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PSICOLOGÍA DE LA EMOCIÓN 2 PROYECTO EDITORIALSÍNTESIS PSICOLOGÍA Director:Juan Mayor Área de publicación: PSICOLOGÍA BÁSICACoordinador: Juan Mayor 3 Reservados todos los derechos. Está prohibido, bajo las sanciones penales y el resarcimiento civil previstos en las leyes, reproducir, registrar o transmitir esta publicación, íntegra o parcialmente, por cualquier sistema de recuperación y por cualquier medio, sea mecánico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o por cualquier otro, sin la autorización previa por escrito de Editorial Síntesis, S. A. © Isaac Garrido © EDITORIAL SÍNTESIS, S. A. Vallehermoso, 34 - 28015 Madrid Teléf.: (91) 593 20 98 http://www.sintesis.com ISBN: 978-84-995813-6-1 4 http://www.sintesis.com ÍNDICE INTRODUCCIÓN PARTE I: DESARROLLOS TEÓRICOS Y MODELOS EXPLICATIVOS CAPÍTULO 1: DESARROLLOS TEÓRICOS EN UNA ÉPOCA PRECIENTÍFICA 1.1. René Descartes 1.1.1. Perfil humano, intelectual y científico 1.1.2. Aportación al estudio de la emoción 1.1.3. Influencias y proyección futura 1.2. Charles Darwin 1.2.1. Perfil humano, intelectual y científico 1.2.2. Aportación al estudio de la emoción 1.2.3. Influencias y proyección futura 1.2.4. Avance posibilitado por su aportación CAPÍTULO 2: DESARROLLOS TEÓRICOS EN LA ÉPOCA CIENTÍFICA 2.1. William James 2.1.1. Perfil humano, intelectual y científico 2.1.2. Aportación al estudio de la emoción 2.1.3. Influencias y proyección futura 2.1.4. Avance posibilitado por su aportación 2.2. Cari G. Lange 2.3. Walter B. Cannon 2.3.1. Perfil humano, intelectual y científico 2.3.2. Aportación al estudio de la emoción 2.3.3. Influencias y proyección futura 2.4. Sigmund Freud 2.4.1. Perfil humano, intelectual y científico 2.4.2. Aportación al estudio de la emoción 2.4.3. Influencias y proyección futura 2.5. John B. Watson 5 2.5.1. Perfil humano, intelectual y científico 2.5.2. Aportación al estudio de la emoción 2.5.3. Influencias y proyección futura 2.6. Gregorio Marañón y Posadillo 2.6.1. Perfil humano, intelectual y científico 2.6.2. Aportación al estudio de la emoción 2.6.3. Influencias y proyección futura CAPÍTULO 3: EMOCIÓN: FUNCIONALIDAD Y MECANISMOS DE REGULACIÓN DE LA ACCIÓN 3.1. Emoción: variable hipotética. Funcionalidad y conceptualización 3.2. Emoción, niveles de actividad y mecanismos de regulación de la acción PARTE II: BASE FÍSICA DE LA EMOCIÓN, SISTEMAS IMPLICADOS CAPÍTULO 4: EL SISTEMA NEUROFISIOLÓGICO 4.1. Sistema nervioso central y emoción 4.1.1. El sistema reticular activador 4.1.2. Elhipotálamo 4.1.3. El sistema límbico 4.2. Sistema nervioso periférico y emoción 4.2.1. Sistema nervioso sensoriomotor o somático 4.2.2. Sistema nervioso autónomo o vegetativo 4.3. Los músculos CAPÍTULO 5: EL SISTEMA ENDOCRINO 5.1. Glándulas endocrinas: localización y funciones 5.1.1. El hipotálamo 5.1.2. La hipófisis o glándula pituitaria 5.1.3. Hormonas de la hipófisis anterior 5.1.4. Hipófisis posterior 5.1.5. Las glándulas adrenales o suprarrenales 5.2. Regulación de la secreción de hormonas 6 5.3. Psiconeuroendocrinología 5.3.1. Neuroendrocrinología 5.3.2. Psicoendocrinología CAPÍTULO 6: EL SISTEMA INMUNE 6.1. Mecanismos de defensa, células y tejidos 6.2. Psiconeuroinmunología 6.2.1. Modulación hormonal de la función inmune 6.2.2. Modulación de las respuestas endocrinas por el sistema inmune 6.3. Procesos psicológicos y sistema inmune: su incidencia en la salud y en la enfermedad 6.3.1. Cannon y la reacción de emergencia 6.3.2. Selye y el síndrome general de adaptación 6.3.3. Repercusiones de la emoción sobre la salud y la enfermedad 6.3.4. Estrés y cáncer PARTE III: TÉCNICAS DE MEDIDA DE LA EMOCIÓN CAPÍTULO 7: MEDIDAS DE LA EXPERIENCIA EMOCIONAL 7.1. Contenidos mentales, introspección y técnicas de autoinforme 7.2. Autoinforme de la experiencia emocional CAPÍTULO 8: TÉCNICAS DE MEDIDA DEL COMPONENTE NEUROFISIOLÓGICO DE LA EMOCIÓN 8.1. Repercusiones de las emociones sobre el organismo 8.2. Técnicas de medida 8.2.1. Señales psicofisiológicas en las que interviene el sistema nervioso sensorio-motor 8.2.2. Señales psicofisiológicas en las que interviene el sistema nervioso autónomo 8.3. Problemática de la medida neurofisiológica de la emoción 7 CAPÍTULO 9: MEDIDAS DE LA EXPRESIÓN EMOCIONAL 9.1. Expresión sonora de la emoción 9.1.1. El aparato vocal: mecanismos generadores del sonido 9.1.2. Producto de la conducta vocal: el flujo de voz 9.2. Expresión no verbal de la emoción 9.2.1. Expresión corporal 9.2.2. Expresión facial de la emoción 9.2.3. Modalidades de la expresión no verbal en estados emocionales PARTE IV: ÁMBITOS DE INVESTIGACIÓN CAPÍTULO 10: ENFOQUE COGNITIVO DE LA EMOCIÓN 10.1. Desarrollos teóricos 10.1.1. Teorías de la evaluación cognitiva 10.1.2. Teorías de la activación-cognición 10.1.3. Teorías del procesamiento de la información 10.1.4. Teoría emotivo-motivacional de la atribución 10.2. Emoción, cognición y acción CAPÍTULO 11: LA EMOCIÓN: SUS DETERMINANTES Y SU RELACIÓN CON LA MOTIVACIÓN Y LA COGNICIÓN 11.1. Determinantes de la comprensión de la emoción 11.1.1. La estructura cognitiva de la emoción (el lenguaje de la emoción) 11.1.2. Diferenciación emocional: reacciones fisiológicas y/o procesos cognitivos 11.1.3. Reglas de manifestación emocional: la influencia social en la expresión emocional 11.2. Relaciones de la motivación, la emoción y la cognición: su incidencia en la acción 11.2.1. Teoría de los sistemas motivacionales-emocionales primarios (primes) de Buck 11.2.2. Un modelo integrador en motivación y emoción humana CAPÍTULO 12: ESTADOS DE ÁNIMO Y MEMORIA 8 12.1. Los estados de ánimo como procesos afectivos 12.2. La inducción de estados de ánimo en el laboratorio 12.3. Relación de los estados de ánimo con la memoria 12.3.1. Sistemas y organización de la memoria 12.3.2. Incidencia de los estados de ánimo sobre los diversos tipos de memoria BIBLIOGRAFÍA 9 INTRODUCCIÓN Los contenidos de este libro están organizados en cuatro apartados, conteniendo cada uno de ellos tres capítulos. El primer apartado, dedicado a los desarrollos teóricos y a los modelos explicativos, se ha estructurado a partir de las principales aportaciones de aquellos autores que pueden ser considerados como los pioneros en el estudio de la emoción, aquellos que han establecido el basamento teórico sobre el que se ha asentado la psicología de la emoción. Se han citado los pasajes de sus obras en los que se concreta su aportación. Para una mayor sistematización en la presentación de los autores, se ha seguido el siguiente esquema. Se comienza presentando el perfil humano, intelectual y científico, se analiza detenidamente su aportación y se acaba presentando las influencias y la proyección de ese autor hacia el futuro, en el desarrollo de nuevos enfoques y desarrollos teóricos. En algunos casos (Darwin y James), por su relevancia, se destaca el avance que ese autor ha posibilitado en la investigación posterior. Este primer apartado termina analizando la vinculación de la emoción con la acción. El capítulo 1 presenta los desarrollos teóricos producidos en el ámbito de la emoción, en una época precientífica, en un momento en el que la psicología todavía no se ha constituido como una rama del conocimiento científico separada de la filosofía. René Descartes, desde los campos de la filosofía y de la ciencia (matemática y fisiología fundamentalmente) estableció las vías por las que ha avanzado la investigación en emoción, perfilando los tres elementos característicos de la emoción (las pasiones, las conmociones corporales y la acción) que la investigación actual ha confirmado plenamente como componentes de la emoción. Charles Darwin, desde el campo científico, incide en el componente de expresión emocional. El capítulo 2 presenta los desarrollos teóricos producidos en el ámbito de la emoción desde finales del siglo xix (momento en el que la psicología alcanza el estatus de ciencia) y a lo largo del siglo xx. Se analizan las aportaciones de William James, de Cari G. Lange,de Walter B. Cannon, de Sigmund Freud, de John B. Watson y de Gregorio Marañón (se reconoce la importante aportación de Marañón, lo que, aunque parezca sorprendente, no es frecuente en los manuales de emoción publicados en nuestro país). El capítulo 3 ofrece un análisis de la emoción como una variable hipotética y presenta los mecanismos a través de los que se produce la regulación de la acción. Se incide en la funcionalidad de los estados emocionales. El segundo apartado presenta la base física de la emoción, los diversos sistemas que mediatizan los procesos emocionales, así como las repercusiones que los estados emocionales pueden tener sobre éstos. 