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de Vinculación y Ciencia núm.17 / 34 donde se originan. Dichos fenóme- nos naturales han llegado a cam- biar su curso al grado de que el gé- nero humano se ha visto en la necesidad de adaptarse a los rápi- dos e intensos cambios que suce- den incontrolable e inesperada- mente. Estamos atravesando por perio- dos en los que es más común escu- char en los noticieros o leer en la prensa acerca de los desastres na- turales, desastres que general- mente ocurren “lejos de nosotros”. A finales del 2004 surge de manera abrupta una serie de acontecimien- tos naturales que han dejado una huella impregnada en el sentir y pensar de la humanidad entera. El bombardeo inicia a raíz de los acontecimientos por el tsunami, que azotó gran parte de Asia, direc- ta o indirectamente hemos puesto los ojos cada vez más en aconteci- mientos desastrosos de tipo natu- De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 1990) (1), los desastres son even- tos extraordinarios que originan destrucción considerable de bienes materiales y pueden dar por resul- tado muerte, lesiones físicas y su- frimiento humano. Tales hechos pueden ser causados por el hombre o por la naturaleza, si bien ambos tienen consecuencias psicológicas de consideración. En este número de la revista, dados los sucesos que hoy ocurren, nos referiremos a los desastres naturales (DN). Los DN han existido siempre. Ha- ciendo un recuento histórico, pode- mos ver que la humanidad ha esta- do expuesta a continuos desastres y catástrofes naturales, desde te- rremotos y huracanes que destru- yen ciudades enteras, hasta hela- das, deslaves e inundaciones, que ocasionan grandes pérdidas y mer- man el desarrollo de los lugares en J. G. Salazar Estrada,* D. V. Heredia Loza**y M. Pando Moreno*** Desastres naturales: efectos psicológicos ante un suceso inesperado * Secretario de la División de Disciplinas para el Desarrollo, Promoción y Preservación de la Salud. ** Egresada de la carrera de Psicología de la Universidad de Guadalajara. *** Coordinador de la Maestría Salud en el Trabajo. de Vinculación y Ciencia 35 / núm.17 ral; noticias que van desde las inundaciones en Santa Fe, Argenti- na. Piedras Negras, México. Terre- motos en San Salvador, El Salva- dor. Las intensas lluvias en Tijuana que provocaron derrumbes, las inundaciones en Costa Rica, los deslaves en Brasil y California, así como los intensos incendios natu- rales en Australia, son sólo algu- nos de los desastres que los me- dios de comunicación nos han mostrado. Estos desastres son con- siderados como tragedias, porque la gente que ha estado involucrada directamente y que ha vivido estos acontecimientos, jamás lo olvida- rá. Las consecuencias en la salud mental de la población y las se- cuelas a mediano y largo plazo en su desarrollo personal y en la cali- dad de vida de las víctimas son se- cuelas psicosociales devastadoras que quedan como producto de ese tipo de acontecimientos provoca- dos por circunstancias en las que el hombre poco ha podido hacer. En algunos casos los resultados pue- den ser pasajeros y, en otros, oca- sionan trastornos graves de la per- sonalidad (2, 3, 4). Queremos exponer los efectos psicológicos que surgen ante un suceso inesperado, como lo es un desastre natural. Si bien el origen de estos fenómenos naturales siempre ha residido en la propia naturaleza, el hombre se limita a sufrirlos y, en el mejor de los ca- sos, a prevenir las consecuencias de los mismos. El desastre en los fenómenos naturales resultará de una con- fluencia de factores, como el dete- rioro ambiental, la carencia de educación y organización y de las características socioeconómicas. Estos últimos, sin duda, constitui- rán algunos de los componentes de la vulnerabilidad de una comuni- dad, región o país. Todo fenómeno natural no nece- sariamente será sinónimo de desas- tre. Los DN, por ser inesperados, pueden afectar a mucha gente al mismo tiempo y siempre interrum- pen el desarrollo al consumir una gran cantidad de recursos propios. Por lo anterior, y haciendo eco de las palabras de Slaikeu (5), los desas- tres naturales tienen el potencial de precipitar una crisis (se esté preparado o no), entendiendo como tal el estado de desorganización caracterizado por una incapacidad para salir adelante y con el poten- cial para un daño natural, social, económico y emocional de mediana y larga duración. Antes de ahondar más en los efectos psicológicos originados an- te este tipo de sucesos inespera- dos, es importante señalar algunos conceptos de desastre y, más espe- cíficamente, de un desastre provo- cado por la naturaleza. La OPS se de Vinculación y Ciencia núm.17 / 36 afirma que el desequilibrio siste- mático es resultado del estrés de eventos catastróficos. Y, finalmen- te, Anderson (1968) da un enfoque diferente y define los desastres con base en la reacción de la población afectada a la amenaza que repre- senta el desastre mismo antes de que ocurra, describe el desastre co- mo agudo o crónico, según la forma en que la comunidad responde a di- cha amenaza. El mismo autor afir- ma que un desastre tiene conse- cuencias diferentes en el individuo, la familia y las diversas institucio- nes de la sociedad afectada. Como hemos podido observar, el común denominador de un desastre natural es el origen de un desequilibrio que afecta en dos dimensiones: el indi- vidual y el social o colectivo. Cualquier evento catastrófico que sea profundamente traumático, como un terremoto, inundaciones, accidentes, pueden desencadenar una reacción de estrés en las per- sonas que experimentan u observan el acontecimiento (6). Un desastre es un suceso que trastorna el funcionamiento vital de una sociedad y afecta a los si- guientes sistemas: ◗ Sistema biológico de sobrevi- vencia (alimentación, cobijo, salud, reproducción). ◗ Sistema de orden (división del trabajo, patrones de autoridad, refiere en su manual para víctimas de desastre antes referido, a los si- guientes autores: Harsbarger (1974) define los desastres como eventos rápidos y dramáticos que dan por resultado daños materiales y humanos considerables, subraya la importancia de la vida comuni- taria y su participación activa. En cambio, Erikson (1976) señala que los tipos diferentes de trauma psí- quico, individual y colectivo son evidentes en la conducta de las personas afectadas por un desas- tre. Define el trauma individual co- mo “un golpe a la psique que rom- pe las defensas de la persona de mantera repentina y fuerte”, y de- fine el trauma colectivo como “un golpe al trama de la vida social que lesiona los vínculos que unen a la gente y daña el sentido prevale- ciente de comunidad”. Barton (1970) clasifica los desastres como parte de un grupo más amplio de situaciones de estrés colectivo que surgen cuando muchos miembros de un sistema social no reciben condiciones de vida que esperan de dicho sistema. Agrega que dicho estrés colectivo puede provenir de fuentes externas al sistema o de este mismo. Considera, además, al sistema social como una colectivi- dad de humanos cuya interacción se mantiene en la forma de patro- nes identificables durante un pe- riodo relativamente prolongado, y de Vinculación y Ciencia 37 / núm.17 normas culturales, roles socia- les). ◗ Sistema de significados (valo- res, definiciones compartidas de realidad, mecanismos de co- municación). Lo anterior se refleja psicológi- camente en el individuo con la aparición de depresión y cuadros de estrés y ansiedad, que dentro del DSM-IV (Clasificación de las Enfer- medades Mentales, según la Aso- ciación Psiquiátrica Americana (7) se conoce con el nombre de Tras- tornos por Estrés Postraumático (TEP) y que se atribuye a un indivi- duo que ha vivido un aconteci- miento que se encuentra fuera del marco habitual de las experiencias humanas y que se considera mar- cadamente angustiante para casi todo el mundo (8). La respuesta inmediata al de- sastrecon el miedo que éste provo- ca fue llamada por Horowitz (9) “el grito”, que es cuando el indivi- duo se da cuenta de la amenaza y lo asocia con memorias previas, unas veces reales y otras irreales, que forman parte de nuestros re- cuerdos. Ileana Petra (10) propone el si- guiente cuadro de las fases de