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Nutrición y alimentacion de lechones en destete precozmente

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Nutrición y alimentación de lechones destetados precozmente
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Source: OAI
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3 authors:
Pedro Medel
INNOVABIOTICS, S.L.
48 PUBLICATIONS   1,598 CITATIONS   
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Gonzalo G Mateos
Universidad Politécnica de Madrid
256 PUBLICATIONS   8,761 CITATIONS   
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Maria Angeles Latorre Gorriz
University of Zaragoza-Veterinary Faculty
120 PUBLICATIONS   1,965 CITATIONS   
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XV Curso de Especialización
AVANCES EN NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ANIMAL
NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN DE LECHONES
DESTETADOS PRECOZMENTE
P. Medel, Mª A. Latorre y G.G. Mateos
Departamento de Producción Animal. Universidad Politécnica de Madrid
1.- INTRODUCCIÓN
España es el cuarto productor de carne de porcino a nivel mundial, y el segundo a nivel
europeo. En 1998 el censo de reproductoras es de 2,3 millones y se sacrificaron 32,5 millones
de cerdos. La producción de carne fue de 2,62 millones de toneladas, y para 1999 la previsión
es de 2,73 millones de toneladas. El sector porcino supone el 30% del Producto Final
Ganadero y el 13% del Producto Final Agrario, lo que sitúa al sector como el más importante
dentro de la producción ganadera. Sin embargo, los parámetros productivos españoles no son
óptimos, hecho que podría deberse en parte a la población de cerdas ibéricas, y al alto número
de explotaciones pequeñas con una baja productividad en las zonas cerealistas. La tendencia
general es a aumentar la producción en base a unidades de producción más grandes y
sofisticadas en detrimento de las explotaciones de tipo familiar. Un cambio en las estructuras
de producción supone modificaciones en la edad de destete, las instalaciones, el nivel de
exposición a enfermedades y el manejo, lo que influye en el programa alimenticio de los
lechones.
En la práctica se suministran de dos a cuatro piensos diferentes en los programas de
alimentación del lechón. En el presente artículo se denominará a los piensos suministrados desde
el destete a la entrada en cebo a 20-22 kg (fase de transición) de la siguiente forma: iniciación,
pienso suministrado con la madre; fase I, pienso post-destete; fase II, pienso hasta 9-11 kg; fase
III, pienso hasta 20 kg. En ocasiones sólo se utilizan tres piensos, bien dando el de fase I durante
la lactación, o bien haciendo un pienso intermedio entre las fases I y II (fase I/II), como se
describe en la figura 1.
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AVANCES EN NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ANIMAL
Figura 1.- Terminología de los piensos de iniciación (destete a 21 d)
Tipo de Semanas de vida
Programa 1 2 3 4 5 6 7 8 9
4 piensos Iniciación Fase I Fase II Fase III
3 piensos Fase I Fase II Fase III
3 piensos Iniciación Fase I/II Fase III
Un nuevo reto impuesto a la producción porcina es la reciente prohibición del uso de
promotores de crecimiento, que afecta a los lechones hasta 20 kg en los siguientes aspectos:
• Precisa de un diseño más cuidadoso de los piensos.
• El manejo, y especialmente la sanidad, van a aumentar su importancia
precisándose de una higiene más adecuada.
• Existe incertidumbre si esta medida disminuirá o no el uso total de antibióticos en
los piensos. Probablemente, el uso global de antibióticos como terapéutico
aumente en una primera fase para irse reduciendo de forma paulatina según los
ganaderos ajusten el manejo a las nuevas condiciones de producción (Tronstad,
1998).
• Incremento de la oferta de productos alternativos de carácter no antibiótico por
parte de la industria, lo que va a crear cierta confusión en el productor.
Otro factor a considerar es el manejo y la alimentación de la cerda en lactación, ya que el
peso inicial de la camada tiene una repercusión notable en los parámetros productivos de la fase
de transición (Mahan y Lepine, 1991). Este hecho tendrá más importancia en el futuro, ya que
con la disminución del uso de promotores en el pienso, la edad de destete se retrasará y el
manejo de la alimentación de las madres será clave tanto para los rendimientos de la camada,
como para la productividad en ciclos subsiguientes.
2.- CONDICIONANTES FISIOLÓGICOS DE LOS DESTETES PRECOCES
El objetivo principal del destete es lograr un paso suave y rápido de una dieta líquida
láctea a una dieta sólida basada en cereales y proteínas de origen animal y vegetal. La leche de
cerda es extraordinariamente rica en grasa, muy digestible por su contenido en ácidos grasos de
cadena corta, lactosa y proteína con un óptimo perfil aminoacídico (cuadro 1).
2.1. Regulación térmica y necesidades energéticas
El lechón aldestete no dispone de un mecanismo eficaz para su termorregulación, debido
al escaso espesor de su tejido adiposo subcutáneo, la delgadez de su piel y la escasez de pelos
(ITP, 1992). Este hecho, junto lo limitado de la ingesta en los primeros días post-destete con
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relación a sus altas necesidades basales, provoca un déficit energético que debe corregirse
mediante el manejo y el suministro de un pienso palatable rico en nutrientes asimilables.
2.2. Capacidad de ingestión
La capacidad de ingestión es muy limitada en los primeros días post-destete, siendo
frecuente la pérdida de peso en este período. El factor clave que limita la capacidad de ingesta es
la digestibilidad del pienso (Tolplis y Tibble, 1995; cuadro 2). Estrategias que contribuyan a
aumentar el consumo tales como la utilización de aromas, edulcorantes y otros aditivos, de
eficacia cuestionada en algunos trabajos (McLaughlin et al., 1983) y demostrada en otros
(Danielsen 1991), debe ser valorada.
Cuadro 1.- Composición de la leche de cerda 1,2 (Partridge y Gill, 1993)
Nutriente %
Proteína bruta
 Lisina
 Metionina + Cistina
 Treonina
 Triptófano
29,0
2,2
0,95
1,20
0,38
Lípidos 39,3
Lactosa 27,2
Cenizas
Calcio
Fósforo
Sodio
Potasio
4,6
1,10
0,80
0,25
0,42
1 A 3 semanas de lactación. 2 En porcentaje de materia seca (19,4%).
Cuadro 2.- Efecto de la digestibilidad del pienso sobre el consumo de lechones de 10 kg de peso
vivo (Tolplis y Tibble, 1995)
Digestibilidad de la dieta, % Consumo medio diario, g
85 870
80 650
75 520
2.3.- Capacidad de acidificación
La capacidad de los lechones de producir HCl en el estómago es limitada (Easter, 1988).
Durante la lactación, la falta de acidez se suple con la producción de ácido láctico a partir de la
fermentación de la lactosa por la acción de los lactobacilos. Al destete, el suministro de lactosa
disminuye y la capacidad tampón de los contenidos del digestivo aumenta. Como consecuencia
sube el pH lo que provoca una digestión ineficiente de la proteína (Easter, 1988), y una llegada
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masiva de patógenos al intestino delgado, al carecer el animal de la barrera ácida protectora
(Mayes, 1990). Por tanto, la inclusión de acidificantes mejora el rendimiento de los animales,
especialmente en dietas basadas en proteína vegetal y con escaso contenido en proteína láctea.
Es recomendable restringir las materias primas de alta capacidad tampón del pienso como el
carbonato cálcico y la proteína (Bolduan et al., 1988). Se recomiendan cantidades inferiores al
0,80-0,85% de Ca para este tipo de dietas, niveles suficientes para el proceso de mineralización
(Mahan, 1982) y que no afecten negativamente a los rendimientos (Hardy, 1992; cuadro 3).
Cuadro 3.- Efecto del nivel de Ca en el rendimiento de lechones destetados precozmente
(Hardy, 1992).
Nivel de Ca, % Crecimiento, g/d Consumo, g/d Ind. Conversión, g/g
0,58 640 860 1,34
0,80 640 910 1,44
1,01 600 860 1,44
1,38 550 860 1,58
2.4.- Desarrollo del sistema enzimático
Durante la lactancia, el sistema enzimático del lechón está adaptado para digerir los
nutrientes de la leche, y la absorción de proteínas lácteas, lactosa y lípidos de cadena corta es
muy elevada. Sin embargo, hasta los 21-28 d de edad su sistema digestivo no produce
cantidades apreciables de lipasas, amilasas y otros enzimas que degradan los nutrientes
contenidos en materias primas de origen vegetal (Cunningham, 1959). El desarrollo no es
completo hasta las 8 semanas (Kidder y Manners, 1980; Jensen et al., 1997; cuadro 4).
Cuadro 4.- Influencia de la edad del lechón en la actividad enzimática1 (Jensen et al., 1997)
Edad (d) Tripsina Quimiotripsina Amilasa
 3 14,6 0,9 2.076
 7 22,0 3,5 14.666
14 33,8 4,9 21.916
21 32,1 7,0 26.165
28* 55,6 9,5 65.051
35 42,1 3,9 24.730
56 515,0 14,3 182.106
1 µmoles sustrato hidrolizado/min
* Lechones destetados a 28 d.
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Además, la producción de enzimas sufre un bajón brusco en el momento del destete
(Owsley et al., 1986; Lindemann et al., 1986; Jensen et al., 1997). Esta reducción junto a la
pérdida del contenido proteico de la mucosa podría ser debida al estrés que supone el destete
en sí (Kelly et al., 1991), o a la disminución del aporte de sustrato tras el destete (Makkink et
al., 1994a, b).
2.5.- Reducción en la capacidad de absorción de nutrientes
Previo al destete, los villi intestinales son largos, bien estructurados, y muy eficientes en la
absorción de nutrientes. Sin embargo, en el momento del destete, su longitud se reduce casi a la
mitad y aumenta la profundidad de las criptas (Hampson, 1986; Miller et al., 1986; Kelly et al.,
1991; Pluske et al., 1991). El área de absorción del intestino delgado se reduce y aparece una
mayor proporción de enterocitos inmaduros en los extremos de los villi. Las dietas para lechones
deben ser de alta digestibilidad para evitar la llegada de un exceso de sustrato fermentable al
intestino grueso y deben ir exentas de sustancias que puedan agravar este hecho (tales como
glicina o β-conglicinina contenidas en la harina de soja).
