Logo Studenta

Palabras agudas

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Las palabras de la lengua española se dividen en sílabas, cada una abarcando un sonido específico compuesto por una o varias vocales y una o más consonantes. Por ejemplo, la palabra “reloj” se compone de “re-” y “-loj”.
Así, las palabras se pueden clasificar dependiendo de cuál de las sílabas que las componen posee mayor énfasis o fuerza sonora que las demás: una sílaba que se conocerá como “sílaba tónica”. Siguiendo con nuestro ejemplo, la sílaba tónica de “reloj” es “-loj”.
Ahora bien, dependiendo de la posición en que se encuentre dicha sílaba tónica dentro de la palabra, podremos distinguir entre tres principales categorías:
· Palabras agudas. La sílaba tónica es la última.
· Palabras graves. La sílaba tónica es la anteúltima.
· Palabras esdrújulas. La sílaba tónica es la antepenúltima sílaba o anterior.
· Palabras sobreesdrújulas. Su sílaba tónica es anterior a la antepenúltima.
En el caso que nos interesa, la sílaba tónica de “reloj” se encuentra en la última sílaba, de modo que se trata de una palabra aguda, técnicamente conocidas como palabras oxítonas.
Las palabras agudas son sumamente abundantes en la lengua española, únicamente superadas por las graves o llanas. De hecho, suelen ser agudas la mayoría de las palabras terminadas en consonantes distintas de -n y de -s, y muchas que terminan en más de una consonante seguidas (como robots).
Palabras agudas con tilde
Al igual que en los demás casos, para averiguar si una palabra aguda lleva o no tilde, bastará con observar su terminación. Se acentúan siempre aquellas palabras agudas cuya terminación sea una vocal, -n o -s (precedidas de una vocal). Por ejemplo:
“camión” (ca-mión), “canción” (can-ción), “llantén” (llan-tén), “mazapán” (ma-za-pán), “terraplén” (te-rra-plén), “haragán” (ha-ra-gán), “jardín” (jar-dín), mastín (mas-tín), “peón” (pe-ón).
“además” (a-de-más), “mandamás” (man-da-más), “revés” (re-vés), cordobés (cor-do-bés), “trabajéis” (tra-ba-jéis), “existís” (e-xis-tís).
“sofá” (so-fá), “acorraló” (a-co-rra-ló), “acepté” (a-cep-té), “Perú” (pe-rú), “murió” (mu-rió), impedí (im-pe-dí), manatí (ma-na-tí).
Palabras agudas sin tilde
De la regla anterior se desprende que las palabras agudas no terminadas ni en -s, ni en -n, ni en vocal, no deberán llevar tilde. Esto se extiende a las palabras agudas que terminen en más de una consonante. Por ejemplo:
“capataz” (ca-pa-taz), “avestruz” (a-ves-truz), “dominatriz” (do-mi-na-triz), “perdiz” (per-diz).
“alguacil” (al-gua-cil), “profiterol” (pro-fi-te-rol), “nogal” (no-gal), “timbal” (tim-bal), “papel” (pa-pel), “burdel” (bur-del).
“amor” (a-mor), “vapor” (va-por), “cantar” (can-tar), “socorrer” (so-co-rrer), “impedir” (im-pe-dir), “cambur” (cam-bur).
“reloj” (re-loj), “virtud” (vir-tud), “salud” (sa-lud), “senectud” (se-nec-tud).
Excepciones en palabras agudas
Una excepción a tener en cuenta son aquellos casos en que, para romper un diptongo final, algunas palabras agudas pueden acentuarse a pesar de no terminar en vocal, en -n, ni en -s. Por ejemplo:
“baúl” (ba-úl), “raíl” (ra-íl), “maíz” (ma-íz), “tahúr” (ta-húr), “Raúl” (baúl).

Continuar navegando