N_14_21_Afganistan_Crisis_politica_y_nuevo_orden_mundial

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Afganistán. Crisis política y nuevo orden mundial
Serie Informes Nº 14-21, 31/08/2021
Resumen
En el presente informe, se analizan algunos de los principales
factores que han condicionado los eventos de los últimos meses
en Afganistán, tras la retirada de las tropas estadounidenses y la
rápida conquista del país por parte del movimiento Talibán.
Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones - Biblioteca del Congreso Nacional 
eMail: mgamar @bcn.cl , Anexo: 1712
mailto:mgamar@bcn.cl
mailto:mgamar@bcn.cl
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Sumario
Introducción...................................................................................3
1. Geopolítica de Afganistán..............................................................4
2. Colonialismo y construcción nacional..............................................6
3. Socialismo, islamismo y la URSS....................................................7
4. Torres Gemelas, el régimen talibán y la invasión estadounidense........8
5. El camino hacia el Emirato Islámico de los Talibán..........................10
6. Drogas y narcotráfico como recurso..............................................11
7. El temor de las mujeres..............................................................12
8. El reconocimiento internacional....................................................14
Bibliografía....................................................................................15
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Introducción
La situación de Afganistán es de una enorme complejidad tanto por
sus características internas (étnicas, religiosas y políticas), por el interés
que ha despertado como punto de importancia geopolítica en Asia Central
y extendidamente a Oriente Medio y por los recursos naturales que tiene
el país, que lo convierten en una zona de interés de inversión por parte
de las potencias productoras (principalmente Estados Unidos, Rusia y
China).
Para la historia reciente del mundo, Afganistán se convirtió en una
zona de ocupación estadounidense después de los atentados a las torres
gemelas en New York en 2001. Estados Unidos invadió el país buscando
derrocar al régimen Talibán que daba refugio a quien se sindicaba en ese
momento como el responsable de los ataques, el saudí Osama Bin Laden,
líder del grupo terrorista Al Qaeda. 
Para algunos, la ocupación estadounidense se prolongó demasiado
(veinte años), para otros, la potencia abandonó Afganistán en el
momento en que los Talibán avanzaban decididamente hacia la capital
Kabul. Lo cierto es que la retirada deja muchas dudas principalmente por
los efectos tan inmediatos: la toma por parte del país por parte de los
Talibán y la huida del presidente Ashraf Ghani a Tayikistán. 
La estrategia de los Talibán, una vez en el poder, ha sido mostrarse
como moderados, especialmente en lo concerniente a las políticas de
género, a sabiendas que este es un asunto de especial preocupación para
la comunidad internacional que, por otro lado, parece poco dispuesta a
hacer gestos en pos de recibir refugiados provenientes de Afganistán. 
Pareciera que en este conflicto hay varias cosas en juego. Por una
parte, esto puede ser interpretado para Estados Unidos como una nueva
derrota militar, similar a la de Vietnam. Pero mucho más profundo que
eso, pareciera ser el derrumbe de una estrategia que ha conducido los
hilos de la política internacional por veinte años. Estrategia que ha
buscado reordenar Oriente Medio de acuerdo a las necesidades
económicas y políticas de Estados Unidos y los países aliados. Está por
verse, sin embargo, si esto significa efectivamente una retirada total o
todavía quedan en la potencia norteamericana voluntades que continúen
con el intervencionismo en la región.
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Mostraremos aquí algunos de los principales factores que han
condicionado los eventos de los últimos meses, intentando evidenciar el
proceso que ha convertido a este país de Asia central en el centro de la
atención mundial.
