor y se han asociado a una disminución de la capacidad del sistema nervioso central 
para procesar las entradas propioceptivas (Wand et al., 2011). 
Asimismo, se muestra un vínculo entre estar sentado (especialmente durante 
mucho tiempo y en posturas desplomadas) y el agravamiento de dolor lumbar. Esto es 
probablemente debido a la inactividad muscular, que causa la transmisión de fuerzas a 
estructuras espinales y provoca estrés en los tejidos blandos. El deterioro en la 
propiocepción lumbar promueve la adopción y el mantenimiento de malas posturas, 
conduciendo a posturas con escasas ventajas mecánicas musculares. Además, la 
propiocepción deteriorada puede reducir la sensibilidad a los desafíos posturales y 
perpetuar este pobre posicionamiento (O’Sullivan et al., 2003). En este sentido, la 
sedestación proporciona menor retroalimentación sensorial en comparación con la 
posición de bipedestación, debido a una menor sensibilidad de los mecanorreceptores 
musculares al estar sentado (Tong et al., 2017). 
36 
 
 Según las investigaciones citadas anteriormente, la relación entre dolor crónico y 
propiocepción debe ser estudiada con mayor profundidad. Conocer los mecanismos y 
factores de riesgo de la transición de dolor agudo a crónico o examinar las diferencias 
entre las dos entidades de dolor crónico más importantes, como son la fibromialgia y el 
dolor lumbar crónico, puede aportar evidencia ante la falta de estudios existentes en este 
campo. Asimismo, se hace necesario un mayor conocimiento de la efectividad real que 
poseen los entrenamientos específicos propioceptivos sobre la sintomatología de 
pacientes con dolor crónico (Vaillant et al., 2017). Una mejor comprensión de estos 
conceptos ayudaría a establecer terapias efectivas e individualizadas en estos pacientes 
(Rutledge et al., 2010). 
 
37 
 
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN: OBJETIVOS E HIPÓTESIS 
La problemática que plantea el dolor crónico dentro de un marco biopsicosocial hace 
necesario un mayor conocimiento del dolor y de su evaluación. Debido a la importancia 
de esta evaluación, uno de los aspectos que podría aportar comprensión al proceso de 
cronificación del dolor sería conocer la asociación entre el dolor y la propiocepción, que 
diera como resultado una mejor comprensión de este proceso y ayudar en la comprensión 
de la transición del dolor agudo al crónico. 
Asimismo, resulta clave conocer las posibles diferencias existentes en 
sintomatología de dos de los grandes procesos de dolor crónico que más afectan a la 
población, como son la fibromialgia y el dolor lumbar crónico. El hecho de establecer 
posibles diferencias en cuanto a umbrales sensitivos, función motora, así como en 
medidas propioceptivas entre pacientes con fibromialgia y dolor lumbar crónico, en 
comparación con personas sin dolor, podría acercarnos a un mayor conocimiento del 
proceso de cronificación del dolor. La documentada presencia de deterioro propioceptivo 
en ambos procesos dota de gran relevancia la necesidad de valorar pormenorizadamente 
la propiocepción, así como la puesta en marcha de programas efectivos de entrenamiento 
propioceptivo que puedan, por ejemplo, mejorar la sintomatología asociada a procesos de 
dolor crónico. 
Aunque existe una controversia en cuanto a la efectividad de tratamientos 
propioceptivos dirigidos a la mejora del estado de pacientes con dolor crónico, se ha 
evidenciado que este tratamiento incide sobre el dolor. Sin embargo, aún queda por 
determinar qué tipo de entrenamiento propioceptivo es el más beneficioso para estos 
pacientes. Asimismo, debido a las pocas posibilidades terapéuticas en pacientes con 
fibromialgia, resulta necesario profundizar en el conocimiento de la terapia mediante la 
plataforma de vibración corporal y si su uso resulta útil en pacientes con fibromialgia. 
38 
 
En base a lo anterior, se han formulado las siguientes preguntas de investigación: 
- ¿Aumenta el deterioro propioceptivo con la cronicidad del dolor? 
- ¿Qué relación existe entre los principales procesos de dolor crónico y la propiocepción? 
- ¿En qué aspectos se diferencian dos de los procesos de dolor crónico con mayor 
relevancia, como son la fibromialgia y el dolor lumbar crónico? 
- ¿Es la terapia de vibración corporal un método útil para la disminución de la 
sintomatología en la fibromialgia? 
 
