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Les Promenades de París
Alphand y la creación de un Paisaje medio
Universidad Politécnica de Madrid - ETSAM
Diego Toribio Álvarez
A Rodrigo, tutor de este trabajo, por su ayuda e interés 
constantes. Por acercarme a la investigación y por 
descubrirme la maravillosa aventura que es el Paisaje. 
A mi familia y amigos, por su apoyo y ayuda siempre 
que los he necesitado.
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio4
5
Les Promenades de París:
Alphand y la creación de un Paisaje medio
Estudiante
Diego Toribio Álvarez
Tutor
Rodrigo de la O Cabrera
Departamento de Composición Arquitectónica
Trabajo Final de Grado
Aula 3
Antonio Juárez Chicote, Cooordinador
Isabel de Cárdenas Maestre, Adjunta 
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid
Universidad Politécnica de Madrid
Enero 2022
Figura 0 (Imagen de portada). Matriz 
de los cuatro elementos esenciales 
del Paisaje en París analizados en la 
presente investigación: Alphand, Topo-
grafía performática, Infraestructura hi-
dráulica y Plantaciones sistematizadas.
Elaboración propia. 
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio6
7Índice
Índice
0. Resumen
1. Parte I. Marco teórico. 
Naturaleza antropogénica de la ciudad moderna.
1.1. La era del hombre occidental
1.2. Paisaje y proyecto en el Antropoceno
2. Parte II. Análisis. 
Ecologías de Les Promenades de Alphand.
2.1. Haussmann, Alphand y París.
2.2. Topografía performática.
2.3. Infraestructura hidráulica.
2.4. Plantaciones sistematizadas.
3. Parte III. Discusión.
Lecciones de Alphand en París.
3.1. Conclusiones.
4. Anexos.
4.1. Bibliografía.
4.2. Archivo gráfico.
4.3. Tablas.
8
10
12
18
28
30
40
54
72
88
90
94
94
98
104
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio8
9Resumen
Resumen
En 100 años de soledad, el mundo descrito por Gabriel García-Márquez «era tan recien-
te, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con 
el dedo».1 El Macondo imaginado por el escritor colombiano es un territorio ficticio en 
el que los hombres observan el paso del tiempo sometidos a una soledad inmutable. El 
planeta en el que vivimos es en cierta medida un reflejo de la tragedia que habita en Ma-
condo. El calentamiento global y las problemáticas asociadas a él progresan imparables 
al mismo tiempo que el hombre fracasa en su intento de encontrar estrategias de dise-
ño con capacidad de marcar una diferencia real. Ya no hay soledad, pero el sentimiento 
de incapacidad para reaccionar ante el devenir de los acontecimientos es el mismo. 
Conceptos como Antropoceno, post-naturaleza, Paisaje Medio o Ecología proyec-
tiva han emergido en los últimos tiempos a modo de nuevas perspectivas desde las que 
analizar el proceso de proyecto y el entorno construido en una época de crisis ambien-
tal sin precedentes. La consolidación de un marco teórico que apunta con el dedo a estas 
nuevas ideas constituye el arranque de esta investigación y la primera parte de la misma.
En la acelerada carrera por encontrar soluciones de diseño para el siglo XXI, disci-
plinas como el paisaje y el diseño territorial están proponiendo modos de juego alterna-
tivos que señalan a la ecología, una gran desconocida. La segunda parte del trabajo toma 
como caso de estudio Les Promenades de París de Jean-Charles Adolphe Alphand. A par-
tir de este ejemplo construido se despliega un análisis de los procesos proyectuales y se 
estudia de qué modo es posible hacer una lectura de los mismos en términos de Ecolo-
gía proyectiva y de Paisaje medio. 
La tercera y última parte de este proyecto se configura como una discusión en la que 
se pondrá en valor lo aprendido a partir del análisis de Les Promenades de París y los 
hallazgos realizados en su puesta en valor contemporánea.
Palabras clave
Alphand · Paisaje medio · Ecología proyectiva · Promenades · Dinámicas territoriales
1. Gabriel García Márquez, Cien años 
de soledad (Madrid: Ediciones Cáte-
dra, 1986),71.
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio10
I
11Parte I
Marco teórico
Naturaleza antropogénica de
la ciudad moderna
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio12
13Parte I — 1.1. La era del hombre occidental
La era del hombre occidental
Durante la segunda mitad del siglo xix, la ciudad de París fue protagonista de un proce-
so de transformación urbana sin precedentes. El Plan Haussmann materializó la visión 
de una ciudad moderna diseñada gracias a los avances tecnológicos surgidos al calor de 
la revolución industrial. La operación de remodelación incluyó una sistematización pio-
nera de los espacios públicos, que corrió a cargo del polifacético ingeniero de puentes 
y caminos Jean-Charles Adolphe Alphand (1817-1891). Esta formidable intervención 
proporcionó áreas verdes de diferentes escalas, contribuyendo a la consolidación de una 
imagen cuidada propia del nuevo paisaje urbano burgués. 
Los bulevares arbolados y los parques urbanos fueron un tema privilegiado para las 
pinturas de genios como Renoir, Manet, Pisarro o Caillebotte que retrataron la vida ur-
bana del bullicioso París moderno. Pero la representación pictorica del espacio verde 
propia del siglo xix, induce a una escena alejada del proceso proyectual y de sus diná-
micas subyacentes. En términos cuantitativos, el Plan Haussmann y las operaciones de 
Alphand manejaron cifras que únicamente fueron posibles en la era de la revolución in-
dustrial y gracias a los avances que se produjeron a raíz de la misma.
Aunque es frecuente atribuir a Frederick Law Olmsted los primeros diseños de sis-
temas de espacios verdes con orientación ecológica, lo cierto es que la complejidad del 
sistema orquestado por Alphand en París convierte su trabajo, como poco, en un pro-
yecto proto-ecológico. 
Huir de la imagen pintoresca del siglo xviii y entender este nuevo palanteamiento 
que conduce a una relectura de Les Promenades de Paris (1867-73), solo es posible desde la 
perspectiva de un concepto emergente: el Antropoceno. El presente epígrafe nos intro-
duce en un relato histórico complementario al de la modernidad. 
El final del Holoceno
El 9 de diciembre del año 2020 la revista Nature publicó un artículo titulado «Global hu-
man-made mass exceeds all living biomass».2 La traducción al castellano es reveladora: 
la masa total de productos generados por los seres humanos ha superado en algún pun-
to cercano al año 2020 a la cantidad de biomasa estimada sobre la Tierra. Todo ello sin 
incorporar el volumen de desechos (fig. 1.1 y 1.2).
2. Emily Elhacham et al., “Global hu-
man-made mass exceeds all living 
biomass”, Nature 588 (diciembre 
2020): 442-444.
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio14
Esta masa a la que se refiere el texto es una masa antropogénica, esto es, producida 
por el hombre. Las mediciones realizadas en la investigación son una prueba firme de 
que la actividad productiva del ser humano está modificando la superficie del planeta de 
forma sustancial y a gran velocidad. Son numerosas las investigaciones científicas que, 
en esta misma línea, parecen sugerir el hecho de que un amplio rango de las dinámicas 
globales se están escapando de los registros propios del Holoceno.3 La suma de nume-
rosas alteraciones producidas por la acción humana estarían desplazando al planeta ha-
cia un nuevo tipo de equilibrio, propio de una nueva etapa de la historia geológica de la 
Tierra que comienza a conocerse como Antropoceno. 
El término Antropoceno se deriva del griego «Anthropos», que hace referencia al 
hombre. No obstante, parece apropiado señalar que las dinámicas que están alterando 
el planeta son propias del sistema capitalista dominante y de un modo de vida puramen-
te occidental. El hecho de que no se pueda hablar de Antropoceno sin el reconocimien-
to de la Occidentalidad y del Capitalismo como causas motoras, sugiere otras denomi-
naciones como «Occidentaloceno» o incluso«Capitaloceno».4
3. “Holocene Epoch”, Encyclopaedia 
Britannica Online, s.v, consultado 10 
de diciembre de 2021, https://www.
britannica.com/science/Holoce-
ne-Epoch 
4. “¡Bienvenidos al Antropoceno!: 
Gran Angular, léxico del Antropoce-
no”, El Correo de la Unesco (abril-ju-
nio 2019), acceso el 10 de Diciembre 
de 2021, https://es.unesco.org/cou-
rier/2018-2/lexico-del-antropoceno 
(Izquierda)
Figura 1.1. Variaciones relativas anua-
les de masa antropogénica. Emily Elha-
cham, Liad Ben-Uri, Jonathan Grozovs-
ki, Yinon M. Bar-On y Ron Milo, 2020.
(Izquierda)
Figura 1.2. Estimación global de bio-
masa y masa antropogénica (incorpo-
rando desechos) desde el comienzo 
del siglo XXI. Las estimaciones se han 
realizado tanto para masa seca como 
para masa con agua.Emily Elhacham, 
Liad Ben-Uri, Jonathan Grozovski, Yi-
non M. Bar-On y Ron Milo, 2020.
15
5. “Working Group on the Anthropo-
cene (AWG)”, International Union of 
Geological Sciences: International 
Commission on Stratigraphy: Sub-
commission on Quaternary Stratigra-
phy, acceso el 10 de diciembre de 
2021, http://quaternary.stratigraphy.
org/working-groups/anthropocene/
6. “Comisión Internacional de Estrati-
grafía”, International Commission on 
Stratigraphy, acceso el 10 de diciem-
bre de 2021, https://stratigraphy.org/
 
7. “Sección Estratotipo y Punto de 
Límite Global (GSSPs)”, International 
Commission on Stratigraphy, acceso 
el 10 de diciembre de 2021, https://
stratigraphy.org/gssps/ 
(1 izquierda según esquema)
Figura 1.3. Estaca de Sección Estra-
totipo y Punto de Límite Global para 
el periodo ediacárico localizada en 
Brachina Creek (Australia Meridional). 
John Counts, 2017.
(2 izquierda según esquema)
Figura 1.4. Mediciones para deter-
minar el punto GSSP del Induense 
(arranque del Triásico y por tanto del 
Mesozoico) tomadas en Meishan (Sur 
de China). Shuzhong Shen.
(3 izquierda según esquema)
Figura 1.5. Escala de tiempo geológi-
ca actual (GTS 2012). S. L. Lewis y M. 
