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LA GRAN REBELIÓN
V.M. SAMAEL AUN WEOR
ÍNDICE
PROLOGO 3
1. LA VIDA 4
2. LA CRUDA REALIDAD DE LOS HECHOS 6
3. LA FELICIDAD 11
4. LA LIBERTAD 14
5. LA LEY DEL PÉNDULO 17
6. CONCEPTO Y REALIDAD 22
7. LA DIALÉCTICA DE LA CONCIENCIA 25
8. LA JERGA CIENTIFISTA 29
9. EL ANTICRISTO 32
10. EL YO PSICOLÓGICO 35
11. LAS TINIEBLAS 38
12. LAS TRES MENTES 40
13. MEMORIA-TRABAJO 44
14. COMPRENSIÓN CREADORA 48
15. LA KUNDALINI 51
16. NORMAS INTELECTUALES 53
17. EL CUCHILLO DE LA “Conciencia” 56
18. EL PAÍS PSICOLÓGICO 59
19. LAS DROGAS 62
20. INQUIETUDES 64
21. MEDITACIÓN 67
22. RETORNO Y RECURRENCIA 70
23. EL CRISTO INTIMO 74
24. TRABAJO CRÍSTICO 76
25. EL DIFÍCIL CAMINO 79
26. LOS TRES TRAIDORES 81
2
27. LOS YOES CAUSAS 84
28. EL SUPERHOMBRE 86
29. EL SANTO GRIAL 89
FIN INDICE.
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PROLOGO
Del caos espermático y oscuro que en nuestros órganos sexuales llevamos, surge la
luz y esta brilla ahora en las tinieblas como una estrella de seis rayos en el cielo nocturno.
Mediante el trabajo del arte hermético se hace manifiesto lo que antes se encontraba
difuso en la masa tenebrosa y grosera del sujeto primario.
Stella Maris, Mercurio, Alma Metálica del Esperma Sagrado en forma de agua blanca
y brillante que los Alquimistas denominan “Astro”.
Signatura Astral del “ENS SEMINIS” reveladora del Mercurio preparado; estrella del
Norte que guía al navegante del océano tenebroso.
Virgen Madre Kundalini simbolizada por esa estrella de líneas entrecruzadas que
constituye el Sello de Salomón
Virgen del Mar sin cuyo auxilio siempre oportuno, el Hierofante Moisés no habría
podido ser salvado de las aguas.
La naturaleza Mercurial de la brillante Estrella, es indiscutible, irrefutable. Muchos
Sabios han naufragado en el océano tempestuoso de la vida y de la muerte por no tener ese
Astro como guía.
El Hijo ingrato que se olvida de su Divina Madre particular, individual – pues cada uno
de Nos tiene la suya -, fracasa inevitablemente.
Esta Estrella condujo a los Sabios al Nacimiento del Hijo de Dios, y ella misma ha de
guiar nuestros pasos.
“Solve Et Coagula”, “Disolver y Coagular”, es el fundamento vivo de la “Gran Obra”.
Necesitamos disolver “Mercurio Seco” y “Azufre Arsenicado” y Coagular Mercurio vivo y
Azufre puro”.
El Mercurio seco está constituido por todos esos “Agregados Psíquicos” que en su
conjunto constituyen el querido Ego de los ignorantes ilustrados.
El “Azufre Arsenicado” es el fuego animal, bestial, dirigido hacia abajo, los “Infiernos
atómicos del hombre”.
Es urgente fecundar al Mercurio vivo con el Azufre puro o Fuego Sagrado, si es que
realmente queremos fabricar los Cuerpos existenciales superiores del Ser.
Las personalidades “KALKIANAS” de estos tiempos del “KALIYUGA” creen que
poseen los Cuerpos Astral, Mental y Causal.
Esos “sabiondos” no solamente ignoran sino además ignoran que ignoran. No quieren
darse cuenta de que tan sólo son míseros fantasmas vestidos con Cuerpo Físico.
Aquello que continúa después de la muerte es el “Mercurio Seco” y el “Azufre
Arsenicado”.
En modo alguno exageramos cuando afirmamos que eso que prosigue en el más allá
después de la defunción del Cuerpo Carnal, es tan sólo un montón de Diablos; Los
“Agregados Psíquicos”, Yoes inhumanos o formas bestiales dentro de las cuales se
encuentra embotellada la “Esencia”.
4
Quienes jamás se han Auto-Observado seriamente, quienes tienen atrofiado el
sentido de la Auto-Observación piensan de sí mismos lo mejor, ni siquiera sospechan que
dentro de sí mismos el “Mercurio Seco” y el “Azufre Rojo”, existen.
Estos Intonsos adoran al “Querido Ego”, están convencidos de que evoluciona y se
perfecciona, no se preocupan por destruirlo o aniquilarlo, nunca han sabido que el tan
cacareado Ego es una suma de YOES o Demonios, Mercurio Seco, Defectos Infrahumanos.
Si las gentes amaran de verdad a su “Stella Maris”, si la tomaran como guía, ella les
auxiliaría en la “Gran Obra”, ella eliminaría de sus naturalezas el Mercurio Seco y el Azufre
Arsenicado.
Crear esos Cuerpos Suprasensibles que las Personalidades “KALKIANAS” creen
tener ya, sólo es posible haciendo cristalizar al Mercurio Vivo por Medio del Azufre o Fuego
Sagrado y a condición de eliminar radicalmente el Mercurio seco y el Azufre Arsenicado.
Quienes no procedan disolviendo y coagulando de acuerdo con las reglas del Arte
Hermético, se convertirán en “HANASHUSSEN” con doble Centro de Gravedad, en
Demonios terriblemente perversos.
EL AUTOR.
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1. LA VIDA
Aunque parezca increíble, es muy cierto y de toda verdad, que ésta tan cacareada
civilización moderna es espantosamente fea, no reúne las características trascendentales
del sentido estético, está desprovista de belleza interior.
Es mucho lo que presumimos con esos horripilantes edificios de siempre, que
parecen verdaderas ratoneras.
El mundo se ha vuelto tremendamente aburridor, las mismas calles de siempre y las
viviendas horripilantes por doquier.
Todo esto se ha tornado cansón, en el Norte y en el Sur, en el Este y en el Oeste del
Mundo.
Es el mismo uniforme de siempre: horripilante, nauseabundo, estéril. ¡Modernismo!,
exclaman las multitudes.
Parecemos verdaderos pavos vanidosos con el traje que cargamos y con los zapatos
muy brillantes, aunque por aquí, por allá y acullá circulen millones de infelices hambrientos
desnutridos, miserables.
La sencillez y belleza natural, espontánea, ingenua, desprovista de artificios y
pinturas vanidosas, ha desaparecido en el Sexo Femenino. Ahora somos modernos, así es
la vida.
Las gentes se han vuelto espantosamente crueles: la caridad se ha resfriado, ya
nadie se apiada de nadie.
Las vitrinas o aparadores de los lujosos almacenes resplandecen con lujosas
mercaderías que definitivamente están fuera del alcance de los infelices.
Lo único que pueden hacer los Parias de la vida es contemplar sedas y joyas,
perfumes de lujosos frascos y paraguas para los aguaceros; ver sin poder tocar, suplicio
semejante al del Tántalo.
Las gentes de estos tiempos modernos se han tornado demasiado groseras: el
perfume de la amistad y la fragancia de la sinceridad han desaparecido radicalmente.
Gimen las muchedumbres sobrecargadas de impuestos; todo el mundo está en
problemas, nos deben y debemos; nos enjuician y no tenemos con qué pagar, las
preocupaciones despedazan cerebros, nadie vive tranquilo...
Los burócratas con la curva de la felicidad en sus vientres y un buen cigarro en la
boca, en el que psicológicamente se apoyan, juegan malabares políticos con la mente sin
importarles un comino el dolor de los pueblos.
Nadie es feliz por estos tiempos y menos la clase media, ésta se encuentra entre la
espada y la pared.
Ricos y pobres, creyentes y descreídos, comerciantes y mendigos, zapateros y
hojalateros, viven porque tienen que vivir, ahogan en vino sus torturas y hasta se convierten
en drogadictos para escapar de sí mismos.
Las gentes se tornaron maliciosas, recelosas, desconfiadas, astutas, perversas; ya
nadie cree en nadie; se inventan diariamente nuevas condiciones, certificados, cortapisas de
todo género, documentos, credenciales, etc., y de todas maneras nada de eso sirve ya, los
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astutos se burlan de todas estas tonterías: no pagan, esquivan la ley aunque les toque ir con
sus huesos a la cárcel.
Ningún empleo da felicidad; el sentido del verdadero amor se ha perdido y las gentes
se casan hoy y se divorcian mañana.
La unidad de los hogares se ha perdido lamentablemente, la vergüenza orgánica ya
no existe, el lesbianismo y el homosexualismo se han vuelto más comunes que lavarse las
manos.
Saber algo sobre todo esto, tratar de conocer la causa de tanta podredumbre, inquirir,
buscar, es ciertamente lo que nos proponemos en este libro.
Estoy hablando en el lenguaje de la vida práctica, deseoso de saber qué es lo que se
esconde tras esa máscara horripilante de la existencia.
Estoy pensando en voz alta y que digan los bribones del intelecto lo que les venga en
gana.
Las teorías ya se volvieron cansonas y hasta se venden y revenden en el mercado...¿Entonces qué?
Las teorías sólo sirven para ocasionarnos preocupaciones y amargarnos más la vida.
Con justa razón dijo Goethe: "Toda teoría es gris y sólo es verde el árbol de doradas
frutas que es la vida"...
Ya las pobres gentes se cansaron con tantas teorías, ahora se habla mucho sobre
practicismo, necesitamos ser prácticos y conocer realmente las causas de nuestros
sufrimientos.
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2. LA CRUDA REALIDAD DE LOS HECHOS
Pronto millones de habitantes de África, Asia y América Latina, pueden morir de
hambre.
El gas que arrojan los "Sprays" puede acabar radicalmente con el Ozono de la
atmósfera terrestre.
Algunos sabios pronostican que para el año dos mil se agotará el Subsuelo de
nuestro globo terráqueo.
Las especies marítimas están muriendo debido a la contaminación de los mares, esto
ya está demostrado.
Incuestionablemente al paso que vamos para finales de este siglo todos los
habitantes de las grandes ciudades deberán usar Máscaras de Oxígeno para defenderse del
humo.
De continuar la contaminación en su forma alarmante actual antes de poco tiempo ya
no será posible comer peces, estos últimos viviendo en agua así, totalmente contaminada
serán peligrosos para la salud.