Objetivos 
General: 
• El objetivo general de esta tesis doctoral fue analizar la relación entre dolor 
crónico y propiocepción. 
Específicos: 
• Conocer las diferencias a nivel propioceptivo entre dolor agudo y crónico. 
• Conocer las diferencias entre dolor lumbar crónico y fibromialgia en cuanto a 
nivel de dolor, función motora, medidas sensitivas y propioceptivas. 
• Conocer la utilidad de un método de entrenamiento propioceptivo en pacientes 
con fibromialgia, como es el uso de una plataforma de vibración corporal, sobre 
la sintomatología estos pacientes. 
 
Hipótesis de trabajo 
• El deterioro propioceptivo es mayor en personas con dolor crónico que en 
personas con dolor agudo o sin dolor. 
39 
 
• La fibromialgia presenta un deterioro mayor que el dolor lumbar crónico en 
cuanto a medidas sensitivas, función motora y medidas propioceptivas. 
• La terapia de vibración corporal es un tratamiento útil en pacientes con 
fibromialgia. 
 
 
40 
 
METODOLOGÍA 
Este apartado describe las características generales de los participantes, las medidas de 
autoinforme, las tareas experimentales y las diferentes técnicas y registros en los 
componentes de esta tesis. 
Esta descripción se ha incluido con el objeto de ofrecer un panorama general de 
la metodología utilizada en esta tesis doctoral y que sirva de hilo conductor en la 
compresión de las distintas facetas del estudio y sus diferentes componentes y contenidos. 
La tabla 1 resume la metodología utilizada en cada uno de los diferentes estudios. 
 
Tabla 1. Resumen de las medidas utilizadas en los diferentes estudios. 
Instrumento Dimensiones Estudio 
Cuestionario de Impacto de la 
Fibromialgia (FIQ) (Marshall et 
al., 2017). 
 
Instrumento validado para cuantificar 
el impacto global de la fibromialgia en 
varias dimensiones (nivel de dolor, 
fatiga, ansiedad, depresión, etc). Un 
nivel más alto indica impacto mayor 
sobre la persona. 
Estudios 2 y 3 
Cuestionario de dolor de McGill 
versión corta (Marques et al., 
2001). 
 
Esta forma abreviada consiste en 15 
descriptores (11 sensoriales y 4 
afectivos), incluyendo el Índice de 
dolor actual y una escala visual 
analógica de dolor. 
Estudio 2 
41 
 
Cuestionario para depresión 
PHQ-9 (Dobscha et al., 2009). 
. 
Herramienta de diagnóstico de 
síntomas relacionados con la depresión 
que consta de 5 escalas que cubren 
depresión, ansiedad, somatoformia, 
alcohol y alimentación, evaluadas de 
"0" (no del todo) a "3" (casi todos los 
días), ayudando a identificar síntomas 
relacionados conla depresión. 
Estudio 1 
Escala visual analógica de dolor. 
(Stener-Victorin et al., 2003) 
Método validado para cuantificar el 
dolor consistente en una escala 
analógica que va desde 0 (no dolor) 
hasta 100 (mayor nivel de dolor). 
Estudio 3 
Umbral de dolor a la presión 
evaluado mediante algometría 
expresado en Newtons (Force 
One, Wagner Instruments) 
(Kinser et al., 2009) 
 
Se ejerce una presión sobre diferentes 
puntos corporales hasta llegar al 
umbral de dolor. 
Estudios 1, 2 y 3 
Umbral de vibración evaluado 
mediante el Vibratron, expresado 
en Unidades de Vibración 
(Physitemp Instruments, Clifton, 
La prueba comienza con la intensidad 
de la vibración por encima del umbral 
(detectada fácilmente por el paciente), 
y luego se reduce gradualmente, 
Estudios 2 y 3 
42 
 
USA) (Deng et al., 1993). 
 
pidiendo a los participantes que 
indiquen cuándo no se percibe la 
vibración. 
Escala de Berg (Berg et al., 
1991). 
 
