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UNIDAD 5 La política económica en tiempos de crisis (1929 1940) El retorno de la vieja política Tras el manso periodo de Alvear bendecido por años de Bonanza económica Yrigoyen vuelve al poder con un masivo apoyo en la opinión pública que poco tardaría en menguar. El presidente era viejo caudillo de que no podían esperarse las energías que durante décadas había mostrado en la lucha por la ampliación de la democracia. El desgaste del gobierno fue acentuándose con la impiadosa prédica de socialistas independientes y de demócratas progresistas socialistas incluso comunistas. El descontento militar hacia Irigoyen por el manejo político de los ascensos en las fuerzas armadas se veía agravada por una reticencia desconcertante hacia el gasto en material bélico. La sensación de crisis económica reforzado el descontento hacia el gobierno y hacía impensable una reacción popular adversa del golpe. Así el 6 de septiembre Uriburu tomó el poder sin necesidad de derramar sangre. La administración de justo 1932 1938 fue una restauración de las formas y proyectos de los gobiernos anteriores al predominio radical Los años 30 se cerraron con la débil presencia de Ortiz cucha oscura elección no impidió que como primer mandatario intentar un retorno a las prácticas electorales más saludables su enfermedad y su renuncia definitiva en 1940 lo impidieron. Un diluvio universal la gran depresión Aunque el desempeño económico mundial durante la década del 20 no tuvo la solidez y la universalidad características del periodo previo a 1914 varios países retomaron la senda del crecimiento que se había interrumpido durante la primer Guerra mundial. El comercio internacional recupero algo de su brillo de la belle epoque y Europa occidental pudo restablecerse en alguna medida del desastre de la guerra. Inglaterra creció poco sufrió altas tasas de desempleo y perdió el liderazgo económico mundial a manos de los Estados Unidos. El crecimiento automotor 21 calle del transporte por ferrocarril que también se desarrolló como nunca. la bolsa fue el destino de los ahorros de ricos y no tan ricos. El clima de optimismo se reflejó en la bolsa como en ningún otro lado. el descontrol ahorro en derrumbe de los valores de la bolsa en octubre de 1929 fue el primer signo de Los duros tiempos que sobrevendrían la caída de los precios de las acciones fue sólo un síntoma del cataclismo que vivió el sector real de la economía. La inversión se desplomó en 1932 y en 1933 no alcanzó a ser un 4%. La caída de la demanda y la producción fue acompañada por una deflación generalizada. Peines enfatizaba del gobierno pecó por omisión debió haber aumentado los gastos públicos para fortalecer la demanda y el empleo. Si bien el origen de la crisis está asociado a problemas internos en los Estados Unidos pronto se pusieron en marcha mecanismos que transmitieron la depresión al resto del mundo. Repercusiones de la crisis en un país expuesto la conexión económica de la Argentina con el resto del mundo era muy estrecha desde hacía décadas. El país había asumido el papel de exportador de alimentos de importador de manufacturas en el sistema de división Internacional del trabajo que giraba alrededor de Gran Bretaña. las exportaciones eran fundamentales para mantener altos niveles de empleo y actividad y además para poder importar aquellos bienes que la Argentina no producía. el colapso del comercio mundial provocado por la gran depresión afecta las posibilidades de importaciones del país. Era difícil prever una caída de los precios como la que se sobrevino con la depresión. La capacidad para importar se redujo. Aún cuando los precios de las importaciones también fueron afectados por la depresión generalizada se calcula que en 1933 Argentina podía comprar en el exterior sólo dos tercios de lo que compraba en 1929. En el medio del siglo anterior a 1930, el país había tenido que enfrentarse a la interrupción de los flujos de capital. En 1914, debió abandonarse la convertibilidad luego de que el drenaje de divisas se hiciera insostenible. Después de varios años de inestabilidad cambiaria, en 1927 el presidente Alvear había cedido la presión a los exportadores perjudicados con la valorización del peso argentino. Hacia 1928 los capitales norteamericanos prefirieron alimentar el auge de Wall Street y aprovechar un aumento de la tasa de interés norteamericana antes que buscar horizontes más lejanos. Esta salida de capitales contribuyo a que, la argentina perdiera 173 millones de dólares de reservas, con lo que el gobierno de Irigoyen se vio obligado a inaugurar un nuevo periodo de inconvertibilidad. Una vez desatada la crisis, el clima de desconfianza generalizado hacia improbable la obtención de nuevos préstamos. Las dificultades para obtener financiamiento eran perjudiciales para un país que entraba endeudado en la década de la crisis. Para la argentina, la deflación mundial hacia mas pesada la carga. Si bien en 1929 se pagaron 240 millones y 131 millones en 1933, la cantidad de exportaciones necesarias para pagar ese monto era un 72% mayor en el último de esos años. Primeras reacciones: el control de cambios y la disciplina presupuestaria Las necesidades de divisas y oro para pagos exteriores eran, a principios de los años 30, mayores a las disponibilidades obtenidas de las exportaciones y las inversiones extranjeras en el país. Argentina era todavía en 1929 uno de los países con más reservas de oro en el mundo. Si bien ya en 1929 se había abandonado la convertibilidad, el gobierno podía recurrir a esas reservas para evitar la depreciación de la moneda nacional. Esa fue la política seguida hasta 1931, el gobierno entregaba el oro que demandaban los importadores para sus pagos exteriores a cambio de pesos. El drenaje de oro creaba problemas que no eran menos graves. Quienes retiraban sus depósitos en pesos del sistema bancario estaban generando una delicada situación de liquidez, lo que restringía el crédito y normal funcionamiento de la economía. Algunos bancos comenzaron a tener problemas y el gobierno se vio obligado a hacer uso de una vieja ley que le permitía emitir dinero sin respaldo a través de la Caja de Conversión. Entre abril y diciembre de 1931 se emitieron 360 millones de pesos que ayudaron a normalizar la situación crediticia. La expansión de la oferta de dinero acentuó la tendencia del peso a la depreciación. El control de cambios nació como intento de frenar la depreciación sin tener que achicar el crédito ni perder reservas. En noviembre de 1931, la Comisión de Control de Cambios paso a centralizar todas las operaciones de divisas. Se fijo una tasa de cambio que regia para todas las operaciones del exterior. En primer lugar, se aseguraba a los gobiernos municipales, provinciales y nacional la moneda extranjera necesaria para sus pagos de deuda externa. La restricción a las importaciones fue reforzada además por un aumento general del 10% en los aranceles. Si bien el control de cambios logró que se estabilizara el valor del peso y que cesara la perdida de oro, los fundamentos del sistema no eran sólidos. En seguida surgió el problema de los “fondos bloqueados”: los proveedores del exterior debían esperar a que la Comisión de Control de Cambios recibiera pagos. En 1929 tres cuartos de los gastos del gobierno central se había cubierto con impuestos, aumentando fuertemente la deuda. La gran depresión repercute no sólo para el lado de los gastos sino también por la contracción de los ingresos. La reducción de las importaciones derrumbó la recaudación obtenida en las aduanas. Esa caída era grave ya que el comercio exterior era la fuente principal en los ingresos del gobierno. La disminución en la recolección de aranceles aduaneros fue determinante para que en 1930 el gobierno se viera obligado a financiar con deuda un 40% de sus gastos.en abril de 1931 se grabaron algunos artículos extranjeros que ingresaron sin pagar impuestos. En septiembre fueron aumentados en un 10% de los aranceles de importación.ciclismo impuesto a las transacciones de empresas y se estableció un gravamen al combustible. Se estableció un impuesto a los ingresos que comenzó a recaudar se en 1932 el cual establecía alícuotas mayores para las personas de más ingresos. Por dificultades administrativas se obligaron en un principio a que la recaudación se concentrará sobre los empleados de comercio y oficinistas. Con la posibilidad de financiamiento externo cerrada y la negativa del banco nación adelantar créditos al gobierno se decidió la emisión de un empréstito patriótico cuya suscripción pública recaudó 150 millones de pesos. Siendo esto insuficiente, se emitió moneda para cubrir necesidades fiscales. Impacto Social la consecuencia mas dramática de la depresión fue la aparición de un desempleo que no tenía precedentes en la historia. En la Argentina, un país donde las posibilidades de trabajo había generado la inmigración de 1880 – 1914, la necesidad de brazos era ahora reemplazada por una desocupación masiva. muchos arrendatarios y pequeños propietarios fundidos por la baja de precios agrícolas se trasladaban a las ciudades en busca de oportunidades. Las empresas industriales también sintieron el rigor de la crisis, sobre todo aquellas relacionadas con el comercio de exportación, y el desempleo urbano se propagó tanto como el rural. Las nuevas ideas económicas los desvelos del presidente republicano Harry Hoover por alcanzar un presupuesto equilibrado no fueron suficientes para evitar que en la campaña presidencial de 1932 Franklin Roosevelt acusara a su administración de gastar irresponsablemente. Roosevelt se identifica con una nueva forma de tratar la economía asociada a la fundación de organismos reguladores de la producción