2.6. Sistema inmunológico y su impacto en los requerimientos nutricionales
El lechón recién nacido depende de la inmunidad pasiva suministrada por la madre. Al
nacer, el animal recibe inmunoglobulinas (Ig’s) a través del calostro que son capaces de
atravesar la pared intestinal durante las primeras horas de vida, pero su importancia disminuye
con el tiempo. Posteriormente el animal recibe leche materna, que baña las paredes intestinales y
proporciona cierta inmunidad local a través de la IgA (Pérez y Calvo, 1995, Horton, 1995). El
lechón no es capaz de producir su propia actividad inmunológica en cantidades adecuadas hasta
al menos 28-30 días de edad. Por tanto, cualquier estrés, bien digestivo, de manejo o combinado,
va a afectar al lechón en momentos críticos desde un punto de vista inmunológico.
La exposición a antígenos activa el sistema de defensa que intenta neutralizarlos antes de
que supongan un peligro para la vida del lechón. La activación del sistema inmune (SI) afecta a
los procesos metabólicos y al crecimiento al menos de tres formas diferentes: i) interacción con
el sistema nervioso central (eje hipotálamo-hipófisis); ii) interacción con el sistema endocrino,
mediante la liberación de corticoesteroides y tiroxina y iii) liberación de citoquinas (péptidos
inmunoreguladores) por los leucocitos (Klasing et al., 1991). La activación del SI vía citoquinas
produce hiperlipidemia y aumenta el catabolismo proteico. Estos aminoácidos de origen
muscular son utilizados para la síntesis de proteínas de fase aguda, para la gluconeogénesis y
para la síntesis de células T y B del SI e inmunoglobulinas. La activación del SI disminuye el
crecimiento y empeora el índice de conversión en lechones, por lo que debe ser tenido en cuenta
a la hora de diseñar los programas de alimentación (Sthaly, 1996). La baja activación del SI
implica mayores requerimientos de aminoácidos para una mayor deposición de tejido magro.
Williams et al. (1997), observaron una mayor respuesta en productividad al nivel de lisina, en
lechones con baja activación del SI (cuadro 5). Sthaly (1996) y Maxwell y Sohn (1999),
recomiendan niveles de lisina de hasta 1,6-1,9% en lechones de alto potencial de crecimiento en
buenas condiciones sanitarias.
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Cuadro 5. Efecto del sistema de destete y del nivel de lisina sobre el rendimiento de lechones de
6-27 kg (Williams et al., 1997).
Crecimiento, g/d Consumo, g/d I. conversión, g/g
Lisina, % Convencional 1 DPM 2 Convencional DPM Convencional DMP
0,60 357 400 889 896 2,53 2,24
0,90 495 556 954 1025 1,91 1,84
1,20 510 644 889 1052 1,72 1,63
1,50 504 663 911 1002 1,77 1,51
1Destete a 19 d. Contacto con cerdos de mayoredad.
2Destete precoz medicado a 12 d y dieta a base de lácteos hasta 19 d.
2.7. Influencia de la edad al destete
Destetes a 28-35 d permiten al lechón afrontar el destete con una fisiología más
desarrollada, pero aumenta la posibilidad de transmisión vertical de enfermedades. Sin embargo,
factores relacionados con la productividad de la reproductora y con un mejor aprovechamiento
de las salas de maternidad han potenciado el destete a 21 d. El riesgo de transmisión vertical de
enfermedades se reduce al disminuir la edad al destete (Harris, 1993; Fangman et al., 1997;
cuadro 6), pero no todos los lechones presentan los mismos niveles de inmunidad a una edad
dada, y algunos de ellos pueden ser infectados previo al destete. Además, Pijoan (1995) señala
que la práctica de destetes precoces a fin de eludir el contagio de ciertas enfermedades puede
exacerbar otras. Por otro lado, la prohibición del uso de promotores antimicrobianos está
afectando a la edad de destete: en granjas comerciales, la evolución lógica será hacia un retraso
en la edad al destete. En condiciones de sanidad muy elevadas y gran valor de los animales (p.e.
venta de genética) podría ser recomendable destetes a 15-18 d, aunque de momento la
legislación no permite dicha práctica.
Cuadro 6. Edades de destete (d) recomendadas para la eliminación de diversos patógenos
(Harris, 1993).
Actinobacillus pleuropneumoniae < 21 d
Mycoplasma hyopneumoniae < 10 d
Pasteurella multocida < 10 d
Haemophilus parasuis <14 d
Virus del PRRS < 10 d
Salmonella cholerasuis < 12 d
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3. ALIMENTACIÓN DE LECHONES DESTETADOS PRECOZMENTE: MATERIAS
PRIMAS
3.1. Cereales
Los cereales constituyen entre un 45 y un 55% de las dietas de lechones, lo que supone
alrededor del 60% de la energía que consumen (Partridge y Gill, 1993). Además, los cereales
aportan cantidades importantes de proteína, fibra y en el caso del maíz y la avena, grasa.
3.1.1. Tipo de cereal y procesado térmico
El cereal tradicional en dietas de destete, especialmente en las de iniciación, ha sido el
maíz y en un segundo término el trigo, probablemente debido a su bajo contenido en fibra,
obteniéndose resultados similares con ambos cereales (De Rodas et al., 1997). Sin embargo, en
los últimos años se han desarrollado nuevas teorías sobre el papel de la fibra en el tránsito
intestinal, y de los posibles efectos beneficiosos de la fibra neutro detergente sobre el confort
intestinal y la productividad. Goodband y Hines (1988) obtuvieron iguales rendimientos con
niveles crecientes de cebada (0-40%) en relación a una dieta basada en sorgo. Asimismo, Medel
et al. (1999a) obtuvieron resultados productivos similares con dietas basadas en cebada y en
maíz, especialmente cuando la cebada estaba tratada térmicamente, a pesar de que la
digestibildad fue mayor con las dietas basadas en maíz (cuadro 7). Por tanto, la inclusión de
cebada o avena podría mejorar el funcionamiento del digestivo y los rendimientos productivos.
Por otro lado, la inclusión de cebada lleva implícito un aumento en la fibra de la dieta y del nivel
de grasa añadida para mantener el nivel energético.
Un cereal de interés es la avena, bien entera, desnuda o decorticada. Landblom y Poland
(1997) y Whitney et al. (1997), encontraron una mejoría en los resultados productivos al sustituir
maíz por avena desnuda en dietas de destete precoz (cuadro 8). Los resultados productivos
obtenidos por diversos autores con granos de avena entera son excelentes. Rantanen et al.
(1995a) obtuvieron resultados similares con avena entera, avena decorticada y maíz, y Richert et
al. (1996) observaron una mejora en la conversión del alimento al incrementar el porcentaje de
avena de 17,5 a 35% a expensas del en los primeros 14 d post-destete.
En un ensayo reciente coordinado por nuestro Departamento (Medel et al., datos no
publicados) se compararon diferentes cereales (cebada, maíz, avena y avena decorticada)
crudos o cocidos-laminados en dietas para lechones entre 26 y 38 d de vida (cuadro 9). Los
resultados indican un claro efecto positivo del tratamiento térmico en todos los cereales sobre
los rendicmientos, y la idoneidad de la avena como cereal base ppara este tipo de dietas. Los
excelentes resultados obtenidos con la avena podrían estar relacionados con su elevada
palatabilidad, o bien con el efecto positivo de la fibra sobre la fisiología digestiva.
El procesado térmico de los cereales mejora la digestibilidad, posiblemente por su efecto
beneficioso sobre la gelatinización del almidón, la textura y la palatabilidad del pienso. A efectos
prácticos, la industria utiliza los siguientes tratamientos térmicos:
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AVANCES EN NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ANIMAL
Cuadro 7. Efecto del procesado térmico de la cebada y del maíz sobre la ganancia media diaria
(GMD), consumo medio diario (CMD) e índice de conversión (IC) en dietas para lechones
destetados precozmente1,2 (Medel et al., 1999).
0-14 d 14-25 d
GMD, g/d CMD, g/d IC, g/g GMD, g/d CMD, g/d IC, g/g
Cebada
 Cruda 272 348 1,30 564 709 1,26
 Extrusionada 314 338 1,10 592 730 1,23
 Micronizada 305 354 1,17 596 670 1,13
Maíz
 Crudo 285 332 1,16 526 672 1,28
 Extrusionado 289 349 1,20 584 675 1,14
 Micronizado 256 304 1,19 588 721 1,24
1Lechones destetados a 23 d. 2Dietas isoenergéticas con 50 % de cereal.
Cuadro 8. Efecto de la sustitución de maíz por avena decorticada en dietas para lechones
desetados a 14 d. (Whitney et al., 1997).
% Sustitución de maíz por avena decorticada
Días post-destete 0 25 50 75 100
0-10 d
Crecimiento, g/d 100 127 109 132 136
I. Conversión, g/g 1,32 1,30 1,25 1,21 1,15
10-21 d
Crecimiento, g/d 232 255 214 259 232
I. Conversión, g/g 1,41 1,48 1,60 1,43 1,55
Cuadro 9. Efecto del procesado y del tipo de cereal sobre el rendimiento de lechones entre
(Medel et al., datos no publicados)1,2.
Crecimiento, g/d Consumo, g/d I. conversión, g/g
Avena 316 448 1,42
Avena cocida-laminada 315 427 1,36
Avena decorticada 273 425 1,55
Avena decorticada cocida-laminada 317 449 1,42
Cebada 262 438 1,68
Cebada cocida-laminada 294 426 1,45
Maíz 280 420 1,50
Maíz cocido-laminado 324 472 1,46
126 a 48 d de vida. Destete a 21 d de vida.