1. Geopolítica de Afganistán
Afganistán está ubicado en una zona geográfica de relevancia
política y económica para diferentes actores internacionales. Ya sus
límites nos indican algo: Pakistán al sur y al este, Irán al oeste,
Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán al norte, y con China al noreste a
través del corredor de Waján. Como vemos en el siguiente mapa, el
entorno de Afganistán tiene dos características importantes:
principalmente de religión musulmana y multiétnico. Respecto a lo
primero, salvo Irán, de Islam shií, el resto de los países fronterizos siguen
el Islam sunní. Sobre la variedad de pueblos que viven en la zona, vemos
que Afganistán tiene a su lado a persas (Irán), turcómanos
(Turkmenistán, Uzbkistán y Tayikistán) y al multiétnico Pakistán. La
pequeña frontera que tiene con China no resulta un dato anecdótico,
dado el interés que ha despertado en este país la nueva situación de
Afganistán, apresurándose a reconocer al gobierno Talibán y avanzar, así,
a un posible privilegio sobre la explotación de los recursos naturales del
país.
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Imagen 1. Mapa de Afganistán y su entorno
Fuente: El País.
Un detalle importante es la geografía interna de Afganistán. País
montañoso de difícil acceso para ejércitos invasores desde tiempos muy
antiguos, se alimenta hídricamente de 4 ríos dejando una vasta zona
desértica. 
La composición étnica es muy variada. Pasamos a detallar los
principales pueblos que habitan el país:
• Pastunes: 42% 
• Tayikos: 27% 
• Hazaras: 9% 
• Uzbekos: 9% 
• Aimak: 4% 
• Turcomanos: 3% 
• Baluchi 2% 
• Otros: 4%
Esto, evidentemente representa un factor a tener en cuenta respecto a la
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unidad política del país y las alianzas. Ahora bien, como la mayoría de la
población es musulmana sunní, el factor religioso juega un papel más
relevante en este sentido. La principal fractura, en estos momentos está
en la manera de interpretar el sunnismo, a la manera del Talibán o como
lo hace la mayoría de la población que suscribe a un Islam muy distante
del islamismo, es decir de la interpretación política del Islam, sobre el
que hablaremos luego.
2. Colonialismo y construcción nacional
La historia de Afganistán, por las características ya mencionadas, ha
estado atravesada por una gran cantidad de dinastías gobernantes desde
la antigüedad. Lo que puede resultar de interés es que la relación del país
con el colonialismo occidental comienza en 1839 con la invasión del
imperio británico (a través de la India Británica) y el inicio de la Primera
Guerra Anglo-Afgana que finaliza con una derrota inglesa en 1842. La
persistencia de los europeos en conquistar el territorio dio pie a la
Segunda Guerra Anglo-Afgana de 1878 a 1880, esta vez con una victoria
británica que terminó con el sometimiento momentáneo del país en la
Batalla de Kandahar en 1880, un proceso de negociaciones y la retirada
de los británicos a cambio de una cesión de territorio. El reconocimiento
formal de Afganistán como una nación independiente se dio, sin embargo,
recién en 1919, cuando británicos y afganos firman el Tratado de
Rawalpindi (Lee, 2018).
William Dalrymple plantea que debemos poner la mirada en este
conflicto del siglo XIX. “A pesar de todas las diferencias, existen, por
supuesto, sorprendentes paralelismos entre la ocupación de Afganistán
en el siglo XXI y la de 1839-42. Existe una verdadera continuidad en el
impacto de la geografía política en la evolución de ambos conflictos. La
importancia de la ubicación de Kabul es una de lascuestiones: adyacente
a la población tayika de Kohistan, por un lado, y a los ghilzais del este,
por otro”. (Cf. Dalrymple). 
Hay que destacar que en el siglo XIX, una de las principales razones
de la invasión británica a Afganistán fue la presencia del Imperio Ruso,
que ejerció (por una cuestión geográfica natural), una influencia cultural
y política en el país. Cosa que en el siglo XX, con la presencia de la Unión
Soviética en el territorio, iba a designar uno de los espacios de conflicto
más relevantes de la Guerra Fría (Lee, 2018).
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3. Socialismo, islamismo y la URSS
Entre 1933 y 1973 Afganistán estuvo políticamente dominada por el
reinado de Zahir Shah, que da inicio a un proceso de modernización,
basado sobre todo en la educación de los hombres del país, creando
escuelas y universidades. En 1964, a través de una nueva constitución se
permitió la existencia de partidos políticos y el Estado pasó a ser una
democracia parlamentaria. Esto abrió el juego político interno e hizo
evidente la pugna entre dos tendencias claras: el islamismo y el
comunismo (Lee, 2018). 