y las relaciones de trabajo. La nueva receta keynesiana de compensar la caída del gasto privado con un aumento de las compras gubernamentales no tuvo en los años 30 mayor predicamento recién apareció en el año 1936. Recién a partir de la recesión de 1937 1938 el keynesianismo pasó a ser definitivamente reconocido por la administración de Roosevelt como a la mejor manera de entender la depresión y responder a ella. el sesgo conservador de las políticas británicas había sido blanco de fuertes críticas de parte de keynes. Churchill sostuvo la necesidad de volver al patrón oro que Inglaterra había sido abandonado con la guerra. cuando finalmente se restaura la vieja paridad en 1925, keynes advirtió que la revaluación de la libra no ayuda a resolver problemas económicos. El recrudecimiento del desempeño y las dificultades que muchas industrias se encontraron para seguir exportando mostraron que el apego al patrón oro no fue la mejor política. La crisis del 30 dio el golpe final a las ilusiones de volver a la Inglaterra sólida del siglo 19. casi todos los países europeos se vieron forzados a pasar a un sistema monetario más flexible y menos vulnerables a las fluctuaciones externas en los años 30. El intercambio comercial Durante los años treinta entró en un dañino círculo vicioso. En el que las caídas de demanda por los productos de un país lo obligaban a restringir sus importaciones para evitar el déficit comercial lo que a su vez provocaba una disminución de las exportaciones de sus proveedores y una nueva oleada de proteccionismo. El intercambio comercial entre naciones pasó a ser cada vez más el fruto de acuerdos bilaterales. Keynes propuso establecer un arancel para resguardar de las importaciones a los productos británicos y fomentar el empleo. EstadosUnidos e Inglaterra los dos principales socios comerciales de Argentina contribuyeron al florecimiento del proteccionismo a través de sucesivos aumentos arancelarios. en Estados Unidos la protección ya había sido llevada al nivel más alto de su historia en 1922. En 1930 la aprobación de la tarifa holy smoke una muestra más del aislacionismo norteamericano nubló las esperanzas de un Renacimiento comercial. Desencadenó una serie de represalias de las que Gran Bretaña fue protagonista central. entre 1931 y 1933 Inglaterra montón sistema de preferencias imperiales que levantaban un considerable muro alrededor de las fronteras de sus vastas colonias. El abandono del patrón oro por parte de Estados Unidos a pocos meses de la conferencia monetaria y económica internacional reunido en Londres en 1933 ensombreció cualquier perspectiva de retorno a un sistema multilateral. El comercio triangular y el pacto anglo argentino las dificultades que los productos argentinos encontraron en sus mercados de exportación, generadas por la caída de la demanda mundial, se vieron agravadas por la escalada proteccionista en Europa y Estados Unidos. Inglaterra era más importante como comprador de productos argentinos que como vendedor en la Argentina de manufacturas. en otras palabras la balanza comercial con Inglaterra tenía saldo positivo. Con Estados Unidos la situación era la inversa. Resultaba más difícil en la colocación de productos primarios argentinos en Estados Unidos. Las importaciones desde los Estados Unidos superaban a las exportaciones hacia aquel país. Cuando la argentina se vio obligada a contener las importaciones, los exportadores ingleses tenían razones para temer que sus ventas en el ya declinante mercado argentino se redujeran aún más. el conflicto entre los intereses británicos y norteamericanos en la Argentina era patente ,como ningún otro lado ,en el área del transporte terrestre. Los capitales ingleses habían tejido la densa red ferroviaria. Eran los productores ingleses quienes proveen el material para su construcción y reparación. Los norteamericanos, en cambio , estaban más interesados en que se expandiera en la Argentina el transporte automotor. el interés británico por recuperar sus ventas en Argentina coincidía con las pretensiones de algunos sectores locales. Los exportadores de productos primarios se verían beneficiados con un acercamiento en la tierra. el otorgamiento de privilegios a las importaciones desde Inglaterra era una valiosa prenda de cambio que podía convencer a los británicos para que levantaron sus barreras a las carnes. los industriales, en cambio ,se encontraban con que las restricciones a las importaciones impuestas por la depresión alejaban la competencia extranjera y permitir una mayor expansión de sus actividades. para los Estados Unidos, un excesivo acercamiento de la Argentina a Gran Bretaña era el peor de los mundos posibles: se perjudicarían los exportadores norteamericanos, al achicar su cuota en el mercado argentino, y las empresas estadounidenses radicadas en el país, obligadas a compartir con productos británicos. El deseo de Inglaterra de reforzar sus lazos con la argentina se haya manifestado ya en 1929 con la misión D' Abernon. El éxito, aquella vez, había sido esquivo. Pero se había sentado un precedente para lo que sería uno de los acuerdos internacionales más polémicos de la historia Argentina : el pacto Roca- Runciman. La inquietud de los ganaderos argentinos por los problemas que encontraban para exportar se transformó en pánico después de que la conferencia económica imperial fijara un sistema de cuotas decrecientes para las carnes argentinas en el mercado inglés. Los ganaderos argentinos que tienen revertir esta situación a toda costa. Su presión a favor de un tratado comercial con Inglaterra se resumía en la fórmula: “ comprar a quién nos compra” La razón detrás de la presión inglesa por rebajas arancelarias preferenciales era la necesidad de defender algunas de sus industrias de exportación. Había una retórica que daba a las pretensiones inglesas un aire respetable la censura al excesivo proteccionismo argentino. losbritánicos demandaron también una rápida solución al problema de los fondos bloqueados deudas en libras de importadores argentinos de productos británicos. El acuerdo firmado en marzo de 1933 abarcó todos estos aspectos. A cambio de que se mantuviera el estatus quo en el mercado inglés de carne, la Argentina concedía las rebajas arancelarias requeridas por Inglaterra y garantizaba que, era segura la prioridad inglesa para todas las libras obtenidas de la venta de productos argentinos en Gran Bretaña. Es indudable que el pacto roca-runciman privilegio ante todo el interés ganadero. La prioridad para Inglaterra en el mercado de cambios también fue estrictamente respetada por las autoridades argentinas. Pero el cumplimiento no fue recíproco. El 1936 el board of trade mencionó la posibilidad de grabar las carnes argentinas. no siempre se aceptaron los privilegios requeridos por Inglaterra: los productos británicos no fueron exceptuados de la sobretasa aduanera establecida en 1931 y las compañías inglesas perdieron algunas licitaciones públicas, lo que estaba en contra del espíritu del pacto roca runciman. en otros ámbitos hubo concesiones no estipuladas explícitamente por el tratado, como el otorgamiento de cambio especial para las importaciones ferroviarias y la discriminación en contra de terceros países en la distribución de divisas. Había una necesidad a comienzos de los años treinta de revitalizar el comercio argentino. La recuperación de las importaciones a partir de 1934 fue en alguna medida consecuencia de las mejores posibilidades de exportación que siguieron al pacto anglo argentino. el pacto roca-runciman fue un postrero estertor de una organización económica que desde hace un tiempo venía mostrando ciertos síntomas de debilidad. Argentina que había sido construida para ser granero del mundo poco a poco dejaba paso a un país en el que las chimeneas de las fábricas, eran los símbolos de modernidad. Un gobierno en acción A mediados de 1933, Justo cambió su gabinete. La entrada más significativa de quién sería, junto con Raúl prebisch, la figura más activa en la política económica de los años 30: Federico Pinedo. el nuevo gabinete aprovechó el acuerdo roca runciman para solucionar problemas financieros y a partir de allí tomar medidas en respuesta a la crisis. Los importadores argentinos de bien alrededor de 10 millones de libras a proveedores en el exterior.el gobierno decidió hacerse cargo de esa deuda en tanto los importadores pagarán al gobierno el mismo monto en moneda nacional. El estado nacional pagó la deuda con un bono. Este empréstito roca serviría también para otras operaciones financieras del gobierno. Las principales modificaciones a partir de noviembre de 1933 fueron, según prebisch: el establecimiento de un permiso previo para la importación; se abandona el propósito de control absoluto y se controla lo que la práctica nos enseña que puede controlarse lo demás se deja fuera, un mercado completamente libre; el tercer punto fue el desplazamiento de los tipos de cambio, se abandona ese tipo artificialmente bajo y se busca otro nivel más de acuerdo con las circunstancias. Simultáneamente con la devaluación, el mercado cambiario se desdobló en un oficial y en uno libre. Del Mercado Libre participaban, cómo rubros proveedores de divisas las exportaciones no tradicionales y a países limítrofes y las inversiones extranjeras en Argentina y como categorías demandantes las importaciones sin permisos previos y los pagos de servicios exteriores no autorizados en el mercado oficial. La inclusión de exportaciones no tradicionales era una forma de incentivar el desarrollo de industrias exportadoras. En 1935una ley autoriza al gobierno a grabar a las importaciones sin permisos previos que debieron pagar un recargo de 20%. además en el mercado oficial pasaron a cotizarse