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--PSICOLOGÍA DE LA EMOCIÓN ISAAC GARRIDO GUTIÉRREZ--

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PSICOLOGÍA DE LA EMOCIÓN
2
PROYECTO EDITORIALSÍNTESIS PSICOLOGÍA
Director:Juan Mayor
Área de publicación:
PSICOLOGÍA BÁSICACoordinador: Juan Mayor
3
Reservados todos los derechos. Está prohibido, bajo las sanciones penales y el resarcimiento civil previstos en las
leyes, reproducir, registrar o transmitir esta publicación, íntegra o parcialmente, por cualquier sistema de
recuperación y por cualquier medio, sea mecánico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o por
cualquier otro, sin la autorización previa por escrito de Editorial Síntesis, S. A.
© Isaac Garrido
© EDITORIAL SÍNTESIS, S. A.
Vallehermoso, 34 - 28015 Madrid
Teléf.: (91) 593 20 98
http://www.sintesis.com
ISBN: 978-84-995813-6-1
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http://www.sintesis.com
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
PARTE I:
DESARROLLOS TEÓRICOS Y MODELOS EXPLICATIVOS
CAPÍTULO 1: DESARROLLOS TEÓRICOS EN UNA ÉPOCA PRECIENTÍFICA
1.1. René Descartes
1.1.1. Perfil humano, intelectual y científico
1.1.2. Aportación al estudio de la emoción
1.1.3. Influencias y proyección futura
1.2. Charles Darwin
1.2.1. Perfil humano, intelectual y científico
1.2.2. Aportación al estudio de la emoción
1.2.3. Influencias y proyección futura
1.2.4. Avance posibilitado por su aportación
CAPÍTULO 2: DESARROLLOS TEÓRICOS EN LA ÉPOCA CIENTÍFICA
2.1. William James
2.1.1. Perfil humano, intelectual y científico
2.1.2. Aportación al estudio de la emoción
2.1.3. Influencias y proyección futura
2.1.4. Avance posibilitado por su aportación
2.2. Cari G. Lange
2.3. Walter B. Cannon
2.3.1. Perfil humano, intelectual y científico
2.3.2. Aportación al estudio de la emoción
2.3.3. Influencias y proyección futura
2.4. Sigmund Freud
2.4.1. Perfil humano, intelectual y científico
2.4.2. Aportación al estudio de la emoción
2.4.3. Influencias y proyección futura
2.5. John B. Watson
5
2.5.1. Perfil humano, intelectual y científico
2.5.2. Aportación al estudio de la emoción
2.5.3. Influencias y proyección futura
2.6. Gregorio Marañón y Posadillo
2.6.1. Perfil humano, intelectual y científico
2.6.2. Aportación al estudio de la emoción
2.6.3. Influencias y proyección futura
CAPÍTULO 3: EMOCIÓN: FUNCIONALIDAD Y MECANISMOS DE
REGULACIÓN DE LA ACCIÓN
3.1. Emoción: variable hipotética. Funcionalidad y conceptualización
3.2. Emoción, niveles de actividad y mecanismos de regulación de la acción
PARTE II:
BASE FÍSICA DE LA EMOCIÓN, SISTEMAS IMPLICADOS
CAPÍTULO 4: EL SISTEMA NEUROFISIOLÓGICO
4.1. Sistema nervioso central y emoción
4.1.1. El sistema reticular activador
4.1.2. Elhipotálamo
4.1.3. El sistema límbico
4.2. Sistema nervioso periférico y emoción
4.2.1. Sistema nervioso sensoriomotor o somático
4.2.2. Sistema nervioso autónomo o vegetativo
4.3. Los músculos
CAPÍTULO 5: EL SISTEMA ENDOCRINO
5.1. Glándulas endocrinas: localización y funciones
5.1.1. El hipotálamo
5.1.2. La hipófisis o glándula pituitaria
5.1.3. Hormonas de la hipófisis anterior
5.1.4. Hipófisis posterior
5.1.5. Las glándulas adrenales o suprarrenales
5.2. Regulación de la secreción de hormonas
6
5.3. Psiconeuroendocrinología
5.3.1. Neuroendrocrinología
5.3.2. Psicoendocrinología
CAPÍTULO 6: EL SISTEMA INMUNE
6.1. Mecanismos de defensa, células y tejidos
6.2. Psiconeuroinmunología
6.2.1. Modulación hormonal de la función inmune
6.2.2. Modulación de las respuestas endocrinas por el sistema inmune
6.3. Procesos psicológicos y sistema inmune: su incidencia en la salud y en la
enfermedad
6.3.1. Cannon y la reacción de emergencia
6.3.2. Selye y el síndrome general de adaptación
6.3.3. Repercusiones de la emoción sobre la salud y la enfermedad
6.3.4. Estrés y cáncer
PARTE III:
TÉCNICAS DE MEDIDA DE LA EMOCIÓN
CAPÍTULO 7: MEDIDAS DE LA EXPERIENCIA EMOCIONAL
7.1. Contenidos mentales, introspección y técnicas de autoinforme
7.2. Autoinforme de la experiencia emocional
CAPÍTULO 8: TÉCNICAS DE MEDIDA DEL COMPONENTE
NEUROFISIOLÓGICO DE LA EMOCIÓN
8.1. Repercusiones de las emociones sobre el organismo
8.2. Técnicas de medida
8.2.1. Señales psicofisiológicas en las que interviene el sistema nervioso
sensorio-motor
8.2.2. Señales psicofisiológicas en las que interviene el sistema nervioso
autónomo
8.3. Problemática de la medida neurofisiológica de la emoción
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CAPÍTULO 9: MEDIDAS DE LA EXPRESIÓN EMOCIONAL
9.1. Expresión sonora de la emoción
9.1.1. El aparato vocal: mecanismos generadores del sonido
9.1.2. Producto de la conducta vocal: el flujo de voz
9.2. Expresión no verbal de la emoción
9.2.1. Expresión corporal
9.2.2. Expresión facial de la emoción
9.2.3. Modalidades de la expresión no verbal en estados emocionales
PARTE IV:
ÁMBITOS DE INVESTIGACIÓN
CAPÍTULO 10: ENFOQUE COGNITIVO DE LA EMOCIÓN
10.1. Desarrollos teóricos
10.1.1. Teorías de la evaluación cognitiva
10.1.2. Teorías de la activación-cognición
10.1.3. Teorías del procesamiento de la información
10.1.4. Teoría emotivo-motivacional de la atribución
10.2. Emoción, cognición y acción
CAPÍTULO 11: LA EMOCIÓN: SUS DETERMINANTES Y SU RELACIÓN CON LA
MOTIVACIÓN Y LA COGNICIÓN
11.1. Determinantes de la comprensión de la emoción
11.1.1. La estructura cognitiva de la emoción (el lenguaje de la emoción)
11.1.2. Diferenciación emocional: reacciones fisiológicas y/o procesos cognitivos
11.1.3. Reglas de manifestación emocional: la influencia social en la expresión
emocional
11.2. Relaciones de la motivación, la emoción y la cognición: su incidencia en la acción
11.2.1. Teoría de los sistemas motivacionales-emocionales primarios (primes) de
Buck
11.2.2. Un modelo integrador en motivación y emoción humana
CAPÍTULO 12: ESTADOS DE ÁNIMO Y MEMORIA
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12.1. Los estados de ánimo como procesos afectivos
12.2. La inducción de estados de ánimo en el laboratorio
12.3. Relación de los estados de ánimo con la memoria
12.3.1. Sistemas y organización de la memoria
12.3.2. Incidencia de los estados de ánimo sobre los diversos tipos de memoria
BIBLIOGRAFÍA
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INTRODUCCIÓN
Los contenidos de este libro están organizados en cuatro apartados, conteniendo
cada uno de ellos tres capítulos.
El primer apartado, dedicado a los desarrollos teóricos y a los modelos explicativos,
se ha estructurado a partir de las principales aportaciones de aquellos autores que pueden
ser considerados como los pioneros en el estudio de la emoción, aquellos que han
establecido el basamento teórico sobre el que se ha asentado la psicología de la emoción.
Se han citado los pasajes de sus obras en los que se concreta su aportación. Para una
mayor sistematización en la presentación de los autores, se ha seguido el siguiente
esquema. Se comienza presentando el perfil humano, intelectual y científico, se analiza
detenidamente su aportación y se acaba presentando las influencias y la proyección de
ese autor hacia el futuro, en el desarrollo de nuevos enfoques y desarrollos teóricos. En
algunos casos (Darwin y James), por su relevancia, se destaca el avance que ese autor ha
posibilitado en la investigación posterior. Este primer apartado termina analizando la
vinculación de la emoción con la acción.
El capítulo 1 presenta los desarrollos teóricos producidos en el ámbito de la
emoción, en una época precientífica, en un momento en el que la psicología todavía no
se ha constituido como una rama del conocimiento científico separada de la filosofía.
René Descartes, desde los campos de la filosofía y de la ciencia (matemática y fisiología
fundamentalmente) estableció las vías por las que ha avanzado la investigación en
emoción, perfilando los tres elementos característicos de la emoción (las pasiones, las
conmociones corporales y la acción) que la investigación actual ha confirmado
plenamente como componentes de la emoción. Charles Darwin, desde el campo
científico, incide en el componente de expresión emocional. El capítulo 2 presenta los
desarrollos teóricos producidos en el ámbito de la emoción desde finales del siglo xix
(momento en el que la psicología alcanza el estatus de ciencia) y a lo largo del siglo xx.
Se analizan las aportaciones de William James, de Cari G. Lange,de Walter B. Cannon,
de Sigmund Freud, de John B. Watson y de Gregorio Marañón (se reconoce la
importante aportación de Marañón, lo que, aunque parezca sorprendente, no es frecuente
en los manuales de emoción publicados en nuestro país). El capítulo 3 ofrece un análisis
de la emoción como una variable hipotética y presenta los mecanismos a través de los
que se produce la regulación de la acción. Se incide en la funcionalidad de los estados
emocionales.
