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GINECOLOGIA (446)

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425Endocrinología de la reproducción 
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lares a las células testiculares de Leydig y cuando sufren cambios 
hiperplásicos o neoplásicos provocan virilización por exceso en la 
secreción de testosterona. La función normal de estas células se 
desconoce, pero su relación tan estrecha con los vasos sanguíneos y 
las neuronas sugiere que envían señales generalizadas hacia el resto 
del ovario (Upadhyay, 1982).
 ■ Producción de hormonas ováricas
Esteroidogénesis ovárica
Los ovarios funcionales normales sintetizan y secretan esteroides 
sexuales (estrógenos, andrógenos y progesterona) en un patrón 
muy preciso que depende en parte de las gonadotropinas hipofi sa-
rias, FSH y LH. Los productos de secreción más importantes de la 
biosíntesis de los esteroides ováricos son la progesterona y el estra-
diol. Sin embargo, los ovarios también secretan estrona, andros-
tenediona, testosterona y 17α-hidroxiprogesterona. Los esteroides 
sexuales tienen una función muy importante en el ciclo menstrual, 
puesto que preparan al útero para la implantación del óvulo ferti-
lizado. Si ésta no ocurre, la esteroidogénesis ovárica desciende, el 
endometrio se degenera y sobreviene la menstruación.
Teoría de las dos células de la esteroidogénesis ová-
rica. La biosíntesis de estrógenos ováricos requiere de la acción 
conjunta de dos gonadotropinas (LH y FSH) sobre dos tipos celu-
lares (células de la teca y de la granulosa). Este concepto, propuesto 
por primera vez por Falck en 1959, se conoce como la teoría de 
las dos células de la esteroidogénesis ovárica (fig. 15-22) (Peters, 
1980). Hasta el fi nal de la fase antral de la maduración folicular, la 
expresión de los receptores de LH se limita al compartimiento de 
la teca y la de los receptores de FSH a las células de la granulosa.
Las células de la teca expresan todos los genes necesarios para 
producir androstenediona. Esto requiere de concentraciones ele-
vadas de la expresión del gen CYP17, cuyo producto enzimático 
cataliza la 17-hidroxilación, que es el paso que limita la conversión 
de progesterona en andrógenos (Sasano, 1989). Esta enzima no 
existe en las células de la granulosa, por lo que son incapaces de 
producir el precursor requerido para elaborar estrógenos. Por lo 
tanto, las células de la granulosa dependen de las de la teca como 
principal fuente de precursores estrogénicos.
En respuesta al estímulo de la LH, las células de la teca sin-
tetizan andrógenos, androstenediona y testosterona. Estos andró-
genos son secretados hacia el líquido extracelular y se difunden 
a través de la membrana basal hasta las células de la granulosa, 
proporcionando precursores para la producción de estrógenos. A 
diferencia de las células de la teca, las de la granulosa expresan una 
gran actividad de la aromatasa en respuesta al estímulo de la FSH. 
Por lo tanto, estas células convierten andrógenos en estrógenos, 
en particular en estradiol, una molécula potente. En resumen, la 
esteroidogénesis ovárica depende de los efectos de la LH y la FSH 
sobre las células de la teca y de la granulosa, en dicho orden.
Esteroidogénesis durante la vida
Infancia. Los ovarios humanos pueden producir estrógenos desde 
la octava semana de gestación, pero en cualquier momento del 
desarrollo fetal se sintetiza una cantidad muy pequeña de esteroides 
(Miller, 1988).
Las concentraciones circulantes de gonadotropinas, LH y FSH, 
varían de forma considerable en las diversas etapas de la vida de 
una mujer. Durante el segundo trimestre del desarrollo fetal, las 
distinguir a los ovarios de los testículos por medio de criterios his-
tológicos hasta la décima o undécima semana de vida fetal.
Una vez que las células primordiales llegan a las gónadas, su 
multiplicación se mantiene a través de una serie de divisiones 
mitóticas sucesivas. Empezando las 12 semanas de gestación, un 
subgrupo de ovogonias entra en meiosis para convertirse en ovo-
citos primarios (Baker, 1967). Éstos se encuentran rodeados de 
una capa simple de células aplanadas de la granulosa, creando un 
folículo primordial o primario.
Pérdida de ovocitos por envejecimiento
Las ovogonias forman ovocitos primarios o sufren atresia. Hasta 
donde se sabe sobre la función ovárica, no es posible generar ovo-
citos adicionales después del nacimiento. Este fenómeno difi ere de 
la situación masculina, donde el esperma se produce de manera 
continua durante la vida adulta. Estudios recientes han sugerido 
que las células madre ováricas pueden generar ovocitos maduros, 
sin embargo, este campo de investigación en la actualidad es muy 
controversial (Notarianni, 2011).
El número máximo de ovogonias se alcanza en la semana 20 de 
gestación, cuando el ovario contiene entre seis y siete millones de 
ovogonias (Baker, 1963). Al nacimiento existen entre uno y dos 
millones de ovogonias. Menos de 400 000 al inicio de la puber-
tad, de los cuales menos de 500 están destinados a ovular (Peters, 
1978). Por lo tanto, la mayor parte de las células germinativas 
femeninas se pierde por atresia (Hsueh, 1996).
Existe evidencia de que la atresia folicular no es un proceso 
pasivo de necrosis, sino un fenómeno activo y regulado en primera 
instancia por hormonas, denominado apoptosis. Ésta inicia dentro 
del útero y continúa durante toda la edad fértil.
División meiótica durante la maduración 
de los ovocitos
Como ya se mencionó, las ovogonias primarias entran en meiosis 
dentro del útero para convertirse en ovocitos primarios. La madu-
ración de los ovocitos se detiene en profase I. La división meiótica 
se reanuda durante la ovulación en respuesta al pico de LH. De 
nuevo, el proceso se detiene. Se cree que la meiosis antes de la 
ovulación es consecuencia de la producción de un inhibidor de 
la maduración de los ovocitos (OMI, oocyte maturation inhibitor) 
en las células de la granulosa (Tsafriri, 1982). La meiosis concluye 
cuando ocurre la fertilización (fig. 15-21).
La primera división meiótica dentro del ovocito provoca la for-
mación de un cuerpo polar, el cual contiene material cromosómi-
co pero muy poco citoplasma. Una vez que concluye la meiosis 
después de la fertilización, se expulsa un segundo cuerpo polar. 
El núcleo materno, denominado pronúcleo, se fusiona con el pro-
núcleo paterno para generar un embrión con un cariotipo 46,XX 
o 46,XY.
Células del estroma
El estroma ovárico contiene células intersticiales, de tejido conjun-
tivo y contráctiles. Las de tejido conjuntivo proporcionan soporte 
estructural a los ovarios. Las células intersticiales que rodean al 
folículo en vías de maduración se convierten en células de la teca. 
Bajo la estimulación de las gonadotropinas, estas células crecen y 
forman depósitos de lípidos, característicos de las células que pro-
ducen esteroides (Saxena, 1972).
El hilio ovárico contiene otro grupo de células intersticiales, 
que se conocen como células hiliares. Estas células son muy simi-
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