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CAPÍTULO III 
 
DESARROLLO DE LA CARA 
 
 
1. Prominencias o procesos faciales 
 
 
La cara se desarrolla desde finales de la cuarta hasta la séptima semana de VIU, 
de cinco procesos o prominencias que rodean una depresión central, el 
estomodeo, o cavidad oral primitiva, la cual constituye la futura boca. 
 
Las cinco prominencias son: una prominencia frontonasal o proceso frontal o 
frontonasal y dos pares de prominencias maxilares y mandibulares; todas tienen 
origen en el ectomesénquima de la cresta neural que migra desde su 
localización dorsal inicial a las regiones de la cara y el cuello (ver Capitulo 2). El 
estomodeo está demarcado en su parte interior por la membrana bucofaríngea 
(unión de ectodermo y endodermo), que lo separa del intestino anterior hasta el 
día 281,2 o día 243,4,5, cuando se desintegra y establece comunicación entre las 
dos cavidades (véase Figura 3.1A y 3.1B). 
 
 
A 
 
B 
 
Figura 3.1 A Embrión de 4 semanas con la presencia de las prominencias faciales; B) 
embrión de 4,5 semanas con mayor volumen y definición de los procesos o prominencias. 
 
 
 
Durante la quinta semana, las prominencias crecen ventral y medialmente y 
aparecen sobre la prominencia frontonasal las plácodas olfatorias o nasales. En 
la sexta semana, las plácodas nasales se invaginan, o se ven más profundas por 
el crecimiento de la prominencia, para formar una fosita nasal, que divide el 
proceso frontonasal en cuatro partes: dos procesos nasales medios y dos 
procesos nasales laterales (véase Figura 3.2A). 
 
 
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
Durante la sexta semana, los procesos nasales medios migran uno hacia el otro y 
se unen por llenamiento del surco, para al final de la séptima semana expandirse 
en su extremo inferior y formar el proceso intermaxilar o globular. La punta de las 
prominencias maxilares crece, se encuentra con el proceso intermaxilar y se 
fusiona con él (véase Figura 3.2B). 
 
El surco entre el proceso nasal lateral y la prominencia maxilar es llamado surco 
nasolagrimal. Durante la séptima semana, el ectodermo del piso de este surco se 
invagina en el mesénquima subyacente para formar el conducto nasolagrimal. 
Este conducto es rodeado por el hueso maxilar en formación. Después del 
nacimiento tiene como función el drenaje de las lágrimas hacia la cavidad 
nasal. 
 
La prominencia mandibular aparece inicialmente en el día 23, como un proceso 
dividido bilateralmente que durante la cuarta y quinta semana se une en la línea 
media y elimina el surco por medio de un proceso de llenamiento en donde el 
mesénquima subyacente crece y borra el surco; es decir, no hay fusión de 
procesos con reabsorción de epitelios. A esto se le denominará unión, para 
diferenciarlo de la fusión donde se supone hay aproximación de epitelios, 
reabsorción de éstos y luego el encuentro de mesénquima (véase Figura 3.2B y 
Tablas 3.1 y 3.2). 
 
 
 
Estructura 
precursora 
Prominencias Estructuras 
profundas 
Estructuras 
Superficiales 
 
 Frente - sienes 
 Plácoda óptica 
(2) 
Estructura 
neurosensorial 
óptica 
 
 Lomo o puente nasal 
 Cápsula nasal Punta nasal 
 Columnela nasal 
Prosencéfalo Prominencia 
nasal media 
Proceso 
intermaxilar 
Paladar 
primario 
 
 (2) Dientes 
incisivos 
superiores (4) 
Filtrum labial 
 Frontonasal (1) 
 
 
 Prominencia 
nasal lateral 
 Alas nasales (2) 
 (2) Plácoda nasal 
(2) 
Estructura 
neurosensorial 
olfativa 
 
 
 Hueso maxilar 
 Maxilares (2) 
 
 Dientes 
caninos, 
premolares y 
molares 
superiores 
 Paladar 
secundario (2) 
Ver Capítulo 2, Tabla 2.6 
Primer arco 
faríngeo 
 
 
 Plácoda ótica 
(2) 
Estructura 
neurosensorial 
auditiva 
 
 Mandibulares 
(2) 
 Dientes 
incisivos, 
caninos, 
premolares y 
molares 
inferiores 
 
 
 
Tabla 3.1 Estructuras derivadas de las prominencias o procesos faciales 
 76
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
 Día No. de somitas Rasgos morfológicos 
 Periodo 
presomita 
(8 a 21 días) 
 
 
 día 22 4 a 12 somitas Aparición de primero y segundo arco 
 Periodo 
somita 
(22 a 31 días) 
día 24 13 a 20 somitas Plácodas óticas y vesículas óticas 
Plácoda hipofisial 
Periodo 
embriológico 
 día 26 21 a 28 somitas Prominencia maxilar, vesículas ópticas y en el día 28 plácodas 
nasales; tercero y cuarto arco faringeos 
 día 28 28 a 30 somitas Plácoda ótica o del cristalino 
 
 Día 29 
a 35 
 Proceso nasal medial y lateral 
 Día 36 
a 39 
 Llenamiento de los procesos mandibulares 
 Periodo 
postsomita 
(32 a 56 días) 
Día 40 
a 42 
 Llenamiento de los procesos nasales medios y laterales para 
formar el labio superior 
 Día 43 
a 49 
 Los surcos entre los procesos faciales desaparecen cerca de 
la séptima semana. 
Tabla 3.2 Época de aparición de los rasgos morfológicos faciales 
 
 
 
 
 
A 
 
B 
Figura 3.2A Embrión de cinco semanas con la presencia de la fosita nasal que divide la 
formación de los procesos nasal medio y lateral de ambos lados; B) embrión de siete 
semanas con la formación del proceso intermaxilar, unión y fusión de las prominencias o 
procesos faciales. 
 
La boca se reduce a su anchura final durante el segundo mes de VIU, a medida 
que se fusionan las porciones laterales del maxilar y la mandíbula, creando las 
mejillas. 
Las prominencias que se fusionan tienen más riesgo de sufrir hendiduras que las 
que se unen4 (véase Figuras 3.3 y 3.4). 
 
 
 
1.1 Formación del labio superior 
 
De acuerdo con His 1885 y Peter 1913, citado por Meikle5, la fusión de la 
prominencia frontonasal con las dos prominencias maxilares resulta en la 
formación del filtrum, teniendo éste su origen en el proceso globular. Según 
Frazer 1931, citado por Meikle5, el filtrum del labio superior es formado por la 
prolongación de los procesos maxilares hasta encontrarse en la línea media, 
quizá porque esto sucede con el hueso maxilar subyacente (véase Figuras 3.5A, 
3.5B, 3.6A y 3.6B). 
 77
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
 
Las prominencias nasales medias, nasales laterales y la prominencia maxilar de 
cada lado se integran por fusión de sus epitelios. La falla en la desintegración 
normal, en el proceso de muerte celular o transformación mesenquimal, produce 
la hendidura del labio superior y paladar anterior, por obstaculización de la unión 
del mesénquima maxilar y nasal medio4. Las hendiduras bilaterales anormales 
producen una prominente “trompita” o “proboscis” de la fusión de las 
prominencias medias nasales (proceso globular) (véase Figuras 3.3A, 3.3B y 3.4). 
 
La fusión de la prominencia maxilar y nasal media en su punto de contacto es 
llamada aleta nasal; este epitelio posicionado verticalmente bajo cada ventana 
nasal separa las prominencias y cuando esta aleta desaparece, el labio se 
fusiona. Esto proporciona la continuidad del maxilar superior y el labio y la 
separación de las fosas nasales del estomodeo. 
 
Del proceso frontonasal se derivan estructuras profundas y superficiales a saber: 
profundas, frente-sienes, estructura neurosensorial óptica, cápsula nasal, paladar 
primario o premaxila y 4 dientes incisivos superiores, y superficiales, lomo o puente 
nasal, punta nasal, columnela nasal y filtrum labial (véase Tablas 3.1 y 3.2). 
 
 
A 
 
 
B 
Figura 3.3A, B Estructuras faciales derivadas de los arcos faríngeos. Se muestra la 
participación del primer arco faríngeo en la construcción de la oreja y el límite de fusión 
del proceso maxilar y mandibular en donde se observan eminencias epibulbares. 
 
 
Figura 3.4 Se muestra el aporte y sitio de confluencia del proceso maxilar, nasal lateral y 
nasal medio en la formación del labio superior. 
 
 78
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacialA 
 
B 
Figura 3.5A Lado bucal del maxilar donde se observa la dirección de crecimiento óseo del 
proceso intermaxilar hasta formar el paladar primario (flechas rojas) y la dirección del 
crecimiento del maxilar cubriendo el paladar primario (flechas amarillas); B) lado palatino 
del hueso maxilar que muestra la sutura incisiva llegando hasta la cresta que separa el 
incisivo lateral y el canino. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
B 
Figura 3.6A Maxilar en dentición primaria mostrando la sutura media entre los dos 
maxilares y sin sutura incisiva vestibular; B) sutura incisiva desde el agujero nasopalatino 
hasta la cresta interincisiva. 
 
 
 
Durante la séptima semana de VIU ocurre un cambio en el riego sanguíneo de la 
cara desde la arteria carótida interna a la externa, como resultado de la atrofia 
de la arteria estapedial. Este cambio ocurre en un tiempo crítico del desarrollo 
de la cara media y el paladar, proporcionando el potencial para el deficiente 
riego sanguíneo y los defectos consecuentes del labio y paladar superior. Los tres 
grupos de prominencias o procesos faciales derivan su inervación sensitiva de las 
tres divisiones del trigémino. La oftálmica al proceso frontonasal, la maxilar al 
proceso maxilar y la mandibular al proceso mandibular1,4. 
 
