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de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 34
donde se originan. Dichos fenóme-
nos naturales han llegado a cam-
biar su curso al grado de que el gé-
nero humano se ha visto en la
necesidad de adaptarse a los rápi-
dos e intensos cambios que suce-
den incontrolable e inesperada-
mente.
Estamos atravesando por perio-
dos en los que es más común escu-
char en los noticieros o leer en la
prensa acerca de los desastres na-
turales, desastres que general-
mente ocurren “lejos de nosotros”.
A finales del 2004 surge de manera
abrupta una serie de acontecimien-
tos naturales que han dejado una
huella impregnada en el sentir y
pensar de la humanidad entera. El
bombardeo inicia a raíz de los
acontecimientos por el tsunami,
que azotó gran parte de Asia, direc-
ta o indirectamente hemos puesto
los ojos cada vez más en aconteci-
mientos desastrosos de tipo natu-
De acuerdo con la Organización
Panamericana de la Salud (OPS,
1990) (1), los desastres son even-
tos extraordinarios que originan
destrucción considerable de bienes
materiales y pueden dar por resul-
tado muerte, lesiones físicas y su-
frimiento humano. Tales hechos
pueden ser causados por el hombre
o por la naturaleza, si bien ambos
tienen consecuencias psicológicas
de consideración. En este número de
la revista, dados los sucesos que
hoy ocurren, nos referiremos a los
desastres naturales (DN).
Los DN han existido siempre. Ha-
ciendo un recuento histórico, pode-
mos ver que la humanidad ha esta-
do expuesta a continuos desastres
y catástrofes naturales, desde te-
rremotos y huracanes que destru-
yen ciudades enteras, hasta hela-
das, deslaves e inundaciones, que
ocasionan grandes pérdidas y mer-
man el desarrollo de los lugares en
J. G. Salazar Estrada,* D. V. Heredia Loza**y 
M. Pando Moreno***
Desastres naturales:
efectos psicológicos 
ante un suceso inesperado
* Secretario de la División de
Disciplinas para el Desarrollo,
Promoción y Preservación 
de la Salud.
** Egresada de la carrera de Psicología
de la Universidad de Guadalajara.
*** Coordinador de la Maestría Salud en
el Trabajo.
de Vinculación y Ciencia
35 / núm.17
ral; noticias que van desde las
inundaciones en Santa Fe, Argenti-
na. Piedras Negras, México. Terre-
motos en San Salvador, El Salva-
dor. Las intensas lluvias en Tijuana
que provocaron derrumbes, las
inundaciones en Costa Rica, los
deslaves en Brasil y California, así
como los intensos incendios natu-
rales en Australia, son sólo algu-
nos de los desastres que los me-
dios de comunicación nos han
mostrado. Estos desastres son con-
siderados como tragedias, porque
la gente que ha estado involucrada
directamente y que ha vivido estos
acontecimientos, jamás lo olvida-
rá. Las consecuencias en la salud
mental de la población y las se-
cuelas a mediano y largo plazo en
su desarrollo personal y en la cali-
dad de vida de las víctimas son se-
cuelas psicosociales devastadoras
que quedan como producto de ese
tipo de acontecimientos provoca-
dos por circunstancias en las que
el hombre poco ha podido hacer. En
algunos casos los resultados pue-
den ser pasajeros y, en otros, oca-
sionan trastornos graves de la per-
sonalidad (2, 3, 4).
Queremos exponer los efectos
psicológicos que surgen ante un
suceso inesperado, como lo es
un desastre natural. Si bien el origen
de estos fenómenos naturales
siempre ha residido en la propia
naturaleza, el hombre se limita a
sufrirlos y, en el mejor de los ca-
sos, a prevenir las consecuencias
de los mismos.
El desastre en los fenómenos
naturales resultará de una con-
fluencia de factores, como el dete-
rioro ambiental, la carencia de
educación y organización y de las
características socioeconómicas.
Estos últimos, sin duda, constitui-
rán algunos de los componentes de
la vulnerabilidad de una comuni-
dad, región o país.
Todo fenómeno natural no nece-
sariamente será sinónimo de desas-
tre. Los DN, por ser inesperados,
pueden afectar a mucha gente al
mismo tiempo y siempre interrum-
pen el desarrollo al consumir una
gran cantidad de recursos propios.
Por lo anterior, y haciendo eco de las
palabras de Slaikeu (5), los desas-
tres naturales tienen el potencial
de precipitar una crisis (se esté
preparado o no), entendiendo como
tal el estado de desorganización
caracterizado por una incapacidad
para salir adelante y con el poten-
cial para un daño natural, social,
económico y emocional de mediana
y larga duración.
Antes de ahondar más en los
efectos psicológicos originados an-
te este tipo de sucesos inespera-
dos, es importante señalar algunos
conceptos de desastre y, más espe-
cíficamente, de un desastre provo-
cado por la naturaleza. La OPS se
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afirma que el desequilibrio siste-
mático es resultado del estrés de
eventos catastróficos. Y, finalmen-
te, Anderson (1968) da un enfoque
diferente y define los desastres con
base en la reacción de la población
afectada a la amenaza que repre-
senta el desastre mismo antes de
que ocurra, describe el desastre co-
mo agudo o crónico, según la forma
en que la comunidad responde a di-
cha amenaza. El mismo autor afir-
ma que un desastre tiene conse-
cuencias diferentes en el individuo,
la familia y las diversas institucio-
nes de la sociedad afectada. Como
hemos podido observar, el común
denominador de un desastre natural
es el origen de un desequilibrio que
afecta en dos dimensiones: el indi-
vidual y el social o colectivo.
Cualquier evento catastrófico
que sea profundamente traumático,
como un terremoto, inundaciones,
accidentes, pueden desencadenar
una reacción de estrés en las per-
sonas que experimentan u observan
el acontecimiento (6).
Un desastre es un suceso que
trastorna el funcionamiento vital
de una sociedad y afecta a los si-
guientes sistemas:
◗ Sistema biológico de sobrevi-
vencia (alimentación, cobijo,
salud, reproducción).
◗ Sistema de orden (división del
trabajo, patrones de autoridad,
refiere en su manual para víctimas
de desastre antes referido, a los si-
guientes autores: Harsbarger
(1974) define los desastres como
eventos rápidos y dramáticos que
dan por resultado daños materiales
y humanos considerables, subraya
la importancia de la vida comuni-
taria y su participación activa. En
cambio, Erikson (1976) señala que
los tipos diferentes de trauma psí-
quico, individual y colectivo son
evidentes en la conducta de las
personas afectadas por un desas-
tre. Define el trauma individual co-
mo “un golpe a la psique que rom-
pe las defensas de la persona de
mantera repentina y fuerte”, y de-
fine el trauma colectivo como “un
golpe al trama de la vida social
que lesiona los vínculos que unen a
la gente y daña el sentido prevale-
ciente de comunidad”. Barton
(1970) clasifica los desastres como
parte de un grupo más amplio de
situaciones de estrés colectivo que
surgen cuando muchos miembros
de un sistema social no reciben
condiciones de vida que esperan de
dicho sistema. Agrega que dicho
estrés colectivo puede provenir de
fuentes externas al sistema o
de este mismo. Considera, además, al
sistema social como una colectivi-
dad de humanos cuya interacción
se mantiene en la forma de patro-
nes identificables durante un pe-
riodo relativamente prolongado, y
de Vinculación y Ciencia
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normas culturales, roles socia-
les).
◗ Sistema de significados (valo-
res, definiciones compartidas
de realidad, mecanismos de co-
municación).
Lo anterior se refleja psicológi-
camente en el individuo con la
aparición de depresión y cuadros de
estrés y ansiedad, que dentro del
DSM-IV (Clasificación de las Enfer-
medades Mentales, según la Aso-
ciación Psiquiátrica Americana (7)
se conoce con el nombre de Tras-
tornos por Estrés Postraumático
(TEP) y que se atribuye a un indivi-
duo que ha vivido un aconteci-
miento que se encuentra fuera del
marco habitual de las experiencias
humanas y que se considera mar-
cadamente angustiante para casi
todo el mundo (8).
La respuesta inmediata al de-
sastrecon el miedo que éste provo-
ca fue llamada por Horowitz (9)
“el grito”, que es cuando el indivi-
duo se da cuenta de la amenaza y
lo asocia con memorias previas,
unas veces reales y otras irreales,
que forman parte de nuestros re-
cuerdos.
Ileana Petra (10) propone el si-
guiente cuadro de las fases de res-
puesta a un evento estresante:
◗ Evento
◗ Grito
◗ Negación
◗ Intromisión
◗ Manejo
Señala que cada persona progre-
sa por estas fases a diferente paso.
Hay quien en el periodo de negación
puede durar semanas o meses an-
tes de que se evidencien respues-
tas emocionales al desastre. Ante
el impacto puede surgir confusión
y aturdimiento, mientras que en el
momento del grito o choque, que es
donde se adquiere conciencia del
problema, surge un pánico conside-
rable y un estado disociativo.
