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Mijaíl Bajtín: el problema de los géneros discursivos
Definición de los géneros discursivos
Los participantes de una u otra esfera
de la praxis humana hacen uso de la lengua a
través de enunciados concretos, singulares,
orales y escritos. Cada esfera del uso de la
lengua elabora sus tipos relativamente
estables de enunciados, que se llaman
géneros discursivos.
Así, las distintas clases de géneros
discursivos varían de acuerdo a la esfera de la
praxis. Los géneros más simples (primarios)
son seguidos por otros surgidos en
condiciones de la comunicación cultural más
compleja. Entre estos géneros secundarios
(ideológicos) están las novelas, las
investigaciones científicas, etc.
La correlación entre los géneros
primarios y secundarios y el proceso de
formación histórica de éstos, proyectan luz
sobre la relación mutua entre el lenguaje y la
ideología.
Una función y unas condiciones
específicas para cada esfera de la
comunicación discursiva conforman
determinados géneros, con unos tipos
temáticos y estilísticos de enunciados
relativamente estables.
Concepción dialógica de la comunicación
discursiva
El lenguaje participa en la vida a
través de enunciados concretos que lo
realizan. El límite del enunciado está dado
por el cambio de los sujetos discursivos, es
decir, por la alternación de los hablantes.
Aunque no siempre tenga lugar una
respuesta inmediata o en voz alta, siempre un
enunciado está inserto en la cadena de la
comunicación discursiva. El hablante no es
un Adán bíblico que debe poner nombres a
objetos vírgenes.
Cada enunciado refleja otros
enunciados dirigidos siempre a alguien. Por
eso, cada enunciado debe ser siempre
analizado como respuesta a los enunciados
anteriores de una esfera dada.
A diferencia de las oraciones, que
carecen de carácter destinado, cada
enunciado es elaborado por un autor para un
destinatario determinado, que puede ser un
enemigo, un partidario, un contemporáneo o
no. El tipo de destinatario (interlocutor)
estará determinado por la esfera de la praxis
humana a la que se refiere el enunciado.
Por eso, el enunciado no sólo se
relaciona con los eslabones anteriores en la
cadena de la comunicación discursiva, sino
también con los eslabones posteriores: el
hablante espera desde el principio la
contestación de sus enunciados.
El enunciado como materialización de la
intención discursiva
Cada enunciado se relaciona con un
contexto particular y va a ocupar una
determinada posición en la esfera de la praxis
humana. Las oraciones de la lengua, en
cambio, no son analizadas en relación con su
realidad extraverbal (contexto). Es por eso
que podemos comprender las oraciones pero
no podemos adoptar una postura de
respuesta.
Al ser insertado en la cadena de la
comunicación discursiva, todo enunciado
refleja el compromiso que adopta el hablante
dentro de cierta esfera de sentidos. Éste
determinará la selección de ciertos recursos
lingüísticos y del género discursivo.
Dado que ningún enunciado es neutral
sino que manifiesta la intención discursiva
del hablante, hay que vincular los recursos
léxicos, morfológicos y sintácticos
seleccionados con la realidad extraverbal de
ese enunciado. El uso de ciertas palabras
responde siempre a un contexto particular.
La libre intención discursiva del
hablante dispone de las formas obligatorias
de la lengua nacional y de las formas
obligatorias discursivas. Los géneros
discursivos no son creados por él sino que le
son dados.
Por eso, un enunciado aislado no
puede ser considerado como una
combinación absolutamente libre de formas
lingüísticas. Los géneros discursivos son
formas normativas de enunciados.
Para que el hablante pueda
materializar su intencionalidad en un
enunciado concreto, requiere de
determinados recursos léxicos, morfológicos
y sintácticos que pueden insumirle una o
varias oraciones. No va ensartando palabras,
una tras otra, sino que va rellenando un todo
con palabras necesarias.
Así, debido a que un enunciado es un
eslabón en la cadena de la comunicación
verbal, el contenido semántico referencial
(tema) dependerá de su lugar en relación con
otros enunciados, mientras que el tema de
una oración es independiente de tales factores
contextuales.
Saussure vs Bajtín
Dado que Bajtín está interesado en
estudiar el proceso de la comunicación
discursiva, y puesto que analiza la
comunicación como un diálogo entre por lo
menos dos personas, rompe con toda la
tradicional lingüística saussureana.
¿Qué lo impulsa a estudiar el proceso
real de la comunicación discursiva si, desde
Saussure, estaba instalada la opinión de que
“el habla”, esto es: el uso de la lengua en una
situación particular, era un fenómeno
individual, contingente y caótico y por tanto
no analizable científicamente?
Bajtín advierte que, en los procesos
de comunicación discursiva real, los
enunciados tienen similitudes importantes,
sobre todo aquellos que se producen en una
misma “esfera de la actividad humana”, por
lo cual se inclinará a pensar que la
“construcción” que de ellos se hace no debe
ser totalmente arbitraria ni libre.
La polifonía del discurso
El lenguaje es como un conducto que
transfiere corpóreamente pensamientos de
una persona a otra. Al escribir y hablar, la
gente inserta sus pensamientos o sentimientos
en las palabras. Éstas realizan la transferencia
conteniendo a los pensamientos o
sentimientos y conduciéndolos hacia otros.
Bajtin rechaza la concepción de un
"yo" individualista y privado; el "yo" es
esencialmente social. Cada individuo se
constituye como un colectivo de numerosos
"yoes" que ha asimilado a lo largo de su vida,
algunos de los cuales provienen del pasado;
estos "yoes" se encuentran en los lenguajes,
las "voces" habladas por otros y que
pertenecen a fuentes distintas (ciencia, arte,
religión, clase, etc.).
Estas "voces" no son sólo palabras
sino un conjunto interrelacionado de
creencias y normas denominado "ideología".
Nunca estaremos por fuera de la ideología
porque "hablamos con nuestra ideología,
nuestra colección de lenguajes, de palabras
cargadas con valores".
Por lo tanto, es el sujeto social quien
produce un texto que es, justamente, el
espacio de cruce entre los sistemas
ideológicos y el sistema lingüístico.
Discurso "autoritario" vs "internamente
persuasivo"
Como ejemplos de textos autoritarios,
Bajtín citó textos religiosos, políticos y
morales, así como también "la palabra de un
padre, o de adultos, maestros, etc.". Como
señaló Bajtín, el discurso autoritario no puede
ser representado, sólo es transmitido.
La palabra internamente persuasiva es
en parte nuestra y en parte de otro, y permite
la interanimación dialógica. Su creatividad y
productividad consisten precisamente en que
tal palabra despierta palabras nuevas e
independientes, organiza un conjunto de
nuestras palabras interiores, y no permanece
en condición estática y aislada.

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