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ARTICULO-EPILEPSIA

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17www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 57 (1): 17-24
ORIGINAL
Introducción
La epilepsia es una enfermedad del sistema nervio-
so central que engloba un conjunto de síndromes 
definidos clínicamente por episodios recurrentes de 
crisis epilépticas (convulsivas o no convulsivas). La 
etiología puede corresponder a problemas neuroló-
gicos claramente identificables o a deficiencias más 
sutiles del funcionamiento cerebral y de más difícil 
caracterización [1,2]. Es una enfermedad frecuente, 
que afecta aproximadamente a 50 millones de per-
sonas en todo el mundo, su incidencia anual es de 
30-50 casos nuevos cada 100.000 habitantes [3], y 
aqueja a personas de cualquier edad y sexo.
Las manifestaciones clínicas de la epilepsia in-
cluyen la disminución del nivel de la conciencia, 
movimientos involuntarios, experiencias sensoria-
les o cognitivas y afectación del sistema nervioso 
autónomo. La presencia de unas o de otras y su se-
cuencia de aparición dependen del foco de origen 
de la crisis y del recorrido topográfico cerebral que 
la actividad eléctrica realiza en su propagación [2]. 
La clasificación de los distintos tipos de epilepsia se 
establece en función de los tipos de crisis (focales y 
generalizadas) y sus hallazgos electroencefalográfi-
cos (EEG) [2,3]. Los criterios diagnósticos de clasi-
ficación más ampliamente utilizados corresponden 
a la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) [4].
Al ser una enfermedad recurrente y con cierto 
riesgo físico para las personas con epilepsia, es pri-
mordial, en muchos casos, el tratamiento preventi-
vo de nuevas crisis. Esto hace que las personas con 
epilepsia estén medicadas por períodos prolonga-
dos y deban además soportar la carga implícita de 
una enfermedad crónica. No deben subestimarse 
tampoco las consecuencias de las propias crisis, los 
Calidad de vida y percepción de salud general 
de personas con epilepsia en función de las crisis, 
la afectación neurocognitiva, la electroencefalografía, 
su respuesta al tratamiento y los efectos secundarios
Antoni Rossiñol, Irene Molina, Tomeu Rossiñol, Alexandre Garcia-Mas
Introducción. La calidad de vida (CdV) percibida por las personas con epilepsia ha demostrado ser un factor relevante para 
la continuidad en el tratamiento y en la percepción de salud general de los pacientes. Actualmente se usa el concepto 
positivo de CdV para evaluar los aspectos psicosociales de la enfermedad, en lugar del concepto de estigma. 
Objetivo. Estudiar las relaciones entre la CdV y la percepción de salud general y los parámetros clínicos más relevantes en 
una muestra de personas con epilepsia que acuden a una consulta ambulatoria de neurología, para obtener orientacio-
nes que ayuden a una valoración más global del paciente y su enfermedad. 
Pacientes y métodos. Se aplicó la adaptación española del inventario Quality of Life in Epilepsy, el 12-item General Health 
Questionnaire, el miniexamen cognitivo y se registraron los parámetros clínicos (diagnóstico, años de enfermedad, ha-
llazgos electroencefalográficos, tipo de crisis, respuesta a la medicación y efectos secundarios) en una muestra de 29 
personas con epilepsia ambulatorias. 
Resultados. La CdV y la percepción de distrés por la enfermedad son dos factores distintos respecto a las características clí-
nicas. La CdV se relaciona con la frecuencia de las crisis y los efectos secundarios de la medicación, mientras que los años 
de enfermedad o la alteración neurocognitiva no poseen apenas relación. 
Conclusiones. Desde el punto de vista clínico, se debe tener en cuenta la relación entre la CdV percibida y factores como la 
frecuencia de crisis, los efectos secundarios de la medicación y la percepción de salud general de las personas con epilep-
sia para obtener la mejor respuesta y adherencia al tratamiento.
Palabras clave. Afectación neurocognitiva. Calidad de vida. Efectos secundarios. Epilepsia. Hallazgos electroencefalográfi-
cos. Percepción de salud general. Tipo de crisis.
Centro de Neurodiagnosis 
(A. Rossiñol, I. Molina, T. Rossiñol). 
Universitat de les Illes Balears 
(T. Rossiñol, A. Garcia-Mas). Palma 
de Mallorca, Baleares, España.