A. Malin, 2015.
8. Manuel Arias Maldonado, “Antropo-
ceno: el fin de la naturaleza”, Revista 
de Libros (18 marzo 2014) https://
www.revistadelibros.com/antropoce-
no-el-fin-de-la-naturaleza/
9. Íbidem.
Antropoceno: ¿Una nueva época geológica?
Hablar de Antropoceno supone teorizar sobre una nueva época geológica en la cual la ac-
tividad del hombre produce cambios geofísicos sobre el territorio comparables a los pro-
ducidos por los fenómenos naturales. Procesos como la emisión de grandes cantidades de 
carbono a la atmósfera, la acidificación de los océanos, o la variación del ciclo del nitró-
geno, están alterando las dinámicas ecológicas a escala global de manera cuantificable.
Desde el año 2009, el Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno (AWG)5 se ha en-
cargado de elaborar una propuesta formal que justifique científicamente la transición 
desde el Megalayense (Holoceno superior) hasta un nuevo periodo geológico. Un proce-
dimiento pautado resulta fundamental, ya que la determinación sobre qué es una época 
geológica y qué no lo es depende de la Comisión Internacional de Estratigrafía6, que toma 
decisiones a partir de lo que se denomina «Sección Estratotipo y Punto de Límite Global 
» (GSSPs por sus siglas en inglés).7 Para oficializar el cambio, se requiere la existencia de 
un estrato suficientemente diferenciable, con un nivel de inicio definido (fig. 1.3 y 1.4). 
Pero esta identificación se torna complicada para el Antropoceno. Casi imposible. 
Además, la aceptación del Antropoceno en términos geológicos, supondría una du-
ración extremadamente corta del Holoceno (11.700 años) (fig. 1.5), volviendo su exis-
tencia cuestionable. Manuel Arias Maldonado, politólogo especializado en biopolítica y 
sistemas de gobierno, plantea una pregunta esencial en este debate: «¿Puede declararse 
el advenimiento de una era geológica sin que haya dado tiempo a que esta deje sus hue-
llas en el registro fósil de la Tierra?».8 En el tiempo presente no podemos localizar estra-
tos antropogénicos de forma análoga a aquellos de periodos como el pleistoceno; pero 
que el Antropoceno no cumpla con los estándares estratigráficos para ser considerado 
un periodo geológico, no quiere decir que no pueda tratarse como una época histórica 
de gran relevancia. El propio Arias Maldonado recupera la voz de expertos como Susan 
Trumbore, directora de Biogeoquímica del Instituto Max Planck, para afirmar que sólo 
es cuestión de tiempo que la actividad humana forme parte de los registros fósiles.9
1
3
2
Parte I — 1.1. La era del hombre occidental
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio16
10. Paul J. Crutzen y Eugene F. Stoer-
mer, “The Anthropocene”, Global Chan-
ge Newsletter 41 (mayo 2000): 17-18.
11. James Lovelock, “Gaia: The li-
ving Earth”, Nature 426 (18 diciembre 
2003): 769–770.
12. Helmut Trieschler, “El Antropoce-
no, ¿un concepto geológico o cultu-
ral, o ambos?”, Desacatos: Revista de 
Ciencias Sociales 54 (mayo/agosto 
2017): 42.
13. “Noosfera”, Wikipedia, acceso 
el 28 de diciembre de 2021, https://
es.wikipedia.org/wiki/Noosfera 
Frente a las valoraciones que se puedan emitir desde la Geología y la Estratigrafía, 
la realidad es que el ser humano es un agente de cambio extremadamente veloz: la con-
cepción habitual del tiempo geológico se está viendo alterada por una actividad humana 
de gran intensidad e inmediatez, que desestabiliza la acción regulatoria de unos fenóme-
nos naturales mucho más lentos. Los cambios del Antropoceno son visibles actualmen-
te, quizá sin necesidad de esperar millones de años. La geología no es la única discipli-
na que debate sobre este asunto y por tanto, no debería ejercer el monopolio sobre su 
conveniencia. Numerosas ciencias del sistema terrestre llevan años aportando eviden-
cias acerca de la penetración de las actividades antropogénicas en los sistemas ecológi-
cos: sería temerario no reconocer el Antropoceno, basando la decisión únicamente en 
los criterios habituales de medición geológica. Quizás sería necesario establecer nuevos 
procedimientos.
Ante todo, el Antropoceno es todavía un concepto teórico, una hipótesis gestiona-
da de forma multidisciplinar que supone una fuerte implicación moral: reconocer que 
los cambios que se están produciendo sobre el planeta dependen de la actividad huma-
na sugiere que tenemos una responsabilidad para con la Tierra.
Cronología del Antropoceno
Asumido el Antropoceno como un concepto válido que trasciende la mera considera-
ción geológica, es preciso definir su línea cronológica. El primero en utilizar el término 
fue el nobel de química neerlandés Paul J. Crutzen, a quién se unió el biólogo estadou-
nidense Eugene F. Stoermer. Juntos popularizaron el uso del vocablo Antropoceno a 
partir del año 2000.10 Si bien Stoermer y Crutzen fueron los primeros en referirse a este 
nuevo periodo como Antropoceno, estudios como la Hipótesis Gaia de James Lovelock 
y Lynn Margulis11 demuestran que sus ideas no eran nuevas sino que proceden de una 
línea de pensamiento que dura ya dos siglos (fig. 1.6).
Las primeras voces que intuyeron el cambio se localizan en el siglo xix. Científicos 
como Alexander Von Humboldt describieron en su tiempo fenómenos como la altera-
ción de los ecosistemas y otros como Antonio Stopanni ya hablaron sobre una «era an-
tropozoica» en 1873.12 En el siglo xx se continuó la tendencia con pensadores como Vla-
dimir Vernadsky (fig. 1.7) y su teoría de la «noosfera» (1926)13, que consideraba al hombre 
como un agente geológico. Desde un punto de vista crítico, durante años no existió de-
bate entre «era antropozoica», «noosfera», u Holoceno, quizá porque todos los términos 
estaban de acuerdo en indicar que los humanos eran parte de la definición de la época 
geológica contemporánea. Los matices han surgido en la actualidad. 
Figura 1.6. Lynn Margulis hablando con James Lovelock. Figura 1.7. Vladimir Vernadski en 1934.
17
14. Johan Rockstrom, Will Steffen, 
Kevin Noone et al, “A safe operating 
space for humanity”,Nature 461 
(Septiembre 2009): 472–475.
15. “Gobernanza”, Diccionario de 
la Real Academia Española de la 
Lengua (DRAE), acceso el 13 de di-
ciembre de 2021, https://dle.rae.es/
gobernanza
(Derecha)
Figura 1.8. Tendencias del Antropoce-
no desde 1750 hasta 2010. Will Ste-
ffen (et al.), 2015.
La mitad izquierda de la imagen refleja 
el crecimiento de parámetros socio-eco-
nómicos. La mitad derecha muestra el 
crecimiento de parámetros vinculados 
al sistema ecológico de la Tierra.
(Derecha)
Figura 1.9. Evolución histórica en bús-
quedas de Google de los términos 
Antropoceno (color rojizo) y Holoceno 
(color gris). Elaboración propia a partir 
de Google Trends.
Se observa una inversión progresiva 
de la tendencia que revela un interés 
creciente por el Antropoceno. 
Las tesis de Stoermer y Crutzen pautan el inicio del Antropoceno en el año 1784, 
coincidiendo con la invención de la máquina de vapor de James Watt (ver nota al pie 10). 
Pero el inicio de la Revolución Industrial es una fecha controvertida: no es posible ha-
blar de trazas geológicas claras derivadas de esta época. Hay quienes reivindican que la 
solución pasa por fechar el inicio del Antropoceno a mediados del siglo XX, con la apa-
rición de las primeras armas nucleares. Los isótopos radioactivos si constituyen un ras-
tro cuantificable en los estratos geológicos. Apoyando esta teoría se encuentran el sueco 
Johan Rockström y el estadounidense Will Steffen que en 2009 diagnosticaron un pe-
riodo de Gran Aceleración a partir de la Segunda Guerra Mundial (fig. 1.8). A partir de 
este momento, los parámetros de referencia de la actividad humana comenzaron a esca-
lar de forma acelerada.14 Sin embargo, Steffen y Rockström se atreven a señalar también 
la dirección a seguir: cuestionan la capacidad de gobernanza15 de los agentes del Holo-
ceno y demandan una gestión adecuada, con capacidad de positivizar el Antropoceno, 
convirtiéndolo en un tiempo democrático, sostenible y medioambientalmente justo. El 
Antropoceno puede ser positivo siempre que se perciba como una advertencia sobre las 
dinámicas actuales y por tanto, como una oportunidad de cambio. 
A la vista de lo expuesto, parece sensato hablar de tres partes diferenciadas dentro 
del Antropoceno: una primera entre 1784 y 1945, caracterizada por la creciente indus-
trialización; una segunda entre 1945 y 2009, de Gran Aceleración; y una tercera a partir 
de la crisis bursátil de 2009, con capacidad de convertir el Antropoceno en un periodo 
positivo marcado por una gestión adecuada. 
Parte I — 1.1. La era del hombre occidental
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio18
19
Paisaje y proyecto en el Antropoceno
16. Erle C. Ellis, “Anthropogenic trans-
formation of the terrestrial biosphere”, 
Philosophical Transactions Royal So-
ciety A 369 (13 marzo 2011): 1027.
El Antropoceno se convierte así en el punto de partida desde el que se toma una nueva 
perspectiva sobre las operaciones de Alphand en París. Desde el momento en el que el 
paisaje se concibe desde una tecnificación de los procesos de diseño, el hombre sustitu-
ye a los procesos naturales como fuerza generadora. La interferencia del ser humano en 
la composición del paisaje supone la alteración de la naturaleza y su evolución hacia una 
post-naturaleza propia de la modernidad y del mundo contemporáneo. 
Para poder construir un paisaje naturalizado desde el uso de la fuerza de trabajo in-
dustrial es preciso comprender el funcionamiento de las dinamicas que operan a nivel 
territorial para poder replicarlas. El paisaje proto-ecológico de Alphand en París se hace 
eco de una forma pionera de la «agencia» que tiene la ecología como herramienta útil en 
el diseño del territorio. De este modo la ecología se vuelve proyectiva y consigue alum-
brar un nuevo paisaje para la capital francesa. Les Promenades celebran el paisaje del 
Antropoceno, exaltando una naturaleza humana producida a partir del entendimiento 
de las dinámicas más puramente ecológicas. El siguiente apartado ayuda a comprender 
de qué manera se configuran la naturaleza y el Paisaje en la época del hombre occidental. 
