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Tema_10_Historia_economica

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Historia económica UNED 
 
 UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA 
 
1 
 
 
 
|Bernardos Sanz, Jose U.; Hernández, Mauro y Santamaría Lancho, Miguel. 
 
 
 
GRADO 
 
 
HISTORIA ECONÓMICA. 
TEMA 10. LA EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA 
MUNDIAL TRAS LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL 
(1945-1991) 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
 UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA 
 
2 
 
 
 
Bajo licencia Creative Commons 
Reconocimiento - NoComercial - CompartirIgual (by-nc-sa): No se permite 
un uso comercial de la obra original ni de las posibles obras derivadas, la 
distribución de las cuales se debe hacer con una licencia igual a la que regula la 
obra original. 
 
Índice 
Tema 10. La evolución de la economía mundial tras la Segunda Guerra 
Mundial (1945-1991) 
 
Resultados de aprendizaje 
 
Preguntas iniciales 
 
Contenidos del tema 
10.1. Introducción: medio siglo de crecimiento 
10.2. Los años de la reconstrucción (1945-1950) 
10.2.1. Los cimientos del nuevo orden económico (1941-1944) 
 10.2.2 La reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial 
10.2.3 La influencia soviética en la Europa del Este 
10.2.4. España en los años de la autarquía 
10.3. Expansión y crecimiento de la economía mundial (1950-1973) 
10.3.1 Factores explicativos del crecimiento 
10.3.2. La integración económica de Europa 
10.3.3 Las economías de planificación centralizada 
10.3.4. El despertar del Tercer Mundo 
10.3.5. España de la autarquía a la industrialización (1950-1973) 
10.4. Años turbulentos: inestabilidad cambiaria y crisis energética (1971-
1979) 
10.4.1 Primeros síntomas de agotamiento de la expansión 
10.4.2. La subida del precio del petróleo y la crisis energética 
10.5. La salida de la crisis: bases para la recuperación (1979-1991) 
10.5.1 Bases para la recuperación: el giro de las políticas 
económicas 
10.5.2. El hundimiento de las economías socialistas a fines de los 
80. 10.5.3 El despegue de los tigres asiáticos y China 
10.5.4. España: crisis económica y transición política (1975-1991) 
10.6. ¿Fin de la historia? 
 
Resumen 
 
Conceptos básicos 
 
Referencias 
Historia económica UNED 
 
 UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA 
 
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Tema 10. La evolución de la economía mundial tras 
la Segunda Guerra Mundial (1945-1991) 
 
 
 
 
1. Resultados de aprendizaje 
 
Al finalizar el estudio de este tema logrará: 
 
1. Entender las bases del orden económico mundial que se estableció tras 
la Segunda Guerra Mundial y las bases de la recuperación económica. 
2. Ofrecer una visión de conjunto de los principales factores que han 
influido en el rápido desarrollo económico experimentado tras la Segunda 
Guerra Mundial. 
3. Identificar los principales rasgos de la intervención estatal en las 
economías capitalistas durante este período. 
4. Comprender la importancia que tuvo en el proceso de recuperación de 
la economía europea la cooperación entre los países. 
5. Analizar las causas del más extenso período de crecimiento económico 
de las economías industrializadas. 
6. Explicar la lógica de funcionamiento del bloque económico soviético y 
sus debilidades. 
7. Enumerar las consecuencias económicas de la descolonización y situar 
en su contexto la aparición del concepto de Tercer Mundo. 
8. Comprender los factores que pusieron fin a la expansión económica a 
principios de los 70 
9. Analizar los cimientos sobre los que se asentó la reestructuración de la 
economía mundial en los años 80 
10. Comprender el hundimiento de las economías del bloque soviético. 
11. Contextualizar el desarrollo de la economía española en relación con las 
grandes tendencias de la economía europea e internacional. 
 
2. Índice 
 
10.1. Introducción: medio siglo de crecimiento 
10.2. Los años de la reconstrucción (1945-1950) 
10.2.1. Los cimientos del nuevo orden económico (1941-1944) 
 10.2.2 La reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial 
10.2.3 La influencia soviética en la Europa del Este 
10.2.4. España en los años de la autarquía 
10.3. Expansión y crecimiento de la economía mundial (1950-1973) 
10.3.1 Factores explicativos del crecimiento 
10.3.2. La integración económica de Europa 
10.3.3 Las economías de planificación centralizada 
10.3.4. El despertar del Tercer Mundo 
10.3.5. España de la autarquía a la industrialización (1950-1973) 
10.4. Años turbulentos: inestabilidad cambiaria y crisis energética (1971-1979) 
10.4.1 Primeros síntomas de agotamiento de la expansión 
10.4.2. La subida del precio del petróleo y la crisis energética 
10.5. La salida de la crisis: bases para la recuperación (1979-1991) 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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10.5.1 Bases para la recuperación: el giro de las políticas económicas 
10.5.2. El hundimiento de las economías socialistas a fines de los 80. 
10.5.3 El despegue de los tigres asiáticos y China 
10.5.4. España: crisis económica y transición política (1975-1991) 
10.6. ¿Fin de la historia? 
 
 
3. Algunas preguntas iniciales 
 
 
• ¿Por qué si la Primera Guerra Mundial desembocó en la depresión de los 
años 30, la Segunda, mucho más destructiva, fue el inicio del período de 
crecimiento más generalizado de la historia de la humanidad? 
 
• ¿Cómo y por qué los países europeos, que en un periodo de treinta años 
se enzarzaron en dos guerras mundiales, fueron capaces de iniciar un 
proceso de cooperación que ha conducido a la Unión Europea? 
 
• ¿Por qué, pese a su crecimiento, ninguna otra economía ha conseguido 
alcanzar a EE.UU.? 
 
• ¿Cómo se ha distribuido el crecimiento? ¿Han crecido todos? ¿Lo han 
hecho en la misma medida? ¿Se han aproximado los países más pobres a 
los más ricos? 
 
• ¿Por qué se interrumpió el largo ciclo de crecimiento económico 
generalizado de 1950 a 1973? 
 
• ¿Qué es la estanflación? ¿No se había dado nunca en el pasado? ¿Qué 
tuvo que ver en ello el petróleo? 
 
• ¿Cómo se salió de las crisis del petróleo? ¿Qué vino después? 
 
• ¿Por qué colapsó el bloque soviético? 
 
• Y España ¿qué? ¿campeona de Europa? 
 
Al hacer balance del espectacular crecimiento de la economía mundial, 
durante la segunda mitad del siglo XX surgen algunas preguntas más. 
• ¿Podemos seguir creciendo? ¿Debemos seguir creciendo? ¿Para qué? 
• ¿Crecer a cualquier precio? 
• ¿Acabará el crecimiento con nuestro hábitat como especie? 
• ¿Desarrollo sostenible o decrecimiento? 
• ¿Será el nuevo reto de la ciencia económica aprender a decrecer de forma 
ordenada? 
 
 
 
 
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4. Contenidos del tema 
 
10.1. Introducción: medio siglo de crecimiento 
 
Nos acercamos a nuestro tiempo. Detendremos el análisis histórico veinte 
años atrás, a comienzos de la década de 1990. Tres hechos confluyen en esos 
años –los tratados de desarme nuclear de 1987, la caída del muro de Berlín en 
1989 y la implosión de la URSS en 1991— que marcan un mismo fenómeno: el 
fin de la era la división del mundo en dos bloques político-económicos 
encabezado cada uno por una superpotencia nuclear: EE.UU. y la URSS. 
 
Gráfico 10.1. Crecimiento de la población mundial, 1900-2010 (millones de 
habitantes) y tasas de crecimiento acumulado 1950-2010 (%) 
 
Fuente: Naciones Unidas (World population prospects) 
 
Aunque aparentemente lo que domina el período 1945-1991 sea la “guerra 
fría” entre capitalismo y comunismo, desde una perspectiva más amplia es ante 
todo una época de un formidable crecimiento económico, de un definitivo 
avance de la globalización y de avances tecnológicos espectaculares. De 
nuevo, las cifras básicas (PIB, población y consumo de energía) nos permiten 
cifrar la magnitud del cambio: de 2.500 millones de habitantes en 1950 se llegó a 
los 6.000 millones a finales de siglo. Dos mecanismos han permitido alimentar a 
esa creciente población sin grandes episodios de mortalidad catastrófica:el 
crecimiento de los alimentos disponibles y una reducción tardía pero notable de 
las tasas de natalidad, responsable principal de la moderación del crecimiento a 
partir de la década de 1960 (gráfico 10.1). 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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Es cierto que la situación en África, con más dificultades para controlar la 
natalidad y sobre todo con un menor crecimiento económico, sigue 
experimentando hambrunas y mortandades catastróficas, pero pese a lo 
intolerables que resultan en un mundo rico como el nuestro, sus dimensiones 
distan mucho de las que tuvieron históricamente. 
 
La explicación radica en el fuerte crecimiento de la producción a escala 
mundial (tabla 10.1), que ha permitido incrementar no sólo el PIB global sino las 
cifras de PIB per capita, de unos 2.100 dólares (constantes) anuales en 1950 a 
5.700 en 1998. Se trata además de un crecimiento generalizado, que aunque 
muy superior en las economías industriales avanzadas, ha beneficiado de forma 
muy notable a Latinoamérica y Asia. En este sentido, resultó crucial la llamada 
“revolución verde” promovida entre 1945 y 1970 por Norman Borlaug e 
impulsada por los organismos internacionales, que mediante la introducción de 
semillas mejoradas de cereal, aumento de los inputs de agua, fertilizantes y 
plaguicidas, obtuvo grandes incrementos de la productividad agraria, que se 
multiplicó entre dos y cinco veces, especialmente en los países más atrasados. 
Sin embargo, las diferencias entre los países y regiones ricos y los pobres no 
han dejado de ampliarse, excepto en las décadas de los 50 y los 60. 
 