Antes del año Dos Mil será casi imposible encontrar una playa donde uno pueda
bañarse con agua pura.
Debido al desmedido consumo, y explotación del suelo y del subsuelo, pronto las
tierras ya no podrán producir los elementos agrícolas necesarios para la alimentación de las
gentes.
El "Animal Intelectual", equivocadamente llamado hombre, al contaminar los mares
con tanta inmundicia, envenenar el aire con el humo de los carros y de sus fábricas y
destruir la Tierra con sus explosiones atómicas subterráneas y abuso de elementos
perjudiciales para la corteza terrestre, es claro que ha sometido al Planeta Tierra, a una
larga y espantosa agonía que indubitablemente habrá de concluir con una Gran Catástrofe.
Difícilmente el mundo podrá cruzar el umbral del año Dos Mil, ya que el "Animal
Intelectual" está destruyendo el ambiente natural a mil por hora.
El "Mamífero Racional", equivocadamente llamado hombre, está empeñado en
destruir la Tierra, quiere hacerla inhabitable, y es obvio que lo está logrando.
En cuanto a los Mares se refiere, es ostensible que éstos han sido convertidos por
todas las naciones en una especie de Gran Basurero.
El Setenta por Ciento de toda la basura del mundo está yendo a cada uno de los
mares.
Enormes cantidades de petróleo, insecticidas de toda clase, múltiples substancias
químicas, gases venenosos, gases neurotóxicos, detergentes, etc., están aniquilando a
todas las especies vivientes del Océano.
Las aves marítimas y el Plancton tan indispensable para la vida, están siendo
destruidos.
Incuestionablemente la aniquilación del Plancton Marino es de una gravedad
incalculable porque este microorganismo produce el setenta por ciento del Oxígeno
Terrestre.
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Mediante la investigación científica se ha podido verificar que ya ciertas partes del
Atlántico y del Pacífico se encuentran contaminadas con residuos radioactivos, producto de
las explosiones atómicas.
En distintas Metrópolis del mundo y especialmente en Europa, el agua dulce se bebe,
se elimina, se depura y luego se bebe nuevamente.
En las grandes ciudades "Súper-civilizadas", el agua que se sirve a las mesas pasa
por los organismos humanos muchas veces.
En la ciudad de Cúcuta, frontera con Venezuela, República de Colombia, Sur
América, los habitantes se ven obligados a beber las aguas negras e inmundas del río que
carga con todas las porquerías que vienen de Pamplona.
Quiero referirme en forma enfática al río Pamplonita que tan nefasto ha sido para la
"Perla del Norte" (Cúcuta).
Afortunadamente existe ahora otro acueducto más que abastece a la Ciudad, sin que
por ello se deje de beber las aguas negras del río Pamplonita.
Enormes filtros, gigantescas máquinas, substancias químicas, tratan de purificar las
aguas negras de las grandes ciudades de Europa, más las epidemias continúan
propagándose con esas aguas negras inmundas que tantas veces han pasado por los
organismos humanos.
Los famosos Bacteriólogos han encontrado en el agua potable de las grandes
Capitales, toda clase de: virus, colibacilos, patógenos, bacterias de Tuberculosis, Tifo,
Viruela, Larvas, etc.
Aunque parezca increíble dentro de las mismas plantas de agua Potabilizadoras de
países Europeos, se han hallado virus de la vacuna de la Poliomielitis.
Además, el desperdicio de agua es espantoso: Científicos modernos afirman que para
el año 1990 el “Humanoide Racional” morirá de sed.
Lo peor de todo esto es que las reservas subterráneas de agua dulce, se encuentran
en peligro debido a los abusos del “Animal Intelectual”.
La explotación sin misericordia de los pozos de Petróleo, continúa siendo fatal. El
Petróleo que se extrae del interior de la tierra, atraviesa las aguas subterráneas y las
contamina.
Como consecuencia de esto, el Petróleo ha hecho impotables las aguas subterráneas
de la Tierra durante más de un siglo.
Obviamente como resultado de todo esto, mueren los vegetales y hasta multitud de
personas.
Hablemos ahora un poco sobre el aire que tan indispensable es para la vida de las
criaturas...
Con cada aspiración e inhalación, los pulmones toman medio litro de aire, o sea, unos
doce metros cúbicos al día, multiplíquese dicha cantidad por los Cuatro Mil Quinientos
Millones de habitantes que posee la Tierra y entonces tendremos la cantidad exacta de
oxígeno que diariamente consume la humanidad entera, sin contar con el que consumen
todas las otras criaturas animales que pueblan la faz de la Tierra.
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La totalidad del Oxígeno que inhalamos, se encuentra en la atmósfera y se debe al
Plancton que ahora estamos destruyendo con la contaminación y también a la actividad
fotosintética de los vegetales. Desgraciadamente las reservas de oxígeno ya se están
agotando.
El “Mamífero Racional” equivocadamente llamado hombre, mediante sus
innumerables industrias está disminuyendo en forma continua la cantidad de radiación solar,
tan necesaria e indispensable para la fotosíntesis, y es por esto que la cantidad de Oxígeno
que producen actualmente las plantas, es ahora muchísimo menos que en el siglo pasado.
Lo más grave de toda esta tragedia mundial es que el "Animal Intelectual", continúa
contaminando los mares, destruyendo el Plancton y acabando con la vegetación.
El "Animal Racional", prosigue destruyendo lamentablemente sus fuentes de Oxígeno.
El "Smog", que el "Humanoide Racional" está expulsando constantemente al aire;
además de matar pone en peligro la vida del Planeta Tierra.
El "Smog", no sólo está aniquilando las reservas de Oxígeno, sino, además, está
matando a las gentes.
El "Smog", origina extrañas y peligrosas enfermedades imposibles de curar, esto está
ya demostrado.
El "Smog", impide la entrada de la luz solar y de los rayos ultravioletas, originando por
ello, graves desórdenes en la atmósfera.
Viene una era de alteraciones climáticas, glaciaciones, avance de los hielos polares
hacia el Ecuador, ciclones espantosos, terremotos, etc.
Debido no al uso, sino al abuso de la energía eléctrica en el año Dos Mil, habrá más
calor en algunas regiones del Planeta Tierra y esto coadyuvará en el proceso de la
Revolución de los Ejes de la Tierra.
Ya pronto los polos quedarán constituidos en el Ecuador de la Tierra, y este último se
convertirá en Polos.
Deshielos de los Polos han comenzado y un nuevo Diluvio Universal precedido por el
fuego se avecina.
En próximos decenios, se multiplicará el "Dióxido de Carbono", entonces este
elemento químico formará una gruesa capa en la atmósfera de la Tierra.
Tal filtro o capa, absorberá lamentablemente la radiación térmica y actuará como un
invernadero de fatalidades.
El clima de la tierra se hará más caliente en muchos lugares y el calor hará fundir el
hielo de los Polos, subiendo por tal motivo el nivel de los océanos escandalosamente.
La situación es gravísima, el suelo fértil está desapareciendo y diariamentenacen
doscientas mil personas que necesitan alimento.
La catástrofe mundial de hambre que se avecina, será ciertamente pavorosa; esto
está ya a las puertas.
Actualmente están muriendo cuarenta millones de personas anualmente por hambre,
por falta de comida.
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La criminal industrialización de los bosques y la explotación despiadada de Minas y
Petróleo están dejando a la Tierra convertida en un desierto.
Si bien es cierto, que la energía nuclear es mortal para la humanidad, no es menos
cierto que actualmente existen también, "Rayos de Muerte", "Bombas Microbianas" y
muchos otros elementos terriblemente destructivos, malignos; inventados por los científicos.
Incuestionablemente para conseguir la energía nuclear, se requiere de grandes
cantidades de calor difíciles de controlar y que en cualquier momento pueden originar una
catástrofe.
Para lograr la energía nuclear, se requiere de enormes cantidades de minerales
radioactivos, de los cuales sólo se aprovecha un treinta por ciento, esto hace que el
subsuelo terráqueo se agote rápidamente.
Los desperdicios atómicos que quedan en el subsuelo resultan espantosamente
peligrosos. No existe lugar seguro para los desperdicios atómicos.
Si el gas de un basurero atómico llegara a escapar, aunque sólo fuese una mínima
porción, morirían millares de personas.
La contaminación de alimentos y aguas trae alteraciones genéticas y monstruos
humanos: criaturas que nacen deformadas y monstruosas.
Antes del año 1999, habrá un grave accidente nuclear que causará verdadero
espanto.
Ciertamente la humanidad no sabe vivir, se ha degenerado espantosamente y
francamente se ha precipitado al abismo.
Lo más grave de toda esta cuestión, es que los factores de tal desolación, cuales son:
hambres, guerras, destrucción del Planeta en que vivimos, etc., están dentro de nosotros
mismos, los cargamos en nuestro interior, en nuestra Psiquis.
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3. LA FELICIDAD
La gente trabaja diariamente, lucha por sobrevivir, quiere existir de alguna manera,
más no es feliz.
Eso de la felicidad está en chino -como se dice por ahí- lo más grave es que la gente
lo sabe pero en medio de tantas amarguras, parece que no pierden las esperanzas de lograr
la dicha algún día, sin saber cómo, ni de qué manera.
¡Pobres gentes! ¡Cuánto sufren! Y, sin embargo, quieren vivir, temen perder la vida.
Si las gentes entendieran algo sobre Psicología revolucionaria, posiblemente hasta
pensarían distinto; más en verdad nada saben, quieren sobrevivir en medio de su desgracia
y eso es todo.
Existen momentos placenteros y muy agradables, pero eso no es felicidad; las gentes
confunden el placer con la felicidad.
"Pachanga", "Parranda", borrachera, orgía; es placer bestial, mas no es felicidad... Sin
embargo, hay fiestecitas sanas sin borracheras, sin bestialidades, sin alcohol, etc., pero eso
tampoco es felicidad...
¿Eres persona amable? ¿Cómo te sientes cuando danzas? ¿Estás enamorado?
¿Amas de verdad? ¿Qué tal te sientes danzando con el ser que adoras? Permitid que me
vuelva un poco cruel en estos momentos al deciros que esto tampoco es felicidad.
Si ya estáis viejo, si no te atraen estos placeres, si te saben a cucaracha,
dispensadme si te digo que serías diferente si estuvieseis joven y lleno de ilusiones.
De todas maneras, dígase lo que se diga, bailes o no bailes, enamores o no
enamores, tengas o no eso que se llama dinero, tú no eres feliz aunque pienses lo contrario.