dos tipos de cambio distintos uno comprador y un vendedor. Los exportadores se vieron beneficiados por la devaluación con que se inició el régimen cambiario de noviembre de 1933. El nuevo precio oficial de la libra, era considerablemente mejor para los exportadores que el tipo de cambio anterior a la devaluación. La idea original de los diseñadores del régimen cambiario de 1933 era: “ir pasando, poco a poco, elementos del mercado oficial al libre hasta poder llegar al mercado libre completo” Las conversiones de deuda y manejo fiscal Las cuentas del estado de 1932 y 1933 mostraron nuevos desequilibrios. En 1932, un 29% de los gastos del gobierno se dedicaba al servicio de la deuda interna y externa. Se dio a los tenedores de títulos nacionales la posibilidad de venderlos al gobierno o canjearlos por un nuevo papel que pagaba un menor interés anual pero durante un período más largo. Ya que las alternativas de inversión no eran buenas, la mayoría se decidió por la conversión, lo que en el corto plazo redujo los pagos del gobierno a sus acreedores locales. entre 1934 y 1937 se convirtieron deudas en libras, francos y dólares alargando los plazos y reduciendo el interés. Parte de la deuda fue repartida: títulos nominados en moneda extranjera fueron sustituidos por bonos en pesos, con lo que se reducía la vulnerabilidad de las finanzas a los eventos externos. la austeridad del gobierno se reflejó una profundización de las políticas impositivas y de reducción del gasto. El impuesto al ingreso fue simplificado, y su implementación mejorada, de manera que aumentó su contribución al tesoro nacional. El reordenamiento presupuestario permitió,reavivar la inversión pública que tanto había menguado Durante los años de duro ajuste. En el quinquenio 1935-39 , las inversiones del estado representaron el 6% del producto bruto, contra el 3,7 porciento en 1930-34. uno de los principales destinos del embarazo en público de esos años fue el desarrollo de la red vial. La creación del banco Central las entradas y salidas esporádicas de la Argentina el patrón oro habían impedido la institucionalización de un régimen monetario ordenado durante los periodos de inconvertibilidad. Mientras el patrón oro funcionará, como entre 1899 y 1914, el mecanismo de creación de dinero era simple: se entregaban pesos contra oro en las ventanillas de la caja de conversión. Pero cuando se desligaba la cantidad de dinero de las entradas y salidas de oro, como entre 1914 y 1927, y de nuevo partir de 1929, la política monetaria era errática e imprevisible. El propio yrigoyen había mencionado, el 1917, la necesidad de regular las operaciones bancarias. La nueva y definitiva salida de la convertibilidad en 1929 había reanimado los estudios para establecer una autoridad monetaria general, y el 1939 se invitó a Otto niemeyer para analizar la situación Argentina. El proyecto de niemeyer, presentado 1933, contemplaba la creación de un banco que emitiera los billetes, regular el crédito y las reservas bancarias, mantuviera la estabilidad del peso, actuará como agente financiero y decidiera la aprobación de empréstitos. Dicho banco sería una sociedad anónima, administrada por particulares. El 1933, opinión del congreso una serie de leyes por las que se creaba al banco Central de la República Argentina. Pinedo contemplaba un mayor control sobre los bancos, preveía la absorción de fondos en tiempos de plétora monetaria, restringía el monto de divisas cón la que el banco podía contar como reserva y era más liberal a la hora de regular el otorgamiento de redescuentos. En1935 El congreso nacional sancionó finalmente la ley de creación del banco Central. Los objetivos eran: concentrar reservas para moderar las consecuencias de las fluctuaciones de las exportaciones y de las inversiones de capitales extranjeros sobre la moneda, el crédito y las actividades comerciales, regular la cantidad de crédito y los medios de pago, promover la liquidez y el buen funcionamiento del créditobancario y controlar a los bancos, actuar como agente financiero y aconsejar al gobierno en la emisión de empréstitos. Niemeyer se manifestaba que el volumen de la moneda y de crédito de vigilarse de los vaivenes de la balanza de pagos. Nuevas turbulencias: los ciclos en 1934-1939 Ya partir de 1934, los términos de intercambio argentinos iniciaron una recuperación, y los capitales extranjeros volvieron a entrar al país. La producción haya vuelto a crecer desde 1933, y en 1935 ya se había superado el nivel previo a la crisis. El déficit de la balanza de pagos, y la consecuente caída de las reservas internacionales argentinas, se revirtió también hacía 1935. A través de diversos mecanismos, se puso en marcha una política de esterilización,por la cual el impacto monetario de superávit en los pagos con el extranjero se moderaba. El banco Central vende bonos del gobierno a los bancos quitándoles así parte del efectivo que había resultado de la entrada de divisas, coloque los bancos perdieron poco de capacidad para prestar. La recuperación de 1934-1937 se tuvo con el advenimiento de una nueva recesión mundial. A la crisis de Estados Unidos se sumaron cosechas pobres y una nueva baja los precios. las exportaciones argentinas cayeron una vez más y el peso comenzó a depreciarse en el mercado. Banco de la nación Argentina, inició una política liberal de préstamos, incentivando por una ley de crédito agrarios dictada por el congreso. Las autoridades monetarias reconocían que estas acciones compensadoras ayudaban a amortiguar la recesión. Pero temían resultados contraproducentes: la expansión crediticia alimentaba la demanda y demoraba la necesaria reducción de las importaciones. Había que buscar alguna forma de reconciliar los dos objetivos, el equilibrio de la balanza de pagos y el sostenimiento del nivel de actividad interna. Con ese doble propósito, se reforzó en 1938 el control de cambios. la idea era que el poder de compra creado por la inyección crediticia se desviaría hacia la demanda por bienes nacionales.las esperanzas de recuperación se dieron paso a nuevas preocupaciones cuando se hizo evidente que uropa marchaba hacia la guerra. La Argentina industrial En febrero de 1936, un artículo sorprendía de qué, pese a su falta de carbón y hierro, la argentina se había convertido en el segundo país más industrializado de Sudamérica. Este desarrollo industrial no se limitaba a los frigoríficos, molinos, bodegas. había florecido en la Argentina industrias manufactureras para satisfacer el consumo interno, entre ellas las textiles, metalúrgicas, manufacturas de vidrio, papel, caucho. En los años 20, la industria pudo hacer pocos progresos pero la crisis de los años 30 creo nuevas condiciones: la depreciación del peso y las nuevas tarifas trajeron un renacimiento industrial que encontró luego protección en el control de cambios. El derrumbe del comercio exterior fue la principal responsable del desarrollo industrial en los años 30. Las políticas del gobierno, garantizaron que la crisis de las exportaciones se tradujera en una caída no menor de las importaciones. Esa restricción de la competencia externa en los productos manufacturados género lo que se llamaría “industrialización por sustitución de importaciones”. Se proyectaba, la disminución de otras importaciones que también serían reemplazadas por “el similar nacional”. Las exportaciones no tradicionales fueron alentadas por el sistema cambiario. En 1941,este impulso fue institucionalizado con la creación de la corporación para la promoción del intercambio. El crecimiento industrial fue causa y consecuencia de un acentuado proceso de urbanización. La crisis del sector agropecuario expulsó trabajadores rurales a las ciudades. Hubo, en los años 30, un ambiente evidentemente favorable para el emprendimiento de actividades industriales. ¿Una década de innovadores? Cuanto más altas las tarifas al comercio, cuanto más depreciado el peso, y cuánto más estricto el control de cambios, menos atractiva se hacía la importación de mercaderías y más rentable su sustitución por producción nacional. El objetivo explícito del control de cambios fue el racionamiento de las importaciones, para detener el déficit de la balanza de pagos. Además, las divisas obtenidas por las exportaciones no tradicionales tenían acceso al mercado libre de cambios, de esta manera recibían un estímulo adicional. El partido socialista seguía manteniendo una firme posición en favor del libre comercio, al considerar que permitía a la clase trabajadora acceder a bienes más baratos. El presidente justo enfatizó que la agricultura era indudablemente la principal fuente de riqueza del país y que el gobierno había renunciado a la idea de que podía ser autosuficiente. Federico Pinedo advierte la idea de que la industria era sólo un buen reemplazo transitorio del sistema basado en el comercio exterior. La mejor prueba de que desde el gobierno no se buscó alterar la tradicional estructura agraria del país fue, la firma del tratado Roca-Runciman. El bilateralismo había reemplazado a la apertura multilateral como forma de sostener el comercio exterior. A pesar de este clima hostil, la Argentina hizo todo lo que pudo para parecerse al país agroexportador de otras épocas. Intento reavivar, las posibilidades de vender sus productos en el extranjero. La leve tendencia creciente de las tarifas resultó de medidas fiscales que buscaban compensar la caída de la recaudación de la aduana provocada por la disminución de las importaciones. Las decisiones sobre política cambiaria, estuvieron motivadas por el temor a una balanza de pagos desequilibrada o a un peso excesivamente depreciado. Durante los peores años de la depresión, el gobierno gastó más de lo que recaudó. el déficit fiscal de los