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1
INTRODUCCIÓN 
 
La globalización se ha convertido en tema obligado de análisis y discusión, 
tanto en los foros políticos y empresariales como en el ámbito académico. Pese a 
ser tan difundido el concepto, no existe consenso sobre los alcances que ha tenido 
el proceso globalizador a escala planetaria, sino que más bien se presenta una 
verdadera confrontación de ideas bajo el supuesto de que todos los países tienen 
las mismas oportunidades, al tiempo que otras rechazan cualquier posibilidad de 
inserción ventajosa en la actual división internacional del trabajo. Una tercera 
posición trata de conciliar los puntos de vista extremos y de formular una especie 
de síntesis, en la cual las fortalezas y las debilidades dependen no solo de la 
correlación de fuerzas en el plano económico y político a escala mundial, sino 
también de las transformaciones estructurales que se lleven a cabo al interior de 
las naciones menos desarrolladas. 
En este informe se analiza el fenómeno de la llamada globalización, a partir 
de los diferentes enfoques y teniendo en cuenta los cambios experimentados por 
la economía mundial durante la segunda mitad del siglo XX. En particular se 
muestra cómo pese a los innegables avances tecnológicos, que han hecho posible 
una mayor integración económica, cultural y política entre las naciones, las 
asimetrías, características de la participación de los diferentes grupos de países 
en la división internacional del trabajo, no solo se conservan sino que tienden a 
profundizarse. 
 
Independientemente de los enfoques planteados, la globalización se ha 
convertido en una especie de pretexto para justificar las desigualdades entre los 
diferentes grupos de países dentro de la actual división internacional del trabajo y, 
si bien es cierto que los cambios tecnológicos ocurridos en las últimas décadas 
ofrecen nuevas oportunidades de mejorar la situación de las naciones atrasadas 
en el contexto internacional, ésta tiende a depender cada vez más de la estrategia 
transnacional de acumulación a escala mundial. 
 
 2
Concepto de globalización 
 
 Según la Real Academia de la lengua Española (RAE) el significado de 
globalización es: 
 “Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, 
alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales.” 
 
LA GLOBALIZACION 
 Este término se usa comúnmente desde los años ochenta, es decir desde 
que los adelantos tecnológicos han facilitado y acelerado – exponencialmente - las 
transacciones internacionales comerciales y financieras. Se trata de la 
prolongación, más allá de las fronteras nacionales, de las mismas fuerzas del 
mercado que durante siglos han operado a todos los niveles de la actividad 
económica humana: en los mercados rurales, las industrias urbanas o los centros 
financieros. 
De acuerdo a esta definición, el uso dado al término Globalización - es decir 
que el libre mercado se expanda a través del globo terráqueo - es una 
exageración, puesto que esto no ha sucedido así, hasta nuestros días. 
En efecto, existen en la actualidad vastos sectores de la humanidad que 
están marginados de la información y los mecanismos que permiten el intercambio 
en la forma casi instantánea que caracteriza el concepto en uso. 
En los estudios relacionados con las relaciones local-global o la 
globalización frecuentemente se puede encontrar un vasto espectro de 
interpretaciones y conceptos. Esto se debe al carácter multifacetario de las 
transformaciones observadas actualmente relacionadas con las diferentes 
asociaciones que se puede hacer entre cambios globales y consecuencias locales. 
Por eso mismo, que la palabra globalización se convirtió paulatinamente en el 
término más adecuado para designar de forma más general a una fuerza que 
actúa en diferentes dimensiones, superior a la voluntad de los actores individuales 
o colectivos locales. Sin embargo, este término carece de una mejor 
conceptuación. Este proceso de cambio es algo que ha evolucionado a lo largo del 
 3
tiempo, adquiriendo por eso mismo diferentes significados. Quizás el momento 
más significativo de lo que podríamos llamar, de hecho, proceso de globalización 
sería el advenimiento de las grandes navegaciones, con la expansión del hombre 
europeo a las regiones más distantes y desconocidas del mundo. Asimismo los 
cambios más extraordinarios han sido observados principalmente en el transcurso 
de los últimos dos siglos, con expansión de los ferrocarriles, la invención del 
telégrafo, las viajes transcontinentales , con los avances tecnológicos, el 
extraordinario incremento de los flujos comerciales y financieros, y las notables 
transformaciones en la esfera política y económica. 
 El término "globalización" tiene hoy numerosos matices y su connotación varía de 
acuerdo con la perspectiva interpretativa. En los últimos años pasó a ser 
empleado de forma más intensa, generalizando su uso en los campos de la 
política y economía. Fue asociado a otros términos como integración, modernidad, 
postmodernidad y mercado, hasta adquirir un fuerte recorte economicista que, de 
cierta forma, prevaleció sobre las demás asociaciones hasta volverse referencia 
inevitable a la expansión de los mercados, el consumo global, la moda, los veloces 
flujos comunicativos y las nuevas tecnología de información. 
 