2. Desarrollo de la lengua 
 
La lengua se desarrolla del primero, tercero y cuarto arcos faríngeos. Este 
proceso comienza al final de la cuarta semana en el piso de la faringe, que para 
ese momento consiste en cinco arcos faríngeos recubiertos por endodermo y 
formando las bolsas faríngeas. La lengua inicia su formación cuando en el primer 
arco aparece una protuberancia llamada la yema lingual media o tubérculo 
impar; luego se desarrollan un par de protuberancias adicionales, las yemas 
linguales distales o protuberancias linguales laterales que en la quinta semana 
crecen rápidamente y se expanden hasta sobrepasar la yema lingual media. A 
través de la vida embriológica y fetal éstas continúan creciendo y forman los dos 
tercios anteriores de la lengua1-5 (véase Figura 3.7). 
 79
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
 
En la cuarta semana, el segundo arco desarrolla una protuberancia en la línea 
media denominada cópula que es rápidamente superada en crecimiento, 
durante la quinta y sexta semana, por una protuberancia de la línea media del 
tercero y cuarto arcos llamada eminencia hipofaríngea, la cual da lugar al tercio 
posterior de la lengua. La eminencia hipofaríngea se expande principalmente 
por el crecimiento del endodermo del tercer arco, mientras que el cuarto arco 
contribuye solamente a una pequeña región de la parte más posterior de la 
lengua. Entonces la mayor parte de la mucosa lingual es formada por el primero 
y segundo arcos3,4 (véase Tabla 3.3). 
 
 
Precursor embriológico Estructura intermedia Estructura adulta Inervación 
Primer arco faríngeo Yema lingual media Zona pequeña 
superada por las 
prominencias linguales 
laterales 
Rama lingual (sensorial) 
de la división 
mandibular del V par 
 Prominencias linguales 
laterales 
Mucosa de los dos 
tercios anteriores de la 
lengua 
Cuerda del tímpano 
del nervio facial que 
inerva el segundo arco. 
Inerva todas las papilas 
gustativas. 
Segundo arco faríngeo Cópula Sobrecrecimiento por 
otras estructuras 
 
Tercer arco faríngeo Parte ventral de la 
eminencia 
hipofaríngea. Grande 
Mucosa del tercio más 
posterior de la lengua 
Rama sensorial del 
glosofaríngeo (IX) 
Cuarto arco faríngeo Parte dorsal de la 
eminencia 
hipofaríngea. 
Mucosa de una 
pequeña región dorsal 
de la lengua 
Fibras sensitivas de la 
rama laríngea superior 
del nervio Vago (X) 
Somitas occipitales Mioblastos Músculos intrínsecos de 
la lengua. Músculo 
palatogloso. 
Nervio Hipogloso (XII) 
Plexo faringeo del 
nervio vago (X) 
Tomada de: Larsen4
 
Tabla 3.3 Estructuras precursoras linguales. 
 
Los rasgos de la superficie de la lengua definitiva reflejan su origen embriológico. 
El límite entre los dos tercios anteriores y el tercio posterior de la lengua es 
marcado por un surco transverso llamado surco terminal.. La línea de fusión entre 
las yemas linguales distales derecha e izquierda es marcada por el surco medial, 
sobre los dos tercios anteriores de la lengua. Es visible también una depresión o 
agujero caecum donde el surco medial intercepta al surco terminal. 
 
 
A 
 
B 
Figura 3.7A Desarrollo de la mucosa lingual a partir del endodermo faríngeo en un 
embrión de seis semanas; B) lengua formada completamente. 
 
Todos los músculos de la lengua excepto el palatogloso son formados por 
mesodermo derivado de los miotomas de los somitas occipitales, y la 
proliferación de ese mesodermo es responsable de la mayor parte del 
crecimiento del primordio lingual. La inervación de los músculos linguales es 
consecuente con su origen: todos los músculos excepto el palatogloso son 
 80
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
inervados por el nervio hipogloso, asociado con el somita occipital, mientras el 
palatogloso es inervado por el plexo faríngeo del vago (X par). 
 
La mucosa que cubre la lengua es derivada del endodermo de los arcos 
faríngeos y es inervada por ramas sensoriales de los correspondientes nervios 
craneales. Entonces, la mucosa lingual es inervada por nervios diferentes a los 
que inervan los músculos. Los receptores sensoriales generales de los dos tercios 
anteriores de la lengua son inervados por una rama del nervio mandibular (V 
par) denominado nervio lingual. Las yemas gustativas de los dos tercios 
anteriores de la lengua son inervadas por una rama del nervio facial (cuerda del 
tímpano). En contraste, las papilas que rodean el surco terminal y la sensibilidad 
general del tercio más posterior de la lengua son inervadas por el nervio 
glosofaríngeo. Una pequeña área de la parte más posterior de la lengua, que se 
deriva del cuarto arco faríngeo, recibe inervación sensorial de la rama laríngea 
superior del nervio vago1-5. 
 
Tomada de: Larsen4
Figura 3.8 Desarrollo de las estructuras derivadas de las bolsas faríngeas. Todas éstas dan 
lugar a estructuras adultas, como el receso tubotimpánico (primera bolsa), las amígdalas 
palatinas (segunda bolsa), las glándulas paratiroides y el timo (tercera bolsa), las 
glándulas paratiroides superior (cuarta bolsa), y el último cuerpo branquial (cuarta y/o 
quinta bolsa). 
 
3. Desarrollo del timo 
 
Los dos primordios tímicos se forman al final de la cuarta semana, en forma de 
una proliferación endodermal en el extremo de la elongación ventral de la 
tercera bolsa faríngea. Esa proliferación endodermal forma unos tubos que 
invaden el mesodermo subyacente y más tarde se transforman en cordones 
sólidos. Esos cordones son el primordio de los lóbulos tímicos poliédricos. El 
mesodermo subyacente es derivado de las células de la cresta neural. 
 
Entre la cuarta y séptima semana, la glándula tímica pierde su conexión con la 
faringe y migra a una localización inferior y ventral de la glándula tiroides y dorsal 
al esternón. Allí se fusiona en una sola glándula bilobulada. 
 81
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
En la semana 12, cada lóbulo tímico tiene de 0,5 a 2 mm de diámetro y tiene 
una corteza y una medula bien definida. Los corpúsculos de Hassall dentro de la 
medula aparentemente provienen de las células ectodermales de la tercera 
hendidura faríngea, mientras el retículo epitelial del timo es de origen 
endodérmico. El timo es altamente activo durante el periodo perinatal y 
continúa creciendo en la niñez, para alcanzar su máximo tamaño en la 
pubertad. Después de la pubertad la glándula involuciona rápidamente y es un 
pequeño vestigio en la vida adulta (véase Figura 3.8). 
 
4. Desarrollo de las glándulas paratiroidesEn la quinta semana se forman los rudimentos de las glándulas paratiroides 
inferiores y superiores, en la porción distal de la tercera y cuarta bolsa faríngea 
respectivamente. Ellas se sueltan de la pared faríngea y migran inferior y 
medialmente, hasta llegar sobre el extremo inferior de los lóbulos tiroideos en el 
caso de las inferiores y superior a las glándulas paratiroides inferiores para las 
superiores. 
 
5. Formación de las glándulas salivales 
 
Las glándulas salivares son mayores cuando se localizan relativamente lejos de la 
mucosa oral, y menores las que están en la mucosa o submucosa2. En los 
humanos se desarrollan tres pares de glándulas salivales mayores: parótida, 
submandibular y sublingual. Las menores se localizan en la lengua, los labios, el 
paladar y el vestíbulo1,2 (véase Figura 3.9A y 3.9B). 
 
Todas se originan del epitelio de recubrimiento de la boca. La parótida puede 
reconocerse, en la sexta semana de VIU, como un surco que transcurre 
ventrodorsalmente desde el ángulo de la boca entre las prominencias maxilar y 
mandibular. Ese surco es convertido en tubo y pierde conexión con el epitelio de 
la boca, excepto en su extremo ventral. El tubo persiste como conducto 
parotídeo (conducto de Stensen) y su extremo ciego prolifera en el mesénquima 
local para formar la glándula, la que en la región del oído o ‘par-otid’ se ramifica 
entre las divisiones del nervio facial. Cuando el tamaño de la fisura oral es 
reducido por la fusión de las prominencias, el conducto se abre a la cavidad oral 
cerca del ángulo de la boca1,2. 
 
La glándula submandibular es identificada en la octava semana como un 
crecimiento hacia afuera del piso del surco linguogingival dentro del 
mesénquima. Éste Incrementa rápidamente en tamaño, dando numerosas 
ramificaciones que más tarde adquieren su luz. El orificio de salida (el conducto 
de Wharton) de esta glándula finalmente queda localizado debajo de la punta 
de la lengua, cercano al plano medio2. 
 
La glándula sublingual aparece más tarde que las dos anteriores, como un 
pequeño engrosamiento epitelial en el surco linguogingival y sobre el lado lateral 
del surco que más tarde se va a convertir en conducto de la glándula 
submandibular2. 
 
Todas se originan de yemas epiteliales que invaden el mesénquima subyacente y 
forman el tejido parenquimatoso (secretor) de las glándulas. Mientras la glándula 
parótida es derivada del ectodermo, el epitelio de las glándulas submandibular y 
sublingual es derivado del endodermo. El estroma (cápsula y tabiques) se origina 
del mesénquima que puede ser de origen mesodermal o de la cresta neural1,2,5. 
 
Las yemas epiteliales se elongan para formar el primordio del conducto 
principal, que invade el estroma subepitelial, convirtiéndose en un bulbo 
terminal; este es el origen del futuro parénquima salival intralobular. Luego este 
 82
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
bulbo se ramifica y cada brazo termina en uno o dos bulbos nuevos que se 
elongan y aparece en el centro una luz que transforma los extremos bulbares en 
túbulos terminales. Estos túbulos juntan los conductos de canalización en un 
acino1. 
 