tempranos años 30 era considerado parcial culpable del caos económico y de la falta de confianza. La ejecución de un vasto programa de rutas y caminos, lo mismo que el aumento del empleo estatal, son dos evidencias de que el gasto público aumento en importancia como estimulante de la economía. A partir de 1937, el gobierno norteamericano ya había hecho suyas la prescripcion keynesiana de combatir la recesión con gasto público. Y el estado brasileño, también parece haberse movido hacia una política contracíclica. La Argentina, en cambio, era descripta en 1938 como el único país que seguía adhiriéndose a los principios clásicos de las finanzas. El abandono de la convertibilidad y la posterior creación del banco Central dotaron al país de instrumentos que le permitían seguir políticas más autárquicas y antideflacionarias. El control de cambios, el Banco Central, las juntas reguladoras y el impuesto al ingreso fueron todas creaciones de esos años. aún cuando el uso de esos instrumentos tuvo objetivos bastante limitados durante la década del 30, representaron una herencia poderosa para los diseñadores de la política económica de administraciones posteriores. La guerra y el plan Pinedo de 1940 El final de la década del 30 fue muy convulsionado en la Argentina, donde se desató la guerra en septiembre de 1939. Las dificultades que debió enfrentar Pinedo no eran menores que las de 7 años antes. Las exportaciones se habían comenzado a acusar el impacto del conflicto. El principal problema era, la crisis del comercio exterior. Las desesperadas previsiones de 1940 instaban al gobierno actuar con rapidez para prevenir un nuevo desmoronamiento productivo. El plan recomendaba la profundización de medidas de corto plazo ya conocidas, la compra de cosechas invendibles y una mayor restricción de las importaciones. La ejecución de un vasto programa de construcciones populares se proponía como forma de alentar la ocupación. Se pedían facultades más amplias para el banco Central, de modo que pudiera regular con mayor discreción el crédito.En cuanto la política fiscal, se reconocía el principio “primero la economía, después las finanzas públicas”. Se esperaba también, que el poder de compra generado por las medidas de apoyo a la construcción lograría “mantener y desarrollar la demanda de los artículos industriales”. Durante la guerra Argentina pudo mantener sus mercados tradicionales de exportación, cobrando sus ventas a Inglaterra en libras bloqueadas que podían usarse sólo para compras en el imperio británico. Independientemente de su fracaso político y del error en el pronóstico, el plan Pinedo mostró que los conductores de la economía Argentina no habían sido sordos a la convulsión en el mundo de las ideas económicas. A principios de los años 40, casi todos reconocían la necesidad de una mayor incumbencia del estado en los asuntos económicos. CAPÍTULO 1. LA ECONOMÍA. JUAN CARLOS KOROL Hubo un crecimiento económico por exportaciones de productos agropecuarios al mercado mundial; pero a partir de la crisis de 1929 dejan de ser el impulsor de ese crecimiento. La Argentina pasa de una economía abierta a los mercados mundiales a una economía basada en un creciente proyecto autárquico volcado hacia dentro. Se transforma de agroexportadora a un país donde la industria es el principal motor de la economía. CRISIS Y DEPRESIÓN La Crisis de 1929, crack de la Bolsa de Nueva York, causó una disminución del comercio mundial y alta desocupación. Cada estado perjudicado debía adoptar una política específica. En Argentina caen los valores de las exportaciones de carne y cereales, más las dificultades para obtener capitales y divisas para el pago de las importaciones. El gobierno busca fuentes de financiamiento no ligadas al comercio exterior, se crea el Banco Central, se disminuyen importaciones, y se trata de cuidar la relación con el mercado británico para nuestras exportaciones. 1932 – Pleno momento de la Depresión. Sumado el alto desempleo. EL SECTOR EXTERNO Y LOS CAMBIOS EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL. Existía una estrecha relación con Gran Bretaña, gran cantidad de los capitales invertidos en el país, provenían de Inglaterra; a cambio de exportación de cereales y carnes; sobretodo carne enfriada. De Inglaterra provenían los capitales, productos manufacturados y el carbón de piedra para los ferrocarriles. Desde la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña va perdiendo el lugar que ocupaba en el mundo. Sus productos pierden competitividad con los norteamericanos, desde los automóviles hasta la maquinaria agrícola se adaptaban a las necesidades de Argentina. Pero la producción agrícola competía con la argentina. El país debía obtener divisas para poder pagar los productos norteamericanos. La convertibilidad de esas libras, obtenidas de las exportaciones, en dólares resultaba esencial para mantener el esquema de comercio triangular. Desde los Estados Unidos llegan capitales para la instalación de industrias que puedan competir en el mercado interno. Inglaterra debía aumentar sus exportaciones a la Argentina y mantener el envío de las ganancias de sus empresas. Además debía negociar con los dominios de la corona, cuyos productos competían con los argentinos por el mercado británico. 1928 – Las exportaciones declinan y el capital sale del país. Aumentan los gastos del Estado y caen las tasas de interés. 1929 – El gobierno de Yrigoyen interrumpe la convertibilidad y a fin de este año llega una delegación británica para consolidar las relaciones, donde Argentina se comprometía a comprar en el mercado inglés durante dos años, los materiales e insumos necesarios para los ferrocarriles; mientras que Gran Bretaña seguía adquiriendo los embarques de carne que la Argentina exportaba. 1932 – La amenaza de Inglaterra de recurrir a los productos de sus dominios, pone en peligro las exportaciones argentinas. Argentina busca el medio para mantener la relación comercial con Inglaterra y se envía una comisión al frente del vicepresidente Julio A. Roca. Se concluye con el Tratado Roca – Runciman, donde Gran Bretaña se comprometía a permitir la misma cantidad de carne. El pacto tuvo vigencia por tres años y se prorrogaron por uno nuevo: Edén – Malbrán. La exportaciones se mantuvieron. Los acuerdos permitían a Argentina seguir accediendo al mercado británico a cambio de concesiones. 1940 - Aparece el Plan Pinedo, un plan de reactivación económica; presentado por Federico Pinedo que no llego a aprobarse y suponía una visión crítica de la posición de la Argentina en el mundo. La Argentina siguió exportando durante la Segunda Guerra Mundial. LAS RESPUESTAS A LA CRISIS La primera respuesta por parte del gobierno de Uriburu consistió en afirmar la vigencia de políticas ortodoxas, equilibrando el presupuesto del Estado y manteniendo el pago de la deuda pública. Se redujeron los gastos del estado, disminuyendo los salarios de los empleados públicos, restringiendo el gasto en obras públicas y se trató de incrementar los ingresos a través de nuevos impuestos internos y de aumentos en los aranceles a las importaciones. El problema más serio era la deuda pública, compuesta por una deuda flotante con vencimiento a corto plazo y una deuda externa en libras. En el contexto de la crisis varios países latinoamericanos decidieron suspender los pagos pero la Argentina los mantuvo, permitiendo al gobierno, conservando la credibilidad; establecer empréstito patriótico con bonos en el mercado local. El gobierno de Uriburu mantuvo la inconvertibilidad del peso y en 1931 estableció el control de cambios intentando mantener el valor de la moneda permitiendo la salida de oro. Se logró mejorar las cuentas públicas y una parte de la deuda externa pasara a pesos. 1937 - Una nueva recesión donde disminuyen las exportaciones. La respuesta del gobierno combinó una devaluación del peso con la ampliación del crédito. Pinedo propuso su plan. Luego de la fundación del Banco Central, luego de la ya iniciada la restructuración de la deuda pública, tanto interna como externa. El esquema se sostenía en el cambio de bonos a corto plazo por bonos que requerían un pago anual menor. Esto permitía disminuir los costos anuales para el Estado, y conto con la aceptación de los Acreedores. Las medidas mas innovadoras, fue el control de cambios y la devaluación del peso en 1933, y reiterada en 1938, al mismo tiempo que se introducía un sistema de restricciones a la importación que buscaba evitar que un exceso de demanda siguiera presionando sobre su valor. El control de cambios le daba al gobierno herramientas que le permitía establecer quienes tenían prioridades para acceder a las divisas mas baratas del mercado oficial. Si bien implicaba la creación de un mercado oficial, donde las divisas obtenidas de las exportaciones se vendían al gobierno y este las revendía a empresas favorecidas, que contaban con un permiso previo de importación a un precio más alto. A aquellos importadores que no podían acceder al mercado oficial, debían comprar las divisas en el mercado libre, lo que significaba un sobre precio del 20%. El gobierno podía intervenir vendiendo divisas de un mercado a otro, lo que le proporcionaba una fuente importante de ingresos, con la posibilidad de incidir vendiendo dividas de un mercado al otro. Una de las consecuencias del tratado Roca- Runciman consistía en, principalmente en las prioridades que se les otorgaba a las empresas británicas. Pero también funcionaba para restringir importaciones e impulsar la producción local de productos antes adquiridos en el exterior. Las ganancias que el gobierno podía obtener por las diferencias entre los precios de compra y venta de las divisas sirvieron, para permitirle al ministro Pinedo establecer