2Dietas basadas en 25, 40, 53 y 50% de avena, avena decorticada, cebada y maíz, respectivamente.
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AVANCES EN NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ANIMAL
• Extrusión húmeda: tras un acondicionado previo, el cereal pasa por un cuerpo soporte
cilíndrico en cuyo interior hay uno o dos tornillos sinfín que homogeinizan,
transportan, mezclan y ejercen una alta presión sobre el cereal. Durante el proceso se
añade agua y se produce una alta fricción, alcanzándose presiones en torno a 30 atm y
temperaturas de hasta 150 ºC. Al final del proceso el cereal sale a presión a través de
una matriz perforada.
• Micronización: el cereal se macera en agua durante 24 h y posteriormente pasa por un
transportador sobre el que se proyecta energía en forma de rayos infrarrojos, que lo
calienta hasta 70-80°C. Posteriormente pasa entre dos rodillos acanalados o lisos
(laminado) que fijan el proceso de gelatinización, tras lo cual el material es secado.
• Cocido-laminado: el cereal se cuece en reactores durante 40-60 min a temperaturas de
entre 90 y 100°C (condiciones variables entre plantas) tras lo cual se lamina y seca.
• Expansión: es un proceso similar a la extrusión húmeda, pero más suave con menor
presión, temperatura, y tiempo de procesado (5-8 s). El proceso de salida está regulado
por un tornillo de presión y no por una matriz perforada.
Los efectos del procesado de cereales sobre la productividad del lechón son muy variables.
En general mejora el índice de conversión y el crecimiento (en torno a 4-10%) y la digestibilidad
de los nutrientes en torno a un 4%. Aunque algunos autores no observaron mejoras de los
rendimientos (Vestergaard et al., 1990; Hongtrakul et al., 1998). El efecto del procesado es en
general superiorpara la cebada que para el maíz (Aumaitre, 1976; Medel et al., 1999; cuadro 6).
La tasa de gelatinización del almidón no parece guardar relación alguna con la mejora de los
resultados, a pesar de los resultados obtenidos in vitro. Este hecho podría estar asociado a un
posible sobreprocesado térmico de los cereales, lo que conllevaría a la formación de complejos
indigestibles tales como almidón retrogradado. En la práctica y en función de la edad de destete,
se recomienda utilizar mezclas de cereales cocidos con un pequeño porcentaje de cereales crudos
(como estímulo de la producción enzimática endógena en fases posteriores). La relación entre
cereales tratados y crudos debe disminuir con la edad. No existen datos suficientes que nos
permitan aconsejar uno u otro tipo de procesado, siendo el costo y la disponibilidad factores
importantes a considerar.
3.1.2. Tamaño de partícula
Existe cierta controversia sobre el efecto del tamaño de partícula del cereal sobre la
productividad en porcino. Un tamaño de partícula reducido mejora la calidad del gránulo y la
digestibilidad de los cereales aumentando la superficie de contacto y facilitando el ataque
enzimático (Wu y Fuller, 1974; Goodband y Hines, 1988). Sin embargo, una finura excesiva
lleva implícito un mayor costo energético de molturación (Wondra et al., 1995) y puede
provocar úlceras gástricas tanto en cerdos en crecimiento-cebo (Hedde et al., 1985; Hale y
Thompson, 1986; Ayles et al., 1996) como en lechones (Lawrence et al., 1998). Dentro del
rango práctico de molienda utilizado por la industria, las ventajas asociadas a un descenso de
partícula no son tan evidentes. Medel et al. (datos no publicados) no encontraron diferencias en
rendimiento o en digestibilidad de los nutrientes al comparar dietas basadas en un 50% de
cebada molida a 2,5 ó a 4 mm (cuadro 10).
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XV Curso de Especialización
AVANCES EN NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ANIMAL
Cuadro 10. Efecto del grado de molienda de la cebada (matriz de 2,5 vs 4,0 mm) en dietas para
lechones destetados precozmente (Medel et al., datos no publicados).
0-14 d 14-28 d
Crecimiento
g/d
Consumo
g/d
I. conversión
g/g
Crecimiento
G/d
Consumo
g/d
I. conversión
g/g
4,0 mm 208 208 1,00 484 684 1,42
2,5 mm 204 210 1,04 470 671 1,43
Una reducción del tamaño de molienda afecta al tamaño de la fibra, y por tanto al tránsito
digestivo y a la productividad, como recientemente ha sido observado en conejos (García et al.,
1999). Por otro lado, en el caso de granular el pienso se hace necesario una molienda fina para
conseguir una calidad óptima, especialmente cuando el tamaño de gránulo sea pequeño. Por
tanto, en piensos en harina el grado de molienda (dentro de un rango comercial entre 2 y 4 mm),
no tiene un gran impacto en los rendimientos, pero en piensos granulados se recomienda utilizar
parrillas de un diámetro comprendido entre 2 y 2,5 mm.
3.1.3. Enzimas exógenas
El aumento de la viscosidad intestinal asociado a los β-glucanos y xilanos contenidos en
los cereales blancos sobre la digestión no tiene un efecto tan negativo en porcino como en las
aves. Sin embargo, y dada la reducida capacidad enzimática del lechón después del destete, es
razonable pensar que las enzimas exógenas puedan tener un efecto positivo sobre los
rendimientos. Los datos encontrados en la bibliografía son contradictorios (cuadro 11).
Mientras que diversos trabajos, han observado mejoras debido al uso de ezimas en
crecimiento, eficacia alimentaria o digestibilidad, otros trabajos (Officer, 1995) no observaron
respuesta positiva alguna.
Otro factor clave a considerar es el tipo de enzima en relación con el substrato, y la edad
de suministro. Los complejos enzimáticos ricos en amilasa, podrían tener un mayor sentido en
primeras edades, y las que degradan la fibra soluble, en edades posteriores (cuadros 12 y 13).
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XV Curso de Especialización
AVANCES EN NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ANIMAL
Cuadro 11. Efecto de la inclusión de complejos enzimáticos en dietas para lechones (Modificado
Officer, 1995)
Referencia Enzima Dieta Resultados respecto al control
Bohme (1990) Celulasa/β-glucanasa/
amilasa/glucoamilasa
1. Cebada
2. a) Cebada/trigo
2. b) Cebada/
trigo/maíz
1. Sin efecto en GMD o IC
2. a) +10 % IC, Menor incidencia de
diarreas
b) +15 % IC, Menor incidencia de diarreas
Inborr y Graham
(1991)
1. Pentosanasa
2. β-glucanasa
1. Centeno
2. Cebada
1. Sin efecto en GMD, IC
2. +17 % GMD, sin efecto en CMD
Inborr y Graham
(1991)
β-glucanasa/celulasa/
xilanasa/amilasa
Trigo/cebada Digestibilidad fecal: +4 % CDPB, cenizas y
CDMO después de dos semanas con la
dieta, +4 % retención nitrogenada después
de 6 semanas
Mellange et al.
(1992)
1. Xilanasa/amilasa/pectinasa
2. β-glucanasa/xilanasa
/pectinasa
3. β-glucanasa/amilasa
/pectinasa
1. Trigo
2. Cebada
3. Cebada/pulpa
remolacha
1,2: -3-9 %CDFND, -6-7 %CDEE
1,2,3: Sin efecto en GMD y CMD, + 4 %
IC
Bedford et al.
(1992)
1. Xilanasa
2. β-glucanasa
1. Centeno
2. Cebada
1. Sin efecto en GMD, IC ó digestibilidad
2. +17 % GMD a 10 d, sin efecto en la
digestibilidad
McClean y
McCracken (1992)
1. Celulasa
2. Celulasa/pectinasa/xilanasa
Trigo 1, 2: Sin efecto en CDMS, CDPB, CDE
Thacker et al.
(1992)
β-glucanasa Cebada Sin efecto en GMD, CMD, CDMS, CDPB,
CDE
McClean et al.
(1993)
1. Amilasa/xilanasa/pectinasa
2. β-glucanasa/pectinasa
/celulasa/hemicelulasa
Trigo 1. +4 %, 5 % y +2 % CDMS, CDE, CDMO
ileal y fecal respectivamente
2. Sin efecto
Inborr et al. (1993) 1. β-glucanasa
2. Xilanasa/amilasa
Cebada/trigo 1, 2: Sin efecto en GMD o IC, +40 %
digestibilidad de β-glucanos
 +21-27 % CDNSP +3 % CDALM
Danielsen (1994) α-amilasa, xilanasa, β-
glucanasa y celulasa
Cebada + 5,8% GMD
Li et al. (1996) β-glucanasa 1. Cebada desnuda,
2. Trigo
1. Ileal: +11% CDMS, +10% CDMO,
+13% CDPB, +10% CDE, 2. Fecal: +2%
CDE
Jensen et la., 1998 β-glucanasa Cebada entera/desnuda +32% CDGLU solubles
GMD: Crecimiento, CMD: Consumo, IC: Índice de Conversión, CDMS: Coeficiente de digestibilidad de la
materia seca, CDPB: i.d. de la proteína bruta, CDEE: i.d. de la grasa, CDNSP, i.d. polisacáridos no amiláceos,
CDFND: i.d. fibra neutro detergente, CDE: i.d. energía. CDALM: i.d. almidón, CDGLU: i.d. β-glucanos
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AVANCES EN NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ANIMAL
Cuadro 12. Efecto de la adición de enzimas a dietas basadas en cebada cruda o cocida-laminada
sobre el crecimiento de lechones destetados a 21 d (Medel et al., datos no publicados).
Tratamiento 0-14 d 14-28 d
Cebada Enzima,
ppm
Crecimiento,
g/d
I. Conversión,
g/g
Crecimiento,
g/d
I. Conversión,
g/g
0 183 1,22 562 1,32
Cruda 6001 181 1,16 570 1,29
1.2002 189 1,19 587 1,29
0 201 1,10 549 1,35
Cocida-laminada 6001 222 1,06 589 1,29
1.2002 216 1,09 571 1,31
1Actividad: 1.860 U/kg de pienso de α-amilasas (EC 3.2.1.1.), 165 U/kg de pienso de Endo-β-
glucanasas (EC 3.2.1.6.), 240 U/kg de pienso de Endo-xilanasas (EC 3.2.1.8.)