Las cifras de las exportaciones (tabla 10.1) muestran el avance definitivo de 
la globalización económica gracias al abaratamiento de los transportes y los 
cambios institucionales favorables al comercio, junto con la extendida convicción 
de las ventajas que éste aportaba a la especialización productiva a escala 
mundial. 
 
Tabla 10.1. Crecimiento de la población, PIB, PIB/pc y exportaciones, 1950-1998 
(tasas anuales acumuladas) 
 
 
Población PIB 
PIB per 
cápita 
Exportaciones 
 1950-
1973 
1973-
1998 
1950-
1973 
1973-
1998 
1950-
1973 
1973-
1998 
1950-
1973 
1973-
1998 
Europa Occidental 0,70 0,32 4,81 2,11 4,08 1,78 8,38 4,79 
Países de 
inmigración europea 1,55 1,02 4,03 2,98 2,44 1,94 6,26 5,92 
Japón 1,15 0,61 9,29 2,97 8,05 2,34 
Asia (sin Japón) 2,19 1,86 5,18 5,46 2,92 3.54 9,97* 5,95* 
Latinoamérica 2,73 2,01 5,33 3,02 2,52 0,99 4,28 6,03 
Europa del Este y 
antigua URSS 1,31 0,54 4,84 -0,56 3,49 -1,10 9,81 2,52 
África 2,33 2,73 4,45 2,74 2,07 0,01 5,34 1,87 
Mundo 1,92 1,66 4,91 3,01 2,93 1,33 7,88 5,07 
Fuente: Maddison (2002, 126-127). Nota: * toda Asia, incluido Japón. 
 
El mundo no había conocido una época de crecimiento tan prolongado, tan 
intenso y tan global como la de la segunda mitad del siglo XX. Cabría esperar 
por tanto –retomando uno de los argumentos centrales de nuestra explicación— 
algún avance importante en la energía disponible o los convertidores empleados. 
Repasando de nuevo el gráfico 1.4 (véase tema 1), se observa muy claramente 
el salto espectacular en la producción (y por tanto en el consumo) de energía 
Historia económica UNED 
 
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a partir de 1945. Los incrementos del consumo de energía son acordes con el 
crecimiento económico. Se produjeron cambios menores, aunque importantes, 
en la eficiencia de los convertidores empleados –motores de explosión, 
turbinas, bombillas, etc. — pero sin que se haya producido ningún cambio 
revolucionario en las fuentes de energía, que siguen siendo básicamente 
combustibles fósiles, no renovables, ni en los tipos de convertidores. Esto 
plantea una incógnita importante sobre la sostenibilidad del modelo de 
crecimiento económico que se difunde tras la Segunda Guerra Mundial, 
especialmente si tenemos en cuenta las graves disparidades en el consumo de 
energía en los países más avanzados con respecto al resto, y las ya visibles 
presiones sobre los precios de la energía generadas por el crecimiento de la 
población a escala mundial y la demanda impulsada por mayores niveles de 
renta (tabla 10.2). 
 
Tabla 10.2. Desigualdades en el consumo de energía (varios países o regiones), 
1990-2008 (kWh/habitante) 
 
 1990 2008 
Estados Unidos 89.021 87.216 
Unión Europea 27 40.240 40.821 
Oriente medio 19.422 34.774 
China 8.839 18.608 
India 4.419 6.280 
Latinoamérica 11.281 14.421 
África 7.094 7.792 
Mundo 19.421 21.283 
Fuente: Wikipedia (World energy consumption), datos de International Energy Agency 
 
Este tema se dedicará a analizar los grandes procesos económicos de la 
segunda mitad del siglo XX, articulado en tres etapas: 
• una primera de rápida recuperación tras la guerra mundial, hasta 1950; 
• las dos décadas siguientes (1950-1973) constituyen un período prolongado 
de intenso crecimiento económico generalizado, con tasas de 
crecimiento del PIB per cápita próximas al 3% a nivel mundial (tabla 10.1); 
• desde comienzos de la década de 1970, la crisis del sistema monetario 
internacional y el alza de los precios del petróleo desestabilizaron las bases 
del crecimiento capitalista y obligaron a la economía mundial a adaptarse a 
nuevas condiciones; los países del bloque comunista, por su parte, entraron 
en un periodo de deterioro económico que acabaría en una quiebra del 
bloque a comienzos de los años 90. 
 
 
10.2 Los años de la reconstrucción (1945-1950) 
 
10.2.1 Los cimientos del nuevo orden económico 
 
Aún antes de que acabara la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos y 
Gran Bretaña se plantearon cómo establecer las bases para la reconstrucción de 
la economía mundial una vez que finalizase el conflicto. Las lecciones del 
periodo de entreguerras y de la lucha contra la gran depresión, así como el 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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temor a la extensión del comunismo soviético marcaron el camino. Se impuso la 
visión de que la reconstrucción de posguerra tenía que basarse en la 
recuperación de todos los países vencedores o vencidos, de que la 
intervención de los Estados era clave para la ordenación de las economías 
y de que el avance del libre comercio y la cooperación entre países eran las 
garantías de progreso económico y estabilidad política. 
El establecimiento de la ONU (1945) aspiraba a mejorar la Sociedad de 
Naciones de preguerra, para lo que se le dotó de un órgano, el Consejo de 
Seguridad, en el que tenían asiento permanente y capacidad de veto las 
potencias vencedoras (Estados Unidos, URSS, Inglaterra, a las que se 
añadirían posteriormente Francia y China). Pese a sus limitaciones, la ONU 
aspiraba y aspira a establecer unas reglas de juego comunes para todos los 
países y un sistema de resolución pacífica de los conflictos internacionales. 
En la economía, el equivalente a la ONU fueron las instituciones surgidas de 
la conferencia de Bretton Woods (1944), en la que participaron 45 países, 
incluida la URSS, que sin embargo no participó en los acuerdos. El objetivo 
básico era fomentar el desarrollo del comercio internacional, pero ello exigía 
también un sistema monetario internacional que sustituyera al patrón-oro. 
Los tres pilares del sistema de Bretton Woods eran por tanto: 
a) la aceptación del dólar norteamericano como única moneda 
convertible en oro y por tanto su adopción como patrón de cambio 
internacional, con respecto al cual se establecía la paridad del resto de 
monedas; 
b) el establecimiento de una serie de instituciones financieras 
internacionales, que desempeñaran las funciones asignadas al sistema 
financiero en cualquier economía: control de los cambios y de la masa 
monetaria (encomendado al Fondo Monetario Internacional, FMI). Este 
Fondo serviría para auxiliar a aquellas economías con fuertesdesequilibrios en sus balanzas de pagos y lo haría mediante préstamos a 
corto plazo (5 años) a cambio del compromiso de que dichas economías 
adoptasen medidas de estabilización. Los préstamos se hacían con cargo a 
un fondo constituido por las aportaciones de los Estados miembros en función 
del PIB de cada país. Por otro lado se creó una institución dedicada a 
financiar el desarrollo económico mediante préstamos a largo plazo a los 
países más pobres: el Banco Internacional para la Reconstrucción y el 
Desarrollo (BIRD), más adelante convertido en Banco Mundial. En sus 
primeros años de funcionamiento se centró en préstamos para la 
reconstrucción, necesaria tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y a partir 
de los años 60 en préstamos a los países en desarrollo. 
c) El tercer pilar del nuevo orden económico fue el fomento del comercio 
internacional a través de una Organización de Comercio Internacional 
(1946) que no llegó a funcionar debidamente, sobre todo debido a la 
oposición de los EE.UU., y que sería sustituida por un acuerdo internacional 
destinado a eliminar barreras al comercio y reducir los aranceles, el llamado 
Acuerdo General sobre Tarifas y Aranceles (GATT, en inglés, 1947). El 
GATT celebraría rondas negociadoras periódicas que permitirían ir 
avanzando en la liberalización de los intercambios, hasta que en 1995 dio 
lugar a la creación de la Organización Mundial del Comercio 
 
 
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Gráfico 10.2 La reducción arancelaria a través de las rondas del GATT 
 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de WTO, 1995,Trading Into the Future, Ginebra, pp. 5 y 9. 
 
10.2.2. La reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial 
 
Las muertes provocadas por la Segunda Guerra Mundial se cifran entre unos 
cincuenta y setenta millones de personas (unos cuarenta en Europa), cerca del 
60% de los cuales eran no combatientes. A ello hay que sumar las destrucciones 
materiales: sólo en la URSS habían sido arrasadas 17.000 ciudades así como el 
70% de las infraestructuras de transporte. La renta nacional había descendido 
en un 50% en Austria y Polonia, en un 40% en Finlandia, Grecia e Italia y entre 
el 10 y el 20% en Francia, Países Bajos y Bélgica, y aún menos en Gran 
Bretaña, Suiza y Suecia (tabla 10.3). 
Sin embargo, la recuperación, especialmente en Europa, fue bastante 
rápida: por un lado los nacimientos habían aumentado en el curso de la 
guerra, por lo que no hubo un retroceso global de la población. Por otro, la 
destrucción de equipos productivos no fue en absoluto general. Por último, 
y éste fue el factor más importante, EE.UU. se involucró decididamente en la 
recuperación, en parte por la convicción de que el mundo exigía un liderazgo en 
la paz, y en parte también para sostener su propio crecimiento, puesto que la 
demanda generada por la recuperación de las economías devastadas evitaría el 
colapso de su aparato productivo una vez finalizada la producción para la guerra. 
Las ayudas norteamericanas a Europa comenzaron a llegar desde julio de 
1945, a través de una agencia de Naciones Unidas (UNRRA, Administración de 
las Naciones Unidas para la Reconstrucción y la Rehabilitación), que distribuyó 
25.000 millones de dólares. Y posteriormente a través del European Recovery 
Program (ERP), llamado Plan Marshall por la propuesta lanzada en julio de 
1947 por el general George Marshall, Secretario de Estado norteamericano, para 
contrarrestar la expansión soviética. 
 
