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Petracci, Mónica: “Pensar la opinión pública” 
 
El concepto de opinión pública: una definición con dificultades 
 
El tema inicial de una parte considerable de la bibliografía sobre la opinión pública es la 
dificultad para lograr una definición de este concepto. 
Según Price, la “opinión” apunta en un primer sentido (tomado de la expresión latina opinio) a 
un estado de conocimiento que diferencia una cuestión de juicio de un asunto de hecho. En un 
segundo sentido, equipara la opinión con modales y costumbres. El término “pública” se 
refiere por un lado al público, y por otro, a la opinión que se exterioriza y se hace pública, o a 
la opinión sobre asuntos públicos. 
Dader resumió la historia de la opinión pública a través de 5 enfoques: primero, presenta una 
Historia de los fenómenos de la opinión pública basada en criterios espaciales y temporales. 
Luego sigue una Historia de la evolución del espacio público. En tercer lugar presenta una 
Historia sobre el pensamiento político-institucional relativo al papel y la naturaleza de la 
opinión pública. En cuarto lugar es presentada la influencia ejercida por los medios de 
comunicación en la transformación de la opinión pública y del espacio público. Finalmente 
plantea la Historia de la ciencia de la opinión pública. 
 
Opinión pública y teoría de la sociedad: las propuestas de E. Noelle-Neumann y J. Habermas 
 
La espiral del Silencio (Noelle-Neumann): la opinión pública da cuenta de un proceso cuyo 
papel es promover la integración social y el consenso en tanto mecanismos básicos de control 
social. La teoría explica la predisposición de los individuos a expresar públicamente sus 
opiniones: cuando creen que su opinión corresponde a la de la minoría, tienden al silencio; 
cuando la persona cree que coincide con la expresión mayoritaria, está más dispuesta a revelar 
su opinión en público. Esto no se corresponde con una tendencia a formar parte del bando 
vencedor (Lazarsfeld), sino como un intento de evitar el aislamiento en el propio medio social. 
El proceso formador de opinión pública adopta una forma espiralaza, en la cual es esencial la 
percepción de cada sujeto sobre el clima de opinión. Se inicia a partir de la manifestación de 
aquellos que están dispuestos a expresar su opinión. A partir de este punto, la espiral da 
vueltas acumulando manifestaciones en la misma dirección y alejando las opiniones contrarias, 
que se silencian por la presión ejercida sobre ellas. El modelo parte de los siguientes 
supuestos: 
1- La sociedad amenaza a los individuos con el aislamiento. 
2- Los individuos experimentan tanto el principio psicológico del miedo al aislamiento en los 
grupos primarios y socialmente, cuanto una tendencia a conocer los comportamientos que 
podrían provocarlo. 
3- Ese miedo al aislamiento provoca que los individuos intenten evaluar continuamente el 
clima de opinión. 
4- Todos los supuestos anteriores están relacionados entre sí. 
 
Teoría de la acción comunicativa (Habermas): presenta a la discusión pública como la única 
posibilidad de superar los conflictos sociales, gracias a la búsqueda de consensos que permitan 
el acuerdo y la cooperación. El espacio público, de cuya dinámica dependen las libertades 
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individuales y políticas, es presentado como el lugar de surgimiento de la opinión pública, que 
puede ser manipulada y deformada, pero que constituye el eje de la cohesión social, de la 
construcción y legitimación (o deslegitimación) de la política. 
Habermas considera al “espacio público” como un ámbito en nuestra vida social, cuya entrada 
está abierta a todos los ciudadanos. Además propone el concepto de “espacio de opinión 
pública” como una red para la comunicación de contenidos y tomas de postura, es decir, de 
opiniones, y en él los flujos de comunicación quedan filtrados y sintetizados de tal suerte que 
se condensan en opiniones públicas en torno a temas específicos. La práctica cotidiana (la 
interacción comunicativa) es la que, a partir de la inteligibilidad general de los lenguajes 
naturales, produce argumentos, influencias y opiniones. 
 