Algunos de los signos y sínto-
mas durante la fase de negación
son:
◗ Aturdimiento.
◗ Inhabilidad para apreciar estí-
mulos significativos.
◗ Amnesia (completa o parcial).
◗ Desconocimiento del significado
del estímulo.
◗ Presencia de fantasías para con-
trarrestar la realidad.
◗ Sensación de enturbamiento o
irrealidad.
◗ Abuso de alcohol o fármacos.
◗ Alteraciones del sueño.
◗ Alejamiento de las actividades
de la vida diaria.
◗ Trastornos psicosomáticos.
Algunas víctimas no atraviesan
la fase anterior, sino que presentan
de Vinculación y Ciencia
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a que se enfrentarán los individuos
serán con las pérdidas. Estas pérdi-
das provocan alteraciones y dese-
quilibrio en la estructura familiar,
que al pasar por un estado de crisis
se enfrenta al duelo de pérdidas
humanas, como el padre, madre, hi-
jos y hermanos, y pérdidas mate-
riales, como su hogar y pertenen-
cias. Pierden, entonces, sus
sistemas de apoyo social y psicoló-
gico y en su mayoría carecen de ha-
bilidades para la resolución de
problemas.
Los DN son factores estresantes
que afectan grandemente el equili-
brio psicofisiológico de los afecta-
dos, y el estrés resultante puede
originar crisis personales. Una ca-
tástrofe siempre causará diversos
tipos y grados de pérdidas persona-
les como resultado de muerte, le-
siones, desempleo o destrucción de
bienes materiales.
La respuesta psicológica de la
persona ante un desastre está con-
dicionada por su sistema de apoyo
social y emocional, que le ayuda a
resolver el estrés. La naturaleza
de la matriz social de un sujeto puede
ser origen de factores de gran in-
fluencia que lo protegen contra el
efecto posterior de un evento crítico,
los mecanismos psicofisiológicos y
recursos internos del individuo, así
como la red de apoyo de la familia
y amigos, revisten suma importan-
cia en este proceso de readaptación
directamente respuestas emocio-
nales de la fase de intrusión. Sus
principales signos y síntomas son:
◗ Hipervigilancia. ¿Cuándo vol-
verá a pasar?
◗ Reacciones de sorpresa.
◗ Sienten que está sucediendo el
mismo fenómeno nuevamente.
◗ Pensamientos, imágenes y con-
ducta de intromisión. Repite va-
rias veces en su mente la misma
escena.
◗ Alteraciones del sueño durante
la noche.
◗ Sensaciones relacionadas con el
sistema de huida o alertamiento.
◗ Búsqueda compulsiva de perso-
nas o situaciones perdidas.
◗ Generalmente tienen un carác-
ter irracional, es decir, carecen
de sentido.
Por último, la fase de manejo va
relacionada con el aprendizaje ad-
quirido en donde surge el manejo de
significados, duelo, elaboración
de nuevos planes y la finalización de
la respuesta.
Otros autores (11, 12) agrupan la
misma sintomatología y las reper-
cusiones psicológicas en cuatro ca-
tegorías a) pre-impacto, b) impac-
to, c) post impacto, y d) impacto de
largo plazo.
El potencial propio de la crisis
psicológica surgirá en los días y
semana inmediatos. Así lo primero
de Vinculación y Ciencia
39 / núm.17
y resolución. Un añadido a estos
recursos personales podría ser la
asistencia y servicios disponibles
en la comunidad para ayudar a
personas en crisis.
Para la OPS, la resolución de
crisis es un conjunto de mecanis-
mos psicofisiológicos, interrela-
cionados, que se ven estimulados
por el estrés y la crisis, las pérdi-
das y el duelo, así como sistemas
de apoyo operativos, que fomentan
los tipos de conducta que sirven
para lograr un estado de equilibrio.
Estas conductas adaptativas prote-
gen al individuo mediante la evita-
ción, modificación o manejo del es-
trés causado por el desastre (13).
Una crisis es un periodo crucial
o decisivo en la vida de una perso-
na, que tiene sus consecuencias
tanto físicas como emocionales. Se
puede considerar como una ruptura
de un estado de equilibrio psicoló-
gico en el que se precipita por un
cambio repentino y significativo
en la situación vital del individuo.
Este cambio puede originar una ne-
cesidad de ajustes internos y el
uso de mecanismos adaptativos
que rebasan temporalmente la ca-
pacidad del individuo.
Otra consecuencia de los desas-
tres naturales es el duelo y el en-
frentamiento con las pérdidas. Kü-
bler-Ross (14) ha llamado la
atención acerca de la muerte y
la reacción psicológica a la misma.
Los individuos que enfrentan la in-
minencia de su propia muerte o la
de personas cercanas a ellos pasan
por un proceso de cinco etapas: ne-
gación, ira, negociación, depresión
y aceptación. Se ha dicho que estas
etapas no siempre ocurren y que
tampoco lo hacen invariablemente
en un orden específico. Antes bien,
las etapas que ocurran y su orden de-
penden de una influencia importante
de la personalidad y de una actitud
general de la persona hacia la vida.
Los procesos de duelo y pena, a
veces denominados conjuntamente
con el término luto, abarcan ele-
mentos cognoscitivos y es frecuen-
te que se expresen mediante sínto-
mas físicos y psicológicos. Se
inician con el reconocimiento y
aceptación de la pérdida. El indivi-
duo necesita aceptar la realidad no
sólo intelectual sino también emo-
cional. Cuando sólo ocurre la acep-
tación intelectual, las probabilida-
des de inadaptación emocional son
mayores. El proceso de duelo hace
que la persona pase sucesivamente
por los estados de choque emocio-
nal, aflicción aguda y resignación,
y en el camino suele padecer mo-
lestias físicas o volverse más sus-
ceptible a las enfermedades; quizá
se retraiga y se vuelva apático. Es
factible que exprese mayor hostili-
dad hacia los demás o puede ais-
larse por completo (Lindemann)
(15).
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 40
drían analizar desde dos perspecti-
vas: el que está viviendo directa-
mente el acontecimiento y aquellas
personas que sólo ven de “lejos”.
Hasta este momento únicamente
hemos mencionado algunas conse-
cuencias de las personas que han
vivido directamente un DN; sin em-
bargo, es normal que situaciones
de esa naturaleza extrapolen efec-
tos y secuelas en personas ajenas a
este desastre, considerando el
potencial que tienen los medios de
comunicación para “comunicar” en
una función preventiva y educati-
va, pero también informan de ma-
nera alarmista, de acuerdo con los
intereses de unos cuantos.
En aquellas personas que ven de
lejos los acontecimientos, el pri-
mer efecto, sin duda, es la admira-
ción de tal suceso. Una vez que se
dan cuenta de los daños causados y
las múltiples pérdidas, les viene
un sentimiento de consternación y
tristeza (sobre todo si dentro de
esas pérdidas se encuentran las
humanas). Finalmente, en muchos
de los casos el sentimiento de soli-
daridad y apoyo es muy común.
Otro efecto psicológico que se
da en el sector que no ha sido afec-
tado directamente por estos desas-
tres, es el sentimiento de apoyo
originado por la consternación de
pérdidas, surgiendo así movimien-
tos sociales en los que a través de
grupos, empresas, gobiernos y so-
Cuando las heridas no curan rá-
pidamente, puede surgir un si-
guiente fenómeno, que es la culpa
de la víctima, aflorando así un
efecto traumático.
Peter Marris, refiere Lindemann,
considera el duelo como la expre-
sión social del luto, que usualmen-
te se manifiestaen los hábitos o ri-
tuales religiosos. Describe la pena
como la sensación de conflicto in-
tenso entre impulsos contradicto-
rios, la necesidad de conservar to-
do lo valioso e importante del
pasado y al mismo tiempo la de co-
menzar una vida nueva, aceptando
la pérdida sufrida. Si el proceso de
pena se interrumpe con demasiada
prontitud en la búsqueda de rea-
juste y reintegración inmediatos, o
si se continúa en forma intermina-
ble con una preocupación incesan-
te por lo perdido, la víctima quizá
nunca se recupere emocionalmente
y su calidad de vida se haya afec-
tado para siempre. La pena se do-
mina al abstraer la vida y aceptar
la nueva realidad. La pérdida re-
pentina en los desastres por desin-
tegración o reubicación de familias
también origina un proceso de pena
y angustia intensas.
Muchos desastres no originan
muertes numerosas, pero sí privan a
los afectados de sus hogares, re-
cuerdos, barrio y fuente de ingre-
sos, es decir, existen pérdidas. Las
consecuencias psicológicas se po-
de Vinculación y Ciencia
41 / núm.17
ciedad civil lanzan ayuda y apoyo
con muestras de solidaridad huma-
nitaria ante los más afectados y
vulnerables.
