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Pintura al acrílico proyecto y realización de PARRAMÓN PAIDOTRIBO dirección editorial MARÍA FERNANDA CANAL edición TOMÀS UBACH ayudante editorial y archivo iconográfico Ma CARMEN RAMOS textos GABRIEL MARTÍN ROIG realización de los dibujos y ejercicios GABRIEL MARTÍN ROIG ÓSCAR SANCHÍS ALMUDENA CARREÑO ANNA LLIMÓS ÀLEX SAGARRA diseño de la colección JOSEP GUASCH maquetación y compaginación ESTUDI GUASCH, S.L. fotografías NOS & SOTO 1ª edición: setiembre 2007 Derechos exclusivos de edición para todo el mundo © ParramónPaidotribo www.parramon.com / E-mail: parramon@paidotribo.com ISBN: 978-84-342-2993-8 ISBN EPUB: 978-84-342-4220-3 Depósito legal: B-30.805-2007 http://www.parramon.com Sumario Introducción MATERIALES PARA PINTAR CON ACRÍLICOS Los acrílicos: ¿qué tenemos entre manos? ¿Qué son los acrílicos? Surtido de colores Los médiums: modificadores de fluidez Paleta para trabajar Pinceles más adecuados Soportes para pintar Explorando los acrílicos: pros y contras La calidad de los colores Mezcla de colores Algunas aplicaciones para probar Fabricar texturas TÉCNICAS CON ACRÍLICOS El acrílico aguado Comenzar la pintura: empleo de colores base El trabajo con línea y mancha ¡Que corra el agua! Pintar líneas sobre un soporte mojado El estudio de las veladuras Técnicas monocromas con veladuras Recursos creativos con aguada Aguadas sobre texturas El encharcado, concentrar el agua Efectos con la esponja Ejercicios con la esponja: la paletina y el rodillo TÉCNICAS OPACAS CON ACRÍLICOS Color cubriente: pintar con el color opaco Aplicaciones opacas de color Efectos de guache hechos con acrílico ¿Cómo modelar el acrílico si se seca tan deprisa? Trabajar con espátula; arrastrar color El impasto con pincel y espátula Diferentes maneras de extender el color con spatula Aplicaciones con raspado o arrastre La fusión de colores EFECTOS, TEXTURAS Y RECURSOS CREATIVOS Efectos con colores y reserves Técnica del pincel seco Colage y acrílicos Pintar sobre papeles de color Reservas con acrílicos Pruebas con pasteles grasos El estarcido, reservar con plantillas Salpicar con pintura La plástica del volumen Pintura chorreada Pequeño glosario de texturas Pegar materiales y objetos: colage en relieve PASO A PASO El manchado con acrílicos Calabazas sobre fondo de color Técnica del pincel seco La pincelada fluida Velando los colores Veladuras sobre texturas Pintar un paisaje con espátula El bosque con empastes: carga matérica Composición colorista con encharcado Figura con papeles de color y acrílicos Bodegón colorista de acrílicos y pasteles grasos Marina con raspado Glosario introducción la pintura Acrílica de lo industrial a lo artístico Las primeras pruebas con acrílicos se realizan a mediados del siglo XIX, pero su difusión no tiene lugar hasta bien entrado el siglo XX. A partir del año 1930 empiezan a fabricarse y a distribuirse sólo para uso industrial. Diez años más tarde, los artistas mexicanos y estadounidenses, en su afán por experimentar, encuentran en esta nueva sustancia un medio idóneo para desarrollar una pintura más subversiva, más atrevida y adecuada para el gran formato. Así, esta pintura que nació con vocación industrial se fue incorporando al mundo artístico. Con el transcurrir de los años, los artistas han ido descubriendo las muchas posibilidades técnicas de la pintura acrílica, a la que han reconocido ventajas evidentes, entre ellas, la estabilidad de los colores y la rapidez de secado. Durante décadas, la comparación de los acrílicos con otros medios pictóricos con mayor tradición era inevitable. En el siglo XXI, la pintura acrílica posee su propia identidad, ya no se la compara con otros procedimientos ni se usa para imitar exclusivamente los efectos del óleo o de la acuarela. Los acrílicos son populares gracias a su enorme potencial creativo y extremada versatilidad. A pesar de esto, quienes se inician en la pintura suelen dejarlos de lado, quizá porque existen tópicos infundados que provocan el rechazo a usarlos, de manera que, normalmente, el principiante se inicia en el color con el óleo. Sin embargo, se recomienda comenzar a practicar las mezclas, los tonos y matices con acrílicos, pues éstos no precisan un largo tiempo de secado. Un defecto destacado del principiante es la falta de paciencia; en muchas ocasiones, no deja secar bien cada capa y los colores se apelmazan y mezclan en exceso sobre la superficie del cuadro. El resultado son colores sucios y pinceladas emborronadas. Concluimos, pues, que las principales virtudes de los acrílicos son su pureza de colores y su corto tiempo de secado. No resulta extraño, por lo tanto, que en la actualidad cuenten con un gran número de adeptos. Las pinturas acrílicas nacieron con vocación industrial, pero se popularizaron de tal modo que hoy en día se han convertido en uno de los medios artísticos más destacados gracias a la pureza de sus colores y a la rapidez con que se secan. Materiales para pintar con acrílicos “…TODA PINTURA (Y, A MEDIDA QUE ME HAGO MÁS VIEJO MÁS AÚN) ES ACCIDENTE. SÍ, LO PREVEO MENTALMENTE, LO PREVEO Y, SIN EMBARGO, NUNCA LO REALIZO TAL COMO LO PREVEO. EL CUADRO SE TRANSFORMA POR SÍ SOLO EN EL PROCESO DE ELABORACIÓN… Y TAL COMO TRABAJO, NO SÉ EN REALIDAD MUCHAS VECES EN QUÉ ACABARÁ…” Francis Bacon. En Gil Serrano, A.: Bacon. Grandes de la pintura, num. 131, Sedmay, Madrid, 1979, pág. 217. Los acrílicos: ¿qué tenemos entre manos? GABRIEL MARTÍN. EMBARCACIONES EN EL PUERTO DE PALAMÓS, 2007. ACRÍLICO SOBRE CARTÓN Aunque los materiales para pintar o los pigmentos utilizados en los colores acrílicos son los mismos que los de la pintura al óleo o las acuarelas, los primeros tienen dos ingredientes únicos: la resina sintética, que mantiene unidos los pigmentos, y los mediums, que contribuyen a modificar su consistencia. El acrílico, un medio relativamente novedoso basado en la resina sintética, posee todas las ventajas de los medios tradicionales y muy pocos de sus inconvenientes. Se ha ido mejorando y depurando desde la década de 1950 y, en la actualidad, representa una importante adición al repertorio de medios pictóricos permanentes. ¿qué Son los acrílicos? las pinturas acrílicas son un derivado de la industria del plástico, igual que las emulsiones de pintura que utilizamos para las paredes. Esta técnica emplea los mismos pigmentos usados en óleo o acuarela, pero diluidos en un aglutinante acrílico conformado por una resina sintética (elaborada a partir de ácido acrílico). El material así resultante es soluble en agua. Su secado es rápido, tanto el acabado mate (menos sustancia acrílica) como el brillante (más sustancia). LA RESINA COMO AGLUTINANTE El nombre de esta pintura deriva de la resina acrílica, el aglutinante donde quedan suspendidos los pigmentos. Se trata de un material sintético, consistente en una emulsión de partículas de resina extremadamente finas y dispersas en agua que determina en gran parte las diferencias de carácter de este medio. A medida que el agua se evapora, las partículas de resina acrílica se funden y forman una película de pintura bastante compacta donde cada diminuta partícula de pigmento queda cubierta por la resina. El resultado es una película de pintura permanente flexible e impermeable que no amarillea ni envejece con el tiempo. Si tratamos de abrir los tubos de pintura acrílica seca, comprobaremos la verdadera naturaleza de este material, el plástico. Los colores, al secarse, forman una masa compacta de plástico semiduro. CONSISTENCIA Los acrílicos son, por lo general, de consistencia cremosa; sin embargo, también pueden adquirirse en forma líquida. Cuando el acrílico es cremoso los tubos suelen ser los contenedores más extendidos, al igual que sucede con el óleo. Cuando el trabajo requiere una mayor cantidad de pintura ésta puede adquirirse en frascos de plástico (de diferentes formatos y tamaños), con o sin boquilla.Sólo añadiremos médium (también denominado medio) al acrílico cuando deseemos darle más volumen, o bien si pretendemos un acabado mate o brillante; aparte de estas excepciones, habitualmente, suele utilizarse tal cual sale del tubo. Para trabajos más minuciosos también se comercializa en pequeños frascos de vidrio con acrílico licuado, muy adecuado para ilustradores. La resina acrílica, al mezclarse con el pigmento, actúa como aglutinante del color. Muchos artistas utilizan el látex como aglutinante sustituto, pues presenta unas características parecidas al acrílico. BUENA CALIDAD Y ESTABILIDAD En los últimos años, la calidad de las pinturas acrílicas ha mejorado notablemente. Ahora contienen más pigmento, el aglutinante de resina es más flexible y cuentan con una gama muy amplia de mediums. Los colores son muy estables y resisten perfectamente la oxidación; por ello, este medio es el que menos problemas plantea en cuanto a su conservación y a la alteración de los colores originales con el paso de los años. Los acrílicos son resistentes a la luz solar, por lo que no pierden pigmentación. Los acrílicos, al secarse, ofrecen una gran estabilidad y flexibilidad por muy gruesa que sea la capa de color. Los colores son vivos y no sufren alteraciones perceptibles con el tiempo. Se caracterizan por su consistencia cremosa y por ofrecer un color vivo e intenso al secarse. Surtido de colores Diferenciamos dos tipos de colores acrílicos según su consistencia: los opacos, que cubren con facilidad un color oscuro subyacente (A), y los transparentes, que al secarse pierden opacidad y dejan ver los colores que hay debajo (B). La gama de los colores acrílicos comercializados es restringida. Si queremos una amplia escala de colores debemos acudir a la mezcla con blanco o con otros colores. si bien las pinturas acrílicas ofrecen una gran variedad en cuanto al formato (pueden adquirirse en recipientes muy distintos: botes de plástico con tapa de rosca, en tubo, en frasco de vidrio con cuentagotas…), la