Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
HISTORIA La enfermedad similar a la clamidia que afecta los ojos de las personas se escribió por primera vez en antiguos manuscritos chinos y egipcios hace miles de años. Halberstaedrrter y von Prowazek proporcionaron una descripción moderna de organismos similares a la clamidia en 1907. Chlamydia trachomatis fue cultivada por primera vez por Tang Fei-fan, aunque todavía no se reconocían como bacterias. Chlamydia es un taxón genérico que fue acuñado en 1945 por Jones et al., El término clamidia (una capa) apareció en la literatura en 1945, aunque se siguieron utilizando otros nombres, incluidos Bedsonia, Miyagawanella, ornithosis. Desde 1971 hasta 1999 se aceptaban cuatro especies dentro del género Chlamydia (según la clasificación de Stolz y Page): 1) Chlamydia trachomatis (Busacca 1935) Rake, 1957, cepa tipo: ATCC VR-571. 2) Chlamydia pneumoniae; 3) Chlamydia pecorum; 4) Chlamydia psittaci (Lillie 1930) Page, 1968, cepa tipo: ATCC VR-125. En abril de 1999, tras la presentación y propuesta de Everett, Bush y Andersen para una nueva clasificación de Chlamydiaceae, cinco especies nuevas fueron validadas, mientras que C. pneumoniae, C. pecorum y C. psittaci fueron trasladadas a un nuevo género: Chlamydophila. Nota: Chlamydophila fue un género que agrupaba algunas especies que pertenecen a Chlamydia. Actualmente se considera como un sinónimo. Sin embargo En 2015, un artículo de Sachse et al. consideró fusionar de nuevo los géneros Chlamydia y Chlamydophila debido a que las diferencias entre las especies no son lo suficientemente importantes como para separar los dos géneros. Incluso antes de la publicación de este artículo, El Manual de Bacteriología Sistemática de Bergey ya consideraba en su edición más reciente a esa fecha a Chlamydia como un único género que incluía a Chlamydophila, y continúa haciéndolo en su edición más reciente de 2015. AGENTE CAUSAL Y TAXONOMÍA De las tres especies que causan enfermedad en humanos, Chlamydia trachomatis es la más común como causa de infecciones genitales y conjuntivitis. Chlamydia pneumoniae y Chlamydia psittaci son patógenos respiratorios. El conocimiento de la biología y patogenia de estas bacterias se basa principalmente en el estudio de C. trachomatis. Integrantes: Eglee Durán Fabio Escobar Indira Espinoza Joslenys Fernández Patricia Fernández CARACTERÍSTICAS GENERALES - Son células redondas con diámetros entre 0.3 y 1 μm. - La envoltura que rodea a las células incluye una membrana externa trilaminar que contiene lipopolisacáridos y proteínas similares a las de las bacterias gramnegativas. - Son parásitos intracelulares obligatorios y no crecen fuera de una célula eucariota. - También tienen ribosomas y son capaces de utilizar las vías comunes de producción de energía de las otras bacterias. - Se presentan en forma de cuerpos elementales (CE) (EB – elementary body) y cuerpos reticulares (CR) (RB – reticulate body) Principales características diferenciales de bacterias del género Chlamydia que causan enfermedad en humanos CARACTERÍSTICA C. trachomatis C. psittaci C. pneumoniae Hospedador natural Humano Aves, lo que incluye pavos, patos, gansos y faisanes Humano Enfermedad que produce Conjuntivitis, infecciones del aparato genital, linfogranuloma venéreo, neumonía (lactantes) Neumonía, endocarditis Bronquitis, neumonía, aterosclerosis Cuerpos de inclusión que contienen glucógeno Sí No No Susceptibilidad a sulfonamidas Sí No No MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA Los cuerpos elementales son resistentes a muchos factores ambientales estresantes, como una espora. Su membrana externa es similar a la de las bacterias gramnegativas. Estas bacterias carecen de capa de peptidoglucanos rígida que existe en la mayor parte de las bacterias, y carecen de ácido N-acetilmurámico. Tienen un núcleo denso central que se rodea de una