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farmayuda.tk TEMA 8: FARMACOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO PARASIMPÁTICO 1. Fármacos agonistas colinérgicos Se trata de fármacos que estimulan los receptores colinérgicos muscarínicos y en menor medida los nicotínicos, imitando las acciones del SNP, por ello reciben en conjunto el nombre de parasimpaticomiméticos. La farmacología del sistema parasimpático se centra en la acción de la acetilcolina (ACh). Dado que la ACh tiene muchas funciones fisiológicas importantes, las aplicaciones terapéuticas de estos fármacos se ven dificultadas por la ubicuidad y complejidad de las vías colinérgicas, lo que en muchas ocasiones imposibilita obtener un efecto farmacológico específico sin inducir efectos adversos. Pese a ello, se utilizan varios fármacos de este grupo y del siguiente para lograr acciones en el corazón, los ojos, los pulmones, el aparato genitourinario, el tubo digestivo, la unión neuromuscular e incluso en el sistema nervioso central. Hay dos clases principales de fármacos parasimpaticomiméticos, los agonistas directos de los receptores muscarínicos y nicotínicos y los agonistas indirectos o inhibidores de la ACE. 1.1. Agonistas de acción directa Los agonistas muscarínicos directos se emplean en el diagnóstico del asma y para producir contracción pupilar mientras que los nicotínicos se emplean como bloqueantes neuromusculares. Se clasifican en: 1. Ésteres de colina y acetato: Metacolina y Acetilcolina. La ACh no se utiliza en clínica porque ya hemos dicho que se metaboliza rápidamente. La metacolina se emplea en el diagnóstico del asma (se respira metacolina a dosis crecientes y se comprueba la reactividad a metacolina) ya que interactúa con los receptores M3 y provoca broncoconstricción. 2. Ésteres de colina y ácido carbámico: Betanecol y Carbacol. Estos dos fármacos son resistentes a las colinesterasas por lo que tienen efectos más prolongados. El carbacol presenta efectos nicotínicos y se utiliza en el tratamiento del glaucoma de forma tópica. El betanecol, sin embargo, presenta casi exclusivamente acción muscarínica por lo que se utiliza para fomentar la motilidad del tracto urinario (tratamiento de retención urinaria excesiva) y del tubo digestivo (tratamiento de atonía intestinal o íleo paralítico). 3. Alcaloides naturales como la Pilocarpina, la Muscarina y la Nicotina. La 48 farmayuda.tk mayoría de estos alcaloides tienen estructura muy variada y suelen ser aminas terciarias que llegan bien al SNC. El más utilizado es la pilocarpina que se utiliza para incrementar la secreción salival en casos de xerostomía o sequedad de la boca. 1.2. Agonistas de acción indirecta o inhibidores de la ACE Los inhibidores de la ACE, aumentan la concentración de ACh al impedir su degradación y por lo tanto pueden activar tanto receptores muscarínicos como nicotínicos, por ello tienen varias utilidades clínicas como aumentar la transmisión en la placa motora e incrementar el tono parasimpático y aumentar la actividad colinérgica a nivel central. Hay que tener en cuenta que no es lo mismo dar un agonista muscarínico que un inhibidor de la acetilcolinesterasa, ya que las acciones del segundo serán más inespecíficas. Los agonistas de acción indirecta se clasifican en: 1. Carbamatos: Fisostigmina (atraviesa la BHE), Neostigmina (no atraviesa la BHE) y Piridostigmina. Son de especial utilidad en enfermedades de la unión neuromuscular que causan debilidad muscular como en la miastenia gravis (piridostigmina y neostigmina) y para revertir el efecto producido por los fármacos bloqueantes neuromusculares. 2. Organofosforados: Ecotiopato, Sarin, Paration y Malation. Todos ellos peligrosos ya que inhiben de forma irreversible la ACE y la inactivación del enzima por mucho tiempo tiene como consecuencia la hiperestimulación del SNP, poniendo en compromiso el funcionamiento de órganos vitales como bronquios y la contracción muscular. 3. Otros: Tacrina, Donepezilo y Rivastigmina. La tacrina presenta hepatotoxicidad. Se utilizan en el tratamiento del Alzheimer, parkinson y otras discapacidades cognitivas. Al potenciar los efectos de la ACh, estos fármacos producen otros efectos terapéuticos, como por ejemplo, en el ojo disminuyen la presión intraocular y sobre el sistema gastrointestinal aumentan la motilidad y secreción de saliva y ácido gástrico. La utilización de estos fármacos para tratar la intoxicación por anticolinérgicos también está reconocida utilizándose para este fin fisostigmina que por su estructura química llega al SNC y puede revertir los efectos. Por último, también pueden usarse en enfermedades degenerativas como el Alzheimer, el parkinson y otras discapacidades cognitivas, en esta línea se usan fármacos como rivastigmina, tacrina y donepezilo. Los efectos adversos más comunes tienen lugar sobre el aparato digestivo y por lo general son leves y pasajeros. Son debidos a la activación generalizada de receptores 49
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