Logo Studenta

enfermeria psiquiatrica schultz

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

rinconmedico.me
EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIA
AMIGO LECTOR:
Laobra que usted tiene en susmanos posee un gran valor.
En ella, su autor ha vertido conocimientos, experiencia y mucho trabajo. El editor
ha procurado una presentación digna de su contenido y está poniendo todo su empe-
ño y recursos para que sea ampliamente difundida, a través de su red de comerciali-
zación.
Al fotocopiar este libro, el autor y el editor dejan de percibir lo que corresponde a la
inversión que ha realizado y se desalienta la creación de nuevas obras. Rechace
cualquier ejemplar “pirata” o fotocopia ilegal de este libro, pues de lo contrario
estará contribuyendo al lucro de quienes se aprovechan ilegítimamente del esfuer-
zo del autor y del editor.
La reproducción no autorizada de obras protegidas por el derecho de autor no sólo
es un delito, sino que atenta contra la creatividad y la difusión de la cultura.
Paramayor información comuníquese con nosotros:
www.rinconmedico.me
rinconmedico.me
Judith M. Schultz, MS, RN
Senior Account Manager
Healthways, Inc.
San Francisco, California
Sheila L. Videbeck, PhD, RN
Professor, Nursing
Des Moines Area Community College
Ankeny, Iowa
Enfermería 
psiquiátrica. 
Planes de 
cuidados
PRIMERA EDICIÓN EN ESPAÑOL TRADUCIDA DE LA NOVENA EDICIÓN DEL INGLÉS
Traducción por:
Dra. Gabriela Enríquez Cotera
Facultad Mexicana de Medicina 
Universidad La Salle
Editor responsable:
Dr. Martín Martínez Moreno
Editorial El Manual Moderno
Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V . , 
A v . Sonora núm. 206, 
Col. Hipódromo, 
Deleg. Cuauhtémoc, 
06100 México, D.F . 
(52-55)52-65-11-00
info@manualmoderno.com
quejas@manualmoderno.com@
Nos interesa su opinión
comuníquese con nosotros:
Ésta es una traducción de:
Lippincott´s Manual of Psychiatric nursing. Care Plans, 9th ed.
Copyright © 2013 Wolters Kluwer Health | Lippincott 
Williams & Wilkins.
Copyright © 2009 Wolters Kluwer Health | Lippincott 
Williams & Wilkins. Copyright © 2005, 2002 Lippincott 
Williams & Wilkins. Copyright © 1998 Lippincott-Raven 
Publishers. Copyright © 1994 by Judith M. Schultz and 
Sheila Dark Vide beck. Copyright © 1990, 1986, 1982 by 
Judith M. Schultz and Sheila L. Dark. 
ISBN: 978-1-60913-694-9
“Lippincott Williams & Wilkins, a Wolters Kluwer Health did 
not participate in the translation of this title. Published by
arrangement with Lippincott Williams & Wilkins USA”
Enfermería pisquiátrica. Planes de cuidados
D.R. © 2013 por Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V.
ISBN: 978-607-448-327-7
ISBN: 978-607-448-330-7 versión electrónica
Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial 
Mexicana, Reg. núm. 39
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta 
publicación puede ser reproducida, almacenada en 
sistema alguno o transmitida por otro medio —
electrónico, mecánico, fotocopiador, registrador, 
etcétera— sin permiso previo por escrito de la Editorial.
All rights reserved. No part of this publication may be 
reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted in 
any form or by any means, electronic, mechanical, 
photocopying, recording or otherwise, without the prior 
permission in writting from the Publisher.
IMPORTANTE
Indicaciones precisas, las reacciones adversas, y las pau-
tas de dosificación de los medicamentos se ofrecen en 
este libro, pero es posible que se puedan cambiar. Se insta 
al lector a revisar la información de los paquetes de los 
fabricantes de los medicamentos mencionados. Los auto-
res, editores, editorial o distribuidores no son responsa-
bles por errores u omisiones o de las consecuencias de la 
aplicación de la información contenida en este trabajo, y 
no ofrecemos ninguna garantía, expresa o implícita, con 
respecto al contenido de la publicación. Los autores, editores, 
editorial y distribuidores no asumen ninguna responsabili-
dad por cualquierz daño y / o daños a personas o bienes 
derivados de la presente publicación.
Para mayor información en:
฀ ฀ ฀
฀
฀ ฀ ฀
www.manualmoderno.com
Director editorial y de producción:
Dr. José Luis Morales Saavedra
Editora asociada:
Lic. Vanessa Berenice Torres Rodríguez
Revisión técnica por:
Dr. en. C. S. Ihosvany Basset Machado
Doctor en Ciencias de la Salud, Maestro en 
Enfermería con Énfasis en Administración 
de los Servicios de Enfermería
Diseño de portada:
DP. Cynthia Karina Oropeza Heredia
 Schultz, Judith M. 
 Enfermería psiquiátrica : planes de cuidados / Judith M. Schultz,
 Sheila L. Videbeck ; traducción por Gabriela Enríquez Cotera. –- 1ª 
 edición. –- México : Editorial El Manual Moderno, 2013. 
 xii, 392 páginas : ilustraciones ; 28 cm.
 Traducción: Lippincott’s manual of psychiatric nursing : care plans
 -- 9th edición. 
 Incluye índice
 ISBN 978-607-448-327-7 
 ISBN 978-607-448-330-7 (versión electrónica)
 1. Enfermería psiquiátrica – Manuales, etc. 2. Planes de cuidados 
 de enfermería – Manuales, etc. 3. Enfermos mentales – Cuidado. 4. Pro-
 tocolos médicos – Manuales, etc. I. Videbeck, Sheila L. II. Enríquez
 Cotera, Gabriela, traductor. III. título. 
 
 610.73068-scdd21 Biblioteca Nacional de México
V
R E V I S O R E S
Elaine Kusick, MSN, BSN, RN
Instructor, Nursing
Butler County Community College
Butler, Pennsylvania
Ann Michalski
Associate Professor
Bakersield College
Bakersield, California
Alita Sellers, PhD, RN, CNE
Professor, Coordinator RN to BSN Program
West Virginia University, Parkersburg
Parkersburg, West Virginia
Karen Gahan Tarnow, PhD, RN
Clinical Associate Professor
University of Kansas School of Nursing
Kansas City, Kansas
Dolores Bradley, MSN, BSN, 
RN, CNE
Nursing Faculty, Associate Professor
Farmingdale State College
State University of New York
Farmingdale, New York
Kay Foland, PhD, RN, CNP, 
CNS-BC, PMHNP-BC
Professor
College of Nursing
South Dakota State University
Rapid City, South Dakota
Jennifer Graber, EdD(c), 
APRN, BC, CS
Nursing Instructor
Stanton Campus
Delaware Technical Community College
Newark, Delaware
Mary Lou Hamilton, MS, RN
Nursing Faculty in Psychiatric Mental 
Health Nursing
Delaware Technical Community College
Newark, Delaware
https://www.facebook.com/rinconmedico.me/
VI
Esta edición de Enfermería psiquiátrica. Planes de cuidados es un recurso sobresaliente para las 
estudiantes de enfermería y las enfermeras que practican en áreas de psiquiatría y salud mental. 
Esta obra es un instrumento de aprendizaje y una referencia que presenta información, conceptos y 
principios por medio de un formato simple y claro que puede aplicarse en situaciones diversas. Este 
libro complementa a los textos de enfermería psiquiátrica general que se basan en la teoría y apor-
ta una orientación clínica sólida para las estudiantes que están aprendiendo a aplicar el proceso de 
cuidados de enfermería en el ámbito de la psiquiatría clínica. Su presentación directa y el uso 
efectivo del proceso de cuidados de enfermería proporciona a las estudiantes instrumentos de apli-
cación simple para potenciar su comprensión y respaldar su práctica.
Con demasiada frecuencia las estudiantes se sienten mal preparadas para su experiencia en el 
área de la psiquiatría clínica, y la ansiedad interiere tanto con su aprendizaje y apreciación del 
proceso de cuidados de enfermería psiquiátrica. Esta obra puede ayudar a disminuir esta ansiedad 
al mostrar el uso del proceso de atención en la enfermería psiquiátrica, a la vez que con sus suge-
rencias en cuanto a las intervenciones especíicas que buscan responder a comportamientos parti-
culares, a la par de la lógica que las respalda, lo que provee a la estudiante una base sólida sobre la 
cual puede construir habilidades clínicas.
El uso perdurable y amplio de este libro, a nivel internacional, respalda nuestra creencia de que 
exista una necesidad generalizada de contar con una guía práctica para la planeación de los cuida-dos de enfermería para los pacientes con problemas emocionales o psiquiátricos. A pesar de esto, 
los planes de cuidados que contiene este libro no sustituyen a las habilidades de la enfermera para 
la valoración, integración de diagnósticos especíicos de cuidados de enfermería, resultados espe-
rados, intervenciones de enfermería. Puesto que cada paciente es único, requiere un plan de cuida-
dos de enfermería que se diseñe de manera especíica para cubrir sus propias necesidades, 
problemas y circunstancias. Los planes que presenta esta obra cubren distintos problemas y una 
variedad de estrategias que pueden aprovecharse para aportar los cuidados de enfermería. Esta in-
formación está estructurada para adaptarse y utilizarse de manera apropiada para la planeación de 
los cuidados de enfermería para cada paciente.
ORGANIZACIÓN DEL TEXTO
La obra está organizada en tres partes.
La Parte uno, Uso del libro, da apoyo a las estudiantes de enfermería, los instructores y el 
personal de enfermería clínica en relación con el desarrollo de habilidades de enfermería psiquiá-
trica; presenta los lineamientos para el desarrollo de aptitudes para la interacción por medio del uso 
de estudios de caso, desempeño de roles; de igual manera, aporta estrategias para el desarrollo de 
planes de cuidados de enfermería por escrito.
La Parte dos, Consideraciones clave en los cuidados de enfermería para la salud mental, 
cubre conceptos que se consideran bases importantes para la práctica de la enfermería psiquiátrica. 