Las propiedades de la opinión pública 
 
Consenso Pesimista: La opinión pública es: (a) volátil e impredecible; (b) irracional, o menos 
drásticamente, sin una coherencia estructurada sobre un sistema de valores y creencias 
comunes; (c) tiene escaso o nulo impacto sobre el proceso político de toma de decisiones. 
 
Consenso Optimista: La opinión pública es: (a) estable y real y, si cambia o fluctúa, lo hace en 
forma predecible; (b) es racional y sus preferencias responden a un sistema estructurado de 
valores y creencias; (c) influye sobre el proceso político de toma de decisiones. 
 
La investigación empírica por encuestas: los efectos de los sondeos y la opinión de la 
ciudadanía 
 
La opinión pública está compuesta por los puntos de vista de un grupo de personas de una 
sociedad, expresados públicamente, sobre problemas de interés común o de preocupación 
social. No está sujeta a prueba comprobable. 
 
Tipos de sondeos y efectos: legitimación y predicción: Champagne distingue 2 tipos de 
sondeos: las encuestas de opinión propiamente dichas y las encuestas que buscan conocer los 
comportamientos actuales o futuros de la ciudadanía. Según el autor, los primeros buscan un 
“efecto de legitimación”, mientras que los segundos persiguen un “efecto de predicción”. 
Mientras que los primeros integran notas, mayormente de la prensa escrita, los segundos 
tienen, durante el período de preelectoral, una alta cobertura en todos los medios de 
comunicación. 
 
La “opinión pública” de la opinión pública (estudio de Petracci 1997): 
- La encuesta es un instrumento difundido y aceptado. 
- Existe un nivel de interés y de credibilidad en las encuestas. 
- La mayoría de los entrevistados no miente durante las encuestas (excepto en casos de 
ingresos o sexualidad). 
- No se toma en cuenta las encuestas para decidir el voto. 
 