res- puesta a un evento estresante: ◗ Evento ◗ Grito ◗ Negación ◗ Intromisión ◗ Manejo Señala que cada persona progre- sa por estas fases a diferente paso. Hay quien en el periodo de negación puede durar semanas o meses an- tes de que se evidencien respues- tas emocionales al desastre. Ante el impacto puede surgir confusión y aturdimiento, mientras que en el momento del grito o choque, que es donde se adquiere conciencia del problema, surge un pánico conside- rable y un estado disociativo. Algunos de los signos y sínto- mas durante la fase de negación son: ◗ Aturdimiento. ◗ Inhabilidad para apreciar estí- mulos significativos. ◗ Amnesia (completa o parcial). ◗ Desconocimiento del significado del estímulo. ◗ Presencia de fantasías para con- trarrestar la realidad. ◗ Sensación de enturbamiento o irrealidad. ◗ Abuso de alcohol o fármacos. ◗ Alteraciones del sueño. ◗ Alejamiento de las actividades de la vida diaria. ◗ Trastornos psicosomáticos. Algunas víctimas no atraviesan la fase anterior, sino que presentan de Vinculación y Ciencia núm.17 / 38 a que se enfrentarán los individuos serán con las pérdidas. Estas pérdi- das provocan alteraciones y dese- quilibrio en la estructura familiar, que al pasar por un estado de crisis se enfrenta al duelo de pérdidas humanas, como el padre, madre, hi- jos y hermanos, y pérdidas mate- riales, como su hogar y pertenen- cias. Pierden, entonces, sus sistemas de apoyo social y psicoló- gico y en su mayoría carecen de ha- bilidades para la resolución de problemas. Los DN son factores estresantes que afectan grandemente el equili- brio psicofisiológico de los afecta- dos, y el estrés resultante puede originar crisis personales. Una ca- tástrofe siempre causará diversos tipos y grados de pérdidas persona- les como resultado de muerte, le- siones, desempleo o destrucción de bienes materiales. La respuesta psicológica de la persona ante un desastre está con- dicionada por su sistema de apoyo social y emocional, que le ayuda a resolver el estrés. La naturaleza de la matriz social de un sujeto puede ser origen de factores de gran in- fluencia que lo protegen contra el efecto posterior de un evento crítico, los mecanismos psicofisiológicos y recursos internos del individuo, así como la red de apoyo de la familia y amigos, revisten suma importan- cia en este proceso de readaptación directamente respuestas emocio- nales de la fase de intrusión. Sus principales signos y síntomas son: ◗ Hipervigilancia. ¿Cuándo vol- verá a pasar? ◗ Reacciones de sorpresa. ◗ Sienten que está sucediendo el mismo fenómeno nuevamente. ◗ Pensamientos, imágenes y con- ducta de intromisión. Repite va- rias veces en su mente la misma escena. ◗ Alteraciones del sueño durante la noche. ◗ Sensaciones relacionadas con el sistema de huida o alertamiento. ◗ Búsqueda compulsiva de perso- nas o situaciones perdidas. ◗ Generalmente tienen un carác- ter irracional, es decir, carecen de sentido. Por último, la fase de manejo va relacionada con el aprendizaje ad- quirido en donde surge el manejo de significados, duelo, elaboración de nuevos planes y la finalización de la respuesta. Otros autores (11, 12) agrupan la misma sintomatología y las reper- cusiones psicológicas en cuatro ca- tegorías a) pre-impacto, b) impac- to, c) post impacto, y d) impacto de largo plazo. El potencial propio de la crisis psicológica surgirá en los días y semana inmediatos. Así lo primero de Vinculación y Ciencia 39 / núm.17 y resolución. Un añadido a estos recursos personales podría ser la asistencia y servicios disponibles en la comunidad para ayudar a personas en crisis. Para la OPS, la resolución de crisis es un conjunto de mecanis- mos psicofisiológicos, interrela- cionados, que se ven estimulados por el estrés y la crisis, las pérdi- das y el duelo, así como sistemas de apoyo operativos, que fomentan los tipos de conducta que sirven para lograr un estado de equilibrio. Estas conductas adaptativas prote- gen al individuo mediante la evita- ción, modificación o manejo del es- trés causado por el desastre (13). Una crisis es un periodo crucial o decisivo en la vida de una perso- na, que tiene sus consecuencias tanto físicas como emocionales. Se puede considerar como una ruptura de un estado de equilibrio psicoló- gico en el que se precipita por un cambio repentino y significativo en la situación vital del individuo. Este cambio puede originar una ne- cesidad de ajustes internos y el uso de mecanismos adaptativos que rebasan temporalmente la ca- pacidad del individuo. Otra consecuencia de los desas- tres naturales es el duelo y el en- frentamiento con las pérdidas. Kü- bler-Ross (14) ha llamado la atención acerca de la muerte y la reacción psicológica a la misma. Los individuos que enfrentan la in- minencia de su propia muerte o la de personas cercanas a ellos pasan por un proceso de cinco etapas: ne- gación, ira, negociación, depresión y aceptación. Se ha dicho que estas etapas no siempre ocurren y que tampoco lo hacen invariablemente en un orden específico. Antes bien, las etapas que ocurran y su orden de- penden de una influencia importante de la personalidad y de una actitud general de la persona hacia la vida. Los procesos de duelo y pena, a veces denominados conjuntamente con el término luto, abarcan ele- mentos cognoscitivos y es frecuen- te que se expresen mediante sínto- mas físicos y psicológicos. Se inician con el reconocimiento y aceptación de la pérdida. El indivi- duo necesita aceptar la realidad no sólo intelectual sino también emo- cional. Cuando sólo ocurre la acep- tación intelectual, las probabilida- des de inadaptación emocional son mayores. El proceso de duelo hace que la persona pase sucesivamente por los estados de choque emocio- nal, aflicción aguda y resignación, y en el camino suele padecer mo- lestias físicas o volverse más sus- ceptible a las enfermedades; quizá se retraiga y se vuelva apático. Es factible que exprese mayor hostili- dad hacia los demás o puede ais- larse por completo (Lindemann) (15). de Vinculación y Ciencia núm.17 / 40 drían analizar desde dos perspecti- vas: el que está viviendo directa- mente el acontecimiento y aquellas personas que sólo ven de “lejos”. Hasta este momento únicamente hemos mencionado algunas conse- cuencias de las personas que han vivido directamente un DN; sin em- bargo, es normal que situaciones de esa naturaleza extrapolen efec- tos y secuelas en personas ajenas a este desastre, considerando el potencial que tienen los medios de comunicación para “comunicar” en una función preventiva y educati- va, pero también informan de ma- nera alarmista, de acuerdo con los intereses de unos cuantos. En aquellas personas que ven de lejos los acontecimientos, el pri- mer efecto, sin duda, es la admira- ción de tal suceso. Una vez que se dan cuenta de los daños causados y las múltiples pérdidas, les viene un sentimiento de consternación y tristeza (sobre todo si dentro de esas pérdidas se encuentran las humanas). Finalmente, en muchos de los casos el sentimiento de soli- daridad y apoyo es muy común. Otro efecto psicológico que se da en el sector que no ha sido afec- tado directamente por estos desas- tres, es el sentimiento de apoyo originado por la consternación de pérdidas, surgiendo así movimien- tos sociales en los que a través de grupos, empresas, gobiernos y so- Cuando las heridas no curan rá- pidamente, puede surgir un si- guiente fenómeno, que es la culpa de la víctima, aflorando así un efecto traumático. Peter Marris, refiere Lindemann, considera el duelo como la expre- sión social del luto, que usualmen- te se manifiestaen los hábitos o ri- tuales religiosos. Describe la pena como la sensación de conflicto in- tenso entre impulsos contradicto- rios, la necesidad de conservar to- do lo valioso e importante del pasado y al mismo tiempo la de co- menzar una vida nueva, aceptando la pérdida sufrida. Si el proceso de pena se interrumpe con demasiada prontitud en la búsqueda de rea- juste y reintegración inmediatos, o si se continúa en forma intermina- ble con una preocupación incesan- te por lo perdido, la víctima quizá nunca se recupere emocionalmente y su calidad de vida se haya afec- tado para siempre. La pena se do- mina al abstraer la vida y aceptar la nueva realidad. La