Es importante resumir que en
cualquier situación de desastre
natural hay consecuencias y reper-
cusiones psicológicas a mediano y
largo plazo. Sin embargo, el daño
psicológico va a depender de la si-
tuación propia de inestabilidad del
acontecimiento, incluyendo las ca-
racterísticas distintivas objetivas
del acontecimiento y las dimensio-
nes objetivas de la situación (16).
Entre las características distinti-
vas objetivas, hay que distinguir si
se trata de un acontecimiento de
pérdida (remoción de una cosa, si-
tuación o persona querida) o casti-
go (surgimiento de una situación
aversiva). Entre las dimensiones
objetivas de la situación, se pue-
den señalar la valencia de la situa-
ción (su potencialidad estresante
inherente); su controlabilidad (las
oportunidades que se tienen de
control inherente a la situación);
su mutualidad (la probabilidad en
la que una situación cambie por sí
misma); su ambigüedad (el grado
en el que una situación carece por
sí misma de suficiente informa-
ción como para que podamos ha-
cernos una idea clara de ella); su
potencial de ocurrencia o recurren-
cia (la capacidad de ocurrir o vol-
ver a ocurrir inherente a la situa-
ción); su momento o cronología
respecto al ciclo vital (momento de
la vida de una persona en que ocu-
rre el acontecimiento).
Todas estas características de
“dimensiones objetivas” pueden
ser consideradas también como
“dimensiones subjetivas” de las
situaciones, si pensamos que todas
ellas han de ser percibidas por la
persona. Considerando además una
situación que es propiamente sub-
jetiva, como el caso de la familia-
ridad (es decir, la experiencia per-
sonal con la situación).
Las consecuencias a nivel psico-
lógico en las personas en una situa-
ción crítica y generadora de estrés,
depende además de la propia situa-
ción, el saber por parte del sujeto
(antes o después del acontecimien-
to) si es un evento controlable o
predecibles, si es un acontecimien-
to ambiguo o claro, si se puede mo-
dificar su curso o no. En cualquier
caso, la dimensión del evento y sus
consecuencias a nivel personal y
grupal son producto de los factores
psicosociales, en donde los aspec-
tos sociales y culturales (que de-
terminan nuestra percepción) tie-
nen un papel relevante en el
proceso de pensamiento de los su-
jetos en situaciones de crisis, iden-
tificándolos como acontecimientos
negativos productores de estrés con
consecuencias en la salud mental y
la calidad de vida de las víctimas.
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 42
dades y mitigar las consecuencias
en la salud mental, la salud públi-
ca y la calidad de vida de las vícti-
mas de un desastre natural.
Referencias bibliográficas
(1) Pan American Health Organization (PA-
HO) (1990) Manual de la atención de sa-
lud mental para víctimas de desastre.
(2) American Psychiatric Association.
(1996) Diagnostic and Statistical Ma-
nual of Mental Disorders, cuarta edi-
ción, Washington, D. C. American Psy-
chiatric Association.
(3) Goldman H. H. (1996) Psiquiatría gene-
ral, cuarta edición. México. Manual mo-
derno.
(4) Green, B. L. y J. D. Lindy (1994) “Post-
traumatic stress disorder in victims of
disasters“, en Tom D. (ed). The Psychia-
tric Clinics of North America. Post-Trau-
matic Stress Disorder, vol. 17, núm. 2 de
junio.
(5) Slaikeu, Karl A. (2000) “Crisis circuns-
tanciales en la vida“, en Intervención
en crisis. México: Manual Moderno, se-
gunda edición, ppv. 85-86.
(6) David Sue (1997) “Trastornos por ansie-
dad“, en Comportamiento anormal. Mé-
xico: McGraw Hill, cuarta edición, p.
184.
(7) American Psychological Association
(APA) (1996) DSM – IV, Manual Diagnós-
tico y Estadístico de los Trastornos Men-
tales. Masson.
(8) Ileana Petra. Aspectos psicológicos
presentes durante los desastres. Depar-
Con el fin de dar apoyo psicoló-
gico se han probado diversos proto-
colos para casos de sobrevivientes
de eventos traumáticos. Uno de és-
tos, que ha sido acreditado cientí-
ficamente en forma eficiente, es la
metodología EMDR (Eye Desensiti-
zation and Reprocessing), con re-
sultados similares a la Terapia
Cognitiva–Conductual. “La EMDR es
un protocolo Grupal e Integrativo,
impartido por profesionistas en la
salud mental, oriundos de los luga-
res afectados (los cuales son pre-
parados previamente) y que serán
los responsables de brindar asis-
tencia a su comunidad” (17, 18).
Esta metodología fue creada por
expertos mexicanos a partir del
huracán Paulina en 1997 y ha sido
utilizada en desastres ocurridos a
fines y principios del presente si-
glo en diferentes partes del mundo.
Ante este tipo de eventualidades
o acontecimientos de origen natu-
ral que generan desastres, nunca
estaremos totalmente preparados
para enfrentarlos. Por la propia na-
turaleza del evento se dificulta es-
tar prevenidos y hacerles frente;
sin embargo, hace falta desarrollar
más la investigación en este ámbi-
to y trabajar en las áreas de educa-
ción, prevención y atención. Ade-
más, se requiere incorporar a los
procesos educativos, elementos de
formación y capacitación para ha-
cer frente a este tipo de eventuali-
de Vinculación y Ciencia
43 / núm.17
tamento de Psiquiatría y Salud Men-
talv. Facultad de Medicina. UNAM.
(9) Horowitz, M. et al. (1980) “Signs and
symptoms of traumatic stress disor-
der“, Archives of General Psychiatry,
57, pp. 85-92.
(10) Ileana Petra, op. cit.
(11) Cohen, R.E., y F. L. Aheran, Jr. (1989)
Manual de la atención de salud mental
para víctimas de desastres. México:
Harla.
(12) -(1995) “Participating in Disaster Re-
lief . What Psychiatrists need to know
when catastrophes strike“, Psychiatric
Times, noviembre, pp. 40 – 42.
(13) Pan American Health Organization, op.
cit.
(14) Kübler-Ross, Elisabeth (1970) On Death
and Dying. Nueva York: Macmillan.
(15) Linderman, E. “Symptomatology and
managemant of acute grief“, American
Journal of Psychiatry, núm. 101, pp.
141–148.
(16) Rodríguez Marín, J. (1995) Psicología
social de la salud. Madrid: Editorial
Síntesis, pp. 62-63.
(17) EMDR – HAP. www.emdrhap.org.
(18) Barrowcliff, A.L., et. Al. (2002) “Hori-
zontal rhythmical ere- movements con-
sistently diminish the arousal provoked
by auditory stimuli“, British Journal of
Clinical Psychology, núm. 42, pp. 289-
302, 2002.
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 44
póliza, la cual tiene que ser un
reflejo fiel de lo que el cliente
está requiriendo en cuanto a
protección. Tercero, cuando la
póliza se emitió y, en caso de
que haya algún siniestro, sobre
todo desastres naturales, la
compañía contrata despachos
externos para evaluar los daños
en las propiedades del asegura-
do y proceder a indemnizarlo,
financiera o económicamente,
para resarcir la pérdida. Así
funcionan las pólizas de seguro.
❙ AMM: ¿Qué se puede protegero
asegurar? Generalmente se cree
que los automóviles.
EU: Contra este tipo de riesgos se
puede proteger prácticamente
todo el patrimonio físico. Por
ejemplo, tu casa, la construc-
ción, todos los aditamentos, ins-
talaciones, contenidos, mue-
bles, equipo electrónico. En
algún tipo de pérdida conse-
❙ AIMEÉ MUÑIZ MACHUCA: ¿QUé meca-
nismos se dan en los seguros
que ustedes manejan para la
protección del patrimonio en si-
tuaciones de riesgo ambiental y
en caso de desastres?
EDGAR UREÑA: El mecanismo funcio-
na por medio de tres pasos: pri-
mero, nuestra fuerza de venta,
los agentes, son los intermedia-
rios entre las personas que tie-
nen una necesidad de protección
contra riesgos ambientales y la
aseguradora; entonces, los
agentes, en su campo de acción,
recogen esas necesidades, esa
información, y la traen a la ase-
guradora, y ésta la evalúa, so-
bre todo la de sumas asegura-
das de los bienes, ya sea del
edificio o de la construcción de
la casa o de sus contenidos. Se-
gundo, hacemos una evaluación
de eso, una cotización, presen-
tamos un costo y emitimos una
* Responsable de emisión de 
daños-riesgos. Compañía Seguros 
Interacciones.
Seguros contra riesgos 
ambientales
Entrevista con Edgar Ureña*
de Vinculación y Ciencia
45 / núm.17
cuencial manejamos una cober-
tura que se llama gastos ex-
traordinarios. En caso de que
pierdas tu casa, la compañía te
ayuda a rentar una, y yo, como
representante, te pago los da-
ños que sufrió tu casa, mientras
consigues otro lugar donde que-
darte, en caso de pérdida total.
Cualquier tipo de bien mueble o
inmueble es lo que se puede
proteger.