Entre 1965 y 1973 creció la tensión en el país, con islamistas y
comunistas siendo gobernados por liberales tecnócratas, con poca
capacidad de dar respuestas políticas. En 1973 un golpe de Estado
liderado por Mohammed Daud Khan derrocó al rey Zahir Shah (su primo),
creando una República marcadamente liberal. En 1978, tras el asesinato
de un líder comunista, se iniciaron masivas protestas que terminaron con
el derrocamiento de Daud Khan y el establecimiento de la República
Democrática de Afganistán, que existió hasta 1987. Durante este período,
el Estado estuvo respaldado por la Unión Soviética (URSS), viviendo
importantes transformaciones culturales como una mayor libertad e
igualdad para las mujeres. Esto, en opinión de Val Moghadam, se
evidenciaba en:
• su ideología socialista/marxista, 
• su orientación modernizadora e igualitaria,
• su base social y sus orígenes: clase media urbana, profesionales,
educados en EE.UU. y Europa Occidental y Oriental, 
• el número y la posición de las mujeres dentro del PDPA
(Voghadam, 1989).
El respaldo de la URSS, sin embargo, fue entendido por buena parte
de la población como un creciente proceso de ocupación, debido al
ingreso del Ejército Rojo al país en 1979, bajo la idea de que el gobierno
revolucionario era incapaz de hacer frente a los rebeldes musulmanes. El
enfrentamiento entre comunistas e islamistas se dio finalmente como una
imagen paradigmática de la Guerra Fría, enfrentando a la URSS contra los
insurgentes Muyaheidines (donde nacerán posteriormente los Talibán),
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apoyados a su vez por Estados Unidos (Dimitrakis, 2012). 
En 1989, ya con la URSS en proceso de declive y con sus tropas en
retiro del país, se inicia la llamada guerra civil afgana, que continua hasta
1992 con la caída del gobierno comunista cuya base estaba
principalmente en Kabul, pero con vastos sectores del país en manos de
los grupos islamistas. Prácticamente toda la década de los 90 estuvo
marcada por gobiernos de “señores de la guerra”, líderes territoriales
ligados a los Muyaheidines o al antiguo ejército profesional, de modo que
en términos técnicos se puede hablar de un Estado fallido. Hacia 1996 los
Talibán, definidos con ese nombre ya en 1994, avanzaron conquistando
las principales ciudades del país. En 1997 conquistaron Kabul, la capital,
creando un “Emirato Islámico” sin reconocimiento por parte de la
comunidad internacional.
En ese contexto comenzaron a aplicarse en el país medidas
coercitivas hacia la población femenina, obligando al uso de la burka
como vestimenta y prohibiendo todo tipo de educación para las mujeres.
De amplia difusión fueron las ejecuciones públicas realizadas por los
Talibán a todo tipo de disidentes y mujeres sobre las que se sospechaba
no cumplir con sus estrictas condiciones de vida. 
4. Torres Gemelas, el régimen talibán y la invasión
estadounidense
El Afganistán del régimen Talibán fue responsabilizado por dar
refugio en 2001 a quienes llevaron a cabo los atentados a las Torres
gemelas en New York. A pesar que los perpetradores eran de
nacionalidad saudí, Osama Bin Laden, líder del grupo Al Qaeda (La red)
que se adjudicó el atentado, se encontraba en el país, lo que justificó una
invasión norteamericana, que buscó derrocar al régimen Talibán por
considerarlo un peligro para Estados Unidos. La invasión contó con el
apoyo de las Naciones Unidas y fue realizada por la propia potencia junto
a los países de la OTAN. 