pérdida re- pentina en los desastres por desin- tegración o reubicación de familias también origina un proceso de pena y angustia intensas. Muchos desastres no originan muertes numerosas, pero sí privan a los afectados de sus hogares, re- cuerdos, barrio y fuente de ingre- sos, es decir, existen pérdidas. Las consecuencias psicológicas se po- de Vinculación y Ciencia 41 / núm.17 ciedad civil lanzan ayuda y apoyo con muestras de solidaridad huma- nitaria ante los más afectados y vulnerables. Es importante resumir que en cualquier situación de desastre natural hay consecuencias y reper- cusiones psicológicas a mediano y largo plazo. Sin embargo, el daño psicológico va a depender de la si- tuación propia de inestabilidad del acontecimiento, incluyendo las ca- racterísticas distintivas objetivas del acontecimiento y las dimensio- nes objetivas de la situación (16). Entre las características distinti- vas objetivas, hay que distinguir si se trata de un acontecimiento de pérdida (remoción de una cosa, si- tuación o persona querida) o casti- go (surgimiento de una situación aversiva). Entre las dimensiones objetivas de la situación, se pue- den señalar la valencia de la situa- ción (su potencialidad estresante inherente); su controlabilidad (las oportunidades que se tienen de control inherente a la situación); su mutualidad (la probabilidad en la que una situación cambie por sí misma); su ambigüedad (el grado en el que una situación carece por sí misma de suficiente informa- ción como para que podamos ha- cernos una idea clara de ella); su potencial de ocurrencia o recurren- cia (la capacidad de ocurrir o vol- ver a ocurrir inherente a la situa- ción); su momento o cronología respecto al ciclo vital (momento de la vida de una persona en que ocu- rre el acontecimiento). Todas estas características de “dimensiones objetivas” pueden ser consideradas también como “dimensiones subjetivas” de las situaciones, si pensamos que todas ellas han de ser percibidas por la persona. Considerando además una situación que es propiamente sub- jetiva, como el caso de la familia- ridad (es decir, la experiencia per- sonal con la situación). Las consecuencias a nivel psico- lógico en las personas en una situa- ción crítica y generadora de estrés, depende además de la propia situa- ción, el saber por parte del sujeto (antes o después del acontecimien- to) si es un evento controlable o predecibles, si es un acontecimien- to ambiguo o claro, si se puede mo- dificar su curso o no. En cualquier caso, la dimensión del evento y sus consecuencias a nivel personal y grupal son producto de los factores psicosociales, en donde los aspec- tos sociales y culturales (que de- terminan nuestra percepción) tie- nen un papel relevante en el proceso de pensamiento de los su- jetos en situaciones de crisis, iden- tificándolos como acontecimientos negativos productores de estrés con consecuencias en la salud mental y la calidad de vida de las víctimas. de Vinculación y Ciencia núm.17 / 42 dades y mitigar las consecuencias en la salud mental, la salud públi- ca y la calidad de vida de las vícti- mas de un desastre natural. Referencias bibliográficas (1) Pan American Health Organization (PA- HO) (1990) Manual de la atención de sa- lud mental para víctimas de desastre. (2) American Psychiatric Association. (1996) Diagnostic and Statistical Ma- nual of Mental Disorders, cuarta edi- ción, Washington, D. C. American Psy- chiatric Association. (3) Goldman H. H. (1996) Psiquiatría gene- ral, cuarta edición. México. Manual mo- derno. (4) Green, B. L. y J. D. Lindy (1994) “Post- traumatic stress disorder in victims of disasters“, en Tom D. (ed). The Psychia- tric Clinics of North America. Post-Trau- matic Stress Disorder, vol. 17, núm. 2 de junio. (5) Slaikeu, Karl A. (2000) “Crisis circuns- tanciales en la vida“, en Intervención en crisis. México: Manual Moderno, se- gunda edición, ppv. 85-86. (6) David Sue (1997) “Trastornos por ansie- dad“, en Comportamiento anormal. Mé- xico: McGraw Hill, cuarta edición, p. 184. (7) American Psychological Association (APA) (1996) DSM – IV, Manual Diagnós- tico y Estadístico de los Trastornos Men- tales. Masson. (8) Ileana Petra. Aspectos psicológicos presentes durante los desastres. Depar- Con el fin de dar apoyo psicoló- gico se han probado diversos proto- colos para casos de sobrevivientes de eventos traumáticos. Uno de és- tos, que ha sido acreditado cientí- ficamente en forma eficiente, es la metodología EMDR (Eye Desensiti- zation and Reprocessing), con re- sultados similares a la Terapia Cognitiva–Conductual. “La EMDR es un protocolo Grupal e Integrativo, impartido por profesionistas en la salud mental, oriundos de los luga- res afectados (los cuales son pre- parados previamente) y que serán los responsables de brindar asis- tencia a su comunidad” (17, 18). Esta metodología fue creada por expertos mexicanos a partir del huracán Paulina en 1997 y ha sido utilizada en desastres ocurridos a fines y principios del presente si- glo en diferentes partes del mundo. Ante este tipo de eventualidades o acontecimientos de origen natu- ral que generan desastres, nunca estaremos totalmente preparados para enfrentarlos. Por la propia na- turaleza del evento se dificulta es- tar prevenidos y hacerles frente; sin embargo, hace falta desarrollar más la investigación en este ámbi- to y trabajar en las áreas de educa- ción, prevención y atención. Ade- más, se requiere incorporar a los procesos educativos, elementos de formación y capacitación para ha- cer frente a este tipo de eventuali- de Vinculación y Ciencia 43 / núm.17 tamento de Psiquiatría y Salud Men- talv. Facultad de Medicina. UNAM. (9) Horowitz, M. et al. (1980) “Signs and symptoms of traumatic stress disor- der“, Archives of General Psychiatry, 57, pp. 85-92. (10) Ileana Petra, op. cit. (11) Cohen, R.E., y F. L. Aheran, Jr. (1989) Manual de la atención de salud mental para víctimas de desastres. México: Harla. (12) -(1995) “Participating in Disaster Re- lief . What Psychiatrists need to know when catastrophes strike“, Psychiatric Times, noviembre, pp. 40 – 42. (13) Pan American Health Organization, op. cit. (14) Kübler-Ross, Elisabeth (1970) On Death and Dying. Nueva York: Macmillan. (15) Linderman, E. “Symptomatology and managemant of acute grief“, American Journal of Psychiatry, núm. 101, pp. 141–148. (16) Rodríguez Marín, J. (1995) Psicología social de la salud. Madrid: Editorial Síntesis, pp. 62-63. (17) EMDR – HAP. www.emdrhap.org. (18) Barrowcliff, A.L., et. Al. (2002) “Hori- zontal rhythmical ere- movements con- sistently diminish the arousal provoked by auditory stimuli“, British Journal of Clinical Psychology, núm. 42, pp. 289- 302, 2002. de Vinculación y Ciencia núm.17 / 44 póliza, la cual tiene que ser un reflejo fiel de lo que el cliente está requiriendo en cuanto a protección. Tercero, cuando la póliza se emitió y, en caso de que haya algún siniestro, sobre todo desastres naturales, la compañía contrata despachos externos para evaluar los daños en las propiedades del asegura- do y proceder a indemnizarlo, financiera o económicamente, para resarcir la pérdida. Así funcionan las pólizas de seguro. ❙ AMM: ¿Qué se puede protegero asegurar? Generalmente se cree que los automóviles. EU: Contra este tipo de riesgos se puede proteger prácticamente todo el patrimonio físico. Por ejemplo, tu casa, la construc- ción, todos los aditamentos, ins- talaciones, contenidos, mue- bles, equipo electrónico. En algún tipo de pérdida conse- ❙ AIMEÉ MUÑIZ MACHUCA: ¿QUé meca- nismos se dan en los seguros que ustedes manejan para la protección del patrimonio en si- tuaciones de riesgo ambiental y en caso de desastres? EDGAR UREÑA: El mecanismo funcio- na por medio de tres pasos: pri- mero, nuestra fuerza de venta, los agentes, son los intermedia- rios entre las personas que tie- nen una necesidad de protección contra riesgos ambientales y la aseguradora; entonces, los agentes, en su campo de acción, recogen esas necesidades, esa información, y la traen a la ase- guradora, y ésta la evalúa, so- bre todo la de sumas asegura- das de los bienes, ya sea del edificio o de la construcción de la casa o de sus contenidos. Se- gundo, hacemos una evaluación de eso, una