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Pintura	al	acrílico
proyecto	y	realización	de
PARRAMÓN	PAIDOTRIBO
dirección	editorial
MARÍA	FERNANDA	CANAL
edición
TOMÀS	UBACH
ayudante	editorial	y	archivo	iconográfico
Ma	CARMEN	RAMOS
textos
GABRIEL	MARTÍN	ROIG
realización	de	los	dibujos	y	ejercicios
GABRIEL	MARTÍN	ROIG
ÓSCAR	SANCHÍS
ALMUDENA	CARREÑO
ANNA	LLIMÓS
ÀLEX	SAGARRA
diseño	de	la	colección
JOSEP	GUASCH
maquetación	y	compaginación
ESTUDI	GUASCH,	S.L.
fotografías
NOS	&	SOTO
1ª	edición:	setiembre	2007	Derechos	exclusivos	de	edición	para	todo	el	mundo
©	ParramónPaidotribo
www.parramon.com	/	E-mail:	parramon@paidotribo.com
ISBN:	978-84-342-2993-8				ISBN	EPUB:	978-84-342-4220-3				Depósito	legal:
B-30.805-2007
http://www.parramon.com
Sumario
Introducción
MATERIALES	PARA	PINTAR	CON	ACRÍLICOS
Los	acrílicos:	¿qué	tenemos	entre	manos?
¿Qué	son	los	acrílicos?
Surtido	de	colores
Los	médiums:	modificadores	de	fluidez
Paleta	para	trabajar
Pinceles	más	adecuados
Soportes	para	pintar
Explorando	los	acrílicos:	pros	y	contras
La	calidad	de	los	colores
Mezcla	de	colores
Algunas	aplicaciones	para	probar
Fabricar	texturas
TÉCNICAS	CON	ACRÍLICOS
El	acrílico	aguado
Comenzar	la	pintura:	empleo	de	colores	base
El	trabajo	con	línea	y	mancha
¡Que	corra	el	agua!
Pintar	líneas	sobre	un	soporte	mojado
El	estudio	de	las	veladuras
Técnicas	monocromas	con	veladuras
Recursos	creativos	con	aguada
Aguadas	sobre	texturas
El	encharcado,	concentrar	el	agua
Efectos	con	la	esponja
Ejercicios	con	la	esponja:	la	paletina	y	el	rodillo
TÉCNICAS	OPACAS	CON	ACRÍLICOS
Color	cubriente:	pintar	con	el	color	opaco
Aplicaciones	opacas	de	color
Efectos	de	guache	hechos	con	acrílico
¿Cómo	modelar	el	acrílico	si	se	seca	tan	deprisa?
Trabajar	con	espátula;	arrastrar	color
El	impasto	con	pincel	y	espátula
Diferentes	maneras	de	extender	el	color	con	spatula
Aplicaciones	con	raspado	o	arrastre
La	fusión	de	colores
EFECTOS,	TEXTURAS	Y	RECURSOS	CREATIVOS
Efectos	con	colores	y	reserves
Técnica	del	pincel	seco
Colage	y	acrílicos
Pintar	sobre	papeles	de	color
Reservas	con	acrílicos
Pruebas	con	pasteles	grasos
El	estarcido,	reservar	con	plantillas
Salpicar	con	pintura
La	plástica	del	volumen
Pintura	chorreada
Pequeño	glosario	de	texturas
Pegar	materiales	y	objetos:	colage	en	relieve
PASO	A	PASO
El	manchado	con	acrílicos
Calabazas	sobre	fondo	de	color
Técnica	del	pincel	seco
La	pincelada	fluida
Velando	los	colores
Veladuras	sobre	texturas
Pintar	un	paisaje	con	espátula
El	bosque	con	empastes:	carga	matérica
Composición	colorista	con	encharcado
Figura	con	papeles	de	color	y	acrílicos
Bodegón	colorista	de	acrílicos	y	pasteles	grasos
Marina	con	raspado
Glosario
introducción
la	pintura	Acrílica	de	lo	industrial	a	lo	artístico
Las	primeras	pruebas	con	acrílicos	se	realizan	a	mediados	del	siglo	XIX,	pero	su
difusión	no	tiene	lugar	hasta	bien	entrado	el	siglo	XX.	A	partir	del	año	1930
empiezan	a	fabricarse	y	a	distribuirse	sólo	para	uso	industrial.	Diez	años	más
tarde,	los	artistas	mexicanos	y	estadounidenses,	en	su	afán	por	experimentar,
encuentran	en	esta	nueva	sustancia	un	medio	idóneo	para	desarrollar	una	pintura
más	subversiva,	más	atrevida	y	adecuada	para	el	gran	formato.
Así,	esta	pintura	que	nació	con	vocación	industrial	se	fue	incorporando	al	mundo
artístico.	Con	el	transcurrir	de	los	años,	los	artistas	han	ido	descubriendo	las
muchas	posibilidades	técnicas	de	la	pintura	acrílica,	a	la	que	han	reconocido
ventajas	evidentes,	entre	ellas,	la	estabilidad	de	los	colores	y	la	rapidez	de
secado.
Durante	décadas,	la	comparación	de	los	acrílicos	con	otros	medios	pictóricos	con
mayor	tradición	era	inevitable.	En	el	siglo	XXI,	la	pintura	acrílica	posee	su
propia	identidad,	ya	no	se	la	compara	con	otros	procedimientos	ni	se	usa	para
imitar	exclusivamente	los	efectos	del	óleo	o	de	la	acuarela.
Los	acrílicos	son	populares	gracias	a	su	enorme	potencial	creativo	y	extremada
versatilidad.	A	pesar	de	esto,	quienes	se	inician	en	la	pintura	suelen	dejarlos	de
lado,	quizá	porque	existen	tópicos	infundados	que	provocan	el	rechazo	a	usarlos,
de	manera	que,	normalmente,	el	principiante	se	inicia	en	el	color	con	el	óleo.	Sin
embargo,	se	recomienda	comenzar	a	practicar	las	mezclas,	los	tonos	y	matices
con	acrílicos,	pues	éstos	no	precisan	un	largo	tiempo	de	secado.	Un	defecto
destacado	del	principiante	es	la	falta	de	paciencia;	en	muchas	ocasiones,	no	deja
secar	bien	cada	capa	y	los	colores	se	apelmazan	y	mezclan	en	exceso	sobre	la
superficie	del	cuadro.	El	resultado	son	colores	sucios	y	pinceladas
emborronadas.
Concluimos,	pues,	que	las	principales	virtudes	de	los	acrílicos	son	su	pureza	de
colores	y	su	corto	tiempo	de	secado.	No	resulta	extraño,	por	lo	tanto,	que	en	la
actualidad	cuenten	con	un	gran	número	de	adeptos.
Las	pinturas	acrílicas	nacieron	con	vocación	industrial,	pero	se	popularizaron	de
tal	modo	que	hoy	en	día	se	han	convertido	en	uno	de	los	medios	artísticos	más
destacados	gracias	a	la	pureza	de	sus	colores	y	a	la	rapidez	con	que	se	secan.
Materiales	para	pintar	con	acrílicos
“…TODA	PINTURA	(Y,	A	MEDIDA	QUE	ME	HAGO	MÁS	VIEJO	MÁS
AÚN)	ES	ACCIDENTE.	SÍ,	LO	PREVEO	MENTALMENTE,	LO	PREVEO	Y,
SIN	EMBARGO,	NUNCA	LO	REALIZO	TAL	COMO	LO	PREVEO.	EL
CUADRO	SE	TRANSFORMA	POR	SÍ	SOLO	EN	EL	PROCESO	DE
ELABORACIÓN…	Y	TAL	COMO	TRABAJO,	NO	SÉ	EN	REALIDAD
MUCHAS	VECES	EN	QUÉ	ACABARÁ…”
Francis	Bacon.	En	Gil	Serrano,	A.:	Bacon.	Grandes	de	la	pintura,	num.	131,
Sedmay,	Madrid,	1979,	pág.	217.
Los	acrílicos:	¿qué	tenemos	entre	manos?
GABRIEL	MARTÍN.	EMBARCACIONES	EN	EL	PUERTO	DE
PALAMÓS,	2007.
ACRÍLICO	SOBRE	CARTÓN
Aunque	los	materiales	para	pintar	o	los	pigmentos
utilizados
en	los	colores	acrílicos	son	los	mismos	que	los	de	la	pintura	al	óleo	o	las
acuarelas,	los	primeros	tienen	dos	ingredientes	únicos:	la	resina	sintética,	que
mantiene	unidos	los	pigmentos,	y	los	mediums,	que	contribuyen	a	modificar	su
consistencia.	El	acrílico,	un	medio	relativamente	novedoso	basado	en	la	resina
sintética,	posee	todas	las	ventajas	de	los	medios	tradicionales	y	muy	pocos	de
sus	inconvenientes.	Se	ha	ido	mejorando	y	depurando	desde	la	década	de	1950	y,
en	la	actualidad,	representa	una	importante	adición	al	repertorio	de	medios
pictóricos	permanentes.
¿qué	Son	los	acrílicos?
las	pinturas	acrílicas	son	un	derivado	de	la	industria	del	plástico,	igual	que	las
emulsiones	de	pintura	que	utilizamos	para	las	paredes.	Esta	técnica	emplea	los
mismos	pigmentos	usados	en	óleo	o	acuarela,	pero	diluidos	en	un	aglutinante
acrílico	conformado	por	una	resina	sintética	(elaborada	a	partir	de	ácido
acrílico).	El	material	así	resultante	es	soluble	en	agua.	Su	secado	es	rápido,	tanto
el	acabado	mate	(menos	sustancia	acrílica)	como	el	brillante	(más	sustancia).
LA	RESINA	COMO	AGLUTINANTE
El	nombre	de	esta	pintura	deriva	de	la	resina	acrílica,	el	aglutinante	donde
quedan	suspendidos	los	pigmentos.	Se	trata	de	un	material	sintético,	consistente
en	una	emulsión	de	partículas	de	resina	extremadamente	finas	y	dispersas	en
agua	que	determina	en	gran	parte	las	diferencias	de	carácter	de	este	medio.	A
medida	que	el	agua	se	evapora,	las	partículas	de	resina	acrílica	se	funden	y
forman	una	película	de	pintura	bastante	compacta	donde	cada	diminuta	partícula
de	pigmento	queda	cubierta	por	la	resina.	El	resultado	es	una	película	de	pintura
permanente	flexible	e	impermeable	que	no	amarillea	ni	envejece	con	el	tiempo.
Si	tratamos	de	abrir	los	tubos	de	pintura	acrílica	seca,	comprobaremos	la
verdadera	naturaleza	de	este	material,	el	plástico.	Los	colores,	al	secarse,
forman	una	masa	compacta	de	plástico	semiduro.
CONSISTENCIA
Los	acrílicos	son,	por	lo	general,	de	consistencia	cremosa;	sin	embargo,	también
pueden	adquirirse	en	forma	líquida.	Cuando	el	acrílico	es	cremoso	los	tubos
suelen	ser	los	contenedores	más	extendidos,	al	igual	que	sucede	con	el	óleo.
Cuando	el	trabajo	requiere	una	mayor	cantidad	de	pintura	ésta	puede	adquirirse
en	frascos	de	plástico	(de	diferentes	formatos	y	tamaños),	con	o	sin	boquilla.Sólo	añadiremos	médium	(también	denominado	medio)	al	acrílico	cuando
deseemos	darle	más	volumen,	o	bien	si	pretendemos	un	acabado	mate	o
brillante;	aparte	de	estas	excepciones,	habitualmente,	suele	utilizarse	tal	cual	sale
del	tubo.
Para	trabajos	más	minuciosos	también	se	comercializa	en	pequeños	frascos	de
vidrio	con	acrílico	licuado,	muy	adecuado	para	ilustradores.
La	resina	acrílica,	al	mezclarse	con	el	pigmento,	actúa	como	aglutinante	del
color.	Muchos	artistas	utilizan	el	látex	como	aglutinante	sustituto,	pues	presenta
unas	características	parecidas	al	acrílico.
BUENA	CALIDAD	Y	ESTABILIDAD
En	los	últimos	años,	la	calidad	de	las	pinturas	acrílicas	ha	mejorado
notablemente.	Ahora	contienen	más	pigmento,	el	aglutinante	de	resina	es	más
flexible	y	cuentan	con	una	gama	muy	amplia	de	mediums.
Los	colores	son	muy	estables	y	resisten	perfectamente	la	oxidación;	por	ello,
este	medio	es	el	que	menos	problemas	plantea	en	cuanto	a	su	conservación	y	a	la
alteración	de	los	colores	originales	con	el	paso	de	los	años.	Los	acrílicos	son
resistentes	a	la	luz	solar,	por	lo	que	no	pierden	pigmentación.
Los	acrílicos,	al	secarse,	ofrecen	una	gran	estabilidad	y	flexibilidad	por	muy
gruesa	que	sea	la	capa	de	color.	Los	colores	son	vivos	y	no	sufren	alteraciones
perceptibles	con	el	tiempo.
Se	caracterizan	por	su	consistencia	cremosa	y	por	ofrecer	un	color	vivo	e
intenso	al	secarse.
Surtido	de	colores
Diferenciamos	dos	tipos	de	colores	acrílicos	según	su	consistencia:	los	opacos,
que	cubren	con	facilidad	un	color	oscuro	subyacente	(A),	y	los	transparentes,
que	al	secarse	pierden	opacidad	y	dejan	ver	los	colores	que	hay	debajo	(B).