 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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Tabla 10.3. Daños de la guerra y reconstrucción posbélica. 
 
Año de la preguerra 
en el que el PIB fue el 
mismo que en 1945 
 
Año en el que el 
PIB recuperó el 
nivel más alto de la 
preguerra 
Tasa anual de crecimiento del 
PIB durante la reconstrucción 
(1945 hasta el año de la 2ª 
columna) 
Austria 1886 1951 15,2 
Bélgica 1924 1948 6,0 
Dinamarca 1936 1946 13,5 
Francia 1891 1949 19,0 
Alemania 1908 1951 13,5 
Italia 1909 1950 11,2 
Holanda 1912 1947 39,8 
Noruega 1937 1946 9,7 
Suecia Nunca 
Suiza Nunca 
Reino Unido Nunca 
Fuente: Barciela (2005:345), basado en Crafts y Toniolo (1996: 4). 
 
El programa, previsto para cuatro años (1948-1951) incluía tanto donativos 
(cerca del 70%) como préstamos por una cuantía inicial de unos 13.000 
millones de dólares, aunque se prolongó en el tiempo y llegó a abarcar también 
las “ayudas” militares de EE.UU. a sus aliados de la OTAN. Buena parte de la 
ayuda era en especie –productos norteamericanos— y quedaba 
condicionada a que los países receptores garantizaran a eficiencia en la 
utilización de las ayudas y establecieran organizaciones conjuntas para facilitar 
los pagos internacionales. Tales condiciones fueron las que provocaron que la 
URSS y sus aliados no participasen en el programa, pese a estar presentes 
en la conferencia inicial de París en 1947. 
 
Gráfico. 10.3. Plan Marshall. Distribución por tipos de ayuda de las entregas del 
ERP a Europa (1948-1951) (en millones de dólares) 
 
Fuente: Sorel, E. y Padoan, P.C. (2008): The Marshall Plan: lessons learned for the 21st century, París, 
OCDE, p. 17. 
 
La ayuda tenía como objetivo reequilibrar las balanzas de pagos 
europeas con los Estados Unidos. Para ello era necesario mejorar la 
productividad y así poder iniciar las exportaciones y revitalizar el comercio 
Historia económica UNED 
 
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intraeuropeo. Los medios para lograrlo no eran sólo las inversiones, sino 
también la cooperación internacional, a través de tres vías: 
 
a) un programa común de recuperación económica, para lo que se creó 
la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE, convertida 
luego en OCDE), que acordó cómo se repartirían las ayudas 
norteamericanas, pero no logró consensuar un plan conjunto de desarrollo, 
que habría requerido la coordinación de políticas nacionales muy distintas. 
Sus logros en este período se centraron en establecer unos principios 
generales para lograr la estabilidad monetaria, el estímulo de las 
exportaciones, la reducción de las importaciones, la modernización de las 
estructuras productivas y la eliminación de los desequilibrios intra-europeos. 
 
b) uniones aduaneras, impulsadas por los norteamericanos dieron escasos 
frutos inicialmente: Francia e Italia firmaron un tratado de unión aduanera 
(Francital) en 1949, igual que el Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo), 
pero los intentos de integrar ambas no cuajaron. Inglaterra, por su parte, no 
quería renunciar al sistema de preferencia imperial de la Commonwealth, que 
constituía de facto una zona de librecambio y abarcaba todos los territorios 
del antiguo Imperio británico), 
 
c) Unión Europea de Pagos (1950), tuvo como finalidad establecer un 
sistema de pagos que permitiese la reactivación del comercio intraeuropeo. 
Para ello, los importadores pagarían las importaciones a su banco central, en 
moneda nacional, y cada mes se hacían las compensaciones entre bancos 
centrales. Los países deudores recibían automáticamente créditos 
procedentes de un fondo de 350 millones de dólares de la ayuda americana. 
El sistema funcionó y de hecho fue el intento de cooperación internacional 
que tuvo efectos más prometedores. 
 
La intervención norteamericana fue muy distinta en Japón. En este país las 
autoridades militares norteamericanas aprovecharon la ocupación para imponer 
un conjunto de reformas institucionales, que transformasen la sociedad 
japonesa para aproximarla a los modelos occidentales. Se llevó a cabo una 
importante reforma agraria, a través de programas gubernamentales de 
compras de tierras a los terratenientes para su reventa a bajos precios a los 
cultivadores directos, lo que produjo una importante transferencia de la tierra 
cultivable (se calcula un 38% del total entre 1947 y 1949) y la conversiónde 
antiguos campesinos arrendatarios en propietarios. Se disolvieron los grandes 
conglomerados industriales (zaibatsu) y se aprobó una nueva legislación laboral 
que suponía la introducción de sindicatos. Al tiempo sirvió para desactivar los 
riesgos del resurgimiento del nacionalismo y del militarismo. 
 
EEUU impuso una constitución en la que el país renunciaba a contar con 
ejército. En los años venideros esto liberaría a la economía japonesa los 
recursos que otros países dedicaron al mantenimiento de sus ejércitos. 
Más adelante, la proximidad del Japón a los escenarios de la Guerra Fría 
(Corea y China) hizo ver a los norteamericanos la necesidad de apoyar la rápida 
reconstrucción de la economía japonesa, para lo cual se llevó a cabo un 
amplio programa de ayudas similar al desarrollado en Europa. La industria 
japonesa se benefició de los pedidos militares necesarios para hacer frente a la 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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guerra de Corea (1950-53). La transferencia de tecnologías norteamericanas y la 
apertura del mercado estadounidense a los productos nipones garantizarían la 
expansión y el rápido crecimiento de la economías japonesa entre 1950 y 1973. 
 
10.2.3 La influencia soviética en la Europa del Este 
La URSS junto con Alemania sufrió las peores consecuencias de la guerra en 
términos de pérdidas de vidas humanas; de destrucción de ciudades, 
infraestructuras de transporte y plantas industriales. Tras la victoria obtuvo 
compensaciones en forma de anexiones territoriales con sus poblaciones 
(650.000 km2 y unos 24.000.000 de habitantes), reparaciones de guerra y el 
mantenimiento de sus ejércitos de ocupación con cargo a los países en que 
quedaron estacionadas sus tropas. 
Los Estados Unidos pasaron rápidamente de la condición de aliados a la de 
enemigos en potencia. La solución a la primera etapa de la Guerra Fría (1946-
47) fue el acuerdo de la división de Europa en zonas de influencia. En unos 
casos, como los países bálticos, fueron incorporados al territorio de la URSS. En 
otros, como Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria, se 
instalaron gobiernos afines al régimen soviético. En Yugoslavia y Albania, 
aunque triunfaron regímenes comunistas su evolución los separó de la URSS. 
 
Mapa 10.1. Modificación de fronteras y construcción del bloque soviético 
 Fuente: Wikipedia (Eastern bloc) 
 
En todos estos países se implantó una economía de planificación similar a 
la soviética. El objetivo inicial de los primeros planes quinquenales en estos 
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13 
países fueron la industria pesada, la producción de energía y las 
infraestructuras de transporte. Los mayores problemas se dieron en la 
aplicación del modelo al sector agrario. En países como Polonia la fuerte 
oposición del campesinado impidió imponer el modelo de explotación 
colectivizada, aunque se expropiaron las tierras. 
En respuesta al Plan Marshall, los soviéticos crearon un organismo de 
cooperación, la Comisión de Ayuda Económica Mutua (COMECON) en 1949. 
El COMECON, en la práctica, lejos de los objetivos teóricos de cooperación, fue 
el marco de un sistema de relaciones bilaterales al servicio de la Unión 
Soviética. Las economías de estos países se orientaron a la producción de 
bienes demandados por la economía soviética e importaban los 
excedentes de producción de la misma. Las dificultades al comercio que 
imponían los tipos de cambio artificiales de sus divisas, hicieron que las 
relaciones comerciales entre los países de la órbita soviética predominasen los 
acuerdos de trueque más que un verdadero comercio. 
 
10.2.4 España los años de la autarquía 
 
La Guerra Civil (1936-1939) dio paso a una larga posguerra que coincidió con 
la Segunda Guerra Mundial. La postura ambigua del régimen de Franco frente a 
los contendientes –inicialmente favorable al Eje, luego reafirmando su 
neutralidad– situó a la economía española en un escenario de aislamiento. 
 
Tabla 10. 4. Comparación de las destrucciones físicas por la guerra de España y 
la segunda guerra mundial (en %). 
 
 Porcentaje de material 
dañado sobre el stock 
inicial 
Energía eléctrica Cabaña 
animal 
 Proporción de 
muertes sobre 
población 
 Loco-
mo-
toras 
Vago-
nes 
de 
carga 
Flota 
marina 
mer- 
cante 
Potencia 
eléctrica 
instalada 
Caida 
prod. 
electri-
cidad 
E 
Q 
U. 
 
B 
O 
V. 
 
