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GINECOLOGIA (123)

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102 Ginecología general
SECCIÓ
N
 1
y secreciones (o material purulento) de incisiones abdominales se 
deben sembrar en medios específi cos puesto que estas bacterias no 
suelen ser contaminantes de la vagina.
 ■ Infecciones específicas
Celulitis de la cúpula vaginal
En general, todas las mujeres desarrollan esta infección en el borde 
quirúrgico vaginal después de una histerectomía. La respuesta nor-
mal a la cicatrización se caracteriza por congestión de vasos sanguí-
neos pequeños, que provoca eritema y aumento de la temperatura, 
estasis vascular con fuga a través del endotelio y edema intersticial 
resultante, que causa induración. El área es dolorosa, el examen 
microscópico de una “preparación húmeda” revela numerosos leu-
cocitos y hay secreción purulenta en la vagina. Estas características 
por lo general desaparecen y no necesitan terapia.
Las pocas mujeres que necesitan tratamiento son aquellas que 
presentan después del alta hospitalaria dolor abdominal de nueva 
aparición en los cuadrantes inferiores, leve pero con incremento 
gradual de la intensidad, acompañado de secreción vaginal ama-
rillenta. Los datos físicos son los descritos, pero la cúpula vaginal 
es más sensible a la palpación de lo que se esperaría después de 
la operación. En estos casos conviene prescribir algún antibiótico 
de amplio espectro por vía oral (cuadro 3-31). Se debe revisar de 
nuevo a las pacientes varios días después para confi rmar la efi cacia 
del tratamiento. En algunos casos esto se puede hacer por teléfono 
pero en otros es necesario realizar una exploración física.
Celulitis pélvica
Ésta es la infección más frecuente que ocurre después de una histe-
rectomía, sea por vía vaginal o abdominal. Surge cuando los meca-
nismos de defensa humoral y celular del hospedador, combinados 
con la profi laxis antibiótica preoperatoria, no pueden superar el 
inóculo bacteriano y el proceso infl amatorio en el borde quirúrgico 
vaginal. La infl amación se extiende hasta los parametrios, provo-
cando dolor abdominal en los cuadrantes inferiores, dolor regional 
a la palpación y elevación de la temperatura. Por lo general sucede 
al fi nal del segundo día posterior a la operación. No se acompaña 
de datos de irritación peritoneal y las funciones intestinal y urinaria 
son normales. Algunas mujeres manifi estan anorexia.
una infección. Este hallazgo es normal durante el periodo posope-
ratorio inmediato y disminuye con rapidez. Las mujeres con celu-
litis pélvica o de la cúpula vaginal presentan mayor sensibilidad a la 
presión gentil de la parte baja de la pared abdominal sobre el área 
infectada, que aunque en ocasiones es bilateral, por lo general es 
más acentuada en un lado que en otro. No se acompaña de signos 
peritoneales. La celulitis, aunque se extienda hasta los parametrios, 
los anexos o la cúpula vaginal, no se acompaña de tumoraciones.
En ausencia de dolor progresivo e hipersensibilidad al tacto en 
los cuadrantes abdominales inferiores, no es necesario realizar una 
exploración bimanual para evaluar la presencia de fi ebre sin sínto-
mas agregados. Sin embargo, cuando se combinan fi ebre, incre-
mento progresivo de la sensibilidad a la palpación o dolor de nueva 
aparición, se debe realizar una exploración bimanual para identifi -
car con precisión el sitio de la infección y excluir o diagnosticar una 
tumoración. No suele ser necesario realizar una exploración con 
espejo vaginal, puesto que los hallazgos visuales son similares con o 
sin infección. Como sucede en la exploración pélvica sistemática, el 
tacto vaginal proporciona la mayor parte de la información que se 
obtiene en la exploración con ambas manos. Si la paciente refi ere 
demasiado dolor como para realizar una exploración adecuada, está 
indicado realizar una ecografía vaginal. La función intestinal no 
suele alterarse con la celulitis de los tejidos blandos, pero sí lo hace 
con un hematoma infectado o con un absceso pélvico.
Cultivo
Las infecciones pélvicas después de una histerectomía son polimi-
crobianas, por lo cual es difícil identifi car a los microorganismos 
causales verdaderos. Ciertas investigaciones han demostrado que 
las bacterias que se obtienen de la pelvis por vía transvaginal en 
mujeres con o sin infección clínica, son similares. Por lo tanto, 
los cultivos transvaginales sistemáticos de pacientes con celulitis 
pélvica o de la cúpula vaginal no proporcionan información útil. 
Además, no es necesario esperar el resultado de dichos análisis para 
iniciar el tratamiento empírico con antibióticos de amplio espec-
tro. No obstante, si la terapia inicial es parcialmente efi caz o fra-
casa, el cultivo descubrirá al microorganismo causal (puesto que el 
tratamiento ya habrá erradicado a las demás bacterias) y permitirá 
elegir un antibiótico adecuado, en caso de ser necesario. Por el con-
trario, muestras provenientes de abscesos, hematomas infectados 
Asa de intestino
Extremo quirúrgico de la 
trompa de Falopio y ovario
Incisión quirúrgica 
de la histerectomía 
en el extremo de la 
vagina
Saco del 
absceso
Extremo vaginal 
inflamado e hinchado
Saco del 
absceso
Línea de sutura 
de la histerectomía
BA
FIGURA 3-25. Absceso o hematoma infectado extraperitoneal y cefálico a los bordes vaginales. Se debe incluir a los abscesos de los anexos o los 
abscesos intraperitoneales, aunque éstos son raros. A. Vista coronal. B. Vista sagital.
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