La	gama	de	los	colores	acrílicos	comercializados	es	restringida.	Si	queremos
una	amplia	escala	de	colores	debemos	acudir	a	la	mezcla	con	blanco	o	con	otros
colores.
si	bien	las	pinturas	acrílicas	ofrecen	una	gran	variedad	en	cuanto	al	formato
(pueden	adquirirse	en	recipientes	muy	distintos:	botes	de	plástico	con	tapa	de
rosca,	en	tubo,	en	frasco	de	vidrio	con	cuentagotas…),	la	gama	de	colores	que	se
comercializa	es	muy	limitada.	Sin	embargo,	puede	ampliarse	con	la	aportación
de	los	colores	nacarados	y	los	fluorescentes,	sobre	todo	si	nuestra	pintura	tiene
un	estilo	muy	contemporáneo	y	actual.
UNA	GAMA	LIMITADA
La	gama	de	colores	acrílicos	es	ligeramente	limitada	comparada	con	la	de	los
óleos	o	las	acuarelas;	esto	se	debe	a	que	algunos	pigmentos	no	se	mezclan
totalmente	con	el	aglutinante	de	resina	y	tienden	a	cuajarse.	En	muchos	de	estos
casos	se	utilizan	pigmentos	alternativos;	de	modo	que,	si	tomamos	una	carta	de
colores	al	óleo	y	otra	de	acrílicos	y	las	comparamos,	comprobaremos	cómo	la
mayoría	de	colores	y	sus	nombres	varían	de	forma	notable.	Cuidado	con	los
fabricantes,	pues	también	tienden	a	confundir;	dos	marcas	diferentes	de	pinturas
acrílicas	pueden	dar	nombres	distintos	a	un	mismo	color.
Aunque	los	acrílicos	pueden	adquirirse	en	botes	de	tapa	ancha,	botes	con
boquilla	o	licuados,	los	tubos	siguen	siendo	la	presentación	favorita	del	pintor
aficionado.
OPACIDAD	Y	TRANSPARENCIA
Entre	la	gama	de	colores	acrílicos	hay	que	distinguir	dos	grupos:	los	que
presentan	una	composición	densa	y	cubriente	y	los	que	se	vuelven	algo
translúcidos	al	secarse,	es	decir,	opacos	y	transparentes.	Los	opacos	cubren
totalmente	un	color	subyacente,	como	un	azul	claro	que	es	capaz	de	cubrir	un
verde	oscuro.	Los	transparentes,	como	su	nombre	indica,	no	cubren	por
completo	el	color	que	hay	debajo,	tienen	la	propiedad	de	dar	matices,	pero	no	de
cubrir	con	una	sola	capa;	sólo	si	se	superponen	sucesivamente	varias	capas	se
consigue	cubrir	un	color.	No	obstante,	el	mejor	remedio	es	añadir	un	poco	de
blanco	al	color	para	conseguir	mayor	opacidad.
DISTINTAS	GAMAS	LUMÍNICAS
Los	acrílicos,	además	de	reunir	la	gama	de	colores	tradicionales,	también
ofrecen	diferentes	variantes	lumínicas	estrechamente	relacionadas	con	la	manera
en	que	la	luz	se	refleja	sobre	las	partículas	que	lo	componen.	Las	variantes	más
conocidas	son	los	colores	perlados	y	los	fluorescentes.	Los	nacarados	o
iridiscentes	son	aquellos	que	tienen	un	brillo	perlado	que	cambia	según	la	forma
en	que	la	luz	incide	sobre	la	pintura	o	el	ángulo	en	que	se	mira.	Se	fabrican	a
partir	de	copos	de	mica	mezclados	con	titanio.	La	gama	de	colores	que	pueden
adquirirse	es	limitada;	lo	mejor	es	comprar	un	médium	nacarado	y	mezclarlo	con
cada	color.
Los	fluorescentes	son	colores	extremadamente	brillantes	y	llamativos.	Tienen	la
particularidad	de	que	se	ven	con	la	luz	negra	o	ultravioleta.
Los	colores	perlados	ofrecen	un	brillo	nacarado	muy	característico	que	varía
según	la	posición	que	adopta	el	espectador	con	respecto	al	cuadro.
Los	colores	fluorescentes	son	una	explosión	de	color	intenso	aquí	representadas
por	las	lineas	naranjas	y	las	manchas	verdes.	Su	principal	función	es	la
exaltación	visual.
en	la	actualidad,	existe	una	amplia	selección	de	sustancias	que	se	conocen	como
mediums,	y	que	pueden	mezclarse	con	la	pintura	para	modificar	su	fluidez	o
crear	efectos	específicos.	Si	se	pretende	explorar	todas	las	posibilidades
creativas	de	los	acrílicos,	habrá	que	familiarizarse	con	los	mediums	apropiados	y
descubrir	cómo	actúan.
La	consistencia	de	los	acrílicos	puede	modificarse	a	nuestra	conveniencia	para
conseguir	efectos	de	transparencia,	mayor	brillo	y	densidad.
los	Mediums:	modificadores	de	fluidez
LA	VENTAJA	DE	LOS	MEDIUMS
Las	pinturas	acrílicas	corrientes,	al	secarse,	adquieren	un	acabado	semimate.	Si
no	se	les	añade	agua,	tienen	un	brillo	semejante	al	de	la	cáscara	de	un	huevo.
Para	modificar	este	acabado	los	fabricantes	producen	diversos	mediums	acrílicos
que,	añadidos	a	la	pintura,	proporcionan	distintos	acabados.	Esto	significa	que,	a
diferencia	de	otras	técnicas	pictóricas,	los	acrílicos	pueden	modificar	la
percepción	final	del	color	de	acuerdo	con	las	preferencias	y	necesidades
interpretativas	del	artista.	Sin	duda,	esto	supone	una	gran	ventaja.
MÉDIUM	BRILLANTE
Contribuye	a	diluir	la	pintura,	aumenta	la	luminosidad	de	los	acrílicos	y	hace	que
la	capa	de	color	se	perciba	más	brillante	una	vez	seca.	Además,	vuelve	a	la
pintura	más	transparente,	característica	que	lo	convierte	en	un	medio	muy	útil
para	trabajar	veladuras.	Para	incorporar	el	médium	brillante	tenemos	dos
opciones	de	trabajo:	mezclar	el	médium	con	cada	color	antes	de	aplicarlo	sobre
el	soporte	o	aplicar	una	capa	fina	de	este	producto	a	la	pintura	para	darle	un
acabado	brillante.
El	médium	brillante	es	muy	adecuado	para	realizar	aguadas	y	veladuras,	pues
conserva	la	intensidad	del	color	tras	su	secado.
Si	bien	los	acrílicos	son	muy	versátiles	y	nos	permiten	aplicar	el	color	con
distinta	consistencia,	los	mediums	son	vehículos	capaces	de	potenciar	aún	más
estos	efectos.
MÉDIUM	MATE	Y	SATINADO
Este	médium	contiene	un	agente	mate	que	consiste	en	una	emulsión	de	cera	o
sílice.	Se	utiliza	igual	que	el	médium	brillante,	con	la	diferencia	que,	al	secarse,
forma	una	superficie	mate,	no	reflectora.	Cuando	se	añade	a	la	pintura,	aumenta
su	transparencia	y	fluidez,	por	lo	que	es	útil	para	hacer	veladuras	mates.	Si
deseamos	conseguir	un	efecto	satinado,	semibrillante,	mezclaremos	el	médium
brillante	y	el	mate	a	partes	iguales.
Es	poco	sensato	y	desaconsejable	apresurarse	a	comprar	una	selección	de
mediums	caros	al	azar.	Algunos	de	ellos,	indudablemente,	pueden	producir
resultados	dramáticos	y	apasionantes,	pero	si	se	usan	demasiados	efectos	el
resultado	puede	distraer	la	atención	de	la	imagen	principal.
CÓMO	SE	TRABAJA	CON	MEDIUMS
En	lugar	de	preparar	una	mezcla	fluida	de	acrílico	con	mucha	agua,	es	mejor
utilizar	un	médium	como	fluidificador	a	fin	de	que	la	pintura	no	pierda	sus
propiedades	y	su	estabilidad.	Para	mezclar	pintura	con	médium	acrílico	primero
se	realiza	la	mezcla	de	colores,	y	una	vez	se	obtiene	el	color	deseado	se	añade
una	pequeña	cantidad	al	médium	con	un	pincel.	Lo	mezclamos	bien	para	que	se
distribuya	con	el	color	de	manera	homogénea.	Después,	si	queremos,	podemos
agregar	un	poco	de	agua.
Ademásde	mejorar	el	brillo	o	la	intensidad	de	los	colores,	pueden	añadirse
mediums	acrílicos	a	la	pintura	para	prolongar	el	tiempo	de	secado	de	ésta,	para
producir	diferentes	consistencias	y	acabados,	o	para	aportar	textura	y	carga
matérica.
1.	Manera	correcta	de	proceder	para	añadir	médium	a	los	acrílicos.
Primero	mezclamos	los	colores	hasta	conseguir	el	tono	deseado.
2.	Incorporamos	el	médium	al	color,	y	mezclamos	bien	para	conseguir	un
resultado	uniforme.
3.	Después	de	varios	movimientos	circulares	con	el	pincel	el	médium	se	ha
integrado	correctamente	con	el	color.	Ahora	ya	podemos	pintar.
Los	geles	y	la	pasta	densa	pueden	mezclarse	con	la	pintura	para	darle	mayor
viscosidad	y	volumen.
EL	GEL
Es	un	médium	transparente	que	se	mezcla	con	la	pintura	para	aumentar	la
viscosidad,	el	volumen	de	la	pintura	y	el	espesor,	favoreciendo	así	la
perdurabilidad	del	rastro	de	las	pinceladas	una	vez	se	ha	secado.	Si	aumentamos
el	grosor	de	la	pintura	pueden	potenciarse	los	efectos	de	pinceladas	texturadas	o
empastadas.	Se	utiliza	para	los	trabajos	de	empaste	realmente	grueso,	ya	que
además	del	volumen	le	confiere	cuerpo.	Podemos	escoger	entre	geles	ligeros,
medios	y	espesos,	dependiendo	de	nuestros	gustos.
PASTA	DENSA
Se	trata	de	un	gel	al	cual	se	ha	añadido	carga	matérica,	normalmente	arenas
lavadas	o	polvos	de	mármol	y	productos	granulados.	Es	muy	adecuado	para
técnicas	de	empaste	con	espátula.	Su	uso	es	absolutamente	desaconsejable	si	se
pretende	pintar	con	pincel.	Su	gran	poder	abrasivo,	recordemos	que	lleva
arenilla,	destrozaría	el	pelo	del	más	duro	de	los	pinceles.	Cuando	están	húmedos
acostumbran	a	tener	un	color	gris	lechoso,	y	cuando	se	secan	ese	color	grisáceo
se	vuelve	algo	más	oscuro.	Éste	es	un	aspecto	que	hay	que	tener	en	cuenta	si	lo
mezclamos	con	colores	transparentes	o	muy	claros.
Los	geles	y	la	pasta	densa	se	suministran	habitualmente	en	frascos	cuyo	peso
oscila	entre	el	medio	kilo	y	el	kilo.	Escogeremos	en	función	del	formato	de	las
pinturas	que	vamos	a	realizar.
Mediums	más	habituales	que	se	utilizan	para	aumentar	el	volumen	de	la	pintura
acrílica:	gesso	(A),	pasta	densa	de	grano	grueso	(B),	gel	(C)	y	pasta	densa	de
grano	fino	(D).
RETARDADOR	DEL	SECADO
Constituye	una	solución	ante	el	principal	inconveniente	de	los	acrílicos:	su
rápido	secado.	Al	añadir	retardador,	prolongamos	el	tiempo	de	secado	de	la
pintura	en	unas	cuantas	horas,	lo	que	significa	que	puede	manipularse	durante
mucho	más	tiempo,	sobre	todo	en	las	técnicas	de	húmedo	sobre	húmedo,
fundidos	suaves	de	color,	etc.	El	retardador	de	secado	es	especialmente	útil	si
trabajamos	con	pintura	espesa,	es	decir,	cuando	deseamos	empastar,	mezclar	y
remover	por	toda	la	superficie	del	cuadro.	Se	comercializa	en	forma	líquida	y	en
gel	y	se	mezcla	en	una	proporción	de	una	parte	por	cada	tres	partes	de	color,
aproximadamente.	Un	exceso	de	retardante	hace	que	la	pintura	quede	pegajosa	y
desagradable	al	tacto.
Se	comercializan	diferentes	barnices	para	acrílicos	que	no	deben	mezclarse	con
la	pintura	como	si	fueran	mediums.	Son	solo	barnices	de	acabado	y	se	aplican
cuando	el	cuadro	está	terminado	y	seco.
El	gel	retardante	es	transparente,	puede	adquirirse	en	frasco	o	en	tubo	y	se
añade	a	la	pintura	para	prolongar	su	tiempo	de	secado.
paleta	para	trabajar
existen	dos	tipos	especiales	de	paletas	para	trabajar	con	acrílicos;	una	es	la	paleta
de	plástico	blanco,	que	se	limpia	fácilmente,	y	la	otra	es	la	paleta	Staywet,	que
veremos	en	la	página	siguiente.	Si	no	queremos	complicaciones,	también	pueden
servirnos	para	el	mismo	fin	un	plato	o	una	baldosa	blanca	de	loza	o	un	plástico
duro.
PALETAS	DE	PLÁSTICO
Las	paletas	acrílicas	se	fabrican	generalmente	en	plástico	blanco	y	adoptan	una
gran	variedad	de	formas	y	tamaños.	Son	ligeras	y	pueden	transportarse	con
facilidad.	Si	trabajamos	a	pequeña	escala	o	utilizamos	los	acrílicos	como	si
fueran	acuarelas,	quizá	resulten	útiles	las	paletas	de	plástico	o	cerámica	para
acuarela,	o	un	plato	viejo	de	loza.	Las	pinturas	acrílicas	se	secan	rápidamente	en
la	paleta,	por	lo	que	debe	mantenerse	húmeda	mientras	se	utiliza,	rociándola	a
intervalos	con	un	vaporizador	de	agua.	Si	vamos	a	dejar	de	usar	la	paleta	durante
algún	tiempo,	la	cubriremos	con	una	película	de	plástico	transparente.