un precio para el trigo, maíz y lino (entre 1933-1936) Estas medidas intentabanproteger la producción agrícola y se combinaban con el convenio con Gran Bretaña para asegurar el mercado de carnes. Dicho pacto estableció también, las bases para empréstitos que permitieron desbloquear los fondos que las empresas extranjeras habían acumulado en 1931 y 1933. El gobierno, a través de estas medidas, logro mejorar las cuentas públicas y consiguió que parte de la deuda externa fuera repartida y pasara a estar denominada en pesos. A partir de que las cuentas públicas habían contribuido un cambio favorable, las exportaciones comenzaron una tendencia ascendente y mejoren los precios. En 1937, Argentina sufrió una de sus tantas recesiones, que tuvo lugar a poner temerosos a todos recreando situaciones similares a la crisis de 1929, las exportaciones disminuyeron y volvieron los problemas con el balance de pagos. El gobierno como respuesta combino una devaluación del peso con la ampliación del crédito, y con la extensión del requisito previo para las importaciones pagadas con divisas obtenidas. Se buscaba equilibrar la balanza de pagos y mantener la actividad interna. Una revisión de las políticas económicas durante la depresión estaría incompleta sin una referencia al clima de corrupción que envolvía al gobierno, y que impulsaba su descredito como el aliento a las posiciones nacionalistas. La guerra En 1939 estallo la guerra en Europa, y entre esa fecha y 1945, el mundo asistiría a sus horrores. Los efectos de la guerra fueron en la Argentina menos adversos que lo esperado. La economía del país creció y hacia el fin del conflicto, la Argentina contaba con un importante saldo de libras a su favor acumuladas en Londres, en consecuencia, del resultado del comercio con Inglaterra. Las exportaciones estaban basadas en el desarrollo industrial. Esta había crecido bajo el impulso de la economía exportadora, estaba ligada a la elaboración de productos agropecuarios de exportación, los frigoríficos y molinos eran gran ejemplo de ellos. Gracias a dichas exportaciones, se había desarrollado un mercado interno, cuya existencia alentó el crecimiento de las industrias dedicadas a producir bienes para satisfacerlo. Las necesidades de financiamiento del Estado se satisfacían con los gravámenes aplicados al comercio exterior, en particular a las importaciones. El impacto de estos gravámenes en el crecimiento industrial es difícil de estimar dada la compleja estructura impositiva. El aumento de los aranceles y el sistema de control de cambios, combinado posteriormente con el requerimiento de permisos de importación, son parte de la explicación industrial de la década del ’30.- Al final del periodo entre tuvo lugar al mayor crecimiento de la producción industrial, esto permitió el acceder a mercados externos, especialmente en Latinoamérica. La guerra al impedir la importación de los productos que la argentina adquiría, reforzo las políticas que tendieron a reducir las importaciones durante los años ’30, hacia el fin de la década el PBI ya superaba ya la del sector agropecuario Un balance La Argentina se recuperó de la depresión relativamente rápido y comenzó durante la crisis. El inicio y la recuperación del proceso de industrialización por sustitución de importaciones parecen indicar que la respuesta es afirmativa. La “nueva fórmula”, partía de la constatación de las adversas condiciones provocadas por la crisis y por la política de preferencias imperiales británicas. El registro del conflicto entre los intereses norteamericanos y británicos por imponerse en la Argentina y de la existencia de una base industrial ligada en parte a los intereses norteamericanos. Estas eran las condiciones que contenía medidas estructurales y medidas anticíclicas. Algunas pretendían mantener el vinculo con Gran Bretaña, especialmente en el mercado de las carnes. En cuanto a las anticíclicas pretendían usar el control de cambios para desarrollar una política de apoyo a la industria, que no era presentada como tal. Estas acciones debían tender a la disminución del desempleo y reactivar la economía, pero también convenian atraer capital extranjero al sector industrial. Desde el Banco Central la estrategia propuesta habría sido diferente, aunque no completamente contradictoria. Se trataba de apoyar a las industrias ya instaladas en el país, muchas de las cuales utilizaban insumos que era necesario importar y están controladas por capital extranjero. Las necesidades de obtener capitales que impulsaran la industrialización frente al deterioro de los mercados de los productos tradicionales de exportación eran las razones que primaban. Luego del golpe de 1943, y el surgimiento de Juan Domingo Perón, que habría impuesto una estrategia diferente, como de asegurar el pleno empleo y el mejoramiento de los salarios reales. Se apoyaría en la industria existente, así como el desarrollo del mercado interno y la industrialización por sustitución de importaciones. A estos objetivos se sumo el del Ejercito, la meta era construir una industria pesada que permitiera cubrir las necesidades de armamento de las Fuerzas Armadas, y asegurada la defensa nacional. Los dirigentes argentinos, conocían perfectamente las consecuencias indirectas de sus decisiones. La recuperación económica se inicio en 1934, como consecuencia de un aumento de las exportaciones y de un mejoramiento de los términos del intercambio. Al iniciarse la crisis, las políticas de los gobiernos parecían diseñadas para la coyuntura: el equilibrio del presupuesto, el servicio de la deuda externa y el privilegio a la defensa del mercado de carnes. Las mismas no estaban inspiradas en principios Keynesianos de aumento del gasto publico como herramienta para disminuir la desocupación, solo a fines de década estos postulados comenzarían a ser aceptados como pensamiento oficial Las perspectivas a largo plazo no parecían ser preocupaciones centrales de los funcionarios. El escenario internaciones, sacudido por la depresión primero y la guerra después, la competencia entre Inglaterra y Estados Unidos por el mercado local, el alineamiento interno de las fuerzas políticas, las ideas prevalecientes sobre política económica en el momento que se desato la crisis y el clima de corrupción e ilegitimidad que rodearon a los gobiernos del periodo parecen elementos suficientes para explicar las medidas tomadas desde el estado. Contexto El periodo entreguerras coincidió con una desaceleración del crecimiento que la economía argentina había tenido desde el último cuarto del siglo XIX y, por otro lado, con una diversificación de las fuentes más dinámicas de ese crecimiento: Casi todos los sectores más dinámicos no eran ya los tradicionales, sino aquellos con mayor orientación al mercado interno y requerían casi invariablemente alguna forma de intervención estatal. Se había producido también una significativa expansión de los intereses norteamericanos en el país bajo la forma de préstamos al gobierno, desarrollo del transporte automotor, frigoríficos, petróleo y nuevas industrias manufactureras. Sin embargo esta expansión encontraba límites políticos. El estallido de la segunda guerra mundial significo un golpe para quienes pensaban que podría volverse a la expansión conjunta del comercio exterior y el desarrollo, que se había interrumpido desde la crisis de 1930. En cambio se vio beneficiado el desarrollo del mercado interno, la industrialización y las economías del interior, ya que la conmoción exterior obligo a un mayor cierre de la economía. Los principales temas de discusión hasta la segunda guerra, y durante ella también, fueron: 1. Las relaciones económicas triangulares de la Argentina con Gran Bretaña y los Estados Unidos. 2. El grado de apertura de la economía al comercio exterior y el desarrollo del mercado interno. 3. El papel de la industria manufactureray las formas que debían adoptar su desarrollo 4. Las economías del interior. 5. La intervención del estado en la economía para resolver estos y otros problemas (tema de discusión central). Es decir, lo que estaba en discusión en Argentina era la propia estrategia de desarrollo económico vigente en la Argentina. El Plan Pinedo de 1940 y sus circunstancias: la estrategia de lo que no fue 1. La coyuntura de 1940 y la propuesta del plan: ¿reactivación cíclica o cambio de rumbo? En Noviembre de 1940 el Poder Ejecutivo (PEN) envió a la cámara de senadores un programa de reactivación económica firmado por el vicepresidente de la Nación en ejercicio de la presidencia, Ramon Catillo, y sus ministros de agricultura, Amadeo y Videla, y de hacienda Pinedo (este último fue quien preparo el programa). Este plan, que nunca antes había sido ejecutado, se origina en una situación de emergencia: La segunda Guerra y sus consecuencias sobre la economía argentina. El programa sale a dar respuestas inmediatas a los problemas que tal situación planteaba en el sector externo, en el nivel de actividad económica, en el marco institucional de la economía (el grado de intervención estatal) y en el nivel de precios. En este sentido se trata de un programa de corto plazo. Sin embargo, sus autores también aprovechan la situación para dictar o anunciar medidas y cambios institucionales más ambiciosos, que afectaran más duraderamente a la economía. Diagnostico de los problemas económicos argentinos que postulaban sus autores para entender el programa: A. Los problemas del sector externo 1. La crisis de las exportaciones agrarias y las posibilidades de las exportaciones nuevas. A corto plazo, como consecuencia de la guerra, el problema fundamental de la economía es el de los “excedentes invendibles de productos agrarios”. En cambio, es posible iniciar la exportación de artículos de artículos nuevos, de origen industrial. A largo plazo no se descarta que pueda volver la normalidad. 