El segundo apartado presenta la base física de la emoción, los diversos sistemas que
mediatizan los procesos emocionales, así como las repercusiones que los estados
emocionales pueden tener sobre éstos.
10
El capítulo 4 analiza la relación del sistema neurofisiológico con la emoción,
presentando la función de diversas estructuras del sistema nervioso central (sistema
reticular, hipotálamo y sistema límbico), así como del sistema nervioso periférico, en su
rama sensoriomotora o somática y en su rama autónoma o vegetativa (en sus divisiones
simpática y parasimpática). Aunque de una forma breve, se presentan los diferentes tipos
de músculos, dada su vinculación con el sistema nervioso periférico. El capítulo 5,
dedicado al sistema endocrino, analiza la localización y funciones de las glándulas
endocrinas que tienen una mayor relación con la emoción (el hipotálamo –que aunque es
una estructura neural funciona como una glándula endocrina–, la hipófisis o glándula
pituitaria y las glándulas suprarrenales). Tras analizar brevemente los diferentes tipos de
control en la regulación de la secreción de hormonas, el capítulo termina presentando a la
psiconeuroendocrinología, integrada por la neuroendocrinología (estudio de la
interacción entre el sistema nervioso y el sistema endocrino) y por la
psicoendocrinología (efecto de las hormonas sobre el comportamiento y de éste sobre
aquéllas). En el capítulo 6, dedicado al sistema inmune, después de analizar los diversos
mecanismos de defensa frente a las infecciones, los tipos de células y órganos que
constituyen el sistema inmune, se analizan los hallazgos fundamentales en el ámbito de la
psiconeuroinmunología (campo de investigación interdisciplinar en el que se integra el
estudio de las interacciones entre el comportamiento, los procesos neurales y endocrinos
y los procesos inmunes). Termina el capítulo con un análisis de la incidencia de los
procesos psicológicos sobre la salud y la enfermedad, centrándose en la relación entre
estrés y cáncer.
El tercer apartado presenta las diversas técnicas que se han empleado en la medida
de los diferentes componentes de la emoción.
El capítulo 7 está dedicado a la medida de la experiencia emocional, analizando la
importancia de los contenidos mentales, de la introspección y del autoinforme en la
psicología actual, incidiendo en las dos técnicas de autoinforme más empleadas (listas de
adjetivos y escalas tipo cuestionario). Se comentan brevemente las limitaciones de este
tipo de técnicas. El capítulo 8, que presenta diversas técnicas de medida del componente
neurofisiológico de la emoción, comienza analizando la respuesta que el sistema nervioso
periférico produce ante un estado emocional intenso. Se presentan técnicas que se
centran en las señales psicofisiológicas en las que interviene el sistema nervioso
sensoriomotor (como la actividad electromiográ-fica y la actividad respiratoria) y aquellas
en las que interviene el sistema nervioso autónomo (como la actividad cardiovascular y la
actividad electrodérmica). Se analizan diversos problemas en relación con la validez y la
fiabilidad de este tipo de técnicas. El capítulo 9, dedicado a las medidas de la expresión
emocional, se centra en medidas de la expresión sonora y de la expresión no verbal
(expresión corporal y expresión facial), realizando un análisis detenido de los músculos
que posibilitan la expresión facial, de los métodos de medida y de los patrones faciales
típicos de las emociones básicas.
El cuarto apartado, bajo el rótulo de “ámbitos de investigación”, presenta la
vinculación de la emoción con los procesos cognitivos y con la motivación.
11
El capítulo 10 analiza la investigación básica en emoción, desde la perspectiva del
enfoque cognitivo, incidiendo en las teorías de la evaluación cognitiva, en las de la
activación-cognición, en las teorías del procesamiento de la información y en la teoría
emotivo-motivacional de la atribución. Termina el capítulo analizando las relaciones entre
emoción, cognición y acción. El capítulo 11 analiza los principales determinantes que
posibilitan la comprensión de la emoción, entre los que se encuentran el tipo de la
estructura cognitiva que caracteriza a la emoción, la diferenciación emocional (a través de
patrones fisiológicos específicos y/o procesos cognitivos) y la influencia social en la
expresión emocional, a través de diversas reglas de manifestación. En la segunda parte
del capítulo se analiza la incidencia que sobre la acción tienen la motivación, la emoción
y la cognición, funcionando en una estrecha interacción. En el capítulo 12, después de
analizar los estados de ánimo como procesos afectivos, se presentan diversos métodos
que posibilitan inducir estados de ánimo en el laboratorio. Finalmente, se realiza un
detenido análisis de las relaciones de los estados de ánimo con la memoria, presentando
ésta como un conjunto de sistemas en interacción sobre los que los estados de ánimo
pueden tener una notable incidencia.
12
PARTE I:
DESARROLLOS TEÓRICOS
Y MODELOS EXPLICATIVOS
13
1
DESARROLLOS TEÓRICOS EN UNA ÉPOCA PRECIENTÍFICA
1.1. René Descartes
1.1.1. Perfil humano, intelectual y científico
Descartes (1596-1650) nació en La Haye, una pequeña villa de la Touraine, en el
centro de Francia. Estudió con los jesuítas en La Fleche y en la Universidad de Poitiers.
Fue un filósofo y un científico (matemático y fisiólogo). Boring (1950/1978) le denomina
“padre de la psicología fisiológica y de la reflexología”. Descartes estudió la inversión de
la imagen visual en la retina de un ojo de buey, entre otros aspectos, y aportó el germen
del concepto de arco reflejo.
En sus trabajos científicos se comporta como materialista (fue el creador de la
geometría analítica y el descubridor de los principios de la óptica geométrica). En sus
estudios filosóficos aparece como idealista (su obra Meditaciones Metafísicas, publicada
en 1641, estableció los fundamentos de la metafísica moderna). Como filósofo,
Descartes utiliza conceptos psicológicos obtenidos a través de la introspección en la
conceptualización del mundo y del hombre. Su teoría sobre el hombre se encuentra en
Les passions de L’áme (1649) y en Traité de L’Homme (1662) –publicada 12 años
después de su muerte.
Descartes rompió con el escolasticismo de la Edad Media, por lo que se le puede
considerar como el primer pensador de la Edad Moderna. Boring afirma que Descartes
marca el comienzo de la psicología moderna, siendo el antecesor tanto del objetivismo
como del subjetivismo. Pero la contribución por la que es más conocido es el dualismo
mente-cuerpo, estableciendo diferencias entre la mente y el cuerpo como dos entidades
diferentes. Descartes sostenía la creeencia de que el hombre y los animales eran
cualitativamente diferentes. El ser humano posee mente y cuerpo, mientras que los
animales sólo cuerpo. El ser humano era capaz de pensamiento, de deliberación
consciente y voluntaria y de elección libre. La conducta de los animales era considerada
como automática, impulsiva e involuntaria. La conducta voluntaria está gobernada por la
mente, la conducta involuntaria por el cuerpo.
El lector más interesado puede encontrar diversos aspectos respecto al perfil
humano, filosófico y científico de Descartes en Clarke (1982/1986) y en Garin
(1984/1989).
14
1.1.2. Aportación al estudio de la emoción
Descartes consideraba que el mundo mental (que se identificaba con el alma)
constituía el objeto de la psicología. En sus comienzos, la psicología era la rama del
conocimiento que estudiaba el alma o la mente humana.Psyche en griego significa
aliento, espíritu, alma. Aun no siendo sinónimos, los términos mente y alma se utilizaban
indistintamente. El mundo físico, al que pertenecían el cuerpo del hombre y el de los
animales, quedaba fuera del ámbito de la psicología.
Descartes, como analizaremos en breve, al estudiar la emoción (pasión), se centró
en el sentimiento subjetivo, en la experiencia que de la emoción tenía el ser humano.
Se planteó cómo se podía realizar el estudio de la mente. Considerando que era
imposible su estudio a través de la conducta (puesto que consideraba que la conducta
involuntaria no estaba determinada por la mente y que la conducta voluntaria, gobernada
por la mente, estaba determinada por el Ubre albedrío y era impredecible), concluyó que
lo que el filósofo podía hacer era estudiar su propia mente a través de la observación
interior o introspección para determinar la naturaleza y el origen de sus contenidos.
El método introspectivo está vinculado con la privacidad de la experiencia
emocional. Descartes consideró que el conocimiento era privado e inmediato; en
consecuencia, la introspección era suficiente para él:
Ya que sintiéndolas [a las pasiones] cada cual en sí mismo no es necesario recurrir a
ninguna observación ajena para descubrir su naturaleza (Descartes, 1649/1972, Art. 1, p. 13).
Vamos a exponer la teoría de las emociones de Descartes (1649/1972) presentada en
su obra Las pasiones del alma, donde se contiene su psicología filosófica, sus
concepciones sobre la naturaleza del alma y algunos aspectos de su consideración de la
psicología fisiológica.
Para Descartes las principales funciones del cuerpo son el movimiento y el calor,
mientras que las del alma son los pensamientos, siendo éstos de dos tipos: las acciones
del alma y las pasiones del alma.
Descartes (1649/1972) denomina pasiones a “todas las clases de percepciones o
conocimientos que se hallan en nosotros, porque a menudo no es nuestra alma la que los
hace tal como son y porque siempre los recibe de las cosas que son representadas por
ellos” (Art. 28, p. 30).
Las pasiones son emociones del alma “porque de todas las clases de pensamientos
que el alma puede tener ninguna la agita y la sacude tan fuertemente como estas
pasiones” (Art. 28, p. 30).
La teoría de Descartes (1649/1972) sobre las emociones (pasiones) hace importantes
aportaciones respecto a las causas de las pasiones, el número de pasiones primarias, su
efecto y el control de las pasiones por la voluntad (Arts. 41,46 y 50).