10 El capítulo 4 analiza la relación del sistema neurofisiológico con la emoción, presentando la función de diversas estructuras del sistema nervioso central (sistema reticular, hipotálamo y sistema límbico), así como del sistema nervioso periférico, en su rama sensoriomotora o somática y en su rama autónoma o vegetativa (en sus divisiones simpática y parasimpática). Aunque de una forma breve, se presentan los diferentes tipos de músculos, dada su vinculación con el sistema nervioso periférico. El capítulo 5, dedicado al sistema endocrino, analiza la localización y funciones de las glándulas endocrinas que tienen una mayor relación con la emoción (el hipotálamo –que aunque es una estructura neural funciona como una glándula endocrina–, la hipófisis o glándula pituitaria y las glándulas suprarrenales). Tras analizar brevemente los diferentes tipos de control en la regulación de la secreción de hormonas, el capítulo termina presentando a la psiconeuroendocrinología, integrada por la neuroendocrinología (estudio de la interacción entre el sistema nervioso y el sistema endocrino) y por la psicoendocrinología (efecto de las hormonas sobre el comportamiento y de éste sobre aquéllas). En el capítulo 6, dedicado al sistema inmune, después de analizar los diversos mecanismos de defensa frente a las infecciones, los tipos de células y órganos que constituyen el sistema inmune, se analizan los hallazgos fundamentales en el ámbito de la psiconeuroinmunología (campo de investigación interdisciplinar en el que se integra el estudio de las interacciones entre el comportamiento, los procesos neurales y endocrinos y los procesos inmunes). Termina el capítulo con un análisis de la incidencia de los procesos psicológicos sobre la salud y la enfermedad, centrándose en la relación entre estrés y cáncer. El tercer apartado presenta las diversas técnicas que se han empleado en la medida de los diferentes componentes de la emoción. El capítulo 7 está dedicado a la medida de la experiencia emocional, analizando la importancia de los contenidos mentales, de la introspección y del autoinforme en la psicología actual, incidiendo en las dos técnicas de autoinforme más empleadas (listas de adjetivos y escalas tipo cuestionario). Se comentan brevemente las limitaciones de este tipo de técnicas. El capítulo 8, que presenta diversas técnicas de medida del componente neurofisiológico de la emoción, comienza analizando la respuesta que el sistema nervioso periférico produce ante un estado emocional intenso. Se presentan técnicas que se centran en las señales psicofisiológicas en las que interviene el sistema nervioso sensoriomotor (como la actividad electromiográ-fica y la actividad respiratoria) y aquellas en las que interviene el sistema nervioso autónomo (como la actividad cardiovascular y la actividad electrodérmica). Se analizan diversos problemas en relación con la validez y la fiabilidad de este tipo de técnicas. El capítulo 9, dedicado a las medidas de la expresión emocional, se centra en medidas de la expresión sonora y de la expresión no verbal (expresión corporal y expresión facial), realizando un análisis detenido de los músculos que posibilitan la expresión facial, de los métodos de medida y de los patrones faciales típicos de las emociones básicas. El cuarto apartado, bajo el rótulo de “ámbitos de investigación”, presenta la vinculación de la emoción con los procesos cognitivos y con la motivación. 11 El capítulo 10 analiza la investigación básica en emoción, desde la perspectiva del enfoque cognitivo, incidiendo en las teorías de la evaluación cognitiva, en las de la activación-cognición, en las teorías del procesamiento de la información y en la teoría emotivo-motivacional de la atribución. Termina el capítulo analizando las relaciones entre emoción, cognición y acción. El capítulo 11 analiza los principales determinantes que posibilitan la comprensión de la emoción, entre los que se encuentran el tipo de la estructura cognitiva que caracteriza a la emoción, la diferenciación emocional (a través de patrones fisiológicos específicos y/o procesos cognitivos) y la influencia social en la expresión emocional, a través de diversas reglas de manifestación. En la segunda parte del capítulo se analiza la incidencia que sobre la acción tienen la motivación, la emoción y la cognición, funcionando en una estrecha interacción. En el capítulo 12, después de analizar los estados de ánimo como procesos afectivos, se presentan diversos métodos que posibilitan inducir estados de ánimo en el laboratorio. Finalmente, se realiza un detenido análisis de las relaciones de los estados de ánimo con la memoria, presentando ésta como un conjunto de sistemas en interacción sobre los que los estados de ánimo pueden tener una notable incidencia. 12 PARTE I: DESARROLLOS TEÓRICOS Y MODELOS EXPLICATIVOS 13 1 DESARROLLOS TEÓRICOS EN UNA ÉPOCA PRECIENTÍFICA 1.1. René Descartes 1.1.1. Perfil humano, intelectual y científico Descartes (1596-1650) nació en La Haye, una pequeña villa de la Touraine, en el centro de Francia. Estudió con los jesuítas en La Fleche y en la Universidad de Poitiers. Fue un filósofo y un científico (matemático y fisiólogo). Boring (1950/1978) le denomina “padre de la psicología fisiológica y de la reflexología”. Descartes estudió la inversión de la imagen visual en la retina de un ojo de buey, entre otros aspectos, y aportó el germen del concepto de arco reflejo. En sus trabajos científicos se comporta como materialista (fue el creador de la geometría analítica y el descubridor de los principios de la óptica geométrica). En sus estudios filosóficos aparece como idealista (su obra Meditaciones Metafísicas, publicada en 1641, estableció los fundamentos de la metafísica moderna). Como filósofo, Descartes utiliza conceptos psicológicos obtenidos a través de la introspección en la conceptualización del mundo y del hombre. Su teoría sobre el hombre se encuentra en Les passions de L’áme (1649) y en Traité de L’Homme (1662) –publicada 12 años después de su muerte. Descartes rompió con el escolasticismo de la Edad Media, por lo que se le puede considerar como el primer pensador de la Edad Moderna. Boring afirma que Descartes marca el comienzo de la psicología moderna, siendo el antecesor tanto del objetivismo como del subjetivismo. Pero la contribución por la que es más conocido es el dualismo mente-cuerpo, estableciendo diferencias entre la mente y el cuerpo como dos entidades diferentes. Descartes sostenía la creeencia de que el hombre y los animales eran cualitativamente diferentes. El ser humano posee mente y cuerpo, mientras que los animales sólo cuerpo. El ser humano era capaz de pensamiento, de deliberación consciente y voluntaria y de elección libre. La conducta de los animales era considerada como automática, impulsiva e involuntaria. La conducta voluntaria está gobernada por la mente, la conducta involuntaria por el cuerpo. El lector más interesado puede encontrar diversos aspectos respecto al perfil humano, filosófico y científico de Descartes en Clarke (1982/1986) y en Garin (1984/1989). 14 1.1.2. Aportación al estudio de la emoción Descartes consideraba que el mundo mental (que se identificaba con el alma) constituía el objeto de la psicología. En sus comienzos, la psicología era la rama del conocimiento que estudiaba el alma o la mente humana.Psyche en griego significa aliento, espíritu, alma. Aun no siendo sinónimos, los términos mente y alma se utilizaban indistintamente. El mundo físico, al que pertenecían el cuerpo del hombre y el de los animales, quedaba fuera del ámbito de la psicología. Descartes, como analizaremos en breve, al estudiar la emoción (pasión), se centró en el sentimiento subjetivo, en la experiencia que de la emoción tenía el ser humano. Se planteó cómo se podía realizar el estudio de la mente. Considerando que era imposible su estudio a través de la conducta (puesto que consideraba que la conducta involuntaria no estaba determinada por la mente y que la conducta voluntaria, gobernada por la mente, estaba determinada por el Ubre albedrío y era impredecible), concluyó que lo que el filósofo podía hacer era estudiar su propia mente a través de la observación interior o introspección para determinar la naturaleza y el origen de sus contenidos. El método introspectivo está vinculado con la privacidad de la experiencia emocional. Descartes consideró que el conocimiento era privado e inmediato; en consecuencia, la introspección era suficiente para él: Ya que sintiéndolas [a las pasiones] cada cual en sí mismo no es necesario recurrir a ninguna observación ajena para descubrir su naturaleza (Descartes, 1649/1972, Art. 1, p. 13). Vamos a exponer la teoría de las emociones de Descartes (1649/1972) presentada en su obra Las pasiones del alma, donde se contiene su psicología filosófica, sus concepciones sobre la naturaleza del alma y algunos aspectos de su consideración de la psicología fisiológica. Para Descartes las principales funciones del cuerpo son el movimiento y el calor, mientras que las del alma son los pensamientos, siendo éstos de dos tipos: las acciones del alma y las pasiones del alma. Descartes (1649/1972) denomina pasiones a “todas las clases de percepciones o conocimientos que se hallan en nosotros, porque a menudo no es nuestra alma la que los hace tal como son y porque siempre los recibe de las cosas que son representadas por ellos” (Art. 28, p. 30). Las pasiones son emociones del alma “porque de todas las clases de pensamientos que el alma puede tener ninguna la agita y la sacude tan fuertemente como estas pasiones” (Art. 28, p. 30). La teoría de Descartes (1649/1972) sobre las emociones (pasiones) hace importantes aportaciones respecto a las causas de las pasiones, el número de pasiones primarias, su efecto y el control de las pasiones por la voluntad (Arts. 41,46 y 50). Para Descartes, la causa última y más próxima de las pasiones del alma es “la agitación con que los espíritus mueven la pequeña glándula que hay en el centro del cerebro” (Art. 51, p. 47). Pero para poder distinguir entre las diferentes pasiones hay que 15 examinar sus primeras causas, siendo éstas “los objetos que mueven los sentidos” (Art. 51, p. 47). En consecuencia, la forma de determinar todas las pasiones es “considerar todos los efectos de dichos objetos” (Art. 51, p. 47). Las pasiones primarias son seis: la admiración, el amor, el odio, el deseo, la alegría y la tristeza. Las demás pasiones “están compuestas de alguna de estas seis, o son especies de las mismas” (Art. 69, p. 53). En reiteradas ocasiones Descartes (1649/1972) incide en el efecto de las pasiones (Arts. 40, 52, 74 y 137): El efecto principal de todas las pasiones en los hombres es incitar y disponer su alma con el fin de que quieran las cosas para las cuales preparan sus cuerpos de suerte que el sentimiento del miedo incita a querer huir, el de valor a querer combatir… (Art. 40, p. 37). La utilidad de todas las pasiones no consiste sino en que fortalecen y mantienen en el alma pensamientos que es sano que mantenga, y que sin ellas, serían borrados fácilmente. Y todo el mal que pueden originar consiste en que fortalezcan y conserven estos pensamientos más de lo necesario, o bien fortalezcan y mantengan otros en los que no es sano detenerse (Art. 74, pp. 55-56). El hombre puede regular y controlar el efecto de