Puede	improvisarse	una	paleta	de	acrílico	siempre	y	cuando	la	superficie	sea
lisa;	en	este	sentido,	un	pedazo	de	vidrio,	acetato	o	poliuretano	resultan	muy
apropiados,	si	tenemos	la	precaución	de	colocar	una	hoja	de	papel	blanco
debajo.
Podemos	reutilizar	un	viejo	frasco	de	agua	de	colonia	para	pulverizar	con	agua
la	paleta	y	evitar	así	que	los	colores	se	sequen.
PALETAS	IMPROVISADAS
Las	paletas	Staywet	no	proporcionan	demasiado	espacio	para	mezclar	colores,	y
son	muchos	los	artistas	que	prefieren	las	paletas	improvisadas.	Cualquier
superficie	sirve	como	paleta	siempre	y	cuando	no	sea	absorbente.	Una	hoja	de
plástico	o	un	vidrio	cumplen	la	misma	función	y	no	tienen	ninguna	restricción	de
tamaño.	Los	platos	de	papel	también	son	útiles,	ya	que	pueden	desecharse
después	de	su	uso.
PALETAS	PARA	EXTERIORES
La	paleta	Staywet	es	especialmente	adecuada	para	la	pintura	en	el	exterior,
donde	la	rapidez	de	secado	de	la	pintura	puede	convertirse	en	un	problema.	Se
caracteriza	por	mantener	la	humedad	de	los	colores	mientras	se	trabaja.	Es	una
paleta	básicamente	de	plástico,	recubierta	con	un	papel	secante	que	posee	una
membrana	especial.	Los	colores	caen	sobre	dicha	membrana,	que	absorbe	la
humedad	del	papel	secante	y	mantiene	las	pinturas	húmedas.	La	pintura
permanece	húmeda	y	maleable	mientras	se	trabaja,	y	si	colocamos	la	tapa	de
plástico	al	acabar	la	sesión	de	pintura,	los	colores	podrán	usarse	una	o	dos
semanas	más	tarde.
Las	paletas	de	acrílico	pueden	adquirirse	o	improvisarse,	véase	aquí	una
muestra	de	una	paleta	con	cazoletas	de	porcelana	o	una	simple	baldosa
esmaltada.	Conviene	que	sean	de	color	blanco	para	ver	correctamente	el
resultado	de	las	mezclas	de	color.
Las	paletas	de	madera	tradicionales	no	son	apropiadas	para	los	acrílicos,	ya	que
las	fibras	de	la	madera	absorben	la	pintura	y	después	ésta	resulta	muy	difícil	de
eliminar.
Para	fabricar	nuestra	propia	paleta	Staywet,	tomamos	una	bandeja	de	porexpán
y	la	cubrimos	con	un	acetato	para	que	los	colores	tarden	más	en	secarse.
Pinceles	más	adecuados
existen	muchos	tipos	distintos	de	pinceles,	con	diversos	tamaños,	formas	y
calidades.	A	continuación,	recomendamos	los	más	adecuados	y	ofrecemos
algunos	consejos	básicos	para	su	cuidado	y	mantenimiento.
PINCELES	SINTÉTICOS
Todos	los	pinceles	de	pelo	natural	son	adecuados	para	pintar	con	acrílicos,	de
modo	que	si	ya	tenemos	pinceles	de	pintar	con	acuarela	u	óleo	podemos
aprovecharlos.	Si	deseamos	comprar	unos	pinceles	nuevos,	merece	la	pena	que
consideremos	los	sintéticos	en	vez	de	los	de	cerdas	naturales.	De	hecho,	los
pinceles	sintéticos	son	los	más	adecuados	para	la	pintura	acrílica,	pues	resultan
más	fáciles	de	limpiar	y	están	diseñados	para	soportar	el	duro	manejo	que
requieren	los	acrílicos.
Conviene	tener	un	surtido	amplio	y	variado	con	formas	y	tamaños	distintos.	Los
más	recomendables	y	fáciles	de	lavar	son	los	de	pelo	sintético.
Así	pueden	quedar	los	pinceles,	con	el	mechón	doblado,	si	se	dejan	reposando
mucho	tiempo	en	el	interior	de	un	frasco	con	agua.	Conviene	evitarlo.
LOS	CUATRO	CONSEJOS	BÁSICOS
Asegurémonos	de	humedecer	los	pinceles	con	agua	antes	de	pintar	con	ellos,
pues	de	lo	contrario,	la	pintura	acrílica	se	pegará	en	las	cerdas	secas	y	se	irá
endureciendo	hasta	estropearlos.	No	debemos	dejar	los	pinceles	en	remojo
durante	mucho	tiempo;	las	cerdas	se	deforman	al	apoyarse	en	el	fondo	del
recipiente	y	la	pintura	laqueada	del	mango	se	puede	desconchar.	Después	de
cada	sesión	hay	que	limpiar	el	pincel	con	jabón	y	agua	tibia	o	caliente,	que
disuelven	mejor	la	pintura.	Si	accidentalmente	dejamos	que	se	seque	la	pintura
en	un	pincel,	deberemos	ponerlo	a	remojo	toda	la	noche	con	alcohol	de	quemar	y
luego	lavarlo	con	agua	y	jabón.
DEJAR	REPOSARLOS	PINCELES
Sabemos	que	no	conviene	dejar	reposar	en	el	interior	de	un	frasco	los	pinceles
que	vamos	a	utilizar	durante	varias	sesiones.	Para	evitar	lavarlos,	no	es	un	buen
sistema	dejarlos	allí	durante	días,	pues	el	pelo	se	deforma	y	luego	no	se	puede
pintar	con	ellos.	Pero	existe	una	solución.	Se	toma	una	bandeja	capaz	de
contener	agua	abundante	y	mantener	los	pinceles	que	no	se	están	utilizando	bajo
una	lámina	de	agua	con	sus	mangos	descansando	en	el	extremo	de	la	bandeja.	Se
pone	poca	agua,	la	cual	no	debería	llegar	a	mojar	el	mango	de	madera.
Para	recuperar	los	pinceles	con	pintura	seca,	se	dejan	unas	12	horas
sumergidos	en	alcohol	de	quemar	hasta	que	la	pintura	se	desprenda.
En	las	aplicaciones	de	pintura	en	capas	gruesas,	como	en	las	técnicas	de
empastes,	es	mejor	mezclar	los	colores	con	una	espátula.	No	es	que	los	pinceles
no	sirvan,	pero,	si	se	saturan	de	pintura,	luego	cuesta	limpiarlos,	y	de	hecho,	es
fácil	que	se	estropeen.
Es	mejor	dejar	reposar	los	pinceles	en	una	bandeja	con	un	poco	de	agua	que	en
un	frasco	de	vidrio,	esto	evitará	que	se	deformen.
el	atractivo	de	los	acrílicos	es	que	con	ellos	podemos	pintar	sobre	cualquier
superficie	con	la	única	condición	de	que	no	sea	grasa,	ya	que	los	acrílicos	tienen
una	base	acuosa	incompatible	con	el	aceite.	En	un	principio,	puede	usarse	como
soporte	todo	lo	que	se	nos	ocurra:	un	lienzo,	una	tabla	de	madera,	un	cartón,
incluso	un	trozo	de	plástico	o	metal.
Soportes	para	pintar
LOS	SOPORTES	MÁS	HABITUALES
Las	pinturas	acrílicas	se	adaptan	a	una	gran	variedad	de	superficies:	lienzo,
madera,	aglomerado,	cartón	o	papel.	En	principio,	pueden	aplicarse	sin	ninguna
base	aislante	o	preparación,	aunque	suele	emplearse	un	aparejo	acrílico	o	gesso
como	imprimación.	Demos	un	breve	repaso	a	los	soportes	más	utilizados.
Papel.	Si	se	desea	pintar	con	pintura	diluida	en	agua	abundante,	el	papel	de
acuarela	es	la	mejor	elección.	Para	la	pintura	de	consistencia	media,	la
cartulina	de	buena	calidad	constituye	un	soporte	excelente	y	económico.
Lienzos.	Son	adecuados	todos	los	tipos,	desde	la	arpillera	hasta	el	lino	fino.
Dan	muy	buenos	resultados	con	pinturas	acrílicas.	Habitualmente,	se
venden	imprimados,	no	es	necesario	aplicar	una	capa	de	gesso;	sin	embargo,
si	una	arpillera	tiene	una	trama	muy	abierta,	es	conveniente	imprimar	con
un	aparejo	o	médium	acrílico.
Cartón.	Los	acrílicos	agarran	sobre	casi	cualquier	cartón,	cartulina	o	papel
fuerte,	con	imprimación	y	sin	ella.	Las	imprimaciones	de	gesso	sólo	deben
aplicarse	a	cartones	gruesos	y	rígidos,	pues	tienden	a	alabear	demasiado	los
cartones	más	delgados.
Madera.	Las	tablas	de	madera	constituyen	un	excelente	soporte	para	los
acrílicos.	Puede	emplearse	madera	natural,	contrachapados	y	aglomerados.
Una	base	de	una	capa	de	pintura	o	gesso	prepara	la	superficie	del	soporte
para	ser	pintada.	Si	se	quiere	obtener	un	acabado	liso,	es	mejor	lijar	la
superficie	antes	de	pintar	en	ella.
La	mejor	manera	de	comprobar	cómo	el	acrílico	se	adapta	a	cualquier
superficie	es	realizar	unas	simples	manchas	sobre	cuatro	recortes;	en	este	caso,
de	plástico	(A),	papel	de	acuarela	(B),	cartón	(C)	y	cartulina	(D).
Gracias	a	su	alto	poder	adhesivo,	los	acrílicos	permiten	pintar	prácticamente
sobre	cualquier	superficie,	esté	o	no	imprimada.
Metal.	Los	metales	tienen	superficies	muy	lisas,	no	absorbentes,	sin	granos
que	ayuden	a	retener	la	pintura.	Los	acrílicos	son	un	buen	adhesivo	y
funcionan	bastante	bien	sobre	esta	superficie,	especialmente	sobre	el	cinc	o
el	cobre.
Murales.	Los	acrílicos	son	excelentes	para	murales	interiores	pintados	sobre
yeso,	cemento	o	piedra	porque	se	secan	de	un	modo	mate	y	uniforme.	Estas
pinturas	resisten	muy	bien	los	efectos	de	los	ácidos	y	de	la	humedad.
La	madera	suele	imprimarse	con	gesso	antes	de	pintar,	pues	podría	absorber	en
exceso	el	agua	contenida	en	las	pinturas	y	apelmazar	las	pinceladas	demasiado.
El	acrílico	no	agarra	bien	sobre	una	superficie	encerada,	grasa	u	oleosa.	Si
probamos	a	pintar	sobre	una	pintura	al	óleo	ya	seca,	sucederá	algo	parecido	a
esto.
SUPERFICIES	NO	APTAS
Sabemos	que	los	acrílicos	pueden	utilizarse	sobre	una	amplia	gama	de	soportes;
sin	embargo,	no	se	adhieren	sobre	una	superficie	que	contenga	aceite	o	cera.	Las
resinas	sintéticas,	por	estar	suspendidas	en	agua,	no	agarran	sobre	una	base
oleosa.	Esto	elimina	todos	aquellos	lienzos	o	tableros	que	ya	tengan	una	capa	de
pintura	al	óleo	o	que	hayan	sido	preparados	para	la	pintura	al	óleo.	En
consecuencia,	al	adquirir	las	telas	habrá	que	informarse	de	que	lo	que	se	compra
está	preparado	con	una	imprimación	acrílica	y	no	de	base	grasa.
Explorando	los	acrílicos:	pros	y	contras
ALMUDENA	CARREÑO.	COMPOSICIÓN	ABSTRACTA,	2007.
ACRÍLICO	SOBRE	PAPEL
Del	mismo	modo	que	la	introducción	y	popularización
de	la	pintura	al	óleo	abrió	hace	ya	casi	cinco	siglos	un	nuevo	campo	de
posibilidades,	la	naturaleza	distinta	de	los	acrílicos	ha	abierto	en	la	actualidad	las
puertas	a	la	exploración	de	nuevas	técnicas,	con	la	ventaja	adicional	de	que	el
nuevo	medio	es	químicamente	más	seguro	y	estable.	En	un	principio,	cuando
aparecieron	en	el	mercado	los	primeros	colores,	la	falta	de	conocimiento	y
experiencia	condujo	a	muchos	artistas	a	utilizar	estas	pinturas	igual	que	las	ya
existentes,	y	a	establecer	inevitables	comparaciones	con	el	óleo	y	las	acuarelas.
Sin	embargo,	transcurridas	varias	décadas,	se	comprobó	que	los	colores	acrílicos
poseían	características	propias	y	que	era	una	pérdida	de	tiempo	explotarlos	a
imitación	de	otros	procedimientos.	Los	acrílicos	tienen	ventajas	y	limitaciones,	y
es	tarea	del	pintor	decidir	si	puede	aprovechar	unas	a	pesar	de	las	otras.
la	Calidad	de	los	colores
la	elección	de	los	colores	es	esencialmente	personal.	Sin	embargo,	el	principiante
debería	comenzar	con	una	escala	limitada,	para	así	estudiar	las	mezclas
potenciales	que	son	capaces	de	proporcionar	unos	pocos	colores	básicos,	antes
de	aventurarse	en	el	descubrimiento	de	colores	menos	habituales	y	de	nuevos
colores	favoritos.