Uno se pasa la vida buscando la felicidad por todas partes y muere sin haberla
encontrado.
En la América Latina son muchos los que tienen esperanzas en sacarse algún día el
premio gordo de la lotería, creen que así van a lograr la felicidad; algunos hasta de verdad
se lo sacan, más no por ello logran la tan ansiada felicidad.
Cuando uno está muchacho, sueña con la mujer ideal, alguna princesa de las "Mil y
Una Noches", algo extraordinario; viene después la cruda realidad de los hechos: Mujer,
muchachitos pequeños que mantener, difíciles problemas económicos, etc.
No hay duda de que a medida que los hijos crecen, los problemas también crecen y
hasta se tornan imposibles...
Conforme el niño o la niña van creciendo, los zapatitos van siendo cada vez más
grandes y el precio mayor, eso es claro.
Conforme las criaturas crecen, la ropa va costando cada vez más y más cara;
habiendo dinero no hay problema en esto, más si no lo hay, la cosa es grave y se sufre
horriblemente...
Todo esto sería más o menos llevadero, si se tuviese una mujer buena, más cuando
el pobre hombre es traicionado, "cuando le ponen los cuernos", ¿de qué le sirve, entonces,
luchar por ahí para conseguir dinero?
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Desgraciadamente existen casos extraordinarios, mujeres maravillosas, compañeras
de verdad tanto en la opulencia como en la desgracia. Más para colmo de los colmos
entonces el hombre no la sabe apreciar y hasta la abandona por otras mujeres que le van a
amargar la vida.
Muchas son las doncellas que sueñan con un "príncipe azul", desafortunadamente de
verdad, las cosas resultan muy diferentes y en el terreno de los hechos se casa la pobre
mujer con un verdugo...
La mayor ilusión de una mujer es llegar a tener un hermoso hogar y ser madre: "santa
predestinación", empero aunque el hombre le resulte muy bueno, cosa por cierto muy difícil,
al fin todo pasa: los hijos y las hijas se casan, se van o le pagan mal a sus padres y el hogar
concluye definitivamente.
Total, en este mundo cruel en que vivimos, no existe gente feliz... Todos los pobres
seres humanos son infelices.
En la vida hemos conocido muchos burros cargados de dinero, llenos de problemas,
pleitos de toda especie, sobrecargados de impuestos, etc. No son felices.
¿De qué sirve ser rico si no se tiene buena salud? ¡Pobres ricos! A veces son más
desgraciados que cualquier mendigo.
Todo pasa en esta vida: pasan las cosas, las personas, las ideas, etc. Los que tiene
dinero pasan y los que no lo tienen también pasan y nadie conoce la auténtica felicidad.
Muchos quieren escapar de sí mismos por medio de las drogas o el alcohol, más en
verdad no sólo no consiguen tal escape, sino lo que es peor, quedan atrapados entre el
infierno del vicio.
Los amigos del alcohol o de la marihuana o del "L.S.D.", etc., desaparecen como por
encanto cuando el vicioso resuelve cambiar de vida.
Huyendo del "Mí Mismo", del "Yo Mismo", no se logra la felicidad. Interesante sería
"agarrar al toro por los cuernos", observar al "YO", estudiarlo con el propósito de descubrir
las causas del dolor.
Cuando uno descubre las causas verdaderas de tantas miserias y amarguras, es
obvio que algo puede hacer...
Si se logra acabar con el "Mi Mismo", con "Mis Borracheras", con "Mis Vicios", con
"Mis Afectos", que tanto dolor me causan en el corazón, con mis preocupaciones que me
destrozan los sesos y me enferman, etc., etc., es claro que entonces adviene eso que no es
del tiempo, eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente, eso que
realmente es desconocido para el entendimiento y que se llama: ¡FELICIDAD!
Incuestionablemente, mientras la “Conciencia” continúe embotellada, embutida entre
el "MI MISMO", entre el "YO MISMO", de ninguna manera podrá conocer la legítima
felicidad.
La felicidad tiene un sabor que el "YO MISMO", el "MI MISMO", nunca jamás ha
conocido.
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4. LA LIBERTAD
El sentido de la Libertad es algo que aún no ha sido entendido por la Humanidad.
Sobre el concepto Libertad, planteado siempre en forma más o menos equivocada, se
han cometido gravísimos errores.
Ciertamente se pelea por una palabra, se sacan deducciones absurdas, se cometen
atropellos de toda especie y se derrama sangre en los campos de batalla.
La palabra Libertad es fascinante, a todo el mundo le gusta, sin embargo, no se tiene
verdadera comprensión sobre la misma, existe confusión en relación con esta palabra.
No es posible encontrar una docena de personas que definan la palabra Libertad en
la misma forma y del mismo modo.
El término Libertad, en modo alguno sería comprensible para el racionalismo
subjetivo.
Cadacual tiene sobre este término ideas diferentes: opiniones subjetivas de las
gentes desprovistas de toda realidad objetiva.
Al plantearse la cuestión Libertad, existe incoherencia, vaguedad, incongruencia en
cada mente.
Estoy seguro que ni siquiera Don Emmanuel Kant, el autor de la Crítica de la Razón
Pura, y de la Crítica de la Razón Práctica, jamás analizó esta palabra para darle el sentido
exacto.
Libertad, hermosa palabra, bello término: ¡Cuántos crímenes se han cometido en su
nombre!
Incuestionablemente, el término Libertad ha hipnotizado a las muchedumbres; las
montañas y los valles, los ríos y los mares se han teñido con sangre al conjuro de esta
mágica palabra.
Cuántas banderas, cuánta sangre y cuántos héroes han sucedido en el curso de la
Historia, cada vez que sobre el tapete de la vida se ha puesto la cuestión Libertad.
Desafortunadamente, después de toda independencia a tan alto precio lograda,
continúa dentro de cada persona la esclavitud.
¿Quién es libre?, ¿Quién ha logrado la famosa Libertad?, ¿Cuántos se han
emancipado?, ¡ay, ay, ay!
El adolescente anhela Libertad; parece increíble que muchas veces teniendo pan,
abrigo, y refugio, se quiera huir de la casa paterna en busca de Libertad.
Resulta incongruente que el jovencito que tiene todo en casa, quiera evadirse, huir,
alejarse de su morada, fascinado por el término Libertad. Es extraño que gozando de toda
clase de comodidades en hogar dichoso, se quiera perder lo que se tiene, para viajar por
esas tierras del mundo y sumergirse en el dolor.
Que el desventurado, el paria de la vida, el mendigo, anhele de verdad alejarse de la
casucha, de la choza, con el propósito de obtener algún cambio mejor, resulta correcto; pero
que el niño bien, el nene de mamá, busque escapatoria, huida, resulta incongruente y hasta
absurdo; empero esto es así; la palabra Libertad, fascina, hechiza, aunque nadie sepa
definirla en forma precisa.
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Que la doncella quiera Libertad, que anhele cambiar de casa, que desee casarse para
escapar del hogar paterno y vivir una vida mejor, resulta en parte lógico, porque ella tiene
derecho a ser madre; sin embargo, ya en vida de esposa, encuentra que no es libre, y con
resignación ha de seguir cargando las cadenas de la esclavitud.
El empleado, cansado de tantos reglamentos, quiere verse libre, y si consigue
independizarse se encuentra con el problema que continúa siendo esclavo de sus propios
intereses y preocupaciones.
Ciertamente, cada vez que se lucha por la Libertad, nos encontramos defraudados a
pesar de las victorias.
Tanta sangre derramada inútilmente en nombre de la Libertad, y sin embargo
continuamos siendo esclavos de sí mismos y de los demás.
Las gentes se pelean por palabras que nunca entienden, aunque los diccionarios las
expliquen gramaticalmente.
La Libertad es algo que hay que conseguir dentro de sí mismo. Nadie puede lograrla
fuera de sí mismo.
“Cabalgar por el aire” es una frase muy oriental que alegoriza el sentido de la genuina
Libertad.
Nadie podría en realidad experimentar la Libertad en tanto su “Conciencia” continúe
embotellada en el sí mismo, en el mí mismo.
Comprender este yo mismo, mi persona, lo que yo soy, es urgente cuando se quiere
muy sinceramente conseguir la Libertad.
En modo alguno podríamos destruir los grilletes de la esclavitud sin haber
comprendido previamente toda esta cuestión mía, todo esto que atañe al yo, al mí mismo.
¿En qué consiste la esclavitud?, ¿Qué es esto que nos mantiene esclavos?, ¿Cuáles
son estas trabas?, todo esto es lo que necesitamos descubrir.
Ricos y pobres, creyentes y descreídos, están todos formalmente presos aunque se
consideren libres.
En tanto la “Conciencia”, la “Esencia”, lo más digno y decente que tenemos en
nuestro interior, continúe embotellada en el sí mismo, en el mí mismo, en el yo mismo, en
mis apetencias y temores, en mis deseos y pasiones, en mis preocupaciones y violencias,
en mis defectos psicológicos; se estará en formal prisión.
El sentido de Libertad sólo puede ser comprendido íntegramente cuando han sido
aniquilados los grilletes de nuestra propia cárcel psicológica.
Mientras el "yo mismo" exista la “Conciencia” estará en prisión; evadirse de la cárcel
sólo es posible mediante la aniquilación budista, disolviendo el yo, reduciéndolo a cenizas, a
polvareda cósmica.
La “Conciencia” libre, desprovista de yo, en ausencia absoluta del mí mismo, sin
deseos, sin pasiones, sin apetencias ni temores, experimenta en forma directa la verdadera
Libertad.
Cualquier concepto sobre Libertad no es Libertad. Las opiniones que nos formemos
sobre la Libertad distan mucho de ser la Realidad. Las ideas que nos forjemos sobre el tema
Libertad, nada tienen que ver con la auténtica Libertad.
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La Libertad es algo que tenemos que experimentar en forma directa, y esto sólo es
posible muriendo psicológicamente, disolviendo el yo, acabando para siempre con el mí
mismo.
De nada serviría continuar soñando con la Libertad, si de todas maneras proseguimos
como esclavos.
Más vale vernos a sí mismos tal cual somos, observar cuidadosamente todos estos
grilletes de la esclavitud que nos mantienen en formal prisión.
Auto-conociéndonos, viendo lo que somos interiormente, descubriremos la puerta de
la auténtica Libertad.
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5. LA LEY DEL PÉNDULO
Resulta interesante tener un reloj de pared en casa, no sólo para saber las horas sino
también para reflexionar un poco.