gama de colores que se comercializa es muy limitada. Sin embargo, puede ampliarse con la aportación de los colores nacarados y los fluorescentes, sobre todo si nuestra pintura tiene un estilo muy contemporáneo y actual. UNA GAMA LIMITADA La gama de colores acrílicos es ligeramente limitada comparada con la de los óleos o las acuarelas; esto se debe a que algunos pigmentos no se mezclan totalmente con el aglutinante de resina y tienden a cuajarse. En muchos de estos casos se utilizan pigmentos alternativos; de modo que, si tomamos una carta de colores al óleo y otra de acrílicos y las comparamos, comprobaremos cómo la mayoría de colores y sus nombres varían de forma notable. Cuidado con los fabricantes, pues también tienden a confundir; dos marcas diferentes de pinturas acrílicas pueden dar nombres distintos a un mismo color. Aunque los acrílicos pueden adquirirse en botes de tapa ancha, botes con boquilla o licuados, los tubos siguen siendo la presentación favorita del pintor aficionado. OPACIDAD Y TRANSPARENCIA Entre la gama de colores acrílicos hay que distinguir dos grupos: los que presentan una composición densa y cubriente y los que se vuelven algo translúcidos al secarse, es decir, opacos y transparentes. Los opacos cubren totalmente un color subyacente, como un azul claro que es capaz de cubrir un verde oscuro. Los transparentes, como su nombre indica, no cubren por completo el color que hay debajo, tienen la propiedad de dar matices, pero no de cubrir con una sola capa; sólo si se superponen sucesivamente varias capas se consigue cubrir un color. No obstante, el mejor remedio es añadir un poco de blanco al color para conseguir mayor opacidad. DISTINTAS GAMAS LUMÍNICAS Los acrílicos, además de reunir la gama de colores tradicionales, también ofrecen diferentes variantes lumínicas estrechamente relacionadas con la manera en que la luz se refleja sobre las partículas que lo componen. Las variantes más conocidas son los colores perlados y los fluorescentes. Los nacarados o iridiscentes son aquellos que tienen un brillo perlado que cambia según la forma en que la luz incide sobre la pintura o el ángulo en que se mira. Se fabrican a partir de copos de mica mezclados con titanio. La gama de colores que pueden adquirirse es limitada; lo mejor es comprar un médium nacarado y mezclarlo con cada color. Los fluorescentes son colores extremadamente brillantes y llamativos. Tienen la particularidad de que se ven con la luz negra o ultravioleta. Los colores perlados ofrecen un brillo nacarado muy característico que varía según la posición que adopta el espectador con respecto al cuadro. Los colores fluorescentes son una explosión de color intenso aquí representadas por las lineas naranjas y las manchas verdes. Su principal función es la exaltación visual. en la actualidad, existe una amplia selección de sustancias que se conocen como mediums, y que pueden mezclarse con la pintura para modificar su fluidez o crear efectos específicos. Si se pretende explorar todas las posibilidades creativas de los acrílicos, habrá que familiarizarse con los mediums apropiados y descubrir cómo actúan. La consistencia de los acrílicos puede modificarse a nuestra conveniencia para conseguir efectos de transparencia, mayor brillo y densidad. los Mediums: modificadores de fluidez LA VENTAJA DE LOS MEDIUMS Las pinturas acrílicas corrientes, al secarse, adquieren un acabado semimate. Si no se les añade agua, tienen un brillo semejante al de la cáscara de un huevo. Para modificar este acabado los fabricantes producen diversos mediums acrílicos que, añadidos a la pintura, proporcionan distintos acabados. Esto significa que, a diferencia de otras técnicas pictóricas, los acrílicos pueden modificar la percepción final del color de acuerdo con las preferencias y necesidades interpretativas del artista. Sin duda, esto supone una gran ventaja. MÉDIUM BRILLANTE Contribuye a diluir la pintura, aumenta la luminosidad de los acrílicos y hace que la capa de color se perciba más brillante una vez seca. Además, vuelve a la pintura más transparente, característica que lo convierte en un medio muy útil para trabajar veladuras. Para incorporar el médium brillante tenemos dos opciones de trabajo: mezclar el médium con cada color antes de aplicarlo sobre el soporte o aplicar una capa fina de este producto a la pintura para darle un acabado brillante. El médium brillante es muy adecuado para realizar aguadas y veladuras, pues conserva la intensidad del color tras su secado. Si bien los acrílicos son muy versátiles y nos permiten aplicar el color con distinta consistencia, los mediums son vehículos capaces de potenciar aún más estos efectos. MÉDIUM MATE Y SATINADO Este médium contiene un agente mate que consiste en una emulsión de cera o sílice. Se utiliza igual que el médium brillante, con la diferencia que, al secarse, forma una superficie mate, no reflectora. Cuando se añade a la pintura, aumenta su transparencia y fluidez, por lo que es útil para hacer veladuras mates. Si deseamos conseguir un efecto satinado, semibrillante, mezclaremos el médium brillante y el mate a partes iguales. Es poco sensato y desaconsejable apresurarse a comprar una selección de mediums caros al azar. Algunos de ellos, indudablemente, pueden producir resultados dramáticos y apasionantes, pero si se usan demasiados efectos el resultado puede distraer la atención de la imagen principal. CÓMO SE TRABAJA CON MEDIUMS En lugar de preparar una mezcla fluida de acrílico con mucha agua, es mejor utilizar un médium como fluidificador a fin de que la pintura no pierda sus propiedades y su estabilidad. Para mezclar pintura con médium acrílico primero se realiza la mezcla de colores, y una vez se obtiene el color deseado se añade una pequeña cantidad al médium con un pincel. Lo mezclamos bien para que se distribuya con el color de manera homogénea. Después, si queremos, podemos agregar un poco de agua. Ademásde mejorar el brillo o la intensidad de los colores, pueden añadirse mediums acrílicos a la pintura para prolongar el tiempo de secado de ésta, para producir diferentes consistencias y acabados, o para aportar textura y carga matérica. 1. Manera correcta de proceder para añadir médium a los acrílicos. Primero mezclamos los colores hasta conseguir el tono deseado. 2. Incorporamos el médium al color, y mezclamos bien para conseguir un resultado uniforme. 3. Después de varios movimientos circulares con el pincel el médium se ha integrado correctamente con el color. Ahora ya podemos pintar. Los geles y la pasta densa pueden mezclarse con la pintura para darle mayor viscosidad y volumen. EL GEL Es un médium transparente que se mezcla con la pintura para aumentar la viscosidad, el volumen de la pintura y el espesor, favoreciendo así la perdurabilidad del rastro de las pinceladas una vez se ha secado. Si aumentamos el grosor de la pintura pueden potenciarse los efectos de pinceladas texturadas o empastadas. Se utiliza para los trabajos de empaste realmente grueso, ya que además del volumen le confiere cuerpo. Podemos escoger entre geles ligeros, medios y espesos, dependiendo de nuestros gustos. PASTA DENSA Se trata de un gel al cual se ha añadido carga matérica, normalmente arenas lavadas o polvos de mármol y productos granulados. Es muy adecuado para técnicas de empaste con espátula. Su uso es absolutamente desaconsejable si se pretende pintar con pincel. Su gran poder abrasivo, recordemos que lleva arenilla, destrozaría el pelo del más duro de los pinceles. Cuando están húmedos acostumbran a tener un color gris lechoso, y cuando se secan ese color grisáceo se vuelve algo más oscuro. Éste es un aspecto que hay que tener en cuenta si lo mezclamos con colores transparentes o muy claros. Los geles y la pasta densa se suministran habitualmente en frascos cuyo peso oscila entre el medio kilo y el kilo. Escogeremos en función del formato de las pinturas que vamos a realizar. Mediums más habituales que se utilizan para aumentar el volumen de la pintura acrílica: gesso (A), pasta densa de grano grueso (B), gel (C) y pasta densa de grano fino (D). RETARDADOR DEL SECADO Constituye una solución ante el principal inconveniente de los acrílicos: su rápido secado. Al añadir retardador, prolongamos el tiempo de secado de la pintura en unas cuantas horas, lo que significa que puede manipularse durante mucho más tiempo, sobre todo en las técnicas de húmedo sobre húmedo, fundidos suaves de color, etc. El retardador de secado es especialmente útil si trabajamos con pintura espesa, es decir, cuando deseamos empastar, mezclar y remover por toda la superficie del cuadro. Se comercializa en forma líquida y en gel y se mezcla en una proporción de una parte por cada tres partes de color, aproximadamente. Un exceso de retardante hace que la pintura quede pegajosa y desagradable al tacto. Se comercializan diferentes barnices para acrílicos que no deben mezclarse con la pintura como si fueran mediums. Son solo barnices de acabado y se aplican cuando el cuadro está terminado y seco. El gel retardante es transparente, puede adquirirse en frasco o en tubo y se añade a la pintura para prolongar su tiempo de secado. paleta para trabajar existen dos tipos especiales de paletas para trabajar con acrílicos; una es la paleta de plástico blanco, que se limpia fácilmente, y la otra es la paleta Staywet, que veremos en la página siguiente. Si no queremos complicaciones, también pueden servirnos para el mismo fin un plato o una baldosa blanca de loza o un plástico duro. PALETAS DE PLÁSTICO Las paletas acrílicas se fabrican generalmente en plástico blanco y adoptan una gran variedad de formas y tamaños. Son ligeras y pueden transportarse con facilidad. Si trabajamos a pequeña escala o utilizamos los acrílicos como si fueran acuarelas, quizá resulten útiles las paletas de plástico o cerámica para acuarela, o un plato viejo de loza. Las pinturas acrílicas se secan rápidamente