 
1.- Globalización Económica 
 
 Podríamos definir la globalización económica como el proceso que tiende a 
la eliminación de las trabas que los países aún mantienen ante la libre circulación 
de capital y mercancías. Está impulsada fundamentalmente por las grandes 
multinacionales y los centros del poder económico internacional (como el Banco 
Mundial o el Fondo Monetario Internacional). Su herramienta esencial serán las 
nuevas tecnologías de la comunicación, como Internet. De consumarse, todo el 
planeta sería un único mercado en manos de grandes multinacionales: capital y 
mercancías se moverían libremente por todo el planeta. El libre comercio no es 
 4
meta o fin en sí mismo. El libre comercio debe darse dentro de un marco regulado 
que se preocupa por la redistribución social y la protección del medio ambiente. 
Las mercaderías, los servicios y las inversiones se mueven a través de las 
fronteras con creciente libertad y velocidad, creando numerosas ventajas 
económicas para mucha gente y muchas naciones. Pero esta forma de 
globalización también crea gran cantidad de problemas: Los problemas 
ambientales aumentan, la desigualdad social es mayor que nunca y la pobreza es 
todavía la realidad de miles de millones de personas. 
Hace cincuenta años, el nivel arancelario promedio sobre mercaderías 
industriales en los países ricos del Norte sobrepasaba el 40 por ciento. Hoy ha 
caído por debajo del cuatro por ciento. Este es un aspecto de la liberalización. 
En el mismo período de cincuenta años, la brecha entre ricos y pobres se 
ha ensanchado. La desigualdad ha aumentado, no solamente en el Sur, sino 
también en una cantidad de países ricos. Al mismo tiempo hemos sido testigos de 
un alza dramática en los problemas ambientales: Los bosques lluviosos tropicales 
desaparecen a un ritmo sin precedente, la capa de ozono está amenazada por la 
contaminación y todo indica que el aumento en la emisión de CO2 conducirá al 
calentamiento global y a un clima inestable, con consecuencias negativas serias 
para todos los países, ya sea industrializados o en vías de desarrollo. 
El concepto de globalización económica es el hecho de que en los últimos 
años ha aumentado vertiginosamente la parte de las relaciones económicas entre 
personas de distintos países. Se consagra a las importaciones de otros países una 
proporción creciente del gasto en bienes y servicios, y una proporción creciente de 
la producción de los países se vende al extranjero en calidad de exportación. 
Entre los países ricos o desarrollados, la proporción en el productototal 
(exportaciones más importaciones en relación con el PIB) aumentó de 27% en 
1987, a 39% en 1997. En los países en desarrollo subió del 10% al 17%. (El 
origen de muchos de estos datos es el trabajo del Banco Mundial titulado World 
Development Indicators 2000 (Indicadores del desarrollo mundial). 
Las empresas constituidas en un país invierten cada vez más en el 
establecimiento y funcionamiento en otros países. En 1998, firmas 
 5
estadounidenses invirtieron en el exterior US$133.000 millones y empresas 
extranjeras invirtieron US$193.000 millones en los Estados Unidos. En todo el 
mundo las corrientes de IED se triplicaron con creces entre 1988 y 1998, pasando 
de US$192.000 millones a US$610.000 millones, y en relación con el PIB, la 
proporción de la IED generalmente va en aumento, tanto en los países 
desarrollados como en desarrollo. Estos últimos recibieron, como promedio, 
alrededor de una cuarta parte de las corrientes de IED movilizadas en todo el 
mundo entre 1988 y 1998, aunque la proporción varió bastante de un año a otro. 
Hoy día, esta es la forma más cuantiosa de transferencias de capitales privados 
hacia los países en desarrollo. En muchos países (especialmente en el mundo 
industrializado) los ahorristas diversifican cada vez más sus carteras para incluir 
activos financieros extranjeros (bonos, capitales y préstamos en el exterior) y los 
prestatarios, también en grado creciente, recurren a fuentes de fondos externas, 
además de las internas. Si bien la afluencia de capitales de esta clase hacia los 
países en desarrollo también aumentó considerablemente durante los años 
noventa, ha sido mucho más inestable que las corrientes comerciales o de IED. 
En general, el Banco Mundial se inclina a favor de una mayor apertura para el 
comercio y la IED porque las evidencias sugieren que los beneficios en materia de 
desarrollo económico y reducción de la pobreza tienden a ser relativamente 
mayores que los riesgos o costos posibles (aunque también se preste atención a 
políticas concretas para atenuar o aliviar esos costos y riesgos). 
El Banco es más cauteloso respecto de la liberalización de otras corrientes 
financieras o de los mercados de capital, cuya extrema inestabilidad muchas 
veces puede fomentar ciclos de auge y quiebra y crisis financieras con enormes 
costos económicos, como la que sacudió a los mercados emergentes de Asia 
oriental y de otras partes del mundo entre 1997 y 1998. En este aspecto, debe 
hacerse hincapié en la configuración de instituciones y políticas internas que 
reduzcan los riesgos de la crisis financiera antes de emprender una apertura 
ordenada y cuidadosamente escalonada de la cuenta de capital. 
Para muchos de los países menos desarrollados más pobres, el problema no 
consiste en que la globalización los empobrezca sino que se encuentran en peligro 
 6
de quedar casi totalmente excluidos de ella. En 1997, la participación de esos 
países en el comercio mundial era de apenas el 0,4%, proporción minúscula y 
equivalente a la mitad de lo que había sido en 1980. Su acceso a las inversiones 
extranjeras privadas sigue siendo insignificante. Lejos de condenar a esos países 
a que sigan sumidos en el aislamiento y la pobreza, es urgente que la comunidad 
internacional les ayude a incorporarse en mayor grado a la economía mundial, 
brindándoles asistencia para ayudarlos a formar las instituciones y las políticas de 
respaldo necesarias y a continuar mejorando su acceso a los mercados 
mundiales. Es importante que se comprenda que la globalización económica no es 
una tendencia totalmente nueva. De hecho, y en un plano básico, ha sido un 
aspecto presente en la historia de la humanidad desde las épocas más remotas, a 
medida que las comunidades ampliamente esparcidas por el mundo fueron 
estableciendo relaciones económicas cada vez más amplias y complejas. En la 
era moderna, la globalización tuvo un florecimiento temprano hacia fines del siglo 
XIX, que abarcó a los países que hoy día son ricos o desarrollados, para muchos 
de los cuales las corrientes de comercio y capitales en relación con el PIB llegaron 
a ser similares o superiores a las que registran en la actualidad. Ese apogeo de la 
globalización declinó en la primera mitad del siglo XX, época que se caracterizó 
por el aumento del proteccionismo dentro de un marco de contiendas nacionales y 
entre las grandes potencias, guerras mundiales, revoluciones, auge de las 
ideologías autoritarias y vasta inestabilidad económica y política. 
En los últimos 50 años reapareció la tendencia hacia una mayor globalización. Las 
relaciones internacionales han sido más tranquilas (por lo menos en comparación 
con la primera mitad del siglo), respaldadas por la creación y la consolidación del 
sistema de las Naciones Unidas como medio para la solución pacífica de las 
diferencias políticas entre los Estados, y de instituciones como el GATT (hoy día la 
OMC), que ofrecen una estructura normativa para que los países administren sus 
políticas comerciales. El fin del colonialismo incorporó numerosos actores nuevos 
e independientes a la escena mundial, limpiando al mismo tiempo una mácula 
vergonzosa asociada al anterior proceso de globalización del siglo XIX. En la 
Ronda Uruguay del GATT de 1994 los países en desarrollo participaron por 
 7
primera vez en una gran variedad de aspectos del comercio internacional 
multilateral. 
El ritmo de la integración económica internacional aumentó en los años 
ochenta y noventa, a medida que en todas partes los gobiernos fueron reduciendo 
las barreras de política que obstaculizaban el comercio y las inversiones 
internacionales. La apertura hacia el mundo exterior ha formado parte de un 
vuelco más amplio hacia una mayor dependencia de los mercados y de la 
empresa privada, especialmente a medida que muchos países en desarrollo y 
comunistas fueron comprobando que un alto grado de planificación e intervención 
del gobierno no rendía los resultados deseados en materia de desarrollo. 
Las vastas reformas económicas emprendidas por China a fines de los 
años setenta, la disolución pacífica del comunismo del bloque soviético a fines de 
la década de 1980 y el arraigo y crecimiento constante de las reformas con base 
en el mercado que tuvo lugar en la India democrática en los años noventa, figuran 
entre los ejemplos más notorios de esta tendencia. El progreso tecnológico, con su 
consiguiente reducción del costo del transporte y las comunicaciones entre los 
países, también ha brindado impulso a la globalización. La caída radical del costo 
de las telecomunicaciones y del procesamiento, acopio y transmisión de la 
información, facilita enormemente la detección y el aprovechamiento de 
oportunidades comerciales alrededor del mundo, la coordinación de las 
operaciones en sitios distantes o las transacciones por línea que comprenden 
servicios que antes no podían comercializase a escala internacional. 
Finalmente, y en estas circunstancias, quizá no sea sorprendente que a 
veces se use el término "globalización" en un sentido económico mucho más 
amplio, como otro nombre del capitalismo o de la economía de mercado, pero esto 
no es de mucha ayuda. Globalización junto con algunas de sus características 
fundamentales, como la producción en manos de empresas privadas con fines de 
lucro, redistribución frecuente de los recursos de acuerdo con los cambios de la 
oferta y la demanda y cambios tecnológicos rápidos e imprevisibles. Es 
importante, por cierto, el análisis de los aspectos positivos y las deficiencias de la 
economía de mercado como tal, así como una mejor comprensión de las 
 8
instituciones y políticas necesarias para que su funcionamiento sea mejor. 
 