sus pasiones (emociones) a través de su voluntad, hecho que no puede ocurrir en los animales. Este aspecto está vinculado con el hecho de que el hombre tiene experiencia de su estado emocional (Arts. 41, 46, 50). Descartes destaca la necesidad y la utilidad de las pasiones: “Yo no comparto la opinión (…) de que debemos estar exentos de pasiones, basta con mantenerlas sujetas a la razón. Y cuando se las ha domesticado de este modo son a veces tanto más útiles cuanto más se inclinen hacia el exceso” (Introducción, p. 9). Ante la emoción más fuerte y más violenta, la voluntad puede “no consentir en sus efectos y contener algunos de los movimientos para los que dispone el cuerpo. Por ejemplo, cuando la cólera hace levantar la mano para golpear, la voluntad puede ordinariamente contenerla; cuando el miedo incita a huir a la gente, la voluntad puede detenerla” (Art. 46, p. 41). Descartes llega más lejos “(…) incluso los [hombres] que tienen las almas más débiles podrían adquirir un dominio muy absoluto sobre sus pasiones haciéndose el firme propósito de adiestrarlas y conducirlas” (Art. 50, p. 46). Pasando del análisis pormenorizado de la teoría de Descartes, basado en las referencias extraídas de su obra Las pasiones del alma, a un análisis global de su aportación al estudio de las emociones (pasiones), se puede afirmar que la emoción es el sentimiento subjetivo de las actividades de los espíritus animales en el cuerpo. Es un sentimiento carente de un componente cognitivo. Por ejemplo, el miedo es el sentimiento o conocimiento objetivo de los espíritus animales causando que las extremidades hagan que el cuerpo huya, causando que el corazón se constriña, etc. Según la teoría de Descartes, el miedo registra los cambios fisiológicos y movimientos corporales, es el concomitante subjetivo de la huida y del estar en cierto estado fisiológico. En Descartes se destaca el componente de experiencia emocional. Tener una 16 emoción lleva ipso facto a ser conocedor de ella, dado que no puede haber sentimientos no sentidos. Descartes (1649/1972) diferencia dos clases de voluntades: "… unas son acciones del alma que terminan en el alma misma…, las otras son acciones que terminan en nuestro cuerpo, como cuando por el simple hecho de que tenemos la voluntad de pasearnos, nuestras piernas se mueven y andamos” (Art. 18, p. 25). El poder del alma respecto al cuerpo se evidencia en el hecho de que "… toda la acción del alma consiste en que por el simple hecho de que quiere algo hace que la pequeña glándula a la que se halla estrechamente unida se mueva de manera apropiada para producir el efecto correspondiente a esta voluntad” (Art. 41, p. 38). Entre las principales dificultades y limitaciones de la teoría de Descartes, de acuerdo con Lyons (1985), se encuentran las siguientes: a) No explica el hecho de que las emociones determinan conductas. No puede explicar la conexión entre emociones y conducta porque los sentimientos, por sí mismos, no incitan al sujeto a hacer algo. Lo hacen cuando están conectados con algún tipo de deseo o necesidad. Para Descartes, lo que incita al sujeto a hacer algo es la agitación de los espíritus animales (que generalmente causa a las pasiones) que “dispone al cuerpo para los movimientos que sirven para la ejecución de estas cosas (que la naturaleza nos prescribe como útiles) (Art. 52, p. 48). Las pasiones “disponen al alma para querer las cosas que la naturaleza nos prescribe como útiles y para persistir en esta voluntad” (Art. 52, p. 48). b) La teoría de Descartes no permite diferenciar entre lo que (comúnmente se está de acuerdo) es emoción y lo que (comúnmente se está de acuerdo) no es emoción. Si la emoción es el sentimiento subjetivo de las actividades de los espíritus animales en el cuerpo, y si algunas emociones, como los miedos sin objeto y los miedos a objetos imaginarios, están causados por “los temperamentos del cuerpo o por las impresiones que se encuentran fortuitamente en el cerebro” (Art. 51, p. 47), entoncesDescartes tendría que admitir que es una emoción no sólo el sentimiento subjetivo de los movimientos corporales y los cambios fisiológicos que siguen a la percepción de, por ejemplo, un animal peligroso, sino también el sentimiento subjetivo de los movimientos corporales y los cambios que siguen a la inyección de una droga o a la presencia de una enfermedad. Nada parece contradecir desde la teoría de Descartes que una droga o una enfermedad causen tales emociones. 1.1.3. Influencias y proyección futura La influencia de Descartes para la psicología ha sido decisiva en los primeros intentos de hacer de la psicología una ciencia. William James, uno de los principales 17 artífices de la psicología científica de fines del siglo xix, adoptó una explicación de la emoción, centrada en la experiencia emocional, bajo la influencia de Descartes. El cuadro 1.1 sintetiza los aspectos en los que se concreta el cambio posibilitado por Descartes. CUADRO 1.1. Cambio que supuso la aportación de Descartes al estudio de la emoción. — Ruptura de la situación establecida respecto a la emoción. — El dualismo mente-cuerpo. — Consideración de la conducta voluntaria frente a la conducta involuntaria. — Establecimiento de los antecedentes del arco reflejo. La aportación de Descartes, desde sus propios textos, se pone de manifiesto en los siguientes aspectos: a) Ruptura del estado de cosas mantenido con anterioridad respecto a la emoción. Descartes aplica el “cartesianismo” como método de indagación al estudio de la emoción, y en la búsqueda de la verdad trata de reconstruir, desde los fundamentos, todos los sistemas de sus conocimientos, rechazando las opiniones expresadas por otros anteriormente. En nada queda tan claro cuán defectuosas son las ciencias que los antiguos nos han legado como en lo que aquellos escribieron sobre las pasiones. En efecto, aun cuando se trata de una materia sobre la que siempre se ha investigado mucho y que no parece ser de las más difíciles (…), lo que los antiguos han enseñado de ellas es tan poco, y tan poco creíble en general, que mi única esperanza de acercarme a la verdad radica en alejarme de los caminos seguidos por ellos. Por esta razón me veré obligado a escribir aquí como si se tratara de una materia que nadie antes que yo hubiera tocado (1649/1972, Art. 1, p. 13). b) El dualismo mente-cuerpo. La diferenciación entre la mente y el cuerpo, como dos entidades diferentes, en opinión de Boring (1950/1978), fue una forma de resolver el conflicto entre la religión (con su exigencia del alma inmortal) y la ciencia tratando de contentar a ambas. La interacción entre mente y cuerpo para Descartes se produce en la “pequeña glándula” (la glándula pineal), lo que permite a la mente conocer que se ha producido una acción, ya sea ésta involuntaria (o refleja), sobre la que la mente no tiene control, o voluntaria, sobre la que la mente ejerce un control total. El dualismo cartesiano está vinculado con el mecanicismo: el cuerpo del hombre y el de los animales está completamente determinado, funcionando como una máquina. Los animales, carentes de mente, actúan como autómatas. Relacionada con esta diferenciación se encuentra la diferenciación 18 establecida en la conducta. c) Conducta voluntaria versus conducta involuntaria. El dualismo trajo como consecuencia el establecimiento de una radical diferenciación entre hombre y animales y la división en el estudio de la conducta. Sólo el ser humano, por poseer mente, era capaz de pensamiento, de conducta voluntaria y de libre elección. Podía controlar con la voluntad a la emoción, como se ha presentado anteriormente. La conducta de los animales, carentes de volición y de razón, estaba determinada por las emociones y otras fuerzas irracionales e involuntarias, como los instintos. La conducta involuntaria pasó a ser estudiada por los fisiólogos (estudio del cuerpo) y la conducta voluntaria por los filósofos-psicólogos. d) Establecimiento de los antecedentes del arco reflejo. Descartes fue el iniciador de la psicología fisiológica de los reflejos. La conducta involuntaria está gobernada por el cuerpo a través de un proceso expuesto por Descartes que posteriormente se denominó “arco reflejo” En Les passions de Uáme expone cómo se producen en el cerebro los espíritus animales: las partes más agitadas y más sutiles de la sangre que sale del corazón, por la arteria mayor, se dirigen al cerebro y entran en el cerebro, componiendo los espíritus animales, para lo que en palabras de Descartes (1649/1972): no necesitan experimentar ningún otro cambio en el cerebro, sino que en él se quedan separadas de las partes de sangre menos sutiles, pues lo que aquí llamo espíritus no son sino cuerpos muy pequeños y que se mueven muy rápidamente, como las partes de la llama que salen de una antorcha. De manera que no se detienen en ningún sitio y que, a medida que algunos de ellos entran en la cavidad del cerebro, salen también algunos otros por los poros que hay en su sustancia, los cuales los conducen a los nervios y desde aquí a los músculos, lo que les permite mover el cuerpo de las distintas maneras en que puede ser movido (Art. 10, p. 19). Y en otro lugar indica: hay tres cosas a considerar en los nervios, a saber: la médula o sustancia interior que se extiende en forma de hilillos desde el cerebro, donde nace, hasta las extremidades de los otros miembros a que están unidos esos hilos; luego las membranas que los rodean y que (…) forman unos tubitos en los que están encerrados estos hilillos; luego, por fin, los espíritus animales, que, al ser llevados por esos mismos tubitos desde el cerebro hasta los músculos, hacen que dichos hilos permanezcan en ellos libres y extendidos, de tal manera que la menor cosa que mueva la parte del cuerpo a que va unido el extremo de alguno de ellos obliga a moverse igualmente a la parte del cerebro de donde procede, lo mismo que cuando se tira de uno de los cabos de una cuerda hacemos mover el otro (Descartes, 1649/1972, art. 12. p. 21). Por otra parte, al analizar las funciones del cuerpo, afirma: la máquina de nuestro cuerpo está constituida de tal suerte (…) que todos los movimientos que hacemos sin la intervención de nuestra voluntad (…) no dependen sino de la conformación de nuestros miembros y del curso que los espíritus, excitados por el calor del corazón, siguen naturalmente en el cerebro, en los nervios y en los músculos, de la misma manera que el 19 movimiento de un reloj es producido exclusivamente por la fuerza de su resorte y la forma de sus ruedas (Art. 16, p. 24). El concepto de “espíritus animales” de Descartes, equivaldría a lo que hoy se denomina “acción nerviosa”. En su obra postuma, Traité de L’Homme, Descartes (1662) ilustra la forma en que se produce un acto involuntario, de manera totalmente mecánica, a través del caso de un niño que ante un fuego retira el pie, dando la siguiente explicación: el fuego (A) pone en movimiento el extremo inferior del nervio, transmitiéndose este movimiento hacia el cerebro (d, e). La cavidad (F) libera en el cerebro a los “espíritus animales”, que se dirigen por el nervio hacia abajo, distendiendo el músculo de la pantorrilla y haciendo que el pie sea retirado (figura 1.1). Figura 1.1. Producción de un acto involuntario según Descartes (1662/1990). 