2. El comercio exterior del país ha quedado dividido en tres compartimentos virtualmente estancos. 2.1 En el área de la libra esterlina se acumulan saldos favorables inconvertibles en divisas libres, los saldos tienden a crecer porque Inglaterra ya no puede proveer muchas importaciones antes habituales. Estos saldos pueden llegar a crear problemas de consideración en el futuro. 2.2 En el área del dólar se registra un déficit creciente, agravada por el desvío de importaciones hacia los Estados Unidos y por la ruptura del “esquema triangular”, que permitía anteriormente financiar los déficit con Estados Unidos mediante los superávit con Gran Bretaña. La tendencia al déficit con el “área al dólar” será creciente. Por lo demás, “el gran mercado de Estados Unidos” ofrece enormes posibilidades. 2.3 En el comercio con los restantes países de América continua el superávit tradicional. 3. Es Indispensable controlar las importaciones y las posibilidades de conseguir créditos en el exterior son muy escasas. B. La amenaza de una depresión y las perspectivas de desarrollo de la economía A corto plazo es previsible un proceso de depresión de la economía nacional. Era indispensable agregar otros estímulos para que el movimiento económico conduzca a un alto grado de ocupación, el que era considerado mas eficaz era el de la industria de la construcción. Sin embargo la compra de cosechas por el Estado, la industria de la construcción junto al cierre parcial de las importaciones no resultaría suficiente para reactivar la economía. De aquí surgirá la preocupación por compatibilizar el desarrollo industrial con un grado importante de apertura de la economía al comercio exterior. El desarrollo industrial sin embargo, no se alcanzó espontáneamente porque debía resolverse el problema permanente de financiación de la industria además de dar garantías de estabilidad industrial para después de la guerra. C. El papel del Estado. Aunque el programa afirma que “hay circunscribirla intervención del Estado... ya muy amplia” también afirma que “es indispensable que el Estado cree las condiciones favorables y ofrezca el incentivo necesario a fin de que esas actividades (privadas) adquieran todo el impulso de que son capaces para combatir eficazmente la depresión que comienza. La función del Estado es “establecer orientaciones generales de política económica o social que son, desde luego, de su exclusivo resorte” D. El nivel general de precios. El programa se presenta como una alternativa de reactivación no inflacionaria. Según sus autores esto es así por basarse en la movilización de recursos ociosos depositados en los bancos (no en la impresión de dinero) y, dado el control de cambios, por impedir el desvió de demanda adicional hasta las importaciones. De cualquier modo se afirma categóricamente que el problema mas grave es la amenaza de depresión, no la inflación, y que primero deben resolverse los problemas económicos y después los desequilibrios de las finanzas públicas. 2. El proyecto de ley de financiación: La búsqueda de un mercado de capitales de largo plazo y una reforma financiera inapropiada. (Medidas propuestas en el programa económico) El articulo 1 del proyecto autorizaba al Banco Central a “organizar un sistema de financiación de emergencia de la actividad económica interna, a plazos intermedios y largos”. El proyecto involucraba una amplia reforma financiera con dos objetivos: otorgar más instrumentos al Banco Central para el manejo de la política monetaria y, por otro lado, facilitar la creación de un mercado de capitales de largo plazo. Se trataba de medidas que tenían como objetivo la macroeconomía de corto plazo, pero que implicaban a la vez cambios institucionales duraderos, difícilmente reversibles, en cuando al papel del Banco Central. Otras medidas propuestas en el proyecto de ley de financiación, basándose en el diagnostico de escasez de financiación a mediano y largo plazo para las actividades urbanas que lo requerían, el Estado asumía ahora el papel de promotor y garante de tal financiamiento. El Estado argentino avanzaba así a un paso más en la dirección de una política “desarrollista keynesiana” que consistía en alentar modificaciones de la estructura productiva (proyectos largos) para capear situaciones de desempleo cíclico actual o potencial. Ahora, suponiendo que existiría demanda suficiente, el proyecto de ley proponía la creación de un organismo de financiación del banco central, con atribuciones para convertir depósitos de corto plazo radicados en los bancos en préstamos a quince años para las industrias y a veinticinco años para la construcción. El proyecto de ley establecía un periodo de emergencia: hasta un año después de terminada la guerra, pero nunca mas de cinco años. La financiación de la compra de cosechas y el mecanismo de conversión de depósitos cortos en préstamos largos solo serian validos en dicho periodo. Los préstamos no los realizaba directamente el organismo de financiación del banco central, sino los bancos, sociedades financieras y otros entes autorizados. Por ultimo el proyecto agregaba en el célebre artículo 10 otra forma de intervención estatal: autorizar al gobierno para garantizar los créditos bancarios de promoción de exportaciones y facultar al PEN para recibir títulos de la deuda argentina o acciones de empresas de servicios públicos en pago o garantía de las exportaciones. 3. La estrategia que no fue: industrialización exportadora y especializada en materias primas nacionales y acercamiento a Estados Unidos. Las herramientas de coyuntura del Plan no se limitaban a las incluidas en el proyecto de ley de financiación. Incluían también el control selectivo de las importaciones provenientes de la zona de divisas libres mediante mecanismos combinadosde prohibiciones, cuotas y licitaciones del cambio oficial disponible. Se otorgaba gran importancia al aliciente que estas medidas significarían para el desarrollo industrial mediante la sustitución “con recursos propios del país, aunque sea de manera precaria, de lo que no se puede seguir trayendo del extranjero. Ello no significa, desde luego, que toda industria deba ser fomentada. Debemos precavernos del error de promover aquellas producciones que tiendan a disminuir las importaciones de los países que sigan comprando nuestros productos en la medida suficiente para permitirnos pagar esas importaciones. De lo contrario, crearemos nuevos obstáculos a las exportaciones: hay que importar mientras se pueda seguir exportando” Para contrarrestar los efectos indeseados de la “industrialización keynesiana” el Plan proponía su propio antídoto: un desarrollo industrial exportador y especializado en las materias primas nacionales. Se preveían para ello las siguientes medidas: a. Promoción del intercambio con los países vecinos. b. Incentivos cambiarios a las exportaciones industriales, particularmente a las destinas a los Estados Unidos. c. Generalización del régimen de draw-back d. Estímulos especiales a las industrias elaboradas de materias primas nacionales, a través de las facilidades financieras. e. Se agregaban iniciativas tendientes a evitar la “protección al revés”. En un contexto de escasez de divisas convertibles en bienes demandados, el incremento de las exportaciones industriales contribuiría también a limitar el alcance del desarrollo de las industrias. El deseo de incrementar el intercambio con dicho país, en efecto, respondía a motivos más profundos, era una estrategia de largo plazo, coincidente con la ascendente hegemonía de ese país en el mundo y con la estrategia de las inversiones norteamericanas en el extranjero. Pinedo percibía claramente que su estrategia de desarrollo no seria factible en la posguerra sin el decidido concurso de los Estados Unidos, porque este país se convertiría en líder indiscutido del mundo capitalista. La expresión de Pinedo en el plan de 1940 constituye el primer reconocimiento oficial del predominio mundial de Estados Unidos y de la necesidad de la Argentina de acercarse económicamente a ese país. Por ello es que en la propuesta pinedista la reconversión industrial, el acercamiento a los estados unidos y la lucha por evitar el cierre de la economía constituyen elementos inseparables. Una industrialización especializada y exportadora era imprescindible para romper el “esquema triangular” Argentina-Gran Bretaña-Estados Unidos. 4. EL NUCLEO GERMINAL DE LA NUEVA ESTRATEGIA ECONOMICA, LA CORPORACION PARA LA PROMOCION DEL INTERCAMBIO (CPI) Y LA ARMOUR FOUNDATION. La medida de pinedo que se llevó a la práctica inmediatamente, fue la fijación de normas cambiarias para promover la exportación de artículos nuevos, y las adoptadas simultáneamente para liberar algunas importaciones hasta entonces restringidas. Se trataba de vender las divisas provenientes de la exportación de artículos nuevos a quienes desearan importar productos sujetos a restricciones, de este modo, a la vez que se promovían las exportaciones de origen industrial, se facilitaba el incremento de las compras a los EE.UU., país del que provenían la mayor parte de las importaciones restringidas. 