Herramienta de evaluación de 
equilibrio funcional, que consta de 14 
tareas funcionales calificadas con 
valores que van desde 0 (no se puede 
realizar) a 4 (rendimiento normal). Los 
puntajes generales van desde 0 
(balance severamente deteriorado) a 
56 (balance excelente). 
Estudios 2 y 3 
Prueba de 6 minutos marcha 
(American Thoracic Society, 
2002). 
 
Es una prueba funcional que mide la 
distancia total recorrida por una 
persona en 6 minutos. 
Estudios 2 y 3 
Escala de Borg (Borg, 1982). 
 
Es una medida de autoinforme de la 
fatiga y la percepción subjetiva de la 
disnea. Consiste en una escala de 10 
puntos que va desde 0 (falta completa 
de disnea o fatiga) hasta 10 (disnea 
máxima o fatiga). Las calificaciones se 
obtuvieron antes y después de la 
prueba de 6 minutos marcha. 
Estudio 2 
43 
 
Timed up and go test (Podsiadlo 
et al., 1991). 
 
Los pacientes reciben instrucciones de 
sentarse en una silla con respaldo, 
levantarse de la silla, caminar hasta 
una marca ubicada a 3 metros, volver a 
la silla y sentarse nuevamente. El 
desempeño de la tarea, medido en 
segundos, se correlaciona con la 
velocidad de la marcha, el equilibrio y 
el nivel funcional. 
Estudios 2 y 3 
Fuerza isométrica de la 
musculatura de la espada 
evaluada con dinamómetro y 
expresada en kilogramos (Takei 
Physical Fitness Test 
T.K.K.5002) (Imagama et al., 
2011). 
 
Los participantes colocan los pies en la 
parte superior de una plataforma, se 
inclinan hacia adelante con 30º de 
flexión lumbar y estiran la espalda, 
tratando de colocar el cuerpo lo más 
vertical posible. 
Estudios 2 y 3 
Índice de Calidad de Vida 
(Mezzich et al., 2000) 
 
Test autoinformado que mide la 
calidad de vida relacionada con la 
salud en 10 áreas: bienestar físico, 
bienestar psicológico y emocional, 
autocuidado e independencia 
functional, función ocupacional, 
Estudio 3 
44 
 
relaciones interpersonales, apoyo 
socioemocional, apoyo de la 
comunidad, plenitud personal, 
plenitud espiritual y calidad de vida en 
general. 
Software de análisis de 
movimiento CvMob 3.1 (Khasnis 
et al., 2003; Peña et al., 2013). 
 
El análisis de los parámetros de 
movimiento se realiza utilizando un 
software gratuito de código abierto 
para el análisis de la visión por 
ordenador (CvMob, 2011) 
 
Estudios 1, 2 y 3. 
 
Participantes. 
En los tres estudios que forman parte de esta tesis, participaron cuatro grupos de adultos: 
personas con dolor lumbar agudo, personas con dolor lumbar crónico, personas con 
fibromialgia y adultos sin dolor. Los grupos estaban constituidos adultos hombres y 
mujeres, debido a que el dolor crónico ocurre en ambos sexos. 
Los pacientes con dolor lumbar agudo, dolor lumbar crónico y fibromialgia, así 
como las personas sin dolor seleccionadas fueron similares en edad y características 
sociodemográficas. En cuanto al sexo, en la muestra de fibromialgia, fueron 
seleccionados según la proporción estadística por sexos que padece esta enfermedad. 
En el caso del estudio 1, las muestras de sujetos fueron seleccionadas entre 
pacientes y familiares sin dolor del hospital Edward Francis Small en Banjul (Gambia). 
45 
 