% vivien-
das 
destruido 
Total Activa 
Francia 76 65 73 2,8 27 25 11 8 1,4 3,1 
Italia 50 57 76 5,4 26 32 14 5 0,9 2,2 
Grecia 82 91 73 3,1 56 39 49 21 7,0 18,9 
España 34 40 23 0,9 16 26 10 0,5-4 1,1-1,5 2,7-4,0 
Fuente: Catalan, J. (1995): La economía española y la Segunda Guerra Mundial, Barcelona, Ariel, 54-5 
 
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial el mantenimiento del régimen de 
Franco, alineado políticamente con los regímenes totalitarios derrotados en 
el conflicto, privó a la economía española del conjunto de ayudas a la 
reconstrucción ofrecidas por los norteamericanos. 
Intervencionismo y autarquía son los dos términos que definen la evolución 
de la economía española en este período. La intervención del Estado se produjo 
en dos direcciones, por un lado hacia el control de precios y por otro hacia la 
asignación de recursos. De alguna forma se prolongaron sistemas de gestión 
propios de un período de guerra. 
Los agricultores tenían que vender su producción de cereales al Servicio 
Nacional del Trigo (SNT), que fijaba precios con criterios administrativos. 
Como quedaban por debajo del precio de equilibrio, fue inevitable la reducción 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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14 
de la producción y la aparición de un mercado negro. La escasez obligó a 
implantar sistemas de racionamiento hasta 1951. La situación se salvó gracias 
a las masivas importaciones de trigo y otros alimentos desde Argentina y 
más tarde desde EE.UU. 
 
Gráfico 10.4. Trigo comercializado en el mercado negro en España (%) 
 
 
Fuente: Barciela, Carlos (2002:343) 
 
 
Los mismos sistemas se aplicaron al control de los aprovisionamientos de 
la industria mediante los cupos de combustible, materias primas y licencias 
de importación. 
 
Finalmente, el Estado asumió el rol de empresario con la creación de 
empresas públicas. Para ello se creó el Instituto Nacional de Industria (INI) y se 
nacionalizaron empresas como Telefónica y el transporte ferroviario con la 
creación de Renfe. El INI creó empresas como Endesa y Enher (en el sector 
eléctrico); la empresa Nacional Bazán (astilleros), CASA (aeronáutico) o la 
fracasada Encaso (para obtener gasolina sintética por destilación de pizarras). 
El nuevo régimen estableció un rígido control sobre los salarios, fijados 
por el Ministerio de Trabajo, lo que combinado con una inflación descontrolada 
condujo a un empeoramiento de las condiciones de vida de la población. Los 
salarios reales durante los años 40 y 50 apenas alcanzaban la mitad de los de 
1936. Ello provocó la contracción de la demanda agregada, que se concentró 
en artículos básicos y estimuló la tendencia a sustituir maquinaria por mano de 
obra barata. Mientras los salarios cayeron, los beneficios empresariales 
aumentaron; no ha de olvidarse qué sectores sociales apoyaban al régimen. 
Ante la falta de reformas fiscales y la necesidad de mantener al ejército, 
movilizado para hacer frente por un lado a los focos de resistencia interiores 
(maquis) y a la amenaza de una invasión aliada, el Estado no dispuso de 
recursos para aplicar políticas de estímulo a la recuperación económica y 
prácticamente se limitó al mantenimiento del orden. 
 
Historia económica UNED 
 
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15 
 
 
10.3. Expansión y crecimiento de la economía mundial (1950-1973)10.3.1 Factores explicativos del crecimiento. 
 
El período que va de 1950 a 1973 está caracterizado, como ya señalamos, 
por un intenso desarrollo y crecimiento económico. El PIB mundial creció a una 
tasa cercana al 5% anual. Las mayores tasas de crecimiento per cápita se dieron 
en los países desarrollados (tabla 10.1) debido al diferente impacto del 
crecimiento demográfico entre los países desarrollados y los del Tercer Mundo. 
Los factores que operaron a favor de este crecimiento son múltiples. En el 
bloque capitalista, los factores del crecimiento pueden dividirse entre los que 
operan por el lado de la oferta y los factores de la demanda1. 
Desde el punto de vista de la oferta, resultaron cruciales: 
1. Las elevadas tasas de inversión: derivadas del incremento de los beneficios 
empresariales, el aumento del ahorro familiar y las inversiones internacionales 
de EE.UU. 
2. El progreso tecnológico: empezando por la revolución verde de la 
agricultura; el sector químico con derivados del petróleo (plásticos) y 
productos farmacéuticos; la electricidad y la electrónica (incluida la creciente 
industria de electrodomésticos), las telecomunicaciones (con la televisión) y 
transportes (popularización del automóvil y auge del transporte aéreo). 
 En este sentido, es importante señalar la importancia de la abundante oferta 
de petróleo a precios moderados. También la importancia de los procesos de 
transferencia tecnológica (inicialmente casi sólo desde EE.UU.). 
3. La terciarización de la economía, es decir, del crecimiento y diversificación 
del sector servicios tanto privado como público, posible gracias a los 
aumentos de productividad en la agricultura y la industria. 
4. La liberalización de la economía mundial, que permite a los países 
aprovechar sus ventajas comparativas y obtener economías de escala, y 
genera un fuerte incremento del comercio mundial. con efectos directos 
sobre las condiciones demográficas, el desarrollo científico y técnico, el 
movimiento de capitales y la transnacionalización de las empresas. 
5. Un marco institucional favorable, tanto a nivel nacional (a través de 
políticas de fomento industrial o de la innovación, mejoras de la condiciones 
generales de vida y prestaciones sociales) como internacional (instituciones 
de fomento del comercio, mecanismos de pago y cooperación internacional). 
 
El incremento de la demanda se explica por los siguientes factores: 
1. Las políticas de pleno empleo. 
2. El crecimiento general de la renta, debido a mejoras en la productividad. 
3. El crecimiento de la renta real de las familias, con dos facetas: mejores 
salarios (posibles gracias a las mejoras de productividad y la presión sindical) 
pero también más salarios en la familia (aumento del número de mujeres 
casadas que trabajan fuera de la casa). 
4. El incremento de la propensión al gasto de las familias, como resultado de 
la seguridad derivada de los sistemas de previsión social y también del efecto 
de la inflación moderada, que desincentiva el ahorro. 
 
1 La explicación que sigue está tomada de Feliú y Sudrià (2007: 437-453) 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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16 
5. El incremento de la demanda del sector público. 
6. El crecimiento del comercio exterior. 
La incidencia de cada uno de los factores de producción para explicar el 
crecimiento, se ha comprobado que en las economías avanzadas radica en una 
mayor calidad de los mismos y una utilización más eficiente (representados por 
la Productividad Total de los Factores, PTF). Por el contrario, en los países 
atrasados se explica por el incremento de recursos, capital y trabajo (tabla 10.5). 
 
Tabla 10.5. Contribución de los factores al crecimiento económico (1950-1973) 
 
 
 
Bloque o País 
Crecimiento 
del PIB 
Contribución del factor 
Contribución 
de la PTF1 Tierra Trabajo Capital 
 En porcentajes 
OCDE2 5,4 0 12 26 62 
URSS 5,1 3 35 51 10 
Asia3 5,6 1 41 33 26 
América Latina 5,2 3 35 27 34 
Japón 9,3 -1 16 26 59 
EEUU 3,7 0 31 28 41 
GB 3,0 0 2 33 66 
RFA 5,9 0 2 27 70 
Francia 3,1 0 7 21 72 
NOTAS: 1) PTF: Productividad Total de los Factores; 2) Media aritmética de los cinco países 
siguientes: Japón, Estados Unidos, Gran Bretaña, RFA y Francia; 3) Engloba a Japón; sin 
este país, el PIB asiático sería 5,2. 
Fuente: Barciela (2005: 359), basado en Carreras (2003: 394) 
 
La intervención del Estado en la economía creció en todas partes. Las 
políticas keynesianas se impusieron, dando prioridad a la lucha contra la 
depresión y el desempleo frente al control de precios o el equilibrio de las 
cuentas públicas. Las políticas de dinero barato (bajos tipos de interés) y déficit 
presupuestario buscaban así impulsar la economía (tablas 10.5 y 10.6). 
 
Por un lado, aumentó la actividad reguladora del Estado, como en 
Francia, donde se aplican políticas de planificación flexible o indicativa. Cada 
cuatro años el gobierno francés marcaba sus previsiones macroeconómicas, que 
indicaban al sector privado hacia qué objetivos se dirigiría la acción y la 
inversión pública. En Inglaterra a principios de los 60 se creó el National 
Economic Development Council, que publicaba también periódicamente 
previsiones macroeconómicas a corto plazo. 
Otra forma de intervención de los Estados fue la nacionalización de ciertos 
sectores, como el energético o el de los transportes. 
Por último, el papel del Estado creció como proveedor de servicios 
sociales (sanidad, educación, pensiones, seguros de desempleo), que 
contribuyeron a la construcción en este período del llamado Estado del bienestar 
(welfare state) en un intento de frenar el avance de los partidos de izquierda y la 
expansión del comunismo. 
 
 
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17 
Tabla 10.6. Gasto público como porcentaje del PIB. 
 1950 1960 1973 
Francia 27,6 34,6 38,8 
Alemania 30,4 32,5 42,0 
Holanda 26,8 33,7 45,5 
Reino Unido 34,2 32,6 41,5 
EEUU 21,4 27,8 31,1 
Japón 19,8 20,7 22,9 
 
Tabla 10.7. Presión fiscal y participación de impuestos sobre la renta 
 1950 1970 
 
Recaudación 
tributaria de las 
administraciones 
públicas (% PIB) 
Impuesto sobre la 
renta (% ingresos 
impositivos del 
Estado) 
Recaudación 
tributaria de las 
administraciones 
públicas (% PIB 
Impuesto sobre la 
renta (% ingresos 
impositivos del 
Estado 
Alemania 22,5 29,3 37,5 36,9* 
España 1,8 7,8b 20,4 1,1 
Francia 18,8 26,7 37,2 17,2 
Italia 14,0 20,9 28,4 17,6 
Reino Unido 39,1 41,3 37,4 37,8 
NOTAS: a) En 1970 se trata de los ingresos totales no financieros; b) Sólo recaudación del 
Estado; * Impuestos sobre la renta y el patrimonio pagados por las familias. 
Fuente: Barciela (2005:360-361) 
 
Otro gran estímulo de este período de expansión fue el rápido incremento 
del comercio mundial. A ello contribuyeron organizaciones internacionales 
como el GATT y otras agencias que consiguieron reducciones progresivas de los 
aranceles y de las barreras comerciales. Un caso específico del incremento de 
los intercambios comerciales fue la creación de grandes áreas de libre comercio 
como el Mercado Común Europeo o la EFTA. 
 