1.2. Charles Darwin 20 A finales del siglo xix, en el momento en que se está gestando la psicología como una rama del conocimiento científico separada de la filosofía, fue decisiva la aportación de Darwin al estudio de la emoción. A finales del siglo xix, la importancia de la explicación de la experiencia emocional aportada por Descartes, más de dos siglos antes, es reducida por la aportación de Darwin. 1.2.1. Perfil humano, intelectual y científico Charles Darwin (1809-1882) nació en Shrewsbury, Inglaterra, estudió durante dos años medicina en Edinburgh y posteriormente marchó a Cambridge para prepararse como clérigo, estudiando botánica y geología y obteniendo en 1831 su título de Bachelor ofArts. En esa misma fecha, cuando contaba veintidós años, se embarca en el Beagle, buque de la marina real inglesa, como naturalista (observador científico) para participar en una expedición científica que duró de 1831 a 1836 (Moorehead, 1969/1981). A partir de la observación exterior (geología, flora, fauna y morfología de los animales), Darwin establece la teoría de la evolución, en la que puede ser considerada su óbra más importante, El origen de las especies, que publica en 1859, más de veinte años después de terminada la expedición. De la información recogida por él, en la observación del comportamiento de los animales y del hombre, y la aportada por otras personas, que se encontraban en las diferentes partes del mundo (guardadores de museos, misioneros, exploradores), respecto a las conductas expresivas de los animales y de sujetos humanos en grupos primitivos, hace su decisiva aportación al ámbito de la emoción, recogida en su obra La Expresión de las emociones en el hombre y en los animales, publicada en 1872. 1.2.2. Aportación al estudio de la emoción En El origen de las especies (1859/1984), Darwin eliminó la tajante separación establecida por Descartes entre el hombre y los animales. Hombre y animales descienden de un tronco común, habiendo continuidad entre el cuerpo de los animales y el cuerpo del hombre. Pero Darwin se preguntó si, asimismo, existiría una continuidad también entre la mente de los animales y del hombre. En La expresión de las emociones en el hombre y en los animales (1872/1967), Darwin defiende la continuidad entre la mente de los animales y la del hombre. La obra describe las principales acciones expresivas en el hombre y los animales inferiores y explica su origen y desarrollo. El interés de Darwin se centra en el proceso de expresión emocional (gestos, posturas, expresiones faciales), afirmando que el proceso de evolución se ha producido no sólo respecto a las estructuras anatómicas, sino a la “mente”, al comportamiento expresivo de las emociones. Las emociones tienen una historia evolutiva que puede ser 21 analizada en los diferentes niveles filogenéticos. La expresión emocional tiene funciones de supervivencia, actúa como una señal y como preparación para la acción, como un medio de transmisión, de un animal a otro, de información que indica lo que probablemente ocurrirá, influyendo en las posibilidades de supervivencia. Por ello, Darwin (1872/1967) afirmó que el reconocimiento intraespecies de la emoción probablemente era innato. Darwin creyó que aunque no todas las formas de expresión emocional eran innatas, muchas sí lo eran. El método de estudio de la emoción empleado por Darwin fue la observación y la recolección de anécdotas sobre la conducta animal. Método denominado anecdótico y que adolece de un elevado antropomorfismo. Consciente de las dificultades que derivan de centrarse exclusivamente en dicho método, Darwin empleó diversas fuentes de información, entre otras: a) La observación de lactantes para captar la fuente pura y simple de la que brotan las expresiones de las emociones. b) El análisis de la expresión de las emociones en enfermos. c) La presentación a observadores de dibujos del rostro de un anciano solicitando que identificaran la emoción o el sentimiento que el hombre estaba expresando. d) Estudios de las expresiones faciales producidas artificialmente por la estimulación eléctrica de los músculos faciales en humanos. Darwin explica las expresiones de las emociones del hombre y de los animales a través de diversos principios (cuadro 1.2). CUADRO 1.2. Principios propuestos por Darwin para explicar la expresión de las emociones. — Asociación de las costumbres útiles. — Antítesis. — Actos derivados de la constitución del sistema nervioso. Desde los propios textos de Darwin, su aportación se concreta en los siguientes aspectos: A) Principio de la asociación de las costumbres útiles Darwin (1872/1967) lo formula de esta manera: Ciertos actos complejos son de una utilidad directa o indirecta, en ciertos casos del 22 espíritu, para responder o satisfacer ciertas sensaciones, ciertos deseos, etc., y siempre que el mismo estado de espíritu se reproduce, aun en un débil grado, la fuerza de la costumbre y de la asociación tiende a hacer los mismos actos, hasta cuando pueden no ser de alguna utilidad (p. 8, Vol. I). Defiende “la facilidad con que unos actos se asocian a otros actos y a estados de espíritu diverso” (p. 12, Vol. I). “La turbación de nuestro espíritu se comunica a los movimientos de nuestro cuerpo, pero aquí, además de la costumbre, otro principio entra en juego en cierta medida: el flujo desordenado de la fuerza nerviosa” (p. 13, Vol. I). El hombre, cuando se halla preocupado, se rasca la cabeza, o tose ligeramente, y se frota los ojos cuando está perplejo. Por otra parte, el poder de la asociación es grande. Cuando dos acciones, sensaciones o emociones se producen juntas tienden a asociarse, a unirse, de tal modo que cuando se presenta una de ellas, lo hace también la otra. El hombre casi siempre cierra los ojos y menea de un lado a otro la cabeza (como si no lo viese o no quisiese verlo), cuando rechaza algo enérgicamente. Cuando accede a lo que se le pide, inclina afirmativamente la cabeza, abriendo mucho los ojos (como si viera claramente la cosa). Darwin concede importancia a las acciones reflejas, puesto que “muchas de estas acciones reflejas son expresivas (…) algunas de ellas llegan a confundirse con los actos producidos por la costumbre y pueden apenas ser distinguidas” (p. 16, Vol. I). Para Darwin las acciones reflejas se producen tras la excitación de las células nerviosas sensitivas, que, a su vez, excitan a las células nerviosas motrices, las cuales provocan la acción de músculos y glándulas determinadas, “sin comunicar antes con las células de las cuales dependen nuestra percepción y nuestra volición” (p. 21, Vol. I), “sin que se haya desperdiciado fuerza alguna por la comunicación preliminar de los hemisferios cerebrales, asiento de la conciencia y de la volición” (p. 18, Vol. I). Las acciones reflejas están probablemente sujetas a ligeras variaciones, como los aspectos anatómicos y los instintos, de forma que toda variación ventajosa ha debido ser conservada y transmitida por herencia, es decir, fijada en las generaciones posteriores por selección natural. B) Principio de la antítesis Darwin presenta este principio para dar cuenta de que la expresión de algunas emociones es opuesta al principio de la utilidad biológica: “Ciertos estados de espíritu traen consigo determinados actos habituales, que son útiles (…) cuando se produce un estado de espíritu directamente inverso, se es fuerte e involuntariamente impulsado a cumplir movimientos absolutamente opuestos, por inútiles que sean; por otra parte, en ciertos casos, estos movimientos son muy expresivos” (p. 9, Vol. I). Darwin presenta diversos ejemplos de conducta expresiva de los animales. Cuando un perro agresivo encuentra en su camino a un perro extraño o a un hombre, avanza derecho y en actitud rígida. Lleva la cabeza ligeramente levantada o algo baja, la cola 23 estirada, inmóvil, los pelos del lomo y del cuello erizados, las orejas estiradas hacia delante y mira fijamente. Si el perro reconoce en el hombre a su dueño, su ser se transforma repentina y completamente. Se agacha e incluso se tumba, moviéndose sinuosamente. Baja la cola y la agita de un lado a otro. Su pelo se toma liso, las orejas se echan hacia atrás. Debido al cambio de posición de las orejas, los párpados se estiran y los ojos pierden su forma redonda y deja de mirar fijamente. Ninguno de estos últimos movimientos que expresan la alegría del animal es de la menor utilidad para él. Darwin los explica como opuestos o en antítesis con la actitud y los movimientos del perro que se dispone al combate y que expresan la cólera. Aunque Darwin admite que el principio de antítesis arroja algunas dudas en el hombre, presenta diversos casos. De ellos, en el que mejor seemplea la antítesis es en el encogimiento