En 2004 Estados Unidos impuso un gobierno aliado en Afganistán,
evidenciando que los Talibán habían retrocedido, sin embargo nunca
fueron totalmente derrotados. Los Talibán, a pesar de la inicial derrota,
conservaron durante todo el período de la invasión estadounidense,
porciones variables de territorio. Carter Malkasian describe la invasión y
sus dificultades de la siguiente manera: 
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La campaña aérea duró dos semanas, durante las cuales Bush se
sintió cada vez más frustrado. Estaba tardando en poner en marcha
suficientes equipos de la CIA y de las fuerzas especiales para que la
Alianza del Norte pudiera lanzar su ofensiva. Mientras tanto, los
objetivos para los ataques aéreos eran cada vez más difíciles de
encontrar. Los talibanes tenían pocos cuarteles generales y pocas
infraestructuras que atacar. Sus fuerzas militares eran lo
suficientemente buenas como para camuflarse en el campo y evitar
ser blanco de sus ataques, a menos que la Alianza del Norte avanzara
y les obligara a defenderse, lo que aún no había sucedido (Malkasian,
2021).
De hecho, la guerra ha tenido un costo alto para el país
norteamericano. Más de 2.300 soldados hombres y mujeres murieron,
más de 20.000 fueron heridos, además de cientos de muertos de otras
nacionalidades. Esto, por otra parte, es incomparable con las muertes que
ha sufrido la población civil afgana producto principalmente de los
bombardeos estadounidenses. La ONU comenzó recién en 2009 a
registrar las bajas civiles, contabilizando hasta hoy cerca de 111.000
civiles asesinados (BBC, 2021).
En 2006 hubo un cambio en la correlación de fuerzas. El gobierno
afgano de Hamid Karzai, protegido por Estados Unidos, perdió varias
provincias a manos de los Talibán. Esto dio como resultado un espacio
geográfico privilegiado para que el movimiento comenzara tanto la
recuperación militar, como una cierta legitimidad en medio de la
población local, especialmente entre los sectores rurales. Malkasian lo
describe de la siguiente manera:
Tras la ofensiva de 2006, los talibanes dominaron una cantidad
impresionante de territorio. Establecieron un grado de estabilidad en
sus zonas que era al menos tan resistente como el que había
proporcionado Karzai. Aunque las líneas del frente eran violentas, las
aldeas dentro del territorio talibán eran bastante pacíficas, aparte del
ataque aéreo aleatorio o la incursión de operaciones especiales. El
gobierno talibán tenía puntos fuertes duraderos. La justicia y el
aumento de los ingresos a través del cultivo de la amapola
proporcionaban a la población bienes tangibles.
Veinte años de guerra, que coinciden con el despliegue de Estados
Unidos en la región en la búsqueda del reordenamiento de Oriente Medio.
Política infructuosa que incluyó no sólo la invasión de este país, sino
también de Iraq en 2003, así como intervenciones de apoyo a disidencias
en Siria y Libia. Todosestos proyectos coloniales han terminado por crear
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una situación de inestabilidad regional que, entre otras cosas permitió la
emergencia del grupo Estado Islámico (ISIS) en Iraq y Siria, que luego se
desplazó hacia Afganistán. En los últimos años, los Talibán combatieron al
ISIS y lograron, de hecho, derrotarlos en el país. 
Existen muchas críticas a cómo Estados Unidos manejó durante todo
el tiempo de la guerra las demandas de la sociedad afgana. Abusos
militares a la población civil, corrupción por parte de los que formaron
parte de los gobiernos afganos impuestos por la potencia ocupante,
descontento generalizado por el enriquecimiento de grupos pequeños y la
gran pobreza de la mayoría de la población. Nancy Lindisfarne y Johnatan
Neale han intentado mostrar esta cruda realidad, con un relato de las
políticas estadounidenses una vez ocupado el país:
Así que el dinero estadounidense empezó a llegar en grandes
cantidades a Afganistán, pero fue a parar a la gente del nuevo
gobierno encabezado por Hamid Karzai; fue a parar a la gente que
trabajaba con los estadounidenses y las tropas de ocupación de otras
naciones; y fue a parar a los señores de la guerra y a séquitos,
profundamente implicados en el comercio internacional de opio y
heroína, un comercio facilitado por la CIA y el ejército pakistaní. Fue a
parar a las personas que tenían la suerte de poseer casas de lujo bien
defendidas en Kabul que podían alquilar al personal extranjero
expatriado, y también fue a parar a los hombres y mujeres que
trabajaban en ONG financiadas con fondos extranjeros (Lindisfarne y
Neale, 2021).