2Actividad: 3.720 U/kg de pienso de α-amilasas (EC 3.2.1.1.), 330 U/kg de pienso de Endo-β-
glucanasas (EC 3.2.1.6.), 480 U/kg de pienso de Endo-xilanasas (EC 3.2.1.8.)
Cuadro 13. Efecto de la adición de enzimas a dietas basadas en trigo sobre la productividad de
lechones destetados a 21 d (Medel et al., 1999; datos no publicados).
0-20 d 20-35 d
Enzima Dosis Crecimiento,
g/d
Consumo,
g/d
I conversión,
g/g
Crecimiento,
g/d
Consumo,
g/d
I conversión,
g/g
- - 186 286 1.54 464ª 704 1.52b
A1 500 197 304 1.55 519b 704 1.37ª
B2 500 196 278 1.44 522b 753 1.44ab
1Dosis equivalente a 6.000, 2.500 y 7,5 U/kg de pienso de xilanasa, β-Glucanasa y pectinasa,
respectivamente.
2Dosis equivalente a 5.000 U/kg de pienso de xilanasa.
3.1.5. Fuentes noveles de carbohidratos
En la cuadro 14 se ofrece una revisión breve de los últimos años sobre fuentes
alternativas a los cereales en dietas para lechones. En general, se observan resultados positivos
con la inclusión de alimentos ricos en azúcares simples o tratados térmicamente.
3.2. Fuentes de proteína
Loslechones son especialmente sensibles a la cantidad y a la calidad de la proteína de la
dieta básicamente por cuatro razones:
• Los requerimientos con relación a la energía a estas edades son muy altos.
• El riesgo de procesos entéricos por la presencia en el intestino grueso de proteína sin
digerir es muy alto, por lo que la proteína debe ser de alta calidad y muy digestible
• La capacidad de ingestión del lechón es muy limitada, por lo que, para conseguir unas
buenas tasas de retención de proteína, son necesarias fuentes proteicas de
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AVANCES EN NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ANIMAL
palatabilidad adecuada con digestibilidades muy altas y bien balanceadas (proteína
ideal).
• Las fuentes proteicas deben estar exentas o contener bajas dosis de factores
antinutricionales (FAN), tales como antiproteasas, aminas biógenas o factores
alergénicos.
Las fuentes proteicas que cumplen estos requisitos son caras por lo que sólo son habituales
en las dietas de iniciación o de fase I. Sin embargo, cierta calidad de la proteína debe mantenerse
en fase II, ya que cuando se incluyen en la dieta el lechón la ingesta aumenta. En el cuadro 15 se
detalla el valor nutricional de las principales materias primas proteicas utilizadas en lechones
(FEDNA, 1999).
Cuadro 14. Nuevas fuentes de carbohidratos probados en lechones recientemente.
Referencia Materia Prima Conclusiones de los autores
Rantanen et al., 1995b Mandioca Similar al maíz
Rantanen et al., 1995b Harina de arroz Mejor índice de conversión que el maíz
Kerr et al., 1998a Almidón de patata
modificado
enzimáticamente
Iguales o mejores resultados al
reemplazar a lactosa o maíz,
respectivamente
Mavromichalis et al.,
1998
Sacarosa, Melaza Similares resultados que con lactosa
Senne et al., 1997 DDGS de sorgo Pueden incluirse hasta un 15% sin
descenso del rendimiento
Alle et al., 1999 Productos basados en
azúcares
Mejora lineal de los rendimientos hasta
un 15% de inclusión
Cromwell et al., 1999 Subproducto a base de
cereales cocidos
Rendimientos iguales o superiores a los
obtenidos con avena cocida-laminada
Rahnema y Borton, 1999 Subproducto de
freiduría de patatas
Sustituyó con éxito hasta un 20% de
maíz en la dieta
Risley y Bajjalieh, 1996;
De Camp et al., 1998;
O’Quinn et al., 1999
Maíz rico en aceite y/o
lisina
Resultados similares que con maíz más
su equivalente en aceite y lisina
3.2.1. Harina de pescado LT
Es una fuente rica en proteína (72%) de alta digestibilidad (>90%) y palatabilidad, por lo
que se considera de referencia en estas dietas. Se obtiene de pescado fresco convenientemente
procesado (<70°C) y conservado, por lo que el contenido en aminas biógenas (AB) es muy bajo.
Sin embargo, esta materia prima tiene como inconvenientes el precio actual y la
disponibilidad futura. Las cosechas actuales de pescado tienden a la baja, por una
sobreexplotación de los bancos de pesca. Además, es un componente clave en los piensos de
acuicultura, sector en crecimiento que absorberá un elevado porcentaje de la producción en el
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AVANCES EN NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ANIMAL
futuro. Por otro lado, la diversidad de productos en el mercado etiquetados como LT, con
calidad y precio muy variables, y la dificultad en el control de calidad, supone un reto a la
hora de adquirir una harina de pescado LT con la calidad adecuada.
Cuadro 15. Principales fuentes proteicas utilizadas en piensos para lechones (FEDNA, 1999).
Hª pescado LT Plasma animal Haba soja extrusionada
ED3, kcal/kg 4.200 3.950 4.200
EN3, kcal/kg 2.370 2.250 3.100
Valor, % CD2, % I.R.1 Valor, % CD, % I.R. Valor, % CD, % I.R.
Proteína 72,0 88 79,5 89 36,3 85
Lisina 7,77 88 100 8,70 91 100 6,50 85 100
Metionina 2,91 90 37,4 0,95 89 10,9 1,40 84 21,5
Met+Cis 3,78 86 48,6 3,98 90 45,7 2,90 80 44,6
Treonina 4,24 90 54,5 6,30 88 72,4 4,00 79 61,5
Triptófano 1,04 90 13,3 1,90 90 21,8 1,30 80 20,0
Concentrado soja Aislado de soja Hª de sangre
ED3, kcal/kg 3.750 4.800 3.400
EN3, kcal/kg 2.060 2.520 1.920
Valor, % CD, % I.R. Valor, % CD, % I.R. Valor, % CD, % I.R.
Proteína 67,0 88 87,0 93 86,3 85
Lisina 6,50 88 100 6,50 91 100 9,20 90 100
Metionina 1,40 89 21,5 1,40 93 21,5 1,18 86 12,8
Met+Cis 2,90 87 44,6 2,90 91 44,6 2,29 82 24,8
Treonina 4,00 88 61,5 4,00 90 61,5 4,17 85 45,3
Triptófano 1,30 87 20,0 1,30 89 20 1,22 86 13,2
1 Relativo al porcentaje de lisina (100%).
2Coeficiente de digestibilidad.
3ED : Energía digestible; EN : energía neta.
3.2.2. Derivados del haba de soja
3.2.2.1 Soja integral tratada térmicamente
Su uso, a niveles del 5 al 12% es frecuente en las dietas para lechones, en base a su
riqueza en proteína y en aceite, su adecuada palatabilidad y la buena textura que confiere al
pienso. Sin embargo, presenta ciertos inconvenientes como su contenido en oligosacáridos,
factores antitrípsicos y factores alergénicos tales como la glicinina y la β-conglicinina. Su uso
facilita incrementar el nivel energético del pienso con un menor nivel de grasa añadida, lo que
es positivo desde un punto de vista de tecnología de fabricación. Respecto al tipo de
procesado, las habas de soja que han sufrido un proceso de extrusión, o de cocción-expansión,
con rotura de las paredes celulares, y liberación del aceite contenido en las mismas son más
adecuadas que las que han recibido un procesado tipo tostado.
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AVANCES EN NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ANIMAL
3.2.2.2. Concentrados de soja
Los derivados del haba de soja contienen proteínas (glicinina y β-conglicinina) con
marcado carácter alergénico (Dreau et al., 1994; Lalles et al., 1995), e implican una reacción del
sistema inmunitario (Li et al., 1990a), con perturbación de la digestión y reducción de la ingesta
y de los crecimientos (Lalles, 1993; Dreau et al., 1994; Lalles y Toullec, 1996). Además, estos
derivados del haba de soja son ricos en oligosacáridos, que no son digeridos y pueden generar
problemas digestivos. En los últimos años, la industria ha desarrollado diversos sistemas de
procesamiento que eliminan o destruyen la actividad de estos factores antinutritivos
minimizando sus efectos (Li et al., 1991; Sohn et al., 1994; Toullec et al., 1994; Rooke et al.,
1996). En el cuadro 16 se muestra el efecto del procesado térmico de diversos productos de soja
sobre diversas proteínas y su relación con la productividad de lechones destetados a 21 d
(Friesen et al., 1993).
Estos concentrados, obtenidos mediante lavado con diversos alcoholes (O’Quinn et al.,
1997a) o por diversos procesos biotecnológicos eliminan los compuestos solubles, y
enriquecen la harina en proteína hasta niveles del 60-65%. En el mercado nacional existen
diversos productos de calidad aceptable y que compiten por precio con la harina de pescado
LT. Gracia et al. (1999), obtuvieron rendimientos similares en piensos de destete precoz al
sustituir la harina de pescado LT por un concentrado de harina de soja a niveles de hasta un
14% (cuadro 17). Esta materia prima debe ser una alternativa a la harina de pescado LT y no
al plasma animal, ya que en este caso los resultados productivos son inferiores (Angulo y
Cubiló, 1998).
Cuadro 16. Efecto de la inclusión de diferentes derivados de soja, productividad de lechones
destetados precozmente (Friesen et al., 1993).
