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Muchas otras ideas han sido expuestas por numerosos científicos de diversas partes del mundo, pero, entre ellas, una de las más interesantes es esgrimida por el astrofísico y escritor científico británico J. Gribbin en su artículo "Como se formó el planeta azul", publicado en la revista "El Correo de la UNESCO" (julio, 1986), plantea que el Sol se formó, hace solo un poco más de 4550 millones de años, a partir de una nube de hidrógeno que contenía en abundancia elementos tales como hierro, carbono, oxígeno y nitrógeno, los que fueron "sedimentándose" desde la nube para formar las planetas. En el caso específico de la formación de la Tierra, supone que una pequeña nube que estaba compuesta probablemente de silicio, óxidos de hierro y óxidos de magnesio con una pequeña cantidad del resto de los elementos, fue la que causó este proceso. La formación de la Tierra estuvo acompañada de un aumento de temperatura debido, en primer lugar, a la conversión de la fuerza gravitatoria en calor a media que las partículas se precipitaban y chocaban con el protoplaneta. Además, los sedimentos radiactivos aportaron su parte de calor a medida que se desintegraba sus isótopos convirtiéndose en especies atómicas estables. En las primeras decenas o centenas de millones de años de su existencia, el joven planeta rico en hierro debía de hallarse en estado de fusión, por lo cual glóbulos de hierro fundido penetraron hasta el núcleo de la Tierra a través de la materia rocosa menos densa, que quedó en la parte superior, y al enfriarse la corteza, formó una sólida envoltura; esto constituyó el comienzo de un proceso de separación por capas que estaba más o menos concluido hace 3900 millones de años. 1.1.3- Estudio de los meteoritos. Los meteoritos representaron durante muchos años los únicos cuerpos extraterrestres al alcance del hombre, llegando a convertirse en las muestras más apreciadas por los científicos por el estudio de la composición y propiedades de las materias interplanetarias y interestelares. Fersman los designaría como "emisarios del Universo" denominación que constituyen un fiel reflejo de la información valiosísima que son capaces de brindar sobre la historia del universo y en relación con la evolución de los cuerpos cósmicos. Muchas fueron las discusiones científicas en torno al problema del origen de los meteoritos. Sin embargo en la actualidad es opinión generalizada en los medios científicos que estos cuerpos proceden del cinturón de asteroides (cuyas órbitas están ubicadas entre Marte y Júpiter), por lo que representan fragmentos de asteroides o asteroides completos que se desviaron de sus órbitas y se orientaron al Sol cayendo en los planetas del grupo terrestre y en sus satélites. Esto conduce a suponer que los meteoritos constituyen partes de un planeta del Sistema Solar (semejante en sus propiedades fisicoquímicas generales a la Tierra), denominado Faetón, que se destruyó como resultado de una catástrofe cósmica durante la etapa inicial de su existencia. Al suponer que éstos deben ser representativos de sus diferentes partes, su estudio posibilita evaluar de forma indirecta la composición química de nuestro planeta y la de los restantes planetas interiores. Los meteoritos están constituidos por tres fases: metálica, silicatada y sulfurosa; sin embargo, las dos primeras son las más distribuidas entre los meteoritos encontrados. Precisamente, la clasificación moderna de los meteoritos está fundamentada en la proporciones apreciadas entre la fase silicatada y la fase metálica en la gran variedad de muestras recolectadas. De acuerdo con esto, estos cuerpos cósmicos se dividen en: meteoritos férreos o sideritos, meteoritos petroférreos o litosideritos, y meteoritos pétreos o lititos. Meteoritos férreos o sideritos Estos meteoritos están compuestos por completo por aleaciones de hierro-níquel: kamacita (con un contenido aproximado de 60% de Ni) y taenita (que llega a contener de 30-40% de Ni aproximadamente). Otros minerales que están incluidos frecuentemente en pequeñas 15 proporciones son: troilita (FeS) , schreibersita (Fe , Ni, Co)3 P) , cohenita (Fe3C) , daubreelita (FeCr2S4) , oldhamita (CaS), grafito (C), lawrensita (FeCl2) , etc. (fig.1.5). La frecuencia de caída de los sideritos es de 5,7% y la densidad media que les corresponde es cercana a 8 g/cm3. Sus estructuras representan la prueba de que se han enfriado muy lentamente, cosa que no es común para los procesos naturales que ocurren en la Tierra. Según los caracteres de su estructura, los sideritos se dividen en: hexaedritos, octaedritos y ataxitos. Sin embargo, estos grupos no se pueden distinguir siempre de una manera definida, ya que suelen transicionar de unos a otros de una forma más o menos gradual. Los hexaedritos contienen esencialmente kamacita, sin taenita ni plessita (mezcla de kamacita y taenita). Por lo tanto, su contenido en níquel es de 5-6% aproximadamente. La kamacita se encuentra en los hexaedritos en forma de granos redondeados o irregulares. Al someter sus superficies pulidas a la corrosión, suelen aparecer líneas paralelas entre sí, a las que se les denominan líneas de Neyman. 16 Fig. 1.5- Siderito mostrando las supoericies de corrosión Meteoritos férreos o sideritos
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