Correspondencia: 
Dr. Tomeu Rossiñol. Centro de 
Neurodiagnosis. Vía Alemania, 3, 
2.º piso. E-07003 Palma de Mallorca 
(Baleares).
E-mail: 
tomeurm@gmail.com
Aceptado tras revisión externa: 
18.04.13.
Cómo citar este artículo:
Rossiñol A, Molina I, Rossiñol T, 
Garcia-Mas A. Calidad de vida y 
percepción de salud general de 
personas con epilepsia en función 
de las crisis, la afectación neuro- 
 cognitiva, la electroencefalografía, 
su respuesta al tratamiento y los 
efectos secundarios. Rev Neurol 
2013; 57: 17-24.
© 2013 Revista de Neurología
18 www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 57 (1): 17-24
A. Rossiñol, et al
efectos de la causa subyacente o el impacto del tra-
tamiento farmacológico. Podemos comprobar que, 
junto con los efectos positivos (ansiolíticos y estabi-
lizadores del estado de ánimo), los fármacos anti-
epilépticos también son responsables de efectos 
negativos (disminución de la atención o enlenteci-
miento de los procesos cognitivos) cuando se han 
administrado por períodos prolongados [5,6].
Los avances científicos en el diagnóstico de la 
epilepsia, su mejor control con medicamentos es-
pecíficos, así como el mayor conocimiento público 
asociado al conocimiento médico de la enfermedad 
que se ha producido desde las últimas décadas del 
siglo xx han conducido al estudio de factores ante-
riormente poco valorados o estudiados [7]. En con-
secuencia, se ha comunicado en las personas con 
epilepsia la existencia de alteraciones de la memo-
ria y la atención [8], cambios de comportamiento y 
de reacciones frente a la cronicidad de la enferme-
dad [9] y, dentro de la esfera psiquiátrica, trastor-
nos del estado de ánimo, como depresión [10,11] o 
ansiedad [12].
Estos últimos factores han conducido a una evo-
lución desde la consideración ‘negativa’ de la epi-
lepsia (por ejemplo, como un estigma psicosocial) 
[13], hasta una más positiva, en la que destacan los 
conceptos de calidad de vida (CdV) y de percepción 
de la salud general. En la actualidad, el concepto de 
CdV –siempre definido y evaluado respecto de una 
enfermedad o situación específica [14]– incorpora 
la percepción por parte de las personas con epilep-
sia de sus condiciones de vida socioeconómicas y 
de desarrollo personal satisfactorio. El concepto de 
CdV considera los parámetros que favorecen la 
adaptación de la personas con epilepsia a su situa-
ción [15-18], como el funcionamiento personal y 
social, las relaciones familiares y de pareja, el im-
pacto de una posible afectación cognitiva, el nivel 
de autoestima, el estado intercrítico y el apoyo so-
cial percibido. De la misma forma, la CdV puede 
utilizarse para comprobar el impacto de otros as-
pectos de la epilepsia, como pueden ser los efectos 
secundarios de la medicación [19].
Complementariamente, la percepción de salud 
general y emocional [20,21] estudia cómo una en-
fermedad o afectación orgánica afectan el funciona-
miento mental y emocional de una persona, valo-
rando el distrés generado por esta percepción. En el 
caso de la epilepsia, se ha utilizado de forma esporá-
dica y no generalizada para evaluar el impacto de la 
enfermedad sobre la personas con epilepsia [22].
De acuerdo con lo referido, el objetivo de este 
estudio es analizar las relaciones existentes entre la 
CdV y la percepción de la salud general, por una 
parte, con las características clínicas de la epilepsia 
(diagnóstico; tipo, frecuencia y gravedad de las cri-
sis; afectación neurocognitiva asociada; hallazgos 
electroencefalográficos; y calidad de la respuesta al 
tratamiento farmacológico, incluyendo los efectos 
secundarios) en una muestra de personas con epi-
lepsia que acuden ambulatoriamente a una clínica 
neurológica. 