Entre éstos se encuentran el medio terapéutico, sexualidad, espiritualidad, cultura, medicina comple-
mentaria y alternativa, envejecimiento, soledad, falta de hogar, estrés, intervención en crisis, violencia 
comunitaria, duelo comunitario y respuesta en desastres, proceso de cuidados de enfermería, práctica 
con base en la evidencia, buenas prácticas, equipo para tratamiento interdisciplinario, interacciones 
enfermera-paciente, y papeles de la enfermera psiquiátrica y el paciente.
La Parte tres, Planes de cuidados, incluye 52 planes de cuidados que se organizan en trece 
secciones. Los títulos de esas acciones son: Planes de cuidados generales; Atención basada en la 
comunidad; Trastornos diagnosticados durante la niñez o la adolescencia; Síndrome confusional, 
demencia y lesión cefálica; Trastornos relacionados con el consumo de sustancias; Esquizofrenia y 
trastornos y síntomas psicóticos; Trastornos del estado de ánimo y comportamientos relacionados; 
Trastornos de ansiedad; Trastornos somatomorfos y disociativos; Trastornos de la alimentación; Tras-
tornos del sueño y trastornos de adaptación; Trastornos de la personalidad; y Planes de cuidados 
conductuales y orientados por problemas.
P R E F A C I O
Prefacio VII
MARCO DE REFERENCIA DEL PROCESO DE 
CUIDADOS DE ENFERMERÍA
Esta obra sigue utilizando el proceso de cuidados de enfermería como un marco de referencia de 
trabajo para la provisión de cuidados, y cada plan se organiza a partir de los diagnósticos 
de enfermería. Los planes de cuidados aportan una estrategia que se enfoca en los resultados, y 
en la sección de conceptos básicos y en los párrafos introductorios se incluye contenido relacio-
nado con las metas terapéuticas.
NOVEDADES DE ESTA EDICIÓN
temporal
-
nal 2012-2014*
-
ría relacionadas
evitación y obsesivo-compulsivo.
USO DEL LIBRO
Es un texto idóneo y una referencia para los ámbitos de la salud mental y clínica en general, lo 
que incluye a los cuidados de enfermería para la comunidad y el hogar, además de su uso como 
texto para estudiantes. Esta obra ofrece una guía sólida a las profesionales que sientan menos 
conianza al atender a pacientes que están experimentando diicultades emocionales, y ofrece a 
los miembros nuevos del personal lineamientos para abordar de manera clara y especíica distin-
tos problemas. Esta obra puede tener utilidad singular en las instituciones de medicina general o 
de atención continua, donde los miembros del personal pueden enfrentar diversos comporta-
mientos problemáticos en el paciente.
Creemos que la atención efectiva debe despegar a partir de una visión holística de cada pa-
ciente, cuya vida está compuesta por un complejo especíico de factores físicos, emocionales, 
espirituales, interpersonales, culturales, socioeconómicos y ambientales. Esperamos sincera-
mente que Enfermería psiquiátrica. Planes de cuidados, siga contribuyendo a la provisión de 
una atención libre de prejuicios y holística, a la vez que al desarrollo de un conocimiento y una 
práctica de enfermería psiquiátrica sólidos, que cuenten con una base sólida en un marco de 
referencia de cuidados de enfermería sólido.
AGRADECIMIENTOS
Deseamos expresar nuestro aprecio a todos aquellos con quienes nos hemos encontrado y han 
facilitado nuestro aprendizaje y crecimiento, y que nos han permitido escribir todas las edicio-
nes de este libro. Nos sentimos en verdad agradecidas por la oportunidad de conocerlos y traba-
jar con ellos, y de habernos beneiciado de sus experiencias y su trabajo. También presentamos 
nuestro agradecimiento de corazón a todos aquellos que forman parte de nuestras vidas perso-
nales y nos han dado apoyo, tanto personal como para este proyecto, ¡desde que se concibió esta 
obra hace más de 35 años!
Judith M. Schultz, MS, RN
Sheila L. Videbeck, PhD, RN
VIII
C O N T E N I D O
SECCIÓN UNO PLANES DE CUIDADOS GENERALES 37
Plan de cuidados 1 Construcción de una relación de confianza 38
Plan de cuidados 2 Planeación del alta 42
Plan de cuidados 3 Conocimiento deficiente 47
Plan de cuidados 4 Falta de apego terapéutico 50
Plan de cuidados 5 Respaldo al cuidador 55
Preguntas de revisión 60 
Lecturas recomendadas 60
Recursos para obtener información adicional 60 
PA R T E U N O USO DEL LIBRO 1
PA R T E D O S CONSIDERACIONES CLAVE EN LOS CUIDADOS DE 
ENFERMERÍA PARA LA SALUD MENTAL 7
PA R T E T R E S PLANES DE CUIDADOS 33
Estudiantes e instructores de enfermería 3 
Personal de enfermería clínica 4 
Uso de los formatos electrónicos para redactar planes de cuidados de enfermería 
psiquiátrica individualizados 5 
Uso de los planes cuidados de enfermería psiquiátrica escritos en ámbitos distintos al 
psiquiátrico 6
Uso de la red 6
Conceptos fundamentales 9
Ambiente terapéutico 9
Sexualidad 11
Espiritualidad 12
Cultura 13
Medicina complementaria y alternativa 14
El paciente en proceso de envejecimiento 15
Soledad 15
Carencia de hogar 16
Estrés 16
Intervención en crisis 17
Violencia comunitaria 17
Duelo comunitario y respuesta en desastres 17
El proceso de cuidados de enfermería 18
Práctica con base en la evidencia 23
Buenas prácticas 24
Equipo terapéutico interdisciplinario 24
Interacciones enfermera-paciente 25
Papel de la enfermera psiquiátrica 28
Papel del paciente 30
Lecturas recomendadas 31
Recursos para obtener información adicional 31
Contenido IX
SECCIÓN DOS ATENCIÓN CON BASE COMUNITARIA 61
Plan de cuidados 6 Enfermedad mental grave y persistente 62
Plan de cuidados 7 Cuidados en un cuadro agudo 68
Plan de cuidados 8 Apoyo comunitario parcial 74
Preguntas de revisión 83 
Lecturas recomendadas 83 
Recursos para obtener información adicional 83 
SECCIÓN TRES TRASTORNOS DE DIAGNÓSTICO DURANTE LA NIÑEZ 
O LA ADOLESCENCIA 85
Plan de cuidados 9 Trastorno por déficit de atención/hiperactividad 86
Plan de cuidados 10 Trastornos conductuales 90
Plan de cuidados 11 Trastornos adaptativos en la adolescencia 95
Preguntas de revisión 100 
Lecturas recomendadas 100 
Recursos para obtener información adicional 100 
SECCIÓN CUATRO SÍNDROME CONFUSIONAL, DEMENCIA Y LESIÓN 
ENCEFÁLICA 101
Plan de cuidados 12 Síndrome confusional 102
Plan de cuidados 13 Demencia 106
Plan de cuidados 14 Lesión cefálica 113
Preguntas de revisión 118 
Lecturas recomendadas 119 
Recursos para obtener información adicional 119 
SECCIÓN CINCO TRASTORNOS RELACIONADOS CON EL USO DE 
SUSTANCIAS 121
Plan de cuidados 15 Abstinencia de alcohol 122
Plan de cuidados16 Abstinencia de sustancias 126
Plan de cuidados 17 Programa de tratamiento de la dependencia de 
 sustancias 130
Plan de cuidados 18 Diagnóstico dual 135
Plan de cuidados 19 Hijos adultos de alcohólicos 139
Preguntas de revisión 144 
Lecturas recomendadas 144 
Recursos para obtener información adicional 144 
SECCIÓN SEIS ESQUIZOFRENIA, TRASTORNOS Y SÍNTOMAS 
PSICÓTICOS 145
Plan de cuidados 20 Esquizofrenia 146
Plan de cuidados 21 Ideas delirantes 153
Plan de cuidados 22 Alucinaciones 157
Plan de cuidados 23 Trastorno delirante 161
Plan de cuidados 24 Comportamiento psicótico relacionado con una afección 
 médica 164
Preguntas de revisión 168 
Lecturas recomendadas 168 
Recursos para obtener información adicional 168
X Contenido
SECCIÓN SIETE TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO Y 
COMPORTAMIENTOS RELACIONADOS 169
Plan de cuidados 25 Trastorno depresivo mayor 170
Plan de cuidados 26 Conducta suicida 179
Plan de cuidados 27 Trastorno bipolar, fase maniaca 188
Preguntas de revisión 196 
Lecturas recomendadas 197 
Recursos para obtener información adicional 197 
SECCIÓN 8 TRASTORNOS DE ANSIEDAD 199
Plan de cuidados 28 Conducta ansiosa 200
Plan de cuidados 29 Fobias 205
Plan de cuidados 30 Trastorno obsesivo-compulsivo 208
Plan de cuidados 31 Trastorno por estrés postraumático 212
Preguntas de revisión 218 
Lecturas recomendadas 218 
Recursos para obtener información adicional 218 
SECCIÓN NUEVE TRASTORNOS SOMATOMORFOS Y 
DISOCIATIVOS 219
Plan de cuidados 32 Trastorno de somatización 220
Plan de cuidados 33 Trastorno conversivo 225
Plan de cuidados 34 Hipocondriasis 230
Plan de cuidados 35 Trastornos disociativos 236
Preguntas de revisión 241 
Lecturas recomendadas 241 
Recursos para obtener información adicional 241 
SECCIÓN DIEZ TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN 243
Plan de cuidados 36 Anorexia nerviosa 244
Plan de cuidados 37 Bulimia nerviosa 253
Preguntas de revisión 259 
Lecturas recomendadas 259 
Recursos para obtener información adicional 259 
SECCIÓN ONCE TRASTORNOS DEL SUEÑO Y TRASTORNOS DE 
ADAPTACIÓN 261
Plan de cuidados 38 Trastornos del sueño 262
Plan de cuidados 39 Trastornos de adaptación en adultos 265
Preguntas de revisión 268 
Lecturas recomendadas 268 
Recursos para obtener información adicional 268 
Contenido XI
SECCIÓN DOCE TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 269
Plan de cuidados 40 Trastorno paranoide de la personalidad 270
Plan de cuidados 41 Trastorno esquizotípico de la personalidad 277
Plan de cuidados 42 Trastorno antisocial de la personalidad 280
Plan de cuidados 43 Trastorno límite de la personalidad 283
Plan de cuidados 44 Trastorno de la personalidad por dependencia 289
Preguntas de revisión 293 
Lecturas recomendadas 294 
Recursos para obtener información adicional 294
SECCIÓN TRECE PLANES DE CUIDADOS CONDUCTUALES Y 
ORIENTADOS POR PROBLEMAS 295
Plan de cuidados 45 Comportamiento retraído 296
Plan de cuidados 46 Comportamiento hostil 302
Plan de cuidados 47 Comportamiento agresivo 308
Plan de cuidados 48 Comportamiento pasivo-agresivo 316
Plan de cuidados 49 Abuso sexual, emocional o físico 320
Plan de cuidados 50 Duelo 328
Plan de cuidados 51 Imagen corporal alterada 336
Plan de cuidados 52 El paciente que no quiere comer 343
Preguntas de revisión 348
Lecturas recomendadas 348 
Recursos para obtener información adicional 348
REFERENCIAS 349 
RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DE REVISIÓN DE LAS SECCIONES 351 
GLOSARIO 354 
APÉNDICES 360
A Instrumento para valoración psicosocial muestra 360
B Estándares canadienses para la práctica de la enfermería psiquiátrica y de la salud 
mental 362
C Técnicas de comunicación 366
D Mecanismos de defensa 368
E Psicofarmacología 370
F Efectos colaterales de los medicamentos e intervenciones de enfermería 378
G Cuidados de los pacientes que reciben terapia electroconvulsiva 380
H Trastornos de la personalidad esquizoide, histriónico, narcisista, de evitación y 
obsesivo-compulsivo 381
I Estudio de caso y plan de cuidados 383
Índice 385 
Uso del libro
P A R T E U N O
3
El libro Enfermería psiquiátrica. Planes de cuidados está diseña-
do para aplicarse tanto en situaciones educativas como en enfer-
mería clínica. Puesto que los planes de cuidados están organizados 
a partir del proceso de atención necesario para cada diagnóstico de 
enfermería que se analiza, esta obra puede complementar de ma-
nera efectiva cualquier texto de enfermería psiquiátrica y utilizarse 
en cualquier marco de referencia teórico. Dado que los planes se 
basan en los trastornos psiquiátricos, las conductas del paciente y 
los problemas clínicos, el libro resulta apropiado para la educación 
de enfermería, de pregrado y posgrado.