El recubrimiento del epitelio de los conductos, túbulos y acinos se diferencian 
tanto morfológica como funcionalmente. Las células mioepiteliales contráctiles 
se forman del ectomesénquima de la cresta neural para rodear el acino. La 
interacción entre el epitelio, mesénquima, nervios y vasos sanguíneos es 
necesaria paras completar la morfogénesis de una glándula salival funcional. La 
inervación autónoma del parénquima celular es el evento clave en el desarrollo 
de las glándulas salivales. La estimulación nerviosa simpatética es necesaria para 
la diferenciación acinar, mientras la estimulación nerviosa parasimpática es 
importante para el crecimiento total de la glándula2. 
 
Las glándulas salivales menores se forman como un gran numero de pequeñas 
glándulas en el ectodermo oral y el endodermo y permanecen como discretos 
acinos y conductos esparcidos por toda la boca. Las glándulas salivales labiales, 
se forman durante la novena semana de VIU, sobre el lado interno de los labios, y 
están morfológicamente maduras por la semana 25 de VIU. La falla en la 
canalización de las yemas para formar los conductos antes de que la secreción 
acinar comience, resulta en la retención de quistes. La agenesia de las glándulas 
salivales mayores es rara2. 
 
La secreción de la glándula parótida es seromucosa o serosa nunca mucosa, 
mientras que la submandibular es seromucosa y la sublingual predominante 
mucosa. Por consiguiente se las considera heterocrinas2. 
 
 
A 
 
 
 
B 
Figura 3.9A Esquema del sitio de origen de las glándulas salivares mayores; B) Su origen en 
estado adulto es retenido a través de sus conductos excretorios. 
 
6. Órgano de Chievitz 
 
Es una estructura aislada que aparece en el adulto como una minúscula cuerda 
sólida epitelial blanca, parecida a un nervio, yaciendo ventrodorsalmente en la 
mejilla entre la fascia bucotemporal y la penetración del conducto parotídeo 
del músculo bucinador. Está asociado con la rama bucal del nervio mandibular 
que lo inerva. Pero pierde su conexión con el surco bucal y se embebe en una 
lámina de tejido conectivo denso. Esto puede ser un receptor sensorial; pero su 
función es desconocida2. 
 
7. El hueso hioides 
 
El hueso hiodes está formado por varios elementos independientes, que aunque 
fusionados en el hombre, permanecen separados en muchos animales como el 
 83
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
“aparato hiodeo”. Este hueso derivado de cartílagos del segundo (hiodeo) y 
tercer arco faríngeo refleja su doble origen en sus seis centros de osificación, dos 
para el cuerpo y uno para cada cuerno mayor y menor. Los centros de 
osificación para los cuernos mayores aparecen al final de la vida fetal (38 
semanas), los del cuerpo en el momento del nacimiento y los de los cuernos 
menores, cerca de los dos años posnatalmente. Los cuernos menores pueden no 
fusionarse con el cuerpo, pero se unen por medio de tejido fibroso a los cuernos 
mayores que a su vez se articulan con el cuerpo a través de una articulación 
diartrósica sinovial1. 
 
 
8. Desarrollo de los ojos 
 
El desarrollo de los ojos en los vertebrados involucra interacciones inductivas 
(plácoda óptica) entre el neuroectodermo del cerebro anterior, el cual forma la 
retina y las estructuras pigmentarias asociadas y la superficie del ectodermo la 
cual forma el cristalino y la córnea. El mesénquima derivado de la cresta neural 
también contribuye a formar la cornea y la cubierta fibrosa del ojo, la coroides y 
la esclera3, 4 (véase Figura 3.10A y 3.10B). 
 
La primera evidencia de los ojos es la formación del primordio óptico y surco 
óptico en la futura región del diencéfalo del pliegue neural del prosencéfalo. 
Esas estructuras son inducidas y apoyadas en su crecimiento inicial por 
interacciones con el endodermo faríngeo y el ectomesénquima de la cabeza3,4. 
 
Por la época en la cual el neuroporo craneal se cierra, se desarrolla el primordio 
óptico con unas evaginaciones laterales del tubo neural llamadas vesículas 
ópticas. Las paredes de las vesículas ópticas se continúan con el 
neuroectodermo del futuro cerebro y la cavidad o ventrículo de la vesícula 
óptica se continúa con el canal neural. A medida que la vesícula óptica se 
desarrolla, se rodea por una lámina de mesénquima que parcialmente es 
formada por células de la cresta neural3,4,5. 
 
 
A 
B 
Figura 3.10A, B En el día 24, se forma un engrosamiento del ectodermo y un surco óptico 
en el neuroectodermo para formar la plácoda óptica, el primer vestigio del ojo. 
 84
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
 
A 
 
B
 
Figura 3.11A Formación de la plácoda del cristalino y de la copa óptica; B) se formala 
fosita del cristalino y la pared externa e interna de la copa óptica se diferencia en retina 
pigmentaria y neural respectivamente. 
 
Esta lámina comienza a formarse en el día 24 y encierra completamente la 
vesícula óptica en el día 264. 
 
La cara distal de la vesícula óptica (llamado disco retinal) alcanza la superficie 
del ectodermo, desde la cual está separada solamente por unas pocas células 
mesenquimales4. 
 
El disco retinal se invagina en el extremo expandido de la vesícula óptica para 
formar la copa óptica. Simultáneamente, el tallo de la vesícula óptica se 
angosta para formar el pedículo óptico. A través de éste, la luz de la copa 
óptica permanece continua con el ventrículo del cerebro anterior. Los vasos 
sanguíneos ganan acceso al interior de la copa óptica por entre un surco 
longitudinal, la fisura coroidal, que se desarrolla sobre la superficie ventral del 
pedículo óptico. Al mismo tiempo, que la copa óptica alcanza la superficie del 
ectodermo, el ectodermo opuesto se engruesa para formar la plácoda del 
cristalino. Que inmediatamente después, se invagina para formar la fosita del 
cristalino3,4,5 (véase Figura 3.11A y 3.11B). 
 
 
A 
 
 
B 
 
 
Figura 3.12A La invaginación completa de la plácoda del cristalino dentro del epitelio 
forma la vesícula del cristalino contenida dentro de la capa óptica; B) la irrigación 
proviene de la arteria hialoidea. Se forma el cuerpo vítreo. 
 
 
 85
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
 
A 
B 
Figura 3.13A Diferenciación del cristalino. Los cristalinos se desarrollan rápidamente en la 
quinta a séptima semanas, a medida que las células de su pared posterior se elongan y se 
diferencian para formar las fibras primarias del cristalino. Las fibras secundarias comienzan 
a formarse en el tercer mes. La vacuolización del mesénquima que rodea el ojo en 
desarrollo forma la cámara anterior y muy rápidamente el mesénquima que se encuentra 
inmediatamente anterior al cristalino, forma la cámara posterior; B) la membrana pupilar 
que inicialmente separa la cámara anterior de la posterior se rompe en la vida fetal. Los 
párpados superior e inferior forman un pliegue en la superficie del ectodermo. Ellos se 
fusionan al final de la octava semana y se separan otra vez entre el quinto y el séptimo 
mes. 
 
La plácoda se desprende de la superficie del ectodermo y comienza a formar la 
vesícula del cristalino. Estos eventos coinciden con la invaginación del disco 
retinal y la vesícula del cristalino se instala dentro de la copa óptica. Luego es 
secretada una matriz gelatinosa llamada cuerpo vítreo primario dentro del 
espacio lentiretinal entre la vesícula del cristalino y la pared interna de la copa 
óptica4 (véase Figura 3.12A). 
 
En el día 23 las células de la pared posterior de la vesícula del cristalino se 
diferencian a una forma alargada, delgada, orientada en sentido 
anteroposterior y son las fibras primarias del cristalino. La elongación de esas 
células transforma la pared profunda de la vesícula del cristalino en el cuerpo 
del cristalino, obliterando la cavidad de la vesícula del cristalino en la semana 74. 
 
Al mismo tiempo que la vesícula del cristalino se forma, en el día 32, éste 
comienza a ser irrigado por una rama de la arteria oftálmica llamada arteria 
hialoidea. Cuando el cristalino madura durante la vida fetal y cesa la necesidad 
de aporte sanguíneo, la porción de la arteria hialóidea, que cruza el cuerpo 
vítreo, degenera. La porción proximal de la arteria hialóidea se convierte en 
arteria central de la retina, la cual aporta sangre a la retina3,4. 
 
La pared externa e interna de la copa óptica se diferencia en retina pigmentaria 
y neural respectivamente. Las fibras nerviosas que emergen del ganglio retinal en 
la sexta semana viajan a través del pedículo óptico y alcanzan el cerebro. La luz 
del pedículo se oblitera gradualmente por el crecimiento de esas fibras y en la 
octava semana el pedículo es transformado en el nervio óptico. Justo antes de 
que los dos nervios entren al cerebro, ellos se juntan para formar una estructura 
en forma de X: el quiasma óptico2. 
 
Durante la sexta y séptima semanas la cápsula mesenquimal de la vesícula 
óptica da lugar a la coroides, la esclera y la cámara anterior2. 
 
Las dos capas de la cornea se forman a partir de la pared superficial de la 
cámara anterior y la tercera capa del ectodermo. La pared interna de la 
cámara anterior forma la membrana pupilar. Esta membrana se rompe en el 
periodo fetal (octava semana), para formar la pupila, a través de la cual la 
cámara anterior y posterior se comunica. Cuando la membrana pupilar 
 86
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
desaparece la cavidad de la cámara posterior continúa expandiéndose entre el 
iris y la cápsula del cristalino, tanto como las fibras del cuerpo ciliar. Sus paredes 
son los sitios de producción, canales de circulación y reabsorción del humor 
acuoso2. 
 