Pacientes y métodos
Muestra
Se estudiaron las 29 personas con epilepsia que acu-
dieron de forma consecutiva a una clínica ambula-
toriade neurología durante un plazo preestablecido 
de seis meses, sin criterios de exclusión, una vez 
obtenido su consentimiento informado. La media 
de edad fue de 42,04 ± 12,27 años, y la media de 
tiempo desde el diagnóstico de epilepsia, de 27,41 ± 
12,25 años. El diagnóstico específico de epilepsia y 
del tipo de crisis se estableció siguiendo los crite-
rios de la ILAE [4]. Los hallazgos EEG fueron clasi-
ficados por un neurólogo experimentado en la en-
fermedad epiléptica (Tabla I). A efectos del trata-
miento estadístico de los datos, el tipo de crisis y 
los hallazgos EEG se categorizaron de 1 a 4, repre-
sentando el ‘1’ el tipo de crisis más simple y de me-
jor respuesta, mientras que el ‘4’ indicaba la crisis y 
los hallazgos EEG más complejos y de peor res-
puesta al tratamiento.
Instrumentos y material
La percepción de la CdV se evaluó mediante la 
adaptación española del Quality of Life in Epilepsy 
(QOLIE-10) [23], el cuestionario de CdV en pa-
cientes con epilepsia [24,25]. El QOLIE-10 valora 
la percepción del paciente epiléptico sobre las cir-
cunstancias negativas asociadas a la enfermedad, 
como los efectos secundarios de los tratamientos 
antiepilépticos, los efectos físicos y mentales, la 
memoria, la preocupación por la aparición impre-
visible de crisis, la estigmatización social de la en-
fermedad y las limitaciones en las actividades de la 
vida diaria relacionadas con la epilepsia, como el 
tipo de trabajo o la conducción de vehículos.
La percepción de salud general y emocional se 
estudió mediante la adaptación española abreviada 
del General Health Questionnaire [26,27], el GHQ-12 
[21], que tanto en la investigación epidemiológica 
como en el trabajo clínico evalúa el estado general 
de salud mental o de bienestar. Se ha utilizado am-
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Calidad de vida y percepción de salud general de personas con epilepsia
pliamente en estudios epidemiológicos y de criba-
do, con la intención de evaluar la salud mental en la 
población general, grupos de pacientes agudos o 
crónicos, y la posible asociación de la salud mental 
con factores psicosociales.
La afectación neurocognitiva se estudió me-
diante el miniexamen cognitivo (MEC) [28], que es 
la versión y adaptación española del Minimental 
State Examination [29]. El MEC es un instrumento 
de cribado ampliamente utilizado en la detección 
del deterioro cognitivo que explora de forma rápi-
da y estandarizada un conjunto de funciones cog-
nitivas (orientación temporoespacial, memoria in-
mediata y a largo plazo, atención, cálculo, lenguaje, 
razonamiento abstracto y praxias). Para la división 
de la muestra en personas con y sin deterioro cog-
nitivo, se han tenido en cuenta los resultados halla-
dos por Lobo y Díaz [30] y Vilalta et al [31], esta-
bleciéndose el punto de corte en 24 puntos, con un 
máximo de 35. 
La calidad de la respuesta a la medicación y la 
existencia de efectos secundarios se evaluaron me-
diante un cuestionario elaborado ad hoc, que cons-
ta de dos escalas analógicas longitudinales corres-
pondientes a las dos variables estudiadas. La res-
puesta a la medicación se clasificó desde ‘buena’ 
hasta ‘resistente/refractaria’, con cuatro puntuacio-
nes posibles. Los efectos secundarios (consideran-
do el último año hasta el momento de la evaluación) 
se clasificaron también con cuatro puntuaciones 
posibles: ‘ninguno’, ‘< 5’, ‘> 5’ y ‘todos’, en cuanto a 
un listado de efectos secundarios: somnolencia, ma-
reo, cansancio, temblor, urticaria, cefalea, estreñi-
miento, ganancia de peso y confusión mental.
Análisis estadístico
Se llevó a cabo la descripción de los datos de las 
personas con epilepsia mediante la aplicación de 
los instrumentos y el material diseñado. No se pu-
dieron analizar las diferencias de medias entre gru-
pos debido a las características cuantitativas y cua-
litativas de la población estudiada y la composición 
de los subgrupos resultantes. Se realizó un estudio 
correlacional entre las variables del estudio, utili-
zando el programa estadístico SPSS v. 19.0.
Resultados
Como se puede observar en la tabla II, las personas 
con epilepsia estudiadas poseen mayoritariamente 
una percepción de CdV normal o buena, de forma 
muy similar a su percepción de la salud general, 
mental y emocional. Asimismo, existe un porcenta-
je importante de personas con epilepsia sin deterio-
ro cognitivo, y aparecen únicamente cuatro perso-
nas con una afectación clara.