cotización, presen- tamos un costo y emitimos una * Responsable de emisión de daños-riesgos. Compañía Seguros Interacciones. Seguros contra riesgos ambientales Entrevista con Edgar Ureña* de Vinculación y Ciencia 45 / núm.17 cuencial manejamos una cober- tura que se llama gastos ex- traordinarios. En caso de que pierdas tu casa, la compañía te ayuda a rentar una, y yo, como representante, te pago los da- ños que sufrió tu casa, mientras consigues otro lugar donde que- darte, en caso de pérdida total. Cualquier tipo de bien mueble o inmueble es lo que se puede proteger. ❙ AMM: Si aseguro mi casa, ¿qué pa- sa con mis pertenencias? ¿Van de paquete con la casa o es aparte? EU: Es más conveniente comprarlo de paquete, pues tienes la op- ción de decirnos qué quieres asegurar y qué no quieres. Así, manejamos un esquema que te lo doy de paquete, porque es más conveniente, ya que no te conviene asegurar nada más el casco y dejar sin seguro los contenidos. ❙ AMM: ¿Realmente la gente asegu- ra sus casas contra daños am- bientales o no es muy común? EU: En realidad, en nuestro país la gente no está muy informada y por lo general no hay una cultu- ra del seguro. Las personas, en su mayoría, dicen: “después del niño ahogado, tapan el pozo“. Ya cuando ven los daños que causan riesgos ambientales, so- bre todo en las zonas costeras o donde se presentan lluvias to- rrenciales, cuando ven sus pér- didas, se deciden a contratar un seguro, pero no hay una cultura de prevención, una cultura del seguro. ❙ AMM: Sin embargo, ¿estas posibi- lidades existen? EU: Existen, pero hay un factor de- terminante en cuanto a que las personas compren o no un segu- ro, y es el poder adquisitivo. En su mayoría, las personas satis- facen las necesidades prima- rias: comer, vestirse, educarse, entre otras, y ven como un lujo en- tre comillas contratar o pagar por una póliza de seguro. ❙ AMM: Supongo que son caras, ¿verdad? EU: No son muy caras si comparas lo que te puedes gastar en un mes en diversión, entretenimiento, o de Vinculación y Ciencia núm.17 / 46 ❙ AMM: ¿Hay antecedentes a nivel nacional o local sobre evaluación de consecuencias económicas de desastres a través de seguros? EU: No, a través de la compañía aún no tengo formalmente antece- dentes de que se hayan docu- mentado, ni tampoco las esta- dísticas de las consecuencias que tuvo un fenómeno natural, pero eso es conocido, y más en estos días en los que la gente se da cuenta de tales consecuen- cias, pues se queda sin un pa- trimonio y no puede hacerle frente a estas pérdidas por no contar con una póliza de seguro que puede ayudarle en estos ca- sos. ❙ AMM: ¿Cuáles son los criterios que toman en cuenta para estimar el valor de la protección del patri- monio en situaciones de riesgo y en casos de desastre? EU: Este tipo de trabajos los llevan a cabo despachos externos, des- pachos de valuadores profesio- nales que se basan, hablando de construcciones, en la localiza- ción y en costos por metro cua- drado. Depende también del mercado de bienes raíces. Noso- tros, una vez con las sumas ase- guradas, o los valores que ellos nos traen acerca del patrimonio de una familia o de un negocio, hacemos la labor de suscripción o de cotización de ese riesgo. en salidas. El costo del seguro es, más que nada, una inversión y depende también del valor de tu inmueble, de la localización, todo. Hay que verlo como un ahorro, no como un gasto. Sí, manejamos paquetes para cu- brir necesidades específicas, aunque es difícil en la situación económica que vive México para un seguro. Pero si lo vemos co- mo una inversión, y no como un gasto, sino como algo que te va a dar algo de tranquilidad. Así ya no resulta ni tan caro ni tan oneroso. ❙ AMM: Cuando fue la explosión en Analco, por ejemplo, suponga- mos que yo tenía mi casa ahí y la aseguré, explotó y todo se vi- no abajo, ¿eso me lo podría pa- gar el seguro? EU: En este caso estamos hablando de una responsabilidad de un ter- cero, no de un riesgo de la natu- raleza. Del tercero responsable se dice que fue Pemex, o no sé quién haya sido, si no se hace car- go de ese daño que causó a las casas, entonces el paquete bási- co de protección incluye el riesgo de explosión. Así, el seguro pri- mero hubiera visto la manera de que el tercero se hiciera respon- sable. En caso de no lograrlo, en- tra la cobertura del seguro por los daños a tu casa, siguiendo con el ejemplo que mencionas. de Vinculación y Ciencia 47 / núm.17 ❙ AMM: Si a mi casa la quiero asegu- rar y me la valúan en dos millo- nes de pesos, ¿a los diez años sigue teniendo el mismo valor? EU: Los valuadores tienen que hacer un avalúo para nosotros: en una compañía de seguros tiene una va- lidez o una caducidad de hasta dos años. Dos años es lo más que tú me puedes venir a decir: “Este avalúo dice que mi casa vale dos millones de pesos“. Después de los dos años se tendría que vol- ver a hacer un avalúo. ❙ AMM: ¿QUé aspectos son excluidos de protección? EU: El criterio general es proteger todo aquello que vaya a repre- sentar un desfalco o una pérdi- da del patrimonio de las perso- nas. Hablando de riesgos ambientales, se excluye cual- quier tipo de daño que sea pau- latino o por el uso común, pero te voy a cubrir cualquier riesgo que sea súbito o imprevisto, pa- ra el cual no estás preparada. Eso es en criterios generales. ❙ AMM: Si hay un temblor y mi casa no se cae, pero sí tiene algunas cuarteaduras, ¿ustedes aportan recurso para ello? EU: Si la estructura de la casa su- frió daños, aquí entran mucho las autoridades de protección civil que también hacen ese tipo de valuaciones en las construc- ciones, y si determinan que la construcción está dañada en su estructura, en sus cimientos, no puede ser habitada, se declara como pérdida total y la asegura- dora paga, según las sumas ase- guradas con las que se contrató la póliza. ❙ AMM: ¿Cómo puede la población tener derecho a un seguro de pro- tección para situaciones de ries- go y casos de desastre? EU: Contactando a un agente de se- guros, a una persona que se de- dique a vender seguros, un agente certificado. El agente presenta propuestas de diferen- tes compañías aseguradoras. Hoy es muy poca la publicidad que las compañías aseguradoras están teniendo, pero entran un poco más en el mercado, en las personas, quienes pueden acer- carse a las aseguradoras, para tener un agente de seguros. ❙ AMM: ¿Todas las aseguradoras tie- nen estas opciones de seguros? EU: Sí, aunque hay aseguradoras que sólo se especializan en gas- tos médicos, pero la mayoría, sobre todo las grandes, tienen el ramo de daños, que se encarga de este tipo de protección de los bienes contra riesgos de la na- turaleza. ❙ AMM: ¿Cuántos tipos de seguros hay para este caso? EU: Desde junio de 2003 se tiene un esquema aprobado por la Aso- de Vinculación y Ciencia núm.17 / 48 venga. Te doy una indemniza- ción de acuerdo con las condi-ciones del contrato de seguro, y, sobre todo, en el riesgo de inun- dación hay una participación del asegurado siempre. Van a par- tes: la aseguradora con la mayor parte, y la participación del asegurado puede variar entre 10 y 20 por ciento de la pérdida. ❙ AMM: ¿Qué relación guarda la cul- tura de prevención y asegura- miento a nivel nacional y local en relación con otros países y estados? EU: Realmente en nuestro país la cultura de prevención no está muy divulgada, no está muy arraigada, sobre todo por la si- tuación económica, pues la gen- te prefiere dar de comer a sus hijos que asegurar su casa. Sin embargo, ha ayudado mucho la penetración que ha tenido el se- guro de automóviles, que a tra- vés de él la gente conoce otros seguros, como los seguros de da- ños contra riesgos ambientales. Si vemos que la contratación se rige por el poder adquisitivo, en- tonces las zonas en México que tienen mayor actividad, como son las grandes ciudades, y en el caso particular de Jalisco, hay un poco más de conciencia, como en el sector empresarial. La zona metropolitana de Guadalajara concentra una parte de esto, y ciación Mexicana de Institucio- nes de Seguros (Amis), en la que se maneja la cobertura de fenó- menos hidrometeorológicos. Es- ta cobertura incluye una protec- ción contra los hechos en sí, me refiero a que te voy a proteger por avalanchas de