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Introducción A partir del análisis de la creencia los derechos humanos son para los delincuentes, pretendo dar cuenta de la naciente formación de dos grupos antagónicos, y justificar cómo este mismo sintagma puede ser considerado la bisagra entre estos dos grupos cuya identidad –siguiendo a Laclau y Mouffe– se construye relacionalmente, es movible, negociable y nunca fija. La tentativa reconstrucción de las cadenas significantes de este sintagma me permitirá –al mismo tiempo que precisar las equivalencias que articulan a estos dos grupos y que posibilitan su construcción mutua como antagonistas– rastrear las condiciones de producción de dicho discurso. Pecheux dice: “las diversas formaciones resultan de procesos discursivos anteriores (que surgen de otras condiciones de producción) que han dejado de funcionar, pero que han dado nacimiento a “tomas de posición” implícitas que aseguran la posibilidad del proceso discursivo pretendido. (...) suponemos que la percepción está siempre penetrada por lo “ya oído” y lo “ya dicho”, a través de los cuales se construye la sustancia de las formaciones imaginarias enunciadas.” (Pecheux, 1978: 52). En este sentido mi hipótesis es que el discurso de los ’70 que aparece bajo fórmulas como “por algo será” o “los argentinos somos derechos y humanos” o la conocida “Teoría de los Dos Demonios”, si bien no funcionan como creencias vigentes que tengan amplia circulación, que puedan ser vinculadas a cadenas de episodios y de significación de actualidad y que sean sostenidas públicamente por actores políticos y sociales, sin embargo sí pueden ser consideradas como formaciones ideológicas que anclan las formaciones discursivas como el sintagma, objeto de mi análisis. Por último intentaré detectar en el proceso que va desde la primera aparición del agente social –encarnado en Juan Carlos Blumberg (1º de abril de 2004) – hasta el momento de las repercusiones inmediatas que su dicho público tuvo (semana posterior al 27 de agosto de 2004) qué palabra1 ha sido la “arena de lucha de clases” por excelencia. Voloshinov dice al respecto que dado el carácter multiacentual del material sígnico y que distintas clases sociales deben utilizar la misma lengua, las luchas se juegan por la monoacentualidad de las palabras: "Así las distintas clases sociales usan la misma lengua. Como consecuencia, en cada signo ideológico se cruzan los acentos de orientaciones 1 Uso ‘palabra’ en el sentido amplio que el traductor de Voloshinov en El signo ideológico y la filosofía del lenguaje explica que es usada. (pág. 37, nota 4) 1 diversas. El signo llega a ser la arena de la lucha de clases" Y agrega: "La clase dominante busca adjudicar al signo ideológico un carácter eterno por encima de las clases sociales, pretende apagar y reducir al interior la lucha de valoraciones sociales que se verifica en él, trata de convertirlo en signo monoacentual". (Voloshinov; 1976: 49-50)2 Este mismo análisis entiendo que puede ser planteado también desde Laclau y Zizek, si digo buscar el significante que podría estar adquiriendo la forma de lo que ellos llaman ‘significante vacío’ y al cual unos y otros intentan llenar de contenido, estos es, fijar su sentido. Zizek dice que “lo que está en juego en la lucha ideológica es cuál de los ‘puntos nodales’, points de capiton, totalizará, incluirá en su serie de equivalencias a esos elementos flotantes” (1992: 126) En este punto es menester aclarar que Laclau y Mouffe hacen su planteo teórico con miras a analizar coyunturas políticas más amplias que la que aquí analizo, y así es que sostienen que la presencia de un significante vacío posibilita pensar la existencia de una práctica articulatoria hegemónica. No podemos considerar el proceso que analizo como una articulación de este tipo, pero las herramientas teóricas que estos autores construyen me permiten dar cuenta –como ya he enunciado– de este proceso social como proceso de construcción de sistemas identitarios antagónicos. Finalmente hablaré de imaginarios sociales en términos de Castoriadis para quien éstos son construidos socialmente y conforman una unidad, y esta unidad es “la unidad y la cohesión interna