Respecto a la valoración de la respuesta a la me-
dicación, la mayor parte de las personas con epilep-
sia muestra una buena respuesta, con pocos cam-
bios en el tipo de fármaco o en la dosis, y solamente 
dos se han considerado como refractarios a ella. Por 
último, también se puede ver en la tabla II la des-
cripción de la valoración de los efectos secundarios 
de la medicación en el último año. Así, la mayor 
Tabla I. Descripción de los participantes del estudio (n = 29).
Años 
desde el 
diagnóstico
< 5 años 1
5-20 años 7
> 20 años 16
No disponibles 
para seguimiento
5
Subtipo 
clínico
Epilepsia generalizada 10
Epilepsia focal
Crisis parciales simples 8
Crisis parciales complejas 7
No clasificable 4
Hallazgos 
electroence- 
falográficos
Normal 3
Generalizado 5
Punta-onda 1
Focal 15
Otros 5
Tipo 
de crisis
Generalizadas 9
Ausencias 1
Parciales
Simples 8
Complejas 3
Secundariamente 
generalizadas
5
Varios tipos 3
N.º de crisis 
(último año)
Ninguna 24
< 5 crisis 5
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parte de las personas con epilepsia muestra un bajo 
nivel de efectos secundarios, y solamente tres se 
hallan por encima de los cinco efectos secundarios, 
considerados de forma acumulada.
Como se aprecia en la tabla III, se ha hallado una 
correlación significativa y negativa entre la percep-
ción de CdV y una mala percepción de salud gene-
ral y emocional (r = –0,64; p < 0,01). También se ha 
encontrado una relación negativa y significativa en-
tre la CdV y la frecuencia de ocurrencia de las crisis 
(r = –0,44; p < 0,05). Asimismo, se puede observar 
cómo existe también una correlación negativa entre 
la percepción de salud general tanto con el tipo de 
crisis (más complejas) (r = –0,477; p < 0,05) como 
con los efectos secundarios del tratamiento (fre-
cuencia o dificultad) (r = –0,545; p < 0,05). En cuan-
to a la tercera variable psicológica estudiada, pode-
mos observar cómo el deterioro cognitivo se halla 
relacionado de forma negativa con la respuesta a la 
medicación (r = –0,417; p < 0,05).
En la misma tabla III se puede observar la exis-
tencia de una relación negativa entre el tipo de cri-
sis (más complejas) y el tipo de epilepsia (más com-
plejas) (r = –0,709; p < 0,01), así como con los ha-
llazgos EEG (más complejos) (r = –0,438; p < 0,05). 
Los años desde el diagnóstico de epilepsia (más 
años) y los efectos secundarios de la medicación 
(mayor número) se hallan igualmente relacionados 
significativa y negativamente (r = –0,473; p < 0,05). 
Por otra parte, se ha hallado una relación positiva 
entre la frecuencia de las crisis y la dificultad en la 
respuesta a la medicación (r = 0,579; p < 0,01).
Discusión
Como hemos podido observar, las personas con epi-
lepsia estudiadas poseen características muy defini-
das, que se derivan, probablemente, de haber sido 
recogidas para el estudio sin ningún tipo de filtraje o 
criterio de exclusión en una clínica ambulatoria.
La mayor parte de ellas ha sido diagnosticada 
hace más de 15 años y se distribuye casi al 50% en-
tre epilepsias generalizadas y focales, lo que reper-
cute directamente sobre la clasificación de sus ha-
llazgos EEG, que se dividen entre focales y generali-
zados en una proporción similar, así como sobre el 
tipo de crisis (generalizadas y focales). Respecto a 
la frecuencia de las crisis, la mayor parte de pacien-
tes no ha tenido ninguna en el año anterior al estu-
dio, y la frecuencia de las personas con epilepsia 
que las han padecidoha sido inferior a cinco. Todo 
lo anterior nos indica que nos hallamos frente a una 
población de personas con epilepsia muy represen-
tativa de los dos grandes tipos o formas de presen-
tación, con bastantes años de historia de la enfer-
medad, y que con toda seguridad han atravesado 
distintas fases de diagnóstico, evaluación y trata-
miento desde el inicio de su enfermedad.
Dos tercios de las personas con epilepsia estudia-
das dicen percibir una buena o normal CdV, mien-
tras que el otro tercio declara poseer una mala CdV. 