de hombros, que expresa la impotencia, o una negativa, significando que una cosa no puede hacerse o es imposible evitarla. Darwin afirma que muchos movimientos expresivos son hereditarios, debidos al principio de la antítesis. C) Principio de los actos debidos a la constitución del sistema nervioso, completamente independientes de la voluntad y, hasta cierto punto, de la costumbre Darwin (1872/1967) le denomina “el principio de la acción indirecta del sistema nervioso”: “Cuando el sensorio es fuertemente excitado, la fuerza nerviosa es engendrada en exceso y transmitida en ciertas direcciones determinadas, dependientes de las conexiones de las células nerviosas y en parte de las costumbres” (p. 9, Vol. I). Ejemplos que apoyarían este principio serían la decoloración de los cabellos ante el terror o un dolor excesivo y el temblor muscular, que no se produce voluntariamente, sino bajo el imperio de una emoción (espanto, cólera violenta, gran alegría) y que no tiene ninguna utilidad, siendo perjudicial en ocasiones. Darwin acepta la división de las emociones en dos categorías, las que excitan (la cólera y la alegría son de las más importantes) y las que deprimen (el espanto es la más importante). Darwin concluye la exposición de los principios, afirmando: “Los tres principios que sucesivamente hemos estudiado, pueden ya (…) dar cuenta de gran número de movimientos expresivos. Día llegará (…) en que todos los demás serán explicados a su vez por esos mismos principios o por otros muy análogos” (p. 65, Vol. I). Pero se ve obligado a confesar que “en ciertas ocasiones es imposible decidir qué parte le toca, en cada caso particular, a tal o a cual de nuestros principios. Y aún hay muchos puntos que no se explican en la teoría de la expresión” (p. 65, Vol. I). 1.2.3. Influencias y proyección futura 24 La teoría de Darwin es el punto de partida de diversas corrientes en el estudio de la emoción: A) El estudio de la conducta emocional en un contexto biológico, evolutivo La aproximación evolucionista ha sido seguida por Tomkins (1980), por Izard (1977) y por Plutchik (1980), quienes han estructurado teorías del feedback somático que inciden en la importancia de los cambios somáticos en la experiencia emocional. Tomkins (1980) sostiene que los afectos (prefiere este término al de emoción) son fundamentalmente respuestas faciales. La especificidad de la emoción está determinada por la especificidad de la expresión facial, mientras que la experiencia emocional está determinada por el conocimiento consciente del feedback propioceptivo, derivado de los cambios producidos en los músculos faciales. Izard (1977) ha desarrollado los planteamientos teóricos de Tomkins presentando una denominada “teoría diferencial de las emociones” que defiende que la emoción está integrada por tres componentes interdependientes: la actividad neural del cerebro y del sistema nervioso somático, la expresión facial-postural (el feedback cara-cerebro) y la experiencia subjetiva motivacional. Izard diferencia diversas emociones fundamentales, como interés, alegría, sorpresa, tristeza, ira, disgusto, desprecio, miedo, vergüenza, timidez y culpabilidad, que tienen aspectos neurales y experienciales distintivos y que poseen una expresión facial característica que proporciona una información inmediata y específica sobre lo que el sujeto está sintiendo. Las emociones constituyen el principal sistema motivacional humano determinando y organizando la conducta. El mecanismo neural de la expresión y de la experiencia emocional, en las emociones fundamentales, es innato y la ontogénesis de la expresión está en función de procesos madurativos. Los mecanismos neurales para la percepción de las expresiones faciales son también innatos. El niño no tiene que aprender a percibir las caras humanas o aprender a interpretar las expresiones faciales o vocales de las emociones fundamentales. Plutchik (1980) presenta un modelo psicoevolutivo, sosteniendo que las emociones tienen funciones adaptativas, contribuyendo a que el organismo maneje los aspectos claves para la supervivencia. La cognición facilita la evaluación y la predicción de los eventos emocionales. La secuencia de producción de una respuesta emocional sería la siguiente: — El sujeto evalúa cognitivamente, de forma consciente o inconsciente, un evento. — La evaluación cognitiva va seguida de una experiencia emocional. — La experiencia emocional determina los comportamientos apropiados que posibilitarán la supervivencia. Las teorías del feedback somático han hecho una valiosa aportación al considerar la 25 emoción en el contexto de la adaptación biológica, centrándose en la influencia de la expresión facial sobre la experiencia emocional. B) El estudio de las expresiones emocionales ha influido en la investigación actual sobre la expresión facial de las emociones, encabezada por Ekman (1985/1992,1993) Ekman inició el estudio de la expresión facial de la emoción en 1965. Desde entonces hasta la actualidad ha hecho una contribución fundamental que se puede concretar en que (como ha reconocido la American Psychological Association –APA–, al concederle en 1992 el Premio a la Contribución Científica Distinguida) “nos ha enseñado a leer la cara humana, constituyendo ésta una poderosa fuente de datos cuantitativos. Ha descrito la dinámica del comportamiento no verbal (…) Ha demostrado la universalidad y la discrecionalidad de las emociones y ha revitalizado tanto una aproximación transcultural a la emoción como una aproximación Darwiniana”. C) La presentación de hipótesis y cuestiones teóricas que han guiado el estudio de la conducta animal realizado por los etólogos D) Aun nivel más general, se puede afirmar que la teoría de la evolución y el estudio de la conducta expresiva de las emociones, realizadas por Darwin, reclaman el desarrollo de una psicología animal Se puede afirmar que el método anecdótico empleado por Darwin actuó como un revulsivo en el inicio del estudio de la conducta animal en el laboratorio, realizado por Thorndike a finales del siglo xix partiendo de que los experimentos debían sustituir a la observación y ala colección de anécdotas. El principio de “continuidad biológica” (Darwin, 1859/1984) influyó en la aceptación por los psicólogos de la existencia de un tipo de mente y conciencia más rudimentarias que las del hombre. Darwin contribuyó al surgimiento del funcionalismo. Bajo la influencia de Darwin, los funcionalistas pensaban que los procesos mentales habían evolucionado para satisfacer diversas funciones útiles para la supervivencia de los organismos. Los funcionalistas estaban interesados no sólo por la descripción, sino por el descubrimiento de los principios a través de los que se desarrolla la mente. William James, uno de los más representativos funcionalistas, ha ejercido una gran influencia en el desarrollo científico de la psicología con su obra Principios de Psicología, publicada en 1890. 26 E) La aportación de Darwin estimuló la investigación en psicología comparada El estudio comparado de la conducta de animales de diferentes especies en un primer momento pretendía comprobar el desarrollo de las cualidades mentales de las más diversas especies, que fue el objetivo de los trabajos de Thorndike en 1898 y de Small en 1901. Posteriormente, bajo la influencia de Watson, que a su vez estuvo influido por Darwin, se centró en el estudio de las actividades manifiestas, de los diversos patrones de comportamiento complejo. Watson estudia la conducta emocional manifiesta y sus causas externas, siguiendo el paradigma estímulo-respuesta (E-R). 1.2.4. Avance posibilitado por su aportación El avance que supuso la teoría de Darwin en el estudio de la emoción, respecto a la situación anterior, se puede concretar en dos aspectos: A) La continuidad entre la mente de los animales y del hombre y el cambio de perspectiva en el estudio de la emoción Al negar la existencia de mente en los animales, Descartes rechazóen ellos la presencia de sentimientos subjetivos. Darwin, a mediados del siglo xix, rompió con esa consideración, mantenida desde mediados del siglo xvii, al defender la existencia de mente en los animales. Pero Darwin no siguió la línea establecida por Descartes (que se centró en el componente de experiencia emocional en humanos), sino que, realizando un giro copernicano en el estudio de la emoción, analizó la expresión emocional tanto de los animales inferiores como del hombre. Si Descartes estudió la emoción como concomitante subjetivo (pasión) de la acción (movimiento manifiesto) y de cambios orgánicos (conmociones corporales en las visceras), Darwin se centró en la expresión emocional (el movimiento manifiesto de Descartes) como manifestación de un proceso interno (“estado de espíritu”). La obra de Darwin constituye una evidencia de la continuidad en la expresión emocional de los animales inferiores y del hombre. Si Descartes defiende la privacidad de la experiencia de la emoción, Darwin defiende la publicidad de la expresión emocional. B) El reconocimiento de que la conducta humana y la animal pueden estar determinadas por factores racionales e irracionales La obra de Darwin rompe con la consideración de que el animal sólo es capaz de conducta involuntaria e irracional y el hombre capaz de conducta voluntaria y racional, cuando actúa bajo el gobierno de la mente, afirmando que tanto los animales como el 27 hombre pueden actuar bajo la fuerza de determinantes racionales (razón y voluntad) y de determinantes irracionales (emociones). La conducta de los animales puede ser inteligente, razonada y voluntaria, como pusieron de manifiesto, poco tiempo después de la publicación de la obra de Darwin (1872/1967) La expresión de las emociones en el hombre y en los animales, las investigaciones de Thorndike. La conducta humana puede ser irracional, viniendo determinada por instintos, como puso de manifiesto Me Dougall en 1908, y por factores inconscientes y procesos emocionales, como afirmó Freud (1900/1968). El avance posibilitado por Darwin se ha de evaluar teniendo en cuenta que la teoría de Descartes y la necesidad teológica de conservar una diferencia entre el alma inmortal y el cuerpo mortal seguían ejerciendo una gran influencia a mediados del siglo XVIII. 