Al final del tercer mes, el borde anterior de la copa óptica y su mesénquima 
coroidal se expanden para formar un anillo delgado que se proyecta entre la 
cámara anterior y posterior y cubre la lente. Este anillo se diferencia en el iris. El iris 
es una membrana pigmentada circular detrás de la córnea perforada por la 
pupila. El esfínter y los músculos dilatadores de la pupila son de origen 
neuroectodermal y se desarrollan de la parte pupilar de la copa óptica. El color 
del iris se desarrolla después del nacimiento y depende de la contribución del 
epitelio pigmentado de la superficie posterior del iris y las células cromatóforas en 
el estroma mesenquimático3,4. 
 
Durante la sexta semana, día 42 se forman unos pequeños pliegues de 
ectodermo con un centro mesenquimal. Esos primordios de párpados superior e 
inferior crecen rápidamente uno hacia otro, encontrándose y fusionándose 
alrededor de la octava semana. El espacio entre los párpados fusionados y la 
cornea se denomina saco conjuntival. Los párpados se separan nuevamente 
entre la quinta y séptima semana. Las glándulas lagrimales se forman de 
invaginaciones de ectodermo en los ángulos superolaterales del saco 
conjuntival, pero no maduran hasta 6 semanas después del nacimiento3,4 (véase 
Figura 3.13B). 
 
La migración medial de los ojos desde su localización lateral inicial resulta del 
enorme crecimiento de los hemisferios cerebrales y del ensanchamiento de la 
cabeza, lo mismo que de un movimiento real medial de los ojos. Los grandes 
movimientos migratorios de los ojos ocurren desde la quinta a novena semanas 
de vida intrauterina; después de eso ellos estabilizan su angulación posnatal de 
los ejes ópticos, de 71 a 68 grados. En un desarrollo normal, la distancia que 
separa los ojos influencia mucho la forma de la cara. Una distancia interocular 
pequeña es conocida como hipotelorismo, o una amplia, hipertelorismo. Las 
cavidades orbitarias logran sus dimensiones adultas cuando el niño tiene cerca 
de 7 años de edad4. 
 
 
 
9. Formación de los oídos 
 
El oído consiste de tres divisiones anatómicas, interna, media y externa, y tiene 
una historia compleja de evolución y desarrollo. El papel del oído externo y 
medio es transferir ondas sonoras del exterior hacia el oído interno, el cual 
contiene la membrana laberíntica que tiene que ver con el equilibrio y la 
audición3,4. 
 
En la cuarta semana, día 24, el oído interno se manifiesta como un 
engrosamiento del ectodermo (plácoda ótica) que aparece cerca al 
romboncéfalo en la región del pliegue neural. Esta plácoda es el primordio de la 
membrana laberíntica del oído interno, incluyendo los receptores sensoriales 
para el oído y el balance y el ganglio estatoacústico del nervio vestíbulo coclear. 
El crecimiento de la cabeza causa que la plácoda ótica sea trasladada 
caudalmente al nivel del segundo arco faríngeo. Durante la cuarta semana, la 
plácoda ótica se invagina gradualmentepara formar una fosita ótica y luego 
una vesícula ótica. Un tallo de ectodermo conecta a la vesícula ótica con la 
superficie, pero ésta se desintegra al final de la cuarta semana4,5 (véase Figura 
3.14A y 3.14B). 
 
 87
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
 
 
A B 
Figura 3.14 A. La plácoda ótica aparece en la superficie ectodermal adyacente al 
romboncéfalo en la tercera semana. En el día 25 la plácoda se invagina para formar la 
fosita ótica; B) al final de la cuarta semana, la invaginación continúa y se forma la 
vesícula ótica, la cual rápidamente se separa del ectodermo. 
 
A 
 
 
 
B 
Figura 3.15A Los componentes del oído interno, medio y externo provienen de varias 
estructuras embriológicas. La vesícula ótica da lugar al laberinto membranoso del oído 
interno y al ganglio del VIII par. El extremo superior de la vesícula ótica forma el apéndice 
endolinfático y el cuerpo de la vesícula se diferencia en las regiones utricular y sacular. Los 
tres huesecillos del oído provienen de condensaciones mesenquimáticas formadas por el 
primero y segundo arcos faríngeos. El receso tubotimpánico proviene del 
ensanchamiento de la primera bolsa faríngea y la primera hendidura faríngea da lugar al 
conducto auditivo externo; B) en el noveno mes la cavidad tubotimpánica se expande 
para encerrar los huesecillos del oído, formando la cavidad del oído medio. 
 
En el día 26, la región dorsomedial de la vesícula ótica comienza a elongarse, 
formando un apéndice endolinfático. Simultáneamente el resto de vesícula ótica 
se diferencia en utrículo y sáculo. El apéndice endolinfático se elonga durante la 
siguiente semana y su porción distal se expande para formar un saco 
endolinfático, el cual es conectado al utrículo por un conducto endolinfático. 
Durante la quinta semana el extremo ventral del saco comienza a alargarse y 
enrollarse, formando un conducto coclear que es el primordio de la coclea3-5. 
 
Durante la séptima semana las células del conducto coclear se diferencian para 
formar el órgano de Corti y crecen tres divertículos desde la porción utricular de 
la vesícula ótica diferenciándose secuencialmente para formar los conductos 
semicirculares anterior, posterior y lateral. También se forma una expansión 
llamada ampolla en cada extremo de los conductos. 
 88
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
 
Comenzando la novena semana, el mesénquima que rodea la membrana 
laberíntica se condroifica para formar la cápsula ótica. La membrana laberíntica 
está suspendida en esta cavidad en un fluido llamado perilinfa, y el espacio 
entre el laberinto membranoso y las paredes de la cápsula ótica es llamado 
espacio perilinfático. La cápsula ótica se osifica entre la semana 16 y la 23 para 
formar la porción petrosa del temporal. Continuando su osificación se formará la 
porción mastoidéa del hueso temporal4,5 (véase Figura 3.15A y 3.15B). 
 
La primera bolsa faríngea se elonga para formar el receso tubotimpánico, el cual 
luego se diferencia para formar la cavidad timpánica del oído medio y el tubo o 
trompa de Eustaquio, que conecta la cavidad timpánica a la faringe. 
 
Durante la tercera semana se forman los blastemas de los huecesillos del oído 
(yunque y martillo), y durante la séptima semana, se forman los precursores 
cartilaginosos de los tres huecesillos del oído, cerca de la cavidad timpánica. El 
cartílago de la prominencia mandibular da lugar al martillo y al yunque, y el 
cartílago del segundo arco da lugar al estribo (ver arcos faríngeos). Los 
huecesillos permanecen embebidos en el mesénquima adyacente a la cavidad 
timpánica durante los nueve meses de gestación. Los músculos asociados al 
oído, el tensor del tímpano y el estapedio, se forman en la novena semana a 
partir del primer y segundo arco. 
 
Mientras tanto, la membrana faríngea que separa la cavidad timpánica del 
meato auditivo externo (derivado de la primera hendidura faríngea) se 
desarrolla en la membrana timpánica. 
 
Durante el noveno mes, los huecesillos asumen su mutua relación funcional y con 
las estructuras del oído externo, medio e interno. El extremo ventral del martillo se 
une al tímpano. También la cavidad timpánica se expande dentro de la parte 
mastoidea del hueso temporal para formar el antro mastoideo. 
 
El oído externo consiste en un meato auditivo externo y la aurícula. El precursor 
del meato auditivo externo es la primera hendidura faríngea que se profundiza 
durante la sexta semana. Sin embargo, el recubrimiento ectodermal de la 
porción más profunda del tubo prolifera produciendo el tapón meatal que llena 
completamente el extremo medial del meato auditivo externo, durante la 
semana 26. La canalización de este tapón comienza casi inmediatamente y 
produce las dos terceras partes del meato definitivo. El meato no logra su 
longitud final hasta los 9 ó 10 años4,5. 
 
La aurícula se desarrollo de tres pares de montículos que se forman durante la 
quinta semana, sobre los bordes del primero y segundo arco faríngeo. Desde 
ventral a dorsal, los montículos sobre el primer arco se conocen como trago, 
hélice y concha disco y los montículos sobre el segundo arco se denominan 
antitrago, antihelice y concha. Durante la séptima semana los montículos 
auriculares comienzan a agrandarse, se diferencian y fusionan produciendo la 
forma definitiva de la aurícula4. 
 
10. Desarrollo de la nariz 
 
La nariz se desarrolla desde varias fuentes: el campo morfogenético superficial lo 
forma la prominencia frontonasal que aporta el puente de la nariz; la fusión de 
las prominencias nasales medias forma el lomo medio y la punta; las 
prominencias nasales laterales producen los cartílagos de las alas nasales. Del 
campo morfogenético profundo se desarrolla la cápsula nasal que aporta el 
tabique y los cornetes nasales4. 
 
 89
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
Las ventanas nasales o narinas anteriores se forman por la fusión de la 
prominencia nasal media, maxilar y lateral de cada lado. En la profundidad de 
la fosa nasal se forman sacos ciegos que inicialmente separan la cavidad nasal 
del estomodeo por medio de la membrana oronasal. Estos sacos se desintegran 
y se forman las narinas posteriores primitivas (coana primaria). Las coanas 
definitivas del adulto son creadas por fusión de las prolongaciones horizontales 
del paladar secundario, descritas más adelante3,4 (véase Figuras 3.16, 3.17A, 
3.17B, 3.18A y 3.18B). 
 
Figura 3.16 Embrión de cinco semanas que muestra un corte sagital a través de la fosita 
nasal. 
 
 
 
A B 
Figura 3.17A Formación de la fosita nasal que separa el proceso nasal medio y lateral; B) 
las fositas nasales se invaginan o se parecen más profundas debido al crecimiento de los 
procesos que las rodean y forma una única cavidad nasal separada de la cavidad oral 
por la aleta nasal. 
 
