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Ejercicio n4

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Ejercicio nº4:
Reloj, no marques las jotas
Ay ese bolero. A mí me parece demasiado lánguido. ¿Lo conoces? Reloj, no marques las horas / porque voy a enloquecer / ella se irá para siempre / cuando amanezca otra vez . Al oírlo siempre se me representa un escenario más bien sin relojes: una cafetería de hotel, hora de media tarde y un pianista un poco rancio que toca la versión instrumental de esta pieza ante un público tan resignado que alguno incluso da una cabezada. Vamos a animar el panorama: este bolero merece una versión filológica que sea más bien reloj, no marques las jotas . Porque son muchos los que no pronuncian esa jota final de reloj , ya que, como otras consonantes en posición final en español, esa j es candidata a modificarse y
dar lugar a un cambio lingüístico. 
Cuando los dialectólogos han salido a investigar la pronunciación de los pueblos y ciudades del mundo hispano, se han encontrado para esta palabra variantes del tipo relor , reloz, relós , plurales como relores o reloses y diminutivos como relojillo o relojín junto con otros como relillo o relorcico … Y esto ocurre porque los finales consonánticos lo tienen difícil, se la juegan; como el último vagón del tren, son candidatos a descolgarse del resto de la palabra. Si descolgamos a esa j , nos aparece la variante reló , que fue escrita e incluso aceptada por la Real Academia Española en su diccionario de 1984 (aunque actualmente ya no se recoge).
La podemos localizar sin problema en textos antiguos del español. Así, en el siglo XIX José Zorrilla escribía en rima consonante estos versos:
Volvió a girar otra vez,
y otra a tenerse volvió:
en esto dobló un reló
en una torre las diez.
Entonces quedando fijo,
exclamó en la oscuridad:
«Hoy se casan, es verdad,
hace un mes que me lo dijo».
Es comprensible que el reloj no marque las jotas en lo oral y a veces incluso en lo escrito. Y es que tenemos en esta palabra un final consonántico muy raro en nuestra lengua. Hay muchas palabras que acaban en –s , en –n o en –l , pero ¿un final en j ? Reloj podría hermanarse apenas con otras dos palabras igualmente raras: el árbol boj y el carcaj . (Y aquí me paro: el lector se estará preguntando qué es un carcaj. Un carcaj es una aljaba. El lector se estará preguntando qué es una aljaba. Una aljaba es el cartucho donde Robin Hood o Légolas guardaban sus flechas; no las llevaban en una bolsa de plástico.)
Pese a su rareza fónica, la palabra reloj es bien antigua, aunque antes se escribiera relox . Nos la hemos traído desde el latín (HOROLOGIUM ) posiblemente a través del catalán antiguo (relotge ), de donde vendría reloje , y, con singular regresivo (o sea, construido ‘hacia atrás’), se le quitó la e al singular y de
ahí vendría reloj o relox .
Los textos medievales ya traen muchas veces esta palabra, aunque se referían con ella más bien a los relojes de arena o de sol: los relojes mecánicos comenzaron a extenderse por torres e iglesias a partir de fines del XIV : en 1400 ya había uno en la Catedral de Sevilla. Los relojes de bolsillo llegaron a los bolsillos aún más tarde, en el siglo XVII .
El reloj es el intento humano por medir algo que se cuantifica emocionalmente sin este instrumento: el tiempo que esperas para que te den un diagnóstico que temes, el tiempo que tienes por delante cuando por fin puedes reunirte con los amigos de siempre… qué distinto tiempo es. Y luego, frente a la historia de la lengua, que viaja del presente al pasado permanentemente, está el tiempo que tenemos por delante, del que dijo el poeta Ángel González que era el tiempo bien llamado porvenir , donde no cabe ningún reloj y en el que no sabemos qué ocurrirá con ese vagón perdido que es la j final de reloj .
1.- En un nuevo documento de Word, ingresar el texto anterior con fuente Book Antiqua 11ptos.
2.- Realizar los siguientes puntos:
a) Modificar el formato de la fuente del título principal, siendo Arial 16, color azul.
b) Aplicar estilo cursivo al segundo párrafo.
c) Especificar subrayado punteado color verde al último párrafo.
d) Agregar tabulación a cada párrafo.
e) En una lista colocar las variantes de la palabra reloj.
f) En otra lista numerar los tipos de relojes que se mencionan en el texto.
3.- Agregar tu nombre al final del documento.
4.- Guardar el documento con el nombre nombre_ejercicio4_ word.docx.
5.- Insertar un salto de página y copiar el texto a partir de “Los textos medievales.”.
6.- Ingresar en la ficha Archivo e ir a Información y modificar los datos de Título y agregar Autor y guardar nuevamente el documento con el nombre nombre_ejercicio4b_word.docx.
7.- Sin salir del documento actual, borrar el último párrafo del documento y posteriormente guardar los cambios con el nombre nombre_ejercicio4c_word.docx.

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