❙ AMM: Si aseguro mi casa, ¿qué pa-
sa con mis pertenencias? ¿Van
de paquete con la casa o es
aparte?
EU: Es más conveniente comprarlo
de paquete, pues tienes la op-
ción de decirnos qué quieres
asegurar y qué no quieres. Así,
manejamos un esquema que te
lo doy de paquete, porque es
más conveniente, ya que no te
conviene asegurar nada más el
casco y dejar sin seguro los
contenidos.
❙ AMM: ¿Realmente la gente asegu-
ra sus casas contra daños am-
bientales o no es muy común?
EU: En realidad, en nuestro país la
gente no está muy informada y
por lo general no hay una cultu-
ra del seguro. Las personas, en
su mayoría, dicen: “después del
niño ahogado, tapan el pozo“.
Ya cuando ven los daños que
causan riesgos ambientales, so-
bre todo en las zonas costeras o
donde se presentan lluvias to-
rrenciales, cuando ven sus pér-
didas, se deciden a contratar un
seguro, pero no hay una cultura
de prevención, una cultura del
seguro.
❙ AMM: Sin embargo, ¿estas posibi-
lidades existen?
EU: Existen, pero hay un factor de-
terminante en cuanto a que las
personas compren o no un segu-
ro, y es el poder adquisitivo. En
su mayoría, las personas satis-
facen las necesidades prima-
rias: comer, vestirse, educarse,
entre otras, y ven como un lujo en-
tre comillas contratar o pagar
por una póliza de seguro.
❙ AMM: Supongo que son caras,
¿verdad?
EU: No son muy caras si comparas lo
que te puedes gastar en un mes
en diversión, entretenimiento, o
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 46
❙ AMM: ¿Hay antecedentes a nivel
nacional o local sobre evaluación
de consecuencias económicas de
desastres a través de seguros?
EU: No, a través de la compañía aún
no tengo formalmente antece-
dentes de que se hayan docu-
mentado, ni tampoco las esta-
dísticas de las consecuencias
que tuvo un fenómeno natural,
pero eso es conocido, y más en
estos días en los que la gente se
da cuenta de tales consecuen-
cias, pues se queda sin un pa-
trimonio y no puede hacerle
frente a estas pérdidas por no
contar con una póliza de seguro
que puede ayudarle en estos ca-
sos.
❙ AMM: ¿Cuáles son los criterios que
toman en cuenta para estimar el
valor de la protección del patri-
monio en situaciones de riesgo y
en casos de desastre?
EU: Este tipo de trabajos los llevan
a cabo despachos externos, des-
pachos de valuadores profesio-
nales que se basan, hablando de
construcciones, en la localiza-
ción y en costos por metro cua-
drado. Depende también del
mercado de bienes raíces. Noso-
tros, una vez con las sumas ase-
guradas, o los valores que ellos
nos traen acerca del patrimonio
de una familia o de un negocio,
hacemos la labor de suscripción
o de cotización de ese riesgo.
en salidas. El costo del seguro
es, más que nada, una inversión
y depende también del valor de
tu inmueble, de la localización,
todo. Hay que verlo como un
ahorro, no como un gasto. Sí,
manejamos paquetes para cu-
brir necesidades específicas,
aunque es difícil en la situación
económica que vive México para
un seguro. Pero si lo vemos co-
mo una inversión, y no como un
gasto, sino como algo que te va
a dar algo de tranquilidad. Así
ya no resulta ni tan caro ni tan
oneroso.
❙ AMM: Cuando fue la explosión en
Analco, por ejemplo, suponga-
mos que yo tenía mi casa ahí y
la aseguré, explotó y todo se vi-
no abajo, ¿eso me lo podría pa-
gar el seguro?
EU: En este caso estamos hablando
de una responsabilidad de un ter-
cero, no de un riesgo de la natu-
raleza. Del tercero responsable
se dice que fue Pemex, o no sé
quién haya sido, si no se hace car-
go de ese daño que causó a las
casas, entonces el paquete bási-
co de protección incluye el riesgo
de explosión. Así, el seguro pri-
mero hubiera visto la manera de
que el tercero se hiciera respon-
sable. En caso de no lograrlo, en-
tra la cobertura del seguro por
los daños a tu casa, siguiendo
con el ejemplo que mencionas.
de Vinculación y Ciencia
47 / núm.17
❙ AMM: Si a mi casa la quiero asegu-
rar y me la valúan en dos millo-
nes de pesos, ¿a los diez años
sigue teniendo el mismo valor?
EU: Los valuadores tienen que hacer
un avalúo para nosotros: en una
compañía de seguros tiene una va-
lidez o una caducidad de hasta
dos años. Dos años es lo más que
tú me puedes venir a decir: “Este
avalúo dice que mi casa vale dos
millones de pesos“. Después de
los dos años se tendría que vol-
ver a hacer un avalúo.
❙ AMM: ¿QUé aspectos son excluidos
de protección?
EU: El criterio general es proteger
todo aquello que vaya a repre-
sentar un desfalco o una pérdi-
da del patrimonio de las perso-
nas. Hablando de riesgos
ambientales, se excluye cual-
quier tipo de daño que sea pau-
latino o por el uso común, pero
te voy a cubrir cualquier riesgo
que sea súbito o imprevisto, pa-
ra el cual no estás preparada.
Eso es en criterios generales.
❙ AMM: Si hay un temblor y mi casa
no se cae, pero sí tiene algunas
cuarteaduras, ¿ustedes aportan
recurso para ello?
EU: Si la estructura de la casa su-
frió daños, aquí entran mucho
las autoridades de protección
civil que también hacen ese tipo
de valuaciones en las construc-
ciones, y si determinan que la
construcción está dañada en su
estructura, en sus cimientos, no
puede ser habitada, se declara
como pérdida total y la asegura-
dora paga, según las sumas ase-
guradas con las que se contrató
la póliza.
❙ AMM: ¿Cómo puede la población
tener derecho a un seguro de pro-
tección para situaciones de ries-
go y casos de desastre?
EU: Contactando a un agente de se-
guros, a una persona que se de-
dique a vender seguros, un
agente certificado. El agente
presenta propuestas de diferen-
tes compañías aseguradoras.
Hoy es muy poca la publicidad
que las compañías aseguradoras
están teniendo, pero entran un
poco más en el mercado, en las
personas, quienes pueden acer-
carse a las aseguradoras, para
tener un agente de seguros.
❙ AMM: ¿Todas las aseguradoras tie-
nen estas opciones de seguros?
EU: Sí, aunque hay aseguradoras
que sólo se especializan en gas-
tos médicos, pero la mayoría,
sobre todo las grandes, tienen el
ramo de daños, que se encarga
de este tipo de protección de los
bienes contra riesgos de la na-
turaleza.
❙ AMM: ¿Cuántos tipos de seguros
hay para este caso?
EU: Desde junio de 2003 se tiene un
esquema aprobado por la Aso-
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 48
venga. Te doy una indemniza-
ción de acuerdo con las condi-ciones del contrato de seguro, y,
sobre todo, en el riesgo de inun-
dación hay una participación del
asegurado siempre. Van a par-
tes: la aseguradora con la mayor
parte, y la participación del
asegurado puede variar entre 10
y 20 por ciento de la pérdida.
❙ AMM: ¿Qué relación guarda la cul-
tura de prevención y asegura-
miento a nivel nacional y local
en relación con otros países y
estados?
EU: Realmente en nuestro país la
cultura de prevención no está
muy divulgada, no está muy
arraigada, sobre todo por la si-
tuación económica, pues la gen-
te prefiere dar de comer a sus
hijos que asegurar su casa. Sin
embargo, ha ayudado mucho la
penetración que ha tenido el se-
guro de automóviles, que a tra-
vés de él la gente conoce otros
seguros, como los seguros de da-
ños contra riesgos ambientales.
Si vemos que la contratación se
rige por el poder adquisitivo, en-
tonces las zonas en México que
tienen mayor actividad, como
son las grandes ciudades, y en el
caso particular de Jalisco, hay
un poco más de conciencia, como
en el sector empresarial. La zona
metropolitana de Guadalajara
concentra una parte de esto, y
ciación Mexicana de Institucio-
nes de Seguros (Amis), en la que
se maneja la cobertura de fenó-
menos hidrometeorológicos. Es-
ta cobertura incluye una protec-
ción contra los hechos en sí, me
refiero a que te voy a proteger
por avalanchas de lodo, granizo,
helada, huracán, inundación,
inundación por lluvia, mareja-
da, golpe de mar, nevada, vien-
tos tempestuosos. Dichas cober-
turas se añaden a la tradicional
de terremoto y erupción volcá-
nica. Esos son los riesgos que
incluye este esquema, y los cos-
tos dependen mucho de la ubi-
cación del riesgo, del tipo de
construcción. Hay algunas ca-
sas, por ejemplo, con tejados de
madera o palapas, sobre todo en
zonas costeras, y también de-
penden de las aseguradoras los
costos que manejan. En general,
estaríamos hablando de un ran-
go entre dos y tres pesos por
cada mil pesos de suma asegu-
rada.