COLORES	Y	MARCAS
Algunas	marcas	venden	los	colores	muy	por	debajo	del	precio	de	las	demás,	pero
estos	colores	son	menos	fiables	y	permanentes.	Las	marcas	más	conocidas	como
Rowney,	Winsor	&	Newton,	Liquitex,	Titán	y	Aquatec	ofrecen	amplias	gamas
de	colores.	Existen	sutiles	diferencias	entre	ellas,	igual	que	sucede	entre	las
pinturas	al	óleo,	incluso	un	mismo	color	puede	tener	distintos	nombres	según	la
marca.	Los	fabricantes	garantizan	la	compatibilidad	dentro	de	su	propia	gama	de
acrílicos,	pero	recalcando	que	esos	materiales	no	son	necesariamente
compatibles	con	los	de	otras	marcas.
Muchos	pigmentos	no	se	mezclan	bien	con	la	sustancia	acrílica,	por	eso	muchos
colores	aparecen	etiquetados	como	“tono”,	es	decir,	que	se	corresponde	al	tono
aproximado	de	ese	color,	aunque	el	pigmento	no	sea	el	original.
PINTURAS	ALTERNATIVAS
Los	acrílicos	se	fabrican	en	casi	las	mismas	gamas	de	colores	que	los	óleos	o	las
acuarelas	salvo	pocas	excepciones.	Así,	se	encuentran	los	tradicionales	ocre
amarillo,	sombra	natural,	rojo	de	Venecia,	azul	cobalto	o	ultramar.	Algunos
colores	populares,	como	el	verde	esmeralda	y	el	rojo	sanguina,	no	se	mezclan
bien	con	la	resina	acrílica,	por	lo	que	se	han	fabricado	otros	pigmentos
alternativos	para	su	uso	específico	con	pinturas	acrílicas.	No	son	los	únicos,
también	hay	otros	exclusivos	para	acrílicos,	como	carmesí	naftol,	verde	de
ftalocianina,	azul	de	indantreno	y	púrpura	de	dioxazina.	El	artista	que	emplea
acrílicos	por	primera	vez	debe	dejarse	aconsejar	y	experimentar	para	descubrir
qué	colores	son	los	más	adecuados	para	él.
MANTENIMIENTO	DE	LOS	COLORES
Escoger	bien	los	colores	es	importante,	pero	también	lo	es	su	mantenimiento.
Por	esto,	al	final	de	una	sesión,	es	mejor	hacer	el	esfuerzo	de	limpiar	todos	los
tapones	y	las	boquillas,	así	como	el	cuello	de	los	tubos,	con	un	trapo	húmedo
antes	de	taponarlos	de	nuevo.	De	lo	contrario,	la	pintura	incrustada	se	endurece	y
no	deja	que	el	tapón	se	enrosque	bien;	esto	dificulta	la	posteriorabertura	de	los
tubos	y	propicia	que	entre	aire	en	ellos	y	se	seque	accidentalmente	la	pintura	que
contienen.	Sobre	todo	hay	que	tener	cuidado	en	cerrar	bien	las	tapas	de	la	pintura
que	se	vende	en	frascos.
Interesa	comprobar	la	densidad	de	los	colores,	ya	que	muchas	veces	varían	de
manera	notable	en	función	de	la	marca.
Algunas	marcas	de	acrílico	se	han	especializado	en	ofrecer	pinturas	algo	más
licuadas	en	botes	de	plástico.	Son	muy	económicos	y	pueden	adquirirse	en
varios	tamaños.
Conviene	limpiar	con	asiduidad	las	roscas	de	los	tubos	con	un	paño	mojado	en
agua;	así,	nos	aseguramos	de	que	cierren	bien	y	la	pintura	no	se	seque.
mezcla	de	colores
todos	los	artistas	necesitan	un	conocimiento	básico	del	color,	y	el	único	medio
eficaz	para	aprender	a	mezclar	colores	es	experimentando	a	partir	del	ensayo	y	el
error.	Seguidamente,	ofrecemos	algunas	indicaciones	sobre	los	colores	básicos
que	deberíamos	adquirir	y	cómo	preparar	las	primeras	mezclas.
¿CON	QUÉ	COLORES	DEBEMOS	EMPEZAR	A
PINTAR?
Por	supuesto,	una	paleta	con	muchísimos	colores	no	constituye	necesariamente
una	ventaja	para	el	principiante,	cualquiera	que	sea	el	medio	empleado.	Los
profesionales	suelen	trabajar	con	una	gama	de	unos	25	colores;	sin	embargo,	con
una	de	entre	10	y	15	tonos	podemos	conseguir	una	variedad	infinita	de
posibilidades.	Detallamos	a	continuación	qué	colores	deberían	adquirirse	para
empezar	a	pintar	con	una	mínima	garantía	de	éxito:	blanco,	amarillo	de	cadmio,
naranja,	ocre	amarillo,	tierra	de	Siena	natural,	rojo	de	Venecia,	rojo	cadmio,
violeta,	azul	cerúleo,	azul	ultramar,	verde	savia,	verde	esmeralda,	sombra	natural
y	negro.
Conviene	practicar	las	mezclas	entre	los	colores	primarios	(azul,	amarillo	y
magenta)	para	obtener	los	secundarios	(verde,	rojo-naranja	y	violeta).
Al	construir	naranjas	o	violetas	a	partir	de	mezclas,	el	color	resultante	es	algo
más	apagado	que	el	manufacturado	que	compramos	en	la	tienda.	Comparemos
los	colores	de	tubo	(izquierda)	con	las	mezclas	(derecha).
NARANJAS,	VERDES	Y	VIOLETAS
Sabemos	que	mezclando	el	amarillo	y	el	rojo	obtenemos	el	naranja,	el	azul	y	el
amarillo	dan	el	verde,	y	el	rojo	y	el	azul	dan	el	violeta.	Pero	si	intentamos
mezclarlos	con	pinturas	acrílicas	el	resultado	será	desalentador,	obtendremos	un
naranja	apagado,	un	verde	sucio	y	un	violeta	turbio.	Por	este	motivo,	conviene
tener	en	la	recámara	un	tubo	de	color	naranja,	otro	violeta	y	un	par	de	verdes.
Siempre	podremos	acudir	a	ellos	cuando	realmente	necesitemos	un	color
brillante	e	intenso.
EL	DEBATE	DEL	NEGRO
La	inclusión	del	negro	en	la	lista	de	colores	básicos	puede	ser	discutible.	Muchos
artistas	consideran	innecesario	este	color,	pues	puede	obtenerse	mezclando	otros
como	el	azul	ultramar,	un	rojo	de	Venecia	y	un	verde	oscuro.	Sin	embargo,	un
negro	construido	a	partir	de	la	mezcla	de	estos	tres	colores	es	más	interesante	y
tiene	más	armonía	con	el	resto	de	la	pintura	que	el	negro	de	fábrica.	El	negro
suele	evitarse,	pues	muchos	principiantes	caen	en	el	error	de	utilizarlo	para
oscurecer	los	colores,	alterando	también	el	vigor	y	el	carácter	de	alguno	de	ellos.
Por	ejemplo,	el	rojo	con	negro	se	convierte	en	tierra	y	el	amarillo	en	verde.	El
negro	no	suele	utilizarse	para	las	mezclas,	sólo	lo	emplearemos	en	ocasiones	en
que	su	intervención	esté	muy	justificada,	como	en	la	representación	de	un
nocturno.
El	negro	no	debe	utilizarse	para	oscurecer	los	colores,	pues	los	altera
demasiado,	convierte	el	rojo	y	el	amarillo	en	colores	turbios	y	marronosos.
La	mejor	manera	de	construir	un	negro	es	mezclando	entre	sí	un	azul	y	verde
oscuros	y	carmín.
Lista	completa	de	colores	aconsejados	para	pintar	con	acrílicos:	blanco	de	titán
(A),	amarillo	de	cadmio	(B),	naranja	(C),	ocre	amarillo	(D),	tierra	de	Siena
natural	(E),	carmín	de	garanza	(F),	rojo	de	cadmio	(G),	violeta	permanente	(H),
azul	cerúleo	(I),	azul	cobalto	(J),	verde	permanente	(K),	verde	ftalo	(L),	tierra	de
sombra	natural	(M)	y	negro	(N).
Para	evaluar	la	opacidad	y	transparencia	de	cada	color,	se	ha	trazado	una	línea
negra.	Luego,	encima	se	ha	aplicado	una	pincelada	espesa	de	cada	color.	Al
secarse	se	comprueba	cómo	algunos	colores	tienden	a	transparentar.
En	la	pintura	acrílica,	los	colores	no	tienen	una	intensidad	ni	opacidad
homogéneas.	Debemos,	pues,	aprender	a	distinguir	las	características	cromáticas
de	cada	color	y	tenerlo	en	consideración	cada	vez	que	construyamos	nuevos
colores	a	partir	de	las	mezclas.
COLORES	FUERTES	Y	COLORES	DÉBILES
Algunos	pigmentos	son	de	color	más	intenso	y	fuerte	que	otros,	y	por	eso
resultan	más	eficaces	para	las	mezclas.	Si	trabajamos	con	pigmentos	muy
fuertes,	bastará	con	utilizar	una	pequeña	cantidad	para	teñir	la	mezcla	de	ese
color,	ya	que	si	sobrepasamos	el	color	puede	resultar	demasiado	fuerte.	Un	poco
de	práctica	en	mezclar	colores	nos	familiarizará	pronto	con	el	poder	de	tinción
de	cada	pigmento.	Normalmente,	dicho	poder	de	tinción	se	halla	estrechamente
relacionado	con	la	opacidad	del	color.	Cuanto	más	opaco	es	el	color	mayor	es	su
poder	de	tinción;	por	el	contrario,	cuanto	más	transparente	sea	el	color	mayor
cantidad	de	éste	necesitaremos	en	las	mezclas.	Probemos	con	un	rojo	(color
fuerte)	y	un	amarillo	(color	débil);	para	fabricar	un	naranja,	apenas
necesitaremos	una	punta	de	rojo	y	una	generosa	cantidad	de	amarillo.
AÑADIR	BLANCO	O	AGUA
Una	vez	realizada	la	mezcla	de	color	hay	que	considerar	cómo	aclarar	el	color	de
una	manera	u	otra	según	la	técnica	empleada.	Por	ejemplo,	si	pintamos	con	las
pinturas	diluidas,	a	modo	de	acuarela,	los	colores	se	aclaran	añadiendo	agua.
Para	tratamientos	opacos,	los	colores	se	aclaran	añadiendo	blanco.	Pero	debe
hacerse	con	precaución,	añadiendo	muy	poca	cantidad,	ya	que	el	blanco	altera	el
carácter	de	algunos	colores.	Si	tenemos	la	ocasión	de	aclarar	un	color	con	otros
más	claros	de	la	misma	gama	debe	hacerse	de	este	modo	para	evitar	blanquear
en	exceso	el	resultado.
Existen	dos	maneras	básicas	de	aclarar	un	color	acrílico:	rebajándolo	con	agua
(A)	o	mezclándolo	con	un	poco	de	blanco	(B).
Cuando	se	trabaja	con	aguadas	la	pintura	debe	ser	muy	diluida,	ya	que	si	no
estropearía	el	efecto	de	dibujo.	Optemos	por	los	pigmentos	transparentes.
NO	MEZCLAR	EN	EXCESO
La	única	manera	de	descubrir	cómo	obtener	un	color	es	mezclarlos	uno	mismo	a
partir	de	la	selección	de	nuestra	paleta.	Conviene	que	sepamos	mezclar	y
encontrar	los	colores	del	modelo.	Al	cabo	de	un	rato,	inevitablemente,	las
mezclas	de	colores	se	confunden	en	la	paleta,	es	decir,	tienden	a	montarse	unas
sobre	otras,	especialmente	en	las	últimas	fases	de	trabajo.	Esto	supone	un
peligro,	que	puede	conducirnos	a	mezclar	los	colores	en	exceso,	y	es	fácil	acabar
con	una	paleta	completamente	gris	y	una	pintura	turbia.	Por	lo	tanto,	no
mezclemos	las	pinturas	en	exceso,	tres	colores	como	máximo	y	luego	limpiamos
la	paleta	una	vez	que	no	quede	espacio	para	las	mezclas.
Las	mezclas	deben	limitarse	a	un	máximo	de	tres	colores	para	evitar	que	el
resultado	sea	muy	turbio.	Por	esta	misma	razón,	conviene	limpiar	la	paleta	de
vez	en	cuando	para	no	sobrecargarla	con	mezclas	distintas.
algunas	Aplicaciones	para	probar
con	la	pintura	acrílica	pueden	imitarse,	e	incluso	superarse,	muchos	resultados
de	otros	medios	clásicos,	pues	proporciona	las	mismas	transparencias	que	la
acuarela,	el	mismo	grado	de	opacidad	que	el	guache	y	el	temple,	así	como	la
consistencia	densa	y	espesa	del	óleo.	Pero	para	entender	mejor	sus	posibilidades,
conviene	poner	a	prueba	los	colores	a	fin	de	observar	cómo	reaccionan	y	qué
prestaciones	son	capaces	de	ofrecer.
Si	vamos	a	pintar	con	los	acrílicos	aguados	conviene	poner	poco	color	en	la
paleta	para	evitar	que	se	seque	antes	de	usarlo.