Esta es una realidad que contribuyó a un crecimiento de la
legitimidad de los Talibán entre población que nunca vio beneficios por la
invasión estadounidense y, por el contrario, sufrieron las consecuencias
de la brutalidad militar y la pobreza económica.
5. El camino hacia el Emirato Islámico de los Talibán
En febrero de 2020 Estados Unidos firmó un acuerdo con los Talibán.
En él se estableció la retirada de las tropas internacionales a cambio que
los Talibán impidieran el ingreso de otros movimientos islamistas como Al
Qaeda e ISIS al país. El gobierno afgano y Estados Unidos debían,
asimismo, liberar a una cantidad importante de prisioneros talibán.
Estados Unidos ha ido progresivamente bajando el número de tropas
desplegadas en Afganistán desde la administración de Barack Obama,
pero es recién con Joe Biden que la decisión se toma de manera pública.
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En abril de 2021 el presidente de este país anunció la retirada completa
de tropas en el país, con fecha tope del 11 de septiembre.
Esto fue aprovechado por los Talibán que comenzaron un avance
frontal hacia la capital Kabul, tomando de manera rápida las principales
ciudades. En ese contexto, el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani
decidió entregar pacíficamente la administración del Estado al
movimiento y exiliarse en Tayikistán. 
Con la toma del poder por parte del Talibán, cientos de miles de
personas han buscado salir del país. Sin embargo, la situación es difícil.
Muchos países que se horrorizan por ver a las mujeres afganas
subyugadas ante la intolerancia de los talibán, no están, sin embargo,
dispuestos a dar refugio a quienes buscan salir del país. Grecia, miembro
de la Unión Europea, ya anunció la creación de un muro en la frontera
con Turquía para evitar el avance de los refugiados afganos (La
Vanguardia, 2021).
6. Drogas y narcotráfico como recurso
Una lectura paralela a la que han hecho los medios de comunicación,
es la del periodista italiano Roberto Saviano, que ha puesto el ojo en la
producción de narcóticos en el país y su rol en el poder de los Talibán.
Para él “los talibanes, junto con los narcos sudamericanos, son los
narcotraficantes más poderosos del mundo. En otras palabras, en esta
guerra, ganaron los mejores traficantes” (Radio Uchile, 2021). La tesis de
Saviano no libera a Estados Unidos del problema, puesto que según el
periodista la potencia occidental habría asegurado a los productores de
opio en Afganistán un espacio de producción para que no se aliaran con
los Talibán. 
A propósito del tema de la droga, sin embargo, la posición talibán es
la desmentir un nexo entre el movimiento y la producción de narcóticos,
aunque la bibliografía nos indique que cerca del 70% de los ingresos del
movimiento provienen de la producción y venta de opio (Giustozzi, 2019).
Es importante tener en cuenta las palabras del vocero de los talibán,
Zabihullah Mujahid, una vez que han tomado el poder de todo el país.
Mostrando una postura conciliadora que asegura “derechos” para las
mujeres de acuerdo a la Sharía, se refirió también a la cuestión de la
producción de drogas que muchos achacan a los talibán. 
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Aseguramos a nuestros compatriotas y a la comunidad internacional
que no produciremos ningún narcótico. En 2001, si lo recuerdan,
habíamos llevado a cero la producción de contenido de narcóticos,
pero nuestro país estaba desgraciadamente ocupado por entonces y
se allanó el camino para la reproducción de narcóticos incluso a nivel
del gobierno, todo el mundo estaba involucrado.
Pero a partir de ahora, nadie se va a involucrar, nadie puede estar
involucrado en el contrabando de drogas. Hoy, cuando entramos en
Kabul, vimos a un gran número de nuestros jóvenes que estaban
sentados bajo los puentes o junto a los muros y consumían
narcóticos. Esto fue muy lamentable. Me entristeció ver a estos
jóvenes sin ninguna fe en el futuro. A partir de ahora, Afganistán será
un país libre de narcóticos, pero necesita ayuda internacional. La
comunidad internacional debe ayudarnos para que podamos tener
cultivos alternativos. Podemos ofrecer cultivos alternativos. Entonces,
por supuesto, muy pronto, podremos ponerle fin (Al Jazeera, 2021).