Esta tasa está de acuerdo con estudios similares [15-
17]. En el más reciente –utilizando una población 
española de composición muy similar, a la vez que se 
estudiaba el efecto de monoterapias de lamotrigina 
y ácido valproico– se hallaron valores de CdV muy 
parecidos en cuanto a la media de resultados utili-
zando el mismo instrumento de evaluación [18].
Tabla II. Valores del QOLIE-10, MEC y GHQ-12, y cuestionario de respues-
ta a la medicación y efectos secundarios.
n %
Calidad de vida 
(QOLIE-10)
Buena 14 48,3
Normal 6 20,7
Mala 9 31,0
Percepción de salud 
general (GHQ-12)
Buena 15 52,8
Normal 3 10,4
Mala 11 37,8
Afectación 
neurocognitiva (MEC)
Sin deterioro 20 68,9
Límite 5 17,3
Con deterioro 4 13,8
Respuesta a 
la medicación
Buena 15 48,1
Algunos cambios 10 33,1
Muchos cambios 2 6,9
Resistente/refractaria 2 6,9
Efectos secundarios 
(último año)
Ninguno 10 37,1
< 5 efectos 13 47,4
> 5 efectos 2 9,5
Todos 1 6,0
GHQ-12: 12-item General Health Questionnaire; MEC: miniexamen cognitivo; 
QOLIE-10: adaptación española del Quality of Life in Epilepsy.
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Calidad de vida y percepción de salud general de personas con epilepsia
El mismo esquema se ha hallado respecto de la 
percepción de la salud general y emocional (dos 
tercios describen percibirla como buena o normal y 
un tercio como mala), aunque no existen estudios 
anteriores específicamente dirigidos a estudiarla con 
el mismo instrumento en personas con epilepsia 
(GHQ-12), por lo que no se pueden comparar di-
rectamente los resultados obtenidos.
En cuanto a la afectación neurocognitiva, nues-
tros pacientes muestran un nivel relativamente bajo 
(< 15%) y, en todos los casos, se trata de epilepsias 
secundarias a encefalopatías con otras enfermeda-
des asociadas. 
Asimismo, y como era esperable en una pobla-
ción de personas con epilepsia ambulatorias, la res-
puesta a la medicación –con algunos cambios, que 
se pueden considerar como aceptables dado el 
tiempo trascurrido desde el diagnóstico de la enfer-
medad en cada caso– es buena, se mantiene una 
misma línea de tratamiento durante períodos pro-
longados, y solamente cuatro casos comunican una 
mala respuesta o se consideran refractarios a la me-
dicación. No ocurre lo mismo al estudiar la presen-
cia de efectos secundarios del tratamiento durante 
el año previo a su inclusión en el estudio. La mayor 
parte de las personas con epilepsia estudiadas des-
cribe la existencia de entre uno a cinco tipos de 
efectos secundarios (mayoritariamente somnolen-
cia, cansancio, confusión, dolor de cabeza, estreñi-
miento y temblores), y solamente un tercio declara 
verse libre de ellos. Existe un caso que padece todos 
los que figuran listados en el cuestionario, que po-
demos considerar anecdótico.
El estudio ha encontrado una significativa rela-
ción entre la CdV y una mala percepción de la salud 
general y emocional en las personas con epilepsia 
estudiadas. Es evidente que se trata de dos percep-
ciones distintas y complementarias, y que no eva-
lúan los mismos conceptos, aunque ambas se gene-
ran sobre el mismo conjunto de características es-
pecíficas de cada paciente. Sin embargo, las dos per-
cepciones se relacionan de forma negativa con la 
afectación neurocognitiva, sin llegar a ser significa-
tiva, seguramente debido a los pocos pacientes ha-
llados con deterioro cognitivo. 
Apoyando el hallazgo de que CdV y percepción 
de salud general son dos representaciones distintas, 
podemos observar que, mientras que la CdV se re-
laciona positivamente con el impacto de los efectos 
secundarios (que en anteriores estudios muestra 
una gran variabilidad, según la forma de estudiarlo) 
[32], la mala percepción de la salud emocional lo 
hace de forma negativa. Evidentemente, se puede 
entender que los mismos efectos secundarios tie-
Tabla III. Coeficientes de correlación de Pearson entre las variables estudiadas.
QOLIE-10 GHQ-12 MEC
Tipo de 
epilepsia
EEG
Años de 
enferm.