0-14 d 14-35 d Inhibidor Glicinina ββββ- conglicinina
Base proteica GMD
1
g
CMD
2
g
IC3
g/g
GMD
g
CMD
g
IC
g/g
tripspina,
mg/g
log2 log2
Leche 284 298 1,05 494 809 1,64 - - -
Haba soja 61 189 3,10 448 663 1,48 26,9 10 9
Haba soja extr. 227 268 1,18 473 779 1,65 0,4 0 0
Harina soja 69 195 2,83 447 668 1,49 31,6 10 10
Harina soja extr. 198 263 1,32 508 790 1,56 0,4 0 0
Concent. soja 199 244 1,23 479 734 1,53 0,8 5 5
Concent soja extr. 211 250 1,18 454 423 1,58 0,4 0 0
1GMD: ganancia media diaria; 2CMD: consumo medio diario; 3IC: índice de conversión.
Cuadro 17. Efecto de la sustitución de harina de pescado LT por concentrado de soja en
lechones destetados precozmente1 de 0-14 d post-destete(Gracia et al, 1999)
Harina pescado LT, % 11,5 8,0 4,0
Concentrado de soja, % 4,0 9,0 14,0
Ganancia media, g/d 188 191 192
Consumo medio, g/d 147 143 160
Indice de transformación, g/g 0,80 0,74 0,91
118 d de vida.
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3.2.3. Plasma animal
El plasma animal secado por spray (SDAP) ha sido la materia prima con un mayor
impacto en la alimentación de lechones de los últimos años. Su inclusión en las dietas de Fase
I es incuestionable y su uso ha crecido de forma espectacular (Gatnau et al., 1993; Tokach et
al., 1994). No se sabe exactamente su modo de acción (Gatnau et al., 1995; Rodas et al., 1995)
aunque probablemente esté relacionado, al menos en parte, con el suministro de inmunidad a
través de las inmunoglobulinas activas que contienen (Gatnau et al., 1989). Weaver et al.
(1995) en un resúmen de 35 trabajos estimaron que la inclusión de SDAP supuso un
incremento del 39% en el crecimiento, del 32% en el consumo y del 5,4% en la conversión del
alimento en la fase post-destete. Asimismo, Gatnau et al. (1995) señalan en un resumen de 23
pruebas que la inclusión de SDAP mejoraba el crecimiento y el consumo en un 40 y un 29%,
respectivamente. En cualquier caso, su inclusión viene limitado por su alto costo (puede
incrementar el precio del pienso entre 15-25 ptas/kg) y su eficacia dependerá de la edad de
destete, del estado sanitario de los animales, del tiempo de aplicación y de la composición de
la dieta.
3.2.3.1. Origen del plasma y modo de acción
Russell (1994) no observó diferencias entre las diferentes fuentes de plasma en función
de su origen, pero Rantanen et al. (1994) y Smith et al. (1995a), encontraron que la inclusión
de plasma de origen porcino mejoraba los rendimientos que el plasma de origen vacuno
(figura 2). A efectos prácticos las casas comerciales no ofrecen productos diferenciados según
origen, y los resultados obtenidos con diferentes fuentes comerciales son similares (Medel et
al., 1999b; cuadro 18).
Figura 2. Efecto del tipo de plasma : porcino (SDPP) vs vacuno (SDBP) en el crecimiento de
lechones (Smith et al., 1995)1.
1Destete (15 d, 4,3 kg). Dieta experimental de 0-14 d y común de 14-28 d post destete.
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191
272
209
281
232
295
0
50
100
150
200
250
300
350
0-14 0-28
Días post-destete
C
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ci
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ie
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�����
����� Control
������
������ SDBP
�������
������� SDPP
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Cuadro 18. Efecto de la adición de dos tipos de SDAP a dietas basadas en suero lácteo o en
caseína más lactosa sobre la productividad de lechones destetados a 21 d (Medel et al., 1999).
0-10 d 0-20 d
F. láctea SDAP4 GMD1, g CMD2, g IC3, g/g GMD, g CMD, g IT, g/g
Suero - 135 154 1,16 300 346 1,16
A 202 218 1,10 365 394 1,08
B 191 197 1,06 352 405 1,15
Caseína - 172 169 1,01 323 345 1,08
+ A 169 171 1,03 334 361 1,08
lactosa B 186 179 0,99 332 354 1,07
1GMD: ganancia media diaria; 2CMD: consumo medio diario; 3IC: índice de conversión. 4Plasma
animal
Existe cierta controversia sobre qué fracción del SDAP es responsable de la mejora de
los rendimientos observados. El plasma animal contiene entre un 82 y un 92 % de proteína de
alta calidad estando el resto de la materia seca constituida por cenizas y compuestos
fibrinosos. De estos componentes, los dos últimos no parecen tener ningún efecto biológico
(Rusell, 1994). A su vez, la fracción proteica se divide en una fracción de alto peso molecular,
compuesta principalmente por inmunoglobulinas (Ig), especialmente IgG; una fracción de
bajo peso molecular (LMW); y una fracción intermedia (albúmina, ALB). De estas fracciones,
la IgG y la ALB producen un efecto similar a la adición de plasma, aunque parece ser que la
IgG es la fracción más activa (Weaver et al., 1995; Owen et al., 1995; Pierce et al., 1995). Por
el contrario, la LMW no mejora los resultados productivos. La inclusión de IgG a un nivel
equivalente o inferior a un 8% de SDAP, de origen porcino (Pierce et al., 1995), o bovino
(Pierce et al., 1996), provoca una mejora similar. Dado que la fracción responsable parece ser
la IgG, el proceso de granulación podría tener efectos negativos sobre la calidad del SDAP.
Sin embargo, la aplicación de calor hasta 77 ºC, no parece afectar a las propiedades del
plasma comercial (Steidinger et al., 1999).
Por tanto, sigue sin conocerse a ciencia cierta el modo de acción del plasma. Además de su
posible efecto sobre la inmunidad y sobre el consumo de pienso (Gatnau et al., 1995), nuevos
mecanismos de ación están siendo investigados en los últimos años. Factores tales como el
efecto positivo del mismo en la conservación de las estructuras intestinales podrían explicar
parte de las mejoras obtenidas (Touchette et al., 1997). Touchette et al. (1999) observaron que la
suplementación con SDAP afectó a la respuesta hormonal (vía ACTH) a una infección con E.
coli, lo que podría indicar que el SDAP actúa a niveles diferentes del luminal. Otra posible
acción del plasma es su actividad contra la enterotoxemia inducida por E. coli. Deprez et al.
(1996) obtuvieron un descenso en el recuento de esta bacteria en las heces de cerdos
suplementados con SDAP tras una infección provocada. Estos autores justifican este descenso
en el conteo por la capacidad de glucoproteínas del plasma de actuar como núcleos de enlace
para las fimbrias de E. coli, lo que reduciría su adhesión con los enterocitos. Estos datos
coinciden con los obtenidos por Mouricout et al. (1990). Bosi et al. (1999), con dosis de plasma
del 25%, no observan descenso en el conteo fecal de E. coli tras una infección provocada, pero sí
una reducción de los síntomas clínicos de enterotoxemia.
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3.2.3.2. Interacción del SDAP con la exposición a antígenos y tiempo de administración
Los efectos positivos del SDAP son aditivos a los obtenidos con antibióticos (Coffey y
Cromwell, 1994a), indicando que los mecanismos de acción son diferentes. El hecho de que la
fracción de mayor actividad biológica del SDAP sea la de IgG, podría estar relacionada con
cierta actividad inmunológica a nivel luminal. De hecho, los efectos positivos del plasma son
más patentes en condiciones adversas demanejo, con una mayor respuesta productiva en
animales con mayor exposición a antígenos (Sthaly et al., 1995, figura 3).
Figura 3. Efecto de la adición de SDAP con diferentes niveles de exposición a antígenos (Sthaly
et al., 1995)1.
1Destete (19 d, 5,9 kg). Bajo nivel de antígenos con destete precoz medicado.
El nivel de inclusión y el tiempo de administración óptimo depende del manejo y de la
sanidad de los animales. Goodband et al. (1995) y Shurson et al. (1995) recomiendan entre un
5 y un 10% de SDAP en el caso de destetes muy precoces (a 7 ó 14 d) hasta un peso
aproximado del lechón de 5 kg, y entre un 2 y un 3% en el pienso de fase I hasta que el lechón
alcanza 7 kg. En el caso de destetar a los 21 d, estos autores recomiendan la inclusión de entre
5 y 8% hasta que el lechón alcanza 7 kg. Si la cantidad de pienso con SDAP suministrado por
lechón es muy pequeña, se abaratan los costes, pero los resultados no son los esperados (Stein
et al., 1996). Si es excesivo, encarece el precio y es antieconómico. En las condiciones
prácticas españolas, con destetes a 21 d, niveles del 4 al 5% con un consumo medio por
lechón de 2-3 kg, son adecuados. Si la edad de destete se retrasa a 28-35 d, la inclusión de
plasma parece tener menor interés. Sin embargo, a edades muy tempranas es una materia
prima de elección.
De 7-14 d post-destete, el SDAP mejora el crecimiento debido a un aumento en el
consumo. Sin embargo, no en todos los experimentos las diferencias a favor del SDAP se
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327
245
582 573
200
250
300
350
400
450
500
550
600
650
0-20 d post destete
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Baja exp. con SDAP
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Baja exp. sin SDAP
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mantienen al final del período experimental (28-35 d post destete), lo que podría deberse a un
crecimiento compensatorio de los animales controles, o a un descenso en el consumo tras
eliminar el plasma de la dieta (Touchette et al., 1998). Cuando se busca la satisfacción del
ganadero (venta libre, granjas individuales, animales de gran valor genético, etc), parece
recomendable la inclusión del SDAP para lograr un buen arranque. Si se busca mayor
rentabilidad, la inclusión del SDAP precisa de un estudio económico más detallado. Cuando
se usa de forma correcta en la fase I (aproximadamente 2 a 3 kg por lechón), la inclusión de
plasma supone un incremento de coste de entre 40 y 60 ptas/lechón. Esta cantidad no parece
excesiva en relación a su efecto productivo, pero cada empresa debe estudiar el interés de este
coste extra. La industria sigue desarrollando nuevos productos en base a la homogeinización
en el contenido en Ig, y aunque todavía existen pocos datos, parece que los productos
mejorados tienden a mantener de forma más acusada las diferencias positivas en fases
posteriores (Campbell et al., 1998a,b).