membrana citoplasmática y de una membrana externa de doble capa. La pared celular contiene lipopolisacáridos (LPS). Estos solamente tienen una actividad débil como endotoxina. La membrana externa de estas bacterias tienen una proteína, MOMP: proteína principal de la membrana externa. Es un componente importante de la membrana y es único en cada especie. También poseen otra proteína de membrana externa: OMP2, que está en todas las bacterias pertenecientes a la familia. Es una proteína rica en cisteína y es la que permite la formación de los enlaces disulfuro cruzados de los CE, que les dan estabilidad, y posteriormente se reorganizan para la formación del cuerpo reticulado. Los cuerpos elementales contienen ARN y ADN en cantidades iguales, pero los cuerpos reticulados contienen 4 veces más ARN que ADN. El ADN, generalmente, se encuentra en el núcleo electrodenso, mientras que la mayor parte del ARN se encuentra en los ribosomas. Tienen genoma circular similar al de los cromosomas bacterianos. PATOGENIA Ciclo de replicación 1) La unión de los cuerpos elementales a las células huésped se inicia mediante la formación de un puente trimolecular entre las adhesinas bacterianas, los receptores del huésped y los proteoglicanos de heparán sulfato (HSPG) del huésped. 2) El cuerpo elemental se somete a endocitosis en un compartimento unido a la membrana, conocido como inclusión, que se disocia rápidamente de la vía endolisosomal. 3) Comienza la síntesis de proteínas bacterianas, los cuerpos elementales se convierten en cuerpos reticulados y las proteínas de membrana de inclusión promueven la adquisición de nutrientes 4) Durante la mitad del ciclo, los cuerpos reticulares se replican exponencialmente. 5) Bajo condiciones de estrés, los cuerpos reticulados entran en un estado persistente y pasan a cuerpos aberrantes agrandados. 6) Los cuerpos elementales salen del huésped por lisis o extrusión. C. trachomatis C. pneumoniae C. psittaci El abanico de células que puede infectar C. trachomatis es limitado. Los receptores para cuerpos elementales (CE) se encuentran fundamentalmente en las células del epitelio cilíndrico no ciliado, cuboidal y de transición que se encuentran en las membranas mucosas de la uretra, el endocérvix, el endometrio, las trompas de Falopio, el ano y el recto, el aparato respiratorio y la conjuntiva. Las serovariantes de C. trachomatis que producen el linfogranuloma venéreo (LGV) se replican en los fagocitos mononucleares presentes en el sistema linfático. Para penetrar en el organismo humano, C. pneumoniae utiliza las células epiteliales columnares o de transición. Infecta las vías respiratorias y los monocitos; en un primer lugar, infecta las células de las vías respiratorias (altas y/o bajas) y posteriormente se disemina por la sangre gracias a los monocitos. Esto le permite la colonización a distancia de muchos lugares del organismo, tales como las arterias. Además de esto, la bacteria, cuando está infectando la célula hospedadora, tiene la capacidad de detener la apoptosis, lo que contribuye a la replicación y facilita una posible cronificación. Al igual que las otras clamidias, C. psittaci penetra a través de las células del aparato respiratorio. Desde allí se diseminan a las células reticuloendoteliales del hígado y del bazo, y una vez que llegan a estas localizaciones, los microorganismos se multiplican, produciendo necrosis focal. Los pulmones y otros órganos se ven afectados como consecuencia de la diseminación hematógena, que produce fundamentalmente una respuesta inflamatoria linfocitaria en los alvéolos y en los espacios intersticiales. En estas localizaciones aparece edema, engrosamiento de la pared alveolar, infiltración de macrófagos, necrosis y algunas veces hemorragia. EPIDEMIOLOGÍA C. trachomatis tiene una distribución universal. Se estima que 500 millones de personas están infectadas con el serotipo del