Para Descartes, la causa última y más próxima de las pasiones del alma es “la
agitación con que los espíritus mueven la pequeña glándula que hay en el centro del
cerebro” (Art. 51, p. 47). Pero para poder distinguir entre las diferentes pasiones hay que
15
examinar sus primeras causas, siendo éstas “los objetos que mueven los sentidos” (Art.
51, p. 47). En consecuencia, la forma de determinar todas las pasiones es “considerar
todos los efectos de dichos objetos” (Art. 51, p. 47).
Las pasiones primarias son seis: la admiración, el amor, el odio, el deseo, la alegría y
la tristeza. Las demás pasiones “están compuestas de alguna de estas seis, o son especies
de las mismas” (Art. 69, p. 53).
En reiteradas ocasiones Descartes (1649/1972) incide en el efecto de las pasiones
(Arts. 40, 52, 74 y 137):
El efecto principal de todas las pasiones en los hombres es incitar y disponer su alma con
el fin de que quieran las cosas para las cuales preparan sus cuerpos de suerte que el sentimiento
del miedo incita a querer huir, el de valor a querer combatir… (Art. 40, p. 37).
La utilidad de todas las pasiones no consiste sino en que fortalecen y mantienen en el alma
pensamientos que es sano que mantenga, y que sin ellas, serían borrados fácilmente. Y todo el
mal que pueden originar consiste en que fortalezcan y conserven estos pensamientos más de lo
necesario, o bien fortalezcan y mantengan otros en los que no es sano detenerse (Art. 74, pp.
55-56).
El hombre puede regular y controlar el efecto de sus pasiones (emociones) a través
de su voluntad, hecho que no puede ocurrir en los animales. Este aspecto está vinculado
con el hecho de que el hombre tiene experiencia de su estado emocional (Arts. 41, 46,
50).
Descartes destaca la necesidad y la utilidad de las pasiones: “Yo no comparto la
opinión (…) de que debemos estar exentos de pasiones, basta con mantenerlas sujetas a
la razón. Y cuando se las ha domesticado de este modo son a veces tanto más útiles
cuanto más se inclinen hacia el exceso” (Introducción, p. 9). Ante la emoción más fuerte
y más violenta, la voluntad puede “no consentir en sus efectos y contener algunos de los
movimientos para los que dispone el cuerpo. Por ejemplo, cuando la cólera hace levantar
la mano para golpear, la voluntad puede ordinariamente contenerla; cuando el miedo
incita a huir a la gente, la voluntad puede detenerla” (Art. 46, p. 41). Descartes llega más
lejos “(…) incluso los [hombres] que tienen las almas más débiles podrían adquirir un
dominio muy absoluto sobre sus pasiones haciéndose el firme propósito de adiestrarlas y
conducirlas” (Art. 50, p. 46).
Pasando del análisis pormenorizado de la teoría de Descartes, basado en las
referencias extraídas de su obra Las pasiones del alma, a un análisis global de su
aportación al estudio de las emociones (pasiones), se puede afirmar que la emoción es el
sentimiento subjetivo de las actividades de los espíritus animales en el cuerpo. Es un
sentimiento carente de un componente cognitivo. Por ejemplo, el miedo es el sentimiento
o conocimiento objetivo de los espíritus animales causando que las extremidades hagan
que el cuerpo huya, causando que el corazón se constriña, etc. Según la teoría de
Descartes, el miedo registra los cambios fisiológicos y movimientos corporales, es el
concomitante subjetivo de la huida y del estar en cierto estado fisiológico.
En Descartes se destaca el componente de experiencia emocional. Tener una
16
emoción lleva ipso facto a ser conocedor de ella, dado que no puede haber sentimientos
no sentidos. Descartes (1649/1972) diferencia dos clases de voluntades: "… unas son
acciones del alma que terminan en el alma misma…, las otras son acciones que terminan
en nuestro cuerpo, como cuando por el simple hecho de que tenemos la voluntad de
pasearnos, nuestras piernas se mueven y andamos” (Art. 18, p. 25). El poder del alma
respecto al cuerpo se evidencia en el hecho de que "… toda la acción del alma consiste
en que por el simple hecho de que quiere algo hace que la pequeña glándula a la que se
halla estrechamente unida se mueva de manera apropiada para producir el efecto
correspondiente a esta voluntad” (Art. 41, p. 38).
Entre las principales dificultades y limitaciones de la teoría de Descartes, de acuerdo
con Lyons (1985), se encuentran las siguientes:
a) No explica el hecho de que las emociones determinan conductas. No puede
explicar la conexión entre emociones y conducta porque los sentimientos, por sí
mismos, no incitan al sujeto a hacer algo. Lo hacen cuando están conectados
con algún tipo de deseo o necesidad.
Para Descartes, lo que incita al sujeto a hacer algo es la agitación de los
espíritus animales (que generalmente causa a las pasiones) que “dispone al
cuerpo para los movimientos que sirven para la ejecución de estas cosas (que la
naturaleza nos prescribe como útiles) (Art. 52, p. 48). Las pasiones “disponen al
alma para querer las cosas que la naturaleza nos prescribe como útiles y para
persistir en esta voluntad” (Art. 52, p. 48).
b) La teoría de Descartes no permite diferenciar entre lo que (comúnmente se está
de acuerdo) es emoción y lo que (comúnmente se está de acuerdo) no es
emoción.
Si la emoción es el sentimiento subjetivo de las actividades de los espíritus
animales en el cuerpo, y si algunas emociones, como los miedos sin objeto y los
miedos a objetos imaginarios, están causados por “los temperamentos del
cuerpo o por las impresiones que se encuentran fortuitamente en el cerebro”
(Art. 51, p. 47), entoncesDescartes tendría que admitir que es una emoción no
sólo el sentimiento subjetivo de los movimientos corporales y los cambios
fisiológicos que siguen a la percepción de, por ejemplo, un animal peligroso,
sino también el sentimiento subjetivo de los movimientos corporales y los
cambios que siguen a la inyección de una droga o a la presencia de una
enfermedad. Nada parece contradecir desde la teoría de Descartes que una
droga o una enfermedad causen tales emociones.
1.1.3. Influencias y proyección futura
La influencia de Descartes para la psicología ha sido decisiva en los primeros
intentos de hacer de la psicología una ciencia. William James, uno de los principales
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artífices de la psicología científica de fines del siglo xix, adoptó una explicación de la
emoción, centrada en la experiencia emocional, bajo la influencia de Descartes.
El cuadro 1.1 sintetiza los aspectos en los que se concreta el cambio posibilitado por
Descartes.
CUADRO 1.1. Cambio que supuso la aportación de Descartes al estudio de la emoción.
— Ruptura de la situación establecida respecto a la emoción.
— El dualismo mente-cuerpo.
— Consideración de la conducta voluntaria frente a la conducta involuntaria.
— Establecimiento de los antecedentes del arco reflejo.
La aportación de Descartes, desde sus propios textos, se pone de manifiesto en los
siguientes aspectos:
a) Ruptura del estado de cosas mantenido con anterioridad respecto a la emoción.
Descartes aplica el “cartesianismo” como método de indagación al estudio de la
emoción, y en la búsqueda de la verdad trata de reconstruir, desde los
fundamentos, todos los sistemas de sus conocimientos, rechazando las
opiniones expresadas por otros anteriormente.
En nada queda tan claro cuán defectuosas son las ciencias que los antiguos nos han legado
como en lo que aquellos escribieron sobre las pasiones. En efecto, aun cuando se trata de una
materia sobre la que siempre se ha investigado mucho y que no parece ser de las más difíciles
(…), lo que los antiguos han enseñado de ellas es tan poco, y tan poco creíble en general, que
mi única esperanza de acercarme a la verdad radica en alejarme de los caminos seguidos por
ellos. Por esta razón me veré obligado a escribir aquí como si se tratara de una materia que nadie
antes que yo hubiera tocado (1649/1972, Art. 1, p. 13).
b) El dualismo mente-cuerpo. La diferenciación entre la mente y el cuerpo, como
dos entidades diferentes, en opinión de Boring (1950/1978), fue una forma de
resolver el conflicto entre la religión (con su exigencia del alma inmortal) y la
ciencia tratando de contentar a ambas.
La interacción entre mente y cuerpo para Descartes se produce en la
“pequeña glándula” (la glándula pineal), lo que permite a la mente conocer que
se ha producido una acción, ya sea ésta involuntaria (o refleja), sobre la que la
mente no tiene control, o voluntaria, sobre la que la mente ejerce un control
total.
El dualismo cartesiano está vinculado con el mecanicismo: el cuerpo del
hombre y el de los animales está completamente determinado, funcionando
como una máquina. Los animales, carentes de mente, actúan como autómatas.
Relacionada con esta diferenciación se encuentra la diferenciación
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establecida en la conducta.
c) Conducta voluntaria versus conducta involuntaria. El dualismo trajo como
consecuencia el establecimiento de una radical diferenciación entre hombre y
animales y la división en el estudio de la conducta. Sólo el ser humano, por
poseer mente, era capaz de pensamiento, de conducta voluntaria y de libre
elección. Podía controlar con la voluntad a la emoción, como se ha presentado
anteriormente. La conducta de los animales, carentes de volición y de razón,
estaba determinada por las emociones y otras fuerzas irracionales e
involuntarias, como los instintos.
La conducta involuntaria pasó a ser estudiada por los fisiólogos (estudio del
cuerpo) y la conducta voluntaria por los filósofos-psicólogos.
d) Establecimiento de los antecedentes del arco reflejo. Descartes fue el iniciador
de la psicología fisiológica de los reflejos. La conducta involuntaria está
gobernada por el cuerpo a través de un proceso expuesto por Descartes que
posteriormente se denominó “arco reflejo”
En Les passions de Uáme expone cómo se producen en el cerebro los
espíritus animales: las partes más agitadas y más sutiles de la sangre que sale del
corazón, por la arteria mayor, se dirigen al cerebro y entran en el cerebro,
componiendo los espíritus animales, para lo que en palabras de Descartes
(1649/1972):
no necesitan experimentar ningún otro cambio en el cerebro, sino que en él se quedan separadas de
las partes de sangre menos sutiles, pues lo que aquí llamo espíritus no son sino cuerpos muy
pequeños y que se mueven muy rápidamente, como las partes de la llama que salen de una
antorcha. De manera que no se detienen en ningún sitio y que, a medida que algunos de ellos
entran en la cavidad del cerebro, salen también algunos otros por los poros que hay en su
sustancia, los cuales los conducen a los nervios y desde aquí a los músculos, lo que les permite
mover el cuerpo de las distintas maneras en que puede ser movido (Art. 10, p. 19).