lodo, granizo, helada, huracán, inundación, inundación por lluvia, mareja- da, golpe de mar, nevada, vien- tos tempestuosos. Dichas cober- turas se añaden a la tradicional de terremoto y erupción volcá- nica. Esos son los riesgos que incluye este esquema, y los cos- tos dependen mucho de la ubi- cación del riesgo, del tipo de construcción. Hay algunas ca- sas, por ejemplo, con tejados de madera o palapas, sobre todo en zonas costeras, y también de- penden de las aseguradoras los costos que manejan. En general, estaríamos hablando de un ran- go entre dos y tres pesos por cada mil pesos de suma asegu- rada. ❙ AMM: ¿Qué pasaría si mi casa se inunda y mis muebles se mojan por completo? ¿Me los pagan, los cambian o me dan un dine- ro? EU: La inundación opera a valor re- posición, es decir, te voy a dar lo que me corresponde para que tú repongas los muebles o utili- ces el dinero como mejor te con- de Vinculación y Ciencia 49 / núm.17 Puerto Vallarta, por su activi- dad turística. ❙ AMM: Supongo que las personas que viven en las zonas costeras son más conscientes, ya que a cada rato sufren de huracanes, por ejemplo, en Vallarta. ¿Hay gen- te que asegura sus casas? EU: Después del huracán Kena, en octubre del 2002, en Vallarta había la creencia de que nunca iba a pegar un huracán, pero después del Kena vimos un au- mento en las solicitudes de con- tratación de seguros de nego- cios aquí, pero antes era muy tranquilo: uno que otro negocio estaba asegurado y poca gente tenía asegurada su casa. ❙ AMM: En las zonas montañosas de Jalisco, hace cinco o siete años, en Ajijic o Jocotepec, cayó un gran tormentón y hubo una ava- lancha de lodo. ¿En ese tipo de regiones de Jalisco aseguran sus casas las personas que vi- ven en las montañas? EU: La penetración y el conocimien- to de las coberturas y de las pó- lizas de seguro en regiones apartadas o en pueblitos es po- ca o casi nula. La venta de los pocos seguros en esas regiones se debe a que hay algún agente de seguros que tiene algún co- nocido en aquellos lugares, quien se enteró de que puede proteger su casa, pero no es un mercado importante ni signifi- cativo. ❙ AMM: ¿Cuál es la práctica más co- tidiana de prevención y asegu- ramiento en nuestro contexto? EU: La práctica más cotidiana es contactar, saber o informarte, ver las noticias y ver todas las consecuencias que trae un de- sastre natural a través de los medios de comunicación. Por lo que está ocurriendo en Asia, mu- cha gente está dándose cuenta de que puede perder todo en un instante. Ojalá que la gente em- piece a practicar más la preven- ción, pues hoy no se preocupa mucho por prevenir una pérdida financiera que tendría al mo- mento de perder su patrimonio, es decir, el trabajo de todo una vida. ❙ AMM: ¿Qué es, entonces, lo que más aseguran? ¿Los coches? EU: Automóviles. Es el seguro que más rápido crece, que más penetración ha tenido y por medio del cual la gente tiene sus primeros contac- tos con este tipo de seguros. El seguro de automóviles ha per- mitido al sector asegurador cre- cer un poco más. ❙ AMM: ¿Qué otros seguros hay apar- te de éstos? EU: Los de daños, gastos médicos mayores y de vida. ❙ AMM: ¿Qué recomendaciones ha- rías a la población respecto a de Vinculación y Ciencia núm.17 / 50 y 3 pesos por cada mil pesos de suma asegurada. Esto te podría decir que, por ejemplo, si tú tie- nes una casa que vale un millón de pesos, te estaría cobrando entre 200 y 300 pesos por un edificio o una construcción. Aparte, los contenidos y todo lo demás que puedas asegurar de tu casa. ❙ AMM: ¿Esta cuota es anual? EU: Si, es anual. Estamos hablando sólo de la cobertura de fenóme- nos hidrometeorológicos. Te menciono un rango porque no es lo mismo tener un riesgo de hu- racán aquí en Guadalajara que en Puerto Vallarta. ❙ AMM: Respecto a los automóviles, si a mi coche le cayó un árbol por un tormentón y si está ase- gurado con cobertura amplia, ¿responde el seguro o tengo que estar comprobando en todos la- dos lo que le sucedió a mi auto? EU: La cobertura incluye el riesgo de caída de árboles, ya que es una cobertura básica, de cajón; de hecho, también las cobertu- ras de tu casa o empresa o la de caída de árboles, también están incluidas. las ventajas del seguro para la reducción de vulnerabilidad en caso de riesgo ambiental y de- sastres? EU: Recomiendo que no veamos el seguro como un gasto, sino co- mo un ahorro. Un seguro te va a dar tranquilidad, a la familia le va a dar tranquilidad en caso de proteger su casa para poder ha- cerle frente a una pérdida, y a la empresa también le va a dar tranquilidad, porque sabe que su negocio estaría protegido. Yo recomendaría que busquen in- formación acerca de asegurado- ras o que se contacten con un asegurador para que primero in- tenten valuar su casa, hacer un inventario de su cosas y que aseguren su patrimonio, que no lo dejen para después o lo vean como un lujo. Ahora con todos estos cambios climáticos que estamos viendo es importante que la gente en las zonas coste- ras y de riesgo tome conciencia de cuán importante es un seguro. ❙ AMM: ¿Cuánto cuesta un seguro contra riesgos ambientales? EU: El costo, por ejemplo, de la co- bertura de fenómenos hidrome- teorológicos, que te cubre abso- lutamente cualquier tipo de fenómeno de la naturaleza, co- mo avalanchas de lodo, hura- cán, granizo, inundación, etcé- tera, es de más o menos entre 2 de Vinculación y Ciencia 51 / núm.17 * Jefe de la Unidad de Vinculación y Difusión Científica de la Universidad de Guadalajara. Introducción La estructura del actual modelo de desarrollo ha fomentado una ideo- logía del beneficio inmediato, con- tribuyendo a la presencia de múlti- ples procesos degradativos de las condiciones de vida. En el contexto global, por prime- ra vez en la historia, se ha rebasa- do la capacidad de amortiguamien- to del planeta y nos encontramos con la paradoja de que a pesar del enorme avance en la ciencia, nos damos cuenta que nuestras activi- dades están generando nuevos riesgos, cuyas consecuencias aún no sabemos, sobre todo para los países llamados subdesarrollados, los más vulnerables por su escasa cultura de prevención. La formulación de una nueva cultura ambiental que integre y re- lacione a la sociedad urbana con una cultura de prevención y una cultura de la vida, se constituye en un principio prioritario y universal. De acuerdo con esta premisa, en 1993 se elabora la primera versión del Atlas de riesgos de la Zona Me- tropolitana de Guadalajara, en el que participan nueve dependencias de la Universidadde Guadalajara como una contribución a la gestión ambiental de la Zona Metropolitana de Guadalajara, donde después del de- sastre del 22 de abril de 1992 debe- rían generarse experiencias orientadas en la planificación, la coordinación in- terinstitucional y la participación so- cial como procesos estructurales del desarrollo. Historia de los desastres en el si- glo 20 En el pasado siglo 20, y en espe- cial en los últimos cuatro decenios, los desastres se han diversificado conforme avanza la tecnología. Como Arturo Curiel Ballesteros* Atlas de riesgos en la Zona Metropolitana de Guadalajara de Vinculación y Ciencia núm.17 / 52 Tipo Lugar y fecha Consecuencia. Número de muertos Epidemia Región asiática, 1919 22 000 000 Sequía Kansu, China, 1928 3 000 000 Ciclón Bangladesh, 1943 1 900 000 Violencia Ruanda, 1994 1 000 000 Inundación Tientsin, China, julio de 1939 1 000 000 Terremoto Tientsin, China, 27 de julio de 1976 655 237 Incendio Nicaragua, 23 de diciembre de 1979 73 000 Erupción volcánica St. Pierre, Mt. Pelée, 8 de mayo de 1902 40 000 Deslizamiento Armero, Colombia, noviembre de 1985 22 000 Contaminación del aire Londres, 4 de diciembre de 1952 12 000 Tsunami Japón, 1931 3 000 Fuga de sustancias Bhopal, India, 2 de diciembre de 1984 2 500 peligrosas (metilisocianato) Colapsamiento de Vajont, Italia, 1963 1 925 construcciones Accidente de barco Reino Unido. Atlántico, 15 de mayo de 1912 1 500 Explosión (gas lp) Bashkir, URSS, 1989 575 Accidentes de aviación Islas Canarias, España, 28 de marzo de 1977 562 Ingestión de sustancias Irak, 1971 459 tóxicas (fungicidas) Bajas temperaturas India, 1982 400 Accidentes de ferrocarril Firozabad, India, 20 de agosto de 1995 335 Altas temperaturas Bihar, India, 