TRABAJAR	CON	POCA	PINTURA
Dado	que	el	acrílico	seca	pronto,	es	mejor	sacar	menos	pintura	de	la	necesaria,
sobre	todo	si	nuestra	única	intención	es	hacer	unas	pruebas	de	color.	Siempre
podremos	volver	a	sacar	más	cantidad	cuando	la	necesitemos	y	la	adición	de
pintura	limpia	refrescará	los	colores	en	lapaleta	de	trabajo	y	mantendrá	la
pintura	blanda	y	manejable.	Inevitablemente,	los	artistas	usan	mucho	blanco	y	es
probable	que	se	precise	al	menos	el	doble	de	blanco	que	de	cualquier	otro	color.
La	mejor	manera	de	convencernos	de	la	versatilidad	de	los	acrílicos	es	pintar
un	mismo	modelo	variando	la	consistencia	de	la	pintura.	El	primer	ejemplo	se
ha	construido	con	pintura	muy	aguada.
En	el	segundo	ejemplo	la	pintura	se	aplica	menos	aguada,	más	cremosa.	Los
colores	son	más	vivos	y	las	aplicaciones	de	color	más	cubrientes.
PONER	A	PRUEBA	SU	VERSATILIDAD
Tomemos	como	modelo	un	objeto	sencillo	y	tratemos	de	reproducirlo	con	apenas
unas	pocas	manchas.	Lo	dibujamos	repetidas	veces	para	pintarlo	variando	la
consistencia	de	la	pintura.	En	una	primera	versión,	lo	cubrimos	con	aguadas	muy
diluidas;	en	una	segunda,	con	pinceladas	planas	y	opacas;	en	una	tercera,	con
pinceladas	gruesas	y	cremosas;	y	en	la	última,	con	empastes	realizados	con
espátula.	Este	sencillo	ejercicio	nos	permite	comprobar	la	adaptabilidad	de	la
pintura	en	cada	circunstancia.
PRUEBA	DE	SECADO
Tras	realizar	este	sencillo	experimento	sacamos	dos	conclusiones.	La	gran
ventaja	de	los	acrílicos,	cuando	se	trabaja	con	veladuras,	es	su	rápido	secado.
Esto	permite	superponer	capas	de	pintura	sin	esperar	a	que	se	seque	la	capa
anterior.	Pero	esta	aparente	ventaja	se	convierte	en	contrariedad	cuando	la
pintura	que	aplicamos	es	cremosa	o	espesa,	ya	que	dificulta	el	movimiento	de
ésta	por	la	superficie	y	la	mezcla	de	colores.
El	acrílico	suele	oscurecerse	al	secarse,	pues	el	disolvente	en	el	que	se	halla
suspendido	es	blanco	cuando	está	húmedo	pero	se	vuelve	transparente	al	secarse.
Véase	aquí	la	diferencia	entre	un	color	húmedo	y	el	mismo	seco.
Con	pintura	más	espesa	el	modelo	muestra	una	mayor	solidez,	el	cuerpo	parece
más	compacto	y	es	posible	distinguir	el	rastro	de	las	pinceladas.
La	mejor	manera	de	aplicar	el	acrílico	denso	es	por	medio	de	la	espátula.	Aquí,
la	pintura	adquiere	un	fuerte	relieve	y	las	mezclas	entre	los	colores	son	menos
cuidadas	pero	más	expresivas.
el	acrílico	es	el	medio	que	mayores	posibilidades	ofrece	en	el	trabajo	con
texturas.	Admite	con	mucha	facilidad	la	adición	de	carga	matérica,	la	cual,
mezclada	con	la	pintura,	proporciona	una	textura	rugosa,	pastosa,	granulada…,
según	el	material	que	le	añadamos.	Esto	abre	las	puertas	al	efectismo	y	a	la
pintura	con	relieve,	que	ofrece	infinitas	posibilidades	a	los	artistas	que	pretenden
dar	a	sus	pinturas	un	acabado	muy	moderno	y	contemporáneo.
fabricar	texturas
TRABAJANDO	EN	RELIEVE
Los	acrílicos	pueden	mezclarse	con	arena,	serrín,	paja	o	polvo	de	mármol	para
producir	texturas;	sin	embargo,	estas	materias	no	se	mezclan	con	los	colores	sin
más,	primero	conviene	preparar	una	pasta	de	textura.	Para	fabricarla,	se	vierte	un
poco	de	látex	en	un	bol	o	cazoleta	y	luego	se	le	añade	la	carga	de	textura.	Lo
mezclamos	bien	para	que	la	cola	látex	impregne	todo	el	material.	Ahora,	esta
sustancia	está	lista	para	mezclarse	con	la	pintura	acrílica.
1.	Podemos	adquirir	la	pasta	de	modelado	en	un	comercio	de	bellas	artes	o
fabricarla	nosotros	mismos.	Para	lo	segundo,	necesitaremos	un	bol	y	cola
blanca	o	látex.
2.	Vertemos	una	generosa	cantidad	de	látex	en	el	bol	y	añadimos	la	carga,
que	puede	ser	de	arena	o	de	polvo	de	mármol.
3.	Mezclamos	los	dos	ingredientes	hasta	obtener	una	pasta	homogénea
espesa.	Para	pintar	basta	con	añadirla	a	la	pintura	para	que	adquiera
volumen.
La	pasta	de	modelado	puede	mezclarse	directamente	con	la	pintura	acrílica,
pero	para	aplicarla	necesitaremos	una	espátula,	pues	su	densidad	hace	inviable
el	uso	de	pinceles.
La	pasta	de	textura	tiene	un	gran	poder	adhesivo,	hasta	tal	punto	que	también
pueden	encastarse	objetos	mientras	la	pintura	todavía	está	húmeda.
PASTA	DE	MODELADO
Los	mediums	acrílicos	anteriormente	mencionados,	así	como	la	pasta	de
modelado,	el	gel	u	otras	sustancias	espesantes	pueden	adquirirse	en	un	comercio
especializado,	no	es	necesario	fabricarlos.	Cuando	los	mezclemos	con	las
pinturas	hay	que	tener	en	cuenta	dos	indicaciones.	La	primera	es	que	en	ninguna
mezcla	debe	ponerse	más	de	un	50	%	de	médium,	pues	de	lo	contrario	el	color
pierde	fuerza.	Y	la	segunda	es	que	hay	que	tener	cuidado	con	los	mediums
espesantes	realizados	a	partir	de	polvo	de	mármol	o	arena,	pues	tienden	a	ofrecer
un	color	agrisado	cuando	se	secan;	esto	significa	que,	por	extensión,	también
pueden	agrisar	los	colores	acrílicos.	Conviene	que	recordemos	esto	si	no
queremos	tener	sorpresas.
MANERA	DE	APLICAR	LA	PASTA
La	pasta	de	modelado	puede	mezclarse	con	la	pintura,	pero	la	masa	resultante	es
tan	espesa	que	no	se	maneja	con	comodidad.	Esto	nos	obliga	a	trabajar
necesariamente	con	una	espátula.	La	pasta	se	aplica	directamente	sobre	un
soporte	para	crear	un	relieve;	una	vez	seco,	puede	lijarse	un	poco	para	eliminar
empastes	demasiado	prominentes	o	picos	molestos.	Se	aplicará	la	pasta	en	capas
de	6	mm	de	grosor	como	máximo,	dejando	secar	cada	capa	antes	de	añadir	la
siguiente.	Si	las	capas	son	demasiado	gruesas,	la	película	exterior	se	secará	con
más	rapidez	que	la	interior,	con	el	peligro	de	que	la	superficie	se	agriete.
La	pasta	de	modelado	proporciona	a	la	pintura	un	relieve	muy	característico,
donde	no	tiene	lugar	el	detalle.
Técnicas	con	acrílicos
“CUANDO	PINTO	TENGO	UNA	NOCIÓN	GENERAL	DE	LO	QUE	TENGO
ENTRE	LAS	MANOS.	PUEDO	DOMINAR	EL	FLUJO	DE	LA	PINTURA;	NO
HAY	NADA	ACCIDENTAL	(...)	NO	TENGO	MIEDO	DE	HACER	CAMBIOS,
DE	DESTRUIR	LA	IMAGEN,	ETC.,	PORQUE	LA	PINTURA	TIENE	VIDA
PROPIA.	TRATO	DE	DEJAR	QUE	SE	MANIFIESTE.”
Jackson	Pollock,	en	Everitt,	A.:	El	expresionismo	abstracto.	Labor,	Barcelona,
1984,	pág.	23.
El	acrílico	aguado
ANNA	LLIMÓS.	COMPOSICIÓN	CON	BOTELLAS,	2007.
ACRÍLICO	SOBRE	PAPEL
Superposiciones	y	transparencias.
El	acrílico	puede	utilizarse	de	manera	diluida,	superponiendo	diversas	aguadas
de	color	transparente;	permite	conseguir	efectos	semejantes	a	los	de	la	acuarela,
pero	el	brillo	es	mate	y	los	colores	resultan	algo	más	apagados.	Su	ventaja	con
respecto	a	la	acuarela	es	que	cuando	la	pintura	se	seca	deja	de	ser	soluble;	así
pues,	no	importa	lo	mucho	que	intervengamos	con	el	pincel,	los	colores
subyacentes	son	permanentes,	no	se	diluyen	ni	alteran.	Lo	que	significa	que
cualquier	modificación	del	color	de	una	aguada	debe	terminarse	mientras	está
húmeda	porque	después	no	será	factible.
Comenzar	la	pintura:	empleo	de	colores	base
El	dibujo	lineal	realizado	a	lápiz	suele	ser	la	opción	más	recurrente,	sobre	todo
si	se	va	a	trabajar	con	suaves	veladuras	de	color.
dibujar	antes	de	pintar	no	es	imprescindible.	Algunos	artistas	se	limitan	a	trazar
algunas	líneas	a	lápiz	o	hacer	algunas	marcas	con	el	pincel	para	establecer	los
principales	puntos	de	referencia	de	la	composición.	Luego,	se	elige	la	manera
más	adecuada	para	preparar	el	soporte	y	realizar	las	primeras	manchas.
DIBUJO	LINEAL
La	manera	más	extendida	de	empezar	una	pintura	consiste	en	hacer	un	ligero
dibujo	a	lápiz	sobre	la	superficie	antes	de	aplicar	los	colores.	No	es	necesario
realizar	un	dibujo	muy	detallado,	unas	cuantas	formas	lineales	o	un	silueteado
son	suficientes.	No	perdamos	el	tiempo	en	detalles,	la	mayor	parte	de	éstos
quedarán	cubiertos	por	las	primeras	capas	de	color.	Por	otro	lado,	no	cometamos
el	error	de	dibujar	con	carboncillo,	cretas	o	sanguina,	pues	estos	materiales
desprenden	mucho	polvillo,	que	ensuciaría	y	alteraría	la	pureza	de	los	colores
acrílicos,	sobre	todo	de	los	colores	claros.
MANCHADO	CON	COLORES	REBAJADOS
La	fase	de	manchado	puede	realizarse	sobre	el	dibujo	a	lápiz	o	bien	sobre	el
soporte	virgen,	de	color	blanco.	No	se	trata	de	pensar	en	formas	y	contornos	sino
sólo	en	colores.	Se	aplican	manchas	de	color	rebajado	en	agua,	las	cuales	se
secan	rápidamente.	En	este	aspecto,	los	acrílicos	son	muy	similares	a	las
acuarelas.	Uno	de	sus	principales	méritos	es	la	capacidad	de	hacerse
transparentes	cuando	se	mezclan	con	agua	o	con	médium	acrílico.
Conviene	evitar	el	uso	del	carboncillo,pues	el	polvillo	negruzco	que	desprende
se	mezcla	con	los	colores	y	los	ensucia	y	agrisa.
Las	primeras	manchas	de	color	acrílico	conviene	que	sean	algo	rebajadas	con
agua	y	planas,	deben	sentar	la	base	de	color	para	futuras	aplicaciones.
PREPINTADO	MONOCROMO
El	prepintado	monocromo	de	una	obra,	generalmente	de	color	gris,	marrón	o
azulado,	contribuye	a	analizar	las	sombras	y	a	valorar	las	principales	relaciones
tonales.	En	pinturas	que	presentan	destacados	contrastes	entre	luces	y	sombras	o
una	fuerte	estructura	tonal,	un	prepintado	en	negros,	blancos	y	grises	da	muy
buenos	resultados.	Se	construye	el	modelo	con	un	color	monocromo	al	que	luego
se	superponen	nuevos	colores	que	no	cubren	por	completo	el	manchado	inicial.
No	tiene	sentido	realizar	un	prepintado	monocromo	si	después	no	forma	parte	de
la	imagen	final.
EXTENDER	UN	COLOR	DE	FONDO
Los	lienzos	y	tableros	entelados	que	se	venden	para	acrílicos	suelen	ser	blancos,
pero	en	ocasiones	resulta	útil	aplicar	un	fondo	antes	de	empezar	a	pintar.	El
teñido	del	fondo	se	lleva	a	cabo	con	facilidad:	aplicamos	un	acrílico	diluido	por
toda	la	superficie	y	en	pocos	minutos	está	seco.	Lo	habitual	es	escoger	un	color
neutro	como	el	gris,	un	azul	o	un	ocre.	Hay	quien	prefiere	colores	más	vivos	y
saturados,	lo	cual	obliga	luego	a	pintar	con	capas	de	pintura	más	opaca.
Si	pintamos	con	asiduidad	con	acrílicos,	conviene	que	tengamos	varios	papeles
o	soportes	preparados	con	diversos	colores	de	fondo.
1.	Una	buena	manera	de	plantear	las	primeras	manchas	es	por	medio	de	un
trabajo	monocromo;	en	tal	caso,	los	colores	más	adecuados	son	los	azules,
marrones	o	grises.