5. La discusión y la derrota del plan: una aleccionadora victoria de la política sobre la economía La propuesta de Pinedo fue muy discutida. Entre las entidades empresariales las posiciones fueron muy diversas: la unión industrial argentina (UIA) manifestó su cálido apoyo; la sociedad rural Argentina y la bolsa de comercio apoyaron el plan con más reservas. La confederación de asociaciones rurales de buenos aires y la pampa (CARBAP) y la confederación de asociaciones rurales del centro y litoral oeste (CARCLO), se opusieron tenazmente a todo lo que fuera la compra de cosechas; por último, la federación de entidades defensoras del comercio y la industria expresaba el temor de que todo el plan Pinedo terminara favoreciendo solo a los agrarios y reclamaba el desarrollo del mercado interno. En el senado, donde el oficialismo tenía mayoría, el plan fue aprobado con la sola oposición de los 3 representantes radicales. Los legisladores de la concordancia, no se mostraron apasionados con el programa y precedieron a aprobarlo previa eliminación de sus aspectos más industrialistas. El socialismo adopto su tradicional actitud al “emisionismo” y al “proteccionismo espurio”. En la cámara de diputados, controlada por el radicalismo, el plan no llego a tratarse por la negativa del sector a considerar proyecto alguno del PEN. La UCR se movilizo intensamente en el estudio del plan. Al impulso de la necesidad de hacer oposición y criticar a la “oligarquía financiera” el discurso radical adopto predominadamente un matiz antiintervencionista y antiiindustrial. La UCR debía ser el partido más problematizado frente a la cuestión que se discutía, porque era también aquel cuyas bases eran más heterogéneas y porque tal diversificación se había acentuado en los últimos años con los cambios económicos y sociales acontecidos. Esta ambigüedad de la UCR se pone claramente de manifiesto pocos meses después, en mayo de 1941, cuando algunos diputados radicales, que se habían negado a considerar siquiera el plan Pinedo, presentan un proyecto de crédito industrial muy similar. En convergencia con un proyecto parecido presentado por el PEN en 1941 la cámara de diputados aprobó el sistema de crédito industrial. Es fundamental tener en cuenta el contexto político en el que se discutió el plan pinedo. Pinedo advirtió, lógicamente, los motivos de índole política que dificultaban su gestión y decisión entrevistarse con Alvear para alcanzar un acuerdo político con el radicalismo. Tanto los sectores predominantes de la coalición gobernante, como algunos grupos intransigentes del radicalismo se opusieron tenazmente al acuerdo. Los conservadores vieron coronada su empresa con la renuncia de Pinedo. En lo interno, la preocupación dominante era la lucha por el poder político inmediato. Los argumentos económicos se usaban como armas parar esa lucha, con gran intercambiabilidad de ellos entre los diferentes partidos. 6. El éxito imprevisto de las exportaciones industriales, la reorientación del comercio exterior hacia América y la discusión sobre la viabilidad del Plan. Las especiales circunstancias económicas creadas por la guerra permitieron que la estrategia pinedista de exportaciones industriales y diversificación de mercados alcanzara éxitos tan rápidos como espontáneos e inesperados (en productos manufacturados no tradicionales, industrias de alimentos y bebidas, la industria química y textil). La participación de las exportaciones industriales alcanzada en 1943 fue escasamente superada en la historia económica argentina posterior. A partir de 1944 las exportaciones industriales cayeron también en valor absoluto a partir de dicho año, antes de que finalizara la guerra y se restableciera el funcionamiento normal de los mercados. El aspecto “exportacioncita” de la estrategia Pinedo resulto factible durante los años de la segunda guerra. El mismo éxito también se alcanzó en cuanto al acercamiento comercial a los países de América. Aun así un acuerdo amplio con los estados unidos era una condición necesaria para el éxito del programa, el cual no fue fácilmente llevado a la práctica debido a las fuertes presiones ejercidas por Gran Bretaña, en convergencia con buena parte de los ganaderos locales, cuyo objetivo común era el de permitir la continuidad de los abastecimientos de carne al Reino Unido. Para los intereses estratégicos del Reino Unido el peligro que entrañaban los objetivos de largo plazo del Plan era mucho mayorque las ventajas que podrían obtener. En la Argentina los partidos políticos mayoritariamente proaliados en 1945 –radicales, socialistas, y algunas facciones del conservadorismo- rechazaron el plan proaliado de 1940, que era el de Pinedo, o bien lo apoyaron condicionalmente. Entre el plan Pinedo y el Peronismo: La gran discusión sobre estrategias industriales y la marcha hacia el mercadointernismo. Durante los años entre el Plan Pinedo y el triunfo del Peronismo el punto central de las discusiones, sobre el destino de la economía argentina, fue el porvenir de la industria Argentina. Las consecuencias económicas y políticas de la segunda guerra mundial consolidaron el hegemonía del industrialismo y otorgaron mayor importancia a las ideas mercadointernistas. Entre los actores principales de esos debates tenemos a los empresarios industriales, los militares y el estado. 1. Los empresarios industriales y su diferenciación Durante la década del 30 la UIA llevo adelante una política institucional “universalista” tendiente a promover todas las ramas industriales existentes. Su posición también fue marcadamente proteccionista y de defensa de las llamadas “industrias artificiales”. Esto no significa que en la UIA estuvieran representados por igual todos los empresarios industriales. Prevalecian las empresas mas establecidas, las que menos necesitaban de la activa protección del gobierno y las que resultarían menos beneficiadas por la aplicación de políticas redistributivas. Por otro lado, se encontraban menos representados los industriales mas recientes o marginales, pequeños y medianos, y algunos grandes de capital nacional. Lo mismo ocurría con los industriales del interior. La posición de la UIA en el debate industrial empezó a modificarse a medida que se hizo patente la posibilidad exportadora de la industria. Sin desdecirse de su defensa “bonapartista” y proteccionista de toda la manufactura establecida, empezaron ser mucho mas frecuentes sus manifestaciones de apoyo a las medidas estatales de promoción de las exportaciones industriales. La institución expreso entonces que la industria argentina debe ser exportadora para mejorar sus costos con una producción intensiva e ilimitada. En un principio el mercado interno y las exportaciones no se vieron como proyectos rivales, sin embargo, cuando aparecieron en el gobierno revolucionario (en 1944) los primeros síntomas de restricciones comerciales y cambiaras a las exportaciones, la UIA se mostro seriamente preocupada. Y cuando el gobierno comience a convertirse en peronista, y los efectos de la política social a afectar negativamente la competividad de las exportaciones argentinas, esta actitud se convertirá en desesperación. Ante el hecho consumado la situación fue percibida como el fracaso de todo un programa, en términos de “perdida de oportunidades para el desarrollo de la industria argentina como quizás nunca se vuelvan a presentar a la nación” La UIA consideraba importante pero no excluyente, la estrategia exportadora. Esta importancia residia en la posibilidad que brindaba dicha estrategia para expandir el mercado sin necesidad de recurrir a aumentos salariales importantes y para acceder a una fuente autónoma de provision de las divisas que resultarían necesarias para el reequipamiento industrial en la posguerra. La presencia de industriales que expresaran posiciones políticas o corporativas diferentes de la UIA y con un sentido decididamente mercadointernista, era muy escasa. La principal división explicita de los industriales se produjo dentro de la propia UIA a lo largo de 1945, y a partir de la oposición de buena parte de sus miembros a la política de Peron. Es decir que la división de los industriales se expreso a partir de la diferencia en los puntos de vista de dos fracciones respecto de la conveniencia o inconveniencia de adecuarse a la política propuesta desde el Estado, mas que a partir de n programa o una estrategia alternativa claramente expuesta. Entonces, por aquellos años se constituyeron dos bloques de empresarios industriales con programas alternativos, uno, representado por la UIA, que se vuelca hacia posiciones exportacionistas y que empieza a despreciar el mercado interno, integrado principalmente por las empresas del establishment (grandes, extranjeras, nacionales tradicionales o pertenecientes a grupos económicos), el otro, sin representación gremial clara, proclive al desarrollo del mercado interno y conformado por pequeños medianos y algunos grandes industriales nacionales. Las posibilidades de crecimiento de los industriales mercadointernistas dependían de una expansión del mercado interno basada en la incorporación de mano de obra y en los aumentos salariales. La UIA no pudo evitar que la fracción de industriales menos concentrados, mas vinculados al mercado interno o residentes en el interior miraran con simpatía y hasta con militancia la propuesta mercadointernista del peronismo en gestión. 2. La estrategia militar La segunda guerra llevo al primer plano de la discusión a un nuevo interlocutor: Las fuerzas armadas y fundamentalmente, el ejercito. La creciente intervención de los militares aportaron nuevas facetas a la polémica: 1) Una redifinicion de las “industrias naturales”, que incluia entre ellas a las que elaboraban materias minerales y no solo a las agropecuarias. 