Tipo de 
crisis
Número 
de crisis
Respuesta a 
la medicación
Efectos 
secundarios
QOLIE-10 1 0,640 b –0,234 –0,116 0,181 –0,117 0,087 –0,44 b 0,211 0,526 a
GHQ-12 1 –0,141 0,335 0,014 0,368 –0,477 a 0,024 0,071 –0,545 b
MEC 1 –0,235 –0,092 –0,290 0,157 –0,296 –0,417 a –0,023
Tipo de epilepsia 1 0,388 0,390 –0,709 b 0,046 –0,121 0,025
EEG 1 –0,071 –0,438 a 0,242 –0,149 –0,158
Años de enfermedad 1 –0,386 –0,023 –0,364 –0,473 a
Tipo de crisis 1 –0,178 0,117 0,086
Número de crisis 1 0,579 b –0,110
Respuesta a la medicación 1 0,097
Efectos secundarios 1
EEG: electroencefalograma; GHQ-12: 12-item General Health Questionnaire; MEC: miniexamen cognitivo; QOLIE-10: adaptación española del Quality of Life 
in Epilepsy. a p < 0,005; b p < 0,001.
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A. Rossiñol, et al
nen dos tipos de impacto distintos: los pacientes 
perciben que afectan a su salud, pero no tanto a su 
CdV. Esto se comprueba indirectamente, al obser-
var, tal y como aparece en otros estudios [33], que 
las personas con epilepsia disocian la frecuencia de 
las crisis con su gravedad. El número de crisis –en 
este estudio– correlaciona negativamente con la 
CdV percibida (por ello, seguramente, se perciben 
como más soportables los efectos secundarios de la 
medicación si su administración contribuye a eli-
minar las crisis), pero no lo hace con la salud perci-
bida. De forma inversa, el tipo de crisis más com-
pleja y difícil de controlar se relaciona negativa-
mente con la percepción de la salud general, mien-
tras que esto no ocurre con la percepción de la CdV. 
Esto nos confirma que se trata de dos representa-
ciones distintas de la percepción de su salud y bien-
estar por parte de las personas con epilepsia.
Si bien es cierto que la gravedad de las crisis no 
explica toda la afectación sobre la CdV percibida 
[34], se ha de reconocer que mantiene relaciones 
con otros parámetros de relevancia. De esta mane-
ra, lo hace negativamente con el tipo de epilepsia y 
con la clasificación de los hallazgos EEG, lo que po-
dría sugerir que cuanto más compleja es la crisis, 
más directo es el diagnóstico y la clasificación de 
los hallazgos EEG.
Se ha de poner en relevancia un hecho que ya se 
había observado anteriormente [35,36]: la relación 
(aunque no significativa) que se establece entre la 
afectación neurocognitiva y la frecuencia de las cri-
sis (cuanta más afectación, mayor número de crisis). 
De manera complementaria, se ha establecido la 
existencia de una relación significativa (en la línea 
de otros estudios y revisiones) [18] entre la afecta-
ción neurocognitiva (recordemos que es muy esca-
sa entre los pacientes del estudio) y la mala respues-
ta a la medicación. Se puede decir que aquellas per-
sonas con epilepsia que responden peor al trata-
miento son aquellos pacientes que tienen asociada 
otra enfermedad que conlleva deterioro cognitivo. 
De forma igualmente previsible, desde un punto de 
vista médico-clínico, esta mala respuesta a la medi-
cación se relaciona directamente con la frecuencia 
de crisis. Creemos que la confirmación que va aso-
ciada a este hallazgo confirma –en parte– lo ade-
cuado del procedimiento de investigación emplea-
do en este estudio. Sin embargo, otros hallazgos es-
perables, como sería obtener relaciones entre los 
años desde el diagnóstico o desde el inicio de la en-
fermedad con otras variables que indicasen grave-
dad o dificultad en el tratamiento(como se da en 
otros estudios) [35,36], no aparecen en nuestro tra-
bajo, ni siquiera en forma de tendencia. Al contra-
rio, se produce un fenómeno por el que los años 
desde el diagnóstico se relacionan de forma negati-
va con la gravedad de los efectos secundarios co-
municados.
En conclusión, un tercio de los pacientes percibe 
mala salud general y emocional, así como una mala 
CdV, a pesar de no tener apenas crisis, no ser pa-
cientes refractarios en su mayoría y poseer un nivel 
muy bajo de efectos secundarios. 