2.	Una	vez	concluido	el	planteamiento	monocromo,	que	nos	permite	fijar	las
luces	y	las	sombras,	incorporamos	nuevos	colores.
el	trabajo	con	línea	y	mancha
una	de	las	propiedades	de	la	pintura	acrílica	es	que	se	presta	muy	bien	al	dibujo
con	línea,	bien	como	un	esbozo	previo	del	diseño	o	como	parte	de	la	obra
terminada.	Esto,	combinado	con	las	manchas	densas	de	color,	puede
proporcionar	a	nuestras	pinturas	un	talante	muy	expresivo,	especialmente	si
trabajamos	con	colores	vivos.
BOCETOS,	DIBUJOS	Y	COLOR
Antes	de	empezar	a	pintar	es	aconsejable	realizar	una	serie	de	rápidos	bocetos
que	nos	ayuden	a	visualizar	la	composición	final.	Pueden	hacerse	en	forma	de
dibujos	o	pequeños	bosquejos	a	color.	Algunos	artistas	plásticos	hacen	ambas
cosas,	primero	dibujan	muchos	dibujos	diminutos	y	después	seleccionan	los
mejores	para	añadirles	color.	No	existe	un	orden	de	aplicación	de	líneas	o
manchas.	Hay	quien	empieza	esbozando	el	modelo	con	líneas	y	luego	lo	culmina
con	unas	pocas	manchas	superpuestas.	También	existe	la	opción	contraria,
construir	la	composición	con	amplias	aplicaciones	de	colores	y	luego	contornear
los	objetos	para	revelar	mejor	su	presencia.	Hagamos	la	prueba	y	adoptemos
aquella	que	nos	sea	más	cómoda.
Una	alternativa	al	dibujo	a	lápiz	es	el	dibujo	a	pincel,	sobre	todo	si	el	fondo	es
de	color.	Se	usan	colores	que	contrasten	fuertemente	con	el	color	del	soporte.
Antes	de	embarcarse	en	grandes	empresas	conviene	trabajar	el	apunte,	realizar
pequeñas	notas	de	color	combinando	manchas	y	líneas.	Tratemos	de	dar	rienda
suelta	al	color	sin	miedos	ni	complejos.
Lo	normal	es	aplicar	líneas	sobre	las	zonas	de	color	para	destacar	formas	y
perfiles,	pero	también	podemos	invertir	el	orden.
Si	decidimos	superponer	trazos	o	líneas	a	un	boceto	realizado	con	manchas,
debemos	procurar	exagerar	la	curvatura	del	perfil	de	las	cosas	para	que	el	trazo
sea	más	rítmico	y	grácil.
DIBUJO	A	PINCEL
Una	alternativa	al	dibujo	a	lápiz	es	empezar	pintando	el	modelo	con	pincel	(si	no
tenemos	suficiente	dominio	en	el	dibujo,	es	preferible	desestimar	esta
posibilidad	hasta	que	nuestro	trazo	sea	seguro).	Basta	con	tomar	un	color	que
contraste	con	el	fondo	y	apuntar	formas	y	perfiles	con	un	pincel	redondo	fino.
Luego,	podemos	dejar	que	aparezca	deliberadamente	el	dibujo	coloreado	en	la
pintura	final,	convirtiéndose	así	en	un	nuevo	elemento	gráfico	que	añadir	a	la
mezcla	de	colores.
TRABAJAR	EL	CONJUNTO	EVITANDO	LOS
DETALLES
La	principal	regla	para	los	acrílicos	es	bosquejar	primero	las	zonas	más
importantes	de	tono	y	de	color,	y	luego	trabajar	en	toda	la	composición
simultáneamente,	sin	perder	de	vista	las	relaciones	entre	los	distintos	tonos	y
formas.	Trabajar	la	pintura	por	partes	hasta	el	final,	con	excesivo	detalle,	no
suele	ser	una	buena	idea,	pues	existe	el	riesgo	de	que	la	composición	quede
desarticulada.
1.	Analicemos	estas	dos	imágenes.	Primero	construimos	a	partir	de	manchas
de	colores,	destacando	el	perfil	de	los	objetos	gracias	al	contraste.
2.	Luego	se	define	con	la	intervención	de	la	línea.	El	trazo	aporta	mayor
ritmo	a	la	composición	y	realza	el	interés	visual	de	los	objetos.
después	de	realizar	algunas	aguadas	de	color	con	acrílico,	seguramente	se	habrá
comprobado	que	fluyen	fácilmente	y	que	son	similares	a	las	acuarelas;	sin
embargo,	así	como	los	colores	de	la	acuarela	palidecen	con	el	tiempo	si	están
expuestos	a	la	luz,	la	mayoría	de	los	acrílicos	mantienen	su	vigor	una	vez	secos.
¡Que	corra	el	agua!
COLORES	LUMINOSOS
Al	diluir	las	pinturas	acrílicas	en	una	cantidad	abundante	de	agua	o	médium,	se
producen	delicadas	aguadas	o	veladuras	a	través	de	las	cuales	se	refleja	la
superficie	blanca	del	papel	o	del	lienzo,	lo	que	aumenta	la	luminosidad	de	los
colores.	Para	aplicar	una	aguada,	conviene	diluir	primero	el	color	en	agua
abundante	y	luego	pintar	la	zona	en	cuestión	permitiendo	que	corra	la	aguada,	es
decir,	dirigiendo	el	agua	con	la	punta	del	pincel,	para	que	vaya	cubriendo	las
zonas	que	nos	interesan.
EL	AÑADIDO	DE	MÉDIUM	A	LA	AGUADA
El	control	de	las	aguadas	para	que	el	color	se	distribuya	de	modo	uniforme
puede	ser	un	problema	con	los	acrílicos,	sobre	todo	si	se	trabaja	sobre	papel.	Tal
problema	puede	solucionarse	añadiendo	a	la	aguada	un	aumentador	de	fluidez	o
un	poco	de	médium	mate	o	brillante.	Esto	da	el	volumen	justo	a	la	pintura,	que
se	extiende	con	mayor	fluidez	sobre	el	papel	o	el	lienzo.	Las	pinceladas
mantienen	mejor	su	forma	con	un	médium	y	agua	que	con	agua	sola,	y	además
resultan	más	fáciles	de	controlar.
MEZCLAR	LAS	AGUADAS
Los	colores	no	siempre	deben	mezclarse	antes	sobre	la	paleta.	Cuando	se	trabaja
con	acrílico	esta	mezcla	puede	realizarse	directamente	sobre	el	papel,	a	ser
posible	de	acuarela.	Es	una	técnica	muy	habitual	en	la	pintura	paisajística,	pues
nos	permite	resolver	el	tema	en	un	corto	período	de	tiempo,	pudiendo	trabajar
directamente	frente	al	modelo	real.	Se	empieza	por	la	parte	superior	del	cuadro	y
se	van	añadiendo	colores	y	tonos	distintos	sin	esperar	a	que	las	aguadas	se
sequen.	El	resultado	es	una	pintura	muy	atmosférica	que	muestra	una	gran
riqueza	de	matices.	Veamos	el	siguiente	ejemplo.
Cada	franja	de	nubes	incorpora	nuevos	colores	que	se	mezclan	con	el	marrón	o
con	los	tonos	violeta,	que	sirven	de	color	base	para	este	cielo	nublado.
No	es	necesario	pintar	el	blanco	de	las	nubes,	basta	con	dejar	calvas	donde	el
papel	aparece	sin	pintar.	La	impresión	final	es	fluida	y	muy	atmosférica.
pintar	líneas	sobre	un	soporte	mojado
si	mojamos	previamente	el	papel,	cuando	apliquemos	las	pinceladas	el	color	se
romperá	y	se	expandirá,	provocando	interesantes	efectos	degradados.	Las	líneas
se	desmiembran	en	multitud	de	ratificaciones	de	color	que	invaden	las	zonas
blancas	del	papel	proporcionando	un	efecto	atmosférico	a	la	pintura.
HÚMEDO	SOBRE	HÚMEDO
Se	designa	así	cuando	aplicamos	pintura	acrílica	sobre	un	papel	humedecido
antes	con	agua	u	otro	color.	El	agua	permite	que	la	pintura	se	expanda	sobre	la
superficie	de	color	de	forma	incontrolada.	El	efecto	es,	en	parte,	aleatorio;	pero
se	puede	controlar	hacia	dónde	se	esparcirá	la	pintura	y	su	extensión	si	se	está
atento	a	los	tiempos	de	secado	del	papel	y	a	la	inclinación	del	soporte.
CONTROLAR	LOS	TIEMPOS	DE	SECADO
Antes	de	pintar	sobre	un	papel	conviene	comprobar	su	nivel	de	absorción.	Para
esto	se	toman	tres	recortes	pequeños	de	ese	papel	y	seempapan	con	un	pincel
cargado	de	agua.	La	superficie	debe	quedar	completamente	empapada.	Casi	de
inmediato	se	trazan	dos	líneas	azules	con	pintura	espesa,	nada	aguada.	El	color
se	expande	rápidamente,	forma	degradados	y	rompe	la	solidez	del	perfil.	Para
pintar	el	segundo	papel	se	esperan	dos	minutos,	luego	se	trazan	dos	líneas
azules.	El	agua	se	ha	absorbido	más,	en	consecuencia,	el	trazo	es	más	sólido
aunque	sus	bordes	aparecen	bastante	desenfocados	y	difuminados.	Parte	del
color	invade	las	zonas	mojadas	del	papel.	Transcurridos	cinco	minutos,	la
humedad	del	papel	se	ha	evaporado	bastante	y	las	pinceladas	azules	sólo
muestran	pequeñas	alteraciones	en	la	nitidez	del	perfil.
Para	controlar	mejor	la	expansión	del	color	es	necesario	realizar	pruebas	de
secado.	Basta	con	mojar	el	mismo	tipo	de	papel	que	se	va	a	utilizar	para	pintar
y	aplicar	dos	pinceladas	cada	dos	minutos	aproximadamente.	A	medida	que	se
evapora	el	agua	del	papel	la	pintura	se	expande	en	menor	grado.
UN	AVE	SOBRE	HÚMEDO
Verificados	los	tiempos	de	secado	del	papel	se	pinta	un	ave.	Tras	el	dibujo	a
lápiz	se	humedece	el	papel	con	una	paletina.	Se	carga	otro	pincel	con	acrílico	y
se	acaricia	la	superficie	mojada	depositando	el	color	amarillo.	La	pintura	se
escurre	libremente	hacia	otras	zonas	del	papel.	Con	el	mismo	pincel	se	realizan
las	aportaciones	azules	sobre	las	alas	y	en	la	cola,	basta	con	acariciar	cada	zona
con	la	punta	del	pincel.	Si	no	se	remueve	demasiado	el	color,	el	azul	y	el
amarillo	no	se	mezclan	en	exceso	ni	se	ensucian	mutuamente,	se	mantienen
estáticos	sobre	el	papel,	el	cual	se	deja	secar.	Se	realizan	en	seco	las	últimas
pinceladas	que	definen	la	cabeza	y	la	forma	de	algunas	plumas.
Los	colores	mezclados	con	la	técnica	de	húmedo	sobre	húmedo	suelen	conservar
su	intensidad	siempre	y	cuando	no	se	remuevan	demasiado.
1.	Tras	el	dibujo	a	lápiz	se	humedece	el	papel	con	una	paletina	empapada	de
agua.
2.	Se	aplican	pinceladas	de	color	amarillo	con	un	pincel	de	acuarela	fino.	El
color	se	expande	incontroladamente	sobre	la	superficie	mojada	del	papel.
3.	Terminado	el	amarillo	se	aplican	nuevas	pinceladas	de	azul.	El	proceso	se
lleva	a	cabo	sin	pausa	para	evitar	que	se	evapore	el	agua	del	papel.
4.	Los	detalles	finales	del	dibujo,	más	concretos	y	precisos,	se	realizan	sobre
seco;	así,	se	obtiene	el	contraste	entre	las	pinceladas	vaporosas	y	las	lineales.
el	Estudio	de	las	veladuras
las	veladuras	son	capas	transparentes	de	pintura	que	se	superponen	unas	a	otras
para	conseguir	sutiles	mezclas	de	color.	Si	se	trabajan	sobre	un	soporte	de	color
blanco	se	contagian	de	la	luminosidad	del	papel	revelando	uno	de	los	aspectos
más	atractivos	del	medio.	Las	aguadas	con	colores	acrílicos	superpuestos	se	usan
para	crear	mezclas	de	color	con	una	cualidad	traslúcida,	como	si	fueran	hojas	de
vidrio	coloreado.
CONSISTENCIA	DE	LA	VELADURA
La	veladura	puede	llevarse	a	cabo	con	pintura	diluida	sólo	con	agua,	pero	los
colores	serán	más	luminosos	y	transparentes	si	utilizamos	una	mezcla	de	agua	y
médium	brillante	o	mate.	Las	sucesivas	capas	no	tienen	por	qué	tener	la	misma
consistencia.
El	espesor	de	la	veladura	puede	alterarse	reduciendo	la	proporción	de	agua	y
aumentando	la	del	médium.	De	esta	manera,	la	pintura	será	a	la	vez	transparente
y	cremosa.	Si	las	veladuras	se	realizan	sólo	con	agua,	al	secarse	formarán	una
superficie	de	colores	apagados	y	mates,	en	definitiva,	los	colores	perderán	vigor.
MEZCLAR	LOS	COLORES	POR
SUPERPOSICIÓN
Cuando	se	trabaja	con	pinturas	opacas,	la	mezcla	de	los	colores	se	produce	en	la
paleta;	cuando	se	trabaja	con	veladuras,	estas	mezclas	también	pueden	realizarse
directamente	sobre	el	soporte,	superponiendo	un	color	a	otro	para	obtener	otro
nuevo.	Superponiendo	dos	lavados	transparentes	de	colores	puros	distintos	se
puede	crear	un	tercer	color	más	profundo	que	si	realizamos	la	mezcla	sobre	la
paleta.