En cuanto a los estudios 2 y 3, los pacientes con dolor crónico fueron reclutados en 
diferentes centros de salud y asociaciones de pacientes en Mallorca (España) a través de 
charlas publicitarias y los pacientes sin dolor, entre familiares y amistades de los 
anteriores pacientes con dolor. 
Los criterios de inclusión del estudio 1 fueron: [1] edad entre 25 y 50 años, y [2] 
diagnóstico de dolor lumbar en el período agudo o crónico. Los pacientes seleccionados 
fueron informados del objetivo y los métodos del artículo y fueron invitados a participar 
firmando el consentimiento informado. El protocolo fue aprobado por el comité de ética 
del hospital Edward Francis Small de Banjul en Gambia (Anexo 1). 
Los criterios de inclusión del estudio 2 fueron: (1) edad entre 30 y 65 años, y (2) 
diagnóstico de fibromialgia, dolor lumbar crónico y personas sin dolor. Los pacientes con 
fibromialgia se incluyeron en el estudio si cumplían con los criterios de clasificación del 
American College of Rheumatology para fibromialgia (Wolfe et al., 2010). Los pacientes 
con dolor lumbar crónico se incluyeron si sus síntomas duraban al menos seis meses, con 
una intensidad mínima de 50/100 mm en una escala visual analógica y si no tenían 
antecedentes de cirugía espinal previa (Vora et al., 2010). Se incluyeron voluntarios sin 
dolor si no presentaban síntomas de dolor o algún tipo de tratamiento en cualquier parte 
del cuerpo durante los 12 meses anteriores. 
Se excluyó a los participantes si no habían firmado el consentimiento informado 
o si informaron de algún otro trastorno musculoesquelético en lugar de fibromialgia o 
dolor lumbar crónico, algún trastorno neurológico o si se sometieron a una cirugía previa 
de fusión espinal o estimulación de la médula espinal. Solo se incluyeron en el estudio 
los pacientes con dolor lumbar en los que éste era la queja predominante. Se excluyó a 
los pacientes con dolor irradiado a la pierna o a cualquier otra ubicación de la extremidad 
inferior, para así garantizar un grupo homogéneo. 
46 
 
Los criterios de inclusión del estudio 3 fueron: (1) edad entre 30 y 65 años, y (2) 
diagnóstico de fibromialgia. Los pacientes con fibromialgia se incluyeron en el estudio si 
cumplían con los criterios del American College of Rheumatology para fibromialgia. Los 
estudios 2 y 3 fueron aprobados por el Comité de Ética de las Islas Baleares (España) 
(referencia IB-2586/15 PI, anexo 2). El estudio 3 fue registrado con un número de 
identificación como ensayo clínico en ClinicalTrials.gov (NCT03782181). 
En todos los estudios se definió el tamaño muestral mediante el estudio de un 
subconjunto de la población. Para que esta muestra se pudiera generalizar a la población 
los resultados obtenidos en nuestros estudios, se tenía que cumplir con el principio de 
«representatividad» de la población con dolor crónico. Para ello, se definieron con 
claridad los criterios de inclusión y exclusión y, sobre todo, se utilizaron las técnicas de 
muestreo apropiadas para garantizar dicha representatividad. 
El cálculo del tamaño de la muestra se realizó utilizando la calculadora de tamaño 
de muestra GRANMO (http://www.imim.es/). La prevalencia de fibromialgia en España 
es del 2,4% (IC 95%: 1.5-3.2), con una proporción de mujeres y hombres de 21: 1 (Mas 
et al., 2008). La prevalencia estimada de personas con dolor lumbar crónico en adultos 
españoles es del 7,7% (Humbría et al., 2002) y la prevalencia del tipo axial dentro de este 
7,7% general alcanza el 40% (Benzon et al., 2016; DePalma et al., 2011; Manchikanti et 
al., 2001; Peng et al., 2013). Así, se realizó un cálculo del tamaño de la muestra teniendo 
en cuenta una población de Baleares, con aproximadamente 50000afectados por los dos 
principales procesos de dolor crónico: fibromialgia y dolor lumbar crónico. 
Con respecto a la ingesta de medicamentos, la mayoría de los participantes con 
dolor crónico (pacientes con fibromialgia o dolor lumbar crónico) estaban tomando 
medicamentos para el dolor, como analgésicos, ansiolíticos y antidepresivos. Por razones 
médicas y éticas, la medicación no se suspendió durante los estudios. En el caso del 
47 
 