3.2.4. Harinas de sangre
Aunque los últimos acontecimientos vividos en Europa no les auguren un buen futuro,
estas materias primas son de gran utilidad en piensos para lechones. Las ventajas son su alto
contenido en proteína, su disponibilidad y buen precio en relación al SDAP, y su buen perfil
nutricional y digestibilidad. Sin embargo, presenta los siguientes problemas i) la calidad
depende mucho de la materia prima inicial y del tipo y condiciones del procesado recibido
(presión, temperatura y tiempo), ii) se precisa un estricto control de la calidad bacteriológica y
iii) transfieren color negrozco al pienso y las heces de los animales. Aunque estos detalles no
tienen la menor repercusión a nivel productivo, presenta dos graves incovenientes: a) el
ganadero busca color blanco en las dietas de lechones, que le recuerdan a la leche, por lo que
el color oscuro es rechazado, ya que lo asocia a un pienso de peor calidad y b) el color de las
heces puede enmascarar enfermedades cuya sintomatología incluye la aparición de sangre en
las mismas.
En el cuadro 19 se muestran los resultados de un ensayo realizado en nuestro
Departamento en el que una harina de sangre de alta calidad sustituyó con éxito al plasma
animal en los primeros 14 d post destete, y una harina de sangre estándar mostró rendimientos
similares a la harina de pescado LT entre 14 y 28 d post destete, aunque empeoró ligeramente
el índice de transformación.
Cuadro 19. Efecto de la sustitución de plasma animal y de harina de pescado LT por harina de
sangre de alta calidad o estándar, en dietas para lechones (Medel et al., 1999c).
0-14 d 14-28 d
SDAP:HSC1 HPLT:HSE1,2
5 :0 2,5 :2,5 0 :5 5 :0 0 :5
Crecimiento, g/d 233 241 237 495 485
Consumo, g/d 221 214 210 637 653
I. conversión, g/g1 0,94 0,88 0,90 1,29 1,35
1Harina de sangre de calidad (HSC) o estándar (HSE). Harina de pescado LT (HPLT) y plasma animal
(SDAP). 2HPLT vs HSE; P = 0,10.
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3.2.5. Harinas de carne
Los comentarios sobre las harinas de sangre son válidos para las harinas de carne,
exceptuando la cuestión de la coloración. El factor clave es seleccionar y controlar
periódicamente al proveedor. En este sentido, las nuevas harinas de carne de ave procesadas
convenientemente, son una materia prima de elevada calidad (Veum y Bollinger, 1995; Veum
et al., 1997; Haque y Veum, 1998) dando rendimientos productivos similares o ligeramente
inferiores a la HPLT o al SDAP en la fase I. En el cuadro 20 se muestran los resultados
obtenidos en nuestro Depatamento al sustituir HPLT por harina de carne de pollo de alta
calidad. Como se puede apreciar, es posible la sustitución sin perjuicio en la productividad.
Cuadro 20. Efecto de la sustitución de harina de pescado LT por harina de carne de ave en
dietas de lechones destetados a 21 d de edad (Medel et al., datos no publicados).
0-10 d post-destete 0-20 d post-destete
HPLT:HCA1 Crecimiento,
g/d
Consumo,
g/d
I. conversión,
g/g
Crecimiento,
g/d
Consumo,
g/d
I. conversión,
g/g
7,7 :0 187 187 1,03 340 378 1,12
0 :8,5 189 202 1,08 354 386 1,09
1Harina de pescado LT (HPLT) : harina de carne de ave (HCA)
3.2.6. Solubles de porcino secados por spray (SDPP)
Es un coproducto industrial rico en cadenas peptídicas y aminoácidos libres resultante
de la extracción de heparina a partir de subproductos seleccionados de matadero. La
presentación comercial varía en función de la utilización o no de otras materias primas como
excipiente (p.e. cascarilla de soja). Si el producto es puro, su riqueza en proteina y en cenizas
es del 60% del 25%, respectivamente. Si está excipientado, su composición es de un 30% en
proteína y de un 15% en cenizas. Las ventajas de su uso se relacionan con su contenido en
proteína, con alto contenido en péptidos y aminoácidos de elevada digestibilidad, y
probablementecon su buena palatabilidad. Zimmerman (1996), no observó mejora alguna de
los rendimientos al suplementar durante la fase post-destete (2 sem) con SDPS, pero sí en las
3 semanas siguientes cuando todos los animales recibían un pienso común. Koehler et al.
(1998) obtuvo unos resultados intermedios entre una dieta control y una dieta con 4% de
plasma animal al incluir 2,5% de SDPP durante las 2 semanas posteriores al destete.
Lindemann et al. (1998) obtuvieron mejoras lineales en crecimiento y conversión al sustituir
el plasma animal o harina de sangre secada por spray por SDPP. Asimismo, Carter et al.
(1999) obtuvieron resultados ligermente inferiores al sustituir SDAP y harina de pescado por
solubles de porcino o de pescado en dietas de fase I y II, respectivamente. Sin embargo,
Bregendahl et al. (1998) observaron que al incluir un 5% de SDPP en la dieta, hubo un
descenso claro en los rendimientos en relación a los animales que recibieron el plasma animal.
En la actualidad en España se comercializan solubles de origen nacional y americano
(altos y bajos en proteína, respectivamente). Su utilización futura dependerá de la relación
costo :beneficio, y en cualquier caso se precisan más datos experimentales en nuestras
condiciones de producción.
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3.2.7. Productos derivados de huevo
La harina de huevo entero spray (HHS) es un nuevo ingrediente para dietas de destete
precoz de lechones. Nessmith et al. (1995) obtuvieron resultados similares al sustituir SDAP
por HHS hasta niveles del 6%, pero los resultados empeoraron con porcentajes superiores
(cuadro 21). Asimismo han aparecido en el mercado otros productos de origen animal que
parecen transferir cierta inmunidad al lechón, tales como la harina de huevo rica en
anticuerpos (Yokohama et al., 1992; Erhard et al., 1996; Kim et al., 1996). El fundamento
consiste en exponer a las gallinas ponedoras a patógenos específicos para que generen sus
propios anticuerpos, que pasan directamente a la yema. Al igual que para la harina de huevo
spray, los resultados son preliminares y dado su alto coste se precisan más datos para
aconsejar o desaconsejar esta materia prima.
Cuadro 21. Efecto de la sustitución de plasma animal por harina de huevo entero spray de 0-14
d postdestete (Nessmith et al., 1995).
Plasma animal : harina de huevo spay, %
7 :0 5,25 :3 3,5 :6 1,75 :9 0 :12
Crecimiento, g/d 209 203 209 187 192
I. conversión, g/g 1,19 1,19 1,23 1,30 1,30
3.2.8. Otras fuentes de proteína
En el cuadro 22 se resume brevemente otras fuentes de proteína testadas recientemente
en piensos para lechones.
Cuadro 22. Otras fuentes proteicas para dietas para lechones.
Referencia Materia prima Conclusiones de los autores
Fan et al., 1995 Colza 00 Digestibilidad ileal de proteína y aminoácidos
similar a la soja integral extrusionada pero
inferior a la harina de soja.
Gipp y Swenson,
1996
Colza 00 La inclusión de hasta un 8% en dietas de fase I y
II es posible sin repercusión en la productividad.
Skiba et al., 1999 Colza 00 y harina de
colza
La colza debe ser molida por rodillos. La
eliminación de la fibra en la harina aumentó un
15% su valor energético.
Gdala et al., 1996 Lupinus luteus, albus y
augustifolius
La digestibilidad, retención proteica y
rendimiento fue similar entre L. luteus y L.
angustifolius y la dieta control (ha. de soja) y
peor con L. albus.
Grosjean et al., 1997 Guisante Su inclusión hasta un 40% de la dieta en cerdos
entre 8 y 25 kg es posible sin que afecte a los
rendimientos.
Smith et al., 1995b Proteína de patata No sustituyó con éxito ni a la harina de pescado
LT ni a la harina de sangre quizas por exceso de
saponinas.
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Kerr et al., 1998b Proteína de patata normal
y baja en alcaloides
La proteína de patata baja en alcaloides puede
sustituir con éxito una porción del plasma animal.
Kim y Kim, 1998 Gluten de trigo Igualó los resultados del plasma animal en los
primeros 14 d post-destete.
Burnham et al., 1995 Gluten de trigo Sustituyó con éxito hasta un 50% de plasma
animal (8% en la dieta control)
Dvorak et al., 1997 y
Woodgate et al., 1997
Proteína hidrolizada Sustituyó con éxito 75 ó 100% del al plasma
animal (6% en la dieta control)
Gamboa et al., 1997 Larvas de T. molitor Igualó a un 8% de plasma animal en la dieta.
3.3. Fuentes lácteas
La inclusión de productos lácteos en dietas para destete de lechones, ha sido
abundantemente estudiada (Tokach et al., 1989, 1995; Lepine et al.,1991; Mahan.,1993). Su
efecto beneficioso se debe tanto a su fracción hidrocarbonada (lactosa) como a su fracción
proteica. La lactosa es una fuente energética fácilmente digestible y muy palatable. Además,
es un sustrato específico para los lactobacilos, que pueden regular la flora intestinal y resultan
beneficiosos sobre para la digestión de la proteína al reducir el pH del estómago a través del
ácido láctico. La proteína láctea también juega un papel importante en las dietas de destete
precoz. La caseína facilita la formación de coágulos en el estómago, y aunque su improtancia
es mayor en terneros, podría jugar un papel importante en lechones. Medel et al. (1999)
obtuvieron las mismas tasas de crecimiento en lechones alimentados en base a lactoalbúminas
que en base a caseína más lactosa, pero los animales que consumían caseína mostraron
mejoría en el índice de transformación (cuadro 18 ). Esta observación podría estar relacionada
con la menor velocidad de vaciado del estómago (Aumaitre et al., 1996).