en la paleta, por lo que debe mantenerse húmeda mientras se utiliza, rociándola a intervalos con un vaporizador de agua. Si vamos a dejar de usar la paleta durante algún tiempo, la cubriremos con una película de plástico transparente. Puede improvisarse una paleta de acrílico siempre y cuando la superficie sea lisa; en este sentido, un pedazo de vidrio, acetato o poliuretano resultan muy apropiados, si tenemos la precaución de colocar una hoja de papel blanco debajo. Podemos reutilizar un viejo frasco de agua de colonia para pulverizar con agua la paleta y evitar así que los colores se sequen. PALETAS IMPROVISADAS Las paletas Staywet no proporcionan demasiado espacio para mezclar colores, y son muchos los artistas que prefieren las paletas improvisadas. Cualquier superficie sirve como paleta siempre y cuando no sea absorbente. Una hoja de plástico o un vidrio cumplen la misma función y no tienen ninguna restricción de tamaño. Los platos de papel también son útiles, ya que pueden desecharse después de su uso. PALETAS PARA EXTERIORES La paleta Staywet es especialmente adecuada para la pintura en el exterior, donde la rapidez de secado de la pintura puede convertirse en un problema. Se caracteriza por mantener la humedad de los colores mientras se trabaja. Es una paleta básicamente de plástico, recubierta con un papel secante que posee una membrana especial. Los colores caen sobre dicha membrana, que absorbe la humedad del papel secante y mantiene las pinturas húmedas. La pintura permanece húmeda y maleable mientras se trabaja, y si colocamos la tapa de plástico al acabar la sesión de pintura, los colores podrán usarse una o dos semanas más tarde. Las paletas de acrílico pueden adquirirse o improvisarse, véase aquí una muestra de una paleta con cazoletas de porcelana o una simple baldosa esmaltada. Conviene que sean de color blanco para ver correctamente el resultado de las mezclas de color. Las paletas de madera tradicionales no son apropiadas para los acrílicos, ya que las fibras de la madera absorben la pintura y después ésta resulta muy difícil de eliminar. Para fabricar nuestra propia paleta Staywet, tomamos una bandeja de porexpán y la cubrimos con un acetato para que los colores tarden más en secarse. Pinceles más adecuados existen muchos tipos distintos de pinceles, con diversos tamaños, formas y calidades. A continuación, recomendamos los más adecuados y ofrecemos algunos consejos básicos para su cuidado y mantenimiento. PINCELES SINTÉTICOS Todos los pinceles de pelo natural son adecuados para pintar con acrílicos, de modo que si ya tenemos pinceles de pintar con acuarela u óleo podemos aprovecharlos. Si deseamos comprar unos pinceles nuevos, merece la pena que consideremos los sintéticos en vez de los de cerdas naturales. De hecho, los pinceles sintéticos son los más adecuados para la pintura acrílica, pues resultan más fáciles de limpiar y están diseñados para soportar el duro manejo que requieren los acrílicos. Conviene tener un surtido amplio y variado con formas y tamaños distintos. Los más recomendables y fáciles de lavar son los de pelo sintético. Así pueden quedar los pinceles, con el mechón doblado, si se dejan reposando mucho tiempo en el interior de un frasco con agua. Conviene evitarlo. LOS CUATRO CONSEJOS BÁSICOS Asegurémonos de humedecer los pinceles con agua antes de pintar con ellos, pues de lo contrario, la pintura acrílica se pegará en las cerdas secas y se irá endureciendo hasta estropearlos. No debemos dejar los pinceles en remojo durante mucho tiempo; las cerdas se deforman al apoyarse en el fondo del recipiente y la pintura laqueada del mango se puede desconchar. Después de cada sesión hay que limpiar el pincel con jabón y agua tibia o caliente, que disuelven mejor la pintura. Si accidentalmente dejamos que se seque la pintura en un pincel, deberemos ponerlo a remojo toda la noche con alcohol de quemar y luego lavarlo con agua y jabón. DEJAR REPOSARLOS PINCELES Sabemos que no conviene dejar reposar en el interior de un frasco los pinceles que vamos a utilizar durante varias sesiones. Para evitar lavarlos, no es un buen sistema dejarlos allí durante días, pues el pelo se deforma y luego no se puede pintar con ellos. Pero existe una solución. Se toma una bandeja capaz de contener agua abundante y mantener los pinceles que no se están utilizando bajo una lámina de agua con sus mangos descansando en el extremo de la bandeja. Se pone poca agua, la cual no debería llegar a mojar el mango de madera. Para recuperar los pinceles con pintura seca, se dejan unas 12 horas sumergidos en alcohol de quemar hasta que la pintura se desprenda. En las aplicaciones de pintura en capas gruesas, como en las técnicas de empastes, es mejor mezclar los colores con una espátula. No es que los pinceles no sirvan, pero, si se saturan de pintura, luego cuesta limpiarlos, y de hecho, es fácil que se estropeen. Es mejor dejar reposar los pinceles en una bandeja con un poco de agua que en un frasco de vidrio, esto evitará que se deformen. el atractivo de los acrílicos es que con ellos podemos pintar sobre cualquier superficie con la única condición de que no sea grasa, ya que los acrílicos tienen una base acuosa incompatible con el aceite. En un principio, puede usarse como soporte todo lo que se nos ocurra: un lienzo, una tabla de madera, un cartón, incluso un trozo de plástico o metal. Soportes para pintar LOS SOPORTES MÁS HABITUALES Las pinturas acrílicas se adaptan a una gran variedad de superficies: lienzo, madera, aglomerado, cartón o papel. En principio, pueden aplicarse sin ninguna base aislante o preparación, aunque suele emplearse un aparejo acrílico o gesso como imprimación. Demos un breve repaso a los soportes más utilizados. Papel. Si se desea pintar con pintura diluida en agua abundante, el papel de acuarela es la mejor elección. Para la pintura de consistencia media, la cartulina de buena calidad constituye un soporte excelente y económico. Lienzos. Son adecuados todos los tipos, desde la arpillera hasta el lino fino. Dan muy buenos resultados con pinturas acrílicas. Habitualmente, se venden imprimados, no es necesario aplicar una capa de gesso; sin embargo, si una arpillera tiene una trama muy abierta, es conveniente imprimar con un aparejo o médium acrílico. Cartón. Los acrílicos agarran sobre casi cualquier cartón, cartulina o papel fuerte, con imprimación y sin ella. Las imprimaciones de gesso sólo deben aplicarse a cartones gruesos y rígidos, pues tienden a alabear demasiado los cartones más delgados. Madera. Las tablas de madera constituyen un excelente soporte para los acrílicos. Puede emplearse madera natural, contrachapados y aglomerados. Una base de una capa de pintura o gesso prepara la superficie del soporte para ser pintada. Si se quiere obtener un acabado liso, es mejor lijar la superficie antes de pintar en ella. La mejor manera de comprobar cómo el acrílico se adapta a cualquier superficie es realizar unas simples manchas sobre cuatro recortes; en este caso, de plástico (A), papel de acuarela (B), cartón (C) y cartulina (D). Gracias a su alto poder adhesivo, los acrílicos permiten pintar prácticamente sobre cualquier superficie, esté o no imprimada. Metal. Los metales tienen superficies muy lisas, no absorbentes, sin granos que ayuden a retener la pintura. Los acrílicos son un buen adhesivo y funcionan bastante bien sobre esta superficie, especialmente sobre el cinc o el cobre. Murales. Los acrílicos son excelentes para murales interiores pintados sobre yeso, cemento o piedra porque se secan de un modo mate y uniforme. Estas pinturas resisten muy bien los efectos de los ácidos y de la humedad. La madera suele imprimarse con gesso antes de pintar, pues podría absorber en exceso el agua contenida en las pinturas y apelmazar las pinceladas demasiado. El acrílico no agarra bien sobre una superficie encerada, grasa u oleosa. Si probamos a pintar sobre una pintura al óleo ya seca, sucederá algo parecido a esto. SUPERFICIES NO APTAS Sabemos que los acrílicos pueden utilizarse sobre una amplia gama de soportes; sin embargo, no se adhieren sobre una superficie que contenga aceite o cera. Las resinas sintéticas, por estar suspendidas en agua, no agarran sobre una base oleosa. Esto elimina todos aquellos lienzos o tableros que ya tengan una capa de pintura al óleo o que hayan sido preparados para la pintura al óleo. En consecuencia, al adquirir las telas habrá que informarse de que lo que se compra está preparado con una imprimación acrílica y no de base grasa. Explorando los acrílicos: pros y contras ALMUDENA CARREÑO. COMPOSICIÓN ABSTRACTA, 2007. ACRÍLICO SOBRE PAPEL Del mismo modo que la introducción y popularización de la pintura al óleo abrió hace ya casi cinco siglos un nuevo campo de posibilidades, la naturaleza distinta de los acrílicos ha abierto en la actualidad las puertas a la exploración de nuevas técnicas, con la ventaja adicional de que el nuevo medio es químicamente más seguro y estable. En un principio, cuando aparecieron en el mercado los primeros colores, la falta de conocimiento y experiencia condujo a muchos artistas a utilizar estas pinturas igual que las ya existentes, y a establecer inevitables comparaciones con el óleo y las acuarelas. Sin embargo, transcurridas varias décadas, se comprobó que los colores acrílicos poseían características propias y que era una pérdida de tiempo explotarlos a imitación de otros procedimientos. Los acrílicos tienen ventajas y limitaciones, y es tarea del pintor decidir si puede aprovechar unas a pesar de las otras. la Calidad de los colores la elección de los colores es esencialmente personal. Sin embargo, el principiante debería comenzar con una escala limitada, para así estudiar las mezclas potenciales que son capaces de proporcionar unos pocos colores básicos, antes de aventurarse en el descubrimiento de colores menos habituales y de nuevos colores favoritos. COLORES Y MARCAS