❙ AMM: ¿Qué pasaría si mi casa se
inunda y mis muebles se mojan
por completo? ¿Me los pagan,
los cambian o me dan un dine-
ro?
EU: La inundación opera a valor re-
posición, es decir, te voy a dar
lo que me corresponde para que
tú repongas los muebles o utili-
ces el dinero como mejor te con-
de Vinculación y Ciencia
49 / núm.17
Puerto Vallarta, por su activi-
dad turística.
❙ AMM: Supongo que las personas que
viven en las zonas costeras son
más conscientes, ya que a cada
rato sufren de huracanes, por
ejemplo, en Vallarta. ¿Hay gen-
te que asegura sus casas?
EU: Después del huracán Kena, en
octubre del 2002, en Vallarta
había la creencia de que nunca
iba a pegar un huracán, pero
después del Kena vimos un au-
mento en las solicitudes de con-
tratación de seguros de nego-
cios aquí, pero antes era muy
tranquilo: uno que otro negocio
estaba asegurado y poca gente
tenía asegurada su casa.
❙ AMM: En las zonas montañosas de
Jalisco, hace cinco o siete años,
en Ajijic o Jocotepec, cayó un
gran tormentón y hubo una ava-
lancha de lodo. ¿En ese tipo de
regiones de Jalisco aseguran
sus casas las personas que vi-
ven en las montañas?
EU: La penetración y el conocimien-
to de las coberturas y de las pó-
lizas de seguro en regiones
apartadas o en pueblitos es po-
ca o casi nula. La venta de los
pocos seguros en esas regiones
se debe a que hay algún agente
de seguros que tiene algún co-
nocido en aquellos lugares,
quien se enteró de que puede
proteger su casa, pero no es un
mercado importante ni signifi-
cativo.
❙ AMM: ¿Cuál es la práctica más co-
tidiana de prevención y asegu-
ramiento en nuestro contexto?
EU: La práctica más cotidiana es
contactar, saber o informarte,
ver las noticias y ver todas las
consecuencias que trae un de-
sastre natural a través de los
medios de comunicación. Por lo
que está ocurriendo en Asia, mu-
cha gente está dándose cuenta
de que puede perder todo en un
instante. Ojalá que la gente em-
piece a practicar más la preven-
ción, pues hoy no se preocupa
mucho por prevenir una pérdida
financiera que tendría al mo-
mento de perder su patrimonio,
es decir, el trabajo de todo una
vida.
❙ AMM: ¿Qué es, entonces, lo que
más aseguran? ¿Los coches?
EU: Automóviles. Es el seguro que más
rápido crece, que más penetración
ha tenido y por medio del cual la
gente tiene sus primeros contac-
tos con este tipo de seguros. El
seguro de automóviles ha per-
mitido al sector asegurador cre-
cer un poco más.
❙ AMM: ¿Qué otros seguros hay apar-
te de éstos?
EU: Los de daños, gastos médicos
mayores y de vida.
❙ AMM: ¿Qué recomendaciones ha-
rías a la población respecto a
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 50
y 3 pesos por cada mil pesos de
suma asegurada. Esto te podría
decir que, por ejemplo, si tú tie-
nes una casa que vale un millón
de pesos, te estaría cobrando
entre 200 y 300 pesos por un
edificio o una construcción.
Aparte, los contenidos y todo lo
demás que puedas asegurar de
tu casa.
❙ AMM: ¿Esta cuota es anual? 
EU: Si, es anual. Estamos hablando
sólo de la cobertura de fenóme-
nos hidrometeorológicos. Te
menciono un rango porque no es
lo mismo tener un riesgo de hu-
racán aquí en Guadalajara que
en Puerto Vallarta.
❙ AMM: Respecto a los automóviles,
si a mi coche le cayó un árbol
por un tormentón y si está ase-
gurado con cobertura amplia,
¿responde el seguro o tengo que
estar comprobando en todos la-
dos lo que le sucedió a mi auto?
EU: La cobertura incluye el riesgo
de caída de árboles, ya que es
una cobertura básica, de cajón;
de hecho, también las cobertu-
ras de tu casa o empresa o la de
caída de árboles, también están
incluidas.
las ventajas del seguro para la
reducción de vulnerabilidad en
caso de riesgo ambiental y de-
sastres?
EU: Recomiendo que no veamos el
seguro como un gasto, sino co-
mo un ahorro. Un seguro te va a
dar tranquilidad, a la familia le
va a dar tranquilidad en caso de
proteger su casa para poder ha-
cerle frente a una pérdida, y a
la empresa también le va a dar
tranquilidad, porque sabe que
su negocio estaría protegido. Yo
recomendaría que busquen in-
formación acerca de asegurado-
ras o que se contacten con un
asegurador para que primero in-
tenten valuar su casa, hacer un
inventario de su cosas y que
aseguren su patrimonio, que no
lo dejen para después o lo vean
como un lujo. Ahora con todos
estos cambios climáticos que
estamos viendo es importante
que la gente en las zonas coste-
ras y de riesgo tome conciencia
de cuán importante es un seguro.
❙ AMM: ¿Cuánto cuesta un seguro
contra riesgos ambientales?
EU: El costo, por ejemplo, de la co-
bertura de fenómenos hidrome-
teorológicos, que te cubre abso-
lutamente cualquier tipo de
fenómeno de la naturaleza, co-
mo avalanchas de lodo, hura-
cán, granizo, inundación, etcé-
tera, es de más o menos entre 2
de Vinculación y Ciencia
51 / núm.17
* Jefe de la Unidad de Vinculación y 
Difusión Científica de la Universidad
de Guadalajara.
Introducción
La estructura del actual modelo de
desarrollo ha fomentado una ideo-
logía del beneficio inmediato, con-
tribuyendo a la presencia de múlti-
ples procesos degradativos de las
condiciones de vida.
En el contexto global, por prime-
ra vez en la historia, se ha rebasa-
do la capacidad de amortiguamien-
to del planeta y nos encontramos
con la paradoja de que a pesar del
enorme avance en la ciencia, nos
damos cuenta que nuestras activi-
dades están generando nuevos
riesgos, cuyas consecuencias aún
no sabemos, sobre todo para los
países llamados subdesarrollados,
los más vulnerables por su escasa
cultura de prevención.
La formulación de una nueva
cultura ambiental que integre y re-
lacione a la sociedad urbana con
una cultura de prevención y una
cultura de la vida, se constituye en
un principio prioritario y universal.
De acuerdo con esta premisa, en
1993 se elabora la primera versión
del Atlas de riesgos de la Zona Me-
tropolitana de Guadalajara, en el
que participan nueve dependencias
de la Universidadde Guadalajara
como una contribución a la gestión
ambiental de la Zona Metropolitana de
Guadalajara, donde después del de-
sastre del 22 de abril de 1992 debe-
rían generarse experiencias orientadas
en la planificación, la coordinación in-
terinstitucional y la participación so-
cial como procesos estructurales del
desarrollo.
Historia de los desastres en el si-
glo 20
En el pasado siglo 20, y en espe-
cial en los últimos cuatro decenios,
los desastres se han diversificado
conforme avanza la tecnología. Como
Arturo Curiel Ballesteros*
Atlas de riesgos 
en la Zona Metropolitana 
de Guadalajara
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 52
Tipo Lugar y fecha Consecuencia.
Número de muertos
Epidemia Región asiática, 1919 22 000 000
Sequía Kansu, China, 1928 3 000 000
Ciclón Bangladesh, 1943 1 900 000
Violencia Ruanda, 1994 1 000 000
Inundación Tientsin, China, julio de 1939 1 000 000 
Terremoto Tientsin, China, 27 de julio de 1976 655 237
Incendio Nicaragua, 23 de diciembre de 1979 73 000
Erupción volcánica St. Pierre, Mt. Pelée, 8 de mayo de 1902 40 000
Deslizamiento Armero, Colombia, noviembre de 1985 22 000
Contaminación del aire Londres, 4 de diciembre de 1952 12 000
Tsunami Japón, 1931 3 000
Fuga de sustancias Bhopal, India, 2 de diciembre de 1984 2 500
peligrosas (metilisocianato)
Colapsamiento de Vajont, Italia, 1963 1 925
construcciones 
Accidente de barco Reino Unido. Atlántico, 15 de mayo de 1912 1 500
Explosión (gas lp) Bashkir, URSS, 1989 575
Accidentes de aviación Islas Canarias, España, 28 de marzo de 1977 562
Ingestión de sustancias Irak, 1971 459
tóxicas (fungicidas)
Bajas temperaturas India, 1982 400
Accidentes de ferrocarril Firozabad, India, 20 de agosto de 1995 335
Altas temperaturas Bihar, India, 1979/05 300 
Hundimiento Sincelejo, Colombia, 20 de enero de 1980 165
Accidentes de autobús Chiporio, Zimbabue, 10 de junio de 1982 60
Accidente nuclear Chernobyl, Ucrania, 31 (con la estimación de 
26 de abril de 1986 que podrían morir 475 000 
personas de cáncer)
Contaminación del agua Prince William Sound, Alaska, 36 000 aves y 40 millones de
24 de marzo de 1989 de litros derramados de pe----
tróleo
Cuadro 1. Catástrofes principales en el siglo 20 
de Vinculación y Ciencia
53 / núm.17
ejemplo de ello, en el siguiente cua-
dro se presentan ejemplos de catás-
trofes.