1979/05 300 Hundimiento Sincelejo, Colombia, 20 de enero de 1980 165 Accidentes de autobús Chiporio, Zimbabue, 10 de junio de 1982 60 Accidente nuclear Chernobyl, Ucrania, 31 (con la estimación de 26 de abril de 1986 que podrían morir 475 000 personas de cáncer) Contaminación del agua Prince William Sound, Alaska, 36 000 aves y 40 millones de 24 de marzo de 1989 de litros derramados de pe---- tróleo Cuadro 1. Catástrofes principales en el siglo 20 de Vinculación y Ciencia 53 / núm.17 ejemplo de ello, en el siguiente cua- dro se presentan ejemplos de catás- trofes. En el cuadro anterior se presen- tan ejemplos de catástrofes con base en el daño a la vida humana y al medio ambiente. En desastres naturales, el PNUMA (UNEP,1992) considera que anual- mente en promedio se pierden 25 000 vidas y se causa un daño a la pro- piedad por 3 000 millones de dóla- res y que 95% de los desastres naturales ocurren en países subde- sarrollados. Con respecto a la tendencia de los desastres más frecuentes en el siglo 20, podemos observar cómo se presentan éstos a nivel mundial en el cuadro 2. En los países del tercer mundo los riesgos ambientales del desa- rrollo han provocado actualmente un eventual deterioro del bienestar social que ha traído como conse- cuencia desastres y catástrofes co- mo ninguna otra generación en la historia. Los desastres quimicotecnológi- cos comienzan a ser significativos a nivel mundial a partir de los años cincuenta con una presencia e in- cremento en todo el mundo, mos- trando una tendencia de crecimien- to en los últimos 20 años, especialmente en los países del tercer mundo, donde los desastres y catástrofes han aumentado el nú- mero de muertes, lo que es indica- tivo de la relación de la vulnerabi- Desastres mayores Tendencia Epidemias Decremento a partir de los años veinte, manteniéndose a partir de los sesenta arriba de las 1 000 muertes por año. Sequía Decremento a partir de los años cuarenta, manteniéndose a partir de los sesenta arriba de las 1 000 muertes por año. Violencia Se mantiene a partir de los cuarenta arriba de las 1 000 muertes por año. Ciclón Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 1 000 muertes por año. Terremoto Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 1 000 muertes por año. Inundación Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 1 000 muertes por año. Deslizamientos Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 100 muertes por año. Erupción volcánica Se mantiene durante lo que va del siglo arriba de las 100 muertes por año. Accidentes tecnológicos Aumenta de manera continua a partir de los años setentas en los países del tercer mundo. Cuadro 2. Tendencia de los desastres en el siglo 20 10% de los eventos. Los hechos re- lacionados con los riesgos recono- cidos en México en el período de 1900 a 1997, que han generado ca- tástrofes, son presentados en el cuadro 4. Los riesgos de desastres en Gua- dalajara. En las últimas dos décadas en Guadalajara se ha concentrado el grueso de la actividad económica, política, social y educativa del esta- do de Jalisco. Sin estar preparado para ello, esta ciudad presenta un alto nivel de centralismo, lo que ha desbordado sus límites hasta desdi- bujarla y convertirla en un conjunto con asentamientos amorfos cada vez más extenso. Las cifras en cuanto a población, procesos de urbanización, ocupa- lidad de los países con su nivel de desarrollo (cuadro 3 y figura 1). Los desastres quimicotecnológi- cos son cada vez de mayor trascen- dencia, por lo que debe darse im- portancia especial, ya que son catástrofes que pueden evitarse. Riesgos en México En la década de 1982 a 1992 Mé- xico ocupó el segundo lugar mun- dial, después de la India, en acci- dentes con altos impactos ambientales dentro de los países del tercer mundo. En cuanto a emergencias mayores presentes, se ubica en el tercer lugar, después de la India y Ucrania, con más de 30 sucesos por año y muertos en de Vinculación y Ciencia núm.17 / 54 Figura 1. Accidentes quimicotecnológicos catastróficos en el mundo Década Número de accidentes Número de muertos Cincuenta 5 162 Sesenta 15 225 Setenta 37 1 739 Ochenta 23 4 195 Noventa 143 8 000 Cuadro 3. Grandes accidentes quimicotecnológicos en el mundo ción del territorio y empobreci- miento de importantes segmentos de la población, también se obser- va incremento en la utilización de inadecuados sistemas tecnológi- cos, en la construcción de vivien- das y en la dotación de infraes- tructura básica y sistemas organizacionales. Estos factores, entre otros, han aumentado la vul- nerabilidad de la población tapatía frente a una amplia diversidad de fenómenos fisiconaturales y tecno- lógicos presentes frecuentemente en la ciudad. En la Zona Metropolitana de Gua- dalajara aproximadamente 20% de las personas que mueren pierden la vida en forma accidental. Un análisis inicial de la tasa de riesgos en Guadalajara basado en los reportes de la prensa para los fenómenos naturales, desde inicio del siglo, y para los accidentes tec- nológicos, desde la última década, indica que las tasas de muerte más altas son para accidentes automo- vilísticos, incendios, fugas, derra- mes y explosiones, piquetes de animales, inundaciones y derrum- bes. Esto permite que, en forma ge- neral, sean considerados como fre- cuentes. En cambio, los hundimientos, accidentes aéreos y terremotos son de Vinculación y Ciencia 55 / núm.17 Tipo de riesgo Suceso Consecuencias. Número de muertos Sequía Chihuahua, 19 de octubre de1994 40 Incendio Acapulco, 15 de febrero de 1909 250 Terremoto México, D. F., 19 de septiembre de 1985 10 000 Huracán Jalisco y Colima, 27 de octubre de 1959 960 Inundaciones Arandas, Jalisco, 3 de septiembre de 1980 100 Bajas temperaturas Chihuahua, 1995 50 Altas temperaturas Chihuahua 1996 42 Tormenta Sinaloa, 7 de octubre de 1981 100 Erupción volcánica El Chichonal, 29 de marzo de 1982 3 000 Intoxicaciones Morelos, 19 de diciembre de 1984 53 Violencia Chiapas, 22 de diciembre de 1997 45 Accidente de autobús Querétaro, 1995 30 Accidente de barco Yucatán, 1995 24 Fuga y explosiones de San Juan Ixhuatepec 452 sustancias peligrosas19 de noviembre de 1984 206 Guadalajara, 22 de abril de 1992 Cuadro 4. Sucesos máximos de consecuencias catastróficas en México por tipo de riesgo catalogados como de frecuencia media, y las erupciones volcánicas pertenecen a los eventos conside- rados de probabilidad muy baja (cuadro 5). En cuanto a las fugas, derrames y explosiones, hay que tomar en cuenta que la catástrofe del 22 de abril fue precedida por las explo- siones del 25 de marzo de 1983, cuando 800 metros de la calle Sie- rra Morena se abrieron por cuatro explosiones en el drenaje, hiriendo a 48 personas y causando pérdidas materiales en fincas y automóviles. Nueve años más tarde, el 22 de abril de 1992 (Día Mundial de la Tierra) sucedió lo que se considera la peor tragedia en la historia de Guadalajara, cuando alrededor de una decena de explosiones a lo lar- go de diez kilómetros de calles del Sector Reforma causaron la muerte de más de 200 personas, 1 600 he- de Vinculación y Ciencia núm.17 / 56 ridos y múltiples impactos al am- biente y a la propiedad. Ambos sucesos muestran una com- plejidad en sus causas al producirse las explosiones en el sistema de dre- naje, donde no deben arrojarse sus- tancias peligrosas, pero que hoy en día sigue siendo una práctica vigente. Otra explosión ocurrió el 15 de oc- tubre de 1993, a 18 meses de la catás- trofe, en una bodega de plátanos en la Colonia del Fresno, dejando una persona muerta y seis lesionadas. Es un llamado más a la necesidad ur- gente de controlar el manejo de sus- tancias peligrosas en la ciudad. A partir de un análisis general de la Zona Metropolitana de Guadalaja- ra, se han detectado 295 puntos de amenazas, las cuales incluyen desde industrias de alto riesgo, que en ca- so de accidente pueden tener una afectación en condiciones críticas en 16 kilómetros de longitud, hasta cruceros peligrosos, donde ocurren con frecuencia accidentes en los que están involucrados tanto los vehícu- los particulares como de transporte urbano que permanentemente circu- lan en la ciudad. Amenazas prioritarias en Guadalajara Para cuantificar el riesgo en la zo- na metropolitana, es