Gráfico 10.5. Distribución geográfica del comercio mundial, 1950, 1970 y 1980 
 
 Fuente: Van der Wee, Herman (1986: 307). 
 
Aquellas economías que se abrieron a estos intercambios muestran 
mayores tasas de crecimiento; cabe citar los casos de España, Portugal o 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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18 
Grecia en Europa y de Corea del Sur, Taiwán, Singapur o Nueva Zelanda en el 
Extremo Oriente. Las zonas menos abiertas al comercio internacional como 
América Latina o África muestran tasas de crecimiento más reducidas. 
 
Finalmente, otro factor que influyó en la expansión de la economía mundial 
fue la ayuda al llamadoTercer Mundo. Tanto los países desarrollados como 
organismos internacionales como el Banco Mundial, agencias de la ONU (FAO, 
UNESCO, UNICEF, etc.) y más recientemente el FMI han invertido grandes 
cantidades de recursos en las economías más atrasadas. Sin embargo, los 
efectos sobre su crecimiento fueron limitados. El atraso no se explica sólo en 
términos de déficit de capital físico, sino que es la disponibilidad de capital 
humano (muy abundante en la Europa de la posguerra y muy escaso en las 
regiones más atrasadas) lo que marca la diferencia en lo que respecta a los 
efectos de las ayudas al desarrollo. De ahí, que en los últimos años los 
organismos internacionales y los sistemas de cooperación al desarrollo hayan 
puesto en acento en la mejora de los sistemas educativos de los países del 
llamado Tercer Mundo. 
Este importante crecimiento económico se tradujo un incremento de la 
convergencia hasta 1970, es decir, un acercamiento entre países desarrollados 
y menos desarrollados. En el balance final tanto Europa como Estados Unidos 
perdieron posiciones a favor principalmente de Japón. El crecimiento se logró 
además en condiciones de pleno empleo; durante este largo periodo (1950-
73) la tasa de paro se mantuvo entorno al 2,6 % en Europa, al 1,6 % en Japón y 
al 4,5 % en EEUU. También hubo bajos niveles de inflación (4,3% en Europa, 
5,2 en Japón). 
Convergencia, pleno empleo, baja inflación y estabilidad cambiaria 
diferencian claramente el período que va de 1950 a 1973 tanto del periodo de 
entreguerras (1918-1939) como de los difíciles años que seguirán a la crisis 
energética de 1973. 
 
10.3.2 La integración económica en Europa 
 
Durante esta fase de crecimiento económico generalizado se puso en 
marcha el proceso de integración de las principales economías europeas, 
sentándose así las bases de la actual Unión Europea. Con la declaración el 9 de 
mayo de 1950 del Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Robert Schuman, 
en la que se anunciaba la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del 
Acero (CECA) se iniciaba el proceso que conduciría a la integración económica. 
La CECA aspiraba a coordinar, bajo el mando de una Alta Autoridad la 
producción siderúrgica de Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y 
Luxemburgo, creando un mercado común para el carbón y el acero. 
El Tratado de creación (París, 18 de marzo de 1951) sentó las bases para el 
establecimiento de unas instituciones comunes, que servirían de germen a la 
futura Unión Europea. Las negociaciones posteriores concluyeron con la firma el 
25 de marzo de 1957 en Roma de los tratados de la Comunidad Económica 
Europea y del EURATOM. 
En los diez años siguientes hubo importantes avances, fundamentalmente en 
la formación de un mercado común y en el diseño de una política agraria 
común (PAC). Para lo primero, era necesaria la reducción progresiva de los 
aranceles intracomunitarios y la supresión de los contingentes de importación 
Historia económica UNED 
 
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19 
en un proceso gradual que concluyó tres años antes de lo previsto (1967), 
aunque más complejo resultó el establecimiento de una Tarifa (arancel) 
Exterior Común (TEC), ya que hubo de negociarse en el marco del GATT y se 
exceptuaron algunos productos que recibieron una protección especial, casi 
todos ellos ligados a la producción agraria. Como resultado de estas medidas, el 
comercio entre los seis países miembros creció en un 130% en los primeros 
cuatro años. 
Mientras tanto, el éxito de la Comunidad Económica Europea atrajo a 
nuevos candidatos, incluido el inicialmente muy escéptico Reino Unido, que se 
incorporó a la CEE en 1971, y en 1973 lo harían Dinamarca e Irlanda. En los 
tres casos las negociaciones obligaron a concesiones mutuas. 
La Europa de los Nueve, a la vista de los grandes avances logrados, pasó a 
plantearse nuevos objetivos, concretados en el plan Werner (1970), que 
aspiraba a lograr la unión económica y monetaria en 10 años. Pero la crisis 
económica desatada a comienzos de la década de los 70 dio al traste con estos 
planes, retrasando dos décadas los proyectos de unión económica y monetaria. 
 
10.3.3 Las economías de planificación centralizada 
 
Durante esta etapa expansiva también las economías comunistas de 
planificación, especialmente en la Europa de Este, experimentaron 
importantes avances, si bien es difícil cuantificarlos dada la falta de fiabilidad 
de sus estadísticas y de que éstas recogían solo datos de producción industrial y 
agraria, lo que hace que las macromagnitudes oficiales sean difícilmente 
comparables con las de las economías occidentales. 
El modelo soviético de fuertes inversiones en la industria pesada e 
infraestructuras era capaz de generar importantes tasas de crecimiento, 
aunque la eficiencia económica global y la satisfacción de los consumidores 
resultaran difícilmente alcanzables a través de la planificación centralizada. 
Tras esa fase de crecimiento, estas economías entraron en una fase de 
estancamiento desde finales de los 50 provocado por sus graves problemas 
estructurales de funcionamiento. Una primera explicación del estancamiento hay 
que buscarla en el carácter extensivo de su crecimiento, basado en la 
aportación de grandes cantidades de mano de obra mal pagada y fuertes 
aportaciones de capital físico. Por otro lado, la planificación fracasó en lo 
relativo a la producción agraria y sobre todo en lo que se refiere a los niveles 
de vida y consumo de sus ciudadanos. Las diferencias en términos de nivel de 
vida entre los ciudadanos orientales y occidentales irían aumentando en las 
décadas siguientes provocando la creciente desafección de la población a los 
regímenes comunistas. 
La ineficiencia de su tecnología se hizo patente en que la economía 
soviética consumía por unidad de producto entre dos y tres veces la energía 
empleada por las economías occidentales. 
Las industrias no producían para el mercado sino para cumplir con las 
cuotas asignadas por los organismos de planificación lo que tuvo como efecto 
un descuido alarmante por la calidad, en beneficio de la cantidad. 
No existían incentivos para la innovación y los burócratas que planificaban 
la asignación de los recursos carecieron de la visión y la independencia para 
destinar fondos de inversión a nuevos sectores económicos como la informática 
o la ingeniería genética. 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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20 
Los costes de la Guerra Fría también pasaron factura a un sistema 
productivo ineficiente. La URSS mantuvo una política de apoyo a los 
movimientos comunistas en diferentes partes del globo. China, Corea, Vietnam, 
Cuba, Libia, Angola, Mozambique, Etiopía y Afganistán jalonan las zonas de 
conflicto en las que se desarrolló la llamada Guerra Fría. Se ha estimado que el 
esfuerzo por mantener la intervención en el exterior llegó a suponer en algunos 
momentos el 25% de su PIB. Tampoco ha de olvidarse imputar en este terreno 
el coste la carrera espacial en lo que tuvo de competencia por lograr el prestigio 
y reconocimiento frente a los norteamericanos, sus adversarios. 
Todas estas tensiones se harían insoportables para el sistema durante las 
crisis energéticas de los 70 y llevarían a desesperados intentos de reforma de 
los 80. 
 
China: un caso aparte. 
 
Mención especial dentro del bloque de las economías comunistas merece el 
caso de China que entró a formar parte de las economías socialistas una vez 
que los comunistas, el 1 de octubre de 1949 proclamasen la República 
Popular China con capital en Pekín (Beijing). Rápidamente pusieron en marcha 
un programa de modernización del país. Entre 1949 y 1952 el objetivo fue la 
reconstrucción y la normalización de la actividad económica. La producción de 
alimentos era un 30% inferior al nivel anterior a la Guerra. Para activar la 
producción agraria los latifundios fuerondistribuidos entre los campesinos, 
si bien se estimuló a los pequeños campesinos a colaborar en unidades de 
producción más amplias. El sector energético y el bancario fueron 
nacionalizados. 
Tras estos primeros logros se adoptó el modelo de planificación soviético 
para lograr el desarrollo de la economía china. El primer plan quinquenal chino 
(1953-57) puso el énfasis en el desarrollo del sector industrial a costa del sector 
agrario. El primer plan quinquenal consiguió un incremento anual de la 
producción industrial de un 19% y la Renta Nacional lo hizo en un 9%. 
Por lo que se refiere al sector agrario se incentivó la creación de 
cooperativas en las que las rentas de los campesinos se fijaban a partir de la 
tierra que aportaron a la cooperativa. Cada familia pudo mantener pequeñas 
parcelas para su autoconsumo. En 1957 el 93,5% de las explotaciones formaban 
parte de cooperativas. Los logros fueron menores en el sector agrario, que no 
logró superar un crecimiento del 4% anual. Estos malos resultados del sector 
agrario llevaron a los dirigentes chinos encabezados por Mao Zedong a 
abandonar el modelo soviético de planificación centralizada. 
La nueva estrategia de desarrollo se inició con el denominado “Gran Salto 
Adelante” (1958), que pretendía acelerar el crecimiento del sector agrario 
mediante la industrialización del campo. Se trataba de crear grandes 
unidades en las que se combinase la producción agraria con la industrial. Una 
producción industrial que proporcionaría entre otras cosas maquinaria agrícola. 
Las cooperativas creadas en el periodo anterior se agruparon en grandes 
comunas, que reunían a unas 5.000 familias. 
El experimento fracasó estrepitosamente, en parte por las adversas 
condiciones meteorológicas de los años 1959-1961 y en parte por el miedo de 
los dirigentes de las comunas a incumplir con las exigentes cuotas de 
producción fijadas por las autoridades. El resultado fue que la producción se 
Historia económica UNED 
 