En el cuadro anterior se presen-
tan ejemplos de catástrofes con
base en el daño a la vida humana y
al medio ambiente.
En desastres naturales, el PNUMA
(UNEP,1992) considera que anual-
mente en promedio se pierden 25 000
vidas y se causa un daño a la pro-
piedad por 3 000 millones de dóla-
res y que 95% de los desastres
naturales ocurren en países subde-
sarrollados.
Con respecto a la tendencia de
los desastres más frecuentes en el
siglo 20, podemos observar cómo
se presentan éstos a nivel mundial
en el cuadro 2.
En los países del tercer mundo
los riesgos ambientales del desa-
rrollo han provocado actualmente
un eventual deterioro del bienestar
social que ha traído como conse-
cuencia desastres y catástrofes co-
mo ninguna otra generación en la
historia.
Los desastres quimicotecnológi-
cos comienzan a ser significativos a
nivel mundial a partir de los años
cincuenta con una presencia e in-
cremento en todo el mundo, mos-
trando una tendencia de crecimien-
to en los últimos 20 años,
especialmente en los países del
tercer mundo, donde los desastres y
catástrofes han aumentado el nú-
mero de muertes, lo que es indica-
tivo de la relación de la vulnerabi-
Desastres mayores Tendencia
Epidemias Decremento a partir de los años veinte, manteniéndose a partir de 
los sesenta arriba de las 1 000 muertes por año.
Sequía Decremento a partir de los años cuarenta, manteniéndose a partir de 
los sesenta arriba de las 1 000 muertes por año.
Violencia Se mantiene a partir de los cuarenta arriba de las 1 000 muertes por año.
Ciclón Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 1 000 muertes por año.
Terremoto Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 1 000 muertes por año. 
Inundación Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 1 000 muertes por año.
Deslizamientos Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 100 muertes por año.
Erupción volcánica Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 100 muertes por año.
Accidentes tecnológicos Aumenta de manera continua a partir de los años setentas en los países del 
tercer mundo.
Cuadro 2. Tendencia de los desastres en el siglo 20
10% de los eventos. Los hechos re-
lacionados con los riesgos recono-
cidos en México en el período de
1900 a 1997, que han generado ca-
tástrofes, son presentados en el
cuadro 4.
Los riesgos de desastres en Gua-
dalajara. En las últimas dos décadas
en Guadalajara se ha concentrado el
grueso de la actividad económica,
política, social y educativa del esta-
do de Jalisco. Sin estar preparado
para ello, esta ciudad presenta un
alto nivel de centralismo, lo que ha
desbordado sus límites hasta desdi-
bujarla y convertirla en un conjunto
con asentamientos amorfos cada vez
más extenso.
Las cifras en cuanto a población,
procesos de urbanización, ocupa-
lidad de los países con su nivel de
desarrollo (cuadro 3 y figura 1).
Los desastres quimicotecnológi-
cos son cada vez de mayor trascen-
dencia, por lo que debe darse im-
portancia especial, ya que son
catástrofes que pueden evitarse.
Riesgos en México
En la década de 1982 a 1992 Mé-
xico ocupó el segundo lugar mun-
dial, después de la India, en acci-
dentes con altos impactos
ambientales dentro de los países
del tercer mundo. En cuanto a
emergencias mayores presentes, se
ubica en el tercer lugar, después
de la India y Ucrania, con más de
30 sucesos por año y muertos en
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 54
Figura 1. Accidentes quimicotecnológicos catastróficos en el mundo 
Década Número de accidentes Número de muertos
Cincuenta 5 162
Sesenta 15 225
Setenta 37 1 739
Ochenta 23 4 195
Noventa 143 8 000
Cuadro 3. Grandes accidentes quimicotecnológicos en el mundo
ción del territorio y empobreci-
miento de importantes segmentos
de la población, también se obser-
va incremento en la utilización de
inadecuados sistemas tecnológi-
cos, en la construcción de vivien-
das y en la dotación de infraes-
tructura básica y sistemas
organizacionales. Estos factores,
entre otros, han aumentado la vul-
nerabilidad de la población tapatía
frente a una amplia diversidad de
fenómenos fisiconaturales y tecno-
lógicos presentes frecuentemente
en la ciudad.
En la Zona Metropolitana de Gua-
dalajara aproximadamente 20% de
las personas que mueren pierden la
vida en forma accidental.
Un análisis inicial de la tasa de
riesgos en Guadalajara basado en
los reportes de la prensa para los
fenómenos naturales, desde inicio
del siglo, y para los accidentes tec-
nológicos, desde la última década,
indica que las tasas de muerte más
altas son para accidentes automo-
vilísticos, incendios, fugas, derra-
mes y explosiones, piquetes de
animales, inundaciones y derrum-
bes. Esto permite que, en forma ge-
neral, sean considerados como fre-
cuentes. En cambio, los hundimientos,
accidentes aéreos y terremotos son
de Vinculación y Ciencia
55 / núm.17
Tipo de riesgo Suceso Consecuencias.
Número de muertos
Sequía Chihuahua, 19 de octubre de1994 40 
Incendio Acapulco, 15 de febrero de 1909 250
Terremoto México, D. F., 19 de septiembre de 1985 10 000
Huracán Jalisco y Colima, 27 de octubre de 1959 960
Inundaciones Arandas, Jalisco, 3 de septiembre de 1980 100
Bajas temperaturas Chihuahua, 1995 50
Altas temperaturas Chihuahua 1996 42
Tormenta Sinaloa, 7 de octubre de 1981 100
Erupción volcánica El Chichonal, 29 de marzo de 1982 3 000
Intoxicaciones Morelos, 19 de diciembre de 1984 53
Violencia Chiapas, 22 de diciembre de 1997 45
Accidente de autobús Querétaro, 1995 30 
Accidente de barco Yucatán, 1995 24
Fuga y explosiones de San Juan Ixhuatepec 452
sustancias peligrosas19 de noviembre de 1984 206
Guadalajara, 22 de abril de 1992 
Cuadro 4. Sucesos máximos de consecuencias catastróficas en México por tipo de riesgo
catalogados como de frecuencia
media, y las erupciones volcánicas
pertenecen a los eventos conside-
rados de probabilidad muy baja
(cuadro 5).
En cuanto a las fugas, derrames
y explosiones, hay que tomar en
cuenta que la catástrofe del 22 de
abril fue precedida por las explo-
siones del 25 de marzo de 1983,
cuando 800 metros de la calle Sie-
rra Morena se abrieron por cuatro
explosiones en el drenaje, hiriendo
a 48 personas y causando pérdidas
materiales en fincas y automóviles.
Nueve años más tarde, el 22 de
abril de 1992 (Día Mundial de la
Tierra) sucedió lo que se considera
la peor tragedia en la historia
de Guadalajara, cuando alrededor de
una decena de explosiones a lo lar-
go de diez kilómetros de calles del
Sector Reforma causaron la muerte
de más de 200 personas, 1 600 he-
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 56
ridos y múltiples impactos al am-
biente y a la propiedad.
Ambos sucesos muestran una com-
plejidad en sus causas al producirse
las explosiones en el sistema de dre-
naje, donde no deben arrojarse sus-
tancias peligrosas, pero que hoy en
día sigue siendo una práctica vigente.
Otra explosión ocurrió el 15 de oc-
tubre de 1993, a 18 meses de la catás-
trofe, en una bodega de plátanos en
la Colonia del Fresno, dejando una
persona muerta y seis lesionadas. Es
un llamado más a la necesidad ur-
gente de controlar el manejo de sus-
tancias peligrosas en la ciudad.
A partir de un análisis general de
la Zona Metropolitana de Guadalaja-
ra, se han detectado 295 puntos de
amenazas, las cuales incluyen desde
industrias de alto riesgo, que en ca-
so de accidente pueden tener una
afectación en condiciones críticas
en 16 kilómetros de longitud, hasta
cruceros peligrosos, donde ocurren
con frecuencia accidentes en los que
están involucrados tanto los vehícu-
los particulares como de transporte
urbano que permanentemente circu-
lan en la ciudad.
Amenazas prioritarias en 
Guadalajara
Para cuantificar el riesgo en la zo-
na metropolitana, es necesario
evaluar las amenazas presentes.