Hagamos	la	prueba.	Extendamos	una	veladura	amarillenta	sobre	otra	ya	seca	de
color	azul	claro,	el	resultado	es	un	color	verde,	un	verde	mucho	más	natural,	rico
y	que	se	integra	mejor	en	el	conjunto	del	cuadro	que	un	verde	recién	salido	del
tubo	o	mezclado	previamente	en	la	paleta.
DE	CLARO	A	OSCURO
Para	pintar	con	acrílicos	se	trabaja	desde	lo	claro	hacia	lo	oscuro,	es	decir,	se
comienza	con	los	colores	más	claros	y	aguados	y	se	va	aumentando	la	intensidad
del	color	a	medida	que	avanza	el	ejercicio.	Sin	embargo,	los	acrílicos	gozan	de
una	ventaja:	si	se	ha	oscurecido	demasiado	una	zona,	podemos	acudir	de	nuevo	a
colores	claros	o	al	blanco	para	aplicar	veladuras	claras	sobre	oscuras.	No	se	debe
abusar	de	esto	último;	si	pintamos	de	claro	a	oscuro	nos	ahorraremos	muchas
correcciones	absurdas.
Las	mezclas	de	colores	con	veladuras	se	realizan	por	superposición.	Cada
aportación	de	color	modifica	los	que	se	encuentran	debajo.
Comprobemos	la	diferencia	entre	un	verde	construido	a	partir	de	veladuras,	de
un	tono	mucho	más	natural	(A),	y	uno	salido	directamente	del	tubo,	más
saturado	y	de	apariencia	sintética	(B).
Existe	la	falsa	idea	de	que	el	trabajo	con	veladuras	permite	la	superposición	de
tantas	aguadas	como	se	quiera.	No	es	así,	los	colores	pueden	quedar	muy	turbios.
Deberíamos	limitar	la	superposición	de	veladuras	a	dos	o	tres.
1.	El	trabajo	a	partir	de	veladuras	se	inicia	con	un	coloreado	general	basado
en	aguadas	transparentes.
2.	Sobre	las	aguadas	anteriores	aplicamos	nuevas	veladuras	que	maticen	los
colores	y	den	una	mayor	variedad	de	tonos	en	cada	zona.
3.	A	medida	que	nuevas	aguadas	se	superponen	a	las	anteriores	se	consigue
una	mayor	riqueza	de	matices	y	las	zonas	de	luz	y	de	sombra	se	distinguen
con	mayor	facilidad.
técnicas	monocromas	con	veladuras
la	mejor	manera	de	iniciarse	en	la	técnica	de	las	veladuras	es	a	partir	de	breves
ejercicios	realizados	con	un	solo	color;	de	este	modo,	se	puede	comprobar	cómo
las	aguadas	sucesivas	se	superponen	para	obtener	la	profundidad	y	oscurecer	el
tono,	sin	tener	que	afrontar	las	dificultades	que	entrañan	las	mezclas	de	colores.
LOS	COLORES	QUE	DEBEN	UTILIZARSE
Trabajar	con	un	solo	color	no	significa	trabajar	siempre	en	blanco	y	negro,	o
utilizar	únicamente	colores	neutros,	es	decir,	marrón	o	gris,	también	podemos
pintar	con	azul,	violeta	o	rojo.	Los	colores	excesivamente	claros	como	el
amarillo	o	el	ocre	amarillo	deben	descartarse,	pues	al	ser	tan	luminosos	no
proporcionan	una	gama	tonal	lo	suficientemente	amplia.	Es	preferible	empezar
pintando	objetos	sencillos,	por	ejemplo,	botellas,	frutas,	fruteros	o	jarrones,	y
tratar	de	representarlos	sólo	en	azul.
BLANCOS	CON	ACRÍLICO
Cuando	se	pinta	con	aguada	monocroma	los	blancos	suelen	obtenerse	dejando
sin	cubrir,	es	decir,	sin	pintar	algunas	zonas	específicas	del	papel	o	lienzo.	Sin
embargo,	si	se	nos	olvida	hacer	esto,	podemos	engañar	al	dibujo	usando	pintura
blanca	en	las	fases	finales,	así	que	pongamos	en	la	paleta	un	poco	de	blanco	por
si	acaso.
Las	primeras	pruebas	con	veladuras	deberían	ser	monocromas,	para	entender
de	manera	muy	simple	la	relación	de	tonos.
Encima	de	aguadas	azuladas	ya	secas,	podemos	superponer	veladuras	de	tonos
violeta	que	proporcionen	mayor	efecto	de	volumen.
El	acrílico	tiene	una	gran	ventaja	con	respecto	a	la	acuarela:	ofrece	la
posibilidad	de	aplicar	veladuras	blancas	sobre	otros	colores	para	aclarar.
UNA	AGUADA	EN	ROJO
Éste	es	un	ejercicio	sencillo,	pero	que	nos	será	de	gran	utilidad	para	comprender
cómo	trabajar	con	una	aguada	monocroma.	Tomamos	un	dibujo	que	tengamos
hecho	y	manchamos	con	una	primera	aguada	de	color	rojo.	La	aplicamos	sólo	en
las	zonas	donde	la	sombra	es	más	oscura.	Dejamos	secar	el	color,	y	con	una
segunda	aguada	oscurecemos	algunas	partes	del	agua	y	sombreamos	los	árboles,
esta	vez	con	el	color	más	aguado.	Con	una	tercera	veladura	de	color	blanco
aclaramos	los	reflejos	del	agua	para	que	aparezca	el	reflejo	de	los	árboles	del
fondo.
1.	Con	la	primera	aguada	señalamos	las	zonas	más	fuertemente	sombreadas
del	modelo.
2.	Con	la	segunda	veladura	intensificamos	los	tonosanteriores	y
representamos	las	sombras	de	tono	medio.
3.	Para	concluir	el	ejercicio,	aclaramos	los	reflejos	del	agua	con	una
veladura	de	color	blanco.
Recursos	creativos	con	aguada.
ÀLEX	SAGARRA.	COMPOSICIÓN	CON	ÁRBOLES,	2007.
ACRÍLICO	SOBRE	BASE	TEXTURADA	CON	GESSO
Hasta	el	momento	hemos	estudiado	la	manera
tradicional
de	trabajar	con	aguadas;	en	el	siguiente	apartado,	analizaremos	diversos
ejemplos	que	proporcionan	un	resultado	más	fresco	y	creativo,	algunos	de	ellos
exclusivos	del	medio	acrílico.	Se	basan,	por	lo	general,	en	el	efectismo,	en
sorprender	al	espectador	por	medio	de	un	acabado	o	una	textura,	lo	cual	resta
importancia	a	la	determinación	del	dibujo	y	reafirma	el	protagonismo	de	la
pintura	y	su	capacidad	expresiva.
Aguadas	sobre	texturas
las	veladuras	no	están	reñidas	con	los	empastes	y	las	texturas.	Se	puede	aplicar
una	veladura,	un	lavado	de	color	muy	diluido	sobre	una	zona	previamente
empastada,	es	decir,	aquella	que	presenta	algo	de	relieve.	La	veladura	subrayará
este	efecto	de	relieve	de	la	pintura.
VELADURA	SOBRE	PASTA	BLANCA
Se	prepara	primero	la	superficie	del	soporte	con	pasta	de	modelar	o	gesso.	Se
extiende	la	pasta	con	espátula	y	se	modela	con	la	forma,	textura	y	marcas	que
más	nos	gusten.	Tras	dejar	secar	completamente	el	gesso,	se	sobrepinta	con
veladuras	de	colores,	muy	aguadas.	El	color	aguado	se	deposita	en	las	ranuras	y
realza	el	relieve	de	la	superficie.	Una	vez	que	el	acrílico	se	ha	secado,	parece	que
los	empastes	hayan	sido	aplicados	con	el	color	de	la	veladura.
IMPASTO	TRANSPARENTE
Las	veladuras	también	pueden	tener	relieve,	no	deben	limitarse	a	una	fina	capa
de	color.	Una	pequeña	cantidad	de	pintura	bien	mezclada	con	gel	espesante	en
abundancia	proporciona	unos	efectos	de	color	que	parecen	vidrio	glaseado	si	se
aplica	sobre	una	superficie	de	color	ya	pintada.	De	este	modo,	el	efecto	de
veladura	puede	combinarse	con	empastes,	trazos	de	las	pinceladas	o	marcas	de
todo	tipo	que	pueden	realizarse	sobre	la	gruesa	capa	de	gel.
Podemos	realizar	una	veladura	con	impasto	transparente	sobre	cualquier
pintura	con	el	fin	de	cambiar	la	entonación	general	del	color	y	dar	a	la	vez	un
efecto	de	relieve.
Al	aplicar	una	veladura	sobre	una	superficie	texturada	el	color	se	deposita	en
las	ranuras	y	realza	el	efecto	de	relieve.
UN	EJEMPLO	SENCILLO
Sobre	un	cartón	ya	preparado	con	un	colage	de	diferentes	papeles	de	colores,
seleccionamos	una	zona	para	efectuar	un	empaste	con	gesso.	Con	la	espátula
modelamos	la	pasta	mediante	movimientos	circulares	que	contribuyan	a	explicar
la	redondez	de	los	limones.	Dejamos	secar	el	gesso	varias	horas	y	aplicamos
veladuras	de	color	amarillo,	verde	y	tierra	de	sombra	tostada	(por	este	orden)
encima	de	los	limones.	Las	veladuras	se	funden	ligeramente	entre	sí	de	manera
muy	suave,	penetrando	en	los	huecos	de	la	textura.	Mientras	dejamos	que	se
asienten	los	colores	y	se	sequen	acudimos	a	otras	zonas	de	la	pintura	para
completarla.
1.	Con	la	espátula	incorporamos	la	pasta	blanca	o	gesso	a	la	pintura	y	la
modelamos	hasta	darle	la	textura	y	la	forma	deseadas.
Conviene	practicar	el	modelado	con	gesso	y	espátula.	Tomemos	un	papel
cualquiera	y	tratemos	de	familiarizarnos	con	este	médium	provocando	empastes
y	trazos	distintos.
2.	Una	vez	el	gesso	está	seco	se	aplican	las	veladuras	mezclando	varios
colores,	que	encuentran	su	camino	entre	las	ranuras	y	los	huecos	de	la	pasta
blanca.
3.	Mientras	dejamos	secar	las	aguadas,	siempre	con	el	soporte	plano	encima
de	una	mesa,	completamos	otros	detalles	del	cuadro.
consiste	en	construir	el	cuadro	acumulando	pintura	muy	aguada	sobre	el	soporte,
dispuesto	plano	sobre	una	mesa,	provocando	charcos	donde	se	acumulan	los
colores.	De	este	modo,	las	aguadas	presentan	una	distribución	del	color	irregular
y	unos	contornos	muy	ondulantes	y	fluidos.
el	encharcado,	concentrar	el	agua
INTERRUMPIR	EL	SECADO
El	encharcado	permite	interrumpir	el	proceso	de	secado	antes	de	que	el	agua	se
evapore	completamente	para	conseguir	líneas	o	manchas	con	calvas,	lo	cual
proporciona	un	efecto	gráfico	muy	interesante.	Esta	técnica	es	exclusiva	del
acrílico,	y	debe	su	éxito	a	que	las	aguadas	de	acrílico	no	se	secan	de	manera
uniforme	sino	desde	los	bordes	hacia	el	interior.	Esto	significa	que,	si	mojamos
con	agua	la	aguada	cuando	aún	no	se	ha	secado	del	todo,	quedará	la	pintura	seca
en	el	contorno,	mientras	que	la	que	se	encuentra	en	el	centro	de	la	aguada
desaparecerá	formando	calvas.
HAGAMOS	UNA	PRUEBA
Antes	de	ponerlo	en	práctica	es	conveniente	hacer	un	pequeño	experimento
sobre	un	papel	o	un	trozo	de	cartón.	Primero	trazamos	una	línea	con	agua
abundante	y	esperamos	unos	minutos	a	que	empiece	a	secarse.	Cuando	los
bordes	de	la	aguada	se	han	secado	por	completo	ponemos	el	trozo	de	cartón	bajo
el	grifo	de	agua	o	le	pasamos	una	esponja	húmeda	por	encima.	El	resultado	es
una	línea	fuertemente	contorneada	que	presenta	calvas	en	su	interior.	Si	la
prueba	ha	concluido	con	éxito	es	el	momento	de	aventurarnos	con	un	sencillo
bodegón.
Para	abrir	calvas	en	un	encharcado	aplicamos	una	aguada	roja	en	forma	de
zigzag	sobre	un	soporte	no	poroso,	y	esperamos	unos	minutos	a	que	se	seque
(A).	Para	interrumpir	el	proceso	de	secado	pasamos	un	pincel	mojado	por
encima.	Luego,	limpiamos	la	superficie	con	una	esponja	húmeda	(B).	Una	vez
completado	el	proceso,	la	pintura	ofrece	este	aspecto.	La	aguada	sólo	se	ha
secado	a	medias,	proporcionando	así	un	trazo	inconsistente	y	de	gran	interés
gráfico	(C).
UN	BODEGÓN	CON	ENCHARCADO
Para	pintar	con	encharcado	se	trabaja	sobre	una	superficie	poco	porosa	que
permita	acumular	las	aguadas.	Si	se	va	a	pintar	encima	de	un	cartón	hay	que
cubrirlo	con	una	capa	de	gesso	o	acrílico	blanco.	Para	encharcar	se	carga	el
pincel	con	un	color	muy	aguado	y	se	descarga	sobre	el	soporte	insistiendo	poco
con	el	pincel;	simplemente,	se	deposita	el	agua	formando	manchas	de	color	más
o	menos	uniforme.	Luego	se	espera	a	que	sequen	las	aguadas	antes	de
superponer	otras	nuevas.	También	existe	la	posibilidad	de	abrir	calvas	con	una
esponja	mojada,	como	se	ha	explicado,	interrumpiendo	el	proceso	de	secado.