Post-naturaleza y Paisaje medio
En un proceso creciente de antropización, la prolongada actividad del Homo sapiens sobre 
las dinámicas globales ha originado nuevas condiciones materiales en la Tierra. Pretender 
entender la naturaleza como un sistema aislado resulta imposible dado el grado de pene-
tración de las actividades humanas en la práctica totalidad de los ecosistemas. Para Erle 
C. Ellis, científico ambiental estadounidense, la naturaleza inalterada ya no existe:
Desde un punto de vista filosófico, la naturaleza es ahora naturaleza humana; ya no queda 
naturaleza salvaje, únicamente ecosistemas con distintos grados de intervención humana, 
que se diferencian entre sí por su grado de disrupción antropogénica.16
Esta naturaleza humana de la que habla Ellis no supone la desaparición del medio na-
tural, solo su transformación. El Antropoceno ya no muestra oposición entre lo artificial y 
lo natural, sino que supone la consolidación progresiva de una post-naturaleza y su simbiosis 
con la tecnología. En definitiva, la síntesis de una naturaleza que se presenta domesticada.
Parte I — 1.2. Paisaje y proyecto en el Antropoceno
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio20
17. Erle C. Ellis, “Too Big for Nature”, 
en After Preservation: Saving American 
Nature in the Age of Humans, ed. B. A. 
Minteer y S. J. Pyne (Chicago: Univer-
sity of Chicago Press, 2015), 28.
18. Christopher Reed y Nina-Marie 
Lister, Projective ecologies (Cambri-
dge: Harvard University Graduate 
School of Design; Nueva York: Actar, 
2014), 17.
19. “It’s a Beach if We Say So: Lost 
Scenes From Downtown’s Hipster 
Landfill”, The New York Times, acce-
so el 16 de diciembre, https://www.
nytimes.com/2019/06/17/nyregion/
battery-park-city-beach.html
(Izquierda)
Figura 1.10. No word on whether 
swimming in the Hudson River was a 
common occurrence, but David Van-
den-Eynden and Chris Calori take in 
the sun, regardless. Marilynn K. Yee 
(The New York Times), 1983.
Para conservar cualquier esencia de la naturaleza salvaje en el Antropoceno, será necesario 
… diseñar los espacios en los que podemos dejar que esta (la naturaleza) siga su propio 
curso. Con este esfuerzo volvemos a los valores clásicos de la conservación de la 
naturaleza, pero con un giro.17
El nuevo entendimiento de «lo natural» originado en el Antropoceno permite desli-
gar el paisaje de su entendimiento como escena bucólica. La tensión existente entre los 
dos modelos estéticos predominantes –natural y mecanizado– parece romperse en favor 
de una tercera vía: una suerte de Paisaje medio, que no es más que una solución capaz 
de mediar entre lo naturaleza y la máquina. La tecnología sostiene y estabiliza la imagen 
del medio natural, generando un paisaje híbrido en el que «los antiguos dualismos están 
siendo sustituidos por un pensamiento transdisciplinar, cargado de sinergias en tensión, 
redes complejas y relaciones sorprendentes».18
Son muchos los ejemplos del mundo actual en los que podemos rastrear los paisajes 
antropogénicos y la post-naturaleza a la que se refiere Ellis. Una buena muestra de todo 
esto aparece recogida en el artículo «It’s a Beach if We Say So: Lost Scenes From Down-
town’s Hipster Landfill», publicado en 2019 en el New York Times. Su autor –Jeff Gi-
lles– recoge historias gráficas sobre un vertedero de arena que existió en el extremo sur 
de Manhattan (cerca del actual Battery Park),19 y cuya existencia se prolongó entre fina-
les de la década de 1960 y el año 2000. El cambio de milenio culminó con el último de-
sarrollo urbanístico que puso fin al último reducto de este espacio. La historia del ver-
tedero fue la de un paisaje creado por la extracción y acumulación de tierra durante la 
construcción de edificios en el Downtown de Manhattan. En definitiva, la historia de un 
paisaje creado por la actividadhumana. Una vez aparecido el paisaje, las personas se en-
cargaron de darle usos y ocuparlo, pero nunca fue diseñado de antemano ni gestionado 
adecuadamente. La experiencia en Nueva York revela que mientras todos los ejemplos 
de Paisaje medio son de forma inherente paisajes del Antropoceno, no todos los paisa-
jes aparecidos durante este periodo tienen que ser necesariamente paisajes medios. 
21
En esta misma línea, el artista visual Armin Linke quiso «propone(r) un acercamien-
to visual al cambio climático y su paisaje material desde una perspectiva rigurosa a la vez 
que reflexiva» con su exposición «Blind sensorium: Antropología visual»20 (fig. 1.12). La 
Nave 0 del Matadero de Madrid acercó a la ciudadanía una investigación sobre el rol del 
ser humano en la modificación de los paisajes de la Tierra (fig. 1.13).21 A diferencia de 
Gilles, cuyo trabajo era meramente narrativo, Linke realizó un acercamiento crítico del 
que se desprendía no solo una llamada a la reflexión sino también a la intervención. En 
un mundo donde la presencia del ser humano es inevitable, la acción es necesaria para 
sustentar la naturaleza heredada, sin cuestionar su valor aparente. La escena de natura-
leza idílica y las tendencias de no intervención en el ecosistema son rasgos propios del 
holoceno. El Antropoceno debería encargarse de sustituirlos en favor de la acción y de 
procesos de diseño responsables.
(Derecha)
Figura 1.11. In an apt art installation 
for a landfill, Nancy Rubins put toge-
ther a sculpture made from found ob-
jects. Fred R. Conrad (The New York 
Times), 1980.
20. “Blind sensorium: Antropología 
visual”, Matadero Madrid, acceso 
el 15 de diciembre de 2021, https://
www.mataderomadrid.org/mediateca/
publicaciones/blind-sensorium-antro-
pologia-visual-una-exposicion-de-ar-
min-linke 
21. Íbidem. 
Figura 1.12. Cartel publicitario de Blind 
sensorium: Antropología visual (2021).
(Derecha)
Figura 1.13. Mountain with antenas, Ki-
takyushu (Japan). Armin Linke, 2016.
Parte I — 1.2. Paisaje y proyecto en el Antropoceno
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio22
Figura 1.14. Movement Diagrams. 
Patches, Edges, Corridors, Mosaics. 
Richard T.T. Forman, 1966.
22. Ian L. McHarg, Proyectar con la Na-
turaleza (Barcelona: Gustavo Gili, 2000).
23. Nina-Marie Lister, “Insurgent Eco-
logies: (Re)Claiming Ground in Lands-
cape and Urbanism”, en Ecological 
Urbanism, ed. Mohsen Mostafavi y 
Gareth Doherty (Ed. revisada Zurich: 
Lars Muller Publishers, 2016), 551.
24. Christopher Reed y Nina-Marie 
Lister, Projective ecologies (Cambri-
dge: Harvard University Graduate 
School of Design; Nueva York: Actar, 
2014), 16.
25. Rania Ghosn y El Hadi Jazairy, 
Geostories: Another Architecture for 
the Enviroment (Nueva York: Actar, 
2018), 11.
(Izquierda. De izquierda a derecha)
Figura 1.15. Projective ecologies. 
Christopher Reed y Nina-Marie Lister, 
2014.
Figura 1.16. Geostories: Another Ar-
chitecture for the Enviroment. Rania 
Ghosn y El Hadi Jazairy, 2018.
Figura 1.17. Ecological Urbanism. 
Mohsen Mostafavi y Gareth Doherty 
(eds.), 2010
Ecología Proyectiva o como planificar desde la Ecología
Coincidiendo con la «Gran Aceleración» del Antropoceno descrita por Steffen y Rocks-
tröm (ver pag. 19) aparecieron en escena nuevas estrategias de diseño relacionadas con la 
ecología. Es posible hablar de la «Agencia ecológica» como la capacidad de actuación 
y cambio que tiene la ecología cuando interviene en el proceso de diseño y proyecto. 
Autores como Ian McHarg (Design with Nature, 1969) fueron pioneros de la Eco-
logía proyectiva en la década de 1970. McHarg fue un firme convencido de que un aná-
lisis de los recursos del territorio ayudaría a escoger lugares óptimos para la ocupación 
humana.22 Diez años después, entre la década de 1980 y principios de la década de 1990, 
las teorías sobre la ecología aplicadas al urbanismo trascendieron al estudio de lo pura-
mente físico y comenzaron a interesarse por el entendimiento de las dinámicas del te-
rritorio. Ya no importaba la mera existencia de un recurso natural en un lugar sino las 
condiciones de posibilidad de dicho recurso en ese emplazamiento concreto: su proce-
dencia, su cuantificación, su durabilidad en el tiempo… etc. De la mano de personalida-
des como Richard T. Forman (Land Mosaics: The Ecology of Landscapes and Regions, 
1995) se descubrió una nueva comprensión de los sistemas ecológicos (fig. 1.14). 
La aplicación de la ecología en el campo del paisaje y la planificación territorial apar-
tó de sus tesis los equilibrios predecibles y se decantó por la búsqueda de resiliencia y 
adaptabilidad: los diseños más adecuados serían aquellos con capacidad de respuesta 
ante el cambio en el medio. En la actualidad, autores como Chris Reed y Nina-Marie 
Lister han intentado resolver el encaje contemporáneo de la ecología como herramien-
ta de proyecto en la planificación del territorio, dejando atrás el determinismo cartesia-
no y los ideales de orden, predicción y control.23 En esta línea encontramos su publica-
ción Projective Ecologies (fig. 1.15) donde defienden el valor de la Ecología, pero también 
reivindican la adjetivación de la misma. Calificar las ecologías como proyectivas supone 
la intención de incorporar las ambiciones creativas y especulativas de la representación 
gráfica, reconociendo el valor de la misma.24 Otras investigaciones, como las recogidas 
en Geostories (fig. 1.16) de Rania Ghosn y El Hadi Jazairy, van más alla y buscan nuevos 
relatos para el Antropoceno. Lo interesante radica en que Ghosn y Jazairy, al igual que 
Reed y Lister reivindican los valores asociados a aquello que es proyectivo y por tanto a 
la capacidad de idear nuevas representaciones:
Geostories se aleja de una retórica visual de la crisis que vuelve estéticas las calamidades. 