En el medio clínico, este manual es útil en cualquier situación 
de enfermería. El libro puede aprovecharse para facilitar la formu-
lación de planes de cuidados de enfermería individuales en el paciente 
hospitalizado, para enfermos en hospitalización parcial y atención 
ambulatoria; en los centros psiquiátricos, por ejemplo las unidades 
de atención residencial y para casos agudos, las unidades de segu-
ridad y abiertas y los sitios con poblaciones de pacientes adoles-
centes y adultos; en los programas de base comunitaria, incluidos 
los ámbitos individuales y grupales; en instituciones médicas ge-
nerales, para el trabajo con pacientes psiquiátricos o enfermos cu-
yas conductas o problemas se identiican en este libro; y, asimismo, 
en los contextos de cuidados de enfermería avanzados y espacios de 
atención residencial de largo plazo, tratamiento diurno y manejo 
ambulatorio.
 ESTUDIANTES E INSTRUCTORES 
DE ENFERMERÍA
 Desarrollo de capacidades para la enfermería 
psiquiátrica en las estudiantes
Para una estudiante, el desarrollo de capacidades de enfermería y 
una sensación de bienestar al trabajar con pacientes aquejados de 
problemas psiquiátricos resulta un proceso complejo en el cual 
debe integrarse el conocimiento del desarrollo humano, los pro-
blemas psiquiátricos, las relaciones humanas, la conciencia perso-
nal, las técnicas conductuales y de comunicación, y los proceso de 
atención de enfermería con las experiencias clínicas en los ámbi-
tos de la enfermería psiquiátrica. Este proceso puede considerarse 
fascinante, estimulante y muy satisfactorio, tanto para estudiantes 
como para instructores, o puede percibirse como arduo, frustrante 
o atemorizante. La intención es que la experiencia común sea la pri-
mera y que esta obra pueda aprovecharse para incrementar la base 
de conocimiento de las estudiantes, orientar la aplicación del pro-
ceso de atención de enfermería, y sugerir vías para interactuar con 
los individuos que requieren cuidados de enfermería positivos y 
efectivos, así como una mayor conianza y comodidad con la prác-
tica de la enfermería psiquiátrica.
Las aptitudes apropiadas para la interacción son esenciales en 
todos los tipos de atención de enfermería y potencian los cuidados 
de enfermería de la estudiante en cualquier situación. Además, la 
comunicación hábil facilita el disfrute del trabajo con los pacientes 
y contribuye a evitar el desgaste emocional posterior en la carrera 
de la enfermera. El uso eiciente del proceso de atención de enfer-
mería, junto con las capacidades para redactar y utilizar los planes 
de cuidados, también contribuye a evitar el desgaste al mitigar la 
frustración y la repetición e incrementar la comunicación efectiva 
entre el personal.
Una parte importante de las capacidades relacionadas con la 
enfermería psiquiátrica es la identiicación consciente de las inte-
racciones, tanto verbales como de otros tipos. En la enfermería 
psiquiátrica, las interacciones son herramientas centrales para la 
intervención. Es necesario conocer estas interacciones para asegu-
rar el establecimiento de interacciones terapéuticas, no sociales, lo 
cual exige la relexión en varios planos, mientras la enfermera pla-
nea y participa en la interacción:
-
tamientos y los problemas existentes en el individuo.
propósito de lainteracción en vista del diagnóstico de enfer-
mería del paciente y los resultados esperados?
-
municación y planear la estructura de la interacción.
-
nera permanente las respuestas del enfermo, evaluar la efectivi-
dad de la interacción, e introducir cambios según esté indicado.
 Técnicas para desarrollar capacidades de interacción
Esta obra puede emplearse para facilitar el desarrollo de capacida-
des para la interacción y el desarrollo de la conciencia en el medio 
académico, el ámbito grupal clínico y las interacciones de un 
maestro con una estudiante, a la par de distintos métodos de ense-
ñanza. Entre las técnicas efectivas se encuentran las siguientes:
Estudios de caso: presentación de un caso (un paciente real, un 
ejemplo hipotético o un caso paradigmático) a cargo del ins-
tructor o una estudiante. El caso puede presentarse por escrito 
o mediante representación o descripción verbal. Los estudian-
tes (ya sea en forma individual o grupal) pueden llevar a cabo 
una valoración, redactar un plan de cuidados para el paciente, 
y analizar las intervenciones y las capacidades relacionadas, 
utilizando este libro como una fuente de información.
Desempeño de funciones y retroalimentación: se usan junto con 
un estudio de caso para desarrollar capacidades especíicas 
para la comunicación. Las interacciones con pacientes reales 
puede reproducirse o el instructor puede representar a un pa-
ciente con ciertas conductas que deben identiicarse, con el 
objetivo de practicar y valorar las técnicas de comunicación; 
las estudiantes y los instructores pueden aportar retroalimenta-
ción en cuanto a las interacciones.
Interacciones videograbadas: se utilizan para las presentaciones 
de casos y para situaciones de desempeño de funciones, con la 
4 PARTE 1 Uso del libro
inalidad de ayudar a la estudiante a desarrollar conciencia al 
observar su propio comportamiento y la interacción como un 
todo, desde una perspectiva distinta, de “observadora externa”. 
La revisión del video entre el instructor y la estudiante (y en 
grupos, puesto que aumentan los grados de conianza de las 
estudiantes) hace posible la retroalimentación, la discusión y 
la identiicación de técnicas alternativas.
Registros escritos del proceso: se emplean con las interacciones 
breves o partes de las interacciones, con o sin videograbación. 
Debe recordarse la interacción de forma detallada para obtener 
un registro escrito del proceso; ello ayuda a la estudiante a de-
sarrollar conciencia durante la interacción misma y a desarro-
llar capacidades de memoria útiles para la documentación. El 
registro de procesos puede incluir la identiicación de objetivos, 
la valoración de la efectividad de las capacidades y las técnicas, 
o las respuestas del paciente a la expresión de airmaciones o 
conductas, así como opciones para modiicar la interacción (es 
decir, como si pudiera rehacerse), además del registro de pala-
bras o comportamientos reales del paciente y la estudiante.
Planes de cuidados escritos: se desarrollan para cada paciente, 
con base en la valoración que obtiene la estudiante de él. Antes de 
establecer una interacción con el individuo, el instructor puede 
revisar el plan con la estudiante y ésta reconocer los resultados 
esperados, las intervenciones enfermería y las interacciones que 
planea establecer, entre otros. Después de la interacción, es 
posible evaluar y revisar tanto el plan de cuidados como la in-
teracción especíica.
 Uso de esta obra para la enseñanza 
de la enfermería psiquiátrica
Los instructores pueden encontrar que este libro es útil para orga-
nizar el material para la impartición de clases o la discusión de 
algunos temas. La sección “Consideraciones clave en los cuidados 
de enfermería para la salud mental” examina distintos temas perti-
nentes para la práctica general de la enfermería psiquiátrica y la 
provisión de cuidados de enfermería sin prejuicios. Cada grupo de 
planes de cuidados enfrenta diversos problemas relacionados que 
las estudiantes pueden encontrar en el ámbito psiquiátrico. Estos 
planes de cuidados representan las valoraciones y las intervenciones 
usuales que la estudiante o la enfermera utilizarán para la planea-
ción y la provisión de los cuidados a los pacientes y sus familias. 