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21 
redujo drásticamente y se produjeron hambrunas catastróficas que 
provocaron entre 15 y 45 millones de muertos, según distintas fuentes. El 
fracaso del Gran Salto Adelante generó críticas internas dentro del partido hacia 
Mao encabezadas por el Ministro de Defensa, que fue acusado por el máximo 
dirigente chino de servir a los intereses soviéticos. 
Tras el fracaso económico del Gran Salto Adelante, Mao cedió el día a día de 
la gestión del gobierno a Liu Shaoqi y Deng Xiaoping para la reactivación de la 
economía, que se desarrolló lentamente a lo largo de los años 60. Las 
relaciones con la URSS fueron tensas, especialmente tras la retirada de los 
asesores técnicos y de las ayudas soviéticas en 1961. En la década de los 
sesenta las tensiones fronterizas estuvieron a punto de llegar a hostilidades 
abiertas. 
En 1966 Mao proclamó la “Revolución Cultural”, que pretendía lograr la 
reforma del modo de pensar y del comportamiento de la población alejándolo de 
los modos burgueses de pensamiento. El balance de la misma no pudo ser más 
catastrófico. Muchos científicos, ingenieros y cuadros de primer nivel fueron 
relegados de sus funciones, cuando no víctimas de persecuciones y purgas. La 
“Revolución cultural” supuso la pérdida de una gran cantidad de capital 
humano, que en nada contribuyó a la renqueante marcha de la economía china. 
Para compensar el distanciamiento de la URSS, China inició una apertura a 
Occidente que llevó a la firma de los acuerdos de 1971 con Estados Unidos y 
a su entrada en la Naciones Unidas. El balance de la era de Mao no podía ser 
más decepcionante en términos económicos. El país en su conjunto poco había 
avanzado respecto a la situación de 1949. 
 
 
10.3.4 El despertar del Tercer Mundo 
 
El concepto de Tercer Mundo surge como consecuencia de la división del 
mundo en los dos grandes bloques encabezados por las superpotencias. Todos 
los países del llamado Tercer Mundo tienen en común bajas rentas per capita y 
haber sufrido procesos de colonización. 
Los países del Tercer Mundo también se beneficiaron del crecimiento y 
del desarrollo experimentado por la economía mundial después de la Segunda 
Guerra Mundial. Entre 1950 y 1973 el bloque asiático tuvo un crecimiento de su 
Producto Interior Bruto del 5,2% (Japón registró un crecimiento del 9,3%); el 
bloque africano creció a un 4,5%. Tasas superiores a las de Europa (4,1), la 
URSS y sus satélites (2,5) y Estados Unidos (2,4). Los efectos de este 
crecimiento sobre la renta per cápita fueron muy escasos debido al fuerte 
crecimiento de su población. La gran fase de crecimiento económico del siglo 
XX apenas acercó a esos países de los más desarrollados y desde luego no 
logró sacarlos de la trampa de la pobreza. 
El subdesarrollo es aún el gran reto de la Humanidad, entre otras cosas 
porque afecta al 80% de la población mundial. Los diferentes análisis de las 
causas del subdesarrollo permiten agruparlas en causas endógenas y 
exógenas. La primera de las endógenas o internas tiene que ver con el medio 
físico. Las economías subdesarrolladas se distribuyen a lo largo del trópico. En 
estos territorios enfermedades como la fiebre amarilla, la malaria, cólera, etc. se 
propagan con gran facilidad. Por otro lado, las agriculturas tropicales tienen 
bajas tasas de productividad, que condicionan la producción de excedentes y 
por tanto repercuten negativamente en el resto de sectores. Finalmente, las 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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22 
estructuras sociales arcaicas también constituyen un obstáculo para la 
modernización. 
Hay otro grupo de causas que podemos considerar exógenas, entre ellas 
destaca el colonialismo. Todos estos países tienen también en común haber 
sufrido períodos de ocupación colonial, si bien las relaciones entre 
colonialismo y atraso económico no están muy claras y de hecho es fácil 
encontrar contraejemplos. Baste mencionar que la Cuba colonizada del siglo XIX 
disfrutó de mayores niveles de renta que las jóvenes repúblicas 
iberoamericanas que alcanzaron su independencia a principios de ese siglo; o 
Hong Kong, colonia británica hasta 1997, ha tenido niveles de desarrollo muy 
superiores a los de territorios de su mismo entorno geográfico que alcanzaron su 
independencia tras la II Guerra Mundial. 
Otro grave obstáculo para el desarrollo de estos países ha sido la explosión 
demográfica. Es el resultado de la combinación de la medicina occidental y de 
pautas sociales y culturales tradicionales que favorecían una alta natalidad. La 
mortalidad cayó drástica y rápidamente mientras que la natalidad se mantuvo en 
tasas elevadas, produciendo así un crecimiento de la población del 2,16% en la 
segunda mitad del siglo XX. La mayores tasas de crecimiento se han dado en 
las zonas más pobres de África con el 3,1%; siendo más reducidas en América 
Latina (1,9) y Asia (2,2), excluida China, donde las políticas activas de reducción 
de la natalidad consiguieron bajar la tasa de crecimiento al 1,2%. En resumen, la 
explosión demográfica impidió que el incremento del PIB de estas 
economías entre 1950 y 1973 se tradujera en una mejora de las rentas per 
cápita. 
 
 
La independencia de las colonias. 
 
Tras la Segunda Guerra Mundial se inició el gran proceso de 
descolonización. La Conferencia de San Francisco de 1945 sentó las bases para 
la descolonización. En primer lugar Japón abandonó todos los territorios 
conquistados desde 1931 y posteriormente tuvieron lugar las descolonizaciones 
británicas y francesas, que se prolongaron entre 1945 y 1965. La 
descolonización portuguesa de Angola y Mozambique se retrasó hasta 1974-75. 
En medio de un mundo dividido en bloques, algunos de estos Estados se 
agruparon en el movimiento de los no alineados que cobró forma en la 
Conferencia de Bandung (1955). 
 
Los resultados de la independencia han sido dispares.Los países de la 
zona del Pacífico se han beneficiado del activo comercio generado por la 
influencia de las economías japonesa y norteamericana. Las inversiones de 
estos países junto con las mejoras de la producción de alimentos logradas 
gracias a la llamada revolución verde (el gran salto en la producción agraria 
entre 1940 y 1970, caracterizado por mejoras en la selección de semillas y 
grandes inversiones en regadío, fertilizantes y plaguicidas) han dado lugar al 
desarrollo industrial de la zona. 
 
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23 
Mapa 10.2. Los procesos de descolonización en África y Asia 
 
 
Fuente: Kalipedia 
 
Por el contrario el desarrollo del Sudeste Asiático se ha visto condicionado 
por el desarrollo de guerrillas comunistas (Vietnam, Camboya, Laos) que 
generaron guerras civiles en las que a menudo se implicaron las dos 
superpotencias. 
El subcontinente indio, dividido tras la independencia de Gran Bretaña en 
dos grandes Estados, la India (de mayoría hindú) y Pakistán (de mayoría 
islámica), se benefició del legado colonial en lo que se refiere a infraestructuras 
de transporte, educación –incluida la superior y sanidad-. Sus gobiernos 
aplicaron los principios de la planificación indicativa y encontraron los principales 
escollos en la transformación de una agricultura lastrada por una estructura dual 
de la propiedad y las grandes desigualdades de renta y sociales consolidadas 
por el sistema de castas. 
En la actualidad el África subsahariana es una de las regiones del planeta 
con mayores niveles de subdesarrollo, pobreza y enfermedades. Los nuevos 
gobiernos no estaban preparados para asumir las responsabilidades que ello 
implica. Su ineficacia y altos niveles de corrupción han marcado negativamente 
la evolución de estas economías en las últimas décadas. 
 
La gestión de la independencia: dirigismo económico. 
 