Algunas marcas venden los colores muy por debajo del precio de las demás, pero estos colores son menos fiables y permanentes. Las marcas más conocidas como Rowney, Winsor & Newton, Liquitex, Titán y Aquatec ofrecen amplias gamas de colores. Existen sutiles diferencias entre ellas, igual que sucede entre las pinturas al óleo, incluso un mismo color puede tener distintos nombres según la marca. Los fabricantes garantizan la compatibilidad dentro de su propia gama de acrílicos, pero recalcando que esos materiales no son necesariamente compatibles con los de otras marcas. Muchos pigmentos no se mezclan bien con la sustancia acrílica, por eso muchos colores aparecen etiquetados como “tono”, es decir, que se corresponde al tono aproximado de ese color, aunque el pigmento no sea el original. PINTURAS ALTERNATIVAS Los acrílicos se fabrican en casi las mismas gamas de colores que los óleos o las acuarelas salvo pocas excepciones. Así, se encuentran los tradicionales ocre amarillo, sombra natural, rojo de Venecia, azul cobalto o ultramar. Algunos colores populares, como el verde esmeralda y el rojo sanguina, no se mezclan bien con la resina acrílica, por lo que se han fabricado otros pigmentos alternativos para su uso específico con pinturas acrílicas. No son los únicos, también hay otros exclusivos para acrílicos, como carmesí naftol, verde de ftalocianina, azul de indantreno y púrpura de dioxazina. El artista que emplea acrílicos por primera vez debe dejarse aconsejar y experimentar para descubrir qué colores son los más adecuados para él. MANTENIMIENTO DE LOS COLORES Escoger bien los colores es importante, pero también lo es su mantenimiento. Por esto, al final de una sesión, es mejor hacer el esfuerzo de limpiar todos los tapones y las boquillas, así como el cuello de los tubos, con un trapo húmedo antes de taponarlos de nuevo. De lo contrario, la pintura incrustada se endurece y no deja que el tapón se enrosque bien; esto dificulta la posteriorabertura de los tubos y propicia que entre aire en ellos y se seque accidentalmente la pintura que contienen. Sobre todo hay que tener cuidado en cerrar bien las tapas de la pintura que se vende en frascos. Interesa comprobar la densidad de los colores, ya que muchas veces varían de manera notable en función de la marca. Algunas marcas de acrílico se han especializado en ofrecer pinturas algo más licuadas en botes de plástico. Son muy económicos y pueden adquirirse en varios tamaños. Conviene limpiar con asiduidad las roscas de los tubos con un paño mojado en agua; así, nos aseguramos de que cierren bien y la pintura no se seque. mezcla de colores todos los artistas necesitan un conocimiento básico del color, y el único medio eficaz para aprender a mezclar colores es experimentando a partir del ensayo y el error. Seguidamente, ofrecemos algunas indicaciones sobre los colores básicos que deberíamos adquirir y cómo preparar las primeras mezclas. ¿CON QUÉ COLORES DEBEMOS EMPEZAR A PINTAR? Por supuesto, una paleta con muchísimos colores no constituye necesariamente una ventaja para el principiante, cualquiera que sea el medio empleado. Los profesionales suelen trabajar con una gama de unos 25 colores; sin embargo, con una de entre 10 y 15 tonos podemos conseguir una variedad infinita de posibilidades. Detallamos a continuación qué colores deberían adquirirse para empezar a pintar con una mínima garantía de éxito: blanco, amarillo de cadmio, naranja, ocre amarillo, tierra de Siena natural, rojo de Venecia, rojo cadmio, violeta, azul cerúleo, azul ultramar, verde savia, verde esmeralda, sombra natural y negro. Conviene practicar las mezclas entre los colores primarios (azul, amarillo y magenta) para obtener los secundarios (verde, rojo-naranja y violeta). Al construir naranjas o violetas a partir de mezclas, el color resultante es algo más apagado que el manufacturado que compramos en la tienda. Comparemos los colores de tubo (izquierda) con las mezclas (derecha). NARANJAS, VERDES Y VIOLETAS Sabemos que mezclando el amarillo y el rojo obtenemos el naranja, el azul y el amarillo dan el verde, y el rojo y el azul dan el violeta. Pero si intentamos mezclarlos con pinturas acrílicas el resultado será desalentador, obtendremos un naranja apagado, un verde sucio y un violeta turbio. Por este motivo, conviene tener en la recámara un tubo de color naranja, otro violeta y un par de verdes. Siempre podremos acudir a ellos cuando realmente necesitemos un color brillante e intenso. EL DEBATE DEL NEGRO La inclusión del negro en la lista de colores básicos puede ser discutible. Muchos artistas consideran innecesario este color, pues puede obtenerse mezclando otros como el azul ultramar, un rojo de Venecia y un verde oscuro. Sin embargo, un negro construido a partir de la mezcla de estos tres colores es más interesante y tiene más armonía con el resto de la pintura que el negro de fábrica. El negro suele evitarse, pues muchos principiantes caen en el error de utilizarlo para oscurecer los colores, alterando también el vigor y el carácter de alguno de ellos. Por ejemplo, el rojo con negro se convierte en tierra y el amarillo en verde. El negro no suele utilizarse para las mezclas, sólo lo emplearemos en ocasiones en que su intervención esté muy justificada, como en la representación de un nocturno. El negro no debe utilizarse para oscurecer los colores, pues los altera demasiado, convierte el rojo y el amarillo en colores turbios y marronosos. La mejor manera de construir un negro es mezclando entre sí un azul y verde oscuros y carmín. Lista completa de colores aconsejados para pintar con acrílicos: blanco de titán (A), amarillo de cadmio (B), naranja (C), ocre amarillo (D), tierra de Siena natural (E), carmín de garanza (F), rojo de cadmio (G), violeta permanente (H), azul cerúleo (I), azul cobalto (J), verde permanente (K), verde ftalo (L), tierra de sombra natural (M) y negro (N). Para evaluar la opacidad y transparencia de cada color, se ha trazado una línea negra. Luego, encima se ha aplicado una pincelada espesa de cada color. Al secarse se comprueba cómo algunos colores tienden a transparentar. En la pintura acrílica, los colores no tienen una intensidad ni opacidad homogéneas. Debemos, pues, aprender a distinguir las características cromáticas de cada color y tenerlo en consideración cada vez que construyamos nuevos colores a partir de las mezclas. COLORES FUERTES Y COLORES DÉBILES Algunos pigmentos son de color más intenso y fuerte que otros, y por eso resultan más eficaces para las mezclas. Si trabajamos con pigmentos muy fuertes, bastará con utilizar una pequeña cantidad para teñir la mezcla de ese color, ya que si sobrepasamos el color puede resultar demasiado fuerte. Un poco de práctica en mezclar colores nos familiarizará pronto con el poder de tinción de cada pigmento. Normalmente, dicho poder de tinción se halla estrechamente relacionado con la opacidad del color. Cuanto más opaco es el color mayor es su poder de tinción; por el contrario, cuanto más transparente sea el color mayor cantidad de éste necesitaremos en las mezclas. Probemos con un rojo (color fuerte) y un amarillo (color débil); para fabricar un naranja, apenas necesitaremos una punta de rojo y una generosa cantidad de amarillo. AÑADIR BLANCO O AGUA Una vez realizada la mezcla de color hay que considerar cómo aclarar el color de una manera u otra según la técnica empleada. Por ejemplo, si pintamos con las pinturas diluidas, a modo de acuarela, los colores se aclaran añadiendo agua. Para tratamientos opacos, los colores se aclaran añadiendo blanco. Pero debe hacerse con precaución, añadiendo muy poca cantidad, ya que el blanco altera el carácter de algunos colores. Si tenemos la ocasión de aclarar un color con otros más claros de la misma gama debe hacerse de este modo para evitar blanquear en exceso el resultado. Existen dos maneras básicas de aclarar un color acrílico: rebajándolo con agua (A) o mezclándolo con un poco de blanco (B). Cuando se trabaja con aguadas la pintura debe ser muy diluida, ya que si no estropearía el efecto de dibujo. Optemos por los pigmentos transparentes. NO MEZCLAR EN EXCESO La única manera de descubrir cómo obtener un color es mezclarlos uno mismo a partir de la selección de nuestra paleta. Conviene que sepamos mezclar y encontrar los colores del modelo. Al cabo de un rato, inevitablemente, las mezclas de colores se confunden en la paleta, es decir, tienden a montarse unas sobre otras, especialmente en las últimas fases de trabajo. Esto supone un peligro, que puede conducirnos a mezclar los colores en exceso, y es fácil acabar con una paleta completamente gris y una pintura turbia. Por lo tanto, no mezclemos las pinturas en exceso, tres colores como máximo y luego limpiamos la paleta una vez que no quede espacio para las mezclas. Las mezclas deben limitarse a un máximo de tres colores para evitar que el resultado sea muy turbio. Por esta misma razón, conviene limpiar la paleta de vez en cuando para no sobrecargarla con mezclas distintas. algunas Aplicaciones para probar con la pintura acrílica pueden imitarse, e incluso superarse, muchos resultados de otros medios clásicos, pues proporciona las mismas transparencias que la acuarela, el mismo grado de opacidad que el guache y el temple, así como la consistencia densa y espesa del óleo. Pero para entender mejor sus posibilidades, conviene poner a prueba los colores a fin de observar cómo reaccionan y qué prestaciones son capaces de ofrecer. Si vamos a pintar con los acrílicos aguados conviene poner poco color en la paleta para evitar que se seque antes de usarlo. TRABAJAR CON POCA PINTURA Dado que el acrílico seca pronto, es mejor sacar menos pintura de la necesaria, sobre todo si nuestra única intención es hacer unas pruebas de color. Siempre podremos volver a sacar más cantidad cuando la necesitemos y la adición de pintura limpia refrescará los colores en lapaleta de trabajo