La información que contiene la sección “Consideraciones clave en 
los cuidados de enfermería para la salud mental”, en relación con 
la sexualidad, la cultura, el envejecimiento y otros temas, describe 
el contexto para que la estudiante individualice la planeación y la 
provisión de cuidados para cada enfermo. Un grupo pequeño de 
estudiantes podría encargarse de la presentación de un plan de cui-
dados de un paciente que ilustre uno de estos tópicos (p. ej., la 
pérdida o la dependencia de sustancias) a una clase entera, con un 
análisis posterior acerca de las conductas especíicas, problemas, 
diagnóstico de enfermería, intervenciones y otros aspectos.
 PERSONAL DE ENFERMERÍA CLÍNICA
Se necesitan planes de cuidados de enfermería individuales escri-
tos en cualquier situación clínica en razón de lo siguiente:
-
ción de enfermería en una forma deliberada con cada paciente.
-
tervenciones de enfermería, lo que permite la realización de 
revisiones basadas en planes de cuidados documentados, y no en 
intervenciones de enfermería indeterminadas o poco rigurosas.
efectiva en torno de los cuidados del enfermo entre los distintos 
miembros del personal de enfermería, que laboran en horarios 
diferentes y que no siempre están familiarizados con el paciente 
(p. ej., enfermeras circulantes, de ingreso o de medio tiempo).
-
ción de la atención, la identiicación de los objetivos y el uso 
de límites e intervenciones constantes, entre otros, para la pro-
visión de cuidados de enfermería a un sujeto especíico.
-
fermera trabaja con un paciente (p. ej., en un ámbito de aten-
ción domiciliaria de la salud u otras instancias comunitarias).
-
mería y su acreditación.
-
gaste entre el personal.
A pesar de esto, los planes de cuidados escritos suelen percibirse 
como problemáticos, consumidores de tiempo o carentes de rela-
ción con los cuidados reales que recibe el individuo. Este libro se 
concibió en su origen para resolver algunos de los retos que supo-
ne la redacción de planes de cuidados relacionados con problemas 
“reinventar la rueda” al sentarse a redactar un plan de cuidados 
para un paciente cuya conducta era, en realidad, similar a la de 
otros pacientes en su experiencia, pese a lo cual reconocían dife-
rencias entre cada uno de ellos y sus necesidades. Esta obra se es-
cribió primero como un recurso para las enfermeras, a partir del 
cual pudieran seleccionar partes de un plan de cuidados integral 
apropiado para las necesidades de una persona especíica, y adap-
tar y especiicar esas partes de acuerdo con las necesidades del 
individuo. Esta obra puede entenderse como un catálogo de posi-
bilidades para la atención de los pacientes con problemas psiquiá-
tricos, incluidas sugerencias sobre los diagnósticos de enfermería, 
datos de la valoración, resultados esperados e intervenciones. (Sin 
embargo, no es la intención sugerir que se incluyen todas las posi-
bilidades.) También se busca que sea un catalizador para relexionar 
acerca de los cuidados de enfermería, un punto de arranque para la 
planeación de los cuidados del paciente y una estructura para 
la aplicación del proceso de atención de enfermería que responda 
de manera eiciente a las necesidades del enfermo.
 Formas de promover el uso 
de planes de cuidados escritos
Incluso si se considera esta obra como recurso, el personal de en-
fermería podría aún ser renuente a escribir y utilizar los planes de 
cuidados. Para alentar el uso de los planes escritos, se sugiere que 
las enfermeras identiiquen las barreras que impiden su utiliza-
ción, y planeen y apliquen medidas para superarlas. Puede ser de 
ayuda presentar el uso de planes escritos de tal forma que puedan 
integrarse con facilidad a la práctica regular del personalde enfer-
mería, y percibirse como benéicos para el propio personal (no 
sólo para los pacientes sino también para otros ines, como los re-
querimientos de acreditación).
Algunas barreras potenciales para la aplicación de los planes por 
escrito, y las medidas sugeridas para resolverlas, son las siguientes:
Barrera: no existe tiempo suiciente para redactar los planes de 
cuidados.
Estrategia: al asignar las tareas de enfermería, debe tomarse en consi-
deración la redacción del plan de cuidados de enfermería como 
parte del proceso de ingreso del paciente y es preciso conceder el 
tiempo suiciente. La administración de enfermería debe recono-
 Uso de los formatos electrónicos para redactar planes de cuidados de enfermería psiquiátrica individualizados 5
cer que es necesario asignar tiempo apropiado para la redacción 
de los planes de cuidados de enfermería, mientras se planean los 
requerimientos de personal. Incluir la redacción y la aplicación 
de los planes de cuidados en los criterios de revisión del desem-
peño, y dar retroalimentación positiva a los esfuerzos de las en-
fermeras en este sentido. Las supervisoras de enfermería y el 
personal de educación de enfermería también pueden ayudar a 
las enfermeras del personal para redactar los planes diarios.
Barrera: tener que “reinventar la rueda” cada vez que se redacta un 
plan de cuidados.
Estrategia: usar esta obra como un recurso para desarrollar el plan 
de cuidados de cada paciente, con el objetivo de obtener suge-
rencias para los parámetros de valoración, los diagnósticos de 
enfermería y otros, así como una opción para estimular la reca-
pacitación en torno de los cuidados del paciente. Si la unidad 
cuenta con protocolos estandarizados para la atención de cier-
tas situaciones (p. ej., modiicación de conductas, desintoxica-
ción), pueden imprimirse en su formato de planeación de la 
atención y dejar líneas en blanco ( ___ ) que hagan posible in-
cluir parámetros personales o los criterios relacionados con los 
resultados esperados, según resulte apropiado. Si la institución 
utiliza expedientes médicos electrónicos, es posible construir 
formatos con los planes de cuidados de este libro e integrar la 
información especíica de la institución (p. ej., grados de medi-
das preventivas contra el suicidio, disposiciones para el uso de 
inmovilizadores, y otros), y llenar a continuación los planes de 
cuidados para cada paciente con base en el formato apropiado.
Barrera: los planes de cuidados exigen una redacción extensa o el 
formato es difícil de utilizar.
Estrategia: promover el uso de formatos de planes de cuidados y 
diseñarlos para que puedan usarse con facilidad, con ines de 
comunicación y revisión. Escribir y revisar los planes en cola-
boración con otras enfermeras del personal, durante las confe-
rencias para planear la atención, o en sesiones informales 
espontáneas. Diseñar sistemas para resolver los problemas co-
munes, que pueden emplearse en forma constante y adaptarse 
a las necesidades individuales (p. ej., grados de las medidas 
preventivas contra el suicidio). Éstos pueden detallarse de ma-
nera especíica en un libro de referencia de la unidad y citarse 
en forma sinóptica en el propio plan de cuidados (p. ej., “me-
didas preventivas contra el suicidio: grado 1”) o integrarse en 
los formatos electrónicos para los planes de cuidados.
Barrera: nadie recurre a los planes de cuidados una vez que se escriben.
Estrategia: integrar los planes de cuidados como la estructura bási-
ca para la entrega de guardia, las reuniones del personal y la 
discusión de casos, y la documentación. Por ejemplo, veriicar 
las intervenciones y los resultados esperados para los proble-
mas actuales al tiempo que se revisan los pacientes en los in-
formes, y veriicar los planes de cuidados mientras se revisa a 
los enfermos. Basar la programación orientada por problemas 
en los diagnósticos de enfermería que contienen los planes de 
cuidados; actualizar los planes de cuidados al tiempo que se 
integra la programación para los pacientes.
Puede resultar útil sostener reuniones de personal e invitar a todo 
el personal de enfermería para aportar información que permita 
identiicar las barreras particulares que enfrenta la unidad de en-
fermería, y trabajar en conjunto, como equipo, para superarlas.
 Beneficios adicionales del uso de planes de 
cuidados escritos
Además de resolver la resistencia ya mencionada, la presentación 
de los beneicios que trae consigo el uso de planes de cuidados 
puede resultar de gran utilidad. Puesto que el uso de planes de 
cuidados escritos puede mejorar la congruencia y la efectividad de 
los cuidados de enfermería, también puede incrementar la satisfac-
ción del personal y ayudar a evitar el desgaste emocional. Los ele-
mentos descritos a continuación iguran entre los beneicios que 
implica el uso de planes de cuidados escritos:
miembros del equipo de atención de la salud.
-
fermería no necesita llevar a cabo una valoración independien-
te, establecer un diagnóstico e identiicar los resultados y las 
intervenciones para cada paciente).
-
eicaces: si una intervención de enfermería resulta ineicaz 
puede revisarse y recurrirse a una intervención distinta de ma-
nera oportuna.
-
cia de contar con cuidados de enfermería coordinados y con-
gruentes.
-
niones de personal o presentación de casos clínicos, y la docu-
mentación.
esfuerzo que se relacionan con el control de la calidad, la revi-
sión del uso, la acreditación y los procedimientos de reembolso.
Además de estos puntos, puede resultar útil integrar planes de cui-
dados y usarlos en otros programas de instrucción de enfermería. 
Por ejemplo, las reuniones para discusión de enfermería pueden 
incluir un caso de estudio utilizando un plan de cuidados escrito 
como marco de trabajo. El plan de cuidados también puede apro-
vecharse como material impreso, para la presentación de diaposi-
tivas o como un ejercicio para las participantes. Las sesiones 
videograbadas o de desempeño de funciones para los programas 
de orientación enfermería, o la discusión de la valoración de enfer-
mería, la planeación y las intervenciones, también pueden usar 
planes de cuidados escritos. Esta obra puede emplearse como un 
recurso para la planeación de programas similares o la pueden uti-
lizar los participantes durante dichos programas. De igual forma, 
los temas que se analizan en la sección “Consideraciones clave en 
los cuidados de enfermería para la salud mental”, los grupos de 
planes de cuidados o los planes de cuidados especíicos pueden 
usarse para planear e instituir presentaciones locales dentro de los 
servicios, o los programas para el desarrollo o la orientación de 
enfermería. 