Y en otro lugar indica:
hay tres cosas a considerar en los nervios, a saber: la médula o sustancia interior que se extiende
en forma de hilillos desde el cerebro, donde nace, hasta las extremidades de los otros miembros a
que están unidos esos hilos; luego las membranas que los rodean y que (…) forman unos tubitos
en los que están encerrados estos hilillos; luego, por fin, los espíritus animales, que, al ser llevados
por esos mismos tubitos desde el cerebro hasta los músculos, hacen que dichos hilos permanezcan
en ellos libres y extendidos, de tal manera que la menor cosa que mueva la parte del cuerpo a que
va unido el extremo de alguno de ellos obliga a moverse igualmente a la parte del cerebro de donde
procede, lo mismo que cuando se tira de uno de los cabos de una cuerda hacemos mover el otro
(Descartes, 1649/1972, art. 12. p. 21).
Por otra parte, al analizar las funciones del cuerpo, afirma:
la máquina de nuestro cuerpo está constituida de tal suerte (…) que todos los movimientos que
hacemos sin la intervención de nuestra voluntad (…) no dependen sino de la conformación de
nuestros miembros y del curso que los espíritus, excitados por el calor del corazón, siguen
naturalmente en el cerebro, en los nervios y en los músculos, de la misma manera que el
19
movimiento de un reloj es producido exclusivamente por la fuerza de su resorte y la forma de sus
ruedas (Art. 16, p. 24).
El concepto de “espíritus animales” de Descartes, equivaldría a lo que hoy se
denomina “acción nerviosa”.
En su obra postuma, Traité de L’Homme, Descartes (1662) ilustra la forma en que
se produce un acto involuntario, de manera totalmente mecánica, a través del caso de un
niño que ante un fuego retira el pie, dando la siguiente explicación: el fuego (A) pone en
movimiento el extremo inferior del nervio, transmitiéndose este movimiento hacia el
cerebro (d, e). La cavidad (F) libera en el cerebro a los “espíritus animales”, que se
dirigen por el nervio hacia abajo, distendiendo el músculo de la pantorrilla y haciendo que
el pie sea retirado (figura 1.1).
Figura 1.1. Producción de un acto involuntario según Descartes (1662/1990).
1.2. Charles Darwin
20
A finales del siglo xix, en el momento en que se está gestando la psicología como una
rama del conocimiento científico separada de la filosofía, fue decisiva la aportación de
Darwin al estudio de la emoción. A finales del siglo xix, la importancia de la explicación
de la experiencia emocional aportada por Descartes, más de dos siglos antes, es reducida
por la aportación de Darwin.
1.2.1. Perfil humano, intelectual y científico
Charles Darwin (1809-1882) nació en Shrewsbury, Inglaterra, estudió durante dos
años medicina en Edinburgh y posteriormente marchó a Cambridge para prepararse
como clérigo, estudiando botánica y geología y obteniendo en 1831 su título de Bachelor
ofArts. En esa misma fecha, cuando contaba veintidós años, se embarca en el Beagle,
buque de la marina real inglesa, como naturalista (observador científico) para participar
en una expedición científica que duró de 1831 a 1836 (Moorehead, 1969/1981).
A partir de la observación exterior (geología, flora, fauna y morfología de los
animales), Darwin establece la teoría de la evolución, en la que puede ser considerada su
óbra más importante, El origen de las especies, que publica en 1859, más de veinte años
después de terminada la expedición.
De la información recogida por él, en la observación del comportamiento de los
animales y del hombre, y la aportada por otras personas, que se encontraban en las
diferentes partes del mundo (guardadores de museos, misioneros, exploradores), respecto
a las conductas expresivas de los animales y de sujetos humanos en grupos primitivos,
hace su decisiva aportación al ámbito de la emoción, recogida en su obra La Expresión
de las emociones en el hombre y en los animales, publicada en 1872.
1.2.2. Aportación al estudio de la emoción
En El origen de las especies (1859/1984), Darwin eliminó la tajante separación
establecida por Descartes entre el hombre y los animales. Hombre y animales descienden
de un tronco común, habiendo continuidad entre el cuerpo de los animales y el cuerpo
del hombre. Pero Darwin se preguntó si, asimismo, existiría una continuidad también
entre la mente de los animales y del hombre.
En La expresión de las emociones en el hombre y en los animales (1872/1967),
Darwin defiende la continuidad entre la mente de los animales y la del hombre. La obra
describe las principales acciones expresivas en el hombre y los animales inferiores y
explica su origen y desarrollo.
El interés de Darwin se centra en el proceso de expresión emocional (gestos,
posturas, expresiones faciales), afirmando que el proceso de evolución se ha producido
no sólo respecto a las estructuras anatómicas, sino a la “mente”, al comportamiento
expresivo de las emociones. Las emociones tienen una historia evolutiva que puede ser
21
analizada en los diferentes niveles filogenéticos. La expresión emocional tiene funciones
de supervivencia, actúa como una señal y como preparación para la acción, como un
medio de transmisión, de un animal a otro, de información que indica lo que
probablemente ocurrirá, influyendo en las posibilidades de supervivencia. Por ello,
Darwin (1872/1967) afirmó que el reconocimiento intraespecies de la emoción
probablemente era innato. Darwin creyó que aunque no todas las formas de expresión
emocional eran innatas, muchas sí lo eran.
El método de estudio de la emoción empleado por Darwin fue la observación y la
recolección de anécdotas sobre la conducta animal. Método denominado anecdótico y
que adolece de un elevado antropomorfismo. Consciente de las dificultades que derivan
de centrarse exclusivamente en dicho método, Darwin empleó diversas fuentes de
información, entre otras:
a) La observación de lactantes para captar la fuente pura y simple de la que brotan
las expresiones de las emociones.
b) El análisis de la expresión de las emociones en enfermos.
c) La presentación a observadores de dibujos del rostro de un anciano solicitando
que identificaran la emoción o el sentimiento que el hombre estaba expresando.
d) Estudios de las expresiones faciales producidas artificialmente por la estimulación
eléctrica de los músculos faciales en humanos.
Darwin explica las expresiones de las emociones del hombre y de los animales a
través de diversos principios (cuadro 1.2).
CUADRO 1.2. Principios propuestos por Darwin para explicar la expresión de las
emociones.
— Asociación de las costumbres útiles.
— Antítesis.
— Actos derivados de la constitución del sistema nervioso.
Desde los propios textos de Darwin, su aportación se concreta en los siguientes
aspectos:
A) Principio de la asociación de las costumbres útiles
Darwin (1872/1967) lo formula de esta manera:
Ciertos actos complejos son de una utilidad directa o indirecta, en ciertos casos del
22
espíritu, para responder o satisfacer ciertas sensaciones, ciertos deseos, etc., y siempre que el
mismo estado de espíritu se reproduce, aun en un débil grado, la fuerza de la costumbre y de la
asociación tiende a hacer los mismos actos, hasta cuando pueden no ser de alguna utilidad (p. 8,
Vol. I).
Defiende “la facilidad con que unos actos se asocian a otros actos y a estados de
espíritu diverso” (p. 12, Vol. I). “La turbación de nuestro espíritu se comunica a los
movimientos de nuestro cuerpo, pero aquí, además de la costumbre, otro principio entra
en juego en cierta medida: el flujo desordenado de la fuerza nerviosa” (p. 13, Vol. I). El
hombre, cuando se halla preocupado, se rasca la cabeza, o tose ligeramente, y se frota
los ojos cuando está perplejo.
Por otra parte, el poder de la asociación es grande. Cuando dos acciones,
sensaciones o emociones se producen juntas tienden a asociarse, a unirse, de tal modo
que cuando se presenta una de ellas, lo hace también la otra. El hombre casi siempre
cierra los ojos y menea de un lado a otro la cabeza (como si no lo viese o no quisiese
verlo), cuando rechaza algo enérgicamente. Cuando accede a lo que se le pide, inclina
afirmativamente la cabeza, abriendo mucho los ojos (como si viera claramente la cosa).
Darwin concede importancia a las acciones reflejas, puesto que “muchas de estas
acciones reflejas son expresivas (…) algunas de ellas llegan a confundirse con los actos
producidos por la costumbre y pueden apenas ser distinguidas” (p. 16, Vol. I).
Para Darwin las acciones reflejas se producen tras la excitación de las células
nerviosas sensitivas, que, a su vez, excitan a las células nerviosas motrices, las cuales
provocan la acción de músculos y glándulas determinadas, “sin comunicar antes con las
células de las cuales dependen nuestra percepción y nuestra volición” (p. 21, Vol. I), “sin
que se haya desperdiciado fuerza alguna por la comunicación preliminar de los
hemisferios cerebrales, asiento de la conciencia y de la volición” (p. 18, Vol. I).
Las acciones reflejas están probablemente sujetas a ligeras variaciones, como los
aspectos anatómicos y los instintos, de forma que toda variación ventajosa ha debido ser
conservada y transmitida por herencia, es decir, fijada en las generaciones posteriores por
selección natural.
B) Principio de la antítesis
Darwin presenta este principio para dar cuenta de que la expresión de algunas
emociones es opuesta al principio de la utilidad biológica: “Ciertos estados de espíritu
traen consigo determinados actos habituales, que son útiles (…) cuando se produce un
estado de espíritu directamente inverso, se es fuerte e involuntariamente impulsado a
cumplir movimientos absolutamente opuestos, por inútiles que sean; por otra parte, en
ciertos casos, estos movimientos son muy expresivos” (p. 9, Vol. I).