La afectación neurocognitiva franca no se asocia 
en nuestro estudio ni con la enfermedad epiléptica 
ni con la frecuencia de crisis, sino que ocurre en los 
casos refractarios al tratamiento y asociados a otras 
patologías cerebrales, como las encefalopatías. 
La percepción de la CdV (funcionamiento posi-
tivo psicosocial) y la percepción de la salud general 
y emocional (distrés asociado a la enfermedad y sus 
consecuencias) se hallan relacionadas, pero son 
percepciones distintas. La percepción de mala sa-
lud general y emocional se relaciona con los efectos 
secundarios y los tipos de crisis más complejas, 
mientras que la CdV lo está, fundamentalmente, 
con la frecuencia de las crisis. 
En la práctica clínica diaria, existen una serie de 
elementos, además de los clásicamente considera-
dos (diagnóstico, presencia o no de crisis, etc.), que 
deben tenerse en cuenta en cada paciente y que tie-
nen mucha relación con el padecimiento psíquico 
del propio enfermo y las consecuencias de sufrir 
una enfermedad con cierta aura estigmatizante to-
davía hoy en día. Identificar de modo precoz la pre-
sencia de algún trazo en este sentido influirá, segu-
ramente, en la evolución posterior del paciente y su 
vivencia de la enfermedad.
Una proporción significativa de los pacientes 
presenta una CdV y una percepción de su situación 
global por debajo de la normalidad. Estos pacientes 
se identifican mediante escalas de valoración estan-
darizadas, que sería recomendable aplicar sistemá-
ticamente a todas las personas con epilepsia para 
poder dirigir una actitud informativa sobre su en-
fermedad más intensa de la ya practicada en la asis-
tencia clínica diaria. 
En la valoración de las crisis, debemos tener en 
cuenta de modo diferenciado tanto su frecuencia 
(que afectará, sobre todo, a la CdV) como su grave-
dad (que influirá predominantemente sobre la per-
cepción de salud global). Estas dos percepciones 
afectarán, sin duda, a la adhesión del paciente al 
tratamiento, de crucial relevancia en la enfermedad 
epiléptica.
Además de valorar la respuesta a la medicación 
sobre las crisis (control total/parcial o no), debemos 
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Calidad de vida y percepción de salud general de personas con epilepsia
investigar activamente los posibles efectos secun-
darios, teniendo en cuenta que, a mayor tiempo de 
tratamiento, mayor posibilidad de autopercepción 
de efectos secundarios, sin olvidar el fenómeno de 
habituación que a veces ocurre en estos pacientes. 
Al igual que en el punto anterior, la correcta resolu-
ción de este punto contribuirá a un incremento de 
la adhesión al tratamiento.
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Quality of life and perceived general health state related to seizure type and frequency, 
electroencephalographic findings, cognitive impairment, therapeutic response and secondary 
effects in persons with epilepsy
Introduction. The perceived quality of life (QoL) in persons with epilepsy has demonstrated to be a relevant factor for the 
continuity of treatment and for the patients’ own general health perception. Currently, the positive concept of QoL is used 
to assess the psychosocial factors of the epilepsy, replacing the concept of stigma. 
24 www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 57 (1): 17-24
A. Rossiñol, et al
Aim. To analyze the relationship between QoL and general health perception, with several relevant clinical parameters in a 
sample of persons with epilepsy, in order to draw conclusions that help to suggest a more global approach to the disease. 
Patients and methods. We applied the Spanish versions of the QOLIE-10, the GHQ-12, and MMSE, and registered the 
clinical parameters (diagnostic, years of illness, electroencephalographic patterns, seizure type and frequency, response 
to medication, and side effects) in a sample of 29 persons with epilepsy. 
Results. QoL and perceived general health are two unrelated factors respect to the clinical features. QoL is closely related 
to the frequency and type of crisis, whilst the years of illness and the level of neurocognitive impairment are not related 
with QoL. 
Conclusions. From the clinical point of view, it must be taken into account the relationship between the persons with 
epilepsy perceived QoL with factors such as the seizure frequency, side effects of the medication, and the general health 
perception, in order to obtain the best response and treatment adherence.
Key words. Cognitive impairment. Electroencephalographic findings. Epilepsy. General health perception. Quality of life. 
Seizure type. Side effects.

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