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NOTAS SOBRE LA CONSSTRUCCION DEL CAMPO DE LA OPINION PÚBLICA EN AMERICA 
LATINA 
Braun y Straw 
Antecedentes Latinoamericanos 
El primer antecedente es la presencia, país a país de investigadores, académicos, consultores y 
profesionales con intensa presencia mediática, denominados, encuestadores. 
Una primera etapa se podría ubicar entre los años 40 y 50 reconocerse otra que llamaremos 
fundadora, hacia los 80, junto a los procesos de recuperación, nacimiento o fundación de la 
democracia política. 
La consolidación de los estudios de opinión pública latinoamericana comparativa se da recién 
en los 90. Desde el 92, la corporación iberoamericana de investigación de mercado y 
asesoramiento comienza a desarrollar una encuesta orientada a examinar cuestiones de 
gobernabilidad, confianza en el gobierno y liderazgo gubernamental. 
El tercer antecedente relevante proviene de la progresiva inserción de los profesionales 
latinoamericanos en el marco de las organizaciones y actividades de los profesionales 
internacionales. 
Desde el 90 aumenta el número de jóvenes que eligen carreras de grado y posgrado vinculados 
a la investigación en opinión pública. 
La progresiva y acelerada incorporación de los países de america latina a los grandes estudios 
de opinión publica podría tomarse como un cuarto momento relevante para el surgimiento de 
la comunidad. 
Resultados: Construyendo la comunidad 
La reunión de WAPOR marca la consolidación de una agenda amplia que marca un cauce 
promisorio para los futuros esfuerzos de cooperación a nivel regional. Desde la agenda ya 
incluía todos los temas que se trataron en mesas y paneles. Cuestiones de democracia, 
coyuntura policía, procesos electorales etc., con un enfoque hacia las perspectivas de género 
orientada a un análisis comparativo. 
Otro resultado relevante de sesta reunión fue la materialización de un respaldo internacional 
visible a nivel de WAPOR, a través de la participaciónactiva de u presidente de de varios 
integrante del comité ejecutivo. 
Además se caracterizo por la preocupación de oportunidades, desafíos y tareas a encarar: 
• Rutinizar el funcionamiento de WAPOR mediante un calendario de reuniones anuales. 
• Avanzar en el programa de formación, posgrados, maestrías y actualizaciones 
regulares. 
• Estimular el desarrollo de mecanismos locales o globales que aseguren el ingreso 
sencillo a bancos de datos de encuestas de cada país. 
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• Encarar seriamente el proceso de relacionamiento entre la opinión pública y los 
medios de comunicación. 
Relación entre la investigación de la opinión pública y la investigación de mercado 
La opinión pública como campo de conocimiento se desprende directamente de dos áreas de 
la ciencia social: la investigación política y la investigación en comunicación social. A partir del 
desarrollo del método de la encuesta por muestreo de los campos incorporan la herramienta, 
lo cual ayuda a redefinir nuevos focos de investigación y formular nuevas preguntas. Después 
de la segunda guerra mundial al investigación de los procesos políticos en relación con los 
sociales, así como la investigación de la comunicación social adquieren un fuerte impulso. En 
aquellos años se investigaba lo que hoy llamamos la oferta política y la oferta de liderazgo. El 
análisis se centraba en esta oferta. 
En la política prevalecía la idea de que los ciudadanos elegían por lo menso a quién votar, pero 
predominaba la cuestión de un ciudadano bastante pasivo, que elige de manera reactiva lo 
que tiene en oferta. En el campo de la comunicación ocurría algo parecido: que programas de 
radio la gente elegía sintonizar. Podría plantear que el modelo era el del supermercado, donde 
hay góndolas con productos entre las cuaes los consumidores caminan y eligen. Mientras que 
frene a la oferta política, que era mas reducida se suponía que responderían mas 
mecánicamente a sus decisiones. 
El enfoque se centraba en lo que venía determinado por la posición social, por la exposición a 
los medios de comunicación y por la presión del entorno social. 
La investigación de mercado, en cambio, estuvo siempre centrada en la demanda. Mi 
impresión es que el impacto de la investigación de mercado sobre la de opinión pública fue 
muy grande. Llevo a los investigadores a ir moviéndose al enfoque centrado en la demanda, a 
estudiarla, entenderla y preguntarse qué le pasa al ciudadano como sujeto de elección. 
Bajo esa influencia el campo de la opinión pública creció como un dominio autónomo. 
Encontraba dificultades para delimitar con precisión su objeto. Esa misma indefinición se 
encuentra cuando quienes provienen de otras tradiciones teóricas se enfrentan con los 
fenómenos de la demanda, las preferencias de los ciudadanos o del público. Estos términos 
realmente no se encuentran en las raíces primigenias del pensamiento teórico en este campo. 
En cambio nadie hace investigación de mercado sin saber qué es eso y nadie hubiese dicho que 
eso no existe. 
En política la materia prima eran las ideas, las investigaciones sociales y los proyectos 
colectivos, no las preferencias de la gente. El discurso a cerca de la opinión pública es enfocado 
desde una visión extremadamente crítica. 
Todavía hoy a varis autores les parece chocante hablar de mercado político porque el mercado 
es precisamente el lugar donde la gente puede expresar sus preferencias, un mundo donde las 
razones y los deseos de cada individuo brotan desde su mundo interior, y se piensa que la 
política debe ser el reino de una cierta racionalidad y autocontrol. 
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La investigación de mercado ha ido propensa al uso de modelos multivariables, modelos de 
distinto tipo, mientras que la investigación de opinión pública ha estado más bien centrada en 
el análisis d épocas variables, e influida por tradiciones de la ciencia social más discursivas que 
cuantitativas. Y cuando la investigación de mercado paso al plano del análisis cualitativo 
también lidero un método de investigación distinto, el del análisis empírico cualitativo. Hoy en 
día la opinión pública lo ha tomado y lo está incorporando, pero hace unas décadas eso no era 
común. 
Los consumidores pueden ser analizados como maquinas de decisión individual. La opinión 
pública, por definición no es individual, es un agregado. La demanda agregada en un mercado 
de consumo puede eventualmente ser tratada como la agregación de las demandas 
individuales. La opinión pública e una resultante interactiva de las opiniones de los individuos 
que la componen, no puede ser entedida como una mera suma de opiniones individuales. 
Hay otra diferencia bastante crítica. Los pronósticos que se hacen en investigación de mercado 
en general son inciertos. Los del campo de la opinión pública son implacables. De esta 
investigación comúnmente se espera que informe quien va a ganar, si esa sentencia sale mal, 
si el resultado no es correcto, quien la formula sufre duramente. 
 