y mantendrá la pintura blanda y manejable. Inevitablemente, los artistas usan mucho blanco y es probable que se precise al menos el doble de blanco que de cualquier otro color. La mejor manera de convencernos de la versatilidad de los acrílicos es pintar un mismo modelo variando la consistencia de la pintura. El primer ejemplo se ha construido con pintura muy aguada. En el segundo ejemplo la pintura se aplica menos aguada, más cremosa. Los colores son más vivos y las aplicaciones de color más cubrientes. PONER A PRUEBA SU VERSATILIDAD Tomemos como modelo un objeto sencillo y tratemos de reproducirlo con apenas unas pocas manchas. Lo dibujamos repetidas veces para pintarlo variando la consistencia de la pintura. En una primera versión, lo cubrimos con aguadas muy diluidas; en una segunda, con pinceladas planas y opacas; en una tercera, con pinceladas gruesas y cremosas; y en la última, con empastes realizados con espátula. Este sencillo ejercicio nos permite comprobar la adaptabilidad de la pintura en cada circunstancia. PRUEBA DE SECADO Tras realizar este sencillo experimento sacamos dos conclusiones. La gran ventaja de los acrílicos, cuando se trabaja con veladuras, es su rápido secado. Esto permite superponer capas de pintura sin esperar a que se seque la capa anterior. Pero esta aparente ventaja se convierte en contrariedad cuando la pintura que aplicamos es cremosa o espesa, ya que dificulta el movimiento de ésta por la superficie y la mezcla de colores. El acrílico suele oscurecerse al secarse, pues el disolvente en el que se halla suspendido es blanco cuando está húmedo pero se vuelve transparente al secarse. Véase aquí la diferencia entre un color húmedo y el mismo seco. Con pintura más espesa el modelo muestra una mayor solidez, el cuerpo parece más compacto y es posible distinguir el rastro de las pinceladas. La mejor manera de aplicar el acrílico denso es por medio de la espátula. Aquí, la pintura adquiere un fuerte relieve y las mezclas entre los colores son menos cuidadas pero más expresivas. el acrílico es el medio que mayores posibilidades ofrece en el trabajo con texturas. Admite con mucha facilidad la adición de carga matérica, la cual, mezclada con la pintura, proporciona una textura rugosa, pastosa, granulada…, según el material que le añadamos. Esto abre las puertas al efectismo y a la pintura con relieve, que ofrece infinitas posibilidades a los artistas que pretenden dar a sus pinturas un acabado muy moderno y contemporáneo. fabricar texturas TRABAJANDO EN RELIEVE Los acrílicos pueden mezclarse con arena, serrín, paja o polvo de mármol para producir texturas; sin embargo, estas materias no se mezclan con los colores sin más, primero conviene preparar una pasta de textura. Para fabricarla, se vierte un poco de látex en un bol o cazoleta y luego se le añade la carga de textura. Lo mezclamos bien para que la cola látex impregne todo el material. Ahora, esta sustancia está lista para mezclarse con la pintura acrílica. 1. Podemos adquirir la pasta de modelado en un comercio de bellas artes o fabricarla nosotros mismos. Para lo segundo, necesitaremos un bol y cola blanca o látex. 2. Vertemos una generosa cantidad de látex en el bol y añadimos la carga, que puede ser de arena o de polvo de mármol. 3. Mezclamos los dos ingredientes hasta obtener una pasta homogénea espesa. Para pintar basta con añadirla a la pintura para que adquiera volumen. La pasta de modelado puede mezclarse directamente con la pintura acrílica, pero para aplicarla necesitaremos una espátula, pues su densidad hace inviable el uso de pinceles. La pasta de textura tiene un gran poder adhesivo, hasta tal punto que también pueden encastarse objetos mientras la pintura todavía está húmeda. PASTA DE MODELADO Los mediums acrílicos anteriormente mencionados, así como la pasta de modelado, el gel u otras sustancias espesantes pueden adquirirse en un comercio especializado, no es necesario fabricarlos. Cuando los mezclemos con las pinturas hay que tener en cuenta dos indicaciones. La primera es que en ninguna mezcla debe ponerse más de un 50 % de médium, pues de lo contrario el color pierde fuerza. Y la segunda es que hay que tener cuidado con los mediums espesantes realizados a partir de polvo de mármol o arena, pues tienden a ofrecer un color agrisado cuando se secan; esto significa que, por extensión, también pueden agrisar los colores acrílicos. Conviene que recordemos esto si no queremos tener sorpresas. MANERA DE APLICAR LA PASTA La pasta de modelado puede mezclarse con la pintura, pero la masa resultante es tan espesa que no se maneja con comodidad. Esto nos obliga a trabajar necesariamente con una espátula. La pasta se aplica directamente sobre un soporte para crear un relieve; una vez seco, puede lijarse un poco para eliminar empastes demasiado prominentes o picos molestos. Se aplicará la pasta en capas de 6 mm de grosor como máximo, dejando secar cada capa antes de añadir la siguiente. Si las capas son demasiado gruesas, la película exterior se secará con más rapidez que la interior, con el peligro de que la superficie se agriete. La pasta de modelado proporciona a la pintura un relieve muy característico, donde no tiene lugar el detalle. Técnicas con acrílicos “CUANDO PINTO TENGO UNA NOCIÓN GENERAL DE LO QUE TENGO ENTRE LAS MANOS. PUEDO DOMINAR EL FLUJO DE LA PINTURA; NO HAY NADA ACCIDENTAL (...) NO TENGO MIEDO DE HACER CAMBIOS, DE DESTRUIR LA IMAGEN, ETC., PORQUE LA PINTURA TIENE VIDA PROPIA. TRATO DE DEJAR QUE SE MANIFIESTE.” Jackson Pollock, en Everitt, A.: El expresionismo abstracto. Labor, Barcelona, 1984, pág. 23. El acrílico aguado ANNA LLIMÓS. COMPOSICIÓN CON BOTELLAS, 2007. ACRÍLICO SOBRE PAPEL Superposiciones y transparencias. El acrílico puede utilizarse de manera diluida, superponiendo diversas aguadas de color transparente; permite conseguir efectos semejantes a los de la acuarela, pero el brillo es mate y los colores resultan algo más apagados. Su ventaja con respecto a la acuarela es que cuando la pintura se seca deja de ser soluble; así pues, no importa lo mucho que intervengamos con el pincel, los colores subyacentes son permanentes, no se diluyen ni alteran. Lo que significa que cualquier modificación del color de una aguada debe terminarse mientras está húmeda porque después no será factible. Comenzar la pintura: empleo de colores base El dibujo lineal realizado a lápiz suele ser la opción más recurrente, sobre todo si se va a trabajar con suaves veladuras de color. dibujar antes de pintar no es imprescindible. Algunos artistas se limitan a trazar algunas líneas a lápiz o hacer algunas marcas con el pincel para establecer los principales puntos de referencia de la composición. Luego, se elige la manera más adecuada para preparar el soporte y realizar las primeras manchas. DIBUJO LINEAL La manera más extendida de empezar una pintura consiste en hacer un ligero dibujo a lápiz sobre la superficie antes de aplicar los colores. No es necesario realizar un dibujo muy detallado, unas cuantas formas lineales o un silueteado son suficientes. No perdamos el tiempo en detalles, la mayor parte de éstos quedarán cubiertos por las primeras capas de color. Por otro lado, no cometamos el error de dibujar con carboncillo, cretas o sanguina, pues estos materiales desprenden mucho polvillo, que ensuciaría y alteraría la pureza de los colores acrílicos, sobre todo de los colores claros. MANCHADO CON COLORES REBAJADOS La fase de manchado puede realizarse sobre el dibujo a lápiz o bien sobre el soporte virgen, de color blanco. No se trata de pensar en formas y contornos sino sólo en colores. Se aplican manchas de color rebajado en agua, las cuales se secan rápidamente. En este aspecto, los acrílicos son muy similares a las acuarelas. Uno de sus principales méritos es la capacidad de hacerse transparentes cuando se mezclan con agua o con médium acrílico. Conviene evitar el uso del carboncillo,pues el polvillo negruzco que desprende se mezcla con los colores y los ensucia y agrisa. Las primeras manchas de color acrílico conviene que sean algo rebajadas con agua y planas, deben sentar la base de color para futuras aplicaciones. PREPINTADO MONOCROMO El prepintado monocromo de una obra, generalmente de color gris, marrón o azulado, contribuye a analizar las sombras y a valorar las principales relaciones tonales. En pinturas que presentan destacados contrastes entre luces y sombras o una fuerte estructura tonal, un prepintado en negros, blancos y grises da muy buenos resultados. Se construye el modelo con un color monocromo al que luego se superponen nuevos colores que no cubren por completo el manchado inicial. No tiene sentido realizar un prepintado monocromo si después no forma parte de la imagen final. EXTENDER UN COLOR DE FONDO Los lienzos y tableros entelados que se venden para acrílicos suelen ser blancos, pero en ocasiones resulta útil aplicar un fondo antes de empezar a pintar. El teñido del fondo se lleva a cabo con facilidad: aplicamos un acrílico diluido por toda la superficie y en pocos minutos está seco. Lo habitual es escoger un color neutro como el gris, un azul o un ocre. Hay quien prefiere colores más vivos y saturados, lo cual obliga luego a pintar con capas de pintura más opaca. Si pintamos con asiduidad con acrílicos, conviene que tengamos varios papeles o soportes preparados con diversos colores de fondo. 1. Una buena manera de plantear las primeras manchas es por medio de un trabajo monocromo; en tal caso, los colores más adecuados son los azules, marrones o grises. 