2.- Globalización Política 
 
Podría definir la globalización política como la extensión por todo el mundo 
del sistema político que ha resultado más provechoso en el reconocimiento de la 
dignidadde la persona, la democracia. Tomando como punto de arranque que 
todo ser humano tiene derecho a vivir bajo el amparo de un sistema democrático, 
un sistema global en lo político deberá basarse en un marco jurídico que garantice 
el estado de derecho, y en una separación de los tres poderes: ejecutivo, 
legislativo y judicial. La globalización política sólo tiene sentido si es acompañada 
por la justicia global, con base en un sistema de reglas globalmente vinculantes, la 
resolución de conflictos y la aplicación colectiva. 
Debemos reconocer que la justicia global debe ser justa, y debemos 
entender que no es necesariamente vista como tal por todas las naciones y toda la 
gente en la actual fase de globalización. A menudo es percibida como 
amenazadora para los dictadores, así como para la gente que está siendo 
oprimida por éstos. Ha ocasionado estragos en Irak, Burundi, Libia y otras partes. 
Pero no ha lidiado adecuadamente con los Saddam y Milosovich de este mundo. 
Además, no ha sido aplicada siempre cuando se necesita, ni ha sido aplicada con 
justicia. Por tanto, causa más bien temor en las personas de las naciones más 
débiles. 
Es importante mantener el principio de subsidiariedad como base de todos 
los procesos políticos. Pero un número creciente de decisiones debe tomarse en 
el plano global. 
Los países poderosos podrían resistir un sistema internacional basado en la 
democracia, con tribunales y mecanismos independientes y neutrales para la 
resolución de conflictos, dado que tal sistema a menudo favorecerá a los países 
más pequeños y débiles. 
Los acontecimientos en la OMC, con respecto a reglas globalmente 
vinculantes y una función judicial eficaz, pueden servir como ejemplo de 
 9
cooperación internacional en otras áreas. Sin embargo, no es el único ejemplo 
positivo: 
El protocolo de Montreal sobre la reducción de las sustancias que agotan la capa
de ozono, es un acuerdo internacional con reglas vinculantes y una combinación
de normas, medidas comerciales y asistencia ambiental. 
El protocolo de Kioto es el primer acuerdo global legalmente vinculante sobre la
protección del clima de la tierra. 
La prohibición del uso de las minas antipersonales ha resultado del impacto
global de la sociedad civil. 
El caso de Pinochet demuestra que ni los jefes de Estado pueden eludir la
justicia. 
Además, el establecimiento de tribunales para delitos internacionales -que 
persiguen y pasan sentencia a los criminales de guerra sin considerar donde se
ocultan- es uno de los avances más alentadores hacia un sistema internacional
de justicia. 
 
Estos ejemplos indican que los contornos de un sistema efectivo de 
globalización política se están haciendo visibles poco a poco. Sin embargo, hay 
todavía mucho que hacer antes de que las reglas globalmente vinculantes 
reemplacen la tradición de declaraciones vagas y no vinculantes. 
Los llamados "derechos olvidados", como el derecho a la alimentación, a la 
salud, al abrigo y al trabajo son igualmente importantes que los derechos civiles y 
políticos 
La Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU se adoptó 
hace 50 años. Pero no fue sino hasta después del fin de la guerra fría entre el Este 
y el Oeste que los derechos humanos fundamentales se fueron estableciendo, 
poco a poco, como un conjunto de reglas globales que se aplican sin distinción de 
nacionalidad, idioma y cultura. 
Es un hecho, sin embargo, que los derechos humanos fundamentales 
siguen siendo violados diariamente en muchos lugares del mundo. Es también un 
hecho que todavía se analizan en muchas partes del mundo, porque el régimen de 
 10
derecho en el que se basó la ONU es considerado como un reflejo del desarrollo 
de la civilización en Occidente. Y mientras se reconoce que los principios 
medulares son universales, se entiende también que no necesariamente toman en 
cuenta otros valores civiles que son igualmente válidos. 
Los derechos humanos van más allá de los derechos civiles y políticos. 
Pero es necesario asegurar que la discusión no solamente se enfoque en la 
definición estrecha de los derechos humanos como siendo derechos civiles y 
políticos. Esto es necesario porque todos los derechos, colectivamente, forman la 
base para la creación de una vida decente y digna. Es también necesario poner 
más énfasis en los derechos relacionados con el trabajo, como salarios y 
condiciones laborales decentes. 
Un desafío mayor debe ser el desarrollo de herramientas y métodos que 
aseguren que los derechos humanos universales se cumplan en un mayor grado 
que hasta ahora. Una posibilidad es hacer de la observación de los derechos 
humanos una condición necesaria para la completa participación en la 
cooperación económica global. También se deben fortalecer los tribunales 
internacionales. 
Los derechos humanos, sin embargo, no son simplemente una cuestión de 
derechos individuales del ciudadano con respecto al Estado. La lucha de mujeres, 
niños y jóvenes por los derechos humanos, la igualdad y mejores condiciones 
sociales puede frecuentemente ser vista como una lucha dirigida en contra de 
ciertos mecanismos de represión determinados local, tradicional y culturalmente. 
La educación, la sensibilización y la movilización deben dirigirse hacia las mujeres, 
los niños y los jóvenes en particular. A todos ellos se les debe asegurar 
participación e influencia. 
Mientras que los derechos humanos han llegado a ser piedra angular en la 
definición de la relación entre individuos y sociedad en muchos países 
occidentales, esto no ocurre en todos lados. La gente indígena del Sur de Asia 
encuentra difícil contestar a la pregunta "¿cuáles son sus derechos?". Ellos 
contestan mediante la descripción de sus obligaciones con respecto a sus 
 11
comunidades. Dichas obligaciones a menudo son olvidadas en un mundo que -
cada vez más- enfoca los derechos. 
Se requiere desarrollar un conjunto de obligaciones universales que, como 
los derechos humanos, pueda aportar valores trascendentales para el 
comportamiento humano. Las obligaciones humanas deberían consagrar los 
principios de solidaridad, la consideración del uno hacia el otro, la responsabilidad 
para con la comunidad y los valores comunes, además de enfatizar en la 
participación activa para el desarrollo de la sociedad. 
Así como deberían haber obligaciones personales individuales -del individuo hacia 
la comunidad-, los principios relativos a las obligaciones internacionales del 
Estado tendrían que ser considerados como fundamento para la cooperación 
internacional. La Declaración sobre el Derecho al Desarrollo, adoptada por la 
Asamblea General de la ONU en 1986, sostiene que los Estados deben formular 
políticas apropiadas para su desarrollo, cooperar entre sí y formular políticas 
internacionales que aseguren el derecho al desarrollo. 
 
La globalización crea riqueza para algunos y se traduce en pobreza y 
marginación para otros. La promoción del derecho al desarrollo en sus diferentes 
aspectos requiere la generación de una cultura de solidaridad global, con la 
asistencia para el desarrollo como una de las expresiones más visibles de 
solidaridad en un mundo cada vez más interdependiente. 
Después de la Segunda Guerra Mundial, la cooperación para el desarrollo 
se encontraba vinculada a la dinámica del conflicto estratégico entre Este y Oeste. 
Las prioridades ideológicas y geopolíticas hicieron que los esfuerzos por mejorar 
la calidad de vida de la gente que vive en las regiones marginadas del mundo 
fueran relegados. 
 