28 2 DESARROLLOS TEÓRICOS EN LA ÉPOCA CIENTÍFICA 2.1. William James 2.1.1. Perfil humano, intelectual y científico William James (1842-1910) nació en Broadway (Nueva York). Ingresó en 1861 en la Escuela Lawrence de Ciencias de Harvard, donde estudió química y anatomía. En 1864 ingresó en la Harvard Medical School. En 1865 y 1866 participó como ayudante voluntario en la expedición que el naturalista Louis Agassiz organizó para estudiar la fauna del Amazonas. Como afirma Boring (1950/1978), “la aportación de James al trabajo de la expedición fue escasa, sirviéndole para descubrir que él era un filósofo” (p. 534). James comprobó que la observación desvinculada de la especulación sobre sus causas y significados no le atraía. En el curso académico 1875-76 ofreció su primer curso de psicología y estableció el primer laboratorio de psicología experimental en la Escuela Lawrence de Ciencias de Harvard para hacer demostraciones a los alumnos, más que para investigación. En 1876 fue profesor ayudante de fisiología en Harvard, enseñando psicología fisiológica. El curso 1878-79 es el último año en que enseña fisiología y en él ofrece su primer curso en filosofía. En 1880 fue profesor ayudante de filosofía. En 1889 se le cambió el nombramiento de profesor de filosofía por el de profesor de psicología. En 1890 se publicó su obra Principios de Psicología. De acuerdo con Boring, la finalización de los Principios de Psicología marcó el final del período de su vida filosófica y el dominio de la psicológica. En 1892 publicó Psicología. El curso más breve, libro en el que condensó y reelaboró los dos tomos de los Principios de Psicología, para hacer más accesibles los contenidos de su trabajo al alumnado. James, como filósofo, psicólogo y científico (experimentalista a medias, en opinión de Boring, 1950/1978), fue el pionero de la nueva psicología en EEUU. Entre otros, Barzun (1983/1986) presenta una detenida exposición de la vida y obra de James. 29 2.1.2. Aportación al estudio de la emoción La contribución de James al estudio de la emoción se encuentra, fundamentalmente en el artículo “Qué es una emoción” (1884), en Emoción, capítulo 25 de los Principios de Psicología (1890), en Emoción, capítulo 15 de Psicología: El curso más breve (publicado en 1892) y en el artículo “La base física de la emoción”, (publicado en 1894). James, bajo la influencia de Descartes y en oposición a Darwin, se preocupó de estudiar el estado de sentimiento personal, subjetivo, la experiencia emocional. James se centró en el estudio de los sentimientos, pensando que la teoría de la emoción de Darwin no explicaba adecuadamente los estados emocionales. James se centró en los aspectos subjetivos sensibles de los cambios fisiológicos (antecedentes viscerales y somáticos), causados por la percepción de estímulos potencialmente emocionales: “En la aflicción qué sería sin sus lágrimas, sus sollozos, su sofocación del corazón, sus punzadas en el esternón? Una cognición sin sentimiento de que ciertas circunstancias son deplorables, y nada más. Cada pasión nos cuenta la misma historia. Una emoción humana puramente descarnada no existe (…) la emoción disociada de todos los sentimientos corporales es inconcebible” (James, 1884, pp. 23-24). La herramienta fundamental de la investigación psicológica es la introspección, que trata de captar los fenómenos psíquicos en la medida en que se producen: “Introspección (…) mirar en nuestras propias mentes e informar de lo que hemos descubierto allí” (James, 1890/1989, Vol. I, p. 185). James empleó el método introspectivo con bastante cautela, consciente de las limitaciones de aquél, planteando la necesidad de realizar controles adecuados y de comparar los informes de diversos observadores. James llega a la conclusión de que “… la introspección es difícil y falible; y que la dificultad es simplemente la de toda observación sea del tipo que sea” (1890/1989, Vol. I, p. 191). Destaca, asimismo, la utilidad de la experimentación, aunque sin pasar por alto sus dificultades. James diferencia entre emociones más groseras o estándares, relacionadas con cambios corporales relativamente intensos, en los que cada uno reconoce una fuerte reverberación orgánica (ira, miedo, amor, odio, alegría, vergüenza, orgullo, aflicción y sus variedades) y emociones más sutiles o tenues, que son sentimientos morales, intelectuales y estéticos y su reacción corporal es generalmente mucho menos intensa, la reverberación orgánica es menos obvia y menos fuerte. James (1884) considera “aquellas emociones que tienen una clara (distinta) expresión corporal” (p. 18). Alteraciones corporales, que son “manifestación”, “expresión”, o “lenguaje natural” de estas (emociones) consideradas como emociones estándares” (p. 19). La figura 2.1 sintetiza la teoría de James. 30 Figura 2.1. Modelo de la teoría de la emoción de James. James (1892) reconoce una gran variabilidad de emociones. “Cada emoción es la resultante de una suma de elementos, siendo causado cada elemento por un proceso fisiológico de una clase bien conocida. Todos los elementos son cambios orgánicos y cada uno de ellos es el efecto reflejo del objeto excitante” (p. 248). Para James “no existe límite al número de posibles diferentes emociones que pueden existir” (p. 249) y “las emociones de los diferentes sujetos pueden variar 31 indefinidamente” (p. 249), tanto debido a su constitución como a los objetos que las pueden suscitar. ¿Cómo los diversos objetos que excitan la emoción llegan a producir efectos corporales específicos y diferentes? James, influido por Spencer y por Darwin, explica la génesis de las reacciones emocionales a través de dos principios: el principio de las repeticiones debilitadasde movimientos que previamente (cuando eran muy intensos) fueron de utilidad para el sujeto y el principio de la reacción semejante a estímulos que producen sentimientos análogos. Pero hay diversas reacciones que no pueden ser totalmente explicadas y han de ser consideradas como “efectos puramente idiopáticos del estímulo” (1892, p. 257). La contribución de James al estudio de la emoción se puede sintetizar en los siguientes supuestos básicos (cuadro 2.1). CUADRO 2.1. Supuestos básicos de la aportación teórica de James. — La percepción de cambios viscerales es imprescindible para que se produzca la emoción. — La existencia de patrones viscerales específicos para cada tipo de emoción. — La activación voluntaria de los cambios viscerales específicos de una emoción producirá esta emoción. 2.1.3. Influencias y proyección futura La decisiva influencia de James se puede concretar en los siguientes aspectos: a) Aportó una consideración realista de la psicofisiología de la emoción y de la función del organismo en la emoción tendente a comprobar la incidencia de los cambios autonómicos y neurales. Con ello, James impulsó las investigaciones psicofisiológicas (cambios autonómicos y neurales) e inauguró el denominado “enfoque psicofisiológico de la emoción”. El fuerte impulso dado a las investigaciones psicofisiológicas de la emoción está en la base del surgimiento con Cannon de la aproximación neurológica. Asimismo, influyó en la teoría conductista de la emoción, que presentó Watson, en la que se centró más en patrones fisiológicos que en la conducta operante. b) La incidencia en la búsqueda de los determinantes de la experiencia emocional. Ello ha contribuido positivamente a que el sujeto se sitúe de forma activa ante el proceso emocional que está viviendo, destacándose los aspectos antecedentes. Pero ha ejercido un efecto negativo, preocupándose muchos investigadores por conocer qué es la emoción, despreocupándose de las consecuencias de la emoción, de la influencia de la emoción en la conducta posterior. 32 c) El impulso dado al desarrollo de las teorías del feedback visceral, realizado por Schachter (Schachter y Singer, 1962). Schachter, influido por la teoría de la emoción de James (1884,1890/1989), presenta una teoría denominada del feedback visceral que defiende (como James) que la activación fisiológica es una condición necesaria para que se pueda producir una experiencia emocional, pero, apartándose de James, incide en que no es suficiente (figura 2.2). Figura 2.2. Teoría de feedback visceral (a partir de Schachter, 1964). d) El impulso dado al desarrollo de las teorías del feedback somático, realizado por 33 Tomkins (1980), Izard (1977), Plutchik (1980) y Ekman (1985/1992,1993). James coincidió en este aspecto con Darwin, como se ha puesto de manifiesto en el apartado dedicado a presentar las influencias y la proyección futura de Darwin. 