Los valores de las amenazas se
Tipo de riesgo Riesgo de muerte/persona/año
Accidentes automovilísticos 1 en 20 800
Incendios 1 en 1.5 millones
Fugas, derrames y explosiones 1 en 2.8 millones
Piquetes de insectos y arácnidos 1 en 5.0 millones
Inundaciones 1 en 8.4 millones
Derrumbes 1 en 11.5 millones
Hundimientos 1 en 30.0 millones
Accidentes aéreos 1 en 50.0 millones
Terremotos 1 en 100.0 millones
Erupción volcánica 1 en 30,000.0 millones
Cuadro 5. Riesgo de muerte accidental en Guadalajara
Durante el periodo comprendido
entre 1980 y1993 se registraron en
la Zona Metropolitana de Guadala-
jara un total de 311 accidentes que
involucran sustancias peligrosas,
los cuales arrojaron un total de 310
muertos. De estos hechos, 207
(66.56%) se debieron a incendios
con un saldo de 34 muertos, y 104
(33.44%) fueron causados por fuga
y derrame de sustancias, ocasio-
nando la muerte de 276 personas y
2 917 heridos. Los accidentes suce-
dieron principalmente en fábricas
y casas.
A partir de dichos datos se ob-
tiene que la probabilidad de que
sucedan estos accidentes es de por
lo menos uno cada diez años y sus
consecuencias se estiman como
muy serias.
Es importante destacar que la
frecuencia con que ocurren acci-
de Vinculación y Ciencia
57 / núm.17
asignan teniendo en cuenta la capa-
cidad destructora de cada evento,
sus efectos sobre la salud y la pro-
babilidad de que ocurran en el sitio.
En Guadalajara se detectaron 16
diferentes tipos de amenazas, que
pueden ser agrupadas de acuerdo
con su capacidad destructora como
amenazas prioritarias, amenazas
importantes y amenazas posibles.
Tráfico vehicular. Aun cuando
este tipo de amenazas se presenta
actualmente en todas las zonas ur-
banas del mundo, resulta conve-
niente tener en cuenta que estos
accidentes son los que, en la ciu-
dad de Guadalajara, causan año con
año mayor número.
Industrias de alto riesgo. Son
aquellas fuentes de amenaza que
están dadas por la presencia de
instalaciones que almacenan, uti-
lizan o generan peligrosas, que por
sus características propias o en
combinación con otras, pueden oca-
sionar incendios, explosiones, co-
rrosión y toxicidad.
Ante la diversidad y magnitud de
las consecuencias generadas por los
accidentes de este tipo que se han
presentado en Guadalajara, se ha evi-
denciado la necesidad de identificar
las actividades capaces de generar
riesgos y de poner en práctica las me-
didas de prevención tendentes a dis-
minuir su frecuencia y sus efectos en
la población, sus bienes o el medio
ambiente.
Prioridad de amenazas
Amenazas prioritarias Tráfico vehicular
Industrias de alto riesgo
Deslizamientos
Hundimientos
Sismicidad
Amenazas importantes Inundación
Gasolineras
Gasoductos
Amenazas posibles Vulcanismo
Cuadro 6. Distribución de las amenazas en la matriz 
de riesgo, según nivel de probabilidad y consecuencias
Deslizamientos y hundimientos.
Los fenómenos de deslizamiento y
hundimiento se encuentran vincu-
lados a la forma de relieve altera-
da o modificada, o ambas, por las
actividades de una ciudad que cre-
ce con patrones especulativos;
ejemplo de ello son barrancos re-
llenos, bancos de material urbani-
zados, ampliación de los partea-
guas a partir de rellenos laterales,
urbanización de valles estrechos,
sobreexplotación de mantos freáti-
cos, etcétera.
La Zona Metropolitana, en su
acelerado crecimiento, ha tendido
a invadir áreas rurales a su alrede-
dor, ocasionando serios problemas
ambientales. Esta rapidez con que
crece la ciudad contribuye a agra-
var la situación por la dificultad
de dotar de servicios adecuados a
nuevas colonias que crecen acele-
radamente.
En general, la demanda de nue-
vos sitios para urbanizar va crean-
do una especulación en el valor del
terreno disponible que determina
la ubicación de la población de
menores recursos sobre terrenos
con más limitantes y riesgos.
En los últimos años se ha obser-
vado el crecimiento de la ciudad
hacia sus áreas periféricas sobre
terrenos con las siguientes caracte-
rísticas: lechos de arroyos o cuer-
pos de agua, zonas de altas pen-
dientes o cercanas a barrancas
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 58
dentes en los que se involucran
sustancias peligrosas muestra una
tendencia ascendente, lo cual es
indicado por los accidentes de con-
secuencias catastróficas, como el
de Guadalajara en 1992, o en otras
partes del país.
El almacenamiento y uso de sus-
tancias inflamables, explosivas, tó-
xicas, corrosivas o reactivas, pue-
den causar grandes accidentes y
desastres que generalmente son re-
feridos como riesgos mayores.
En la Zona Metropolitana de Gua-
dalajara se identificaron en total
131 industrias que manejan sustan-
cias peligrosas, de las cuales 63
son catalogadas como de alto ries-
go, ya que en sus procesos produc-
tivos utilizan materias primas o re-
siduos con alguna característica de
corrosividad, reactividad, explosi-
vidad, toxicidad y flamabilidad.
Los sectores Juárez y Reforma
concentran la mayoría de las in-
dustrias consideradas como posi-
bles fuentes de accidentes quími-
cos. En otras áreas, el número de
industrias peligrosas es menor,
aunque es necesario tomar en
cuenta aquellos puntos de locali-
zación de industrias aisladas, pero
consideradas en la categoría de al-
to riesgo (por ejemplo, la planta
Satélite de PEMEX en San Juan de
Ocotán), o bien los corredores in-
dustriales, como Los Belenes en el
área de Zapopan Norte.
de Vinculación y Ciencia
59 / núm.17
y cárcavas, áreas de antiguas ex-
tracciones de materiales, etcétera.
Sismicidad. Los sismos en Gua-
dalajara son el resultado de la di-
námica natural de la Tierra y se ge-
neran a partir del movimiento de
una fracción de la corteza terrestre
definida como placa tectónica, que
al moverse una con relación aotra
placa, produce una serie de movi-
mientos, en ocasiones tan leves
que sólo pueden ser percibidas por
instrumentos especializados, o en
otras generar ondas tales, que pue-
den provocar la destrucción de am-
plias regiones.
De acuerdo con diversas fuentes
de información, en la ZMG durante
el periodo de 1900 a 1986 hubo 21
sismos que ocasionaron la muerte
de aproximadamente 90 personas y
más de 500 heridos.
Con una probabilidad de que
ocurran por lo menos una vez en
veinte años y con consecuencias
potenciales estimadas de nivel ca-
tastrófico, la amenaza por sismos
resulta prioritaria en la puesta en
práctica de medidas preventivas y
fundamental para el diseño de pla-
nes de emergencia. Aun cuando la
distribución de este riesgo es ge-
neral para toda la Zona Metropoli-
tana, hay que tener especial aten-
ción en sitios con diferente tipo de
roca, espesor de sedimentos no
consolidados (profundidad) y nivel
del manto freático.
Según una evaluación realizada
por la Organización de Estados
Americanos (OEA, 1991) sobre los
terremotos que podrían ocurrir en
México y los países de Centro y Su-
damérica, considerando una mag-
nitud igual o mayor a 7 en la esca-
la de Richter, entre 1989 y 2009 y
con una probabilidad igual o mayor
a 50%, se estimó para México una
alta probabilidad de que ocurra un
sismo de estas características en
el estado de Colima. Este dato es de
consideración por su cercanía a
Guadalajara, y porque histórica-
mente han repercutido en la ciudad
los sismos con epicentro en el es-
tado vecino.
El riesgo en 2005
Para reducir vulnerabilidad
hay que considerar las amenazas
en las que vivimos. Esta fue una de
las intenciones principales de la
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 60
muerte accidental, habiéndose du-
plicado las muertes en un periodo
de diez años, y actualmente un pro-
medio de 505 personas que pierden
la vida al año. Los accidentes vehicu-
lares actualmente muestran una
tendencia de incremento de 7.8%
con 72 accidentes diarios. Según
criterios internacionales, si suma-
mos las muertes en estos acciden-
tes, tenemos cada 15 días una ca-
tástrofe. Esto no sólo es una
condición de falta de educación
vial, sino de incremento del estrés.
A nivel quimicotecnológico están
presentes más de 130 empresas que
manejan sustancias peligrosas sus-
ceptibles de ocasionar catástrofes y
que es importante crear una vincula-
ción con la sociedad para saber cómo
actuar en caso de emergencia con ac-
titud corresponsable. Es importante
reconocer igualmente que existen
más de mil empresas generadoras de
residuos peligrosos que requieren
monitoreo, máxime que varias de
ellas están en zonas habitacionales.
No se han logrado acuerdos entre in-
dustriales, gobierno y sociedad para
prevenir catástrofes con una proba-
bilidad de ocurrir en un alto nivel de
consecuencias. Son 20 las sustancias
químicas que han ocasionado las ca-
tástrofes quimicotecnológicas en el
mundo; de ellas, la mitad está pre-
sente en Guadalajara.