3.- Globalización Comercial 
 
El proceso de globalización económica se refiere a la creciente 
interdependencia de económica existente entre los mercados mundiales de 
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bienes, servicios y factores. La misma permite mejorar la asignación de recursos 
al aumentar la competencia y el tamaño del mercado, variables clave para 
estimular la eficiencia, la división internacionaldel trabajo y la especialización por 
parte de las empresas. Los flujos internacionales de capital contribuyen a una 
asignación mejor del mismo a nivel mundial (generalmente en función de su 
productividad marginal), lo que en principio contribuye al desarrollo económico de 
aquellos países con menor dotación del mismo, en especial aquellos cuyos 
mercados laborales no sólo ofrecen menores costes sino también trabajadores 
capacitados para absorber las tecnologías inherentes a los procesos productivos. 
La globalización se ve favorecida por dos vías: por un lado, por la supresión de 
obstáculos institucionales al comercio internacional y el otro, por la espectacular 
reducción en los costes de los transportes y telecomunicaciones internacionales. 
 
La globalización y el progreso técnico no son sólo fuentes de crecimiento 
económico sino también de cambio estructural, tal y como ha señalado el FMI( 
Fondo Monetario Internacional ) : “Las economías de mercado son sistemas 
dinámicos inmensos en un proceso continuo de cambio estructural, en el que el 
progreso económico es el resultado exitoso de la adaptación y ajuste al mismo y 
en el que se produce una reasignación sectorial de los factores productivos”. Así, 
por ejemplo, cuando un determinado país ve desplazada su producción nacional 
por importaciones más baratas de otro país con menores costes laborales, ello no 
quiere decir que se produzca una pérdida equivalente de producto en el país 
importador, sino que más bien lo que sucede es un cambio en el tipo de bienes 
producidos en el mismo. Así, el poder obtener un bien más económico en el 
extranjero tiene dos grandes efectos: por un lado, aumenta la renta del país 
exportador, que pueden ser a su vez mercado para nuestras exportaciones de 
tecnologías más avanzadas y que incorporan capital humano más cualificado y 
por el otro, se libera renta en el país importador, que puede destinarse al consumo 
de servicios, los cuales no están tan expuestos a la competencia exterior. Como 
resultado, las economías tienden a abrir una brecha salarial entre los trabajadores 
cualificados (cuyos servicios son más demandados a nivel internacional) y 
 13
trabajadores no cualificados (que se ven sometidos a la competencia de 
producción de terceros países con menores costes). 
 
Cuadro 1. El comercio mundial (% del producto mundial) 
 1950 1960 1970 1980 1990 2000 
Exportaciones mundiales 8 9 11 12 14 16 
Fuente: OCDE (1997), “The world in 2020”, París. 
 
Los indicadores más utilizados para medir la globalización comercial suelen 
ser la apertura comercial (suma de la participación de las exportaciones e 
importaciones en relación al producto) y el cumplimiento de la ley de precio único. 
Pues bien, según los datos del FMI entre la década de las ochenta y los noventa e 
comercio mundial ha doblado su elasticidad respecto al crecimiento del producto 
(pasando la misma de 1 a 2). Las implicaciones de este fenómeno sobre el 
crecimiento se han cuantificado en torno a un aumento de la renta en un punto y 
medio por cada punto de crecimiento de la participación del comercio exterior en el 
producto, gracias a su efecto inducido sobre la acumulación de capital físico y 
humano. En bienes comerciables a nivel internacional debería producirse una 
convergencia entre los precios de estos bienes a nivel internacional, circunstancia 
que incluidas las diferencias en los costes de transporte no se produce en multitud 
de casos, con excepciones limitadas como sucede con el precio de materias 
primas homogéneas. De hecho, a nivel internacional se suelen producir entre 
países socios comerciales oscilaciones de precios dentro de intervalos (pasillos de 
precios) mayores o menores en función del grado comercial de los mismos. En 
este sentido, los precios se suelen fijar en función de tres parámetros: costes 
(suelo), competencia (dentro del intervalo) y demanda (techo de precios). 
 
El comercio internacional permite obtener beneficios a todas las partes 
involucradas en el mismo, si no se llevaría a cabo y los países optarían por la 
producción interna de la totalidad de bienes y servicios necesarios para un país, o 
lo que es lo mismo, por la autarquía. Las principales ganancias procedentes del 
comercio residen en que permite a los países especializarse en la producción de 
 14
aquellos bienes y servicios que en términos comparativos producen mejor lo que 
les lleva a una asignación de sus factores en función de la productivos relativa de 
los mismos entre sus usos alternativos (Ganancias de la especialización). De esta 
forma se amplían las posibilidades de consumo de los países, que ahora no se ve 
contraseñido por la limitada producción interna, al bajo nivel de productividad que 
la autarquía y la falta de especialización conduce (Ganancias del intercambio). El 
exceso de producción obtenida al especializarse, una vez satisfechas nuestras 
necesidades puede intercambiarse por una mayor cantidad de bienes y servicios, 
que los que hubiéramos obtenido de dedicar nuestros recursos a la producción 
interna de los mismos. 
 
En todo caso, para que el comercio interese los términos de intercambio 
internacional (la relación real de intercambio o cociente entre los precios de 
exportación e importación) debe ser más favorable que los precios relativos 
internos de la producción de los bienes en la situación de autarquía, incluidos los 
costes de transporte. En la práctica los países tienden a exportar aquellos tipos de 
bienes y servicios en los que los factores empleados obtienen una mayor 
productividad relativa, (o lo que es lo mismo, en los que tiene un menor coste de 
oportunidad) en su producción, siempre y cuando los precios relativos internos de 
los mismos sean menores en dichos países que en el resto del mundo. Los 
precios relativos internos de un bien son el resultado de la interacción entre la 
oferta del mismo (que depende de la disponibilidad de factores existentes y de la 
productividad de los mismos) y de su demanda (gustos o preferencias por ese 
bien en el país en cuestión). 
 
La mayor disponibilidad relativa de uno o varios factores productivos 
constituye una de las principales fuentes de ventajas comparativas, sobre todo en 
los casos de exportaciones de bienes primarios. A este respecto, el Teorema de 
Heckscher-Ohlin, por el que los países tienden a especializarse en la producción y 
exportación de aquellos bienes más intensivos en el factor que sea más 
abundante (o más barato), mientras que importará aquellos bienes más intensivos 
 15
en el factor que sea más escaso (o más caro), todo ello bajo el supuesto de 
inmovilidad internacional de factores de producción y de compartir el mismo nivel 
tecnológico a nivel internacional. En principio, el precio de los factores dependerá 
tanto de su dotación relativa como de las demandas o preferencias relativas por 
los mismos, ya que la interacción entre la oferta y la demanda será la que en 
última instancia determinará el precio. De esta forma, el comercio internacional al 
estimular la producción de los bienes intensivos en el factor relativamente 
abundante, estimulará la demanda del mismo, lo que a su vez elevará su precio 
relativo. 
 
El Teorema Stolper-Samuelson nos señala además que cuando se eleve el 
precio de un bien (gracias al comercio internacional que aumenta su mercado), el 
factor utilizado en su producción (en el país que es más abundante) verá más que 
aumentada la retribución que obtiene por su utilización, mientras que en el resto 
de países (donde el factor era más escaso y por lo tanto más caro), en la medida 
que ve reducido su empleo, también verá disminuido su precio, esta tendencia 
proseguiría hasta un punto en el que los precios de los factores empleados en la 
producción tenderían a aproximarse en los distintos países, al tiempo que las 
empresas intentarían progresivamente ir sustituyendolos factores encarecidos 
(antes más abundantes) por los factores más baratos relativamente (antes más 
escasos). El principal problema que surge aquí es que los factores productivos 
(capital y trabajo) en la medida que son más específicos y especializados tienden 
a ser más inmóviles en el corto plazo en la producción de los distintos bienes, con 
lo que en ocasiones surgen costosos y prolongados procesos de ajuste, ante los 
cambios en sus precios relativos. Como consecuencia de ello, se elevan los 
precios de los factores intensivos en aquellos bienes en los que un país tiene 
ventajas comparativas y se reducen los precios de los factores intensivos en 
aquellos bienes en los que un país carece de las mismas. 
 