 
A 
 
 
B 
Figura 3.18A La aleta nasal adelgaza para formar la membrana oronasal que luego se 
rompe y forma la coana primitiva; B) la extensión posterior del proceso intermaxilar forma 
el paladar primario. 
 
 
 90
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
 
Dentro de la prominencia frontonasal se forma una condensación 
mesenquimatosa llamada cápsula nasal precartilaginosa desarrollada alrededor 
de las cavidades nasales primarias como una masa mediana, el mesoetmoides 
que es el origen del tabique nasal y un par de masa laterales, el ectoetmoides, 
que formará los cartílagos paraetmoidales (cornetes). Inicialmente, el tabique 
nasal primitivo es un área amplia entre las coanas primarias y nunca se proyecta 
como un proceso libre, sino que se construye en una dirección rostrocaudal. 
Dentro del tabique nasal, el cartílago se forma en continuidad con el cartílago 
mesoetmoides, un componente de basiocraneo temprano.El tabique nasal 
divide la cámara nasal en fosa derecha e izquierda; sus paredes laterales, 
derivadas del ectoetmoides, son subdivididas en cornete superior, medio e 
inferior. Un pliegue de la mucosa nasal forma el cornete inferior, donde más 
tarde habrá una invasión por cartílago3-5 (véase Figura 3.19A y 3.19B). 
 
 
 
A 
 
 
B 
Figura 3.19A Componentes del tabique nasal. Hueso vómer, lámina perpendicular del 
etmoides y cartílago nasal. 3.19B En la vista frontal se observa el mesoetmoides (tabique) y 
ectoemoides (cornetes). 
 
 
11. Desarrollo de los nervios craneales 
 
La experimentación ha mostrado que los ganglios sensoriales de los nervios 
craneales tienen un doble origen. Algunos están formados de las células de la 
cresta neural de la misma manera que los ganglios de la raíz dorsal de los nervios 
espinales, pero otros son derivados parcial o exclusivamente de plácodas 
ectodermales. Adicionalmente, se desarrolla una serie de cuatro plácodas 
epibranquiales como engrosamientos ectodermales justo dorsal a las cuatro 
hendiduras faríngeas, y las plácodas trigeminales más difusas se forman en el 
área entre las plácodas epibranquiales y la plácoda ótica1-5. 
 
Las plácodas nasales dan lugar a células neurosensoriales primarias del epitelio 
olfatorio, y los axones de esas células forman el nervio olfatorio. Con algunas 
excepciones, el ganglio sensorial del nervio craneal muestra una estratificación 
respecto a su origen: el ganglio o porción de ganglio que está cerca al cerebro 
deriva de la cresta neural, mientras que las neuronas del ganglio que están lejos 
del cerebro son formadas por las células de la plácoda. Las células de soporte 
de todos los ganglios sensoriales craneales, sin embargo, son derivadas de la 
cresta neural1,4,6. 
 
Inicialmente, los doce nervios craneales están organizados segmentalmente y 
numerados secuencialmente. Este patrón en serie no es evidente en el adulto, 
debido a la migración de los nervios a sus órganos blanco. El tortuoso sendero de 
los nervios adultos traza la ruta embriológica del viaje de los órganos inervados1,4. 
 
 91
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
El ganglio trigeminal (V), facial (VII) y glosofaríngeo (IX) y partes del ganglio 
vestibulococlear (VIII) y vagal (X), derivan de la cresta neural. Los neuroblastos 
 
derivados desde las plácodas ectodérmicas superficiales en la región 
maxilomandibular contribuyen a los ganglios de los nervios trigeminal, facial, 
vago y glosofaríngeo. Las contribuciones de la superficie placodal a estos nervios 
pueden tardíamente dar razón de los componentes gustativos. Los ganglios 
vestibulococleares se originan de la vesícula ótica, las células de la cresta neural 
y una plácoda ectodermal. Caudal al ganglio vagal, el tejido de la cresta neural 
de la región occipital contribuye al ganglio de los nervios accesorios (XI) e 
hipogloso (XII)6. 
 
Los procesos centrales de las neuronas de esos ganglios forman las raíces 
sensoriales de los nervios craneales. Los procesos periféricos forman los 
componentes motores eferentes de los nervios1. 
 
La inervación sensorial de la cara dada por el nervio trigémino está basada en 
sus orígenes embriológicos. La prominencia frontonasal es inervada por la división 
oftálmica, la prominencia maxilar por la división maxilar, y la prominencia 
mandibular por la división mandibular del nervio trigémino; esto explica el patrón 
adulto de la inervación sensorial facial, y la mayor densidad de algunos campos 
cutáneos. La inervación motora está dada por el nervio facial1,4 (véase Tabla 
3.4). 
 
 
Origen encefálico Par craneal 
Telencéfalo I – Nervio olfatorio Nervio sensitivo 
Diencéfalo II – Nervio óptico Nervio sensitivo 
Mesencéfalo III – Nervio oculomotor Nervio motor 
Metencéfalo IV – Nervio troclear o patético Nervio motor 
 V – Nervio trigémino Nervio mixto 
 VI – Nervio motor ocular externo Nervio motor 
 VII – Nervio facial Nervio mixto 
 VIII – Nervio vestibulococlear Nervio sensitivo 
Mielencéfalo IX – Nervio glosofaríngeo Nervio mixto 
 X – Nervio vago o neumogástrico Nervio mixto 
 XI – Nervio accesorio o espinal Nervio mixto 
 XII – Nervio hipogloso Nervio motor 
Tabla 3.4 Procedencia cefálica del sistema nervioso periférico 
 
 
12. Irrigación de los arcos branquiales 
 
Cada uno de los cinco o seis arcos branquiales contiene un par de vasos 
sanguíneos que conducen sangre desde el corazón dorsal a través del tejido 
arqueal al cerebro y a las regiones posteriores. Estos son los arcos aórticos. No 
todos esos pares de arcos están presentes al mismo tiempo. Los arcos aórticos 
anteriores derecho o izquierdo se desarrollan primero y después de una semana 
comienzan a desaparecer tanto más posterior (caudal) se desarrollen los arcos. 
Los vasos del arco más caudal se agrandan y maduran. Los vasos del quinto 
arco desaparecen. Los vasos del tercero, cuarto y sexto arcos no desaparecen 
y son importantes en funciones tardías. Los vasos del tercer arco se convierten en 
las arterias carótidas comunes, las cuales irrigan el cuello, la cara y el cerebro. 
Los vasos del cuarto arco se convierten en la aorta dorsal la cual suministra 
sangre al cuerpo entero, y los vasos del sexto arco suministran sangre a los 
pulmones como circulación pulmonar1-5 
 
Cuando se observa un embrión de cuatro semanas; los pares de vasos 
sanguíneos (arcos aórticos) pasan a través del tejido de los arcos branquiales. El 
 92
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
corazón es ventral a los arcos, y la sangre pasa dorsalmente a través de los arcos 
y luego al cerebro y cuerpo. Alrededor de la quinta semana, los vasos del primer 
y segundo arco branquial han desaparecido, y entonces el aporte sanguíneo a 
la cara es llevado a cabo por la arteria del tercer arco branquial la cual se 
 
convierte en arteria carótida. La arteria carótida común da lugar a la carótida 
externa y arteria carótida interna. La arteria carótida externa suministra sangre a 
la parte ventral del primer y segundo arco branquial. La arteria carótida interna 
aporta sangre al cerebro. En la región del oído, la arteria carótida externa da 
lugar a unos pequeños vasos, la arteria estapedial. La cual suministra la mayor 
cantidad de sangre a la parte superior de la cara y el paladar. El aporte 
sanguíneo a la cara por la arteria carótida interna es una característica del 
embrión en la sexta y séptima semana. 
 
12.1 Cambio en el aporte sanguíneo a la cara 
 
Un cambio importante sucede en el embrión humano durante la séptima 
semana de VIU cuando la arteria estapedial de repente se ocluye y se separa de 
la arteria carótida interna, la cual por consiguiente descontinúa su aporte 
sanguíneo a la cara y a los tejidos del paladar. Muchas de esas ramas terminales 
se fusionan con los vasos periféricos de la arteria carótida externa. Esto resulta en 
el más inusual movimiento en el aporte sanguíneo de la cara, desde la arteria 
carótida interna a la externa, y ocurre durante la sexta semana, periodo muy 
importante para un rápido crecimiento por expansión y fusión de los procesos 
faciales. La época de esta transición es muy importante. Los vasos comienzan a 
degenerarse de un lado y rápidamente se expanden en un segundo sitio. Si el 
tiempo de este deslizamiento no es preciso, habrá un periodo donde la cara es 
deprivada de oxigeno y nutrición producida por el aporte sanguíneo. Dado que 
el labio y el paladar experimentan sus máximos cambios de desarrollo durante la 
séptima semana, puede resultar que una deficiencia en oxigeno y nutrición 
produzca una fisura labial, fisura palatina, o ambos4. 
 
13. Anomalías de desarrollo 
 
Los defectos del desarrollo facial son el resultado de una multiplicidad de 
factores etiológicos, algunos genéticos, muchos desconocidos. El estudio de esas 
anomalías constituye la teratología. 
 
El rango de anomalías craneofaciales es enorme, perotodas producen algún 
grado de desfiguración y resultan en el empeoramiento de la función y aún 
incompatibilidad con la vida. Los mecanismos del desarrollo facial anormal no 
son todavía totalmente entendidos, pero los fenómenos inductivos que 
provienen de los centros prosencefálico y romboncefálico son esenciales para el 
desarrollo normal de la cara. Los defectos en el desarrollo del cerebro casi 
inevitablemente causan dimorfismo facial2-4. 
 