Sobre esta cuestión existen todavía opiniones encontradas. Sin
embargo, el opio es cultivado en las zonas tanto de los talibán como las
que hasta hace poco controlaba el gobierno afgano. Esto respalda la tesis
de Saviano, en tanto la producción de opio ha sido un factor de
enriquecimiento tanto para el gobierno fallido impuesto por Estados
Unidos, como para el movimiento islamista.
7. El temor de las mujeres
En 1996, cuando los Talibán llegaron por primera vez al poder, las
cosas se volvieron difíciles para todos, pero especialmente para las
mujeres. El cierre de escuelas para mujeres, la prohibición de trabajar en
el Estado y en general salir de sus casas sin compañía masculina
resultaba un problema. Lee, en su historia de Afganistán, relata la
situación de esta manera: 
Tanto los hombres como las mujeres debían cumplir un estricto
código de conducta. Los hombres adultos debían dejarse crecer la
barba, mientras que recortarla se castigaba con latigazos. El uso de
cualquier tipo de ropa occidental por parte de los musulmanes estaba
prohibido y a los extranjeros se les prohibía llevar la vestimenta local.
Inevitablemente, estas normas eran las que más afectaban a las
mujeres. El velo se imponía estrictamente y no se permitía a las
mujeres salir de casa a menos que estuvieran acompañadas por un
mahram. Se cerraron las escuelas de niñas, se despidió a las mujeres
de la administración pública y hubo una estricta segregación entre
sexos.
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Frente a la posible reaparición de estas medidas extremistas, los
Talibán han buscado morigerar las críticas. El vocero de la organización se
refirió expresamentea la cuestión de las mujeres en conferencia de
prensa:
La cuestión de la mujer es muy importante. El Emirato Islámico está
comprometido con los derechos de las mujeres en el marco de la
Sharia. Nuestras hermanas, nuestros hombres tienen los mismos
derechos; podrán beneficiarse de sus derechos. Pueden tener
actividades en diferentes sectores y diferentes áreas sobre la base de
nuestras normas y reglamentos: educación, salud y otras áreas. Van
a trabajar con nosotros, codo con codo con nosotros. A la comunidad
internacional, si le preocupa, le aseguramos que no va a haber
ninguna discriminación contra las mujeres, pero por supuesto dentro
de los marcos que tenemos. Nuestras mujeres son musulmanas.
También estarán felices de vivir dentro de nuestros marcos de la
Sharia (Al Jazeera, 2021).
Ahora bien, quedan muchas dudas respecto al significado de las
palabras del vocero de los Talibán. ¿Qué significa igualdad de hombres y
mujeres al interior de la Sharía?, pero incluso más importante que eso,
pues la Sharía puede tener muchas formas de ser interpretada ¿qué
significa igualdad entre hombres y mujeres al interior de la Sharía
interpretada por los Talibán? Ya, al menos en este discurso que busca
“tranquilizar” a la comunidad internacional, se está planteando la
separación de roles de género bajo la justificación de la forma de vida
religiosa talibán. Esta es una cuestión sobre la que, evidentemente, la
comunidad internacional tendrá que estar encima y probablemente sea
Naciones Unidas el organismo con más posibilidades de mantener una
infraestructura en el país, con una mirada crítica sobre las violaciones a
los derechos humanos en general.