Hasta ahora nos hemos basado en la ficción de que los países intercambian 
distintos tipos de bienes y servicios en función de sus ventajas comparativas 
 16
relativas. Sin embargo, los países en la mayor parte de su comercio internacional 
tienden exportar e importar bienes de las mismas industrias. Este comportamiento 
se explica por diversas circunstancias, pero la principal suele ser el hecho de que 
los consumidores tienen similitudes de gustos independientes de su país de 
residencia (teoría de las demandas superpuestas de Líder) y que existen 
economías de escala (las debidas al tamaño de la producción); de concentración 
(las obtenidas en determinadas localizaciones con fuerte densidad de actividad 
económica, como por ejemplo el acceso a mano de obra o servicios 
especializados) y de aprendizaje (la experiencia en la producción optimiza la 
misma y permite reducciones de costes). Como resultado, las empresas se 
especializan en algunos tipos de productos (productos diferenciados) o incluso en 
partes del proceso productivo, obteniendo así ventajas competitivas que les 
permite vender tanto en los mercados internos como externos. A este respecto, 
conviene señalar que en la medida que aumenta su renta, los países tienden a 
cambiar su estructura de demanda y en general a orientarse hacia productos de 
mayor calidad. 
 
Cuadro 2 . Los protagonistas del comercio mundial en los noventa 
 Participación en las exportaciones mundiales (%) 
 
Estados Unidos 13 
Alemania 9 
Japón 7 
Francia 6 
Reino Unido 5 
Italia 5 
Canadá 3 
España 2 
 
Unión Europea 40 
Economías Emergentes Asiáticas 10 
Asia (incluida China e India) 7 
Europa del Este y Oriente medio 3 
Africa 2 
 
Fuente: FMI (1997), “World Economic Outlook: Globalization”, Washington DC. 
 
Las diferencias en los niveles tecnológicos, sus cambios y difusión 
internacional también explican parte del comercio internacional. Así, las Teorías 
del ciclo de producto de Vernon señalaban que los países más avanzados (y por 
 17
lo tanto con mayor dotación de capital humano especializado y más recursos 
destinados a la Investigación y Desarrollo, I + D) son los que generalmente 
desarrollan los productos más innovadores, que exportan al resto del mundo con 
grandes márgenes derivados de la renta temporal de monopolio, hasta un 
momento en que el desarrollo de estos productos, gracias a la difusión de la 
tecnología y el conocimiento necesarios para su producción, se puede efectuar ya 
en otros países que cuentan con ventajas comparativas, generalmente con 
menores costes, ocupándose los países más avanzados en desarrollar y aquellos 
productos nuevos que han innovado en el período en el que los productos 
anteriores han llegado a su madurez. Como consecuencia de estas circunstancias, 
la coincidencia en el tiempo de un gran número de innovaciones pueden dar lugar 
a nuevos ciclos de crecimiento. 
 
En ocasiones, algunos países intentan proteger y aislar a sus empresas de 
la competencia internacional, bajo las excusas de la falta de competitividad 
internacional de la misma, la protección de la industria naciente o consideraciones 
estratégicas. Los problemas más frecuentes con los que se enfrenta un gobierno 
en aras a proteger suelen ser tres: ¿Qué industria proteger?, ¿Cuánto tiempo 
protegerla? y ¿Cómo protegerla?. La elección de las industria a proteger y el 
tiempo que dura la protección es una cuestión harto compleja por cuanto 
presupone el conocimiento de las actividades con mayor futuro y el punto de 
inflexión a partir del cual se puede dejar a dichas actividades expuestas a la 
competencia internacional. En la práctica, los sectores que se protegen suelen ser 
aquellos que soportarían mayores costes sociales y de ajuste, que suelen coincidir 
precisamente con actividades maduras con altos niveles de empleo, cuando no 
aquellos sectores con mayor capacidad de influencia y/o presión sobre las 
autoridades comerciales de la nación. Respecto a la duración de la protección, 
hay que señalar que tienden a perpetuarse hasta que se manifiesta una situación 
excepcional que la obliga a retirarla, como podría ser la exigencia internacional 
tras una crisis de balanza de pagos o restricción exterior o la aprobación de un 
acuerdo multilateral comercial o de integración. 
 18
 
La fórmula proteccionista de más frecuente uso suelen ser las barreras 
arancelarias, que no son sino cargas tributarias que encarecen la importación de 
bienes y servicios procedentes del exterior. Las consecuencias inmediatas de un 
arancel suelen ser el aumento de la producción interna, un incremento de los 
ingresos públicos por aranceles y una elevación del precio del producto protegido, 
que si bien beneficia a los productores, perjudica a los consumidores que se ven 
obligados a soportar un mayor precio por sus adquisiciones. En la medida que las 
rondas comerciales del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio ) 
han ido reduciendo las barreras arancelarias, se puede observar que han 
aparecido otra barreras, con la misma finalidad de aislar la producción interna de 
la producción internacional, como son las cuotas de importación (que limitan la 
cuantía de las importaciones en unidades físicas), las normas técnicas o 
administrativas (que bajo la razón de la protección al consumidor pueden servir 
para apoyar a la producción nacional) o las subvenciones a la exportación (por la 
que las empresas exportadoras se ven subvencionadas por sus ventas al exterior). 
Muy vinculadas a estas últimas están las prácticas de dumping o competencia 
desleal, por el que las empresas, aprovechando la segmentación internacional de 
mercados, pueden exportan sus productos a precios por debajo del coste 
promedio de los mismos. 
 El objetivo principal del GATT ha sido el de liberalizar gradualmente el 
comercio internacional y el de establecer las reglas de “buena conducta” comercial 
y sancionar su incumplimiento. En sus inicios el acuerdo se centró en los 
productos industriales, quedando hasta la Ronda Uruguay, en general excluido de 
su ámbito los productos textiles, agrícolas y servicios. El marco donde el GATT ha 
liberalizado el comercio internacional han sido las Rondas de negociación, de las 
que hasta el momento ha habido siete: Ginebra (1947), Annecy (1949), Torquay 
(1951), Ginebra (1956), Dillon (1961), Kennedy (1967), Tokyo (1979), siendo la 
última la Uruguay (1986-1993). En el momento presente estamos en la etapa 
inicial de desarrollo de la última Ronda comenzada en Seattle en 1999, que en el 
otoño del 2000 se presentaba en alguna medida bloqueada. 
 19
 
Cuadro 3 . La reducción de los aranceles en los países desarrollados (%) 
 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 
Nivel medio arancelario 40 25 17 12 7 5 3 
Fuente: C. Buhour (1996), “El comercio internacional del GATT a la OMC”, Salvat, Barcelona. 
 