Existen variadas formas de clasificar las anomalías del desarrollo, dependiendo 
del punto de vista de la observación. Una de ellas es basada en los hallazgos 
clínicos, etiológicos e etiopatogénicos (véase Tabla 3.5). Según el diagnóstico 
clínico, una anomalía aislada es aquella que se presenta como alteración única 
o acompañada de otra no relacionada, y una anomalía múltiple cuando hay 
dos o más anomalías relacionadas entre sí7. 
 
La clasificación etiopatogénica se basa en el origen de la anomalía, a saber: 
malformación cuando el origen es genético y disrupción cuando el origen es 
ambiental; la deformación es aquella anomalía causada por fuerzas mecánicas 
inusuales sobre el feto en desarrollo, tanto de origen intrínseco como extrínseco, 
 93
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
particularmente en el tercer trimestre de la gestación; por ejemplo, las que 
surgen por la presión ejercida por un gemelo o una anomalía uterina materna7. 
 
En cuanto a la clasificación etiológica de las anomalías, éstas pueden ser: 
monogénicas cuando ocurren por el efecto de la mutación en un solo gen con 
 
características de dominante, recesivo o ligado a X; cromosómicas cuando se 
dan por el efecto de una alteración cromosómica visible en el cariotipo; las 
multifactoriales se definieron como las que presentan un componente genético 
de susceptibilidad, pero que son desencadenadas por el efecto de un agente 
ambiental; teratogénicas son las desencadenadas por el efecto de un agente 
ambiental conocido, que altera el desarrollo embrionario. Aquellas anomalías 
para las cuales no es posible establecer un agente etiológico, se consideran sin 
clasificar. 
Cuando la presentación de la anomalía es múltiple se clasifica como: síndrome, 
definido como múltiples anomalías relacionadas etiológicamente; secuencia, 
como múltiples anomalías secundarias a un evento desencadenante conocido; 
asociación, definida como múltiples anomalías que se presentan juntas con 
mayor frecuencia de lo que podría esperarse por la probabilidad; defecto de 
campo de desarrollo, definido como múltiples anomalías ocasionadas por una 
alteración en un campo de desarrollo, que es una región del embrión con una 
función de control de desarrollo7. 
 
 
 
 
 Aislada 
 Clínico 
 Anomalía múltiple 
 
 Malformaciones 
 Síndromes 
 Secuencias 
 Etipatogénico Deformaciones 
Diagnóstico Disrupciones 
 Defectos de campo 
 Asociaciones 
 
 Monogénico 
 Etiológico Cromosómico 
 Multifactorial 
 Teratogénico 
 Sin clasificar 
 
 
Tabla 3.5 Clasificación de anomalías craneofaciales7 
 
 
 
Según Spranger y otros8, los defectos del desarrollo se clasifican en: 
malformaciones, deformaciones, disrupciones y disgenesias (ver Capitulo 1). En la 
Tabla 3.6 se muestran algunas anomalías del desarrollo clasificadas por 
estructuras anatómicas. 
 
 
 
 
 94
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
 
Estructura Anomalías de 
 desarrollo 
Patología 
 
Etiología 
Mandíbula Malformación Agenesia condilar Desconocida 
 Deformación Anomalías d forma Fuerza mecánica 
 Disrupción Cualquier grado de destrucción Bandas amnióticas 
y otros 
 Disgenesia Condrodistrofia Desconocida 
 
Complejo 
nasomaxilar 
Malformación Labio y paladar fisurado 
 Paladar fisurado 
 Labio fisurado 
 Labio fisurado/ proceso alveolar 
 Labio fisurado/ proceso 
alveolar/paladar 
 
 Otros tipos de hendiduras faciales 
 Holoprosencefalia 
 Deformación Anomalías de forma Fuerza mecánica 
 Disrupciones Cualquier grado de destrucción Bandas amnióticas 
y otros 
 Disgenesia Disgenesia del cartílago cigomático 
maxilar – síndrome de Treacher Collins 
 
 
Cavidad nasal Malformaciones Tabique nasal corto 
 Ausencia de cavidad y estructuras 
nasales - arritnia 
 
 Nariz con hueso nasal corto, nariz 
angosta 
Ausencia de nariz externa 
 Defecto en el 
campo de 
desarrollo 
nasofrontal 
derivado de las 
células de la cresta 
neural 
 Disrupciones Cualquier grado de destrucción Bandas amnióticas 
y otros 
 
Columna 
cervical 
Malformaciones Cuerpos vertebrales dobles 
 Cuerpos vertebrales completamente 
separados o con fisuras 
 
 Cuerpos vertebrales fusionados 
 Ausencia de vértebras 
 Deformación Deformación en el alineamiento de la 
columna 
 Oligohidramnios 
 Disrupción Cualquier grado de destrucción Bandas amnióticas 
y otros 
 
Base craneal Malformaciones En la parte basilar del occipital se 
presentan 
Variedad de 
escotaduras 
 
 En el hueso temporal Ausencia del 
anillo 
timpánico 
 
 Disrupciones Cualquier grado de destrucción, más 
frecuente en la base craneal anterior 
 Bandas amnióticas 
y otros 
 Deformación Asimetría de base craneal Oligohidramnios 
 Displasia Condrodisplasia De todos los 
cartílagos o 
solamente uno 
 
 
Bóveda 
craneal 
Ausencia Anencefalia 
 Malformaciones 
 
Hueso frontal 
Holoprosencefalia No hay sutura 
media en el 
hueso frontal 
 
 Hidrocefalia Sutura media 
muy amplia 
 
 Hueso parietal Encefaloceles parietales 
 Hueso occipital Síndrome de Meckel Gruber Falla en la 
formación del 
cartílago 
 
 Encefaloceles 
 Fontanelas Hidrocefalia F. grandes 
 Disrupciones Cualquier grado de destrucción Bandas amnióticas 
y otros 
 Deformación Síndrome de Potter Oligohidramnios 
 Craneosinostosis 
Tabla 3.6 Anomalías del desarrollo por estructuras anatómicas9 
 95
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
 
Dado que el desarrollo temprano del cerebro y la cara tienen una relación muy 
estrecha, las malformaciones de uno y otro son interdependientes. De acuerdo a 
lo descrito por Kjaer9 sobre los tres campos de desarrollo craneal, las anomalías 
pueden ser descritas como aquellas relacionadas con la notocorda, como en el 
cierre anormal del tubo neural con un resultado de anencefalia y 
mielomeningocele, los relacionados con desarrollo de las células de la cresta 
neural, ejemplificados por el encefalocele y la holoprosencefalia y los relativos al 
desarrollo anormal de las plácodas (véase Tabla 3.7). 
 
 
 Anencefalia craneal 
 Anencefalia Anencefalia sin raquisquisis 
 Cierre anormal del tubo 
neural 
 Anencefalia con raquisquisis 
 Mielomeningocele 
 
 Encefalocele 
 Malformaciones del 
cerebro y migración 
anormal de las células de 
la cresta neural 
 
Malformaciones craneales 
combinadas con 
malformaciones del 
cerebro 
 Holoprosencefalia 
 
Defectos en la 
organización del centro 
romboncefálico 
 Síndrome 
otomandibular 
Agnatia 
Sinotia 
Micrognatia 
Disostosis 
mandibulofacial 
 
 
 
 Regiones placodales 
anormales 
Puede presentarse con 
hipertelorismo, ausencia 
de nariz externa. 
 
 
 
 
 
Labio fisurado 
Paladar hendido 
Labio y paladar hendido 
 
 
Hendiduras faciales 
Malformaciones 
predominantemente 
craneofaciales 
sin malformaciones 
cerebrales 
Síndrome de Treacher 
Collins 
 
 
 
 Trisomias 
Trisomia 21 
Trisomía 18 
Malformaciones craneales 
en desórdenes genéticos 
Trisomía 13 
 Triploide 
 Síndrome de Turner 
 
 
 Disgenesia craneal 
Displasia tanatofórica Disrupciones y disgenesias 
craneales Condrodisplasia 
 
 
Tabla 3.7 Anomalías craneofaciales9 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 96
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
13.1 Malformacionescraneales combinadas con malformaciones del cerebro 
 
Cuando el tubo neural no cierra completamente, no se presenta el desarrollo de 
los hemisferios cerebrales. La bóveda craneal no se forma y el cráneo solo se 
desarrolla en lo correspondiente al aporte dado por las células de la cresta 
neural y el mesodermo paraxial. Además, si no cierra el tubo neural la región de 
la médula espinal puede presentar malformaciones9. 
 
Anencefalia 
La ausencia del cerebro (anencefalia) resulta en ausencia de bóveda craneal 
(acrania), disminución de techo craneano (acalvaria) o cráneo fisurado 
(craneoschisis), con diferentes efectos sobre la cara, como los ojos y mentón 
prominentes, orejas con implantación baja y generalmente rotadas hacia atrás. 
La forma como la cabeza se conecta con el cuello depende de si el tubo neural 
tiene apertura en la zona cervical, es decir presenta raquisquisis. En estos casos 
no habrá desarrollo de cuello y la cabeza aparecerá localizada entre los 
hombros2. 
 
 
 
A 
 
B 
Figura 3.20A, B Anencefalia con protrusión de globo ocular izquierdo, hipoplasia nasal y 
facial, desviación de comisura labial del lado izquierdo, hendidura del paladar secundario 
duro y blando. 
 
 
A 
 
 
B 
Figura 3.21A, B Microcefalia. 
 
En la anencefalia craneal es frecuente ver malformación en la parte basilar del 
hueso occipital y en la parte posterior del hueso esfenoides. El hueso frontal por 
lo general es horizontal y solo está presente el tercio más inferior. En la 
anencefalia con raquisquisis la columna vertebral presenta una curvatura 
pronunciada y los cuerpos vertebrales están divididos en dos9. 
 