Pintar	con	encharcado	significa	trabajar	sin	prisas,	disponiendo	de	varias	horas
para	que	las	aguadas	reposen	y	se	sequen	lentamente.	Por	lo	tanto,	paciencia.
No	podemos	ofrecer	ninguna	referencia	temporal	para	eliminar	con	éxito	parte
del	color	de	un	encharcado,	hay	que	experimentar	y	comprobar	por	nosotros
mismos	cuántos	minutos	deben	transcurrir.	Recordemos	que	los	tiempos	de
secado	varían	mucho	en	función	de	si	se	trata	de	un	clima	seco	o	húmedo,	o
verano	o	invierno.
1.	Sobre	un	trozo	de	cartón	imprimado	con	gesso	aplicamos	las	primeras
aguadas,	muy	abundantes;	nuestro	objetivo	es	encharcar	la	pintura	y	que	el
color	se	distribuya	irregularmente.
2.	Nuevos	encharcados	van	superponiéndose	a	los	anteriores	para	dar
mayor	vistosidad	al	conjunto.	Procuremos	no	inclinar	el	soporte,	que
siempre	debe	estar	plano.
3.	Si	evitamos	que	cada	encharcado	se	seque	completamente	y	frotamos	con
una	esponja	mojada,	y	repetimos	esta	operación	varias	veces,	el	resultado
será	muy	parecido	a	éste.
Efectos	con	la	esponja
el	acrílico	permite	al	artista	experimentar	con	diferentes	sistemas	de	aplicar	la
pintura	para	conseguir	nuevos	efectos	y	texturas.	En	este	sentido,	las	esponjas	se
convierten	en	unos	prolíficos	instrumentos	para	crear	efectos	y	texturas
especiales.
VARIOS	TIPOS	DE	ESPONJA
Los	efectos	conseguidos	con	la	pintura	varían	según	la	esponja	que	se	utiliza,	por
esto	merece	la	pena	tener	a	nuestro	alcance	diferentes	tipos	de	esponja	y
experimentar	un	poco	al	principio.	La	pintura	con	esponja	natural	crea	efectos	de
colores	y	tonos	irregulares	sobre	la	superficie	pintada,	proporcionándole	un
aspecto	decorativo.	La	esponja	artificial	presenta	formas	y	formatos	muy
variados,	y	es	capaz	de	proporcionar	texturas	muy	diversas	con	sólo	presionarla
sobre	el	soporte.	El	rodillo	ofrece	bordes	rectos	y	recortados	así	como
interesantes	degradados	de	uno	o	varios	colores.	Lapaletina	de	esponja	es
idónea	para	conseguir	trazos	estriados	y	marcas	lineales	o	gestuales	de	gran
interés	gráfico.
A.	El	arrastre	es	uno	de	los	principales	efectos	de	la	esponja.	Permite	extender
el	color	cubriente	con	gran	rapidez.
B.	Si	la	esponja	contiene	poco	color	el	arrastre	será	más	seco	y	presentará	una
textura	mucho	más	interesante.
C.	Las	formas	circulares	se	consiguen	haciendo	rotar	sobre	el	papel	una	punta	o
un	extremo	de	la	esponja.
D.	Si	presionamos	fuertemente	la	esponja	sobre	el	papel,	sin	desplazarla,
obtendremos	una	textura	granulada.
E.	Con	la	esponja	en	forma	de	espátula,	presionando	suavemente	la	punta
biselada,	se	consiguen	marcas	lineales.
F.	Si	en	lugar	de	trabajar	con	la	punta	biselada,	presionamos	ligeramente	el
canto,	las	marcas	tendrán	una	forma	triangular.
VARIOS	TIPOS	DE	ESPONJA
Los	efectos	conseguidos	con	la	pintura	varían	según	la	esponja	que	se	utiliza,	por
esto	merece	la	pena	tener	a	nuestro	alcance	diferentes	tipos	de	esponja	y
experimentar	un	poco	al	principio.	La	pintura	con	esponja	natural	crea	efectos	de
colores	y	tonos	irregulares	sobre	la	superficie	pintada,	proporcionándole	un
aspecto	decorativo.	La	esponja	artificial	presenta	formas	y	formatos	muy
variados,	y	es	capaz	de	proporcionar	texturas	muy	diversas	con	sólo	presionarla
sobre	el	soporte.	El	rodillo	ofrece	bordes	rectos	y	recortados	así	como
interesantes	degradados	de	uno	o	varios	colores.	La	paletina	de	esponja	es
idónea	para	conseguir	trazos	estriados	y	marcas	lineales	o	gestuales	de	gran
interés	gráfico.
Diversas	esponjas	para	trabajar	con	acrílico:	una	paletina	o	espátula	de
esponja,	un	rodillo,	varios	tipos	de	esponjas	sintéticas	y	una	esponja	natural.
CÓMO	SE	CARGA	LA	ESPONJA	CON	PINTURA
Antes	de	realizar	algunas	pruebas	avanzamos	unos	consejos	previos.	Primero,
conviene	lavar	la	esponja	varias	veces	antes	de	usarla	para	eliminar	toda	la
suciedad	o	la	arena	que	contenga.	Se	prepara	la	pintura	previamente	en	un	plato
de	plástico,	no	debe	estar	ni	muy	líquida	ni	muy	pastosa.	Se	moja	la	esponja
húmeda	en	la	pintura	hasta	empaparla	por	completo.	Se	escurre	y	absorbe	el
exceso	de	pintura	con	una	servilleta	de	papel.	Si	tiene	demasiada	pintura,	el
acabado	puede	quedar	desigual	y	con	manchones.
MANCHAS	Y	LIMONES
En	trozos	sobrantes	de	papel	se	efectúan	varias	pruebas,	bastan	unas	pocas
manchas	para	comprobar	las	prestaciones	del	medio.	En	esta	página,	apuntamos
algunos	ejemplos	que	aconsejamos	practicar.	Luego,	nos	aventuramos	con	un
bodegón	sencillo,	un	par	de	limones	sobre	un	mantel	que	podemos	resolver	con
dos	interpretaciones	distintas.	En	la	primera,	pintamos	presionando	la	esponja
suave	y	rápidamente	contra	la	superficie	del	fondo	y	sobre	los	limones.	El
aspecto	o	la	textura	resultante	varían	de	acuerdo	con	la	cantidad	de	colores	que
se	aplican.	El	mantel	se	resuelve	arrastrando	la	paletina	de	esponja.	En	una
segunda	versión,	se	construyen	los	limones	presionando	con	la	esponja	y
arrastrando	con	el	color	aguado.	Después,	con	la	pintura	seca,	se	perfila	la	forma
con	un	rodillo	de	esponja	cargado	de	color	marrón.
Un	par	de	limones	sobre	un	mantel,	un	tratamiento	muy	sintético	realizado
exclusivamente	con	esponja.
El	mismo	modelo	anterior	con	un	tratamiento	más	imaginativo	y	expresivo.	Aquí
se	combinan	diversos	trazos	y	texturas	conseguidas	con	esponja.
ejercicios	con	esponja:	la	paletina	y	el	rodillo
Se	puede	interpretar	cualquier	modelo	del	natural	prescindiendo	de	los	pinceles.
Por	este	motivo,	hemos	decidido	demostrar	cómo	obtener	interesantes	resultados
experimentando	con	diferentes	esponjas,	que	nos	permiten	potenciar	la
creatividad	del	artista	y	aumentar	el	conocimiento	del	medio	acrílico.
ESPONJA	CON	FORMA	DE	PALETINA
La	esponja	se	usa	básicamente	para	crear	la	ilusión	de	textura	sobre	una
superficie,	pero	existen	otras	alternativas	como	la	esponja	en	forma	de	paletina.
Ésta	se	encuentra	insertada	en	un	mango	que	facilita	su	manejo.	Con	ella	pueden
conseguirse	aguadas,	más	o	menos	lineales,	que	presentan	un	estriado	muy
característico.	Si	está	cargada	de	pintura	aguada	el	trazo	es	muy	fluido,	si	se
halla	sólo	húmeda,	el	arrastre	será	seco	y	estriado.	Tomemos	un	papel	y
pongamos	a	prueba	este	utensilio	para	estudiar	sus	posibilidades.
CONSIDERACIONES	SOBRE	LOS	COLORES
El	color	y	el	tono	requieren	una	cuidadosa	selección,	ya	que	la	aplicación	con
esponja	puede	resultar	muy	burda	si	no	se	realiza	de	forma	sensata.	Empecemos
pintando	con	colores	suaves	y	claros,	que	iremos	oscureciendo	conforme
progresa	la	pintura;	de	este	modo,	no	se	satura	de	color	la	superficie	del	soporte
y	se	obtiene	un	resultado	final	contrastado.	Asegurémonos	de	que	la	capa	de
base	y	las	sucesivas	capas	decorativas	realcen	la	forma	del	objeto	representado	y
de	que	los	colores	no	den	la	impresión	de	poco	contraste	y	excesiva	indefinición.
Dos	arrastres	realizados	con	la	esponja	en	forma	de	paletina.	El	primero,	con
mayor	carga	de	agua	(A),	ofrece	un	arrastre	más	cubriente	que	el	segundo	(B),
simplemente	humedecido.
La	esponja	en	forma	de	paletina	es	capaz	de	retener	mucha	pintura	y
proporciona	trazos	más	o	menos	lineales	de	grosor	muy	variable.
UNA	MACETA	CON	ESPONJA
El	primer	color	que	se	aplica	es	el	color	base,	el	fondo;	el	color	predominante	en
este	caso	es	un	siena	natural	que	se	extiende	con	un	rodillo	de	esponja.	Conviene
que	el	color	no	sea	demasiado	líquido	para	que	la	pintura	no	chorree.	Dejamos
secar	el	color	y	actuamos	de	nuevo.	Con	un	naranja	intenso	y	un	trozo	pequeño
de	esponja	realizamos	un	arrastre	para	pintar	la	maceta.	Construimos	las	hojas
con	la	esponja	en	forma	de	paletina,	lo	cual	permite	darles	una	intención	lineal.
Con	un	rodillo	cargado	de	blanco	realzamos	las	zonas	iluminadas	del	modelo	y
recuperamos	algunos	perfiles.	Tengamos	en	cuenta	que	el	color	blanco	es	más
opaco	cuando	está	húmedo,	lo	que	significa	que,	una	vez	seco,	translucirá	los
colores	que	se	encuentran	debajo.
En	el	trabajo	con	esponja	es	habitual	que	los	colores	oscuros	se	superpongan	a
los	claros	y	no	al	revés.
1.	Con	el	rodillo	cargado	de	un	marrón	medio	sombreamos	el	fondo.
Empieza	a	emerger	la	forma	del	tiesto.
2.	La	esponja	con	forma	de	paletina	es	la	más	adecuada	para	intervenciones
lineales	y	para	arrastrar	los	colores.
3.	Podemos	superponer	unos	colores	sobre	los	otros,	sólo	debemos	tener	en
cuenta	que	cuando	se	secan	se	vuelven	algo	más	transparentes.
Técnicas	Opacas	con	acrílicos
“LA	TENDENCIA	DOMINANTE	DEL	COLOR	DEBE	SER	SERVIR	DE	LA
MEJOR	MANERA	POSIBLE	A	LA	EXPRESIÓN.	COLOCO	MIS	COLORES
SIN	CÁLCULO	PREVIO.	SI	DESDE	EL	PRIMER	MOMENTO...,	UN	TONO
ME	HA	SEDUCIDO,	ME	APERCIBIRÉ	ENSEGUIDA...,	DE	QUE	HE
RESPETADO	ESE	TONO,	MIENTRAS	QUE	PROGRESIVAMENTE	HE
MODIFICADO	Y	TRANSFORMADO	LOS	OTROS.	EL	LADO	EXPRESIVO
DE	LOS	COLORES	SE	ME	IMPONE	DE	UNA	MANERA	INSTINTIVA.”
Henri	Matisse.	La	Grande	Revue,	25	de	diciembre	de	1908.
Color	cubriente:	pintar	con	el	color	opaco.
GABRIEL	MARTÍN.	MANZANA	Y	PLÁTANO,	2007.
ACRÍLICO	SOBRE	CARTÓN
La	pintura	acrílica,	además	de	ser	apropiada	para
crear	efectos	de	transparencia,	también	se	presta	para	practicar	diversas	técnicas
con	colores	opacos,	es	decir,	para	trabajar	con	pintura	cremosa	y	cubriente,	cuya
fuerza	radica	en	el	color	intenso	y	construido	de	un	modo	sólido.	Si	los	acrílicos
se	trabajan	sin	diluir	o	se	les	añade	un	medio	que	les	proporcione	mayor
volumen,	incluso	puede	potenciarse	la	textura	porque	el	rastro	de	la	pincelada
resulta	evidente.	Esta	pintura	se	adapta	muy	bien	a	dicha	manera	de	trabajar,	y
dado	que	los	errores	se	pueden	rectificar	pintando	encima,	constituyen	un	buen
sistema	para	iniciarse	en	la	pintura.
aplicaciones	Opacas	de	color
si	se	utilizan	directamente	del	tubo,	los	acrílicos	presentan	una	consistencia
espesa	y	el	color	es	más	cubriente.	De	este	modo,	pueden	trabajarse
superponiendo	unos	colores	sobre	otros,	tapando	los	colores	inferiores	para
modificar	o	complementar	la	pintura	o	bien	pintando	sobre	un	soporte
previamente	cubierto	con	un	fondo	de	color	medio

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