 USO DE LOS PLANES DE CUIDADOS DE 
ENFERMERÍA PSIQUIÁTRICA ESCRITOS EN 
ÁMBITOS DISTINTOS DEL PSIQUIÁTRICO
Los planes de cuidados escritos que buscan cubrir las necesidades 
emocionales o psiquiátricas en un contexto distinto al psiquiátrico 
son en particular importantes. En estas situaciones, es raro encon-
trar ciertos problemas psiquiátricos, y el personal de enfermería 
puede carecer de la conianza y el conocimiento para atender con 
facilidad estos cuadros. El uso de esta obra en esta situación puede 
contribuir a la planeación de una atención holística y proporcionar 
sugerencias concretas para el cuidado, además de información bá-
sica relacionada con el trastorno o el problema. De igual modo, los 
planes de cuidados pueden usarse como plataforma para llevar a 
6 PARTE 1 Uso del libro
cabo una revisión del personal o los puestos de enfermería respec-
to del problema o la conducta poco después de que se identiican 
en el paciente.
USO DE LA RED
adicional al inal de cada sección, ycon el objetivo de ayudar a la 
estudiante o la enfermera a localizar en internet datos adicionales 
relacionados con la sección especíica. El uso de motores de bús-
queda como Google, Yahoo! y otras es bastante común, y puede 
resultar un medio eiciente para localizar informaciónactual, orga-
nizaciones profesionales, agencias de gobierno, y sitios patrocina-
dos por pacientes o cuidadores. Sin embargo, la red también puede 
ser una fuente de información incorrecta y desactualizada, así 
como de anuncios, virus electrónicos y programas espías, que pue-
den desorientar o perjudicar. En consecuencia, es importante recu-
rrir a la red con precaución y en forma juiciosa, en particular al 
obtener información para los cuidados del paciente o buscar recur-
sos a los cuales referir a los enfermos.
Al valorar las publicaciones identiicadas en la red, siempre 
debe hacerse en su fuente de origen. Si la enfermera encuentra un 
artículo, o un capítulo o extracto de un libro, debe veriicarse la 
fecha de publicación, los autores y sus datos académicos, así como 
las leyendas de deslinde de responsabilidad, a la vez que la publi-
parecer artículos profesionales, pero en realidad son sólo opinio-
nes o materiales publicitarios velados. De igual forma, deben veri-
icarse las referencias a un artículo, y determinar si se trata de un 
artículo que se deriva de la investigación, una opinión o un edito-
rial. Al revisar una publicación, debe determinarse si fue revisada 
por expertos o publicada por una asociación profesional respeta-
ble, o bien por alguna agencia de gobierno.
Si se activa un vínculo que lleva a una página electrónica des-
conocida, hay que asegurarse de contar con protección apropiada 
contra virus en la computadora y activar los bloqueadores de ven-
tanas. Cuando se ingresa a un sitio nuevo, debe buscarse informa-
ción relacionada con él, con el objetivo de determinar su origen; 
por ejemplo, una pestaña o un vínculo “Acerca de nosotros” o 
“Contacto”. Una organización también puede listar su mesa direc-
tiva o de asesores; el análisis del origen o los títulos académicos de 
estos grupos puede resultar útil para determinar su credibilidad. 
otras organizaciones que pueden tener un interés velado en la in-
formación que presentan. Otros sitios reciben el patrocinio de indi-
viduos o grupos de pacientes que también pueden contar con un 
punto de vista especíico, o alguna tendencia hacia o en contra de 
tipos particulares de información o atención, o bien pueden buscar 
sitios son valiosos y útiles, pero otros pueden inluir sobre los pa-
cientes con el objetivo de que participen en conductas que no son 
terapéuticas, muchas veces bajo el engaño de “dar apoyo”. Si la 
enfermera no es capaz de determinar la fuente o el grupo que res-
palda un sitio, debe ser en particular cuidadosa en torno del uso de 
la información que provee o su credibilidad.
Al valorar la calidad de un sitio, hay que veriicar su vigencia, 
así como la información que presenta. Se identiica la fecha de 
“última actualización” o de los recursos disponibles. Si cuenta con 
vínculos a otros sitios y muchos no funcionan, es posible que el 
sitio esté desactualizado. Observar el diseño de la página y los ti-
pos de vínculos que contiene también puede ayudar a determinar 
su credibilidad. Si existe un registro o se requiere una clave de 
usuario, debe valorarse el tipo de información que se solicita, y 
-
chos sitios dependen de la obtención de información personal para 
enviar notas informativas o avisos en el futuro; muchos también 
intentan apropiarse de la identidad o la información de las compu-
tadoras o los sistemas de correo electrónico.
Los pacientes pueden beneiciarse con la orientación que la 
enfermera les aporte en cuanto al uso de internet. Enseñar a los 
individuos lineamientos como los ya mencionados antes les ayu-
dará a identiicar información útil y coniable, pero también a re-
prometen resultados espectaculares con la aplicación de productos 
o prácticas especíicas; deben tomarse con cautela y valorarse con 
base en los parámetros mencionados con anterioridad, además de 
revisar otras fuentes independientes para corroborar los datos. Los 
pacientes necesitan ser en especial cuidadosos en cuanto a las re-
comendaciones que presentan los sitios que se encuentran en la 
red; deben ser precavidos para veriicar siempre con su equipo te-
rapéutico antes de modiicar el tratamiento vigente, o de comenzar 
a utilizar una técnica o sustancia nueva (p. ej., algún complemen-
to) que identiiquen en la red.
Consideraciones 
clave en los 
cuidados de 
enfermería para 
la salud mental
P A R T E D O S
9
Los planes de cuidados contenidos en este libro fueron creados 
con ciertos conceptos esenciales en mente. Estos fundamentos cla-
ve constituyen consideraciones críticas para la planeación de los 
cuidados y el trabajo con los pacientes que sufren problemas de 
salud mental. Al delinear tales conceptos y presuposiciones, la in-
tención es alentar la relexión del lector en torno de estos aspectos 
del trabajo con pacientes y proveer al mismo tiempo una base só-
lida para la práctica de la enfermería en salud mental.
 CONCEPTOS FUNDAMENTALES
1. Una enfermera aporta sólo los cuidados que el paciente no 
puede proporcionarse por sí mismo.
2. En esencia, el paciente es responsable de sus propios senti-
mientos, acciones y vida (véase “Responsabilidades del pa-
ciente”), aunque su capacidad puede estar limitada o requiere 
ayuda.
3. La enfermera debe tratar al enfermo como a un individuo inte-
gral, con antecedentes y circunstancias singulares, que posee 
fortalezas, comportamientos y problemas, y no como a un ob-
jeto psiquiátrico que puede manipularse.
4. El paciente no es un receptor pasivo de cuidados. La enferme-
ra y el sujeto trabajan de manera conjunta para alcanzar obje-
tivos o resultados determinados y deseables. Debe promoverse 
la participación activa del paciente en todos los pasos del pro-
ceso de atención de enfermería, dentro de los límites que per-
mita su grado de desempeño (véase “Responsabilidades del 
paciente”). 
5. La principal inalidad es la salud de la persona, no tan sólo la 
ausencia o la contención del proceso patológico. La indepen-
dencia inal del paciente, respecto de la institución de atención 
y su personal, debe constituir un punto de enfoque de los cui-
dados. Si esto no es posible, el individuo debe conseguir su 
capacidad óptima de desempeño e independencia.
6. En virtud de la retroalimentación y la identiicación de vías 
alternativas para cubrir las necesidades aceptables para el pa-
ciente, éste debe avanzar hacia la salud con mejores mecanis-
mos de adaptación, siempre que sea capaz de hacerlo.
7. La salud física y la emocional se encuentran relacionadas y la 
salud física es un objetivo deseable en el tratamiento de los 
problemas emocionales. Los cuidados de enfermería deben in-
cluir como punto de enfoque la obtención de nutrición, reposo 
y ejercicio apropiados para la persona, así como la eliminación 
de la dependencia química (incluidos tabaco, cafeína, alcohol, 
y fármacos de venta sin receta u otras drogas).
8. La enfermera trabaja en coordinación con otros profesionales 
de la salud (y personal diverso) para integrar un equipo de tra-
tamiento interdisciplinario; la enfermera puede desempeñarse 
como coordinadora del equipo.
9. El equipo interdisciplinario trabaja dentro de un medio ideado 
como un ambiente terapéutico, con el objetivo de desarrollar 
una visión holística del paciente y suministrarle un tratamiento 
efectivo.
 AMBIENTE TERAPÉUTICO
 Propósito y definición
El ambiente terapéutico se construye y mantiene como una instan-
cia idónea y dinámica en la que se atiende a los pacientes. Este 
entorno incluye zonas circundantes de seguridad física, a todos los 
miembros del equipo terapéutico y a otros pacientes. Debe tener 
límites precisos y consistentes (véase “Establecimiento de lími-
tes”) y expectativas conductuales. Un ambiente terapéutico debe 
reducir al mínimo el estrés ambiental, como el ruido y la confu-
sión, así como el estrés físico que generan otros factores, entre 
ellos la falta de sueño y el abuso de sustancias.
Sustraer al paciente de un ambiente estresante e incorporarlo a 
un entorno terapéutico representanoportunidades para el reposo y la 
nutrición, un tiempo para enfocarse en el desarrollo de fortalezas, y 
una disposición para conocer la psicodinámica de los problemas, 
así como identiicar alternativas o soluciones a éstos. Este ambiente 
también hace posible a los enfermos participar en una comunidad que 
propicia las relaciones interpersonales, en la que pueden compartir-
se sentimientos y experiencias, y disfrutar la interacción social y el 
crecimiento, al mismo tiempo que interacciones terapéuticas. La 
enfermera tiene una gran oportunidad para facilitar (y modelar) la co-
municación y compartir con los pacientes al instituir un tratamien-
to de grupo continuo, dinámico e informal. Esto puede lograrse al 
poner en práctica distintos aspectos de un programa terapéutico 
(p. ej., para la dependencia química), al recurrir a interacciones 
terapéuticas basadas en los planes de cuidados de cada paciente, al 
desempeñar un papel como facilitadora en los grupos terapéuticos 
estructurados, y por medio de otras acciones.
Un ambiente terapéutico es un “espacio seguro”, una atmósfe-
ra no punitiva en la que el interés en el otro es un factor esencial. 