También puede encontrarse anquilosis condilar mandibular, atresia de las 
coanas y hendidura labial. Un tabique nasal corto puede presentarse en un 20% 
 97
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
de los casos y un desarrollo óseo completamente desorganizado en un 20%. La 
silla turca presenta un canal craneofaríngeo y la neurohipófisis por lo general no 
se presenta; la adenohipófisis está malformada o localizada ectópicamente, 
además hay remanentes de notocorda en el dorso de la silla9 ( véase Figuras 
3.20A, 3.20B, 3.21A y 3.21B). 
 
El mielomeningocele es un ejemplo de malformación congénita en el eje 
corporal, en donde aparece una malformación quística cubierta con meninges 
que tienen una apariencia membranosa muy delgada. Algunos casos de 
mielomeningocele están comprometidos con hidrocefalia9. 
 
Cuando hay malformaciones cerebrales y la migración de las células de la 
cresta neural no es normal se encuentran defectos como el encefalocele que 
puede ser unilateral o bilateral y su localización se indica con el nombre del 
hueso comprometido. Acá la apariencia de la bóveda craneal es dominada por 
la extrusión de los hemisferios cerebrales y la morfología facial suele ser normal. El 
diagnóstico diferencial con el síndrome de Meckel Gruber, esencialmente se 
realiza teniendo en cuenta que los cambios craneales en este síndrome son el 
resultado de un desarrollo anormal en el campo notocordal y no exactamente 
un encefalocele. La extrusión de tejido no está localizada en la fontanela 
posterior y no está comprometida la parte escamosa del hueso occipital9. 
 
 
 
A 
 
B 
Figura 3.22A Encefalocele occipital; B) asimetría facial motora por paresia mandibular 
derecha. 
 
 
 
 
A 
 
B 
Figura 3.23A Radiografía sagital que muestra el encefalocele con defecto óseo occipital; 
B) tomografía axial computarizada donde se observa el encefalocele y la salida de 
cerebelo, deformación del cuarto ventrículo, agudización del tallo cerebral. Disgenesia 
del cuerpo calloso. 
 98
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
 
 
Figura 3.24 Tomografía axial computarizada horizontal donde se observa el encefalocele 
y la salida de cerebelo, deformación del cuarto ventrículo, agudización del tallo cerebral. 
 
En la holoprosencefalia hay una malformación del prosencéfalo que 
compromete la cara y el cráneo y el desarrollo de los hemisferios. Es decir la 
malformación comprende la región anterior a la glándula pituitaria y la silla 
turca. 
 
 
 
Figura 3.25 A, B Holoprosencefalia que se manifiesta con arritnia total y fisura labial media. 
 
En casos de holoprosencefalia la cara está malformada alrededor del eje 
medial. Hay varios grados de holoprosencefalia, desde la más severa como el 
caso de la ciclópia, cebocefalia, labio fisurado medio hasta malformaciones 
menores de labio. El paladar está malformado desde una forma redonda a 
angosta con un reborde medial rodeado por dos surcos bilaterales. 
En los casos más severos de holoprosencefalia como el tipo ciclópia la fosa 
craneal anterior es corta y la apófisis crista galli no se forma. El cerebro anterior 
no se divide en los hemisferios cerebrales bilaterales1,10. 
 
Defectos en la organización del centro romboncefálico, el cual es responsable 
de la inducción del esqueleto viscerofacial, explica el dimorfismo de los tercios 
medio e inferior de la cara (síndrome otomandibular). Defectos en el desarrollo 
mandibular pueden llevar desde agnatia (ausencia de mandíbula) asociada 
con oídos localizados ventral y cervicalmente (sinotia) variando los grados de 
micrognatia y disostosis mandibulofacial. La extraña falla de fusión de la 
prominencia mandibular resulta en la fisura media mandibular1. 
 
 99
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
 
Figura 3.26A Micrognatia como parte del cuadro del síndrome de Smith-Lemi-Opitz; B) 
micrognatia como parte de un síndrome dismórfico hipotónico. 
 
 
Los defectos placodales 
Los defectos leves de desarrollo de la cara son relativamente comunes. Las fallas 
en las fusiones de las prominencias faciales resultan en hendiduras de desarrollo 
anormal. Esas hendiduras son debidas a disrupción de los procesos integrados de 
inducción, migración celular, crecimiento local y fusión mesenquimática. Las 
hendiduras unilaterales del labio superior (queilochisis) son el resultado de la falla 
en la fusión de las prominencias nasales medias con las prominencias nasales 
laterales. La hendidura labial unilateral, más usual sobre el lado izquierdo, es un 
defecto congénito relativamente común (1 en 800 nacimientos) que tiene una 
fuerte tendencia familiar, sugestiva de antecedentes genéticos. El labio fisurado 
bilateral resulta en un amplio defecto de línea media del labio superior, y puede 
producir una probosis protuberante. El excesivamente raro labio fisurado medial 
es debido a fusión incompleta de las dos prominencias nasales medias y, por 
consiguiente en la mayoría de los casos, con un profundo surco de línea media 
en la nariz, permitiendo varias formas de nariz bífida9. 
 
 
13.2 Malformaciones predominantemente craneofaciales sin malformaciones 
cerebrales 
 
El grupo de anomalías que compromete las estructuras orales y faciales, con 
hendiduras orofaciales típicas labio hendido (LH), labio y paladar hendido (LPH), 
paladar hendido (PH) y hendiduras atípicas o raras (HA): mediana, transversal, 
oblicua y otras, son heterogéneas y pueden ocurrir como anomalías aisladas 
únicas, acompañadas de otras anomalías o como un cuadro de múltiples 
anomalías. Algunos estudios han sugerido que de los pacientes con hendiduras, 
un 44% a 64%, tienen anomalías asociadas y que dependiendo de su 
etiopatogenia estas anomalías pueden considerarse como: parte de síndromes 
de origen genético o cromosómico, malformación, efecto de disrupción, 
defecto de campo de desarrollo, secuencia o asociación11. 
 
El paladar hendido es etiológica y embriológicamente diferente del labio con o 
sin paladar hendido. Un estudio realizado en el noreste de Francia en 238.942 
nacimientos entre 1979 y 1996 mostró que de 460 recién nacidos con hendiduras, 
el 36,7% tenían anomalías asociadas, más frecuentescuando los niños tenían 
sólo paladar hendido en un 46,7%, que en los niños con labio y paladar hendido 
36.8% y que en los niños con labio hendido solamente el 13,6%. Pudiendo 
entonces distinguir dos categorías básicas de hendiduras orofaciales, el labio 
hendido con o sin paladar hendido y el paladar hendido. 
 
 100
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
Entre las hendiduras típicas se consideran: labiales, cuando comprometen 
únicamente el labio, pudiendo ser unilaterales, bilaterales, completas cuando 
llegan al orificio nasal, e incompletas cuando se conserva la integridad de éste; 
labiopalatinas, cuando comprometen tanto labio como paladar, que puede ser 
únicamente el primario y/o el secundario que incluye el paladar duro y blando; 
palatinas, cuando se afecta solamente el paladar secundario, reciben también 
el nombre de fisura aislada de paladar, aparece con diferentes grados de 
extensión, comenzando en la úvula en dirección al foramen incisivo, 
considerándose su forma completa cuando llega hasta éste. 
Las hendiduras atípicas o raras son: labiales medianas verdaderas, cuando la 
hendidura está dentro del proceso globular y falsas cuando hay agenesia de 
dicho proceso. Las hendiduras atípicas pueden ser transversales unilaterales o 
bilaterales, oblicuas y otros tipos considerados en la clasificación de Tessier13 
(véase Tabla 3.7). 
 
 
 
 Unilaterales o bilaterales 
 Hendiduras labiales (HL) 
 Completas e incompletas 
 
 
 Unilaterales o bilaterales 
 Típicas Hendiduras labiopalatinas 
(HLP) 
 
 Paladar primario, 
Paladar primario y secundario 
 
 
 Hendiduras palatinas (HP) Incompleto (duro o blando) 
completo (duro y blando) 
Hendiduras 
 
 Falsa 
 Hendiduras labiales mediana 
 Verdadera 
 
 
 Atípicas Unilaterales 
 Hendiduras transversales 
 Bilaterales 
 
 Hendiduras oblicuas 
 
 Otros tipos de las hendiduras 
faciales de Tessier 
 
 
 
Tabla 3.7 Clasificación de las hendiduras orofaciales7 
 
 
El labio superior es derivado de los procesos nasal y maxilar. La falla en la fusión 
de estos procesos se da sobre uno o ambos lados, constituyendo el labio 
hendido unilateral (derecho o izquierdo) o bilateral respectivamente. La línea de 
la hendidura siempre comienza en la parte lateral del labio superior y continúa a 
través del filtrum al alveolo entre el incisivo lateral y el canino, siguiendo la línea 
de la sutura incisiva hasta el agujero incisivo. La hendidura anterior al foramen 
incisivo (labio y alveolo) es también definida como hendidura del paladar 
primario. El labio hendido puede ocurrir con un amplio rango de severidad, 
desde una pequeña escotadura en uno de los lados del labio hasta la forma 
más severa, la hendidura del labio y alveolo bilateral que separa el filtrum del 
labio superior y el paladar primario del resto del arco maxilar12. En los casos de 
 101
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
hendidura completa, cuando se prolonga hasta el agujero incisivo, la gran 
mayoría de veces existe agenesia del incisivo lateral permanente 
correspondiente, lo que no ocurre cuando la hendidura se limita al labio14. 
 
Cuando la hendidura labial (unilateral o bilateral) se continúa más allá del 
agujero incisivo a través de la sutura palatina se conforma lo que se denomina 
labio y paladar hendido y puede observarse un amplio rango de severidad. La 
línea de hendidura puede ser interrumpida por tejido blando (piel o mucosa) y/o 
puentes óseos, donde el diagnóstico correspondería a una hendidura 
incompleta. 
 