A nivel nacional, después de las
explosiones de 1992 en Guadalaja-
primera aproximación del estudio
de riesgos en 1993, resultante de
un convenio de colaboración entre
la COESE (hoy SEMADES) con apoyo
de la Secretaria de Desarrollo So-
cial y el Banco Mundial. Otra finali-
dad de este estudio fue la de defi-
nir zonas prioritarias de riesgo
agudo para desarrollar planes es-
pecíficos de emergencia por tipo de
riesgo.
En la primera aproximación del
Atlas de riesgos se encontró que
según el nivel de probabilidad y
consecuencias, las amenazas prio-
ritarias en Guadalajara son del tipo
socioorganizativo, quimicotecnoló-
gico y geológico.
En 2005 estas amenazas siguen
estando presentes, con una tenden-
cia al crecimiento, lo mismo que en
el caso de la vulnerabilidad.
A nivel socioorganizativo los
accidentes automovilísticos son
hoy en día la principal causa de
de Vinculación y Ciencia
61 / núm.17
ra, aumentaron las actividades de
evaluación de riesgo quimicotec-
nológico en el país, pero eso se
mantuvo hasta 1996. A partir de en-
tonces se ha estado perdiendo
atención como asunto prioritario,
aumentando la vulnerabilidad de las
comunidades. Un ejemplo de esto
es que, según información de la
Secretaría de Medio Ambiente, en
1993 se realizaron en el país 14 917
visitas de inspección a fuentes de
riesgo, mientras que en 2000 dis-
minuyeron a 7 600, y la generación
de residuos peligrosos ha pasado de
1 500 generadores a 27 000, actual-
mente.
Con respecto al riesgo de desliza-
mientos, hay 2 600 hectáreas que no
reúnen las condiciones para ser des-
tinadas a casa habitación por el ries-
go a la salud y patrimonio que repre-
sentan. Cuando se definió esto en
1993, la intención fue llamar la aten-
ción sobre la necesidad de ordenar
el uso del suelo con el principio de
seguridad de vivienda; sin embargo,
lejos de considerar este criterio para
ordenar el territorio, se siguen dan-
do autorizaciones de construcción de
zonas habitacionales en territorios
de alto riesgo, y en zonas que son se-
guras para habitar hay autorizacio-
nes para actividades altamente ries-
gosas. El 16% del área susceptible de
deslizamiento actualmente tiene el
uso habitacional de poblaciones
marginadas y de pudientes.
Conclusiones
En términos generales, dos de ca-
da diez muertes en Guadalajara po-
drían evitarse, partiendo del hecho
que son accidentales. El principal
riesgo de perder la vida en la Zona
Metropolitana, como ya se ha men-
cionado, lo tienen los accidentes
automovilísticos, luego las sustan-
cias peligrosas y deslizamiento,
todas ellas pueden ocasionar ca-
tástrofes. La primera es una catás-
trofe a la que nos hemos acostum-
brado y, lamentablemente, ahora
aceptamos como normal la cuota de
centenas de pérdida de vidas al año
por accidentes derivados de una
mala organización del sistema de
transporte en la ciudad. La segunda
la vamos aceptando por los benefi-
cios que otorga al desarrollo estar
en contacto con sustancias alta-
mente peligrosas, y olvidamos que
los niveles de seguridad en estas
de Vinculación y Ciencia
núm.17 / 62
a los riesgos de la zona metropoli-
tana, se han estado evaluando por
parte de la Universidad de Guadala-
jara los riesgos, y uno que merece
ser considerado actualmente como
prioritario es el referido a los efec-
tos a la salud derivados de la con-
taminación del aire. Investigacio-
nes recientes han demostrado la
relación entre la contaminación del
aire por partículas menores de diez
micras y muertes prematuras. Esto
es importante para Guadalajara,
ya que anualmente se tienen perio-
dos que alcanzan niveles tres veces
superiores a los considerados de
seguridad crónica. Hay que tener
presente, y anticipar que ha habido
en varias partes del mundo catás-
trofes por contaminación del aire.
En el mundo, según datos de la or-
ganización mundial de la salud,
mueren cada año tres millones de
personas por esta causa. De los ca-
sos de asma y de enfermedades
respiratorias, 30% se asocian, se-
gún esta organización, a la conta-
minación. Tan sólo en Guadalajara
ello equivale a 8 000 casos anuales
de enfermedades.
actividades tienen que trabajar con
probabilidades de accidentes de
uno en mil años. Resulta claro que
la industria de los hidrocarburos
no tiene esos parámetros, y año con
año tenemos derrames, fugas, ex-
plosiones que, cuando mucho, lle-
gan a llamarnos la atención un par
de días. Con respecto a desliza-
mientos, aún no encontramos una
catástrofe, pero vendrá asociada
al cambio climático y a lluvias ex-
traordinarias que estarán afectan-
do a las clases sociales más pobres
ubicadas en sitios como las lade-
ras del Cerro del Cuatro, y a las
más pudientes, establecidas igual-
mente de forma no planeada y ba-
sada en la especulación y corrup-
ción del uso de la cuenca de Los
Colomos, un sitio que supone de
nueva cuenta que con el uso de la
tecnología se puede mitigar cual-
quier riesgo asociado con las fuer-
zas geológicas, pese a que cotidia-namente se demuestra que no es
así.
Finalmente, es importante lla-
mar la atención en el sentido de
que desde la primera aproximación
de Vinculación y Ciencia
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DIRECTORIO DE LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 
EN EL AREA DE RIESGOS Y DESASTRES NATURALES
Posgrados ligados a la temática de riesgos y desastres 
Posgrado Centro universitario Responsable Teléfono
Maestría en Ciencias CUCBA-CUCS M.G.S.S. Silvia León Cortés 3 617 99 34
de la Salud Ambiental Dra. Guadalupe Garibay Chávez 3 682 03 84
Dr. Miguel Raygoza Anaya
Doctorado en Ciencias CUCS Dr. Alfredo de Jesús Celis de la Rosa 3617 78 46
de la Salud Pública 3617 99 34
Maestría en Desarrollo CUCS M.C. Carlos Suárez Plascencia 3 819 33 86
Local y Territorio 3 819 33 81
Grupos que realizan investigación sobre riesgo ambiental y desastres
Grupo de liderazgo Centro universitario Responsable Teléfono
Salud Ambiental CUCBA Arturo Curiel Ballesteros 3 682 06 38
y Desarrollo Sustentable 3 682 03 84
3 682 00 72
Sismología y Vulcanología CUCOSTA-CUCSH Dr. Francisco Javier Núñez Cornú 01 (328) 105 20
de Occidente
Geografía Cultural, CUCSH Catherine Liot Lechaponnier 3819 33 81
Paisaje y Riesgo
Geotecnia CUCEI Dr. José Rosas Elguera 3 619 25 34
Salud Mental de Grupos CUCS Manuel Pando Moreno 3617 99 34
Poblacionales 3617 78 46
Epidemiología CUCS Zoila Margarita Gómez Lomelí 3617 99 34
de los traumatismos 3617 78 46
y los envenenamientos
Departamentos y unidades que realizan investigación sobre riesgo ambiental
Departamento/unidad Centro universitario Responsable Teléfono Área
Instituto de Medio Ambiente CUCBA Mtro. Víctor Bedoy 3 682 06 38 Riesgos hidrometeorológicos,
y Comunidades Humanas Velásquez 3 682 00 72 geológicos, 
quimicotecnológicos
y sanitarios
Instituto Regional de CUCS Dr. Felipe de Jesús 3 617 99 34 Riesgos laborales
Investigación en Salud Pública Lozano Kasten 3 617 99 35
Departamento CUCSH M.C. Irineo Martínez 3 819 33 86 Riesgos
de Geografía Territorial Barragán hidrometeorológicos 
y geológicos y ordenación
territorial
Departamento CUCEI Dr. Arturo Chávez 3 619 80 54 Riesgos geológicos
de Física Chávez
Departamento CUCEI M.C. Juan Humberto 3 619 99 20 Riesgos químicos 
de Ingeniería Química Pérez López y seguridad industrial
Departamento CUCEI Dra. María del Refugio 3 619 81 58 Riesgos químicos
de Farmacobiología Torres Vitela 3 619 99 20 y sanitarios
Instituto de Astronomía CUCEI Dr. Ángel Meulenert 3 616 49 37 Lluvia, viento dominante,
y Meteorología Peña 3 615 98 29 humedad, temperatura, 
radiación solar
Centro de Estudios CUCEI M.C. David Barrera 3 619 25 34 Riesgo vulcanológico,
de la Tierra Hernández sísmico y deslizamiento
de masas
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Consulte la revista 
de Vinculación y Ciencia.
Universidad de Guadalajara 
en internet:
http://www.acude.udg.mx/divulga/vinci

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