tracoma a nivelmundial, y que como consecuencia de ello entre 7 y 9 millones de personas sufren ceguera. El tracoma es endémico en Oriente Medio, el norte de África e India, especialmente en las comunidades donde existe hacinamiento y malas condiciones sanitarias y la higiene individual es deficiente. Además, en estas áreas endémicas, los niños constituyen el principal reservorio de C. trachomatis. La incidencia es menor en los niños mayores y adolescentes, sin embargo, la incidencia de la ceguera continúa aumentando durante la edad adulta conforme progresa la enfermedad. El tracoma se transmite de un ojo a otro a través de gotitas, las manos o la ropa infectada, pero como se registra un alto porcentaje de niños portadores de C. trachomatis en sus aparatos respiratorios y gastrointestinales en estas áreas endémicas, esta bacteria también es capaz de transmitirse mediante gotas respiratorias o contaminación fecal. En el caso de la conjuntivitis de inclusión, la mayor parte de los casos se registran en individuos de edades comprendidas entre 18 y 30 años, y la infección genital precede probablemente a la afectación ocular. Se cree que las vías de transmisión son la autoinoculación y el contacto oral-genital. Con respecto a la conjuntivitis neonatal, afecta aproximadamente al 25% de los recién nacidos cuyas madres padecen infecciones genitales activas, y se desarrolla una neumonía neonatal subsecuente en el 10 a 20% de los niños expuestos a este patógeno. Por último, el LGV se presenta con frecuencia en adultos jóvenes sexualmente activos y tiene una prevalencia cada vez mayor en los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH) en algunos entornos. La prevalencia más alta de infecciones genitales por clamidias en el sexo femenino se da en el grupo etario de 15 a 19 años, seguido de otro grupo de edades entre los 20 a 24 años. Aproximadamente 70% de las mujeres y 50% de los hombres no muestran ningún síntoma de las infecciones genitales causadas por clamidias. La OMS estima que en el 2012 hubo 131 millones de nuevos casos de infección por clamidias en adultos y jóvenes de 15 a 49 años en todo el mundo, con alrededor de 128 millones de casos ya existentes. El número más alto de casos se registra en la Región de las Américas y en la Región del Pacífico Occidental de la OMS. ENFERMEDADES CLÍNICAS C. trachomatis 1) Infecciones oculares: a) Tracoma: Es una infección bacteriana que afecta los ojos. Se presenta como una conjuntivitis folicular o queratoconjuntivitis con inflamación difusa que afecta toda la conjuntiva. Los primeros síntomas de tracoma son lagrimeo, secreción mucopurulenta, hiperemia conjuntival e hipertrofia folicular. El examen microscópico de la córnea revela queratitis epitelial, infiltrados subepiteliales y extensión de los vasos del limbo hasta la córnea (paño corneal). A medida que el paño se extiende en sentido inferior a través de la córnea, se va produciendo cicatrización de la conjuntiva deformidades de los párpados, como el entropión (párpado retraído hacia adentro) y triquiasis, lo que produce excoriaciones en la córnea por el roce de las pestañas y esas excoriaciones pueden evolucionar a una ulceración. La ceguera vendría siendo una consecuencia de esta enfermedad producida a largo plazo por la cicatrización repetida de la córnea, por lo que la pérdida visual puede manifestarse hasta unos 15 a 20 años después del inicio de la infección. Sin embargo, es bastante común; es la principal causa de ceguera en algunos países subdesarrollados. Es producida por los serotipos: A, B, Ba y C. b) Conjuntivitis de inclusión en adultos: Es una conjuntivitis aguda folicular que se presenta en adultos sexualmente activos cuando las secreciones genitales de los adultos infectados son inoculadas por la misma persona en la conjuntiva. Esta se manifiesta con secreción mucopurulenta, queratitis, infiltrados corneales