La fracción proteica contenida en el suero, es importante no sólo por su digestibilidad y
palatabilidad, sino también por su alto contenido en inmunoglobulinas. Giesting et al. (1985)
observaron una respuesta positiva a la inclusión de lactosa y caseína al sustituirlas por maíz
hidrolizado o por concentrado de soja, respectivamente. Tokach et al. (1989) obtuvieron
resultados similares al sustituir suero dulce por su equivalente en lactosa, lactoalbúmina o una
suma de ambas, concluyendo que ambas fracciones son claves (cuadro 23). Sin embargo,
Lepine et al. (1991), obtuvieron una respuesta lineal positiva al nivel de aminoácidos (1,1 a
1,5%) sólo en piensos que contenían suero dulce, concluyendo que la lactosa es el factor
limitante de los piensos de destete precoz. Mahan (1992) llega a la misma conclusión
utilizando dietas basadas en las distntas fracciones del suero dulce (cuadro 24). En un estudio
posterior (Mahan, 1993) sustituyó con éxito el suero dulce por una mezcla de gluten de maíz
(equivalente en proteína) más lactosa.
En las condiciones prácticas españolas (destetes a 21 d), niveles de entre 15 y 20% de
lactosa podrían ser suficientes (Medel et al., datos no publicados, cuadro 25). Si se realizan
destetes más tardíos, menores niveles de productos lácteos podrían ser suficientes para
optimizar los resultados.
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Cuadro 23. Efecto de la fracción proteica o hidrocarbonada del suero dulce sobre el
rendimiento y digestibilidad de lechones destetados precozmente (Tokach et al., 1989).
Dieta
Control 20%
suero dulce
14,4%
lactosa
2,1%
lactoalbúmina
14,4% lactosa
+ 2,1% lactoalbúmina
Crecimiento, g/d
 0-2 semanas 229 280 289 283 263
 0-5 semanas 369 423 405 408 411
I. conversión, g/g
 0-2 semanas 1,24 1,17 1,15 1,10 1,11
 0-5 semanas 1,52 1,46 1,49 1,42 1,44
Digestibilidad (%)
 Materia seca 86,8 88,7 88,1 87,9 88,5
 Proteína 83,2 85,2 84,2 85,3 85,8
 Energía 86,3 88,3 88,7 87,7 88,1
Cuadro 24. Eficacia del suero dulce y sus componentes (lactoalbúmina y lactosa) en el
rendimiento, digestibilidad de la proteína (CDPB) y balance nitrogenado en lechones de 0 a 3
semanas (Mahan,1992).
Dieta
Control Control +
suero dulce
Control +
lactoalbúmina
Control +
lactosa
Control + lactosa
+ lactoalbúmina
Crecimiento, g/d 210 233 208 251 243
Consumo, g/d 341 395 371 398 388
I. conversión,g/g 1,62 1,69 1,78 1,59 1,6
CDPB, % 81,7 83,4 - - 82,4
Retención nitrógeno, % 69,9 72,8 - - 73,6
Cuadro 25. Efecto de la inclusión de diferentes niveles de lactosa en dietas para lechones
destetados precozmente1 (Medel et al., datos no publicados).
0-2 sem. 2-4 sem.
Nivel lactosa Crecimiento, g/d Consumo, g/d Crecimiento, g/d Consumo, g/d
10 303 314 518 688
15 309 328 499 640
20 327 330 499 641
25 337 340 478 604
1Dietas isoenergéticas. Sustitución de maíz cocido-laminado por lactosa. Dietas con 4% de plasma
animal.
Un factor importante a considerar en el estudio de las fuente láctea, es la variabilidad en
composición. Neesmith et al. (1997) recomiendan los siguientes parámetros de calidad para
diferentes productos lácteos (cuadro 26). La utilización de un producto lácteo u otro
dependerá de las especificaciones introducidas en las fórmulas. Así, los sueros delactosados
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son de gran utilidad para alcanzar mínimos de proteína láctea; los sueros reengrasados cuando
exista dificultad de añadir otras fuentes óptimas de grasa, y los sueros ricos en lactosa o los
permeatos para conseguir altos niveles de lactosa.
Cuadro 26. Parámetros de calidad para algunso productos lácteos (Neesmith et al., 1997)1.
Suero lácteo Suero desproteinizado Lactosa pura
Lactosa, % > 71 > 80 > 99
Cenizas, % < 8,5 < 9,2 < 0,3
Proteína, % > 11,5 < 2,0 < 0,3
Solubilidad2, % 100 100 100
PH 5,8-6,2 5,5-6,5 5,8-7,0
1Recomendado para fuentes muy ricas en lactosa.
2Producto al 10% en agua a 38 ºC durante 15 min.
3.4. Fuentes de grasa
Para alcanzar los niveles de energía recomendados en dietas de iniciación se hace
imprescindible la adición de grasas. El lechón está preparado para digerir los lípidos
contenidos en la leche caracterizadas por su alto contenido en ácidos grasos de cadena corta, y
por estar suspendida en pequeños glóbulos que permiten una gran superficie de contacto. Cera
et al. (1990) señalan que la respuesta a la inclusión de grasa en la dieta viene mediado por un
aumento del tamaño del páncreas, más bien que por un aumento de su actividad lipásica por
unidad de peso del páncreas.
Diversos trabajos indican que la adición de grasa sólo mejora los rendimientos a partir de
14 d post destete (Howard et al., 1990; Mahan, 1991, Tokach et al. 1995). La capacidad de
digestión de la grasa dietética en lechones jóvenes es limitada, y está relacionada con la
capacidad de formación de micelas. Ácidos grasos de cadena corta o de cadena larga muy
insaturados favorecen la digestiblidad. Grasas de elección para estas dietas, por orden de
preferencia, son: mantequilla, aceite de coco, aceite de maíz, soja o girasol, manteca y
finalmente sebo. La combinación de aceite de coco con otras grasas (aceite de soja, grasa
animal), también muestra resultados satisfactorios (Li et al., 1990b). Otra posibilidad para
incrementar la digestibilidad de las grasas saturadas (manteca, sebo) es la utilización de agentes
emulsionantes tales como las lecitinas (Jones et al., 1992; Brown et al., 1998) y los ácidos
biliares. Por tanto, los suplemento lipídicos en las dietas de fase I deben ser siempre en base a
grasa muy digestible, pudiéndose introducir grasas de menor costo en las dietas de fase II y III.
3.5. Fuentes de minerales
3.5.1. Calcio y fósforo
Calcio y fósforo participan en importantes funciones metabólicas y son claves en el
desarrollo y mantenimiento del sistema óseo,. Respecto al Ca, más que la fuente (carbonato
cálcico en la mayoría de los casos) interesa el nivel, ya que porcentajes superiores al 0,8%
pueden empeorar los resultados (cuadro 3). Las necesidades en fósforo en las dietas de
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iniciación y de fase I se cubren en gran parte mediante el aporte por los productos lácteos. En
fases posteriores, las necesidades vienen habitualmente cubiertas por cantidades crecientes de
fosfato bicálcico.
Una posibilidad para reducir la inclusión de fósforo y la contaminación medioambiental
es la utilización de fitasas. Su eficacia en lechones ha sido ampliamente demostrada
(Kornegay y Quian, 1996; Yi et al., 1996; Murry et al., 1997). Kornegay y Quian (1996)
estimaron que el porcentaje de fósforo liberado del ácido fítico por la acción de las fitasas
rondaba el 40%, situándose la equivalencia entre 0,1 (Kirchgessner y Windisch, 1995) y 0,2%
(Pallauf et al., 1992) de fósforo disponible por cada 1.000 UI de fitasa. Este incremento en la
digestibilidad reduce el fósforo fecal entre el 25 y el 50% (Pallauf et al., 1992; Lei et al., 1993;
Yi et al., 1996) y aumenta de forma apreciable la mineralización ósea (Young et al., 1993;
Kornegay y Quian, 1996). La inclusión de fitasas puede mejorar entre otros nutrientes la
digestibilidad de los aminoácidos, del calcio (Murry et al., 1997) y del zinc (Pallauf et al.,
1994). Quian et al. (1996) obtuvieron una mayor eficacia de la adición de fitasas cuando la
relación Ca : Ptotal era de 1,2 :1, que cuando era superior (1,6 :1 ó 2,0 :1), observación que
coincide con los datos aportados por Liu et al. (1998). De hecho, Lei et al. (1994) obtuvieron
un descenso los crecimientos, el consumo de pienso y los niveles de fósforo en plasma al
incrementar el Ca de la dieta de 0,4 a 0,8% en dietas bajas en fósforo con dos niveles de
adición de fitasa (750 y 1.200 UI). Por tanto, se recomienda utilizar niveles reducidos de Ca y
mantener una relación Ca a Ptotal de 1,2 a 1,4:1. Para asegurar el buen funcionamiento de esta
enzima, se debe considerar el nivel y tipo de fitasa utilizada, el nivel de Ptotal y fítico de la
dieta, el nivel de Ca y la relación Ca:P total. El procesado de la dieta, dada la termolabilidad de
esta enzima (Jongbloed y Kemme, 1990), es otro factor a tener en cuenta. Actualmente se
están desarrollado fitasas más termoresistentes (Nunes y Guggenbuhl, 1998), así como nuevas
tecnologías de aplicación de enzimas por spray posterior al granulado.
Otro factor a considerar a la hora de incluir fitasas a la dieta es su interacción con los
ácidos orgánicos, ya que éstos disminuyen el pH del estómago facilitando la actividad de las
fitasas (Yi y Kornegay, 1996). Han et al. (1998), trabajando con cerdos en cebo, obtuvieron
una mayor respuesta a las fitasas exógenas en cuanto a crecimiento y nivel de fósforo
sanguíneo en al suplementar dietas bajas en fósforo con ácido cítrico. Sin embargo, Radcliffe
et al. (1998), obtuvienen respuestas positivas a la adición de ácido cítrico y a la
suplementación con enzimas en lechones, pero no encontraron efectos sinérgicos.