de la urdimbre inmensamente compleja de significaciones que empapan, orientan y dirigen toda la vida de la sociedad considerada y a los individuos concretos que corporalmente la constituyen.” (1988: 68) Esta urdimbre es lo que el autor llama ‘magma de las significaciones imaginarias sociales’ Otra aclaración es pertinente: mientras que Castoriadis construye su edificio teórico para explicar la relación constitutiva entre individuo y sociedad –pretendiendo superar la dicotomía subjetividad-objetividad– y entender cómo una sociedad no es inmutable, sino que a la vez que está instituida, también tiene capacidad instituyente; el planteo de Laclau y Mouffe es eminentemente político, por lo cual harán hincapié en las formas de adjudicación 2 No hablaré de clases sociales, sólo tomo de Voloshinov la idea de que el signo es la arena de lucha. Lucha que, entiendo, es manifiesta en el proceso de formación de estos antagonismos construidos en torno a la problemática de la inseguridad. 2 de significado, es decir que intentarían explicar cómo se construyen las fuerzas sociales capaces de fijar sentidos. El corpus con el que trabajaré incluye los diarios La Nación y Página 12 –varios ejemplares pero fundamentalmente los que construyen la primera y la tercera movilización, cartas de lectores de La Nación, La revista Gente Nº 2020 del 6 de abril de 2004 y foros virtuales (La Nación, Clarín y Terra). El motivo de este recorte es por un lado tener la posibilidad de reconstruir temporalmente el proceso, pudiendo dar cuenta de la progresiva delimitación entre lo que llamaré ‘los cruzados’ y ‘los infieles’3; y por otro, la elección se basa en que La Nación y Gente son los medios que más apoyo han dado a la cruzada encarada por Blumberg4, Página 12 representa el medio del cual se habría esperado cierta diferenciación, y finalmente las cartas de lectores y, más aún, los foros virtuales me permiten visualizar más claramente los imaginarios sociales a partir de los cuales se construyen unos a otros. Y por último, dado que mi hipótesis es que al comienzo de este proceso no había un otro reconocible, o más precisamente, un otro que se asumiera como tal, el acento del análisis estará puesto en las voces de ‘los cruzados’. Crónica de un antagonismo anunciado En las semanas previas a la primera movilización convocada por Blumberg, el problema que ocupaba el primer puesto en las reiteradas encuestas aparecidas en los distintos medios era el de la inseguridad. Todos los medios, desde Página 12 a La Nación, postulaban que la inseguridad era la mayor preocupación de los argentinos. Aún desde el Gobierno se reconocía esta problemática. Y las exigencias de solución provenían de voces dispersas pero se podían diferenciar entre las que relacionaban la problemática con la situación social y económica del país, y las que apuntaban más directamente a exigir soluciones inmediatas. 4 Recordemos que la editorial Atlántida, en ocasión de la tercera movilización, regalaba velas blancas. Y las editoriales de La Nación son elocuentes en este sentido, como iremos viendo. 3 Por supuesto que estas designaciones no son casuales: vale recordar que el movimiento se llama a sí mismo “Cruzada Axel: por la vida de nuestros hijos” y que, por otra parte, las movilizaciones se han caracterizado por la portación de simbólicas velas blancas en manos de los manifestantes. Creo, asimismo, que esta división planteada en términos de ‘cruzados’ e ‘infieles’, amerita otro análisis que no haré aquí. 3 En toda esta etapa previa no hubo una voz que se constituyera en agente social respecto de este tema. Es decir, no se reconocen fácilmente por la dispersión que mencioné y por el consenso que había respecto a la “sensación térmica”5 de la problemática. Resulta pertinente agregar que noha habido estadísticas claras sobre delitos, sino que en todo este tiempo la información al respecto se expresa con los términos “suba” y “baja”, “aumento” o “disminución” entre otros similares. La única estadística a la que accedí, cuya fuente es la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, señala que en cantidad de delitos durante el año 2003, la provincia de Buenos Aires ocupa el primer lugar con 328.027, y Capital