Modelizando el apoyo presidencial en Uruguay: la agenda política en foco 
Helena Rovner e Ignacio Zuasnabar 
El objeto del trabajo es analizar la evolución del estado de la opinión pública uruguaya en la 
gestión presidencial iniciada en 2004 con Tabaré Vazquez. Se procurará identificar cuáles son 
las principales variables que están por detrás de los niveles de apoyo en distintos puntos 
críticos, y avanzar hacia la construcción de un modelo explicativo. Se busca aportar evidencia 
para sostener que los modelos explicativos deben necesariamente ser flexibles, y poder 
adaptarse a la emergencia y desaparición de eventos políticos coyunturales. Esto es debido a 
que las variables estructurales o de largo plazo (cuando no se está en crisis económica) no 
resultan suficientemente explicativas de las dinámicas de apoyo. Este análisis sugerirá la 
aplicación de modelos explicativos no estáticos, sino abiertos a la inclusión de variables de 
corto plazo. 
Antecedentes teóricos de los modelos de apoyo presidencial. Las mediciones de apoyo a la 
presidencia comenzaron a desarrollarse en el campo de la opinión pública en la década del 30, 
pero comenzaron a consolidarse en los años 70 en EEUU. Los focos de indagación han sido 
clasificados por Gronke y Newman en tres grandes grupos u olas de esquemas de 
investigación. La primera ola conceptualizó los principales elementos que explican la dinámica 
de las actitudes de la opinión publica hacia una gestión gubernamental: primero, la inevitable 
decadencia en los niveles de popularidad que se observa a lo largo de una gestión (luego de la 
“luna de miel” característica del comienzo de los mandatos). Luego, los desiguales efectos del 
contexto económico en la capacidad del presidente de generar el apoyo de los ciudadanos. 
Una primera tensión que se identifica en estos estudios iniciales es la posibilidad de generar 
modelos de apoyo presidencial parsimoniosos y simples, capaces de predecir suertes y 
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dinámicas en todo contexto político, geográfico y temporal, y la menos elegante opción de 
adaptar los modelos a las circunstancias particulares de una coyuntura histórica de mediano 
alcance. Mueller ya decía “(Los modelos explicativos) no pueden descansar enteramente en 
variables sustantivas sino que deben incorporar parámetros diseñados para reflejar el carácter 
distintivo de cada administración”. De esta manera se resignaría generalizaciones 
comparativas amplias, pero se gana en comprensión y plausibilidad. 
La segunda ola de investigaciones es testigo de avances en las especificaciones de los modelos 
estadísticos. Los aportes más notables se relacionan con descripciones más precisas de las 
dinámicas de la decadencia en la popularidad presidencial, como de la persistencia o 
volatilidad de la memoria ciudadana.Durante la década del 80 se refina el uso de indicadores 
de actitudes e identificaciones políticas ciudadanas como predictores de popularidad.Durante los 90 los investigadores comienzan a poner especial énfasis en la exploración de los 
efectos de los medios de comunicación en las actitudes políticas. Así la opinión pública 
comienza también a verse como un actor generado a partir de estrategias comunicacionales 
diseñadas estratégicamente por las elites políticas. Esto volvió el foco a la probable necesidad 
de limitar los alcances explicativos de los modelos para adaptarlos a momentos políticos más 
singulares. 
De este modo se dio una segunda tensión entre nociones: por un lado, la concepción de la 
popularidad como un producto de manipulaciones de información, por el otro, como 
fenómeno a merced de las objetivas condiciones económicas imperantes. 
En nuestra exploración sobre el tema, creemos que una comprensión correcta depende de los 
indicadores económicos contextuales objetivos solamente en tanto estos den cuenta de una 
crisis de gravedad. En un contexto más optimista, tales evaluaciones pierden poder explicativo, 
ganando relevancia las cuestiones de agenda política. 
El modelo en este análisis se construirá a partir de 1- Impresiones generales sobre figuras y 
performances y 2- juicios de base experiencial, que sufren marcadamente altibajos de corto 
plazo determinados por eventos políticos y económicos singulares. 
Contexto político en Uruguay 
2004: primer gobierno de izquierda electo en Uruguay. Gobierno anteriores 
terminaron con un alto nivel de desaprobación. Tabaré: electo con más de 50% de los votos: 
nivel de apoyo que hacía décadas no se registraba en Uruguay. 
Datos e hipótesis de trabajo 
Sistema regular de medición de opinión publica de equipos MORI Uruguay. El sistema 
