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GINECOLOGIA (132)

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111Trastornos benignos de la porción inferior del aparato reproductor 
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Exploración física
La revisión de la vulva y la piel vecina debe realizarse con ilumi-
nación adecuada, posición óptima de la mujer y una lupa o un 
colposcopio. Con gran cuidado se identifi can cambios focales y 
generalizados de la piel, ya que cualquier neoplasia puede surgir 
dentro de un campo de dermatosis generalizada. También se iden-
tifi can pigmentaciones anormales, contextura de la piel, presen-
cia de nódulos o características de los vasos. Se puede usar una 
pequeña “sonda” con un aplicador de algodón para defi nir los lími-
tes anatómicos de síntomas generalizados y localizar con precisión 
las molestias focales (fig. 4-1).
Para valorar el tratamiento en el transcurso del tiempo, es útil 
contar con un esquema en que se incluyan los datos y manifesta-
ciones vulvares.
Las molestias vaginales o cuadros vulvares sin una causa neta 
deben obligar a la práctica de un tacto vaginal. En la inspección 
cuidadosa, se pueden identifi car infl amación o atrofi a generaliza-
das, secreciones anormales o lesiones focales de la mucosa, como 
úlceras. En tales casos, habrá que obtener material para estudio en 
solución salina, secreciones para valoración microscópica (“prepa-
ración húmeda”), pruebas del pH vaginal y cultivo en busca de 
microorganismos aerobios para detectar la proliferación excesiva 
de bacterias particulares, como Streptococcus del grupo B o levadu-
ras. Por último, se efectúa un tacto bimanual.
Los datos de la exploración global de la piel que incluya la 
mucosa de la boca y las axilas pueden sugerir la causa de algunos 
síntomas vulvares. Aún más, para el estudio de las disestesias en la 
vulva también es útil una exploración neurológica particularizada 
para medir la sensación de extremidades inferiores y la fuerza de las 
mismas, así como la sensibilidad y el tono del periné.
miento de los síntomas debe incluir descripciones de su duración, 
localización, sensaciones anormales y prurito o secreción vaginales 
acompañantes. La anamnesis médica detallada debe incluir datos 
de enfermedades sistémicas, fármacos y alergias identifi cadas. Los 
datos obstétricos, de vida sexual y psicosociales y sus posibles ele-
mentos inductores, hacia la fecha en que comenzaron los síntomas, 
suelen sugerir alguna causa probable. Hay que investigar en detalle 
las prácticas de higiene y sexuales.
Prurito vulvar. El prurito es una manifestación frecuente de 
muchas dermatosis en la vulva y durante la entrevista inicial suele 
identifi carse su causa primaria. Tal vez en etapas anteriores se haya 
hecho el diagnóstico de psoriasis, eccema o dermatitis en otras 
zonas corporales de la mujer. El prurito aislado en la vulva a veces 
acompaña el comienzo de la administración de fármacos nuevos. 
En ocasiones, las pacientes identifi can alimentos que desencadenan 
o intensifi can los síntomas y, en tales casos, quizá sea útil llevar un 
diario de alimentos. Muy a menudo el prurito vulvar proviene de 
dermatitis por contacto o de tipo alérgico. Sustancias dañinas habi-
tuales son los jabones corporales y productos de lavandería, ambos 
excesivamente perfumados. El lavado excesivo y el empleo de ropas 
lavadas a veces originan sequedad y traumatismos mecánicos de la 
piel. El lavado personal a menudo asume mayor intensidad con-
forme las mujeres piensan que no son limpias. Cualesquiera de las 
prácticas anteriores puede generar un ciclo cada vez más intenso de 
prurito y excoriaciones o exacerbar los síntomas de otras dermato-
sis preexistentes. Por último, las mujeres a menudo utilizan reme-
dios no prescritos para aliviar el prurito vulvovaginal o el olor que 
ellas perciben; tales productos suelen incluir múltiples alergenos 
por contacto (reconocidos) y es mejor no utilizarlos (cuadro 4-1).
CUADRO 4-1. Irritantes y alergenos vulvares comunes
Categorías generales Ejemplos de agentes específicos
Antisépticos Yodopolivinilpirrolidona, hexaclorofeno
Líquidos corporales Semen, heces, orina, saliva
Papel higiénico de color o perfumado
Preservativos De látex, lubricantes, espermicidas, tiuram
Cremas, geles o espumas anticonceptivas Nonoxinol-9, lubricantes
Tinturas 4-fenilendiamina
Emolientes Lanolina, aceite de jojoba, glicerina
Detergentes de lavandería, reblandecedores de telas y hojas 
secantes
Productos de caucho Látex, tiuram
Toallitas higiénicas para lactantes
Cojincillos o tampones sanitarios
Jabones, baños de burbujas y sales, champús, acondicionadores
Anestésicos locales Benzocaína, lidocaína
Antibacterianos tópicos Neomicina, bacitracina, polimixina, framicetina, aceite de árbol del té
Corticosteroides tópicos Propionato de clobetasol
Cremas antimicóticas tópicas Etilendiamina, metabisulfito sódico
Con autorización de American College of Obstetricians and Gynecologists, 2008; Crone, 2000; Fisher, 1973; y Marren, 1992.
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