estudio 1, en Gambia existe una falta de acceso a este tipo de medicamentos, representada 
por una falta de demanda asociada con las considerables implicaciones de costo de dicho 
tratamiento y la ausencia de prescriptores (Thome et al., 2011). 
Variables. 
En cada uno de los tres estudios que componen la tesis, se llevó a cabo una entrevista para 
caracterizar la muestra, evaluar el estado de salud en general y obtener información sobre 
medicación y otras patologías si las hubiere. Además, durante la entrevista inicial, los 
participantes recibieron información detallada sobre el estudio y se obtuvo el 
consentimiento informado. 
Cuestionario de Impacto de la Fibromialgia (FIQ) (Marshall et al., 2017). Éste 
es un instrumento ampliamente validado, diseñado para cuantificar el impacto general de 
la fibromialgia en muchas dimensiones como el nivel de dolor, fatiga, ansiedad, 
depresión, etc. Una puntuación más alta indica un mayor impacto en la persona. 
Cuestionario de dolor de McGill versión corta (Marques et al., 2001). Esta forma 
abreviada consta de 15 descriptores (11 sensoriales y 4 afectivos), incluido el índice de 
dolor presente y una escala visual analógica para medir la intensidad de dolor. 
Cuestionario para depresión PHQ-9 (Dobscha et al., 2009). El Cuestionario de 
salud del paciente (PHQ) es una versión autoinformada del instrumento de diagnóstico 
PRIME-MD para trastornos mentales comunes. El PHQ-9 es el módulo de depresión, que 
califica cada uno de los 9 criterios del DSM-IV mediante un intervalo que va desde "0" 
(no del todo) a "3" (casi todos los días). Se usó la versión española (Diez-Quevedo et al., 
2001; Dobscha et al., 2009). 
48 
 
Escala visual analógica de dolor (Stener-Victorin et al., 2003). Es un método 
validado para cuantificar el dolor consistente en una escala analógica que va desde 0 (no 
dolor) hasta 100 (mayor nivel de dolor). 
Umbral de dolor a la presión evaluado mediante algometría (Kinser et al., 2009). 
Se evaluó en Newtons mediante un medidor de fuerza digital estándar (Force One, 
Wagner Instruments) utilizando una punta de goma plana (Kinser et al., 2009). Los 
estímulos de presión se aplicaron según el método de límites (Backonja et al., 2013) en 
varias ubicaciones corporales bilaterales. En el estudio 1 se aplicaron en dos ubicaciones 
bilaterales como los trocánteres mayores y epicóndilos. En el estudio 2 se aplicaron en 3 
ubicaciones bilaterales como son los trocánteres mayores (relacionados con el área de 
dolor en pacientes con dolor lumbar crónico), los epicóndilos (relacionados con el área 
de dolor en pacientes con fibromialgia) y los dedos índice (no relacionados con áreas de 
dolor). En el estudio 3 se aplicaron en dos ubicaciones bilaterales como son los 
epicóndilos (relacionados con el área de dolor en fibromialgia) y los dedos índice (no 
relacionados con áreas de dolor). Se calculó la media de tres ensayos por ubicación y se 
calculó un promedio de los lados derecho e izquierdo para obtener una puntuación final 
para cada ubicación. 
Umbral de vibración (Deng et al., 1993). Se evaluó utilizando un instrumento 
denominado Vibratrón (Physitemp Instruments, Clifton, EE. UU.), el cual consta de un 
controlador y dos transductores idénticos que se utilizan para determinar la intensidad del 
estímulo vibratorio percibido por el participante. La prueba comienza con la intensidad 
de la vibración por encima del umbral (detectada fácilmente por el paciente), y luego se 
reduce gradualmente, pidiendo a los participantes que indiquen cuándo no se perciba la 
vibración. Los valores de vibración mostrados en la unidad de control son unidades de 
vibración correspondientes a la amplitud de vibración (proporcional al cuadrado del 
49 
 