Darwin presenta diversos ejemplos de conducta expresiva de los animales. Cuando
un perro agresivo encuentra en su camino a un perro extraño o a un hombre, avanza
derecho y en actitud rígida. Lleva la cabeza ligeramente levantada o algo baja, la cola
23
estirada, inmóvil, los pelos del lomo y del cuello erizados, las orejas estiradas hacia
delante y mira fijamente.
Si el perro reconoce en el hombre a su dueño, su ser se transforma repentina y
completamente. Se agacha e incluso se tumba, moviéndose sinuosamente. Baja la cola y
la agita de un lado a otro. Su pelo se toma liso, las orejas se echan hacia atrás. Debido al
cambio de posición de las orejas, los párpados se estiran y los ojos pierden su forma
redonda y deja de mirar fijamente. Ninguno de estos últimos movimientos que expresan
la alegría del animal es de la menor utilidad para él. Darwin los explica como opuestos o
en antítesis con la actitud y los movimientos del perro que se dispone al combate y que
expresan la cólera.
Aunque Darwin admite que el principio de antítesis arroja algunas dudas en el
hombre, presenta diversos casos. De ellos, en el que mejor seemplea la antítesis es en el
encogimiento de hombros, que expresa la impotencia, o una negativa, significando que
una cosa no puede hacerse o es imposible evitarla. Darwin afirma que muchos
movimientos expresivos son hereditarios, debidos al principio de la antítesis.
C) Principio de los actos debidos a la constitución del sistema nervioso,
completamente independientes de la voluntad y, hasta cierto punto, de la
costumbre
Darwin (1872/1967) le denomina “el principio de la acción indirecta del sistema
nervioso”: “Cuando el sensorio es fuertemente excitado, la fuerza nerviosa es engendrada
en exceso y transmitida en ciertas direcciones determinadas, dependientes de las
conexiones de las células nerviosas y en parte de las costumbres” (p. 9, Vol. I).
Ejemplos que apoyarían este principio serían la decoloración de los cabellos ante el
terror o un dolor excesivo y el temblor muscular, que no se produce voluntariamente,
sino bajo el imperio de una emoción (espanto, cólera violenta, gran alegría) y que no
tiene ninguna utilidad, siendo perjudicial en ocasiones.
Darwin acepta la división de las emociones en dos categorías, las que excitan (la
cólera y la alegría son de las más importantes) y las que deprimen (el espanto es la más
importante).
Darwin concluye la exposición de los principios, afirmando: “Los tres principios que
sucesivamente hemos estudiado, pueden ya (…) dar cuenta de gran número de
movimientos expresivos. Día llegará (…) en que todos los demás serán explicados a su
vez por esos mismos principios o por otros muy análogos” (p. 65, Vol. I). Pero se ve
obligado a confesar que “en ciertas ocasiones es imposible decidir qué parte le toca, en
cada caso particular, a tal o a cual de nuestros principios. Y aún hay muchos puntos que
no se explican en la teoría de la expresión” (p. 65, Vol. I).
1.2.3. Influencias y proyección futura
24
La teoría de Darwin es el punto de partida de diversas corrientes en el estudio de la
emoción:
A) El estudio de la conducta emocional en un contexto biológico, evolutivo
La aproximación evolucionista ha sido seguida por Tomkins (1980), por Izard
(1977) y por Plutchik (1980), quienes han estructurado teorías del feedback somático
que inciden en la importancia de los cambios somáticos en la experiencia emocional.
Tomkins (1980) sostiene que los afectos (prefiere este término al de emoción) son
fundamentalmente respuestas faciales. La especificidad de la emoción está determinada
por la especificidad de la expresión facial, mientras que la experiencia emocional está
determinada por el conocimiento consciente del feedback propioceptivo, derivado de los
cambios producidos en los músculos faciales.
Izard (1977) ha desarrollado los planteamientos teóricos de Tomkins presentando
una denominada “teoría diferencial de las emociones” que defiende que la emoción está
integrada por tres componentes interdependientes: la actividad neural del cerebro y del
sistema nervioso somático, la expresión facial-postural (el feedback cara-cerebro) y la
experiencia subjetiva motivacional.
Izard diferencia diversas emociones fundamentales, como interés, alegría, sorpresa,
tristeza, ira, disgusto, desprecio, miedo, vergüenza, timidez y culpabilidad, que tienen
aspectos neurales y experienciales distintivos y que poseen una expresión facial
característica que proporciona una información inmediata y específica sobre lo que el
sujeto está sintiendo. Las emociones constituyen el principal sistema motivacional
humano determinando y organizando la conducta. El mecanismo neural de la expresión y
de la experiencia emocional, en las emociones fundamentales, es innato y la ontogénesis
de la expresión está en función de procesos madurativos. Los mecanismos neurales para
la percepción de las expresiones faciales son también innatos. El niño no tiene que
aprender a percibir las caras humanas o aprender a interpretar las expresiones faciales o
vocales de las emociones fundamentales.
Plutchik (1980) presenta un modelo psicoevolutivo, sosteniendo que las emociones
tienen funciones adaptativas, contribuyendo a que el organismo maneje los aspectos
claves para la supervivencia. La cognición facilita la evaluación y la predicción de los
eventos emocionales.
La secuencia de producción de una respuesta emocional sería la siguiente:
— El sujeto evalúa cognitivamente, de forma consciente o inconsciente, un evento.
— La evaluación cognitiva va seguida de una experiencia emocional.
— La experiencia emocional determina los comportamientos apropiados que
posibilitarán la supervivencia.
Las teorías del feedback somático han hecho una valiosa aportación al considerar la
25
emoción en el contexto de la adaptación biológica, centrándose en la influencia de la
expresión facial sobre la experiencia emocional.
B) El estudio de las expresiones emocionales ha influido en la investigación actual
sobre la expresión facial de las emociones, encabezada por Ekman
(1985/1992,1993)
Ekman inició el estudio de la expresión facial de la emoción en 1965. Desde
entonces hasta la actualidad ha hecho una contribución fundamental que se puede
concretar en que (como ha reconocido la American Psychological Association –APA–, al
concederle en 1992 el Premio a la Contribución Científica Distinguida) “nos ha enseñado
a leer la cara humana, constituyendo ésta una poderosa fuente de datos cuantitativos. Ha
descrito la dinámica del comportamiento no verbal (…) Ha demostrado la universalidad y
la discrecionalidad de las emociones y ha revitalizado tanto una aproximación
transcultural a la emoción como una aproximación Darwiniana”.
C) La presentación de hipótesis y cuestiones teóricas que han guiado el estudio de la
conducta animal realizado por los etólogos
D) Aun nivel más general, se puede afirmar que la teoría de la evolución y el estudio
de la conducta expresiva de las emociones, realizadas por Darwin, reclaman el
desarrollo de una psicología animal
Se puede afirmar que el método anecdótico empleado por Darwin actuó como un
revulsivo en el inicio del estudio de la conducta animal en el laboratorio, realizado por
Thorndike a finales del siglo xix partiendo de que los experimentos debían sustituir a la
observación y ala colección de anécdotas.
El principio de “continuidad biológica” (Darwin, 1859/1984) influyó en la aceptación
por los psicólogos de la existencia de un tipo de mente y conciencia más rudimentarias
que las del hombre. Darwin contribuyó al surgimiento del funcionalismo. Bajo la
influencia de Darwin, los funcionalistas pensaban que los procesos mentales habían
evolucionado para satisfacer diversas funciones útiles para la supervivencia de los
organismos. Los funcionalistas estaban interesados no sólo por la descripción, sino por el
descubrimiento de los principios a través de los que se desarrolla la mente. William
James, uno de los más representativos funcionalistas, ha ejercido una gran influencia en
el desarrollo científico de la psicología con su obra Principios de Psicología, publicada
en 1890.
26
E) La aportación de Darwin estimuló la investigación en psicología comparada
El estudio comparado de la conducta de animales de diferentes especies en un
primer momento pretendía comprobar el desarrollo de las cualidades mentales de las más
diversas especies, que fue el objetivo de los trabajos de Thorndike en 1898 y de Small en
1901. Posteriormente, bajo la influencia de Watson, que a su vez estuvo influido por
Darwin, se centró en el estudio de las actividades manifiestas, de los diversos patrones de
comportamiento complejo. Watson estudia la conducta emocional manifiesta y sus
causas externas, siguiendo el paradigma estímulo-respuesta (E-R).
1.2.4. Avance posibilitado por su aportación
El avance que supuso la teoría de Darwin en el estudio de la emoción, respecto a la
situación anterior, se puede concretar en dos aspectos:
A) La continuidad entre la mente de los animales y del hombre y el cambio de
perspectiva en el estudio de la emoción
Al negar la existencia de mente en los animales, Descartes rechazóen ellos la
presencia de sentimientos subjetivos. Darwin, a mediados del siglo xix, rompió con esa
consideración, mantenida desde mediados del siglo xvii, al defender la existencia de mente
en los animales. Pero Darwin no siguió la línea establecida por Descartes (que se centró
en el componente de experiencia emocional en humanos), sino que, realizando un giro
copernicano en el estudio de la emoción, analizó la expresión emocional tanto de los
animales inferiores como del hombre.
Si Descartes estudió la emoción como concomitante subjetivo (pasión) de la acción
(movimiento manifiesto) y de cambios orgánicos (conmociones corporales en las
visceras), Darwin se centró en la expresión emocional (el movimiento manifiesto de
Descartes) como manifestación de un proceso interno (“estado de espíritu”).
La obra de Darwin constituye una evidencia de la continuidad en la expresión
emocional de los animales inferiores y del hombre. Si Descartes defiende la privacidad de
la experiencia de la emoción, Darwin defiende la publicidad de la expresión emocional.
