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de reproducción se redujo de un R 0 teórico de 1,8 a un R de 0,7, de nuevo con medidas de control de la infección estrictas que detuvieron la propagación de la infección, lo que evitó una posi- ble epidemia. de protección estrictas para el personal sanitario. Estas medi- das redujeron el valor de R del SARS a 0,7, acabando con la amenaza de diseminación posterior de la enfermedad. De igual modo, en un brote del filovirus ébola (Tabla 28.5), el número EXPLORANDO EL MUNDO MICROBIANO E l manejo de una epidemia del síndro- me respiratorio agudo grave (SARS, del inglés severe acute respiratory syn- drome) a principios de esta década es un ejemplo excelente de aplicación exitosa de los principios de la epidemiología. Al igual que muchas otras enfermedades de rápi- da emergencia, el SARS era vírico y se ori- ginó en los animales. Estas características las dotan de la capacidad de desencade- nar enfermedades explosivas en los huma- nos cuando los agentes infecciosos traspa- san la barrera de especie del hospedador. La epidemia del SARS se originó a fina- les de 2002 en la provincia de Guangdong, en China. El febrero siguiente, el virus se ha- bía propagado a 28 países. Los viajes in- ternacionales fueron su principal vehículo de propagación. La causa de la enfermedad se atribuyó rápidamente a un coronavirus pro- cedente de un animal. El coronavirus entró en la cadena alimentaria humana al comer civeta (un animal pequeño y nocturno, pare- cido al gato). Es muy probable que el coro- navirus del SARS (SARS-CoV) (Figura 1) pro- ceda de los murciélagos. Aparentemente las civetas adquirieron el virus al consumir fru- ta contaminada por heces de murciélago. El SARS-CoV probablemente evolucionó du- rante un largo período de tiempo en los mur- ciélagos y desarrolló, de forma accidental, la capacidad de infectar a las civetas y, poste- riormente, a los humanos. Al igual que los virus del resfriado común, el SARS-CoV es un virus de RNA relativa- mente resistente y muy infeccioso que re- sulta difícil de contener (R 0 de 3,6). Una vez en los humanos, el SARS-CoV se disemina con rapidez entre las personas por los es- tornudos y la tos, o por contactos con fó- mites o heces contaminados. Normalmente, la aparición de un nuevo virus de resfriado sería poco preocupante, pero el SARS-CoV causó infecciones de mortalidad significati- va. De las 8.500 infecciones por SARS-CoV conocidas, 800 acabaron en muerte, con lo que la tasa de mortalidad global se acercó al 10 %. En los mayores de 65 años, la tasa de mortalidad alcanzó el 50 %, lo que ates- tigua la virulencia del SARS-CoV como pa- tógeno humano. Alrededor del 20 % de los casos de SARS se produjo entre el personal sanitario, una nuevos brotes. El SARS-CoV se aisló con rapidez, se cultivó, y se secuenció rápida- mente su genoma. Esta información se uti- lizó para desarrollar pruebas PCR para de- tectar el virus en las muestras. A medida que avanzaba el trabajo de laboratorio, los epi- demiólogos siguieron la pista del virus hasta el uso de la civeta como alimento en China y detuvieron la transmisión a los humanos al restringir la venta de civetas y otros alimen- tos de origen silvestre. Este conjunto de me- didas detuvo el brote. El SARS es un ejemplo de infección grave que emergió muy rápidamente de una única fuente. Sin embargo, la rápida identificación y caracterización del patógeno del SARS, el desarrollo inmediato en todo el mundo de procedimientos de notificación y pruebas diagnósticas, y la coordinación de los es- fuerzos para conocer la biología y la gené- tica de este nuevo patógeno, sirvieron para controlar la enfermedad; no se han produ- cido más casos de SARS desde principios de 2004. La rápida emergencia del SARS, y el esfuerzo internacional igualmente rápido y exitoso a la hora de identificar y controlar el brote, constituyen un modelo para el con- trol de epidemias emergentes. Con la expansión internacional de los viajes y del comercio, se incrementarán las posibilidades de propagación y la rápi- da diseminación de nuevas enfermedades exóticas. Por ejemplo, a principios de 2013 emergió con rapidez una enfermedad vírica parecida al SARS en Arabia Saudí y en los países cercanos que provocaba síntomas graves (y en algunos casos mortales) simila- res a los del SARS. Este virus, denominado MERS-CoV (coronavirus del síndrome res- piratorio de Oriente Medio, véase la prime- ra página de este capítulo), es un coronavi- rus nuevo que apareció repentinamente en los centros sanitarios y que se puede trans- mitir con rapidez entre las personas. Debi- do a estos retos, los epidemiólogos y los profesionales de la salud deben estar pre- parados para la emergencia de otras en- fermedades infecciosas graves, como la gripe pandémica en particular. Sin embar- go, es probable que las lecciones aprendi- das de la epidemia de SARS den sus fru- tos cuando aparezcan otras enfermedades emergentes. Figura 1 Coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV). El panel superior izquierdo muestra viriones aislados del SARS-CoV. Un virión individual tiene un diámetro de 128 nm. El panel grande muestra los coronavirus dentro de vacuolas unidas a la membrana citoplasmática y en el retículo endoplasmático rugoso de las células hospedadoras. El virus se replica en el citoplasma y sale de la célula a través de vacuolas citoplasmáticas. demostración de la elevada infectividad del virus. Los métodos estándar de control y contención de la infección practicados por el personal sanitario no fueron eficaces para controlar la propagación de la enfermedad. Así que se confinó en aislamiento estricto en habitaciones con presión negativa a los pa- cientes con SARS mientras cursaban la en- fermedad. Para impedir la infección, el per- sonal sanitario al cuidado de los pacientes con SARS utilizaron respiradores para cui- dar a los pacientes o cuando manejaban los fómites (ropa de cama, cubiertos, etc.). La detección y contención del brote de SARS fue el comienzo de una respuesta in- ternacional que implicó a los médicos, cien- tíficos y autoridades públicas. Casi de in- mediato, se restringieron los viajes desde y hacia la zona endémica, lo que limitó los SARS: un modelo de éxito epidemiológico 907 C D C /C .S . G o ld s m it h , T. G . K s ia z e k , S .R . Z a k i/ P u b lic H e a lt h I m a g e L ib ra ry U N ID A D 6 https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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