Un gran reto del debate... es su pobreza de imaginación geográfica, tanto espacial como 
visualmente... la representación geográfica es excesivamente abstracta e inabordable. 
Geostories ofrece un nuevo enfoque para la producción visual… un asunto de gran 
urgencia...25
23
Figura 1.19. Parliament of Refugees (Geostories, 2018). 
La arquitectura aglutina una serie de elementos del Antro-
poceno, desde residuos a tortugas marinas. 
Figura 1.18. Straight of Hormuz Grand Chess (Geostories, 
2018). Los jugadores comercian con proyectos especulati-
vos que son en cierto modo icónicos.
En su texto The Agency of Ecology (Ecological Urbanism, 2010) Chris Reed establece cua-
tro grandes grupos de estrategias proyectuales vinculadas a la ecología.26 
El primer grupo es el de las ecologías estructuradas (structured ecologies).27 
Recoge todas las estrategias de diseño en las que se anticipan una serie de futuribles que 
pueden surgir ante diversos cambios y se dispone un andamiaje versátil en el que las dis-
tintas comunidades naturales puedan desarrollarse. El sistema se estructura con el fin de 
controlar la competencia natural y de alcanzar la resiliencia. 
En segundo lugar encontramos las ecologías análogas (analog ecologies).28 Las 
estrategias análogas intentan replicar en los sistemas artificiales estrategias de respues-
ta que están presentes en sistemas naturales. Cuando se introduce la analogía en proyec-
tos urbanos complejos y de gran escala hay una búsqueda de estrategias de gestión que 
permitan ciclos de retroalimentación, aportaciones externas y la capacidad de respues-
ta en el tiempo. 
En tercer lugar están las ecologías híbridas (hybrid ecologies).29 Estas estrate-
gias mixtas involucran tanto a dinámicas humanas como no humanas. Suponen la fu-
sión de las esferas social y ecológica poniendo de manifiesto su interdependencia, pero 
también su individualidad. 
El cuarto y último grupo es el de las ecologías de comisariado (curated ecolo-
gies).30 Este conjunto es especialmente relevante porque los agentes de diseño se con-
vierten en comisarios o productores de una serie de dinámicas que se estructuran y se 
activan sólo cuandoson necesarias. Bajo un comisariado los sistemas no se encuentra 
totalmente bajo el control del hombre, pero que son susceptibles al recalibrado. El co-
misario es el agente responsable de activar las dinámicas cuando se requieran. 
La categorización de Reed es importante. No tanto por la delimitación detallada, 
sino por ofrecer una muestra de lo variadas que pueden llegar a ser las herramientas de 
diseño urbano surgidas de la ecología. Para Antoine Picon «la naturalea representa, con-
tra todo pronóstico, una dimensión fundamental de la urbanización».31 Entender las di-
námicas de los sistemas ecológicos permite generar sistemas naturalizados en entornos 
altamente antropizados como las ciudades (fig. 1.23). Fruto de este entendimiento apa-
rece la posibilidad de conectar lo urbano con lo natural a través de procesos que preci-
san necesariamente de la tecnología. El paisaje resultante de esta hibridación tecnificada 
será un Paisaje medio o no será (fig. 1.20)
Parte I — 1.2. Paisaje y proyecto en el Antropoceno
26. Christopher Reed, “The Agency 
of Ecology”, en Ecological Urbanism, 
ed. Mohsen Mostafavi y Gareth Do-
herty (Zurich: Harvard University Gra-
duate School of Design, 2010), 340.
27. Íbidem; páginas 340-341.
28. Íbidem; página 341.
29. Íbidem; página 342.
30. Íbidem; página 342.
31. Antoine Picon, “Nature, Infraes-
tructure and the Urban Condition”, 
en Ecological Urbanism, ed. Mohsen 
Mostafavi y Gareth Doherty (Ed. re-
visada Zurich: Lars Muller Publishers, 
2016), 534.
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio24
Caso de estudio: Les Promenades de Paris
Una vez tratadas cuestiones como el Antropoceno, el Paisaje medio, la post-naturaleza 
o la Ecología proyectiva, es momento de poner en carga el marco teórico y profundizar 
en un caso de estudio. Es en este punto donde la investigación coloca Les Promenades 
de Paris en el centro de la cuestión y se plantea lo siguiente: ¿Se puede leer un proyec-
to del siglo XIX, no bajo una percepción de escena bucólica, sino en términos 
de Ecología Proyectiva y de Paisaje medio? 
Si. La segunda parte de la presente investigación encuentra su punto de partida en una 
respuesta afirmativa a la pregunta recién planteada. Así, la obra de Jean-Charles Adolph 
Alphand sirve como ejemplo de Paisaje medio construido y como una arqueología 
reciente de Ecología proyectiva. El texto sobre el proyecto que podemos consultar 
en la actualidad se despliega como un catálogo de estrategias (fig. 1.24) con un profundo 
entendimiento de las dinámicas territoriales. Además, el material fotográfico de la épo-
ca revela las proezas de la ingeniería y el alto grado de tecnificación (fig. 1.22 y 1.23). El 
objetivo no es determinar la naturaleza del sistema de espacios públicos proyectado por 
Alphand, ya que esta se asume como premisa. El objetivo es encontrar métodos adecua-
dos que permitan una lectura contemporánea. Hablamos de las siguientes acciones: gra-
fiar sistemas, rastrear el impacto de las innovaciones tecnológicas, detectar métodos de 
resiliencia, evaluar relaciones territoriales, cuantificar intercambios de materia… e inclu-
so valorar la sostenibilidad económica de las intervenciones en el territorio. 
Procesos 
tecnificados
Paisaje 
Antropizado
Nuevos paisajes
Nuevas estrategias
Paisaje Medio 
Naturaleza-Máquina
Ecología Proyectiva
Dinámicas Ecológicas
Antropoceno
(Página contigua arriba)
Figura 1.21. Buttes Chaumont, en 
cours d’aménagement, 19e arrondi-
sement. Charles Marville, 1865.
(Página contigua abajo)
Figura 1.22. Buttes Chaumont, en 
cours d’aménagement, 19e arrondi-
sement. Charles Marville, 1865.
(Izquierda)
Figura 1.20. Diagrama sobre la vincu-
lación entre el Antropoceno, la Eco-
logía Proyectiva y el Paisaje medio. 
Elaboración propia.
(Izquierda)
Figura 1.23. Waste Flows, Backflows, 
and Reflows, Maas-Rhine River Delta, 
Rotterdam, The Netherlands. OPSYS / 
Pierre Bélanger, 2009.
(Página siguiente)
Figura 1.24. Matriz de estrategias 
aparecidas en el libro de Les Prome-
nades de París. Elaboración propia. 
25Parte I — 1.2. Paisaje y proyecto en el Antropoceno
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio26
27Parte I — 1.2. Paisaje y proyecto en el Antropoceno
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio28
II
29Parte II
Análisis
Ecologías de Les Promenades 
de Alphand
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio30
31
Haussmann, Alphand y París
Parte II — 2.1. Haussmann, Alphand y París
32. Kevin Coffee, “Hydrology and the 
Imperial Vision of Bois de Boulog-
ne”, Post-Medieval Archaeology 51, 1 
(2017): 74.
33. Georges-Eugène Haussmann, 
Mémoires du Baron Haussmann. II 
Préfecture de la Seine (París: Victor 
Havard éditeur, 1893): 10-11.
34. “Mur des Fermiers généraux”, 
Wikipedia Francia, acceso el 4 de 
enero de 2021, https://fr.wikipedia.org/
wiki/Mur_des_Fermiers_g%C3%A9n%-
C3%A9raux
Napoleón III y el París de Haussmann
A mediados del siglo XIX la ciudad de París aún conservaba su trazado medieval y se en-
contraba limitada por el borde de las «fermiers généraux». Dentro de este recinto, se ha-
bía producido una creciente segregación por clases sociales, con el oeste reservado para 
las clases con mayor poder adquisitivo y el este destinado a las clases obreras. La caída del 
Antiguo Régimen dio lugar a una disonancia entre la sociedad y el tejido urbano de Pa-
rís.32 Mientras que la población supo modernizarse y adaptarse tras la Revolución de 1789, 
la capital francesa permaneció urbanísticamente inalterada. La falta de una infraestructu-
ra adecuada fue un problema arrastrado desde el pasado que Napoleón III tuvo que so-
lucionar a su llegada al poder.
Un año y medio después del (auto) golpe de estado del 2 de diciembre de 1851, el 
emperador Louis Napoleón ordenó el nombramiento del Barón Georges-Eugène Hauss-
mann (1809-1891) (fig. 2.5) como prefecto del Sena en junio de 1853. Haussmann, que 
hasta la fecha había ocupado la prefectura de la Gironda (prefectura de Burdeos), acep-
tó el cargo y se dirigió a la capital.
Sucedió que, a raíz de los recientes y numerosos movimientos en el personal administrativo, 
me encontré, como prefecto de la Gironda, a la cabeza de los prefectos de la primera 
clase. El Emperador se detuvo de inmediato al oír mi nombre, diciendo: “No hace falta 
ir más lejos; ¡aquí está el que necesito!” … Mi nombramiento había tenido lugar, pues, 
por elección y antigüedad, todo al mismo tiempo.33
El Barón fue prefecto de París entre 1853 y 1870. Durante las operaciones de reforma 
encuadradas dentro del Plan Haussmann (fig. 2.1) se produjeron grandes intervenciones 
de mejora que modificaron por completo las infraestructuras de la ciudad medieval. Des-
de la completa transformación del sistema de alcantarillado, a la actualización de todos los 
espacios verdes. Un cambio importante llegó en 1860 con la demolición del muro de las 
«fermiers généraux» y la absorción total o parcial de 24 municipios suburbanos hasta al-
canzar el límite del muro de Thiers.34 Únicamente cuatro localidades se incorporaron en 
su totalidad: La Villette, Belleville, Vaugirard y Grenelle. La ciudad duplicó su tamaño, pa-
sando de 12 a 20 distritos. También duplicó su población durante el periodo 1850-1860.