voltaje aplicado) (Frenette et al., 1990). Se calcula la media de tres ensayos por ubicación 
(dedo gordo del pie y dedo índice) y se establece el promedio de los lados derecho e 
izquierdo para obtener una puntuación final para cada ubicación. 
Escala de Berg (Berg et al., 1991) es una herramienta de evaluación de equilibrio 
funcional, que consta de 14 tareas funcionales calificadas con valores que van desde 0 
(no se puede realizar) a 4 (rendimiento normal). Los puntajes generales van desde 0 
(balance severamente deteriorado) a 56 (balance excelente). Esta escala se ha utilizado en 
estudios anteriores para evaluar el equilibrio en pacientes con fibromialgia (Santo et al., 
2014) y dolor lumbar crónico (Katz, 2006). 
Prueba de 6 minutos marcha (American Thoracic Society, 2002) es una prueba 
funcional que mide la distancia total recorrida por una persona en 6 minutos. Esta prueba 
se ha validado en varias poblaciones, incluidos pacientes con fibromialgia (King et al., 
1999) y dolor lumbar crónico (Peppin et al., 2014). 
Escala de Borg (Borg, 1982). Es una medida de autoinforme de la fatiga y la 
percepción subjetiva de la disnea. Consiste en una escala de 10 puntos que va desde 0 
(falta completa de disnea o fatiga) hasta 10 (disnea máxima o fatiga), donde las 
calificaciones se obtienen antes y después de la prueba de 6 minutos marcha. 
Timed up and go test (Podsiadlo et al., 1991). Los pacientes reciben instrucciones 
de sentarse en una silla con respaldo, levantarse de la silla, caminar hasta una marca 
ubicada a 3 metros, volver a la silla y sentarse nuevamente. El desempeño de la tarea, 
medido en segundos, se correlaciona con la velocidad de la marcha, el equilibrio y la 
funcionalidad. Esta prueba se ha validado en varias poblaciones, incluyendo a pacientes 
con fibromialgia (Collado-Mateo et al., 2018) y a pacientes con dolor lumbar crónico 
(Coyle et al., 2017). 
50 
 
Fuerza isométrica de la musculatura de la espalda evaluada con dinamómetro 
(Takei Physical Fitness Test TKK 5002). Se pide a los participantes que coloquen los pies 
en la parte superior de una plataforma, se inclinen hacia adelante con 30º de flexión 
lumbar y estiren la espalda, tratando de colocar el cuerpo lo más vertical posible. Se 
calcula la fuerza media de dos ensayos (Imagama et al., 2011). 
Índice de calidad de vida (Mezzich et al., 2000). Es un test autoinformado que 
mide la calidad de vida relacionada con la salud en 10 áreas: bienestar físico, bienestar 
psicológico y emocional, autocuidado e independencia functional, función ocupacional, 
relaciones interpersonales, apoyo socioemocional, apoyo de la comunidad, plenitud 
personal, plenitud espiritual y calidad de vida en general. 
Balanceo corporal medial-lateral en el eje X (Peña et al., 2013). Este 
desplazamiento medido en centímetros se obtiene mediante el análisis que realiza el 
software CvMob 3.1 de la grabación del Test de Romberg modificado con ojos cerrados 
(Khasnis et al., 2003). 
Balanceo corporal anterior-posterior en el eje Y (Peña et al., 2013). Este 
desplazamiento medido en centímetros se obtiene mediante el análisis realizado por el 
software CvMob 3.1 de la grabación del Test de Romberg modificado con ojos cerrados 
(Khasnis et al., 2003). 
Velocidad de marcha (Peña et al., 2013). Esta variable medida en centímetros por 
segundo se utiliza para medir el equilibrio dinámico y se obtiene mediante el análisis 
realizado por el software CvMob 3.1 de la grabación de una tarea de marcha. 
Longitud de zancada (Peña et al., 2013). Esta variable medida en centímetros se 
utiliza para medir el equilibrio dinámico y se obtiene mediante el análisis realizado por el 
software CvMob 3.1 de la grabación de una

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