necesario evaluar las amenazas presentes. Los valores de las amenazas se Tipo de riesgo Riesgo de muerte/persona/año Accidentes automovilísticos 1 en 20 800 Incendios 1 en 1.5 millones Fugas, derrames y explosiones 1 en 2.8 millones Piquetes de insectos y arácnidos 1 en 5.0 millones Inundaciones 1 en 8.4 millones Derrumbes 1 en 11.5 millones Hundimientos 1 en 30.0 millones Accidentes aéreos 1 en 50.0 millones Terremotos 1 en 100.0 millones Erupción volcánica 1 en 30,000.0 millones Cuadro 5. Riesgo de muerte accidental en Guadalajara Durante el periodo comprendido entre 1980 y1993 se registraron en la Zona Metropolitana de Guadala- jara un total de 311 accidentes que involucran sustancias peligrosas, los cuales arrojaron un total de 310 muertos. De estos hechos, 207 (66.56%) se debieron a incendios con un saldo de 34 muertos, y 104 (33.44%) fueron causados por fuga y derrame de sustancias, ocasio- nando la muerte de 276 personas y 2 917 heridos. Los accidentes suce- dieron principalmente en fábricas y casas. A partir de dichos datos se ob- tiene que la probabilidad de que sucedan estos accidentes es de por lo menos uno cada diez años y sus consecuencias se estiman como muy serias. Es importante destacar que la frecuencia con que ocurren acci- de Vinculación y Ciencia 57 / núm.17 asignan teniendo en cuenta la capa- cidad destructora de cada evento, sus efectos sobre la salud y la pro- babilidad de que ocurran en el sitio. En Guadalajara se detectaron 16 diferentes tipos de amenazas, que pueden ser agrupadas de acuerdo con su capacidad destructora como amenazas prioritarias, amenazas importantes y amenazas posibles. Tráfico vehicular. Aun cuando este tipo de amenazas se presenta actualmente en todas las zonas ur- banas del mundo, resulta conve- niente tener en cuenta que estos accidentes son los que, en la ciu- dad de Guadalajara, causan año con año mayor número. Industrias de alto riesgo. Son aquellas fuentes de amenaza que están dadas por la presencia de instalaciones que almacenan, uti- lizan o generan peligrosas, que por sus características propias o en combinación con otras, pueden oca- sionar incendios, explosiones, co- rrosión y toxicidad. Ante la diversidad y magnitud de las consecuencias generadas por los accidentes de este tipo que se han presentado en Guadalajara, se ha evi- denciado la necesidad de identificar las actividades capaces de generar riesgos y de poner en práctica las me- didas de prevención tendentes a dis- minuir su frecuencia y sus efectos en la población, sus bienes o el medio ambiente. Prioridad de amenazas Amenazas prioritarias Tráfico vehicular Industrias de alto riesgo Deslizamientos Hundimientos Sismicidad Amenazas importantes Inundación Gasolineras Gasoductos Amenazas posibles Vulcanismo Cuadro 6. Distribución de las amenazas en la matriz de riesgo, según nivel de probabilidad y consecuencias Deslizamientos y hundimientos. Los fenómenos de deslizamiento y hundimiento se encuentran vincu- lados a la forma de relieve altera- da o modificada, o ambas, por las actividades de una ciudad que cre- ce con patrones especulativos; ejemplo de ello son barrancos re- llenos, bancos de material urbani- zados, ampliación de los partea- guas a partir de rellenos laterales, urbanización de valles estrechos, sobreexplotación de mantos freáti- cos, etcétera. La Zona Metropolitana, en su acelerado crecimiento, ha tendido a invadir áreas rurales a su alrede- dor, ocasionando serios problemas ambientales. Esta rapidez con que crece la ciudad contribuye a agra- var la situación por la dificultad de dotar de servicios adecuados a nuevas colonias que crecen acele- radamente. En general, la demanda de nue- vos sitios para urbanizar va crean- do una especulación en el valor del terreno disponible que determina la ubicación de la población de menores recursos sobre terrenos con más limitantes y riesgos. En los últimos años se ha obser- vado el crecimiento de la ciudad hacia sus áreas periféricas sobre terrenos con las siguientes caracte- rísticas: lechos de arroyos o cuer- pos de agua, zonas de altas pen- dientes o cercanas a barrancas de Vinculación y Ciencia núm.17 / 58 dentes en los que se involucran sustancias peligrosas muestra una tendencia ascendente, lo cual es indicado por los accidentes de con- secuencias catastróficas, como el de Guadalajara en 1992, o en otras partes del país. El almacenamiento y uso de sus- tancias inflamables, explosivas, tó- xicas, corrosivas o reactivas, pue- den causar grandes accidentes y desastres que generalmente son re- feridos como riesgos mayores. En la Zona Metropolitana de Gua- dalajara se identificaron en total 131 industrias que manejan sustan- cias peligrosas, de las cuales 63 son catalogadas como de alto ries- go, ya que en sus procesos produc- tivos utilizan materias primas o re- siduos con alguna característica de corrosividad, reactividad, explosi- vidad, toxicidad y flamabilidad. Los sectores Juárez y Reforma concentran la mayoría de las in- dustrias consideradas como posi- bles fuentes de accidentes quími- cos. En otras áreas, el número de industrias peligrosas es menor, aunque es necesario tomar en cuenta aquellos puntos de locali- zación de industrias aisladas, pero consideradas en la categoría de al- to riesgo (por ejemplo, la planta Satélite de PEMEX en San Juan de Ocotán), o bien los corredores in- dustriales, como Los Belenes en el área de Zapopan Norte. de Vinculación y Ciencia 59 / núm.17 y cárcavas, áreas de antiguas ex- tracciones de materiales, etcétera. Sismicidad. Los sismos en Gua- dalajara son el resultado de la di- námica natural de la Tierra y se ge- neran a partir del movimiento de una fracción de la corteza terrestre definida como placa tectónica, que al moverse una con relación aotra placa, produce una serie de movi- mientos, en ocasiones tan leves que sólo pueden ser percibidas por instrumentos especializados, o en otras generar ondas tales, que pue- den provocar la destrucción de am- plias regiones. De acuerdo con diversas fuentes de información, en la ZMG durante el periodo de 1900 a 1986 hubo 21 sismos que ocasionaron la muerte de aproximadamente 90 personas y más de 500 heridos. Con una probabilidad de que ocurran por lo menos una vez en veinte años y con consecuencias potenciales estimadas de nivel ca- tastrófico, la amenaza por sismos resulta prioritaria en la puesta en práctica de medidas preventivas y fundamental para el diseño de pla- nes de emergencia. Aun cuando la distribución de este riesgo es ge- neral para toda la Zona Metropoli- tana, hay que tener especial aten- ción en sitios con diferente tipo de roca, espesor de sedimentos no consolidados (profundidad) y nivel del manto freático. Según una evaluación realizada por la Organización de Estados Americanos (OEA, 1991) sobre los terremotos que podrían ocurrir en México y los países de Centro y Su- damérica, considerando una mag- nitud igual o mayor a 7 en la esca- la de Richter, entre 1989 y 2009 y con una probabilidad igual o mayor a 50%, se estimó para México una alta probabilidad de que ocurra un sismo de estas características en el estado de Colima. Este dato es de consideración por su cercanía a Guadalajara, y porque histórica- mente han repercutido en la ciudad los sismos con epicentro en el es- tado vecino. El riesgo en 2005 Para reducir vulnerabilidad hay que considerar las amenazas en las que vivimos. Esta fue una de las intenciones principales de la de Vinculación y Ciencia núm.17 / 60 muerte accidental, habiéndose du- plicado las muertes en un periodo de diez años, y actualmente un pro- medio de 505 personas que pierden la vida al año. Los accidentes vehicu- lares actualmente muestran una tendencia de incremento de 7.8% con 72 accidentes diarios. Según criterios internacionales, si suma- mos las muertes en estos acciden- tes, tenemos cada 15 días una ca- tástrofe. Esto no sólo es una condición de falta de educación vial, sino de incremento del estrés. A nivel quimicotecnológico están presentes más de 130 empresas que manejan sustancias peligrosas sus- ceptibles de ocasionar catástrofes y que es importante crear una vincula- ción con la sociedad para saber cómo actuar en caso de emergencia con ac- titud corresponsable. Es importante