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio32
Los motivos higiénicos fueron esgrimidos por Haussmann para justificar las trans-
formaciones de la ciudad. Si bien es cierto que el proceso de Haussmanización consiguió 
mejorar la salubridad en París, sería ingenuo pensar que este fue el motivo único o prin-
cipal. A mediados del siglo xix las nociones sobre higiene eran todavía vagas. Se tenían 
ciertas intuiciones, como el efecto positivo del «aire fresco»35, pero no eran suficientes 
como para justificar las ingentes cantidades de dinero que se gastaron. Los nuevos par-
ques y bulevares introdujeron una red de espacios verdes, pero por encima de sus bene-ficios sobre el bienestar tuvieron un significado simbólico en la reconfiguración sociopo-
lítica de París. El interés por la transformación no fue genuino sino que fue orquestado 
y diseñado desde la Jefatura del Estado. El propio emperador, que incluso «se conside-
raba algo así como un arquitecto»36 utilizó a Haussmann como brazo ejecutor. En cali-
dad de cara visible, el prefecto fue objeto de la crítica pública (fig. 2.2, 2.3 y 2.4). Espe-
cialmente de las acusaciones de autoritarismo. Si bien es cierto que durante el Segundo 
Imperio se mejoraron las condiciones de los obreros y se realizó un notable ejercicio de 
urbanización, se promovió activamente el beneficio de la burguesía.37
Figura 2.1. Plan Haussmann para la ciudad de París. Autor y año desconocidos. El perímetro de color rojizo marca el muro 
de las «fermiers généraux». El perimetro delimitado por la linea aserrada representa el muro de Thiers.
35. Anthony Sutcliffe, The Autumn 
of Central Paris: The Defeat of Town 
Planning, 1850-1970 (Londres: E. Ar-
nold, 1970).
36. David Pinkney, Napoleon III and 
the Rebuilding of Paris (Princeton, 
Nueva Jersey: Princeton University 
Press, 1958), 25
37. Heath Massey Schenker, “Parks 
and Politics During the Second Empire 
in Paris”, Landscape Journal 14, 2 (Uni-
versity of Wisconsin Press, 1995), 216.
(Izquierda. De izquierda a derecha). 
Fueron frecuentes las ridiculizaciones 
públicas al prefecto Haussmann y las 
críticas a su autoritarismo.
Figura 2.2. La Ménagerie Impériale, 
Haussmann Le Castor. Paul Hadol, 
1870.
Figura 2.3. Affiliation de Badinguet. 
Louis Valentin Émile de La Tremblais, 
1870
Figura 2.4. Le pilori. Hippolyte Mailly, 
circa 1860-1870.
33
La «Haussmanización» buscó en todo momento el juego de equilibrios que más fa-
voreciera al Imperio.38 Por norma general, este equilibrio se fundamentó en el favoreci-
miento de los burgueses en el oeste de París y el apaciguamiento de obreros en el este. 
En esta política de contrapuntos, los parques y espacios verdes de la ciudad jugaron un 
papel fundamental. La inversión de dinero para su creación no se vio condicionada por 
la clase social de los barrios en los que se intervino: la creación de «promenades» fue una 
medida política aplicada a toda la población.
Cronología de Alphand en Paris y recorrido por los parques
Una parte fundamental de los trabajos de remodelación de París fue la referida a los espacios 
públicos. En el verano de 1952 Napoleón III obtuvo dos millones de francos de la Adminis-
tración municipal con el fin de realizar trabajos de mejora en el Bois de Boulogne.39 El en-
cargado de los trabajos fue Louis Varé, que pronto dio señales de una incapacidad manifies-
ta para la tarea. En sustitución de Varé, de quien Haussmann dijo en sus memorias que era 
«casi analfabeto»40, se hizo llamar a Jean-Charles Adolphe Alphand (1817-1891) (fig. 2.6): 
Hice llamar sin demora a París a Alphand, Ingeniero de Puentes y Caminos, de 
quien me había servido fortuitamente durante mi estancia como Prefecto en 
Burdeos en circunstancias y para trabajos que requerían el sentimiento de un 
hombre de oficio con un gusto demostrado.41
Alphand fue capaz de corregir los errores cometidos por su predecesor. El éxito de 
su primera intervención llevó al Barón Haussmann a ponerle al frente del Service des Pro-
menades et Plantations de la Ville de Paris, creado en 1854. Entre los colaboradores de Al-
phand se encontraban Gabriel Davioud y Jean-Pierre Barillet-Deschamps, que fueron los 
máximos responsables de arquitectura y jardinería respectivamente en el Service.42 El plan 
de Alphand para París se desarrolló escalonadamente y su cronología sugiere cambios de 
rumbo por las necesidades políticas del Imperio. Echando un vistazo a las fechas de tra-
bajo podemos establecer paralelismos entre paisaje y política. Del mismo modo, pode-
mos apreciar un cierto equilibrio territorial, con Boulogne y Vincennes en el exterior y 
los parques interiores formando un triángulo centrado sobre el interior de París (fig. 2.7).
38. Jeanne Gaillard, Paris, La Ville. 
1852-1870. L’Urbanisme Parisien 
à l’Heure d’Haussmann (Paris: H. 
Champion, 1977), 572.
39. Adolph Alphand et al., Recueil 
des lettres, patentes, ordonnances 
décrets et arrêtés préfectoraux (Paris: 
Imprimerie Nouvelle, 1886).
40. Georges-Eugène Haussmann, 
Mémoires du Baron Haussmann. III 
Grands travaux de Paris (París: Victor 
Havard éditeur, 1893): 121.
41. Íbidem.
42. Kevin Coffee, “Hydrology and the 
Imperial Vision of Bois de Boulog-
ne”, Post-Medieval Archaeology 51, 1 
(2017): 76.
(Derecha. De izquierda a derecha)
Figura 2.5. Portrait du baron Hauss-
mann , administrateur et homme po-
litique. Pierre Petit, circa 1865.
Figura 2.6. Portrait d’Adolphe Al-
phand. Alfred Philippe Roll, 1888. 
Parte II — 2.1. Haussmann, Alphand y París
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio34
43. Heath Massey Schenker, “Parks and 
Politics During the Second Empire in Pa-
ris”, Landscape Journal 14, 2 (University 
of Wisconsin Press, 1995), 208-209.
44. Jean-Charles Adolph Alphand, 
Les Promenades de Paris (Paris: J. 
Rothschild éditeur, 1867-1873), 6.
45. Jean-Charles Adolph Alphand, 
Les Promenades de Paris (Paris: J. 
Rothschild éditeur, 1867-1873), Intro-
ducción.
46. Georges-Eugène Haussmann, 
Mémoires du Baron Haussmann. III 
Grands travaux de Paris (París: Victor 
Havard éditeur, 1893): 111.
(Izquierda)
Figura 2.8. Plano del Parc Monceau. 
Hochereau y Ad. Fath., 1867-1873.
 El primero de los parques en ser transformado fue el Bois de Boulogne (1853-
1858). La actuación en este lugar tuvo un gran componente simbólico: no es desprecia-
ble el hecho de que el emperador recurriera a modificar un terreno que había pertene-
cido a la corona. Además, las transformaciones de este paseo estuvieron orientadas en 
especial a la burguesía del oeste de París y a los intereses de los inversores privados. En 
el Bois de Boulogne se materializó en gran medida la especulación inmobiliaria floreci-
da durante el Segundo Imperio Francés.43 Alphand dejó registrado en Les Promenades de 
París un desglose pormenorizado de los costes, descontando los beneficios por la ven-
ta de propiedades adyacentes al parque.44 Fueran precisas o no, las cuentas hechas por 
Alphand demuestran que muchos costes se asumían especulando con el valor futuro y 
con la previsión de beneficios. Esta práctica se generalizó para todos los espacios públi-
cos, pero no siempre resultó satisfactoria.
 La construcción de un parque para las clases altas en el oeste encontró su re-
flejo en el Bois de Vincennes (1860-1863), destinado a las clases trabajadoras del este. 
Alphand siempre fue defensor de la posibilidad de comparación entre Boulogne y Vin-
cennes pero la realidad se muestra tozuda. En Les Promenades de París las descripciones de 
Vincennes son bastante vagas y en general menos precisas. Si bien es cierto que en la in-
troducción del texto se indicó que se evitarían duplicidades de contenido: «en la primera 
parte (Bois de Boulogne) se han descrito la mayoría de los procedimientos empleados. 
Para los demás paseos no se reproducen los detalles para no incurrir en una repetición 
tediosa»45, lo cierto es que la lectura del texto desmiente las pretensiones de su autor. El 
Bois de Boulogne ocupa 148 páginas frente a las 38 de Vincennes. Además, el propio 
Haussmann mostró incluso vergüenza en sus memorias ante un parque con «menores 
calidades que Boulogne y que costó cinco veces más».46
Figura 2.7. Plan Général de París. A. Antoine, 1867-1873.
35
 Los parques interiores experimentaron un desarrollo similar al de sus análogos ex-
tramuros. Entre 1860 y 1861, se ejecutaron los procesos de transformación del Parc Mon-
ceau (fig. 2.8). En este lugar fue posible replicar la experiencia de éxito especulativo47 del 
Bois de Boulogne, con un parque elegante, orientado a la burguesía y perimetrado por edi-
ficios nobles (fig. 2.10). De una manera análoga a lo sucedido con los Bois,fue necesaria 
la creación de un parque para la clase trabajadora del este, que equilibrase la creación de 
Monceau. Entre 1864 y 1867 tuvo lugar la construcción del Parc des Buttes-Chaumont 
(fig. 2.11). Frente a lo que había sucedido con Vincennes, el parque de «les buttes» fue un 
éxito fruto de los avances tecnológicos. La condición preexistente del lugar agudizó el in-
genio de Alphand, creando una maravilla técnica anclada a su entorno (fig. 2.11). 
 El último de los parques construidos fue el de Montsouris (1867-1878) (fig. 
2.9). Este paseo surgió de la necesidad de compensar los gastos de Buttes-Chaumont, 
donde la especulación no tuvo éxito, así como de la intención de situar el sur de París en 
el plano político.48 Para finales de la década de 1860, Haussmann se encontraba en mí-
nimos de popularidad. Montsouris fue un último intento de buscar apoyo. Finalmente, 
el Barón fue apartado de la prefectura en 1870.
47. Heath Massey Schenker, “Parks and 
Politics During the Second Empire in Pa-
ris”, Landscape Journal 14, 2 (University 
of Wisconsin Press, 1995), 210.