y, en algunos casos, se presenta cierto grado de vascularización corneal. Es producida por los serotipos que se asocian a las infecciones genitales: A, B, Ba, y también los serotipos D y K. c) Conjuntivitis y neumonía neonatal: Se presenta en los recién nacidos expuestos a C. trachomatis durante el parto. Después de una incubación de 5 a 12 días, los párpados del niño se hinchan, con hiperemia y abundantes secreciones que son acuosas en un principio y posteriormente se vuelven purulentas. Los niños que no se tratan o reciben únicamente un tratamiento tópico tienen riesgo de presentar una neumonía neonatal por C. trachomatis, cuyos signos y síntomas son: taquipnea intensa, tos paroxística y entrecortada característica, ausencia de fiebre y eosinofilia. En la radiografía se observa consolidación pulmonar e hiperinsuflación. 2) Infecciones genitales: En el aparato genital femenino, estas infecciones suelen ser asintomáticas en el 80% de los casos, pero en caso de ser sintomáticas puede presentarse bartolinitis, cervicitis, endometritis, perihepatitis, salpingitis y uretritis. En 5 a 30% de los casos de mujeres infectadas se observa la forma ascendente de la infección como salpingitis y enfermedad inflamatoria pélvica (PID, pelvic inflammatory disease), donde la cicatrización producida por infecciones crónicas o repetidas es una causa importante de esterilidad y embarazo ectópico. Síndrome de Reiter: Se cree que el síndrome de Reiter (uretritis, conjuntivitis, poliartritis y lesiones mucocutáneas) se inicia con la infección genital por C. trachomatis. Alrededor del 50% al 65% de los pacientes con síndrome de Reiter tienen una infección genital por clamidias al inicio de la artritis, y los estudios serológicos ponen de manifiesto que más del 80% de los hombres con síndrome de Reiter muestran indicios de una infección previa o concomitante por C. trachomatis. Linfogranuloma venéreo (LGV): Tras un período de incubación de 1 a 4 semanas, en los pacientes con LGV aparece una lesión inicial en el lugar de la infección, bien sea el pene, la uretra, el glande, el escroto, o en el caso de las mujeres puede ser la pared vaginal, el cuello, la vulva, etc. Esta lesión inicial es una pápula o úlcera, que generalmente por ser pequeña e indolora pasa inadvertida. La ausencia de dolor diferencia a estas úlceras de las que se observan en la sífilis o las infecciones por herpes simple. El paciente puede presentar fiebre, cefalea y mialgias mientras está presente la lesión. La segunda fase de la infección viene marcada por la inflamación y la tumefacción de los ganglios linfáticos que drenan el lugar de la infección inicial. Los ganglios inguinales suelen estar afectados, y se van convirtiendo en bubones dolorosos que van aumentando de tamaño hasta romperse y formar fístulas de drenaje. Las manifestaciones sistémicas son fiebre, escalofríos, anorexia, cefalea, meningismo, mialgias y artralgias. Es producido por los serotipos: L1, L2 o L3. C. pneumoniae Neumonía ambulatoria en adultos: Se calcula que 10% de los casos de neumonía y 5% de los casos de bronquitis son causados por este microorganismo. Se disemina por contacto de persona a persona, y la mayoría de estas infecciones se manifiestan como faringitis o laringitis para posteriormente complicarse a una bronquitis o neumonía (enfermedad de las vías respiratorias bajas). También hay tos frecuente y esta puede persistir por semanas. C. psittaci Psitacosis humana (ornitosis): Es una neumonía zoonótica (neumonía de las aves) contraída a través de la inhalación de secreciones respiratorias o polvo de evacuaciones de aves infectadas. Se observa principalmente como riesgo ocupacional de trabajadores de pollerías y en criadores de aves, y es muy poco común la transmisión de persona a persona. En humanos se presenta como una infección aguda de las vías respiratorias bajas, hay fiebre de inicio agudo, cefalea, malestar general, mialgias, tos seca y neumonía intersticial bilateral. PRUEBAS DIAGNÓSTICAS 1) Citología:Consiste en un examen de muestras celulares teñidas con Giemsa para determinar la presencia de inclusiones. Este fue el primer método que se usó para el diagnóstico de la infección por Chlamydia trachomatis. Sin embargo, este método no es altamente sensible. 