2.1.4. Avance posibilitado por su aportación Aunque James fue un consumado cartesiano (Lyons, 1985), su teoría se separó de la doctrina de Descartes de forma importante, pues aunque siguió considerando las emociones como sentimientos, destacó que éstos lo eran de cambios y alteraciones fisiológicas (que se producen durante el proceso emocional). Para Descartes, la emoción era el concomitante subjetivo de un estado fisiológico. Era un sentimiento carente de componente cognitivo. Podemos decir que si en Descartes el sentimiento se sitúa en el alma, James concede gran importancia al cuerpo. El sentimiento es el aspecto subjetivo sensible de los cambios fisiológicos. En varias ocasiones James ha destacado la importancia de los cambios fisiológicos en la emoción, sosteniendo que “la emoción no es nada más que el sentimiento de un estado corporal y tiene una causa puramente corporal” (1890/1989, Vol. II, p. 459) y que “las causas generales de las emociones son fisiológicas” (1890/1989, Vol. II, p. 449). James (1892) concluye que la emoción es “el sentimiento de los cambios en la medida que se producen” (p. 242). La emoción es un sentimiento precedido de un componente cognitivo, “percepción del acontecimiento desencadenante” (1892, p. 242), que integra un componente cognitivo, como experiencia subjetiva, sin implicar una interpretación o evaluación. Para James, los eventos externos pueden hacer surgir reacciones corporales, cambios viscerales sin conocimiento del significado y sin una interpretación de los eventos ambientales: “nuestras facultades internas están adaptadas de antemano a las características del mundo en que moramos, adaptadas en el sentido de asegurar nuestra seguridad y prosperidad en ese mundo (…) nuestras emociones e instintos están adoptados a características muy especiales de este mundo. Las cosas peligrosas nos infunden un miedo involuntario; las venenosas, repugnancia; las indispensables, apetito (James, 1893/1947, p. 4). James (1890/1989) recalca la función de los cambios viscerales, afirmando que “Sin los estados corporales que se producen después de la percepción, ésta será puramente cognitiva, incolora y desprovista de todo matiz emocional, si se tiene en cuenta su aspecto o manifestación” (Vol. II, p. 449). La relevancia que James (1884) dio a los cambios fisiológicos en la emoción se pone de manifiesto en el hecho de que ante la disyuntiva de seguir el sentido común, de seguir la forma natural de pensar, que indica que “la percepción psíquica de cualquier acontecimiento provoque el movimiento psíquico que llamamos emoción, y que este estado mental produzca la expresión corporal” (p. 19), o romper con el statu quo 34 establecido, eligió esta segunda vía, modificando la cadena causal: James pretendió superar una de las limitaciones de la teoría de Descartes (presentada anteriormente), la diferenciación entre las emociones y, consecuentemente, la diferenciación entre emoción/no emoción, al afirmar la existencia de patrones fisiológicos específicos para cada emoción. Como analizaremos posteriormente, al presentar la crítica que Cannon realiza a la teoría de James, la investigación no ha confirmado que puedan diferenciarse las emociones entre sí, o con respecto a los estados no emocionales, sobre la base de patrones fisiológicos específicos. James aportó un avance respecto a Descartes en relación con el conocimiento del estado emocional. ¿Cómo sabe el sujeto que se encuentra en un estado emocional? Para Descartes el proceso es automático siguiendo el argumento lógico de que el sujeto conoce la emoción en el proceso introspectivo, cuando la experimenta, produciéndose todo ello en el alma. Para James, el sujeto sabe que está en un estado emocional al experimentar, al tener un sentimiento de cambios fisiológicos. La relevancia no se da al alma, sino al cuerpo. Puede ocurrir que el sujeto se confunda y etiquete como estado emocional un estado de cambios fisológicos igual o parecido al que caracteriza al estado emocional (como han puesto de manifiesto la investigación de Cannon y estudios posteriores). Pero, para hacer justicia a la teoría de James, siguiendo la lógica sobre la que se asienta ésta, se ha de decir que la confusión no es fácil, si el sujeto es conocedor de que está reaccionando o no, ante una situación estimular potencialmente emocional o no, para él. Un segundo avance aportado por James está vinculado con la consideración de la situación estimular o entorno físico, respecto a la psicología racionalista, representada por Descartes. Este movimiento erigió al alma “como ente espiritual absoluto con ciertas facultades propias por medio de las cuales se explicaban las diversas actividades de recordar, imaginar, querer, etc., casi sin hacer referencia a las peculiaridades del mundo con el que estas actividades se relacionaban” (James, 1893/1947, p. 4). Esto es considerado por James como “un gran error de la vieja psicología racionalista” (1893/1947, p. 4). Por contra, James resalta la importancia del medio: “Los hechos mentales no pueden ser estudiados debidamente si se les separa del entorno físico delque 35 se nutren (…) la mente y el mundo han evolucionado juntos y, en consecuencia, están compenetrados de alguna manera” (1893/1947,4). La percepción del ambiente potencialmente emocional, según la evaluación realizada por el sujeto, desencadena la activación fisiológica y su percepción constituye el estado emocional. James da relevancia al sujeto y al medio reconociendo en el sujeto la función de los procesos corporales y mentales. Un tercer avance fue el intento de James, como funcionalista, de hacer una “psicología científica” de las emociones, partiendo de una fuerte crítica a la tendencia en el estudio de la emoción de hacer una mera descripción, tendencia surgida con Descartes: La literatura meramente descriptiva de la emoción desde Descartes en adelante, es una de las partes más aburridas de la psicología. Y no solamente es aburrida, sino que sientes que sus subdivisiones son en gran medida ya ficciones o ya hechos sin importancia, y que sus pretensiones de exactitud son un engaño. Pero desafortunadamente existe poca literatura psicológica sobre las emociones que no es meramente descriptiva (…) a medida que se avanza sobre la “psicología científica” de las emociones, uno se harta de la lectura de los trabajos clásicos sobre la emoción (…) en ningún sitio presentan un punto de vista central, o un principio deductivo o generativo (…) distinguen y definen de nuevo y especifican “hasta el infinito” sin conseguir llegar a otro nivel lógico… ¿No existe una vía, diferente a este nivel de descripción individual, de aproximación a las emociones? Yo creo que la hay, si uno quiere adaptarla. El problema con las emociones en psicología es que son consideradas con demasiada frecuencia como cosas absolutamente individuales. En la medida en que están establecidas como entidades psíquicas eternas y sagradas (…) entonces todo lo que se puede hacer con ellas es catalogar reverentemente sus caracteres específicos, puntos y efectos. Pero si las consideramos como productos de causas más generales el distinguirlas y catalogarlas exclusivamente, llega a ser de importancia secundaria” (1892, pp. 241-242). 2.2. Cari G. Lange Aunque generalmente la aportación de Lange al estudio de la emoción, queda diluida y ensombrecida bajo el rótulo de teoría de James-Lange, creemos conveniente presentarla por separado para hacer más evidente el matiz que diferencia la aportación de ambos autores al estudio de la emoción, lo que permitirá a su vez una más adecuada consideración de la crítica que se ha hecho, a partir de Cannon, a la teoría de James- Lange. Cari G. Lange (1834-1900) nació en Copenhague, Dinamarca. Fue fisiólogo y profesor en Copenhague y propuso, en 1885, una explicación sobre el sentimiento emocional claramente diferente a la propuesta por James. Lange realizó diversos trabajos sobre la fisiología de emociones como el miedo y la cólera, entre otras, y sostuvo que la emoción tenía un origen físico, siendo causada por cambios corporales, fundamentalmente cambios vasomotores. Lange (1885/1922) mantuvo la hipótesis de que la emoción era un evento cardiovascular, defendiendo que el problema científico fundamental era la determinación de la reacción emocional del sistema a distintas influencias. La emoción para Lange (1885/1922) es la experiencia de cambios fisiológicos en los 36 músculos orgánicos o involuntarios, sobre todo los que se encuentran en las paredes de los vasos sanguíneos, que constituyen el aparato vasomotor y producen vasoconstricción. Lange diferenció dos subdivisiones en el aparato motor, el aparato motor voluntario (denominado aparato de la vida animal) y el aparato motor involuntario, o músculos orgánicos, especialmente aquellos que se encuentran en las paredes de los vasos sanguíneos, cuyo funcionamiento, por contracción, reduce su capacidad. Lange sostuvo que existía un “centro vasomotor” en el cerebro. A la confusión entre lo sostenido por las teorías de James y de Lange puede haber contribuido el propio James, cuando al hablar de los cambios fisiológicos de las emociones sostuvo: El prof. C. Lange, de Copenhague, ha publicado en 1885 una teoría fisiológica de su constitución y condicionamiento, la cual había abordado por vez primera yo el año anterior en un artículo en Mind (James, 1890/1989, Vol. II, p. 449). James y Lange compartieron la idea de que la emoción no comenzaba con la experiencia consciente de un afecto. Ambos propusieron que las respuestas corporales y fisiológicas eran eventos prioritarios en la emoción. Pero si hacemos un análisis de ambas teorías, encontramos claras diferencias. Mientras que James hizo de la consciencia de la emoción el foco central de su teoría, Lange se centró en el componente fisiológico de la emoción, dando poca importancia a la experiencia consciente de la emoción, considerándola como un epifenómeno. Para James, la emoción era la experiencia de cambios fisiológicos, fundamentalmente en las visceras y en los músculos esqueléticos, estriados o voluntarios. James destacó los aspectos somáticos o motores de la respuesta, mientras que Lange acentuó los aspectos autonómico-viscerales. James, en 1890, teniendo en cuenta la teoría de Lange, que conoció en la traducción alemana de su obra, hecha en 1887, amplió su teoría de la emoción en los Principios de Psicología. En 1894 la modificó, en respuesta a diversas críticas surgidas, considerando que los estímulos que producen los cambios corporales, más que un simple objeto, constituyen una “situación total” (no experimentamos miedo ante el estímulo –animal salvaje–, sino ante la situación total –animal salvaje en libertad–) y diferenció entre emoción y tono sentimental. En 1894 James rechazó la posición adoptada por Lange, afirmando “Lange ha concedido demasiada importancia al factor vaso-motor en su explicación” (p. 517). 