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S I M B I O S I S M I C R O B I A N A S 729 U N ID A D 4 Bacteroides Las rizobias se multiplican rápidamente en el interior de las células vegetales y se transforman en unas células abultadas, deformes y ramificadas llamadas bacteroides. Una microcolo- nia de bacteroides queda rodeada por porciones de la mem- brana citoplasmática vegetal y forma entonces una estructura llamada el simbiosoma (Figura 22.11d), y solo tras formarse el simbiosoma comienza la fijación de N 2 . Los nódulos fijadores de nitrógeno pueden detectarse experimentalmente mediante la reducción del acetileno a etileno ( Sección 3.17). Cuando la planta muere, el nódulo se deteriora, liberando bacteroi- des en el suelo. Aunque los bacteroides son incapaces de divi- dirse, un pequeño número de células de rizobias durmientes está siempre presente en el nódulo. Estas células pueden pro- liferar, empleando como nutrientes algunos de los productos del nódulo deteriorado. Las bacterias pueden entonces iniciar la infección en la siguiente estación de crecimiento, o bien man- tener una existencia libre en el suelo. Formación de nódulos: genes nod, proteínas Nod y factores Nod Los genes de las rizobias que controlan los pasos de la nodu- lación de las leguminosas se llaman genes nod. Se cree que la capacidad para formar nódulos ha surgido multitud de veces de manera independiente, debido a la transferencia horizon- tal de estos genes, como los nod y nif que se encuentran en plásmidos o regiones transferibles del DNA cromosómico. En el Rhizobium leguminosarum biovar viciae, que nodula los guisantes, se han identificado diez genes nod. Los genes nodABC codifican las proteínas que producen los oligosacá- ridos llamados factores Nod; estos últimos inducen el rizado del pelo radicular e inician la división celular en la planta del guisante, lo que lleva, finalmente, a la formación del nódulo ( Figura 22.15 para una descripción de la bioquímica de un nódulo radicular). Los factores Nod son lipoquitina-oligosacáridos a los que se unen diversos sustituyentes (Figura 22.12), que actúan como señales moleculares rizobiales primarias que activan el desarro- llo de nuevos órganos en las leguminosas: nódulos radiculares que alojan bacterias como bacteroides fijadores del nitrógeno 5. Formación de células bacterianas modificadas (bacteroi- des) en el interior de las células vegetales y desarrollo del estado fijador de N 2 . 6. División celular continuada de la planta y las bacterias, con la formación de nódulos maduros en la raíz. Otro mecanismo de formación de nódulos, que no necesita de factores Nod, es empleado por algunas especies de rizobias fototróficas. Este mecanismo aún no ha sido completamente esclarecido, pero parece ser que requiere de la producción bac- teriana de citoquinas. Las citoquinas son hormonas vegetales, derivadas de la adenina o de la fenilurea, necesarias para el cre- cimiento y la diferenciación celular. Adhesión e infección Las raíces de las leguminosas secretan compuestos orgánicos que estimulan el crecimiento de una variada comunidad micro- biana de rizobias. Si en el suelo hay rizobias del grupo cru- zado de inoculación adecuado, formarán grandes poblaciones y finalmente se adherirán a los pelos radiculares que se extien- den desde las raíces de la planta (Figura 22.10). En las super- ficies celulares de las rizobias se encuentra una proteína de adhesión llamada ricadhesina. También intervienen en la adhe- sión planta-bacteria otras substancias, como las lectinas, proteí- nas que contienen carbohidratos, y receptores específicos de las membranas citoplasmáticas de la planta. Después de adherirse, una célula de rizobia penetra en el pelo radicular, que se riza en respuesta a las substancias secretadas por la bacteria. La bacteria induce entonces la formación, por la planta, de un tubo de celulosa llamado filamento de infección (Figura 22.11a), que se extiende por el pelo de la raíz. A continua- ción, las células radiculares adyacentes a los pelos son infecta- das por la rizobia, y las células vegetales se dividen. La continua división celular de la planta forma el nódulo, similar a un tumor (Figura 22.11b-d). Un mecanismo de infección diferente es empleado por algunas rizobias adaptadas a las leguminosas tro- picales acuáticas o semiacuáticas ( Figura 22.16). Estas rizo- bias penetran en la planta por las uniones celulares débiles en los puntos en los que la raíz se ramifica (raíces laterales). Tras penetrar en la planta, algunas rizobias desarrollan filamentos de infección, mientras que otras no lo hacen. (a) (b) (c) (d) J a c q u e s V a s s e , J e a n D é n a ri é , a n d G e o rg e s T ru c h e t J a c q u e s V a s s e , J e a n D é n a ri é , a n d G e o rg e s T ru c h e t B e n B . B o h lo o l Bacteroides J a c q u e s V a s s e , J e a n D é n a ri é , a n d G e o rg e s T ru c h e t Figura 22.11 El filamento de infección y la formación de nódulos radiculares. (a) Un filamento de infección producido por células de Rhizobium leguminosarum biovar trifolii en el pelo de una raíz de trébol blanco (Trifolium repens). El filamento de infección consiste en un tubo de celulosa por cuyo interior las bacterias se desplazan hacia las células de la raíz. (b-d) Nódulos en raíces de alfalfa infectadas con células de Sinorhizobium meliloti mostrados en diferentes etapas de desarrollo. Las células tanto de R. leguminosarum biovar trifolii como de S. meliloti son de unos 2 mm de longitud. El tiempo necesario para todo el proceso de nodulación, desde la infección hasta la formación de los nódulos, es de aproximadamente 1 mes para la alfalfa y la soja. Los bacteroides tienen unos 2 μm de longitud. Las fotos b-d se han reproducido con autorización, tomadas de Nature 351: 670-673 (1991), © Macmillan Magazines Ltd. https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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