2. Una vez concluido el planteamiento monocromo, que nos permite fijar las luces y las sombras, incorporamos nuevos colores. el trabajo con línea y mancha una de las propiedades de la pintura acrílica es que se presta muy bien al dibujo con línea, bien como un esbozo previo del diseño o como parte de la obra terminada. Esto, combinado con las manchas densas de color, puede proporcionar a nuestras pinturas un talante muy expresivo, especialmente si trabajamos con colores vivos. BOCETOS, DIBUJOS Y COLOR Antes de empezar a pintar es aconsejable realizar una serie de rápidos bocetos que nos ayuden a visualizar la composición final. Pueden hacerse en forma de dibujos o pequeños bosquejos a color. Algunos artistas plásticos hacen ambas cosas, primero dibujan muchos dibujos diminutos y después seleccionan los mejores para añadirles color. No existe un orden de aplicación de líneas o manchas. Hay quien empieza esbozando el modelo con líneas y luego lo culmina con unas pocas manchas superpuestas. También existe la opción contraria, construir la composición con amplias aplicaciones de colores y luego contornear los objetos para revelar mejor su presencia. Hagamos la prueba y adoptemos aquella que nos sea más cómoda. Una alternativa al dibujo a lápiz es el dibujo a pincel, sobre todo si el fondo es de color. Se usan colores que contrasten fuertemente con el color del soporte. Antes de embarcarse en grandes empresas conviene trabajar el apunte, realizar pequeñas notas de color combinando manchas y líneas. Tratemos de dar rienda suelta al color sin miedos ni complejos. Lo normal es aplicar líneas sobre las zonas de color para destacar formas y perfiles, pero también podemos invertir el orden. Si decidimos superponer trazos o líneas a un boceto realizado con manchas, debemos procurar exagerar la curvatura del perfil de las cosas para que el trazo sea más rítmico y grácil. DIBUJO A PINCEL Una alternativa al dibujo a lápiz es empezar pintando el modelo con pincel (si no tenemos suficiente dominio en el dibujo, es preferible desestimar esta posibilidad hasta que nuestro trazo sea seguro). Basta con tomar un color que contraste con el fondo y apuntar formas y perfiles con un pincel redondo fino. Luego, podemos dejar que aparezca deliberadamente el dibujo coloreado en la pintura final, convirtiéndose así en un nuevo elemento gráfico que añadir a la mezcla de colores. TRABAJAR EL CONJUNTO EVITANDO LOS DETALLES La principal regla para los acrílicos es bosquejar primero las zonas más importantes de tono y de color, y luego trabajar en toda la composición simultáneamente, sin perder de vista las relaciones entre los distintos tonos y formas. Trabajar la pintura por partes hasta el final, con excesivo detalle, no suele ser una buena idea, pues existe el riesgo de que la composición quede desarticulada. 1. Analicemos estas dos imágenes. Primero construimos a partir de manchas de colores, destacando el perfil de los objetos gracias al contraste. 2. Luego se define con la intervención de la línea. El trazo aporta mayor ritmo a la composición y realza el interés visual de los objetos. después de realizar algunas aguadas de color con acrílico, seguramente se habrá comprobado que fluyen fácilmente y que son similares a las acuarelas; sin embargo, así como los colores de la acuarela palidecen con el tiempo si están expuestos a la luz, la mayoría de los acrílicos mantienen su vigor una vez secos. ¡Que corra el agua! COLORES LUMINOSOS Al diluir las pinturas acrílicas en una cantidad abundante de agua o médium, se producen delicadas aguadas o veladuras a través de las cuales se refleja la superficie blanca del papel o del lienzo, lo que aumenta la luminosidad de los colores. Para aplicar una aguada, conviene diluir primero el color en agua abundante y luego pintar la zona en cuestión permitiendo que corra la aguada, es decir, dirigiendo el agua con la punta del pincel, para que vaya cubriendo las zonas que nos interesan. EL AÑADIDO DE MÉDIUM A LA AGUADA El control de las aguadas para que el color se distribuya de modo uniforme puede ser un problema con los acrílicos, sobre todo si se trabaja sobre papel. Tal problema puede solucionarse añadiendo a la aguada un aumentador de fluidez o un poco de médium mate o brillante. Esto da el volumen justo a la pintura, que se extiende con mayor fluidez sobre el papel o el lienzo. Las pinceladas mantienen mejor su forma con un médium y agua que con agua sola, y además resultan más fáciles de controlar. MEZCLAR LAS AGUADAS Los colores no siempre deben mezclarse antes sobre la paleta. Cuando se trabaja con acrílico esta mezcla puede realizarse directamente sobre el papel, a ser posible de acuarela. Es una técnica muy habitual en la pintura paisajística, pues nos permite resolver el tema en un corto período de tiempo, pudiendo trabajar directamente frente al modelo real. Se empieza por la parte superior del cuadro y se van añadiendo colores y tonos distintos sin esperar a que las aguadas se sequen. El resultado es una pintura muy atmosférica que muestra una gran riqueza de matices. Veamos el siguiente ejemplo. Cada franja de nubes incorpora nuevos colores que se mezclan con el marrón o con los tonos violeta, que sirven de color base para este cielo nublado. No es necesario pintar el blanco de las nubes, basta con dejar calvas donde el papel aparece sin pintar. La impresión final es fluida y muy atmosférica. pintar líneas sobre un soporte mojado si mojamos previamente el papel, cuando apliquemos las pinceladas el color se romperá y se expandirá, provocando interesantes efectos degradados. Las líneas se desmiembran en multitud de ratificaciones de color que invaden las zonas blancas del papel proporcionando un efecto atmosférico a la pintura. HÚMEDO SOBRE HÚMEDO Se designa así cuando aplicamos pintura acrílica sobre un papel humedecido antes con agua u otro color. El agua permite que la pintura se expanda sobre la superficie de color de forma incontrolada. El efecto es, en parte, aleatorio; pero se puede controlar hacia dónde se esparcirá la pintura y su extensión si se está atento a los tiempos de secado del papel y a la inclinación del soporte. CONTROLAR LOS TIEMPOS DE SECADO Antes de pintar sobre un papel conviene comprobar su nivel de absorción. Para esto se toman tres recortes pequeños de ese papel y seempapan con un pincel cargado de agua. La superficie debe quedar completamente empapada. Casi de inmediato se trazan dos líneas azules con pintura espesa, nada aguada. El color se expande rápidamente, forma degradados y rompe la solidez del perfil. Para pintar el segundo papel se esperan dos minutos, luego se trazan dos líneas azules. El agua se ha absorbido más, en consecuencia, el trazo es más sólido aunque sus bordes aparecen bastante desenfocados y difuminados. Parte del color invade las zonas mojadas del papel. Transcurridos cinco minutos, la humedad del papel se ha evaporado bastante y las pinceladas azules sólo muestran pequeñas alteraciones en la nitidez del perfil. Para controlar mejor la expansión del color es necesario realizar pruebas de secado. Basta con mojar el mismo tipo de papel que se va a utilizar para pintar y aplicar dos pinceladas cada dos minutos aproximadamente. A medida que se evapora el agua del papel la pintura se expande en menor grado. UN AVE SOBRE HÚMEDO Verificados los tiempos de secado del papel se pinta un ave. Tras el dibujo a lápiz se humedece el papel con una paletina. Se carga otro pincel con acrílico y se acaricia la superficie mojada depositando el color amarillo. La pintura se escurre libremente hacia otras zonas del papel. Con el mismo pincel se realizan las aportaciones azules sobre las alas y en la cola, basta con acariciar cada zona con la punta del pincel. Si no se remueve demasiado el color, el azul y el amarillo no se mezclan en exceso ni se ensucian mutuamente, se mantienen estáticos sobre el papel, el cual se deja secar. Se realizan en seco las últimas pinceladas que definen la cabeza y la forma de algunas plumas. Los colores mezclados con la técnica de húmedo sobre húmedo suelen conservar su intensidad siempre y cuando no se remuevan demasiado. 1. Tras el dibujo a lápiz se humedece el papel con una paletina empapada de agua. 2. Se aplican pinceladas de color amarillo con un pincel de acuarela fino. El color se expande incontroladamente sobre la superficie mojada del papel. 3. Terminado el amarillo se aplican nuevas pinceladas de azul. El proceso se lleva a cabo sin pausa para evitar que se evapore el agua del papel. 4. Los detalles finales del dibujo, más concretos y precisos, se realizan sobre seco; así, se obtiene el contraste entre las pinceladas vaporosas y las lineales. el Estudio de las veladuras las veladuras son capas transparentes de pintura que se superponen unas a otras para conseguir sutiles mezclas de color. Si se trabajan sobre un soporte de color blanco se contagian de la luminosidad del papel revelando uno de los aspectos más atractivos del medio. Las aguadas con colores acrílicos superpuestos se usan para crear mezclas de color con una cualidad traslúcida, como si fueran hojas de vidrio coloreado. CONSISTENCIA DE LA VELADURA La veladura puede llevarse a cabo con pintura diluida sólo con agua, pero los colores serán más luminosos y transparentes si utilizamos una mezcla de agua y médium brillante o mate. Las sucesivas capas no tienen por qué tener la misma consistencia. El espesor de la veladura puede alterarse reduciendo la proporción de agua y aumentando la del médium. De esta manera, la pintura será a la vez transparente y cremosa. Si las veladuras se realizan sólo con agua, al secarse formarán una superficie de colores apagados y mates, en definitiva, los colores perderán vigor. MEZCLAR LOS COLORES POR SUPERPOSICIÓN Cuando se trabaja con pinturas opacas, la mezcla de los colores se produce en la paleta; cuando se trabaja con veladuras, estas mezclas también pueden realizarse directamente sobre el soporte, superponiendo un color a otro para obtener otro nuevo. Superponiendo dos lavados transparentes de colores puros distintos se puede crear un tercer color más profundo que si realizamos la mezcla sobre la paleta. Hagamos la prueba. Extendamos una veladura amarillenta sobre otra ya seca de color azul claro, el resultado es un color verde, un verde mucho más natural, rico y que se integra mejor en el conjunto del cuadro que un verde recién salido del tubo o mezclado previamente en la paleta. DE CLARO A OSCURO Para pintar con acrílicos se trabaja desde lo claro hacia lo oscuro, es decir, se comienza con los colores más claros y aguados y se va aumentando la intensidad del color a medida que avanza el ejercicio. Sin embargo, los acrílicos gozan de una ventaja: si se ha oscurecido demasiado una zona, podemos acudir de nuevo a colores claros o al blanco para aplicar veladuras claras sobre oscuras. No se debe abusar de esto último; si pintamos de claro a oscuro nos ahorraremos muchas correcciones absurdas. Las mezclas de colores con veladuras se realizan por superposición. Cada aportación de color modifica los que se encuentran debajo. Comprobemos la diferencia entre un verde construido a partir de veladuras, de un tono mucho más natural (A), y uno salido directamente del tubo, más saturado y de apariencia sintética (B). Existe la falsa idea de que el trabajo con veladuras permite la superposición de tantas aguadas como se quiera. No es así, los colores pueden quedar muy turbios. Deberíamos limitar la superposición de veladuras a dos o tres. 1. El trabajo a partir de veladuras se inicia con un coloreado general basado en aguadas transparentes. 