Sin el péndulo el reloj no funciona; el movimiento del péndulo es profundamente
significativo.
En los antiguos tiempos el dogma de la evolución no existía; entonces, los sabios
entendían lo de que los procesos históricos se desenvuelven siempre de acuerdo con la Ley
del Péndulo.
Todo fluye y refluye, sube y baja, crece y decrece, va y viene de acuerdo con esta Ley
maravillosa.
Nada tiene de extraño que todo oscile, que todo esté sometido al vaivén del tiempo,
que todo evolucione e involucione.
En un extremo del péndulo está la alegría, en el otro el dolor; todas nuestras
emociones, pensamientos, anhelos, deseos, oscilan de acuerdo con la Ley del Péndulo.
Esperanza y desesperación, pesimismo y optimismo, pasión y dolor, triunfo y fracaso,
ganancia y pérdida, corresponden ciertamente a los dos extremos del movimiento pendular.
Surgió Egipto con todo su poderío y señorío a orillas del río sagrado, más cuando el
péndulo se fue al otro lado, cuando se levantó por el extremo opuesto cayó el país de los
faraones y se levantó Jerusalem, la ciudad querida de los Profetas.
Cayó Israel cuando el péndulo cambió de posición y surgió en el otro extremo el
Imperio Romano.
El movimiento pendular levanta y hunde Imperios, hace surgir poderosas
Civilizaciones y luego las destruye, etc.
Podemos colocar en el extremo derecho del péndulo las diversas escuelas
seudo-esotéricas y seudo-ocultistas, religiones y sectas.
Podemos colocar en el extremo izquierdo del movimiento pendular a todas las
escuelas de tipo materialista, Marxista, ateísta, escepticista, etc. Antítesis del movimiento
pendular, cambiantes, sujetas a permutación incesante.
El fanático religioso, debido a cualquier acontecimiento insólito o decepción, puede
irse al otro extremo del péndulo, convertirse en ateísta, materialista, escéptico.
El fanático materialista, ateísta, debido a cualquier hecho inusitado, tal vez un
acontecimiento metafísico trascendental, un momento de terror indecible, puede llevarle al
extremo opuesto del movimiento pendular y convertirle en un reaccionario religioso
insoportable.
Ejemplos: Un sacerdote vencido en una polémica por un Esoterista, desesperado se
tornó incrédulo y materialista.
Conocimos el caso de una dama ateísta e incrédula que debido a un hecho metafísico
concluyente y definitivo, se convirtió en una exponente magnífica del esoterismo práctico.
En nombre de la verdad, debemos declarar que el ateísta materialista verdadero y
absoluto, es una farsa, no existe.
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Ante la proximidad de una muerte inevitable, ante un instante de indecible terror, los
enemigos de lo eterno,los materialistas e incrédulos, pasan instantáneamente al otro
extremo del péndulo y resultan orando, llorando y clamando con fe infinita y enorme
devoción.
El mismo Carlos Marx, autor del Materialismo Dialéctico, fue un fanático religioso
judío, y después de su muerte, le rindieron pompas fúnebres de gran rabino.
Carlos Marx, elaboró su Dialéctica Materialista con un sólo propósito: "CREAR UN
ARMA PARA DESTRUIR A TODAS LAS RELIGIONES DEL MUNDO POR MEDIO DEL
ESCEPTICISMO".
Es el caso típico de los celos religiosos llevados al extremo; en modo alguno podría
aceptar Marx la existencia de otras religiones y prefirió destruirlas mediante su Dialéctica.
Carlos Marx cumplió uno de los Protocolos de Sión que dice textualmente: "No
importa que llenemos el mundo de materialismo y de repugnante ateísmo, el día en que
nosotros triunfemos, enseñaremos la religión de Moisés debidamente codificada y en forma
dialéctica, y no permitiremos en el mundo ninguna otra religión".
Muy interesante resulta que en la Unión Soviética las religiones sean perseguidas y al
pueblo se le enseñe dialéctica materialista, mientras en las sinagogas se estudia el Talmud,
la Biblia y la religión, y trabajan libremente sin problema alguno.
Los amos del gobierno Ruso son fanáticos religiosos de la Ley de Moisés, mas ellos
envenenan al pueblo con la farsa esa del Materialismo Dialéctico.
Jamás nos pronunciaríamos contra el pueblo de Israel; sólo estamos declarando
contra cierta élite de doble juego que, persiguiendo fines inconfesables, envenena al pueblo
con Dialéctica Materialista, mientras en secreto practica la religión de Moisés.
Materialismo y espiritualismo, con toda su secuela de teorías, prejuicios y
pre-conceptos de toda especie, se procesan en la mente de acuerdo con la Ley del Péndulo
y cambian de moda de acuerdo con los tiempos y las costumbres.
Espíritu y materia son dos conceptos muy discutibles y espinosos que nadie entiende.
Nada sabe la mente sobre el espíritu, nada sabe sobre la materia.
Un concepto no es más que eso, un concepto. La realidad no es un concepto aunque
la mente puede forjarse muchos conceptos sobre la realidad.
El espíritu es el Espíritu (El Ser), y sólo a sí mismo puede conocerse.
Escrito está: "EL SER ES EL SER Y LA RAZÓN DE SER ES EL MISMO SER".
Los fanáticos del Dios materia, los científicos del Materialismo Dialéctico son
empíricos y absurdos en un ciento por ciento. Hablan sobre materia con una auto-suficiencia
deslumbrante y estúpida, cuando en realidad nada saben sobre la misma.
¿Qué es materia? ¿Cuál de estos tontos científicos lo sabe? La tan cacareada
materia es también un concepto demasiado discutible y bastante espinoso.
¿Cuál es la materia?, ¿El algodón?, ¿El hierro?, ¿La carne?, ¿El almidón?, ¿Una
piedra?, ¿El cobre?, ¿Una nube o qué? Decir que todo es materia seria tan empírico y
absurdo como asegurar que todo el organismo humano es un hígado, o un corazón o un
riñón. Obviamente una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, cada órgano es diferente
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y cada sustancia es distinta. ¿Entonces, cuál de todas estas substancias es la tan
cacareada materia?
Con los conceptos del péndulo juega mucha gente, pero en realidad los conceptos no
son la realidad.
La mente solamente conoce formas ilusorias de la naturaleza, pero nada sabe sobre
la verdad contenida en tales formas.
Las teorías pasan de moda con el tiempo y con los años, y lo que uno aprendió en la
escuela resulta que después ya no sirve; conclusión: nadie sabe nada.
Los conceptos de la extrema derecha o de la extrema izquierda del péndulo pasan
como las modas de las mujeres, todos esos son procesos de la mente, cosas que suceden
en la superficie del entendimiento, tonterías, vanidades del intelecto.
A cualquier disciplina psicológica se le opone otra disciplina, a cualquier proceso
psicológico lógicamente estructurado, se le opone otro semejante, ¿y después de todo, qué?
Lo Real, la Verdad, es lo que nos interesa; más esto no es cuestión del péndulo, no
se encuentra entre el vaivén de las teorías y creencias.
La Verdad es lo desconocido de instante en instante, de momento en momento.
La Verdad está en el centro del péndulo, no en la extrema derecha y tampoco en la
extrema izquierda.
Cuando a Jesús le preguntaron: ¿Qué es la verdad?, guardó un profundo silencio. Y
cuando al Budha le hicieron la misma pregunta, dio la espalda y se retiró.
La verdad no es cuestión de opiniones, ni de teorías, ni de prejuicios de extrema
derecha o de extrema izquierda.
El concepto que la mente puede forjarse sobre la verdad, jamás es la Verdad.
La idea que el entendimiento tenga sobre la verdad, nunca es la Verdad.
La opinión que tengamos sobre la verdad, por muy respetable que aquélla sea, en
modo alguno es la Verdad.
Ni las corrientes espiritualistas ni sus oponentes materialistas, pueden conducirnos
jamás a la Verdad.
La Verdad es algo que debe ser experimentado en forma directa, como cuando uno
mete el dedo en el fuego y se quema, o como cuando uno traga agua y se ahoga.
El centro del péndulo está dentro de nosotros mismos, y es allí donde debemos
descubrir y experimentar en forma directa lo Real, la Verdad.
Necesitamos auto-explorarnos directamente para auto-descubrirnos y conocernos
profundamente a sí mismos.
La experiencia de la Verdad sólo adviene cuando hemos eliminado los elementos
indeseables que en su conjunto constituyen el Mi Mismo.
Sólo eliminando el error viene la verdad. Sólo desintegrando el "Yo mismo", mis
errores, mis prejuicios y temores, mis pasiones y deseos, creencias y fornicaciones,
encastillamientos intelectuales y auto-suficiencias de toda especie, adviene a nosotros la
experiencia de lo Real.
19
La verdad nada tiene que ver con lo que se haya dicho o dejado de decir, con lo que
se haya escrito o dejado de escribir, ella solamente adviene a nosotros cuando el "Mí
Mismo" ha muerto.
La mente no puede buscar la verdad porque no la conoce. La mente no puede
reconocer la verdad porque jamás la ha conocido. La verdad adviene a nosotros en forma
espontánea cuando hemos eliminado todos los elementos indeseables que constituyen el
"Mi Mismo", el "Yo Mismo".
En tanto la “Conciencia” continúe embotellada entre el Yo Mismo, no podrá
experimentar eso que es lo Real, eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la
mente, eso que es la Verdad.
Cuando el Mi Mismo queda reducido a polvareda cósmica, la “Conciencia” se libera
para despertar definitivamente y experimentar en forma directa la Verdad.
Con justa razón dijo el Gran Kabir Jesús: "CONOCED LA VERDAD Y ELLA OS HARÁ
LIBRES".
¿De qué sirve al hombre conocer cincuenta mil teorías si jamás ha experimentado la
Verdad?
El sistema intelectual de cualquier hombre es muy respetable, mas a cualquier
sistema se le opone otro y ni uno ni otro es la Verdad.
Más vale auto-explorarnos para auto-conocernos y experimentar un día en forma
directa, lo real, la VERDAD.
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6. CONCEPTO Y REALIDAD
¿Quién o qué puede garantizar que el concepto y la realidad resulten absolutamente
iguales?
El concepto es una cosa y la realidad es otra y existe tendencia a sobrestimar
nuestros propios conceptos.
Realidad igual a concepto es algo casi imposible, sin embargo, la mente hipnotizada
por su propio concepto supone siempre que éste y realidad son iguales.