reconocer igualmente que existen más de mil empresas generadoras de residuos peligrosos que requieren monitoreo, máxime que varias de ellas están en zonas habitacionales. No se han logrado acuerdos entre in- dustriales, gobierno y sociedad para prevenir catástrofes con una proba- bilidad de ocurrir en un alto nivel de consecuencias. Son 20 las sustancias químicas que han ocasionado las ca- tástrofes quimicotecnológicas en el mundo; de ellas, la mitad está pre- sente en Guadalajara. A nivel nacional, después de las explosiones de 1992 en Guadalaja- primera aproximación del estudio de riesgos en 1993, resultante de un convenio de colaboración entre la COESE (hoy SEMADES) con apoyo de la Secretaria de Desarrollo So- cial y el Banco Mundial. Otra finali- dad de este estudio fue la de defi- nir zonas prioritarias de riesgo agudo para desarrollar planes es- pecíficos de emergencia por tipo de riesgo. En la primera aproximación del Atlas de riesgos se encontró que según el nivel de probabilidad y consecuencias, las amenazas prio- ritarias en Guadalajara son del tipo socioorganizativo, quimicotecnoló- gico y geológico. En 2005 estas amenazas siguen estando presentes, con una tenden- cia al crecimiento, lo mismo que en el caso de la vulnerabilidad. A nivel socioorganizativo los accidentes automovilísticos son hoy en día la principal causa de de Vinculación y Ciencia 61 / núm.17 ra, aumentaron las actividades de evaluación de riesgo quimicotec- nológico en el país, pero eso se mantuvo hasta 1996. A partir de en- tonces se ha estado perdiendo atención como asunto prioritario, aumentando la vulnerabilidad de las comunidades. Un ejemplo de esto es que, según información de la Secretaría de Medio Ambiente, en 1993 se realizaron en el país 14 917 visitas de inspección a fuentes de riesgo, mientras que en 2000 dis- minuyeron a 7 600, y la generación de residuos peligrosos ha pasado de 1 500 generadores a 27 000, actual- mente. Con respecto al riesgo de desliza- mientos, hay 2 600 hectáreas que no reúnen las condiciones para ser des- tinadas a casa habitación por el ries- go a la salud y patrimonio que repre- sentan. Cuando se definió esto en 1993, la intención fue llamar la aten- ción sobre la necesidad de ordenar el uso del suelo con el principio de seguridad de vivienda; sin embargo, lejos de considerar este criterio para ordenar el territorio, se siguen dan- do autorizaciones de construcción de zonas habitacionales en territorios de alto riesgo, y en zonas que son se- guras para habitar hay autorizacio- nes para actividades altamente ries- gosas. El 16% del área susceptible de deslizamiento actualmente tiene el uso habitacional de poblaciones marginadas y de pudientes. Conclusiones En términos generales, dos de ca- da diez muertes en Guadalajara po- drían evitarse, partiendo del hecho que son accidentales. El principal riesgo de perder la vida en la Zona Metropolitana, como ya se ha men- cionado, lo tienen los accidentes automovilísticos, luego las sustan- cias peligrosas y deslizamiento, todas ellas pueden ocasionar ca- tástrofes. La primera es una catás- trofe a la que nos hemos acostum- brado y, lamentablemente, ahora aceptamos como normal la cuota de centenas de pérdida de vidas al año por accidentes derivados de una mala organización del sistema de transporte en la ciudad. La segunda la vamos aceptando por los benefi- cios que otorga al desarrollo estar en contacto con sustancias alta- mente peligrosas, y olvidamos que los niveles de seguridad en estas de Vinculación y Ciencia núm.17 / 62 a los riesgos de la zona metropoli- tana, se han estado evaluando por parte de la Universidad de Guadala- jara los riesgos, y uno que merece ser considerado actualmente como prioritario es el referido a los efec- tos a la salud derivados de la con- taminación del aire. Investigacio- nes recientes han demostrado la relación entre la contaminación del aire por partículas menores de diez micras y muertes prematuras. Esto es importante para Guadalajara, ya que anualmente se tienen perio- dos que alcanzan niveles tres veces superiores a los considerados de seguridad crónica. Hay que tener presente, y anticipar que ha habido en varias partes del mundo catás- trofes por contaminación del aire. En el mundo, según datos de la or- ganización mundial de la salud, mueren cada año tres millones de personas por esta causa. De los ca- sos de asma y de enfermedades respiratorias, 30% se asocian, se- gún esta organización, a la conta- minación. Tan sólo en Guadalajara ello equivale a 8 000 casos anuales de enfermedades. actividades tienen que trabajar con probabilidades de accidentes de uno en mil años. Resulta claro que la industria de los hidrocarburos no tiene esos parámetros, y año con año tenemos derrames, fugas, ex- plosiones que, cuando mucho, lle- gan a llamarnos la atención un par de días. Con respecto a desliza- mientos, aún no encontramos una catástrofe, pero vendrá asociada al cambio climático y a lluvias ex- traordinarias que estarán afectan- do a las clases sociales más pobres ubicadas en sitios como las lade- ras del Cerro del Cuatro, y a las más pudientes, establecidas igual- mente de forma no planeada y ba- sada en la especulación y corrup- ción del uso de la cuenca de Los Colomos, un sitio que supone de nueva cuenta que con el uso de la tecnología se puede mitigar cual- quier riesgo asociado con las fuer- zas geológicas, pese a que cotidia-namente se demuestra que no es así. Finalmente, es importante lla- mar la atención en el sentido de que desde la primera aproximación de Vinculación y Ciencia 63 / núm.17 DIRECTORIO DE LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA EN EL AREA DE RIESGOS Y DESASTRES NATURALES Posgrados ligados a la temática de riesgos y desastres Posgrado Centro universitario Responsable Teléfono Maestría en Ciencias CUCBA-CUCS M.G.S.S. Silvia León Cortés 3 617 99 34 de la Salud Ambiental Dra. Guadalupe Garibay Chávez 3 682 03 84 Dr. Miguel Raygoza Anaya Doctorado en Ciencias CUCS Dr. Alfredo de Jesús Celis de la Rosa 3617 78 46 de la Salud Pública 3617 99 34 Maestría en Desarrollo CUCS M.C. Carlos Suárez Plascencia 3 819 33 86 Local y Territorio 3 819 33 81 Grupos que realizan investigación sobre riesgo ambiental y desastres Grupo de liderazgo Centro universitario Responsable Teléfono Salud Ambiental CUCBA Arturo Curiel Ballesteros 3 682 06 38 y Desarrollo Sustentable 3 682 03 84 3 682 00 72 Sismología y Vulcanología CUCOSTA-CUCSH Dr. Francisco Javier Núñez Cornú 01 (328) 105 20 de Occidente Geografía Cultural, CUCSH Catherine Liot Lechaponnier 3819 33 81 Paisaje y Riesgo Geotecnia CUCEI Dr. José Rosas Elguera 3 619 25 34 Salud Mental de Grupos CUCS Manuel Pando Moreno 3617 99 34 Poblacionales 3617 78 46 Epidemiología CUCS Zoila Margarita Gómez Lomelí 3617 99 34 de los traumatismos 3617 78 46 y los envenenamientos Departamentos y unidades que realizan investigación sobre riesgo ambiental Departamento/unidad Centro universitario Responsable Teléfono Área Instituto de Medio Ambiente CUCBA Mtro. Víctor Bedoy 3 682 06 38 Riesgos hidrometeorológicos, y Comunidades Humanas Velásquez 3 682 00 72 geológicos, quimicotecnológicos y sanitarios Instituto Regional de CUCS Dr. Felipe de Jesús 3 617 99 34 Riesgos laborales Investigación en Salud Pública Lozano Kasten 3 617 99 35 Departamento CUCSH M.C. Irineo Martínez 3 819 33 86 Riesgos de Geografía Territorial Barragán hidrometeorológicos y geológicos y ordenación territorial Departamento CUCEI Dr. Arturo Chávez 3 619 80 54 Riesgos geológicos de Física Chávez Departamento CUCEI M.C. Juan Humberto 3 619 99 20 Riesgos químicos de Ingeniería Química Pérez López y seguridad industrial Departamento CUCEI Dra. María del Refugio 3 619 81 58 Riesgos químicos de Farmacobiología Torres Vitela 3 619 99 20 y sanitarios Instituto de Astronomía CUCEI Dr. Ángel Meulenert 3 616 49 37 Lluvia, viento dominante, y Meteorología Peña 3 615 98 29 humedad, temperatura, radiación solar Centro de Estudios CUCEI M.C. David Barrera 3 619 25 34 Riesgo vulcanológico, de la Tierra Hernández sísmico y deslizamiento de masas de Vinculación y Ciencia núm.17 / 64 Consulte la revista de Vinculación y Ciencia. Universidad de Guadalajara en internet: http://www.acude.udg.mx/divulga/vinci