48. Íbidem; página 211.
(Derecha)
Figura 2.9. Plano del Parc Montsouris. 
Hochereau y Ad. Fath., 1867-1873.
(Abajo. De izquierda a derecha)
Figura 2.10. Vue à vol d’oiseau du 
Parc Monceau. Jean-Charles Adolphe 
Alphand, 1867-1873.
Figura 2.11. Vue à vol d’oiseau du Parc 
des Buttes Chaumont. Jean-Charles 
Adolphe Alphand, 1867-1873. 
Parte II — 2.1. Haussmann, Alphand y París
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio36
(Página contigua)
Figura 2.12. Matriz de plantas incluidas 
en las planches de Les Promenades. P. 
Lambotte, 1867-1873.
49. Mathieu Fernandez, “Variations 
d’épaisseur du sol urbain à Paris 
entre 1807 et 2016 : méthode to-
po-historique et cartographie”, FLUX 
2018/1-2 (2018): 111-112.
(Izquierda)
Figura 2.13. De izquierda a derecha: 
Portada de Les Promenades de Paris 
(texte); portada interior de Les Prome-
nades de Paris (texte); portada de Les 
Promenades de Paris (planches); porta-
da interior de Les Promenades de Paris 
(planches). Jean-Charles Adolph Al-
phand, 1867-1873.
(Página siguiente)
Figura 2.14. Les Promenades de París 
sobre el plano publicado por Alphand 
en Les Promenades. Elaboración propia. 
El manuscrito de Les Promenades de París
La intencionalidad política de las transformaciones paisajísticas durante el Segundo Impe-
rio francés quedó reflejada en la publicación de Les Promenades de París, un volumen dividido 
en dos partes en el que Alphand dejó constancia de todo su trabajo en la capital del Sena. 
Prueba de ello es una lista previa a la introducción y en la que se enumeran todos aquellos 
destinatarios a los que se envió una copia de los costosos manuscrito. Es posible encontrar 
entre los nombres a los soberanos de las casas reales europeas, a ayuntamientos importan-
tes como el de Londres e incluso a instituciones de prestigio como la biblioteca del Museo 
Británico. El volumen se difundió a modo de propaganda del Imperio francés, el progreso 
tecnológico de la academia gala y las virtudes de su nuevo gobernante Napoleón III. 
Les Promenades de París cuenta con un tomo de láminas o «planches», y otro de texto 
(fig. 2.13). Este último se estructura en tres partes diferenciadas: «Le Bois de Boulogne», 
«Le Bois de Vincennes» y «Les Promenades intérieures de París». Además, al final se in-
corpora un arboreto de todas las especies vegetales empleadas. Una de las principales ca-
racterísticas Les Promenades es la presencia de una gran cantidad de imágenes en escala 
de grises. Esta monocromía se ve únicamente alterada en el volumen de láminas anejo. En 
este documento separado, un plano de Buttes-Chaumont y veinte ilustraciones de flores 
incorporan colores (fig. 2.12). Alphand contó con la ayuda de varios delineantes, pero el 
más importante fue E. Hochereau (Las imágenes de autor no especificado se atribuirán 
a Alphand en el presente trabajo). 
Toda la documentación que aparece en el texto da muestra de un dominio técnico 
pleno: métodos de construcción avanzados, representaciones gráficas innovadoras, aná-
lisis detallado de materiales, relación completa de especies vegetales. Además, la orto-
doxia de Alphand y su formación como ingeniero quedan patentes en el cálculo de los 
costes y la medición de la práctica totalidad de las operaciones. Para Antoine Grumbach 
resultan fascinantes los «esfuerzos aritméticos por calcular la belleza del espacio público» 
(Grumbach. 1977). Todo lo reflejado apunta directamente a las intenciones que se en-
cuentran tras la transformación de París durante el Segundo Imperio Francés. Los planos 
e imágenes de Les Promenades no son ideológicamente neutros, sino que están cargados 
de acción: la perspectiva de la ciudad que ofrecen es el reflejo del poder dominante.49
Las Promenades de Paris de Alphand celebran el progreso tecnológico alcanzado duran-
te el siglo XIX. Los avances en ingeniería y ciencia se ponen a disposición de tres gran-
des campos de actuación: la transformación del terreno, por medio de la consolidación 
de topografías performáticas; la planificación de los recursos hídricos, por medio del 
diseño de una compleja infraestructura hidráulica; y por último la incorporación de 
sistemas vegetales en forma de plantaciones sistematizadas. La superposición de es-
tos tres sistemas se fija a la trama de la ciudad por medio de la disposición de las circula-
ciones y la adición de las piezas de arquitectura. 
37Parte II — 2.1. Haussmann, Alphand y París
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio38
39Parte II — 2.1. Alphand y Les Promenades de París
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio40
41Parte II — 2.2. Topografía performática
Alphand no dejó constancia de ninguna cuantificación re-
lativa al movimiento de tierras en Les Promenades. Sin 
embargo, las operaciones de este tipo fueron la base 
para la realización de su proyecto para París. 
Se realiza a continuación un recorrido por la historia 
reciente de las disciplinas topográfica y cartográfica en 
la ciudad de París. Posteriormente se tratarán aspectos 
relacionados con la representación del suelo en la obra 
de Alphand, para finalmente cuantificar las operaciones 
en Buttes-Chaumont. 
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio42
43Parte II — 2.2. Topografía performática
50. Bertrand Dumenieu, Nathalie 
Abadie, Julien Perret, “Assessing the 
planimetric accuracy of Paris atlases 
from the late 18th and 19th centuries”, 
Symposium on Applied Computing 
(SAC) (abril 2018): 876-883
Figura 2.15. Diagrama del principio de 
triangulación. Gemma Frisius, 1533.
51. Mathieu Fernandez, “Variations 
d’épaisseur du sol urbain à Paris 
entre 1807 et 2016 : méthode to-
po-historique et cartographie”, FLUX 
2018/1-2 (2018): 111-112.
Vers une Cartographie: Cartografías de París en el siglo xix
París es un territorio histórico que presenta singularidades a efectos del estudio del sue-
lo. Esto es así porque los primeros registros topográficos modernos que describieron su 
superficie aparecieron en 1791. Las cartografías modernas tienen un recorrido de más 
de dos siglos en París y, por tanto, es posible analizar con precisión la transformación 
urbana en un periodo inusualmente amplio.
1791 fue el año en el que Edmé Verniquet publicó su Atlas du plan général de la vi-
lle de Paris. Este novedoso documento presentaba una cartografía completa de la ciu-
dad, desglosada en 72 planos parciales (fig. 2.16).50
El «plano de planos» de Verniquet fue posible gracias a más de cinco mil mediciones 
sobre las calles de París, que se realizaron siguiendo el principio de triangulación enun-
ciado en 1533 por el belga Gemma Frisius (fig. 2.15). La existencia de un documento 
en el que quedaron patentes las operaciones geométricas de medición, sitúa este trabajo 
entre los más pioneros de su tipo (fig. 2.17). Para Mathieu Fernández, es posible deter-
minar una relaciónentre la evolución de la disciplina topográfica y la aparición de obras 
relevantes caracterizadas por un profundo dominio de la técnica.51 Trabajos como los 
de Verniquet fueron condición sine qua non para las grandes transformaciones del Pa-
rís realizadas durante el siglo XIX, que únicamente fueron posibles cuando existió sufi-
ciente control sobre el territorio. 
Topografía performática
Figura 2.16. Planos parciales del Atlas de París. Edme Verniquet, 1791.
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio44
Figura 2.18. Método cartográfico de 
curvas de nivel presentado en Expres-
sions des nouvellements, ou Methodes 
nouvelle pour marquer rigoreusement 
sur les cartes terrestres et marines les 
hauteurs et les configuration des terre-
ins. Marcellin Du Carla, 1782.
52. Bernhard Siegert, “Eupalinos, or 
The Master Shipwright: The Threshold 
between Land and Sea as a Design 
Tool”, Configurations 18, 3 (septiem-
bre de 2010), 432.
53. Pierre Lamandé, LACROIX: Les lig-
nes de niveau à l’appui d’une nouvelle 
vision de la géographie physique (2009)
54. Pierre-Simon Girard, Mémoires 
sur le canal de l’Ourcq (Paris : Cari-
lian-Goeury, 1831).
55. Pierre-Simon Girard, Recherches 
sur les eaux publiques de Paris (París: 
L’Imprimerie Imperial 1812),
En paralelo a Verniquet, Marcellin Du Carla publicó en 1782 el texto Expressions des 
nouvellements, ou Methodes nouvelle pour marquer rigoreusement sur les cartes terrestres et marines les 
hauteurs et les configuration des terreins.52 En este documento encontramos una novedosa ex-
posición detallada sobre las curvas de nivel, que incluye el que probablemente sea el pri-
mer plano topográfico del que hay registro (fig. 2.18). 
La primera década del siglo XIX resulta clave para el reconocimiento del territorio 
parisino. En este periodo la geología alcanza un nuevo estatus con el trabajo de Geor-
ges Cuviers y Alexandre Brongniart (fig. 2.20). Por otro lado, el uso de las curvas de ni-
vel expuesto por Du Carla fue estructurado por el matemático Sylvestre F. Lacroix en 
1804, al que le siguió Dupain-Triel en 1805.53 Ninguno de los dos escapó sin embar-
go del marco teórico. Su uso práctico en la descripción del territorio encontró impulso 
gracias a la figura de Pierre-Simon Girard, ingeniero jefe durante las obras del canal de 
L’Ourcq, que se vió en la necesidad de disponer de documentos cartográficos adecua-
dos para la planificación hídrica:
La decisión del 17 de Ventôse [9 de marzo de 1805] establece que el proyecto general 
de distribución de las aguas del Ourcq en París se tratará inmediatamente. Este proyecto 
sólo podía basarse sólidamente en un perfecto conocimiento del relieve de los distintos 
barrios de esta ciudad, y de su descenso por debajo de la cuenca de la Villette que serviría 
de depósito para sus aguas. Una nivelación general de París era esencial para dar a conocer 
este alivio...54
En 1805 Girard encargó a Pierre Égault el levantamiento topográfico de París.55 La 
tarea incluía también el registro de elementos particulares, tales como desagües. Éga-
ult cartografió numerosos puntos y transfirió sus mediciones a una copia del Plano de 
Verniquet. El resultado fue un modelo muy preciso, publicado en 1812 en un volu-
men titulado Recherches sur les eaux publiques de Paris (fig. 2.19). Los registros elaborados 
por Girard y Égault sirvieron para la elaboración de diversas representaciones gráficas. 