Se espera que los pacientes asuman la responsabilidad de sí mis-
mos dentro de la estructura del ambiente, una vez que sean capaces 
de hacerlo. La retroalimentación del personal y otros pacientes, y 
compartir las tareas o las obligaciones del programa terapéutico, 
facilitan el crecimiento del individuo. En este ambiente, la con-
frontación puede ser una herramienta terapéutica positiva tolerable 
para el enfermo. Sin embargo, las enfermeras y otros miembros 
del equipo terapéutico deben conocer sus funciones en este am-
biente con el objetivo de mantener la estabilidad y la seguridad, sin 
por ello atenuar las conductas de autoridad (p. ej., mostrar las lla-
ves como recordatorio del rango o el control; véase “Responsabi-
lidades y funciones de la enfermera”).
10 PARTE 2 Consideraciones clave en los cuidados de enfermería para la salud mental
 Mantenimiento de un ambiente seguro
Un aspecto importante de un ambiente terapéutico es la elimina-
ción de objetos o instrumentos que el paciente pueda utilizar para 
lesionarse o dañar a otros. Si bien esto es en particular importante 
en el ámbito de la salud mental, debe tomarse en consideración en 
cualquier contexto de atención a la salud. El personal de enferme-
ría debe observar las disposiciones de la institución en relación 
con la prevención de los riesgos de seguridad comunes y comple-
mentar estas políticas según sea necesario, por ejemplo:
-
cance de los pacientes.
-
nolientos por la administración de los fármacos psicotrópicos).
-
pués de afeitarse y otros productos en caso de sospechar abuso 
de sustancias.
A continuación se enlistan las medidas restrictivas estrictas para 
una unidad en la cual los pacientes presentan conductas amenazantes 
o lesivas para sí mismos o para otros. Estas medidas pueden modii-
carse con base en la valoración de los comportamientos del sujeto.
vasos, loreros, saleros o pimenteros). 
ijación irme y no se rompan con facilidad.
-
llo, agujas para tejer) fuera del alcance de los pacientes y sólo 
permitir su uso bajo supervisión. Utilizar rasuradoras eléctri-
cas siempre que sea posible (los rastrillos desechables se rom-
pen con facilidad para extraer sus navajas).
martillos, tacos de billar) y el equipo peligroso (p. ej., cables 
-
los fuera del alcance del paciente.
-
rritos de limpieza o mantenimiento, que pueden contener líqui-
dos para limpieza, escobas y herramientas.
-
terías) todo el tiempo.
de ingerirse (p. ej., el mercurio de los manómetros).
equipo terapéutico deben revisarlo de inmediato y buscar entre 
sus pertenencias cualquier objeto que pueda ser peligroso, 
como ganchos de alambre para ropa, cuerdas, cinturones, ali-
leres de seguridad, tijeras y otros objetos ailados, armas y sus-
tancias. Estas pertenencias deben mantenerse en un espacio 
especíico inaccesible para el paciente. De igual forma, deben 
revisarse los objetos que llevan los visitantes (quizá sea nece-
sario catear a los visitantes en ciertas circunstancias). Debe 
explicarse de manera breve la razón para adoptar estas reglas y 
no hacer excepciones.
 Relación de confianza
Una clave para crear un ambiente terapéutico es infundir conian-
za. Ésta es el fundamento de una relación terapéutica y el estable-
cimiento de límites y su constancia son sus bloques de construcción. 
debe coniar en sí misma como terapeuta, a la vez que en la moti-
la enfermera deben coniar en que el tratamiento es deseable y 
productivo. Una relación de conianza entre ambos crea un espacio 
en el que pueden trabajar de forma conjunta, por medio del proce-
so de atención de enfermería y los mayores esfuerzos posibles para 
-
dos 1: Construcción de una relación de conianza).
 Construcción de la autoestima
Del mismo modo que un cuerpo con salud física puede soportar 
mejor el estrés, una persona con una autoestima adecuada puede 
-
to, una parte esencial de los cuidados del paciente consiste en ayu-
darlo a construir su autoestima. Sin embargo, puesto que cada 
persona es responsable de sus propios sentimientos, y un individuo 
no puede hacer a otro sentirse de cierta manera, la enfermera no 
puede mejorar la autoestima del paciente en forma directa.
Las medidas para ayudar a construir o consolidar la autoestima 
deben ajustarse de manera individual, y basarse en la honestidad y 
las fortalezas del sujeto. Algunas sugerencias generales son las 
siguientes:
de cuidados 1: Construcción de una relación de conianza).
límites).
-
turar su tiempo y sus actividades).
-
las con claridad.
que pueda lograr con facilidad; incrementar la diicultad de las 
tareas del paciente conforme a su evolución.
-
queños, al tiempo que se le aporta retroalimentación sincera y 
apropiada, por ejemplo por satisfacer las expectativas, termi-
nar las tareas y cumplir las responsabilidades.
paciente; reforzar los límites que se establecieron, pero evitar 
si es posible que la persona reciba demasiada atención, más 
que castigarlo por rebasar los límites.
sólo recurrir a ella cuando el paciente sea capaz de tolerarla.
sea posible. Si el sujeto expresa satisfacción con los resultados 
de su decisión, señalarle que es responsable de la decisión y 
darle retroalimentación positiva. Si el paciente considera que 
el resultado es insatisfactorio, indicarle que puede cometer y 
sobrevivir a los errores, como cualquier persona; hay que ayu-
darlo entonces a identiicar medidas alternativas para tratar el 
problema. El paciente debe recibir retroalimentación positiva 
cuando se hace responsable de la resolución de los problemas 
y elogios por sus esfuerzos.
 Establecimiento de límites
El establecimiento y el mantenimiento de los límites conforman un 
elemento integral para lograr una relación de conianza y un am-
biente terapéutico. Los límites efectivos pueden proveer estructura 
y una percepción de interés que las palabras aisladas no permiten 
construir. Los límites también reducen al mínimo la manipulación 
Sexualidad 11
por el paciente y la obtención de ganancias secundarias, como la 
atención especial o el relevo de las responsabilidades.
Antes de establecer un límite y su consecuencia, tal vez deban 
revisarse las razones para el establecimiento del límite con el pa-
ciente, e incorporarlo en esta parte de la planeación de los cuidados, 
quizá mediante el trabajo conjunto para precisar límites o conse-
cuencias especíicos. Sin embargo, si esto es imposible, es necesa-
rio explicar con brevedad al paciente los límites y no discutir o 
propiciar discusiones prolongadas, ni conceder atención injustii-
cada a las consecuencias que tiene la transgresión de un límite. 
Algunos lineamientos básicos para el uso efectivo de límites son 
los siguientes:
simple como sea posible. La consecuencia que tendrá la falta 
de respeto del límite también debe establecerse con claridad 
desde el principio.
-
rectas,con algún ajuste del límite, cuando sea posible, y el 
paciente debe percibirlas como un resultado negativo, no como 
una recompensa o un elemento productor de una ganancia se-
-
jeto acudir a una actividad, no resultará efectiva si éste no 
deseaba ir de cualquier manera, o si al paciente se le permite 
ver la televisión o recibir atención individual del personal, lo 
que quizá pudiera preferir.
3. La consecuencia debe ocurrir de inmediato tras la transgresión 
del límite, debe cumplirse de manera sistemática cada vez que 
se rebasa el límite y ser aplicada por todos los miembros del 
personal. Es posible que se asigne a algún miembro del perso-
nal para tomar decisiones relacionadas con los límites para 
garantizar su congruencia; sin embargo, cuando esta persona 
no se encuentra disponible, otra debe tomar la responsabilidad, 
sin diferir las consecuencias.
Debe recordarse que si bien las consecuencias resultan esenciales 
para establecer y mantener los límites, no constituyen una oportu-
nidad para un comportamiento punitivo contra el paciente. El retiro 
de la atención es quizá la mejor y más simple entre las consecuen-
cias, en tanto ésta y el apoyo se provean cuando el paciente cumple 
las expectativas y respete los límites, al tiempo que no se ponga en 
riesgo la seguridad de la persona por el retiro de la atención del 
personal. Si el único momento en que el paciente recibe atención 
y retroalimentación, incluso si es negativa, es cuando excede los 
límites, el sujeto no dejará de buscarla por esa vía. El paciente debe 
percibir una razón positiva para satisfacer las expectativas; debe exis-
tir una recompensa por mantenerse dentro de los límites.
En relación con los límites, es necesario no engañarse al pen-
sar que el paciente necesita a la enfermera como amiga o como 
alguien que le tiene simpatía y que será “linda” si concede excep-
ciones a los límites. Si se permite que un sujeto exceda los lími-
tes, captará mensajes confusos y minará tanto los esfuerzos de 
los otros miembros del equipo terapéutico como los del propio 
individuo. Se transmitirá a éste la sensación de que carece de 
interés suiciente en su crecimiento y bienestar para reforzar el 
límite, y mostrará una carencia de control en un momento en que 
la persona se percibe sin control y necesita de manera expresa 
que alguien más lo ejerza (véase “Responsabilidades y funciones 
de la enfermera”).
 SEXUALIDAD
La sexualidad humana es un área en la que se evocan con frecuen-
cia los sentimientos de los miembros del equipo terapéutico, y de-
todos, la sexualidad puede ser un factor relacionado con cualquier 
paciente en distintos sentidos. Con demasiada frecuencia, el ma-
lestar tanto de la enfermera como del paciente interiere con los 
cuidados del segundo; la enfermera puede sobreponerse en grado 
signiicativo a este malestar al enfrentar sus propios sentimientos 
y abordar esta faceta de la vida del enfermo en forma profesional.