El GATT se apoya en los siguientes principios básicos: “reciprocidad”, por el 
que las reducciones arancelarias se articulan en base de concesiones 
equivalentes; salvo determinadas excepciones (sistema de preferencias o zonas 
de integración), las reducciones arancelarias concedidas a un tercer país -naciónmás favorecida- han de extenderse al resto de países adheridos al acuerdo; 
“transparencia”, por el que las barreras no arancelarias (licencias, cuotas, normas 
técnicas o sanitarias, ... ) no han de incrementarse en ningún caso y ser 
sustituidas progresivamente por barreras arancelarias; “libre comercio” por el que 
se prohíben las prácticas que pueden distorsionar el correcto funcionamiento del 
comercio internacional, como el dumping o las subvenciones a las exportaciones y 
“consolidación” por el que los países se comprometen a mantener en el tiempo los 
compromisos adquiridos en las sucesivas Rondas. 
 
Cuadro 4 . La protección arancelaria en la década de los noventa 
 Antes de Ronda Uruguay Después de Ronda Uruguay 
Productos Terminados 9 6 
Productos Semielaborados 5,5 3 
Materias Primas 2 1 
Fuente: Gatt (1994), “The Results of the Uruguay Round”, Ginebra. 
 
 
Además, del comercio de mercancías el Gatt ha profundizado en los últimos 
años en la liberalización del comercio de servicios y en la protección de la 
propiedad industrial e intelectual. El GATT intenta liberalizar los servicios por 
cuanto suponen casi una cuarta parte del comercio mundial, lo cual es más difícil 
aún que el comercio de mercancías, ya que suele entrañar la posibilidad de 
movilidad de factores de producción (capital y trabajo) y atañe a un sector 
profusamente regulado y con altos niveles reales de empresa públicas. De 
momento, el marco para la liberalización de los servicios será el GATS (Acuerdo 
General sobre el Comercio de Servicios), aunque del mismo se excluirán abordar 
aquellos subsectores con menor grado de consenso (por ejemplo transporte 
 20
marítimo o sector audiovisual), con lo que en la práctica sólo se ha liberalizado la 
cuarta parte de los mismos. Por su parte, el TRIPS (Acuerdo General sobre 
Propiedad Industrial e Intelectual), intenta establecer un marco general de 
protección de estos derechos (patentes, marcas, etc. ) a nivel internacional, en el 
que se sanciona su incumplimiento, a los efectos de disuadir de copias, plagios y 
falsificaciones, que al reducir las rentas obtenidas de la innovación y el desarrollo 
desestimulan estas actividades. Por último, la Ronda Uruguay también ha 
comenzado a liberalizar progresivamente el comercio de productos agropecuarios 
y textiles: sustituyendo las barreras no arancelarias por aranceles y disminuyendo 
las subvenciones a la explotación y exportación. 
 
La institución que se encarga de promover la liberalización comercial y 
asegurar su cumplimiento es la OMC u Organización Mundial del Comercio, que 
comenzó a funcionar en Ginebra, el uno de enero de 1995 como consecuencia de 
los acuerdos de la Ronda Uruguay y cuyos miembros agrupan más del 90 por 100 
del comercio mundial. Sus principales funciones son las de promover la 
liberalización comercial; administrar los acuerdos comerciales multilaterales; 
resolver las diferencias comerciales entre sus miembros (del orden de 150 
disputas entre 1995 y el 2000) y supervisar las políticas comerciales de los 
mismos (54 países entre 1995 y el 2000). Su principal órgano de adopción de 
decisiones es la Conferencia Ministerial que se reúne al menos cada dos años (la 
última en 1999 en Seattle), mientras que su órgano permanente es el Consejo 
General, que se reúne varias veces al año y que tiene a su vez tres subconsejos: 
el de mercancías, el de servicios y el de derechos de propiedad intelectual. 
 
La UNCTAD o Conferencia de las Naciones sobre el Comercio y el Desarrollo es 
una institución internacional creada en 1964 y que en la actualidad cuenta con 188 
miembros y tiene su sede en Ginebra (Suiza). Su principal tarea es la de contribuir 
al desarrollo de los países más pobre a través del comercio internacional. Su 
principal órgano normativo es la Conferencia que se reúne cada cuatro años (la 
última vez en el 2000 en Tailandia), mientras que su órgano rector es la Junta que 
 21
se reúne tres veces al año en su sede. Su cooperación técnica se centra en la 
capacitación humana e institucional. Su principal logro ha sido la introducción en 
1971 del “Sistema de Preferencias Generalizadas” por el que las exportaciones de 
países en desarrollo (en un importe de 70.000 millones de dólares americanos) 
recibían un tratamiento arancelario preferencial por parte de los países 
desarrollados, sin necesidad de extenderlo al resto. De igual forma, ha 
conseguido programas de condonación de la deuda (por 6.500 millones de 
dólares) para cincuenta países con bajos ingresos y apoya la iniciativa de que los 
países desarrollados canalicen un 0,7 por 100 de su PNB en ayuda al Desarrollo. 
 
 
4.- Globalización Cultural 
 
 
El fenómeno complejo que designamos como globalización tiene 
repercusiones en multitud de campos, pero quizá en el cultural los efectos son 
más evidentes a corto plazo y la valoración sobre los mismos es más dispar. En 
efecto, en principio parece positivo que en todas partes del planeta podamos tener 
acceso a los fenómenos culturales que se producen en cualquier zona geográfica: 
podemos asistir a las mismas representaciones teatrales que en Nueva York, en 
Londres o en Tokio. Al mismo tiempo podemos tener noticia de las diferentes 
músicas del mundo así como de los distintos pensamientos que se están 
produciendo en la aldea global. Se trata, pues, de una situación inédita en la 
historia de la Humanidad que posibilita un intercambio enriquecedor entre los 
seres humanos y las diferentes culturas. En este sentido la presencia física de los 
 
 
 
 
 
 
 
 22
portadores de otras culturas en nuestras sociedades está aportando un indudable 
enriquecimiento de las nuestras propias a través del mestizaje. 
Pero a pesar de posibilidades de enriquecimiento cultural, la realidad nos 
muestra que, aunque de un modo marginal el mestizaje se hace presente en 
nuestras sociedades, nuestras ciudades cada vez se parecen más unas a otras, 
nuestras pautas de ocio son también iguales, nuestros hábitos alimenticios y 
nuestra forma de vestir siguen la misma pauta, con una preponderancia alarmante 
del modo de vida americano que amenaza con convertirse en el único modo de 
vida planetario. 
Por otra parte, la presencia de los inmigrantes en las sociedades más 
avanzadas plantea problemas de difícil solución: no sólo desde el punto de vista 
de su situación socioeconómica sino también desde el punto de vista de la 
convivencia y limites de la misma respecto a los valores fundamentales 
consagrados en nuestras constituciones. Es decir, hasta dónde debe llegar el 
respeto a las identidades culturales cuando éstas chocan con nuestros valores 
básicos, los derechos humanos, como sucede, por ejemplo, con la posición que 
algunas de estas culturas otorgan a la mujer, a la obediencia religiosa o al papel 
del individuo en la familia. 
Asimismo, la disponibilidad de información es hoy prácticamente ilimitada 
en cualquier punto del planeta merced a la presencia ubicua de las nuevas 
tecnología y fundamentalmente de Internet, lo que indudablemente tiene un efecto 
positivo para la circulación de las ideas, pero también hay que poner de manifiesto 
que los medios de comunicación de masas reflejan los mismos contenidos en todo 
el mundo, con la consiguiente reducción del pluralismo y la posibilidad de una 
manipulación de la opinión pública como no se ha conocido hasta el momento: 
recibimos la información que los grandes grupos de comunicación quieren que 
recibamos, con todos los aditamentos ideológicos que consideren conveniente 
para sus intereses. 
 