Figura 2.17. Plan des Opérations Trigonométriques de la Ville de Paris. Edme Verniquet, 1791
45
Figura 2.19. Portada de Recherches 
sur les eaux publiques de Paris. Pie-
rre-Simon Girard, 1812
Para la topografía son especialmente relevantes dos: por un lado, un plano en el que el 
relieve se representa por medio de curvas de nivel (fig. 2.21); por el otro, un plano en el 
que el relieve se representa por medio de tramas según las pendientes del terreno (fig. 
2.22). Girard y Égault se alejaron de las convenciones establecidas hasta el momento y 
no tomaron el Sena como punto de referencia para las mediciones. En su lugar, toma-
ron un punto localizado a un metro y medio sobre la superficie del depósito de agua de 
L’Ourcq, ubicado en la Villette. Cada uno de los puntos cartografiados en la ciudad de 
Paris se acotó en referencia a una superficie homogénea situada a 50 metros sobre el ci-
tado punto de origen. El sistema tiene sentido porque la representación topográfica na-
ció de una necesidad de distribución del agua de la Villette dentro de la ciudad de París. 
La técnica demuestra así su carácter funcional.
Figura 2.20. Carte Geognostique des Environs de Paris. Georges Cuviers y Alexandre Brongniart, 1810. 
Figura 2.22. Plan Général du sol de Paris sur lequel le Relief 
du terrain est indiqué par des Lignes de Plus Grande Pente. 
Pierre-Simon Girard, 1812. 
Figura 2.21. Plan Général du sol de Paris sur lequel le Relief 
du terrain est indiqué par des Lignes de Niveau. Pierre-Simon 
Girard, 1812. 
Parte II — 2.2. Topografía performática
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio46
Figura 2.23. Mémoires du Baron Hauss-
mann. III Grands travaux de Paris. Geor-
ges-Eugène Haussmann, 1893.
56. Georges-Eugène Haussmann, 
Mémoires du Baron Haussmann. III 
Grands travaux de Paris (París: Victor 
Havard éditeur, 1893): 1.
57. Georges-Eugène Haussmann, 
Mémoires du Baron Haussmann. III 
Grands travaux de Paris (París: Victor 
Havard éditeur, 1893): 2.
58. Georges-Eugène Haussmann, 
Mémoires du Baron Haussmann. III 
Grands travaux de Paris (París: Victor 
Havard éditeur, 1893): 15-16.
Las obras de construcción de la calle Rivoli de París, realizadas en 1852 bajo la di-
rección del prefecto del Sena Jean Jacques Berger, evidenciaron los problemas deriva-
dos de un manejo deficiente de la cartografía. Para evitar nuevos problemas causados 
por la imprecisión, el sucesor de Berger –Georges-Eugène Haussmann– organizó un 
plan general de nivelación. Entre 1853 y 1854 encargó una serie de levantamientos to-
pográficos a Éugene Deschamps. En 1856, Hausssmann creó el Service du Plan de Pa-
ris.56 La idea tras este movimiento estratégico era la creación de un servicio técnico in-
dependiente, que estuviera al servicio de la Administración pública y que se encargase 
de gestionar el tratamiento del terreno en todos sus aspectos para asegurar precisión en 
las obras. Deschamps se convirtió en uno de los máximos responsables técnicos del De-
partamento del Plan de París. El propio Haussmann llegó a indicar que « Le Plan de Pa-
ris, c’était M. Deschamps!»57, dando cuenta de la importancia de su trabajo en la trans-
formación de París. 
Haussmann relató en la tercera parte de sus memorias (fig. 2.23), correspondiente a 
las transformaciones de París, el método empleado para las mediciones empleadas para 
su nivellement général. Se trata de un sistema muy similar al empleado por Girard y Éga-
ult. Aparece la duda del préstamo, pero la evidencia parece confirmarlo:
Tuve que hacer el trabajo en paralelo con la Triangulación de París, y tomamos como 
punto de referencia un plano ideal que pasa 50 metros por encima del nivel normal de 
las aguas de la cuenca de llegada del canal de Ourcq, en La Villette, un nivel 51,49 metros 
más alto que el del Mar Medio, para poder identificar las cotas de nivelación anotadas en 
nuestro Plano de París.58
El resultado del trabajo se materializó en un plano a escala 1/5.000 empleado para 
la dirección de las transformaciones de París. A partir de este ejemplar se realizaron co-
pias a menor escala, en las que se combinaron la información catastral y las curvas de ni-
vel según se necesitó. Jean-Charles Adolphe Alphand proyectó Les Promenades de Paris 
haciendo uso de los esfuerzos cartográficos acumulados durante más de 50 años. Esfuer-
zos que Haussmann y Deschamps habían conseguido cristalizar pero que no habían in-
ventado. Las cartografías precisas de París permitieron la transformación de la ciudad y 
la aparición deLes Promenades de Alphand. Si bien Haussmann atribuyó el éxito en las 
mediciones topográficas al urbanismo, actualmente sabemos que los avances fueron el 
resultado de una superposición de innovaciones en varias disciplinas, como las matemá-
ticas, la propia topografía o la geología. 
Cartografía y topografía de Les Promenades: Parc des Buttes-Chaumont
Alphand recibió formación en la École Royale des Ponts et Chaussées entre 1838 y 1843. 
Resulta evidente por su educación que era conocedor de las innovaciones y trabajos rea-
lizados en el campo de la cartografía. Su trabajo así lo atestigua. Los trabajos topográfi-
cos fueron imprescindibles para la creación de les Promenades de París, ya que fueron la 
base de todas las actuaciones paisajísticas. Durante el primer periodo de actuaciones en 
el Bois de Boulogne –entre 1852 y 1855– la primera intervención sobre el parque con-
sistió en la excavación de dos grandes lagos. Posteriormente, se creó la colina de Morte-
mart con el material extraido. Esta operación de vaciado y adición, puramente topográ-
fica, simboliza la importancia de esta disciplina en el trabajo de Alphand. La gestión de 
los recursos hídricos requería precisión topográfica. Las plantaciones vegetales, la crea-
ción de caminos, la creación de vistas y la propia arquitectura, también.
47
El texto de Les Promenades de París (1867-1873) se encuentra repleto de planos al-
tamente precisos. Son documentos en los que la herencia de las innovaciones cartográ-
ficas se encuentra implícita en la representación. Sin embargo, los datos topográficos ex-
plícitos como las curvas de nivel no suelen aparecer. En ocasiones es difícil comprender 
la tridimensionalidad de intervenciones como las del Bois de Vincennes o Montsouris a 
partir de los planos incluidos por Alphand.
La excepción la encontramos en la representación del Parc des Buttes-Chaumont. 
En particular en dos planos con un carácter único, con los que Alphand, además de ayu-
dar en la comprensión de una condición espacial determinada, quiso dar cuenta de la ex-
traordinaria complejidad de las transformaciones. El primero de los planos incluye una 
visualización renderizada del parque. En ella podemos apreciar sombras, elementos tra-
mados, detalles sobre la vegetación, la pendiente del terreno y diferentes materialidades 
(fig. 2.24). El segundo de los planos contiene las curvas de nivel del terreno diferencia-
das en dos grupos: por un lado, las curvas actuales en color rojizo; por otro, las curvas 
del estado anterior, en color negro (fig. 2.25). 
El trabajo realizado por Alphand muestra simetría con los planos producidos por 
Girard y Égault (ver pág. 45) y lleva su intencionalidad más allá, al incluir la temporali-
dad de la transformación. Sabemos con precisión que hay ahora, pero también pode-
mos conocer con bastante exactitud qué había antes. Los planos de Buttes-Chaumont 
son el único documento de Les Promenades de París que, junto con las fichas de vege-
tación, introducen colores. Alphand plasma en ellos una veracidad descriptiva que pone 
su obra en relación directa con la topografía. 
Figura 2.24. Plan du Parc des Buttes-Chaumont, Les Pro-
menades de París (planches). Jean-Charles Adolphe Al-
phand, 1867-1873.
Figura 2.25. Plan des Courbes de Niveau du Parc des 
Buttes-Chaumont, Les Promenades de París (planches). 
Jean-Charles Adolphe Alphand, 1867-1873.
Parte II — 2.2. Topografía performática
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio48
59. Ann Komara, “Measure and Map: 
Alphand’s Contours of Construction 
at the Parc des Buttes Chaumont, 
Paris 1867”, Landscape Journal 28, 1 
(marzo 2009): 22-39.
60. Mathieu Fernandez, “Variations 
d’épaisseur du sol urbain à Paris 
entre 1807 et 2016 : méthode to-
po-historique et cartographie”, FLUX 
2018/1-2 (2018): 111-112.
Ann Komara, profesora de paisaje en la Universidad de Colorado en Estados Uni-
dos, sostiene que los planos de Buttes-Chaumont son extraordinariamente útiles como 
herramienta de proyecto, ya que posiblemente permitieron a Alphand hacer estimaciones 
detalladas para la construcción del paisaje. Sugiere que pudo haber sido posible calcular 
el «corte y relleno» por comparación en la sección.59 Si bien Alphand no dejó constancia 
de ninguna medición realizada en Buttes-Chaumont, junto a la información del parque 
de Monceau aparecen secciones que podrían secundar las ideas de Komara (fig. 2.26).
Buttes-Chaumont es la demostración construida de los logros materiales que se al-
canzan cuando las mediciones topográficas están en armonía con la realidad. La repre-
sentación topográfica de esta promenade interieur también valida el uso de las curvas 
de nivel como método preciso de descripción para una porción del territorio y nos per-
mite un análisis contemporáneo del paisaje mediante herramientas digitales, tales como 
el levantamiento tridimensional del estado previo y el actual, la visualización de la topo-
grafía o la comparación del asoleamiento previsto en 1867.
