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128 Ginecología general SECCIÓ N 1 purulenta con grados variables de eritema vestibulovaginal. En el estudio microscópico, se identifi can muchos polimorfonucleares y células parabasales, pero no se detectan de modo concomitante bacterias o tricomonas. Aumenta el pH de la vagina y son negati- vos los estudios para detectar gonorrea y clamidiasis como forma de exclusión. No se han publicado datos de investigaciones clínicas con asignación al azar, pero Sobel et al. (2011) señalan buenos resultados con la aplicación de crema de clindamicina al 2% (4 a 5 g) o crema de hidrocortisona al 10%, todos los días por vía intra- vaginal durante cuatro a seis semanas. No se sabe si la efi cacia de la clindamicina proviene de su acción antibacteriana o sus posibles efectos antiinfl amatorios. Sin embargo, la recurrencia es frecuente. ■ Anomalías del aparato genital inducidas por dietilestilbestrol A mediados del siglo pasado, en mujeres norteamericanas con diver- sos problemas propios del embarazo, se administró dietilestilbes- trol (DES, diethylstilbestrol ), estrógeno no esteroideo sintético. Las hijas de dichas mujeres que estuvieron expuestas en la vida fetal a la sustancia mencionada mostraron mayores tasas de adenocarcinoma vaginal de células claras y anomalías congénitas del aparato repro- ductor (Herbst, 1971); los cambios comprendieron tabiques vagi- nales transversos, bordes circunferenciales que abarcaban la vagina y el cuello uterino y “collares” de mucosa redundante. Además, en las mujeres afectadas se identifi caron varias zonas de epitelio cilíndrico dentro de la mucosa plana de la vagina, cuadro llamado adenosis vaginal. Típicamente, en este trastorno aparecen zonas rojas, puntiformes y granulosas. Las manifestaciones son: irritación y secreción vaginales y metrorragia y, en particular, expulsión de sangre después del coito. En el capítulo 18 (pág. 502), se incluye un comentario más detallado de los defectos causados por DES. ■ Quiste del conducto de Gartner Los quistes vaginales mencionados, surgen en contadas ocasiones a partir de restos de los conductos mesonéfricos (de Wolff ) (cap. 18, pág. 481). De forma típica, no causan síntomas y por lo común se les identifi ca dentro de la pared lateral de la vagina durante el tacto ordinario. Sin embargo, los síntomas pueden comprender dispareunia, dolor vaginal y difi cultad para la introducción de tam- pones u otros dispositivos. La palpación o la inspección indican la presencia de un quiste a tensión, abombado, por detrás de la pared lateral de la vagina. La observación es razonable en muchos casos, pero quizá convenga la marsupialización o la ablación si tales quis- tes ocasionan síntomas. LESIONES CERVICOUTERINAS Eversión La unión escamocilíndrica (SCJ, squamocolumnar junction) es el borde entre el epitelio cilíndrico del endocérvix y el epitelio plano del ectocérvix. Como se describe en el capítulo 29 (pág. 732), el tejido endocervical en algunas mujeres migra y sale del conducto endocervical y ocasiona un cuadro llamado eversión o ectropión. Como resultado, la SCJ queda por fuera del orifi cio cervical. Para realizar un frotis óptimo de Papanicolaou, los médicos deben iden- tifi car y seleccionar la SCJ para obtener muestras. La eversión de la SCJ es un dato normal, pero el epitelio cilíndrico que rodea al orifi cio cervical remeda a veces una lesión erosiva. extragenital, falta de correlación entre los datos de la anamnesis y la exploración física o condilomas acuminados (Dowd, 1994; Emans, 1987). Aún más, el médico debe sospechar abuso sexual (Bond, 1995) cuando hay lesiones en la zona posterior de la horquilla; en las de la zona del himen que vayan de las 3 a las 9 horas en la carátula del reloj o perforación vaginal, rectal o peritoneal. A diferencia de lo expuesto, un solo desgarro estrellado o hema- toma unilateral de la misma forma que el causado por un objeto romo refuerza el diagnóstico de lesión accidental “en silla de mon- tar”. Los desgarros o las excoriaciones de los labios menores, el monte de Venus y el clítoris que estén por delante o por fuera del himen son elementos típicos de esta modalidad de lesión. LESIONES VAGINALES Cuerpos extraños Los cuerpos extraños en el interior de la vagina pueden causar traumatismo o irritación crónica. Pueden ser afectadas las mujeres de cualquier edad, pero los objetos introducidos varían con cada grupo de mujeres. Por ejemplo, durante el juego o la autoexplo- ración las niñas se introducen objetos pequeños en la vagina, en tanto que la adolescente puede señalar la imposibilidad de extraer un tampón olvidado o un preservativo roto. Los abusos o las arbi- trariedades sexuales por lo común explican el origen de objetos detectados en adultas. Dos puntos justifi can cualquier comentario, como el tampón olvidado y los pesarios vaginales. De forma típica, la mujer que tiene un tampón olvidado señala que de la vagina sale una secreción fétida, con prurito, molestias acompañantes o expulsión de sangre fuera de la menstruación. Después de algún comentario, se puede identifi car el antecedente de múltiples intentos fracasados de extracción. En caso de no haber leucocitosis, fi ebre ni signos de endometritis o salpingitis, el tra- tamiento por lo regular es la simple extracción del tampón. No está indicado el lavado vaginal para la limpieza y, en realidad, éste puede incrementar el peligro de infección ascendente. Los pesarios vaginales suelen utilizarse como medida conserva- dora contra el prolapso de órganos pélvicos o la incontinencia y su cuidado se describe en el capítulo 24 (pág. 648). La atrofi a del epitelio vaginal y el tamaño inadecuado de los pesarios agravan el peligro de complicaciones ulcerosas o erosivas. Para evitar las lesio- nes de ese tipo, son útiles la crema de estrógeno intravaginal para combatir la atrofi a, la vigilancia por parte del personal médico y la extracción periódica del dispositivo. Los señalamientos de secre- ción sanguinolenta o fétida deben obligar a la revisión inmediata de las paredes y la bóveda vaginales. ■ Vaginitis inflamatoria descamativa Ésta es una modalidad rara de trastorno infl amatorio de la vagina que afecta sobre todo a perimenopáusicas o posmenopáusicas. Se desconoce el origen de esta vaginitis, pero algunas autoridades piensan que puede constituir una variante del liquen plano erosivo de la vagina (Edwards, 1988). Otros mencionan fuentes inductoras (históricas) como diarrea o consumo de antibióticos, como ele- mentos que desencadenan los síntomas (Bradford, 2010). La mujer de manera característica señala que tiene secreción abundante por la vagina, ardor del introito y dispareunia, que no desaparecen con los tratamientos comunes. En el tacto vaginal, el ginecó- logo advierte una secreción difusa, exudativa, amarilla o verdosa 04_Chapter_04_Hoffman_4R.indd 12804_Chapter_04_Hoffman_4R.indd 128 06/09/13 20:5206/09/13 20:52 GINECOLOGÍA������������������������������������������������� SECCIÓN 1 GINECOLOGÍA GENERAL������������������������������������������������������������������������������������������������������� 4. 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