A un proceso psicológico cualquiera correctamente estructurado mediante una lógica
exacta, se le opone otro diferente reciamente formado con lógica similar o superior,
¿entonces qué?
Dos mentes severamente disciplinadas dentro de férreas estructuras intelectuales
discutiendo entre sí, polemizando, sobre tal o cuál realidad creen cada una en la exactitud
de su propio concepto y en la falsedad del concepto ajeno, ¿Mas cuál de ellas tiene la
razón?, ¿Quién podría honradamente salir de garantes en uno u otro caso?, ¿En cuál de
ellos, concepto y realidad resultan iguales?
Incuestionablemente cada cabeza es un mundo y en todos y en cada uno de nosotros
existe una especie de dogmatismo pontificio y dictatorial quequiere hacernos creer en la
igualdad absoluta de concepto y realidad.
Por muy fuertes que sean las estructuras de un razonamiento nada puede garantizar
la igualdad absoluta de conceptos y realidad.
Quienes están auto-encerrados dentro de cualquier procedimiento logístico intelectual
quieren hacer siempre coincidir la realidad de los fenómenos con los elaborados conceptos
y esto no es más que el resultado de la alucinación razonativa.
Abrirse a lo nuevo es la difícil facilidad del clásico; desgraciadamente la gente quiere
descubrir, ver en todo fenómeno natural sus propios prejuicios, conceptos, preconceptos,
opiniones y teorías; nadie sabe ser receptivo, ver lo nuevo con mente limpia y espontánea.
Que los fenómenos le hablen al sabio sería lo indicado; desafortunadamente los
sabios de estos tiempos no saben ver los fenómenos, sólo quieren ver en los mismos la
confirmación de todos sus preconceptos.
Aunque parezca increíble los científicos modernos nada saben sobre los fenómenos
naturales.
Cuando vemos en los fenómenos de la naturaleza exclusivamente nuestros propios
conceptos, ciertamente no estamos viendo los fenómenos sino los conceptos.
Empero, alucinados los tontos científicos por su fascinante intelecto, creen en forma
estúpida que cada uno de sus conceptos es absolutamente igual a tal o cual fenómeno
observando, cuando la realidad es diferente.
No negamos que nuestras afirmaciones sean rechazadas por todo aquel que esté
auto-encerrado por tal o cual procedimiento logístico; incuestionablemente la condición
pontificia y dogmática del intelecto en modo alguno podría aceptar que a tal o cual concepto
correctamente elaborado, no coincida exactamente con la realidad.
21
Tan pronto la mente, a través de los sentidos, observa tal o cual fenómeno, se
apresura de inmediato a roturarlo con tal o cual término cientifista que incuestionablemente
sólo viene a servir como parche para tapar la propia ignorancia.
La mente no sabe realmente ser receptiva a lo nuevo, más si sabe inventar
complicadísimos términos con los cuales pretende calificar en forma auto-engañosa lo que
ciertamente ignora.
Hablando esta vez en sentido Socrático, diremos que la mente no solamente ignora,
sino, además, ignora que ignora.
La mente moderna es terriblemente superficial, se ha especializado en inventar
términos hechos dificilísimos para tapar su propia ignorancia.
Existen dos clases de ciencia: la primera no es más que ese podridero de teorías
subjetivas que abundan por allí. La segunda es la ciencia pura de los grandes iluminados, la
Ciencia Objetiva del Ser.
Indubitablemente no sería posible penetrar en el anfiteatro de la ciencia cósmica, si
antes no hemos “muerto” en sí mismos.
Necesitamos desintegrar todos esos elementos indeseables que cargamos en nuestro
interior, y que en su conjunto constituyen en sí mismo, el Yo de la Psicología.
En tanto la “Conciencia Superlativa del Ser” continúe embotellada entre el mí mismo,
entre mis propios conceptos y teorías subjetivas, resulta absolutamente imposible conocer
directamente la cruda realidad de los fenómenos naturales en sí mismos.
La llave del laboratorio de la naturaleza, la tiene en su mano diestra el “Ángel de la
Muerte”.
Muy poco podemos aprender del fenómeno del nacimiento, más de la muerte
podremos aprender todo.
El templo inviolado de la ciencia pura se encuentra en el fondo de la negra sepultura.
Si el germen no muere la planta no nace. Sólo con la “muerte” adviene lo nuevo.
Cuando el Ego muere, la “Conciencia” despierta para ver la realidad de todos los
fenómenos de la naturaleza tal cual son en sí mismos y por sí mismos.
La “Conciencia” sabe lo que directamente experimenta por sí misma, el crudo
realismo de la vida más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente.
22
7. LA DIALÉCTICA DE LA CONCIENCIA
En el trabajo esotérico relacionado con la eliminación de los elementos indeseables
que cargamos en nuestro interior, surge a veces el fastidio, el cansancio y el aburrimiento.
Incuestionablemente necesitamos volver siempre al punto de partida original y
revalorizar los fundamentos del trabajo psicológico, si es que de verdad anhelamos un
“cambio radical”.
Amar el trabajo esotérico es indispensable cuando de verdad se quiere una
transformación interior completa.
En tanto no amemos el trabajo psicológico conducente al cambio, la reevaluación de
principios resulta algo más que imposible.
Sería absurdo suponer que pudiésemos interesarnos por el trabajo, si en realidad no
hemos llegado a amarlo.
Esto significa que el amor es inaplazable cuando en una y otra vez tratamos de
revalorizar fundamentos del trabajo psicológico.
Urge ante todo saber qué es eso que se llama “Conciencia”, pues son muchas las
gentes que nunca se han interesado por saber nada sobre la misma.
Cualquier persona común y corriente jamás ignoraría que un boxeador al caer
noqueado sobre el ring pierde la “Conciencia”.
Es claro que al volver en si, el desventurado púgil adquiere nuevamente la
“Conciencia”.
Secuencialmente cualquiera comprende que existe una clara diferencia entre la
personalidad y la “Conciencia”.
Al venir al mundo todos tenemos en la existencia un tres por ciento de “Conciencia” y
un noventa y siete por ciento repartible entre Subconciencia, Infraconciencia e Inconciencia.
El tres por ciento de “Conciencia” despierta puede ser acrecentada a medida que
trabajemos sobre sí mismos.
No es posible acrecentar “Conciencia” mediante procedimientos exclusivamente
físicos o mecánicos.
Indubitablemente la “Conciencia” solamente puede despertar a base de trabajos
conscientes y padecimientos voluntarios.
Existen varios tipos de energía dentro de nosotros mismos, debemos comprender:
Primera.- energía mecánica. Segunda.- energía vital. Tercera.- energía psíquica. Cuarta.-
energía mental. Quinta.- energía de la voluntad. Sexta.- energía de la “Conciencia”.
Séptima.- energía del espíritu puro.
Por mucho que multiplicáramos la energía estrictamente mecánica, jamás lograríamos
despertar “Conciencia”.
Por mucho que incrementáramos las fuerzas vitales dentro de nuestro organismo,
nunca llegaríamos a despertar “Conciencia”.
Muchos procesos psicológicos se realizan dentro de sí mismos, sin que por ello
intervenga para nada la “Conciencia”.
23
Por muy grandes que sean las disciplinas de la mente, la energía mental no logrará
nunca despertar los diversos funcionalismos de la “Conciencia”.
La fuerza de la voluntad aunque fuese multiplicada hasta el infinito no consigue
despertar “Conciencia”.
Todos estos tipos de energía se escalonan en distintos niveles y dimensiones que
nada tienen que ver con la “Conciencia”.
La “Conciencia” sólo puede ser despertada mediante trabajos conscientes y rectos
esfuerzos.
El pequeño porcentaje de “Conciencia” que la humanidad posee, en vez de ser
incrementada suele ser derrochado inútilmente en la vida.
Es obvio que al identificarnos con todos los sucesos de nuestra existencia
despilfarramos inútilmente la energía de la “Conciencia”.
Nosotros deberíamos ver la vida como una película sin identificarnos jamás con
ninguna comedia, drama o tragedia, así ahorraríamos energía conscientiva.
La “Conciencia” en sí misma es un tipo de energía con elevadísima frecuencia
vibratoria.
No hay que confundir a la “Conciencia” con la memoria, pues son tan diferentes la
una de la otra, como lo es la luz de los focos del automóvil con relación a la carretera por
donde andamos.
Muchos actos se realizan dentro de nosotros mismos, sin participación alguna de eso
que se llama “Conciencia”.
En nuestro organismo suceden muchos ajustes y reajustes, sin que por ello la
“Conciencia” participe en los mismos.
El centro motor de nuestro cuerpo puede manejar un automóvil o dirigir los dedos que
tocan en el teclado de un piano sin la más insignificante participación de la “Conciencia”.
La “Conciencia” es la luz que el inconsciente no percibe.
El ciego tampoco percibe la luz física solar, mas ella existe por sí misma.
Necesitamos abrirnos para que la luz dela “Conciencia” penetre en las tinieblas
espantosas del mí mismo, del sí mismo.
Ahora comprenderemos mejor el significado de las palabras de Juan, cuando en el
Evangelio dice: "La luz vino a las tinieblas, pero las tinieblas no la comprendieron".
Mas sería imposible que la luz de la “Conciencia” pudiese penetrar dentro de las
tinieblas del yo mismo, si previamente no usáramos el sentido maravilloso de la
auto-observación psicológica.
Necesitamos franquearle el paso a la luz para iluminar las profundidades tenebrosas
del Yo de la Psicología.
Uno jamás se auto-observaría si no tuviese interés en “cambiar”, tal interés sólo es
posible cuando uno ama de verdad las enseñanzas esotéricas.
Ahora comprenderán nuestros lectores, el motivo por el cual aconsejamos revalorizar
una y otra vez las instrucciones concernientes al trabajo sobre sí mismo.
24
La “Conciencia” despierta, nos permite experimentar en forma directa la realidad.
Desafortunadamente el animal intelectual, equivocadamente llamado hombre,
fascinado por el poder formulativo de la lógica dialéctica, ha olvidado la dialéctica de la
“Conciencia”.
Incuestionablemente el poder para formular conceptos lógicos resulta en el fondo
terriblemente pobre.
De la tesis podemos pasar a la antítesis y mediante la discusión llegar a la síntesis,
más esta última en sí misma continua siendo un concepto intelectual que en modo alguno
puede coincidir con la realidad.
“La Dialéctica de la Conciencia” es más directa, nos permite experimentar la realidad
de cualquier fenómeno en sí mismo y por si mismo.