Método topo-histórico y análisis cuantitativo de Buttes Chaumont
Los planos de Buttes-Chaumont que Alphand incorporó en Les Promenades de Paris 
abren la puerta a un análisis cuantitativo. Mathieu Fernandez –experto en metabolismo 
urbano– defiende la posibilidad de ejercer la arqueología en la ciudad, siempre que exista 
documentación adecuada para abarcar un periodo razonablemente extenso.60 En su artí-
culoVariations d’épaisseur du sol urbain à Paris entre 1807 et 2016: méthode topo-histo-
rique et cartographie, se demuestra cómo es posible explicar la evolución del territorio 
realizando un análisis denominado «topo-histórico». Este método consiste en comparar 
volumétricamente dos temporalidades de una misma porción del territorio. París se vuel-
ve un caso de estudio perfecto: existen registros topográficos precisos desde 1791. 
Para su análisis, Fernandez escoge el interior del recinto delimitado por el mur des 
Fermiers généraux. Luego utiliza los puntos medidos por Girard y Égault en 1805 y de-
fine una superficie a partir de ellos. Finalmente la compara con un modelo de elevación 
digital (DEM) del año 2016. El resultado es un plano de los movimientos altimétricos 
del suelo y una cuantificación precisa del metabolismo urbano. Para el tiempo de obser-
vación se acumularon aproximadamente 9’4 millones de metros cúbicos frente a los 3 
millones retirados.
Figura 2.26. Secciones del Parc Monceau en Les Promenades de París. Hochereau y Ad. Fath., 1867-1873.
49Parte II — 2.2. Topografía performática
El documento obtenido por método «topo-histórico» se puede descomponer en au-
mentos del nivel del suelo y disminuciones. Además, se puede superponer a otros, tales 
como el plano de curvas de nivel publicado por Girard en 1812 (fig. 2.27 y fig. 2.29) o 
el plano de la capital francesa publicado en Les Promenades de París (1867-1873) (fig. 
2.28 y fig. 2.30). El análisis multicapa enriquece el trabajo. Nos permite conocer qué ele-
mentos de relieve sufrieron aumento o disminución, y qué condiciones urbanas motiva-
ron los cambios. El método descrito demuestra como la generación de modelos digita-
les que reflejan la evolución del territorio es de aplicación en el contexto de cuestiones 
contemporáneas asociadas a la ecología urbana. La generación tridimensional a partir 
de documentos del pasado permite estudiar el metabolismo territorial, cuantificando flu-
jos de materia o de energía. 
Se plantea el análisis del Parc des Buttes-Chaumont siguiendo la metodología pro-
puesta por Mathieu Fernandez. El objetivo es cuantificar el balance de suelo en el par-
que diseñado por Alphand para determinar el flujo de materia. Se utilizarán herramien-
tas de dibujo asistido por ordenador así como el software de modelado paramétrico 
para analizar la cuantificación volumétrica de Buttes-Chaumont. El objetivo es extraer 
los dos modelos tridimensionales para poder realizar operaciones de cálculo con los vo-
lúmenes obtenidos. 
Figura 2.27. En la base: plano decurvas de nivel de París publicado por Pie-
rre-Simon Girard en 1812. Superpuesto: movimientos altimétricos positivos de-
tectados por Mathieu Fernandez en el periodo 1812-2016. Elaboración propia.
Figura 2.29. En la base: plano de curvas de nivel de París publicado por Pie-
rre-Simon Girard en 1812. Superpuesto: movimientos altimétricos negativos de-
tectados por Mathieu Fernandez en el periodo 1812-2016. Elaboración propia.
Figura 2.28. En la base: plano de París Publicado en Les Promenades (1867-
1873) por Alphand. Superpuesto: movimientos altimétricos positivos detectados 
por Mathieu Fernandez en el periodo 1812-2016. Elaboración propia.
Figura 2.30. En la base: plano de París Publicado en Les Promenades (1867-
1873) por Alphand. Superpuesto: movimientos altimétricos negativos detecta-
dos por Mathieu Fernandez en el periodo 1812-2016. Elaboración propia.
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio50
51
El primer paso consiste en desdoblar el plano de Alphand en sus dos componentes 
fundamentales. Por un lado se trabajará con el estado previo (fig. 2.31) y, por otro, con 
el estado actual o estado as-built (fig. 2.32). Para ambos, se interpretan las curvas de ni-
vel proporcionadas utilizando Rhinoceros y se agrupan según la cota asignada. Una vez 
obtenidos los contornos, se desplazan tridimensionalmente a la cota que les correspon-
de y se generan las dos superficies buscadas por medio de un barrido parametrizado. El 
último paso consiste en intersecar los modelos para cuantificar los volúmenes: tanto el 
retirado del estado previo como el añadido para obtener el estado actual. 
Las mediciones sobre los volúmenes arrojan los siguientes datos: para el volumen ex-
traido (fig. 2.33), un total de 731.211,013 (+/- 0,0001) m3. Para el volumen añadido (fig. 
2.34), un total de 592.486,77(+/- 0,0001) m3. El saldo resultante es positivo y equivalen-
te a 138.724,243 (+/- 0,0001) m3. Se puede afirmar que en cierta medida, Buttes-Chau-
mont cedió suelo a otras partes del territorio. Los modelos tridimensionales generados 
nos dan información precisa sobre las operaciones realizadas. Sobre el volumen previo 
a Alphand podemos observar el suavizado de las formas y la modificación del promon-
torio de la Sibila (fig. 2.35 y 2.36). Sobre el volumen modificado permiten observar el 
proceso de creación de «les buttes» y la nivelación del lago . 
Parte II — 2.2. Topografía performática
(Página contigua arriba)
Figura 2.31. Plano del Parc des
Buttes-Chaumont en su estado previo 
a 1864. Elaboración propia. 
(Página contigua abajo)
Figura 2.32. Plano del Parc des
Buttes-Chaumont en su estado actual, 
posterior a 1867. Elaboración propia.
Figura 2.33. Arriba: volumen retirado (1864-1867). En el centro: estado previo 
(1864). Abajo: estado previo (1864) con volumen retirado (1864-1867). 
Elaboración propia.
Figura 2.34. Arriba: volumen añadido (1864-1867). En el centro: as-built (1867-
2021). Abajo: as-built (1867-2021) con volumen añadido (1864-1867). 
Elaboración propia.
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio52
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Parte II — 2.2. Topografía performática
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio54
55
Hacia 1880, el gasto total de agua para el mantenimien-
to del Bois de Boulogne y el Bois de Vincennes fue de 
41.000 m3 diarios (Alphand, 1867-1873). Si el agua públi-
ca de la que disponía la ciudad de París en 1878 era de 
241.000 m3 diarios (Husson, 1996), es posible concluir 
que los dos grandes parques públicos de París concen-
traban un 17% del volumen total disponible. Todo ello sin 
contar los parques interiores y todas las calles interveni-
das con arbolado. 
Destinar uno de cada cinco litros de agua pública al 
mantenimiento del paisaje supuso una inversión nada 
desdeñable, que requirió grandes transformaciones y el 
despliegue de una gran infraestructura hidráulica.Se des-
cribe a continuación el estado del suministro en París pre-
vio a la intervención de Alphand, las fuentes y sistemas 
de distribución hacia Les Promenades y toda la tecnolo-
gía empleada en esta gran infraestructura.
Parte II — 2.3. Infraestructura hidráulica
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio56
57
A Tale of Two Systems: el sistema de agua doble de París
El abastecimiento de agua en el París actual se caracteriza por la existencia de dos redes 
separadas. Este rasgo singular tiene su origen en el siglo XIX, momento en el que se 
decidió que la ciudad contaría con una red privada de agua potable y una pública de 
agua no potable. 
Hasta el siglo XVIII el abastecimiento de agua en París fue deficiente. Los manantiales 
de Saint-Gervais y Belleville se vieron complementados en el siglo XVII por el acueducto 
de Arcueil61, pero el suministro del que se disponía seguía siendo escaso. La primera com-
pañía de aguas establecida en París se funda en 1777.62 Los hermanos Périer, que en 1776 
habían solicitado permiso a Louis XVI para ‘elevar’ el agua del Sena con máquinas de 
vapor, obtuvieron la licencia de explotación un año después y comenzaron la distribución. 
A partir de este momento comenzaron a construirse máquinas en las márgenes del río: en 
1782 se construyeron los elevadores y depósitos de Chaillot (fig. 2.37) y cuatro años más 
tarde, en 1786, se instalaron bombas en Gros-Caillou (ver 62) (fig. 2.38). Hacia 1788, nu-
merosas voces denunciaron el hecho de que todas las acciones de la Première Compagnie des 
eaux habían quedado en manos de un solo inversor. Ante esta situación, el ayuntamiento 
de París contó con el permiso del rey para expropiar las instalaciones de distribución de 
agua y gestionarlas bajo la denominación de Administration Royale (ver 62).
Infraestructura hidráulica
Parte II — 2.3. Infraestructura hidráulica
61. “Acueducto. Situación del abas-
tecimiento en París a mediados del 
siglo XIX”, Escolar, acceso el 23 de 
diciembre de 2021, http://www.es-
colar.com/EnciclopediaXIX/acueduc-
to-abastecimiento-agua-ciudad-pa-
ris-situacion-mediados-siglo-xix.html
62. Gilles Pascal Husson, “Historique 
de l’alimentation en eau potable de la 
ville de Paris”, Journal européen d’hy-
drologie 27 (1996): 99-100.
(Abajo izquierda)
Figura 2.37. Pompe à feux de Chaillot, 
place de l’Alma, 16e arrondisement. 
Charles Marville, circa 1780.
(Abajo derecha)
Figura 2.38. Vue de la pompe à feu 
prise du Gros-Caillou. Jean Baptiste 
Lallemande, circa 1780. 
Les Promenades de París: Alphand y la creación de un Paisaje Medio58
A principios del siglo XIX, el acceso al agua en la ciudad de París se limitaba a un 
número escaso de fuentes públicas (aproximadamente 60) y a la existencia de pozos 
privados. Las fuentes eran claramente insuficientes y los pozos –que en 1878 alcanza-
rían la cifra de 30.00064– sobreexplotaban los acuíferos bajo París. Frente a este modelo, 
Londres había optado en el siglo XVIII por una extensa red de distribución gestionada 
de forma privada. Gilbert Joseph Gaspard, conde de Chabrol de Volvic y prefecto del 
Sena entre 1812 y 1836, promovió la modernización de la infraestructura de agua. El 
modelo a seguir sería el de la capital del Támesis: conceder la distribución del agua a 
una empresa privada, encargada de la construcción y mantenimiento de la red. El papel 
de la Administración pública se limitaría a la elaboración de un proyecto general y a la 
redacción de un pliego de condiciones.65 El hombre

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