Los problemas del individuo que implican aspectos sexuales o 
la sexualidad pueden guardar relación con lo siguiente:
inicio de la actividad sexual, el matrimonio o la pérdida de una 
-
gen corporal)
Abuso sexual, emocional o físico)
-
vidad sexual, como el incesto, el exhibicionismo o la violación 
-
dos, confusos o inaceptables para el paciente o personas rele-
vantes para él
-
tramarital
sociales e íntimas
de otros tipos), que alteran el desempeño sexual (una discusión 
franca en relación con este problema puede ayudar a prevenir 
la falta de apego a los fármacos, quizá al identiicar sustancias 
alternativas o ayudar al individuo a adaptarse a los efectos co-
laterales en interés de los objetivos terapéuticos)
-
cipio o compartirlos con más de un miembro del personal, o bien 
con otros pacientes. En situaciones como ésta es común que re-
sulte útil para el sujeto que la enfermera le interrogue en torno de 
los problemas relacionados con la sexualidad durante la valora-
ción inicial de enfermería y la planeación de los cuidados. Es ne-
cesario ser sensible con los sentimientos del paciente y recordar 
que tanto los varones como las mujeres tienen una necesidad hu-
mana de plenitud sexual. Una conducta de acercamiento realista a 
la sexualidad puede contribuir a reducir al mínimo la incomodi-
dad del sujeto.
Es posible que tengan lugar la actividad sexual en la unidad o 
las conversaciones explícitas sobre temas sexuales, lo que supone 
otro reto relacionado con la sexualidad. Esto puede incluir a pa-
cientes que mantengan una relación sexual entre sí, al sujeto que 
hace propuestas o demostraciones sexuales a otros, o al individuo 
que se masturba en público en la institución. Las manifestaciones 
sexuales pueden controlarse en la unidad de manera efectiva al 
establecer y mantener los límites (véase “Establecimiento de lími-
tes”), al igual que otras situaciones ostensibles. De nueva cuenta, 
un medida práctica es efectiva con frecuencia.
12 PARTE 2 Consideraciones clave en los cuidados de enfermería para la salud mental
En las instituciones residenciales o de atención de largo plazo, 
la necesidad del paciente de mantener relaciones íntimas y activi-
dad sexual puede representar cuestiones sensibles y complejas. Es 
importante desarrollar lineamientos que incorporen consideracio-
nes legales relativas a los derechos de los pacientes a las relaciones 
sexuales, y las obligaciones que existen para protegerlos de una 
lesión. Estas directrices pueden incluir disposiciones para estable-
cer criterios que determinen la capacidad de la persona para soste-
ner actividad sexual y darle privacidad (p. ej., para la masturbación 
u otro tipo de actividad sexual), así como instrucción (en relación 
con capacidades sociales para desarrollar relaciones íntimas, ne-
garse a aceptar atenciones o insinuaciones que no desea, anatomía 
básica y sexualidad, control de la natalidad, y prevención de la 
infección por el virus de la inmunodeiciencia humana y otras en-
fermedades de transmisión sexual), entre otras.
Algunos aspectos de la sexualidad o el estilo de vida del enfer-
mo pueden ser desconcertantes para los miembros del equipo tera-
péutico, aunque el paciente no experimente un problema o crea 
-
xual en el paciente joven o el anciano, las prácticas sexuales que 
diieren de las de los miembros del personal, el trasvestismo o la 
homosexualidad pueden suscitar sentimientos de incomodidad o 
juicio, o de otros tipos, entre los miembros del equipo terapéutico. 
Una vez más, resulta importante conocer estos sentimientos y 
atenderlos como parte de la responsabilidad de enfermería, en lu-
gar de que crear un problema o distorsionar la percepción personal 
del enfermo al deinir algo como un problema, cuando no lo es. La 
provisión de cuidados carentes de prejuicios a un paciente resulta 
en particular esencial en el área de la sexualidad, debido a que el 
sujeto quizá haya enfrentado antes la censura o pueda esperarla de 
los profesionales, lo que acentúa la culpa, la vergüenza y la baja 
autoestima.
La homosexualidad no es un trastorno de la salud mental. Los 
pacientes gay o las lesbianas pueden tener una sensación positiva 
respecto de su homosexualidad, y carecer de deseos de cambio. Si 
una persona homosexual busca tratamiento por otro problema (p. 
ej., depresión), no debe asumirse que este problema se relaciona 
con su preferencia sexual. Sin embargo, ser homosexual puede im-
plicar en esta sociedad distintas tensiones para un individuo, que 
pueden o no inluir sobre el problema existente. Al margen de la 
censura social en general, al revelar su homosexualidad la persona 
enfrenta la posibilidad de perder el apoyo familiar, el empleo, la 
vivienda o los hijos. Una paciente lesbiana o un individuo gay de-
ben afrontar con frecuencia estas cuestiones de manera habitual, 
pero incluso estas tensiones no deben confundirse con la sexuali-
dad per se de la persona.
Los pacientes pueden preferir mantener en secreto su condi-
ción sexual u otras cuestiones sexuales a los miembrosdel equipo 
terapéutico, los miembros de su familia u otras personas (p. ej., 
patrones) relacionadas con su vida. La conidencialidad es una 
cuestión vital en esta situación, por efecto de las pérdidas poten-
ciales que pudiera sufrir el sujeto en caso de que su homosexualidad 
reiere como si no a su orientación sexual, las personas más allega-
das pueden ser, entre otras, una pareja, un amante, un compañero 
de habitación o amigos, más que los propios miembros de la fami-
lia. Es esencial incluir de manera respetuosa a estas personas im-
portantes para el paciente en la planeación de los cuidados, la 
programación del alta, la instrucción y otros aspectos de la aten-
ción, tal y como se incluye a los miembros de la familia en la 
atención de los individuos heterosexuales. Es preciso tener con-
ciencia de los sentimientos propios en torno de la homosexualidad 
y asumir la responsabilidad de enfrentar esos sentimientos de tal 
manera que sea factible aportar cuidados de enfermería efectivos y 
sin prejuicios a todos los pacientes.
Las inquietudes sexuales también pueden entrar en conlicto 
con las creencias religiosas y los valores culturales, tanto de los 
pacientes como de los miembros del equipo terapéutico. Es rele-
vante que la enfermera esté alerta en cuanto al antecedente cultural 
del paciente y las implicaciones para el tratamiento que reciba, al 
igual que de los propios valores culturales y de la forma en que 
resultar útil incluir a un capellán o a algún otro miembro del clero 
-
zar los sentimientos propios, mantener una actitud carente de pre-
juicios, alentar la expresión de los sentimientos de la persona, y 
permitirle tomar decisiones propias constituyen estándares para el 
trabajo con pacientes en situaciones de dimensión moral o religiosa, 
ya sea que la cuestión sea el aborto, el celibato, la esterilización, la 
disfunción eréctil, la transexualidad, o cualquier otro aspecto de 
la sexualidad humana.
 ESPIRITUALIDAD
La espiritualidad puede comprender las creencias, los valores o la 
ilosofía de vida de una persona. El paciente puede considerar que 
la espiritualidad es en extremo importante o que no forma parte 
alguna de su vida. El ámbito espiritual puede constituir un recurso 
de fuerza, apoyo, seguridad y bienestar en la vida de un individuo. 
Sin embargo, es posible que algunos problemas hayan llevado a la 
persona a perder la fe, desilusionarse o caer en la desesperación. O 
bien, los síntomas psiquiátricos del enfermo pueden tener un com-
ponente religioso, relacionado o no con sus creencias espirituales, 
como la religiosidad.
Los sistemas de creencias espirituales diieren en gran medida 
entre una persona y otra. Estos sistemas pueden variar, desde las 
Oriente hasta los credos alternativos, ancestrales o de la nueva era, 
o pueden corresponder a percepciones individuales y una ilosofía 
que no guarda relación con una religión tradicional o una serie 
del paciente, resulta importante valorar la importancia que tiene la 
espiritualidad en su vida, en particular si se relaciona con el pro-
-
petuoso de las creencias del enfermo y sus sentimientos en el 
ámbito espiritual, y aportarle cuidados de enfermería sin prejui-
cios, cualesquiera que sean sus creencias espirituales. Las cuestio-
nes espirituales tienen muchas veces una relación estrecha con el 
origen cultural del sujeto, de tal manera que es necesario estar 
atento a los valores culturales de la persona y los sentimientos pro-
pios, para no enviar mensajes negativos en torno de la espirituali-
dad del enfermo. Debe recordarse que el paciente tiene derecho a 
conservar sus creencias y no resulta apropiado convencerlo de un 
credo particular o hacer proselitismo en favor de unas creencias 
especíicas en el contexto de la atención.
Si la persona padece una tensión espiritual, puede resultar 
apropiado entrar en contacto con el sacerdote de la institución o 
referir al paciente con un líder de su propia fe para obtener orien-
tación. Los cuidados de enfermería pueden continuarse entonces a 
la par de las recomendaciones de dicho especialista, con el objeti-
vo de cubrir las necesidades de la persona de una manera respetuo-
sa. El papel de la enfermera no se limita a aliviar la tensión 
emocional, sino también a considerar la espiritualidad como un 
aspecto integral del plan de cuidados general del paciente.
Cultura 13
 CULTURA
Si bien muchas personas piensan en la cultura en función de la raza, 
la etnicidad, los ancestros o el país de origen, la cultura incluye otros 
aspectos del origen de la persona y una sensación de identidad, que 
implica valores, prácticas y creencias. La identidad cultural está 
constituida por muchos componentes relacionados con la religión, 
el lenguaje, el grupo de edad o referencia, la condición socioeconó-
mica, la comunidad (p. ej., urbana, suburbana o rural), el género, la 
orientación sexual, la situación social o familiar (p. ej., estado mari-
tal), la capacidad física o las discapacidades, las convicciones políti-
cas, la experiencia laboral y educativa, y otros. En consecuencia, la 
conformación cultural de una persona puede considerarse como 
multidimensional; un individuo también puede pertenecer a varios 
-
cásica, agnóstica, lesbiana, de origen rural, enfermera, adulta joven, 
entre otras. Además, existen diferencias dentro de los grupos cultu-
rales, incluidas las variaciones entre los subgrupos y los individuos. 
-
ras, y dentro de cada una se reconocen los factores que inluyen so-
bre la orientación cultural del sujeto y el grado al cual éste se 
identiica con los valores culturales tradicionales o adopta otros va-
lores y creencias. Algunas diferencias son muy evidentes, pero otras 
son tan sutiles que muchas veces no son advertibles.