Federal es la segunda con 192.458. Sin embargo, traducidos a tasa de delitos, es decir cantidad de delitos por cantidad de habitantes, Capital Federal seguiría ocupando el segundo lugar (6933), pero Buenos Aires pasaría al puesto número 23º (2372); siendo la provincia de Neuquén la que encabezaría la lista con una tasa de 7019. De cualquier modo no hay datos que expresen la tasa de delitos del conurbano bonaerense, que es la zona más denunciada por esta “sensación térmica”. El 1º de abril según los datos recogidos en los medios gráficos y on line, asisten a la Plaza del Congreso aproximadamente 150.000 mil personas convocadas por Juan Carlos Blumberg, padre del joven Axel, secuestrado y asesinado una semana antes. La repercusión que este hecho tiene en la prensa varía en intensidad pero no se levantan voces opositoras. No aparece ningún testimonio explicitando su oposición o siquiera problematizando este fenómeno. Las expresiones que se podrían encolumnar en lo que después probablemente configure el grupo de ‘los infieles’ son las que al mismo tiempo de reconocer el valor de semejante convocatoria y la situación de emergencia que en tema de seguridad se siente, aluden a los desaparecidos de la dictadura militar como antecedente de los secuestros y asesinatos, o a la inmovilización del pueblo durante décadas como consecuencia de los años de Terror.6 6 En el Clarín del 2-4-04 en una nota titulada Cómo lo vieron el arte, la cultura y el deporte, Silvia Bleichmar (psicoanalista), Andrés Rivera (escritor) y Adriana Varela (cantante), son las voces que aluden al miedo en continuidad desde la dictadura, expresan su esperanza de que las personas vuelvan a salir a las calles y entienden el discurso de Blumberg como democrático. 5 “-¿La Argentina es hoy más insegura que hace seis meses? -No tenemos un monitoreo serio respecto de la situación criminal en la Argentina. Toda afirmación que se haga surge de una sensación térmica. -Pero la sensación térmica existe. -Claro que existe.” Reportaje de Martín Granovsky a Raúl Zaffaroni, 29-8-04 4 Sin embargo, sí empieza a construirse un discurso antagónico, muy débilmente al principio, referido específicamente a las medidas solicitadas por el referente de la cruzada Axel en el petitorio que comienza a ser firmado masivamente. Lo que tienen en común estas primeras manifestaciones opositoras es su expresión sobre “compartir el dolor”. Es decir, todas las encontradas en este primer momento, comienzan aclarando que “comparten el dolor por la muerte de un hijo”. Y el soporte que preferentemente se elige para manifestar estas diferencias es el de la cadena de correo electrónico7. A las tres semanas se convoca por la misma causa a otra manifestación a la que acuden no más de 65.000 personas.8 Finalmente, el 27 de agosto se realiza la tercera marcha de estas características. Y frente a esta tercera masiva aparición, sí tomarán publicidad las voces opositoras, conformándose a partir de aquí un agente social claramente identificable como antagónico a lo que hemos llamado ‘los cruzados’; esto es, ‘los infieles’. En esta ocasión, Juan Carlos Blumberg en su discurso, expresará que “los derechos humanos son para los delincuentes, no para los ciudadanos”. Mi hipótesis es que por un lado, las condiciones de producción de este sintagma tal como fue expresado por Blumberg en esa movilización, se pueden rastrear en las voces que acompañaron la primera convocatoria. Y que estas mismas voces articulaban este acontecimiento por la seguridad con lo que una semana antes se había producido en materia de Derechos Humanos: el acto realizado en la ESMA y cuyo espacio se destinará a la construcción de museo de la memoria9. 9 En La Nación del 4-4-04, Mora y Araujo, sociólogo entrevistado, dice en referencia a la posible desestabilización de Kirchner por la masiva movilización de tres días antes: “...mi impresión es que se está llegando a un límite, que el Presidente se ha pasado de la raya a partir del acto en la ESMA, y que se está politizando innecesariamente lo que podría ser una simple reivindicación simbólica de un sector de la sociedad. (...) tampoco son muy populares algunas organizaciones de derechos humanos, como las Madres de Plaza de Mayo. Y ante la pregunta del periodista sobre un posible malestar de los militares agrega: aunque uno pueda coincidir en que algo de justicia simbólica está bien, no quiere decir que vaya a acompañar al 8 Las cifras corresponden en todos los casos al diario La Nación; vale destacar que las cifras varían según las fuentes, siendo las más elevadas las de los organizadores, y casi en la misma magnitud la de este diario. 