Los fenómenos naturales en modo alguno coinciden exactamente con los conceptos
formulados por la mente.
La vida se desenvuelve de instante en instante y cuando la capturamos para
analizarla, la matamos.
Cuando intentamos inferir conceptos al observar tal o cual fenómeno natural, de
hecho dejamos de percibir la realidad del fenómeno y sólo vemos en el mismo, el reflejo de
las teorías y conceptos rancios que en modo alguno tienen que ver nada con el hecho
observado.
La alucinación intelectual es fascinante y queremos a la fuerza que todos los
fenómenos de la naturaleza coincidan con nuestra lógica dialéctica.
“La dialéctica de la Conciencia” se fundamenta en las experiencias vividas y no en el
mero racionalismo subjetivo.
Todas las leyes de la naturaleza existen dentro de nosotros mismos y si entre nuestro
interior no las descubrimos, jamás las descubriremos fuera de sí mismos.
El Hombre está contenido en el Universo y el Universo está contenido en el Hombre.
Real es aquello que uno mismo experimenta en su interior, sólo la “Conciencia” puede
experimentar la realidad.
El lenguaje de la “Conciencia” es simbólico, íntimo, profundamente significativo y sólo
los despiertos lo pueden comprender.
Quien quiera despertar “Conciencia” debe eliminar de su interior todos los elementos
indeseables que constituyen el Ego, el Yo, el Mí mismo, dentro de los cuales se halla
embotellada la “Esencia”.
25
8. LA JERGA CIENTIFISTA
La dialéctica lógica resulta condicionada y calificada, además, por las proposiciones
"en" y "acerca" que jamás nos llevan a la experiencia directa de lo real.
Los fenómenos de la naturaleza distan mucho de ser como los científicos los ven.
Ciertamente tan pronto un fenómeno cualquiera es descubierto, de inmediato se le
califica o rotula con tal o cual terminacho difícil de la jerga científica.
Obviamente esos dificilísimos términos del cientifismo moderno solo sirven de parche
para tapar la ignorancia.
Los fenómenos naturales en modo alguno son como los cientifistas los ven.
La vida con todos sus procesos y fenómenos se desenvuelve de momento en
momento, de instante en instante, y cuando la mente cientifista la detiene para analizarla, de
hecho la mata.
Cualquier inferencia extraída de un fenómeno natural cualquiera, de ninguna manera
es igual a la realidad concreta del fenómeno. Desgraciadamente la mente del científico
alucinada por sus propias teorías cree firmemente en el realismo de sus inferencias.
El intelecto alucinado no solamente ve en los fenómenos reflejo de sus propios
conceptos, sino, además, y lo que es peor quiere en forma dictatorial hacer que los
fenómenos resulten exactos y absolutamente iguales a todos esos conceptos que se llevan
en el intelecto.
El fenómeno de la alucinación intelectual es fascinante, ninguno de esos tontos
científicos ultramodernos admitiría la realidad de su propia alucinación.
Ciertamente los sabihondos de estos tiempos en modo alguno admitirían que se les
calificase de “alucinados”.
La fuerza de la auto-sugestión les ha hecho creer en la realidad de todos esos
conceptos de la jerga cientifista.
Obviamente la mente alucinada presume de consciente y en forma dictatorial quiere
que todos los procesos de la naturaleza marchen por los carriles de sus sabihondeces.
No bien ha aparecido un fenómeno nuevo, se le clasifica, se le rotula y se le pone en
tal o cual lugar, como si en verdad se le hubiese comprendido.
Son millares los términos que se han inventado para rotular fenómenos, mas nada
saben los seudo-sapientes sobre la realidad de aquellos.
Como ejemplo vivido de todo lo que en este capítulo estamos afirmando, citaremos el
cuerpo humano.
En nombre de la verdad podemos afirmar en forma enfática que este cuerpo físico es
absolutamente desconocido para los científicos modernos.
Una afirmación de esta clase podría aparecer como muy insolente ante los pontífices
del cientifismo moderno, incuestionablemente merecemos de ellos la excomunión.
Sin embargo, tenemos bases muy sólidas para hacer tan tremenda afirmación;
desgraciadamente las mentes alucinadas están tan convencidas de su seudo-sapiencia, que
ni remotamente podrían aceptar el crudo realismo de su ignorancia.
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Si les dijésemos a los jerarcas del cientifismo moderno, que el Conde Cagliostro,
interesantísimo personaje de los siglos XVI, XVII, XVIII todavía vive en pleno siglo XX; si les
dijésemos que el insigne Paracelso, insigne facultativo de la edad media, aún existe todavía,
podéis estar seguros de que los jerarcas del cientifismo actual se reirían de nosotros y jamás
aceptarían nuestras afirmaciones.
Sin embargo, es así: Viven actualmente sobre la faz de la tierra los auténticos
“mutantes”, hombres inmortales con cuerpos que datan de miles y de millones de años hacia
atrás.
El autor de esta obra conoce a los “mutantes”, empero no ignora el escepticismo
moderno, la alucinación de los cientifistas y el estado de la ignorancia de los sabihondos.
Por todo esto en modo alguno caeríamos en la ilusión de creer que los fanáticos de la
jerga científica aceptasen la realidad de nuestras insólitas declaraciones.
El cuerpo de cualquier “mutante” es un franco desafío a la jerga científica de estos
tiempos.
El cuerpo de cualquier “mutante” puede cambiar de figura y retornar luego a su
estado normal sin recibir daño alguno.
El cuerpo de cualquier “mutante” puede penetrar instantáneamente en la cuarta
vertical y hasta asumir cualquier forma vegetal o animal y retornar posteriormente a su
estado normal sin recibir perjuicio alguno.
El cuerpo de cualquier “mutante” desafía violentamente a viejos textos de Anatomía
oficial.
Desgraciadamente ninguna de estas declaraciones podría convencer a los alucinados
de la jerga cientifista.
Esos señores, sentados sobre sus solios pontificios, incuestionablemente nos mirarán
con desdén, tal vez con ira, y posiblemente hasta con un poco de piedad.
Empero, la verdad es lo que es, y la realidad de los “mutantes” es un franco desafío a
toda teoría ultramoderna.
El autor de la obra conoce a los “mutantes” pero no espera que nadie le crea.
Cada órgano del cuerpo humano está controlado por leyes y fuerzas que ni
remotamente conocen los alucinados de la jerga cientifista.
Los elementos de la naturaleza son en sí mismos desconocidos para la ciencia oficial;
las mejores fórmulas químicas están incompletas: H2O, dos átomos de Hidrógeno y uno de
Oxígeno para formar agua, resulta empírico.
Sí tratamosde juntar en un laboratorio el átomo de Oxígeno con los dos de
Hidrógeno, no resulta agua ni nada porque esta fórmula está incompleta, le falta el elemento
fuego, solo con este citado elemento podría crearse agua.
La intelección por muy brillante que parezca no puede conducirnos jamás a la
experiencia de lo “Real”.
La clasificación de sustancias y los terminachos difíciles con que se rotula a las
mismas, sólo sirve como parche para tapar la ignorancia.
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Eso de querer el intelecto que tal o cual sustancia posea determinado nombre y
características, resulta absurdo e insoportable.
¿Porqué el intelecto presume de omnisciente? ¿Porqué se alucina creyendo que las
sustancias y fenómenos son como él cree que son? ¿Porqué quiere la intelección que la
naturaleza sea una réplica perfecta de todas sus teorías, conceptos, opiniones, dogmas,
preconceptos, prejuicios?
En realidad los fenómenos naturales no son como se cree que son, y las substancias
y fuerzas de la naturaleza de ninguna manera son como el intelecto piensa que son.
La “Conciencia” despierta no es la mente, ni la memoria, ni semejante. Solo la
“Conciencia” liberada puede experimentar por sí misma y en forma directa la realidad de la
vida libre en su movimiento.
Empero debemos afirmar en forma enfática que en tanto exista dentro de nosotros
mismos cualquier elemento subjetivo, la “Conciencia” continuará embotellada entre tal
elemento y por ende no podrá gozar de la iluminación continua y perfecta.
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9. EL ANTICRISTO
El chispeante intelectualismo como funcionalismo manifiesto del Yo psicológico,
indubitablemente es EL ANTICRISTO.
Quienes suponen que el ANTICRISTO es un personaje extraño nacido en tal o cual
lugar de la tierra o venido de este o de aquel país, están ciertamente completamente
equivocados.
Hemos dicho en forma enfática que el ANTICRISTO no es en modo alguno un sujeto
definido, sino todos los sujetos.
Obviamente el ANTICRISTO radica en el fondo de cada persona y se expresa en
forma múltiple.
El intelecto puesto al servicio del espíritu resulta útil; el intelecto divorciado del
espíritu deviene inútil.
Del intelectualismo sin espiritualidad surgen los bribones, viva manifestación del
ANTICRISTO.
Obviamente el bribón en sí mismo y por si mismo es el ANTICRISTO.
Desgraciadamente el mundo actual con todas sus tragedias y miserias está gobernado por
el ANTICRISTO.
El estado caótico en que se encuentra la humanidad actual indubitablemente se debe
al ANTICRISTO.
El “inicuo” de que hablara Pablo de Tarso en sus epístolas es ciertamente un crudo
realismo de estos tiempos.
El “inicuo” ya vino y se manifiesta por doquier, ciertamente tiene el don de la
ubicuidad.
Discute en los cafés, hace negociaciones en la ONU, se sienta cómodamente en
Ginebra, realiza experimentos de laboratorio, inventa bombas atómicas, cohetes
teledirigidos, gases asfixiantes, bombas bacteriológicas, etc., etc., etc.
Fascinado el ANTICRISTO con su propio intelectualismo, exclusividad absoluta de los
sabihondos, cree que conoce todos los fenómenos de la naturaleza.
El ANTICRISTO creyéndose a sí mismo omnisciente, embotellado entre todo el
podridero de sus teorías, rechaza de plano todo aquello que se parezca a Dios o que se
adore.
La auto-suficiencia del ANTICRISTO, el orgullo y la soberbia que posee, es algo
insoportable.
El ANTICRISTO odia mortalmente las virtudes cristianas de la fe, la paciencia y la
humildad.
Toda rodilla se hinca ante el ANTICRISTO. Obviamente aquél ha inventado aviones
ultrasónicos, barcos maravillosos, flamantes automóviles, medicinas sorprendentes, etc.