En el momento en el que se produce la independencia, los referentes a 
imitar en cuanto a políticas de desarrollo tenían un denominador común: una 
fuerte intervención del Estado. En el Primer Mundo, los principios 
keynesianos, dominantes en este período, asignaban un claro papel a las 
políticas económicas de los Estados como motores del desarrollo y 
principal mecanismo para evitar la recesión. Nacionalizaciones de sectores 
productivos estratégicos y planificación indicativa abundaban por doquier. En el 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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24 
llamado Segundo Mundo liderado por los soviéticos, la planificación 
centralizada y los planes quinquenales parecían haber dado buenos resultados 
para sacar a la URSS del atraso de comienzos del siglo XX y convertirla en una 
gran potencia industrial, ya en los años 30. La clave había sido la colectivización 
de la agricultura y su empleo al servicio de la industrialización. 
Estos eran los referentes que tenían los líderes económicos de los países 
que habían alcanzado la independencia. La industrialización era la meta a 
lograr. Tras la Segunda Guerra Mundial un conjunto de economistas 
latinoamericanos, encabezados por Raul Prebisch, lograron que muchos de los 
líderes políticos de los países del tercer mundo abrazasen las llamadas tesis 
“dependentistas”, que ellos propugnaban. De acuerdo con ellas, la 
dominación secular ejercida por las potencias coloniales era la principal 
causa del atraso económico. Las economías de las colonias se habían 
ordenado al servicio de los intereses de las metrópolis, a saber, producir y 
exportar materias y alimentos e importar productos manufacturados. Esta 
división de la producción había condenado a la pobreza a estos países, ya que 
desde fines del siglo XIX los precios de las materias primas y los alimentos 
presentaban una tendencia a la baja, frente a las manufacturas. 
Para romper esta situación recomendaban apoyar las industrias 
nacionales autóctonas mediante la sustitución de importaciones. Es decir, 
mediante una política de elevación de los aranceles a las importaciones de 
manufacturas. Se trataba en definitiva de reservar el mercado nacional de 
productos industriales a las industrias nacionales. Las exportaciones de 
productos agrarios y materias primas contribuirían a proporcionar recursos a los 
Estados para sus políticas de desarrollo. 
Esta política produjo buenos resultados a países como Argentina, Brasil o 
México durante las dos guerras mundiales. El vacío dejado por la reducción 
de las exportaciones europeas y norteamericanas pudo ser cubierto, sin 
competencia, por las industrias locales. Tras la guerra estos países mantuvieron 
esas políticas de sustitución de importaciones, pero a la larga las industrias de 
estos países no fueron capaces de competir en los mercados exteriores. Los 
resultados de tales políticas fueron inflación, incrementos en los déficits de 
las balanzas de pagos, endeudamiento de los Estados, agotamiento de las 
reservas de divisas y empobrecimiento general, manifestado en la 
disminución de la renta per cápita respecto a otros países. La renta per cápita 
argentina era el doble que la española en 1950; en 1982 apenas alcanzaba el 
42% de ésta. 
Estos fueron los resultados de un análisis erróneo del problema del 
subdesarrollo. La causa del atraso no estaba en la especialización en la 
producción de productos primarios, ni el deterioro de la relación de intercambio 
entre productos primarios y manufacturas (los datos manejados por estos 
economistas han sido puestos en cuestión) y existen claros contraejemplos de 
cómo el deterioro de la relación de intercambio de un determinado bien no ha de 
resultar necesariamente negativa. Pensemos en el deterioro de la relación de 
intercambio entre los ordenadores y los productos primarios en los últimos años. 
Esto ni mucho menos ha supuesto la ruina para las economías punteras en la 
producción de este tipo de bienes. Otros problemas como el monocultivo, o 
la falta de diversificación de la producción y la escasez de capital humano, 
que diera flexibilidad a la mano de obra, no fueron identificados como 
causas de subdesarrollo y por tanto no se actuó sobre ellos. 
Historia económica UNED 
 
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25 
Otras economías del Tercer Mundo apostaron por la apertura a los 
mercados exteriores y por aprovechar su ventaja comparativa en la 
economía internacional. En general los países que optaron por este camino 
tuvieron mejores resultados. Una de las primeras economías atrasadas que 
apostó por la liberalización fue, como veremos, la de España. El Plan de 
Estabilización de 1959 suponía la ruptura con un período en el que se buscó un 
desarrollo industrial autárquico. El ejemplo fue seguido en los primeros años 60, 
por el Brasil liderado por Castelo Branco, que tras un golpe de Estado se hizo 
con el poder. La combinación de apertura al exterior y férreo control interno 
del mercado de trabajo en un entorno de dictadura militar tuvo efectos 
positivos sobre el desarrollo económico. Otros casos similares tuvieron lugar 
en otras partes del planeta, baste mencionar la también dictadura de Suharto en 
Indonesia o la de Pinochet en Chile. Por desgracia, la liberalización de las 
economías parecía más sencilla en regímenes autoritarios que 
democráticos. Si bien es cierto que la contradicción entre desarrollo económico 
y subdesarrollo político, en muchos casos, empezando también por España y 
siguiendo por los Estados ex comunistas de la Europa Central, han acabado 
imponiendo la implantación de regímenes democráticos por métodos pacíficos. 
Otro ejemplo de los beneficiosos efectos de la apertura a los mercados 
exteriores sería el caso de China. Tras la muerte de Mao en 1976, el régimen 
de Deng Xiaoping fue permitiendo progresivamente el restablecimiento de los 
mecanismos de mercado y libre empresa. Se ha hablado de un comunismo de 
“mercado”. La fórmulade apertura a los mercados exteriores y férreo control 
interno sobre la población que había tenido éxito en las dictaduras militares que 
padeció América Latina, volvería a funcionar. 
 
10. 3.5 España de la autarquía a la industrialización (1950-1973). 
 
La guerra fría y la ayuda americana 
Tras el estallido de la Guerra de Corea (1950) el gobierno norteamericano 
empezó a ver al régimen de Franco como un útil aliado en la Guerra contra el 
comunismo. Esto hizo posible la firma de los tratados de 1953. A cambio de 
permitir la instalación de una serie de bases norteamericanas, España recibió 
ayudas en divisas que hicieron posible la importación de las materias primas y 
bienes de capital que el país necesitaba para superar la autarquía. 
 
De la autarquía a la sustitución de importaciones 
Los mecanismos de intervención se relajaron suprimiéndose las cartillas 
de racionamiento. Para estimular la producción agraria se eliminó el control 
de precios (excepto para los cereales); se facilitaron subvenciones para la 
compra de maquinaria y fertilizantes y se inició un proceso de concentración 
parcelaria que tenía como finalidad a reordenar la estructura de las 
explotaciones eliminando los nocivos efectos que tenía la excesiva parcelación 
de las mismas y así poder mecanizar la producción. Con todo ello se logró un 
significativo aumento de la producción agraria. 
 
Por lo que se refiere al sector energético, las divisas norteamericanas 
permitieron la importación de petróleo y se llevó a cabo la reestructuración del 
sector eléctrico mediante la interconexión de redes regionales y el abandono del 
control de tarifas. El establecimiento de un tipo de cambio múltiple (que estaba 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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26 
en función del producto con el que se comerciase) facilitó la reactivación del 
comercio exterior. 
 
La política de autarquía dio paso a la de sustitución de importaciones. 
Esto es, que la demanda interna fuese atendida por una industria nacional 
apoyada por el Estado. Estos apoyos se concretaron en una política arancelaria 
proteccionista; un mecanismo de control de cambios y la intervención directa del 
Estado en la producción industrial a través del Instituto Nacional de Industria. 
 
El fracaso de esta política de sustitución de importaciones se debió a la 
incapacidad para controlar la inflación. Las inversiones del INI se financiaron 
con la emisión de deuda, que el Banco de España compraba mediante la 
emisión de moneda. A este problema se añadió el creciente desequilibrio de la 
balanza de pagos, pues las importaciones de materias primas y capital 
aumentaron sin que fuesen compensadas por exportaciones. 
 
El plan de Estabilización. 
Por todo ello la economía española hacia 1956 se hallaba en un callejón 
sin salida. Era necesario dar un giro a la política de sustitución de importaciones. 
En 1957 tomó posesión un nuevo gobierno con un ambicioso programa 
reformista que incluía la elevación de los tipos de interés, para controlar la 
inflación; una reforma impositiva para aumentar la recaudación; el 
establecimiento de un tipo de cambio único y una devaluación de la peseta de 
un 18%. Este paquete de medidas se mostró demasiado tímido para hacer frente 
a la gravedad de la situación. 
Por ello, se vio la necesidad de lograr una auténtica apertura de la 
economía española. En 1957 se produjo la admisión de España por la OCDE 
como país asociado, a cambio de que se diseñase e implementase un Plan de 
Estabilización supervisado por el FMI. El Plan se puso en marcha a mediados 
de 1959. 
El objetivo principal era reducir los desequilibrios de la balanza de 
pagos, para ello se llevó a cabo un nuevo incremento de los tipos de interés; se 
recortó el crédito al sector privado; aumentó la fiscalidad; se estableció un tipo 
de cambio único de 60 pesetas por dólar y empezó a exigirse el depósito de un 
25% previo a la realización de las importaciones. 
El Plan tuvo, en un primer momento, efectos negativos sobre la 
actividad económica que se neutralizaron en parte por la rigidez del mercado 
de trabajo, que contuvo el aumento del desempleo y la emigración de un gran 
número de españoles ante los efectos recesivos del Plan. No obstante en un 
plazo de un año ya se observó una mejora en las cuentas exteriores, que se 
reflejó en un aumento de las reservas, un incremento de las exportaciones y una 
reducción de las importaciones. 
A lo largo de los 60 la economía española experimentó un proceso de 
liberalización, que se vio acompañado de unas elevadas tasas de crecimiento 
anual cercanas al 8%, siendo estas las más elevadas de la OCDE. 
 
La aportación del sector exterior. 
A este crecimiento contribuyó el sector exterior mediante una progresiva 
liberalización del comercio exterior. El Arancel de 1960 eliminó los cupos y las 
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27 
licencias de importación. La adhesión de España al GATT conllevó una 
progresiva reducción de aranceles. 
Se facilitó la entrada de capitales extranjeros mediante un decreto de 
1959 que autorizaba la inversión extranjera hasta el 50% del capital social de la 
empresa; permitía la repatriación de beneficios y sentaba garantías jurídicas 
claras para la adquisición de propiedades por extranjeros. 
También contribuyó a los buenos resultados del sector exterior la firma, 
en 1970, del Acuerdo Preferencial con las Comunidades Europeas, que 
permitió una reducción de los aranceles para los productos industriales 
españoles en los mercados comunitarios, con lo que aumentaron las 
importaciones y se consiguió una mejora de la productividad interna al verse 
facilitadas las importaciones de bienes de capital. 
La balanza de pagos se equilibró gracias a estas inversiones, a las 
remesas de inmigrantes y a los ingresos por turismo, que llegaron a cubrir el 
40% del valor de las importaciones españolas. 
 