Por eso, es importante abordar también la cuestión del
reconocimiento internacional, entendiendo la llegada al poder de los
talibán como un hecho innegable. Pero antes, también habría que
mencionar una cuestión poco anodina. El sufrimiento de las mujeres
afganas, cuestión real, ha sido manipulado por grupos liberales
estadounidenses en los que encuentra eco la justificación para la invasión
del país asiático. El uso del feminismo en campañas electorales (la de
Obama es un caso paradigmático) en rechazo al sometimiento de las
mujeres afganas, disfraza muchas veces una islamofobia que no solo
generaliza sino que justifica directamente la invasión, velando ellos
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mismos los verdaderos motivos económicos y políticos que han dado
origen a los movimientos bélicos. Lindisfarne y Neale han planteado
crudamente este asunto:
El giro feminista fue una táctica inteligente. Evitó las comparaciones
entre el indudable gobierno sexista de los talibanes y los sexismos en
Estados Unidos. Y lo que es más impactante, el giro feminista
domesticó y desplazó de forma efectiva las feas verdades de una
guerra tremendamente desigual. Y separó a esas supuestas “mujeres
que hay que salvar” de las decenas de miles de mujeres, hombres y
niños afganos que murieron, resultaron heridos, quedaron huérfanos
o quedaron sin hogar y hambrientos a causa de las bombas
estadounidenses (Lindisfarne y Neale, 2021).
8. El reconocimiento internacional
En la comunidad internacional pareciera existir una amplia
aceptación del fracaso de la guerra en Afganistán y la necesidad
imperiosa de negociar con los Talibán, antes que las posiciones duras
vuelvan a dejar a Afganistán en un callejón sin salida. El vicepresidente
de la Comisión Europea, Joseph Borrel, ha planteado que “Los talibanes
han ganado la guerra, así que tendremos que hablar con ellos […] No es
una cuestión de reconocimiento oficial. Es una cuestión de trato”
(Washington Post, 2021).
Esto va de la mano con el reconocimiento por parte de China, que
incluso ha mantenido reuniones en su país con los líderes del
movimiento. Naciones Unidas, por su parte, también ha planteado la
necesidad de tener conversaciones con los talibán a fin de proteger las
políticas humanitarias que la organización mantiene en Afganistán
(Politico, 2021).
Las Economías del G7, por su parte, esperan definir una política de
reconocimiento o rechazo al régimen Talibán en conjunto. Karen Pierce,
enviada del Reino Unido a Estados Unidos, afirmó al respecto: “Queremos
iniciar el proceso de desarrollo de un plan claro, para que todos podamos
tratar con el nuevo régimen afgano de forma unificada y concertada.
Juzgaremos al nuevo régimen por sus acciones, no por sus palabras”
(Reuters, 2021).
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https://www.lavanguardia.com/internacional/20210821/7674382/grecia-construye-muro-turquia-refugiados-afganistan.html
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https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-57762858
https://www.aljazeera.com/news/2021/8/17/transcript-of-talibans-first-press-conference-in-kabul
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Biblioteca del Congreso Nacional, Departamento de Estudios, Extensión yPublicaciones
Radio Uchile (2021). “En Afganistán no ha ganado el islamismo, ha
ganado la heroína”. URL: https://radio.uchile.cl/2021/08/19/en-
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Reuters (2021). G7 leaders plan to pledge unity on Taliban recognition,
sanctions -sources. URL: https://www.reuters.com/world/g7-
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2021-08-23/ 
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now on recognizing, aiding the Taliban. URL:
https://www.washingtonpost.com/world/2021/08/20/afghanistan-
taliban-international-recognition-aid/ 
16
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https://www.reuters.com/world/g7-leaders-plan-pledge-unity-taliban-recognition-sanctions-sources-2021-08-23/
https://www.reuters.com/world/g7-leaders-plan-pledge-unity-taliban-recognition-sanctions-sources-2021-08-23/
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https://radio.uchile.cl/2021/08/19/en-afganistan-no-ha-ganado-el-islamismo-ha-ganado-la-heroina/
https://radio.uchile.cl/2021/08/19/en-afganistan-no-ha-ganado-el-islamismo-ha-ganado-la-heroina/
	Introducción
	1. Geopolítica de Afganistán
	2. Colonialismo y construcción nacional
	3. Socialismo, islamismo y la URSS
	4. Torres Gemelas, el régimen talibán y la invasión estadounidense
	5. El camino hacia el Emirato Islámico de los Talibán
	6. Drogas y narcotráfico como recurso
	7. El temor de las mujeres
	8. El reconocimiento internacional
	Bibliografía