B) El reconocimiento de que la conducta humana y la animal pueden estar
determinadas por factores racionales e irracionales
La obra de Darwin rompe con la consideración de que el animal sólo es capaz de
conducta involuntaria e irracional y el hombre capaz de conducta voluntaria y racional,
cuando actúa bajo el gobierno de la mente, afirmando que tanto los animales como el
27
hombre pueden actuar bajo la fuerza de determinantes racionales (razón y voluntad) y de
determinantes irracionales (emociones).
La conducta de los animales puede ser inteligente, razonada y voluntaria, como
pusieron de manifiesto, poco tiempo después de la publicación de la obra de Darwin
(1872/1967) La expresión de las emociones en el hombre y en los animales, las
investigaciones de Thorndike. La conducta humana puede ser irracional, viniendo
determinada por instintos, como puso de manifiesto Me Dougall en 1908, y por factores
inconscientes y procesos emocionales, como afirmó Freud (1900/1968).
El avance posibilitado por Darwin se ha de evaluar teniendo en cuenta que la teoría
de Descartes y la necesidad teológica de conservar una diferencia entre el alma inmortal
y el cuerpo mortal seguían ejerciendo una gran influencia a mediados del siglo XVIII.
28
2
DESARROLLOS TEÓRICOS EN LA ÉPOCA CIENTÍFICA
2.1. William James
2.1.1. Perfil humano, intelectual y científico
William James (1842-1910) nació en Broadway (Nueva York). Ingresó en 1861 en
la Escuela Lawrence de Ciencias de Harvard, donde estudió química y anatomía. En
1864 ingresó en la Harvard Medical School. En 1865 y 1866 participó como ayudante
voluntario en la expedición que el naturalista Louis Agassiz organizó para estudiar la
fauna del Amazonas.
Como afirma Boring (1950/1978), “la aportación de James al trabajo de la
expedición fue escasa, sirviéndole para descubrir que él era un filósofo” (p. 534). James
comprobó que la observación desvinculada de la especulación sobre sus causas y
significados no le atraía.
En el curso académico 1875-76 ofreció su primer curso de psicología y estableció el
primer laboratorio de psicología experimental en la Escuela Lawrence de Ciencias de
Harvard para hacer demostraciones a los alumnos, más que para investigación. En 1876
fue profesor ayudante de fisiología en Harvard, enseñando psicología fisiológica. El curso
1878-79 es el último año en que enseña fisiología y en él ofrece su primer curso en
filosofía. En 1880 fue profesor ayudante de filosofía. En 1889 se le cambió el
nombramiento de profesor de filosofía por el de profesor de psicología. En 1890 se
publicó su obra Principios de Psicología.
De acuerdo con Boring, la finalización de los Principios de Psicología marcó el
final del período de su vida filosófica y el dominio de la psicológica.
En 1892 publicó Psicología. El curso más breve, libro en el que condensó y
reelaboró los dos tomos de los Principios de Psicología, para hacer más accesibles los
contenidos de su trabajo al alumnado.
James, como filósofo, psicólogo y científico (experimentalista a medias, en opinión
de Boring, 1950/1978), fue el pionero de la nueva psicología en EEUU.
Entre otros, Barzun (1983/1986) presenta una detenida exposición de la vida y obra
de James.
29
2.1.2. Aportación al estudio de la emoción
La contribución de James al estudio de la emoción se encuentra, fundamentalmente
en el artículo “Qué es una emoción” (1884), en Emoción, capítulo 25 de los Principios
de Psicología (1890), en Emoción, capítulo 15 de Psicología: El curso más breve
(publicado en 1892) y en el artículo “La base física de la emoción”, (publicado en 1894).
James, bajo la influencia de Descartes y en oposición a Darwin, se preocupó de
estudiar el estado de sentimiento personal, subjetivo, la experiencia emocional. James se
centró en el estudio de los sentimientos, pensando que la teoría de la emoción de Darwin
no explicaba adecuadamente los estados emocionales. James se centró en los aspectos
subjetivos sensibles de los cambios fisiológicos (antecedentes viscerales y somáticos),
causados por la percepción de estímulos potencialmente emocionales: “En la aflicción
qué sería sin sus lágrimas, sus sollozos, su sofocación del corazón, sus punzadas en el
esternón? Una cognición sin sentimiento de que ciertas circunstancias son deplorables, y
nada más. Cada pasión nos cuenta la misma historia. Una emoción humana puramente
descarnada no existe (…) la emoción disociada de todos los sentimientos corporales es
inconcebible” (James, 1884, pp. 23-24).
La herramienta fundamental de la investigación psicológica es la introspección, que
trata de captar los fenómenos psíquicos en la medida en que se producen: “Introspección
(…) mirar en nuestras propias mentes e informar de lo que hemos descubierto allí”
(James, 1890/1989, Vol. I, p. 185).
James empleó el método introspectivo con bastante cautela, consciente de las
limitaciones de aquél, planteando la necesidad de realizar controles adecuados y de
comparar los informes de diversos observadores. James llega a la conclusión de que “…
la introspección es difícil y falible; y que la dificultad es simplemente la de toda
observación sea del tipo que sea” (1890/1989, Vol. I, p. 191). Destaca, asimismo, la
utilidad de la experimentación, aunque sin pasar por alto sus dificultades.
James diferencia entre emociones más groseras o estándares, relacionadas con
cambios corporales relativamente intensos, en los que cada uno reconoce una fuerte
reverberación orgánica (ira, miedo, amor, odio, alegría, vergüenza, orgullo, aflicción y
sus variedades) y emociones más sutiles o tenues, que son sentimientos morales,
intelectuales y estéticos y su reacción corporal es generalmente mucho menos intensa, la
reverberación orgánica es menos obvia y menos fuerte.
James (1884) considera “aquellas emociones que tienen una clara (distinta)
expresión corporal” (p. 18). Alteraciones corporales, que son “manifestación”,
“expresión”, o “lenguaje natural” de estas (emociones) consideradas como emociones
estándares” (p. 19). La figura 2.1 sintetiza la teoría de James.
30
Figura 2.1. Modelo de la teoría de la emoción de James.
James (1892) reconoce una gran variabilidad de emociones. “Cada emoción es la
resultante de una suma de elementos, siendo causado cada elemento por un proceso
fisiológico de una clase bien conocida. Todos los elementos son cambios orgánicos y
cada uno de ellos es el efecto reflejo del objeto excitante” (p. 248).
Para James “no existe límite al número de posibles diferentes emociones que pueden
existir” (p. 249) y “las emociones de los diferentes sujetos pueden variar
31
indefinidamente” (p. 249), tanto debido a su constitución como a los objetos que las
pueden suscitar.
¿Cómo los diversos objetos que excitan la emoción llegan a producir efectos
corporales específicos y diferentes? James, influido por Spencer y por Darwin, explica la
génesis de las reacciones emocionales a través de dos principios: el principio de las
repeticiones debilitadasde movimientos que previamente (cuando eran muy intensos)
fueron de utilidad para el sujeto y el principio de la reacción semejante a estímulos que
producen sentimientos análogos. Pero hay diversas reacciones que no pueden ser
totalmente explicadas y han de ser consideradas como “efectos puramente idiopáticos del
estímulo” (1892, p. 257).
La contribución de James al estudio de la emoción se puede sintetizar en los
siguientes supuestos básicos (cuadro 2.1).
CUADRO 2.1. Supuestos básicos de la aportación teórica de James.
— La percepción de cambios viscerales es imprescindible para que se produzca la emoción.
— La existencia de patrones viscerales específicos para cada tipo de emoción.
— La activación voluntaria de los cambios viscerales específicos de una emoción producirá esta emoción.
2.1.3. Influencias y proyección futura
La decisiva influencia de James se puede concretar en los siguientes aspectos:
a) Aportó una consideración realista de la psicofisiología de la emoción y de la
función del organismo en la emoción tendente a comprobar la incidencia de los
cambios autonómicos y neurales.
Con ello, James impulsó las investigaciones psicofisiológicas (cambios
autonómicos y neurales) e inauguró el denominado “enfoque psicofisiológico de
la emoción”. El fuerte impulso dado a las investigaciones psicofisiológicas de la
emoción está en la base del surgimiento con Cannon de la aproximación
neurológica.
Asimismo, influyó en la teoría conductista de la emoción, que presentó
Watson, en la que se centró más en patrones fisiológicos que en la conducta
operante.
b) La incidencia en la búsqueda de los determinantes de la experiencia emocional.
Ello ha contribuido positivamente a que el sujeto se sitúe de forma activa
ante el proceso emocional que está viviendo, destacándose los aspectos
antecedentes. Pero ha ejercido un efecto negativo, preocupándose muchos
investigadores por conocer qué es la emoción, despreocupándose de las
consecuencias de la emoción, de la influencia de la emoción en la conducta
posterior.
32
c) El impulso dado al desarrollo de las teorías del feedback visceral, realizado por
Schachter (Schachter y Singer, 1962).
Schachter, influido por la teoría de la emoción de James (1884,1890/1989),
presenta una teoría denominada del feedback visceral que defiende (como
James) que la activación fisiológica es una condición necesaria para que se
pueda producir una experiencia emocional, pero, apartándose de James, incide
en que no es suficiente (figura 2.2).
Figura 2.2. Teoría de feedback visceral (a partir de Schachter, 1964).
d) El impulso dado al desarrollo de las teorías del feedback somático, realizado por
33
Tomkins (1980), Izard (1977), Plutchik (1980) y Ekman (1985/1992,1993).
James coincidió en este aspecto con Darwin, como se ha puesto de manifiesto
en el apartado dedicado a presentar las influencias y la proyección futura de
Darwin.
2.1.4. Avance posibilitado por su aportación
Aunque James fue un consumado cartesiano (Lyons, 1985), su teoría se separó de la
doctrina de Descartes de forma importante, pues aunque siguió considerando las
emociones como sentimientos, destacó que éstos lo eran de cambios y alteraciones
fisiológicas (que se producen durante el proceso emocional).
Para Descartes, la emoción era el concomitante subjetivo de un estado fisiológico.