2) Una afirmación de la necesidad de un mayor control nacional o estatal de la economía, inspirada en una ideología nacionalista que 3) también incluia un concepto del orden social cuya efectivacion requeria mejoras del nivel de vida de los trabajadores En materia industrial la principal expresión de esta concepción fue la creación de la Direccion General de Fabricaciones Militares que se concreto por ley en 1941. Entre sus objetivos principales figuraban la “organización del país para la defensa en el aspecto industrial”, el completamiento de las fabricas militares y la creación de otras nuevas, y la producción de las materias primas fundamentales para las necesidades militares. Estas concepciones y objetivos no limitaban la autarquía a la fabricación de bienes estratégicos sino que la extendían al conjunto de la actividad industrial. Mediante la simple reinterpretación del concepto de “materias primas nacionales” los militares cuestionaban la estrategia de industrialización pinedista. Las concepciones nacionalistas intervencionistas de Estado y distribucionistas, entretanto, se desarrollaban en el Ejercito con tanta o mayor fuerza y rapidez. Uno de los programas típicos de estas conspiraciones, frecuentemente asociadas también a sectores del radicalismo, incluia: la intervención de todas las empresas económicas fundamentales, la nacionalización del Banco Central y de los transportes, la reducción de las tasas de interés y la moratoria de deudas, el salario familiar, la organización de corporaciones y la industrialización de todos los productos básicos. Estas ideas sociales, nacionalistas e intervencionistas de Estado, que iban ganando cada vez mas adeptos militares, habrían de tener mucha mayor gravitación que la propia concepción autarquizante, estuviera esta limitada, o no, a las industrias belicas y cualquiera fuera la definición de “materias primas nacionales”. 3. La política del Estado y la polémica industrial antes del triunfo definitivo del mercadointernismo La política de promoción de la industria no desaparecio con el fracaso del plan Pinedo. Entre 1940 y 1943 se adoptaron un sinnúmero de medidas industrialistas, algunas de las cuales estaban inspiradas en el plan pinedo, mientras otras iniciaban una marcha hacia el mercadointernismo. A las ya comentadas disposiciones cambiarias de promoción de las exportaciones industriales y a la creación de la corporación para la promoción del intercambiodeben agregarse: la fundación de un comité de exportación y estimulo industrial y comercial (1940), la creación de la flota mercante del estado (1941), la ley de fabricaciones militares (1944) y finalmente la insistencia del PEN en un proyecto de crédito industrial que se legalizo en 1943. La creciente preponderancia de las ideas industriales se encarnaron también en el presidente Castillo: “Mi gran aspiración aparte de mantener la posición internacional del país, es la de iniciar antes de la expiración de mi mandato la explotación minera en gran escala y el fomento de las industrias extractivas”. Las ideas de Castillo eran idénticas a las utilizadas por los militares para cuestionar una estrategia de tipo pinedista. Los proyectos que culminaron en la creación de un sistema de crédito industrial en 1943 (posteriormente transformado en 1944 en el banco de crédito industrial) recogían las ideas financieras del Plan de 1940, pero las aplicaban a un objetivo diferente: el proyecto de 1941 se referia a la implantación de nuevas industrias y mantenía la preferencia a las materias primas nacionales. Al modificarlo, la comisión de presupuesto y hacienda de diputados decidio otorgar preeminencia a la implantación y el desenvolvimiento de las industrias que extrajeran o manufacturaran materias primas nacionales, pero haciendo también mención de la prioridad que debía otorgarse a las firmas argentinas y a las orientadas al mercado interno: era la primera aparición oficial del mercadointernismo industrial. Las políticas finalmente adoptadas, recién concretadas a partir de 1943, mostraron desde un comienzo los cambios ocurridos en el control del Estado. Ya en el sistema de crédito industrial anunciado en 1943 se enfatizaba la necesidad de sustituir importaciones, sin hacer referencia alguna a las exportaciones industriales o a las industrias artificiales. En el decreto de 1944 sobre fomento y defensa de la industria nacional se defendían como industrias de interés nacional: 1) Las que emplearan materias primas nacionales y estuviesen orientadas al mercado interno 2) Las que empleando total o parcialmente materias primas importadas, produjesen artículos de primera necesidad o de interés para la defensa nacional. Los mismos criterios adopto para su política crediticia el Banco de Credito Industrial, creado en 1944. LA ESTRATEGIA MERCADOINTERNISTA DEL PERONISMO: LA POSICION INTERNACIONAL DE LA ARGENTINA, LA POLITICA SOCIAL Y UN LARGO ADIOS A LAS EXPORTACIONES INDUSTRIALES La conformación de la economía política del peronismo marco el fin de una etapa importante en la discusión de las estrategias industriales. La industrialización argentina entre 1946 y 1955 continuo desarrollándose dentro de la normalidad que podía esperarse de la primera etapa de la sustitución de importaciones, dejando de lado el camino exportador abierto por la segunda guerra mundial. La economía política del peronismo se edifico sobre la base de criterios distintos a los de una estrategia razonada de industrialización. Esos criterios fueron: 1) Una nueva concepción del Estado y de su papel en la economía 2) Las políticas sociales y de ingresos que el peronismo llevo a cabo con el objeto de aumentar el ingreso real de los asalariados 3) Los objetivos de independencia económica y soberanía política que, tal como fueron definidos por el peronismo, llevaron a la necesidad de cerrar la economía para independizarla cuanto fuera posible de los vaivenes del intercambio externo, tanto por el lado de las exportaciones como por el de las importaciones. En términos de la doctrina peronista se trataba de alcanzar mediante un Nuevo estado la felicidad del pueblo y la justicia social (económicamente, el consumo presente y la distribución del ingreso) y la grandeza de la Nacion, que en aquel momento fue identificada con ciertas formas particulares de la soberanía política y de la independencia económica. 1. El consejo Nacional de Posguerra (CNP) y la nueva concepción sobre el papel del Estado. La intervención del Estado en la sociedad y en la economía adquiere una significación nueva con el advenimiento del peronismo expresada en los documentos del Consejo Nacional de Posguerra, y de modo especial,, en el Ordenamiento económico-social (CNP 1945). Este documento expresa opiniones militares acerca de la necesidad de reordenar la economía y la sociedad argentina como las primeras manifestaciones de lo que habría de ser la peculiar configuración de poder del Estado popular peronista. Objetivos: El fin primordial del nuevo ordenamiento económico-social era “asegurar la satisfacción de todas las necesidades de los habitantes del país, sin tolerar el injusto acaparamiento en manos de unos pocos”. A tal fin, los objetivos primordiales que se proponían para la coyuntura eran la “plena ocupación y un sistema completo de seguridad social”. Se procuraba “conciliar la economía libre con un sistema mas humano que el juego férreo de la oferta y la demanda, y mantener el papel del Estado como fiel de la balanza Capitaltrabajo”. Este papel arbitral se concretaba en amplias facultades para el control de precios y el ajuste de los salarios al costo de vida. Hay que aclarar que ya con anterioridad a la revolución de 1943 el Estado había intervenido crecientemente en la economía, intervención que se acentuo desde el comienzo de la segunda guerra. Esta creciente intervención ya había producido en 1942 fuertes reacciones negativas de las asociaciones empresariales tradicionales. La posición del ministro de Hacienda Carlos Acevedo era un fiel reflejo de las preocupaciones de la elite política: “desde hace dos años el Estado en la Argentina no ha hecho mas que intervenir en forma cuantiosa para ayudar a la industria, al comercio y a la producción agropecuaria”. Sin embargo, el clima era el mas adecuado para el florecimiento de una nueva concepción sobre el papel del Estado. Todo jugaba a su favor: las ideas vigentes en casi todo el mundo, las incertidumbres creadas por la Gran Crisis y por la guerra, la atracción de compensar las medidas intervencionistas proempresariales con medidas favorables a los asalariados y, por esta via, la tentación de proponer una estrategia unificadora de tantos intereses encontrados. 2. La evolución de las ideas de Peron sobre la industria. La posición de Peron sobre el desarrollo industrial se ubicaba en una suerte de termino medio entre las de ideas de sus compañeros mas autarquizantes y las del pinedismo. Aunque consideraba que la defensa nacional requeria una industria pesada propia también pensaba que se debía evitar en lo posible la creación o sostenimiento de industrias artificiales, cuya vida económica depende de algún tipo de protección que directa o indirectamente siempre representa un gasto. Peron agregaba que el Estado debía determinar cuales eran las actividades ya consolidadas, cuales las que requerían un apoyo para lograr solidez por la vital importancia que tenían para el país y cuales ya habían cumplido su objetivo de suplir la carestía de los tiempos de guerra pero cuyo mantenimiento en época de normalidad representaría una carga económica que no tenia motivos razonables para mantener. El consejo Nacional de Posguerra afirmaba la necesidad de suprimir aquellas actividades económicas que, terminada la guerra, carezcan de razón de existir y cedan terreno ante una competencia foránea superior. Peron redondeaba su pensamiento con una frase pinedista: “debemos andar al compas de los tiempos modernos y crear industrias fundadas en materias primas del país”. En cuanto al papel otorgado a las exportaciones industriales: aunque Perón menciona su éxito durante la guerra, no parece concederle demasiada importancia. Con respecto a las relaciones internacionales de la Argentina
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