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Caudillismo

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Contenido
Caudillismo	1
Características del caudillismo	2
Causas del caudillismo	3
Consecuencias del caudillismo	3
Caudillo y dictador	4
Caudillismo
Se conoce como caudillismo a una tendencia política y social, especialmente latinoamericana, que consiste en el ejercicio autocrático del poder mediante el prestigio o el carisma de un hombre fuerte, conocido como caudillo (del latín capitellus, “pequeña cabeza”, relacionado con caput, “cabeza”, del mismo modo que capo, capitán, etc.) y el control de las fuerzas militares.
En el caudillo recae todo el poder del Estado, que es ejercido de manera paternalista. Así, doblega todas las instituciones a su voluntad bajo la premisa de que él sabe lo que es mejor para la sociedad entera.
El caudillismo latinoamericano surgió en el siglo XIX, luego de obtenida la independencia de España, cuando las jóvenes naciones hispanoamericanas daban sus primeros pasos hacia el republicanismo.
Era típico de la época que los caudillos regionales, muchos de ellos antiguos héroes de la guerra independentista, torcieran la mano a los gobiernos democráticamente electos. De esa manera tiraban de los hilos de la política o directamente se hacían elegir presidentes, cargo que luego ocupaban de manera vitalicia.
Sin embargo, lo que distingue al caudillismo de otros tipos de dictadura, es que el caudillo solía ser inmensamente popular entre la población, que le otorgaba de entrada la mayor suma de poderes políticos bajo la promesa de que los ejerciera con mano firme pero amorosa.
La identificación entre el caudillo y el padre en este sentido era plena. Por otro lado, era también característico el desengaño masivo una vez instaurado el gobierno caudillista, por lo que el pueblo seguía a otro caudillo que derrocaba al primero y así sucesivamente.
Aunque el término prácticamente se inventó para el estudio de la historia de América Latina, en sentido estricto el caudillismo puede hallarse en cualquier cultura y geografía, especialmente en las eras premodernas o en las de profunda crisis política e institucional. Por ejemplo, el shogunato de la historia japonesa o el gobierno de los Señores de la Guerra en China son casos de caudillismo en la historia de dichas naciones asiáticas.
Características del caudillismo
El caudillismo, en general, puede caracterizarse por lo siguiente:
· Se centra el poder político en una única figura: el caudillo. Este suele ejercer el poder de manera despótica, vertical, y está usualmente vinculado a las artes militares y a la guerra.
· El gobierno del caudillo no es democrático y es normal la persecución de la disidencia. Aunque sí suele ser (al menos durante un tiempo) popular, en el sentido de que se confía en la voluntad del caudillo para conducir la nación hacia un mejor destino.
· El caudillo en algunos casos puede convivir con instituciones democráticas y otras instancias de organización política, pero al final su voluntad siempre está por encima y acaba imponiéndose. En el caso latinoamericano, no obstante, lo normal era que los caudillos cerraran el congreso apenas asumir el poder.
· Los caudillos habitualmente llegan al poder a través de la fuerza, y se sostienen en él mediante los mismos mecanismos, hasta que un caudillo distinto tenga mayor influencia sobre la tropa y acabe destronándolo.
Causas del caudillismo
Las causas del caudillismo pueden ser varias, resumibles en:
· La existencia de repúblicas democráticas inestables o ineficientes, que no logran hacerse con la confianza de la mayoría de la población, ni ejercen un verdadero control sobre las fuerzas militares.
· El final de guerras civiles o intestinas en las que una facción imperó sobre la otra, para imponer a su caudillo como gobernante.
· Períodos de crisis o inestabilidad socioeconómica y/o institucional, fruto de dilemas políticos y sociales que tardan mucho en resolverse, y que el caudillo viene supuestamente a remediar.
· En el caso latinoamericano, el enriquecimiento de los sectores militares luego de la victoria independentista le otorgaba al caudillo de turno la fidelidad de los principales líderes militares, por encima de su deber al gobierno republicano.
Consecuencias del caudillismo
Similarmente, las consecuencias más frecuentes del caudillismo fueron:
· La concentración del poder político y económico en el caudillo y sus lugartenientes, lo cual socava cualquier forma de democracia y acaba convirtiéndose en dictadura.
· El enriquecimiento del caudillo y sus partidarios cercanos, y el empobrecimiento y marginación de sus detractores, lo cual hace todavía más complejo sacar al caudillo del poder. Esto, sin embargo, puede en ocasiones acarrear distribuciones forzosas de bienes a las clases más bajas.
· A menudo se refuerzan los regionalismos y las identidades locales, haciendo luego más difícil la labor de consolidar una nación estable y organizada.
· Se deja de herencia una forma despótica de ejercer el poder político y la tendencia a entronizar líderes o a comprender el Estado de manera paternalista.
· La imposición a través de la fuerza de un orden político estable, unificado, aunque injusto y feroz.
Caudillo y dictador
Si bien el caudillismo y la dictadura son conceptos cercanos, especialmente porque el gobierno de un caudillo irremediablemente acaba en represión y pérdida de libertades, ambos términos se emplean con un sentido muy diferente.
En parte porque el caudillismo implica siempre la existencia de un caudillo, o sea, de un líder carismático de origen militar, que ejerce de manera despótica el poder. Mientras que las dictaduras pueden estar constituidas con o sin un líder: dictaduras militares (en las que puede o no haber un caudillo), dictaduras comunistas (de Estado unipartidista y burocratizado), dictaduras cívico-militares (en las que el poder lo ejerce una Junta de Gobierno), etc.
Por otro lado, aunque suelen ser autoritarios y severos, los gobiernos caudillistas pueden mantenerse en un peligroso límite entre la democracia y la dictadura, sosteniendo ciertas instituciones como fachada democrática o permitiéndoles cierto margen de autonomía, aunque al final el caudillo siempre tenga la última palabra.

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