2.3. Walter B. Cannon 2.3.1. Perfil humano, intelectual y científico Cannon (1871-1945) nació en un pequeño pueblo del Estado americano de Wisconsin. A los 16 años, en el curso 1888/89, ingresó en la St Paul High School, donde encontró un ambiente muy favorable para su preparación académica. En 1892 ingresó en el Harvard College, donde obtuvo su graduación en 1896. En el tercer año del Harvard 37 College eligió filosofía y psicología, entre otras disciplinas. En aquel momento, el departamento de filosofía estaba dirigido por William James, quien para incrementar la oferta de cursos de psicología y establecer un laboratorio de psicología experimental en Cambridge había invitado a Harvard a Hugo Münsterburg, uno de los alumnos más destacados del laboratorio de Wundt en Alemania. James fue profesor y amigo de Cannon. Los cursos realizados por Cannon con James y con Münsterburg estimularon en tal medida su interés por la filosofía y la psicología que en alguna ocasión tuvo la intención de estudiar con ellos estas disciplinas en lugar de estudiar medicina. Cuando James tuvo conocimiento de ello, disuadió a Cannon de que lo hiciera. En 1895, Cannon escribió un trabajo de corte filosófico sobre la emoción, titulado “La naturaleza y composición de la emoción”, que era un ensayo en el que exponía los argumentos de los críticos y de los defensores de la teoría de James. En el año 1897 comenzó a estudiar medicina en la Harvard Medical School, donde recibió su formación médica y en cuyo laboratorio de fisiología comenzó a trabajar en 1900, siendo nombrado Profesor Asistente de Fisiología en 1902 y Director del Departamento de Fisiología en 1906. Cannon permaneció como profesor e investigador en la Harvard Medical School hasta su jubilación en 1942. Cannon es uno de los más grandes investigadores del siglo xx en fisiología (Benison y otros, 1987). Fue el primero en emplear rayos X en investigaciones fisiológicas y en definir en términos fisiológicos la habilidad del cuerpo para responder de forma apropiada a una amenaza física o a una alteración emocional. En 1911 comenzó a estudiar las secreciones endocrinas relacionadas con el sistema nervioso autónomo y obtuvo evidenciade que los estados emocionales pueden influenciar los procesos corporales. Estudió el funcionamiento de las glándulas suprarrenales, sobre todo la función emergente de la médula adrenal: La secreción de adrenalina. Esto le llevó al estudio del sistema nervioso autónomo en su conjunto y al papel que desempeña en la autorregulación de diversos procesos fisiológicos. Cannon utilizó el concepto de “homeostasis” para referirse al proceso a través del cual el cuerpo se mantiene en un estado de equilibrio interno, a pesar de las fluctuaciones producidas en el medio externo. Esta “tendencia a la constancia en el medio interno” había sido estudiada previamente por el gran fisiólogo francés Claude Bemard en 1859. 2.3.2. Aportación al estudio de la emoción Cannon ha presentado su teoría, fundamentalmente, en los siguientes artículos: “The interrelations of emotions as suggested by recent physiological researches” (1914), “A new concept of diseases having emotional elements” y “Some disorders supposed to have an emotional origin” (publicados ambos en 1916), “Neural basis for emotion expression” (1927a), “The James-Lange theory of emotions: A critical examinations and an alternative theory” (1927b) y “Again the James-Lange and the thalamic theories of 38 emotion” (1931) y en sus obras Bodily changes in pain, hunger; fear and rage; An account of recent researches into the functions ofemotional excitement (publicada en 1915) y The wisdom ofthe body (publicada en 1929). La preocupación fundamental de Cannon es el establecimiento de una clara diferenciación de los procesos neurales que producen la conciencia emocional y los que producen la expresión emocional o conducta emocional. Cannon, que conocía los trabajos de Darwin, se centró en los aspectos funcionales de los procesos fisiológicos, preguntándose por la función de los cambios internos que se producen durante la excitación emocional. La experiencia emocional (sentimientos de miedo, de ira o de otro tipo) simplemente acompaña a las preparaciones orgánicas para la acción. Cannon presentó una teoría emergente de las emociones en la que los cambios viscerales eran considerados como ajustes homeostáticos que ayudan a preparar el cuerpo para la acción y en la que la función de las emociones es resolver las situaciones de emergencia relacionadas con los problemas de supervivencia. Cannon empleó el método experimental en la investigación fisiológica, así como las observaciones clínicas, afirmando que “todas estas observaciones experimentales y clínicas, consistentemente apuntan al tálamo óptico como una región en la que reside la organización neural de las distintas expresiones emocionales” (Cannon, 1927b, p. 118) y que “la evidencia derivada de casos patológicos es consistente con la evidencia experimental y farmacológica” (p. 116). La contribución de Cannon al ámbito de la emoción puede sintetizarse en la crítica realizada a las teorías presentadas por James y por Lange y en una formulación teórica alternativa. Sobre la base de diversos hallazgos experimentales y a partir de ciertos análisis lógicos, Cannon (1927b, 1931) estableció una fuerte crítica a la teoría de James con el propósito de demoler sus basamentos, los tres supuestos básicos sobre los que ésta se sustenta, presentados anteriormente. El cuadro 2.2 sintetiza los argumentos presentados por Cannon contra James. Cannon rechaza el primer supuesto (la percepción de cambios viscerales como imprescindibles para que se produzca emoción) proponiendo como argumento que la total separación de las visceras respecto al sistema nervioso central no altera el comportamiento emocional. Cannon aduce, para validar este argumento, los resultados de las investigaciones de Sherrington, quien seccionó en perros la médula espinal y los nervios vagos para eliminar cualquier conexión del cerebro con los diferentes órganos, aislando todas las estructuras en las que se suponía residían los sentimientos. Asimismo, Cannon aduce los resultados de las investigaciones realizadas por él mismo y sus colaboradores (Cannon, 1927b), que eliminaron en gatos la división simpática del sistema autonómico que funciona en los estados de gran excitación, desconectando el sistema nervioso central y el control vasomotor de los músculos de fibra lisa y de las visceras, en general. De esta forma, se eliminaban todas las reacciones vasculares controladas por el centro vasomotor. Investigaciones en las que se concluye 39 “estas operaciones ampliamente alteradoras han tenido un pequeño efecto, si es que ha habido alguno, sobre las respuestas emocionales de los animales” (p. 108). CUADRO 2.2. Argumentos presentados por Cannon contra los supuestos sobre los que James basó su teoría de la emoción. Supuestos de James Contraargumentos l.° La total separación de las visceras, del SNC no altera el com portamiento emocional. 2.° Los mismos cambios viscerales se producen en estados emocionales diferentes, así como en estados no emocionales. Las visceras son estructuras relativamente insensibles. Los cambios viscerales son demasiado lentos. 3.° La inducción artificial de cambios viscerales no produce la emoción correspondiente. Cannon rechaza el segundo supuesto de James (existen patrones viscerales específicos para cada emoción), proponiendo los siguientes argumentos: a) Los mismos cambios viscerales se producen en estados emocionales diferentes y en estados no emocionales. b) Las visceras son estructuras relativamente insensibles. c) Los cambios viscerales son demasiado lentos para constituir una fuente de sentimiento emocional. Respecto al primer argumento, aduce Cannon que los cambios viscerales producidos por la estimulación simpática (aceleración del corazón, contracción de arteriolas, dilatación de bronquiolos, incremento de azúcar en sangre, inhibición de la actividad de las glándulas digestivas, inhibición de la peristalsis gastrointestinal, sudoración, descarga de adrenalina, apertura de las pupilas y erección del vello) son comtemplados en diversas circunstancias. Ocurren en estados emocionales claramente distinguibles, como el miedo y la ira. Pero, asimismo, la fiebre y la exposición al frío inducen la mayoría de esos cambios. La asfixia y una gran reducción de azúcar en la sangre, provocan casi todas esas alteraciones. En consecuencia, incide Cannon (1927b) en que “las respuestas viscerales parecen demasiado uniformes para ofrecer un medio satisfactorio de distinguir las emociones que son muy diferentes en cualidad subjetiva. Por tanto, si las emociones fueran debidas a impulsos aferentes de las visceras, hemos de esperar no sólo que el 40 miedo y la ira se sientan igual, sino que también la frialdad, la hipoglucemia, la asfixia y la fiebre, se sentirían como ellas. Tal no es el caso” (p. 110). En relación con el segundo argumento, aduce Cannon (1927b) que “las fibras aferentes de los nervios distribuidos en las visceras se encuentran en un número diez veces menor que las eferentes (…) Normalmente los procesos viscerales son extraordinariamente poco expresivos” (p. 111). Respecto al tercer argumento, contrasta Cannon el hecho de que las diversas reacciones viscerales tienen largos períodos de latencia, mientras que en las reacciones afectivas éste es breve. Cannon rechaza el tercer supuesto de James (la aparición de la emoción tras la activación de los cambios viscerales específicos) con el argumento de que la inducción artificial de los cambios viscerales característicos de las emociones intensas no las produce. Argumento que Cannon sustenta en investigaciones basadas en los resultados de la investigación de Marañón (1924a/1985) sobre la acción emotiva de la adrenalina, que ponen de manifiesto que “la adrenalina en los seres humanos induce cambios corporales típicos que son reportados como sensaciones, que en algunos casos estas sensaciones son reminiscencias de experiencias emocionales previas, pero no reanuda o revive aquellas experiencias. En condiciones normales, los cambios corporales, aunque bien marcados,
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