2) Serología: La serología tiene un valor limitado en el diagnóstico porque los anticuerpos pueden persistir durante un tiempo prolongado, y por esta razón no se podría diferenciar entre una infección actual y una infección previa. Por tanto, la prueba es incapaz de diferenciar entre infecciones actuales y previas. La determinación de los anticuerpos de tipo IgM tampoco resulta de utilidad, ya que los adolescentes y los adultos no suelen producir estos anticuerpos. 3) Cultivo: Es el método más específico para diagnosticar este tipo de infecciones. Las bacterias infectan in vitro a un número restringido de líneas celulares, al igual que ocurre con el reducido abanico de células que logran infectar en condiciones in vivo. Se ha calculado que la sensibilidad de los hallazgos de una sola muestra endocervical pueden ser del 70% al 85%. 4) Detección antigénica: Se han utilizado dos enfoques generales: a) La tinción de inmunofluorescencia directa con anticuerpos monoclonales conjugados con fluoresceína, también conocida como anticuerpos fluorescentes directos (DFA, direct fluorescent antibody) b) Inmunoanálisis de absorción ligada a enzimas. En ambas pruebas se emplean anticuerpos que se han preparado frente a las MOMP clamidiales o frente a los lipopolisacáridos de la pared celular de la bacteria. 5) Sondas de ácidos nucleicos: Estas pruebas determinan la presencia de secuencias específicas de especie de ARN ribosomal 16S. Son pruebas rápidas y relativamente baratas. Sin embargo, una desventaja es que estas pruebas son relativamente insensibles para la detección de pequeños números de clamidias. Por este motivo se han desarrollado diversas pruebas de diagnóstico molecular que amplifican en primer lugar la secuencia de información genética específica y posteriormente la detectan por medio de sondas específicas de la especie. TRATAMIENTO Como las clamidias son organismos intracelulares obligatorios, todos los medicamentos utilizados tienen la capacidad de penetrar dentro de la célula para, de esta manera, poder erradicar el microorganismo. 1) Azitromicina: Pertenece a la familia de los macrólidos, es un derivado semisintético de la eritromicina. Es el fármaco más utilizado ya que tiene la capacidad de curar la infección con una dosis única. Su actividad antibiótica es posible porque es capaz de atravesar la pared celular y unirse a la subunidad ribosómica 50S e impide la formación de enlaces peptídicos entre aminoácidos de una proteína que está por formarse, inhibiendo de esta manera la síntesis de proteínas ARN-dependientes. 2) Doxiciclina: Pertenece a la familia de las tetraciclinas; es bastante lipófila por lo cual se le facilita el paso al interior de las bacterias. Una vez dentro de la célula, la doxiciclina se fija a las subunidades ribosómicas 30S, con lo que se bloquea la unión del aminoacil-ARN de transferencia al ARN mensajero. De esta manera, la doxiciclina bloquea la síntesis de proteínas impidiendo en definitiva el desarrollo bacteriano. 3) Eritromicina: Se considera el menos tóxico de estos antibióticos porque es de origen natural; por esta razón es el medicamento de elección para el tratamiento de mujeres embarazadas, adolescentes y recién nacidos. El espectro de acción es similar al de la azitromicina, sin embargo, es menos utilizado porque muchos microorganismos ya han adquirido resistencia a este fármaco y por esta razón se considera que su eficacia es menor. 