3.5.2. Sodio
En numerosas ocasiones, el nivel de inclusión de ciertos productos lácteos y
subproductos de origen animal se limita en base a su alto contenido en electrolitos,
especialmente de Na, K y Cl. Se pensaba que niveles altos de Na y K y posiblemente de Cl
reducían la productividad del lechón y aumentaban el riesgo de diarreas. Por ello, numerosos
nutricionistas restringían el nivel máximo de electrolitos en la dieta. Mahan et al. (1996)
mostraron que las recomendaciones del NRC (1988) en estos electrolitos eran insuficientes, y
de hecho, la última edición del NRC (1998) aumenta las recomendaciones de Na respecto a su
versión anterior. Meyer et al. (1998), no observaron diferencias en productividad con niveles
de sal entre 0,25 y 0,75%. Estos resultados concuerdan con los de Mahan et al. (1999), que no
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obtuvieron ninguna respuesta a la suplementación con NaCl o de KCl en dietas de fase I o II.
Como conclusión, no se recomienda la inclusión de sal en las dietas de fase I, pero si en las
dietas de fase II y III. El exceso de Na, en cualquier caso, no parece ser tan perjudicial como
se pensaba.
3.6. Nivel y tipo de fibra
Altos niveles de fibra bruta afectan negativamente a la digestibilidad y a la palatabilidad
del pienso. Sin embargo la fracción fibra afecta positivamente la motilidad yla velocidad del
tránsito intestinal (reduciendo la velocidad de vaciado del estómago y aumentando la
velocidad de tránsito en el intestino grueso), el equilibrio iónico y reduce la multiplicación de
patógenos a nivel del digestivo posterior (Low, 1993; Partridge y Gill, 1993, Mosenthin et al.,
1999). Una reducción en la velocidad de tránsito digestivo favorece el crecimiento
microbiano. Por tanto, podría ser que el efecto de la fibra sobre la productividad del lechón
dependa más del tipo que de la cantidad de fibra aportada. Así, Bouduan et al. (1988)
observaron que la adición de ciertos tipos de fibra reducen la incidencia de ciertos problemas
digestivos. La presencia de pectinas y FND en el intestino grueso puede aumentar la
producción de ácidos grasos volátiles (AGV) en el colon proximal por la acción de la flora
anaeróbica. Estos AGV son absorbidos rápidamente en colon y utilizados en parte por la
mucosa intestinal (Sakata, 1987; Reilly et al., 1995). Gardiner et al. (1995) concluyen que la
presencia de fibra digestible en colon y la producción consiguiente de AGV pueden resultar
beneficiosa para la regeneración de la mucosa intestinal y la recuperación del organismo en
caso de procesos diarreicos. Aunque la producción de AGV puede suponer un aporte
importante de energía en animales adultos, no supone una cantidad cuantitativamente
importante en animales jóvenes (Mosenthin et al., 1999).
Una materia prima que ha despertado un gran interés en la alimentación del lechón es la
pulpa de remolacha, materia prima rica en pectinas y con una elevada capacidad de retención
de agua. Longland et al. (1994) introducen hasta un 15% de pulpa de remolacha en la dieta de
lechones de 32 o 56 d de vida, observando una elevada digestibilidad de los polisacáridos no
amiláceos, sin detrimento de los parámetros productivos. Lizardo et al. (1996) obtuvieron una
mejora en el crecimiento y en la conversión del alimento en lechones alimentados con dietas
que contenían hasta un 6% de esta materia prima. Otras materias primas de carácter fibroso
tales como la pulpa de cítricos y la cascarilla de soja podrían tener efectos similares (Partridge
y Gill, 1993). Esta práctica es de importancia para el control de las diarreas post-destete tras la
prohibición del uso de los promotores antibióticos, pero se precisa más investigación para dar
una recomendación práctica más ajustada.
4. PROMOTORES DE CRECIMIENTO: MODO DE ACCIÓN, UTILIZACIÓN Y
ALTERNATIVAS
4.1 Modo de acción y repercusiones de uso de los promotores de crecimiento
El término de promotor de crecimiento es usado para aditivos que incrementan el
crecimiento y la eficacia alimentaria del pienso en animales sanos, alimentados con dietas
balanceadas. Su utilización se remonta a la década de los años cincuenta y ha jugado un papel
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clave en el desarrollo de la ganadería intensiva, tal como hoy la entendemos. Sin embargo, su
uso continuado a dosis subterapeúticas, podría crear resistencias cruzadas. Ante la sospecha de
la posible transmisión de estas resistencias a microorganismos que cohabitan con la especie
humana, la Unión Europea ha adoptado recientemente una política de restricción al uso de
estos aditivos, en base a principios de precaución.
El efecto beneficioso de los promotores de crecimiento es más evidente en lechones
recién destetados. En una reciente revisión, Thomke y Elwinger, (1998a, b, c) señalan que la
respuesta a los promotores en lechones es variable pero positiva, con mejoras de entre el 9 y el
30% para el crecimiento, y del 6 al 12% para el índice de conversión, siendo la media de la
mejora del 17 y del 9% respectivamente. La respuesta depende entre otros factores de la edad
de los animales, la sanidad, el manejo, el tipo de instalación y las características de la dieta.
Los mecanismos de acción de los promotores de tipo antibiótico se resume en el cuadro 27.
Cuadro 27. Modos de acción de los aditivos antimicrobianos1 (adaptado de Rosen, 1995).
Microbiológicos Efecto Fisiológicas Efecto
Bacterias beneficiosas + Tiempo de tránsito -
Bacterias perjudiciales - Diámetro intestinal -
Resistencia transferible +/-/0 Longitud del intestino -
Síntesis de nutrientes por la flora
intestinal +
Peso del intestino -
Clostridium perfringens - Capacidad de absorción intestinal +
E. coli patógenos - Consumo +/-/0
Streptococos patógenos - Humedad de las heces -
Lactobacilli beneficiosos + Reposición de las células de la
mucosa -
Debilitación de patógenos + Stress -
Nutricionales Efecto Metabólicas Efecto
Retención energética + Producción de amoníaco, aminas y
toxinas -
Pérdidas energéticas del tracto
intestinal -
Oxidación de ácidos grasos
mitocondriales -
Retención nitrogenada + Síntesis de paredes, DNA y proteínas
bacterianas -
Absorción de nutrientes2 + Excrección fecal de grasa -
Nutrientes en plasma + Síntesis proteica en hígado +
Fosfatasa alcalina en tracto intestinal +
Ureasa en tracto intestinal -
1+ = aumento; - = reducción; 0 = efecto neutro.
2Vitaminas, oligoelementos, ácidos grasos, glucosa y calcio.
4.2. Alternativas al uso de promotores de crecimiento y antibióticos
Los legisladores de la Unión Europea tienden a restringir el uso de antibióticos en
producción animal. Aunque no ajeno a esta política, el sector debe reaccionar con rapidez y
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adoptar medidas alternativas que aminoren los efectos de dicha prohición. A continuación se
describen algunas de las principales alternativas al uso de antibióticos en dietas para lechones.
Un aditivo que se desarrollará en el presente capítulo, es el óxido de zinc. Se ha decidido incluir
este mineral debido a su uso generalizado en EEUU y en Europa, aunque en la UE la máxima
dosis permitida es de 250 ppm.
4.2.1. Acidificantes
Dada la escasa capacidad de producción de HCl del lechón, parece razonable el uso de
ácidos exógenos en dietas post-destete. La respuesta aunque variable es en general positiva,
siendo el efecto superior en animales jóvenes alimentados con materias primas de origen
vegetal. Los ácidos sobre los que existe más bibliografía y que se han mostrado más efectivos
son el ácido fórmico, láctico y propiónico. Existen en el mercado numerosas preparaciones en
base a estos y otros ácidos puros, a sus sales o en combinaciones, que también son eficaces. En
los cuadros 28 y 29 se detallan las propiedades químicas más importantes de los principales
ácidos orgánicos y sales utilizadas en los piensos (Eidelsburger, 1998).
Cuadro 28. Propiedades químicas de los principales ácidos orgánicos usados en alimentación
animal.
Ácido pKa Solubilidad
en agua
Masa molecular,
g
E. Bruta,
kcal/kg
Fórmico 3,75 Muy buena 48 1.386
Propiónico 4,87 Muy buena 74 4.971
Láctico 3,08 Buena 90 3.609
Fumárico 3,0/4,4 Regular 116 2.748
Cítrico 3,1/5,9/6,4 Buena 210 2.461
Cuadro 29. Propiedades de diferentes sales de ácidos orgánicos
Sal orgánica1 Solubilidad
en agua
Masa molecular,
g
E. Bruta,
kcal/g
Formiato cálcico Regular 130 932
Formiato sódico Muy buena 68 932
Lactato cálcico Regular 290 2.438
Propionato cálcico Buena 186 3.967
Propionato sódico Muy buena 96 3.943
1Todas sólidas.
El modo de acción de los ácidos orgánicos se centra en tres áreas: i) efecto antimicrobiano
en el pienso, ii) efectos beneficiosos en el tracto digestivo, y iii) valor energético. Su inclusión en
el pienso limita el crecimiento de bacterias, hongos y levaduras, que reducen el valor nutricional,
producen substancias tóxicas para el animal y crean problemas entéricos (p.e. Salmonella y
otras). La inclusión de ácidos orgánicos mejoran el crecimiento (Eckel et al., 1992), y
disminuyen las diarreas (Bolduan et al., 1988). Su acción en el tracto digestivo se divide en dos.
En primer lugar, la acidificación del pienso facilita la bajada del pH en estómago, lo que permite
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la transformación

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