La provisión de cuidados de enfermería sensibles a la cultura 
hace necesaria la conciencia tanto del paciente como de uno mis-
mo como ente cultural. Esta conciencia debe incluir el reconoci-
miento de que, aunque la orientación cultural del sujeto determina 
muchos aspectos de su vida y esta inluencia puede ser en extremo 
intensa, muchas personas no reconocen las inluencias culturales 
como tales. Las enfermeras necesitan mantener su propia concien-
cia cultural en su trato cotidiano con todos los pacientes, por efec-
to de la naturaleza de niveles múltiples que tiene la orientación 
cultural. El mantenimiento de la conciencia en torno de culturales 
potenciales diferencias, y de lo que signiica la cultura para el pro-
pio paciente, resulta esencial para que la enfermera valore de ma-
nera adecuada al enfermo y planee la provisión de cuidados 
apropiados, según sea la cultura.
Las enfermeras pueden tener percepciones y expectativas dife-
rentes a las de los pacientes y su comportamiento, con base en los 
antecedentes culturales del individuo y los propios, en particular 
cuando las diferencias entre ellos son más pronunciadas. El riesgo 
más grande en tal situación es que esto ocurra sin que la enfermera 
esté consciente de ello. Siempre debe evaluarse la actitud personal 
y las expectativas en torno de cada paciente, en especial si no se 
espera la participación o la recuperación completa de un individuo 
en particular.
El enfermo también puede tener expectativas y percepciones en 
cuanto al personal y la atención de la salud a partir de las diferen-
cias culturales, y sus experiencias con la atención de la salud y sus 
o adoptar una actitud defensiva, y puede ser necesario tranquilizar-
lo, sobre todo si existen acusadas diferencias culturales o lenguaje.
La cultura del paciente puede tener un efecto notorio sobre la 
visión del individuo en cuanto a su enfermedad, el tratamiento y 
-
quiátrica puede relacionarse con vergüenza, culpa u ostracismo 
social en algunas culturas, o puede ser aceptada de manera fatalis-
ta o con ecuanimidad en otras. De manera semejante, un paciente 
de cierto origen cultural puede tener expectativas muy altas en 
cuanto a la salud y considerar la recuperación como un proceso delque él es el responsable directo, en tanto que un enfermo de un 
origen distinto puede concebir la enfermedad como su destino o 
sentirse controlado por una fuerza o ente externo. Esto último pue-
de conducir a los pacientes a creer que nunca se recuperarán o que 
no tienen inluencia sobre su propia recuperación.
La orientación cultural del paciente puede deinir en gran medi-
da lo que considera un comportamiento “normal”, y puede proveer 
un marco de referencia para interpretar una conducta “anormal”. 
En algunas ocasiones, los objetivos terapéuticos (p. ej., expresar los 
sentimientos de ira contra los propios progenitores) son opuestos a 
las normas culturales (p. ej., la autoridad de los progenitores siem-
pre debe respetarse). Además, los pacientes de distintos orígenes 
culturales pueden buscar tratamientos que diieren en grado notorio 
de las intervenciones terapéuticas de la cultura dominante, lo cual 
incluye la consulta a trabajadores alternativos de la atención de la 
salud y el uso de compuestos herbolarios o tradicionales. Este tipo 
de información debe valorarse e integrarse en el plan de cuidados del 
sujeto. Existen muchas explicaciones especíicas de la enfermedad 
en cada cultura, en particular de la enfermedad mental (Giger y 
Davidhizar, 2008). Es importante tomar en consideración el con-
texto cultural del individuo al valorar sus comportamientos y espe-
rar su modiicación, sin perder de vista que las posibilidades de 
éxito terapéutico se ven favorecidas cuando las expectativas y las 
intervenciones son apropiadas según la cultura.
Debe recordarse que los miembros de una cultura dominante 
muchas veces esperan que los grupos provenientes de otras cultu-
ras adopten sus valores, ya sea de manera consciente o inconscien-
te. En realidad, mucha gente piensa que sus valores culturales 
representan “la forma correcta” de vivir y tienen numerosos jui-
cios en torno de quienes no aceptan esos valores. Al igual que en 
los demás aspectos de los cuidados de enfermería, este tipo de 
juicios y expectativas resulta inapropiado; las enfermeras necesi-
tan analizar sus propios pensamientos y sentimientos, y proporcio-
a las preguntas siguientes para comenzar su exploración personal 
y mantener la conciencia personal al suministrar los cuidados:
Nota: esta pregunta debe for-
mularse en relación con el comportamiento de la persona, su 
participación en el plan terapéutico, los resultados esperados, 
entre otros)
-
pudieran resultar apropiadas o inapropiadas durante el proceso 
Las diferencias culturales y sus efectos pueden resultar evidentes 
o ser sutiles. En una sociedad con un número cada vez mayor de 
culturas, una enfermera puede trabajar con pacientes que provie-
nen de grupos culturales muy numerosos y no pueden esperar 
14 PARTE 2 Consideraciones clave en los cuidados de enfermería para la salud mental
aprender lo suiciente de cada una de estas culturas para ofrecer 
cuidados con competencia cultural para todas ellas. Sin embargo, 
la enfermera puede y debe tratar de aprender de las culturas a las 
que representan con más frecuencia los pacientes en su área. Con 
el uso de ese conocimiento como fundamento, la enfermera puede 
valorar a cada sujeto en relación con su origen cultural. A pesar de 
esto, debe recordarse que puede ser falsamente tranquilizador para 
la enfermera “aprender” algunos de los aspectos de la cultura par-
ticular ; la enfermera puede aplicar el aprendizaje a todos sus pa-
cientes provenientes de una misma cultura, lo que puede llevar a 
una estereotipiicación.
Debe recordarse también que no siempre resulta deseable asig-
nar el cuidado del paciente a miembros del personal de un origen 
cultural similar (es decir, hacer asignaciones para la atención de 
enfermería). Si bien esto puede hacerse con buenas intenciones, el 
paciente podría sentirse segregado, infravalorado o juzgado con un 
estereotipo. Además, tanto el sujeto como la enfermera pueden be-
neiciarse del desarrollo de relaciones interculturales.
Los obstáculos mayores para la atención intercultural no resi-
den en el desconocimiento de la enfermera de la cultura del pa-
ciente, sino en su falta de conciencia cultural, sus concepciones y 
los prejuicios relacionados con el sujeto, su incapacidad para reco-
nocer la necesidad de aprender acerca de la cultura del individuo, 
o la expectativa de que el enfermo muestre conductas incompati-
adoptar la práctica de conocer la orientación cultural singular de 
cada paciente, con objeto de proveer cuidados sensibles desde una 
perspectiva cultural. Este aprendizaje puede lograrse al obtener 
información de fuentes diversas, entre otras el paciente o su fami-
formular preguntas relativas a si es apropiado o aceptable utilizar 
ciertas técnicas o intervenciones de comunicación, o bien acerca 
de las expectativas de recuperación y la visión de la persona en 
cuanto a su comportamiento o enfermedad.
Las destrezas para la comunicación pueden ayudar a resolver 
cuando se le formulan preguntas directas sobre ciertos temas, es 
-
cerle extraño que hablemos sobre estos temas, pero para su cuida-
do puede ayudarnos el que nos diga...”. Además, interrogar al 
paciente y su familia u otras personas cercanas sobre su cultura 
puede favorecer la construcción de una relación de conianza al 
demostrar respeto e interés por la persona y su cultura. Si la enfer-
mera es honesta en relación con su deseo de aprender y deja en 
claro que no sabe ya todo, es posible que esto sea de ayuda para 
establecer una alianza con el paciente para su tratamiento, y alien-
paciente que tal vez ya tuvo experiencias negativas con los provee-
dores de atención a la salud u otros individuos de la cultura domi-
otros miembros del equipo terapéutico e incorporarla en el plan de 
cuidados escrito del paciente.
Las intervenciones de enfermería también tienen implicacio-
nes culturales y éstas deben tomarse en consideración al redactar e 
instituir el plan de atención del sujeto. Algunas intervenciones 
pueden ser en particular sensibles, como utilizar el tacto para in-
fundir bienestar a un enfermo tenso. Sin embargo, otras interven-
ciones y técnicas para la comunicación también pueden ser 
sensibles desde la perspectiva cultural, como recurrir al contacto 
visual directo, hablar de manera directa con el paciente en relación 
con su enfermedad, discutir temas emocionales (p. ej., sexuali-
-
miento completo de todos los detalles culturales de todos los 
pacientes a los que atiende, la mejor conducta consiste en mante-
ner la conciencia de que es posible que existan implicaciones cul-
turales y valorar esta situación en cada paso del proceso de atención 
de enfermería.
 MEDICINA COMPLEMENTARIA 
Y ALTERNATIVA
Medicina complementaria y alternativa (MCA) es un concepto 
que denota distintos tratamientos, disciplinas terapéuticas, com-
plementos dietéticos, vitaminas, y prácticas de salud que se con-
sideran alternativas y complementarias a los tratamientos y los 
fármacos convencionales. Existe un gran número de disciplinas y 
sustancias que se incluyen en este concepto general, y el uso de 
estas prácticas en EUA y muchos otros países es amplio y cre-
de sanación tradicionales que derivan de muchas culturas, trabajo 
corporal y prácticas de actividad física, consumo de plantas medi-
cinales, vitaminas y otros complementos dietéticos, y también 
disciplinas médicas como la quiropraxia, y la medicina holística 
y la natural.
la quiropraxia, y las prácticas osteopáticas, ayurvédicas, homeopá-
ticas y holísticas, la actividad física con técnicas de tai-chi, yoga y 
pilates, las terapias basadas en masajes, rol�ng y trabajo corporal 
de Feldenkrais, las técnicas para retroalimentación conductual, 
mente-cuerpo, formación guiada de imágenes y de relajación, y 
uso de plantas medicinales, medicina china, complementos dieté-
ticos y terapias nutricionales.
De acuerdo con el National Center for Complementary and 
Alternative Medicine
reciben cuidados de enfermería psiquiátrica

Otros materiales