recoge información bimestral del estado de la opinión pública nacional a partir de muestras de 
700 casos de cobertura urbana. Gráfico que divide evolución en 6 periodos. 
Se trata de un modelo único basado en indicadores de evaluación económica. Es 
necesario considerar que en ausencia de crisis, los modelos deben necesariamente incluir 
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variables evaluativas de corto y mediano plazo y deben adaptarse a periodos de relativamente 
corta duración, de lo contrario tendrá poco nivel explicativo. 
Se construyeron bloques de variables predictoras que suponen efectos de distinto 
alcance: 
a) sociodemográficas: sexo, edad, nivel educativo, 
b) Variables políticas “estructurales”: identificación partidista, voto previo, 
identificación de izquierda a derecha. 
c) De evaluación de la situación económica: indicadores de optimismo económico, 
imagen de líderes políticos (escala simpatía-antipatía) 
d) de evaluación de agenda política coyuntural: indicadores de percepciones sobre 
coyuntura política. Estos varían en cada momento según la agenda política. 
Coyuntura política: en modelos 1 y 2 (2005) se incluyeron variables en torno a la “ley 
de cárceles”, el “plan de emergencia”, “DDHH”, política económica, entre otras. En el modelo 3 
(2005): la principal variable se asocia a investigaciones sobre DDHH y otra de política 
económica. En el modelo 4 (2006): se agrega a estos indicadores la percepción sobre el 
conflicto con Argentina por las Pasteras del Rio Uruguay. En el 5 (2006) se agrega “grado de 
cumplimiento del programa de gobierno”. En el 6 (2007) se agrega la recientemente 
implementada reforma tributaria. 
Resultados: 
Los indicadores de opinión publica muestran que los primeros meses de gestión se 
caracterizaron, como es habitual, por una fase de “luna de miel” donde el gobierno recibió un 
nivel de apoyo mayor a su votación: algunas mediciones llegan al 70% de la población. 
En el primer periodo, las variables más significativas fueron: edad, género, 
identificación política (no así la autoidentificacion como de “izquierda”), percepción en materia 
económica, en situación del país, y las de coyuntura: el plan de emergencia y DDHH. 
Segundo periodo: primera caída: Junio y Julio 2005. Caída brusca, aunque registros 
siguieron siendo altos. La mayoría de razones dadas han sido coyunturales y no estructurales, 
(que no percibieron tantos cambios): problemas de implementación en el Plan de Emergencia, 
piquetes (por mala implementación del Plan de Emergencia), ley de cárceles. 
Tercer periodo: Meseta alta: Agosto de 2005 a Febrero de 2006. Temas de agenda 
continuaban siendo: investigaciones en DDHH, inseguridad. Las variables estructurales se 
mantienen similares, aunque aparece con relevancia la categoría de edad inferior por primera 
vez, y la intermedia. Desaparece “el centro” y se consolida la capacidad explicativa de la 
izquierda. 
Cuarto periodo: segunda caída: Abril a Junio de 2006. Cae la aprobación, disminuye la 
desaprobación. Motivo básico: profundización del conflicto con Argentina y percepción sobre 
mal manejo del tema por parte del gobierno. El modelo muestra como única variable 
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sociodemográfica significativa la edad, pero en una franja más acotada que en los modelos 
anteriores: 40 a 49 años. En las variables de coyuntura pierde peso la dimensión de 
investigación en DDHH, y aparece con mucha fuerza el conflicto por las pasteras. 
Quinto periodo: “Meseta media”: Julio de 2006 a febrero de 2007. Los juicios sobre el 
gobierno entran en una segunda fase que denominamos “meseta media”. La edad deja de ser 
un predictor significativo y en cambio lo son el genero (masculinidad) y la educación. La 
autoidentificacion como “de izquierda” vuelve a ser relevante. En cuanto a las variables de 
coyuntura, la evaluación en materia de DDHH vuelve a ser relevante, vinculado probablemente 
al procesamiento de dos de los principales civiles vinculados a la pre-dictadura militar. 
Bordaberry y Blanco. 
Sexto periodo: “¿post reforma tributaria?” Julio de 2006 a febrero de 2007. Las 
aprobaciones se ubicaron en su punto más bajo (40%) y las desaprobaciones volvieron a tener 
un incremento (27%). Estas variaciones se produjeron luego de la implementación de la 
reforma tributaria, que afecta a sectores medios, medio altos y altos de la sociedad. La edad es 
la única variable sociodrmográfica significativa y la autoidentificacion con la izquierda. En 
cuanto a política económica, la reforma tributaria muestra ser un elemento relevante en 
cuanto a cómo incidirá para sus ingresos. No parece relevante, sin embargo, el juicio sobre 
cómo la reforma incidirá sobre el país. 
 