7 Entiendo que como culminación de estas manifestaciones anónimas aparece una “carta abierta al Sr. Blumberg donde se plantean 13 puntos y que comienza diciendo: “Los abajo firmantes, ciudadanas y ciudadanos decentes, honestos, trabajadores y trabajadoras, nos dirigimos a Ud. con respeto y le decimos: 1) Que compartimos su dolor” y otro punto dice: “Que por ello es indispensable que su reclamo exija siempre el respeto por las garantías constitucionales, los Derechos Humanos y los Tratados Internacionales que la Argentina se comprometió a cumplir”. Es importante atender al encabezamiento de la carta porque la construcción de ciudadanos decentes, trabajadores, etc. es la misma que ‘los cruzados’ hacen de sí mismos. 5 Pero por otra parte, también intentaré pensar por qué tardó tanto en constituirse el antagonismo y en qué medida fue “gracias” a las declaraciones públicas de Blumberg sobre los derechos humanos que se puede detectar hoy una cadena de equivalencias que conformen otro sistema. Es decir, si compartimos con Laclau que las identidades son negociables, relacionales, en permanente construcción, y que es por la diferencia que ellas son posibles; el caso de estas dos formaciones discursivas es ejemplar: intentaremos rastrear en entrevistas, cartas de lectores y foros cómo el sistema de “los cruzados” fue definiendo sus límites desde el comienzo. Y con la consecuencia lógica de constituir otro grupo en el límite: ‘los infieles’. Entonces, retomando lo que adelanté en la introducción, por un lado se intentará recrear las cadenas significantes que uno y otro grupo sostiene y con la que se define. Pero al mismo tiempo intentaremos dar cuenta del proceso mismo de conformación de estas cadenas. De este modo podremos intentar identificar cuál es el significante donde actualmente se asienta fundamentalmente la lucha. Y con el análisis en general intentaremos demostrar cómo, en términos de Castoriadis, la significación está dispuesta a la apertura, pero cómo, además, esta posibilidad de nuevos significados puede enlazarse con las posiciones discursivas que asumen los sujetos (en sentido de Pecheux), es decir cómo las operaciones ideológicas juegan a favor de la reproducción de un estado de cosas, o dicho de otro modo, cómo una formación discursiva tiene como condición de producción a otros discursos que pueden no estar en vigencia. Quiénes son ‘los cruzados’ El principal desafío teórico de Laclau y Mouffe es romper con todo tipo de esencialismo, y esta meta es la que va a guiar permanentemente sus planteos en Hegemonía y estrategia socialista. De este modo van a sostener que ‘la sociedad no existe’, sintagma que pretende dar cuenta de la imposibilidad de la fijación permanente de un significado. Y con ello argumentarán que las identidades son relacionales y móviles, y que únicamente pueden constituirse como tales a partir de las lógicasde diferencia y equivalencia. Es decir que un sistema está formado necesariamente por elementos diferentes que se articularán en Gobierno en el modo conflictivo de plantear las cosas. Es cierto que muchos oficiales no son ángeles, pero tampoco es cuestión de seguir enfrentando eternamente a la sociedad con las Fuerzas Armadas.” Este tipo de relaciones temáticas aparecen en casi todas los artículos de La Nación de estos días. 6 momentos, pero que siempre quedará una imposibilidad, un elemento que excede a la equivalencia, lógica que hace posible la articulación. Al mismo tiempo para que esta lógica de la equivalencia sea posible es necesaria a su vez una diferencia que delimite al sistema, y entonces todo lo que queda afuera de ese límite se constituirá como lo otro antagónico. Por lo tanto el subtítulo de este apartado no alude a lo que esencialmente pudiera caracterizar a ‘los cruzados’ –ya que esto sería lógicamente imposible– sino que se refiere a cómo en el campo de la discursividad ‘los cruzados’ se constituyen. Para ello analizaré fundamentalmente la revista Gente del 6 de abril de 2004, cuya editorial y notas principales presentan a Blumberg y otros ‘cruzados’. Y sumaré extractos del diario La Nación y mensajes de diferentes foros virtuales. El título de la editorial es “Nada menos que todo un hombre”, y comienza diciendo que hasta el 29 de marzo, Juan Carlos Blumberg, era “sólo un ciudadano más”, pero que después del asesinato de su hijo, “tomó un compromiso de padre y de ciudadano: agotar hasta su última gota de sangre en pos de la justicia...” Por su parte, Blumberg, cuando le preguntan cómo fue su vida, contesta: “Empecé a trabajar a los seis años” o más adelante, “soy muy autoexigente” o “soy perfeccionista en el buen sentido de la palabra”. En otra parte especifica: “Siempre trabajé dieciséis horas por día, y no me enfermé. Al contrario: me enriquecí espiritualmente” También dice: “soy un tipo simple, pero sé lo que tengo que hacer”. En cuanto a su ideología, pregunta que le hace de ese modo el periodista, Blumberg dice: “Digo que soy de centro, pero en realidad lo único que soy es un hombre de trabajo”. (Además, cuando le preguntan qué opina sobre el Poder Judicial, responde: (...) el sistema colapsó. Sin embargo, el Poder Judicial sigue trabajando de siete y media de la mañana a una y media de la tarde, con un mes de feria y quince días de vacaciones de invierno. Señores: ¿están de fiesta?”) Otra referente –la mamá de Diego Peralta, 17 años, secuestrado y asesinado– dice: “Nada ni nadie tienen el derecho a quitarnos a nuestros chicos, chicos que estudian, que son sanos, que sueñan con trabajar, formar una familia, ser alguien en la vida”. Y más adelante: “que les quede bien claro: los argentinos honestos, honrados y trabajadores estamos en contra de la muerte” Y finalmente, en la misma revista, la novia de Axel, de 18 años habla sobre cómo era él: “Amaba hacer cosas. No le alcanzaban las horas... Estudiaba muchísimo, hacía 7 deportes (...) era incansable”. Y frente a la pregunta del periodista sobre si le gustaba la música dice: “Sí. En especial Bon Jovi y los Guns n’ Roses. También fuimos a ver a los Rollings Stones y a Metallica. Pero con la cumbia nada que ver...” Por otra parte, en el suplemento Enfoques de La Nación del 4 de abril, se lo describe así: “el señor Blumberg, un hombre dotado en inusuales proporciones de temple, dignidad y sentido común y no alguien nostálgico del 2001 ni admirador de la autodefensa u otras desviaciones temerarias en boga”. Además, cuando en los mismos medios se expresan sobre la movilización, aparecen constantemente alusiones a la desideologización, a la espontaneidad de la convocatoria, a la ausencia de banderas políticas: “esto no es política. Esto no es ni izquierda ni derecha. Estamos más cerca de la Madre Teresa de Calcuta que de cualquier político”10; “fue la voz de todos, y sin proponérselo, hizo de la muerte de su hijo...”, “...frente a una muchedumbre inédita en estos días, silenciosa, ordenada, pacífica y sin otra señal de protesta que la luz de sus velas, habló con palabras sensatas, con sentido común...”, “150 mil argentinos se sumaron solidaria y espontáneamente”11. O “la movilización espontánea más importante desde la vuelta de la democracia, también la más pacífica de cuantas se gestaron en climas de hastío”12. Finalmente quiero agregar algunos mensajes extraídos de foros virtuales que quizá por su anonimato definen más manifiestamente los límites entre el sistema de ‘los cruzados’ y el de ‘los infieles’. En referencia al Sr. Blumberg, dice uno: “Tiene tanto sentido común, se lo ve tan honesto, serio, consciente, gente de bien, buen ciudadano que se preocupa por todos nosotros... Por eso lo seguimos y lo seguiremos. Iremos a todas y a cada una de las marchas que convoque. Blumberg es la luz al final del túnel.” Otro apunta: “Todos los argentinos tendríamos que apoyar a Blumberg, todos podemos ser Axel. UNAMONOS, dejemos de ser habitantes y seamos ciudadanos. (...) Señores, Blumberg no es ni ex-montonero, ni ideólogo ni activista revolucionario de los 70, mucho menos un político, es un ciudadano y nosotros los ciudadanos como Blumberg nos 12 La Nación, 4 de abril de 2004 11 Revista Gente. 