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Biologia de los microorganismos (1587)

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936 L A S E N F E R M E D A D E S I N F E C C I O S A S Y S U T R A N S M I S I Ó N
todavía es responsable de casi 1,5 millones de muertes al año. 
Aproximadamente un tercio de la población mundial ha estado 
infectada por M. tuberculosis, aunque la mayoría de los indivi-
duos no han desarrollado la enfermedad porque la inmunidad 
celular ( Secciones 24.3, 24.8 y 25.1) desempeña un papel 
decisivo en la prevención de esta enfermedad tras la infección.
La tuberculosis puede presentar múltiples formas: puede 
ser una infección primaria (inicial) o una infección posprima-
ria (reinfección). La infección primaria suele ser el resultado de 
inhalar pequeñas gotas que contienen M. tuberculosis, tras lo 
cual, las bacterias se depositan y crecen en el pulmón. El hos-
pedador organiza una respuesta inmune frente a M. tuberculo-
sis, cuyo resultado es la formación de agregados de macrófagos 
activados, denominados tubérculos. Las bacterias se encuen-
tran en los esputos de individuos con la enfermedad activa, y 
las zonas de tejido destruido se pueden apreciar en radiograf ías 
torácicas (Figura 29.16). Las micobacterias sobreviven y se mul-
tiplican dentro de los macrófagos de los tubérculos, formando 
granulomas, y si la enfermedad no se controla, puede ocasionar 
una destrucción masiva del tejido pulmonar. Si la enfermedad 
alcanza este estado, la infección suele ser fatal.
Sin embargo, en la mayoría de individuos infectados por M. 
tuberculosis, no se evidencia una infección aguda, sino que esta 
suele ser asintomática. No obstante, la infección hipersensi-
biliza al individuo frente a M. tuberculosis o sus productos y, 
generalmente, lo protege frente a infecciones posprimarias. 
Una prueba diagnóstica cutánea, llamada prueba de la tuber-
culina, puede detectar esta hipersensibilidad ( Figura 24.6), 
y muchos adultos sanos son tuberculina positivos, como conse-
cuencia de infecciones previas o actuales asintomáticas. En la 
mayoría de casos, la respuesta inmune celular frente a M. tuber-
culosis sirve de protección para toda la vida. No obstante, algu-
nos pacientes tuberculina positivos desarrollan tuberculosis 
posprimaria debido a la reinfección por bacterias que han per-
manecido latentes en los macrófagos del pulmón durante años. 
Por ese motivo, los individuos que dan positivo en la prueba de 
la tuberculina se suelen tratar con fármacos contra la tubercu-
losis durante períodos largos de tiempo, para asegurar la muerte 
de todas las micobacterias.
poblaciones se vuelven vulnerables y son expuestas al patógeno. 
La laxitud de los protocolos de vacunación, unida al hecho de 
que la tosferina es una enfermedad mucho más común que la 
difteria, ha provocado un aumento generalizado de la inciden-
cia de la tosferina en los últimos años.
La tosferina se puede tratar con ampicilina, tetraciclina o eri-
tromicina, aunque los antibióticos solos no parecen conseguir 
una cura completa ya que los pacientes siguen mostrando sín-
tomas y siendo infectivos hasta 2 semanas después de haber 
comenzado el tratamiento antibiótico. Esto indica que la res-
puesta inmune puede ser tan importante como los antibióticos 
a la hora de eliminar el patógeno del organismo.
MINIRREVISIÓN
 Compare los síntomas de la difteria y los de la tosferina.
 ¿Qué medidas pueden tomarse para reducir la incidencia 
actual de tosferina en una población?
29.4 Tuberculosis y lepra
En 1882, el famoso microbiólogo pionero Robert Koch, fun-
dador de la microbiología médica, aisló y describió el agente 
causal de la tuberculosis, Mycobacterium tuberculosis ( Sec-
ción 1.8). Una especie relacionada, Mycobacterium leprae, es la 
causante de la lepra (enfermedad de Hansen). Las micobacte-
rias son bacterias grampositivas, y comparten la propiedad de 
ser ácido-alcohol resistentes debido al constituyente ceroso de 
ácido micólico en sus paredes celulares ( Sección 15.11). Los 
ácidos micólicos permiten a estos organismos retener el colo-
rante rojo fucsina fenicada después de lavar un frotis de mico-
bacterias con ácido clorhídrico al 3 % en alcohol. Las colonias 
de M. tuberculosis crecen lentamente en placas de cultivo, y pre-
sentan una morfología arrugada característica (Figura 29.15).
Tuberculosis
La tuberculosis (TB) se transmite fácilmente por vía respirato-
ria, y en otros tiempos llegó a ser la enfermedad infecciosa más 
importante en el ser humano. En todo el mundo, la tuberculosis 
Figura 29.15 Micobacterias. (a) Biopsia de un nódulo linfático de procedente de un paciente con VIH/SIDA teñida con la técnica para la resistencia ácido-
alcohol que muestra células de Mycobacterium avium, una micobacteria relacionada con M. Tuberculosis. Dentro de cada célula humana se observan múltiples 
bacilos teñidos de rojo con fucsina fenicada y tratados con ácido clorhídrico al 3 %. Cada bacilo mide alrededor de 0,4 μm de diámetro y hasta 4 μm de largo. 
(b) Colonias de Mycobacterium tuberculosis. La superficie arrugada es típica de las colonias de micobacterias.
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