En estas condiciones, ¿quién podría dudar del ANTICRISTO? Quién se atreva en
estos tiempos a pronunciarse contra todos estos milagros y prodigios del hijo de perdición,
se condena a sí mismo a la burla de sus semejantes, al sarcasmo, a la ironía, al calificativo
de estúpido e ignorante.
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Cuesta trabajo hacer entender esto a las gentes serias y estudiosas, éstas en si
mismas reaccionan, oponen resistencia.
Es claro que el “animal intelectual” equivocadamente llamado hombre, es un robot
programado con kinder, primarias, secundarias, preparatoria, universidad, etc.
Nadie puede negar que un robot programado funciona de acuerdo con el programa,
de ninguna manera podría funcionar si se le sacase del programa.
El ANTICRISTO ha elaborado el programa con el que se programan los robots
humanoides de estos tiempos decadentes.
Hacer estas aclaraciones, poner énfasis en lo que estoy diciendo, resulta
espantosamente difícil por estar fuera de programa, ningún humanoide robot podría admitir
cosas que están fuera del programa.
Es tan grave esta cuestión y tan tremendos los enfrascamientos de la mente, que en
modo alguno, un robot humanoide cualquiera, sospecharía ni remotamente que el programa
no sirve, pues él ha sido arreglado de acuerdo con el programa, y dudar del mismo le
parecería una herejía, algo incongruente y absurdo.
Que un robot dude de su programa es un adefesio, algo absolutamente imposible
pues su mismísima existencia se debe al programa.
Desgraciadamente las cosas no son como las piensa el robot humanoide; existe otra
ciencia, otra sabiduría, inaceptable para los robots humanoides.
Reacciona el humanoide robot y tiene razón en reaccionar pues no ha sido
programado para otra ciencia ni para otra cultura, ni para nada diferente a su consabido
programa.
El ANTICRISTO ha elaborado los programas del robot humanoide, el robot se
prosterna humilde ante su amo. ¿Cómo podría dudar el robot de la sapiencia de su amo?
Nace el niño inocente y puro; la “Esencia” expresándose en cada criatura es preciosa
en gran manera.
Incuestionablemente la naturaleza deposita en los cerebros de los recién nacidos
todos esos datos salvajes, naturales, silvestres, cósmicos, espontáneos, indispensables
para la captura o aprehensión de las verdades contenidas en cualquier fenómeno natural
perceptible para los sentidos.
Esto significa que el niño recién nacido podría por si mismo descubrir la realidad de
cada fenómeno natural, desgraciadamente interfiere el programa del ANTICRISTO y las
maravillosas cualidades que la naturaleza ha depositado en el cerebro del recién nacido
pronto quedan destruidas.
El ANTICRISTO prohíbe pensar en forma diferente; toda criatura que nace, por orden
del ANTICRISTO debe ser programada.
No hay duda de que el ANTICRISTO odia mortalmente aquel precioso sentido del
Ser, conocido como "facultad de percepción instintiva de las verdades cósmicas".
Ciencia pura, distinta a todo el podridero de teorías universitarias que existen por
aquí, por allá y acullá, es algo inadmisible para los robots del ANTICRISTO.
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Muchas guerras, hambres y enfermedades ha propagado el ANTICRISTO en toda la
redondez de la tierra, y no hay duda de que seguirá propagándolas antes que llegue la
catástrofe final.
Desafortunadamente ha llegado la hora de la gran apostasía anunciada por todos los
profetas y ningún ser humano se atrevería a pronunciarse contra el ANTICRISTO.
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10. EL YO PSICOLÓGICO
Esta cuestión del mí mismo, lo que yo soy, eso que piensa, siente y actúa, es algo
que debemos auto-explorar para conocer profundamente.
Existen por doquiera muy lindas teorías que atraen y fascinan; empero de nada
serviría todo eso si no nos conociésemos a sí mismos.
Es fascinante estudiar astronomía o distraerse un poco leyendo obras serias, sin
embargo, resulta irónico convertirse en un erudito y no saber nada sobre sí mismo, sobre el
yo soy, sobre la humana personalidad que poseemos.
Cada cual es muy libre de pensar lo que quiera y la razón subjetiva del “animal
intelectual” equivocadamente llamado hombre da para todo, lo mismo puede hacer de una
pulga un caballo que de un caballo una pulga; son muchos los intelectuales que viven
jugando con el racionalismo ¿Y después de todo qué?
Ser erudito no significa ser sabio. Los “ignorantes ilustrados” abundan como la mala
hierba y no solamente no saben sino, además, ni siquiera saben que no saben.
Entiéndase por ignorantes ilustradoslos sabihondos que creen que saben y ni
siquiera se conocen a sí mismos.
Podríamos teorizar hermosamente sobre el yo de la Psicología, más no es eso
precisamente lo que nos interesa en este capítulo.
Necesitamos conocernos a sí mismos por vía directa sin el proceso deprimente de la
opción.
En modo alguno sería esto posible sino nos auto-observáramos en acción de instante
en instante, de momento en momento.
No se trata de vernos a través de alguna teoría o de una simple especulación
intelectiva.
Vernos directamente tal cual somos es lo interesante; sólo así podremos llegar al
conocimiento verdadero de sí mismos.
Aunque parezca increíble nosotros estamos equivocados con respecto a sí mismos.
Muchas cosas que creemos no tener tenemos y muchas que creemos tener no
tenemos.
Nos hemos formado falsos conceptos sobre si mismos y debemos hacer un
“inventario” para saber qué nos sobra y qué nos falta.
Suponemos que tenemos tales o cuales cualidades que en realidad no tenemos y
muchas virtudes que poseemos ciertamente las ignoramos.
Somos gente “dormida” , inconsciente y eso es lo grave. Desafortunadamente
pensamos de sí mismos lo mejor y ni siquiera sospechamos que estamos “dormidos”.
Las sagradas escrituras insisten en la necesidad de “despertar”, mas no explican el
sistema para lograr ese “despertar”.
Lo peor del caso es que son muchos los que han leído las sagradas escrituras y ni
siquiera entienden que están “dormidos”.
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Todo el mundo cree que se conoce a sí mismo y ni remotamente sospechan que
existe "la doctrina de los muchos".
Realmente el yo psicológico de cada cual es múltiple, deviene siempre como muchos.
Con esto queremos decir que tenemos muchos yoes y no uno solo como suponen
siempre los “ignorantes ilustrados”.
Negar la doctrina de los muchos es hacerse tonto a sí mismo, pues de hecho sería el
colmo de los colmos ignorar las contradicciones íntimas de que cada uno de nosotros posee.
Voy a leer un periódico, dice el yo del intelecto; al diablo con tal lectura, exclama el yo
del movimiento; prefiero ir a dar un paseo en bicicleta. Qué paseo ni qué pan caliente, grita
un tercero en discordia; prefiero comer, tengo hambre.
Si nos pudiésemos ver en un espejo de cuerpo entero, tal cual somos, descubriríamos
por sí mismos en forma directa la doctrina de los muchos.
La humana personalidad es tan solo una marioneta controlada por hilos invisibles.
El yo que hoy jura amor eterno por la Gnosis, es más tarde desplazado por otro yo
que nada tiene que ver con el juramento; entonces el sujeto se retira.
El yo que hoy jura amor eterno a una mujer es más tarde desplazado por otro que
nada tiene que ver con ese juramento, entonces el sujeto se enamora de otra y el castillo de
naipes se va al suelo.
El “animal intelectual” equivocadamente llamado hombre es como una casa llena de
mucha “gente”.
No existe orden ni concordancia alguna entre los múltiples yoes, todos ellos riñen
entre sí y se disputan la supremacía. Cuando alguno de ellos consigue el control de los
centros capitales de la máquina orgánica, se siente el único, el amo, empero al fin es
derrocado.
Considerando las cosas desde este punto de vista, llegamos a la conclusión lógica de
que el “mamífero intelectual” no tiene verdadero sentido de responsabilidad moral.
Incuestionablemente lo que la máquina diga o haga en un momento dado, depende
exclusivamente del tipo de yo que en esos instantes la controle.
Dicen que Jesús de Nazareth sacó del cuerpo de Maria Magdalena siete demonios,
siete yoes, viva personificación de los siete pecados capitales.
Obviamente cada uno de estos siete demonios es cabeza de legión, por ende
debemos sentar como corolario que el Cristo íntimo pudo expulsar del cuerpo de la
Magdalena millares de yoes.
Reflexionando todas estas cosas podemos inferir claramente que lo único digno que
nosotros poseemos en nuestro interior es la “Esencia”, desafortunadamente la misma se
encuentra enfrascada entre todos esos múltiples yoes de la Psicología Revolucionaria.
Es lamentable que la “Esencia” se procese siempre en virtud de su propio
embotellamiento.
Incuestionablemente la “Esencia” o “Conciencia” que es lo mismo, duerme
profundamente.
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11. LAS TINIEBLAS
Uno de los problemas más difíciles de nuestra época ciertamente viene a ser el
intrincado laberinto de las teorías.
Indubitablemente, por estos tiempos se han multiplicado exorbitantemente por aquí,
por allá y acullá las escuelas seudo-esoteristas y seudo-ocultistas.
La mercadería de almas, de libros y teorías es pavorosa, raro es aquel que entre la
telaraña de tantas ideas contradictorias logre en verdad hallar el “camino secreto”.
Lo más grave de todo esto es la fascinación intelectiva; existe la tendencia a nutrirse
estrictamente en forma intelectual con todo lo que llega a la mente.
Los vagabundos del intelecto ya no se contentan con toda esa librería subjetiva y de
tipo general que abunda en los mercados de libros, sino que ahora y para colmo de los
colmos, también se atiborran e indigestan con el seudo-esoterismo y seudo-ocultismo barato
que abunda por doquiera como la mala hierba.
El resultado de todas estas jergas es la confusión y desorientación manifiesta de los
bribones del intelecto.
Constantemente recibo cartas y libros de toda especie; los remitentes como siempre
interrogándome sobre ésta o aquella escuela, sobre tal o cual libro, yo me limito a contestar
lo siguiente: Deje Ud. la ociosidad mental; a Ud. no tiene porqué importarle la vida ajena,
desintegre el yo animal de la curiosidad, a Ud. no deben importarle las escuelas ajenas,
vuélvase serio, conózcase a sí mismo, estúdiese a sí mismo, obsérvese a sí mismo, etc.,
etc., etc.
Realmente lo importante es conocerse a sí mismo profundamente en todos los niveles
de la mente.