 
 
 23
La migración 
Desde que la especie humana existe, hay indicios de migración. Su propia 
difusión como especie, se dio porque el hombre salió de su lugar de origen para 
buscar alimento o abrigo allende sus tierras. 
Las grandes catástrofes naturales o sociales han hecho que grandes 
contingentes emigren.Sequías, pérdida de cosechas, guerras, persecuciones 
raciales o ideológicas han estado entre los motivos más conocidos de las grandes 
migraciones de estos últimos dos siglos. 
En este momento estamos viviendo un proceso de globalización que, por 
algunas razones favorece las migraciones, al tiempo que amplía el abanico de sus 
motivaciones y, por ende, los grupos sociales que la practican. 
Vemos así que muchas personas aún teniendo satisfechas sus condiciones 
elementales de vida apelan a la emigración para conseguir su lugar en el mercado 
de consumo. 
El Fondo de Población de las Naciones Unidas en sus informes anuales nos 
muestra los incrementos de la migración transnacional, en particular desde los 
países del hemisferio sur hacia el hemisferio norte. En este contexto socio-
demográfico, el Perú es uno de los países de mayor emigración en el mundo. 
Este reciente fenómeno poblacional está produciendo cambios cuantitativos 
y cualitativos en nuestra sociedad y cultura contemporáneas. 
Tres son los principales objetivos de la migración transnacional y la 
globalización de las culturas, de los emigrantes. El primero es analizar el concepto 
de cultura como el equipamiento de conocimientos y aptitudes con las que 
cuentan los hombres para comunicarse con otros que no forman parte de su 
cultura; en segundo lugar, examinar el mismo concepto de cultura, en este caso, 
como el medio que puede conducir a desencuentros y/o conflictos interétnicos y 
sociales que se expresan en la intolerancia racial, étnica y social que tienen lugar, 
en particular, en grandes ciudades de países del hemisferio norte; y por último, se 
toma el caso de los peruanos en el exterior para mostrar cómo se interrelacionan 
los dos objetivos en situaciones reales. Enseguida se desarrollarán los 
argumentos respecto a los tres objetivos 
 24
La cultura como equipamiento de conocimientos y valores 
La cultura como un bien y un producto es universal a todas las sociedades. 
Algunas están más abiertas y permeables a la integración que otras y, por 
consiguiente, permiten y contribuyen al proceso de la globalización. En las dos 
últimas décadas, el incremento de la migración transnacional, en particular desde 
el hemisferio sur hacia el norte, está contribuyendo poderosamente al encuentro 
de culturas que antes no mantenían contactos primarios. Los avances en la 
cibernética y la informática, además de la función globalizadora de los medios de 
comunicación, están forjando de manera interrelacionada una cultura cada vez 
más universal y universalizante. En este nuevo contexto, tener una cultura más 
local y/ o regional, caracterizada por el conocimiento de lenguas aborígenes, 
pertenecer a un grupo étnico particular, ya no es un factor excluyente de otros de 
naturaleza más universal. Los extremos culturales expresados en las dualidades 
campo-ciudad, desarrollado-subdesarrollado, moderno-tradicional, particular-
universal, ahora empiezan a acortarse, en parte como consecuencia de las 
migraciones transnacionales. Hoy en día se puede estar en un pueblo de la sierra 
del Perú y almorzar en Nueva York al día siguiente o tomar desayuno en Londres. 
Estos hechos, que hace unas dos décadas parecían estar solamente en los 
deseos y la imaginación, ahora son realidades diarias. A pesar de esto, no todos 
los miembros de una sociedad y cultura pueden realizarlos. La migración 
transnacional sigue siendo un bien limitado para ciertos grupos con características 
culturales especificas, los otros tendrán que esperar o simplemente no podrán 
acceder a ella. 
La cultura como vehículo de desencuentros 
Simultáneamente a la elaboración de valores de proyección universal, las 
culturas pueden también propiciar la intolerancia, el conflicto e inclusive el odio. La 
discriminación racial, de género, de clase social, de credo religioso, etc. no puede 
ser atribuida solamente a razones económicas, sino también culturales. Muchos 
de estos últimos valores se resisten y/o se revelan en contra de otros que 
generalmente son más dominantes. El incremento de la migración transnacional 
está poniendo al descubierto estos desencuentros. Los países del hemisferio 
 25
norte, al haber recibido inmigrantes de diferentes lenguas, culturas y razas de 
diversos países del hemisferio sur, muchos de ellos refugiados de regímenes 
políticos dictatoriales, de guerras civiles, de catástrofes naturales y ecológicas, 
ahora muestran su intolerancia y se sienten invadidos no sólo poblacionalmente, 
sino culturalmente. Las últimas disposiciones migratorias en los EE.UU. de 
Norteamérica y en los países de Europa del Oeste, son muestras tangibles de 
estos nuevos desencuentros. Estas medidas son contradictorias a los anhelos de 
globalización propiciados por los mismos países del hemisferio norte, que desean 
que sus valores culturales de lengua, religión, estilos de vida, aspiraciones tengan 
una creciente participación y aceptación universal. En el medio de estas 
contradicciones se encuentran los emigrantes, muchos de ellos sin acceso a 
modificar ni intervenir en las decisiones políticas sobre el problema, aún más son 
muchas veces victimas de estas contradicciones. Sin embargo sus valores 
culturales se resistirán y serán más dóciles a la coexistencia incluso en contextos 
multinacionales y multiculturales. El deseo de conocer otros idiomas, otras 
religiones y otros estilos de vida es muestra de estas predisposiciones. 
 