4) Fluoroquinolonas o quinolonas fluoradas: Se utilizan en casos donde los antibióticos anteriores no son muy efectivos. Ellas se encargan de inhibir la actividad enzimática de las topoisomerasas microbianas tipo II, que son necesarias para la actividad vital de las bacterias porque actúan en la biosíntesis del ADN. Algunas de estas quinolonas son: Norfloxacina, Ciprofloxacina, Levofloxacina, Sparfloxacina, etc. PREVENCIÓN Y CONTROL Las conjuntivitis y las infecciones genitales por Chlamydia son enfermedades de transmisión sexual que se diseminan por el contacto con una pareja infectada, y por esta razón se previenen con prácticas sexuales seguras y con el tratamiento precoz de los pacientes sintomáticos y de sus parejas sexuales. Es difícil prevenir el tracoma debido a que la población con enfermedad endémica tiene generalmente un acceso limitado a la asistencia médica. Aunque el tratamiento puede tener éxito en los individuos que residen en las zonas donde la enfermedad es endémica, resulta difícil erradicar la enfermedad en la población y evitar las reinfecciones si no se mejoran las condiciones sanitarias. Por esta razón, La Organización Mundial de la Salud ha iniciado el programa S-A-F-E para eliminar el tracoma que causa ceguera y reducir de manera considerable la enfermedad activa desde el punto de vista clínico. El programa S-A-F-E (por sus siglas en inglés) es como sigue: cirugía (Surgery) para los párpados deformados; tratamiento periódico con azitromicina; lavado e higiene de la cara (Face); y mejoramientos ambientales (Environmental), como construcción de letrinas y reducción del número de moscas que se alimentan de exudados conjuntivales. La conjuntivitis neonatal por inclusión también tiene su origen en el aparato genital infectado de la madre, por lo que para prevenir los problemas oculares neonatales es necesario diagnosticar y tratar a la mujer embarazada y su pareja sexual. CASO CLÍNICO Un varón de 29 años de edad acude con padecimiento de dos días de evolución con sensación urente durante la micción y secreción ureteral acuosa, poco viscosa. Había tenido relaciones sexuales sin protección con una nueva pareja sexual, mujer, cuatro semanas antes. La tinción de Gram reveló 50% de leucocitos polimorfonucleares y 50% de mononucleares. No se observaban microorganismos. 1) ¿Cuál es la causa más probable de la uretritis de este varón? A. Neisseria gonorrhoeae B. Ureaplasma urealyticum C. Chlamydia trachomatis D. Trichomonas vaginalis E. Mycoplasma hominis 2) ¿Cuál es la prueba más sensible para detectar el patógeno? A. Cultivo B. Serología C. Análisis de inmunofluorescencia D. Prueba de amplificación de ácidos nucleicos 3) ¿Cuál es el antibiótico al cual es susceptible el microorganismo causal? A. No es susceptible a los antibióticos B. Es susceptible a la mayor parte de antibióticos betalactámicos C. Resistente a las quinolonas D. Susceptible a los macrólidos 1(C), 2(D), 3(D) REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Brooks, G.F., Butel, J.S., Carroll, K.C., Mietzner, T.A., Morse, S.A. (2011). Jawetz, Melnick y Adelberg. Microbiología médica. 25° Edición. Editorial McGraw-Hill. Elwell C, Mirrashidi K, Engel J. Chlamydia cell biology and pathogenesis. Nat Rev Microbiol. 2016 Jun;14(6):385-400. doi: 10.1038/nrmicro.2016.30. Epub 2016 Apr 25. PMID: 27108705; PMCID: PMC4886739. Kasper, Fauci, Hauser, Longo, Jameson, Loscalzo. (2016) Harrison Principios de Medicina Interna. 19° Edición. Editorial McGraw-Hill. Murray, P.R., Rosenthal, K.S., Pfaller, M.A. (2017). Microbiología médica. 8° Edición. Editorial Elsevier. Organización Panamericana de la Salud. Clamidiasis. [Página Web en Línea]. Disponible en: https://www.paho.org/es/temas/clamidiasis#:~:text=La%20prevalencia%20m %C3%A1s%20alta%20de,persona%20con%20infecci%C3%B3n%20por%20 C (Consultado: julio 2022). Ryan, K.J., Ray, C.G., Ahmad, N., Lawrence Drew, W., Plorde, J.J. (2011). Sherris. Microbiología médica. 5° Edición. Editorial McGraw-Hill.
Compartir