Era un sentimiento carente de componente cognitivo. Podemos decir que si en Descartes
el sentimiento se sitúa en el alma, James concede gran importancia al cuerpo. El
sentimiento es el aspecto subjetivo sensible de los cambios fisiológicos. En varias
ocasiones James ha destacado la importancia de los cambios fisiológicos en la emoción,
sosteniendo que “la emoción no es nada más que el sentimiento de un estado corporal y
tiene una causa puramente corporal” (1890/1989, Vol. II, p. 459) y que “las causas
generales de las emociones son fisiológicas” (1890/1989, Vol. II, p. 449). James (1892)
concluye que la emoción es “el sentimiento de los cambios en la medida que se
producen” (p. 242).
La emoción es un sentimiento precedido de un componente cognitivo, “percepción
del acontecimiento desencadenante” (1892, p. 242), que integra un componente
cognitivo, como experiencia subjetiva, sin implicar una interpretación o evaluación. Para
James, los eventos externos pueden hacer surgir reacciones corporales, cambios
viscerales sin conocimiento del significado y sin una interpretación de los eventos
ambientales: “nuestras facultades internas están adaptadas de antemano a las
características del mundo en que moramos, adaptadas en el sentido de asegurar nuestra
seguridad y prosperidad en ese mundo (…) nuestras emociones e instintos están
adoptados a características muy especiales de este mundo. Las cosas peligrosas nos
infunden un miedo involuntario; las venenosas, repugnancia; las indispensables, apetito
(James, 1893/1947, p. 4).
James (1890/1989) recalca la función de los cambios viscerales, afirmando que “Sin
los estados corporales que se producen después de la percepción, ésta será puramente
cognitiva, incolora y desprovista de todo matiz emocional, si se tiene en cuenta su
aspecto o manifestación” (Vol. II, p. 449).
La relevancia que James (1884) dio a los cambios fisiológicos en la emoción se pone
de manifiesto en el hecho de que ante la disyuntiva de seguir el sentido común, de seguir
la forma natural de pensar, que indica que “la percepción psíquica de cualquier
acontecimiento provoque el movimiento psíquico que llamamos emoción, y que este
estado mental produzca la expresión corporal” (p. 19), o romper con el statu quo
34
establecido, eligió esta segunda vía, modificando la cadena causal:
James pretendió superar una de las limitaciones de la teoría de Descartes (presentada
anteriormente), la diferenciación entre las emociones y, consecuentemente, la
diferenciación entre emoción/no emoción, al afirmar la existencia de patrones fisiológicos
específicos para cada emoción. Como analizaremos posteriormente, al presentar la crítica
que Cannon realiza a la teoría de James, la investigación no ha confirmado que puedan
diferenciarse las emociones entre sí, o con respecto a los estados no emocionales, sobre
la base de patrones fisiológicos específicos.
James aportó un avance respecto a Descartes en relación con el conocimiento del
estado emocional. ¿Cómo sabe el sujeto que se encuentra en un estado emocional? Para
Descartes el proceso es automático siguiendo el argumento lógico de que el sujeto conoce
la emoción en el proceso introspectivo, cuando la experimenta, produciéndose todo ello
en el alma. Para James, el sujeto sabe que está en un estado emocional al experimentar,
al tener un sentimiento de cambios fisiológicos. La relevancia no se da al alma, sino al
cuerpo.
Puede ocurrir que el sujeto se confunda y etiquete como estado emocional un estado
de cambios fisológicos igual o parecido al que caracteriza al estado emocional (como han
puesto de manifiesto la investigación de Cannon y estudios posteriores). Pero, para hacer
justicia a la teoría de James, siguiendo la lógica sobre la que se asienta ésta, se ha de
decir que la confusión no es fácil, si el sujeto es conocedor de que está reaccionando o
no, ante una situación estimular potencialmente emocional o no, para él.
Un segundo avance aportado por James está vinculado con la consideración de la
situación estimular o entorno físico, respecto a la psicología racionalista, representada por
Descartes. Este movimiento erigió al alma “como ente espiritual absoluto con ciertas
facultades propias por medio de las cuales se explicaban las diversas actividades de
recordar, imaginar, querer, etc., casi sin hacer referencia a las peculiaridades del mundo
con el que estas actividades se relacionaban” (James, 1893/1947, p. 4). Esto es
considerado por James como “un gran error de la vieja psicología racionalista”
(1893/1947, p. 4). Por contra, James resalta la importancia del medio: “Los hechos
mentales no pueden ser estudiados debidamente si se les separa del entorno físico delque
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se nutren (…) la mente y el mundo han evolucionado juntos y, en consecuencia, están
compenetrados de alguna manera” (1893/1947,4).
La percepción del ambiente potencialmente emocional, según la evaluación realizada
por el sujeto, desencadena la activación fisiológica y su percepción constituye el estado
emocional. James da relevancia al sujeto y al medio reconociendo en el sujeto la función
de los procesos corporales y mentales.
Un tercer avance fue el intento de James, como funcionalista, de hacer una
“psicología científica” de las emociones, partiendo de una fuerte crítica a la tendencia en
el estudio de la emoción de hacer una mera descripción, tendencia surgida con Descartes:
La literatura meramente descriptiva de la emoción desde Descartes en adelante, es una de
las partes más aburridas de la psicología. Y no solamente es aburrida, sino que sientes que sus
subdivisiones son en gran medida ya ficciones o ya hechos sin importancia, y que sus
pretensiones de exactitud son un engaño. Pero desafortunadamente existe poca literatura
psicológica sobre las emociones que no es meramente descriptiva (…) a medida que se avanza
sobre la “psicología científica” de las emociones, uno se harta de la lectura de los trabajos
clásicos sobre la emoción (…) en ningún sitio presentan un punto de vista central, o un principio
deductivo o generativo (…) distinguen y definen de nuevo y especifican “hasta el infinito” sin
conseguir llegar a otro nivel lógico… ¿No existe una vía, diferente a este nivel de descripción
individual, de aproximación a las emociones? Yo creo que la hay, si uno quiere adaptarla. El
problema con las emociones en psicología es que son consideradas con demasiada frecuencia
como cosas absolutamente individuales. En la medida en que están establecidas como entidades
psíquicas eternas y sagradas (…) entonces todo lo que se puede hacer con ellas es catalogar
reverentemente sus caracteres específicos, puntos y efectos. Pero si las consideramos como
productos de causas más generales el distinguirlas y catalogarlas exclusivamente, llega a ser de
importancia secundaria” (1892, pp. 241-242).
2.2. Cari G. Lange
Aunque generalmente la aportación de Lange al estudio de la emoción, queda diluida
y ensombrecida bajo el rótulo de teoría de James-Lange, creemos conveniente
presentarla por separado para hacer más evidente el matiz que diferencia la aportación de
ambos autores al estudio de la emoción, lo que permitirá a su vez una más adecuada
consideración de la crítica que se ha hecho, a partir de Cannon, a la teoría de James-
Lange.
Cari G. Lange (1834-1900) nació en Copenhague, Dinamarca. Fue fisiólogo y
profesor en Copenhague y propuso, en 1885, una explicación sobre el sentimiento
emocional claramente diferente a la propuesta por James.
Lange realizó diversos trabajos sobre la fisiología de emociones como el miedo y la
cólera, entre otras, y sostuvo que la emoción tenía un origen físico, siendo causada por
cambios corporales, fundamentalmente cambios vasomotores. Lange (1885/1922)
mantuvo la hipótesis de que la emoción era un evento cardiovascular, defendiendo que el
problema científico fundamental era la determinación de la reacción emocional del
sistema a distintas influencias.
La emoción para Lange (1885/1922) es la experiencia de cambios fisiológicos en los
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músculos orgánicos o involuntarios, sobre todo los que se encuentran en las paredes de
los vasos sanguíneos, que constituyen el aparato vasomotor y producen vasoconstricción.
Lange diferenció dos subdivisiones en el aparato motor, el aparato motor voluntario
(denominado aparato de la vida animal) y el aparato motor involuntario, o músculos
orgánicos, especialmente aquellos que se encuentran en las paredes de los vasos
sanguíneos, cuyo funcionamiento, por contracción, reduce su capacidad. Lange sostuvo
que existía un “centro vasomotor” en el cerebro.
A la confusión entre lo sostenido por las teorías de James y de Lange puede haber
contribuido el propio James, cuando al hablar de los cambios fisiológicos de las
emociones sostuvo:
El prof. C. Lange, de Copenhague, ha publicado en 1885 una teoría fisiológica de su
constitución y condicionamiento, la cual había abordado por vez primera yo el año anterior en
un artículo en Mind (James, 1890/1989, Vol. II, p. 449).
James y Lange compartieron la idea de que la emoción no comenzaba con la
experiencia consciente de un afecto. Ambos propusieron que las respuestas corporales y
fisiológicas eran eventos prioritarios en la emoción. Pero si hacemos un análisis de ambas
teorías, encontramos claras diferencias. Mientras que James hizo de la consciencia de la
emoción el foco central de su teoría, Lange se centró en el componente fisiológico de la
emoción, dando poca importancia a la experiencia consciente de la emoción,
considerándola como un epifenómeno. Para James, la emoción era la experiencia de
cambios fisiológicos, fundamentalmente en las visceras y en los músculos esqueléticos,
estriados o voluntarios. James destacó los aspectos somáticos o motores de la respuesta,
mientras que Lange acentuó los aspectos autonómico-viscerales.
James, en 1890, teniendo en cuenta la teoría de Lange, que conoció en la traducción
alemana de su obra, hecha en 1887, amplió su teoría de la emoción en los Principios de
Psicología. En 1894 la modificó, en respuesta a diversas críticas surgidas, considerando
que los estímulos que producen los cambios corporales, más que un simple objeto,
constituyen una “situación total” (no experimentamos miedo ante el estímulo –animal
salvaje–, sino ante la situación total –animal salvaje en libertad–) y diferenció entre
emoción y tono sentimental.