 
Antiglobalización 
 
Desde hace unos años han surgido socialmente grupos heterogéneos cuya 
seña de identidad es manifestarse en contra de las políticas de globalización 
impulsadas por los países más desarrollados e integrantes del Grupo de los Ocho. 
Su composición interna es variada. Si consideramos sus miembros por edad, en 
ellos participan jóvenes, mayores y personas de la tercera edad. Si lo hacemos 
por definición ideológica, su gama espectral es amplia. Desde socialistas, 
socialdemócratas, comunistas, marxistas, progresistas, ecologistas, hasta 
movimientos de género, de liberación homosexual, étnicos, de clase y culturales. 
También su origen de clase es heterogéneo. Sectores medios, estudiantes, amas 
de casa, trabajadores, desempleados o campesinos. Igualmente en su seno 
 26
emergen todas las nacionalidades y participan miembros de todos los países, es 
abierto y sus límites sobrepasan las fronteras estatales. 
Su comportamiento es singular; responden y se manifiestan contrarios a la 
celebración de reuniones específicas, convocadas por los grandes países 
capitalistas y sus organismos internacionales para decidir profundizar en las 
políticas económicas neoliberales. Su dinámica es poner de manifiesto la 
incongruencia entre un mundo cada vez más desigual e injusto, donde la más alta 
riqueza convive con la miseria extrema. Con su presencia en las ciudades en las 
que se han manifestado, han dejado explícito el descontento y han denunciado la 
falta de responsabilidad con que actúan las grandes potencias a la hora de tomar 
decisiones de políticas económicas, cuyo resultado es aumentar la explotación, 
mantener el hambre, la miseria y la marginalidad. 
Muchos analistas han querido ver en su heterogeneidad su vitalidad y 
frescura a la hora de manifestarse. Igualmente han interpretado su crítica a la 
globalización como una lucha anticapitalista. Si se tienen claros los principios a 
los que se ataca y rechaza es posible que esa unidad no facilita la heterogeneidad 
social e ideológica que compone el movimiento antiglobalización. Asimismo, sus 
formas de actuación hacen pensar en ellas como la respuesta más sarcástica y 
descarnada hacia un poder político deshumanizado, fundado en el egoísmo, la 
economía de mercado y la miseria humana. 
Sin embargo, lo destacable de su existencia sea, tal vez, algo en lo cual no 
se ha profundizado suficientemente y hace referencia a una concepción política de 
la globalización.Es decir, desenmascara la globalización como proyecto político 
sustentado por las elites de los países capitalistas de más alto nivel de desarrollo, 
avalados por sus organismos internacionales, como son el Fondo Monetario 
Internacional y el Banco Mundial. 
Quizá sea esta peculiaridad de los movimientos antiglobalización la que se 
manifiesta como singularidad. Son temidos por haber puesto el dedo en la llaga, 
han sido capaces de señalar la globalización como un proyecto, no como una 
necesidad histórica o como parte de una lógica de la cual no se puede escapar. 
Son aire nuevo, porque han roto la dinámica política de discusión y han puesto 
 27
sobre la mesa la necesidad de replantearse todo y con ello han logrado abrir 
espacios de discusión desde donde cuestionar el orden capitalista mundial y el 
sistema de dominación que lo complementa. 
No son de por sí movimientos políticos anticapitalistas. Expresan un 
hartazgo compartido por miles de ciudadanos y representan la emergencia de un 
nuevo tipo de protesta social en la que se une la necesidad de evidenciar el 
carácter ideológico-político de la globalización y el neoliberalismo, con la demanda 
de un cambio de dirección en el proceso de toma de decisiones. 
Al poner el dedo en la llaga, el grado de violencia con que han sido 
reprimidas hasta matar a sus manifestantes, como en el caso de Génova, da al 
movimiento una impronta y fisonomía que de por sí no corresponde al tipo de 
protesta. Esta violencia extrema empleada para impedir el ejercicio de la libertad 
de expresión, de manifestación y de asociación demuestra el daño que hacen 
estas manifestaciones al proyecto político de globalización neoliberal. Quizá ha 
llegado el momento de abandonar el lenguaje político de la globalización y pensar 
en nuevas concepciones de desarrollo acordes con la justicia, la democracia y la 
libertad. 
 
La antiglobalización llega a Europa 
 
El Movimiento de Resistencia Global es una corriente de protesta mundial 
que aúna a decenas de grupos de diferentes países que tienen en común su 
rechazo al capitalismo y al modelo neoliberal. Es un movimiento en el que se dan 
cita colectivos tan diferentes como sindicatos, intelectuales de izquierda, 
ecologistas, indigenistas o grupos desfavorecidos que acusan al sistema 
económico de amoral e injusto. 
Los diferentes grupos antimundialización llevan más de una década 
trabajando en cuestiones relacionadas con los problemas causados por la 
globalización de la economía mundial. Son numerosas las campañas que han 
organizado para la condonación de la deuda externa de los países pobres, o para 
la reforma del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. 
 28
Sin embargo, el movimiento antiglobalización ha acaparado la atención de 
los medios de comunicación a raíz de la presencia de sus simpatizantes en actos 
paralelos a las grandes reuniones económicas y políticas internacionales. La 
protesta de Seattle, que consiguió abortar la reunión de la Organización Mundial 
del Comercio, supuso un punto de inflexión en la historia del movimiento. Los 
enfrentamientos que allí tuvieron lugar dieron una imagen de violencia muy alejada 
de los verdaderos objetivos de los organizadores. Unos incidentes que, 
agravados, llegaron a Europa en 2001. Primero fue en Gotteburgo y Barcelona, en 
el mes de junio, donde los grupos violentos y la actuación policial provocaron 
graves sucesos. En la localidad sueca, incluso se registraron heridos de bala. Pero 
lo más grave aún estaba por llegar. 
 Una convocatoria que atrae al movimiento antiglobalización y convierte a la 
ciudad italiana en una especia de campo de concentración gigantesco, controlado 
por un impresionante dispositivo policial. A pesar de ello, se producen violentos 
enfrentamientos con un saldo trágico: un muerto por disparos de la policía y 
centenares de heridos. Las imágenes de un policía disparando a bocajarro su 
pistola sobre Carlo Giuliani, un joven italiano de 23 años, que se convertía así en 
el primer mártir del movimiento antiglobalización, dieron la vuelta al mundo. 
Lo que no pudo hacer la represión policial, acabar con este movimiento de 
protesta realmente global, lo ha conseguido el ataque terrorista contra los Estados 
Unidos del 11 de septiembre de 2001. A partir de esa fecha, las manifestaciones 
violentas ante cualquier reunión de los organismos gestores de la globalización de 
la economía han desaparecido de la faz del planeta. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 29
CONCLUSIÓN 
 
 
Lo que se desprende del análisis anterior es que el llamado proceso de 
globalización, en el que supuestamente todos los países intervienen en igualdad 
de condiciones, dista mucho de la realidad. En este sentido, la llamada 
globalización no pasa de ser más que un mito elaborado en los centros de 
pensamiento de los países más desarrollados, para darle consistencia teórica a 
las nuevas formas de sometimiento y explotación de los países menos avanzados, 
que son la mayoría. No obstante, sería ingenuo desconocer los cambios 
estructurales que caracterizan la etapa actual del desarrollo mundial y que, 
gústenos o no, afectan nuestras vidas, para bien o para mal. Desde este punto de 
vista, la llamada globalización ni es la panacea de los males que padece la mayor 
parte de la humanidad, ni tampoco la causa de todos los males que aquejan al 
mundo en desarrollo. El carácter desigual del desarrollo mundial no es atributo de 
la mayor profundización de la división internacional del trabajo(soporte material de 
la globalización), sino que está implícito en el carácter mismo del sistema de 
acumulación capitalista global que, por definición, presupone la concentración del 
poder, la riqueza y el conocimiento en un reducido grupo de naciones altamente 
desarrolladas, al tiempo que el resto de países deben insertarse a partir de las 
reglas de juego elaboradas por el capital transnacional. 
Ante esta realidad, los países menos desarrollados deben concentrar todos sus 
esfuerzos en buscar la manera de aprovechar eficientemente las ventajas que 
pueda ofrecer la actual división internacional del trabajo, especialmente aquellas 
relacionadas con las nuevas tecnologías que, pese a estar controladas por los 
centros desarrollados de producción de conocimiento, es posible adoptarlas y/o 
adaptarlas a las condiciones regionales y locales concretas. Para ello es 
indispensable pasar del discurso plañidero que, aunque con sobradas razones, 
descarga en los países desarrollados la responsabilidad de nuestro atraso, a las 
acciones encaminadas a asumir por nuestra cuenta la tarea de construir una 
sociedad más justa y competitiva. Esto requiere de una verdadera reingeniería de 
 30
la estructura mental parasitaria de nuestra intelectualidad, acostumbrada a 
consumir, sin mayor elaboración, conocimientos producidos en y para otros 
entornos. 
En otras palabras, atreverse a repensar nuestra realidad sin perder de vista 
que somos parte de un mundo cada vez más interconectado e interdependiente, 
en el cual nuestra situación es extremadamente desventajosa. Para ello es 
necesario romper con el paternalismo ideológico de todo pelambre que por tantos 
siglos ha condicionado nuestra manera de pensar, sin que ello signifique 
menospreciar la riqueza intelectual acumulada por la humanidad a lo largo de su 
historia, sino por el contrario, utilizarla creativamente en la interpretación y 
solución de nuestros problemas.

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