Conclusiones 
Los modelos sugieren un débil poder predictivo de las variables sociodemográficas. A 
pesar de eso, una de las hipótesis mas difundidas para explicar el crecimiento del apoyo a la 
izquierda en Uruguay es el “efecto demográfico”. Los modelos de análisis presentados pueden 
llevar a cuestionar la vigencia del “efecto demográfico”. No son las generaciones mas jóvenes 
sino las intermedias las que se asocian mayormente al apoyo al actual gobierno. Tampoco hay 
capacidad explicativa del género y menos del nivel educativo. Las percepciones económicas no 
parecen relacionarse fuertemente con el apoyo al gobierno en las fases iniciales, pero se 
transforman en relevantes en la mitad del periodo en adelante. Todos los modelos ponen en 
evidencia la importancia de la agenda política para explicar el apoyo presidencial. El plan de 
emergencia, la política de DDHH, la política económica en general y el manejo del conflicto con 
Argentina han sido temas de coyuntura con un alto potencial explicativo sobre la gestión de 
vazquez. Desde el punto de vista teórico, esto parece validar la necesidad de construcción de 
modelos particulares aun sacrificando capacidad comparativa. No parece posible descansar la 
mirada analítica en un solo modelo que explique movimientos de apoyo político a lo largo de 
una gestión. Desde el punto de vista de las implicancias prácticas de este trabajo, se muestra 
la importancia que tiene para los gobiernos prestar atención especial a los temas de agenda.

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