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Biologia de los microorganismos (1519)

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902 L A S E N F E R M E D A D E S I N F E C C I O S A S Y S U T R A N S M I S I Ó N
28.2 La comunidad de hospedadores
La colonización de una población de hospedadores vulnerables 
por parte de un patógeno puede provocar infecciones explo-
sivas, la transmisión a hospedadores no infectados y una epi-
demia. Sin embargo, a medida que la población hospedadora 
desarrolla resistencia, la diseminación del patógeno se controla 
y, finalmente, se estabiliza en un punto en el que las poblaciones 
de hospedador y de patógeno están en equilibrio. En un caso 
extremo, cuando no se consigue alcanzar el equilibrio, podría 
sobrevenir la muerte y la extinción final de la especie hospe-
dadora. Si el patógeno no tiene otro hospedador, la extinción 
del hospedador conlleva también la extinción del patógeno. Por 
tanto, el éxito evolutivo de un patógeno dependerá más de su 
capacidad para establecer un equilibrio con la población del 
hospedador que de su capacidad para destruirla. En la mayoría 
de casos, la evolución del hospedador y la del patógeno se afec-
tan mutuamente, es decir, el hospedador y el patógeno coevo-
lucionan.
Coevolución de un hospedador y un patógeno
Un ejemplo sorprendente de coevolución entre un hospedador 
y un patógeno es la introducción voluntaria del virus de la mixo-
matosis en Australia para controlar a los conejos silvestres que 
estaban provocando daños masivos en los cultivos y la vegeta-
ción. El virus, propagado por la picadura de los mosquitos, es 
extremadamente virulento y provoca infecciones fatales en los 
animales vulnerables. En unos meses la infección del virus se 
había extendido por una amplia región, alcanzando la máxima 
incidencia en verano con la presencia de los mosquitos vectores, 
y descendiendo posteriormente en invierno, a medida que los 
mosquitos desaparecían. Más del 95 % de los conejos infectados 
murieron durante el primer año. Sin embargo, cuando se uti-
lizó el virus aislado de conejos silvestres infectados para infec-
tar conejos recién nacidos tanto de laboratorio como silvestres, 
el virus había perdido algo de virulencia. Unida a la pérdida de 
virulencia, la resistencia de los conejos silvestres se había incre-
mentado considerablemente; los conejos silvestres no eran tan 
vulnerables al virus como los conejos de laboratorio. En seis 
años, la mortalidad de los conejos bajó al 84 % (Figura 28.3). Con 
el tiempo, todos los conejos silvestres adquirieron resistencia. 
En 30 años, la población de conejos en Australia estaba acer-
cándose a los niveles previos a la introducción del virus de la 
mixomatosis y volviendo a provocar daños medioambientales 
generalizados.
Pocos años después, las autoridades australianas libera-
ron el virus de la enfermedad hemorrágica del conejo (RHDV, 
del inglés rabbit hemorrhagic disease virus), un patógeno muy 
virulento para los conejos vulnerables. Puesto que el RHDV se 
extiende por contacto directo entre los hospedadores y mata 
a los animales a los pocos días de infectarlos, las autorida-
des creyeron que las infecciones matarían a todos los conejos 
de la población local y se evitaría el desarrollo de resistencia 
al RHDV. Al principio el RHDV fue muy eficaz reduciendo la 
población local de conejos. Sin embargo, la infección natural de 
algunos conejos por un virus autóctono de la fiebre hemorrá-
gica, que no era letal, confirió una inmunidad cruzada contra el 
RHDV introducido. Esta inmunidad imprevista redujo la viru-
lencia del RHDV en algunas regiones. Igual que sucedió con el 
La morbilidad es la incidencia de una enfermedad en una 
población, e incluye tanto casos mortales como no mortales. 
Las estadísticas de morbilidad estiman la salud pública de una 
población con más precisión que las de mortalidad, ya que 
muchas enfermedades tienen una mortalidad relativamente 
baja. Dicho de otro modo, las causas principales de enferme-
dad son muy diferentes de las causas principales de muerte. Por 
ejemplo, entre las enfermedades infecciosas de morbilidad ele-
vada se incluyen las enfermedades respiratorias agudas, como 
el resfriado común, y los trastornos digestivos agudos. En los 
países desarrollados, sin embargo, estas enfermedades rara vez 
provocan la muerte. Así pues, ambas enfermedades tienen una 
elevada morbilidad, pero una baja mortalidad. Por otra parte, 
el virus ébola infecta solo a unos cientos de personas en todo el 
mundo cada año, pero la mortalidad de algunos brotes se acerca 
al 70 %. Así pues, el virus ébola tiene una baja morbilidad, pero 
una alta mortalidad.
Progresión de la enfermedad
La progresión de los síntomas clínicos de una enfermedad infec-
ciosa aguda típica se puede dividir en etapas:
1. Infección: El organismo invade, coloniza y crece en el hos-
pedador.
2. Período de incubación: Siempre transcurre algún tiempo 
entre la infección y la aparición de los signos y sínto-
mas de la enfermedad. Algunas enfermedades, como la
gripe, tienen períodos de incubación muy cortos, medi-
dos en días; otras, como el SIDA, tienen períodos más
largos, a veces de años. El período de incubación de una
enfermedad concreta viene determinado por el tamaño
del inoculo, la virulencia y el ciclo de vida del patógeno,
y la resistencia del hospedador. Normalmente, los pri-
meros signos y síntomas aparecen al final del período
de incubación, por ejemplo, en el caso de sobrevenir
un resfriado, una tos leve y una sensación de debilidad
general.
3. Período agudo: La enfermedad está en su apogeo, con sín-
tomas y signos palpables, como fiebre y escalofríos.
4. Período de declive: Ceden los signos y los síntomas de la
enfermedad. Disminuye la fiebre, normalmente tras un
período de sudoración intensa, y aparece una sensación
de bienestar. El período de declive puede ser rápido (de un 
día), en cuyo caso el declive se produce por crisis, o puede
ser más lento, a lo largo de varios días, en cuyo caso se pro-
duce por lisis.
5. Período de convalecencia: El paciente recupera fuerzas y
vuelve a la normalidad.
Después del período agudo, los mecanismos inmunitarios del 
hospedador se hacen cada vez más importantes para la recupe-
ración completa de la enfermedad.
MINIRREVISIÓN
 ¿Por qué los epidemiólogos toman datos poblacionales sobre 
las enfermedades infecciosas?
 Distinga entre una enfermedad endémica, una enfermedad 
epidémica y una enfermedad pandémica.
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