2. Sobre las aguadas anteriores aplicamos nuevas veladuras que maticen los colores y den una mayor variedad de tonos en cada zona. 3. A medida que nuevas aguadas se superponen a las anteriores se consigue una mayor riqueza de matices y las zonas de luz y de sombra se distinguen con mayor facilidad. técnicas monocromas con veladuras la mejor manera de iniciarse en la técnica de las veladuras es a partir de breves ejercicios realizados con un solo color; de este modo, se puede comprobar cómo las aguadas sucesivas se superponen para obtener la profundidad y oscurecer el tono, sin tener que afrontar las dificultades que entrañan las mezclas de colores. LOS COLORES QUE DEBEN UTILIZARSE Trabajar con un solo color no significa trabajar siempre en blanco y negro, o utilizar únicamente colores neutros, es decir, marrón o gris, también podemos pintar con azul, violeta o rojo. Los colores excesivamente claros como el amarillo o el ocre amarillo deben descartarse, pues al ser tan luminosos no proporcionan una gama tonal lo suficientemente amplia. Es preferible empezar pintando objetos sencillos, por ejemplo, botellas, frutas, fruteros o jarrones, y tratar de representarlos sólo en azul. BLANCOS CON ACRÍLICO Cuando se pinta con aguada monocroma los blancos suelen obtenerse dejando sin cubrir, es decir, sin pintar algunas zonas específicas del papel o lienzo. Sin embargo, si se nos olvida hacer esto, podemos engañar al dibujo usando pintura blanca en las fases finales, así que pongamos en la paleta un poco de blanco por si acaso. Las primeras pruebas con veladuras deberían ser monocromas, para entender de manera muy simple la relación de tonos. Encima de aguadas azuladas ya secas, podemos superponer veladuras de tonos violeta que proporcionen mayor efecto de volumen. El acrílico tiene una gran ventaja con respecto a la acuarela: ofrece la posibilidad de aplicar veladuras blancas sobre otros colores para aclarar. UNA AGUADA EN ROJO Éste es un ejercicio sencillo, pero que nos será de gran utilidad para comprender cómo trabajar con una aguada monocroma. Tomamos un dibujo que tengamos hecho y manchamos con una primera aguada de color rojo. La aplicamos sólo en las zonas donde la sombra es más oscura. Dejamos secar el color, y con una segunda aguada oscurecemos algunas partes del agua y sombreamos los árboles, esta vez con el color más aguado. Con una tercera veladura de color blanco aclaramos los reflejos del agua para que aparezca el reflejo de los árboles del fondo. 1. Con la primera aguada señalamos las zonas más fuertemente sombreadas del modelo. 2. Con la segunda veladura intensificamos los tonosanteriores y representamos las sombras de tono medio. 3. Para concluir el ejercicio, aclaramos los reflejos del agua con una veladura de color blanco. Recursos creativos con aguada. ÀLEX SAGARRA. COMPOSICIÓN CON ÁRBOLES, 2007. ACRÍLICO SOBRE BASE TEXTURADA CON GESSO Hasta el momento hemos estudiado la manera tradicional de trabajar con aguadas; en el siguiente apartado, analizaremos diversos ejemplos que proporcionan un resultado más fresco y creativo, algunos de ellos exclusivos del medio acrílico. Se basan, por lo general, en el efectismo, en sorprender al espectador por medio de un acabado o una textura, lo cual resta importancia a la determinación del dibujo y reafirma el protagonismo de la pintura y su capacidad expresiva. Aguadas sobre texturas las veladuras no están reñidas con los empastes y las texturas. Se puede aplicar una veladura, un lavado de color muy diluido sobre una zona previamente empastada, es decir, aquella que presenta algo de relieve. La veladura subrayará este efecto de relieve de la pintura. VELADURA SOBRE PASTA BLANCA Se prepara primero la superficie del soporte con pasta de modelar o gesso. Se extiende la pasta con espátula y se modela con la forma, textura y marcas que más nos gusten. Tras dejar secar completamente el gesso, se sobrepinta con veladuras de colores, muy aguadas. El color aguado se deposita en las ranuras y realza el relieve de la superficie. Una vez que el acrílico se ha secado, parece que los empastes hayan sido aplicados con el color de la veladura. IMPASTO TRANSPARENTE Las veladuras también pueden tener relieve, no deben limitarse a una fina capa de color. Una pequeña cantidad de pintura bien mezclada con gel espesante en abundancia proporciona unos efectos de color que parecen vidrio glaseado si se aplica sobre una superficie de color ya pintada. De este modo, el efecto de veladura puede combinarse con empastes, trazos de las pinceladas o marcas de todo tipo que pueden realizarse sobre la gruesa capa de gel. Podemos realizar una veladura con impasto transparente sobre cualquier pintura con el fin de cambiar la entonación general del color y dar a la vez un efecto de relieve. Al aplicar una veladura sobre una superficie texturada el color se deposita en las ranuras y realza el efecto de relieve. UN EJEMPLO SENCILLO Sobre un cartón ya preparado con un colage de diferentes papeles de colores, seleccionamos una zona para efectuar un empaste con gesso. Con la espátula modelamos la pasta mediante movimientos circulares que contribuyan a explicar la redondez de los limones. Dejamos secar el gesso varias horas y aplicamos veladuras de color amarillo, verde y tierra de sombra tostada (por este orden) encima de los limones. Las veladuras se funden ligeramente entre sí de manera muy suave, penetrando en los huecos de la textura. Mientras dejamos que se asienten los colores y se sequen acudimos a otras zonas de la pintura para completarla. 1. Con la espátula incorporamos la pasta blanca o gesso a la pintura y la modelamos hasta darle la textura y la forma deseadas. Conviene practicar el modelado con gesso y espátula. Tomemos un papel cualquiera y tratemos de familiarizarnos con este médium provocando empastes y trazos distintos. 2. Una vez el gesso está seco se aplican las veladuras mezclando varios colores, que encuentran su camino entre las ranuras y los huecos de la pasta blanca. 3. Mientras dejamos secar las aguadas, siempre con el soporte plano encima de una mesa, completamos otros detalles del cuadro. consiste en construir el cuadro acumulando pintura muy aguada sobre el soporte, dispuesto plano sobre una mesa, provocando charcos donde se acumulan los colores. De este modo, las aguadas presentan una distribución del color irregular y unos contornos muy ondulantes y fluidos. el encharcado, concentrar el agua INTERRUMPIR EL SECADO El encharcado permite interrumpir el proceso de secado antes de que el agua se evapore completamente para conseguir líneas o manchas con calvas, lo cual proporciona un efecto gráfico muy interesante. Esta técnica es exclusiva del acrílico, y debe su éxito a que las aguadas de acrílico no se secan de manera uniforme sino desde los bordes hacia el interior. Esto significa que, si mojamos con agua la aguada cuando aún no se ha secado del todo, quedará la pintura seca en el contorno, mientras que la que se encuentra en el centro de la aguada desaparecerá formando calvas. HAGAMOS UNA PRUEBA Antes de ponerlo en práctica es conveniente hacer un pequeño experimento sobre un papel o un trozo de cartón. Primero trazamos una línea con agua abundante y esperamos unos minutos a que empiece a secarse. Cuando los bordes de la aguada se han secado por completo ponemos el trozo de cartón bajo el grifo de agua o le pasamos una esponja húmeda por encima. El resultado es una línea fuertemente contorneada que presenta calvas en su interior. Si la prueba ha concluido con éxito es el momento de aventurarnos con un sencillo bodegón. Para abrir calvas en un encharcado aplicamos una aguada roja en forma de zigzag sobre un soporte no poroso, y esperamos unos minutos a que se seque (A). Para interrumpir el proceso de secado pasamos un pincel mojado por encima. Luego, limpiamos la superficie con una esponja húmeda (B). Una vez completado el proceso, la pintura ofrece este aspecto. La aguada sólo se ha secado a medias, proporcionando así un trazo inconsistente y de gran interés gráfico (C). UN BODEGÓN CON ENCHARCADO Para pintar con encharcado se trabaja sobre una superficie poco porosa que permita acumular las aguadas. Si se va a pintar encima de un cartón hay que cubrirlo con una capa de gesso o acrílico blanco. Para encharcar se carga el pincel con un color muy aguado y se descarga sobre el soporte insistiendo poco con el pincel; simplemente, se deposita el agua formando manchas de color más o menos uniforme. Luego se espera a que sequen las aguadas antes de superponer otras nuevas. También existe la posibilidad de abrir calvas con una esponja mojada, como se ha explicado, interrumpiendo el proceso de secado. Pintar con encharcado significa trabajar sin prisas, disponiendo de varias horas para que las aguadas reposen y se sequen lentamente. Por lo tanto, paciencia. No podemos ofrecer ninguna referencia temporal para eliminar con éxito parte del color de un encharcado, hay que experimentar y comprobar por nosotros mismos cuántos minutos deben transcurrir. Recordemos que los tiempos de secado varían mucho en función de si se trata de un clima seco o húmedo, o verano o invierno. 