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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS DEPARTAMENTO DE PRODUCCIÓN ANIMAL CATEDRA DE PRODUCCIÓN ANIMAL ASIGNATURA ECOLOGÍA Análisis De Articulo Científico De Ecología Para Médicos Veterinarios Autores: Adriana Duarte, Mariana León, Norayma Martínez Profesora: Mónica Fonseca TRABAJO SOBRE LA CAÍDA EN LA PRODUCCIÓN LÁCTEA, SIGNOS RESPIRATORIOS AGUDOS Y MUERTES ASOCIADAS A ESTRÉS CALÓRICO EN BOVINOS LECHEROS DE URUGUAY Maracay, 2019 El estrés por calor es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los productores de bovinos lecheros pues provoca cuantiosas pérdidas económicas debido a sus consecuencias sobre la producción y reproducción, derivadas de los efectos negativos que tiene en el metabolismo digestivo, sistema inmune y endocrino e inclusive el propio comportamiento. De esta manera, para Rivier y Rivest. (1991) definen el estrés como “todos aquellos factores ambientales que afectan el estado normal de bienestar del animal”. Siendo que cuando la combinación de factores ambientales y manejo persisten por períodos prolongados, se genera un estado de respuestas fisiológicas y de comportamiento denominado estrés. Así mismo, el estrés calórico es aquel estado fisiopatológico que se da cuando el organismo del animal tiene imposibilidad de eliminar el exceso de calor corporal ni de bajar su temperatura corporal. Visualizándose en Uruguay, un país cuyo clima posee un efecto estacional al tener que durante la estación de verano entre enero y febrero ocurren aumentos de temperaturas superiores a los 35 ℃ con olas de calor continuas junto con una humedad relativa del aire mayor del 60%. Siendo el bovino un animal capaz de soportar en condiciones tropicales temperaturas de hasta 35℃, de forma que a igualdad de temperatura con humedad relativa más alta se incrementa el estrés calórico en el ganado. De modo, que la primera respuesta que se produce en el bovino es un aumento del ritmo respiratorio, seguido de aumento de la temperatura corporal, incrementando así la ventilación y favoreciendo la evaporación en superficies como lengua, boca y vías nasales siendo consecuencia del enfriamiento de estas superficies que se enfrié la sangre que fluye por ellas. Por otro lado, el bovino ante un aumento de temperatura, trata inicialmente de incrementar la eliminación de calor por vasodilatación y evaporación de agua a nivel respiratorio y si no fuera suficiente, minimiza sus desplazamientos y, por último, disminuye la ingesta de alimentos. En donde, a partir de una cierta temperatura ambiente, el bovino no podrá mantener más su homeostasis y se considera que el animal ingresó a un estado de estrés calórico. Por consiguiente, es imprescindible adoptar medidas de diversa naturaleza tanto para reducir la producción de calor de los bovinos como para incrementar su tasa de eliminación de calor. Resultando claro acotar, que el estrés calórico desencadena alteraciones en concentraciones plasmáticas de cortisol y hormonas tiroideas además de reacciones fisiológicas y de comportamiento. Desencadenando, serios problemas reproductivos que influyen en la disminución de fertilidad, alteración del desarrollo folicular y ovocitos, que a su vez afecta el potencial para desarrollar un embrión viable ocurriendo muertes embrionarias. Asimismo, se produce una falla en los sistemas de termorregulación ocasionando una disminución del consumo de alimento y producción de leche con un cambio en la composición de la misma y en ganado de carne e inclusive posiblemente pérdida de peso que conlleva a retardos en el crecimiento. Resultando en, que todos los bovinos necesitan mantenerse con una temperatura corporal óptima y no gastar demasiada energía en días de altas temperaturas y humedad, ya que sus funciones se verán reducidas provocando estrés en el animal. Pero el problema, no es solo por culpa de las condiciones climáticas sino también del productor, a causa de que no se tiene las herramientas o se lleva a cabo las prácticas necesarias para mitigar el calor y proporcionar un ambiente saludable para el animal. Lo importante es que es posible mitigar el estrés calórico siendo la clave el observar al animal y brindarle lo que necesita con estrategias como el considerar una mejora en instalaciones, destacando disponibilidad de sombra y ventilación en cantidad suficiente para reducir la radiación solar directa. Asimismo el mejorar prácticas de nutrición y disponibilidad del suministro de agua. Sin embargo, estas medidas buscan disminuir los estragos del calor, pero no potenciar el funcionamiento metabólico del animal para esto los compuestos antioxidantes, desintoxicantes e inmunomoduladores trabaja directamente en los tejidos potenciándolos, para no sólo disminuir el estrés, sino revertirlo. El estrés calórico afecta negativamente la rentabilidad y viabilidad económica de la actividad ganadera de un país enfocándose en este caso en Uruguay, con un mayor impacto económico se aprecia en la producción, fertilidad y reproducción. Tomando en cuenta, el creciente cambio climático actual, donde las temperaturas cada vez son más altas es importante tomar en cuenta la calidad y bienestar de animales como el que representan una gran importancia para muchos productores, además de ser una principal fuente de alimento. Comprendiéndose finalmente que, los bovinos lecheros en Uruguay podrán expresar todo su potencial productivo cuando sus necesidades estén satisfechas. Además de cubrir sus necesidades nutritivas, proporcionándoles condiciones ambientales óptimas para que los procesos fisiológicos se desarrollen correctamente y permitan disminución de pérdidas a ganaderos.
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