La industrialización de los 60 
Durante los años 60 la distribución sectorial de la producción de la 
economía española se transformó. La agricultura pasó del 40 al 22% del PIB, la 
industria del 24 al 35 % y el sector servicios del 23,5 al 27%. El aumento de la 
producción industrial se debió principalmente al crecimiento de la demanda 
interna; mientras que en 1959 el 70% del gasto de las familias se dedicaba a 
necesidades básicas, en 1973 este porcentaje se redujo al 47%, aumentando así 
notablemente el consumo de productos industriales. Las exportaciones 
industriales en 1973 representaban solo el 7% de la producción nacional. 
 
Gráfico 10.6. Índice de producción industrial en España (1930-2000), 1929=100. 
Escala logarítmica 
 
Fuente: Carreras, A. y Tafunell,X. (eds) (2005) Estadísticas históricas de España, siglos XIX-XX, 
Madrid, BBVA, gráf. 5.1. 
 
10 
100 
1.000 
10.000 
1
9
3
0
 
1
9
3
6
 
1
9
4
2
 
1
9
4
8
 
1
9
5
4
 
1
9
6
0
 
1
9
6
6
 
1
9
7
2
 
1
9
7
8
 
1
9
8
4
 
1
9
9
0
 
1
9
9
6
 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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28 
La industrialización fue posible gracias a un importante éxodo de 
población rural a las ciudades (unos 2 millones de personas). Esto consiguió 
contener el crecimiento de los salarios industriales; aumentó la demanda de 
vivienda y productos industriales y tuvo un efecto inverso para los salarios 
agrarios, que aumentaron como consecuencia de la escasez relativa de mano de 
obra. Este factor contribuyó también a favorecer la mecanización de la 
producción agraria, lo que junto con un incremento del uso de fertilizantes 
produjo un aumento de la productividad agraria de un 5,8% anual. 
 
El mantenimiento de prácticas intervencionistas hipotecó el crecimiento a medio 
plazo. 
Entre los aspectos negativos de la evolución de la economía española en 
este período hay que citar el mantenimiento de prácticasintervencionistas, 
que se concretaron en los llamados “Planes de Desarrollo”, inspirados en la 
planificación indicativa francesa, mediante los cuales el gobierno marcaba la 
pauta a seguir por el sector privado en materia de inversiones. El 
intervencionismo afectó también al sector financiero. Los bancos estuvieron 
obligados a respetar un coeficiente de caja, que limitaba la posibilidad de ofrecer 
crédito y unos coeficientes de inversión obligatoria que beneficiaron a sectores 
con baja productividad, como la siderurgia, el naval y la minería. A medio plazo, 
esto llevó a un crecimiento hipertrófico de estos sectores, que obligaría a llevar a 
cabo una importante reconversión industrial en los 80. 
El segundo aspecto negativo fue la incapacidad del gobierno para llevar a 
cabo una reforma fiscal que hiciese posible aumentar la inversión en 
infraestructuras y en educación. 
El lastre de estas políticas intervencionistas se haría patente a partir de la 
primera crisis del petróleo en 1973. 
 
 
10.4 Años turbulentos: inestabilidad cambiaria y crisis energética (1971-
1979) 
 
A comienzos de los años 70 el largo ciclo de crecimiento y desarrollo 
económico mundial iniciado a principios de los 50 quedó interrumpido. Frente al 
crecimiento con pleno empleo y estabilidad, el período que vamos a analizar se 
caracteriza por aumentos simultáneos de desempleo e inflación (algo que nunca 
había ocurrido), fuertes desequilibrios externos y un aumento de las diferencias 
entre países desarrollados y países pobres. 
La crisis no afectó de forma homogénea a las diferentes áreas económicas. 
Durante este período se producirá la incorporación de los “tigres asiáticos” 
(Corea, Taiwan, Hong Kong y Singapur) al conjunto de países desarrollados; la 
integración económica en Europa dará un salto adelante con la firma de Acta 
Única en 1985 y del tratado de Maastricht (1992); se produce el 
desmantelamiento del bloque soviético y de las economías de planificación y, 
finalmente, la apertura de la economía China. 
 
 
 
 
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29 
Gráfico 10.7. Inflación y paro: de la expansión a la estanflación. Cifras medias de 
los 16 países capitalistas más desarrollados. 
FFuente: Tello, E. Coord. (2005): Guía práctica de historia económica mundial, Barcelona, 
Universitat de Barcelona, p. 146. 
 
Nuestro análisis de este período abarcará el período de desencadenamiento 
de la crisis (1971-1979); la absorción de la misma por las diferentes economías 
(1979-1985) y finalmente, el período en el que se crean las condiciones para 
reiniciar el crecimiento económico que abarca desde mediados de los ochenta 
hasta los primeros años 90. 
 
10.4.1 Primeros síntomas de agotamiento de la expansión: las dificultades de la 
economía norteamericana y la suspensión de la convertibilidad del dólar. 
 
Entre 1968 y 1973 dos acontecimientos transformaron la relación de fuerzas 
entre los principales actores del sistema económico mundial. El primero se 
produjo el 15 de noviembre de 1971, cuando el presidente Nixon anunció la 
suspensión de la convertibilidad del dólar. El otro acontecimiento fue la 
drástica elevación de los precios de petróleo como consecuencia del 
enfrentamiento de los países árabes con Israel. 
A finales de los sesenta, el creciente deterioro de la balanza de pagos 
norteamericana con el crecimiento del gasto militar (guerra de Vietnam) acabó 
por crear un déficit que forzó la devaluación del dólar el 15 de agosto de 
1971. Al mismo tiempo que la productividad permanecía estancada, la inflación 
se disparaba. 
La devaluación del dólar ponía fin al sistema de Bretton Woods. Estados 
Unidos suprimió la convertibilidad del dólar al oro; aplicó una sobretasa del 10% 
a las importaciones, redujo en otro 10% las ayudas a otros países y decretó una 
congelación de precios y salarios. Esto suponía un incremento de la 
protección de la economía norteamericana que provocó protestas tanto en la 
CEE como en otros Estados. En diciembre de 1971 los principales países 
industrializados (Alemania, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, 
Japón, Países Bajos, Reino Unido y Suecia) firmaron en Washington unos 
acuerdos que realinearon las paridades de sus divisas en torno a un “tipo 
central” respecto al cual se permitían márgenes de fluctuación; Estados Unidos 
suprimió la sobretasa a las importaciones y se elevó el precio del oro. 
J.U. Bernardos, M. Hernández, M.Santamaría 
 
 
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30 
Ahora se abría un nuevo período en el que todas las monedas serían 
fiduciarias y su valor relativo se establecería, como para cualquier bien o 
servicio, en función de la oferta y la demanda en los mercados. La oferta y la 
demanda de una moneda venían a su vez determinadas por la situación de la 
balanza de pagos de país que la emitía. Un superávit en la balanza comercial 
significaba que habría un fuerte demanda de tal divisa y por tanto que su 
cotización aumentaría y viceversa. Un déficit de la balanza de pagos, provocaría 
una devaluación. El problema es que la devaluación generaba nuevos aumentos 
de precios al aumentar la demanda de productos para la exportación y en 
consecuencia inflación. 
A partir de 1973, cuando tras una nueva devaluación del dólar el mundo 
avanzó hacia un sistema de flotación generalizado, la CEE hubo de buscar un 
nuevo modelo y avanzar hacia un Sistema Monetario Europeo que entró en vigor 
en 1979. Se creó una moneda de cuenta: el ECU. 
El ECU se definió como una “cesta de monedas” dónde el peso de cada una 
estaba en función de la contribución del PIB de su país al PIB comunitario y su 
aportación al Fondo Monetario Europeo. 
Cada país miembro de la CEE estableció un tipo de cambio con cada una de 
las monedas comunitarias. Para cada tipo de cambio se fijaba el tipo de cambio 
central, el inferior (tipo de cambio central menos el 2,25%) y el superior (tipo de 
cambio central más el 2,25%). La banda de fluctuación podría ampliarse 
excepcionalmente. El Fondo Monetario Europeo nutrido con aportaciones de los 
Bancos Centrales intervendría comprando o vendiendo divisas para mantener a 
las divisas dentro de las bandas de fluctuación establecidas. 
 
10. 4.2 La subida del precio del petróleo y la crisis energética 
Desde la Segunda Guerra Mundial el petróleo se fue convirtiendo en la 
principal fuente de energía, especialmente para el transporte. Las grandes 
compañías petrolíferas de los países industrializados perforaron pozos a lo largo 
del planeta. La mayor concentración de hallazgos y reservas se localizó en el 
Golfo Pérsico. Las grandes multinacionales americanas y europeas alcanzaron 
acuerdos muy ventajosos con los países de la zona para su extracción y 
comercialización, con unos precios que crecían por debajo de la inflación. 
A comienzos de los 60 los países productores constituyeron un cártel, la 
Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), cuya finalidad esa 
establecer un mayor control sobre los precios. Un hecho político desencadenaría 
la crisis. La victoria israelí en la llamada Guerra del Yom Kippur (otoño 1973) 
actuó como catalizador del descontento de los países árabes, que utilizarían la 
elevación de los precios del petróleo como arma política. De octubre de 
1973 a enero de 1974 el precio del crudo se multiplicó por cuatro. Dada la 
importancia del petróleo en los costes de transporte, la subida de precios 
rápidamente se trasladó a un amplísimo conjunto de bienes y servicios. La 
elevación del coste de la vida generó una presión al alza sobre los salarios, que 
a su vez repercutieron en los costes de las empresas. En poco tiempo una 
espiral inflacionista atenazaba la economía mundial. Pronto muchas empresas 
se encontraron con dificultades para mantener su actividad y el desempleo, las 
huelgas y la inestabilidad social hicieron su aparición en las principales 
economías industriales.

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