1. Sobre un trozo de cartón imprimado con gesso aplicamos las primeras aguadas, muy abundantes; nuestro objetivo es encharcar la pintura y que el color se distribuya irregularmente. 2. Nuevos encharcados van superponiéndose a los anteriores para dar mayor vistosidad al conjunto. Procuremos no inclinar el soporte, que siempre debe estar plano. 3. Si evitamos que cada encharcado se seque completamente y frotamos con una esponja mojada, y repetimos esta operación varias veces, el resultado será muy parecido a éste. Efectos con la esponja el acrílico permite al artista experimentar con diferentes sistemas de aplicar la pintura para conseguir nuevos efectos y texturas. En este sentido, las esponjas se convierten en unos prolíficos instrumentos para crear efectos y texturas especiales. VARIOS TIPOS DE ESPONJA Los efectos conseguidos con la pintura varían según la esponja que se utiliza, por esto merece la pena tener a nuestro alcance diferentes tipos de esponja y experimentar un poco al principio. La pintura con esponja natural crea efectos de colores y tonos irregulares sobre la superficie pintada, proporcionándole un aspecto decorativo. La esponja artificial presenta formas y formatos muy variados, y es capaz de proporcionar texturas muy diversas con sólo presionarla sobre el soporte. El rodillo ofrece bordes rectos y recortados así como interesantes degradados de uno o varios colores. Lapaletina de esponja es idónea para conseguir trazos estriados y marcas lineales o gestuales de gran interés gráfico. A. El arrastre es uno de los principales efectos de la esponja. Permite extender el color cubriente con gran rapidez. B. Si la esponja contiene poco color el arrastre será más seco y presentará una textura mucho más interesante. C. Las formas circulares se consiguen haciendo rotar sobre el papel una punta o un extremo de la esponja. D. Si presionamos fuertemente la esponja sobre el papel, sin desplazarla, obtendremos una textura granulada. E. Con la esponja en forma de espátula, presionando suavemente la punta biselada, se consiguen marcas lineales. F. Si en lugar de trabajar con la punta biselada, presionamos ligeramente el canto, las marcas tendrán una forma triangular. VARIOS TIPOS DE ESPONJA Los efectos conseguidos con la pintura varían según la esponja que se utiliza, por esto merece la pena tener a nuestro alcance diferentes tipos de esponja y experimentar un poco al principio. La pintura con esponja natural crea efectos de colores y tonos irregulares sobre la superficie pintada, proporcionándole un aspecto decorativo. La esponja artificial presenta formas y formatos muy variados, y es capaz de proporcionar texturas muy diversas con sólo presionarla sobre el soporte. El rodillo ofrece bordes rectos y recortados así como interesantes degradados de uno o varios colores. La paletina de esponja es idónea para conseguir trazos estriados y marcas lineales o gestuales de gran interés gráfico. Diversas esponjas para trabajar con acrílico: una paletina o espátula de esponja, un rodillo, varios tipos de esponjas sintéticas y una esponja natural. CÓMO SE CARGA LA ESPONJA CON PINTURA Antes de realizar algunas pruebas avanzamos unos consejos previos. Primero, conviene lavar la esponja varias veces antes de usarla para eliminar toda la suciedad o la arena que contenga. Se prepara la pintura previamente en un plato de plástico, no debe estar ni muy líquida ni muy pastosa. Se moja la esponja húmeda en la pintura hasta empaparla por completo. Se escurre y absorbe el exceso de pintura con una servilleta de papel. Si tiene demasiada pintura, el acabado puede quedar desigual y con manchones. MANCHAS Y LIMONES En trozos sobrantes de papel se efectúan varias pruebas, bastan unas pocas manchas para comprobar las prestaciones del medio. En esta página, apuntamos algunos ejemplos que aconsejamos practicar. Luego, nos aventuramos con un bodegón sencillo, un par de limones sobre un mantel que podemos resolver con dos interpretaciones distintas. En la primera, pintamos presionando la esponja suave y rápidamente contra la superficie del fondo y sobre los limones. El aspecto o la textura resultante varían de acuerdo con la cantidad de colores que se aplican. El mantel se resuelve arrastrando la paletina de esponja. En una segunda versión, se construyen los limones presionando con la esponja y arrastrando con el color aguado. Después, con la pintura seca, se perfila la forma con un rodillo de esponja cargado de color marrón. Un par de limones sobre un mantel, un tratamiento muy sintético realizado exclusivamente con esponja. El mismo modelo anterior con un tratamiento más imaginativo y expresivo. Aquí se combinan diversos trazos y texturas conseguidas con esponja. ejercicios con esponja: la paletina y el rodillo Se puede interpretar cualquier modelo del natural prescindiendo de los pinceles. Por este motivo, hemos decidido demostrar cómo obtener interesantes resultados experimentando con diferentes esponjas, que nos permiten potenciar la creatividad del artista y aumentar el conocimiento del medio acrílico. ESPONJA CON FORMA DE PALETINA La esponja se usa básicamente para crear la ilusión de textura sobre una superficie, pero existen otras alternativas como la esponja en forma de paletina. Ésta se encuentra insertada en un mango que facilita su manejo. Con ella pueden conseguirse aguadas, más o menos lineales, que presentan un estriado muy característico. Si está cargada de pintura aguada el trazo es muy fluido, si se halla sólo húmeda, el arrastre será seco y estriado. Tomemos un papel y pongamos a prueba este utensilio para estudiar sus posibilidades. CONSIDERACIONES SOBRE LOS COLORES El color y el tono requieren una cuidadosa selección, ya que la aplicación con esponja puede resultar muy burda si no se realiza de forma sensata. Empecemos pintando con colores suaves y claros, que iremos oscureciendo conforme progresa la pintura; de este modo, no se satura de color la superficie del soporte y se obtiene un resultado final contrastado. Asegurémonos de que la capa de base y las sucesivas capas decorativas realcen la forma del objeto representado y de que los colores no den la impresión de poco contraste y excesiva indefinición. Dos arrastres realizados con la esponja en forma de paletina. El primero, con mayor carga de agua (A), ofrece un arrastre más cubriente que el segundo (B), simplemente humedecido. La esponja en forma de paletina es capaz de retener mucha pintura y proporciona trazos más o menos lineales de grosor muy variable. UNA MACETA CON ESPONJA El primer color que se aplica es el color base, el fondo; el color predominante en este caso es un siena natural que se extiende con un rodillo de esponja. Conviene que el color no sea demasiado líquido para que la pintura no chorree. Dejamos secar el color y actuamos de nuevo. Con un naranja intenso y un trozo pequeño de esponja realizamos un arrastre para pintar la maceta. Construimos las hojas con la esponja en forma de paletina, lo cual permite darles una intención lineal. Con un rodillo cargado de blanco realzamos las zonas iluminadas del modelo y recuperamos algunos perfiles. Tengamos en cuenta que el color blanco es más opaco cuando está húmedo, lo que significa que, una vez seco, translucirá los colores que se encuentran debajo. En el trabajo con esponja es habitual que los colores oscuros se superpongan a los claros y no al revés. 1. Con el rodillo cargado de un marrón medio sombreamos el fondo. Empieza a emerger la forma del tiesto. 2. La esponja con forma de paletina es la más adecuada para intervenciones lineales y para arrastrar los colores. 3. Podemos superponer unos colores sobre los otros, sólo debemos tener en cuenta que cuando se secan se vuelven algo más transparentes. Técnicas Opacas con acrílicos “LA TENDENCIA DOMINANTE DEL COLOR DEBE SER SERVIR DE LA MEJOR MANERA POSIBLE A LA EXPRESIÓN. COLOCO MIS COLORES SIN CÁLCULO PREVIO. SI DESDE EL PRIMER MOMENTO..., UN TONO ME HA SEDUCIDO, ME APERCIBIRÉ ENSEGUIDA..., DE QUE HE RESPETADO ESE TONO, MIENTRAS QUE PROGRESIVAMENTE HE MODIFICADO Y TRANSFORMADO LOS OTROS. EL LADO EXPRESIVO DE LOS COLORES SE ME IMPONE DE UNA MANERA INSTINTIVA.” Henri Matisse. La Grande Revue, 25 de diciembre de 1908. Color cubriente: pintar con el color opaco. GABRIEL MARTÍN. MANZANA Y PLÁTANO, 2007. ACRÍLICO SOBRE CARTÓN La pintura acrílica, además de ser apropiada para crear efectos de transparencia, también se presta para practicar diversas técnicas con colores opacos, es decir, para trabajar con pintura cremosa y cubriente, cuya fuerza radica en el color intenso y construido de un modo sólido. Si los acrílicos se trabajan sin diluir o se les añade un medio que les proporcione mayor volumen, incluso puede potenciarse la textura porque el rastro de la pincelada resulta evidente. Esta pintura se adapta muy bien a dicha manera de trabajar, y dado que los errores se pueden rectificar pintando encima, constituyen un buen sistema para iniciarse en la pintura. aplicaciones Opacas de color si se utilizan directamente del tubo, los acrílicos presentan una consistencia espesa y el color es más cubriente. De este modo, pueden trabajarse superponiendo unos colores sobre otros, tapando los colores inferiores para modificar o complementar la pintura o bien pintando sobre un soporte previamente cubierto con un fondo de color medio
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