6 de abril de 2004. 10 Steffi, la novia de Axel, en Revista Gente 8 estamos dando cuenta que tenemos más poder que cualquier movimiento político cuando decimos basta...” Y uno más: ...pareciera que "todos" los mal vivientes, llámense ex presidentes, mafiosos políticos, militares, policías, gente de mal vivir y piqueteros están protegidos "por los derechos humanos". Los abandonados somos el Pueblo. Hasta cuándo vamos a tener que presenciar y aguantar secuestros, muertes, mientras la clase política y los gobernantes siguen mirando a otra parte, y les dejan hacer a su gusto a los muertos de hambre de los piqueteros (que parece que eso no los detiene para hacer una picada, bailar cumbia villera, tomar mate, ensuciar y dejar las calles con su propio reflejo!” Hasta aquí entonces, y en base a un corpus mucho más amplio del que expuse, las cadenas significantes que diferenciarían a ‘los cruzados’ de ‘los infieles’ serían del siguiente modo: Cruzados: víctimas de la inseguridad/ trabajadores/ ciudadanos/ unidos/ luchadores por la vida y por el futuro/ estudiantes/ honestos/ con sentido común/ dignos/ espontáneos/ sin ideología/ Infieles: derechos humanos/ delincuentes/ ideologizados/ políticos/ policía/ piqueteros/ amantes de la cumbia villera/ nostálgicos de los ’70 y del 2001/ vagos/ izquierdistas/ montoneros Además de definir dos sistemas antagónicos, estas cadenas significantes expresan de modo esquemático los imaginarios sociales que orientan las representaciones de una sociedad. Castoriadis llama magma de significaciones imaginarias sociales a significaciones [que] no corresponden a elementos 'racionales' o 'reales' (...), sino que están dadas por creación, y [que] sólo existen estando instituidas y siendo objeto de participación de un ente colectivo impersonal y anónimo" (Castoriadis, 1988: 68) En otros términos, plantea las posibilidades instituyentes e instituidas que tienen las significaciones. En este caso vemos como una nueva significación el encadenamiento piquetero/montonero, pero al mismo tiempo la significación que ordena a esta sociedad sigue siendo la que se construyó sobre lo acontecido en los ’70: el binomio politizado/no politizado. “Los derechos humanos son para los delincuentes” 9 Como ya he dicho, el 27 de agosto de este año, se lleva a cabo la tercera movilización en contra de la inseguridad, y es en este momento cuando Blumberg en su discruso dice: “los derechos humanos son para los delincuentes, y no para los ciudadanos”. Afirmación que además de funcionar como creencia que me permitió delimitar quiénes serían los ciudadanos y quiénes los delincuentes, me posibilita también encontrar la operación ideológica por la cual ladisconformidad de un sector por el apoyo que el Gobierno explicitó a los Organismos de Derechos Humanos que agrupan a los familiares de desaparecidos durante la última dictadura militar, el 24 de marzo pasado, es planteada en términos de la problemática social más importante de este momento, que es –por sensación térmica– la inseguridad. Como he adelantado, en las editoriales respecto de la primera movilización, de La Nación por ejemplo, aparecen sutiles referencias a las luchas que llevan a cabo las organizaciones como Abuelas, Madres y otras. Por ejemplo: “la reacción popular del jueves no toma al gobierno de Néstor Kirchner en su mejor momento sino en la desembocadura de un mes distinto, durante el cual, si bien no se quebró el idilio con las mayorías que le brindan soporte, se inauguraron frentes de conflicto más o menos corrosivos (desde la aparición de la crisis energética hasta el desmadre del congreso justicialista, pasando por las susceptibilidades lastimadas en el arco político el día de los actos en el Colegio Militar y en la ESMA), cuya reparación total no está a la vista. De todos modos Zuleta Puceiro señala que, en cuanto a los sucesos de marzo, "el acto en la ESMA fue visto en general como inoportuno, se percibió que ante la crisis energética el Gobierno no estaba a la altura de las circunstancias y en materia de seguridad fue sorprendido por la reacción