Igualmente el paladar hendido puede ser diagnosticado según la severidad. La 
úvula es el lugar donde se observa la forma mínima de hendidura de paladar, 
una forma más severa es la hendidura del paladar blando. Un paladar hendido 
completo, será entonces aquel que presenta hendidura de paladar duro, 
blando y úvula. La hendidura posterior al foramen incisivo es definida como una 
hendidura de paladar secundario12. En una proporción significativa de 
pacientes, la hendidura del paladar duro está cubierta por mucosa y continúa a 
través del paladar blando, formando el llamado paladar blando submucoso. 
Puede también ocurrir en el paladar duro solamente y continuar con una 
hendidura abierta en el paladar blando, o como una hendidura submucosa del 
paladar blando con o sin escotadura en el paladar duro. 
 
La hendidura palatina puede tomar dos formas, una en V, que es la más común 
en casos de paladares aislados, y otra en U, más común en secuencia de Robin 
y en hendiduras como parte de síndromes. Aunque las incidencias combinada 
de LH, LPH y PH son usadas con frecuencia en la literatura, es necesario tener en 
cuenta que al combinar los dos grupos, etiológicamente diferentes, esto 
representa un sesgo de clasificación similar al de combinar hendiduras con otras 
malformaciones congénitas12. 
 
En cuanto a la preferencia por género y raza, los hombres de raza blanca 
presentan con más frecuencia LH y LPH y las mujeres son más afectadas con 
PH12. En general, la raza negra presenta menos incidencia de hendiduras 
orofaciales. Los japoneses presentan una alta incidencia de LH o LPH, y la más 
alta ha sido encontrada en indígenas norteamericanos. 
 
 
 
 
Figura 3.27A, B Labio y paladar hendido completo derecho. 
 102
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
 
A B 
Figura 3. 28A Labio y paladar hendido bilateral; B) labio hendido bilateral completo. 
 
 
 
A 
 
B 
Figura 3.29A Labio y paladar hendido completo unilateral; B) labio y paladar hendido 
bilateral. 
 
A 
B 
Figura 3.30A Labio hendido bilateral incompleto; B) labio y paladar hendido izquierdo 
completo. 
 
 
A 
 
B 
Figura 3.31A Labio y paladar hendido unilateral incompleto; B) úvula bífida. 
 103
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
La mayor o menor fusión de las prominencias mandibular y maxilar resulta en una 
boca que es demasiado pequeña (microstomía) o demasiado amplia 
(macrostomía); raramente, las prominencias mandibular y maxilar se fusionan, 
produciendo una boca cerrada (astomia)2. 
 
En el síndrome de Treacher Collins (disostosis mandibulofacial) los rasgos 
principales son anormalidades faciales simétricas que consisten en malformación 
de orejas, hipoplasia malar, coloboma de la parte lateral del párpado inferior, 
hipoplasia mandibular, hendidura palatina y sordera sensoneural. Puede existir 
extrema variabilidad aun en la misma familia. Se considera autonómico 
dominante10. 
 
13.3 Malformaciones craneales en desórdenes genéticos 
 
En un estudio sobre 4.433 niños con hendiduras orofaciales de una población de 
2’509.881 nacidos en California, la incidencia de labio y/o paladar hendido no 
sindrómico fue de 0,77 por 1.000 nacimientos (labio hendido 0,29/1.000) y la 
incidencia de paladar hendido no sindrómico fue de 0,31 por 1.000 
nacimientos11. 
 
Monogénica. Alrededor del 5% de los síndromes de origen monogénico 
reportados en el catálogo de McKusick presentan una dismorfia craneofacial 
severa15-17. 
Cromosómica. La mayoría de las anomalías cromosómicas presentan cuadros 
de anomalías craneofaciales que pueden ir desde moderadas hasta graves: en 
el caso de trisomía 21 ó síndrome de Down, éste cursa con anomalías menores 
faciales y sólo en el 1% de los casos con una hendidura labial o palatina18; en la 
trisomía 18 la anomalía facial más frecuente es la micrognatia acompañada sólo 
en el 10% de los casos de hendiduras labiales o palatinas; en la trisomía 13 se 
presenta en el 90% de los casos una grave dismorfia facial consistente en 
hendiduras labio palatinas bilaterales, hendiduras de línea media y desde un 
moderado hipotelorismo hasta severos casos de cebocefalia, etmocefalia ociclópea. Aparte de estos tres grandes síndromes, existen alrededor de 75 
patologías debidas a anomalías de cromosomas autosómicos, bien como 
trisomías o monosomías completas o en forma de mosaico, pero la mayoría de 
las veces representando monosomías o trisomías de segmentos cromosómicos. 
En todas éstas la dismorfia facial es la alteración más notable tanto por su 
especificidad como por su facilidad para reconocerla19. 
 
Los niños con síndrome de Turner presentan baja estatura, pliegues extras de piel 
en el cuello, aumento de la distancia entre los pezones, edema en pies y manos 
y defectos congénitos de corazón. Hay rasgos faciales dismórficos menores tales 
como un maxilar angosto, mentón pequeño, labio superior curvado y labio 
inferior recto y orejas prominentes. Hay disgenesia gonadal, causando ausencia 
o retardo y escasa menstruación e infertilidad10. 
 
 
 
 
 
 104
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
 
A 
 
B 
Figura 3.32 A Síndrome de Turner, implantación baja de orejas, cejas con implantación 
irregular; B) hemangioma en la punta nasal. 
 
 
 
A 
 
B 
Figura 3.33 A Síndrome de Turner con cuello corto con pterigion; B) linfoedema de manos. 
 
Multifactorial. La mayoría de las anomalías congénitas de etiología conocida 
(40%-50%) tienen causa multifactorial. Las anomalías más frecuentes dentro de 
este grupo son las cardiopatías congénitas, seguidas por las hendiduras 
labiopalatinas y los defectos de cierre del tubo neural. 
La mayoría de hendiduras orofaciales, son causadas por la interacción entre 
factores genéticos y medioambientales; en estas circunstancias, los factores 
genéticos crean una susceptibilidad para las hendiduras. Cuando un factor 
medioambiental interactúa con un genotipo genéticamente susceptible, es 
posible que se desarrolle una hendidura durante un estadio temprano del 
desarrollo12. 
 
La proporción entre medioambiente y factores genéticos varía con el género de 
los individuos afectados con hendiduras. En LH y LPH varía con la severidad, 
unilateralidad y bilateralidad de la hendidura, presentando la más alta 
proporción de factores genéticos los subgrupos de mujeres con una hendidura 
bilateral y la menor el subgrupo de hombres con hendidura unilateral12. 
 
Teratogénica. Los agentes teratógenos incluyen una lista de medicamentos, 
sustancias químicas, agentes infecciosos, físicos y metabólicos que pueden 
afectar adversamente el desarrollo del embrión y del feto. La variabilidad de los 
efectos está en relación directa con la dosis, el tiempo de exposición, la 
susceptibilidad y la interacción por la exposición simultánea a varios agentes20. 
Cerca del 3% de las anomalías congénitas se relacionan con un agente 
teratógeno específico. De los casi 600 agentes teratogénos conocidos en 
animales, sólo en el 25% se ha encontrado que estén relacionados con 
anomalías en los seres humanos y de ellos la mayoría ocasionan una alteración 
craneofacial reconocible19. 
 
Desde el punto de vista clínico, existen dos factores que son importantes para 
evaluar el riesgo de recurrencia para LH o LPH: el género del individuo (paciente 
 105
 Capítulo 3. Desarrollo de la cara 
y riesgo individual) y la severidad de la anomalía del paciente (unilateral versus 
bilateral). El riesgo más bajo de recurrencia para LH o LPH es para la 
subcategoría de hombres con labio hendido unilateral y dentro de esta 
categoría para hermanas de hombres con hendidura unilateral y para hijas de 
padres con LH o LPH unilateral. El riesgo más alto de recurrencia de LH o LPH es 
para la subcategoría de pacientes mujeres afectadas con LH o LPH bilateral. 
El riesgo de ocurrencia para PH parece estar influenciado solamente por el 
género. El riesgo es más alto para hijas de padres afectados con PH y más bajo 
para hijos de madres afectadas con PH12. 
 
Una alta proporción de factores medioambientales indica un bajo riesgo de 
recurrencia y también da una mejor oportunidad de actuar en prevención, ya 
que los únicos factores etiológicos que pueden ser cambiados son los 
ambientales12. 
 
Los quistes de desarrollo craneofacial, aunque estrictamente hablando no 
desarrollan un defecto orofacial, originan complicaciones en los procesos 
embriológicos del complejo craneofacial. El desarrollo de quistes a lo largo de la 
línea de las hendiduras facial y palatina, y su línea epitelial parece ser derivado 
de residuos o restos de epitelio de cubrimiento de las prominencias 
embriológicas que se fusionan para formar la cara. Hay un potencial de 
formación quística cuando tales residuos epiteliales se atrapan en el 
mesénquima subyacente durante la fusión, o se hace un secuestro ectópico de 
la piel o mucosa2. 
 
Bandas amnióticas 
De acuerdo a la definición de Spranger y otros, la secuencia de bandas 
amnióticas es una disrupción. Una clase especial de disrupción en la cual se 
involucra la bóveda craneal, y puede ser difícil de distinguirla de la anencefalia, 
la cual pertenece al grupo de las malformaciones. 
 
La secuencia de bandas amnióticas son todas diferentes. La cara, el esqueleto 
craneofacial y el sistema nervioso central están involucrados, dependiendo de la 
localización de las bandas amnióticas y del estado de desarrollo cuando la 
banda amniótica interrumpe el cráneo. El tejido óseo sirve en esos casos como 
marca adecuada en diferentes diagnósticos en determinar el estado de 
desarrollo prenatal en la cual la disrupción ocurrió9. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 106
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial 
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