Las tinieblas son la inconsciencia; la “luz” es la “Conciencia”; debemos permitir que la
“luz” penetre en nuestras tinieblas; obviamente la “luz” tiene poder para vencer a las
tinieblas.
Desgraciadamente las gentes se encuentran auto-encerradas dentro del ambiente
fétido e inmundo de su propia mente, adorando a su querido Ego.
No quieren darse cuenta las gentes de que no son dueños de su propia vida,
ciertamente cada persona está controlada desde adentro por muchas otras personas, quiero
referirme en forma enfática a toda esa multiplicidad de yoes que llevamos dentro.
Ostensiblemente cada uno de esos yoes pone en nuestra mente lo que debemos
pensar, en nuestra boca lo que debemos decir, en el corazón lo que debemos sentir, etc.
En estas condiciones la humana personalidad no es más que un robot gobernado por
distintas personas que se disputan la supremacía y que aspiran al supremo control de los
centros capitales de la máquina orgánica.
En nombre de la verdad hemos de afirmar solemnemente que el pobre “animal
intelectual” equivocadamente llamado hombre aunque se crea muy equilibrado vive en un
desequilibrio psicológico completo.
El “mamífero intelectual” en modo alguno es unilateral, si lo fuera sería equilibrado.
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El “animal intelectual” es desgraciadamente multilateral y eso está demostrado hasta
la saciedad.
¿Cómo podría ser equilibrado el humanoide racional? Para que exista equilibrio
perfecto se necesita de la “Conciencia despierta”.
Solo la luz de la “Conciencia” dirigida no desde de los ángulos sino en forma plena
central sobre nosotros mismos, puede acabar con los contrastes, con las contradicciones
psicológicas y establecer en nosotros el verdadero equilibrio interior.
Si disolvemos todo ese conjunto de yoes que en nuestro interior llevamos, viene el
“Despertar de la Conciencia” y como secuencia o corolario el equilibrio verdadero de nuestra
propia psiquis.
Desafortunadamente no quieren darse cuenta las gentes de la inconsciencia en que
viven; “duermen” profundamente.
Si las gentes estuvieran “despiertas”, cada cual sentiría a sus prójimos en sí mismos.
Si las gentes estuvieran “despiertas”, nuestros prójimos nos sentirían en su interior.
Entonces obviamente las guerras no existiríany la tierra entera sería en verdad un
paraíso.
La luz de la “Conciencia”, dándonos verdadero equilibrio psicológico, viene a
establecer cada cosa en su lugar, y lo que antes entraba en conflicto íntimo con nosotros, de
hecho queda en su sitio adecuado.
Es tal la inconsciencia de las multitudes que ni siquiera son capaces de encontrar la
relación existente entre “luz” y “Conciencia”.
Incuestionablemente “luz” y “Conciencia” son dos aspectos de lo mismo; donde hay
luz hay “Conciencia”.
La inconsciencia es tinieblas y éstas últimas existen en nuestro interior.
Solo mediante la auto-observación psicológica permitimos que la “luz” penetre en
nuestras propias tinieblas.
"La luz vino a las tinieblas pero las tinieblas no la comprendieron".
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12. LAS TRES MENTES
Existen por doquiera muchos bribones del intelecto sin orientación positiva y
envenenados por el asqueante escepticismo.
Ciertamente el repugnante veneno del escepticismo contagió a las mentes humanas
en forma alarmante desde el siglo XVIII.
Antes de aquel siglo la famosa isla Nontrabada o Encubierta, situada frente a las
costas de España, se hacía visible y tangible constantemente.
No hay duda de que tal isla se halla ubicada dentro de la cuarta vertical. Muchas son
las anécdotas relacionadas con esa isla misteriosa.
Después del siglo XVIII la citada isla se perdió en la eternidad, nadie sabe nada sobre
la misma.
En las épocas del Rey Arturo y de los caballeros de la mesa redonda, los elementales
de la naturaleza se manifestaron por doquiera, penetrando profundamente dentro de nuestra
atmósfera física.
Son muchos los relatos sobre duendes, genios y hadas que todavía abundan en la
verde Erim, Irlanda; desafortunadamente, todas estas cosas inocentes, toda esta belleza del
alma del mundo, ya no es percibida por la humanidad debido a las sabihondeces de los
bribones del intelecto y al desarrollo desmesurado del Ego animal.
Hoy en día los sabihondos se ríen de todas estas cosas, no las aceptan aunque en el
fondo ni remotamente hayan logrado la felicidad.
Si las gentes entendieran que tenemos tres mentes, otro gallo cantaría, posiblemente
hasta se interesarían más por estos estudios.
Desgraciadamente los “ignorantes ilustrados”, metidos en el recoveco de sus difíciles
erudiciones, ni siquiera tienen tiempo para ocuparse de nuestros estudios seriamente.
Esas pobres gentes son autosuficientes, se hallan engreídas con el vano
intelectualismo, piensan que van por el camino recto y ni remotamente suponen que se
encuentran metidas en un callejón sin salida.
En nombre de la verdad debemos decir que en síntesis, tenemos tres mentes.
A la primera podemos y debemos llamarla “Mente Sensual”, a la segunda la
bautizaremos con el nombre de “Mente Intermedia”. A la tercera la llamaremos “Mente
Interior”.
Vamos ahora a estudiar cada una de estas tres Mentes por separado y en forma
juiciosa.
Incuestionablemente la “Mente Sensual” elabora sus conceptos de contenido
mediante las percepciones sensoriales externas.
En estas condiciones la “Mente Sensual” es terriblemente grosera y materialista, no
puede aceptar nada que no haya sido demostrado físicamente.
Como quiera que los conceptos de contenido de la “Mente Sensual” tienen por
fundamento los datos sensoriales externos, indubitablemente nada puede saber sobre lo
“real”, sobre la verdad, sobre los misterios de la vida y muerte, sobre el Alma y el Espíritu,
etc.
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Para los bribones del intelecto, atrapados totalmente por los sentidos externos y
embotellados entre los conceptos de contenido de la “Mente Sensual”, nuestros estudios
esotéricos les son locura.
Dentro de la razón de la sin razón, en el mundo de lo descabellado, ellos tienen razón
debido a que están condicionados por el mundo sensorial externo. ¿Cómo podría la “Mente
Sensual” aceptar algo que no sea sensual?
Si los datos de los sentidos sirven de resorte secreto para todos los funcionalismos de
la “Mente Sensual”, es obvio que estos últimos tienen que originar conceptos sensuales.
“Mente Intermedia” es diferente, sin embargo, tampoco sabe nada en forma directa
sobre lo “real”, se limita a creer y eso es todo.
En la “Mente Intermedia” están las creencias religiosas, los dogmas inquebrantables,
etc.
“Mente Interior” es fundamental para la experiencia directa de la verdad.
Indubitablemente la “Mente Interior” elabora sus conceptos de contenido con los
datos aportados por la “Conciencia superlativa del Ser”.
Incuestionablemente la “Conciencia” puede vivenciar y experimentar lo “Real”. No hay
duda de que la “Conciencia” sabe de verdad.
Sin embargo, para la manifestación la “Conciencia” necesita de un mediador, de un
instrumento de acción y éste en sí mismo es la “Mente Interior”.
La “Conciencia” conoce directamente la realidad de cada fenómeno natural y
mediante la “Mente Interior” puede manifestarla.
Abrir la “Mente Interior” sería lo indicado a fin de salir del mundo de las dudas y de la
ignorancia.
Esto significa que solo abriendo la “Mente Interior” nace la fe auténtica en el ser
humano.
Mirada esta cuestión desde otro ángulo, diremos, que el escepticismo materialista es
la característica peculiar de la ignorancia. No hay duda de que los “ignorantes ilustrados”
resultan ciento por ciento escépticos.
La fe es percepción directa de lo real; sabiduría fundamental; vivencia de eso que
está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente.
Distíngase entre fe y creencia. Las creencias se encuentran depositadas en la “Mente
Intermedia”, la fe es característica de la “Mente Interior”.
Desafortunadamente existe siempre la tendencia general a confundir la creencia con
la fe. Aunque parezca paradójico enfatizaremos lo siguiente: "EL QUE TIENE FE
VERDADERA NO NECESITA CREER".
Es que la fe auténtica es sapiencia vívida, cognición exacta, experiencia directa.
Sucede que durante muchos siglos se ha confundido a la fe con la creencia y ahora
cuesta mucho trabajo hacerles comprender a las gentes que la fe es sabiduría verdadera y
nunca vanas creencias.
Los funcionalismos sapientes de la “Mente Interior” tienen como resortes íntimos
todos esos datos formidables de la sabiduría contenida en la “Conciencia”.
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Quien ha abierto la “Mente Interior” recuerda sus vidas anteriores, conoce los
misterios de la vida y la muerte, no por lo que haya leído o dejado de leer, no por lo que otro
haya dicho o dejado de decir, no por lo que se haya creído o dejado de creer, sino por
experiencia directa, vívida, terriblemente real.
Esto que estamos diciendo no le gusta a la “Mente Sensual”, no puede aceptarlo
porque se sale de sus dominios, nada tiene que ver con las percepciones sensoriales
externas, es algo ajeno a sus conceptos de contenido, a lo que le enseñaron en la escuela,
a lo que aprendió en distintos libros, etc., etc., etc.
Esto que estamos diciendo tampoco es aceptado por la “Mente Intermedia” porque de
hecho contraría sus creencias, desvirtúa lo que sus preceptores religiosos le hicieron
aprender de memoria, etc.
Jesús El Gran Kabir advierte a sus discípulos diciéndoles: "Cuidaos de la levadura de
los saduceos y de la levadura de los fariseos".
Es ostensible que Jesús El Cristo con esta advertencia se refirió a las doctrinas de los
materialistas saduceos y de los hipócritas fariseos.
La doctrina de los saduceos está en la “Mente Sensual”, es la doctrina de los cinco
sentidos.
La doctrina de los fariseos se halla ubicada en la “Mente Intermedia”, esto es
irrefutable, irrebatible.
Es evidente que los fariseos concurren a sus ritos para que se diga de ellos que son
buenas personas, para aparentar ante los demás, más nunca trabajan sobre sí mismos.
No seria posible abrir la “Mente Interior” sino aprendiéramos a pensar
psicológicamente.
Incuestionablemente cuando alguien empieza a observarse a sí mismo es señal de
que ha comenzado a pensar psicológicamente.
En tanto uno no admita la realidad de su propia Psicología y la posibilidad de
cambiarla fundamentalmente, indubitablemente no siente la necesidad de la
auto-observación

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