popular". (Enfoques, 4-4-04) O en la editorial del mismo diario, titulada “Una marcha con muchos significados” dice: “vivir por fin en forma pacífica, para volver a ejercer plenamente todos nuestros derechos y no seguir concentrando los esfuerzos en el pasado que nos dividió”. En la editorial de la revista Gente: “Su bandera fue Axel, pero no mirando hacia atrás: exigiendo un país más justo y más seguro para todos los Axel...” Sostengo que estas alusiones que aparecen en medios de gran tirada, ya adelantaban el sintagma “los derechos humanos son para los delincuentes”. Y que concluyeron en las formas más explícitas que se manifestaron en ocasión de los dichos de Blumberg, tales 10 como: “Me pregunto: ¿se podrá poner la misma energía y pasión en evitar las muertes del presente que la que se utiliza en recordar las muertes del pasado?", “La prevención es tarea infinitamente más útil y digna que refugiarse en el aciago pasado."; "La multitudinaria concurrencia a la marcha en apoyo a la familia Blumberg demuestra que la sociedad está parada justamente de la otra vereda que la señora de Bonafini. Más importante que la venganza por lo ocurrido 30 años atrás es el hoy: proteger, mediante la paz y civilizadamente nuestra vida y la de nuestros hijos para que la gente pueda transitar en libertad”; “El idealismo que exaltan ciertas agrupaciones de izquierda es un amor a la guerra. No sirve perder vidas por una causa sino participar en causas que exalten la vida. Eso es lo que pide la sociedad”13 Estas alusiones claras a la época de la Dictadura entiendo que dan cuenta de cómo el discurso que construye a la última dictadura forman parte de las condiciones de producción de las formas que está adquiriendo este nuevo discurso por la seguridad. Conclusiones apresuradas Lo que no he podido exponer pero a lo que aludiré, son las voces que han surgido en respuesta a los dichos de Blumberg. Es decir, principalmente los organismos de derechos humanos, pero también Kirchner, Zaffaroni, y otros que se han visto interpelados por la expresión que me ha guiado en este análisis. Todas ellas tienen en común el uso de significantes como democracia, ciudadanía, y también seguridad y justicia. Por lo tanto se podría sostener que lo que se evidencia en el rastreo de las cadenas significantes de ambos grupos es la lucha que se está llevando por fijar el sentido a estos significantes enumerados que, a decir verdad, desde hace años, están vaciados. Lo que por otra parte, parece manifiesto, es que el punto nodal que más ha servido en este último tiempo, como colchón de estos significantes, es el movimiento encarnado en Blumberg: ha sido más importante la fuerza social que intenta fijar estos significantes a los hechos de secuestro y asesinato en este año, que la que intenta establecer como punto nodal a las desapariciones de la última dictadura militar. 13 cartas de lectores de La Nación, 28-8-04 11 Bibliografía ● CASTORIADIS, C.: “Lo imaginario, la creación histórico-social” en Los dominios del hombre, Gedisa, 1988 ● CASTORIADIS, C.: Capítulos 5, 6 y 7 en La institución imaginaria de la sociedad, Vol. II, Tusquest, 1989 ● CASTORIADIS, C.: “Psique y sociedad”, cap. 1, en Hecho y por hacer, Eudeba, Buenos Aires, 1998 ● LACLAU, E. y MOUFFE, C.: capítulo 3 en Hegemonía y estrategia socialista, Siglo XXI, 1987 ● LACLAU, E y MOUFFE, C.: “Prefacio a la segunda edición” en Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia, FCE, Buenos Aires, 2004 ● LACLAU, E.: “¿Por qué los significantes vacíos son importantes para la política?”, en Emancipación y diferencia, Ariel, Barcelona, 1995 ● PECHEUX, M.: “Orientaciones conceptuales para una teoría del discurso” y “Formación social, lengua, discurso” en Hacia un análisis automático del discurso, Gredos, 1978 ● VOLOSHINOV, V.: El signo ideológico y la filosofía del lenguaje, Nueva Visión, Buenos Aires, 1976 ● ZIZEK, S.: “Che vuoi?” y “Cómo inventó Marx el síntoma” en El sublime objeto de la ideología, Siglo XXI, México, 1992 ● ZIZEK, S.: “Más allá del análisis del discurso” en LACLAU, E.: Nuevas reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo, Nueva Visión, Buenos Aires, 1993 12
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