En 1894 James rechazó la posición adoptada por Lange, afirmando “Lange ha
concedido demasiada importancia al factor vaso-motor en su explicación” (p. 517).
2.3. Walter B. Cannon
2.3.1. Perfil humano, intelectual y científico
Cannon (1871-1945) nació en un pequeño pueblo del Estado americano de
Wisconsin. A los 16 años, en el curso 1888/89, ingresó en la St Paul High School, donde
encontró un ambiente muy favorable para su preparación académica. En 1892 ingresó en
el Harvard College, donde obtuvo su graduación en 1896. En el tercer año del Harvard
37
College eligió filosofía y psicología, entre otras disciplinas. En aquel momento, el
departamento de filosofía estaba dirigido por William James, quien para incrementar la
oferta de cursos de psicología y establecer un laboratorio de psicología experimental en
Cambridge había invitado a Harvard a Hugo Münsterburg, uno de los alumnos más
destacados del laboratorio de Wundt en Alemania. James fue profesor y amigo de
Cannon.
Los cursos realizados por Cannon con James y con Münsterburg estimularon en tal
medida su interés por la filosofía y la psicología que en alguna ocasión tuvo la intención
de estudiar con ellos estas disciplinas en lugar de estudiar medicina. Cuando James tuvo
conocimiento de ello, disuadió a Cannon de que lo hiciera. En 1895, Cannon escribió un
trabajo de corte filosófico sobre la emoción, titulado “La naturaleza y composición de la
emoción”, que era un ensayo en el que exponía los argumentos de los críticos y de los
defensores de la teoría de James.
En el año 1897 comenzó a estudiar medicina en la Harvard Medical School, donde
recibió su formación médica y en cuyo laboratorio de fisiología comenzó a trabajar en
1900, siendo nombrado Profesor Asistente de Fisiología en 1902 y Director del
Departamento de Fisiología en 1906. Cannon permaneció como profesor e investigador
en la Harvard Medical School hasta su jubilación en 1942.
Cannon es uno de los más grandes investigadores del siglo xx en fisiología (Benison
y otros, 1987). Fue el primero en emplear rayos X en investigaciones fisiológicas y en
definir en términos fisiológicos la habilidad del cuerpo para responder de forma apropiada
a una amenaza física o a una alteración emocional.
En 1911 comenzó a estudiar las secreciones endocrinas relacionadas con el sistema
nervioso autónomo y obtuvo evidenciade que los estados emocionales pueden
influenciar los procesos corporales. Estudió el funcionamiento de las glándulas
suprarrenales, sobre todo la función emergente de la médula adrenal: La secreción de
adrenalina. Esto le llevó al estudio del sistema nervioso autónomo en su conjunto y al
papel que desempeña en la autorregulación de diversos procesos fisiológicos.
Cannon utilizó el concepto de “homeostasis” para referirse al proceso a través del
cual el cuerpo se mantiene en un estado de equilibrio interno, a pesar de las fluctuaciones
producidas en el medio externo. Esta “tendencia a la constancia en el medio interno”
había sido estudiada previamente por el gran fisiólogo francés Claude Bemard en 1859.
2.3.2. Aportación al estudio de la emoción
Cannon ha presentado su teoría, fundamentalmente, en los siguientes artículos: “The
interrelations of emotions as suggested by recent physiological researches” (1914), “A
new concept of diseases having emotional elements” y “Some disorders supposed to
have an emotional origin” (publicados ambos en 1916), “Neural basis for emotion
expression” (1927a), “The James-Lange theory of emotions: A critical examinations and
an alternative theory” (1927b) y “Again the James-Lange and the thalamic theories of
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emotion” (1931) y en sus obras Bodily changes in pain, hunger; fear and rage; An
account of recent researches into the functions ofemotional excitement (publicada en
1915) y The wisdom ofthe body (publicada en 1929).
La preocupación fundamental de Cannon es el establecimiento de una clara
diferenciación de los procesos neurales que producen la conciencia emocional y los que
producen la expresión emocional o conducta emocional. Cannon, que conocía los
trabajos de Darwin, se centró en los aspectos funcionales de los procesos fisiológicos,
preguntándose por la función de los cambios internos que se producen durante la
excitación emocional.
La experiencia emocional (sentimientos de miedo, de ira o de otro tipo) simplemente
acompaña a las preparaciones orgánicas para la acción. Cannon presentó una teoría
emergente de las emociones en la que los cambios viscerales eran considerados como
ajustes homeostáticos que ayudan a preparar el cuerpo para la acción y en la que la
función de las emociones es resolver las situaciones de emergencia relacionadas con los
problemas de supervivencia.
Cannon empleó el método experimental en la investigación fisiológica, así como las
observaciones clínicas, afirmando que “todas estas observaciones experimentales y
clínicas, consistentemente apuntan al tálamo óptico como una región en la que reside la
organización neural de las distintas expresiones emocionales” (Cannon, 1927b, p. 118) y
que “la evidencia derivada de casos patológicos es consistente con la evidencia
experimental y farmacológica” (p. 116).
La contribución de Cannon al ámbito de la emoción puede sintetizarse en la crítica
realizada a las teorías presentadas por James y por Lange y en una formulación teórica
alternativa.
Sobre la base de diversos hallazgos experimentales y a partir de ciertos análisis
lógicos, Cannon (1927b, 1931) estableció una fuerte crítica a la teoría de James con el
propósito de demoler sus basamentos, los tres supuestos básicos sobre los que ésta se
sustenta, presentados anteriormente. El cuadro 2.2 sintetiza los argumentos presentados
por Cannon contra James.
Cannon rechaza el primer supuesto (la percepción de cambios viscerales como
imprescindibles para que se produzca emoción) proponiendo como argumento que la
total separación de las visceras respecto al sistema nervioso central no altera el
comportamiento emocional. Cannon aduce, para validar este argumento, los resultados
de las investigaciones de Sherrington, quien seccionó en perros la médula espinal y los
nervios vagos para eliminar cualquier conexión del cerebro con los diferentes órganos,
aislando todas las estructuras en las que se suponía residían los sentimientos.
Asimismo, Cannon aduce los resultados de las investigaciones realizadas por él
mismo y sus colaboradores (Cannon, 1927b), que eliminaron en gatos la división
simpática del sistema autonómico que funciona en los estados de gran excitación,
desconectando el sistema nervioso central y el control vasomotor de los músculos de
fibra lisa y de las visceras, en general. De esta forma, se eliminaban todas las reacciones
vasculares controladas por el centro vasomotor. Investigaciones en las que se concluye
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“estas operaciones ampliamente alteradoras han tenido un pequeño efecto, si es que ha
habido alguno, sobre las respuestas emocionales de los animales” (p. 108).
CUADRO 2.2. Argumentos presentados por Cannon contra los supuestos sobre los que
James basó su teoría de la emoción.
Supuestos de James Contraargumentos
l.° La total separación de las visceras, del SNC no
altera el com portamiento emocional.
2.° Los mismos cambios viscerales se producen en
estados emocionales diferentes, así como en
estados no emocionales.
Las visceras son estructuras relativamente
insensibles.
Los cambios viscerales son demasiado lentos.
3.° La inducción artificial de cambios viscerales no
produce la emoción correspondiente.
Cannon rechaza el segundo supuesto de James (existen patrones viscerales
específicos para cada emoción), proponiendo los siguientes argumentos:
a) Los mismos cambios viscerales se producen en estados emocionales diferentes y
en estados no emocionales.
b) Las visceras son estructuras relativamente insensibles.
c) Los cambios viscerales son demasiado lentos para constituir una fuente de
sentimiento emocional.
Respecto al primer argumento, aduce Cannon que los cambios viscerales producidos
por la estimulación simpática (aceleración del corazón, contracción de arteriolas,
dilatación de bronquiolos, incremento de azúcar en sangre, inhibición de la actividad de
las glándulas digestivas, inhibición de la peristalsis gastrointestinal, sudoración, descarga
de adrenalina, apertura de las pupilas y erección del vello) son comtemplados en diversas
circunstancias. Ocurren en estados emocionales claramente distinguibles, como el miedo
y la ira.
Pero, asimismo, la fiebre y la exposición al frío inducen la mayoría de esos cambios.
La asfixia y una gran reducción de azúcar en la sangre, provocan casi todas esas
alteraciones. En consecuencia, incide Cannon (1927b) en que “las respuestas viscerales
parecen demasiado uniformes para ofrecer un medio satisfactorio de distinguir las
emociones que son muy diferentes en cualidad subjetiva. Por tanto, si las emociones
fueran debidas a impulsos aferentes de las visceras, hemos de esperar no sólo que el
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miedo y la ira se sientan igual, sino que también la frialdad, la hipoglucemia, la asfixia y la
fiebre, se sentirían como ellas. Tal no es el caso” (p. 110).
En relación con el segundo argumento, aduce Cannon (1927b) que “las fibras
aferentes de los nervios distribuidos en las visceras se encuentran en un número diez
veces menor que las eferentes (…) Normalmente los procesos viscerales son
extraordinariamente poco expresivos” (p. 111). Respecto al tercer argumento, contrasta
Cannon el hecho de que las diversas reacciones viscerales tienen largos períodos de
latencia, mientras que en las reacciones afectivas éste es breve.
Cannon rechaza el tercer supuesto de James (la aparición de la emoción tras la
activación de los cambios viscerales específicos) con el argumento de que la inducción
artificial de los cambios viscerales característicos de las emociones intensas no las
produce. Argumento que Cannon sustenta en investigaciones basadas en los resultados
de la investigación de Marañón (1924a/1985) sobre la acción emotiva de la adrenalina,
que ponen de manifiesto que “la adrenalina en los seres humanos induce cambios
corporales típicos que son reportados como sensaciones, que en algunos casos estas
sensaciones son reminiscencias de experiencias emocionales previas, pero no reanuda o
revive aquellas experiencias. En condiciones normales, los cambios corporales, aunque
bien marcados,

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