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vasoconstrictoras, que llegan desde el ganglio cervical superior por el plexo carotídeo interno y el nervio petroso profundo, se unen a las fibras parasimpáticas para formar el nervio del conducto pterigoideo y atravesar el ganglio pterigopalatino. El ramo terminal comunicante del nervio cigomático (del NC V2) lleva ambos tipos de fibras al ramo lagrimal del nervio oftálmico, por el cual penetran en la glándula (v. cap. 10). Bulbo ocular El bulbo ocular contiene el aparato óptico del sistema visual (fig. 8-45 A). Ocupa la mayor parte de la porción anterior de la órbita, suspendido por seis músculos extrínsecos, que controlan sus movimientos, y por un aparato suspensor fascial. Mide unos 25 mm de diámetro. Todas las estructuras anatómicas intraocu-lares adoptan una disposición circular o esférica. El bulbo ocular propiamente dicho posee tres capas, aunque existe una capa adicional de tejido conectivo que rodea el bulbo ocular y lo mantiene dentro de la órbita. Esta capa de tejido conectivo está compuesta posteriormente por la vaina fascial del bulbo ocular (fascia bulbar o cápsula de Tenon), que forma el cuenco real para el bulbo ocular, y anteriormente por la conjuntiva bulbar. La vaina fascial es la parte más importante del aparato suspensor. Una capa de tejido conectivo muy laxo, el espacio epiescleral (un espacio potencial), situada entre la vaina fascial y la capa más externa del bulbo ocular, facilita los movimientos oculares dentro de la vaina fascial. Las tres capas del bulbo ocular son (fig. 8-49): 1. La capa fibrosa (externa), formada por la esclera y la córnea. 2. La capa vascular (media), formada por la coroides, el cuerpo ciliar y el iris. 3. La capa interna, formada por la retina, que posee las porciones óptica y ciega. CAPA FIBROSA DEL BULBO OCULAR La capa fibrosa del bulbo ocular es su esqueleto fibroso externo, que le aporta forma y resistencia. La esclera (esclerótica) es la parte dura y opaca de la capa fibrosa del bulbo ocular; cubre posteriormente sus cinco sextas partes (figs. 8-49 A y 8-50), y proporciona inserción a los músculos extrínsecos (extraoculares) e intrínsecos del bulbo ocular. La parte anterior de la esclera es visible a través de la conjuntiva bulbar transparente y constituye «el blanco del ojo» (v. fig. 8-46 B). La córnea es la parte transparente de la capa fibrosa, que cubre anteriormente la sexta parte del bulbo ocular (figs. 8-49 A y 8-50). La convexidad de la córnea es mayor que la de la esclera, por lo que sobresale del bulbo ocular cuando se contempla lateralmente. Las dos partes de la capa fibrosa difieren principalmente en cuanto a la regularidad con que se disponen las fibras de colágeno que las componen, así como en el grado de hidratación de ambas. Mientras que la esclera es relativamente avascular, la córnea carece totalmente de vasos y se nutre a partir de lechos capilares en torno a su periferia y de los líquidos existentes sobre su superficie externa e interna (líquido lagrimal y humor acuoso, respectivamente). El líquido lagrimal también proporciona oxígeno, absorbido del aire. La córnea es extremadamente sensible al tacto y su inervación proviene del nervio 1613 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 8 CABEZA Ojo, órbita, región orbitaria y bulbo ocular Bulbo ocular booksmedicos.org Push Button0:
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