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Malen Horue Histología-Primero Año 2016 20 Túnica media: está formada por células musculares lisas dispuestas circunferencialmente en capas concéntricas, intercaladas con fibras elásticas, reticulares y proteoglucanos; y a continuación (solo en los vasos arteriales) una lámina elástica externa, que separa a la túnica media de la adventicia. Túnica adventicia: está formada por tejido conectivo con fibras colágenas y elásticas, y presenta continuidad con el tejido conectivo que lo rodea. VASOS ARTERIALES Los vasos arteriales se originan en el corazón a partir de la arteria pulmonar desde el ventrículo derecho y de la arteria aorta desde el ventrículo izquierdo, las cuales a medida que se alejan del corazón se van ramificando y originando muchos vasos que van disminuyendo progresivamente de diámetro. La túnica íntima está formada por células endoteliales planas con su eje mayor orientado longitudinalmente (transversalmente, los núcleos se ven redondos; longitudinalmente, se ven alargados); debajo se encuentra el subendotelio; y a continuación, la lámina elástica interna en los vasos de gran calibre. La túnica media está formada por células musculares lisas dispuestas circularmente y a modo de capas concéntricas, y se pueden encontrar algunas fibras según el tipo de vaso (transversalmente, los núcleos se ven alargados; longitudinalmente, se ven redondos); y a continuación, se encuentra la lámina elástica externa en los vasos de mediano y gran calibre. La túnica adventicia está formada por fibroblastos y fibras colágenas, y tiene continuidad con el tejido conectivo laxo que rodea a los vasos. En base al diámetro del vaso, las características de la túnica media y su función, los vasos arteriales se clasifican en: Arterias elásticas o de conducción (40 a 200): poseen una gran cantidad de tejido conectivo elástico, lo que les otorga una distensibilidad que les permite variar de volumen endoluminal en forma considerable para soportar los cambios de presión que se producen en cada latido. Son ejemplos la aorta o las pulmonares, que deben tener la capacidad de retener ese volumen para enviarlo a las arterias de menor calibre y mantener de esta forma un flujo sanguíneo continuo. La mitad interna de estas arterias se nutre y oxigena por imbibición (difusión desde la luz del vaso) y la mitad externa a partir de vasa vasorum de la adventicia. La túnica íntima está formada por un endotelio, un subendotelio (tejido conectivo laxo con fibras colágenas, escasos fibroblastos y pocas células musculares lisas) y una lámina elástica interna poco desarrollada; la túnica media es la capa de mayor espesor y está formada por 40 a 200 capas de músculo liso alternadas con capas de láminas elásticas fenestradas, fibras colágenas y células de tejido conectivo, siendo la última de estas láminas la lámina elástica externa (más desarrollada); y la túnica adventicia está formada por tejido adiposo y tejido conectivo laxo poco organizado con fibras colágeno, células del tejido conectivo y una red laxa de fibras elásticas, y se fusiona con el tejido conectivo de las estructuras vecinas. Arterias mixtas: son vasos de transición entre las arterias elásticas y las musculares. Son ejemplos la carótida externa o la ilíaca primitiva. Se caracterizan porque en la túnica media se encuentran islotes de fibras musculares lisas que separan o interrumpen las láminas elásticas. En algunos casos, la túnica media puede estar formada por una capa interna muscular y una capa externa elástica. Malen Horue Histología-Primero Año 2016 21 Arterias musculares o de distribución: continúan a las arterias elásticas y se encargan de llevar la sangre a todos los órganos. Son ejemplos la femoral o la hepática. La luz tiene un aspecto festoneado debido a las fibras elásticas y a la contracción del músculo liso. La túnica íntima es más delgada que en las arterias elásticas y está formada por un endotelio, debajo un subendotelio y una lámina elástica interna fenestrada muy desarrollada (adopta un contorno ondulado); la túnica media está formada por 12 a 40 capas de músculo liso con escasas fibras de colágeno y elásticas y por una lámina elástica externa menos desarrollada; y la túnica adventicia está formada por tejido conectivo laxo con abundantes vasos y nervios y se fusiona con el tejido conectivo de las estructuras vecinas. Arteriolas o de regulación y resistencia: son pequeños vasos de menos de 200 micrones de diámetro, encargados de regular la irrigación a los tejidos y la presión arterial según el grado de contracción del músculo liso. La luz tiene un aspecto festoneado debido a las fibras elásticas y a la contracción del músculo liso. La túnica íntima está formada por un endotelio continuo, un subendotelio (fibras reticulares y elásticas) y en las de mayor tamaño una lámina elástica interna poco desarrollada; la túnica media está formada por 2 a 11 capas de músculo liso y no contiene lámina elástica externa; y la túnica adventicia está formada por tejido conectivo laxo con fibras colágenas que corren paralelas a la lux y pequeñas fibras elásticas que son el resabio de la lámina elástica externa. Metarteriolas: son la última expresión del sistema arterial antes de formar la red de capilares, con un diámetro de 10 a 15 micrones. La túnica íntima está formada por 2 a 4 células endoteliales revistiendo la luz; y la túnica media está formada por una sola capa de músculo liso. No se ven fibras elásticas y no presenta láminas elásticas interna y externa. Anastomosis arteriovenosas: son vasos que conectan directamente arterias con venas, ya que son ramificaciones laterales de las arteriolas que se unen a las vénulas. Las anastomosis arteriovenosas tienen en los segmentos cercanos a la arteriola y a la vénula características similares a éstos, pero en el segmento central tienen una pared de mayor grosor por poseer una túnica media muy gruesa; y presentan como característica diferencial una capa de células debajo del endotelio (capa subepitelial) formada por células musculares lisas orientadas longitudinalmente. No se encuentran constantemente abiertas y se hallan sometidas a regulaciones funcionales, proporcionando una vía directa para que la sangre arterial pase al sistema venoso si las condiciones así lo requieren. El corazón presenta un período de contracción (sístole), en el cual bombea sangre hacia las arterias, y un período de relajación (diástole), en el cual llena de sangre sus ventrículos. A pesar de que las arterias no reciben sangre durante la diástole, el flujo sanguíneo a través de los vasos es continuo ya que cuando el corazón bombea sangre durante la sístole a las arterias, además de impulsar la sangre hacia los vasos provoca la dilatación de las arterias para poder contener el volumen que han recibido; cuando las arterias retornan a su diámetro normal (coincidente con la diástole del corazón), impulsan a la circulación al resto del volumen sanguíneo recibido manteniendo el nivel de los vasos un flujo sanguíneo constante. Durante la sístole la circulación de la sangre tiende a ser de mayor intensidad que durante la diástole (pulsátil).
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